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Andromedario

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Mensajes publicados por Andromedario

  1. Estaba lista para marcharse, satisfecha con la compra que había realizado por el momento. Sin embargo algo llamó su atención de inmediato. Era obvio que la entrada al lugar no era permitida, pero la curiosidad era mucho más grande.

     

    Había muchos objetos y obstáculos, pero luego de una batalla algo extraña llegó a lo que parecía un ascensor. Un hombre con aspecto extraño le pasó la contraseña y finalmente pudo llegar al punto final de aquella travesía.

     

    Aquella planta era magnífica, y en partes terrorífica. Miles de monumentos vivientes iban de aquí para allá, buscando con quien hablar; y podía reconocer varias figuras famosas. No obstante prefirió mantenerse alejada, por precaución más que nada y no dejarse influenciar.

     

    Una clienta la recibió y se quedó en blanco, sin saber muy bien que decir. ¿Quería comprar algo realmente?

     

    B..bueno…— comentó. Alguien le tendía un pergamino y observó distraída unos instantes lo que se vendía en aquella planta. Supo de inmediato que más galeones de los que esperaba se irían de su tienda.

     

    -

     

    ID: 120467

    Nick: Andromeda Amelin Lenteric

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    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda

     

    Nivel Mágico: 2

    Fecha: 2017-03-03

     

    Nombre del producto: Libro del Aprendiz del Brujo

    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo

    Nivel (del libro): 1

    Precio: 1000G

  2. http://i.imgur.com/rbxWIXW.jpg

     

    Seguramente, la señorita Dumbledore sentía tanto alivio como ella al saber que esta era la última conexión. Al recibirla es tan amable como siempre y la lleva al interior del castillo. Andrómeda no puede evitar observarlo todo con curiosidad y detalle: ama las ornamentaciones y muebles que los magos suelen utilizar, ya que el interior de un hogar siempre habla mucho de la personalidad de su dueño.

     

    -Un té estará bien si no es molestia. Bien... estoy aquí para realizar la última conexión flú señorita Dumbledore. Como sabe, no será mucho. Una vez instalada yo misma haré la prueba para verificar si todo está en su correcto orden. Si mal no recuerdo, debemos conectar esta chimenea con Ollivander's y Dumbledore's Night. ¿Estoy errada?

     

    Mientras iba hablando, la Dumbledore la guía hasta la chimenea de la casa, la cual no necesitara muchas modificaciones como la de los negocios, pues por el tamaño del castillo debe ser lo suficientemente grande como para mantener el calor del mismo. Observa y se desprende su capa para colocarla con cuidado sobre uno de los sillones. Se arremanga y toma su varita. Todo lo que había dicho estaba en orden, por lo que sólo quedaba actuar. Apunta hacia el suelo de la chimenea y de su varita se desprenden diversos hilos de colores, que chocan contra la estructura de la chimenea, se multiplican y dispersan a lo largo de la misma.

     

    Luego de unos minutos, el brillo característico del hechizo desaparece. Asiente y se voltea hacia su cliente.

     

    -De acuerdo. Está todo listo. Ahora, por favor espere hasta que regrese de ambos lugares. - comenta sacando de uno de los bolsillos de su capa un puñado de polvos flú, los cuales obtuvo de su trabajo. - ¡Dumbledore's Night! - pronuncia fuerte y claro dejando caer lo que contiene en su mano. El viaje es desagradable y algo mareante. Ante sus ojos ve pasar diferentes chimeneas, y no sabe que es mejor, si mirar o no. Cuando cree que ya no puede soportarlo más, todo se detiene, y está mirando una nueva habitación. Reconoce el negocio en el que estuvo hace poco y sonríe. Repite el proceso dos veces más, una para volver al castillo y otra para ir hasta Ollivander's, y al comprobar que todo está bien, regresa y se sienta en la sala Dumbledore a descansar un rato.

     

    -No me gustan tanto los polvos flú. En mi opinión la aparición es mucho mejor. - dice mientras que su clienta le tiende la taza de té. Toma unos sorbos, y el calor y azúcar revitalizan su cuerpo. -Bueno, ya sabe señortia. A partir de hoy se cuenta un año. En esta misma fecha su servicio caducará y deberá renovarlo. Espero que esté satisfecha, y si algo sale mal, sólo debe avisarme, ¿De acuerdo?

     

     

    @

  3. Es pequeña y menudita. Está temblando no sólo por los nervios, sino también porque la noche es fresca. Además de ser estrellada. Lo sabe porque cada tanto hecha un par de vistazos hacia el techo, el cual le devuelve un reflejo del cielo nocturno. Varias velas flotan sobre sus cabezas y más arriba, otorgando la luz necesaria a aquel salón.

     

    Se siente más observada que nunca. Más de un millar de ojos están puestos sobre ella y el grupo de niños de más o menos de su edad que la rodea. Está realmente nerviosa. Mucho más que durante el viaje en tren, donde no pudo hablar con ningún niño de su vagón, y muchísimo más que cuando tuvieron que cruzar aquel lago en barca.

     

    Varias veces tuvo que pellizcarse su brazo para darse cuenta que aquello real. Aún parecía todo un sueño: el que su padre –si tenía un padre- la hallara en medio de un bosque, el enterarse que no era una anomalía hacer magia (porque eso era lo que hacía), y que debía asistir a clases para aprender a controlar la misma.

     

    Ahora se encontraba mirando a todos los que se hallaban allí. A sus costados, cuatro mesas se distribuían a lo largo y estaban repletas de chicos y chicas, charlando en voz baja y dándose algún que otro codazo. Al frente, están los adultos del lugar, quienes se ubicaban en una mesa sobre una elevación. Todos parecían emocionados de verlos allí y estaban atentos a sus caras. Andy tragó con fuerza y desvió la mirada, asustándose aún más. ¿Qué se suponía que debían hacer? ¿Ver a quién de todos ellos agradaban más? ¿Realizar alguna prueba?

     

    Una niña morena estaba a su lado. Su cara era pálida, pero en sus ojos había un brillo que daba a entender que todo allí le fascinaba. Mientras que Andy solo podía sentir temor. No podía disfrutar nada hasta no sentarse y poder observar todo sin la necesidad de saberse vigilada.

     

    Entonces, alguien lleva un sombrero sobre un taburete. El mismo abre su boca y comienza a cantar. Aquello toma de sorpresa a Andy, y su rostro es pura curiosidad. ¿Cómo era posible aquello? ¿La magia podía realizar semejante cosa?

     

    La historia que cuenta la prenda remendada y notablemente vieja es fascinante. Habla de tiempos pasados, de enfrentamientos constantes, de conocimientos buenos y malos… también habla sobre aquella escuela. Hogwarts, fundada por cuatro grandes magos. Dice algo de secretos, peleas y por último menciona el por qué están allí parados: todos deben ser seleccionados para ir a alguna de las cuatro casas: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slythering. Cuatro casas, una por cada fundador.

     

    Todos aplauden, y la persona que dejó el sombrero sobre el taburete comienza a llamar, alfabéticamente, a cada niño que se encuentra allí.

     

     

     

    @ @@Mary Adler Westrong

  4. http://i.imgur.com/rbxWIXW.jpg

    Días después de la fiesta.

    La última vez que estuvo allí había aparecido en mal momento, por lo que decidió marcharse y regresar más tarde. Ahora volvía, no sin antes encargarse de hablar mediante correo con la dueña del hogar para asegurarse que no se entrometería en ninguna ocasión especial.

     

    Atravesó el jardín para llegar a la puerta del castillo y tocar con calma. Se quedó admirando un momento la flora que decoraba los terrenos de aquel lugar. Era exótica y bonita. Pronto abrieron la puerta y sonrió con calma.

     

    -Buenos días. Vengo para finalizar con las instalaciones ministeriales solicitadas por la señorita Dumbledore y para comprobar que todo esté en correcto orden. ¿Podría avisarle que llegué, por favor? Si no es molestia, claro. En cualquier caso volveré más tarde.

     

    @

  5. Había encontrado con rapidez dos pócimas que habían llamado su atención. Se había dedicado a completar el formulario con rapidez, y sin echarle una ojeada de antemano lo entregó sin más. Quien recibió los papeles sólo demoró unos segundos, sin embargo la expectación era amplia.

     

    Pero lamentablemente los mismos fueron rechazados. Se quedó mirando extrañada lo que había completado, pues pensaba que todo estaba en orden. No obstante, la amable muchacha que atendía le hizo ver el espacio en blanco que había dejado. Mentalmente se golpeó. La emoción había obnubilado su visión y pasó por alto el hecho que faltaba dar a conocer su identificación.

     

    Veamos…dijo segundos después. Repasó varias veces el contenido una vez más, para asegurarse que todo estaba en orden. No quería hacerle perder más tiempo a la empleada y la verdad la daría un poco de vergüenza equivocarse otra vez. —Creo que ahora si… no lo sé. Toma, espero este correcto.

     

     

    -

     

    ID:120467

    Nick (con link a la ficha): Andromeda Amelin Lenteric
    Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) —
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda
    Fecha: 2017-02-22

    Poción: Poción Herbovitalizante
    Puntos: 20 p
    Precio: 1000 G

    Poción: Esencia de Díctamo
    Puntos: 40 p
    Precio:2000 G

    Total de puntos: 60 p
    Total de Galeones: 3000 G

  6. Todo en aquel lugar relucía. Las decoraciones góticas, los apliques en plata y oro y diferentes cuadros daban a conocer la majestuosidad de aquel lugar. Mientras avanzaba por el pasillo no podía evitar acariciar levemente las cortinas purpuras que se encontraban a su paso. <<Sorprendente.>>

     

    Unas rejas la recibieron al final, las cuales se mantuvieron cerradas unos minutos. Se preguntó si algo andaría mal con ella, pero en cuanto pensó en dar la vuelta y volver otro día las mismas se abrieron, dándole paso al interior de aquel centro comercial.

     

    Su rostro era sorpresa pura. Era la primera vez que pisaba aquel lugar y todo merecía su atención. Varias personas se encontraban yendo y viniendo, algunas consultando inventarios para saber disponibilidades de productos, otras simplemente observando y decidiendo si comprar o no. Por un momento casi olvida a que iba allí, de no ser por un mago que comenzó a subir una escalera cuyos peldaños iban apareciendo a medida que ascendía.

     

    Moviéndose con rapidez por entre las personas, siguió los pasos de aquel hombre que se quedó en una de las primeras plantas, mientras que ella ascendió un poco más. Finalmente llegaba al área de pociones, la cual se encontraba abarrotada de personas también. Se quedó atontada mirando todos los frascos con sus pócimas. ¿Qué comprar ahora que estaba allí?

     

    Tomó uno de los formularios para completar, y se dedicó a pasear un rato hasta que finalmente encontró dos productos que llamaron su atención.

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    Nick (con link a la ficha): Andromeda Amelin Lenteric
    Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) —
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda
    Fecha: 2017-02-22

    Poción: Poción Herbovitalizante
    Puntos: 20 p
    Precio: 1000 G

    Poción: Esencia de Díctamo
    Puntos: 40 p
    Precio:2000 G

    Total de puntos: 60 p
    Total de Galeones: 3000 G

  7. http://i.imgur.com/rbxWIXW.jpg

    -No tomará más de unos minutos, lo prometo. - sonrió mientras iban hasta la chimenea del local. Como tantas otras veces, sacó su varita de su caoa t arremangándose se arrodilló para observar un poco las dimensiones y profundidad. -Muy bien, apenas termine aquí saldré con rapidez a instalar en el último lugar que me queda de sus solicitudes así verificamos que todo quedó en orden.

     

    Una vez dicho aquello, apuntó con su varita al suelo de la chimenea en el cual se veían un par de cenizas. Pequeños hilos de diferentes colores chocaron contra la misma y se fueron multiplicando y espaciéndose a lo largo de la construcción para agrandar su tamaño y que el viaje sea efectivo. Luego de unos minutos los hilos dejaron de ser visible y supo que ya estaba todo listo.

     

    -Perfecto señorita Dumbledore. Todo está listo por aquí. Si tiene alguna duda o consulta hagamelo saber, por favor. Y recuerde, a partir del día de la fecha es vigente el servicio. De aquí a un año el mismo caducará y deverá solicitarlo otra vez.

     

    Sin más luego de eso, se dirigió una vez más a la puerta del local luego de un par de saludos a modo de despedida. Ya en las calles de Diagón, giró sobre si misma y desapareció, viajando con la usual opresión y dejando atrás los segundos que recorría y diferentes espacios.

     

    @

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  8. http://i.imgur.com/rbxWIXW.jpg

     

    Sonrió con alivio al asegurarse que todo estaba en orden y que podía proceder con tranquilidad. Se levantó con tranquilidad y guardó todos los papeles en su sitio al tiempo que sacaba su varita y se arremangaba para estar un poco más comoda.

     

    -No es nada complicado, verá usted. - le comentaba a la bruja mientras caminaban hacia la chimenea donde debía realizar el hechizo correspondiente. -Sólo debo apuntar hacia la misma y estar lo más concentrada posible. No es tan complejo como el hechizo antiaparición, pero algo mal pensado puede terminar en catástrofe... ya sabe. Alguna mala conexión y terminará parando en casas desconocidas. No queremos eso.

     

    Arrodillándose, apunto y casi sin parpadear, pensó en todas las condiciones del servicio. De su varita comenzaron a salir hilos de diferentes colores que chocaron contra la ceniza de la chimenea. Inmediatamente, estos fueron multiplicándose y viajaron a lo largo y hancho de la misma, modificando un poco su tamaño para hacerla accesible al mago en cuestión que deseara usar la conexión flú. Luego de unos minutos el trabajo estuvo terminado, y volviéndose a incorporar sonrió.

     

    -Todo listo señorita Dumbledore. En cuanto pasé por el castillo Dumbledore a activar la red flú ahí también, haremos la prueba para ver si todo quedo en correcto orden.

     

    -Ahora, tiene que saber que a partir del día de la fecha el servicio está activado, y en un año el mismo vencerá. Por lo que deberá volver a solicitarlo. ¿Si? Ahora, ¿Alguna otra duda? ¿Alguna consulta? Si no es así, me disculpará pues ya tengo que irme.

     

    @

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  9. Las palabras de su tía le hicieron sonreír. Pues sí, había lanzado el mismo hechizo porque, como nueva en aquel rango le llamaba demasiado la atención. Incluso podría decirse que era su favorito, a pesar que los daños no eran muchos.

     

    Avis. — dijo al mismo tiempo que Revi le lanzaba un Desmaius. Doce aves del tamaño de una paloma más o menos, se materializaron al instante y volaron en frente de ella. Bajo sus órdenes y agitando su varita, se acomodaron de tal forma que un par de ellas pararon justo a tiempo el rayo. Poco después las mismas desaparecen y es tiempo de actuar una vez más.

     

    <<Zancadilla>> piensa entonces apuntando hacia Fiorentini. El efecto es instantáneo y ve como su oponente cae al suelo al ser sus pies atados por un lazo mágico. Decidió moverse de lugar entonces, aún con su varita en alto, aumentando un poco la distancia entre ambas, entre nueve y diez metros.

     

    ¡Creo que aún estaremos aquí un rato más! — se apresuró a decir al recordar lo que habían comentado en un principio. Aquello apenas empezaba y aún quedaba más por hacer.

  10. Quién diría, que ella, una simple niña que había sido criada por muggles, terminaría siendo una bruja con la tendencia a viajar a diario. Aquella vez, se encontraba en Dubai, en uno de sus edificios más imponentes: Burj al arab. Era un nombre difícil de pronunciar en sus labios, y aquellos días se había divertido repitiéndolo incansablemente por lo divertido que sonaba.

     

    Miró una última vez el paisaje que podía admirarse desde su habitación, y tomando un pequeño bolso desapareció girando sobre sí misma para llegar a la terraza del lugar. La opresión y falta de aire eran un habitué en sus viajes, y ya no lograban desestabilizarla en lo mínimo.

     

    ¡Burj al arab! — saludó a su tía quien justo se giraba para verla. Lucía un vestido sencillo junto a unas zapatillas, y es que aquel lugar no daba para usar más nada. Andrómeda también llevaba un vestido corto de tirias, junto a unas sandalias que dejaban al descubierto gran parte de su pie. —¡Vísteme despacio que estoy apurado, decía un gran rey! — respondió ante la solicitud de Reviguelle.

     

    Sacó de su bolso su varita, para luego depositarlo en el suelo. Apuntó hacia Reviguelle quien ya lanzó un hechizo. El efecto del mismo es instantáneo y sus ojos comienzan a arder, provocando que su visión se vuelva borrosa.

     

    ¡Strellatus! —pronuncia segundos después para devolver el dolor a su tía. El efecto, tal como sucedió en ella sería momentáneo y cegaría su visión.

     

    Al momento pensó <<Episkey>>, sanando la infección que el hechizo había causado. Tenía que ser cuidadosa, pues su tía podía adelantarse a sus movimientos con facilidad al llevar la delantera.

     

    ¡Eso estuvo cerca Revi! — le habló sobando una última vez su ojo. Volvió a alzar su varita, lista para cualquier otro ataque.

     

    @@Reviguelle Fiorentini S.

  11. Los hechizos comenzaron a volar de aquí para allá. Tragó con fuerza, pues sentía los nervios a flor de piel. No podía imaginarse estar en una misma situación pero enfrentándose realmente a sus verdaderos enemigos. Tendría que ser fuerte y practicar más seguido, para afianzar más sus conocimientos e ir dándose la idea que aquello sería parte de su vida diaria.

     

    Recientemente la habían ascendido, y aquella era una buena oportunidad para usar los hechizos que el rango legendario le ofrecía. Pero las acciones de su oponente la llevaron a realizar otra cosa.

     

    -¡Oppugno! – exclama luego de sentir una mordida en su pierna. El efecto es instantáneo y el animal se aleja, sin siquiera llegar a tocarla. Bajo los efectos del hechizo, ordena al animal de inmediato que cambie su dirección y que actúe sobre Albus, provocándole una herida en el brazo que sostiene su varita, lo suficientemente profunda para que el mismo a su vez quede inhabilitado.

     

    —¡Floreus! — exclama a continuación. El siguiente hechizo que fuera a realizar no saldría correctamente, provocando que de su varita surgieran varias margaritas.

  12. Saludó a Albus con una inclinación de la cabeza y una sonrisa, dándole a entender que él sería su oponente por el momento. Sin mediar palabra alguna, acortó la distancia entre ambos, y se ubicó de forma estratégica, quedando a siete metros en frente de él que se encontraba cerca de Lisa. Sacó su varita sin embargo le parecía algo rudo empezar así.

     

    —Suerte compañero! —dijo con tranquilidad.

     

    ¡Sectusempra! — exclamó apuntando a Albus . Inmediatamente un rayo salió disparado en su dirección, e impactó en su cuerpo. Si no se curaba inmediatamente, sangraría lo suficiente como para que la muerte toque a su puerta.

     

    Inmeditamente pensó <<Zancadilla>> siendo el efecto inemdiato. Albus cayó de bruces al suelo, siendo sus tobillos atados por un lazo mágico. Espero paciente, a sus próximas acciones.

  13. Mientras esperaba a la acción y viendo el actuar de sus compañeras, decidió desenfundar su varita y apuntar hacia una sombrilla.

     

    ¡Morphos! — exclamó con calma, y el efecto se hizo patente. Una taipan se materializó, y bajo sus órdenes se camufló ágilmente con el césped. Era prácticamente invisible, y se mantendría quieta hasta que ella decidiera darle un mejor uso que mera decoración. Apuntó nuevamente hacia una mesa y exclamó por segunda vez -¡Morphos!. - inmediatamente, ésta se tranformó en un labrador tamaño mediano. Esperaba que el mismo fuese útil en algún momento.

  14. El día estaba muy frío. Llevaba puesto un abrigo de lana, jeans y zapatillas. Estaba disfrutando de su tiempo libre cuando llegó a su habitación un patronus que ya conocía de hacía rato, quetzales, los cuales informaban que hora de una nueva junta de la orden. Motivo: práctica.

     

    Tomando el traslador, llegó hasta las calles de Ottery donde desapareció para llegar a las calles de Diagón. Caminó con calma hasta que finalmente localizó el lugar, dónde la Moody las esperaba en el jardín. <<Moon River>> pensó. Atravesó la entrada para visualizar un patio repleto de mesas, sombrillas y bebedores. El olor a césped inundó sus sentidos.

     

    Además de todo aquello, notó a varias de sus compañeras con las que formaría equipo. Sonriendo se acercó a ellas.

     

    —¡Lista! — habló a modo de saludo, más fuerte de lo normal por los nervios. Era hora de probar sus habilidades en el duelo una vez más.

  15. No entendía exactamente que diantres pasaba por la cabeza de su compañero. Era la segunda vez que se acercaba a ella y eso la sacaba de sus casillas. Le clavó un codo en su estómago para que se alejara al tiempo que ponía los ojos en blancos. No sabía si podría aguantar más tiempo en aquella clase junto con alguien así.

     

    Cuando se alejó producto de la intervención de su compañera y ahora profesora, su patronus se acercó a ella moviendo la cola. Tuvo el instinto de acariciarlo, pero sabía que sería algo tonto realizar algo como aquello. Madeleine hizo que sostuviera un falsoscopio, y no pudo evitar mirar con interés aquello. Había oído hablar de ese instrumento, más nunca se había preocupado por poseer uno. Se quedaron expectantes mirando el aparato, pero tal como le parecía, no sucedió nada.

     

    Una sonrisa aliviada se escapó de su rostro. Era bueno descubrir que la gente dejaba un bando como aquel, aunque no estaba segura de sí Arcanus realmente había dejado por completo su inclinación por las artes oscuras. Podría no ser parte, pero sus pensamientos podrían estar dirigidos en forma aprobatoria a lo que aquellos criminales consideraban como lo “correcto”.

     

    De repente, comenzó a sentir calor. Sin embargo, no era un calor del bueno. El sudor resbalaba por su rostro y una fina arruga de preocupación se dibujó en su frente. Aquello no era normal. Entonces todo sucede rápido: Madeleine empuja a Arcanus contra ella y oye a la perfección el hechizo que usa. Si hubiese sido otra persona quizás estarían en problemas. Pero sabía que su compañera recientemente se había revelado como miembro ODF por lo que usar aquello no debía suponer ningún riesgo para su persona.

     

    Entonces lo ve: un ave fénix, completamente de fuego, devorando todo a su paso. Oye la explicación acerca del fuego maldito. Jamás había visto algo como aquello, y sólo conocía por palabras sus efectos. Supuso que sólo alguien con un poder alto en lo referente a las Artes oscuras podría realizar aquello. Con algo de dudas miró a las chicas de la otra clase. ¿Acaso sería posible…?

     

    Homenum Revelio. — pronuncia mientras caminan presurosos hacia las escaleras. El hechizo solo refleja que los únicos presentes allí son ellos. Por lo que sus suposiciones terminan siendo más o menos certeras. Confía en Madeleine y confía en aquel aparato contra las mentiras. Alguna de las extrañas (Alyssa era una si mal no había escuchado) debían ser del bando oscuro.

     

    Al llegar al rellano, todo parecía en calma y orden, cosa que contrastaba con fuerza respecto al sótano. Comienzan a subir hacia el primer piso, de donde provienen ruidos extraños, como pasos arrastrándose y gruñidos. Traga con fuerza, e intenta no divagar mentalmente. El escudo de Madeleine aún los protege, pero aun así está alerta.

     

    Tal como lo pide, invoca nuevamente a su ovejero alemán, quien se encuentra a su lado moviendo felizmente su cola. Su respiración se figura en el vahó, y pregunta por qué diablos hay dementores allí una vez más. Aquel lugar no es tan diferente a la planta baja, el pasillo está bastante desordenado y a lo largo del mismo hay tres habitaciones: una a su izquierda y dos a su derecha. Madeleine da otro paso, y se detiene justo al frente de la puerta izquierda.

     

    Un ruido se produce en las habitaciones de frente, pero ella no está prestando atención. Hay una extraña marca en la madera, como rasguños y algunos símbolos extraños. No debería hacerlo. No debería abrir la puerta. Pero su curiosidad es extrema: gira el picaporte. Inmediatamente al observar el interior su patronus desaparece y suelta un grito de horror.

     

    Varios cuerpos desfigurados se encuentran esparcidos a lo lardo de aquella habitación, y la sangre es la decoración principal de las paredes. La escena es horrible, y sus ganas de vomitar lo son más, pero se contiene.

     

    ¿Hombres… lobo? — pregunta casi inaudiblemente.

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  16. Las palabras del chico la dejaron sin habla. ¿Qué tenía de malo la forma en la que se vestía? No entendía exactamente las palabras “forma natural”. Gran parte de su vida había sido criada por muggles, y lo quisieran o no aquello la había marcado para siempre. Además, vestirse así reflejaba gran parte de sus creencias y hábitos: por un lado, estaba la comodidad por sobre cualquier cosa, y por el otro la idea de que lo único que los separaba de un muggle era, simplemente, la magia.

     

    Siguió oyendo con atención. Ahora llegaba la parte de ponerse manos a la obra. Pero una vez más las palabras la desconcertaron. ¿Por qué debía vestir a un maniquí con algo que ella usaría?. Extrañada, se volteó a tiempo para ver aparecer su objetivo.

     

    Suspirando, sacó su varita de un pequeño bolso que llevaba colgando, y miró fijamente al maniquí. Había asistido a varias bodas en su corta vivencia dentro de la comunidad mágica, y siempre había usado lo mismo: vestidos, los más delicados y finos. Aquello también se debía en parte por su padre, ya que siempre lucía ropa demasiado elegante cualquiera sea la ocasión.

     

    Movió su varita, e inmediatamente la estatúa se vistió con un vestido deslumbrante. No era sobrecargado, ni llevaba varios apliques, sólo lo justo para no hacerlo un vestido soso. Era largo hasta el piso y de una tela vaporosa, el escote no era pronunciado y su color estaba entre el rojo y anaranjado. Un par de zapatos complementaban aquello, junto con una capa con capucha, larga hasta el piso también.

     

    Esto es lo que yo usaría en una boda. Elegante, pero a la vez sencillo y discreto. Son de ese tipo de ropa donde lo que importa es cómo lo llevas… y te permite lucir bien y no llamar demasiado la atención. Es… perfecto. —habló casi sin darse cuenta de lo que iba diciendo. No sabía si debía dar explicaciones, pero necesitaba que entendieran que eso era ella. Y no le gustaría cambiarlo para ser lo que el canon impone.

  17. http://i.imgur.com/rbxWIXW.jpg

     

    El muchacho que la había atendido llamó con rapidez a la señorita Dumbledore. Sonrió al verla aparecer. En los últimos días la había visto más seguido que a cualquiera de sus compañeros de trabajo y eso le daba gracia.

     

    -Como no señorita. Ya debe estar algo cansada de verme, pero bueno... Fui la asignada para realizar todas las conexiones de sus solicitudes -comentó la joven encogiéndose de hombros. Al llegar a la oficina tomó asiento y automáticamente agitó su varita haciendo aparecer el formulario ante su clienta.

     

    -Ya sabe, la formalidad. Sólo para asegurarnos, ¿usted ha solicitado la conexión de Dumbledore's Night al castillo Dumbledore? De ser correcto, ya podría realizar las activación correspondiente y que todo quede listo.

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  18. http://i.imgur.com/rbxWIXW.jpg

     

    Inmediatamente dos personas aparecieron segundos después de su llegada. Sonrió un poco tímida pensando que quizás acaba de interrumpir algo, más debía realizar su labor.

     

    -Buenos días. Lamento la interrupción señorita Dumbledore. Tengo entendido que usted ha ido a solicitar conexión a la red flú para este negocio. Si no es molestia, podría hacerlo ahora mismo.

     

    Revisó un poco entre sus papeles y encontró el que estaba buscando: el formulario que había aprobado ella con las condiciones del servicio.

     

    -Digame si es correcto. ¿Usted ha solicitado la conexión de Ollivanders al castillo Dumbledore? - todo parecía correcto así que asintiendo ante la respuesta de la clienta volvió a guardar todo en su sitio.

     

    -De acuerdo, qué tal si me lleva hasta la chimenea. Sólo llevará un par de minutos y estará listo. Pero seguramente volverá a verme en estos días para instalar el servicio en los lugares restantes pero tranquila le notificaré mí llegada para no molestarla.

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  19. Una horrible tristeza se había acumulado en su corazón. Era tanta que hasta le parecía demasiado patético encontrarse así. Las palabras de todos parecían un constante reproche ante sus malas acciones, y de hecho tenían razón: había sido torpe y descuidada, podría haberle sucedido cualquier cosa, podría.

     

    Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio una rana de chocolate en su campo de visión. Casi sin ganas, la tomó, comió un bocado y tragó con pereza. Inmediatamente repitió el proceso varias veces hasta que el dulce desapareció. Se sentía un poco más ligera ahora, y la negrura con la que antes pensaba se había disipado no del todo, pero al menos ya no tenía tantas ganas de echarse a llorar como una nena desconsolada.

     

    En eso, observa que una de las chicas que desconoce se acerca hacia ella con ímpetu de hacer algo, y no puede evitar retroceder un poco mientras que su boca suelta un poco de vahó. Oye que pregunta que hacer respecto a sus golpes, y desconfiada se apresura a decir levantando sus manos como escudo:

     

    -Tranquila, no necesito nada serán futuros moretones, pero nada que necesite una ayuda inmediata.

     

    Madeleine comienza a explicarle un poco sobre la historias de aquel ser que estaba causando tantos estragos con sus emociones. Le parecía sumamente interesante todo lo que contaba, aquellos espectros oscuros no siguen el mandato de nadie sino de su mismo instinto por alimentarse sin embargo, su parte despreciable también incluía venderse al mejor postor.

     

    -Entonces ¿Crees que sólo estén aquí por mero instinto? No lo sé pensaba que tal vez alguien los estuviera controlando para mantener deshabitada la casa -pregunta intentando ocultar su decepción. La alerta se enciende cuando oye un ruido a sus espaldas, y girándose se encuentra con una criatura encapuchada que con una respiración silbante se está acercando hacia ellos.

     

    Una figura luminosa aparece para proteger a las desconocidas, pero sus compañeros y ella siguen sin defenderse. Madeleine los alienta para enfrentarse a aquella criatura, por lo que intenta dejar de lado el temblor que se arraiga en su cuerpo. La imagen de una de sus clases de Hogwarts vuelve a su mente, y como aquella vez intenta concentrarse en un recuerdo feliz.

     

    -Expecto Patronum. -pronuncia cuando llega a su mente la vivida imagen de una cena familiar, con sus miembros sonriendo y charlando amenamente.

     

    El hechizo es instantáneo, y miles de hebras plateadas se van uniendo hasta dar forma a un ovejero alemán blanco más grande de lo normal. Una sonrisa se forma en su rostro cuando el mismo se abalanza contra el dementor, el cual termina huyendo ante la pureza de aquella invocación.

     

    Inmediatamente, un alivio general la recorre de pies a cabeza y siente un poco de cansancio, pero está lista para continuar. Sin embargo al voltearse se encuentra con un espectáculo que no se esperaba. Arcanus está mostrando su antebrazo dejando ver un manchón negro, como si fuese un tatuaje, mientras que la misma desconocida que había intentado ayudarla está recriminándolo de pertenecer al bando de los mortífagos.

     

    Ay por favor! ¡¿Es qué siempre tienes que hacerte ver?! - exclama exasperada de las actitudes de aquel muchacho. Apenas y si lo conocía, pero unos segundos con el bastaban para darse cuenta que solo quería que la atención recayera en él.- ¿De verdad vas a creerle a este que sólo quiere que estemos pendiende de él? Ya te has dado cuenta que le encanta llamar la atención. Si crees que es necesario un interrogatorio hazlo, pero creeme que perderás el tiempo.

     

    Se cruza de brazos mientras mira fijamente a su compañero a medida que va soltando sus palabras. ¿Acaso tenía un chifle en la cabeza o algo por el estilo?

     

    -Oh por cierto, Madeleine será aurora, pero sí de tanto poder te jactas vos también deberías haberte dado cuenta en un principio de la clase de persona que es. Es obvio que él no puede ser un mortífago. Además que incongruencia, ¿Tomando defensa contra las artes oscuras? Si yo fuera de ese bando me metería a una clase más interesante.

     

    Al terminar mira a Madeleine, expectante. Aquella clase estaba siendo divertida, pero más que nada, deseaba seguir aprendiendo a defenderse y no a volverse una payasa de circo.

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  20. Madeleine, perdón. Me emocioné un poco, pensé…. — se detiene justo a tiempo de lanzar la siguiente frase. >>pensé que era otra misión de la Orden.<< — Lo siento fue imprudente. No me siento bien… siento que me caeré a llorar en cualquier momento.

     

    Su voz sale algo quebrada y siente que su cabeza no puede hacer otra cosa que no sea pensar en los peores momentos de su vida. Intenta sentirse mejor, mantener la calma, pero es imposible. Su pasado la persigue, ahora más fuerte que nunca.

     

    Gracias a la luz de la varita, nota que la suya no está tan lejos como creía, y que el agujero dónde había caído era un simple sótano. Un montón de carbón era lo que había parado su caída, y ahora entendía el por qué dolía su cuerpo en varias partes. Se incorporó lentamente sintiendo como sus músculos se quejaban. Se sobó un poco las zonas doloridas, tomó su varita y sacudió su ropa.

     

    En eso oye un fuerte golpe y luego ve aparecer a Arcanus. Un par de comentarios demasiado fuera de lugar son lanzados y no puede evitar mirarlo con furia. —est****o. —susurra molesta. No para de hacer bromas y creerse el superior entre las muchachas que allí se encuentran y eso la saca de sus casillas. <<Ojalá se termine dando la cabeza contra una pared>>.

     

    Madeleine les explica al instante la causa que provoca aquel frío que se cuela en el alma e incluso tiene sentido ahora el por qué su desesperación y tristeza. Pero, ¿Qué harían allí dementores? No es normal que alguien encierre en una casa un par de esas criaturas malditas sólo para molestar a la gente.

     

    Creo que son buenos guardianes. Aleja gente y no deja alejarse tampoco una vez que te atrapan. No sé exactamente que deben estar custodiando, pero estoy segura que su misión es mantener a todos afuera de aquí.

     

    Se queda expectante mirando a las otras chicas, que están terminando de arreglarse luego de la caída. No se atreve a moverse nuevamente, ya aprendió la lección. Ahora dejará que alguien los guíe, y aprenderá a ser más precavida con su curiosidad.

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  21. http://i.imgur.com/rbxWIXW.jpg

    Luego de un paseo por las calles de Diagón y de dejarse embelesar por su hermosura y múltiples lugares para visitar, la joven terminó su tiempo de descanso para dirigirse al próximo negocio en su lista. Aquel día era particularmente agitado y debía activar varios servicios en diferentes locaciones, por lo que su tiempo estaba friamente dividido para lograr cumplir con todos sus cometidos.

     

    Al ingresar, buscó con la mirada algún empleado para que la atendiera y hacerse presentar. El hecho ocurrió al instante, y se acercó a un camarero que parecía libre en aquel momento.

     

    -Buenos días. Soy Andrómeda, empleada del ministerio. Estoy buscando a los dueños del lugar, según tengo entendido han solicitado Servicios de transportes y vengo para activarlos. ¿Será que es el momento o propicio o debería volver más tarde?

     

    @Ariabne Dumbledore

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  22. http://i.imgur.com/rbxWIXW.jpg

    Revisaba minusciosamente los papeles que llevaba en la mano mientras comía una deliciosa dona. Su trabajo demandaba despertarse bastante temprano en las mañanas y su estómago no despertaba hasta bien entrada la misma, por lo que era usual que cuando llegaba la hora de activar u ofrecer servicios fuera comiendo o tomando algo. A llegar a la puerta del negocio, supo que era el correcto pues hacía un par de días atrás había estado allí dejando la solicitud de servicios.

     

    Abrió la puerta con su codo al tener ocupadas ambas manos, y tragó con fuerza el bocado que se había llevado a la boca. Cómo la útlima vez se acercó hacia el mostrados y dejó allí los papeles y los últimos pedazos de aquel desayuno rápido.

     

    - ¿Buenos días? - preguntó dudosa. Como le solía suceder, no veía a nadie por allí y tenía que hablar alto por si los dueños o empleados se encontraran en otra parte. -¡Servicios Ministeriales! - exclamó.

     

    Se quedó expectante. Había enviado una lechuz ahacía poco a la dueña avisando que se pasaría por allí de un momento a otro. Esperaba no llegar en mal momento.

     

    @

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  23. La presencia de su padre la inhibió y descolocó. ¿Cómo debía actuar? ¿Qué debía hacer? Sinceramente, no podía creer que estuviera allí, y a pesar de su aspecto, oírse tan jovial y dispuesto como siempre.

     

    Volvieron a sentarse a la mesa, y por extraño que parezca, se sentía en el lugar como la calidez volvía, como si los colores volvieran a tomar vida y la chimenea a llenarse de carbón. Aún conmocionada oyó a su padre hablar con tranquilidad a Revi, para después mirarla de lleno a ella. Sus palabras fueron como un balde de agua fría a la vez que una llama intensa que calentaba su corazón.

     

    Papá…— susurró sintiendo como las lágrimas se agolpaban en sus ojos pero sin dejarlas salir. Agarró su mano con fuerza y dejó un dulce beso, transmitiéndole todo lo que significaba para ella que él esté allí, retomando el lugar que había dejado a la deriva.

     

    Todo parecía marchar bien, no obstante Andrómeda sentía que una tormenta aún más grande faltaba por llegar. Sus presentimientos acertaron debidamente en el momento en que su hermano mayor, Demian, aparecía campante y con una postura que indicaba agresividad plena.

     

    Cada palabra que soltó su hermano hirió su corazón al tiempo que subía la rabia en ella. Se puso de pie y camino derecho hacia él, propinándole una bofetada que recordaría por varios días.

     

    Cómo te atreves… — susurró con rabia y de forma entrecortada. Durante meses, Andrómeda se sintió completamente sola y devastada. Su madre había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos sin dejar nota o explicación alguna, y su padre completamente devastado no pudo hacer más nada que no fuera…sentir la pena.

     

    Y mientras ella se encargaba de mantener aquel lugar en orden, ni una sola vez se cruzó a su hermano o hermana. La palabra sola y responsabilidades quedaban chicas para todo lo que había vivido en aquel tiempo.

     

    ¡Nadie tiene la culpa de nada! — gritó con furia. Sentía sus mejillas enrojecer de la ira y mojarse lentamente con un río de lágrimas. —¡No recuerdo haberte visto por aquí desde que ella se fue!

     

    Sus palabras quedaron flotando en el aire. De hecho, no recordaba ver a muchos de sus familiares desde que JunnyCo y Kutsy desaparecieron de la noche a la mañana. El tema no había sido tocado desde entonces, y aquello se había acumulado en su interior con el tiempo. Sin embargo, con tantos acontecimientos recientes, la represa que llevaba en su interior explotó.

     

    Sin decir más nada, salió corriendo de la sala, internándose en el castillo.

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  24. La caída fue corta pero dolorosa. No recordaba ningún acontecimiento en su vida que le haya quitado el aire como el impacto contra el fondo de aquel agujero. Lo primero que sintió fue la necesidad imperante de respirar cuanto antes. Sin embargo sus pulmones no respondieron pasados varios segundos después.

     

    Tosió varias veces en un intento desesperado por volver a sentir su respiración normal. Por poco y no oye los gritos de Madeleine, quien sonaba como la usual compañera preocupada en una misión de bando.

     

    ¡Estoy bien! — gritó con voz rasposa y en medio de toses aún. A medida que el dolor en su pecho disminuía sentía como otras partes de su cuerpo se activaban alertándole que posiblemente tenga un par de moretones y dolores por el resto de la noche. — Maldito hijo de …

     

    No era est****a y sabía a la perfección que la actitud de su “compañero” de Defensa no había sido pura casualidad. <<Me las pagarás idi***>> pensaba al tiempo que se daba cuenta que ella había actuado erróneamente. No debía haberse adentrado así como así al lugar y ponerse a investigar como si nada ocurriera. Se suponía que debía esperar a que Madeleine los orientara un poco, más aun sabiendo que estaban allí para enfrentarse a las fuerzas oscuras.

     

    ¡No… no sé si todo está en su sitio! No veo nada y me duele todo.— respondió a la bruja preocupada. No movió ni un músculo, por miedo a notar que algo estaba fuera de lugar y se llegase a desmayar en medio de aquella oscuridad por la impresión.

     

    Así mismo, su voz se reprodujo un par de veces a su alrededor, indicándole que la extensión de aquel lugar era mayor a lo que esperaba. Intento buscar su varita tanteando levemente a su alrededor. No recordaba si la había soltado en medio de la caída o con el impacto.

     

    Mientras procesaba aquella información, el frío volvió a hacerse más fuerte y notable que antes. Algo rondaba por aquella cueva subterránea, y no le gustaba en absoluto la situación desventajosa en la que se encontraba.

     

    ¡Algo anda mal aquí! ¡Apresúrense!

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