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Oniria

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Mensajes publicados por Oniria

  1. Sísifo:

     

     

    Contemplé cómo Tauro se quedaba pensativa mirando el lago y sentí que estaba inmersa en sus propias cuestiones metafísicas. Sonreí levemente.

     

    Sí, también fotografío a personas. Sobre todo cuando siento algo por ellas, no necesariamente romántico. Algo a secas. Al cabo de los años he construido una auténtica galería de las personas que han marcado mi vida... gracias a las fotos sé que pasó de verdad.

     

    Me rasqué la nuca. Volví a sonreír, y decidí atreverme a sacar mi cámara, una Canon AE-1. La joven seguía con la vista perdida en el agua. Su pelo parecía estar absorbiendo la tonalidad del cielo y su ropa permanecía húmeda. La razón por la que quería fotografiar a Tauro era sencilla. En cierto modo ya me había transformado. A veces sucedía así. Alguien cruzándose casualmente por tu camino, diez minutos de conversación profunda, soledad interrumpida... y algo había cambiado.

     

    Quédate así.

     

    @

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  2. Sísifo:

     

     

    Sonreí.

     

    Lo siento –me apresuré a decir por la caricia, apartando la mano–, y sí, la soledad es una tortura. Me quedan millones de años en este planeta viendo morir a personas a mi alrededor.

     

    Disimulé mi expresión de tristeza, porque realmente aquel pensamiento me angustiaba. Y yo nunca sería capaz de convertir a un ser querido para que me acompañase en el camino de la inmortalidad. La joven terminó su bebida y sostuvo mi mano con firmeza, mirándome a los ojos. No era ilógico preguntarse quién corría más peligro en aquella situación.

     

    Confío en ti. –Musité. Sentía un ardor extraño en la tripa, nerviosismo, ansiedad. Fuera lo que fuese lo que Nasha tenía preparado, iba a sorprenderme. Sus ojos color café recogían amablemente los destellos de las luces. Tenía una mirada envolvente que no sabía descifrar.

     

    Llévame ya. No soporto esta intriga.

     

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  3. Sísifo:

     

     

     

    En pocas ocasiones yo conseguía desinhibirme hasta el punto de bailar, pero en ese momento sentí que no podía parar. Nasha, descalza, me acompañaba. Parecía que habíamos vivido siempre dentro de aquella escena, o que llevábamos muchos años ensayándola. Quizás éramos los únicos en el pub que conocían a Tarantino. Cuando la canción llegó a su fin, la chica hizo algunas reverencias. Me sorprendió la flexibilidad de su cuerpo, como si tuviese control sobre cada uno de sus movimientos. Aquella delicadeza que era a la vez tan desenfadada.

     

    Volvimos al sofá. Me explicó cuáles eran sus planes. Yo aproveché para robar un sorbo de su whisky, mientras la miraba entornando los ojos con una expresión ensimismada.

     

    Suena bien. Me gusta el silencio. Y me apetece estar a solas contigo. –Confesé, con un deje de timidez, balanceándome entre la impulsividad y la vergüenza por mostrar mis sentimientos actuales. Dejé caer mis labios sobre su hombro, un breve segundo, sin escatimar en sensualidad.

     

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  4. Sísifo:

     

     

     

    Me respondió con otro beso, esta vez más húmedo, más comprometido. Era una buena señal. Jugábamos en la misma liga. Sonreí para mis adentros. La arrastré a una zona más apartada del local. No me parecía cómodo mostrarle todo aquello al barman. Un sofá con la tapicería de un Cadillac y una mesa baja de cristal. Hice un gesto para sentarnos. Uno junto al otro, su aliento parecía inundarlo todo, como si fuese su piel misma la que exhalase aire caliente. El sonido de sus latidos se solapaba con los acordes de Ain't No Sunshine. Mi deseo oscilaba entre desgarrar su cuello y acariciarla con dulzura.

     

    Cómo hemos acabado aquí... –Pensé en voz alta–, tengo curiosidad, ¿adónde piensas llevarme?

     

    Justo al terminar mi frase, comenzó a sonar You Never Can Tell. No pude evitar romper en una sonora carcajada, recordando aquella fantástica escena de Pulp Fiction. Cogí la mano de Nasha con fuerza, levantándola y llevándola al centro de la estancia. Realmente, aquel lugar guardaba muchas similitudes con el de la película en cuanto a decoración.

     

    Vale, si no conoces esto vamos a tener un problema que solucionaremos después, y en ese caso simplemente improvisa... –comencé–, si sabes de qué se trata, ya conoces los pasos. –Sentencié, imitando aquella extravagante coreografía de Mia Wallace.

     

    @

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  5. Sísifo:

     

     

    La seguí hasta aquella pequeña mesa redonda, donde apenas llegaba la poca luz que iluminaba el local. Un perfume fuerte, masculino flotaba en aquel pequeño espacio sucio y polvoriento. Rodeé el borde de cristal de mi vaso con la punta del dedo, concentrándome. Aquella chica que se mostraba tan silenciosamente amenazante me estaba poniendo a prueba. Quizá había creado unas expectativas demasiado altas sobre mí. Me asustó defraudarla.

     

    Intuyo que será más difícil de lo que a priori parecía... –confesé en un susurro, mirándola fijamente. Nuestros ojos absorbían la poca claridad de la estancia–, ¿qué esperas de mí?

     

    Mientras hablaba, me había tomado la licencia de sostener su brazo para empezar a trazar la silueta de un árbol con mi bolígrafo de tinta negra. Con pequeñas líneas iba formando el tronco, las raíces, las hojas. Era un diseño minimalista, ligero, desenfadado. Yo siempre dibujaba llevándome por la intuición y el impulso, sin preocuparme por el resultado. Lo único que me importaba era sentir lo que estaba haciendo.

     

    Creo que me recuerdas al sauce.

     

    Me detuve. La llegada de Leah había convertido mi noche en una tormenta impredecible. Quizá conectáramos de verdad hasta el punto de preservar intactos aquellos instantes en la memoria. O quizá en pocos minutos nos diésemos cuenta de que todo aquello era una verborrea sin sentido.

     

    @

  6. Sísifo:

     

     

    He escuchado un nombre parecido... en sueños. –Comenté, sorprendido. Insomnia. Desde que había llegado a Londres tenía la sensación de que todo el mundo me conocía, como si ya hubiese estado allí en otro tiempo pero no pudiese recordarlo. Era un sentimiento extraño, una nostalgia que no sabía a qué achacar y que terminaba transformándose en un profundo desasosiego.

     

    "Siempre merece la pena". ¿Realmente era así? Yo tenía serias dudas. Por mi mente siempre rondaba la opción de suicidarme, pero por otro lado sentía mucho amor por las pequeñas cosas de la vida, los hechos insignificantes, lo cotidiano. En aquella contradicción, entre otras muchas, consistía mi propia dicotomía interna.

     

    Escuché sus palabras con atención. Su voz, suave como una caricia, como debían de sonar los ángeles. Su voz ocupaba todo el espacio en ese instante.

     

    Larga, no lo sé... –intervine–, interesante seguro. Quizá nuestra relación acabe aquí. Pero prometo esforzarme para hacerlo inolvidable.

     

    Era muy consciente de que mi impulsividad me hacía impredecible, me llevaba de una punta a otra del mundo. Era difícil mantener una relación estable conmigo, pero siempre era una apuesta segura de intensidad y emociones fuertes. Era especialista en devolver a las personas "un olvidado sabor a sí mismas".

     

    @

  7. Sísifo:

     

     

    Había pasado. Se había acercado a mí. Había hablado. Tardé segundos en procesarlo y contestar. Su voz me inundó como una avalancha de fuego.

     

    Creo que no te conozco. Pero a la vez me resultas terriblemente familiar. –Musité, con los ojos muy abiertos. Quién era aquella joven. Nunca, en mi vida, me había recorrido aquella sensación. La certeza mística de estar junto a alguien a quien pertenecía. Me asusté. Mi racionalidad científica se oponía a todo aquello, pero yo era impulsivo por naturaleza. Pura contradicción, dicotomía.

     

    La contemplé envuelto en un silencio sepulcral. El color vino intensificaba el verde de sus ojos. Los sonidos se mezclaban aleatoriamente creando melodías contemporáneas. El viento, las gotas chocando, el mar, la tormenta. Ruidos de invierno perpetuo.

     

    "La rebelión consiste en mirar una rosa

    hasta pulverizarse los ojos."

     

    Recité, en un murmullo tan leve que se ahogó con el llanto de las olas. Reconocí en su rostro la tristeza, el hastío, el dolor que yo mismo arrastraba. Qué le afligiría.

     

    Soy Sísifo.

     

    @@Arya Macnair

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  8. Sísifo:

     

     

    Con una mano me aferraba a la barra de madera gastada para soportar aquel vértigo, mientras que en la otra recibía la dulzura de la caricia de Nasha. Percibí cómo su pulso se aceleraba. Me tranquilizó saber que ella también estaba nerviosa, o lo que quisiera que significase que su corazón bombeara más rápido. Agarré su muñeca y me impulsé suavemente hacia adelante para situarme frente a frente contra ella. Mi nariz casi rozando con la suya. Su aliento caliente como el humo que desprenden las ascuas de una chimenea azotó mi piel.

     

    –"Escribo final para que no termine." –Susurré. Aquello era una declaración de intenciones. Pero en la vida no valían palabras de amor sino pruebas de amor. No es que yo estuviese enamorado de Nasha, no al menos en el sentido literal de la palabra. Pero yo creía en los amores fugaces, en los "asteroides" que pasaban brevemente por tu vida, quizá una sola noche, una semana, una vez al año. Era una persona contraria a las convenciones, a los mitos occidentales del amor romántico. Mi impulsividad me forzaba a ser un idealista, y realmente era capaz de sentir emociones sumamente intensas por aquella completa desconocida. Hacía años aquellos rasgos de mi personalidad me avergonzaban, ahora había conseguido integrarlos de tal forma que sabía sacarles partido, exprimirlos para hacer de mis días una experiencia inolvidable.

     

    La besé casi sin darme cuenta. Pruebas de amor. O simple atracción sin precedentes. Cuando besaba a alguien tenía que esforzarme para canalizar mis instintos vampíricos y que no terminase en una masacre. El contacto era demasiado directo. Me separé bruscamente, escrutándola. Una sonrisa torcida iluminaba mi rostro.

     

    La pregunta correcta es... ¿hasta dónde eres capaz de sentir tú?

     

    @

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  9. Sísifo:

     

     

    Ajusté aquel nudo y sentí que las manos me temblaban. Cerré los ojos para concentrarme en las sensaciones que llegaban a mi cuerpo. Aquel calor tan orgánico, fiero. ¿Se me estaba insinuando o jugaba con mi perplejidad? De Nasha podía esperar cualquier cosa. Eso era precisamente lo que la hacía tan atractiva, y a la vez amenazante. Era est****o: un vampiro asustado por una humana que parecía haberse adueñado completamente de la situación. Donna Summer aderezó el momento con su I Feel Love. No pude evitar sonreír. A veces las canciones eran más sinceras que nosotros mismos.

     

    La verdad es que no había estado nunca aquí... –confesé, desilusionado por no tener ninguna historia interesante que ofrecer–, pero quizá ahora cobre un significado especial para mí.

     

    Me había atrevido a sugerir aquello. Estaba resultando obvio, pero empezaba a darme igual. Me hundí en sus ojos. No quería parpadear para no perderme ni un detalle. Si no podía sentirlo todo no quería sentir.

     

    Me alegro de que no huyeras, Nasha.

     

    @

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  10. Sísifo:

     

     

    Me encontraba tumbado sobre una superficie de piedra fría, en aquel patio de fuentes que conducía a la Torre Oscura. El chismorreo del agua se mezclaba con el sonido lejano de las olas destripándose en el acantilado. Contemplaba el cielo nocturno fascinado como la primera vez. Aquel conjunto de estrellas que formaban extraños dibujos, los que yo quisiera. Me estremecía pensar que estaba mirando luces de otro tiempo, luces muertas. Cuando examinaba el espacio afloraban conceptos en mi cabeza que simplemente no eran pensables, y un hormigueo sacudía mis extremidades como si faltase la gravedad.

     

    Saqué mi cuaderno de la pequeña mochila de cuero que solía cargar, e hice algunos bocetos de aquellos edificios. Escribí algunas frases desperdigadas por el papel. Adoraba el desorden. Cuando intentabas descifrarlo al cabo del tiempo extraías conclusiones.

     

    Mi tranquilidad se vio alterada por la llegada de una joven. Me llamó la atención su cabello rojizo salpicado de mechones plateados. Me recordó a los colores de una nebulosa. Sus ojos eran verdes como las primeras hojas de la primavera. Me dio un vuelco el corazón. A pesar de mi fobia social, deseaba interiormente que aquella chica no pasara de largo, que algo en mí la atrajese de tal forma que me dirigiese la palabra, aunque fuese un instante. Quizá estaba mirándola demasiado fijamente. Me concentré en mi cuaderno y escribí palabras al azar. "Nebulosa", "melocotón", "canela", "calidez".

     

    @@Arya Macnair

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  11. Sísifo:

     

     

    No, nací en Estados Unidos –dije, tras escuchar su breve historia, remontándome a aquellos oscuros años–, de ahí este acento.

     

    Terminé mi copa y pedí otra exactamente como había hecho la Yaxley. La recibí de buen gusto y di un largo trago como si el alcohol fuese a borrar la ansiedad que crecía en mis entrañas. No me gustaba recordar mis años en el orfanato.

     

    Mi familia me abandonó porque se asustó. Era un niño complicado, supongo. Ya sabes, cuando me cabreaba sucedían cosas extrañas, se rompían objetos... –expliqué–, sí, mi familia era muggle. –Confesé, encogiéndome de hombros. Esperaba que la joven no me juzgase, porque dentro de la Marca había muchas reticencias respecto a la pureza de sangre, que yo mismo, con los años, había acabado por desarrollar. Me avergonzaba de mis raíces. A veces culpaba a mis antepasados de los males que me azotaban. Llegué a estar tan obsesionado que odiaba a los muggles hasta el punto de acosarlos. Había conseguido suavizar mi rabia con los años, pero seguía albergando un profundo desprecio por los no-mágicos en mi interior, que yo sabía que no era más que una proyección de mis inseguridades.

     

    ¿Por qué sabes tan poco de tu pasado, si puedo preguntar?

     

    @

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  12. Sísifo:

     

     

    Nos aparecimos frente a la entrada de aquel pub del que había escuchado hablar a algún compañero. Ahora frente a la puerta, yo sostenía su brazo y estaba algo mareado tras aterrizar. El contacto físico nuevamente me hizo encogerme.

     

    Claro que puedes llevarme donde quieras. –Respondí con cierta tardanza, dejándome llevar por la impulsividad que me caracterizaba y que tantos buenos y malos momentos me había brindado. La arrastré por el pasillo que conducía a aquel local de tonos oscuros, negros y rojos predominantemente. Aparté la cortina que nos separaba del interior. La decoración tenía relación con el mundo automovilístico, coches, motos, caucho, tubos de escape y colores metalizados. La música, excelente, inundaba la estancia. Solté su mano, no sin antes mirarla algo avergonzado. Realmente no hubiera sido necesario conducirla hasta allí como a una niña pequeña, y podría sentirse ofendida. Era una actitud de lo más paternalista pero yo no me atrevía a pronunciar una disculpa. Lo cierto es que simplemente me gustaba sentir su calor corporal.

     

    Voy a por algo de beber. –Comenté, desviando la atención a la barra. Ni siquiera esperé a escuchar si ella también quería algo. Estaba tan nervioso que corrí hasta al barman y le rogué un whisky solo, atragantándome con las palabras. Me giré sobre mí mismo, apoyando la espalda sobre aquella superficie que parecía darme sostén entre todo aquel vértigo, y contemplé cómo Nasha se dirigía hacia mí. Su piel oscura recibía los brillos de las luces como el agua de un río en la noche refleja las estrellas.

     

    @

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  13. JEJEJEJE, hola, he visto esto y ya estaba deseando participar en algo dentro de la Marca, y este espacio no lo recordaba pero me ha llamado la atención, así que me paso a dejar la fichita:

     

    Nick: Oniria
    ¿Alguna experiencia como consejero o en seguimiento a aspirantes? no, no tengo experiencia pero sí muchas ganas de darle cañita a los nuevos.
    Disponibilidad y Horario más accesible: estoy casi siempre disponible ahora en verano, salvo por la tarde-noche (horario de España).

     

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  14. Sísifo:

     

     

    No es la primera vez que alguien me dice que me conoce por aquí –comenté, examinándola–, me pregunto a quién me pareceré tanto. –Me encogí de hombros, clavando la mirada en las botellas de alcohol polvorientas, que despedían brillos de múltiples colores. El vidrio siempre me había llamado la atención. Cómo la luz lo atravesaba deformándose, creando espirales imposibles.

     

    Realmente no me llamo así, claro –señalé, respondiendo a la pregunta que seguramente estaba formulándose y que se escondía tras sus palabras– pero está bien poder elegir tu nombre, ¿no crees? Sísifo, Sísifo... –saboreé aquellas letras, recordando el mito y su significado– a veces siento que arrastro una enorme roca por una colina, y siempre vuelve a caer. Así hasta el infinito. Es una metáfora de mi vida. No hay suelo bajo mis pies. Habito en el absurdo. Pero sigo arrastrando la roca. Supongo que porque cuando regreso a por ella la brisa azota mi rostro y siento que merece la pena.

    <<Nací a principios del Siglo XX en Estados Unidos, en un pueblo de Alaska. Supongo que a eso se debe este aspecto.

     

    Me bebí de un trago el resto de mi copa, e hice un gesto con el dedo para pedir otra. Miré a Leah, aquella silueta nívea en mitad de la oscuridad. Sus ojos verdes contenían la luz de aquel antro en forma de diminutos destellos.

     

    ¿Qué hay de ti? Estoy seguro de que me sorprenderá.

     

    @

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  15. Sísifo:

     

     

    Quizá tengo resaca perpetua... –Murmuré, esbozando una suave sonrisa, sosteniendo mi cóctel a la altura de mis ojos. Dirigí la vista hacia ella. Su túnica blanca resplandecía en la tenue oscuridad. Aquella pulcritud, aquel aire de pureza, sólo podía indicar un terrible peligro. Era extraño que un mortífago eligiese el blanco para representarse.

     

    Sísifo. –Respondí, estrechando la mano que me tendía. Sentí que me inspeccionaba y me puse algo nervioso. Había venido a esta taberna para refugiarme en mis pensamientos, y estaba compartiendo asiento con una desconocida de aspecto amenazante. Sin embargo, algo en su voz había sembrado en mí un extraño interés por conocerla, incluso si suponía un riesgo real para mi seguridad.

     

    –"Ella tiene miedo de no saber nombrar

    lo que no existe".

     

    Recité, como era habitual cuando entablaba conversación por primera vez con alguien, buscando versos que asociara con aquella nueva persona en mi vida. Mis ojos grises parecieron desplomarse como una avalancha de nieve sobre el rostro de Leah.

     

    @

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  16. Sísifo:

     

     

    Entré en la taberna, con las manos hundidas en los bolsillos de mi gabardina negra y una expresión taciturna. Recorrí con la mirada a los presentes, reconociendo vagamente algunos rostros. No me apetecía saludar a nadie, sólo disfrutar del bullicio de la sala, ensimismarme en el silencio, derrumbarme en la soledad. Me dirigí a la barra y pedí un Bloody Mary. Pascual me lo sirvió diligentemente. Asentí con la cabeza en señal de agradecimiento mientras daba un largo sorbo.

     

    Contemplé mi reflejo en el cristal ennegrecido tras las botellas de licor. Mi cabello blanco lucía melancólico a juego con mi expresión. Parecía el personaje de una fotografía familiar que se ha extraviado en un desván repleto de acumuladores sentimentales. Me giré sobre mí mismo en el taburete, para tener una visión más completa de la estancia. Los presentes conversaban unos con otros. Imaginaba que en ese preciso instante estarían urdiéndose tramas prohibidas y secretas.

     

    Entonces, a lo lejos, atravesó la puerta una figura femenina. Caminaba como una bailarina. Aquella joven esbelta parecía tener control sobre cada movimiento de su cuerpo, de tal forma que había conseguido armonizarlos todos como si se tratara de una máquina perfecta. Su cabello dorado se mecía levemente al compás de sus pasos. Se dio cuenta de que la observaba fijamente. Si hubiese podido sonrojarme, lo hubiese hecho sin duda, descubierta mi fascinación por aquella chica.

     

    @

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  17. Holiii, me paso para pedir unos cambios, ¡gracias!

     

    Nombre de la Bóveda: Bóveda de Oniria
    Link a la Bóveda Personal: http://www.harrylatino.org/topic/102591-boveda-de-oniria/
    Trámite a Realizar: retirar todo lo de la familia Haughton y Slytherin, tanto link de registro como link de bóveda, y poner los de la familia Yaxley, que dejo a continuación:

     

    http://www.harrylatino.org/topic/109938-familia-yaxley-mm/ (link de registro)

    http://www.harrylatino.org/topic/109997-boveda-familia-yaxley/ (link de bóveda)

     

  18. Bueno personitas bellas, vengo a dejar de nuevo mi registro, ahora que tengo mi cuenta definitiva <3 ¡gracias por todo!

     

    Nick: Oniria

    ¿Qué es lo que más te gusta de tu personaje? me gusta que se cuestione el porqué de todas las cosas, su funcionamiento, su conexión... y que a la vez sea tan emocional.

    ¿Estás preparado para ser un Yaxley? POR SUPUESTO.

    ¿Estás teniendo un lindo día hoy? acabo de venir del cine, ha sido muy guay.

     

     

    ¡abrazos!

  19. Sísifo:

     

     

    Sonreí. Parecía realmente interesada en conocerme en profundidad, y no tenía predisposición de juzgarme. Las personas oscuras somos así, nos sentimos atraídas por nuestros semejantes. Clavé mis ojos grises en los suyos, de un tono similar, como un cristal un día de lluvia.

     

    Estaré encantado de escucharte. –Señalé, derrotado por fin, liberándome de mis defensas. Ahora, siguiendo su metáfora, era un libro abierto, a la espera de sus preguntas para revelarle los secretos recónditos que se escondían entre mis páginas. Me rasqué la nuca, aquel gesto que me perseguía cuando estaba nervioso o cuando sentía que alguien estaba viendo a través de mí.

     

    La Yaxley prometía una conversación repleta de altibajos y referencias a recuerdos que no sabía si quería desenterrar, pero yo era una amante de lo trágico. Mi identidad se construía en base a la tristeza.

     

    ¿De dónde vienes?

     

    @

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  20. Sísifo:

     

     

    Me alegro de que no te haya molestado el comentario... –Confesé, azorado. Levanté la mirada desde el suelo para observarla sutilmente. Escuché atentamente su comentario acerca de su nombre, con esmerada curiosidad, y sonreí. En otra época de mi vida me había interesado mucho por la astrología.

     

    Yo no me llamaba Sísifo. Pero elegí este nombre por su historia. Siento que habla de mí y de mi estar-en-el-mundo. –Comenté, encogiéndome de hombros. Aquello me transportaba a un pasado que no quería recordar, pero que en algunos momentos afloraba azotándome la entrañas como cientos de puñales ácidos.

     

    Descubrí en Tauro muchos puntos en común con mi personalidad, algo que me sorprendió gratamente. Los dos éramos, en cierto modo, amantes de la soledad. Empaticé con sus palabras, dejé que el silencio me traspasara como a una lámina translúcida.

     

    Me gusta escribir, y la fotografía analógica. Aprendí a revelar en un laboratorio en Francia, en uno de mis viajes. Suelo llevar una cámara encima para congelar instantes, porque sé que algún día querré volver y algo habrá cambiado. Si mañana regreso a esta misma sombra junto a la orilla del lago el agua no será la misma. Este instante está muriendo justo ahora... –Musité, ensimismándome en mis pensamientos heracliteanos–. "Nadie se baña dos veces en las mismas aguas de un río.".

     

    @

  21. Primero de todo, muchas gracias por ayudarme a recuperar esta cuenta <3 dicho esto me paso a dejar la ficha de Sísifo para que me la actualicen, e intentaré hacer de Oniria un pj secundario o algo, a ver cómo se hace eso... ¡Un abrazo, gracias de nuevo!

     

    Ficha actual:

    Dice así

     

     

    Datos Personales:


    Nombre del Personaje: Oniria Haughton Malfoy

    Sexo: femenino

    Edad: joven, en torno a 25 años

    Nacionalidad: rusa

    Familia(s):
    * Familia 1: Haughton
    * Familia 2: Malfoy

    Padre(s) Sanguíneo:
    *Padre: hermano desaparecido de Mónica Haughton
    *Madre: --

    Padre(s) Adoptivos:
    *Padre: --
    *Madre: Rocío Malfoy

    Trabajo: --

    photo-118083.jpeg?_r=1426520022?_r=afb2a



    Poderes Mágicos:

    Rango Social:[/size] Unicornio de Bronce

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando: --

    Puntos de poder en objetos: 20

    Cita

    Hechizos adicionales: --

    Puntos de poder en criaturas: 10

     

    Cita

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --


    Habilidades Mágicas:
    * Habilidad 1: --
    * Habilidad 2: --
    * Habilidad 3: --

    Conocimientos Especiales:
    * Conocimiento 1: Artes Oscuras
    * Conocimiento 2: Conocimiento en Maldiciones
    * Conocimiento 3: --

    Medallas: --




    Perfil del Personaje:

    Raza:[/size] vampiro

    Aspecto Físico:
    Ni alta ni baja, aproximadamente 1,70 metros de altura. Complexión muy delgada, sin curvas pronunciadas exceptuando las de las caderas.
    Tiene el pelo corto, por la nuca, casi siempre despeinado, la patilla derecha más larga que la izquierda, de color blanco nieve.
    Los ojos pequeños y hundidos, de un tenue color lila que se torna rojo cuando le aumenta la sed.
    Los labios voluptuosos y prominentes, pálidos, y la nariz chata.
    Facciones ovaladas y mejillas angulosas, que le confieren un aspecto amenazador.
    Cuando está sedienta le crecen uñas y colmillos y se le marcan las venas a través de la piel.
    Tiene dos aritos negros como pendientes y otras tantas anillas esparcidas por el cartílago de la oreja.
    Una fina trenza le crece debajo de la oreja y le llega hasta el hombro.
    Tiene varios tatuajes: la constelación de Orión en la costilla izquierda, la constelación de la Osa Mayor en tinta ultravioleta en la muñeca, un lobo en la pierna (en honor a su Husky, Coh), un búho por encima de la muñeca (bajo el que está escrito, en griego antiguo, la famosa máxima socrática de “conócete a ti mismo”), un árbol en el pie, un reloj sobre el pecho, la huella de una mano en la costilla derecha (la huella se corresponde con la de Irina, la vampiresa que la convirtió).
    Siempre viste de forma sencilla, sólo con negros o blancos.
    Es bastante andrógina, pero atractiva.

    http://s16.postimg.org/egchf87id/White_Short_Hairstyles_Messy.png


    Cualidades Psicológicas:
    Es cínica e irónica. Ocasionalmente disfruta del mal ajeno, pero no le gusta considerarse una persona de malas intenciones; oscura, indudablemente, pero no malvada.
    Obsesionada con la muerte, la venganza y los sueños, que desea poder interpretar. Es incapaz de perdonar la traición y su objetivo es perseguir a todo aquel que se atreva a practicarla.
    Es consciente de sus limitaciones, pero a veces peca de cierta soberbia intelectual por creer que su experiencia vital la hace superior al resto. Normalmente es silenciosa, tímida y lacónica, fría, reflexiva y pesimista. Atesora caprichosamente su sensibilidad bajo una fachada de indiferencia.
    Es en sí misma una antítesis donde conviven fuego y hielo, humildad y arrogancia, bien y mal, arte y violencia.
    Fiel a los suyos, que son pocos, pero a los que aunque odie reconocerlo ama irracionalmente.
    Le fascinan las personas frágiles, los artistas, los líderes, y en especial todo aquel que sea opuesto a ella y pueda complementar sus carencias.
    Ama escribir por encima de todo. Puede pasarse horas sumergida entre sus letras, desangrándose en el papel. Poetiza su realidad, la versifica. Su inspiración nace de la tristeza y es por eso que se recrea en la melancolía y la nostalgia, que le permiten empaparse en su universo donde todo arma es la palabra.
    Tiene fobia a las arañas y a las aglomeraciones y espacios abiertos (agorafobia) cuando está sola rodeada de desconocidos, nictofilia (gusto por la oscuridad), y fue mitogénica en el pasado.
    Es sigilosa y discreta, nadie la oye llegar. Medita sus decisiones y construye su vida sobre una compleja filosofía que alimenta con su saber, sus experiencias y sus años.
    Es una admiradora de los modales aristócratas, que gracias a la observación ha terminado por imitar. Se regodea en las exquisiteces, exhibe su educación delicada y artificiosa y se desenvuelve cómodamente entre las clases altas de la sociedad, a la que ha analizado minuciosamente.

    Historia:
    Nació en la antigua URSS, en las cercanías de un gulag soviético siberiano, en un invierno de los más fríos que se recuerdan. Jamás conoció a su padre ni a su madre, y tan sólo conserva de estos una foto del primero, arrugada y envejecida.

    Fue recogida por un kulaks llamado Lievin que estaba siempre malhumorado y que no se molestó ni en ponerle un nombre. Creció por lo tanto sola, rodeada de amigos imaginarios y la constante presencia de la muerte que se respiraba a su alrededor, en el campo de trabajos forzados.

    Durante su infancia frecuentaba la verja electrificada del gulag, manteniendo conversaciones pasajeras con los escuálidos prisioneros que en la mayoría de los casos jamás volvía a encontrar. Una tarde un soldado ruso la sorprendió tratando de colarse por debajo de la valla y la reprendió a bofetadas. Se quedó muerta de miedo y también furiosa, herida en el orgullo. Sucedió por primera vez. La AK-47 del soldado reventó en sus manos y el hombre, aterrorizado, la persiguió a pesar de haber perdido casi todos los dedos. Desde entonces fue consciente de su poder.

    Cuando contaba con apenas 14 años Lievin falleció en mitad de la noche, abandonándola sin herencia ni bienes. Ella desvalijó la casa, se apoderó de todo objeto de valor que pudo hallar, cargó un macuto de comida deshidratada y se marchó acompañada del Husky de Lievin, Coh, con el que tenía un fuerte lazo afectivo. Durante aproximadamente dos años vivió del robo y de mendigar en las calles. En varios ocasiones estuvo a punto de morir de hambre o congelada, pero siempre siguió adelante, con la seguridad de que algún día sería alguien y de que tendría nombre e identidad propias.

    Con 17 años conoció a una anciana que la había descubierto pasando las páginas de un libro sin las manos. La vieja la acogió en su casucha y le reveló que era una bruja, lo que explicaba todos los extraños fenómenos que se producían a su alrededor. Ella ni siquiera se sorprendió, llevaba tiempo intuyendo que en su sangre fluía algún extraño poder. La anciana también le narró una bonita historia sobre sueños. Ella nunca había soñado, y esa noche, acompañada del crepitar de las llamas, lo hizo primera vez. Desde entonces sueña siempre en blanco y negro. Decidió bautizarse como Oniria, en honor a aquella mujer la había empujado a imaginar y que la hizo conocedora de su magia.

    Una década después de la muerte de Stalin, cuando contaba ya con 20 años, se mudó por fin a Moscú. Allí conoció a un enigmático joven inglés llamado Jared, que derrumbó su muro de frialdad y trajo el verano a su vida. Fue su primer amor. Jared la documentó acerca de astronomía, de la batalla entre el bloque comunista y el capitalista, de los avances científicos que estaba trayendo consigo la carrera especial. Juntos fueron testigos del lanzamiento del satélite Sputnik 4, que sería el primer prototipo de nave espacial. Jared se la llevó de Rusia y pudo escaparse a conocer mundo. Se asentaron en un pueblecito de Inglaterra, a unas horas de Londres. Allí vivieron apaciblemente los siguientes 3 años, acomodados, enamorados y jóvenes. Aun así Oniria estaba intranquila. Quería encontrar alguna forma de explotar sus habilidades mágicas, por si podían oxidársele.

    Una noche, en un bar de copas, se le presentó una muchacha de unos dieciocho años. Era extremadamente bella, casi tentadora. Su simetría resultaba irreal, y Oniria percibía un peligro, una sombra oscura en su mirada. Todos los viernes acordaban una cita en el mismo local, y paulatinamente iban conociéndose la una a la otra. Oniria llegó a olvidarse de Jared. Ya no sentía esa pasión cuando lo besaba, y su mera presencia le resultaba casi incómoda. Se había enamorado de una chica más joven, Irina, y para colmo, ¡una mujer! Cuando se lo confesó, ella se mostró muy comprensiva y la acompañó a su casa. Una vez allí depositó un suave beso en sus labios, y acto seguido le desgarró el cuello de una dentellada.

    Oniria nunca recordaría los instantes siguientes al ataque, pero sí que despertó una mañana en mitad de un callejón, apestando a sangre, a hierro y a polvo. Cuando quiso dar un paso al frente, hacia la luz, sintió su piel arder. También sentía un fuego insoportable en la garganta. Esperó hasta el crepúsculo para abandonar la seguridad del callejón, y tambaleándose por la quemazón que ya le recorría el pecho, volvió a su casita, con Jared. Lo encontró en su butaca, en su postura habitual. La embargó un aroma dulzón. Se le abrieron las fosas nasales y no pudo evitar lanzarse hacia el que había sido el amor de su vida. Cuando contempló el cuerpo inerte, vacío de Jared, rompió a llorar, y reconstruyó la coraza que años antes el joven había conseguido derrumbar. Se tatuó ella misma la constelación de Orión en el bajo vientre, uniendo con tinta sus lunares, y juró que se vengaría de Irina.

    Los años ya no volvieron a pasar por ella. Se instruyó en el arte del vampirismo, y descubrió que cuando bebía sangre sus poderes de percepción disminuían, junto a la quemazón de la garganta, la intolerancia al sol y el monstruoso aspecto físico que empeoraba conforme no se alimentaba.

    En el año 2000 hizo las maletas y compró un piso en Londres. Obcecada en su plan de venganza, investigó acerca del paradero de la vampiresa que la había convertido y había robado su humanidad. Cuando la hubo localizado estuvo acechándola durante meses, hasta que se aprendió todos sus pasos. La atrapó en el camerino de un actor en el Albert Hall. Le clavó una estaca de plata en el corazón. Disfrutó de verla gritar, aullar reduciéndose a cenizas.

    Posteriormente retomó la búsqueda del conocimiento mágico, y halló el Ministerio de Magia de Londres. Decidió inscribirse en la Academia y desarrollar así sus dotes que bajo ningún concepto utilizaría para hacer el bien. Fue allí donde inesperadamente se cruzó por primera vez con Mónica Malfoy Haughton, a la que enseguida reconoció como melliza de su padre, pues su rostro era exactamente igual al de la foto que conservaba de éste. Amablemente Mónica accedió a convertirla en su protegida e integrarla nuevamente en su antigua familia, los Haughton.

    En la misma Academia conoció a su futura mejor amiga, Arya Lockhart, con la cual posee un vínculo y una conexión que van más allá de lo físico para adentrarse en lo espiritual. Su alma, de cierta forma, está enlazada a la de la joven, por lo que la adora y la antepone a la misma muerte. Esto le causa graves problemas debido al abismo de ideales que las separa. A ojos del mundo deben ser enemigas. Su relación con ella está salpicada de emotivos episodios que no hacen sino reforzar su unión. De hecho Oniria está, en cierto sentido, enamorada de ella.

    Tras finalizar sus estudios inicia sus pasos en la Marca Tenebrosa, el bando oscuro del mundo mágico londinense que la acogerá con los brazos abiertos. Allí conoce a grandes magos de los que aprenderá importantes lecciones, con los que saciará su espíritu vengativo y acrecentará su cinismo y maldad. Juramentada y en acuerdo con sus principios se compromete a prestar su vida por el ideal al que defiende, promesa que la obligará a enfrentarse a Arya en más de una ocasión.

    Está contratada como profesora en la Universidad, pero a pesar de ello se mantiene alejada de la sociedad mágica, retrayéndose para sí, conviviendo casi exclusivamente con su soledad, dedicándose enteramente a la escritura, la literatura y a la búsqueda de la libertad y la plenitud. No es amiga por tanto de frecuentar los espacios públicos ni de abrirse a la sociedad.

    Tiene una gran amistad con Allen Walker por su ayuda prestada a Arya durante su exorcismo. Además, el demonio podría resultar ser su familiar vivo más cercano después de Mónica.

    Ha sido adoptada por Rocío Malfoy, su madre e instructora, persona a la que admira de corazón.

    Recientemente ha establecido una estrecha relación de amor-amistad con Leah Atkins, compañera de bando a la que ha abierto su corazón y por la que siente un fuego inefable, que oscila entre lo sensual y lo enigmático.




    Pertenencias:

    Objeto Mágico Legendario: --

    Objetos Mágicos:
    Objeto 1: varita
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Pociones Mágicas:
    Objeto 1: --
    Clasificación: --
    Puntos de Poder: --
    [/size]
    Criaturas Mágicas:
    Criatura 1: lobo
    Categoría: A
    Puntos de Poder: 10 puntos
    Poder en asaltos: --

    Libros de Hechizos:
    Libro 1: --
    Nivel: --

    Poderes de Criaturas:
    Tipo de Poder: --

    Consumibles en Batallas:
    Nombre: --
    Descripción: --
    Categoría: --

    Criaturas en la Reserva: --
    Criatura 1: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --

    Elfos:[/size]
    * Elfo 1: --
    * Elfo 2: --


    Licencias, Tasas y Registros:

    Licencia de Aparición:

    Licencia de Vuelo de Escoba:

    Registro de XXX:
    *Registro del Departamento de Cooperación Mágica Internacional: Registro de Inmigrante y pasaporte
    *Registro de Raza: Vampiro
    *Registro de Criaturas: Enlace

    Personajes Secundarios:
    * Personaje 1: --
    * Personaje 2: --
    * Personaje 3: --
    * Personaje 4: --
    * Personaje 5: --
    [/size]


    Otros Datos:

    Otros datos:
    *Sus dos mejores amigos son Arya Lockhart y Allen Joe Walker

    *Tiene el acento ruso poco marcado

    *Vio morir a su Husky durante una ventisca en Siberia. Se llamaba Coh, derivado de Krov (кровь), “sangre” en ruso

    *Actualmente posee un cachorro de lobo albino al que ha bautizado como Michtat (мечтать), “sueño” en ruso, en honor a Coh

    *Sólo sueña en blanco y negro

    *Sólo viste en blanco y negro

    *Es pésima en el duelo, y diestra en el arte de la elocuencia

    *Sólo se alimenta de sangre humana. Le gusta el alcohol. Puede ingerir comida muggle pero le resulta repugnante

    *En sus horas libres se dedica a escribir y a estudiar filosofía

    *No puede llorar salvo que sienta un dolor/emoción visceral. Sus lágrimas se forman con la sangre de la que se alimenta

    *No puede sonrojarse

    *Su temperatura corporal es muy fría, de aproximadamente 28º C

    *No le crecen el pelo ni las uñas (salvo a causa de la sed) naturalmente. Asimismo su aspecto físico se mantiene inalterable desde el momento de su conversión. El vampirismo sólo mantiene activas ciertas glándulas (las salivares o las de las mucosas, por ejemplo). No suda

    *Es estéril

    *Tiene la capacidad de regenerarse. Sólo las cicatrices por armas de plata se mantienen eternamente sobre su piel

    *Puede morir mediante magia, por decapitación, por incineración y por herida de plata (en el corazón o la cabeza)

    *No puede engordar, adelgazar ni muscularse

    *Sus animales favoritos son los búhos y los lobos

    *Su canción favorita es Oniria e Insomnia, compuesta para ella por un muggle catalán que la descubrió en una azotea y al que estuvo conociendo durante exactamente tres noches, que él creyó después un sueño

    *Toca la guitarra y el clarinete, pero no públicamente porque considera que su sensibilidad artística es una señal de debilidad

    *Es sapiosexual (su atracción sexual y romántica siempre va de la mano de una conexión intelectual previa, independiente del sexo y del género)

    *Su patronus es una lechuza

    *Conserva bajo su muñeca una marca con forma de dragón, que demuestra que perteneció a la antigua casa de los Dragones de Lancashire

    Cronología de cargos:
    1. Profesora de Generales en la Academia
    2. Profesora de Rol Básico en la Academia
    3. Profesora de Introducción a la magia en la Universidad

    Premios y reconocimientos:
    Primer premio "Cartas a Papá Nöel" (Gala de navidad 2014)
    Primer premio "Concurso de relatos" (Gala de San Valentín 2015)
    Premio al Roler novato sobresaliente (Gala del Bosque Prohibido 2014)
    Premio a Mejor base (Premios Seamus 2014)
    Premio a Revelación mortífaga (Premios Seamus 2014)
    Premio a Reina gay (Premios Crazy 2015)


    Links de Interés Referentes al Personaje:

    Link al Perfil de Comprador MM: 221
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 102591
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio: --
    Link a Bóveda Familiar 1: http://www.harrylati...showtopic=84511
    Link a Bóveda Familiar 2: http://www.harrylati...howtopic=100774

     

     

     

    Ficha actualizada:

    Debe ser:

     

     

    DATOS PERSONALES:

    Nombre del Personaje: Sísifo.

    Sexo: masculino.

    Edad: alrededor de 25 años.

    Nacionalidad: estadounidense.

    Familia(s):
    * Familia Yaxley
    * Familia 2 --


    Padre(s) Sanguíneo:
    Lo abandonaron a los dos años de edad.

    Padre(s) Adoptivos:
    --

    Trabajo:
    --



    PODERES MÁGICOS:

    Rango Social: Unicornios de Bronce.

    Bando: neutral.

    Rango dentro del Bando: --

    Puntos de poder en objetos: 20

    Hechizos adicionales
    : --

    Puntos de poder en criaturas: 10

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

    Habilidades Mágicas:
    * Habilidad 1
    * Habilidad 2
    * Habilidad 3

    Conocimientos Especiales:
    * Conocimiento 1: Artes Oscuras
    * Conocimiento 2: Conocimiento en Maldiciones
    * Conocimiento 3

    Medallas:
    *
    *
    *


    PERFIL DEL PERSONAJE:

    Raza: vampiro.

    Aspecto Físico:
    Complexión: atlética.
    Altura: 1,80 metros.
    Rostro: tiene la cara ovalada, con las mandíbulas muy marcadas, los labios gruesos y los dientes bien alineados aunque no perfectos. Pestañas muy largas. Tiene el cabello rapado al 2 salvo el flequillo. Tiene un corte en una ceja, sobre el que no le crece pelo.
    Aspecto físico sin transformar: ojos grises, pelo blanco, piel muy blanca y tersa, labios ligeramente amoratados, como entumecidos.
    Aspecto físico transformado: piel ennegrecida, uñas y colmillos afilados, ojos rojos y brillantes.
    Ropa: suele vestir con tonos muy oscuros, negros y grises, y con estilo vintage.

    Cualidades Psicológicas:
    Melancólico y pesimista, cree que la vida es absurda, a menudo se pregunta qué sentido tiene existir.
    Impulsivo.
    Parece que siempre está intentando seducir, es su manera de relacionarse.
    Es muy romántico.
    Pensamiento dicotómico, ve las cosas blancas o negras y le cuesta relativizar.
    Lleva la tristeza en el interior, pero se muestra irónico, sarcástico y a menudo bastante alegre con los demás.

    Historia:
    Infancia:

     

     

    Caleb S. Seward nació en Estados Unidos, en Anchorage, Alaska, en el seno de una familia muggle. Su padre era ingeniero y trabajaba duramente en la construcción del ferrocarril que más tarde conseguiría que aquella pequeña ciudad del norte prosperase. En sus dos primeros años de vida, dado que su familia apenas podía hacerse cargo de él por su apretada economía, se sentía muy abandonado. Cada vez que tenía un berrinche, un extraño suceso ocurría a su alrededor. Se rompían cristales, se incendiaba un papel… Sus padres, asustados, decidieron abandonarlo creyendo que aquel niño estaba poseído. De esta forma, Caleb llegó a un orfanato de la Costa Este, donde pasó gran parte de su oscura infancia y parte de su adolescencia.

     

    Dentro del orfanato apenas se relacionaba. Sabía que era diferente, pero también desarrolló un sentimiento de superioridad por esa diferencia. Aprendió a controlar sus ataques de rabia para utilizarlos exactamente cómo y cuando quería, y de este modo asustar y manipular a sus compañeros para obtener favores. Su vida en aquel antro consistía en leer horas y horas, sentarse en el césped del patio a contemplar las hojas de los árboles, odiar a su familia, memorizar la evolución de los colores del cielo.

     

    Detestaba su nombre y sus apellidos, hasta el punto de que pronto quiso deshacerse de ellos. Eligió a un personaje de la mitología griega para constituir su nueva identidad: Sísifo, y ordenó a todos llamarlo así bajo la amenaza de terribles consecuencias. Sísifo había sido castigado por su soberbia a arrastrar una enorme piedra por una colina, para que cuando llegase a la cima esta cayera y tuviese que repetirlo hasta el infinito. Su vida, por tanto, era absurda. Un sinsentido.

     

     

    Adolescencia:

     

    Sísifo no tenía absolutamente ningún amigo en el orfanato, por decisión propia. Estaba deseando cumplir la mayoría de edad para salir de allí y empezar una nueva vida lejos de aquella escoria de sociedad.

     

    En esta época conoció a Evedhiel, una joven que se encargaba de realizar los chequeos médicos. Aunque las primeras semanas fue incapaz de cruzar una sola palabra con ella, sintió que conectaron enseguida. Finalmente los chequeos se convirtieron en una especie de terapia psicológica, y más tarde en una charla entre amigos. Era la primera persona de su vida con la que se sentía identificado, con la que intimaba. Aquella sensación en un principio le desbordó hasta el punto de llorar por las noches, los días que ella le faltaba sintiéndose terriblemente solo. Sísifo por primera vez había experimentado el amor, el calor de un vínculo familiar. Evedhiel le reveló que realmente no estaba poseído, que sus problemas, sus “poderes” tenían una explicación mucho más compleja: era un mago. Podía controlarlo, entrenarlo, desarrollarlo.

     

    Los meses pasaron y las visitas acabaron, y Sísifo no pudo despedirse de su única amiga en el mundo. Al cabo del tiempo, la directora del centro le anunció que había sido adoptado, pero que su nuevo tutor quería permanecer en el anonimato. Sólo tenía una pista: la familia Yaxley.

    Eso significaba que Sísifo era libre de una vez por todas.

     

     

    Edad adulta:

     

    Sísifo viajó a Europa, a Inglaterra, para investigar un poco más acerca de aquella familia. Pero una vez allí, abrumado por la cultura, sus nuevas posibilidades, el bullicio que lo rodeaba… decidió enfrascarse en el estudio de la psiquiatría y la filosofía, y consagrarse a la medicina, a la vez que perfeccionaba sus dotes como mago. Durante este tiempo viajó por toda Europa, apenas con una mochila, libros y cuadernos, bebiendo vino en pensiones sórdidas en las que escribía durante toda la noche.

     

    Acabó convirtiéndose en un revolucionario psiquiatra, odiado por muchos de sus compañeros por sus teorías innovadoras sobre la salud mental y su concepción de la mente humana. Se ligó a la escuela psicoanalítica y se hizo defensor de algunos de los postulados del recién nacido movimiento de la Antipsiquiatría, como por ejemplo que en algunos casos la enfermedad mental era una simple etiqueta impuesta para controlar toda desviación de la convención social.

    En un momento dado, realizando investigaciones sobre la histeria y la psicosis maniaco-depresiva, tropezó con una paciente especialmente fascinante. Llegó al manicomio atada de pies y manos, con una camisa de fuerza, retorciéndose en terribles convulsiones. Lo que más le sorprendió fue el tono de su piel, similar al de un muerto en las primeras fases de descomposición, surcado de venas grises. Sus ojos inyectados en sangre giraban hacia todos lados, alucinando, tratando de librarse de los enfermeros. Habían tenido que atornillarle un bozal a la mandíbula para defenderse de sus mordiscos.

    Sísifo era contrario a las terapias de electroshock y a las lobotomías, pero su cargo no era tan importante como para ejercer presión contra sus otros compañeros, así que tuvo que aceptar que aquella paciente fuese sometida a todo tipo de vejaciones en un intento desesperado por curarla de su “psicosis”. Era extremadamente violenta, atacaba al personal y a otros pacientes, no comía ni bebía, tampoco parecía dormir. Algunos se plantearon deshacerse de ella. Sísifo propuso encargarse particularmente de su caso, con la excusa de estar realizando unas investigaciones sobre la histeria. La encerró consigo en un ala privada del manicomio, casi abandonada, donde él tenía su habitación y su despacho. La encadenó debidamente a una silla metálica, y le quitó el bozal. Intentó tratarla con sesiones de psicoterapia e hipnosis, sin obtener resultado alguno. Al principio, su paciente no pronunciaba sonido, más allá de extraños gruñidos. Finalmente forjaron un extraño vínculo basado en el silencio y la compasión.

    Después de algunas semanas, Sísifo estaba convencido de que aquella mujer no padecía de ninguna enfermedad. Su naturaleza, simplemente, no era humana. Había recogido toda la información posible en sus cuadernos, y se había prometido que la liberaría de aquella prisión. De madrugada, cuando casi todo permanecía en calma, buscó la salida por los pasillos que conducían al alcantarillado de la ciudad. Arrastraba a la joven con unas cadenas, a una distancia prudencial. Cuando llegaron al exterior, Sísifo le rogó que no le hiciese daño, antes de proceder a soltarla.

    Cuando la había desatado por completo, la chica se quedó petrificada frente a él, bañada por la luna. La luz plateada caía sobre ella como un manto de agua. Sus ojos brillaron y se tiñeron de rojo antes de que se lanzara sobre su cuello.

     

    Despertó en un cuarto desconocido, completamente a oscuras. Había perdido la noción del tiempo. Sentía un profundo ardor en el pecho y una punzada en las uñas y los colmillos. Su visión se había transformado, era capaz de detectar el calor de los organismos vivos, de escuchar a muchos metros de distancia hasta el menor de los ruidos, de distinguir con nitidez las motas de polvo flotantes. La joven del manicomio se encontraba en cuclillas frente a él, mirándolo fijamente. Le explicó que ahora era un ser de la noche, un vampiro, y que necesitaba alimentarse de sangre para subsistir, o que de lo contrario ardería bajo la luz del sol o consumido por su propio fuego interior.

     

    Desolado por su nueva condición, que suponía una contradicción moral con respecto a su profesión como médico, decidió que era el momento de localizar a su familia adoptiva y a su protector, la persona que lo había salvado del orfanato. Viajó hasta la Yaxley Manor, donde descubrió que había sido Evedhiel la que años atrás lo había liberado de sus cadenas. La buscó desesperadamente hasta encontrarla y unirse definitivamente a ella, apoderándose de su nuevo apellido y del lema de su casa, “Noble y Salvaje Libertad”, que defendería a capa y espada. Abandonando definitivamente los últimos rastros de su vida como humano muggle que practica la magia a escondidas, se mudó a aquel castillo en mitad del bosque para iniciar su nueva travesía.




    PERTENENCIAS:

    Objeto Mágico Legendario:
    --

    Objetos Mágicos:

    Objeto: Varita mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20


    Pociones Mágicas:

    Objeto:
    Clasificación:
    Puntos de Poder:


    Criaturas Mágicas:

    Criatura 1: Lobo
    Categoría: A
    Puntos de Poder: 10

    Poder en asaltos: --


    Criaturas en la Reserva:
    Criatura 1:
    Clasificación:
    Puntos de poder:


    Libros de Hechizos:

    Libro:
    Nivel:


    Poderes de Criaturas:

    Tipo de Poder:


    Consumibles en Batallas:

    Nombre:
    Descripción:
    Categoría:


    Elfos:
    * Elfo 1:
    * Elfo 2:



    LICENCIAS, TASAS Y REGISTROS:

    Licencia de Aparición:

    Licencia de Vuelo de Escoba:

    Registro de XXX:

    *Registro del Departamento de Cooperación Mágica Internacional: Registro de Inmigrante y pasaporte
    *Registro de Raza: Vampiro
    *Registro de Criaturas: Enlace

     

    Personajes Secundarios:
    * Personaje 1
    * Personaje 2
    * Personaje 3
    * Personaje 4
    * Personaje 5



    OTROS DATOS:

    • Hobbies: escribir, fotografía analógica, filosofía.
    • Fobias: agorafobia.
    • Patronus: lechuza.
    • Siempre que conoce a alguien por primera vez recita un poema que asocie con él.
    • Sísifo no es su nombre real.
    • Sólo sueña en blanco y negro.
    • Es estéril.
    • No suda. Sólo algunas glándulas de su cuerpo se mantienen en funcionamiento.
    • No le crecen ni las uñas ni el pelo de forma natural desde su transformación.
    • Su temperatura corporal es de 28º.
    • Tiene la capacidad de regenerarse.
    • Puede morir mediante magia, de sed o por incineración.
    • No puede engordar ni adelgazar.

    Cronología de cargos:


    Premios y reconocimientos:



    LINKS DE INTERÉS REFERENTES AL PERSONAJE:

    Link al Perfil de Comprador MM: 221
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 102591
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio: --
    Link a Bóveda Familiar 1: http://www.harrylatino.org/topic/109997-boveda-familia-yaxley/
    Link a Bóveda Familiar 2: --

     

     

  22. ¡Hola!

     

    He vuelto y he visto que Los mortífagos recomiendan seguía en pie y activo y ha sido como: me voy a pasaaaaaaaaar. Hola a todas y todos de nuevo, por cierto. Me alegro de encontrarme nuevamente entre vosotros ^^.

     

    AMELIE. AMELIEEEEEEEEEE. La BSO de Amelie es demasiado buena.

     

    1. "J'y suis jamais allé"

    2. "Les jours tristes"

    3. "La valse d'Amélie"

    4. "Comptine d'un autre été : L'Après-Midi"

    5. "La noyée"

    6. "L'autre valse d'Amélie"

    7. "Guilty"

    8. "À quai"

    9. "Le moulin"

    10. "Pas si simple"

    11. "La valse d'Amélie" (Orchestral Version)

    12. "La valse des vieux os"

    13. "La dispute"

    14. "Si tu n'étais pas là"

    15. "Soir de fête"

    16. "La redécouverte"

    17. "Sur le fil"

    18. "Le banquet"

    19. "La valse d'Amélie" (Piano Version) 2:38 20. "La valse des monstres"

     

    Me emociona muchísimo esta obra.

     

  23. @@Monica Malfoy Haughton ¡hola de nuevo! ^^ Me alegro de que hayas vuelto definitivamente (eso leí, creo). Verás, es que he pensado cambiar un poco la historia de mi personaje, y como no la tengo clara todavía, pues prefiero poner adoptiva y no arriesgarme. Me encantaría que me adoptases tú, la verdad, que así aunque Oniria no sea la sobrina de Mónica pues x)

     

    Ay, tengo ganas de empezar a rolear.

     

    ¡Gracias y nos leemos!

  24. He vuelto al foro y quiero volver a la familia (creo que no estoy, a lo mejor me equivoco), así que bueno, ¡aquí tenéis!

     

    FICHA PARA NUEVOS MIEMBROS

  25. Cuando recibí la lechuza, el nombre del lugar donde nos citaba nuestra profesora (firmaba Helike) me impactó y llamó tanto la atención que me vi obligada a adelantar la partida. Me desaparecí de mi cuarto, dejando la pluma entitada sobre una hoja de pergamino -ya inútil- y una lámpara encendida que causaría estragos en la inquebrantable oscuridad de la habitación una vez la madrugada, con sus olores ceñudos a sombra y nada, se esparciese sobre el mundo.

     

    El ronroneo de un río habló en idiomas que precedían a lo humano. Lenguas del origen sentenciado, supeditado a la llegada del simio; pruebas irrefutables de la antropomorfización de la historia de la Naturaleza. Traté de descifrar aquellos fonemas que me transgredían, aquel choque tibio de dientes, algas y peces de colores contra el cauce bizcochado.

     

    La puerta de entrada tenía forma de un dragón de hierro, e imaginé que bien podrían ser sus llamas congeladas por el silencio. Aquella puerta me olió a Rusia y a zares. Me vino un extraño efluvio de mi patria a uniforme militar, teatro, sociedad, ropa triturada sobre los raíles de un tren, tragedia, sensualidad, adulterio.

     

    Entré en el recinto, rascándome la nuca y dejándome invadir por el verde de los árboles. Si me hubiera detenido un instante... sí, hubiese bastado un instante para convencerme de que me crecían hojas, me hacía rama y savia. Caminé unos metros por un sendero de tierra que me condujo hasta el río, donde los castores habían construido sus presas. Todo se fusionaba con las rosas que crecían inmensas hacia el cielo, encapsulando sangre o fuego en el recipiente de sus pétalos.

     

    Las barcas eran la huella que la humanidad había impreso en aquel paraje intacto. Se mecían como el cabello de un pensador ausente.

     

    Decidí hacer tiempo allí, explorar el parque hasta el día siguiente. La ropa no sería problema. Había salido de casa con una sudadera y unos pantalones de pitillo negros, prendas que al menos yo consideraba cómodas.

     

    * * *

     

    Cuando llegaron las ocho menos diez me apresuré a incorporarme y a recorrer la distancia que me separaba de la puerta. Aproveché la velocidad con la que me había dotado el vampirismo para deslizarme entre las plantas más rápido de lo que un ojo humano podría procesar. Llegué a la puerta. Una mujer con una chupa fumaba tranquilamente. Leí en su semblante la expresión de la paciencia y supuse que sería nuestra profesora.

     

    Eché un vistazo a mi alrededor antes de revelar mi presencia. Recaí en que las hojas ya amarilleaban. Embebida por el paisaje, di un paso al frente, el rostro dulce de belleza.

     

    Buenas. —Evalué el tono de mi voz, para que no desentonara en aquella atmósfera. Cuando calculé cuál sería el apropiado, proseguí—. Encantada, soy Oniria.

     

    Conforme transcurría la hora iban presentándose más alumnos, caras conocidas que sin embargo mi memoria había decidido eclipsar, sustituir su espacio con el de recuerdos más recientes.

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