Santos Malfoy

—Atento, atento— dijo para si mismo concentrándose en sus próximos movimientos, no había vuelta atrás y tenía que dar todo de si para lograrlo, era un buen hechicero y tenía que demostrarlo.

Tras presenciar la caída de las defensas de la prisión de la Órden del Fénix, cortesía de los miembros de la Marca Tenebrosa. Santos corrió con celeridad en dirección a la Torre. El demonio materializó su varita en la diestra y atravesó la entrada a Abaddon, situándose como habitualmente ha sido acostumbrado a hacerlo, a diez metros de toda persona u objeto que se pudiese ser morpheado —Pollito chicken, gallina hen…— cantó con cinismo, con los ojos bien abiertos y riendo cono puro sarcasmo.

—¿Qué habrá de botana hoy?— cuestionó irónico pero sin perder la atención de cualquier próximo ataque y colocando su mirada en modo periférico, para visualizar con mayor amplitud la escena de guerra. Seguramente éste sería un enfrentamiento de lo más entretenido.

—Avis— susurro y una parvada de gorriones negros comenzaron a danzar a su alrededor con el propósito de defender a su persona de cualquier ataque enemigo sorpresa, sabía como eran de tramposos esos polluelos.

En seguida visualizó a su primer objetivo —Sectusempra— bramó y tras una elegante floritura de su varita, un rayo cortó las distancias entre su cuerpo y el de la auror (Bínfeyd Y. Evans Sóldez), de pegar de lleno en el pecho de la mujer, causaría heridas que necesitarían de asistencia curativa urgente.

Poción multijugos

El repentino aviso fue escueto y preciso, los necesitaban. Y como tenía previsto desde que se convirtió en aspirante, algún mortífago sería el encargado de trasladarlo a la zona de batalla. Bajo por las escaleras de la mansión Malfoy y de casualidad ahí estaba Hades, su mentor en el arte del duelo, quien seguramente recibió el recado también —Buenas tardes— saludó y el mortífago asintió con la cabeza, ambos sabían lo que tenían que hacer. Rápidamente entregó a Santos un pequeño frasco, él lo destapó y bebió de él líquido transparente, ya sabía lo que contenía el recipiente y estaba más que acostumbrado a beber aquella poción. Por arte de magia, el demonio se transformó en un joven con rasgos de un oriundo de áfrica, con la resistencia y agilidad física necesaria para aguantar a los pesados odefos…

Tras tomar del brazo al mortífago, desaparecieron con trayectoria a la ubicación de la Torre Abbadon.

Indonesia, un lugar donde aparentemente las propagaciones de aguas son mucho más extensas que las de tierra. En aquel archipiélago y justo en medio de una tormenta se agrupó junto con sus compañeros de bando a la espera de las siguientes indicaciones, mientras contemplaban en conjunto como eran derrumbadas las defensas por los altos rango del bando tenebroso, Colt y Blackimse.

—Perfecto, entonces Atria, vendrás conmigo al bosque, Kritzai irá por el lago y nos reuniremos en éste mismo punto en una hora— sentenció con seriedad y firmeza mientras sincronizaba el reloj que adornaba su muñeca. Tornó la mirada a sus compañeros y no pudo evitar soltar una cínica risita al notar el sinfín de emociones que fácilmente se alcanzaban a percibir en sus miradas <<El amor es como estar gordo, no puede ocultarse>>. Luego, materializó su varita en la diestra y en el aire comenzó a mover la varita, con trazos elegantes dibujó el boceto de un tridente, que al ser finalizado, tomó un brillo escarlata tan resplandeciente que podría ser visto a largas distancias —Ésta sera nuestra insignia, si alguien tiene noticias o necesita ayuda inmediatamente tendrán que hacerlo levitar y de ésta manera podremos acudir a su rescate— finalizó análogo a una floritura de su varita de olmo que hizo volar por los cielos el deforme dibujo del tridente.

Detuvo la mirada en Kritzai, lo miró con seriedad ¿porqué habrá querido desintegrar al equipo?, era uno de las cuestiones por las que lo tachó como un primer presunto culpable. Siendo éstos sus últimos días en la Academia, seguramente quiso hacer de las suyas antes de continuar en su andar por la comunidad mágica y vagar —espero no toparme contigo en otro lugar y necesito porfavor que me mantengas al tanto de tu localización—.

En seguida fueron interrumpidos por la llegada de un miembro más de la noble casa Tritón, era su hijo, aquel al que procreó junto con Evarela, tenía mucho tiempo sin verlo por lo que no pudo responder a su saludo con tanta emotividad —Hola Emmet— saludó —como podrás notarlo, se ha perdido el tridente del tritón y necesitamos hallarlo cuanto antes si no queremos escuchar lamentaciones durante nuestra estancia en la Sala Común— se había hartado de explicar, pero era su deber hacerlo, además el chico sería de gran ayuda —quiero encargarte una misión en especial, ve con la estatua e interrogarle acerca del aspecto del ladrón, así servirá de que le ayudes a hacer guardia por unos minutos si el ratero se anima a devolverlo, una vez que tengas la información envía un patronus hacia nosotros — señaló con la mirada a Atria y a Kritzai —y en seguida te haremos saber nuestra ubicación para que nos alcances—.

Sin previo aviso, emprendió su camino al bosque, en donde hasta el momentos no había otra cosa más que gran diversidad de árboles, una gran extensión de tierras y una que otra colmena de hadas que teñían parcialmente el paisaje de tono suaves como el rosa y el amarillo. Atrás y a su derecha, caminaba Atria quien parecía un tanto frustrada y agobiada por el sitio que exploraban, el demonio sabía a la perfección que su acompañante carece de espíritu aventurero y que indudablemente ella habría preferido seguir a su enamorado, pero no era el momento para cursilerias —¿Qué pasa At, tan rápido y ya quieres que nos detengamos? Yo le dije a tu novio que viniera y no quiso, seguramente te vendría cargando en estos momentos— comentó sonriente sin mirar a la chica que con bufidos no se paraba de quejar.

Si Santos optó por ir hacia el bosque, era por que en ése lugar el alcance de su vista periférica sería aun más grande que en la del lago. De esta manera, no perdería de vista a Kritzai, pues desde el punto en donde se hallaban se alcanzaba a divisar sin esfuerzo la comisura que hay entre el lago y el rió que desciende desde las montañas.

Comenzó a vomitar gusanos, totalmente repugnante. No podría hablar durante los próximos dos turnos a menos que lograra finalizar los efectos, pero no era esa su preocupación ahora.

<<Maldición>> no se jactó de lo pensado y las consecuencias de su conjuro no fueron llevadas a cabo correctamente. Ahora tendría que curarse de las heridas de las medías lunas si no quería perder el enfrentamiento, aún había tenía tiempo; <<Episkey>> pensó, apuntando con su varita en dirección a la pantorrilla afectada por los filosos metales, había sido ésa una buena estrategia por parte de su mentor, sin duda un gran hechicero. Los efectos de curación fueron realmente satisfactorios y ese prolongado espasmo de alivio, lleno de tranquilidad por milésimas al aprendiz.

Ahora tenía que pensar en una nueva técnica al menos para mantener al margen la partida, miles de ideas se le vinieron en mente, todas en cuestión de segundos, pero ahora se tenía que defender.

<<Zancadilla>> pensó con la varita en dirección a sus piernas y un lazo mágico ató sus tobillos a la par, haciéndolo caer de bruces, evitando así que el segundo rayo de su contrincante no lograra impactar en él.

Estoy totalmente inconforme con la explicación que me has dado, si de proporciones quieres hablar, él es un hombre alto, delgado y musculoso, las dimensiones de su ropa seguramente dan para más de tres avispones sea cual sea la composición de la túnica de Hades. Un avispones de esos en promedio llega a medir solo tres centímetros de largo (?)

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ESCUADRÓN PARA LA APLICACIÓN DE LA LEY MÁGICA- Oficina del Cuerpo de Seguridad

Solo unos pocos se percataron de la presencia del dueto. Y sin embargo, esos pocos no hicieron caso a lo demandado. El descontento y la inconformidad prevalecieron presentes en la escena, en cada palabra que resonaba de los escandalosos manifestantes. Los gritos y las protestas aumentaban a medida que se sumaban personas al levantamiento "pacífico":

No había mucho por hacer y lo más conveniente era solicitar la presencia de la directora del Escuadrón, seguramente su llegada tendría mucho más peso para tranquilizar a los manifestantes y eso era realmente favorable para todos. Las disputas debían parar cuanto antes, no solo por quebrantar la ley, sino por simple valor moral, era una verdadera imprudencia el hecho de realizar ése tipo de actos en el lugar más sagrado para todo ser mágico.

Tras el intento fallido por calmar a los protestantes, Bel y Santos se encaminaron cautelosos por la multitud, recibiendo todo tipo de empujones y pisotones con trayectoria a la presunta culpable Adryanie —Te sigo— murmuró a la par en que alzaba su brazo en dirección a la chica a quién tuvo que rodear desapercibido para tomarla con sorpresa.

Para su mala suerte, Bel ya le apuntaba de frente y por detrás estaba el aprendiz por si quería ella escapar —Tienes derecho a guardar silencio y todo lo que digas podrá ser utilizado en tu contra ante un tribunal y los miembros del Wizengamot— agregó con intenciones de intimidar a la chica de pelo rizado y castaño a la par en que la punta de su varita de olmo, tocaba con delicadeza su torso lateral izquierdo. La jefa del cuerpo de seguridad prefería tomar con más calma la situación, pero en medio del escándalo no era ésta la forma —Vamos, baja de ahí en seguida— sentenció con seriedad.

Ahora esperaban la reacción de la fenixiana oriunda de Inglaterra, que sería sometida a un interrogatorio de lo más profundo en la oficina del Cuerpo de Seguridad.

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—Directo al grano entonces— comentó adrede al comentario que lanzó su mentor, aclaró la garganta y el duelo comenzó.

Podría ser ésta una de las más provechosas oportunidades en toda su vida, pues vencer a un alto rango de la Marca Tenebrosa, acrecentaría su status no solo en el ámbito duelístico sino también en la sociedad. La situación era comprometedora con uno mismo y a su vez, tan problemática como tensa, pues tenía que estar alerta de cada uno de los movimientos de su contrincante y explotar al máximo sus habilidades con la vara.

—Protego— el escudo azul que emanó de la punta de su varita, absorbió sin problemas el rayo que cortó las distancias entre su cuerpo y el del nigromante.

—Morphos— bramó con claridad, manteniendo erguido el brazo con el que sostenía su varita, con trayectoria al mortífago. Los efectos fueron inminentes, la túnica de seda que portaba su profesor tomó la forma inmediata de un trio de avispones asiáticos gigantes que se situaron a escasos centímetros del canadiense; atacaron con celeridad a su pierna pierna, el lateral de su torso derecho y el hombro izquierdo. El veneno penetró los poros de su nívea piel, los síntomas aparecieron casi al instante, pues el veneno del insecto es tan potente que es capaz de disolver los tejidos blandos de la zona afectada, hasta crear orificios del tamaño de una herida de bala. Posterior a las manifestaciones exteriores, el veneno afecta el sistema inmunológico, tanto, que causa insuficiencia orgánica múltiple que ocasiona la muerte si el piquete no es tratado con urgencia.

​La suerte del mortífago la corrió el aprendiz y doce medias lunas se incrustaron en la pantorrilla de su pierna derecha, nada que un conjuro de curación no pudiera corregir con posteridad. La risa tétrica de Malfoy resonó en la construcción al ver luego de mucho tiempo, un poco de su sangre brotar de una herida.

Al termino de la clase, salió en dirección a la casa Tritón. Vestía un cómodo pantalón de vestir con cinturón, camisa, zapatos y encima una túnica negra con capucha, algo cómodo y casual.

Justo al medio día, una lechuza con plumaje pardo, interrumpió al demonio en su rutinaria caminata del castillo a la sala común. Ya lo veía venir, a diferencia de otros jóvenes, él tenía la peculiaridad de no recibir cartas de sus familiares en los fines de semana, por lo que inmediatamente dedujo de que se trataba; tomó el sobre entre ambas manos e identificó con inmediación el sello de la Academia de Magia y Hechicera, al menos los profesores se habían tomado la molestia de buscar un lugar para los enfrentamientos de la clase de duelos. Tras sacar la snitch dorada que yacía adentro del sobre, un remolino hizo desaparecer su cuerpo, que lo hizo emprender un viaje por los aires tan corto como intrigante, pues su destino era hasta el momento desconocido.

Una construcción griega de mármol, con cuatro postes como sostén al techo situados dos a dos con una distancia de cincuenta metros entre pilar y pilar, originados desde una blanca plataforma flotante como cimiento, del mismo material que el de los postes y el techo triangular. Desde ahí, podía visualizarse apenas y con esfuerzo la que ahora parecía la pequeña construcción de la Academia. A la mitad de la base, en un pedestal proveniente del suelo, reposaba un tablero de ajedrez como único objeto tangente y ajeno a la construcción en el escenario.

<<Que sorpresa>> sentenció en sus pensamientos, contemplando con disimulo de pies cabeza al personaje que tenía al frente: un hombre más bajo que él en estatura, pero no en experiencia, lo único que denotaba su castaña mirada era misterio y seriedad. —Que sorpresa, profesor— pronunció Malfoy con cinismo. Sorpresa, más no miedo, pues no es solo la destreza la que hace ganar una batalla. Tronó el cuello y trazó en su semblante ése gesto maníaco del que tanto agrado tiene de manifestar y seguido de una rauda reverencia a la par en que materializaba su varita en la diestra, comenzó:

—Séneca— murmuró paralelo a una floritura de su varita. Había estado practicando los hechizos que los maestros le habían solicitado como requisito para ésta prueba, por lo que su conjuro tuvo efectos inminentes en el mortífago; su garganta se vio realmente afectada tras el maleficio y esa desesperante sensación de deshidratación en uno los órganos más importantes del sistema fonador, comenzó a apoderarse del nigromante.

Sereno, mantuvo la posición de defensa con la varita en alto y esperó la reacción de su contrincante.

—Es lo menos que puede esperarse de un mortífago— sentenció con la misma modulación de voz que la del maestro.

—Que sorpresa, el reportero ¿cierto?— se expresó con naturalidad y cuestionó con obviedad, recalcando apenas uno de los múltiples seudónimos que podría utilizar para llamar a tan importante hechicero. Si bien recordaba, había leído su nombre en El Profeta y en la Mansión Riddle alguna vez escuchó hablar de él, como uno de lo mejores reclutas que halla participado en la Marca —Usa esencia de murtlap— ésa no era una mala recomendación y si no era cierta su excusa, de todas maneras Malfoy habría manifestado parte de su basto conocimiento en las pociones, lo cual era realmente favorecedor para él.

Mantuvo la ojos fijos en los del hombre de rasgos ingleses, que en todos sus movimientos no manifestaba otra cosa más que ser un virtuoso manipulador de la expresión oral. Era en verdad un honor para Santos el poder colaborar con un genio de las Artes Oscuras; y que no solo sus labores como mortífago eran las que le atribuían al hombre el status social en el que se encuentra.

El sonoro pisar de una criatura, alertó con prontitud al aprendiz, y casi sin pensarlo materializó su varita de olmo en la diestra. No hubo necesidad de utilizarla, se trataba de un integrante más en clase y sin apartar la mirada de la del profesor, contestó distante e inexpresivo —Ryddleturn— era al parecer, junto con Malfoy, los únicos sobrevivientes de aquella generación académica y aunque llevaba tiempo conociéndolo, ciertas actitudes de Takeshi no le terminaban de parecer —es un placer, volver a compartir una clase contigo— murmuró a la par en que esbozaba aquella sonrisa maníaca que tanto lo caracteriza, aterrizando la mirada en el suelo por un par de segundos y en seguida recobrar de nuevo la postura seria que hasta el momento intentaba aparentar. Tronó su cuello y se centró nuevamente en la clase.

Tras una ráfaga de viento que inundo el panorama en una atmósfera de total de serenidad, inmediatamente el estadounidense rasgó el silencio para cuestionar al Base. Era esa una pregunta sencilla, que incluso los mismo alumnos podrían haber contestado, pero sería imprudente adelantarse a las palabras del enmascarado, y ya habría tiempo para dar su punto de vista después, a Santos no le quedó otra cosa más que poner los ojos en blanco y escuchar el sermón que el profesor estaría a punto de recitar.

Por el simple hecho de hacerse presente ante uno de los magos tenebrosos más nombrados en la comunidad, en la mente del demonio se formulaban un sin fin de dudas que estaría dispuesto a exteriorizar y unas vez terminada las palabras del animago: —Profesor...— comenzó con cierta intrascendencia, hasta que se animó —¿qué es lo que más le gusta de ser un mortífago? y también me refiero a los beneficios personales— esa era una pregunta tan extensa, que abarcaba gran ambigüedad e indeterminación en su respuesta, pero era sensato debatirlo, después de todo, Jocker estaba ahí de cierta manera para convencer a los aspirante que la Marca Tenebrosa es la mejor opción y que mejor forma que detallando experiencias personales. Malfoy es convenenciero y ambicioso, por lo que esperaba una contestación a detalle de lo posiblemente grandioso que resulta ser un mago tenebroso.

¿Porqué nadie es bueno en las presentaciones? xDDD

En fin, soy Enrique, mexicano tengo 22 años, estudio Ingeniería Civil, me fascinan las matemáticas, practico football americano y soy un ferviente amante de las bellas artes. Conocí HP cuando se lanzó la primera película y de ahí me envicié.

On rol, manipulo al vale madres de Santos, todo un Malfoy. Aspira a ser mortífago y trabajo en el Ministerio como aprendiz de la Oficina del Cuerpo de Seguridad en el Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica.

Bien, unas presentaciones más escuetas que otras y la mía no es la excepción porque tampoco soy bueno para ésto :E

Espero una clase entretenida y con poca tarea.

(Cualquier parecido con mis presentaciones en otras clases, es mera coincidencia)

Todo menos emplumarse, eran las palabras con las que por años se basaron los ideales del joven demonio. Tal vez fuertemente influido por su familia, tal vez no, pero siempre tuvo cierta inquietud por aprender de las artes oscuras más de lo que ya alcanzaba a enteder, y eso, era algo que sólo el bando tenebroso se lo prometía; que aún con lugar a dudas en la comunidad mágica, fue muchas veces denominado como: “El negocio familiar de los Malfoy” y aunque bien era cierto, seguía siendo hasta la fecha solo una especulación a voces, ya que aún el miedo siendo nada menos que una opción, los que se atrevían a divulgarlo tenían todas las de perder.

Ahora en la Academia, se presentaba la oportunidad de vender su perfil a uno de los bandos más importantes en la sociedad y Santos lo único que esperaba, era poder denotar capacidad y calidad para evitar cualquier oposición a su ingreso.

Ante su llegada, encontró solo árboles, tierra, pasto y humedad, nada fuera de lo normal. Sin preocupación, emprendió su recorrido en busca del resto del grupo de la clase, descifrando entre las veredas el camino con menos obstáculos, quería ser puntual.

Durante minutos había seguido a un espectro que delimitaba entre lo tétrico y lo infrahumano, aunque ciertamente, la verdosa negrura de su composición, denotaba más que nada oscuridad en toda la expresión de la palabra y ése era un indicio de que seguía el camino correcto. En el subconsciente del ojiplata no existía hasta el momento algo que confundiera sus tendencias como un futuro fiel combatiente de la Marca.

Luego de un considerablemente corto recorrido, por la gran extensión de tierra húmeda, logró visualizar justo por la orilla de una inmensa propagación de agua, a la figura que se encargaría de orientar a los jóvenes aprendices, hacia una re-afirmación de quizás la toma de decisión más grande que hasta el presente hallan hecho en su vida. A pesar de traer la semblante cubierta, el porte y sus elegantes movimientos, revelaban a pequeños rasgos la identidad de un ser respetable y a la vez un poco inescrutable.

Tras enfrentar al enmascarado, se presentó —Mi nombre es Santos Malfoy, señor— sabía que tenía que comportarse con mesura, un mal paso y probablemente su nombre y apellido quedarían tachado por siglos y aunque sus inclinaciones estaban más que predispuestas, se mantendría al margen ante cualquier situación. Era una clase tensa, en la que solo los sabios lograrían salir, sin ningún tipo de duda referente a su decisión.

OFF:

Hola, soy Enrique, vivo en la hermosa ciudad de Puebla, México. Estudio Ingeniería Civil y soy un verdadero amante de las bellas artes. Espero una clase entretenida y con poca tarea D:

Todos parecían a su manera, estar desconcertados por el tan penante actuar del guardián de la casa. Era grato reconocer que los demás tritones, estaban si quiera un poco interesados por interactuar como equipo, y el hecho de presentar sus servicios a un personaje tan notable como lo es el viejo hombre de mar, resulta una magnífica idea como actividad.

—Actúo normal Mery— sonriente, sarcástico y sintético como siempre, sin denotar frialdad en la ejecución de sus palabras, hasta como lo llevaba haciendo desde su ingreso a la Sala. No entendía cómo es que la jefa de la casa había logrado percibir la frialdad dentro de su falsa amabilidad, seguramente era psíquica.

Luego se reunieron todos en el hall de la Sala. Era una verdadera imprudencia alzar la voz sabiendo que son pocos los habitantes en el lugar y encima saber que están todos cerca. A pesar de la molestia, Santos no dijo nada, era mejor mantenerse al margen con los jefes. Y así comenzaron a debatir el proceso de búsqueda.

—Perfecto, será mejor que comencemos cuanto antes— agregó el rubio, sereno y convincente en su hablar, tornando la mirada a Kritzai y Atria, quienes serían su apoyo en la misión. Referente a las indicaciones que Dumbledore atribuyó a Malfoy, no había mucho que decir, Santos sabía lo que tenía que hacer y cómo, después de todo, liderar es uno de sus más notables dotes de su personalidad.

—Si gustan seguirme— mencionó dirigiéndose a la salida de la guarida tritón. Estando a las afueras del lago, comenzó —En primera instancia no sabemos a lo que nos enfrentamos, el tridente ha desaparecido hace solo unas horas por lo que puedo deducir que el ladrón debe seguir por las inmediaciones del castillo, sino es que lo ha dejado en un lugar no tan lejos de éste— pausó, para un reacomodo de ideas —los lugares que ahora se me vienen a la mente y en donde probablemente lo escondieron, es en el lago, el bosque u otro lugar fuera del castillo, nadie es tan est****o como para entrar a la Academia con un objeto tan vistoso y reconocible— cruzó su brazos y siguió pensando en posibles lugares donde podrían buscar,

—Ahora quiero escuchar sugerencias, somos un equipo y lo que creo más conveniente sería trabajar en conjunto— finalizó el ojiplata, esperando la reacción de sus compañeros luego de su primer discurso como guía y prefecto.

—Todo marchaba bien hasta que Enrick, uno de los jefes, se alteró cuando solicite la presencia del encargado de las denuncias y órdenes de cateo, pero nada que no halla podido liar— sentenció, mientras se sentaba en la silla frente a la de Evans, sereno, recordando la "escenita" que marcó el padre de su primo Aarón. Al notar los gestos de Bel, agregó —No creo que tengas que preocuparte por eso—.

—No tengo ni la menor idea— mientras contemplaba el memorándum interdepartamental, imito aquella seña de confusión al rascarse la cabeza y echabó su asiento hacia atrás. ¿Acaso sería que el joven Finnick había ideado un seudónimo para sus labores ministeriales exteriores, o tuvo que solicitar la ayuda de alguien más para concretar ésa misión? Éso estarían a punto de averiguar.

Tomó la taza de café sobre sus largos y gruesos dedos, y antes de dar el primer sorbo, fue interrumpido por su jefa; se tragó de un golpe la bebida amarga y se puso de pie contiguo a McGonagall. —Andando— finalizó y se encaminaron juntos hacia el Atrio.

Para pasar de lo aburrido a lo espontáneo, bastó menos tiempo de lo esperado. La aparición de la criatura, fue tan inoportuna para el grupo, pues a pesar de lo entretenido que parecía admirar a semejante monstruo en un hábitat descomunal, su llegada bloqueó la mente de los pupilos tras lanzar un estruendoso rugido que se prolongó hasta las inmediaciones del laberinto, era un animal verdaderamente intimidante.

—Estás mal si piensas que voy a utilizar éso— agregó Black en tono despectivo, referente a la idea tan descabellada que lanzó el japonés y evitó el contacto con las bombas fétidas que ofreció el muchacho. No era cuestión de logística, ni mucho menos de estrategia, sino de falta de experiencia y habilidad; ideas tenía muchas, pero eran del todo complejas para un aprendiz. Ésa era quizás una de las criaturas más temidas por toda la sociedad mágica y el hecho que se le presentara a un grupo de simples estudiantes, resultaba tedioso y al vez enigmático ¿Qué hacía Nessie por esos lares?

El despreocupante actuar de Aimé, creó un escrúpulo de desesperación en el alumnado. Siendo ella una bruja con tanto poder, seguramente tenía bajo la manga infinidad de trucos por usar y a pesar de que tenía la solución al conflicto, no dudó en poner a prueba a sus alumnos con una sencilla pregunta. —Oppugno— contestó el hombre de origen sueco, en un susurro lo suficientemente audible para todos los presentes, manteniendo en su rostro duda y confusión, sin apartar sus platinos ojos de la acechante criatura. Era una idea brillante, pero la mayoría carecía de un excelente dominio del hechizo para ejecutarlo sobre la bestia. Entonces, la bruja de cabellos granada fue la valiente que se animó a controlar a la bestia, para que en lugar de obstaculizarlos, los ayudara a finiquitar la travesía, después de todo ella era la más indicada.

—Que ameno, que ameno...— irónico intentando ignorar al poderoso asiático, si aquel chico ya le parecía ridíc***, sus expectativas fueron triplicadas al escuchar el desesperante balbuceo que emanaba de la boca de Takehshi. Lo que Malfoy menos esperaba en aquel viaje, era tener que lidiar con los amantes del show y la farándula, pero ya tenía métodos para controlarse y no haría más que ignorar sus presencia.

Mantuvo la vista fija en el frente, sentado en el bote y con la varita iluminada en alto, solo por precaución. Ahora avanzaban con mayor rapidez, el peso del reptil sobre la marea provocaba un oleaje veloz y continuo, el cual empujaba con mayor fuerza a las embarcaciones y aceleraba su paso hacia la meta. Recorrieron una distancia considerablemente larga, en donde las ráfagas de viento que golpeaban sutilmente la semblante de los hechiceros, mantuvieron presentes la atmósfera de alivio y despreocupación. Y así pasaron más de la mitad del trayecto.

Al llegar a una zona más calmada, el monstruo tuvo que despedirse, pues debían entrar en un pasadizo más angosto en donde a las laterales de las canoas, apenas y habían escasos centímetros de de limitación. Al fin encontraron algo diferente e inmediatamente el demonio se puso en pie —Confringo— bramó apuntando al mural de madera, que flotaba sobre el agua y obstruía su paso. Tras explotar la estructura, volaron astillas, tablas y troncos, todos con forma indefinida, pero fue esa la entrada a su final del trayecto.

—Tierra a la vista— murmuro alegre de volver a ver un suelo firme y sólido, mismo que conformaba la bahía en donde se encontrarían con sus demás compañeros. Al dejar las embarcaciones y pisar la suavidad del pasto, el escenario del lago y el laberinto comenzó a desmaterializarse, todo había sido solo una ilusión y los chicos ahora comprendían el "porqué" de muchas situaciones. Al final, el viaje resultó para Malfoy entretenido e interesante, a pesar de que no quedó huella alguna de las hazañas que tuvieron en equipo ahí dentro.

Hasta que la sombra de una criatura tan impresionante como la que visualizaron, sobrevoló muy por encima del castillo de la Academia. Era la figura de un colacuerno húngaro la que se proyectaba en la blanca pantalla de la luna, algo totalmente insignificante para sus compañeros de clase, pero no para el joven Black, pues era el dragón que en sus pensamientos imagino su aparición, dejando al demonio en un estado de completa desconcentración <<Que ameno, que ameno...>>.

Ficha:

Durante su aburrida estancia en el departamento, reposando en su cómoda silla del cubículo que Bel le había asignado, un simpático elfo doméstico interrumpió los frívolos pensamientos que inundaban su mente y su ser en aquellos momentos. No solo tenía pendientes en el Ministerio, la Academia también era uno de los componentes encargados del consumo físico del demonio, pero nada que un poco de cafeina no lograra remediar.

—Si ya se, seguramente Bel esta esperandome en su oficina– sentenció Malfoy antes de que la criatura se dignara a hablar. Era en ese tipo de situaciones cuando el sueco corroboraba que, su aspecto tan diabólico y maiáco, lograba intimidar no solo a brujas y magos. —Llevame una taza de café ¿quiéres?— agregó al ponerse en pie —te lo agradeceré infinitamente— gritó en su andar hacia la oficina de su jefa, al redordar las recomendaciones que alguien cercano le mencionó, respeco al buen trato que debía conservar con los elfos durante su labor como empleado en el Ministerio.

Tocó tres veces con solidéz a la puerta, pidió permiso para pasar y tras el acceso aceptado, entró —Buenas tardes Bel, ¿todo en órden?— cuestionó sonriente, intentando esconder en esa sonrisa fingida, el aspecto de fatiga que cargaba aquella tarde —¿Viste el encargo?—.

El animal se retorcía, desesperado y esperanzado en ser desatado por su dueño, el mismo que vestía una tunica totalmente negra, del mismo tono que las demas prendas de su conjunto interior: pantalón, camisa y botas de piel, que ahora estaban sucias por deformes manchas de lodo, parcialmente regadas por todo el calzado.

En un gesto tan ruin, como lleno de ira, Santos expresaba sus ganas por aniquilar a la chica que tuvo la relativa idea incredula de interferirse en sus planes. Alzó la varita y justo cuando ella estuvo a punto de concretar su última acción del turno, el demonio se adelantó conveniente.

Sectusempra bramó y un rayo púrpura corto las distancias entre Malfoy e Ivanova, inmediatamente el pecho de la bruja comenzó a sangrar, la herida tan fuerte necesitaba de atención médica urgente o de lo contrario, caería muerta.

Y la suerte de Rambladi, la corrió el sueco, que se encontraba entre prolongadas carcajadas que le impedian apuntar con precisión a la chica, por lo que ahora necesitaba de una defensa provicional si es que ella se animaba a atacarlo entre sus maniacas risas, mismas que provocaban un eco tan horrorizante, que asustaría a cualquiera que estuviese cerca.

Avis dijo con respiración entrecortada y una parvada de doce palomas grises comenzaron a danzar a su al rededor, con la orden del demonio de protegerlo de cualquier ataque enemigo.

La estatua de un hombre acuático, mitad pez, mitad humano; lamentando sus penas en un sollozar tan lamentable como vergonzoso. Durante su corta estancia en la Academia, el demonio no había visto actuar de esa forma al guardian de su casa, que de cierta manera, causaba pena ajena a todo expectador demtan dramática escena. El nuevo prefecto, se acercó cauteloso interrumpiendo los pensamientos del ahora nada imponente tritón, ignorando hasta el momento, el detalle que provocaba su mal estar —¿Todo bien?— cuestionó, limitando sus expresiones para mostrarse un tanto despreocupado, no por arrogancia, sino por no haber hallado las palabras indicadas para mostrar interés en ofrecer ayuda.

— Nada bien joven Malfoy, como puede notar, mi tridente ha desaparecido— contestó desanimado, alzando su mano con desfachates a la altura de su barbilla, misma con la sostenía hasta hace unas horas el arma —fue tan rápido, que no pudo percatarme del malnacido agresor — sentenció con ira, pero manteniendo al margen la dicción y elegancia que caracteriza a todo ser sabio. —Me siento tan inservible sin él ¡Así cómo voy a salvaguardar la Sala!— agregó desmejorado, en un gesto de tristeza encontrada con la enorme pena de su perdida.

—No te preocupes, ya nos encargaremos nosotros— agregó el sueco, refiriéndose a los miembros de la casa que es custiodada por la misma estatua con la que conversaba —Ahora mismo hablaré con Mery respecto a la situación y veremos que hacer; mientras tanto enviaremos a alguien que haga guardia a tu lado, por si el delincuente se arrepiente y se digna a regresar lo que hurtó- mencionó pensativo, indagando en su mente en posibles culpables.


—La señorita Haughton esta enterada de lo sucedido y yo se los agradecería infinitamente— finalizó el anciano, esperanzado en recuperar su más preciado objeto con la ayuda de los miembros de su casa,

—Ahora, con su permiso. Caput Tritón— pronunció tras un suspiro y luego adentrarse al interior del edificio que yace por debajo de las penumbras del lago encantado.

En su andar por la deshabitada aula, tomó unas cuantas pastillas de menta que reposaban inmóviles en un recipiente de crytal tan elegante como el mueble que lo sostenía. Entonces fue que se percató de lo bien que lucía la Sala, impecable y bien ordenada como de costumbre, era una pena que sus habitantes no se dieran el tiempo de pasar más tiempo ahí dentro para convivir con los demás residentes; como nuevo representante de los alumnos, tendría que hacer algo al respecto y junto con los jefes, reanimar el ambiente entre los jóvenes tritones.

Cruzó el marco de madera que divisa un pequeño pasillo y la oficina de jefatura, en donde se encontró con dos personajes —Buenas— saludó con cortesía y solo por cortesía, bien sabian todos ahi dentro que no era muy sociable —Mery, ¿todo bien?— preguntó con falsedad, pero con tono y gesto tan natural que pareció lo suficientemente veridico como para denotar amabilidad, tornó su mirada al nuevo integrante de la jefatura y continuó —Y tu debes ser el sustituto de Ishaya, yo soy Santos Malfoy, prefecto— en una inclinación de cabeza, mostró respeto al conocer a la nueva figura por quien sería comandado, después de todo, era congruente en su actuar, era todo, menos mal educado.

Buenos días/tardes/noches o según corresponda, querida familia

Vengo a anunciar mi retirada de ésta familia, no es nada personal ni mucho menos. Pero uno de mis proyectos dentro del foro esta por llevarse a cabo por lo que es necesario despedirme de una de mis familias.

Gracias por todo

Hola chicos,

Solicito por favor, retiren a la Black como mi familia adoptiva.

Tras la la discusión que tuvo con el jefe del Cuartel General de Aurores, no había otra cosa que pasara por su mente que las cuestiones que quedaron inconclusos en aquella visita, pero ya habría tiempo para aclararlas, ahora tenía que regresar al Escuadrón y reportar lo que documentó en su cita en el departamento colaborador. Atravesó el marco de madera de la oficina de Bel Evans y dejó en su elegante escritorio, el folio de los archivos que recabó con anterioridad, en ellos incluía la denuncia y orden de cateo de la misma victima del secuestro sucitado en el Callejón Diagón.

 

 

Ficha de Denuncia~
- Nombre del denunciante: Lyra Katara Ryddleturn
- Nombre de la persona/familia a la que denuncia: Orden del Fenix
- Lugar de los hechos (Link): El maullido salvaje
- Fecha del suceso: 07/07/2013
- Razones de la denuncia:
Secuestro por parte de la Orden del Fenix.
- Testigos del suceso:
Bel Ryddleturn, mi empleada Cindy y mi hija Niqqui A. Rambaldi .
- Otros Datos:
Fueron un total de cinco fenixianos por mi ese día, aunque no recuerdo más detalles que sirvan.
Debido a los conocimientos que tengo de artes oscuras, encantamientos y otros, pude utilizar hechizos como detritus y el necrohand para defenderme, ya que eran demasiados fenixianos. De todas formas fue inútil y me encontré obligada a ir a Abaddon.

 

 

~Petición para Cateos~
- Nombre: Lyra Katara Ryddleturn
- Lugar deseado para realizar el Cateo (Link): El maullido salvaje
- Razones para el registro:
Secuestro por parte de los miembros de la Orden del Fenix. No se si dejaron algún objeto indebido al marcharse.
- Otros Datos:

Off:

Rol en el Cuartel

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El desclarecedor balbuceo por parte de Ryddleturn, no permitían al demonio poner en claro la situación que había planteado a Enrick tras solicitar la presencia de Spectum en la reunión. Después de todo, el mismo había sido quien mencionó su ausencia en el Ministerio, por lo que Black dedujo su inminemte retraso en las actividades laborales.

-porfavor Ryddleturn, no tienes por qué alarmarte- comenzó relajado, al fin y al cabo, no estaba en la posición para procrear altanería en el asunto y de todas maneras, Malfoy buscaba una manera diplomática de solucionar el conflicto. Ante una situación de bandalismo, no era conveniente formular problemas internos entre el Cuartel y el Escuadrón, aunados al de logística que abordaba ambos departamentos. -Pero si tu insistes, me es posible denotar que por tu grado de insensatez emocional, en esta oficina domina un desequilibrio competente por el seguimiento de un caso sencillo y de la documentación de sus denuncias- como subsecuente de la discusión, no había vuelta atrás y sus dudas por el juicio moral de sus acciones, permanecían indiferentes a causa del trato recibido por el jefe -Es creíble de un aprendiz como yo, pero el hecho de que un jefe se exponga altanero al no tener ni la menor idea de lo que un simple empleado viene a solicitar, me parece realmente inexperto- lo único que Malfoy había hecho era sincerarse y con todo derecho y justa razón, puesto que lo que el vampiro había planteado al respecto, no era para nada relevante a lo que él había solicitado. -Gracias- finalizó el desalmado demonio tras escuchar la petición de retirada a su persona por parte del rubio, salió y se encaminó a su Departamento luego de recibir los papeles por parte del también inmortal. No presentaría ninguna queja, gran parte de su labor era aprender a socializar y entender los temperamentos existentes en las diferentes personas con las que alguna vez habría de colaborar.

-Hola Aarón, disculpame hermano, pero tengo prisa, nos reunimos en Diagón por la noche como acordamos para cenar- sentenció tras estrechar la mano con su primo para después salir volada del Cuartel.

La oscuridad proclamaba su estancia por aquel corredor acuático que deparaba una distancia y meta indefinida. En los pocos minutos que Santos estuvo solo en aquel húmedo paisaje, se había encargado de inspeccionar la estabilidad de las embarcaciones, no era del todo segura, pues existía un ligero desbalance si no se suministraba bien el colocamiento del peso en la madera.

El demonio, sumergido en su loca idea por avanzar sin precaución, se habría lanzado al agua sin cuestionamiento de prevención alguno, hasta que fue interrumpido por la llegada de la prefecta de su casa -!Atria! Me has pegado un buen susto- mencionó tras dejar de oscilar sus pisadas en la madera y en seguida regresar a la pequeña explanada -Es bueno saber que no estoy solo- sus dudas sobre la presencia de la mentira en aquella oración, prevalecían inertes al planteamiento de dos ideas; la primera era que durante su estancia en el laberinto, el solo había logrado avanzar hasta ése punto y la segunda, estaba relacionada a lo bien que se habían portado con él sus compañeros, pero lo dijo en un tono tan natural, que cualquiera lo habría digerido.

En seguida llegó Hydra, que se mostró igual de curiosa que el rubio al explorar con la mirada el interior de las aguas, pero sus métodos no eran del todo contundentes. -No creo que solo hayan insectos ahí adentro- sentenció el también Black, apartado a escasos centímetros de distancia de la chica, imitando su acción por intentar divisar algún tipo de actividad en las profundidades; aunque con mejores resultados, pues él, utilizaba el destello de luz que emanaba de su varita, para obtener mayor alcance en su mirar.

A la llegada de Aimé, mantuvo la cordura, intentando evitar sus ganas por indagar. Y sus inútiles desprendimientos por aventarse a la especie de río, fueron deshechas luego de la demostración de la profesora, que con un contacto indirecto con el líquido, expuso uno de los obstáculos de aquel camino. El rostro de Santos mostraba sorpresa, pues el no medir las consecuencias lo habrían llevado a un destino aún peor, y fue ahí también donde se retractó del valor de la compañía en tan compleja prueba.

A la señal de la maestra para abordar las balsas, Malfoy fue el primero en acomedirse para ayudar a las mujeres a subir, después de todo, la caballerosidad era uno de los múltiples componentes que lo identificaban.

Justo antes de su partida, apareció el último miembro del grupo que el mismo demonio invitó a formar, por unos instantes Santos lo creyó desfallecido. -Anda, sube- agregó Santos para ayudar a subir al muchacho y su mascota al transporte que compartiría con él. Respecto al cachorro, el ojiplata no lo dejaba de considerar un completo estorbo. Y así fue como emprendieron el viaje en las aguas misteriosas, que eran cubiertas por una espesa neblina.

Los minutos se convirtieron en horas, el silencio se había apoderado del frío paisaje y no había hasta el momento, algo porque batallar. Las somnolientas orbes del Malfoy, reflejaban el oscuro interior del acuoso camino y sus ganas por abandonar el lugar, aumentaban a medida que avanzaban con rumbo indefinido. El viaje había tornado a ser aburrido, tanto, que los personajes no habían logrado percatarse del cambio físico sufrido en su entorno, pues el camino había aumentado su anchura, ubicandolos ahora en un escenario muy parecido al de un lago.

-Seguro ahora aparece Ness y nos co... atrapa a todos- susurró Santos en un volumen audible par toda la audiencia, aunque reservándose el empleo del vulgar vocabulario, al recordar que ésta era una actividad escolar.

Aunque no pasó mucho para que sus vaga peticiones fueran cumplidas, la presencia de una criatura, con la complexión de una serpiente y los rasgos de un reptil, ascendiera de las penumbras con la finalidad de obstaculizar el paso a los navegantes -Creo que me ahorraré algunos comentarios- afirmó Santos mientras contemplaba la magnitud del problema, era un animal en verdad enorme.

-Tengo una idea- dijo apresurado a todas las demás sugerencias, trazando en su semblante una expresión aparentemente graciosa pensamiento, y en un escrúpulo de inquietud e imaginación por encontrar la solución más viable, Santos pensó en una descarriada teoría, en donde habiendo considerado que él había sido el guía hasta ésa parte de laberinto y qué el había planteado en su mente aquella situación, dedujo que parte de la respuesta a la salida de aquel lugar, se trataba de echar a volar la imaginación e inmediatamente pensó en la aparición de un colacuerno húngaro para hacer frente a la criatura, si aquello sucedía, sería ése un espectáculo magistral, pero no fue asi -Bueno,pensé que funcionaría- ahora pensaba que volvía loco y sus compañeros y la maestra, lo miraban con perplejidad.

-Aimé, ¿y ahora qué hacemos?- al haberse olvidado que ella era su profesora, fue como se animo a tutearla, pero la situación no ameritaba un posicionamiento jerárquico en esos momentos, tenían que hacer algo al respecto de inmediato, pues a pesar de la ceguera del reptil, su olfato era el que lo ayudaba a ubicar la localización de los navíos y a medida que avanzaba por las aguas, se decidía a cual de las dos atacar, todo parecía perdido, pues por la corriente, no había vuelta atrás.

Nueva York — 2025

La espesa niebla sobre los pies de Malfoy, el nublado firmamento y la ausencia de luz solar, indicaban un clima frío y húmedo en la escena. Edificios y postes caídos, autos abandonados, casas sin familias y papeles tirados por doquier, eran algunos de los elementos que inundaban el panorama en un ambiente post-apocalíptico. Lo humanos al fin habían conseguido desintegrar a más del setenta por ciento de su población, dejando así la posibilidad a los hechiceros de transitar por las ciudades inhabitadas, sin obstáculos para proyectar sus dotes de magia.

En su andar por el rastreo de su oponente, el demonio se mantuvo cauteloso y en estado de prevención a la aparición de cualquier ataque enemigo. Había recorrido más de la mitad de la ciudad en busca de la vampiro y hasta el momento no había percibido ningún tipo de actividad mágica en su entorno. En Central Park fue en donde alcanzó a percibir uno que otro movimiento, pero se trataba de la aldea de centauros que optaron por asentarse en la gran extensión de bosque que conformaban uno de los parques más importantes de lo que era el país de los Estados Unidos.

Hasta que la resonancia provocada por el pisar de sus largas zancadas delató la adelantada ubicación de la bruja, e inmediatamente Santos emprendió el recorrido tras su presa —Te tengo— sentenció animado. Materializó su varita en la diestra y se encaminó con celeridad en su paso, para encontrarse con la vampiro, justo en uno de los puntos más importantes de la ciudad, Time Square, pero ahora con la peculiaridad de una atmósfera de los más tétrica y desolada.

Y tras encarar a su rival —Morphos— pronunció sereno apuntando a la llanta desinflada de un camión, bruscamente la pieza de cuero comenzó a tomar la forma de un lobo de pelaje tan brillante como la luna, era un ejemplar macho de 1.40 hasta la cruz, con garras y dientes lo suficientemente afilados como para provocar una fuerte herida de un rasguño o una mordida, <<ataca sin piedad>> ordenó Malfoy a su creación e inmediatamente el lobo se dirigió con ferocidad y rapidez en su caminata para embestir el torso de la vampiro de una mordida, que de ser así, necesitaría de asistencia médica inmediata.