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Alia Lunne

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Todo lo publicado por Alia Lunne

  1. Parecía que me había expresado mal al hablar de mi requerimiento de una “familia normal” dado que tanto mi madre como Hades me habían hecho burla sobre el asunto, mencionando por el camino que no andaban muy cuerdos. Yo tampoco lo estaba, así que no sería problema. Me sentí algo dolida cuando mencionó que me había borrado la memoria para librarse, en cierto modo, de mi, pues su estilo de vida no podía aguantar criar a una hija. -Madre no vine aquí para darte más de ese “trabajo” que tienes- dije un tanto fría, ya que no sabía cómo debía de ser mi reacción ante el descubrimiento que acababa de hacer. No había tenido ningún trauma, ni nada parecido como insinuaba mi tío momentos antes. -No soy una niña, no necesito que nadie se encargue de mi así que tranquila, puedes continuar con tu vida como hasta ahora, no es que pensase que ibas a cambiar por mi- dije esto porque ya me había quedado claro que la única persona a la que la vampiresa estimaba era al Ragnarok que contemplaba la escena- Sólo digo que podríamos tener una relación medio decente, y sí, Hades, me gustaría conocerte, aunque en cuanto a los misterios... No hay mucho que ver a simple vista. Tanto Hades como yo nos sorprendimos con la aparición de una muchacha que mi madre presentó como Valentina, su protegida. Él, porque no esperaba la revelación de otro secreto tan rápidamente, como dijo y yo porque me extrañó que, siendo así como era la Karkarov, hubiese ofrecido su protección a otra chica. La recién llegada agradeció la bienvenida de mi tío, pero yo opté por hacerle un gesto con la mirada que le diera a entender lo que deseaba transmitirle. Sin embargo, si le estreché la mano a mi nueva hermana. -Encantada de conocerte Valentina, claro que no llegas en mal momento. Bueno, al menos no uno de los peores- y volví a salirme del guion al besar a la pelirroja en ambas mejillas como era mi costumbre, pero retrocedí rápido por si la incomodaba. @ @@Hades Ragnarok @@Mery Gaunt Karkarov
  2. Sonreí al Gaunt, al parecer si que estaba interesado en averiguar si mentía, pese a que con su actitud parecía creerme. No tenía por qué decir que Mery era mi madre, al menos eso pensaba yo ¿Qué relación tendrían entre los dos hermanos para que no supiera una cosa así? -Tengo 19 años, al menos eso me dijeron siempre, porque de los 10 hacia atrás no recuerdo nada de mi vida. Eso es uno de los motivos por los que vine aquí, averiguar quién soy. Para entonces, mi madre estaba desperezándose y recolocándose la ropa que se había movido durante su siesta. Me sonrió de una manera extraña, casi pude asegurarme a mi misma que era falsa. Le devolví el gesto, aunque el mío no era puramente cortés, ya que en verdad si me alegraba de verla, a pesar de que nunca lo admitiría. -Algo así, ya que, como quiero una madre y una familia dentro de lo que aquí se puede considerar normal, pensé que sería bueno actuar normal- ignoré su sarcasmo, si reconocía que me había dado cuenta de él sería de forma desagradable, y no quería volver a empezar con mal pie. -¿Hades dijiste que te llamabas?- pregunté, insegura, a mi tío, ya que nunca había oído su nombre. Me sonaba algo relacionado con mitología, pero nada más. Después de estar segura de ser ese su nombre, continué- No conozco mucho a nadie de por aquí, pero por lo que he visto hasta ahora, gusta guardar secretos. No me sorprendería averiguar alguno más repentinamente. Comenzaba a sentirme nerviosa, pero había dicho lo que pensaba. Mi madre había oído lo que tenía que decirle, que quería retomar nuestra relación en un buen punto, a partir de ahí sería su decisión aceptarme o no. @ @@Hades Ragnarok @@Mery Gaunt Karkarov
  3. El hombre siguió mirandome con aspecto amenazante, comprobando al asomarse a la puerta que no hubiese nadie más, que no fuese una trampa, pero no me vine abajo y le aguanté la mirada, serena. Estuvo en silencio unos minutos mientras me estudiaba, hasta que finalmente habló.Así que era mi tío... Parecía sorprendido por el hecho de ignorar que mi madre me había tenido a mi, por sus palabras parecía no creerme. -Si no fuese cierto no habría venido aquí- murmuré. En realidad no le debía nada al Gaunt, pero una parte de mi quería, al igual que quiso con mi madre en su momento, sentirse reconocida, y en confianza. -De hecho, ya lo sabe. Me encontré con ella unas semanas atrás, y quería hablarla de nuevo, por eso vine- dije aceptando la invitación a entrar al castillo, mientras seguía a mi familiar a una habitación donde dormía mi madre. Me quedé en silencio, observándola, y poco a poco me fui observando en los pequeños detalles físicos que distinguían que éramos hija y madre, a pesar de no parecerlo a simple vista. No parecía la mujer dura y sin sentimientos que, haría unos días, me había espetado que no me debía nada y no la recriminara su pasado. Suspirando, esperé a que se despertara. -Por cierto- le dije a mi tío- mi nombre es Alia @@Hades Ragnarok
  4. Parecía que la visita iba a comenzar ya mismo, ya que, una vez la gata (<Esbeth>, me anoté mentalmente) de mi madre, se hubo restregado un rato por las piernas de mi hermana, salimos del cuarto y anduvimos por el pasillo. Afortunadamente no se restregó contra mi, no me gustaban los gatos y yo tampoco les gustaba a ellos. Me parecían animales pretenciosos, aspiraban a ser como los grandes felinos y actuaban con la misma soberbia que ellos, sin darse cuenta de que eran claramente inferiores. Una vez bajamos la escalera, me pregunté que sería lo que veríamos primero. ¿El castillo tendría mazmorras? Suponía que si, ya que al ser un edificio tan antiguo, tendría que tener algún sitio en el que encarcelar prisioneros... muggles y fenixianos en este caso, según suponía por comentarios que había oído en Hogwarts y Londres de que la mayoría de los Haughton eran mortífagos o aspirantes. Llegamos al vestíbulo tras bajar las tres plantas que habíamos subido antes, y vi a un elfo limpiar algo en una esquina. En cuanto nos vio, o nos oyó, no sé lo que sucedió primero, murmuró algo a regañadientes y desapareció. Eso me hizo preguntarme <¿Dónde vivirán los elfos aquí?>, duda que planteé en voz alta. Tenía que adquirir uno, al día siguiente iría a buscarlo. Probablemente en el Ministerio sabrían decirme. -Bueno Bea, ¿qué nos vas a enseñar lo primero?- no sabía muy bien como debía de llamarla, así que opté por su nombre de pila. Si ella prefería un apelativo menos formal, me lo diría con casi total seguridad, pero prefería no arriesgarme, ya que aún no teníamos esa confianza. -Espero que sea interesante...-comenté esperando la reacción de Violette @@VioletteMoon @@Bea Haughton G.
  5. Un hombre armado con su varita salió a mi encuentro, interponiéndose entre la puerta y mi cuerpo, para que no pudiese entrar aunque quisiera. Seguramente no sabía quien era yo, ya que la única persona a la que conocía de esa familia era mi madre, y debido a su aparente carácter no parecía el tipo de persona que iba contando por ahí que tenía una hija. Tímidamente, miré al Gaunt a los ojos y murmuré -Soy, soy hija de Mery- carraspeé- vengo aquí para reunirme con ella y unirme a la familia- sonreí un poquito- No se si sabes donde está… A pesar de mi voz tímida, me mantuve firme en mi posición, no quería que aquel ojimarrón me tomará por falsa, o por alguien que trataba de colarse en la mansión, algún miembro de la Orden o algo así. Desde el lugar donde estaba alcancé a ver parte del vestíbulo del castillo, una sala amplia, seria y elegante que tenía varias puertas y unas escaleras que, supuse, llevarían a las distintas plantas.
  6. No tardamos demasiado en llegar al tercer piso, donde se encontraba mi habitación, en la que entré después de que mi madre me indicara donde tenía que ir después. Era enorme. Tenía una cama bastante ancha en la derecha, y una alfombra mullida en el centro, rodeada de pufs y estanterías con libros. Justo enfrente de la puerta estaba la gigante ventana, que daba, para mi alegría, a un gran árbol por cuyas ramas se podía trepar de arriba a abajo. En la pared a la izquierda había una puerta muy grande, que pudo mi curiosidad. Entré por ella y descubrí un inmenso vestidor-¡Yo no tenía ropa para llenar todo aquello!- que daba a un baño con bañera de hidromasaje. Decidí entonces que mi madre y hermana podrían esperar, y puse a calentar agua. Una media hora más tarde me vestí de nuevo y salí al pasillo. Al pasar por delante del cuarto de Violette no supe si llamarla o no, ya que no sabía si aún estaba allí, y no quise molestarle. Llegué a la habitación de Bea y toqué a la puerta y entré. Unos momentos más tarde entró mi hermana, al parecer se había perdido. -Me encanta mi cuarto, no se quién lo decoró pero es perfecto. @@VioletteMoon @@Bea Haughton G.
  7. Era hora de ir, me dije, con un suspiro, cuando me levanté de la cama,completamente vestida y, con la varita agarrada entre los dientes, bajé por la rama del árbol de mi habitación en el castillo Haughton hasta el suelo. Sí, ahora que me había reencontrado con mi madre, debía ir al lugar donde residía, el castillo de la familia Gaunt. No sabía muy bien lo que tenía que hacer, cómo comportarme con mi nueva familia, ya que la situación con Mery no era realmente buena, pero decidí que trataría de que todo fuera natural. Si en algún momento la situación me resultaba forzada o incómoda, no me quedaría, me iría inmediatamente, me prometí a mi misma, mientras un gruñido de satisfacción de la bestia que dormía en mi interior desde que había llegado a Ottery secundaba mi promesa. Atravesé los bosques y los terrenos de diversos castillos hasta llegar a aquel que correspondía con el del linaje Gaunt ¿Me aceptarían allí? ¿Habría alguien esperándome para recibirme?No lo creía. Al fin llegué a la puerta, e, insegura, la toqué un par de veces, esperando que al menos un elfo atendiera a mi llamado.
  8. Hola,queria actualizar varias partes de la ficha. Muchas gracias
  9. Mi hermana y yo tuvimos durante un rato una conversación muy interesante acerca de nuestro pasado, en la que nuestra madre no participó, ya que se quedó observándonos y al parecer, reflexionando sobre sus propios asuntos, hasta que Violette le hizo una pregunta. Nos invitó a recorrer el castillo en busca de "pasadizos secretos", ya que sospechábamos que alguno debía de haber. Era lo más probable, en un lugar tan antiguo como ese tenían que tener métodos para trasladarse de una estancia a otra sin ser vistos. Comenzaba a sentirme cómoda entre las dos mujeres, aquello parecía una familia, por lo que sonreí, aceptando la invitación, y me puse en pie de un salto al compás de mi madre. -Tengo ganas de conocer mi habitación, así que sí, empecemos por ahí. Esperé a que mi hermana dijera algo o se pusiera en pie, pero no dudaba de que ella estaría tan emocionada como yo de poder estar en un sitio nuevo, empezar desde el principio en un lugar así. Un pellizco de nervios recorrió mi estómago ante la perspectiva de todo lo que estaba empezando a vivir. Mientras observaba la sala, oí varias toses seguidas, como de alguien que quisiera hacerse notar, demostrar su presencia.Me asomé al pasillo y vi como un mago alto, castaño, contemplaba indeciso cada rincón del recibidor.Me quedé mirándole unos segundos, esperando a que se presentase. Si era, como parecía, nuevo en la familia, podía unirse al tour que estábamos a punto de empezar. @@VioletteMoon @@Bea Haughton G. no pasa nada @@cedric digory
  10. Francamente, estaba asustada. No sabía en que lugar me había metido, tenía miedo de lo que pudiera pasarme en aquel lugar donde todo parecía cobrar vida. La chica me ayudó a levantarme tras poner bajo control la situación. Se lo agradecí con un gesto y decidí seguir la excursión que me proponía, en ningún sitio de aquel endiablado museo estaría más a salvo que con ella. Sólo por precaución mantuve la varita en la mano aunque, teniendo en cuenta mi escaso control de los hechizos, dudé de que pudiese servirme para algo. Además, en teoría aún no podía hacer magia, pese a que tenía la edad reglamentaria, por no haberme graduado aún en Hogwarts. Fui, esta vez sí, a por mi café, aunque la breve pero intensa aventura que acababa de vivir me había despejado casi por completo. Sosteniéndolo en la mano libre, soplé levemente la espuma y tomé un sorbo, quemándome la lengua. Hice una mueca, pero después aguanté y lo tomé en unos tragos y me uní a la dueña del Museo. -Por cierto, si no te molesta que te tutee ¿Cuál es tu nombre? Pensé que sería más cómodo para ambas hablar si podía llamarla por su nombre, siempre y cuando a la rubia no le importara que lo hiciese. Sonreí, aguardando su respuesta. @
  11. La chica me dio un par de folletos, y me indicó donde estaba la cafetería. Después de eso la vi desaparecer por una esquina, y un par de minutos después, cuando aún no había pedido mi café, oí unos gritos provenientes de la sección egipcia. Pensé que serían solo unos turistas emocionados, pero cuando me giré, y estaba de vuelta en la recepción, un gran rugido me hizo darme cuenta de que no había escogido el lugar idóneo para pasar la tarde. Tardé unos segundos al reaccionar, hasta que un mono paso corriendo delante de mi, y me di cuenta de que era el mismo que, disecado, se anunciaba en el folleto que tenía en la mano. Me recordó a una película muggle que había visto hacía un tiempo "Noche en el Museo" en la que durante la noche, todas las exposiciones cobraban vida. El rugido volvió a sonar.< Si esto es como en la película... no, no puede ser> me dije, y avancé por un pasillo hasta llegar a una gran estancia, donde se confirmaron mis peores sospechas. Un esqueleto de un enorme Tyrannosaurus Rex rugía y andaba por el museo. Me pregunté si la joven que me había recibido era consciente de que en su negocio sucedían esas cosas. Cuando el reptil me olió y se acercó hacia mí, corrí hacia el mostrador de recepción, donde me escondí, y me pregunté qué hacer. Saqué la varita pero ¿Qué hechizo podía emplear contra semejante saco de huesos? Confié en que la dueña viniera pronto, y supiese como arreglar la situación. Parecía que el dinosaurio ya se había ido, seguramente había perdido mi pista, pero un bufido me alertó de que otra amenaza me esperaba. Me asomé, y vi como un rinoceronte husmeaba por la sala. En cuanto me percibió, sus ojos se tornaron rojos y comenzó a prepararse para embestir <Oh oh>.
  12. Una mujer apareció y me preguntó en qué podía ayudarme con una cordial sonrisa. Sin duda, algo que necesitaba en aquel día. No sabía qué decir, ni siquiera qué había para hacer en aquel lugar así que me encogí de hombros y murmuré un <Supongo que en todo>. De pronto las ganas y el entusiasmo me habían abandonado, comenzaba a sentirme cansada, pero aún tenía mucho interés por descubrir los secretos del Museo. Decidí preguntarle a la chica que si había algún sitio donde tomar un café que me despejara. -Oye, ¿tenéis algún lugar donde tomar un café? Ví algo de una cafetería pero no estaba segura de si era solo para los empleados o para qué. La simple idea de una bebida con cafeína me despejó el cerebro, que me recordó que para parecer amable había que sonreír. Traté de hacerlo, y por una vez en tiempo lo conseguí.
  13. Bueeno yo vengo a dejar el registro nuevo que mandó Anne, y a decir que aún no puedo ponerme en la ficha a la familia porque tengo que esperar un mes, o algo menos, pero el caso es que hasta mediados de marzo nada Nombre: Alia Lunne Ficha de personaje:Alia Lunne Haughton Gaunt Bóveda personal:Bóveda 107912 ¿Qué parentesco quieres tener y con quién?: Mery Gaunt Karkarov ¿La Gaunt será tu familia sanguínea o adoptiva?: Sanguínea Bando de preferencia:Marca Tenebrosa Link a una imagen de tu habitación para el castillo: algo así ¿Dónde estará tu habitación?En la planta 4 Mascotas y/o elfos (si se tienen. Por favor, detallar para poder poner en lista): aún no, cuando tenga lo pasaré Cumpleaños:21-04 Contacto (skype, facebook, yahoo...)*: no tengo nada de eso
  14. Era de nuevo uno de esos días en los que no tenía nada que hacer, y ya me había aburrido demasiado en casa. Tras un par de horas tirada en la alfombra del centro de mi habitación, solté el libro que leía, un thriller llamado Hyde, y me levanté. Seguía en pijama, ya que no había salido del cuarto para nada, así que me vestí (vaqueros negros, camiseta, converse negras y mi cazadora de cuero especial, preparada para llevar la varita en el forro). Ahora tenía que decidir a donde ir. Busqué a mi hermana, para ir a pasear o a algún sitio con ella, pero no la encontré en mi cuarto y decidí irme sola. Aún no podía aparecerme, así que tuve que tomar uno de esos lentos y abarrotados trenes muggles. Tras un par de horas sentada al lado de un viejo maloliente y una señora muy pesada que no dejaba de preguntarme cosas que ignoraba,al fin llegué a Londres, y tras bajarme en King's Cross, fui andando hasta el Caldero Chorreante, por donde entré al Callejón Diagón. Nada más ver el lugar, supe que era donde quería pasar la tarde. Un museo que tenía prácticamente de todo, al parecer. No sabía por donde empezar,así que tras subir las escaleras y entrar por la puerta principal, me dirigí al mostrador de información que había en mitad del Hall, a la espera de que algún empleado o un elfo pudiera guiarme. @
  15. Hola, yo venía por aquí a registrarme como aspirante al lado oscuro ah, y también a la Marca
  16. Angel!!Hola! Como es eso de que no conoces? Vamos a tener un serio duelo tu y yo eeh . como Anne, yo también te ofrezco que seas pariente mío, como quieras. Anne llenaste de sobra las líneas, creo que hiciste como siete xD, a mi también me pasa a veces eso
  17. Cye, al igual que su esposo, fue muy amable tratando de darnos de qué hablar, de que nos sintiésemos como una persona más en esa fiesta, tras estrecharnos la mano para saludarnos. -Si, algo de su carrera comentó Me quedé un poco pensativa a la hora de contestar a la bruja a la pregunta que nos había hecho. Desconocía si se refería a mis padres biológicos o a mi madre adoptiva, ya que al parecer en el pueblo de Ottery era muy común que los magos y brujas fueran de una familia a otra, incluso fundando otras nuevas, así que decidí contestar ambas cosas. -Bueno, no sé Violette, pero yo no sé quienes son mis padres biológicos. Apenas recuerdo nada de antes de los siete años. Por lo que mi madre es Bea Haughton. Y bueno, trayectoria, no mucha, empecé en Hogwarts hace casi siete años y aquí estoy, esperando a que empiecen mis clases de nuevo.
  18. Vi a mi hermana sonreír por primera vez desde que la había conocido, unas horas atrás, y fue una sensación reconfortante, el conseguir con mis propias palabras que alguien se sintiera mejor. Se quedó mirándome detenidamente. -Yo también lo creo, y eso espero, la verdad, que seamos tanto amigas como hermanas. No la conocía de mucho tiempo atrás, pero me había inspirado confianza, se parecía demasiado a mi. Ambas éramos, cada una a nuestra manera, inseguras, y nos costaba hablar con la gente, o eso me parecía de ella, pero a pesar de ello habíamos conectado bien. Me alegraba de que alguien como yo fuese mi hermana.Haría más fácil el lidiar conmigo misma. -Además, si hay suerte estaremos juntas en clase
  19. Bromeábamos acerca de las travesuras de Peeves, y yo me preguntaba si el poltergeist habría echado algo también a la comida, ya que empezaba a tener bastante hambre, cuando Ishaya se alejó a buscar a una mujer. Se creó un momento de silencio, en el que no se me ocurrió nada que decir, hasta que el Tonks regresó con la mujer que anteriormente había mencionado. Era Cye Lockhart, su esposa, a la que nos presentó. No podía creer que en apenas unas horas había conocido a tres personas nuevas. Me alegraba de ello. Extendí mi mano, imitando el gesto de mi hermana, y me presenté. -Hola, como ha dicho tu esposo, soy Alia, y ella es mi hermana Violette. Encantada de conocerte.
  20. A mi hermana se la veía muy nerviosa, parecía que en cualquier momento se iba a romper y a llorar, pero admiré su capacidad para cambiar de tema. -Tranquila Violette, al parecer aquí nadie, o casi nadie, ha tenido una vida lo que se dice fácil. Puedes contarme lo que quieras, intentaré entenderte. A pesar de que la vampiresa era mayor que yo, sentí la necesidad de apoyarla y protegerla, pues se la veía cansada de todo lo que ocurría a su alrededor. Procuré sonreírla. -Claramente no es agradable una situación así, afortunadamente yo no la he vivido, pero debe de ser horrible. Pero hay que mirarlo por el lado bueno, las cosas que no nos matan nos hacen más fuertes ¿No es así?
  21. -Ah,tu vienes de cerca entonces, Violette- al parecer, por su manera de actuar, mi hermana se encontraba tan nerviosa en este nuevo ambiente como yo. Tras andar durante varios minutos de silencio, relativamente incómodo, llegamos a un salón, en el que había sillones y un sofá, además de una mesa dispuesta con aperitivos. Básicamente por educación me senté y cogí algo de comer, ya que del nerviosismo mi estómago tenía un nudo que me permitía a duras penas tragar saliva. Respiré hondo antes de contestar la pregunta de mi madre. -Sí, eran muggles, pero eran bastante comprensivos con el mundo de la magia, no como con otras cosas- advertí el tono despectivo con el que la Haughton pronunciaba la palabra destinada a designar a los seres no-mágicos, algo normal en alguien de su familia, por otro lado- Vamos, que se han visto cosas peores. Yo odiaba a los muggles, algo irónico porque no conocía mi propio origen, el tipo de sangre que corría por mis venas me era absolutamente desconocido. Sin embargo, a lo largo de los años el rencor se había ido acumulando en mi ser hasta un punto en el que me resultaba difícil controlarlo, y más aún con los acontecimientos ocurridos tan sólo unos meses atrás. -Bueno, no se que contarte sobre mi vida, es complicada, asi que prefiero que me preguntes tu. Sólo que, como ya sabes, estamos, tanto Violette como yo, a punto de comenzar las clases de nuevo. Y sobre Ottery... probablemente más de la mitad de las cosas que he escuchado sean rumores infundados, pero creo que sé lo suficiente para manejarme. La situación era tensa, se notaba claramente que ninguna sabíamos qué decir para romper el hielo que inundaba la habitación. Adopté una postura más relajada en el sofá y traté de esbozar una sonrisa convincente -Estaría bien conocerla, a tu madre digo. ¿Cómo se llama?
  22. Ishaya vio a unos amigos suyos y les llamó para que vinieran a hablar con nosotros. Nos les presentó, eran Seba Granger y Darla Potter Black. Nos saludaron, y parecían simpáticos. -Hola, encantada de conoceros-sonreí, una de las pocas sonrisas sinceras que esbozaba en tiempo, de verdad me alegraba de conocer a nuevas personas. Estreché la mano que Darla me tendía- Estoy segura de que lo agradecerán-Estreché la mano a Seba. -Sí, como dijo Violette llegamos hace tiempo, pero esto durará más aún, creo yo. La noche sólo acaba de comenzar. Tomé otro sorbo, no sé qué tendría ese ponche pero cada vez me sentía más confiada y alegre, algo raro en mí. Oí una risa leve por encima de mi cabeza, y cuál fue mi sorpresa al ver a Peeves, el poltergeist, riéndose a mandíbula abierta de mí, mientras espolvoreaba disimuladamente unos polvos brillantes sobre algunas de las jarras del ponche. -Maldito poltergeist- refunfuñé, y dejé el vaso encima de la mesa-¿Quién lo ha dejado entrar?
  23. -Es cierto, a veces cuanto más tratamos de ganar amistad con alguien, más falsa les parece nuestra actitud. Violette,¿ por qué dices eso? Es decir, te entiendo, a mi también me resulta difícil, pero siempre hay que estar abierto a nuevas posibilidades. Llegamos de nuevo a la mesa de los ponches. Miré indecisa mi vaso, pensando en qué sabor coger. Ví el de sabor frambuesa, luego el de fresa. Era divertido, que mi única preocupación fuera qué bebida escoger, cuando hacía apenas un mes vivía al día, buscando simplemente el poder aguantar hasta la mañana siguiente. Sonriente, me serví un vaso de ponche de frambuesa. - He oído algo de que venía un grupo de música... ¿Las Brujas de Macbeth, tal vez? Se deben haber perdido. Había un escenario dispuesto en el Gran Salón, pero ningún grupo estaba en él. Era extraño que no hubieran anunciado nada al respecto. -Bueno, Ishaya, ¿A quién importante puedes presentarnos por aquí?- dije en tono de broma. Había visto que el rubio, de vez en cuando, miraba a su alrededor buscando rostros conocidos, pero aún no había saludado a nadie. @ @VioletteMoon
  24. Bueh, yo vengo aquí para ser la hija oficial de Mery ya de una vez. harta de ser ilegítima Nombre: Alia Ficha de personaje: Ficha de Alia Lunne Haughton Bóveda personal:está en proceso ¿Qué parentesco quieres tener y con quién? (en caso de existir preferencias):hija de mery ¿La Gaunt será tu familia sanguínea o adoptiva?:Sanguínea Bando de preferencia:Marca Tenebrosa Link a una imagen de tu habitación para el castillo: no tengo Mascotas y/o elfos (si se tienen): Cumpleaños:21 de Abril Contacto (skype, facebook, yahoo...)*:no tengo ná de eso
  25. Sorprendida, escuché la historia del hombre que estaba sentado a nuestro lado. Al parecer, esta familia tenía más historia de la que parecía a simple vista. -Sí, creo que Taurogirl es matriarca, pero ya te digo que no llevamos mucho tiempo, no te puedo asegurar nada. Así que tienes negocios... ¿De qué tipo son? Desde que llegué aquí, aún no he ido al Callejón Diagón, pero cuando me pase te buscaré. Tomé el último sorbo del ponche y me revolví, incómoda, en la silla. No me gustaba estar sentada, por eso no se me daba bien aguantar mucho tiempo en clase sin salir corriendo cuando me daban permiso para retirarme. Además, aquel vestido era incomodísimo, acostumbrada como estaba a ir en vaqueros. Afortunadamente la compañía compensaba. -Sí, no estaría mal conocer a gente, pero, por lo menos para mí, es complicado. Nunca he sido muy sociable, la verdad. Este hombre había trabajado en todas partes. Ya decía yo que me sonaba, cuando llegué, asustada, a la Sala Común de Ravenclaw y no tenía ni idea de lo que hacer. Tener su consejo en aquel momento, y su compañía en este, era algo que agradecía sin duda. Coloqué un mechón rebelde de mi cabello oscuro detrás de la oreja, buscando qué decir, pero las palabras no querían hacer presencia.

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