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Oliver Gaunt

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Mensajes publicados por Oliver Gaunt

  1. Apellido de la Familia: Strange

    Historia de la Familia y Descripción del Topic de Rol:

    Untitled.png

    La familia Strange surgió de la noche a la mañana. Eran un grupo de personas con diferentes apellidos, nacionalidades y culturas, que habían decidido unirse para tener los mismos derechos con los que contaban todas las familias de Ottery. Aquello les traía beneficios no solo económicos, sino que sociales y les daba un rango de estabilidad dentro de la sociedad mágica. Ya no eran mal vistos por la gente con dinero. Sus miembros distaban muchos de ser pobres, ya que cada uno traía lo que tenían y aportaban una mera cuota social para mantener los impuestos de la pensión al día.

     

    Un hombre fallecido les había donado un gran terreno con una casita de madera rodeada de plantas descuidadas y pedazos de chatarra vieja. Cada nuevo ingreso tenía una sección donde construía su pequeño refugio con los materiales que le daban la gana. El aspecto era más bien descuidado en la parte de estructuras, pero contaban con un gran estanque propio con ilimitada cantidad de vida marina debajo rodeado de frondosos árboles que creaban un ambiente selvático lleno de seres vivos.

     

    Un vallado con maderas semiderruidas delineaban los límites del terreno. Todo miembro de la “familia” o invitados, debían pasar por la tranquera para poder caminar libremente por el gran terreno escarpado. Una de las construcciones principales, era una cabaña de dos pisos que contenía una cocina gigante, un taller de pociones, baño vestidores y un gran hogar en el centro donde abrigarse del frío en las noches heladas. Las demás habitaciones variaban en su contenido según los poseedores del terreno.

    Nick de los patriarcas:

    Oliver Gaunt - Ficha - Bóveda N°113148

    Frankie Triviani - Ficha - Bóveda N°112585

    Árbol Familiar:

    Generación 0

    Oliver Gaunt - Ficha - Bóveda N°113148

    Leviathan Ulrich - Ficha - Bóveda N°113254

    Frankie Triviani - Ficha - Bóveda N°112585

    Hermano de Frankie

    Thomas Clairmont - Ficha - Bóveda N°112570

    Compañeros/as de Piso

    baylieweasley1 - Ficha - Bóveda N°

    Luna21 - Ficha - Bóveda N°105516

    La Nómada

    Arlet Malfoy - Ficha - Bóveda N°113604

    El Holandés Errante

    Maekar Baelfire Peverell - Ficha -Bóveda N°114111

    Guardian Leviatán

    Riuu - Ficha - Bóveda N°144920

    Servicios Ministeriales:

    Inicialmente estos campos deberán dejarlos en blanco.

    Mascotas: --

    Objetos y Pociones: --

    Bóveda de Gringotts: Bóveda Nº 114067

    Link al Topic de Rol: http://www.harrylatino.org/topic/113761-familia-strange-mm-b-114067/

    Dejare la ficha para hacer mucho mas fácil la inscripción a la familia. :D

    Nombre: Oliver Gaunt.

    Ficha: El link

    Bóveda: El link

    Titulo con el que quieres aparecer: Por ej. "Aldeano 21" "Primo lejano" "El viejo Bill", etc.

     

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  2. El castaño mojó la pluma en la tinta negra por quinta, antes de empezar a escribir. Se le hacía muy difícil expresar las palabras claras entre tantas cosas que debía poner. A su alrededor los bollos esparcidos de pergaminos maltrechos empezaban a mimetizarse con el color del piso de tela clara. La última vela que poseía, estaba llegando a su fin y Oliver no terminaba aun de escribir la misiva que debía enviar. No se dio por vencido, hizo un bollo el pergamino que terminaba de escribir para comenzar otro.

     

     

    "Frances:

    Me urge verte. Tenemos asuntos pendientes que discutir. Te espero en el negocio Zarathustra, mañana antes de que caiga el sol.

    O. G."

     

     

     

     

     

    Las dudas sobre si acudiría lo hicieron temer lo peor. Pero fue un segundo, luego sello con cera el pergamino y salió de la Tienda Mágica que había adquirido hacía pocos días. En un bosque cercano a la estación de King´s Cross le servía mucho como vivienda temporaria. Ya se había cansado del hotel con sus límites. Su terreno era el aire libre donde podía moverse a voluntad. Caminar hasta encontrar una lechuza no fue pesado, y luego de enviar el mensaje, aun le quedo tiempo para ir a cenar antes de cerrar aquel día.

     

    A la mañana siguiente, Oliver aprovecho para hacer sus investigaciones sobre dragones azules. No había en las enciclopedias mágicas, mucho material sobre aquella especie, y pocos mitos los relacionaban a los océanos. ¿Existiría un dragón acuático? Llevaba pocas notas en su cuaderno sobre información verídica. La mayoría era incomprobable. él tenia las leves sospechas que un gen se había fundido con otro y habían mutado a una pigmentación de piel distinta.

     

    Apenas estaba dando los primeros pasos en su investigación, pero antes debía resolver un asunto personal. Se vistió con una camisa blanca de mangas largas, un pantalón de gris de franela, y zapatos negros. Un aspecto relajado para no dar a entender mensajes equivocados a la primera impresión. Recordó que la bruja lo había visto borracho exclamando amor a los cuatro vientos, por lo que no se impresionaría con la ropa que vistiera.

     

    -Tranquilo -Murmuro abriendo la puerta del Zarathustra para ingresar.

     

    El ambiente era animado, no había muchas personas pero las pocas que había, cantaban en voz alta o hablaban con su compañero de mesa como si estuviera en el otro extremo de la sala. Oliver se refugió en una de las mesas cerca de la ventana para poder observar todo paso a paso. Pidió a la mesera una jarra de vino especiado con miel y condimentos, y dos vasos. Luego le pago el importe agregando unos knut de propina.

     

     

    @

  3. Oliver tenia muchas cosas en la mente mientras se adentraba en la gran ciudad de gigantes. Aunque intentaba no tomar conciencia de la dimensión de los objetos en los cuales posaba la vista, le era imposible. La curiosidad peleaba contra la decisión de ayudar sin perder el tiempo. Al darse la vuelta, noto que la congoleña no lo había seguido hasta donde estaba. Tomo la primera decisión de volver sobre sus pasos para buscar a la mujer. No podía hacerse el valiente solo. Necesitaba que alguien secundara su hazaña, porque dudaba de salir con éxito si no había un compañero dispuesto a todo.

     

    -¿Señorita...? -Dijo Oliver dándose cuenta por primera vez, que no conocía el nombre de la mujer. Debía improvisar, lo que era su especialidad en las jaulas de dragones, no en los pueblos perdido de gigantes de hielo - Bueno, tiene que estar por aquí... -Razonó empezando usar sus dotes de explorador para encontrar a la mujer.

     

    Lo primero que hizo fue empezar a buscrar huellas en la nieve desde donde habían partido. Junto a las tótem de hielo las encontró. Tanto las de Yara que iban por un lado, como las de la señorita que lo acompañaba que iban en dirección opuesta. Las empezó a seguir notando que en algunos lados parecían un poco mas profundas.

     

    -Se detuvo a pensar -Murmuro siguiendo las huellas. Estaba concentrando en las pistas que iba encontrando que se le paralizo el corazón cuando escucho un grito de ayuda.

     

    Oliver empezó a correr sintiendo el miedo que recorría su cuerpo como un latigazo. Pudo ver a la congoleña con una capucha de espaldas a él y frente a ella, un gigante colosal de unos ocho o nueve metros con un árbol arrancado de su raíz. Las runas del cuerpo le brillaban tan fuerte como los bramidos de furia que emitia. El mago se impulso sobre la mujer justo cuando el gigante utilizaba el arbol como una lanza para batirlos de un golpe mortal. La caída sobre la congoleña fue bastante fuerte, pero era un precio menor comparado a la muerte.

     

    -¡Tenemos que salir de aquí! -Le dijo exaltado sintiendo que le faltaba el aire por el golpe. Al final pudo mirar la cara de la mujer para que viera la seriedad del problema, pero se quedo mudo de la sorpresa. No era su compañera, o mejor dicho si... pero no la que debía ser.

  4. Planilla de Compra​s Normales para Personajes:

     

    ID: 121579
    Nick: Oliver Gaunt
    Link a la Bóveda Trastero: ---
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 113148

    Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): ---
    Fecha: 2019-12-31

    Objeto: Tienda mágica de lujo
    Puntos: 80
    Precio: 4000 g

    Objeto: Nimbus 3000
    Puntos: 20
    Precio: 1000 g

    Total de puntos:
    Total de Galeones:

  5. La montaña resplandeciente de nieve no se inmutaba al acercamiento de los magos sobre threstal. Las condiciones climatologías nunca mejoraron produciendoles un frío que podría ser mortal si fueran humanos sin una gota de magia. Oliver era humano, pero el escudo protector de temperatura corporal que había invocado lo mantenía protegido, no del todo, pero lo suficiente para resistir. La vista panorámica que les daba la altura le permitió ver una entrada subterránea en medio de la montaña. Era un hueco que solo se vería arriba, porque cualquiera que se acercara caería redondo dentro de él.

     

    -¡¡¡Mira!!! -Grito emocionado a su compañera congoleña señalandole lo que veía y hacia donde estaban yendo los animales.

     

    Al llegar Liji aterrizo con suavidad sin contratiempos. Oliver se apeo sin problemas de su lomo, dándole una palmada en el pico en señal de agradecimiento. Lamentaba no tener alguna cosa mas sustanciosa para regalarle, pero ir con un ratón en su bolsillo nunca había sido una opción. Luego se alejo dejandole el espacio que necesitaba el animal para que descansara de una vez. Aprovecho a quitarse los guantes para empezara a restregar las manos y hacer que la circulación retomara su ritmo. Vio que la congoleña aterrizaba de forma normal y se acerco para ayudarla. El castaño no olvidaba que ella representaba a un país y que fuera a exponerse a semejante peligro por el bien común, hacia que le tuvieran un respeto enorme.

     

    -¿te sientes bien? -Preguntó con rapidez al ver que la mujer rehusaba su ayuda y se ocultaba la cara con la capucha.

     

    Sin embargo la dejo en paz al darse cuenta que no quería hablar con él. Oliver no se andaba con muchas vueltas, se acerco a darle unas palmadas al Threstal que ella había usado como lo había hecho con Liji, luego retomo el camino para empezar a cruzar la entrada subterránea que habían ido a buscar. Se toparon con una enorme ciudad... de gigantes. Mas no es lo único que ven. Unas estatuas de humanos congelados formaban una fila parecida a tótem decorativos. Oliver pudo notar que bajo la capa de frío hilo las personas aun respiraban. También se destacaban unos extraños símbolos que refulgían de un color mas profundo.

     

    -¿Que significaran estas cosas? -Pregunto a la congoleña, aunque le daba la espalda aun. No se animaba a tocar la superficie de las estatuas, pero la mano le picaba por las ganas de hacerlo.

     

    -Son humanos hechizados - Respondió una mujer semi-gigante apareciendo frente a los dos magos - Soy Yara, mi pueblo esta encantado por alguna maldición que los pone furiosos.

     

    -¿Estas runas tienen algo que ver? -Dijo notando que Yara también las llevaba, con la diferencia que las que ella llevaba marcadas en la piel no brillaban.

     

    -Ayúdenme y salven a mi gente. Nosotros no somos violentos, nuestra cultura es pacifica -Imploró con los ojos llenos de lagrimas - No queremos una guerra con los magos. Las runas pertenecen a la marca de la reina del pueblo de las nieves. Eran de protección, se manejan según estados emocionales tengo por sabido. Pero algo no esta bien.

     

    -Intentaremos ayudar, gracias por tus palabras, Yara-Respondió Oliver con tono tranquilizador. Mientras se ponía en marcha para adentrarse en la ciudad. No sabia como iba a resolver aquel problema siendo un extraño. Pero lo debía de resolver con urgencia.

  6. La emoción del viaje le había impedido a Oliver, notar que su vestimenta no era adecuada para esa clase de clima. El frío helado de la ventisca pronto redujo la temperatura de su cuerpo, poniéndolo a tiritar. Tuvo que sacar la varita y cambiar sus ropas en pleno vuelo para no morir congelado. Su traje de vestir fue reemplazado por un pantalón de cachemira, una camiseta de mangas largas, una campera de cordero gruesa color pardo, guantes, gorro con orejeras incorporadas y unas botas de trabajo con puntillas en la suela para caminar sobre nieve. Eso amainó el proceso de congelamiento que estaba empezando a sufrir. Pudo volver a sentir los dedos, lo suficiente para notar con el tacto el material del que estaban compuesto los guantes. En todo esos momentos, Oliver no dejo de prestar verdadera atención a la respuesta de la congoleña. Ella parecía estar disfrutando el vuelo tanto como él.

     

    -Estamos cerca - Escuchó que decía el explorador guía, antes de gritarle mas indicaciones que apenas pudieron escuchar con los fuertes vientos.

     

    -¿Que dijiste? -Grito el Gaunt antes de quedarse sorprendido al ver que el hombre daba una vuelta con su animal y empezaba el regreso dejándolos a su suerte. Borró la expresión de sorpresa al cruzar la mirada con su acompañante. No era adecuado parecer débil, cuando se había hecho todo el gallito frente a muchas personas tan solo para tener la oportunidad de participar en la expedición.

     

    Liji empezó el descenso, seguido de cerca por el otro threstal. Ambos animales contaban con la asombrosa capacidad de guiarse con exactitud desde cualquier punto del planeta. Como si tuvieran un radar incorporado. El Gaunt no dejaba de estar maravillado con aquellos animales que empezaban a volar cerca de la montañas. A pesar de tener poca información sobre lo que había pasado con los gigantes, Oliver pudo ver grandes manchas rojas sobre la nieve, producto de alguno de los enfrentamientos. Ya podía oler en el aire el peligro al que se estaban exponiendo.

     

    -Sostente fuerte, no mires hacia abajo -Le grito indicaciones a la congoleña para que no se asustara.

  7. La suerte estuvo del lado de Oliver. Tanto políticos como celebridades internacionales que habían asistido al encuentro, estuvieron de acuerdo en que era mejor ir de forma pacifista para ver que estaba sucediendo. La expectativa del Gaunt empezaron aumentar con el correr de los minutos. Pronto estuvo todo dado para que pudieran partir un selecto grupo de magos que no tenían mucho que perder. Los antiguos exploradores les dieron indicaciones como mejor pudieron. No contaban con todas las luces para relatar cada detalle exacto, como si tuvieran una laguna mental con respecto a las montañas. Aunque decidieron que la mejor forma de viajar era con Threstal.

     

    Al final de las vueltas con decisiones se vieron truncadas al notar que solo dos animales voladores quedaban en buen estado para hacer el viaje. No habia tiempo para ir por mas. Asi que el pequeño grupo de valientes, se redujo dramáticamente a Oliver y una mujer de color. Ambos contaban con experiencia en combate, según dijeron, y mucha mas en el campo con animales difíciles. Sin mas vueltas, el destino los dejo volar hacia las montañas con mas dudas que certezas.

     

    El poder de las alas del animal, le producían paz a Oliver. Le encantaba volar a lomo de los animales. Su experiencia en dragones lo habían llevado a muchos lugares peculiares a lo largo de los años. Ningún medio de transporte le había encantado tanto como volar sobre un dragón u animal, como en ese caso. Su sonrisa lo demostraba. El threstal de nombre Liji parecía estar acostumbrado al clima hostil que estaban atravesando.

     

    -¿Estas bien? -Le grito a su compañera de viaje dándose vuelta para poder verla mejor. Ella viajaba unos dos metros detrás de él. Por un momento, Oliver se había olvidado que viaja acompañado - ¿Tienes mucho frío? -Volvió a gritar esperando que sus palabras le llegaran, y no se las llevara el ruido del viento. Estaban empezando atravesar una ventisca intensa.

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  8. La travesía en barco por las aguas heladas de un mar embravecido, dejo a Oliver tiritando de frío. Por más abrigo que se hubiera puesto encima, las olas no habían tenido piedad con el grupo de personas que viajaban, en su mayoría eran Nomaj que viajaban para asistir al encuentro internacional con naciones en guerra. Era importante llegar a un acuerdo para detener la pelea entre seres mágicos. Oliver no había perdido la oportunidad de presentarse. La logística del viaje, le había tomado más tiempo que la decisión en si. Averiguar los puntos de trasladores legales para acercarlo al Durmstrang le había costado un buen dineral y paciencia en grandes dosis.

     

    Luego de dos trasladores, el barco negro los había esperado para llevarlos al colegio mágico que tenía un hechizo contra localización. Era un misterio donde quedaba geográficamente, aunque se daba una idea por la cantidad de hielo a su alrededor. En la cubierta del barco, el castaño paso las tres horas que duraba el viaje final. Aunque tenía reserva en un camarote, la sed de aventuras tan ligada a su carácter, lo había mantenido ayudando a la tripulación a mantener el barco a flote, luego de que empezaran las tormentas que los acompañarían durante todo el recorrido.

     

    Al llegar al castillo, Oliver se cambió las ropas mojadas de viaje, por un traje de vestir de tela cara. Contaba con que dentro del castillo hubiera calefacción, para no morir de hipotermia ante las bajas temperaturas. No se equivocó, dentro del rustico salón principal el ambiente estaba caldeado y muy tenso. Al poco rato de estar ahí presente, pudo saber que había gigantes de hielo reales en las montañas, y que algo u alguien, los había hecho atacar a los exploradores. Oliver no sabía del comportamiento de los gigantes, pero le parecía raro que actuaran de esa forma. Los gritos de muerte hacia los gigantes, hicieron que el castaño se pusiera tenso.

     

    -Disculpen que me entrometa, pero no podemos atacar a una especie sin saber los motivos de su accionar. A ningún país le conviene que entremos en más guerras, pero que esta vez, sea entre especies –Dijo en voz alta para las personas que tenía a su alrededor. Entre ellas una mujer del gobierno de algún país africano – Propongo ir a las montañas con un grupo de valientes, para ver que está ocurriendo.

     

    Solo quedaba saber cuál sería el dictamen final, aunque muchos magos ya estaban asintiendo a las palabras del Gaunt.

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    Mazmorra: Los Gigantes de Hielo
    Nivel mínimo: 1
    Participantes: Mínimo 2 jugadores - Máximo 3 jugadores (modalidad grupal)
    Dificultad: Fácil
    Repeticiones: Una vez al día, hasta alcanzar un máximo de 25.000G (los roles tienen que ser diferentes, no se admiten copias)

    En las profundidades de la montaña Galdhøpiggen, todavía viven los Gigantes de Hielo. Aunque no son amigos de los humanos y detestan a los invasores, durante muchos años estas criaturas se mantuvieron en paz con el pueblo escandinavo, por considerar a estas personas los descendientes del Pueblo de la Nieve. Los Gigantes permitían a los humanos escalar las montañas y recorrerlas, siempre y cuando no las dañaran ni se acercaran a su poblado. Sin embargo, de forma repentina, éstos comienzan a mostrarse agresivos con loa humanos que se acercan a las montañas y, peor todavía, hay reportes de que han comenzado a atacar los poblados cercanos y parece ser que su objetivo es el colegio Durmstrang.

    Estos ataques interrumpen el Gran Consenso Mágico que se celebra en el colegio para buscar la paz, amenazando no sólo el bienestar de los magos sino el futuro de la comunidad mágica. Aunque parece que ésto fracturará todavía más a los magos, éstos deciden reunir fuerzas para enfrentarse a ésta amenaza.

    Hitos de la Mazmorra:

    Deben hacer entre todos los posteos de rol y dados que se indican en estos hitos (mínimo 10 líneas cada posteo de rol).

    Hay que tener en cuenta las instrucciones para el manejo de dados. No nos hacemos responsables si los dados cambian de valor por no haber seguido bien las instrucciones indicadas. En cualquier caso, deberá guardarse captura de las tiradas y postear un link en el último posteo de la mazmorra. Observación: en caso de que el dado no se lance de forma correcta (por copiar o pegar mal el código, algún error de tipeo, etc), se permitirá repetir el lanzamiento.

    Los posteos de dados que se indican en los hitos, son sólo de dados, es decir, sólo se lanzará el roll, sin texto alguno.

    Te recomendamos leer bien los hitos de la mazmorra que se detallan a continuación.

    Primeros tres posteos (rol): Entre todos los participantes de las mazmorras, realizarán tres posteos de rol. Se encuentran en el colegio Durmstrang, donde magos de Europa e incluso otros continentes han sido invitados por el gobierno mágico escandinavo para buscar la paz y el fin de la guerra. El ambiente es tenso, sin embargo, y la situación empeora cuando un reducido grupo de magos aparece y explica que han sido atacados por Gigantes de Hielo. Para los magos esto suena a una fábula y una discusión se desencadena. ¿Es aquello verdad o una especie de truco para acabar la guerra así como así? Junto a tu grupo, cansado de las discusiones absurdas en un momento donde lo principal es buscar el bienestar común, decides alzar la voz.

    Junto a tus colegas hablas de forma diplomática con el resto de los magos y les hace entender que la amenaza puede ser real y que vale la pena investigar qué sucede, por el bienestar común. Al final, el grupo se organiza su partida hacia Galdhøpiggen. Los exploradores que apenas lograron regresar con vida, les proporcionan ayuda para su viaje.

    Cuarto posteo (dados): El equipo debe lanzar los dados una vez estén organizando su partida. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de tres caras.

    • Si el resultado es 1, los exploradores les proporcionan un mapa mágico de las montañas (el grupo obtiene el bonus Localización).
    • Si el resultado es 2, los exploradores les proporcionarán un threstal a cada uno de los miembros del grupo (el grupo obtiene el bonus Viaje Rápido)
    • Si el resultado es 3, los exploradores les proporcionarán un antiguo libro de magia (el grupo obtiene el bonus Arma Secreta).

    Hasta el séptimo posteo (rol): El equipo organiza su partida con la ayuda de los exploradores.

    Si el grupo obtuvo 1, los exploradores les proporcionan un mapa mágico de las montañas, detallando especialmente la comunidad subterránea de los Gigantes de Hielo.

    Si el grupo obtuvo 2, los exploradores les proporcionarán un threstal a cada uno de los miembros del grupo, lo cual les permitirá viajar con facilidad hacia la montaña.

    Si el grupo obtuvo 3, los exploradores les proporcionarán un antiguo libro de magia, con hechizos que les permitirán combatir a los gigantes.

    Finalmente el grupo parte hacia la montaña.

    Octavo post (dados): El equipo debe lanzar los dados una vez hayan partido hacia la montaña. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de dos caras.

    • Si el resultado es 1, el grupo llega a la montaña y es atacado por los Gigantes de Hielo.
    • Si el resultado es 2, el grupo llega a la montaña y son recibidos por un grupo de magos de la nieve.

    Notas

    • Si el grupo tiene el bonus Viaje Rápido, no realiza la tirada de dados. En cambio posteará "Bonus: Viaje Rápido".
    • Si el grupo tiene el bonus Localización, no realiza la tirada de dados. En cambio posteará "Bonus: Localización”.

    Hasta el décimo primer post (rol): El equipo llega a la montaña.

    Viaje Rápido: El grupo viaja en los threstal hacia las montañas, evitando los obstáculos del camino. Desde las alturas localizan la entrada hacia la comunidad subterránea de los gigantes. Observación: el grupo puede superar el hito actual en un único posteo de cualquier miembro y saltar a la siguiente tirada.

    Localización: El grupo logra moverse por la montaña sin ser detectado. Encuentran la entrada hacia la comunidad subterránea de los gigantes. Observación: el grupo puede superar el hito actual en un único posteo de cualquier miembro y saltar a la siguiente tirada.

    Si el grupo obtuvo 1, pasan días escalando la montaña por sus propios medios, ya sean mágicos o muggles. No están seguros de a dónde ir con exactitud, sólo tienen las vagas indicaciones de los exploradores en su memoria para guiarse. No es de extrañar entonces que a medida que se acerquen a la cima, comiencen a ser atacados por los Gigantes de Hielo. El grupo intenta defenderse, pero se encuentran en desventaja y son fácilmente derrotados. Una vez fuera de combate, son tomados como prisioneros.

    Si el grupo obtuvo 2, pasan días escalando la montaña por sus propios medios, ya sean mágicos o muggles. No están seguros de a dónde ir con exactitud, sólo tienen las vagas indicaciones de los exploradores en su memoria para guiarse. Pronto se dan cuenta de que están perdidos y no tienen la menor idea de qué hacer. El grupo es encontrado vagando sin rumbo por un reducido grupos de seres mágicos, que parecen personas como ellos pero tienen la piel pálida, el cabello azulado y controlan la magia del hielo. Son unas de las pocas gentes del Pueblo de la Nieve que quedan en el mundo. El grupo los convence de que están ahí con buenas intenciones y, ya que las gentes de la nieve tampoco quieren que los gigantes ataquen a los humanos, aceptan su ayuda. Los conducen de forma sigilosa al poblado de los Gigantes de Hielo.

    Finalmente el grupo está en el poblado de los Gigantes, un Bosque gigantesco con rutas y caminos deteriorados, y deben buscar la forma de hablar con ellos, averiguar qué sucede y convencerlos de que ellos no son los verdaderos enemigos. En el camino se topan con cientos de estatuas heladas recubiertas de nieve. Al acerarse descubren que se tratan de humanos congelados pues siguen respirando bajo la recubierta. Además, perciben que en sus cuerpos yacen inscritas runas antiguas que brillan en un intenso azul eléctrico.

    Yara, una mitad-gigante y la única que maneja varias lenguas humanas, les explica que la intromisión de unos exploradores nórdicos ha despertado la cólera de sus familiares, pero que hasta a ella le parece extraña la actitud que han tomado. Sugiere que se trata de algo más que solo el deseo de proteger al pueblo. El grupo le pide que interceda por ellos, pero Yara solo puede lograr una única reunión sin garantías para que puedan explicar sus motivos y peticiones.

    Antes de que Yara se retire el grupo se percata de que posee las mismas runas tatuadas en su piel, solo que las de ella no brillan, y le preguntan por éstas, a lo que ella responde que se trata de la Marca de la Reina, runas con las que el Pueblo de la Nieve ha decidido identificarse desde hace miles de años para que la magia de su gobernante los proteja, creando un vínculo irrompible con su magia y sus emociones.

    Décimo segundo post (dados): El equipo debe lanzar los dados una vez hayan terminado de hablar con Yara. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de dos caras.

    • Si el resultado es 1, el grupo es atacado por un gigante.
    • Si el resultado es 2, el grupo logra dialogar con los gigantes.

    Notas

    • Si el grupo tiene el bonus Arma Secreta, no realiza la tirada de dados. En cambio posteará "Bonus: Arma Secreta".

    Hasta el décimo quinto post (rol): El grupo se encuentra en el claro principal del Bosque Titiritante, el asentamiento principal de los Gigantes y en donde se ejecutan las pocas reuniones que requieren de una presencia masiva.

    Arma Secreta: El grupo es acreedor de un libro de magia cuyo contenido parece conectarse con sus mentes apenas lo tocan. Al pasar las páginas abren un pasaje que despierta a Gunther, el Hacha Ardiente, el espíritu de uno de los comandantes bárbaros que luchó en la contienda original contra el pueblo de la nieve. Es incapaz de articular palabras, pero se asegura de instruirles acerca de los hechizos y conjuros que han de utilizar para hacerle frente a la Magia Congelada de los Gigantes. Les sugiere convertir sus varitas en armas filosas de acero, pues son susceptibles a éste, y a su vez encantar las hojas para que estén calientes. Ante esta amenaza ancestral, los gigantes se aplacan inmediatamente; por otro lado, los gigantes sanos, para defender a los suyos, explican que no están actuando por sí mismos, sino que están siendo afectados por la Marca de la Reina en sus cuerpos. Al entender lo que sucede, los magos deciden bajar las armas e intentar ayudarlos. Observación: el grupo puede superar el hito actual hito en un único posteo de cualquier miembro y saltar a la siguiente tirada.

    Si el equipo obtuvo un 1, el Gigante Raktar se abalanza hacia ellos sin dejarlos comunicarse. Mide al menos ocho metros de largo y está armado con un árbol altísimo al que ha convertido en lanza. El grupo debe intentar derribarlo usando la torpeza del Gigante a su favor. Si lo logran, se darán cuenta que en su cuerpo la Marca de la Reina brillan igual en que los cuerpos congelados que presenciaron al principio. El equipo debe encontrar la forma de desvincularlo con éstas.

    Si el equipo obtuvo un 2, logran reunirse con los gigantes en el claro del Bosque Titiritante y entablan un diálogo usando la magia de las nieves que han ido aprendiendo durante el trayecto, pues éstos no hablan las lenguas humanas. Se percatan de que no todos los Gigantes están afectados por los efectos de la Marca, y son los sanos quienes contienen a los enfurecidos. El equipo le propone a los Gigantes lúcidos intervenir para liberarlos de la influencia de la Marca y éstos aceptan.

    Una vez el grupo comprende que los gigantes no están actuando por sí mismos deciden ayudarlos, buscando la forma de eliminar la Marca de la Reina para liberarlos.

    Décimo sexto post (dados): El equipo debe lanzar los dados cuando hayan resuelto ayudar a los gigantes. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de tres caras.

    • Si el resultado es 1, el grupo crea una cura a base de la llamada Flor Invernal.
    • Si el resultado es 2, el grupo crea amuletos para todos los gigantes, que bloquean la influencia de la Reina.
    • Si el resultado es 3, el grupo crea un hechizo que impacta en las Marcas de la Reina para eliminarlas.

    Hasta el décimo noveno post (rol): El grupo debe ingeniárselas para crear una forma que desvincule a los Gigantes de la Marca y a los humanos congelados por éstos.

    Si el grupo obtuvo 1, el equipo crea una espora a base de la Flor Invernal, una planta que crece en lo profundo del Bosque, y mediante ventiscas mágicas dispersarla por los aires y así regarla por toda la Montaña. Sus pétalos se plegarán a las Marcas y actuarán de inhibidores de la magia de la Reina.

    Si el grupo obtuvo 2, el equipo confecciona un amuleto al que hechizarán con la Maldición Gemino, y con la ayuda de los Gigantes lúcidos y el Pueblo de la Nieve se encargarán de colocárselos a los afectados. La magia del amuleto bloqueará la influencia de la Reina en ellos.

    Si el grupo obtuvo 3, el equipo diseña un rayo que, desde el cielo, impacte sobre las Marcas afectadas por la magia de la Reina. Para hacerlo también deberán crear la nube que almacenará dicho rayo.

    Último post: Al final, el equipo recibe alabanzas de los Gigantes y el Pueblo de la Nieve por sus actos, y pese a apoyarla ciegamente aceptan que la actitud de la Reina está fuera de control y necesita ayuda. Los humanos descongelados se unen a su encuentro, dirigidos por Yara, y les informan que llevaban así desde que habían descubierto, aparentemente, la entrada del Pueblo. Yara les hace saber lo mucho que los Gigantes sienten lo sucedido.

    Varios miembros del Pueblo de la Nieve les advierten que no todos están de acuerdo con ellos y que la Reina no necesitó activar la marca en los pueblerinos de la nieve para convencerlos de que los sureños representaban un peligro, por lo que les sugieren que vayan al encuentro de ella y traten de hacerla entrar en razón. Solo la Guardia de la Reina sabe la ubicación exacta de la Fortaleza donde ella se encuentra, pero les entregan un mapa que les ayudará a conseguirla.

    Es entonces cuando el grupo decide volver Dumstrang e informar de lo sucedido a las personas reunidas en el Gran Consenso. En el camino se percatan de que el frío se está volviendo cada vez más insoportable...

    Recompensas:

    Recompensa básica por completar la mazmorra:

    • 6000 galeones
    • 2 tiradas en la Ruleta Navideña.

    Recompensas adicionales:

    • Viajar por la montaña con el mapa de los exploradores: 1000 galeones
    • Viajar por la montaña en los threstals: 1000 galeones
    • Invocar a Gunther, el Hacha Ardiente: 1000 galeones
    • Ser encontrados por el Pueblo de la Nieve: 1000 galeones
    • Usar la torpeza del gigante Raktar en su contra: 1000 galeones
    • Entablar diálogo con los gigantes: 1000 galeones
    • Liberar a los gigantes del control de la Marca de la Reina: 1000 galeones
  10. Oliver sonrió ante la risa musical de la Tauro. No podía culparla por pensar que estaba loco o confundido. La verdad que apenas sabia, iba muy bien relacionado con la temática de Halloween que tenía la fiesta. Había cosas imposibles de creer y luego estaba la prueba latente, de que las locuras se hacían realidad. Se desprendió los botones del puño de la camisa para arremangar la tela hasta el codo. Estaba empezando a tener calor, producto de su nerviosismo.

     

     

    -No estoy confundido -Dijo por fin - Tú eras mi esposa en otra realidad –Mojó los labios con la lengua, cuando empezó a sentir que se le resecaban - Entiendo que parece una locura, pero existen diferentes realidades que conviven en este mismo universo –Explicó apoyando los codos en la mesa para inclinarse más hacia la bruja, para evitar tener que levantar la voz- Nosotros en una de ellos, nos casamos y éramos muy felices. Eras una exitosa magizoologa y creadora de pociones de reconocimiento mundial. Hubo un experimento que salió mal... y no logramos salir los dos de él. Yo si lo hice, cayendo aquí. Y la otra realidad ya no existe. Desapareció. Y algo de mi esposa quedo aquí fusionándose contigo que eres la que está viva.

     

    No quiso seguir hablando, no tenía forma de convencerla. Se volvió a sentar apoyando la espalda en el respaldo de la silla, para tomar una de las copas y beber un trago. Era champagne. Burbujeo sobre su lengua antes de desaparecer para refrescar su garganta y quitarse la culpa que empezaba a sentir de a poco. Como un malestar corporal antes de la gripe.

     


     

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  11. Oliver no sintió resistencia por parte de la bruja en el beso, pero si una leve respuesta que profundizo junto a su lengua. El sabor de ella era tan conocido que le dieron ganas de gemir del gusto. Acaricio el cabello azul, antes de que ella terminara de apartarlo con un pequeño empujón. Se sintió avergonzado de su impulso. Por mas que Tauro le sonara absurdamente familiar, no era nadie para asaltar de forma tan ruin su espacio personal. Menos para buscar un beso. Notó que sus mejillas tenían un pequeño rubor que le sentaba muy bien.

     

     

    -Lo siento, fue un impulso - Susurró bajando la mirada, mientras ponía las manos en los bolsillos del pantalón de etiquetar para evitar usarlas - No sé qué hago, la verdad –Continuó negando con la cabeza, nervioso, mientras ella le confesaba que necesitaba saber quién era.

     

     

    Oliver la siguió a una de las mesas decoradas para la ocasión. Tenía la esperanza de que ahí pudieran hablar más en privado sin ser interrumpidos. Estaba seguro que si empezaba a contarle todo lo que pasaba por su mente, la bruja huiría sin pensarlo dos veces. Se sentó abriendo la chaqueta del traje, para quitársela y colgarla en el respaldo de la silla. Poniéndose cómodo para la difícil tarea que tenía por delante.

     

     

     

    -Tú eras mi esposa -Dijo en voz alta sin pensarlo, y vislumbrando parte de aquella verdad que lo bloqueaba. La miró a los ojos intentando recordar más detalles.

     

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  12. Oliver mantuvo el silencio, mientras escuchaba la respuesta. La música que los llevaba haciéndolos danzar, era la misma que acompañaba con compases precisos cada palabra que saliera de la boca femenina. Le parecía muy hermoso. La magia del momento se mantuvo a pesar del aviso que les dieron sobre la mesa dulce. El castaño estaba empezando a caer de nuevo en las dudas que tanto lo abordaban.

     

    -Si -Respondió antes de aclararle -No, no en lo que tu piensas, yo aun no me se la historia completa, es algo que me viene rondando la mente, pero no creo haberte mentido, solo dado parte de una verdad-La desesperación se hizo presente en su voz cuando intento pasar el bloqueo que mantenía su mente, pero le fue imposible.

     

    Vio que Tauro le esquivaba la mirada, y se apartaba de él. Lo mas raro que sintió fue la intensidad dolorosa del alejamiento de su cuerpo con el de ella. La tomo de la mano, porque no quería dejarla ir. No pensó en si estaba haciendo lo correcto, solo hizo lo que tenia ganas de hacer. Tomo el rostro de la mujer entre sus manos para fundir labios con los de ella en un beso apasionado. Era tan familiar que su corazón empezó a latir con prisa.

     

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  13. -Una copa de licor con miel por favor -Pidió al mesero que no tardo en traerle la bebida - Gracias -Al agarrar la copa para darle un pequeño sorbo, el Gaunt aprovecho ese lapsus de silencio para pensar que era lo que le preocupaba. Su reacción al abandono momentáneo de la mujer, lo había dejado contrariado algo muy parecido al disgusto.

     

     

    -Pasan demasiadas cosas cuando nos encontramos. Pero llevas razón, tampoco esperaba encontrarte aquí, recibí la invitación en el hotel y me pareció buena idea asistir para despejarme. Quiero conocer más personas -Comento mientras terminaba de un trago el licor saborizado y abandonaba la copa en la mesa.

     

     

    Cuando ella dijo su nombre el castaño la miro fijo a los ojos, le gustaba como sonaba en sus labios, y aunque la pregunta le pareció demasiada intima para un baile pacato de Halloween, de igual forma meditó un instante sobre ella para responder con sinceridad.

     

     

    -Busco una compañera que le gusta la aventura tanto como a mí, y si en el camino encontramos el amor, mucho mejor. ¿Tú que estás buscando?

     

    Un mozo atento volvió a llenarle la copa de licor. Aunque él no hizo esfuerzo en agarrarla. Mucho alcohol con el estómago vacío era una mala señal.

     


     

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  14. No le dio mucho tiempo a ser rechazado frente a todos los presentes. Oliver tomo a la mujer entre sus brazos y la saco a la pista a bailar. Rodeo su cintura con sus manos y centro su mirada en los ojos color cielo de la mujer. Sonrió antes las protestas femeninas. No le faltaban verdad a sus palabras, pero el castaño lejos de arrepentirse, se dio cuenta que lo volvería hacer una y otra vez solo para escucharla hablar de aquella forma tan sensual.

     

     

    -No me disculpare -Respondió con picardía, atrayéndola más a él y poniendo una de sus manos en el centro de su baja espalda - No acostumbro a bailar mucho en pareja, así que puedo decirte que si tengo suerte de que sea contigo –Bajó unos segundos la vista a sus labios, para luego volver a mirar sus ojos - Te propongo una conversación más divertida de la que tenías.

     

    Oliver era bastante diestro en el baile, su constante movilidad en la jaula con los dragones le habían dado más flexibilidad a la hora de utilizar su cuerpo, junto a un grado alto de sigilo. Llevo a la peliazul al ritmo de la música, con total fluidez por la pista. Sonriendo con cada giro en donde tenía plena vista de su silueta. Oliver estaba tan concentrado en la mujer que tenía en sus brazos, que apenas noto el entredicho de la pareja de al lado. Cuando quiso prestarles atención, parecía ser que el hombre se había marchado y Tauro rompió el encanto, para ir en busca de la rubia. No llego a decirle ni una palabra.

     

     

    Suspiro pensando en lo rápido que había terminado. La música estaba llegando a su fin, por lo que decidido hacer como que no pasaba nada, camino unos pasos para ir a buscar una bebida, pero su pareja de baile lo intercepto antes con una pregunta.

     

     

    -Estábamos bailando, pero ya termino. ¿Qué te puedo servir? -Pregunto contrariado.

     

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  15. Oliver noto al instante las pocas ganas del hombre de tener compañía. Se lo veía cansado como muchas veces terminaba él dentro de la jaula de un dragón, en un día extenso de trabajo. Pensar aquello no lo ayudaba, extrañaba demasiado el trabajo de campo. Londres era tan quieta. Su día a día eran entre polvorientos volúmenes olvidados. Sin mediar más palabra tomo un sorbo del licor antes de inclinarse apoyando la espalda en el respaldo del taburete.

     

     

    -Espero que tengas esa noche de tranquilidad, Sherlock -Respondió - Si cuando subes a tu habitación te sientes solo, no dudes en buscarme para tomar un copa - Ofreció antes de seguir bebiendo.

     

     

    La recepcionista bien atenta, le respondió las preguntas que había hecho con anterioridad al hombre. En esos momentos el Gaunt pudo imaginarse que la cantante sería una especie de atracción para los turistas como él. Estaba deseándola escucharla, por lo que pidió otra bebida para no quedarse con la garganta seca.

     

     

    -También quiero una habitación por una noche, señorita -Dijo mientras le daba los galeones en una bolsita - No creo que sea sensato que vuelva a mi hotel en un estado deplorable de alcohol.

     


     

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  16. Cuando Oliver volvió al hotel, luego de estar todo el día ahogándose en materiales bibliográficos, de donde saco abundante material para su investigación, se encontró con una invitación a una fiesta de Halloween. Sonrió pensando que sería la primera que viviría en Londres. No tenía idea como manejaban aquella fiestas por esos lados, en su país, solían hacer festejos por todos lados. La gente se la pasaba muy bien. Con aquello en mente, se vistió con un traje de gala negro con camisa blanca, sin corbata para verse no tan formal. Aunque era el Ministerio, su elección era pasarla bien y no estar incomodo toda la noche.

     

    Siguiendo las indicaciones que le dieron en la recepción, camino hasta adentrarse en el Ministerio de Magia Ingles. La decoración era muy detallista. Había mucha comida en consonancia con la temática de la noche. Las calabazas flotantes irradiaban una luz tenue que daban la iluminación justa a los invitados. No los encandilaba, no tampoco los dejaba esforzando la vista para ver. El Gaunt curioso por las mesas, hasta encontrar el recipiente que contenía ponche. Tomo uno de los vasos plásticos para servirse el líquido afrutado.

     

    Lo bebió mientras observaba a las demás personas invitadas al evento. Reconoció a una mujer en particular, porque destacaba por sobre las demás. No se acercó al instante, porque la vio disfrutar de una conversación con otras personas, incluido Sherlock un mago que había conocido hacia poco tiempo. Tomo fondo blanco y dejo el vaso sobre una de las mesas, mientras escuchaba que la música empezaba a sonar. Ahí fue cuando se aproximó al pequeño grupo, y le estiro la mano a la Tauro.

     

    -¿Me concedería esta pieza? -Preguntó con una pequeña sonrisa.

  17. Oliver había decidió conocer un poco más de la ciudad y los locales comerciales en el Diagon. Le parecían sumamente interesantes todas las propuestas que se le cruzaba a cada paso que daba por las calles. Había muchas cafeterías, todas demasiado diferentes para que una persona nunca se aburriera ningún día de su vida en el Londres mágico. El Gaunt ya conocía algunos lugares en los que era habitué y otros los iba conociendo en su tiempo libre. Los estudios en Hogwarts, más la investigación que estaba llevando a cabo, lo mantenían bastante ocupado.

     

    Esta vez buscaba una especie de diversión diferente. La fama del lugar lo había intrigado lo suficiente para ir a visitarlo y descubrir que era lo que tanto hacia hablar a las demás personas. El lugar era impecable, el castaño no tardo en ir a la barra, se quitó el saco para colgarlo en el respaldo del taburete, antes de tomar asiento. Pudo ver que al lado suyo había un hombre. Pidió un licor, mientras las luces se apagaban para que empezara el espectáculo.

     

    -¿Sabes si cantara alguien famoso en el escenario? -Le pregunto al hombre -Un gusto, soy Oliver -Continuó estirándole la mano para estrecharla.

     

     

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  18. Oliver le abrió la puerta del restaurante a Tauro, una vez afuera pudo respirar el aire de la noche con calma. Ese pequeño tiempo de silencio, mientras caminaban le dejo espacio para pensar si quería hablar del tema o concentrarse en el presente. Se decidió cuando ingresaban a la cafetería. Hablaría del tema, pero sin muchos detalles. Eso lo ayudaría a mantener lo más limpia la conversación con la mujer.

     

    Cuando tomaron asiento, un mozo les entrego la carta con la amplia gama de bocadillos, pasteles y demás delicias pasteleras. Tauro no dudo en hacer su pedido.

     

    -Quiero lo mismo, gracias –Dijo devolviendo la carta – Nunca lo probé, pero suena interesante.

     

    El café no tardo más que unos minutos en ser colocado en la mesa lista para su consumo. Oliver probó el líquido y lo encontró extraño al principio, al segundo sorbo, su paladar ya se había acostumbrado lo suficiente para encontrarle los matices, ya al tercero pudo decir que le gustaba.

     

    -Me haces acordar a una antigua novia que tuve en el colegio. Salimos por años, mientras terminábamos nuestros estudios. Luego nos separamos para cumplir nuestras metas –Contó –Nos comunicamos durante un tiempo por carta, luego desapareció. No se mas nada de ella. La busque, pero nadie sabe de su existencia. Es como si nunca hubiera existido –Sacó el medallón antiguo– Esto me lo regalo ella, es lo único que me permite sabes que no fue una ilusión.

     

     

     

     

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