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Oniria

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Mensajes publicados por Oniria

  1. Oniria:

     

     

     

     

    Eché la cabeza hacia atrás. Me retorcí. Perdí mis manos en su pelo. Aquellos mechones calientes, suaves, infinitos. El olor a canela. Sus ojos verdes observándome en la oscuridad, apartando la ropa como si quemara.

     

    El rumor de las sábanas se mezclaba con nuestra respiración sofocada. Cómo habíamos retrasado tanto aquel momento. Cómo habíamos conseguido esconder que nos amábamos. Sentí que había perdido el tiempo y me entristecí. Busqué su rostro, la atraje hacia mí para besarla. Mis labios eran torpes, temblaban, estaban desaprendiendo. Quería besar todo ese cuerpo para poder crearlo en mi memoria.

     

    "Cómo puedo hacer para no olvidarlo nunca", me pregunté en silencio, acongojada. Temí el instante en que tuviese que salir de aquella habitación y todo hubiese terminado.

     

    @@Arya Macnair

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  2. Sísifo:

     

     

     

     

    Estaba en una zona donde el agua apenas me llegaba por los muslos, así que podía controlar a Baleiro fácilmente. Lo ayudé a flotar. Chapoteaba con tranquilidad pero inmediatamente se quedaba inmóvil, con los brazos separados del cuerpo, a la deriva. Pensé que ese debía ser su estado natural: la quietud absoluta, sólo interrumpida por el balanceo del agua. Observaba el falso techo con los ojos muy abiertos, absorto en las constelaciones. No sabía qué eran pero las encontraba fascinantes. Yo lo sostenía bajo su espalda, previniendo que pudiera hundirse, pero lo dejaba impresionarse. Baleiro y yo nos comunicábamos por gestos. Nunca había hecho el esfuerzo de hablar o balbucear, porque no lo necesitaba. Porque sabía que no era estrictamente necesario. Estaba seguro de que sólo alzaría la voz cuando tuviese algo tremendamente importante que decir.

     

    Insomnia, por otro lado, era una niña revoltosa, bromista. Podía reír a carcajadas e instantes después romper a llorar por un berrinche. Sus estados anímicos estaban muy marcados y dependían de la atmósfera. Sabía, desde el primer momento, que su debilidad sería precisamente aquella intensidad emocional. Jugaba a ser el centro de atención en todo momento. Le gustaba sentirse querida. Baleiro y ella, a pesar de ser como el agua y el aceite, se entendían a la perfección. Uno parecía compensar los excesos del otro.

     

    Me acerqué a Leah, arrastrando a Baleiro conmigo. Me senté en el bordillo de hielo y besé su mejilla.

     

    ––Estoy tan enamorado de ti.

     

    @

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  3. Sísifo:

     

     

     

     

    La pregunta me tomó por sorpresa. Intenté apartar de mi cabeza mi excesivo conocimiento sobre botánica muggle, que eclipsaba a las plantas mágicas, y me concentré en estas últimas. Contemplé las macetas que reposaban frente a mí, aparentemente inofensivas. Miré al profesor a los ojos. Odiaba que me analizasen, pero al fin y al cabo en eso consistía el papel de alumno, en un examen constante.

     

    ––Recuerdo la Tentácula venenosa... las hojas del acónito son muy tóxicas, y las del Alihotsy pueden inducir a brotes maníacos e incluso al suicidio. No conozco más especímenes mágicos venenosos, sí violentos y letales, pero no tóxicos. ––Respondí, no demasiado satisfecho con mi respuesta.

     

    Aproveché para cubrir mis manos con unos guantes de piel de dragón, porque ya no me sentía tan seguro como al principio.

     

    @@Emmet Haughton Gaunt

  4. Sísifo:

     

     

     

     

    Estaba francamente feliz. Después de arduos meses de trabajo, de volver a mi vida de nómada de hotel, recuperaba la estabilidad de un hogar. Un hogar que había construido con mis propias manos, junto a Leah. Todavía conservaba las marcas de los callos de cargar con las piedras, una y otra vez, por aquellas praderas de hielo. El resultado era impresionante, mejor de lo que ninguno esperaba. Finalmente nos valimos un poco de la magia para solventar ciertos problemas. El castillo se erigía entre la ventisca, no demasiado alto, oscuro, sólido. Un hechizo lo protegía del viento, así que tenía un aspecto bastante onírico. La mayor parte de la estructura era subterránea. Habíamos cavado los túneles como un gigantesco hormiguero alejado de la luz, del clima árido. Lo habíamos decorado al gusto de la aristocracia, para bailarines de ballet, músicos, artistas y vampiros. El blanco y el negro predominaban, apenas había rastros de color.

     

    La huella de cada uno estaba presente de una forma u otra, en fotografías, cuadernos, máquinas de escribir o tocadiscos con vinilos de Tchaikovsky. Baleiro e Insomnia dormían en el último piso, con nosotros, aunque habíamos sido previsores y habíamos dispuesto habitaciones individuales para ellos, que podrían personalizar a su gusto llegado el momento. Mi parte favorita de la casa era el lago. Leah había conseguido encantarlo de modo que pareciera que la cúpula era el espacio. Pasaría largas horas en aquel agua gélida.

     

    Precisamente estaba allí, iluminado por la luz roja de las antorchas, luchando contra Insomnia. Desde que había aprendido a caminar era un pequeño terremoto. Baleiro, por el contrario, prefería quedarse sentado en silencio y observar a su hermana.

     

    @

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  5. HdzTaoe.png

     

     

    Link del tópico de la ficha y bóveda del o los patriarcas:

     

    Ficha de Leah / Ficha de Oniria / Bóveda de Leah / Bóveda de Oniria

     

     

     

    Link del tópico de registro de la familia aprobado:

     

    Tópic de Registro

     

     

     

    Link del tópic del hogar de la familia:

     

    Tópic del Castillo

     

     

    Link de las familias del o los propietarios:

     

    Familia Ivashkov / Familia Yaxley

     

     

     

    Lista de todos los usuarios que pertenecen a la familia con el respectivo link a sus bóvedas personales:

     

     

    y37WyZM.png

     

    Leah Ivashkova / Oniria

  6. Sísifo:

     

     

     

    Observé cómo una mujer de unos treinta años, de cabello violeta, se alejaba del invernadero.

     

    ––No, lo traigo todo aquí. ––Respondí, señalando con la cabeza hacia mi monedero de piel de Moke. Saqué la bata para dejarla sobre la mesa, por si pudiese necesitarla pronto.

     

    Presté atención a sus movimientos. Colocaba las macetas, las disponía concienzudamente de cara a nuestra jornada de estudio.

     

    ––Bueno... llevo años dibujando plantas. Realmente, de ahí proviene mi interés. Descubrí que se movían. Lentamente, pero lo hacían. Me fascina la vida secreta de las plantas.

     

    Me expliqué en un susurro, avergonzado de abrirme desde el primer segundo. Me sonrojé, y me entretuve sacando los utensilios que necesitaba. Me rasqué la nuca.

     

    ––¿Cuándo quiere empezar? Estoy listo. ––Comenté, algo impacientado por la ansiedad.

     

    @@Emmet Haughton Gaunt

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  7. Sísifo:

     

     

     

     

    Me tumbé sobre la cama, girándome para mirarla con cara de tonto. Cuando se sentó junto al piano, mi expresión se endureció. Me apoyé en los codos. Escuché con atención sus palabras, transportándome a aquellos recuerdos. La taberna, la mesa estrecha donde apenas cabían nuestros brazos. La biblioteca y sus luces tenues donde nos acostamos por primera vez. Sus dedos se deslizaron con agilidad. Me hicieron pensar en la destreza de aquellas manos.

     

    Se me encogió el corazón. Sentí que algo se rompía en mi interior. El murmullo del escalofrío se dilató en la inmensidad. Se me nubló la mirada. La lágrima descendía pesada por mi mejilla. No la detuve. Era diminuto, diminuto frente a aquella joven y las notas que se esparcían por la estancia. Los armónicos se distribuían en el infinito hasta ser inaudibles. Cuando quise darme cuenta, estaba apretando fuertemente las sábanas. Me temblaron los labios. No podía responder.

     

    ––Ven. ––Musité.

     

    @

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  8. Sísifo:

     

     

     

     

    Observé cómo Leah se levantaba de la cama, abría la puerta violentamente y arrebataba la botella de champán al botones, que venía por enésima vez a incitarnos a dejar unos cuantos galeones en la ruleta. La contemplé acercándose a mí. Su piel vibraba encendida, cubierta de sombras. El tiempo pareció ralentizarse para que fuese consciente de su belleza. Su cabello plateado, sus músculos tersos, sus cicatrices dispersas, blanquecinas, como el idioma de un libro de batalla. Se abría ante mí como un mapa repleto de pistas. A veces creía estar siendo testigo de una proyección.

     

    La abracé cuando me besó. Rasqué su nuca. Alcancé la botella de champán. Di un sorbo largo, saboreando el gas hasta que empezó a escocer en mi paladar. Volví a beber y antes de tragar atrapé los labios de Leah. Fue un beso frío y húmedo, burbujeante.

     

    ––"Me duele una mujer en todo el cuerpo"... ––Susurré, citando a Borges. El calor de su cuerpo, su suavidad como de seda, el rumor de su aliento. Deseé estrecharla hasta integrarnos con el universo.

     

    @

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  9. Sísifo.

    Yaxley Manor.

     

     

     

    Me miré al espejo. Estaba ansioso, tanto que no había conseguido dormir. Por primera vez desde que me gradué volvía a inscribirme como alumno de la Universidad. Recordé mi breve encuentro con Valeskya en aquel local húmedo donde dibujaba plantas de todas las formas, absorto. Aquel día ella predijo lo que más tarde sería una realidad: me había matriculado en Herbología.

     

    Vestía una camisa negra, unos pantalones chinos y unos zapatos de cordones algo usados que me encantaban y me daban la seguridad que necesitaban. Me peiné con agua, me eché unos soplos de colonia y me dispuse a acudir adonde me habían citado, comprobando antes que portaba con todo el material necesario.

     

     

     

    Sísifo.

    Invernado 7.

     

     

     

    Llegué trotando, cada vez menos nervioso y más ilusionado. La sonrisa cubría mi rostro. El día estaba radiante o quizá sólo era una proyección de mi estado de ánimo. Contemplé la estructura del invernadero a lo lejos, el verdor de aquella mañana cálida que hacía que la imagen temblara como la llama de una vela.

     

    Alcancé una mesa larga a la sombra de un álamo, espaciosa, con frascos y macetas. Mi profesor, al otro lado, esperaba ojeando su reloj. Me llamó la atención el tono de su cabello. Pensé en Tau, a la que sólo había visto una vez en la vida pero que también tenía ese color tan característico.

     

    ––Buenos días. Encantado. ––Saludé.

     

    @@Emmet Haughton Gaunt

  10. Oniria:

     

     

     

    Me recorrió un escalofrío cuando la escuché susurrar. Sonreí, cerrando los ojos.

     

    ––Puedo intentar darte luego una clase... ––respondí casi en silencio. Pero Leah lo escucharía sin problema. Le guiñé un ojo y miré a Sísifo para sacarle la lengua. Él sacudió la cabeza, riendo. Observé cómo Leah cargaba con Insomnia, completamente dormida, como si fuese una pluma liviana.

     

    Guardé la guitarra cuidadosamente para hacer el menor ruido posible.

     

    ––Podemos hacernos un stick and poke. Tardaremos más, pero será completamente nuestro. ––Sugerí. Yo misma me ofrecía a intentarlo. Había improvisado alguna vez una aguja de tatuaje con sedal y tinta china. Si conseguíamos agujas esterilizadas para los tres sería más que suficiente.

     

    Sísifo asintió, complacido. Posó su dedo sobre la muñeca desnuda como imaginando cómo quedaría el trisquel.

     

    ––Voy a llevarme a los niños para que podáis seguir con vuestras clases particulares... ––Añadió, divertido, aunque completamente en serio.

     

    En este aspecto admiraba la entereza de Sísifo, su capacidad de amar, de confiar, de ayudar. Estaba dispuesto a facilitarnos el pasar más tiempo a solas ocupándose él de Insomnia y Sísifo desinteresadamente. Era una criatura singular.

     

    @

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  11. Sísifo:

     

     

     

     

    Sentí cómo Leah se acomodaba en mi rodilla. Observaba a Oniria. Tenía ganas de llorar. "Por favor, no te acabas nunca", pensé.

     

    ––Un trisquel... ––murmuré. Era un símbolo común de la cultura celta, que representaba la relación entre el cuerpo, la mente y el espíritu, entre otras cosas. También hablaba del tiempo, del pasado, el presente y el futuro. Sentí calor––. Me encanta.

     

    Bajé la mirada, Leah, tumbada, contemplaba las líneas de mi rostro. Sonreí. Baleiro casi se había quedado dormido. Revolví su cabello. Gruñó en protesta. Me agaché con dificultad hasta encontrar los labios de Leah. Le di besos tan pequeños como hormigas, por la boca, la barbilla, la nariz.

     

    ––A mí también me gusta. ––Respondió Oniria, satisfecha, terminando de tocar.

     

    @

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  12. Oniria:

     

     

     

    Les dejé hablando. Me retiré unos metros para buscar la funda de mi guitarra. Yo jamás, jamás tocaba en público ni para nadie, pero en ese fiordo fresco la inspiración me llenaba como sangre burbujeante. Volví con ellos, guitarra en mano, me senté junto a Insomnia, que miraba el instrumento con curiosidad. Se tumbó nuevamente sobre mi pierna. Sonreí, punteando las cuerdas. Sísifo me contemplaba, fascinado. Toqué unos cuantos acordes de prueba, afiné, y con la vista fija en el agua periódica, entoné.

     

    ––"Azulejos rotos, viejos, desvelando el enfado de los vientos..."

     

    Sentía mi cabeza balancearse lentamente. Mis manos, poco a poco, adquirían la destreza perdida con los meses, recuperaban la memoria. Atendía a Leah de fondo. Un tatuaje.

     

     

     

    Sísifo:

     

     

     

    Callé unos segundos. Esas cuerdas dulces. La voz de Oniria, rasgada por el tabaco pero tan sedosa. No sabía que cantaba o que le gustaba la música hasta ese punto. Se me calentó el corazón. Me desvié hacia Leah.

     

    ––¡Un tatuaje! ––susurré, para no solapar la canción–– ¿has pensado algo?

     

    La mera idea de compartir un símbolo con ellas me reconfortaba. Era una forma de consolidar nuestra identidad como familia, como grupo unido. Un diseño que condensara nuestra filosofía, nuestro vínculo. Baleiro gateó hasta mis piernas, se hizo un ovillo entre ellas y me miró, aterrado por la inmensidad. Acaricié aquella pelusa blanca.

     

    @

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  13. Oniria:

     

     

     

     

    Cogí a Baleiro, que luchaba contra el agarre de su padre para volver a mis brazos. El agua azul se removía plácidamente, fría, retumbante. Insomnia jugaba a escaparse de las pequeñas olas. Era curioso. Baleiro era un niño reservado, introvertido aunque muy cariñoso. Insomnia, por el contrario, era risueña, traviesa, ajetreada. Parecía que los dos se entendían perfectamente en su pequeño cosmos infantil. Baleiro expresaba sus deseos a través de su hermana; sus interacciones se limitaban a observar atentamente cuanto le rodeaba. Su parecido con Sísifo era descomunal.

     

    Leah era adorable. Tenía ganas de abrazarla. Su sonrisa contemplando a los niños rebosaba fascinación. Era precioso verla feliz. Me acerqué a ella, con Baleiro sobre el hombro, para sentarme sobre la arenilla.

     

    ––Creo que te adoran.

     

     

     

    Sísifo:

     

     

     

    Observaba al grupo a una corta distancia, sonriendo, en plena calma. La brisa revolvía mi flequillo con suavidad. En las últimas semanas mi vínculo con Leah se había afianzado. Ya no estaba simplemente enamorado de ella: conocía sus secretos, su debilidad. Cada día mi afecto hacia ella aumentaba un poco. Caminé. La arena crujía. Acaricié el pelo de Leah desde las alturas.

     

    ––Pareces un tesoro que nos ha devuelto el mar.

     

    @

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  14. Oniria:

     

     

     

     

    Olas disolviéndose, estrellando en el acantilado. Cristal haciéndose añicos. Romper un elástico. Hundir los labios en la pulpa de la fruta, los dedos. Naranjas abiertas. Peces de colores dentro de la tripa, por cientos. Un atracón de avispas.

     

    Cerraba los ojos, movía la cabeza de un lado a otro, suspiraba. Mis manos huían, buscaban el equilibrio, apresar el aire. Encontraba la sombra y la rasgaba como un telón de fondo. Mi garganta se contrajo, el último destello del día. Aquellos dedos incrustados en el muslo, labios fríos y mojados, labios de río. Besé la curva de su oreja, la mordí con dulzura.

     

    ––Te quiero. ––Musité, con un hilo entrecortado. Estaba llorando. Las emociones me asfixiaban. La muerte debía de parecerse mucho a esto. Descendí por su vientre tortuosamente, memorizando el camino, rozando con la nariz aquel circuito de poros hasta detenerme entre sus piernas.

     

    @@Arya Macnair

  15. Hola,

     

    La verdad es que no entiendo por qué el link lleva a la ficha de otro usuario, porque indica que es la mía, pero te dejo la inscripción de nuevo para que puedas corregirlo.

     

    ¡Gracias por aceptarme!

     

    Nick: Oniria
    ID: 118083
    Conocimiento: Herbología
    Nivel de Magia: II
  16. Oniria:

     

     

     

     

    Habíamos entrado en un cuarto que no era el de Arya. Me entusiasmó, sonreí, la dejé hacer. ¿Cómo habíamos esperado tanto? Me estaba desnudando. Después de años, Arya estaba desabrochando mi blusa. La sentí caer como un muro pesado, una coraza. Por primera vez en mi vida me sentí diminuta frente a alguien, frágil, transparente. Arya era, con seguridad, la única persona que podía ver a través de mí. Y estaba contemplando cómo mi pecho ascendía al ritmo de mi respiración, absorta. Me atrajo hacia ella. Caminamos torpemente en la oscuridad hasta caer sobre la cama.

     

    "No quiero irme", pensé, pero no fui capaz de hablar. Hubiera sido incoherente prometer algo así, por mucho que lo deseara.

     

    "Eres un milagro, eres la permanencia de un estruendo dentro de millones de años, eres peces de colores, el llanto de un tigre, el aleteo de una mariposa sobre las margaritas, las olas cuando ascienden para rozar tus pies. Eres la luz que atraviesa las hojas. Eres lo breve, lo efímero, lo cotidiano. Eres el aliento que se adhiere al espejo de la ducha, el hilo largo de pelo en el sumidero, la huella en la cocina, los rostros que imagino entre el granito.".

     

    Me decía todas aquellas cosas mientras la besaba con dulzura. Traspasé la fina frontera de sus pantalones, descendí con los labios. Aquel contraste de humedad, frío y llamas.

     

    @@Arya Macnair

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  17. Oniria:

     

     

     

    ––¿Cómo iba a no serlo? ––Balbuceé. Se me rompió la voz.

     

    Sus ojos me inspeccionaban, me leían, me atravesaban como una luz potente. Aquellos ojos que alguna vez fueron azules, que siempre me miraron con amor. Se pegó tanto a mí que sentí el calor que desprendía su cuerpo. Se me erizó el vello de los brazos. Si mi corazón pudiera latir se me hubiese salido del pecho. Supe en ese instante que íbamos a traspasar una línea que nunca antes nos habíamos atrevido. Mordió mi cuello, me invadió el deseo de que pudiera probar mi sangre. Me besó. Me tambaleé sobre la encimera, y agradecí estar sentada.

     

    Envolví su cuello con mis brazos, la atraje hacia mí hasta que chocamos con suavidad. Me debatía entre la pasión y la dulzura de un amor en pausa durante años, entre la urgencia y la infinita paciencia de explorar su cuerpo por primera vez, liberándonos de nuestros miedos, de nuestra estú.pida inseguridad. ¿Cómo habíamos podido tardar tanto? "Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.".

     

    Deslicé la tela, descubriendo sus clavículas surcadas de pecas cálidas. ¿Tendría la paciencia de contarlas? Me decanté, primero, por la parsimonia. Me incliné para alcanzar aquel triángulo de piel con la boca. Besos tan breves como granos de arena. Ascendí hasta sus ojos, sentí la vibración de sus párpados contra mis labios. El aleteo de una mariposa.

     

    @@Arya Macnair

  18. Vale, espero hacerlo bien ahora... la verdad es que no lo entendí con las explicaciones del manual xD

     

     

     

    Poner todos los títulos en este color y en negrita (ejemplo):

    Familia(s) > Familia(s)

     

     

    Añadir delante del campo "Datos personales" las siguientes imágenes:

     

     

    JlFglXw.png

    mwBCj4n.png

     

     

     

    Cambiar los títulos de campos por las siguientes imágenes:

     

     

    gaQJVto.png

    4HTlsB1.png

    Afn9ZpU.png

    CLSddTg.png

    SlSV2yg.png

    3HSpP8j.png

    7lma9kt.png

     

     

     

    Añadir debajo del título "Perfil de Personaje" la siguiente imagen:

     

     

    RS3zWpq.png

     

     

     

    Cambiar el campo "Historia":

     

    Dice así:

     

     

    Infancia:
    Caleb S. Seward nació en Estados Unidos, en Anchorage, Alaska, en el seno de una familia muggle. Su padre era ingeniero y trabajaba duramente en la construcción del ferrocarril que más tarde conseguiría que aquella pequeña ciudad del norte prosperase. En sus dos primeros años de vida, dado que su familia apenas podía hacerse cargo de él por su apretada economía, se sentía muy abandonado. Cada vez que tenía un berrinche, un extraño suceso ocurría a su alrededor. Se rompían cristales, se incendiaba un papel… Sus padres, asustados, decidieron abandonarlo creyendo que aquel niño estaba poseído. De esta forma, Caleb llegó a un orfanato de la Costa Este, donde pasó gran parte de su oscura infancia y parte de su adolescencia.

    Dentro del orfanato apenas se relacionaba. Sabía que era diferente, pero también desarrolló un sentimiento de superioridad por esa diferencia. Aprendió a controlar sus ataques de rabia para utilizarlos exactamente cómo y cuando quería, y de este modo asustar y manipular a sus compañeros para obtener favores. Su vida en aquel antro consistía en leer horas y horas, sentarse en el césped del patio a contemplar las hojas de los árboles, odiar a su familia, memorizar la evolución de los colores del cielo.

    Detestaba su nombre y sus apellidos, hasta el punto de que pronto quiso deshacerse de ellos. Eligió a un personaje de la mitología griega para constituir su nueva identidad: Sísifo, y ordenó a todos llamarlo así bajo la amenaza de terribles consecuencias. Sísifo había sido castigado por su soberbia a arrastrar una enorme piedra por una colina, para que cuando llegase a la cima esta cayera y tuviese que repetirlo hasta el infinito. Su vida, por tanto, era absurda. Un sinsentido.


    Adolescencia:
    Sísifo no tenía absolutamente ningún amigo en el orfanato, por decisión propia. Estaba deseando cumplir la mayoría de edad para salir de allí y empezar una nueva vida lejos de aquella escoria de sociedad.

    En esta época conoció a Evedhiel, una joven que se encargaba de realizar los chequeos médicos. Aunque las primeras semanas fue incapaz de cruzar una sola palabra con ella, sintió que conectaron enseguida. Finalmente los chequeos se convirtieron en una especie de terapia psicológica, y más tarde en una charla entre amigos. Era la primera persona de su vida con la que se sentía identificado, con la que intimaba. Aquella sensación en un principio le desbordó hasta el punto de llorar por las noches, los días que ella le faltaba sintiéndose terriblemente solo. Sísifo por primera vez había experimentado el amor, el calor de un vínculo familiar. Evedhiel le reveló que realmente no estaba poseído, que sus problemas, sus “poderes” tenían una explicación mucho más compleja: era un mago. Podía controlarlo, entrenarlo, desarrollarlo.

    Los meses pasaron y las visitas acabaron, y Sísifo no pudo despedirse de su única amiga en el mundo. Al cabo del tiempo, la directora del centro le anunció que había sido adoptado, pero que su nuevo tutor quería permanecer en el anonimato. Sólo tenía una pista: la familia Yaxley.
    Eso significaba que Sísifo era libre de una vez por todas.


    Edad adulta:
    Sísifo viajó a Europa, a Inglaterra, para investigar un poco más acerca de aquella familia. Pero una vez allí, abrumado por la cultura, sus nuevas posibilidades, el bullicio que lo rodeaba… decidió enfrascarse en el estudio de la psiquiatría y la filosofía, y consagrarse a la medicina, a la vez que perfeccionaba sus dotes como mago. Durante este tiempo viajó por toda Europa, apenas con una mochila, libros y cuadernos, bebiendo vino en pensiones sórdidas en las que escribía durante toda la noche.

    Acabó convirtiéndose en un revolucionario psiquiatra, odiado por muchos de sus compañeros por sus teorías innovadoras sobre la salud mental y su concepción de la mente humana. Se ligó a la escuela psicoanalítica y se hizo defensor de algunos de los postulados del recién nacido movimiento de la Antipsiquiatría, como por ejemplo que en algunos casos la enfermedad mental era una simple etiqueta impuesta para controlar toda desviación de la convención social.

    En un momento dado, realizando investigaciones sobre la histeria y la psicosis maniaco-depresiva, tropezó con una paciente especialmente fascinante. Llegó al manicomio atada de pies y manos, con una camisa de fuerza, retorciéndose en terribles convulsiones. Lo que más le sorprendió fue el tono de su piel, similar al de un muerto en las primeras fases de descomposición, surcado de venas grises. Sus ojos inyectados en sangre giraban hacia todos lados, alucinando, tratando de librarse de los enfermeros. Habían tenido que atornillarle un bozal a la mandíbula para defenderse de sus mordiscos.

    Sísifo era contrario a las terapias de electroshock y a las lobotomías, pero su cargo no era tan importante como para ejercer presión contra sus otros compañeros, así que tuvo que aceptar que aquella paciente fuese sometida a todo tipo de vejaciones en un intento desesperado por curarla de su “psicosis”. Era extremadamente violenta, atacaba al personal y a otros pacientes, no comía ni bebía, tampoco parecía dormir. Algunos se plantearon deshacerse de ella. Sísifo propuso encargarse particularmente de su caso, con la excusa de estar realizando unas investigaciones sobre la histeria. La encerró consigo en un ala privada del manicomio, casi abandonada, donde él tenía su habitación y su despacho. La encadenó debidamente a una silla metálica, y le quitó el bozal. Intentó tratarla con sesiones de psicoterapia e hipnosis, sin obtener resultado alguno. Al principio, su paciente no pronunciaba sonido, más allá de extraños gruñidos. Finalmente forjaron un extraño vínculo basado en el silencio y la compasión.

    Después de algunas semanas, Sísifo estaba convencido de que aquella mujer no padecía de ninguna enfermedad. Su naturaleza, simplemente, no era humana. Había recogido toda la información posible en sus cuadernos, y se había prometido que la liberaría de aquella prisión. De madrugada, cuando casi todo permanecía en calma, buscó la salida por los pasillos que conducían al alcantarillado de la ciudad. Arrastraba a la joven con unas cadenas, a una distancia prudencial. Cuando llegaron al exterior, Sísifo le rogó que no le hiciese daño, antes de proceder a soltarla.

    Cuando la había desatado por completo, la chica se quedó petrificada frente a él, bañada por la luna. La luz plateada caía sobre ella como un manto de agua. Sus ojos brillaron y se tiñeron de rojo antes de que se lanzara sobre su cuello.

    Despertó en un cuarto desconocido, completamente a oscuras. Había perdido la noción del tiempo. Sentía un profundo ardor en el pecho y una punzada en las uñas y los colmillos. Su visión se había transformado, era capaz de detectar el calor de los organismos vivos, de escuchar a muchos metros de distancia hasta el menor de los ruidos, de distinguir con nitidez las motas de polvo flotantes. La joven del manicomio se encontraba en cuclillas frente a él, mirándolo fijamente. Le explicó que ahora era un ser de la noche, un vampiro, y que necesitaba alimentarse de sangre para subsistir, o que de lo contrario ardería bajo la luz del sol o consumido por su propio fuego interior.

    Desolado por su nueva condición, que suponía una contradicción moral con respecto a su profesión como médico, decidió que era el momento de localizar a su familia adoptiva y a su protector, la persona que lo había salvado del orfanato. Viajó hasta la Yaxley Manor, donde descubrió que había sido Evedhiel la que años atrás lo había liberado de sus cadenas. La buscó desesperadamente hasta encontrarla y unirse definitivamente a ella, apoderándose de su nuevo apellido y del lema de su casa, “Noble y Salvaje Libertad”, que defendería a capa y espada. Abandonando definitivamente los últimos rastros de su vida como humano muggle que practica la magia a escondidas, se mudó a aquel castillo en mitad del bosque para iniciar su nueva travesía.

    Una vez en Ottery, fue reclutado por el grupo clandestino "La Marca Tenebrosa". Su odio hacia los muggles, su condición de vampiro y el odio que albergaba en su interior lo condujeron a formar parte de aquellas filas de asesinos despiadados pero, también, familiares siempre dispuestos a tomar una copa en una taberna polvorienta.

    Conexión con Oniria:

    Abasi, un antiguo mago egipcio y uno de los primeros vampiros de los que se tiene constancia, estaba cansado de vivir, pero no quería que sus pensamientos y recuerdos se perdieran. Quería dejar un legado tangible, no en forma de simples libros o memorias. Quería perpetuarse, clonarse de tal forma que pudiese consumar la inmortalidad sin padecerla él mismo. Para ello se exilió a una cueva, y durante meses estuvo comunicándose con dioses oscuros en lenguas desconocidas, perfeccionando un rito que se creía extinto y que le permitiría dividir su alma en varias partes y de ésta forma mantenerse deficitariamente, como una bruma, un silencio, un latido incorpóreo.

    Horrocruxes.

    Para llevar a cabo su deseo, debía realizar crímenes sangrientos contra seres queridos. Aquel era el precio que Ammyt, diosa “devoradora de los muertos”, le había impuesto. Jamás lograría la inmortalidad en el Juicio de Osiris, pero podría eternizarse terrenalmente. El asesinato desgarraría su alma, de tal forma que podría introducirla en otros cuerpos u objetos.

    En aquella cueva, y haciendo único uso de su magia y conocimientos de biología, creó dos cuerpos casi idénticos, un varón y una hembra, que despertarían de su letargo cuando él decidiese terminar con su existencia material. En uno de ellos colocó la semilla del mal, y en el otro la semilla del bien, para hacerlos complementarios.

    Sísifo fue el primero en cobrar vida, a principios del siglo XX, y Oniria apenas unos 20 años después. Ellos, sin saberlo, eran doppelgängers conectados mental y físicamente, fragmentos de alma de un milenario hechicero egipcio que había acabado con su vida (aparentemente) consumido por el tedio. Oniria fue la primera en llegar a Ottery, deseosa de aumentar sus conocimientos. Sísifo llegó tiempo después, buscando a la mujer que había salvado su infancia.

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    Infancia:
    Caleb S. Seward nació en Estados Unidos, en Anchorage, Alaska, en el seno de una familia muggle. Su padre era ingeniero y trabajaba duramente en la construcción del ferrocarril que más tarde conseguiría que aquella pequeña ciudad del norte prosperase. En sus dos primeros años de vida, dado que su familia apenas podía hacerse cargo de él por su apretada economía, se sentía muy abandonado. Cada vez que tenía un berrinche, un extraño suceso ocurría a su alrededor. Se rompían cristales, se incendiaba un papel… Sus padres, asustados, decidieron abandonarlo creyendo que aquel niño estaba poseído. De esta forma, Caleb llegó a un orfanato de la Costa Este, donde pasó gran parte de su oscura infancia y parte de su adolescencia.

    Dentro del orfanato apenas se relacionaba. Sabía que era diferente, pero también desarrolló un sentimiento de superioridad por esa diferencia. Aprendió a controlar sus ataques de rabia para utilizarlos exactamente cómo y cuando quería, y de este modo asustar y manipular a sus compañeros para obtener favores. Su vida en aquel antro consistía en leer horas y horas, sentarse en el césped del patio a contemplar las hojas de los árboles, odiar a su familia, memorizar la evolución de los colores del cielo.

    Detestaba su nombre y sus apellidos, hasta el punto de que pronto quiso deshacerse de ellos. Eligió a un personaje de la mitología griega para constituir su nueva identidad: Sísifo, y ordenó a todos llamarlo así bajo la amenaza de terribles consecuencias. Sísifo había sido castigado por su soberbia a arrastrar una enorme piedra por una colina, para que cuando llegase a la cima esta cayera y tuviese que repetirlo hasta el infinito. Su vida, por tanto, era absurda. Un sinsentido.

    Adolescencia:
    Sísifo no tenía absolutamente ningún amigo en el orfanato, por decisión propia. Estaba deseando cumplir la mayoría de edad para salir de allí y empezar una nueva vida lejos de aquella escoria de sociedad.

    En esta época conoció a Evedhiel, una joven que se encargaba de realizar los chequeos médicos. Aunque las primeras semanas fue incapaz de cruzar una sola palabra con ella, sintió que conectaron enseguida. Finalmente los chequeos se convirtieron en una especie de terapia psicológica, y más tarde en una charla entre amigos. Era la primera persona de su vida con la que se sentía identificado, con la que intimaba. Aquella sensación en un principio le desbordó hasta el punto de llorar por las noches, los días que ella le faltaba sintiéndose terriblemente solo. Sísifo por primera vez había experimentado el amor, el calor de un vínculo familiar. Evedhiel le reveló que realmente no estaba poseído, que sus problemas, sus “poderes” tenían una explicación mucho más compleja: era un mago. Podía controlarlo, entrenarlo, desarrollarlo.

    Los meses pasaron y las visitas acabaron, y Sísifo no pudo despedirse de su única amiga en el mundo. Al cabo del tiempo, la directora del centro le anunció que había sido adoptado, pero que su nuevo tutor quería permanecer en el anonimato. Sólo tenía una pista: la familia Yaxley.
    Eso significaba que Sísifo era libre de una vez por todas.

    Edad adulta:
    Sísifo viajó a Europa, a Inglaterra, para investigar un poco más acerca de aquella familia. Pero una vez allí, abrumado por la cultura, sus nuevas posibilidades, el bullicio que lo rodeaba… decidió enfrascarse en el estudio de la psiquiatría y la filosofía, y consagrarse a la medicina, a la vez que perfeccionaba sus dotes como mago. Durante este tiempo viajó por toda Europa, apenas con una mochila, libros y cuadernos, bebiendo vino en pensiones sórdidas en las que escribía durante toda la noche.

    Acabó convirtiéndose en un revolucionario psiquiatra, odiado por muchos de sus compañeros por sus teorías innovadoras sobre la salud mental y su concepción de la mente humana. Se ligó a la escuela psicoanalítica y se hizo defensor de algunos de los postulados del recién nacido movimiento de la Antipsiquiatría, como por ejemplo que en algunos casos la enfermedad mental era una simple etiqueta impuesta para controlar toda desviación de la convención social.

    En un momento dado, realizando investigaciones sobre la histeria y la psicosis maniaco-depresiva, tropezó con una paciente especialmente fascinante. Llegó al manicomio atada de pies y manos, con una camisa de fuerza, retorciéndose en terribles convulsiones. Lo que más le sorprendió fue el tono de su piel, similar al de un muerto en las primeras fases de descomposición, surcado de venas grises. Sus ojos inyectados en sangre giraban hacia todos lados, alucinando, tratando de librarse de los enfermeros. Habían tenido que atornillarle un bozal a la mandíbula para defenderse de sus mordiscos.

    Sísifo era contrario a las terapias de electroshock y a las lobotomías, pero su cargo no era tan importante como para ejercer presión contra sus otros compañeros, así que tuvo que aceptar que aquella paciente fuese sometida a todo tipo de vejaciones en un intento desesperado por curarla de su “psicosis”. Era extremadamente violenta, atacaba al personal y a otros pacientes, no comía ni bebía, tampoco parecía dormir. Algunos se plantearon deshacerse de ella. Sísifo propuso encargarse particularmente de su caso, con la excusa de estar realizando unas investigaciones sobre la histeria. La encerró consigo en un ala privada del manicomio, casi abandonada, donde él tenía su habitación y su despacho. La encadenó debidamente a una silla metálica, y le quitó el bozal. Intentó tratarla con sesiones de psicoterapia e hipnosis, sin obtener resultado alguno. Al principio, su paciente no pronunciaba sonido, más allá de extraños gruñidos. Finalmente forjaron un extraño vínculo basado en el silencio y la compasión.

    Después de algunas semanas, Sísifo estaba convencido de que aquella mujer no padecía de ninguna enfermedad. Su naturaleza, simplemente, no era humana. Había recogido toda la información posible en sus cuadernos, y se había prometido que la liberaría de aquella prisión. De madrugada, cuando casi todo permanecía en calma, buscó la salida por los pasillos que conducían al alcantarillado de la ciudad. Arrastraba a la joven con unas cadenas, a una distancia prudencial. Cuando llegaron al exterior, Sísifo le rogó que no le hiciese daño, antes de proceder a soltarla.

    Cuando la había desatado por completo, la chica se quedó petrificada frente a él, bañada por la luna. La luz plateada caía sobre ella como un manto de agua. Sus ojos brillaron y se tiñeron de rojo antes de que se lanzara sobre su cuello.

    Despertó en un cuarto desconocido, completamente a oscuras. Había perdido la noción del tiempo. Sentía un profundo ardor en el pecho y una punzada en las uñas y los colmillos. Su visión se había transformado, era capaz de detectar el calor de los organismos vivos, de escuchar a muchos metros de distancia hasta el menor de los ruidos, de distinguir con nitidez las motas de polvo flotantes. La joven del manicomio se encontraba en cuclillas frente a él, mirándolo fijamente. Le explicó que ahora era un ser de la noche, un vampiro, y que necesitaba alimentarse de sangre para subsistir, o que de lo contrario ardería bajo la luz del sol o consumido por su propio fuego interior.

    Desolado por su nueva condición, que suponía una contradicción moral con respecto a su profesión como médico, decidió que era el momento de localizar a su familia adoptiva y a su protector, la persona que lo había salvado del orfanato. Viajó hasta la Yaxley Manor, donde descubrió que había sido Evedhiel la que años atrás lo había liberado de sus cadenas. La buscó desesperadamente hasta encontrarla y unirse definitivamente a ella, apoderándose de su nuevo apellido y del lema de su casa, “Noble y Salvaje Libertad”, que defendería a capa y espada. Abandonando definitivamente los últimos rastros de su vida como humano muggle que practica la magia a escondidas, se mudó a aquel castillo en mitad del bosque para iniciar su nueva travesía.

     

    Una vez en Ottery, fue reclutado por el grupo clandestino "La Marca Tenebrosa". Su odio hacia los muggles, su condición de vampiro y el odio que albergaba en su interior lo condujeron a formar parte de aquellas filas de asesinos despiadados pero, también, familiares siempre dispuestos a tomar una copa en una taberna polvorienta.

     

     

     

    Conexión con Oniria:

    Abasi, un antiguo mago egipcio y uno de los primeros vampiros de los que se tiene constancia, estaba cansado de vivir, pero no quería que sus pensamientos y recuerdos se perdieran. Quería dejar un legado tangible, no en forma de simples libros o memorias. Quería perpetuarse, clonarse de tal forma que pudiese consumar la inmortalidad sin padecerla él mismo. Para ello se exilió a una cueva, y durante meses estuvo comunicándose con dioses oscuros en lenguas desconocidas, perfeccionando un rito que se creía extinto y que le permitiría dividir su alma en varias partes y de ésta forma mantenerse deficitariamente, como una bruma, un silencio, un latido incorpóreo.

     

    Horrocruxes.

     

    Para llevar a cabo su deseo, debía realizar crímenes sangrientos contra seres queridos. Aquel era el precio que Ammyt, diosa “devoradora de los muertos”, le había impuesto. Jamás lograría la inmortalidad en el Juicio de Osiris, pero podría eternizarse terrenalmente. El asesinato desgarraría su alma, de tal forma que podría introducirla en otros cuerpos u objetos.

     

    En aquella cueva, y haciendo único uso de su magia y conocimientos de biología, creó dos cuerpos casi idénticos, un varón y una hembra, que despertarían de su letargo cuando él decidiese terminar con su existencia material. En uno de ellos colocó la semilla del mal, y en el otro la semilla del bien, para hacerlos complementarios.

     

    Sísifo fue el primero en cobrar vida, a principios del siglo XX, y Oniria apenas unos 20 años después. Ellos, sin saberlo, eran doppelgängers conectados mental y físicamente, fragmentos de alma de un milenario hechicero egipcio que había acabado con su vida (aparentemente) consumido por el tedio. Oniria fue la primera en llegar a Ottery, deseosa de aumentar sus conocimientos. Sísifo llegó tiempo después, buscando a la mujer que había salvado su infancia.

     

     

     

    Relación con Oniria:

    Cuando llegó a Ottery, algunos antiguos amigos de Oniria se acercaron a Sísifo y encontraron refugio a su nostalgia en él. En cierto modo, consiguieron sustituir aquella pérdida con su doble. Por eso, cuando Oniria apareció, sorprendiéndolos a todos tras años de silencio, los vínculos entre Sísifo y aquellos miembros de Ottery se tambalearon, creando un enorme conflicto entre ellos.

     

    A raíz de este primer encuentro problemático, desarrollaron una relación de dependencia, basada en el odio. Pero sus sentimientos eran tan intensos, y sus personalidades y gustos tan similares, que el odio a veces parecía manifestarse en forma de amor desesperado. Así, Sísifo y Oniria se odiaban y se amaban. Podían matarse o abrazarse durante noches enteras, como siameses con los que se hubiera cometido un horrible crimen al separarlos al nacer, tratando de extirpar su conexión. No podía saberse si eran hermanos gemelos, amantes o enemigos.

     

    Esta relación fue evolucionando gracias a Leah, que se convirtió en parte fundamental de ambos. Los tres se comprometieron en mantener un vínculo basado en la libertad y el respeto.

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Familias":

     

    Dice así:

     

     

    Familia(s):
    * Familia Yaxley
    * Familia 2 --

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    Familia(s):
    * Familia Yaxley
    * Familia Macnair

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Otros Datos":

     

    Dice así:

     

     

    • Hobbies: escribir, fotografía analógica, filosofía.
    • Fobias: agorafobia.
    • Patronus: lechuza.
    • Siempre que conoce a alguien por primera vez recita un poema que asocie con él.
    • Sísifo no es su nombre real.
    • Sólo sueña en blanco y negro.
    • Es estéril.
    • No suda. Sólo algunas glándulas de su cuerpo se mantienen en funcionamiento.
    • No le crecen ni las uñas ni el pelo de forma natural desde su transformación.
    • Su temperatura corporal es de 28º.
    • Tiene la capacidad de regenerarse.
    • Puede morir mediante magia, de sed o por incineración.
    • No puede engordar ni adelgazar.

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    • Hobbies: escribir, fotografía analógica, filosofía.
    • Fobias: agorafobia.
    • Patronus: lechuza.
    • Siempre que conoce a alguien por primera vez recita un poema que asocie con él.
    • Sísifo no es su nombre real.
    • Sólo sueña en blanco y negro.
    • Es estéril.
    • No suda. Sólo algunas glándulas de su cuerpo se mantienen en funcionamiento.
    • No le crecen ni las uñas ni el pelo de forma natural desde su transformación.
    • Su temperatura corporal es de 28º.
    • Tiene la capacidad de regenerarse.
    • Puede morir mediante magia, de sed o por incineración.
    • No puede engordar ni adelgazar.

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Link de interés referentes al personaje":

     

    Dice así:

     

     

    Link al Perfil de Comprador MM: 221
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 102591
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio: --
    Link a Bóveda Familiar 1: http://www.harrylati...familia-yaxley/
    Link a Bóveda Familiar 2: --

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    Link al Perfil de Comprador MM: 221
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 102591
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio: http://www.harrylati...-feria-de-mayo/
    Link a Bóveda Familiar 1: http://www.harrylati...familia-yaxley/
    Link a Bóveda Familiar 2: http://www.harrylati...amilia-macnair/

     

     

  19. Lo siento, pensé que si era toooda la ficha podía hacerlo de la otra forma. Aquí está (creo) de la manera correcta. ¡Gracias por la paciencia! Abrazos.

     

    ---

     

    Necesito la actualización del campo "Datos Personales":

     

    Dice así:

     

    DATOS PERSONALES:

    Nombre del Personaje: Sísifo.

    Sexo: masculino.

    Edad: alrededor de 25 años.

    Nacionalidad: estadounidense.

    Familia(s):
    * Familia Yaxley
    * Familia 2 --


    Padre(s) Sanguíneo:
    Lo abandonaron a los dos años de edad.

    Padre(s) Adoptivos:
    --

    Trabajo:
    Cuartel de Inquisidores, empleada.

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    JlFglXw.png

     

    mwBCj4n.png

     

    gaQJVto.png

    Nombre del Personaje: Sísifo.

    Sexo: masculino.

    Edad: alrededor de 25 años.

    Nacionalidad: estadounidense.

    Familia(s):
    * Familia Yaxley
    * Familia Macnair


    Padre(s) Sanguíneo:
    Lo abandonaron a los dos años de edad.

    Padre(s) Adoptivos:
    --

    Trabajo:
    Cuartel de Inquisidores, empleado.

     

     

     

     

    Necesito la actualización del campo "Poderes Mágicos":

     

    Dice así:

     

     

    PODERES MÁGICOS:

    Rango Social: Unicornios de Bronce.

    Bando: Mortífago

    Rango dentro del Bando: Base

    Puntos de poder en objetos: 90

    Hechizos adicionales
    : --

    Puntos de poder en criaturas: 10

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

    Habilidades Mágicas:
    * Habilidad 1
    * Habilidad 2
    * Habilidad 3

    Conocimientos Especiales:
    * Conocimiento 1: Artes Oscuras
    * Conocimiento 2: Conocimiento en Maldiciones
    * Conocimiento 3

    Medallas:
    *
    *
    *

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    4HTlsB1.png

    Rango Social: Unicornios de Bronce.

    Bando: Mortífago

    Rango dentro del Bando: Base

    Puntos de poder en objetos: 90

    Hechizos adicionales: --

    Puntos de poder en criaturas: 10

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

    Habilidades Mágicas:
    * Habilidad 1
    * Habilidad 2
    * Habilidad 3

    Conocimientos Especiales:
    * Conocimiento 1: Artes Oscuras
    * Conocimiento 2: Conocimiento en Maldiciones
    * Conocimiento 3

    Medallas:
    *
    *
    *

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Perfil de Personaje":

     

    Dice así:

     

     

    PERFIL DEL PERSONAJE:

    Raza: vampiro.

    Aspecto Físico:
    Complexión: atlética.
    Altura: 1,80 metros.
    Rostro: tiene la cara ovalada, con las mandíbulas muy marcadas, los labios gruesos y los dientes bien alineados aunque no perfectos. Pestañas muy largas. Tiene el cabello rapado al 2 salvo el flequillo. Tiene un corte en una ceja, sobre el que no le crece pelo.
    Aspecto físico sin transformar: ojos grises, pelo blanco, piel muy blanca y tersa, labios ligeramente amoratados, como entumecidos.
    Aspecto físico transformado: piel ennegrecida, uñas y colmillos afilados, ojos rojos y brillantes.
    Ropa: suele vestir con tonos muy oscuros, negros y grises, y con estilo vintage.

    Cualidades Psicológicas:

    Melancólico y pesimista, cree que la vida es absurda, a menudo se pregunta qué sentido tiene existir.
    Impulsivo.
    Parece que siempre está intentando seducir, es su manera de relacionarse. Esto le lleva a ser muy promiscuo. No cree en los mitos del amor romántico ni en la monogamia. Prefiere las uniones libres y anárquicas.
    Es muy sensible e intenso. Puede sentir afecto por alguien en cuestión de horas.
    Pensamiento dicotómico, ve las cosas blancas o negras y le cuesta relativizar.
    Lleva la tristeza en el interior, pero se muestra irónico, sarcástico y a menudo bastante alegre con los demás.

    Es muy autodesctructivo.

    Como sus padres eran muggles y lo abandonaron, y en el orfanato donde creció los niños muggles lo trataron fatal por ser diferente, ha desarrollado un profundo odio por estos, y un sentimiento de superioridad, aunque admira sus inventos, su ciencia y su arte.

    Atribuye todos sus males a ser un "sangre sucia", aunque en el fondo sabe que es sólo una proyección de sus inseguridades, alejada de la realidad.


    Historia:

    Infancia:
    Caleb S. Seward nació en Estados Unidos, en Anchorage, Alaska, en el seno de una familia muggle. Su padre era ingeniero y trabajaba duramente en la construcción del ferrocarril que más tarde conseguiría que aquella pequeña ciudad del norte prosperase. En sus dos primeros años de vida, dado que su familia apenas podía hacerse cargo de él por su apretada economía, se sentía muy abandonado. Cada vez que tenía un berrinche, un extraño suceso ocurría a su alrededor. Se rompían cristales, se incendiaba un papel… Sus padres, asustados, decidieron abandonarlo creyendo que aquel niño estaba poseído. De esta forma, Caleb llegó a un orfanato de la Costa Este, donde pasó gran parte de su oscura infancia y parte de su adolescencia.

    Dentro del orfanato apenas se relacionaba. Sabía que era diferente, pero también desarrolló un sentimiento de superioridad por esa diferencia. Aprendió a controlar sus ataques de rabia para utilizarlos exactamente cómo y cuando quería, y de este modo asustar y manipular a sus compañeros para obtener favores. Su vida en aquel antro consistía en leer horas y horas, sentarse en el césped del patio a contemplar las hojas de los árboles, odiar a su familia, memorizar la evolución de los colores del cielo.

    Detestaba su nombre y sus apellidos, hasta el punto de que pronto quiso deshacerse de ellos. Eligió a un personaje de la mitología griega para constituir su nueva identidad: Sísifo, y ordenó a todos llamarlo así bajo la amenaza de terribles consecuencias. Sísifo había sido castigado por su soberbia a arrastrar una enorme piedra por una colina, para que cuando llegase a la cima esta cayera y tuviese que repetirlo hasta el infinito. Su vida, por tanto, era absurda. Un sinsentido.


    Adolescencia:
    Sísifo no tenía absolutamente ningún amigo en el orfanato, por decisión propia. Estaba deseando cumplir la mayoría de edad para salir de allí y empezar una nueva vida lejos de aquella escoria de sociedad.

    En esta época conoció a Evedhiel, una joven que se encargaba de realizar los chequeos médicos. Aunque las primeras semanas fue incapaz de cruzar una sola palabra con ella, sintió que conectaron enseguida. Finalmente los chequeos se convirtieron en una especie de terapia psicológica, y más tarde en una charla entre amigos. Era la primera persona de su vida con la que se sentía identificado, con la que intimaba. Aquella sensación en un principio le desbordó hasta el punto de llorar por las noches, los días que ella le faltaba sintiéndose terriblemente solo. Sísifo por primera vez había experimentado el amor, el calor de un vínculo familiar. Evedhiel le reveló que realmente no estaba poseído, que sus problemas, sus “poderes” tenían una explicación mucho más compleja: era un mago. Podía controlarlo, entrenarlo, desarrollarlo.

    Los meses pasaron y las visitas acabaron, y Sísifo no pudo despedirse de su única amiga en el mundo. Al cabo del tiempo, la directora del centro le anunció que había sido adoptado, pero que su nuevo tutor quería permanecer en el anonimato. Sólo tenía una pista: la familia Yaxley.
    Eso significaba que Sísifo era libre de una vez por todas.


    Edad adulta:
    Sísifo viajó a Europa, a Inglaterra, para investigar un poco más acerca de aquella familia. Pero una vez allí, abrumado por la cultura, sus nuevas posibilidades, el bullicio que lo rodeaba… decidió enfrascarse en el estudio de la psiquiatría y la filosofía, y consagrarse a la medicina, a la vez que perfeccionaba sus dotes como mago. Durante este tiempo viajó por toda Europa, apenas con una mochila, libros y cuadernos, bebiendo vino en pensiones sórdidas en las que escribía durante toda la noche.

    Acabó convirtiéndose en un revolucionario psiquiatra, odiado por muchos de sus compañeros por sus teorías innovadoras sobre la salud mental y su concepción de la mente humana. Se ligó a la escuela psicoanalítica y se hizo defensor de algunos de los postulados del recién nacido movimiento de la Antipsiquiatría, como por ejemplo que en algunos casos la enfermedad mental era una simple etiqueta impuesta para controlar toda desviación de la convención social.

    En un momento dado, realizando investigaciones sobre la histeria y la psicosis maniaco-depresiva, tropezó con una paciente especialmente fascinante. Llegó al manicomio atada de pies y manos, con una camisa de fuerza, retorciéndose en terribles convulsiones. Lo que más le sorprendió fue el tono de su piel, similar al de un muerto en las primeras fases de descomposición, surcado de venas grises. Sus ojos inyectados en sangre giraban hacia todos lados, alucinando, tratando de librarse de los enfermeros. Habían tenido que atornillarle un bozal a la mandíbula para defenderse de sus mordiscos.

    Sísifo era contrario a las terapias de electroshock y a las lobotomías, pero su cargo no era tan importante como para ejercer presión contra sus otros compañeros, así que tuvo que aceptar que aquella paciente fuese sometida a todo tipo de vejaciones en un intento desesperado por curarla de su “psicosis”. Era extremadamente violenta, atacaba al personal y a otros pacientes, no comía ni bebía, tampoco parecía dormir. Algunos se plantearon deshacerse de ella. Sísifo propuso encargarse particularmente de su caso, con la excusa de estar realizando unas investigaciones sobre la histeria. La encerró consigo en un ala privada del manicomio, casi abandonada, donde él tenía su habitación y su despacho. La encadenó debidamente a una silla metálica, y le quitó el bozal. Intentó tratarla con sesiones de psicoterapia e hipnosis, sin obtener resultado alguno. Al principio, su paciente no pronunciaba sonido, más allá de extraños gruñidos. Finalmente forjaron un extraño vínculo basado en el silencio y la compasión.

    Después de algunas semanas, Sísifo estaba convencido de que aquella mujer no padecía de ninguna enfermedad. Su naturaleza, simplemente, no era humana. Había recogido toda la información posible en sus cuadernos, y se había prometido que la liberaría de aquella prisión. De madrugada, cuando casi todo permanecía en calma, buscó la salida por los pasillos que conducían al alcantarillado de la ciudad. Arrastraba a la joven con unas cadenas, a una distancia prudencial. Cuando llegaron al exterior, Sísifo le rogó que no le hiciese daño, antes de proceder a soltarla.

    Cuando la había desatado por completo, la chica se quedó petrificada frente a él, bañada por la luna. La luz plateada caía sobre ella como un manto de agua. Sus ojos brillaron y se tiñeron de rojo antes de que se lanzara sobre su cuello.

    Despertó en un cuarto desconocido, completamente a oscuras. Había perdido la noción del tiempo. Sentía un profundo ardor en el pecho y una punzada en las uñas y los colmillos. Su visión se había transformado, era capaz de detectar el calor de los organismos vivos, de escuchar a muchos metros de distancia hasta el menor de los ruidos, de distinguir con nitidez las motas de polvo flotantes. La joven del manicomio se encontraba en cuclillas frente a él, mirándolo fijamente. Le explicó que ahora era un ser de la noche, un vampiro, y que necesitaba alimentarse de sangre para subsistir, o que de lo contrario ardería bajo la luz del sol o consumido por su propio fuego interior.

    Desolado por su nueva condición, que suponía una contradicción moral con respecto a su profesión como médico, decidió que era el momento de localizar a su familia adoptiva y a su protector, la persona que lo había salvado del orfanato. Viajó hasta la Yaxley Manor, donde descubrió que había sido Evedhiel la que años atrás lo había liberado de sus cadenas. La buscó desesperadamente hasta encontrarla y unirse definitivamente a ella, apoderándose de su nuevo apellido y del lema de su casa, “Noble y Salvaje Libertad”, que defendería a capa y espada. Abandonando definitivamente los últimos rastros de su vida como humano muggle que practica la magia a escondidas, se mudó a aquel castillo en mitad del bosque para iniciar su nueva travesía.

    Una vez en Ottery, fue reclutado por el grupo clandestino "La Marca Tenebrosa". Su odio hacia los muggles, su condición de vampiro y el odio que albergaba en su interior lo condujeron a formar parte de aquellas filas de asesinos despiadados pero, también, familiares siempre dispuestos a tomar una copa en una taberna polvorienta.

    Conexión con Oniria:

    Abasi, un antiguo mago egipcio y uno de los primeros vampiros de los que se tiene constancia, estaba cansado de vivir, pero no quería que sus pensamientos y recuerdos se perdieran. Quería dejar un legado tangible, no en forma de simples libros o memorias. Quería perpetuarse, clonarse de tal forma que pudiese consumar la inmortalidad sin padecerla él mismo. Para ello se exilió a una cueva, y durante meses estuvo comunicándose con dioses oscuros en lenguas desconocidas, perfeccionando un rito que se creía extinto y que le permitiría dividir su alma en varias partes y de ésta forma mantenerse deficitariamente, como una bruma, un silencio, un latido incorpóreo.

    Horrocruxes.

    Para llevar a cabo su deseo, debía realizar crímenes sangrientos contra seres queridos. Aquel era el precio que Ammyt, diosa “devoradora de los muertos”, le había impuesto. Jamás lograría la inmortalidad en el Juicio de Osiris, pero podría eternizarse terrenalmente. El asesinato desgarraría su alma, de tal forma que podría introducirla en otros cuerpos u objetos.

    En aquella cueva, y haciendo único uso de su magia y conocimientos de biología, creó dos cuerpos casi idénticos, un varón y una hembra, que despertarían de su letargo cuando él decidiese terminar con su existencia material. En uno de ellos colocó la semilla del mal, y en el otro la semilla del bien, para hacerlos complementarios.

    Sísifo fue el primero en cobrar vida, a principios del siglo XX, y Oniria apenas unos 20 años después. Ellos, sin saberlo, eran doppelgängers conectados mental y físicamente, fragmentos de alma de un milenario hechicero egipcio que había acabado con su vida (aparentemente) consumido por el tedio. Oniria fue la primera en llegar a Ottery, deseosa de aumentar sus conocimientos. Sísifo llegó tiempo después, buscando a la mujer que había salvado su infancia.

     

     

     

    Debe ser:

     

     

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    Raza: vampiro.

    Aspecto Físico:
    Complexión: atlética.
    Altura: 1,80 metros.
    Rostro: tiene la cara ovalada, con las mandíbulas muy marcadas, los labios gruesos y los dientes bien alineados aunque no perfectos. Pestañas muy largas. Tiene el cabello rapado al 2 salvo el flequillo. Tiene un corte en una ceja, sobre el que no le crece pelo.
    Aspecto físico sin transformar: ojos grises, pelo blanco, piel muy blanca y tersa, labios ligeramente amoratados, como entumecidos.
    Aspecto físico transformado: piel ennegrecida, uñas y colmillos afilados, ojos rojos y brillantes.
    Ropa: suele vestir con tonos muy oscuros, negros y grises, y con estilo vintage.

    Cualidades Psicológicas:

    Melancólico y pesimista, cree que la vida es absurda, a menudo se pregunta qué sentido tiene existir.
    Impulsivo.
    Parece que siempre está intentando seducir, es su manera de relacionarse. Esto le lleva a ser muy promiscuo. No cree en los mitos del amor romántico ni en la monogamia. Prefiere las uniones libres y anárquicas.
    Es muy sensible e intenso. Puede sentir afecto por alguien en cuestión de horas.
    Pensamiento dicotómico, ve las cosas blancas o negras y le cuesta relativizar.
    Lleva la tristeza en el interior, pero se muestra irónico, sarcástico y a menudo bastante alegre con los demás.

    Es muy autodesctructivo.

    Como sus padres eran muggles y lo abandonaron, y en el orfanato donde creció los niños muggles lo trataron fatal por ser diferente, ha desarrollado un profundo odio por estos, y un sentimiento de superioridad, aunque admira sus inventos, su ciencia y su arte.

    Atribuye todos sus males a ser un "sangre sucia", aunque en el fondo sabe que es sólo una proyección de sus inseguridades, alejada de la realidad.


    Historia:

    Infancia:
    Caleb S. Seward nació en Estados Unidos, en Anchorage, Alaska, en el seno de una familia muggle. Su padre era ingeniero y trabajaba duramente en la construcción del ferrocarril que más tarde conseguiría que aquella pequeña ciudad del norte prosperase. En sus dos primeros años de vida, dado que su familia apenas podía hacerse cargo de él por su apretada economía, se sentía muy abandonado. Cada vez que tenía un berrinche, un extraño suceso ocurría a su alrededor. Se rompían cristales, se incendiaba un papel… Sus padres, asustados, decidieron abandonarlo creyendo que aquel niño estaba poseído. De esta forma, Caleb llegó a un orfanato de la Costa Este, donde pasó gran parte de su oscura infancia y parte de su adolescencia.

    Dentro del orfanato apenas se relacionaba. Sabía que era diferente, pero también desarrolló un sentimiento de superioridad por esa diferencia. Aprendió a controlar sus ataques de rabia para utilizarlos exactamente cómo y cuando quería, y de este modo asustar y manipular a sus compañeros para obtener favores. Su vida en aquel antro consistía en leer horas y horas, sentarse en el césped del patio a contemplar las hojas de los árboles, odiar a su familia, memorizar la evolución de los colores del cielo.

    Detestaba su nombre y sus apellidos, hasta el punto de que pronto quiso deshacerse de ellos. Eligió a un personaje de la mitología griega para constituir su nueva identidad: Sísifo, y ordenó a todos llamarlo así bajo la amenaza de terribles consecuencias. Sísifo había sido castigado por su soberbia a arrastrar una enorme piedra por una colina, para que cuando llegase a la cima esta cayera y tuviese que repetirlo hasta el infinito. Su vida, por tanto, era absurda. Un sinsentido.

    Adolescencia:
    Sísifo no tenía absolutamente ningún amigo en el orfanato, por decisión propia. Estaba deseando cumplir la mayoría de edad para salir de allí y empezar una nueva vida lejos de aquella escoria de sociedad.

    En esta época conoció a Evedhiel, una joven que se encargaba de realizar los chequeos médicos. Aunque las primeras semanas fue incapaz de cruzar una sola palabra con ella, sintió que conectaron enseguida. Finalmente los chequeos se convirtieron en una especie de terapia psicológica, y más tarde en una charla entre amigos. Era la primera persona de su vida con la que se sentía identificado, con la que intimaba. Aquella sensación en un principio le desbordó hasta el punto de llorar por las noches, los días que ella le faltaba sintiéndose terriblemente solo. Sísifo por primera vez había experimentado el amor, el calor de un vínculo familiar. Evedhiel le reveló que realmente no estaba poseído, que sus problemas, sus “poderes” tenían una explicación mucho más compleja: era un mago. Podía controlarlo, entrenarlo, desarrollarlo.

    Los meses pasaron y las visitas acabaron, y Sísifo no pudo despedirse de su única amiga en el mundo. Al cabo del tiempo, la directora del centro le anunció que había sido adoptado, pero que su nuevo tutor quería permanecer en el anonimato. Sólo tenía una pista: la familia Yaxley.
    Eso significaba que Sísifo era libre de una vez por todas.

    Edad adulta:
    Sísifo viajó a Europa, a Inglaterra, para investigar un poco más acerca de aquella familia. Pero una vez allí, abrumado por la cultura, sus nuevas posibilidades, el bullicio que lo rodeaba… decidió enfrascarse en el estudio de la psiquiatría y la filosofía, y consagrarse a la medicina, a la vez que perfeccionaba sus dotes como mago. Durante este tiempo viajó por toda Europa, apenas con una mochila, libros y cuadernos, bebiendo vino en pensiones sórdidas en las que escribía durante toda la noche.

    Acabó convirtiéndose en un revolucionario psiquiatra, odiado por muchos de sus compañeros por sus teorías innovadoras sobre la salud mental y su concepción de la mente humana. Se ligó a la escuela psicoanalítica y se hizo defensor de algunos de los postulados del recién nacido movimiento de la Antipsiquiatría, como por ejemplo que en algunos casos la enfermedad mental era una simple etiqueta impuesta para controlar toda desviación de la convención social.

    En un momento dado, realizando investigaciones sobre la histeria y la psicosis maniaco-depresiva, tropezó con una paciente especialmente fascinante. Llegó al manicomio atada de pies y manos, con una camisa de fuerza, retorciéndose en terribles convulsiones. Lo que más le sorprendió fue el tono de su piel, similar al de un muerto en las primeras fases de descomposición, surcado de venas grises. Sus ojos inyectados en sangre giraban hacia todos lados, alucinando, tratando de librarse de los enfermeros. Habían tenido que atornillarle un bozal a la mandíbula para defenderse de sus mordiscos.

    Sísifo era contrario a las terapias de electroshock y a las lobotomías, pero su cargo no era tan importante como para ejercer presión contra sus otros compañeros, así que tuvo que aceptar que aquella paciente fuese sometida a todo tipo de vejaciones en un intento desesperado por curarla de su “psicosis”. Era extremadamente violenta, atacaba al personal y a otros pacientes, no comía ni bebía, tampoco parecía dormir. Algunos se plantearon deshacerse de ella. Sísifo propuso encargarse particularmente de su caso, con la excusa de estar realizando unas investigaciones sobre la histeria. La encerró consigo en un ala privada del manicomio, casi abandonada, donde él tenía su habitación y su despacho. La encadenó debidamente a una silla metálica, y le quitó el bozal. Intentó tratarla con sesiones de psicoterapia e hipnosis, sin obtener resultado alguno. Al principio, su paciente no pronunciaba sonido, más allá de extraños gruñidos. Finalmente forjaron un extraño vínculo basado en el silencio y la compasión.

    Después de algunas semanas, Sísifo estaba convencido de que aquella mujer no padecía de ninguna enfermedad. Su naturaleza, simplemente, no era humana. Había recogido toda la información posible en sus cuadernos, y se había prometido que la liberaría de aquella prisión. De madrugada, cuando casi todo permanecía en calma, buscó la salida por los pasillos que conducían al alcantarillado de la ciudad. Arrastraba a la joven con unas cadenas, a una distancia prudencial. Cuando llegaron al exterior, Sísifo le rogó que no le hiciese daño, antes de proceder a soltarla.

    Cuando la había desatado por completo, la chica se quedó petrificada frente a él, bañada por la luna. La luz plateada caía sobre ella como un manto de agua. Sus ojos brillaron y se tiñeron de rojo antes de que se lanzara sobre su cuello.

    Despertó en un cuarto desconocido, completamente a oscuras. Había perdido la noción del tiempo. Sentía un profundo ardor en el pecho y una punzada en las uñas y los colmillos. Su visión se había transformado, era capaz de detectar el calor de los organismos vivos, de escuchar a muchos metros de distancia hasta el menor de los ruidos, de distinguir con nitidez las motas de polvo flotantes. La joven del manicomio se encontraba en cuclillas frente a él, mirándolo fijamente. Le explicó que ahora era un ser de la noche, un vampiro, y que necesitaba alimentarse de sangre para subsistir, o que de lo contrario ardería bajo la luz del sol o consumido por su propio fuego interior.

    Desolado por su nueva condición, que suponía una contradicción moral con respecto a su profesión como médico, decidió que era el momento de localizar a su familia adoptiva y a su protector, la persona que lo había salvado del orfanato. Viajó hasta la Yaxley Manor, donde descubrió que había sido Evedhiel la que años atrás lo había liberado de sus cadenas. La buscó desesperadamente hasta encontrarla y unirse definitivamente a ella, apoderándose de su nuevo apellido y del lema de su casa, “Noble y Salvaje Libertad”, que defendería a capa y espada. Abandonando definitivamente los últimos rastros de su vida como humano muggle que practica la magia a escondidas, se mudó a aquel castillo en mitad del bosque para iniciar su nueva travesía.

     

    Una vez en Ottery, fue reclutado por el grupo clandestino "La Marca Tenebrosa". Su odio hacia los muggles, su condición de vampiro y el odio que albergaba en su interior lo condujeron a formar parte de aquellas filas de asesinos despiadados pero, también, familiares siempre dispuestos a tomar una copa en una taberna polvorienta.

     

     

     

    Conexión con Oniria:

    Abasi, un antiguo mago egipcio y uno de los primeros vampiros de los que se tiene constancia, estaba cansado de vivir, pero no quería que sus pensamientos y recuerdos se perdieran. Quería dejar un legado tangible, no en forma de simples libros o memorias. Quería perpetuarse, clonarse de tal forma que pudiese consumar la inmortalidad sin padecerla él mismo. Para ello se exilió a una cueva, y durante meses estuvo comunicándose con dioses oscuros en lenguas desconocidas, perfeccionando un rito que se creía extinto y que le permitiría dividir su alma en varias partes y de ésta forma mantenerse deficitariamente, como una bruma, un silencio, un latido incorpóreo.

     

    Horrocruxes.

     

    Para llevar a cabo su deseo, debía realizar crímenes sangrientos contra seres queridos. Aquel era el precio que Ammyt, diosa “devoradora de los muertos”, le había impuesto. Jamás lograría la inmortalidad en el Juicio de Osiris, pero podría eternizarse terrenalmente. El asesinato desgarraría su alma, de tal forma que podría introducirla en otros cuerpos u objetos.

     

    En aquella cueva, y haciendo único uso de su magia y conocimientos de biología, creó dos cuerpos casi idénticos, un varón y una hembra, que despertarían de su letargo cuando él decidiese terminar con su existencia material. En uno de ellos colocó la semilla del mal, y en el otro la semilla del bien, para hacerlos complementarios.

     

    Sísifo fue el primero en cobrar vida, a principios del siglo XX, y Oniria apenas unos 20 años después. Ellos, sin saberlo, eran doppelgängers conectados mental y físicamente, fragmentos de alma de un milenario hechicero egipcio que había acabado con su vida (aparentemente) consumido por el tedio. Oniria fue la primera en llegar a Ottery, deseosa de aumentar sus conocimientos. Sísifo llegó tiempo después, buscando a la mujer que había salvado su infancia.

     

     

     

    Relación con Oniria:

    Cuando llegó a Ottery, algunos antiguos amigos de Oniria se acercaron a Sísifo y encontraron refugio a su nostalgia en él. En cierto modo, consiguieron sustituir aquella pérdida con su doble. Por eso, cuando Oniria apareció, sorprendiéndolos a todos tras años de silencio, los vínculos entre Sísifo y aquellos miembros de Ottery se tambalearon, creando un enorme conflicto entre ellos.

     

    A raíz de este primer encuentro problemático, desarrollaron una relación de dependencia, basada en el odio. Pero sus sentimientos eran tan intensos, y sus personalidades y gustos tan similares, que el odio a veces parecía manifestarse en forma de amor desesperado. Así, Sísifo y Oniria se odiaban y se amaban. Podían matarse o abrazarse durante noches enteras, como siameses con los que se hubiera cometido un horrible crimen al separarlos al nacer, tratando de extirpar su conexión. No podía saberse si eran hermanos gemelos, amantes o enemigos.

     

    Esta relación fue evolucionando gracias a Leah, que se convirtió en parte fundamental de ambos. Los tres se comprometieron en mantener un vínculo basado en la libertad y el respeto.

     

     

     

     

    Necesito la actualización del campo "Pertenencias":

     

    Dice así:

     

     

    PERTENENCIAS:

    Objeto Mágico Legendario:
    --

    Objetos Mágicos:

    Objeto: Varita mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Objeto: Cámara de Fotos Mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Objeto: Monedero de Piel de Moke
    Clasificación: A
    Puntos de Poder: 10

    Objeto: Nimbus 3000
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Objeto: Anteojos Alfa
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Pociones Mágicas:

    Objeto:
    Clasificación:
    Puntos de Poder:

    Criaturas Mágicas:

    Criatura 1: Lobo
    Categoría: A
    Puntos de Poder: 10

    Criaturas en la Reserva:
    Criatura 1:
    Clasificación:
    Puntos de poder:

    Libros de Hechizos:

    Libro:
    Nivel:

    Poderes de Criaturas:

    Tipo de Poder:

    Consumibles en Batallas:

    Nombre:
    Descripción:
    Categoría:


    Elfos:
    * Elfo 1:
    * Elfo 2:

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    CLSddTg.png

    Objeto Mágico Legendario:
    --

    Objetos Mágicos:

    Objeto: Varita mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

     

    Objeto: Cámara de Fotos Mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

     

    Objeto: Monedero de Piel de Moke
    Clasificación: A
    Puntos de Poder: 10

     

    Objeto: Nimbus 3000
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

     

    Objeto: Anteojos Alfa
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Pociones Mágicas:

    Objeto:
    Clasificación:
    Puntos de Poder:

    Criaturas Mágicas:

    Criatura 1: Lobo
    Categoría: A
    Puntos de Poder: 10

    Criaturas en la Reserva:
    Criatura 1:
    Clasificación:
    Puntos de poder:

    Libros de Hechizos:

    Libro:
    Nivel:

    Poderes de Criaturas:

    Tipo de Poder:

    Consumibles en Batallas:

    Nombre:
    Descripción:
    Categoría:


    Elfos:
    * Elfo 1:
    * Elfo 2:

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Licencias, tasas y registros":

     

    Dice así:

     

     

    LICENCIAS, TASAS Y REGISTROS:

    Licencia de Aparición:

    Licencia de Vuelo de Escoba:

    Registro de XXX:
    *Registro del Departamento de Cooperación Mágica Internacional: Registro de Inmigrante y pasaporte
    *Registro de Raza: Vampiro
    *Registro de Criaturas: Enlace

    Personajes Secundarios:

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

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    Licencia de Aparición:

    Licencia de Vuelo de Escoba:

    Registro de XXX:
    *Registro del Departamento de Cooperación Mágica Internacional: Registro de Inmigrante y pasaporte
    *Registro de Raza: Vampiro
    *Registro de Criaturas: Enlace

    Personajes Secundarios:

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Otros Datos":

     

    Dice así:

     

     

    OTROS DATOS:

    • Hobbies: escribir, fotografía analógica, filosofía.
    • Fobias: agorafobia.
    • Patronus: lechuza.
    • Siempre que conoce a alguien por primera vez recita un poema que asocie con él.
    • Sísifo no es su nombre real.
    • Sólo sueña en blanco y negro.
    • Es estéril.
    • No suda. Sólo algunas glándulas de su cuerpo se mantienen en funcionamiento.
    • No le crecen ni las uñas ni el pelo de forma natural desde su transformación.
    • Su temperatura corporal es de 28º.
    • Tiene la capacidad de regenerarse.
    • Puede morir mediante magia, de sed o por incineración.
    • No puede engordar ni adelgazar.

    Cronología de cargos:


    Premios y reconocimientos:

     

     

     

    Debe ser:

     

     

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    • Hobbies: escribir, fotografía analógica, filosofía.
    • Fobias: agorafobia.
    • Patronus: lechuza.
    • Siempre que conoce a alguien por primera vez recita un poema que asocie con él.
    • Sísifo no es su nombre real.
    • Sólo sueña en blanco y negro.
    • Es estéril.
    • No suda. Sólo algunas glándulas de su cuerpo se mantienen en funcionamiento.
    • No le crecen ni las uñas ni el pelo de forma natural desde su transformación.
    • Su temperatura corporal es de 28º.
    • Tiene la capacidad de regenerarse.
    • Puede morir mediante magia, de sed o por incineración.
    • No puede engordar ni adelgazar.

    Cronología de cargos:


    Premios y reconocimientos:

     

     

     

     

     

    Necesito la actualización del campo "Links de interés referentes al personaje":

     

    Dice así:

     

     

    LINKS DE INTERÉS REFERENTES AL PERSONAJE:

     

    Link al Perfil de Comprador MM: 221
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 102591
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio: --
    Link a Bóveda Familiar 1: http://www.harrylati...familia-yaxley/
    Link a Bóveda Familiar 2: --

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    7lma9kt.png

     

    Link al Perfil de Comprador MM: 221
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 102591
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio: http://www.harrylatino.org/topic/111813-boveda-negocio-la-feria-de-mayo/
    Link a Bóveda Familiar 1: http://www.harrylati...familia-yaxley/
    Link a Bóveda Familiar 2: http://www.harrylatino.org/topic/86385-boveda-familia-macnair/

     

     

  20. También vengo a poner mi ficha bonita por aquí <3 ¡gracias a quien la actualice!

     

     

    Necesito actualización del campo "Datos Personales":

     

    Dice así:

     

     

    Nombre: Oniria
    Edad: en torno a 25 años.
    Nacionalidad o procedencia: rusa.
    Raza: vampiro.
    Personaje principal al que está asociado: Sísifo
    Relación con el personaje principal: son doppelgängers

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

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    Nombre: Oniria

     

    Edad: en torno a 25 años.

     

    Nacionalidad o procedencia: rusa.

     

    Raza: vampiro.

     

    Personaje principal al que está asociado: Sísifo

     

    Relación con el personaje principal: son doppelgängers

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Perfil de Personaje":

     

    Dice así:

     

     

    Aspecto Físico:
    Ni alta ni baja, aproximadamente 1,70 metros de altura. Complexión muy delgada, sin curvas pronunciadas exceptuando las de las caderas.
    Tiene el pelo corto, por la nuca, casi siempre despeinado, la patilla derecha más larga que la izquierda, de color blanco nieve.
    Los ojos pequeños y hundidos, de un tenue color lila que se torna rojo cuando le aumenta la sed.
    Los labios voluptuosos y prominentes, pálidos, y la nariz chata.
    Facciones ovaladas y mejillas angulosas, que le confieren un aspecto amenazador.
    Cuando está sedienta le crecen uñas y colmillos y se le marcan las venas a través de la piel.
    Tiene dos aritos negros como pendientes y otras tantas anillas esparcidas por el cartílago de la oreja.
    Una fina trenza le crece debajo de la oreja y le llega hasta el hombro.
    Tiene varios tatuajes: la constelación de Orión en la costilla izquierda, la constelación de la Osa Mayor en tinta ultravioleta en la muñeca, un lobo en la pierna (en honor a su Husky, Coh), un búho por encima de la muñeca (bajo el que está escrito, en griego antiguo, la famosa máxima socrática de “conócete a ti mismo”), un árbol en el pie, un reloj sobre el pecho, la huella de una mano en la costilla derecha (la huella se corresponde con la de Irina, la vampiresa que la convirtió).
    Siempre viste de forma sencilla, sólo con negros o blancos.
    Es bastante andrógina, pero atractiva.


    Cualidades Psicológicas:
    Es cínica e irónica. Ocasionalmente disfruta del mal ajeno, pero no le gusta considerarse una persona de malas intenciones; oscura, indudablemente, pero no malvada.
    Obsesionada con la muerte, la venganza y los sueños, que desea poder interpretar. Es incapaz de perdonar la traición y su objetivo es perseguir a todo aquel que se atreva a practicarla.
    Es consciente de sus limitaciones, pero a veces peca de cierta soberbia intelectual por creer que su experiencia vital la hace superior al resto. Normalmente es silenciosa, tímida y lacónica, fría, reflexiva y pesimista. Atesora caprichosamente su sensibilidad bajo una fachada de indiferencia.
    Es en sí misma una antítesis donde conviven fuego y hielo, humildad y arrogancia, bien y mal, arte y violencia.
    Fiel a los suyos, que son pocos, pero a los que aunque odie reconocerlo ama irracionalmente.
    Le fascinan las personas frágiles, los artistas, los líderes, y en especial todo aquel que sea opuesto a ella y pueda complementar sus carencias.
    Ama escribir por encima de todo. Puede pasarse horas sumergida entre sus letras, desangrándose en el papel. Poetiza su realidad, la versifica. Su inspiración nace de la tristeza y es por eso que se recrea en la melancolía y la nostalgia, que le permiten empaparse en su universo donde todo arma es la palabra.
    Tiene fobia a las arañas y a las aglomeraciones y espacios abiertos (agorafobia) cuando está sola rodeada de desconocidos, nictofilia (gusto por la oscuridad), y fue mitogénica en el pasado.
    Es sigilosa y discreta, nadie la oye llegar. Medita sus decisiones y construye su vida sobre una compleja filosofía que alimenta con su saber, sus experiencias y sus años.
    Es una admiradora de los modales aristócratas, que gracias a la observación ha terminado por imitar. Se regodea en las exquisiteces, exhibe su educación delicada y artificiosa y se desenvuelve cómodamente entre las clases altas de la sociedad, a la que ha analizado minuciosamente.


    Historia:
    Infancia:
    Nació en la antigua URSS, en las cercanías de un gulag soviético siberiano, en un invierno de los más fríos que se recuerdan. Jamás conoció a su padre ni a su madre, y tan sólo conserva de estos una foto del primero, arrugada y envejecida.

    Fue recogida por un kulaks llamado Lievin que estaba siempre malhumorado y que no se molestó ni en ponerle un nombre. Creció por lo tanto sola, rodeada de amigos imaginarios y la constante presencia de la muerte que se respiraba a su alrededor, en el campo de trabajos forzados.

    Durante su infancia frecuentaba la verja electrificada del gulag, manteniendo conversaciones pasajeras con los escuálidos prisioneros que en la mayoría de los casos jamás volvía a encontrar. Una tarde un soldado ruso la sorprendió tratando de colarse por debajo de la valla y la reprendió a bofetadas. Se quedó muerta de miedo y también furiosa, herida en el orgullo. Sucedió por primera vez. La AK-47 del soldado reventó en sus manos y el hombre, aterrorizado, la persiguió a pesar de haber perdido casi todos los dedos. Desde entonces fue consciente de su poder.


    Adolescencia:
    Cuando contaba con apenas 14 años Lievin falleció en mitad de la noche, abandonándola sin herencia ni bienes. Ella desvalijó la casa, se apoderó de todo objeto de valor que pudo hallar, cargó un macuto de comida deshidratada y se marchó acompañada del Husky de Lievin, Coh, con el que tenía un fuerte lazo afectivo. Durante aproximadamente dos años vivió del robo y de mendigar en las calles. En varios ocasiones estuvo a punto de morir de hambre o congelada, pero siempre siguió adelante, con la seguridad de que algún día sería alguien y de que tendría nombre e identidad propias.

    Con 17 años conoció a una anciana que la había descubierto pasando las páginas de un libro sin las manos. La vieja la acogió en su casucha y le reveló que era una bruja, lo que explicaba todos los extraños fenómenos que se producían a su alrededor. Ella ni siquiera se sorprendió, llevaba tiempo intuyendo que en su sangre fluía algún extraño poder. La anciana también le narró una bonita historia sobre sueños. Ella nunca había soñado, y esa noche, acompañada del crepitar de las llamas, lo hizo primera vez. Desde entonces sueña siempre en blanco y negro. Decidió bautizarse como Oniria, en honor a aquella mujer la había empujado a imaginar y que la hizo conocedora de su magia.


    Edad adulta:
    Una década después de la muerte de Stalin, cuando contaba ya con 20 años, se mudó por fin a Moscú. Allí conoció a un enigmático joven inglés llamado Jared, que derrumbó su muro de frialdad y trajo el verano a su vida. Fue su primer amor. Jared la documentó acerca de astronomía, de la batalla entre el bloque comunista y el capitalista, de los avances científicos que estaba trayendo consigo la carrera especial. Juntos fueron testigos del lanzamiento del satélite Sputnik 4, que sería el primer prototipo de nave espacial. Jared se la llevó de Rusia y pudo escaparse a conocer mundo. Se asentaron en un pueblecito de Inglaterra, a unas horas de Londres. Allí vivieron apaciblemente los siguientes 3 años, acomodados, enamorados y jóvenes. Aun así Oniria estaba intranquila. Quería encontrar alguna forma de explotar sus habilidades mágicas, por si podían oxidársele.

    Una noche, en un bar de copas, se le presentó una muchacha de unos dieciocho años. Era extremadamente bella, casi tentadora. Su simetría resultaba irreal, y Oniria percibía un peligro, una sombra oscura en su mirada. Todos los viernes acordaban una cita en el mismo local, y paulatinamente iban conociéndose la una a la otra. Oniria llegó a olvidarse de Jared. Ya no sentía esa pasión cuando lo besaba, y su mera presencia le resultaba casi incómoda. Se había enamorado de una chica más joven, Irina, y para colmo, ¡una mujer! Cuando se lo confesó, ella se mostró muy comprensiva y la acompañó a su casa. Una vez allí depositó un suave beso en sus labios, y acto seguido le desgarró el cuello de una dentellada.

    Oniria nunca recordaría los instantes siguientes al ataque, pero sí que despertó una mañana en mitad de un callejón, apestando a sangre, a hierro y a polvo. Cuando quiso dar un paso al frente, hacia la luz, sintió su piel arder. También sentía un fuego insoportable en la garganta. Esperó hasta el crepúsculo para abandonar la seguridad del callejón, y tambaleándose por la quemazón que ya le recorría el pecho, volvió a su casita, con Jared. Lo encontró en su butaca, en su postura habitual. La embargó un aroma dulzón. Se le abrieron las fosas nasales y no pudo evitar lanzarse hacia el que había sido el amor de su vida. Cuando contempló el cuerpo inerte, vacío de Jared, rompió a llorar, y reconstruyó la coraza que años antes el joven había conseguido derrumbar. Se tatuó ella misma la constelación de Orión en el bajo vientre, uniendo con tinta sus lunares, y juró que se vengaría de Irina.

    Los años ya no volvieron a pasar por ella. Se instruyó en el arte del vampirismo, y descubrió que cuando bebía sangre sus poderes de percepción disminuían, junto a la quemazón de la garganta, la intolerancia al sol y el monstruoso aspecto físico que empeoraba conforme no se alimentaba.

    En el año 2000 hizo las maletas y compró un piso en Londres. Obcecada en su plan de venganza, investigó acerca del paradero de la vampiresa que la había convertido y había robado su humanidad. Cuando la hubo localizado estuvo acechándola durante meses, hasta que se aprendió todos sus pasos. La atrapó en el camerino de un actor en el Albert Hall. Le clavó una estaca de plata en el corazón. Disfrutó de verla gritar, aullar reduciéndose a cenizas.

    Posteriormente retomó la búsqueda del conocimiento mágico, y halló el Ministerio de Magia de Londres. Decidió inscribirse en la Academia y desarrollar así sus dotes que bajo ningún concepto utilizaría para hacer el bien. Fue allí donde inesperadamente se cruzó por primera vez con Mónica Malfoy Haughton, a la que enseguida reconoció como melliza de su padre, pues su rostro era exactamente igual al de la foto que conservaba de éste. Amablemente Mónica accedió a convertirla en su protegida e integrarla nuevamente en su antigua familia, los Haughton.

    En la misma Academia conoció a su futura mejor amiga, Arya Lockhart, con la cual posee un vínculo y una conexión que van más allá de lo físico para adentrarse en lo espiritual. Su alma, de cierta forma, está enlazada a la de la joven, por lo que la adora y la antepone a la misma muerte. Esto le causa graves problemas debido al abismo de ideales que las separa. A ojos del mundo deben ser enemigas. Su relación con ella está salpicada de emotivos episodios que no hacen sino reforzar su unión. De hecho Oniria está, en cierto sentido, enamorada de ella.

    Tras finalizar sus estudios inicia sus pasos en la Marca Tenebrosa, el bando oscuro del mundo mágico londinense que la acogerá con los brazos abiertos. Allí conoce a grandes magos de los que aprenderá importantes lecciones, con los que saciará su espíritu vengativo y acrecentará su cinismo y maldad. Juramentada y en acuerdo con sus principios se compromete a prestar su vida por el ideal al que defiende, promesa que la obligará a enfrentarse a Arya en más de una ocasión.



    Conexión con Sísifo:
    Abasi, un antiguo mago egipcio y uno de los primeros vampiros de los que se tiene constancia, estaba cansado de vivir, pero no quería que sus pensamientos y recuerdos se perdieran. Quería dejar un legado tangible, no en forma de simples libros o memorias. Quería perpetuarse, clonarse de tal forma que pudiese consumar la inmortalidad sin padecerla él mismo. Para ello se exilió a una cueva, y durante meses estuvo comunicándose con dioses oscuros en lenguas desconocidas, perfeccionando un rito que se creía extinto y que le permitiría dividir su alma en varias partes y de ésta forma mantenerse deficitariamente, como una bruma, un silencio, un latido incorpóreo.

    Horrocruxes.

    Para llevar a cabo su deseo, debía realizar crímenes sangrientos contra seres queridos. Aquel era el precio que Ammyt, diosa “devoradora de los muertos”, le había impuesto. Jamás lograría la inmortalidad en el Juicio de Osiris, pero podría eternizarse terrenalmente. El asesinato desgarraría su alma, de tal forma que podría introducirla en otros cuerpos u objetos.

    En aquella cueva, y haciendo único uso de su magia y conocimientos de biología, creó dos cuerpos casi idénticos, un varón y una hembra, que despertarían de su letargo cuando él decidiese terminar con su existencia material. En uno de ellos colocó la semilla del mal, y en el otro la semilla del bien, para hacerlos complementarios.

    Sísifo fue el primero en cobrar vida, a principios del siglo XX, y Oniria apenas unos 20 años después. Ellos, sin saberlo, eran doppelgängers conectados mental y físicamente, fragmentos de alma de un milenario hechicero egipcio que había acabado con su vida (aparentemente) consumido por el tedio. Oniria fue la primera en llegar a Ottery, deseosa de aumentar sus conocimientos. Sísifo llegó tiempo después, buscando a la mujer que había salvado su infancia.

     

     

     

    Debe ser:

     

     

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    Aspecto Físico:
    Ni alta ni baja, aproximadamente 1,70 metros de altura. Complexión muy delgada, sin curvas pronunciadas exceptuando las de las caderas.
    Tiene el pelo corto, por la nuca, casi siempre despeinado, la patilla derecha más larga que la izquierda, de color blanco nieve.
    Los ojos pequeños y hundidos, de un tenue color lila que se torna rojo cuando le aumenta la sed.
    Los labios voluptuosos y prominentes, pálidos, y la nariz chata.
    Facciones ovaladas y mejillas angulosas, que le confieren un aspecto amenazador.
    Cuando está sedienta le crecen uñas y colmillos y se le marcan las venas a través de la piel.
    Tiene dos aritos negros como pendientes y otras tantas anillas esparcidas por el cartílago de la oreja.
    Una fina trenza le crece debajo de la oreja y le llega hasta el hombro.
    Tiene varios tatuajes: la constelación de Orión en la costilla izquierda, la constelación de la Osa Mayor en tinta ultravioleta en la muñeca, un lobo en la pierna (en honor a su Husky, Coh), un búho por encima de la muñeca (bajo el que está escrito, en griego antiguo, la famosa máxima socrática de “conócete a ti mismo”), un árbol en el pie, un reloj sobre el pecho, la huella de una mano en la costilla derecha (la huella se corresponde con la de Irina, la vampiresa que la convirtió).
    Siempre viste de forma sencilla, sólo con negros o blancos.
    Es bastante andrógina, pero atractiva.

     


    Cualidades Psicológicas:
    Es cínica e irónica. Ocasionalmente disfruta del mal ajeno, pero no le gusta considerarse una persona de malas intenciones; oscura, indudablemente, pero no malvada.
    Obsesionada con la muerte, la venganza y los sueños, que desea poder interpretar. Es incapaz de perdonar la traición y su objetivo es perseguir a todo aquel que se atreva a practicarla.
    Es consciente de sus limitaciones, pero a veces peca de cierta soberbia intelectual por creer que su experiencia vital la hace superior al resto. Normalmente es silenciosa, tímida y lacónica, fría, reflexiva y pesimista. Atesora caprichosamente su sensibilidad bajo una fachada de indiferencia.
    Es en sí misma una antítesis donde conviven fuego y hielo, humildad y arrogancia, bien y mal, arte y violencia.
    Fiel a los suyos, que son pocos, pero a los que aunque odie reconocerlo ama irracionalmente.
    Le fascinan las personas frágiles, los artistas, los líderes, y en especial todo aquel que sea opuesto a ella y pueda complementar sus carencias.
    Ama escribir por encima de todo. Puede pasarse horas sumergida entre sus letras, desangrándose en el papel. Poetiza su realidad, la versifica. Su inspiración nace de la tristeza y es por eso que se recrea en la melancolía y la nostalgia, que le permiten empaparse en su universo donde todo arma es la palabra.
    Tiene fobia a las arañas y a las aglomeraciones y espacios abiertos (agorafobia) cuando está sola rodeada de desconocidos, nictofilia (gusto por la oscuridad), y fue mitogénica en el pasado.
    Es sigilosa y discreta, nadie la oye llegar. Medita sus decisiones y construye su vida sobre una compleja filosofía que alimenta con su saber, sus experiencias y sus años.
    Es una admiradora de los modales aristócratas, que gracias a la observación ha terminado por imitar. Se regodea en las exquisiteces, exhibe su educación delicada y artificiosa y se desenvuelve cómodamente entre las clases altas de la sociedad, a la que ha analizado minuciosamente.

     


    Historia:
    Infancia:
    Nació en la antigua URSS, en las cercanías de un gulag soviético siberiano, en un invierno de los más fríos que se recuerdan. Jamás conoció a su padre ni a su madre, y tan sólo conserva de estos una foto del primero, arrugada y envejecida.

    Fue recogida por un kulaks llamado Lievin que estaba siempre malhumorado y que no se molestó ni en ponerle un nombre. Creció por lo tanto sola, rodeada de amigos imaginarios y la constante presencia de la muerte que se respiraba a su alrededor, en el campo de trabajos forzados.

    Durante su infancia frecuentaba la verja electrificada del gulag, manteniendo conversaciones pasajeras con los escuálidos prisioneros que en la mayoría de los casos jamás volvía a encontrar. Una tarde un soldado ruso la sorprendió tratando de colarse por debajo de la valla y la reprendió a bofetadas. Se quedó muerta de miedo y también furiosa, herida en el orgullo. Sucedió por primera vez. La AK-47 del soldado reventó en sus manos y el hombre, aterrorizado, la persiguió a pesar de haber perdido casi todos los dedos. Desde entonces fue consciente de su poder.

    Adolescencia:
    Cuando contaba con apenas 14 años Lievin falleció en mitad de la noche, abandonándola sin herencia ni bienes. Ella desvalijó la casa, se apoderó de todo objeto de valor que pudo hallar, cargó un macuto de comida deshidratada y se marchó acompañada del Husky de Lievin, Coh, con el que tenía un fuerte lazo afectivo. Durante aproximadamente dos años vivió del robo y de mendigar en las calles. En varios ocasiones estuvo a punto de morir de hambre o congelada, pero siempre siguió adelante, con la seguridad de que algún día sería alguien y de que tendría nombre e identidad propias.

    Con 17 años conoció a una anciana que la había descubierto pasando las páginas de un libro sin las manos. La vieja la acogió en su casucha y le reveló que era una bruja, lo que explicaba todos los extraños fenómenos que se producían a su alrededor. Ella ni siquiera se sorprendió, llevaba tiempo intuyendo que en su sangre fluía algún extraño poder. La anciana también le narró una bonita historia sobre sueños. Ella nunca había soñado, y esa noche, acompañada del crepitar de las llamas, lo hizo primera vez. Desde entonces sueña siempre en blanco y negro. Decidió bautizarse como Oniria, en honor a aquella mujer la había empujado a imaginar y que la hizo conocedora de su magia.


    Edad adulta:
    Una década después de la muerte de Stalin, cuando contaba ya con 20 años, se mudó por fin a Moscú. Allí conoció a un enigmático joven inglés llamado Jared, que derrumbó su muro de frialdad y trajo el verano a su vida. Fue su primer amor. Jared la documentó acerca de astronomía, de la batalla entre el bloque comunista y el capitalista, de los avances científicos que estaba trayendo consigo la carrera especial. Juntos fueron testigos del lanzamiento del satélite Sputnik 4, que sería el primer prototipo de nave espacial. Jared se la llevó de Rusia y pudo escaparse a conocer mundo. Se asentaron en un pueblecito de Inglaterra, a unas horas de Londres. Allí vivieron apaciblemente los siguientes 3 años, acomodados, enamorados y jóvenes. Aun así Oniria estaba intranquila. Quería encontrar alguna forma de explotar sus habilidades mágicas, por si podían oxidársele.

    Una noche, en un bar de copas, se le presentó una muchacha de unos dieciocho años. Era extremadamente bella, casi tentadora. Su simetría resultaba irreal, y Oniria percibía un peligro, una sombra oscura en su mirada. Todos los viernes acordaban una cita en el mismo local, y paulatinamente iban conociéndose la una a la otra. Oniria llegó a olvidarse de Jared. Ya no sentía esa pasión cuando lo besaba, y su mera presencia le resultaba casi incómoda. Se había enamorado de una chica más joven, Irina, y para colmo, ¡una mujer! Cuando se lo confesó, ella se mostró muy comprensiva y la acompañó a su casa. Una vez allí depositó un suave beso en sus labios, y acto seguido le desgarró el cuello de una dentellada.

    Oniria nunca recordaría los instantes siguientes al ataque, pero sí que despertó una mañana en mitad de un callejón, apestando a sangre, a hierro y a polvo. Cuando quiso dar un paso al frente, hacia la luz, sintió su piel arder. También sentía un fuego insoportable en la garganta. Esperó hasta el crepúsculo para abandonar la seguridad del callejón, y tambaleándose por la quemazón que ya le recorría el pecho, volvió a su casita, con Jared. Lo encontró en su butaca, en su postura habitual. La embargó un aroma dulzón. Se le abrieron las fosas nasales y no pudo evitar lanzarse hacia el que había sido el amor de su vida. Cuando contempló el cuerpo inerte, vacío de Jared, rompió a llorar, y reconstruyó la coraza que años antes el joven había conseguido derrumbar. Se tatuó ella misma la constelación de Orión en el bajo vientre, uniendo con tinta sus lunares, y juró que se vengaría de Irina.

    Los años ya no volvieron a pasar por ella. Se instruyó en el arte del vampirismo, y descubrió que cuando bebía sangre sus poderes de percepción disminuían, junto a la quemazón de la garganta, la intolerancia al sol y el monstruoso aspecto físico que empeoraba conforme no se alimentaba.

    En el año 2000 hizo las maletas y compró un piso en Londres. Obcecada en su plan de venganza, investigó acerca del paradero de la vampiresa que la había convertido y había robado su humanidad. Cuando la hubo localizado estuvo acechándola durante meses, hasta que se aprendió todos sus pasos. La atrapó en el camerino de un actor en el Albert Hall. Le clavó una estaca de plata en el corazón. Disfrutó de verla gritar, aullar reduciéndose a cenizas.

    Posteriormente retomó la búsqueda del conocimiento mágico, y halló el Ministerio de Magia de Londres. Decidió inscribirse en la Academia y desarrollar así sus dotes que bajo ningún concepto utilizaría para hacer el bien. Fue allí donde inesperadamente se cruzó por primera vez con Mónica Malfoy Haughton, a la que enseguida reconoció como melliza de su padre, pues su rostro era exactamente igual al de la foto que conservaba de éste. Amablemente Mónica accedió a convertirla en su protegida e integrarla nuevamente en su antigua familia, los Haughton.

    En la misma Academia conoció a su futura mejor amiga, Arya Lockhart, con la cual posee un vínculo y una conexión que van más allá de lo físico para adentrarse en lo espiritual. Su alma, de cierta forma, está enlazada a la de la joven, por lo que la adora y la antepone a la misma muerte. Su relación con ella está salpicada de emotivos episodios que no hacen sino reforzar su unión. De hecho Oniria está, en cierto sentido, enamorada de ella.

    Tras finalizar sus estudios inicia sus pasos en la Marca Tenebrosa, el bando oscuro del mundo mágico londinense que la acogerá con los brazos abiertos. Allí conoce a grandes magos de los que aprenderá importantes lecciones, con los que saciará su espíritu vengativo y acrecentará su cinismo y maldad. Juramentada y en acuerdo con sus principios se compromete a prestar su vida por el ideal al que defiende.


    Conexión con Sísifo:
    Abasi, un antiguo mago egipcio y uno de los primeros vampiros de los que se tiene constancia, estaba cansado de vivir, pero no quería que sus pensamientos y recuerdos se perdieran. Quería dejar un legado tangible, no en forma de simples libros o memorias. Quería perpetuarse, clonarse de tal forma que pudiese consumar la inmortalidad sin padecerla él mismo. Para ello se exilió a una cueva, y durante meses estuvo comunicándose con dioses oscuros en lenguas desconocidas, perfeccionando un rito que se creía extinto y que le permitiría dividir su alma en varias partes y de ésta forma mantenerse deficitariamente, como una bruma, un silencio, un latido incorpóreo.

    Horrocruxes.

    Para llevar a cabo su deseo, debía realizar crímenes sangrientos contra seres queridos. Aquel era el precio que Ammyt, diosa “devoradora de los muertos”, le había impuesto. Jamás lograría la inmortalidad en el Juicio de Osiris, pero podría eternizarse terrenalmente. El asesinato desgarraría su alma, de tal forma que podría introducirla en otros cuerpos u objetos.

    En aquella cueva, y haciendo único uso de su magia y conocimientos de biología, creó dos cuerpos casi idénticos, un varón y una hembra, que despertarían de su letargo cuando él decidiese terminar con su existencia material. En uno de ellos colocó la semilla del mal, y en el otro la semilla del bien, para hacerlos complementarios.

    Sísifo fue el primero en cobrar vida, a principios del siglo XX, y Oniria apenas unos 20 años después. Ellos, sin saberlo, eran doppelgängers conectados mental y físicamente, fragmentos de alma de un milenario hechicero egipcio que había acabado con su vida (aparentemente) consumido por el tedio. Oniria fue la primera en llegar a Ottery, deseosa de aumentar sus conocimientos. Sísifo llegó tiempo después, buscando a la mujer que había salvado su infancia.

     

     

     

    Relación con Sísifo:

    Cuando llegó a Ottery, algunos antiguos amigos de Oniria se acercaron a Sísifo y encontraron refugio a su nostalgia en él. En cierto modo, consiguieron sustituir aquella pérdida con su doble. Por eso, cuando Oniria apareció, sorprendiéndolos a todos tras años de silencio, los vínculos entre Sísifo y aquellos miembros de Ottery se tambalearon, creando un enorme conflicto entre ellos.

     

    A raíz de este primer encuentro problemático, desarrollaron una relación de dependencia, basada en el odio. Pero sus sentimientos eran tan intensos, y sus personalidades y gustos tan similares, que el odio a veces parecía manifestarse en forma de amor desesperado. Así, Sísifo y Oniria se odiaban y se amaban. Podían matarse o abrazarse durante noches enteras, como siameses con los que se hubiera cometido un horrible crimen al separarlos al nacer, tratando de extirpar su conexión. No podía saberse si eran hermanos gemelos, amantes o enemigos.

     

    Esta relación fue evolucionando gracias a Leah, que se convirtió en parte fundamental de ambos. Los tres se comprometieron en mantener un vínculo basado en la libertad y el respeto.

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Otros Datos":

     

    Dice así:

     

     

    Otros datos:

    *Sus dos mejores amigos son Arya Lockhart y Allen Joe Walker

    *Tiene el acento ruso poco marcado

    *Vio morir a su Husky durante una ventisca en Siberia. Se llamaba Coh, derivado de Krov (кровь), “sangre” en ruso

    *Sólo sueña en blanco y negro

    *Sólo viste en blanco y negro

    *Es pésima en el duelo, y diestra en el arte de la elocuencia

    *Sólo se alimenta de sangre humana. Le gusta el alcohol. Puede ingerir comida muggle pero le resulta repugnante

    *En sus horas libres se dedica a escribir y a estudiar filosofía

    *No puede llorar salvo que sienta un dolor/emoción visceral. Sus lágrimas se forman con la sangre de la que se alimenta

    *No puede sonrojarse

    *Su temperatura corporal es muy fría, de aproximadamente 28º C

    *No le crecen el pelo ni las uñas (salvo a causa de la sed) naturalmente. Asimismo su aspecto físico se mantiene inalterable desde el momento de su conversión. El vampirismo sólo mantiene activas ciertas glándulas (las salivares o las de las mucosas, por ejemplo). No suda

    *Es estéril

    *Tiene la capacidad de regenerarse. Sólo las cicatrices por armas de plata se mantienen eternamente sobre su piel

    *Puede morir mediante magia, por decapitación, por incineración y por herida de plata (en el corazón o la cabeza)

    *No puede engordar, adelgazar ni muscularse

    *Sus animales favoritos son los búhos y los lobos

    *Su canción favorita es Oniria e Insomnia, compuesta para ella por un muggle catalán que la descubrió en una azotea y al que estuvo conociendo durante exactamente tres noches, que él creyó después un sueño

    *Toca la guitarra y el clarinete, pero no públicamente porque considera que su sensibilidad artística es una señal de debilidad

    *Es sapiosexual (su atracción sexual y romántica siempre va de la mano de una conexión intelectual previa, independiente del sexo y del género)

    *Su patronus es una lechuza

    *Conserva bajo su muñeca una marca con forma de dragón, que demuestra que perteneció a la antigua casa de los Dragones de Lancashire

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

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    • Sus dos mejores amigos son Arya Lockhart y Allen Joe Walker
    • Tiene el acento ruso poco marcado
    • Vio morir a su Husky durante una ventisca en Siberia. Se llamaba Coh, derivado de Krov (кровь), “sangre” en ruso
    • Sólo sueña en blanco y negro
    • Sólo viste en blanco y negro
    • Es pésima en el duelo, y diestra en el arte de la elocuencia
    • Sólo se alimenta de sangre humana. Le gusta el alcohol. Puede ingerir comida muggle pero le resulta repugnante
    • En sus horas libres se dedica a escribir y a estudiar filosofía
    • No puede llorar salvo que sienta un dolor/emoción visceral. Sus lágrimas se forman con la sangre de la que se alimenta
    • Su temperatura corporal es muy fría, de aproximadamente 28º
    • No le crecen el pelo ni las uñas (salvo a causa de la sed) naturalmente. Asimismo su aspecto físico se mantiene inalterable desde el momento de su conversión. El vampirismo sólo mantiene activas ciertas glándulas (las salivares o las de las mucosas, por ejemplo). No suda
    • Tiene la capacidad de regenerarse. Sólo las cicatrices por armas de plata se mantienen eternamente sobre su piel
    • Puede morir mediante magia, por decapitación, por incineración y por herida de plata (en el corazón o la cabeza)
    • No puede engordar, adelgazar ni muscularse
    • Sus animales favoritos son los búhos y los lobos
    • Su canción favorita es Oniria e Insomnia, compuesta para ella por un muggle catalán que la descubrió en una azotea y al que estuvo conociendo durante exactamente tres noches, que él creyó después un sueño
    • Toca la guitarra y el clarinete, pero no públicamente porque considera que su sensibilidad artística es una señal de debilidad
    • Su patronus es una lechuza
    • Conserva bajo su muñeca una marca con forma de dragón, que demuestra que perteneció a la antigua casa de los Dragones de Lancashire

     

     

     

     

    Necesito actualización del campo "Condiciones de Utilización":

     

    Dice así:

     

     

    Condiciones de utilización: sólo por el usuario principal (Sísifo)

     

     

     

     

    Debe ser:

     

     

    zN9WkiU.png

    Sólo por el usuario principal (Sísifo).

     

     

     

     

    También quisiera añadir otro nuevo personaje secundario. No sé si es lo correcto aclararlo en este mismo post, pero como hacer doble posteo no se puede, pues... ¡gracias!

     

    Ficha nuevo personaje secundario de Oniria:

     

     

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    WJxSAVX.png

    gaQJVto.png

     

    Nombre del Personaje: Insomnia

     

    Sexo: agénero

     

    Edad: progresiva

     

    Nacionalidad: británica

     

    Raza: vampiro

     

    Personajes principales a los que está asociado:

    Sísifo.

    Leah Ivashkova.

     

    Relación con los personajes principales:

    Hija de Sísifo.

    Hijastra de Leah.

     

     

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    Aspecto Físico:
    Niñez:

    Es físicamente muy parecida a su madre, con las mejillas redondas y levemente ruborizadas. Su palidez no es enfermiza como la de su padre. Parece más bien que su piel es del tono de las perlas. Tiene el pelo blanco, muy lacio y suave, y unos ojos grandes de color violeta ennegrecido.

     

     

    Adolescencia:

    Mide aproximadamente 1,65 metros, siendo bastante alta para su edad. Es muy delgada, pero conserva un tono salubre de piel. Tiene grandes ojeras y viste con ropa ancha para disimular las curvas en desarrollo de su cuerpo.

    Tiene el pelo blanco, aunque a veces le gusta teñirse de colores fantasía.

     

     

    Edad adulta:

    No creció más después de la adolescencia. Continúa siendo muy delgada, pálida y con largas ojeras.

    Su cuerpo es muy andrógino, sin curvas pronunciadas, pudiendo desconcertar a quienes la tratan por primera vez, ya que podría ser un chico o una chica.

    Tiene el pelo corto, rapado a lo mohicano, blanco como la nieve.

    Sus ojos, violeta apagado, como ennegrecido. Cambian al rojo cuando tiene sed o se enfada.

    Facciones angulosas, mandíbulas muy marcadas, expresión entre furibunda y melancólica.

    Tiene un piercing en la nariz (septum) y dos anillas en la oreja derecha.

    Viste con camisas de flores, tribales, mezclando colores que no combinan, con calcetines largos que sobresalen de sus deportivas y pantalones remangados.

     

     

     

    Cualidades Psicológicas:

    Niñez:

    Es una niña risueña, extrovertida y traviesa, la contraposición de su hermano. Le encanta correr y observar las estrellas. Se comunica con Baleiro mediante gestos que sólo ellos entienden. Sus emociones son muy marcadas, y es muy dependiente del cariño y atención de los demás.

     

     

    Adolescencia:

    Se enfada con facilidad, es irritable y de lágrima fácil. No está conforme con su género pero no sabe bien cómo expresar su identidad, así que tiene constantes dilemas internos sobre ello.

    Su dependencia hacia los demás ha aumentado hasta volverse problemática. Puede sentirse abandonada y vacía por causas aparentemente irrelevantes.

    Adora a su hermano pero tiene un sentimiento tan grande de inferioridad que empieza a sentir envidia de él.

     

     

    Edad adulta:

    Tiene una personalidad muy marcada, intensa y contradictoria.

    Por un lado, quiere complacer a sus padres, sus ideales, ser su “hija predilecta”. Pero por otro aborrece las normas, las imposiciones, los prejuicios y satisfacer a los demás, así que se balancea en un constante ser-para-los-demás y rebelarse contra ellos.

    La manifestación más evidente de esto es que aparenta detestar los principios de La Marca Tenebrosa, e incluso defiende los de La Orden del Fénix, aunque interiormente no tiene nada claro a qué bando pertenece su corazón. Tiende más al relativismo moral que a la defensa a ultranza del Bien o del Mal, pero desea romper los cánones de su familia.

    Siente un vacío enorme, que a veces la absorbe y la vuelve impulsiva. Lo canaliza mediante drogas, rabia y autodestrucción. Por eso su actitud habitual es profundamente melancólica.

    Cree que los roles de género son absurdos y artificiales, y no se siente acorde a ninguno de ellos, así que ha optado por considerarse no binaria.

    Le apasionan las matemáticas, la astronomía y la filosofía.

     

     


    Historia:

    Nació en Londres, por sorpresa. Su concepción es un misterio, ya que sus padres pensaban (ambos) que eran estériles. Como son doppelgängers, ella es su vivo retrato y guarda una conexión inexplicable con su hermano, Baleiro.

     

    Su madrastra es Leah, por la que siente un afecto incluso mayor que hacia sus progenitores. Todos han formado una familia fuera de los márgenes sociales que se mantiene muy unida por sus ideales de libertad y su profundo amor entre ellos.

     

    Supuestamente odia a su hermano, pero realmente es sólo inseguridad, porque siente que él es más querido y admirado por todos, más acorde a lo que su familia espera de ellos. En el fondo siente aprecio por él hasta el punto de depender emocionalmente de sus actos, pero es más sencillo para ella expresar rabia que ser sincera acerca de sus miedos.

     

     

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    • No puede sudar.
    • Le cuesta mucho dormir. Cuando lo consigue siempre sueña con su madre. En sus primeros años de vida sólo podía conciliar el sueño junto a ella.
    • Tiene un tatuaje de la constelación de Orión en el omoplato. Baleiro tiene la de Escorpio, porque ambas constelaciones dependen la una de la otra.

     

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    Sísifo.

    Leah Ivashkova.

     

     

  21. Paso a pedir actualización (completita) de mi ficha, para ponerla bonita. ¡Gracias a quien se encargue!

     

    Es así:

     

    DATOS PERSONALES:


    Nombre del Personaje: Sísifo.

    Sexo: masculino.

    Edad: alrededor de 25 años.

    Nacionalidad: estadounidense.

    Familia(s):
    * Familia Yaxley
    * Familia 2 --


    Padre(s) Sanguíneo:
    Lo abandonaron a los dos años de edad.

    Padre(s) Adoptivos:
    --

    Trabajo:
    Cuartel de Inquisidores, empleada.



    PODERES MÁGICOS:

    Rango Social: Unicornios de Bronce.

    Bando: Mortífago

    Rango dentro del Bando: Base

    Puntos de poder en objetos: 90

    Hechizos adicionales
    : --

    Puntos de poder en criaturas: 10

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

    Habilidades Mágicas:
    * Habilidad 1
    * Habilidad 2
    * Habilidad 3

    Conocimientos Especiales:
    * Conocimiento 1: Artes Oscuras
    * Conocimiento 2: Conocimiento en Maldiciones
    * Conocimiento 3

    Medallas:
    *
    *
    *


    PERFIL DEL PERSONAJE:

    Raza: vampiro.

    Aspecto Físico:
    Complexión: atlética.
    Altura: 1,80 metros.
    Rostro: tiene la cara ovalada, con las mandíbulas muy marcadas, los labios gruesos y los dientes bien alineados aunque no perfectos. Pestañas muy largas. Tiene el cabello rapado al 2 salvo el flequillo. Tiene un corte en una ceja, sobre el que no le crece pelo.
    Aspecto físico sin transformar: ojos grises, pelo blanco, piel muy blanca y tersa, labios ligeramente amoratados, como entumecidos.
    Aspecto físico transformado: piel ennegrecida, uñas y colmillos afilados, ojos rojos y brillantes.
    Ropa: suele vestir con tonos muy oscuros, negros y grises, y con estilo vintage.

    Cualidades Psicológicas:

    Melancólico y pesimista, cree que la vida es absurda, a menudo se pregunta qué sentido tiene existir.
    Impulsivo.
    Parece que siempre está intentando seducir, es su manera de relacionarse. Esto le lleva a ser muy promiscuo. No cree en los mitos del amor romántico ni en la monogamia. Prefiere las uniones libres y anárquicas.
    Es muy sensible e intenso. Puede sentir afecto por alguien en cuestión de horas.
    Pensamiento dicotómico, ve las cosas blancas o negras y le cuesta relativizar.
    Lleva la tristeza en el interior, pero se muestra irónico, sarcástico y a menudo bastante alegre con los demás.

    Es muy autodesctructivo.

    Como sus padres eran muggles y lo abandonaron, y en el orfanato donde creció los niños muggles lo trataron fatal por ser diferente, ha desarrollado un profundo odio por estos, y un sentimiento de superioridad, aunque admira sus inventos, su ciencia y su arte.

    Atribuye todos sus males a ser un "sangre sucia", aunque en el fondo sabe que es sólo una proyección de sus inseguridades, alejada de la realidad.


    Historia:

    Infancia:
    Caleb S. Seward nació en Estados Unidos, en Anchorage, Alaska, en el seno de una familia muggle. Su padre era ingeniero y trabajaba duramente en la construcción del ferrocarril que más tarde conseguiría que aquella pequeña ciudad del norte prosperase. En sus dos primeros años de vida, dado que su familia apenas podía hacerse cargo de él por su apretada economía, se sentía muy abandonado. Cada vez que tenía un berrinche, un extraño suceso ocurría a su alrededor. Se rompían cristales, se incendiaba un papel… Sus padres, asustados, decidieron abandonarlo creyendo que aquel niño estaba poseído. De esta forma, Caleb llegó a un orfanato de la Costa Este, donde pasó gran parte de su oscura infancia y parte de su adolescencia.

    Dentro del orfanato apenas se relacionaba. Sabía que era diferente, pero también desarrolló un sentimiento de superioridad por esa diferencia. Aprendió a controlar sus ataques de rabia para utilizarlos exactamente cómo y cuando quería, y de este modo asustar y manipular a sus compañeros para obtener favores. Su vida en aquel antro consistía en leer horas y horas, sentarse en el césped del patio a contemplar las hojas de los árboles, odiar a su familia, memorizar la evolución de los colores del cielo.

    Detestaba su nombre y sus apellidos, hasta el punto de que pronto quiso deshacerse de ellos. Eligió a un personaje de la mitología griega para constituir su nueva identidad: Sísifo, y ordenó a todos llamarlo así bajo la amenaza de terribles consecuencias. Sísifo había sido castigado por su soberbia a arrastrar una enorme piedra por una colina, para que cuando llegase a la cima esta cayera y tuviese que repetirlo hasta el infinito. Su vida, por tanto, era absurda. Un sinsentido.


    Adolescencia:
    Sísifo no tenía absolutamente ningún amigo en el orfanato, por decisión propia. Estaba deseando cumplir la mayoría de edad para salir de allí y empezar una nueva vida lejos de aquella escoria de sociedad.

    En esta época conoció a Evedhiel, una joven que se encargaba de realizar los chequeos médicos. Aunque las primeras semanas fue incapaz de cruzar una sola palabra con ella, sintió que conectaron enseguida. Finalmente los chequeos se convirtieron en una especie de terapia psicológica, y más tarde en una charla entre amigos. Era la primera persona de su vida con la que se sentía identificado, con la que intimaba. Aquella sensación en un principio le desbordó hasta el punto de llorar por las noches, los días que ella le faltaba sintiéndose terriblemente solo. Sísifo por primera vez había experimentado el amor, el calor de un vínculo familiar. Evedhiel le reveló que realmente no estaba poseído, que sus problemas, sus “poderes” tenían una explicación mucho más compleja: era un mago. Podía controlarlo, entrenarlo, desarrollarlo.

    Los meses pasaron y las visitas acabaron, y Sísifo no pudo despedirse de su única amiga en el mundo. Al cabo del tiempo, la directora del centro le anunció que había sido adoptado, pero que su nuevo tutor quería permanecer en el anonimato. Sólo tenía una pista: la familia Yaxley.
    Eso significaba que Sísifo era libre de una vez por todas.


    Edad adulta:
    Sísifo viajó a Europa, a Inglaterra, para investigar un poco más acerca de aquella familia. Pero una vez allí, abrumado por la cultura, sus nuevas posibilidades, el bullicio que lo rodeaba… decidió enfrascarse en el estudio de la psiquiatría y la filosofía, y consagrarse a la medicina, a la vez que perfeccionaba sus dotes como mago. Durante este tiempo viajó por toda Europa, apenas con una mochila, libros y cuadernos, bebiendo vino en pensiones sórdidas en las que escribía durante toda la noche.

    Acabó convirtiéndose en un revolucionario psiquiatra, odiado por muchos de sus compañeros por sus teorías innovadoras sobre la salud mental y su concepción de la mente humana. Se ligó a la escuela psicoanalítica y se hizo defensor de algunos de los postulados del recién nacido movimiento de la Antipsiquiatría, como por ejemplo que en algunos casos la enfermedad mental era una simple etiqueta impuesta para controlar toda desviación de la convención social.

    En un momento dado, realizando investigaciones sobre la histeria y la psicosis maniaco-depresiva, tropezó con una paciente especialmente fascinante. Llegó al manicomio atada de pies y manos, con una camisa de fuerza, retorciéndose en terribles convulsiones. Lo que más le sorprendió fue el tono de su piel, similar al de un muerto en las primeras fases de descomposición, surcado de venas grises. Sus ojos inyectados en sangre giraban hacia todos lados, alucinando, tratando de librarse de los enfermeros. Habían tenido que atornillarle un bozal a la mandíbula para defenderse de sus mordiscos.

    Sísifo era contrario a las terapias de electroshock y a las lobotomías, pero su cargo no era tan importante como para ejercer presión contra sus otros compañeros, así que tuvo que aceptar que aquella paciente fuese sometida a todo tipo de vejaciones en un intento desesperado por curarla de su “psicosis”. Era extremadamente violenta, atacaba al personal y a otros pacientes, no comía ni bebía, tampoco parecía dormir. Algunos se plantearon deshacerse de ella. Sísifo propuso encargarse particularmente de su caso, con la excusa de estar realizando unas investigaciones sobre la histeria. La encerró consigo en un ala privada del manicomio, casi abandonada, donde él tenía su habitación y su despacho. La encadenó debidamente a una silla metálica, y le quitó el bozal. Intentó tratarla con sesiones de psicoterapia e hipnosis, sin obtener resultado alguno. Al principio, su paciente no pronunciaba sonido, más allá de extraños gruñidos. Finalmente forjaron un extraño vínculo basado en el silencio y la compasión.

    Después de algunas semanas, Sísifo estaba convencido de que aquella mujer no padecía de ninguna enfermedad. Su naturaleza, simplemente, no era humana. Había recogido toda la información posible en sus cuadernos, y se había prometido que la liberaría de aquella prisión. De madrugada, cuando casi todo permanecía en calma, buscó la salida por los pasillos que conducían al alcantarillado de la ciudad. Arrastraba a la joven con unas cadenas, a una distancia prudencial. Cuando llegaron al exterior, Sísifo le rogó que no le hiciese daño, antes de proceder a soltarla.

    Cuando la había desatado por completo, la chica se quedó petrificada frente a él, bañada por la luna. La luz plateada caía sobre ella como un manto de agua. Sus ojos brillaron y se tiñeron de rojo antes de que se lanzara sobre su cuello.

    Despertó en un cuarto desconocido, completamente a oscuras. Había perdido la noción del tiempo. Sentía un profundo ardor en el pecho y una punzada en las uñas y los colmillos. Su visión se había transformado, era capaz de detectar el calor de los organismos vivos, de escuchar a muchos metros de distancia hasta el menor de los ruidos, de distinguir con nitidez las motas de polvo flotantes. La joven del manicomio se encontraba en cuclillas frente a él, mirándolo fijamente. Le explicó que ahora era un ser de la noche, un vampiro, y que necesitaba alimentarse de sangre para subsistir, o que de lo contrario ardería bajo la luz del sol o consumido por su propio fuego interior.

    Desolado por su nueva condición, que suponía una contradicción moral con respecto a su profesión como médico, decidió que era el momento de localizar a su familia adoptiva y a su protector, la persona que lo había salvado del orfanato. Viajó hasta la Yaxley Manor, donde descubrió que había sido Evedhiel la que años atrás lo había liberado de sus cadenas. La buscó desesperadamente hasta encontrarla y unirse definitivamente a ella, apoderándose de su nuevo apellido y del lema de su casa, “Noble y Salvaje Libertad”, que defendería a capa y espada. Abandonando definitivamente los últimos rastros de su vida como humano muggle que practica la magia a escondidas, se mudó a aquel castillo en mitad del bosque para iniciar su nueva travesía.

    Una vez en Ottery, fue reclutado por el grupo clandestino "La Marca Tenebrosa". Su odio hacia los muggles, su condición de vampiro y el odio que albergaba en su interior lo condujeron a formar parte de aquellas filas de asesinos despiadados pero, también, familiares siempre dispuestos a tomar una copa en una taberna polvorienta.

    Conexión con Oniria:

    Abasi, un antiguo mago egipcio y uno de los primeros vampiros de los que se tiene constancia, estaba cansado de vivir, pero no quería que sus pensamientos y recuerdos se perdieran. Quería dejar un legado tangible, no en forma de simples libros o memorias. Quería perpetuarse, clonarse de tal forma que pudiese consumar la inmortalidad sin padecerla él mismo. Para ello se exilió a una cueva, y durante meses estuvo comunicándose con dioses oscuros en lenguas desconocidas, perfeccionando un rito que se creía extinto y que le permitiría dividir su alma en varias partes y de ésta forma mantenerse deficitariamente, como una bruma, un silencio, un latido incorpóreo.

    Horrocruxes.

    Para llevar a cabo su deseo, debía realizar crímenes sangrientos contra seres queridos. Aquel era el precio que Ammyt, diosa “devoradora de los muertos”, le había impuesto. Jamás lograría la inmortalidad en el Juicio de Osiris, pero podría eternizarse terrenalmente. El asesinato desgarraría su alma, de tal forma que podría introducirla en otros cuerpos u objetos.

    En aquella cueva, y haciendo único uso de su magia y conocimientos de biología, creó dos cuerpos casi idénticos, un varón y una hembra, que despertarían de su letargo cuando él decidiese terminar con su existencia material. En uno de ellos colocó la semilla del mal, y en el otro la semilla del bien, para hacerlos complementarios.

    Sísifo fue el primero en cobrar vida, a principios del siglo XX, y Oniria apenas unos 20 años después. Ellos, sin saberlo, eran doppelgängers conectados mental y físicamente, fragmentos de alma de un milenario hechicero egipcio que había acabado con su vida (aparentemente) consumido por el tedio. Oniria fue la primera en llegar a Ottery, deseosa de aumentar sus conocimientos. Sísifo llegó tiempo después, buscando a la mujer que había salvado su infancia.




    PERTENENCIAS:

    Objeto Mágico Legendario:
    --

    Objetos Mágicos:

    Objeto: Varita mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Objeto: Cámara de Fotos Mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Objeto: Monedero de Piel de Moke
    Clasificación: A
    Puntos de Poder: 10

    Objeto: Nimbus 3000
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Objeto: Anteojos Alfa
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Pociones Mágicas:

    Objeto:
    Clasificación:
    Puntos de Poder:

    Criaturas Mágicas:

    Criatura 1: Lobo
    Categoría: A
    Puntos de Poder: 10

    Criaturas en la Reserva:
    Criatura 1:
    Clasificación:
    Puntos de poder:

    Libros de Hechizos:

    Libro:
    Nivel:

    Poderes de Criaturas:

    Tipo de Poder:

    Consumibles en Batallas:

    Nombre:
    Descripción:
    Categoría:


    Elfos:
    * Elfo 1:
    * Elfo 2:



    LICENCIAS, TASAS Y REGISTROS:

    Licencia de Aparición:

    Licencia de Vuelo de Escoba:

    Registro de XXX:
    *Registro del Departamento de Cooperación Mágica Internacional: Registro de Inmigrante y pasaporte
    *Registro de Raza: Vampiro
    *Registro de Criaturas: Enlace

    Personajes Secundarios:



    OTROS DATOS:

    • Hobbies: escribir, fotografía analógica, filosofía.
    • Fobias: agorafobia.
    • Patronus: lechuza.
    • Siempre que conoce a alguien por primera vez recita un poema que asocie con él.
    • Sísifo no es su nombre real.
    • Sólo sueña en blanco y negro.
    • Es estéril.
    • No suda. Sólo algunas glándulas de su cuerpo se mantienen en funcionamiento.
    • No le crecen ni las uñas ni el pelo de forma natural desde su transformación.
    • Su temperatura corporal es de 28º.
    • Tiene la capacidad de regenerarse.
    • Puede morir mediante magia, de sed o por incineración.
    • No puede engordar ni adelgazar.

    Cronología de cargos:


    Premios y reconocimientos:



    LINKS DE INTERÉS REFERENTES AL PERSONAJE:

    Link al Perfil de Comprador MM: 221
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 102591
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio: --
    Link a Bóveda Familiar 1: http://www.harrylati...familia-yaxley/

    Link a Bóveda Familiar 2: --

     

     

     

     

     

    Debe ser así:

     

     

     

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    Nombre del Personaje: Sísifo.

    Sexo: masculino.

    Edad: alrededor de 25 años.

    Nacionalidad: estadounidense.

    Familia(s):
    * Familia Yaxley
    * Familia Macnair


    Padre(s) Sanguíneo:
    Lo abandonaron a los dos años de edad.

    Padre(s) Adoptivos:
    --

    Trabajo:
    Cuartel de Inquisidores, empleado.



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    Rango Social: Unicornios de Bronce.


    Bando: Mortífago

    Rango dentro del Bando: Base

    Puntos de poder en objetos: 90

    Hechizos adicionales: --

    Puntos de poder en criaturas: 10

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

    Habilidades Mágicas:
    * Habilidad 1
    * Habilidad 2
    * Habilidad 3

    Conocimientos Especiales:
    * Conocimiento 1: Artes Oscuras
    * Conocimiento 2: Conocimiento en Maldiciones
    * Conocimiento 3

    Medallas:
    *
    *
    *


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    Raza: vampiro.

    Aspecto Físico:
    Complexión: atlética.
    Altura: 1,80 metros.
    Rostro: tiene la cara ovalada, con las mandíbulas muy marcadas, los labios gruesos y los dientes bien alineados aunque no perfectos. Pestañas muy largas. Tiene el cabello rapado al 2 salvo el flequillo. Tiene un corte en una ceja, sobre el que no le crece pelo.
    Aspecto físico sin transformar: ojos grises, pelo blanco, piel muy blanca y tersa, labios ligeramente amoratados, como entumecidos.
    Aspecto físico transformado: piel ennegrecida, uñas y colmillos afilados, ojos rojos y brillantes.
    Ropa: suele vestir con tonos muy oscuros, negros y grises, y con estilo vintage.

    Cualidades Psicológicas:

    Melancólico y pesimista, cree que la vida es absurda, a menudo se pregunta qué sentido tiene existir.
    Impulsivo.
    Parece que siempre está intentando seducir, es su manera de relacionarse. Esto le lleva a ser muy promiscuo. No cree en los mitos del amor romántico ni en la monogamia. Prefiere las uniones libres y anárquicas.
    Es muy sensible e intenso. Puede sentir afecto por alguien en cuestión de horas.
    Pensamiento dicotómico, ve las cosas blancas o negras y le cuesta relativizar.
    Lleva la tristeza en el interior, pero se muestra irónico, sarcástico y a menudo bastante alegre con los demás.

    Es muy autodesctructivo.

    Como sus padres eran muggles y lo abandonaron, y en el orfanato donde creció los niños muggles lo trataron fatal por ser diferente, ha desarrollado un profundo odio por estos, y un sentimiento de superioridad, aunque admira sus inventos, su ciencia y su arte.

    Atribuye todos sus males a ser un "sangre sucia", aunque en el fondo sabe que es sólo una proyección de sus inseguridades, alejada de la realidad.


    Historia:

    Infancia:
    Caleb S. Seward nació en Estados Unidos, en Anchorage, Alaska, en el seno de una familia muggle. Su padre era ingeniero y trabajaba duramente en la construcción del ferrocarril que más tarde conseguiría que aquella pequeña ciudad del norte prosperase. En sus dos primeros años de vida, dado que su familia apenas podía hacerse cargo de él por su apretada economía, se sentía muy abandonado. Cada vez que tenía un berrinche, un extraño suceso ocurría a su alrededor. Se rompían cristales, se incendiaba un papel… Sus padres, asustados, decidieron abandonarlo creyendo que aquel niño estaba poseído. De esta forma, Caleb llegó a un orfanato de la Costa Este, donde pasó gran parte de su oscura infancia y parte de su adolescencia.

    Dentro del orfanato apenas se relacionaba. Sabía que era diferente, pero también desarrolló un sentimiento de superioridad por esa diferencia. Aprendió a controlar sus ataques de rabia para utilizarlos exactamente cómo y cuando quería, y de este modo asustar y manipular a sus compañeros para obtener favores. Su vida en aquel antro consistía en leer horas y horas, sentarse en el césped del patio a contemplar las hojas de los árboles, odiar a su familia, memorizar la evolución de los colores del cielo.

    Detestaba su nombre y sus apellidos, hasta el punto de que pronto quiso deshacerse de ellos. Eligió a un personaje de la mitología griega para constituir su nueva identidad: Sísifo, y ordenó a todos llamarlo así bajo la amenaza de terribles consecuencias. Sísifo había sido castigado por su soberbia a arrastrar una enorme piedra por una colina, para que cuando llegase a la cima esta cayera y tuviese que repetirlo hasta el infinito. Su vida, por tanto, era absurda. Un sinsentido.


    Adolescencia:
    Sísifo no tenía absolutamente ningún amigo en el orfanato, por decisión propia. Estaba deseando cumplir la mayoría de edad para salir de allí y empezar una nueva vida lejos de aquella escoria de sociedad.

    En esta época conoció a Evedhiel, una joven que se encargaba de realizar los chequeos médicos. Aunque las primeras semanas fue incapaz de cruzar una sola palabra con ella, sintió que conectaron enseguida. Finalmente los chequeos se convirtieron en una especie de terapia psicológica, y más tarde en una charla entre amigos. Era la primera persona de su vida con la que se sentía identificado, con la que intimaba. Aquella sensación en un principio le desbordó hasta el punto de llorar por las noches, los días que ella le faltaba sintiéndose terriblemente solo. Sísifo por primera vez había experimentado el amor, el calor de un vínculo familiar. Evedhiel le reveló que realmente no estaba poseído, que sus problemas, sus “poderes” tenían una explicación mucho más compleja: era un mago. Podía controlarlo, entrenarlo, desarrollarlo.

    Los meses pasaron y las visitas acabaron, y Sísifo no pudo despedirse de su única amiga en el mundo. Al cabo del tiempo, la directora del centro le anunció que había sido adoptado, pero que su nuevo tutor quería permanecer en el anonimato. Sólo tenía una pista: la familia Yaxley.
    Eso significaba que Sísifo era libre de una vez por todas.


    Edad adulta:
    Sísifo viajó a Europa, a Inglaterra, para investigar un poco más acerca de aquella familia. Pero una vez allí, abrumado por la cultura, sus nuevas posibilidades, el bullicio que lo rodeaba… decidió enfrascarse en el estudio de la psiquiatría y la filosofía, y consagrarse a la medicina, a la vez que perfeccionaba sus dotes como mago. Durante este tiempo viajó por toda Europa, apenas con una mochila, libros y cuadernos, bebiendo vino en pensiones sórdidas en las que escribía durante toda la noche.

    Acabó convirtiéndose en un revolucionario psiquiatra, odiado por muchos de sus compañeros por sus teorías innovadoras sobre la salud mental y su concepción de la mente humana. Se ligó a la escuela psicoanalítica y se hizo defensor de algunos de los postulados del recién nacido movimiento de la Antipsiquiatría, como por ejemplo que en algunos casos la enfermedad mental era una simple etiqueta impuesta para controlar toda desviación de la convención social.

    En un momento dado, realizando investigaciones sobre la histeria y la psicosis maniaco-depresiva, tropezó con una paciente especialmente fascinante. Llegó al manicomio atada de pies y manos, con una camisa de fuerza, retorciéndose en terribles convulsiones. Lo que más le sorprendió fue el tono de su piel, similar al de un muerto en las primeras fases de descomposición, surcado de venas grises. Sus ojos inyectados en sangre giraban hacia todos lados, alucinando, tratando de librarse de los enfermeros. Habían tenido que atornillarle un bozal a la mandíbula para defenderse de sus mordiscos.

    Sísifo era contrario a las terapias de electroshock y a las lobotomías, pero su cargo no era tan importante como para ejercer presión contra sus otros compañeros, así que tuvo que aceptar que aquella paciente fuese sometida a todo tipo de vejaciones en un intento desesperado por curarla de su “psicosis”. Era extremadamente violenta, atacaba al personal y a otros pacientes, no comía ni bebía, tampoco parecía dormir. Algunos se plantearon deshacerse de ella. Sísifo propuso encargarse particularmente de su caso, con la excusa de estar realizando unas investigaciones sobre la histeria. La encerró consigo en un ala privada del manicomio, casi abandonada, donde él tenía su habitación y su despacho. La encadenó debidamente a una silla metálica, y le quitó el bozal. Intentó tratarla con sesiones de psicoterapia e hipnosis, sin obtener resultado alguno. Al principio, su paciente no pronunciaba sonido, más allá de extraños gruñidos. Finalmente forjaron un extraño vínculo basado en el silencio y la compasión.

    Después de algunas semanas, Sísifo estaba convencido de que aquella mujer no padecía de ninguna enfermedad. Su naturaleza, simplemente, no era humana. Había recogido toda la información posible en sus cuadernos, y se había prometido que la liberaría de aquella prisión. De madrugada, cuando casi todo permanecía en calma, buscó la salida por los pasillos que conducían al alcantarillado de la ciudad. Arrastraba a la joven con unas cadenas, a una distancia prudencial. Cuando llegaron al exterior, Sísifo le rogó que no le hiciese daño, antes de proceder a soltarla.

    Cuando la había desatado por completo, la chica se quedó petrificada frente a él, bañada por la luna. La luz plateada caía sobre ella como un manto de agua. Sus ojos brillaron y se tiñeron de rojo antes de que se lanzara sobre su cuello.

    Despertó en un cuarto desconocido, completamente a oscuras. Había perdido la noción del tiempo. Sentía un profundo ardor en el pecho y una punzada en las uñas y los colmillos. Su visión se había transformado, era capaz de detectar el calor de los organismos vivos, de escuchar a muchos metros de distancia hasta el menor de los ruidos, de distinguir con nitidez las motas de polvo flotantes. La joven del manicomio se encontraba en cuclillas frente a él, mirándolo fijamente. Le explicó que ahora era un ser de la noche, un vampiro, y que necesitaba alimentarse de sangre para subsistir, o que de lo contrario ardería bajo la luz del sol o consumido por su propio fuego interior.

    Desolado por su nueva condición, que suponía una contradicción moral con respecto a su profesión como médico, decidió que era el momento de localizar a su familia adoptiva y a su protector, la persona que lo había salvado del orfanato. Viajó hasta la Yaxley Manor, donde descubrió que había sido Evedhiel la que años atrás lo había liberado de sus cadenas. La buscó desesperadamente hasta encontrarla y unirse definitivamente a ella, apoderándose de su nuevo apellido y del lema de su casa, “Noble y Salvaje Libertad”, que defendería a capa y espada. Abandonando definitivamente los últimos rastros de su vida como humano muggle que practica la magia a escondidas, se mudó a aquel castillo en mitad del bosque para iniciar su nueva travesía.

     

    Una vez en Ottery, fue reclutado por el grupo clandestino "La Marca Tenebrosa". Su odio hacia los muggles, su condición de vampiro y el odio que albergaba en su interior lo condujeron a formar parte de aquellas filas de asesinos despiadados pero, también, familiares siempre dispuestos a tomar una copa en una taberna polvorienta.

     

     

    Conexión con Oniria:

    Abasi, un antiguo mago egipcio y uno de los primeros vampiros de los que se tiene constancia, estaba cansado de vivir, pero no quería que sus pensamientos y recuerdos se perdieran. Quería dejar un legado tangible, no en forma de simples libros o memorias. Quería perpetuarse, clonarse de tal forma que pudiese consumar la inmortalidad sin padecerla él mismo. Para ello se exilió a una cueva, y durante meses estuvo comunicándose con dioses oscuros en lenguas desconocidas, perfeccionando un rito que se creía extinto y que le permitiría dividir su alma en varias partes y de ésta forma mantenerse deficitariamente, como una bruma, un silencio, un latido incorpóreo.

     

    Horrocruxes.

     

    Para llevar a cabo su deseo, debía realizar crímenes sangrientos contra seres queridos. Aquel era el precio que Ammyt, diosa “devoradora de los muertos”, le había impuesto. Jamás lograría la inmortalidad en el Juicio de Osiris, pero podría eternizarse terrenalmente. El asesinato desgarraría su alma, de tal forma que podría introducirla en otros cuerpos u objetos.

     

    En aquella cueva, y haciendo único uso de su magia y conocimientos de biología, creó dos cuerpos casi idénticos, un varón y una hembra, que despertarían de su letargo cuando él decidiese terminar con su existencia material. En uno de ellos colocó la semilla del mal, y en el otro la semilla del bien, para hacerlos complementarios.

     

    Sísifo fue el primero en cobrar vida, a principios del siglo XX, y Oniria apenas unos 20 años después. Ellos, sin saberlo, eran doppelgängers conectados mental y físicamente, fragmentos de alma de un milenario hechicero egipcio que había acabado con su vida (aparentemente) consumido por el tedio. Oniria fue la primera en llegar a Ottery, deseosa de aumentar sus conocimientos. Sísifo llegó tiempo después, buscando a la mujer que había salvado su infancia.

     

     

    Relación con Oniria:

    Cuando llegó a Ottery, algunos antiguos amigos de Oniria se acercaron a Sísifo y encontraron refugio a su nostalgia en él. En cierto modo, consiguieron sustituir aquella pérdida con su doble. Por eso, cuando Oniria apareció, sorprendiéndolos a todos tras años de silencio, los vínculos entre Sísifo y aquellos miembros de Ottery se tambalearon, creando un enorme conflicto entre ellos.

     

    A raíz de este primer encuentro problemático, desarrollaron una relación de dependencia, basada en el odio. Pero sus sentimientos eran tan intensos, y sus personalidades y gustos tan similares, que el odio a veces parecía manifestarse en forma de amor desesperado. Así, Sísifo y Oniria se odiaban y se amaban. Podían matarse o abrazarse durante noches enteras, como siameses con los que se hubiera cometido un horrible crimen al separarlos al nacer, tratando de extirpar su conexión. No podía saberse si eran hermanos gemelos, amantes o enemigos.

     

    Esta relación fue evolucionando gracias a Leah, que se convirtió en parte fundamental de ambos. Los tres se comprometieron en mantener un vínculo basado en la libertad y el respeto.

     


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    Objeto Mágico Legendario:
    --

    Objetos Mágicos:

    Objeto: Varita mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

     

    Objeto: Cámara de Fotos Mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

     

    Objeto: Monedero de Piel de Moke
    Clasificación: A
    Puntos de Poder: 10

     

    Objeto: Nimbus 3000
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

     

    Objeto: Anteojos Alfa
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

    Pociones Mágicas:

    Objeto:
    Clasificación:
    Puntos de Poder:

    Criaturas Mágicas:

    Criatura 1: Lobo
    Categoría: A
    Puntos de Poder: 10

    Criaturas en la Reserva:
    Criatura 1:
    Clasificación:
    Puntos de poder:

    Libros de Hechizos:

    Libro:
    Nivel:

    Poderes de Criaturas:

    Tipo de Poder:

    Consumibles en Batallas:

    Nombre:
    Descripción:
    Categoría:


    Elfos:
    * Elfo 1:
    * Elfo 2:



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    Licencia de Aparición:

    Licencia de Vuelo de Escoba:

    Registro de XXX:
    *Registro del Departamento de Cooperación Mágica Internacional: Registro de Inmigrante y pasaporte
    *Registro de Raza: Vampiro
    *Registro de Criaturas: Enlace

     

    Personajes Secundarios:



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    • Hobbies: escribir, fotografía analógica, filosofía.
    • Fobias: agorafobia.
    • Patronus: lechuza.
    • Siempre que conoce a alguien por primera vez recita un poema que asocie con él.
    • Sísifo no es su nombre real.
    • Sólo sueña en blanco y negro.
    • No suda. Sólo algunas glándulas de su cuerpo se mantienen en funcionamiento.
    • No le crecen ni las uñas ni el pelo de forma natural desde su transformación.
    • Su temperatura corporal es de 28º.
    • Tiene la capacidad de regenerarse.
    • Puede morir mediante magia, de sed o por incineración.
    • No puede engordar ni adelgazar.

     

    Cronología de cargos:


    Premios y reconocimientos:


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    Link al Perfil de Comprador MM: 221
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 102591
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio:
    http://www.harrylatino.org/topic/111813-boveda-negocio-la-feria-de-mayo/
    Link a Bóveda Familiar 1: http://www.harrylati...familia-yaxley/
    Link a Bóveda Familiar 2: http://www.harrylatino.org/topic/86385-boveda-familia-macnair/

     

     

     

     

  22. Sísifo:

     

     

     

     

    ––Me gusta. ––Susurré, concentrándome en aquella sensación. Mi mano sobre su vientre ahora apenas ocupaba un tercio. No sólo percibía el ritmo del corazón de Leah, sino el palpitar orgánico de nuestro hijo. Baleiro. En cierto modo, la posesión de un nombre te brindaba la cualidad de existente. Ahora Baleiro ya podía ser-en-el-mundo. Podíamos hablar de él, mencionarlo, hacerlo plausible. No era un simple ente abstracto al que se hacía referencia como quien habla de Dios.

     

    ––Suena a portugués.

     

    Cerré los ojos. El movimiento líquido de aquel cuerpo invisible me transmitía una calma indescifrable.

     

    ––Espero que se parezca mucho a ti. ––Musité, sonriendo. No podía pensar en nada más bonito que en una criatura semejante a Leah, la persona más bella del universo.

     

    @

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