Jump to content

Juliette Macnair

Magos Expertos
  • Mensajes

    413
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    2

Mensajes publicados por Juliette Macnair

  1. FORTALEZA OSCURA
    Puerto de la muerte

    ⸻ Juliette.

    Su respiración se cortó en un suspiro, el sonidito seco acompañado del vaho emanando de su boca entreabierta a causa del calor interno y la crueldad del invierno afuera eran la melodía perfecta para la sorpresa que le dio a la castaña cuando vio salir poquito a poco, de entre la oscuridad, a la sombra que solía siempre protegerle las espaldas, y que creyó nunca volvería a ver después del fatídico acontecimiento en el Averno.

    Con suavidad deslizó su mano frente al rostro para arrancarse la plata, y lentamente fue acercándose hasta detenerse frente a la criatura, su rostro se ladeó ligeramente, extendiendo su mano izquierda para poder dar una suave caricia al cabello negruzco enmarañado, y luego de fruncir con sutileza el ceño, volvió a mirarle a los ojos con más dureza. Ambos ocultos bajo sus respectivas capuchas; la bruja intuía que su misteriosa visita no traía ninguna buena noticia.

    Dróvik... ¿qué haces aquí?

    ⸻ Una terrible guerra está a punto de estallar... la ambición de todos los miembros de la Marca Tenebrosa les ha enceguecido. 

    Ahora entiendo por qué escoce tanto esta maldit... ésta cicatriz. 

    Soltó un suspiro mientras lo miraba nuevamente a los ojos, y sin decir una palabra, la sombra entendió el mensaje; rodeó a la bruja con suavidad, y entre las llamaradas negruzcas, desaparecieron dejando el eco de la tormenta casi como una marca celestial personal.

     

    ─────── • • • ───────

    MANSIÓN RIDDLE

    Apareció entre la espesa niebla que inundaba ferozmente a los jardines, con la sombra convertida en cuervo y mimetizado en alguna rama negruzca de árbol, la bruja comenzó a materializarse lentamente con la ayuda de una floritura de su varita. No tenía intenciones de perder su tiempo con trajes elegantes y peinados perfectos, la ira acrecentándose en sus esmeraldas eran lo suficientemente amenazantes como para derrochar sin palabra alguna que por su sangre corría la fortaleza de los Macnair y la lealtad de los Rosier.

    Los tacones de sus botas resonaron melodiosamente por el piso, era consciente de que había llegando más tarde de lo usual pues inquieta como de costumbre y rebelde por naturaleza, se había resistido con todas sus fuerzas a la quemazón del llamado: ¿Por qué hacerlo? No estaba su familia, ya no estaba él... ni nadie que realmente le importara. ¿Por qué seguía entonces? Su carne no conocía otra cosa, y sus ideales, siempre firmes, jalaban de ella como hilos sanguinarios. Ella le juró lealtad a la Marca Tenebrosa muchos años atrás, pero aún más importante, ella renació cuando se unió a esa gran familia. No permitiría que aquellos ideales se disolvieran con tanta facilidad por pelear por un asiento que de corona carecía.

    Abrió las puertas de golpe, con la máscara volviendo a cubrir la finura de su rostro, y sólo enseñando su verde mirada, fue caminando lentamente sin decir una palabra. Acomodó algunos mechones castaños mientras iba deslizando las yemas de sus dedos por el borde de algunas sillas, y sólo cuando llegó a su posición, dirigió la mirada a la mujer que acababa de hablar. Y con ayuda de su varita, esfumo su protección, dejando al descubierto aquel fino rostro de porcelana que tanto le caracterizaba. Sus ojos expresivos y llenos de vida, parecieron sonreír en conjunto con sus labios.

    Lamento la demora, creo que nuestra vía de comunicación está teniendo problemas de conexión.

    Arrastró la silla unos centímetros y se dejó caer con suavidad, depositó su mano derecha sobre la mesa mientras que alzaba la izquierda ligeramente para recibir la copa de vino que tanto le fascinaba en sus noches de melodrama adolescente.

    ¿Y bien? ¿Qué jarrón se quebró esta vez?

    • Me encuerva 2

  2. ᅠᅠMientras caminaba entre la multitud fue desprendiéndose de la pesada capa de viaje pues las altas temperaturas comenzaban a escocer su sistema, y es que a pesar de que tenía la peculiar capacidad de soportar los cambios climáticos, el calor le fastidiaba de sobre manera. Luego de deshacer la tela entre las sombras, comenzó a ordenar su cabello ondulado hasta formar una moño alto que atravesó con la delgada daga oculta en un palillo de plata, accesorio que solía llevar por si alguna situación se le escapaba de las manos.

    Luego enarboló su varita alrededor de su cuerpo, y mientras ésta iba desprendiendo algunas chispas violáceas, su ropa gruesa londinense comenzó a transformarse en un cómodo pero siempre coqueto top chocolate y pantalones blanquecinos de tela delgada. Se acomodó el chaleco del mismo color que el top para poder cubrir su pálida piel de los rayos del sol, y con el morral de piel de moke bien firme en su cuerpo, siguió su camino, ignorando las miradas que sabía había levantado gracias a su breve espectáculo de minutos atrás.

    En dónde estará este hombre...

    Se paró en medio de algunas tiendas, apareciendo entre sus dedos la invitación que hace un par de días había llegado a su estudio, y luego de releer algunas palabras, volvió a alzar la mirada para poder concentrarse en los latidos del corazón. Gracias a su lado demoníaco, era capaz de distinguir los latidos de aquellos con los cuáles compartía un fuerte lazo, y sólo cuando pudo reconocer el corazón del mago, comenzó a dejarse guiar por aquella lenta y grave melodía.

    En cuanto dio a parar con la pomposa tienda, una sonrisa amplia se dibujó en su rostro jovial, y con ayuda de la punta de su varita, corrió las telas de la entrada hasta lograr atravesarla, y escuchar de primera mano las pláticas nocturnas que tenía con nada más y nada menos, que él mismo.

    La única manera de superar a nuestra patria, es si una nueva guerra se gesta entre los jóvenes, no quiero imaginar una revuelta como la acontecida en Salem, tuvimos que intervenir de maneras agigantadas.

    El eco de su voz fue lo suficientemente fuerte como para llamar la atención del mago, y mientras dejaba caer el morral en cualquier rincón, se fue acercando hasta él para poder saludarle con más confianza dado que al fin estaban bajo un lugar que resguardaba adecuadamente su intimidad. 

    Gracias por la invitación, necesitaba salir un poco... además, necesito quitarme éste macabro color cadáver. 

     

    Cita. @ Eobard Thawne

    • Me enluna 1
    • Me encuerva 1

  3. ᅠᅠLa sonrisa se amplió aún más cuando le oyó de aquella manera tan familiar, bajando el mentón ligeramente para dirigirle una mirada cómplice cuando él mencionó las noticias de su supuesta muerte, y sólo cuando mencionó algo respecto a su aparición, la joven soltó un suspiro que se llevó al fin toda la tensión que minutos atrás había sentido. 

    Siempre mi vuelta a Inglaterra es una sorpresa, mi querido Thawne.... aunque no sé si es grata para todos.

    Abrió sus esmeraldas de par en par, y luego aceptó la copa de champagne, agradeciéndole con un asentimiento elegante. Sin preguntar, se aferró al brazo del mago, deslizando su delicada mano libre por el hueco imaginario y que a regañadientes él tendría que formar para ella con su brazo, sólo entonces, comenzó a caminar sin un destino aparente.

    Me encantaría brindar por ello, pero también por nuestra larga e inquebrantable amistad.

    Se detuvo poco antes de llegar a la pista, sólo para observar de manera fugaz  a las parejas y a las personas solitarias disfrutar de la música, de las luces y el ambiente pomposo que sólo una representante del Ministerio de Francia podría dar. Juliette volteó a ver a su acompañante, y con suavidad alzó su copa esperando que él hiciese lo mismo, fueron algunos segundos en lo alto, sin llegar a chocar los cristales, y cuando sus ojos se hubiesen conectado, volvió a dirigir la copa hacia ella para dar un buen sorbo a la bebida.

    Dime, ¿quieres bailar o escapar de la multitud? O bien podríamos hacer ambas en su respectivo orden... si me voy antes de tiempo, dejaré en muy mal estado el apellido de mis dos familias, debo aguantar un poco más.

    Soltó un suspiro.

    ⸻  Además, hay mucho de lo que tenemos que hablar, pero estoy segura de que tiempo jamás nos faltará.

     

    cita. @ Eobard Thawne

    • Me enluna 1
  4. Fortaleza Oscura
    Puerto de la muerte

    ᅠᅠLa noche había caído y el cielo desprovisto de estrellas que le iluminasen anunciaban un mal presagio. Sentada en la orilla del puerto, con las piernas colgando al vacío y pendiente de las ondas del agua cada que lanzaba una piedrecilla, se hallaba la más joven del clan de los Macnair, y la única que quedaba, al parecer. 

    Desde la caída del velo que les protegía del odio irracional de los no-maj, y los muchos horribles acontecimientos que siguieron después, Macnair intentó alejarse de Inglaterra, volviendo sólo ocasionalmente para poder ver a su hijo Kalevi. En el último tiempo, la bruja decidió escabullirse del mundo, ocultarse de las personas que le importaban, y volcar su completa atención en la búsqueda de una solución al mal que Artemius había impuesto sobre ella cuando retrocedieron en el tiempo, pero ya no podía seguir escapando. 

    Soltó un suspiro al recordar aquel fatídico castigo, y cerró los ojos con fuerza para poder continuar con la paz que el lúgubre puerto le había obsequiado en su intento número desconocido de volver a sus raíces y a su hogar. Con elegancia se puso en pie, sacudiéndose los pantalones negros y el traje que solía llevar cuando decidía involucrarse en cosas de la Marca Tenebrosa. Acomodó las ondas rebeldes de su cabello detrás de sus orejas, y con suavidad, terminó de arreglar los últimos detalles de su vestimenta. 

    Giró sobre los tacones de sus botas para dirigirse a su habitación en el faro, y de esa manera, seguir con su ardua investigación, cuando de pronto escuchó, no muy a lo lejos, algunas pisadas que aunque suaves, no lo suficientemente silenciosas como para que sus sentidos demoníacos no pudieran dar a parar con ellas. Deslizó la varita de ébano por su antebrazo hasta sostenerla con firmeza entre los dedos, y en un ágil movimiento, pasó su mano libre a milímetros de su rostro para comenzar a materializar la máscara mortífaga que aprendió a llevar hace tantos años, y que hoy, volvía a portar con más nostalgia que orgullo.

    Buena noche, ¿coincidencia u obra del destino?

    Murmuró cual serpiente, sin apuntar ni acusar de manera directa, pero con el cuerpo en posición, siempre lista para atacar de ser necesario, y aunque la máscara sólo yacía materializada de la mitad hacia arriba, dejando al descubierto sus carnosos labios carmín, sólo aquellos que realmente conocían a Juliette Macnair podrían ser capaz de identificarla.


    Cita. No etiqueto a nadie porque me da pena, pero dejo el rolcito abierto por si alguien quiere meterse a interactuar. Saluditos.

    • Love 1
    • Me encuerva 1
  5. Título de la canción: War of hearts.
    Nombre del cantante/grupo: Ruelle.
    Genero musical: Música alternativa | Indie-pop.
    A quién la dedicas: Offrol. A mis tres mosqueteros | Onrol. Mi eterno black bird.
    Dedicatoria completa: Nuestros destinos quedaron sellados alguna vez con un castillo embrujado y una dichosa piedra, hoy los atesoro para siempre.
    La letra de la canción:

     

    Come to me
    In the night hours
    I will wait for you
    And I can't sleep
    'Cause thoughts devour
    Thoughts of you consume

    I can't help but love you
    Even though I try not to
    I can't help but want you
    I know that I'd die without you

    Stay with me
    A little longer
    I will wait for you
    Shadows creep
    And want grows stronger
    Deeper than the truth

    I can't help but love you
    Even though I try not to
    I can't help but want you
    I know that I'd die without you

    I can't help but be wrong in the dark
    'Cause I'm overcome in this war of hearts
    I can't help but want oceans to part
    'Cause I'm overcome in this war of hearts

    I can't help but love you
    Even though I try not to
    I can't help but want you
    I know that I'd die without you

    I can't help but be wrong in the dark
    'Cause I'm overcome in this war of hearts
    I can't help but want oceans to part
    'Cause I'm overcome in this war of hearts

    Woo-hoo-hoo
    Woo-hoo-hoo-hoo
    Whoo woo-hoo, woo-hoo
    Woo-hoo-hoo
    Woo-hoo-hoo-hoo
    Woo woo-hoo, woo-hoo

    Link al video:

     

     

    • Love 1
  6. ㅤㅤㅤㅤUn relámpago cayó casi al tiempo que la bruja hacía su aparición entre las sombras, y en conjunto con los truenos, fue caminando en dirección a la entrada de todo el pomposo evento mientras un fuego violáceo iba consumiendo su capa invernal de viaje hasta dejar al descubierto su tersa piel de porcelana adornada por un vestido azulino oscuro y piedras bordadas a mano. Aún cuando mantenía el mentón en alto y la mirada esmeraldina desparramando ese orgullo Macnair que tanto les identificaba, por dentro todo su sistema temblaba, y es que no hace mucho había decido poner sus pies en Inglaterra, temía haberse vuelto una completa extraña ante todo el funcionamiento del Mundo Mágico, y sólo había decido asistir por la mera petición de su hijo Kalevi Black.

    En cuanto cruzó el umbral que la separaba de la tormentosa noche, sus ojos se vieron iluminados por toda la decoración del lugar y fue tan impactante el verse rodeada de extraños, que un sonoro pitido le nubló por largos minutos la vista. Depositó una de sus manos contra su pecho para concentrarse en su respiración, y cuando los violines comenzaron a endulzar sus oídos, supo que el pequeño ataque de pánico había cesado. 

    Se detuvo frente a una decoración coqueta de cristales franceses, y ahí, se acomodó el ondulado cabello largo que caía elegantemente por su espalda desnuda, luego rozó la tiara con forma de serpiente, la cuál no sólo le confería algo de luz a su rostro jovial, sino que también cubría, gracias al hechizo impuesto en el, cualquier indicio de ser reconocida por enemigos de la Marca Tenebrosa. Y mientras se preocupaba de tu atuendo, logró divisar a alguien conocido, de inmediato los latidos de su corazón se galoparon frenéticos, y cual niña pequeña, giró sobre sus tacones para encarar a ese viejo conocido.

    Sin demora alguna se acercó rápido, pero siempre manteniendo la elegancia Rosier que le desprendía naturalmente por los poros, y una vez cerquita del cuerpo del mago, dio unos golpecitos a su hombro antes de rozar el mismo con su mano y depositarse frente a él con una amplia sonrisita.

    Vaya, vaya, vaya... miren a quién tenemos reapareciendo de entre las cenizas, ¿o será que es al revés? 


    cita. @ Eobard Thawne

    • Love 1
    • Me enluna 1
  7. ㅤㅤㅤㅤOyó atentamente las palabras del Macnair, era increíble, cómo a pesar de no haber convivido ni haber sido educados, ambos, bajo ninguna doctrina de dicha familia, tuviesen tanto en común y todo por la sangre de Pik corriendo por sus venas. Sintió un pequeño escalofrío a la altura de su corazón, y luego pequeñas mariposas danzando en su estómago. Hace tanto que no veía a su padre, que a veces temía él se hubiese olvidado del todo de ella ─ ¿la reconocería? Negó con sutileza, de manera casi imperceptible pues logró disimular el gesto al dar un largo sorbo al licor. Abrió los ojos luego de disfrutar de su sabor, y soltó un pequeño suspiro ─ aquel lo dijo todo y nada al mismo tiempo. 

    Escuchar aquello de su hermana le causaba una pequeña diversión, y es que aún recordaba, tan claro como el agua, la rivalidad entre ambas. Los celos de Arya. Las pláticas en su habitación cuando ambas eran lastimadas por el pasado que les golpeaba constantemente. Cómo la vio renacer de las cenizas, ascender a lo más alto de la cúspide, y también, cómo percibió el dolor que le causó su ausencia. Arya no sólo era su hermana de sangre, ella era su hermana de alma, sus vidas, sus destinos... estarían unidos hoy y siempre.

    ─── Todos cometemos errores, Kyle. ───habló con suavidad, sin querer tocar su piel por temor a invadir su privacidad, pero realmente quería compartir su compresión. Sólo podía detener sus preciosas esmeraldas en él, y desde ahí, inundarlo hasta al fondo de la transparencia que ella mostraba con los miembros de su familia.─── E imagino que tu naturaleza no ayudó mucho a mantener a raya esa personalidad que sé te caracteriza. Pareces un témpano de hielo, capaz de hacer a un lado a quién se cruce por tu camino, pero también veo... ───entrecerró los ojos y ladeó el rostro como cuando era una niña observando aves mágicas.─── Veo a alguien que quiere ser profundamente amado y protegido.

    Su ceño se frunció ligeramente al terminar su interrupción, y volvió a perderse en sus cavilaciones. Él había nombrado a alguien, una Macnair que aunque no era de sangre, sí mantenía nexos seguros con la familia. ¿Sería ella? ¿La mujer que la encontró aquel fatídico día en el Castillo junto al Black y su hermana? ¿Kyle sabría que su cuerpo y alma estuvo condenado por una piedra convertida en daga? Deslizó una de sus manos por sus cabellos, acomodando un poco las hebras oscuras pero también los pensamientos abstractos que comenzaban a inundarle. Creyó haber superado esa etapa, haber destruido por completo sus temores aquella noche en el cementerio, pero ahí estaba, latiendo en su pecho, como si la cicatriz palpitara y le recordara cada uno de sus pecados posterior a su liberación del infierno.

    ─── Es curioso, creo que ambos tenemos tanta oscuridad oculta... y tanta luz a la vez. ───volvió a alzar su mirada, para depositarla con más dulzura en la de su hermano y esta vez, sí que acercó su mano hasta él; deslizó las puntas de sus dedos por sus facciones y una nueva sonrisa se acentuó en sus delicadas facciones.─── Me recuerdas a mi adolescencia, Kyle... a un viejo amigo, atormentado por su licantropía y las múltiples atrocidades que no pudo controlar durante algunas lunas... realmente lo amé muchísimo. ───deslizó con más seguridad las yemas por su rostro hasta agarrar con cariño su mentón, y luego de un ligero apretón, le soltó para volver a su posición.─── No vuelvas a intentar lanzarme... ahora sé cómo caer gracias a ti.

    Le devolvió la broma tarde, aunque con la misma picardía característica de su personalidad. Cuando las risas callaron, y el fuego volvió a inundar el salón, la ya no tan pequeña Macnair, volvió a contemplar las llamas danzarinas con un hipnótico sentir. Ahí yacía ella, en todo ese fuego y en toda esa destrucción. Realmente quería ser la hermana, la Macnair que su familia necesitaba, pero con Kyle colándose en su vida, un peso más yacía sobre las palmas de sus manos. No podría con la culpa si ahora él era partícipe de los conflictos del Averno, si lo lastimaba como Juliette hizo con Arya... y al mismo tiempo, le aterraba aferrarse a alguien, a él. Algunas cosas parecían no cambiar del todo, como su miedo al abandono o a olvidar todos los momentos como Black hizo con ella en un dos por tres.

    ─── Entonces... ¿me dirás qué fue lo que encontraste, hermanito?

     

    cita. @ Juv Macnair

    • Love 2
  8. ㅤㅤㅤㅤLa mujer era una combinación de dos castas importantes dentro del Mundo Mágico, y por ende, adquiría habilidades sociales según la situación, eso sumado a los años de vida que sí, le conferían una madurez que podía presumir fácilmente frente a él. Ya no era la misma jovencita inmadura, que se irritaba con facilidad ante cualquier provocación o que constantemente buscaba la aprobación de los suyos, como si luego de descubrir quién era su padre, hubiese tenido que a regañadientes demostrar que sangre Macnair corría por sus venas. Una sonrisa sutil emergió en sus facciones, como si el diálogo que se generaba en su mente pudiese traspasar el cerebro y proyectarse frente a ellos. 
        Soltó un suspiro.

    ─── Yo te podría hacer exactamente la misma pregunta, Kyle.

    Murmuró con suavidad, cruzando sus piernas con elegancia mientras sostenía el vaso de licor con su mano izquierda, la cual se movió lo suficiente como para dejar el objeto sobre su rodilla derecha; miró fijamente al hombre, intentando leerle aunque eso fuese imposible entre ambos porque simplemente aún no se generaba una conexión tan profunda como la construida con la pelirroja. Sin embargo, había algo... una especie de manto hipnótico que inconscientemente le llevaba a desear escarbar en su pecho para saber cuál era su historia y qué es lo que sentía.
             Le oyó atenta.

    ─── Oh, yo sé perfectamente el efecto maternal que nuestra hermana causa, ella se preocupa mucho por los suyos y no dudo de que de haberte visto en esos momentos sombríos, habría sido la primera en acompañarte.

    Asintió a la siguiente pregunta, alzando ligeramente el vaso como si le dijera: 'Tienes razón, eso somos los Macnair'. Dejó el mismo a un lado de su anatomía, y nuevamente volvió a depositar su peso contra el ventanal, quería responderle honestamente, era lo menos que podía hacer por él y por quizá, todas esas preguntas que aparecieron en su cabeza cuando se enteró de que una nueva integrante emergía desde las sombras para irrumpir con la poca paz que había en la familia. Sin embargo, su relato breve le desvió su atención, teniendo que acercarse con suavidad para poder escucharle como sólo Juliette podía, con esa mirada compasiva y de pura inocencia que su difunta madre le confirió antes de morir. 

    ─── También viví veinte años lejos de los Macnair... ───confesó en cuanto Kyle se sirvió del trago que él prefería, y sólo curvó sus labios en cuanto le oyó mencionar la suposición de su alma; no le sorprendía del todo, al final de cuentas, dentro del cuerpo de Pik descansaba un poderoso demonio, y por ende, ellos también corrían con la maldición de su sangre, pero no alcanzaba a intuir qué tanto sabía Kyle de ella. Soltó un pequeño suspiro, y luego de presionar sus labios, de un solo saltito se bajó del alfeizar para acercarse al fuego de la chimenea, inventándole con un gesto educado por parte de su mano derecha; esperaba soltura de su parte, y que cual niños, pudieran sentarse en la alfombra a disfrutar de los cuentos de terror: sus vidas tormentosas.─── Antes de preguntar qué es lo que encontraste, me parece justo que yo sea quién responda y confiese algo privado de mi.

    Se dejó caer sobre la alfombra como solía hacer cuando se rendía con su existencia, y con suavidad, esperó a que él hiciese lo mismo. Le miró fijamente a los ojos, notando que ya no la miraba como en el K2, sí había cierto recelo, incluso intuía que un poco de desconfianza hacia su persona, no le culpaba, pero prefería creer que esta noche culminara con una nueva conexión entre los dos.

    ─── No supe quién era mi padre hasta que acabé con mi vida... ───alzó la mirada ligeramente al techo, esperando que la confesión no generara una nevazón sobre sus cabezas; cosa que solía suceder siempre que abría su corazón. Continuó.─── Mi madre era una Rosier, así que fue educada bajo sus doctrinas y el cariño de mi abuelo, quién, cabe destacar, jamás me quiso revelar el nombre de mi padre. También me alejó de Inglaterra... de Europa en general, puesto que no quería que mi vida se entrelazara con la Marca Tenebrosa, así que, estudié en Ilvermorny, y viví la mayor parte de mi vida en los Estados Unidos. 

    Acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja en cuanto lo sintió deslizarse sobre su rostro en cuanto ella bajó el mentón y comenzó a dibujar con la punta de su dedo, alguna runa sobre la alfombra. Era y se sentía extraño hablar de su madre, de su pasado... habían ocurrido tantas cosas que en ocasiones, la vida de Juliette se sentía ajena, pero intentaba que los recuerdos de las otras vidas o de su identidad en el Averno, no fragmentaran más su psique. 
          Volvió a mirar a Kyle con dulzura.

    ─── Me preguntaste por qué no te lancé al vacío cuando tuve oportunidad, y la respuesta es bastante simple. ───susurró con una vocecita mucho más delicada que la que usó cuando estaban en la Montaña, y luego de soltar un pequeño suspiro, continuó.─── Los Macnair somos capaces de muchas atrocidades, pero si algo nos distingue, es que la familia lo es todo para nosotros... o al menos, eso me enseñaron las mujeres de esta casa. 

    Presionó sus labios,
    y lo miró a los ojos nuevamente.

    ─── Tú mismo lo dijiste, tu sangre corre por mis venas... no importa cuán difícil sea tenerte como hermano, ahora eres mi familia. Mi deber es protegerte, y me aferraré siempre a esa promesa.

    cita. @ Juv Macnair

    • Love 1
  9. ㅤㅤㅤㅤ¿Han escuchado eso que dicen las viejas historias de amor en donde el mundo se apaga por unos segundos y sólo quedan dos personas mirándose como si su vida dependiera de ello? Bueno, algo parecido sucedió aquí. Dos hermanas, que alguna vez fueron enemigas, presas de un destino que no eligieron, pero que les fue concedido cual maldición por los pecados de sus padres, se hallaban ahí, mirándose fijamente, en medio de el termino y el comienzo de una guerra, porque ahí, oculto en lo más recóndito de sus ojos, podrían divisarse el alma mutuamente. ¿Ishtar? ¿Hathor? ¿Quién era quién? No. Sólo Arya y Juliette, las doncellas del Averno, juntas al fin.

    ─── La persona que cuidó de ti cuando llegaste una noche tormentosa a mi habitación... ebria hasta las patas por haber perdido gran parte de tu poder... ───su ceño se frunció con una fingida inocencia, y luego sacudió la cabeza al tiempo que fruncía la puntita de su nariz.─── Uhm, ¿o fue porqué querías que te matara para que Pik al darse cuenta me matara a mi? 

    Murmuró con mucha suavidad, deslizando su lengua cual siseo de una serpiente, hablándole a escondidas, como si lo que acababa de decir no pudiera ser revelado porque simplemente a nadie le correspondía enterarse qué acontecía entre aquellas cuatro paredes de la Mansión Macnair. 
        Relamió sus labios con elegancia, extendiendo su brazo en dirección a una de las copas que halló flotando sobre una bandeja por ahí; olfateó el brebaje, y luego de confirmar que ningún veneno se había introducido, dio un largo sorbo al mismo.

    ───Ugh, hace muchos años que no tomo vino.

    Ladeó su cabeza con suavidad, y volvió a depositar su esmeraldina mirada en la mortífaga, apreciando su ondeante cabello rojizo, buscando ver esas facciones que le recordaría cuán jóvenes habían sido años atrás. Quería abrazarla, apretujarla entre sus brazos y prometerle entre lágrimas que nunca más volvería a dejarla, pero no estaban solas, y no podían expresar sentimentalismos en una ocasión tan frívola como esa. 

    ─── Parece que la corona siempre va a perseguirte, querida hermana.

    Frunció apenas su ceño cuando soltó la última palabra, y es que a pesar de que no le había dicho abiertamente que era ella, su pequeña Juliette, al fin devuelta en el planeta Tierra, una frase así, con una cándida sensación, sólo podía ser pronunciado por la infinita humanidad que alguna vez caracterizó tanto a la bruja. Sus hombros se encogieron con sutileza, y suavemente acomodó los dedos bien firmes alrededor de su varita, para desaparecer la copa en un chasquido, y de esa manera comenzar a ver el escenario/desastre que habían causado en la Mansión Riddle.

    ─── Alguna vez trabajé en el departamento de accidentes Mágicos y catástrofes, así que talento y conocimiento... tengo de sobra, ¿por dónde quiere que empiece, mi Líder? 

    Le volvió a sonreír con elegancia,
    tiempo para hablar de sobra volverían a tener.

     

    cita. @ Arya Macnair  
    te quiero muchito ♡

    • Love 2
  10. ㅤㅤㅤㅤHasta ese momento no le había visto hacer uso de las habilidades que con una serenidad inigualable les había enseñado a sus alumnas hace solo unas horas atrás, pero cuando él empleó lo que ella esperaba hiciera, el espectáculo que se generó frente a sus ojos traspasó por completo a su imaginación. Sentirlo era una cosa, pero presenciarlo y admirar cómo el cuerpo se hacia bruma en la nada, era simplemente parte de una obra de arte aún no descubierta por los seres humanos. 
        Una sonrisa fugaz se dibujó en sus aún joviales facciones, y mientras alzaba el mentón, dejó escapar todo el aire contenido, intentando mantenerse bien alerta a todo lo que del ambiente le vibraba en sus cinco sentidos. Inspiró con fortaleza, tensando la mandíbula, el cuello e incluso las manos cuando oyó lo que no avecinó. Maldijo para sí misma, y cerró los ojos momentáneamente ante lo que se avecinaba si no era el cuarto de astuta que su hermano. 

    ─── ¡Ah! Por Salazar, Kyle... ───pronunció su nombre con una melosidad bordeando la picardía, y lentamente fue caminando, acercándose lo suficiente como para que ambas miradas pudieran encontrarse, divisarse a la distancia; ocho metros, sólo dos menos en comparación al inicio, y volvió a murmurar.─── Ese fue una jugarreta muy sucia de tu parte... sin importar a quién celes, tu sangre corre por mis venas.

    Sentenció con una pequeña gota de seriedad, girando la varita de ébano entre sus delgados dedos como si aquella fuese una cuchilla a punto de ser lanzada a su oponente. Con suavidad palpó el espejó de niebla en el rincón de su psique, y luego de volver a bajar el mentón sin quitarle la vista al mago, arremetió.

    ─── ¡Espejo de niebla anular sectusempra! 

    En cuanto la bruja declaró el embrujo a viva voz, apreció cómo se alzaba una densa capa similar a las sombras del Averno que solían seguirla cual vasallos a su reina, aquella bruma se condensó elegantemente frente a ella, generando un marco ordinario que para su oponente sólo mostraba a la joven Macnair sonriendo con una inocencia de mil demonios, un reflejo irónico de su verdadera belleza, la cual, inducida por el espejo, acrecentó no sólo sus atributos físicos, sino también, le confirió la ilusión de poseer una estampa imponente, como si fuese una bruja realmente poderosa y con bastantes estudios mágicos acarreando en sus faldas. Esto le permitió conjurar la misma anulación que su hermano, pero con una voz totalmente embelesadora y carismática; en lugar de imitar su jugarreta, ella le quitó su hechizo de inicio, anulando al sectusempra y evitando que el joven Macnair pudiera emplear el ataque por el resto del duelo. Y bajo un estado completamente hipnótico, le vio preso de su efecto; él ya no podría dañarle a destajos.

    Con suavidad hizo una pequeña reverencia, agarrando parte de la tela purpura que había robado alguna vez de la habitación de su querida Joa al caer presa de una tristeza profunda ante su partida de la Mansión Macnair. Luego de soltar la tela y dejar que esta danzara con la brisa que pronto comenzaba a correr violenta en la montaña, volvió a posicionarse de manera elegante, agitando su varita en la dirección del mago sin pronunciar una sola palabra: 

    ─── Seccionatus.

    Nuevamente pensó en la misma estrategia anterior; las filosas medias lunas volvieron a emerger y a dispararse frenéticas de su varita, brillando bajo la perfecta luz de luna que lentamente se iba posando sobre sus cabezas. Juliette miró atenta, manteniendo su posición y aguardando porque alguna siquiera le propinara un rasguño. ¿Qué podría delatarle? El veneno, y el infierno desatándose en su mirada, porque mientras más uso hacía de su varita, más intenso era el fuego emergiendo desde lo profundo de sus entrañas.

     

    cita. @ Juv Macnair

    • Love 1
  11. ㅤㅤㅤㅤLa sorpresa en sus ojos fue notoria cuando de sus labios ninguna vocecita emanó, y por ende, el hechizó pareció desvanecerse en conjunto con sus frustrados movimientos. Su mano izquierda se hizo puño, y sintió el filo de sus uñas negruzcas enterrarse en sus palmas hasta el borde del desquicio. Presionó la mandíbula con cierta molestia, y apenas escuchó las palabras del mago, la morena rápidamente volvió a su posición defensiva. Él era un Macnair de tomo y lomo, como dirían por ahí, 'hijo de su padre', y tal cual la frase indicaba, bajar la guardia no estaba en ningún diccionario, no si se quería salir vivo de esto. 

    ─── No serías el primer Macnair en intentar asesinarme, ni el último en tomar mi lugar en esta ecuación tan disfuncional. ───murmuró con suavidad, relamiéndose los labios en un lapsus de tiempo casi irreal; no tenía la misma experiencia en batallas en comparación a las mujeres de su casta, en comparación a él que parecía danzar con cada movimiento como si esto fuese una más de sus lecciones de vals, pero sí que era una muy buena observadora, y en cuanto apreció el brillito intenso emanar de los zafiros de su hermano, supo que varios haz, se traería bajo la manga. Kyle presionó su varita, y Juliette arremetió sin siquiera pensarlo dos veces en su dirección. 
          Un corte perfecto en el aire, seguido de un sonoro y seguro: ─── ¡Protego!

    El escudo apareció frente a sus ojos, iluminando la oscuridad de los mismos ante el espectáculo de la absorción perfecta de un aparente rayo color carmín; no quitó la mirada de su objetivo, no cuando irónicamente, dicha teatralidad generada entre ambos comenzaba a dar comienzo a quizá, una de sus obras más memorables de hoy en adelante. Sonrió con la mirada, como si la forma almendrada de sus ojos se hubiese acentuado al ejercer casi inconscientemente un gesto de complacencia, esa que decía cual secreto a voces: 'Ningún mago volverá a subestimar sus capacidades otra vez'.

    ─── Dime, querido hermano, ¿crees que Arya intente colgarnos de la torre más alta cuando nos vea al borde del colapso llegar a casa? 

    Bajó su mentón mientras una pequeña sonrisita burlona se dibujaba en sus facciones, ¿hablar por hablar? En lo absoluto, pero si se conocían por primera vez, y las situaciones se habían desencadenado de tal manera que estaban ahí, al borde de un precipicio, en la punta más alta y fría del K2, lanzándose hechizo tras hechizo, sin ninguna piedad y con la indiferencia a punta de varita, ¿por qué desaprovecharlo con el silencio sepulcral?
          El comentario había sido al azar, ambiguo, trivial... efímero. Sólo cuando Juliette se arremangó las mangas, y volvió a sentir la vibración de su varita anhelando sacar más poder, sólo entonces, volvió a enarbolar en su dirección mientras en su mente pronunciaba cual siseo su siguiente movimiento.

    ─── Seccionatus. ───De su varita azabache se desprendieron una docena de medias lunas bien filosas y cortantes, de las cuales ocho terminarían impactando contra su perfecto torso varonil si él no se defendía con la astucia que ella intuía poseía de sobra.

    Soltó el aire acumulado por la tensión.

    cita. @ Juv Macnair

    • Love 1
  12. ㅤㅤㅤㅤEn cuanto llegaron nuevamente al inicio de todo, el mundo había callado y la oscuridad les hubo cubierto con su espeso manto negro. La bruja observó detenidamente a su alrededor, como si se asegurara de que ninguna trampa irrumpiese con la poca paz que existía entre ambos. Negó para sí misma cuando le oyó, era casi... irónico que dijera aquello cuando ella había visitado cada uno de los pasadizos del infierno hace no mucho tiempo atrás. Le siguió los pasos de cerca, observando cada uno de sus movimientos como si su vida dependiera de ello, y vaya que era cierto. Cuando los diez metros los hubo separado sintió como la varita de ébano se deslizaba por su brazo derecho y quedaba perfectamente acomodada entre los dedos y el centro de su palma. Agarró todo el aire que la exquisita noche le permitía, embriagándose con su poder y sintiendo el fuego recorrerle cada centímetro de su cuerpo.

    Cuando abrió la mirada, la venda azabache le cubría por completo el verde característico y entonces, una ligera sonrisa se dibujó en sus facciones. Su pecho subía y bajaba, de manera bien tranquila en comparación con el fuerte retumbar de los latidos de su corazón. Pum-Pum-Pum. Relamió sus labios y lentamente giró la madera entre los dedos hasta apuntarle al hombre.

    Oh, yo espero no decepcionarte querido hermanito...

    Murmuró con amargura y con suavidad acomodó una de sus piernas detrás de si misma, dejando todo el peso de su cuerpo en aquella para ver cómo el mago arremetía hacia ella sin piedad alguna.

    Salvaguarda Mágica. ⸺ dijo en su mente al mismo tiempo que sus ojos se cerraban momentáneamente; su cuerpo pareció levemente desprenderse de toda gravedad y el venenoso rayo no fue más que un show de luces al momento que atravesó elegantemente su cuerpo intangible sin causarle daño alguno. Una sonrisa inmediata apareció en su rostro ante el cosquilleo de la ligera victoria.

    Con suavidad depositó sus pies bien firme contra el suelo, moviendo sutilmente su cuello en cuanto volvió a sentir que su materia regresaba al estado original. Alzó la mirada sin siquiera hacerlo con el mentón, sus labios secos por la pequeña agitación del momento se mantuvieron abiertos. No podía creer que sí lo había logrado. Y entonces, fue ella la que rápidamente movió su varita en la dirección del mago frente a ella, deslizó su ácida lengua por el borde de sus labios, saboreando ese veneno antes de lanzar su arma.
     
    Incárcerus. ⸺apuntó con seguridad al mago, mientras mantenía firme la varita, fue como un susurro deslizándose por el aire y luego de aquel silencio sepulcral, sólo se escuchó el viento rozar con las cuerdas que salían desde la punta de su negruzca varita; tres largas y gruesas cuerdas, lo suficientemente fuertes como para dejar inmóvil a un rinoceronte. En cuanto estas atraparon al oponente, una de ellas se enredó a la altura de sus muñecas para evitar que usara su varita, la otra astuta se enredó a la altura de su boca para imposibilitar cualquier hechizo verbal y, por último, la parte preferida de Juliette, un enredo a la altura de sus tobillos logrando que su querido Macnair se desplomara contra el suelo.

    Soltó un suspiro, y volvió a alzar el mentón, agitando ligeramente el mismo para que los mechones castaños de sus cabellos rebelde le despejaran la mirada. 

    Sintió miedo.
    Más no bajó la guardia.

    Cita. @ Juv Macnair

    • Love 1
  13. ㅤㅤㅤㅤEl silencio era casi sepulcral, aún cuando estuviese rodeada de un tintinear de mágica naturaleza que en muchas ocasiones le generaba un chirrido particular cercano a la oreja derecha, el ambiente se teñía de esa paz que a la bruja tanto le gustaba disfrutar desde que era apenas una pequeña niña descubriendo el mundo en Ilvermorny. Habían cambiado tantas cosas en el último período, cosas que no podía verbalizar porque simplemente hasta el día de hoy no lograba comprender en su totalidad. No lograba conciliar el sueño, no cuando aún su mente y alma parecían viajar en noches frías a aquellas tierras flotantes; tenía libre albedrío para vivir esta última vida, y aún así, era prisionera de su destino. Iba a lanzar un improperio teñido de algún encantamiento vago, cuando oyó no muy a lo lejos, la voz característica del mago.

    No alzó la cabeza, pero sí ladeó ligeramente el rostro cuando sintió su cálida presencia depositarse a un costado de su cuerpo ─ con ambas manos sobre su abdomen, depositó su esmeraldina mirada en el mago, y luego de dedicarle una amplia sonrisa nostálgica, sólo entonces, contestó a todas sus preguntas.

    ─── Tu fortaleza siempre fueron las pociones, y los encantamientos. ───frunció ligeramente el ceño, sin saber exactamente qué decir; veía en él tan solo vestigios del posible joven estudiante, animándose por convertirse en ese gran mago de su talla, pero al mismo tiempo, de contradecía con los fragmentos de su alma. Esa que sólo Juliette Macnair, o Hathor, tenía acceso secreto.─── Respondiendo a tu sugerencia... hay muchas posibilidades de que mi hermana nos estrangule a ambos si se da cuenta de que saqué algo y lo vendí ilegalmente en el mercado.

    Abrió los ojos con dramatismo, y suavemente comenzó a incorporarse. Llevó su mano derecha por detrás de su cuello para liberar tensión, y tan pronto como se acordó del color negruzco en sus manos, buscó con la pura mirada los guantes que últimamente parecían sus más fieles amigos. No tenía nada que ocultarle a él, por supuesto que no, ambos habían forjado una conexión inigualable a pesar de los obstáculos, pero tal parecía, que la persona que no quería realmente seguir viendo esa incongruencia en esa ecuación era ella, y nadie más que ella.

    ─── Tholav no es mi elfo, trabaja aquí, de hecho... en cuanto a Draekh, está bastante ocupado en mi encomienda.

    Murmuró con liviandad mientras iba cubriendo sus manos con los elegantes guantes de encaje; se sentó al igual que él y extendió su mano lo suficiente como para depositar una pequeña caricia en su mejilla, agarró su mentón con delicadeza y con lentitud, comenzó a girarlo de lado a lado; estaba verificando que todo se encontrara en orden y es que sensaciones extrañas le generaban sus ojos. Su ceño se frunció apenas un poco, para luego de soltarte, soltar un suspiro cargado de frustración.

    ─── Ambos hemos desaparecido, y aparentemente cambiado. ───sacudió los dedos de sus manos antes de volver a su posición de descanso; miró los libros y pergaminos desparramados, soplando con dulzura un mechón de cabello rebelde irrumpiendo con sus conservadas facciones, y continuó.─── ¿Qué ha pasado en tu vida, mi adorado Eob...?

    Mordió sutilmente su labio inferior.

    ─── ¿Cómo quieres que te llame ahora? ¿Uhm? 

    cita. @ Eobard Thawne

  14. ㅤㅤㅤㅤSoltó un pequeño bufido al escucharle con el mismo tonito burlón que el suyo, sin embargo, no fue en son de molestia, era algo más profundo e indescriptible. Jamás pensó en tener más hermanos, aunque sabía que la posibilidad de que eso sucediera estaba siempre latente dada las lagunas mentales que Pik presentó en sus años más joviales, o bueno, con eso justificó su ausencia en gran parte de la vida de sus hijas. Soltó un pequeño suspiro, como si los pensamientos le hubiesen desbordado, pero alcanzó a disimular la expresión cuando decidió movilizarse; pasó por el lado del Macnair, en busca del whisky de fuego que su viejo amigo de Durmstrang había obsequiado para ella en uno de sus últimos viaje a tierras escandinavas, y sólo cuando alcanzó la botella oculta en la parte más alta del librero, comenzó a servir tranquilamente en dos vasos de cristal.
          Hizo una pequeña floritura para acercarle el trago, y luego de dedicarle una pequeña sonrisita, volvió a su posición inicial. Sobre el alfeizar de la ventana.

    ─── No tuvimos oportunidad de entablar una conversación adecuada aquel día en la montaña, sin embargo, fue un agrado para mí conocerte en situaciones tan inhóspitas. 

    Ladeó su rostro con suavidad, al tiempo que acercaba el borde del vaso para dar un pequeño sorbo a su trago y de esa manera, saborear el licor mientras recordaba la situación. Negó sutilmente, no le agradaba nada la idea de andar tentando a su destino, no por ahora al menos, no cuando el pacto con Artemius siguiera vigente y no tuviese las armas necesarias como para enfrentarle. Alzó la esmeraldina mirada hacia el hombre, verificando la manera en que él la miraba, ¿se habría dado cuenta de sus rápidos desvaríos? 

    ─── ¿Hace cuánto conoces a Pik? ¿Por qué nunca te vi antes aquí? ───se ceño se frunció un poco, ¿conocería a Arya? ¿Acaso su hermana la había desplazado para buscar cobijo en un completo extraño? ¿O acaso ella sabía todo? Su mandíbula se frunció ligeramente, más mantuvo la compostura, cruzando las piernas con elegancias mientras depositaba su espalda contra el ventanal.─── Desaparecí por mucho tiempo, así que, hay cosas que no sé sobre esta familia y quisiera ponerme al corriente, es importante para mi hacerlo.

    Sus labios hicieron una pequeña presión.

    Luego sólo dejó que el fuego inundara con su danza a la habitación, algo que tranquilizaba infinitamente a la bruja; el ruido de la madera quemándose, sumado a las gotitas golpetear con delicadeza detrás de su cabeza, generaba una sensación de paz muy difícil de obviar. A regañadientes había aprendido a adquirir maneras para mantener a su naturaleza tan sádica a raya, no sólo por el episodio fatídico de la última vez que perdió por completo su humanidad, sino, porque se prometió que al volver, haría lo posible por vivir su última vida como debía ser. 

    cita. @ Juv Macnair

    • Love 1
  15. ㅤㅤㅤㅤAparecí en medio de los Jardines acompañada nada más que de mi maleta de viaje y uno que otro vestigio de lo que fue mi paso por las tierras estadounidenses. Lo primero que observé fue la niebla blanquecina que se desplegaba desde los suelos hasta crear una pequeña fortaleza que rodeaba naturalmente a la Mansión de los Macnair, que aún en épocas invernales, conservaba una belleza particular y hasta me atrevería a decir, medio primaveral. Caminé sin apresurarme, teniendo cuidado de no embarrar mis botas y resbalar como antaño. Una vez frente a la puerta, no necesité tocar absolutamente nada, pues la misma se abrió al instante dejando ver unas orejas siempre alertas y curiosas desde varios centímetros más abajo que yo. 
     
    ───Tipsy y Dipsy. ───susurré con cierta dulzura y antes de que ellos hablaran, alcé el índice para luego cruzar el umbral y comenzar a desabrochar el pomposo abrigo color carmín que me acompañaba.─── ¿Hay alguien en casa?
     
    Los elfos se acercaron, uno a cada lado, ayudándome con la vestimenta hasta que contestaban al unísono cosas completamente diferentes. Tal parece, sabían casi lo mismo que ellos posiblemente de mi, y no los culpaba. Así eramos los Macnair. Solté las hebras de mi cabello para dejarlas desplegarse por el largo de mi espalda, deslizando una de mis manos hacia mi cuello, presionando con mis dedos ante la tensión de tanto tiempo estar sentada en un tren. Podría haber optado por mis habilidades, pero necesitaba paz.

    Caminé tranquilamente por los rincones de mi hogar, atreviéndome a deslizar las yemas de mis dedos por las enormes paredes que separaban los ambientes, cerrando los ojos para impregnarme con esa energía familiar y al mismo tiempo de todos esos recuerdos; no podía evitar pensar en mi hermana Arya, mi tía Castalia e incluso recordar a Joa, tampoco se me quitaba de la cabeza a mi padre o a mis pequeños sobrinos. No tan pequeños a esas alturas.
     
    No supe cuando ni cómo, pero mis pasos me llevaron de una forma casi inconsciente hasta la biblioteca cuando la verdad quería pisar los suelos de mi habitación. Abrí las puertas, ingresé y rápidamente me dejé caer en el alfeizar de la ventana, abriendo la misma para poder escuchar con más fuerza las pequeñas gotas que comenzaban a caer. Muchas cosas habían cambiado a lo largo de todos estos años, la adolescente que se sentaba a pensar en el por qué de su naturaleza, no era ni una migaja de la mujer que ahora a penas mecía sus piernas. Pensar en todo eso, pensar en como vamos evolucionando, sólo traía una nostalgia del ayer y un alivio del ahora.

    Entonces alguien empujó las puertas, y mucho antes de girar mi mentón para saber quién irrumpía con mi soledad, su característico perfume, el cual había grabado a la perfección aquel día en la montaña,  inundó cada uno de mis sentidos. Una sonrisa amplia atravesó mis facciones, teniendo que incorporarme de mi pequeña tranquilidad para ir a su encuentro con una calidez innata. Me acerqué lo suficiente como para quedar con el mentón ligeramente alzado ante la diferencia de estatura, y sólo cuando me aseguré de que nuestras miradas yacían conectadas, murmuré.

    ─── Hasta que al fin nos conocemos... mi 'querido hermanito', Kyle Macnair.

    cita. @ Juv Macnair

    • Love 1
  16. ㅤㅤㅤㅤEn cuanto llegaron a la cima, sacudió sus manos contra las telas de su ropa ─ el polerón ya se hallaba manchado, y se atrevía a prever que sus delicados dedos, percudidos por la escalada, tendrían que someterse a las curaciones dolorosas que ejercería su hermana al verla en esas condiciones. Sopló un mechón rebelde para volver a despejar su rostro, recordando cómo el Macnair había osado a llamarle con aquel diminutivo de una manera burlona pero siempre desde el veneno característico que teñía todo de oro cualquier fantochada. A esas alturas, el viento soplaba, y en cuanto se desprendió de todas las cuerdas, y seguridad algo no-maj que habían utilizado, se acercó a la mesita para dar un pequeño bocado a lo primero que le tentara la vista.

    Se dejó caer en el suelo, acariciando sus piernas mientras escuchaba atentamente las palabras del mago, que imponente, iba dando explicación tras explicación, y sólo se quedó con la vista fija en él, pero sin mirarle realmente, por el mero hecho de recordar a quién tantas veces había hecho uso de aquella habilidad con los anillos. Negó sutilmente, disimulando el gesto al asegurar los cordones de sus botas, quitando el polvillo y aquellas diminutas piedrecitas incrustadas en el cuero. Luego alzó rápidamente la mirada al oírle, ¿nuevamente? ¿podía responder?

    ─── Estoy segura de que tendré más cuidado a la próxima, profesor Macnair.

    Resaltó las últimas palabras mientras depositaba sus verdosos ojos en los suyos al tiempo que le dedicaba una sardónica sonrisa; frunció el ceño sutilmente, y luego de incorporarse, se acercó lentamente a él, como si aquel hilo de sangre jalara de ella y la llevara a acatar cualquier orden. Tal vez, sólo era una coincidencia, de esas que te apretujan el corazón y te hacen creer que el sentimiento podría convertirse en uno parecido al que compartía con Arya. Dio un pequeño roce a su cuello, sintiendo aquel último faltante, ese collar que parecía interesarle más que la posibilidad de hacerle volar cual pájaro. Cuidar a su familia... a su pequeño kalevi. Esa siempre sería su prioridad.

    Y el aire se atascó en su garganta.

    ─── ¡Oh, Ky...! ───el nombre del mago se perdió en la nada, la bruja se apresuró por quedar segura en la orilla y visualizar cómo Macnair caía y caía, con una sutileza, una hermosura digna de un ángel... ─── ¿Alguna vez conoceré a un Macnair en una situación relativamente normal? 

    Mordió el interior de su labio inferior, y luego de soltar un suspiro, observó cómo su compañera imitaba alegremente el gesto del mismo. Le dedicó una amplia sonrisa antes de que se lanzara al vacío, había sido una experiencia que probablemente nunca iría a olvidar, aunque si esperaba, de todo corazón, no volver a repetir en dichas circunstancias. Lentamente giró sobre sus talones, quedando en la orilla y de espaldas al vacío. Sintió una vibración en su cuello, como si el amuleto estuviese expectante por ser utilizado ─ la castaña cerró los ojos, contó diez segundos antes de armarse de valor, uno que necesitaba al tentar abiertamente a la muerte y por ende el pacto con su destino: 'Tú puedes'. 

           El mundo se apagó, el miedo y la presión de lo desconocido. Cuando Juliette cayó, algo pareció sostenerla en los cielos, no supo si era un abrazo fraterno, un beso de ángel o sus locuras siendo llevadas al extremo del raciocinio para disfrutar el momento... nada importó, porque mientras ella caía, la imagen mental de sus enormes y pacíficas alas, iban sujetando y amansando su caída, para dejar que cual pluma, fuese a llegar a tierra firme sana y a salvo.

    cira. @ Juv Macnair  @ Luna Gryffindor Delacour

    • Love 1
  17. ㅤㅤㅤㅤLlevaba días encerrada en el herbolario de su hermana, con las narices metidas en pilas y pilas de libros que no alcanzaban a menguar el horror acrecentándose en su pecho ─ muchas cosas habían cambiado, incluyéndola, y por más que intentaba jalar de aquellos hilos que en su historia definían su nombre, su apellido... la confusión en su cabeza no ejercía la ayuda suficiente como para tranquilizarla. Soltó un pequeño suspiro cargado de frustración cuando su última búsqueda volvió al inicio del todo, y sólo pudo echarme hacia atrás, lo suficiente como para caer sobre la alfombra y de esa manera, quedar con la esmeraldina mirada fija en el techo.

    ─── ¿Señorita Macnair?

    Escuchó perfectamente las palabras del elfo, que a esas alturas, parecía el único ser viviente capaz de acercarse a ella sin sufrir de un mini infarto al ver el color negruzco de sus uñas comenzar a acrecentarse como sombras a punto de explotar y emanar de las puntitas de los dedos. Acarició un poco el dorso de sus manos, y luego de mantener silencio por un par de minutos más, se incorporó lo suficiente como para quedar sentada en medio del desastre que tenía a esas alturas de la noche ─ ladeó el rostro, y sólo entonces, el elfo volvió a murmurar con respeto.

    ─── Envié la lechuza al señor Eobard, ¿necesita algo más de mi?

    Negó con suavidad.

    ─── ¡Tholav! ───palpó la frente con una pequeña mueca de dolor, y luego de esperar a que el mareo sanase, le apuntó con los dedos, intentando buscar las palabras correctas.─── Una infusión de lavanda me vendría genial... 

    Quedó con la mirada ligeramente perdida en la nada, y sólo cuando el elfo sacudió sus manitas frente a sus ojos, la bruja movió la cabeza para despertar del pequeño ensueño ─ estar ahí le traía buenos y malos recuerdos, todos casi ligados a las pláticas profundas con Arya. Un suspiró nuevo escapó de sus labios, y sin decir una palabra, volvió a dejarse caer sobre la alfombra, llevando una de sus manos ahí, en la zona de su pecho en donde sin era lo suficientemente silenciosa y paciente, iría a escuchar el retumbar lento de los latidos de su corazón. El elfo la miró con el ceño fruncido, quizá preocupado, ¿por ella o por el desastre que la pequeña Macnair estaba haciendo? ¡No se sabía! Sólo desapareció en un chasquido para prepararle la dichosa infusión levanta muertos.

    Ahora sólo restaría esperar,
    esperar a que su llamado fuese atendido.

    cita. @ Eobard Thawne

    • Me gusta 2
  18. ㅤㅤ ㅤEscuchó atentamente las palabras del hombre más no emitió comentario alguno ─ su ceño ya se encontraba fruncido, entre más alta la montaña, más nervios sentía por la posibilidad de caer, y miren que no por el hecho de morir. Claro que no. Era el hecho de que su última vida acabase y tuviese que cumplir la promesa hecha a Artemius, una que a toda costa intentaba destruir para conseguir su libertad y la de su hermana Arya.

    Pensar en ello le causó escalofrío, uno uno que la desconcentró e hizo que se resbalase ─ se agarró con toda su fuerza a la roca más grande que sobresalía de su camino, y volvió a entrar en el juego, soplando un mechón castaño y travieso de cabello que por poco y le nublaba la visión. Alcanzó a oír las lecciones del Macnair, recordando la vez que fue empujada contra un autobús la última vez que intentó acceder al conocimiento, ¿Kyle planeaba hacer lo mismo con ellas? ¿Lanzarlas al vacío una vez llegada a la cima? ¿Acaso se atrevería de intentar asesinar a un miembro de su propia familia? ¡Ah! ¡Por supuesto que sí! 

    ─── Me agrada saber eso de la curación, a ver si logro utilizarlo con usted, profesor.─── alzó el índice con suavidad y soltó una risita que intentó disimular al mirar hacia abajo─── Bueno, admito que jamás me negaría a la posibilidad de volver a meter mis manos dentro de un cuerpo, pero prometí salvar vidas...

    Murmuró entre dientes, siguiendo de cerquita el camino que el mago estaba creando, casi como si ellas fuesen Hansel y Gretel, y él, el cazador derramando pequeñas migajas, ¿habría una casa de dulces al final del camino? Arrugó la puntita de su respingada nariz, y observó por el rabillo del ojo para asegurarse de que su compañera se encontrara bien, estaba demasiado callada ─ volvió a mirar hacia arriba, casi contando mentalmente el camino que faltaba para recorrer, esperando, realmente esperando de corazón, que pudiese desprenderse un poco de la tensión de su cuerpo antes de hacer quién sabe que cosa con la clase que sólo un Macnair podía dar: Muerte segura.

    ─── Por cierto, ¿qué nos espera ahí arriba?

    Se atrevió a preguntar, presionando los labios ligeramente para tomarse unos segundos y así mirar el amuleto que coquetamente lucía en su cuello ─ ¿cómo activaría esa cosa si sus malas sensaciones eran cumplidas? Soltó un pequeño suspiro, negó ligeramente y volvió a aferrar el gancho en la montaña, sólo un poco más, un poco más y todo llegaría a su fin. 

    Cita. @ Juv Macnair  @ Luna Gryffindor Delacour

    • Love 1
  19. ㅤㅤ ㅤEl yo sabía silencioso atravesó su mente, y es que... qué clase de Macnair sería él sino lanzara cual serpiente su veneno teñido de decoro y elegancia ─ sutilmente negó con la cabeza, pero no de manera negativa, era casi una tinción de la gracia que le causaba ver rasgos parecidos. Un suspiro pequeño escapó de sus labios, y rápidamente comenzó a imitarle. No cubrió sus manos pues para estar atenta a cualquier acción futura, debía ser consciente de sus anillos, sin embargo, sí hizo uso de algunas cintas que resguardaron las zonas más sensibles de sus palmas. 

    Con ganchos en mano, comenzó a subir, seguidito de su compañera, con una sonrisa de oreja a oreja ante sus agradables comentarios. La bruja era de pocas palabras, pero sí, con los años, había amaestrado esa personalidad tan infantil y soberbia. Podía desenvolverse con más naturalidad entre la gente, decían...

    En cada escalada, un susurro llegaba a sus oídos, uno que le sacudía el cabello y que le recorría de hielo todo su cuerpo. Embelesada por la situación, casi pasaba por alto la escena que les estaba dando el Macnair, aún cuando confiara en sus habilidades, verlo tan dispuesto a peligrar por caer, sí que le aceleró por unos segundos el corazón; ¿Por qué siempre que conocía a un familiar estos parecían tentar su suerte y exponerse libremente al peligro? Lo miró detenidamente, pausando su subida por sólo unos segundos, y en cuanto él volvió a su posición inicial, ella comenzó a imitarle: Volver a subir.

    ─── ¿Luna, querida, te encuentras bien? ─── Habló con la cabeza ligeramente ladeada, analizando sus expresiones luego de oír su aflicción; soltó un pequeño suspiro.─── ¿Cuántas veces has dado este libro? Comienzo yo, es mi segunda vez.

    Le guiñó un ojo, quería quitar la tensión y hacerla sentir más segura. No dudada de sus habilidades, parecía que sabía perfectamente lo que hacía, más que la joven Macnair al menos, sin embargo, hacerlo le reconfortó. Volvió a prestar atención al hombre, y con un pequeño murmuro, que se acompañó de una pequeña queja luego de casi no encontrar un lugar seguro de donde aferrarse en la montaña, se dirigió a él.

    ─── Espejo de Niebla... es mi favorito, me gusta su nombre. ───¿quería romper el hielo?─── El otro igual, aunque... admito que me preocupa lastimar a las criaturas al emplear ese anillo alrededor de sus cuellos contra su voluntad.

    Su ceño se frunció ligeramente, callando por un momento, percatándose de lo que estaba diciendo; ¿por qué quería hacerlo? ¿qué ganaba? ¿su aprobación? Curvó sus labios con elegancia, y luego de sacudir su cabeza, intento subir sin volver a tocar más el tema o dirigirle la palabra con palabrerías para niños. El frío teñía de rojo sus mejillas y parte de su respingada nariz, algo que agradecía pues cierta pena, era lo único que estaba sintiendo a esas alturas.


    cita. @ Juv Macnair  @ Luna Gryffindor Delacour

    • Love 2
  20. ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤSe detuvo lentamente a pasos de ambos, oyendo perfectamente a Kyle y adivinando, cómo por debajo de su veneno Macnair, realizaba una acción, quizá de manera inconsciente, que lograba hervir rápidamente la sangre de la inglesa ─ la estaba subestimando. No, no era la misma jovencita inexperta, pero tampoco tenía el conocimiento que la pondría en el mismo pedestal que su hermana Arya o sus tías, a quienes guardaba siempre un profundo cariño, y aún sabiendo todo eso, el mero hecho de que pusieran en duda su inteligencia, así fuera el no seguir una simple instrucción, se lograba distinguir en su esmeraldina mirada. Tomó una gran bocanada de aire, y con suavidad se quitó los guantes de piel de dragón. Le enseñó ambas manos al hombre sin llegar a ser soberbia, la izquierda lucía el anillo de amistad con las bestias y la derecha el anillo de plagas, luego soltó un pequeño suspiro cuando notó el distintivo color negruzco emergiendo peligrosamente desde la base de sus uñas ─ su humanidad parecía comenzar a peligrar por volver al fondo del abismo del cual tanto le costó salir.

    ─── Los tengo, profesor Macnair. ───murmuró buscando sus ojos, y lentamente, se encaminó en dirección a la joven, la cual parecía tener más simpatía por verla en la clase que su propio familiar.───  He de confesarte algo... ───susurró para Luna mientras comenzaba a sacar los implementos que le serían útiles a la hora de escalar la gran montaña─── Nunca he volado en escoba, era malísima para esa clase de deportes... a duras penas logré sacar la licencia de aparición sin vomitar en el proceso. 

    Jaló la cuerda que pendía de la montaña para comprobar, que en efecto, fuese lo suficientemente fuerte como para sostener su torpeza, y luego de asegurar el pañuelo violeta alrededor de su cintura para que no se volara con la brisa, activó el amuleto volador al igual que su compañera, imaginando cómo dos alas emergían de quién sabe qué lugar de su cuerpo haciéndola ver casi como a un ángel ─ irónico ─, en cuanto dejó de ver su cuello e idealizar sus clases, hizo un gesto con los dedos, uniendo pulgar con índice hasta formar un Okey. Ahora sólo restaría escuchar las demás indicaciones del moreno, y rogar a todos los Dioses, porque la clase culminara bien, o al menos, que regresara a casa con todos sus huesos en su lugar.

     

    Cita. @ Juv Macnair   @ Luna Gryffindor Delacour

    • Love 1
  21. ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤApareció en medio de montañas borrascosas, la brisa soplaba malos augurios y el frío recorriéndote hasta los huesos, examinaba qué tan preparado estaba tu cuerpo para sobrevivir a la aventura. Dirección exacta: K2, Pakistán. Ahí estaban, o eso se suponía que decía el pergamino, uno que llegó a la Mansión Macnair por error y que por obra de la sombra curiosa, llegó a manos de Macnair en la Rosier. No fue un error de cálculo, sabía perfectamente de quién eran aquellas iniciales al final de la hoja. Y aún cuando no lo conociese en persona, sentía la misma presión sobre los hombros de cuando era una joven bruja inexperta intentando obtener la aprobación de Pik Macnair. Soltó un pequeño suspiro y acomodó los mechones rebeldes detrás de sus orejas. Animándose de valor, comenzó a seguir las huellas perfectas de dos personas ─ no podía confiarse, sabía que aquello no duraría demasiado, y si no era lo suficientemente astuta, volvería a reprobar el conocimiento que tanto quería adquirir hace tiempo. Sus manos se hicieron puños, y lentamente comenzó a seguirles el paso mientras cubría la mitad de su rostro con el pañuelo color violeta que había robado alguna vez de la habitación de Joa. 

    Llevaba pantalones negros, cómodos y ajustados a su cuerpo. Una blusa del mismo color, y encima, un polerón, aparentemente dos tallas más grande que ella, de color púrpura. Las botas de piel de dragón habían sido obsequio de un querido amigo, al igual que los guantes para protegerla de cualquier futuro daño, o de algún arranque de ira descontrolado que agradecía no experimentar hace ya varios años. Y por supuesto, la mochila bien sujeta a su cuerpo con los utensilios que ella creía podrían servirle de utilidad, aunque realmente esperaba que él no intentara asesinarla como su experiencia anterior con el mismísimo libro. Un escalofrío recorrió su columna al recordarlo. Su estado físico era perfecto, estaba acostumbrada a correr, escalar y saltar si así se lo requerían, pero detestaba la agitación del corazón cuando se sabía como venado asustado por llegar atrasada o por estar incumpliendo con algo, en este caso, una nueva decepción a un nuevo miembro de la familia. Tragó en seco cuando los vio a lo lejos, y se detuvo sólo un par de segundos para agarrar una buena bocana de aire, y de esa manera, comenzar a caminar con más naturalidad.

    ─── Lamento mucho mi ausencia, el huargo de mi hermana casi se devora el traslador... ───mintió aún sabiendo que el Macnair olfatearía la misma a kilómetros de distancia, lo miró con aquella mirada de inocencia en modo 'disculpa', y cual niña pequeña, se depositó al otro lado del hombre para que este quedase al medio y así, ambas pudieran disfrutar tanto del paisaje como de las lecciones. ─── Hola, por cierto. ───murmuró a la joven.─── Mi nombre es Juliette Macnair. ───descubrió su rostro para dejar ver una sonrisa amigable, y de esa manera, retomar el camino con más tranquilidad.─── ¿Entonces? ¿De cuánto me he perdido? Escuché algo sobre un amuleto...

     

     

    Cita. @ Juv Macnair   @ Luna Gryffindor Delacour

    Lamento mucho mi ausencia, estaba muy enferma 😔

    • Me gusta 1
    • Love 1

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.