GoshI

Goshi Black Rowle

Los ánimos se le habían diluido al escuchar al elfo excusar a su amo. Era esperable. Quién recibiría a una Black sin previo aviso a tan altas horas de la noche. Más alguien como Danyellus. No lo conocía demasiado, pero ya con haberlo visto un par de veces daba por sabido que era un hombre irritable ante la más mínima molestia. Incluso empezó a sentir que había pisado el palito una vez más, por lo que ya no tenía más ganas de estar allí. Demasiado desubicada había quedado su imagen en la Malfoy. Sumarle un nudo más a la piola no iba a servir de nada, sino todo lo contrario.

La mirada del elfo la incomodó un poco, como si la inspeccionara por completo. Goshi frunció los labios disgustada tomando ya la decisión de retirarse cuando un segundo elfo hizo presencia. La vestimenta del mismo le llamó la atención, teniendo que llevarse la mano a la boca para no soltar una carcajada. No era muy difícil adivinar que la letra D se trataba del nombre de su amo. Lo extraño era que la criatura lo llevara cual emblema.

Ridículo, pero tan divertido que no podía contener fruncir las mejillas de la gracia que le provocaba.

-El amo Danyellus está jugando con su prima- explicó el elfo con un tono serio, casi desintersado. La Black abrió los ojos alzando las cejas a más no poder. Era demasiada información que la Black no quería darse por enterada. ¿Jugando? Pues mismo podría haber dicho haciendo bebés, que la impresión habría sido la misma.

-Entonces... Creo que...- Titubeó relajando el rostro, totalmente desganada.- Volveré en otro momen...

No hubo acabado la frase que un estruendo hizo temblar el suelo del Castillo. Goshi trastablilló agarrándose al marco de la puerta para no caer al suelo. La capucha se le quitó de la cabeza dejando al descubierto su pálido rostro enmarcado por un pelo enmarañado y sus ojos verdes se clavaban en el techo, como si buscara por los cielos la respuesta a aquel imprevisto. Cuando quiso incorporarse otro estallido retumbó por las paredes logrando que perdiera el equilibrio y caer dentro del vestíbulo.

Al levantar la mirada, la imagen fue horrorosa. La imagen jadeante de un elfo se le vino encima, cayendo de bruces justo frente a ella. Se incorporó sobre sus rodillas al ver el cuchillo clavado en su espalda y se llevó las manos a la boca nuevamente, pero esta vez de la impresión.

No podía despegar la mirada del cadáver de aquella criatura, siquiera cuando algo, seguramente uno de los elfos, la empujó haciendo que se levantara y moverse hasta detrás de uno de los sillones. No comprendía absolutamente nada y no podía pensar en más que la imagen de aquel cuchillo, la cual no dejaba de mirar desde la lejanía.

Cuando giró su rostro hacia el elfo que la acompañaba el mismo desapareció con un chasquido.

Estaba sola. Sola en el medio de lo que parecía haberse convertido en cuestión de unos minutos en un campo de batalla. Los elfos que estaban junto a ella hasta el momento habían desaparecido y no sabía de dónde provenían los estruendos. No pensaba asomarse del sillón, no hasta no tener la... ¡LA VARITA! Tanteó los bolsillos rápidamente pegándose cada vez más al respaldo, mirando hacia un lado y hacia otro. Maldijo al no encontrar nada entre sus ropas y se puso en cuclillas. Estaba sola y sólo la protegía un maldito sillón.

Otro estruendo la hizo caer sobre su trasero. Volvió a incorporarse despacio, sufriendo del dolor por el golpe en el hueso y en cuatro patas se dirigió hacia uno de los extremos asomando apenas la cabeza. El humo y el polvo que se había levantado provenía de lo que parecían ser las cocinas según lo que había dicho el muerto, pero no estaba dispuesta a averiguar mucho más. Miró hacia atrás. La puerta no se encontraba muchísimo más lejos que la escena donde todo transcurría. Bastaba con levantarse y salir corriendo.

Intentando no hacer ruido se irguió sobre sus dos piernas. Era un castillo habitado por locos, sin lugar a duda, y sólo faltaba que alguno de esos locos la escuchara y la invitara a su jueguito. Le dio la espalda al sofá donde se ocultaba y salió disparada hacia la puerta del vestíbulo, sólo que a mitad de camino un último temblor hizo que una lámpara cayera del techo sobre la cabeza de la Black, estampándola contra el suelo totalmente inconsciente junto al cadáver del elfo.

Federico Di Giorno

Una sonata por un cuarteto de cuerdas sonaba en el ambiente que había adornado a su gusto el joven Di Giorno. Lo llamaba habitación, pero para él era más que un lugar para dormir, sino un lugar donde relajarse, estar y donde seguro nadie ni nada se atrevía a molestarlo. Mantenía todo pulcramente ordenado, a nivel obsesivo, sobretodo los libros que ocupaban una basta biblioteca que se extendía a lo largo de la pared del lado opuesto a la ventana. Ventana, más podría llamarse hueco opaco, dado que se había ocupado de tapiarla a modo tal que no ingresara ni un sólo vestigio de luz.

La música adornaba la escena. Con un libro entre sus manos, sentado en el sillón de un cuerpo de terciopelo negro, la figura de Federico reposaba tranquila mientras su mente viajaba por paisajes entrecruzados ante cada palabra que recitaba en su cabeza. Cada tanto sonreía, hacía una pausa, tomaba de la copa de vino que tenía a su lado y la volvía a depositar sobre la mesa de luz junto a su varita. Su traje color rojo lo resaltaba en contraste con todos los colores de aquel habitáculo, que de por sí era bastante colorido. Ordenadamente colorido en una quíntuple cromía de rojos, verdes, violetas, negros y blancos. Su gusto era por demás particular.

El temblor del primer estruendo se había hecho resonar en todo el castillo y el segundo piso donde se encontraba la habitación de Federico no era una excepción. La vibración hizo mover la copa de vino la cual cayó de la mesa rompiéndose en pedacitos apenas hubo impactado contra el suelo.

Cerró el libro de un golpe dejándolo a un lado y se tomó la cabeza con ambas manos conteniendo la rabia. Miró hacia un costado.

La alfombra blanca.

La mancha de vino tinto se había exparsido de tal forma que no había forma de disimularla. Se mordió los labios y se levantó del sillón dirigiéndose hacia la puerta del cuarto. No llegó a tocar el picaporte que un segundo temblor hizo que perdiera el equilibrio por un segundo.

-¡¡¿Che diavolo è?!! -Abrió la puerta de par en par y salió a zancadas de su cuarto mirando para todos lados, buscando la procedencia de semejante escándalo.- Acaso no se puede estar tranquilo...

El próximo estruendo lo hizo retraerse, para luego asomarse por el barandal, notando la nube de polvo y humo provenir de las cocinas. Frunció el entrecejo. Sólo podía tratarse de alguien en particular y le disgustaba el hecho de tener que confirmar las teorías que aparecían en su cabeza.

-No de nuevo...

DDDDDDDDDDDDDDD: *pasa corriendo perseguida por un látigo, llega toda agitada llorando* T____T maldito Dany xD

Cómo andan? *-* Paso a avisar que Federico Di Giorno sigue vivo y más activo que nunca xD después tengo que editar mi ficha y agregar de alguna forma la familia, etc. Ya vi que me metiste en la guerra sin consultar antes ññ maldito espo *lo viola* xD pero me gusta, ya en un rato me paso a rolear por ahí.

Y creo que... no más o.o xD

*se mete en el pantano* :B

Paso a avisar que la ficha de Linnette Collingwood está aprobada.

Jeanne disculpa que no he pasado por la tuya, me excuso ya que por la caída del foro no pude hacerlo en el tiempo que disponía y ya es muy tarde por lo que debo irme a dormir. Si no pasa otro moderador, mañana lo hago sin falta.

vuelvo a repetir para que a nadie se le pase por alto si llega a pasar por acá, falta verificar la ficha de Jeanne

Objetos Mágicos:

Certificados por el Ministerio de Magia.

 

El Ministerio de Magia informa el personaje de Linnette Collingwood ha sido aprobado con el siguiente objeto.

 

Objeto: Varita mágica.

Clasificación: AA

Puntos: 20

Total de puntos: 20

 

De acuerdo a lo especificado en el tópico Ministerio de Magia v2.0, las fichas nuevas solamente pueden tener una varita mágica, para añadir más objetos y criaturas mágicas o no mágicas, podrás comprarlos próximamente en la Tienda .

 

Si aún no lo has hecho, no olvides inscribirte en la Academia de Magia y Hechicería, te ayudara a mejorar todos los aspectos de tu personaje. Puedes inscribirte en Oficina de Inscripciones, hasta que salgas de la Academia, tu rango social será el de Aprendiz y el Bando será neutral.

 

A los personajes inventados, es decir, que no son manejados por una cuenta, se les pone el ** para diferenciarlos. Recuerda que no puedes editar tu la ficha. Tienes que hacer postear de nuevo, aunque la primera vez que pidas una modificación hagas doble posteo para solicitar el cambio, el cual será realizado por un moderador. De esa forma vemos que no tengas cosas ilegales.

 

Atentamente:

GoshI

Moderadora de Harrylatino.org

Nota: La ficha y el perfil ya han sido actualizados.

La vampiresa prefería andar por la noche, cubriéndose de su enemigo el sol y su propia identidad. El mundo estaba repleto de curiosos que sólo atentaban contra el bienestar por el simple hecho de dejar correr un rumor. Como ex-reportera lo tenía muy en claro.

Avanzaba por los terrenos del Castillo Triviani, los cuales no recordaba haber transitado previamente. Sus ojos curiosos recorrían cada espacio, cada lugar por debajo de su capucha, registrando cada detalle entre tanto lujo e inmensidad. Se preguntaba si en Otterý existiría algún castillo pequeño, o alguna casilla, o si realmente todo lo que allí ocurría era en medio de la grandeza. El ostentoso castillo tenía un estilo particular que a la Black Rowle le agradaba y cuanto más se acercaba más podía darse el lujo de fijarse en los detalles.

Una vez hubo llegado a la puerta, a pie, como acostumbraba, golpeó con sus nudillos tres veces. Le dio la espalda para observar el pasaje, inmersa en sus pensamientos, cuando la voz de un elfo la interrumpió haciéndola voltear rápidamente.

-Buenas noches, soy Goshi Black Rowle, busco al señor Danyellus.- Sonrió tímidamente.- Lamento molestar a estar horas de la noche, ¿se encuentra despierto? Sino puedo volver en otro momento...

Borró su sonrisa del rostro y aguardó la respuesta mirando con atención a la criatura que la había atendido. Esperaba encontrar al Triviani, zanjar aquel asunto, olvidarse de los Malfoy y comenzar de nuevo con su vida.

No quería hacer doble post, pero vengo a dar un comunicado completamente diferente y si edito, nadie lo lee. Vengo a darme de baja de la Black. Lo venía pensando hace rato y siempre el orgullito de por medio me podía, pero necesito virar por nuevos rumbos y cambiar mi PJ, que ya no disfruto ni un poco rolear como venía. Voy a mantenerla como mi familia de origen, porque la historia nunca se cambia, pero no la tendré como oficial en la ficha, por lo que por políticas Menxu, te dejo a vos a cargo de hacer lo que tengas que hacer. Respecto a mis hijos, que se comuniquen conmigo en el caso de que quieran seguir siéndolo, ya veré para dónde parto.

Nunca pensé que finalmente haría esto, pero bueno. Me sorprendo incluso a mí misma. No hay que arrepentirse de las decisiones tomadas dicen.

Y bueno, nada más, sólo eso, gracias por estos 7 años de magia familia :3

Buenas nochieees! Vengo a editar la ficha para agregar que soy Matriarca de la familia Rowle No tengo mucho más que agregar T.T debería agregar cosas a la historia, pero lo haré más adelante. Tengo que completar las dos líneas? De verdad? .-. xD bueno, dejo galletitas a quien pase por aquí! Saludos!! *o* y mil gracias!

Yo la adopto si tengo lugar y me acepta Menxu :3 fijate y avisame. Próximamente paso por la Black, ando un tanto Canciondehieloyfueguizada xDDDDDDDDDDDD los quiero mucho familia n.n y saluditos queme voy a ver a Sonata Arctica y lleno las dos líneas diciendo cualquier cosa lalala:

El Atrio del ministerio era un espacio que lograba minimizar a cualquier mago que se posicionara ante su grandeza. Sus paredes, su mobiliario, los eternos pasillos y las lujosas chimeneas generaban un clima que sólo podía reflejar una sóla cosa: PODER. Allí, en el Ministerio de Magia, se centraba el poder de todo el Mundo Mágico en sus distintos hámbitos.

La cantidad de gente excedía lo límites que la Black podía tolerar, por lo que esperaba sólamente estar de paso por allí, para retornar nuevamente a su oficina. Había pensado en tomar unas cuantas fotos, no sólo por tener de reserva, sino para mostrarle a su jefa su calidad de trabajo. La entrevista en el negocio de Filos y ruedas le había dado muy poco material, por lo que debía esforzarse un poco más.

Con la cámara en mano ingresó al recinto, vislumbrando cada detalle para dar con el encuadre indicado que ameritara una gran foto.

Los empujones de la gente le impedían concentrarse. Parecían apurados, desencajados, como si alguien los corriera o estuviesen ascelerados por arte de magia. Eso comenzaba a molestarle. Comenzó a abrirse paso entre la gente con la cámara en alto para no golpearla, hasta que llegó al otro lado situándose en un rincón que le brindaba la unión de dos de las paredes que la rodeaban.

Tomó la cámara con fuerza y apuntó con el lente a un grupo de personas que se encontraba charlando a viva voz. Pero algo la detuvo. Manteniéndose en su posición, de reojo notó unos extraños movimientos. El hombre que estaba allí situadio pareció alborotarse con una nota que había recibido en sus manos, lanzándose a correr hacia los pisos superiores.

Bajó la cámara y un mago medio destartalado la chocó por el hombro.

-¡Ey! Ten cuidado...

-Disculpa... ¿estás bien?

La Black se sacudió el hombro y le sonrió de lado.

-Estoy bien, gracias. No tienes que disculparte. -Bajó el tono de voz. Lo tomó de la mano y le depositó disimuladamente unas cuantas monedas en su palma, clavando sus ojos verdes en la mirada de aquel hombre.- Dime qué ocurre allí arriba, si sabes algo...

El hombre le sonrió.

Entraba a la oficina nuevamente agarrándose de las paredes, cruzando un pie delante de otro a falta del equilibrio y tomándose de la cabeza con su mano libre. Cualquiera que la hubiese visto desde afuera podría jurar que estaba entrando al trabajo completamente borracha y fuera de sí. Se apoyó sobre la mesada de la recepción, levantando la mirada a la vez que su dedo índice.

-Señorita Black, estas no son formas de llegar al trabajo.- La voz chillona de la recepcionista.- Tendré que informarle a la señorita Weas...

-¡LLAMA UN SANADOR! -La interrumpió.- ¡Y rápido!

Giró sobre sus talones y apoyó su espalda contra el estrado de la recepcionista, cerrando los ojos y dejándose caer hasta quedar sentada en el suelo. El efecto de aquel encantamiento que había contraído en el Departamento de Accidentes Mágicos había empeorado, y ya ni siquiera reconocía figuras más que voces. Todo era una extraña y difusa psicodelia de colores, los cuales incluso le costaba diferenciar.

Sintió un dolor horrible en el estómago y giró hacia un costado del impulso al largar un vómito asqueroso, manchando el suelo y parte del escritorio. De no ser una superficie lisa, habría ensuciado las piernas de aquella mujer. No lo habría lamentado la verdad.

-Mi cámara...

Llevó la nuca hacia atrás, limpiándose la boca y cerró los ojos nuevamente, quedándose inmóvil, en una especie de trance.

-¿La cámara?

Hizo caso omiso a todo lo que decía el Black Lestrange. Se tiró al sueño e intentó recoger el charco entre sus dedos como si tratara de rearmar su cámara con el líquido que veía a través de sus ojos. La señorita que acababa de entrar había hecho lo mismo, pero observó cómo el líquido se escurría entre sus dedos.

-Dame mi cámara, ¡quiero mi cámara devuelta!

Los ojos desorbitados de la Black denotaban que no se encontraba para nada en sus cabales. Rasguñaba el suelo, pero era inútil, el charco no se despegaba de allí, simplemente resbalaba y volvía a depositarse en su lugar. Parecía una gelatina, pero sus colores eran distintos. Incluso mutaban, entre dorados y verdes, luego marrones, hasta volverse tan turbios que se asemejaban al color negro cuando la sombra de la Black lo cubría.

-Mi cámara...

Rendida quedó de rodillas agachada en el suelo, apoyando ambas palmas y clavando la mirada en esa viscosa sustancia que se manchaba de sangre dibujando florituras como un surco que se abría por cada vibración del suelo. Levantó la mirada hacia Jock, que a esa altura era el único que reconocía en su estado ilusorio.

-¿QUIÉN TIENE MI CÁMARA?

Giró hacia el recién llegado y notó un bulto colorido que llevaba entre sus manos.

-¿Tú?

Se levantó del suelo de un salto y se lanzó hacia el desconocido para arrebatarle la cámara de las manos pensando que se trataba de la suya. Unos brazos la sostuvieron y una voz en el oído la hizo calmarse un poco.

Su desconcierto llegó a nivel máximo cuando notó la varita del Black Lestrange elevarse hacia el pecho de aquel hombre. Dio unos pasos hacia atrás aún con la cámara en mano. Sabía bien que no debía soltarla y que tampoco le serviría de mucho hacerlo, puesto que no traía la varita consigo. Una mujer había llegado al recinto al mismo tiempo que ella, conocida de Jock por lo que su modo actuar demostraba.

"¿Que vuelva a mirar qué?"

Allí no había nada más que las cinco personas que se debatían en palabras, la cámara de fotos y el mobiliario normal del departamento que la ojiverde recién tenía el gusto de admirar. Sus ojos se detuvieron en un par de sillones muy bonitos y volvió la mirada al ojimiel ya con gesto de preocupación.

-Mire, señor Black Lestrange. -El tono formal era característico de Goshi cuando se trataba de trabajo, así mismo fuera la otra persona su mejor amigo o incluso su amante.- Me encuentro en horario de trabajo y no comprendo realmente qué es lo que quiere que mire, BAJEN LA VARITA POR FAVOR -Elevó el tono de voz.- No ven que aquí no ocurre na...

Goshi se quedó boquiabierta cuando giró su rostro para mirar alrededor suyo. La cámara se le patinó entre sus dedos, derritiéndose cual cera hasta caer al suelo, formando un charco que se unía a una enorme mancha de sangre que cubría el suelo.

Se llevó las manos a la boca, totalmente desencajada, mirando aterrorizada cada cosa que ocurría, cada cambio de lugar, de estado y sobretodo, los colores. Se frotó los ojos varias veces.

-¿Qué rayos sucede? ¡JOCK! ¡Quítame lo que me has hecho!

Las noticias vuelan y las malas noticias se teletrasportan. Eso era algo que había aprendido muy bien en sus años como reportera del Profeta. Su ex directora Bel le había enseñado muy bien a no desperdiciar rumor o noticia de la cual se percatara, y esta vez no haría excepción a la regla que infundía en su moral. Menos tratándose de un evento de semejante índole. No le sorprendería que llegara a ser tapa de la edición del Profeta del mes siguiente si lograba una buena captura de los hechos.

Sus pasos se apresuraron por los pasillos del Ministerio, cuyo recorrido conocía lo suficiente como para tener en claro la ubicación de cada departamento. El Departamento de Accidentes y Catástrofes era un lugar que nunca había pisado, pero sí pasado por su puerta y escuchado rumores más que interesantes de sus acciones y eventos.

El rumor del ataque había llegado a Goshi por un aparente empleado que la cruzó en el atrio con la cámara en mano, mientras la Black realizaba un relevo de la edificación como back-up para futuras notas. Sin perder más tiempo, ni tener la posibilidad de avisar a sus compañeros de equipo, interrumpió su tarea con el fin de obtener la primicia. El Profeta se caracterizaba por tener el privilegio de abarcar los hechos más importantes del Mundo Mágico y eso lo ponía a la cabecera de la demanda periodística. Los diarios independientes y revistas no tenían ni una gota de relevancia al lado de semejante gigante, pero eso nunca condicionaba a los reporteros, quienes debían mantenerse en alerta constante sin dormirse en los laureles para mantener dicho prestigio.

Habiendo tomado el ascensor y llegado al piso correspondiente a tal departamento, tomó la cámara entre sus manos, atenta a cada movimiento que debía ser registrado. Escuchaba los murmullos al otro lado de la puerta, un tanto inquietantes, aunque las paredes le impedían entender las palabras que entrecruzaban sus actores.

Apenas hubo cruzado la puerta, la escena era más aburrida de lo que se la había dibujado en su imaginación.

-Buenas tardes... -Interrumpió un tanto dudosa la conversación mirando a cada uno de los sujetos que allí se encontraban. Su mirada se detuvo en Jock, alzando una ceja. Sacudió la cabeza y prosiguió.- Me presento, mi nombre es Goshi Black, reportera y fotógrafa del Profeta...

Extendió su mano hacia el caballero que se encontraba a su derecha, aparente directivo de aquel departamento.

-Me han comentado de inconvenientes que han surgido en este departamento, una especie de ataque o accidente; ¿puede ser?

Se encontraba un tanto atónita, puesto que todo allí parecía demasiado tranquilo. Esperaba no caer nuevamente en uno de esos tantos rumores falsos que corrían por todo el Ministerio.

Su rostro cambió totalmente frunciendo el entrecejo al escuchar el comentario de vaya a saber quién era que provenía de los pisos superiores. Giró su rostro hacia el muchacho y alzó una ceja. "Claro que sé el camino." Prefirió comerse los pensamientos al notar que su nuevo compañero volvía a hablarle en un tono un poco más amable. Estrechó su mano con firmeza.

-Goshi Black; -Soltó su mano cruzándose de brazos nuevamente.- y sí, he sido reportera hace un tiempo, cuando no teníamos ningún fotógrafo que nos hiciera el favor de ahorrarnos el trabajo.

Sonrió sarcástica y luego soltó una risita nerviosa. No quería arrancar con mal pie su primer día de trabajo, aunque no podía evitar ser frontal con quienes le daban una mala primera impresión.

-La cámara la he conservado de recuerdo y me pareció buena idea sacudirle el polvo.

Al escuchar su propuesta, la Black asintió en una clara muestra de interés. Frunció los labios pensativa. Aún no había hablado con la señorita Weasley y no sabría qué sería lo apropiado. Por otro lado, era su primer día de trabajo. No podía desperdiciar oportunidad.

-Antes que pedirle permiso, preferiría sorprenderla.

Fue extraño, pero sólo con una mirada parecían haberse entendido perfectamente. Cerró la cremallera de su morral y giró hacia la recepcionista apoyando bruscamente sus manos para llamar su atención.

-Te pido, si eres tan amable, que le dejes una nota a la directora informándole que he salido con el señor Laurent a tomar las fotografías de su nota.

No estaba segura si le haría el favor, pero ya no le importaba. Giró hacia el reportero y le sonrió ampliamente.

-¿Vamos? Llévame donde tengamos que ir -Frunció los hombros, sonrojándose.- No sé desaparecerme.

Aquel recorrido ya lo había hecho varias veces y lo tenía aprendido de memoria, por lo que no le hacía falta levantar su mirada del periòdico que llevaba entre manos para avanzar de forma correcta hacia las oficinas del Profeta. Era extraño leer notas que no pertenecieran a su autoría, y mucho más extraño le resultaba pensar en la posibilidad de que nuevamente se apropiaría de sus páginas con su trabajo.

La tarde anterior habìa pasado por la cocina del castillo Black. Su elfo, Warhol, dejaba todas las mañanas el periódico matutino encima de la mesada, pasaba todo el día ahí apoyado y a la noche era arrojado a la basura inmaculado. Y así se repetía todos los días. Evarela tendría su propio ejemplar y a Goshi no hacía más que traerle malos recuerdos tocar aquellas páginas. Pero esa tarde fue diferente.

El profeta necesitaba un fotógrafo y ese anuncio llamó la atención de la Black en primer instancia. Siquiera había tenido que abrir el tomo para consultar sus notas ya que el aviso se encontraba en primera plana, como si se tratara de urgencia.

Y allí estaba, camino al Profeta. No estaba segura de si hacía lo correcto, pero al menos lo intentaba. Extrañaba aquel lugar, su gente, las tareas. Lo que no recordaba era el por qué lo había dejado.

Ingresó al establecimiento. La recepción no había cambiado para nada. Mismos sillones, la misma pintura en las paredes; salvo la decoración y un par de cuadros, todo se encontraba en su lugar y el bochinche era el mismo escaleras arriba.

Una voz muy conocida la alejó de sus pensamientos haciéndola detenerse en seco.

-¿Usted de nuevo?

Frunció los labios. Las manos de Goshi se metieron rápidamente en el morral extrayendo una pequeña cámara. El flash de la cámara encegueció a la recepcionista, que se cubría los ojos frotándolos con ambas manos. La Black soltó una carcajada y extrajo la instantánea del aparato sacudiéndola, sosteniéndola sólamente con el pulgar y su dedo índice de la mano derecha.

-¿Le sorprende? -Respondió molesta, chasqueando la lengua, no se pondrìa a discutir nuevamente con la ineptitud de aquella mujer.- ¿Se encuentra la Directora? Vengo por el puesto de fotógrafa que han publicado en la semana.

Paró de sacudir la fotografía y se detuvo a observarla por un par de segundos, conteniendo la risa. La cara de asco de la recepcionista se transformaba en horror en aquella imagen, adquiriendo unos gestos muy extraños y casi cómicos.

-Esta me la quedaré, por si acaso...

Guardó la cámara junto con la fotografía dentro del morral y se cruzó de brazos esperando una respuesta de aquella mujer mirándola fijamente a los ojos.

Ola k aseeee! Vengo a editar mi ficha, extraño a Goshi, así que vueeeeeeeelvo de nuevo para no cambiar más de personaje (espero xD) Así como está tal cual todito, ya le agregué actualizaciones en la historia y en los conocimientos adquiridos por el ascenso y todo, así que no tienen que tocar nada, copy y paste Prometo no molestar mucho más xDDDD

Saluditos! *-* y gracias al que pase, le dejo chocolates.

De acá hasta el final:

Nombre del Personaje: Goshi Black Rowle(GoshI)

Sexo: Femenino

Edad: Joven, aparenta 24 años, tiene 28.

Nacionalidad: Inglesa

Familia(s):

* Familia Black /sanguínea

* Familia Rowle /adoptiva

Padre(s) Sanguíneo: Hop Frog (ante la ausencia del personaje Orión Black toma su lugar en el árbol familia)

Padre(s) Adoptivos: Bastian Black Rowle

Trabajo: --

Rango Social: Unicornios de Plata

Bando: Neutral

Rango dentro del Bando: -

Nivel de Poder Mágico: --

Puntos de poder en objetos: 20

Hechizos adicionales: --

Puntos de poder en criaturas: 10

Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

Habilidades Mágicas: --

Conocimientos Especiales:

- Artes Oscuras

- Idiomas

- Runas Antiguas

- Adivinación

Raza: Vampiro

• Vampiro desde: 4 años

• Mordido por: Carmen Prince, aunque apenas la recuerda, sólo le guarda rencor.

• Dieta: sangre de pequeños animales y humanos indefensos.

• Cualidades Especiales: Impulsiva, adquiere una fuerza y velocidad sobrenatural cuando huele sangre y no se controla

• Situación que causa el enojo/descontrol: Ver u oler sangre de cualquier tipo, sobretodo de licántropos. Estimula su instinto.

• Aspecto Físico Caracterizador: Cabello negro laceo por debajo de los hombros, contextura delgada, maquillaje corrido y ojos verdes que se transforman en color rojo cuando salta su instinto.

Aspecto Físico:

Delgada, de estatura mediana, cabello negro y lacio hasta la cintura, ojos verdes profundos, mejillas voluptuosas que se remarcan al sonreir y una pequeña marca de nacimiento en la parte baja de la espalda.

Casi siempre se viste con ropa cómoda, sean jeans o pantalones con camisas. Ama el color negro, blanco y verde, que demarcan su estado de ánimo según el color que use. Es muy rato que use zapatos de taco a menos que sea una ocasión muy elegante, a la cual asiste con dificultad para caminar, debido a su poca costumbre.

De piel pálida casi nunca es de arreglarse el maquillaje, por lo que casi siempre lleva en su piel el maquillaje corrido de los ojos, haciendo que su mirada se vuelva más intensa en contraste con el verde del iris.

Al convertirse en vampiro sus ojos se le tornan de un color rojizo profundo.

Cualidades Psicológicas:

Rebelde por naturaleza, le gusta la libertad, no le gusta que la mandoneen. Por otro lado es muy sensible y su familia lo más sagrado y su punto débil. El rencor logra dominarla fácilmente cuando lastiman a su familia o lastiman su orgullo, que es lo que más hace respetar. Siendo de fuerte carácter y un carisma entrañable, el dolor la hace alejar de sus amigos y sus seres queridos con mucha facilidad.

Al no poder controlar sus instintos como vampiro, huele sangre y entra en un estado de lapsus en el cual hasta pierde la conciencia, olvidando quién es la persona que se encuentre frente a sí obligándose inconcientemente a atacarlo, aunque esta misma persona sea un ser querido o alguien inocente. Al otro día logra olvidar todo lo ocurrido luego de dormir, lo que le produce un estado de confusión constante, repleto de vacíos en su memoria.

Historia:

Goshi es un personaje que ha tenido una historia de encuentros y desencuentros. Siempre ha sufrido por la ausencia de su padre desde muy jovencita, aunque bien supo seguir sus pasos en las ramas oscuras y sus capacidades cognitivas.

Su fidelidad hacia el señor tenebroso hizo que fuera aceptada junto a su legendaria hermana Alexia en la Marca Tenebrosa como mortìfaga, siendo desterrada por ausencia extendida luego de unos años a su servicio debido a su exilio, explicado líneas debajo.

Logró completar correctamente sus estudios en Hogwarts a tiempo, con muy buenas calificaciones sobre todo en artes oscuras, a pesar de los traspieses sufridos por las travesuras de su hermana apoyàndose siempre en su primo Fernando, fiel compañero de aventuras desde que eran muy pequeños.

La ausencia de su padre Hop hizo que se apegara mucho a su hermana y a quien ocuparía luego su lugar, Lord Mike. Su pasión por el nombre de su familia y su hermana la expusieron a muchos peligros a lo largo de toda su vida por salvar a Alexia, lo que la convirtió años más tarde en una mujer fuerte y fría por fuera, aunque sus debilidades siempre salen a la luz en situaciones extremas.

Tuvo que abandonar su hogar para no poner en peligro a su familia. La traición de alguien muy querido suyo hacia la Marca Tenebrosa la hizo escapar del mundo màgico para poder recomponer las cosas, e intentar no exponer a más de sus seres queridos a un peligro mortal. Así cambió su nombre para tratar de esconderse lo más posible de los peligros y emprendió un viaje alrededor del mundo para aclarar la cabeza, aunque no lo logró. La nostalgia le hizo romper esa promesa de no volver nunca más, emprendiendo su regreso luego de cuatro años a su ciudad natal, pensando que pasado tanto tiempo podría por lo menos pasar a visitar a su familia.

Al volver a Ottery, encontrando su hogar muy cambiado, Orión la recogió a su nombre para ocupar ese lugar de padre que ella siempre anhela por encontrar en alguien. Nada es lo mismo desde su exilio, las cosas han cambiado mucho desde entonces y personalmente no encuentra en ningún lado, ni siquiera en su propia casa, aquello que alguna vez logró llamar hogar.

En los tres años anteriores a su regreso al Castillo Black, su persecución a través de diferentes países fue atroz gracias a las injurias de su hermana y a su mala suerte tratando de protegerla.

El último encuentro que tuvo dejó en ella una grave herida, que la marcó para la eternidad. Fue secuestrada con la intención de asustarla por los enemigos de su hermana, pero el secuestro pasó para peor cuando el enfrentamiento y la resistencia de la joven Black hicieron que su cuerpo sufriera heridas múltiples, que casi la llevan a la muerte.

Allí conoció a una joven muchacha que rondaba por allí, cuando fue arrojada en la puerta de su mansión. Su deseo de seguir viviendo fueron cumplidos gracias a la joven que se presentó allí y gracias a un par de dientes que clavándose en su cuello la llevaron junto a ella hacia una condena sin fin.

Fue aceptada nuevamente en la Marca Tenebrosa, luego de mostrar fidelidad absoluta mediante sus acciones, aunque luego fue abandonando el bando por motus propio, por seguir nuevos caminos sin estar atada a nada. Las incontables muertes por dentro la hacían sentír un poco avergonzada. Pero su piel ya estaba manchada de sangre por solo el hecho de sobrevivir. De a poco adoptar esta doctrina se le fue haciendo cada vez más fácil. La venganza es un chocolate que la tienta de vez en cuando, la lujuria lo que la aleja de las penas por un rato. El alcohol y el cigarro se volvieron sus nuevos vicios, pa'olvidar aquellas penas y sumergirse en la condena de aguantar todo dolor.

Anexo a la historia: Federico Di Giorno (alias Dimitri)

 

Vampiro de nacionalidad italiana. Hijo de Stefan y Amanda Di Giorno. Aspecto joven, pero ronda los 320 años de edad. Delgado, de contextura pequeña. Su estatura no supera los 1,70m., lo cual lo hacen un hombre pequeñito. La fuerza se la da su raza y los músculos bien formados, que no son voluptuosos, pero conforman casi el total de su masa corporal. Manos delgadas y de dedos largos, piel blanca y las uñas siempre prolijas.

 

Egoísta por sobre todas las cosas. Sarcástico, avaro, y un auténtico cara de póker, de esos que esconden un as bajo la manga, mostrando una cara completamente diferente a lo que piensa o le sucede realmente. Actúa siempre por conveniencia, sin importarle el bien ajeno.

 

Conexión con Goshi:

Al parecer un grupo de magos de extraña procedencia estaba contratando, bajo buena paga y la garantía de protección, a seres para distintas tareas clandestinas, que incluían el saqueo, la persecusión e incluso el asesinato de seres a los que ellos llamaban "traidores a la sangre". A Federico le llamó mucho la atención, no tenía nada que perder con enlistarse a un grupo que no haría más que hacer lo que él realizaba cada noche con el fin de satisfacer su apetito. Incluso estaba cansado de que matar fuera sólo para esa finalidad, deseaba tener algo más que le entusiasmara.

 

El problema fue no haber realizado su primer misión del todo bien. Goshi Black fue para él más que un objetivo más, una debilidad. Conocerla esos días fue algo extraño, que incluso disfrutaba. Las charlas de música eran interminables y sus ojos verdes le recordaban a los pequeños ojos de su hermana Carola. Mirarla a los ojos el día de la golpiza fue lo que le impidió matarla, compadeciéndose de ella y arrojándola a los jardines de su castillo para que se recuperara. Era extraño en él, a él, que no le importaba nada ni nadie ya a esa altura.

 

Volver a pisar el terreno de los Black fue un error. O quizás más bien lo que merecía por sus actos. Lo que le jugó en contra fue no haberla encontrado a Goshi, sino a su prima, Evarela, que bien conocía los relatos de la Black, reconociendo al victimario de inmediato, no sólo por el identikit, sino más bien porque el inútil fue en pos de pedir disculpas.

 

Las disculpas fueron en vano y la justicia por mano propia de Evarela Black convirtieron al joven Federico en un gato negro, cuyo castigo fue la convivencia con su víctima, observando día tras día el padecimiento de su condición de vampiro, por culpa de haberla llevado casi a la muerte.

 

"Dimitri me parece un buen nombre para un gato tan curioso como él, ¿no te parece prima? Sí, te pondré Dimitri, ¡y serás mi compañía por siempre bonito gatito!"

Objeto Magico Legendario:

--

Objetos Magicos:

Objeto 1: Varita mágica

Clasificación: AA

Puntos de poder: 20

Mascotas y Criaturas:

Criatura 1: Gato

Clasificación: X

Puntos de poder: 10

Su gato se llama Dimitri, en honor al personaje de la película Anastasia. Es un gato muy independiente y coqueto pero a la vez muy cariñoso sobretodo con su ama Goshi. Su pelaje es color negro y sus ojos amarillentos un poco tirando al color verde. (ver Anexo en historia)

Criaturas en la Reserva:

Criatura 1: --

Clasificación: --

Puntos de poder: --

Elfos:

• Nombre del elfo: Warhol

Es tartamudo debido a que desde muy chiquito fue torturado por sus antiguos amos volviéndolo un ser temeroso que ante situaciones de estrés le cuesta hablar. Lleva un moño rojo en su cuello que le oculta una profunda cicatriz de la piel. Es el único que conoce cada secreto que guarda la Black.

Su patronus es un cuervo negro.

Durante su exilio, antes de ser desterrada de la Marca Tenebrosa ella misma tomó un cuchillo con el que provocó una enorme cicatriz a lo largo de todo su antebrazo, por desesperación por ocultar la Marca que debajo de ella luego de unos días desapareció. Por esto puede ser condenada, y lo es, por alta traición, aunque dentro de sí ella sabe muy bien que le sigue siendo fiel al Señor Tenebroso.

Muere de amor por su primo Fernando, pero por esto último sumado a secretos, que mejor guardar en familia, teme acercársele demasiado. Cualquier otro romance o amorío que le surge siempre en el fondo será por intentar cubrir ese vacío, provocando lastimar al otro de forma frecuente. Su primo es, fue y será el amor de su vida mientras siga soñando cada noche con esos ojos grises.

El piano y el chocolate son sus dos pasiones. De chica siempre tocaba el piano junto a su hermana Alexia.

En cuanto a su alimentación prefiere hacerlo a escondidas debido a la vergüenza y el rencor que aún conserva en relación a su conversora.

Licencia de Aparición: --

Licencia de Vuelo de Escoba: --

Registro de XXX: --

--

Cronología de cargos:

--

Premios y reconocimientos:

--

Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 92152

Link a Bóveda Trastera: --

Link a Bóveda de Negocio: --

Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Black.

Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Rowle.

.-. o sea que ya no serás mi hijo mayor que salió de mis entrañas? D: xD te acepto de adotivo siempre y cuando alguna vez te pases maldeto ú.u creo que ni tu madre te conoce xD aunque ahora Goshi anda en el 5to sueño ya va a volver, a Dimitri le queda poco, si es que vuelvo a rolear XD ando demasiado vaga. Ya llené, no? o.o xD Los quieroooo *-*

El de la Marca chorrea ácido Pik xDDDD jajajaja

Awwwwwwwwww qué skin más bonito! me encantan los colores y todo, los hombrecitos de nieve son geniales XD jaja de verdad, los felicito! Mis saludos y respetos a todos los que trabajaron en el subforo, porque ha quedado genial. Espero poder participar de los juegos, que por el rol de bienvenida, pinta ser una gala interesante *--*

El amigo invisible resultó genial! Los regalos son todos muy bonitos, han trabajado un montón se ve! *o*

Jock xD el pascuero combina muy bien con el color de tus ojos *-* jaja

Queda muy lindo el skin con las firmas navideñas *o* ñawwww dejo de chorrear felicidad xD FELIZ NAVIDAD A TODOS!

EDIT: mi pony gangnamstylero hace juego con el skin en bajo contraste *O* JAJAJAJAJAJA

Lo único en lo que pensaba el italiano era en quitarse los harapos de encima. Estaba ansioso con llegar al castillo, subir a su antiguo cuarto, buscar la ropa que esperaba encontrar intacta, e irse. La última vez que había visto a su padre fue una situación de lo menos agradable, por lo que si era posible evitar cruzarse con él, estaría más que dichoso.

Del resto de la familia, apenas tenía registro. Habían pasado unos cuantos años desde la última vez que había pisado el castillo Triviani antes de su partida. Luego, los sucesos con la señorita Black le hicieron perder el rastro por completo, y estaba seguro que más de uno ya lo daría por muerto. No le importaba. Nadie le importaba a Federico, sólo su propia vida y sus intereses y aspiraciones. Quería llegar, tomar sus cosas, e irse. Llegar, tomar sus cosas, e irse. Llegar, tomar sus cosas, e ir...

-¡Señor Di Giorno!

La figura espantosa del elfo interrumpió su caminata por los jardines, habiendo interrumpido a su vez sus pensamientos con la voz chillona que tanto caracterizaba a la criatura. Había caminado casi todo el trayecto que separaba las calles de Ottery con la puerta del castillo sin despegar la mirada del sendero y los mugrosos zapatos que había conseguido saquear de la Black. Se sentía indigente, pobre, carente de orgullo. Todo ello lo recuperaría en cuanto se cobrara venganza de la Haughton; era algo que se recordaba todos los días cada vez que se levantaba de su lecho.

Levantó la mirada del suelo hacia los ojos de la criatura. Su rostro contenía un gesto para nada amable, frunciendo los labios para evitar maldecir en voz alta. Alzó las cejas al ver el rostro del elfo totalmente anonadado por su presencia y esbozó una media sonrisa. Llevó las manos hacia atrás, inclinándose ante el elfo, casi llegando con su nariz a la altura de sus orejas.

-¿Te sorprende verme sanguijuela? -Una gota de sudor recorría la frente del elfo, quien temblaba de pies a cabeza.

-Me alegra volver a verlo, señor...

-Bien... -Se incorporó y llevó las manos hacia adelante, frotando una con la otra. Comenzó a caminar, llevándose por delante la criatura, la cual perdió el equilibrio cayendo de costado. Federico continuó caminando, derecho hacia el estanque que separaba los jardines del castillo. Le alegraba en parte volver a sentir el aroma a podredumbre que florecía de sus aguas cuando los vientos del oeste soplaban vertiginosos, odiaba todo lo que se encontraba por detrás.- Prepara mi cuarto, lo quiero impecable. Ni un rastro de polvo. Quiero mi ropa doblada en cuatro partes, apilada en el armario de forma criteriosa. Al mínimo desorden no dudaré en cortarte el cuello. Si lo ves a mi padre, Danyellus, nunca me has visto, aunque seguro notará mi presencia. No hace falta que le avises que me encuentro aquí; o mejor dicho, ni lo intentes.

Llegando al borde del estanque, el elfo ya se encontraba enredado entre tantas órdenes y directivas que le imponía el italiano. Pero allí no se detuvo aún, pues no quería perder tiempo.

-Me traes de la cocina un par de panquecitos de miel con una jarra de cerveza de manteca. Luego me lustras los zapatos de charol, que espero no me los hayan hurtado, y, por último,...-Giró hacia el elfo, mirándolo a los ojos.-...me traes una rata.

El pequeño elfo se encontraba desconcertado luego de escuchar la última frase. ¿Una rata?

-Así es. -Entonó disgustado.- La rata más grande que encuentres me la traes, no sin antes despulgarla.

La realidad es que la dieta de Federico se había basado en los últimos años en sangre de ratas, ratones y pequeños mamíferos. Prefería no recordarlo, pero la costumbre se hace vicio y no podía dejar aquel impulso de un día para otro. Purgar su dieta constaría de un proceso lento y arduo. El elfo notó en sus ojos verdes la impaciencia del Triviani; asintió varias veces y se esfumó de allí para cumplir sus obligaciones.

Federico se rascó la barbilla, observando el reflejo del castillo en el agua.

Buenas bueeeenas *-* ando usando un nuevo PJ, Federico, que anda solitario en este muundoo D: y necesita de una familia xD

Siempre me llamó la atención la Triviani, no lo voy a negar ññ xD además encaja con mi PJ por su historia y demás asíii que, espero que me acepten :3

Nombre de Usuario: GoshI (pero mi personaje se llama Federico Di Giorno)

Ficha de Personaje: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=92096

Bóveda Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=92152

Preferencia sobre por quien quieres ser adoptado: Hijo adoptivo de Danyellus (espo *-* xDDDD *lo amenaza para que lo acepte con el látigo* ññ)

¿Que piensas de los Aurores? Aurores, en mis tiempos sólo servían para tener alguien a quién molestar xD

¿Prometes fidelidad y constancia a la causa de los Triviani?: Claro, sino viene Dany y me viola ú.u xD

¿Cuál es tu enfermedad mental?: Psicopatía

Saluditos *o*

Paso a decir que si tengo el cupo disponible puedo ofrecerme a adoptar a Gabrielle n.n pero eso tiene que confirmarlo Evarela ya que ando en duda xD

Por otro lado y no menos importante, vengo a hacer lo que prometí hace mucho tiempo MUAHAHAHAHAHAHAHAH

te agarré primoshaaa! sos mía! yo te dije, no me creíste lalala!

*O*

"Mussette le arrebata la magia a Evarela Black Haughton"

"La Muñeca te está vigilando"

Hace tan poco la cambié, ahora vengo a por otro cambio pero un poco más importante. Vengo a cambiar de personaje. Pueden copiar y reemplazar la ficha completa, total la de Goshi queda guardada en los posts anteriores y cuando la quiera volver a usar, la tomo de ahí n.n

Está en duda el tema familia, porque por el momento no quiero que pertenezca a ninguna familia mágica, pero veré eso luego. Qué más? o.o AH! y el registro como vampiro lo hago apenas me lo conviertan en humano On Rol ú.u xD

de acá en adelante tons:

Nombre del Personaje: Federico Di Giorno(Dimitri)

Sexo: Masculino

Edad: Aspecto joven, pero ronda los 320 años

Nacionalidad: Italiana

Familia(s):

* Familia Black /adoptiva

Sanguínea no tiene por el momento, es un personaje extranjero.

Padre(s) Sanguíneo: Stefan y Amanda Di Giorno

Padre(s) Adoptivos: -

Trabajo: --

Rango Social: Unicornios de Bronce

Bando: Neutral

Rango dentro del Bando: -

Nivel de Poder Mágico: --

Puntos de poder en objetos: 20

Hechizos adicionales: --

Puntos de poder en criaturas: 10

Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

Habilidades Mágicas: --

Conocimientos Especiales:

- Artes Oscuras

- Idiomas

Raza: Vampiro

• Vampiro desde: perdió la cuenta, pero casi 300 años

• Mordido por: desconoce, aunque dicen las malas lenguas que su primo Domenico fue el causante.

• Dieta: Sangre proveniente de seres humanos.

• Cualidades Especiales: No le gusta mancharse la ropa con sangre, su trabajo es fino y cuidadoso. Suele llevar a sus presas mediante la manipulación a lugares apartados, para no dejar rastro ni señales de sus actos.

• Situación que causa el enojo/descontrol: La histeria por parte de las mujeres.

• Aspecto Físico Caracterizador: Cuando se encuentra en estado de conversión por sed de sangre su piel se vuelve seca y áspera, casi escamosa, de un color blanco pálido. Las uñas no le crecen, se las cuida.

Aspecto Físico:

Delgado, de contextura pequeña. Su estatura no supera los 1,70m., lo cual lo hacen un hombre pequeñito. La fuerza se la da su raza y los músculos bien formados, que no son voluptuosos, pero conforman casi el total de su masa corporal. Manos delgadas y de dedos largos, piel blanca y las uñas siempre prolijas.

Su rostro es muy particular, no refleja mucho la personalidad de un tano, robusto y orgulloso, sino que se trata de uno de esos italianos refinados, cuyas facciones son delicadas y cada detalle de su rostro reflejan tímidamente su personalidad. Sus ojos pequeños y redondeados llaman la atención por el peculiar color verdeamarillento que los caracteriza. De labios finos, no suele sonreir mucho, salvo que la situación lo amerite realmente.

Siempre va vestido elegante, con los zapatos lustrados, pantalón de vestir, aunque fue adaptándose a cada época, luciendo "canchero", por transmitir una esencia fresca y joven a pesar de su extendida edad.

Cualidades Psicológicas:

Egoísta por sobre todas las cosas. Sarcástico, avaro, y un auténtico cara de póker, de esos que esconden un as bajo la manga, mostrando una cara completamente diferente a lo que piensa o le sucede realmente. Actúa siempre por conveniencia, sin importarle el bien ajeno.

Pulcro de los talones a la coronilla, le importa demasiado el aseo personal y el orden de sus cosas, ya a nivel obsesivo. Que algo se le desordene o que pierda el control de alguna situación lo pone en estado de shock, sacando su lado animal de adentro, o más bien su instinto asesino.

No le molesta ensuciarse las manos. Incluso podría decirse que tiene un morbo con ello, le gusta, lo disfruta en su justa medida. Pero no es tonto, para nada, su inteligencia y el hecho de ser un tipo completamente racional lo lleva a ser muy calculador con su forma de proceder.

Lo único que se le escapa y lo vuelven loco son las mujeres. Con ellas no puede lidiar; o sí, pero teniéndolas bajo su merced.

Historia:

Federico nació en Florencia, Italia, en el seno de una familia adinerada, cuyo status social le permitió desarrollarse tanto como artista, como de profesional en idiomas en la mejor academia que transitaba la época. Convivía casi todo el tiempo con su primo Domenico, ya que sus padres se pasaban el día ausentes debido al trabajo o el cuidado de su hermana menor Carola.

Carola era una chiquita con deficiencia mental, por lo que no vivía en su casa, sino en un internado donde era cuidada por doctores que tenían especialización en esos temas. Federico apenas logró conocerla de muy niña, pero de a poco fue olvidándose de ella ya que sus padres le tenían prohibido verla. La religión castigaba este tipo de enfermedades como "virus" aplicados por el mismísimo diablo, por lo que Federico era alejado para no ser contagiado de ese virus. Una tontera que para la época era bastante razonable por la mentalidad en la cual se vivía.

A pesar de las creencias religiosas, sus padres eran magos al igual que él, creyendo que los poderes mágicos eran un don proveniente de la gracia divina que había recaído sobre la familia por generaciones. No sucedía lo mismo con su hermana, claramente, que más allá del "virus", la deficiencia mental le impedía el desarrollo de sus conocimientos mágicos y la ejecución de hechizos. Ambos padres fueron los encargados de enseñarle el arte de la magia con total dedicación a lo largo de toda su infancia y adolescencia.

A los 23 años Federico ya se encontraba recibido en la academia como profesor de música y tallerista en pintura al óleo y dibujo, teniendo un amplio conocimiento del idioma griego, los distintos vocablos italianos, alemán, francés y un poco de español. El inglés llegó para el joven Di Giorno muchísimos años después.

Dicho año conoció un alumno, cuya paga le pareció bastante acorde para poder independizarse de sus padres. Debía viajar del pueblo dos días a la semana a unos cuantos kilómetros a las afueras de Florencia, volviendo recién a avanzadas horas de la noche. Este joven era muy amigo de Domenico, su primo, quien le había repartido el contacto. Lo que le llamaba la atención era el apego enorme que tenía su primo hacia este muchacho, del cual no tenía idea de dónde provenía; sólamente era un conocido y nada más.

Las clases eran más que entretenidas. El muchacho estaba más que interesado en aprender, lo que a Fede lo entusiasmaba muchísimo en su profesión. Lo que le empezó a resultar extraño, era la preocupación de sus padres.

Domenico desaparecía todos los días viajando a la casa de este muchacho. Fede tenía el gusto de verlo durante las clases, pero no más allá de eso, lo cual también empezó a molestarle.

Fue en el transcurso de una clase, que el muchacho se largó a la cocina a buscar algo de comer, cuando Federico aprovechó para enfrentar a su primo y preguntarle varias cosas. Todo ello terminó en una discusión bastante caótica. Domenico se encontraba fuera de sí, incluso sus ojos no eran los mismos, inyectados en sangre, como si la bronca emergiera por sus pupilas y lo transformaran completamente.

El muchacho se detuvo a un costado, observando la pelea, sonriendo de lado, como si la disfrutara incluso. No intervino ni dio señales de su presencia. Sólo dejó que aquello pasara. Y terminó ocurriendo. Las fauces de Domenico se incrustaron en el cuello de su primo, dejando que de su boca exhalara un alarido de dolor, que de no vivir en un lugar apartado, hubiese despertado a medio pueblo. Sentía cómo su sangre se iba escurriendo de sus venas, pero su diminuto cuerpo no podía impedirlo ya que la fuerza de su primo era mayor. Resistió lo que pudo, sacudiéndose frenéticamente hasta que sus músculos no pudieron más, cayendo rendido en la inconciencia.

Fue la última vez que vio a su primo. Al despertar ya no se encontraba allí. Su búsqueda desesperada sólo había encontrado la mirada del muchacho que le sonreía a los pies de la cama. "No pudo soportar verte así y huyó como gallina", fueron sus palabras. De todos modos poco y nada entendía, sólo que había sido atacado y visitado la muerte como cualquier museo, para volver a su lugar de inicio. Las palabras del muchacho no le sirvieron de consuelo. Él también se trataba de uno de ellos. Y Federico ahora también lo era. La vida le había sido devuelta por el mismo muchacho, en devolución de su arte, pero esa vida no era la misma. El joven sentía un vacío muy grande y tenía un sinfín de preguntas en su cabeza.

Decidió partir de allí a la noche siguiente, volviendo a sus pagos, donde sus padres esperaban preocupados su llegada. Por unas cuantas semanas intentó no dar explicaciones, ocultando lo ocurrido. Mientras tanto, la desaparición de Domenico era una incógnita que se unía a los últimos acontecimientos por simple conexión racional. Las abrumantes preguntas de sus padres lo volvían loco, a tal punto de escapar de su casa reiteradas veces por no aguantar los interrogatorios ni querer brindar respuestas.

Una tarde de abril el chico no aguantó más. Dirigiéndose a sus padres en un tono serio y convincente les explicó lo sucedido con su primo y su nueva condición. La reacción de sus padres fue claramente la más esperada. Lo acusaron de pecador, hijo del demonio, incluso le atribuían su "enfermedad" a una visita a su hermana, la cual nunca existió.

Totalmente enojado, no dudó en tomar sus cosas y partir de su casa, alejándose de Florencia y, en cuanto pudo, de Italia, emprendiendo un viaje por toda Europa ayudado por sus conocimientos.

Resumir 300 años de historia sería demasiado alevoso, pero básicamente Federico pasó sus días recorriendo ciudades, diversificando sus tareas, aumentando sus conocimientos y ampliando su cultura, modificando al mismo tiempo su acento, el cual de todos modos no perdía su raíz italiana.

El no apego a la tierra y a las personas le permitió desarrollarse como vampiro, enlistándose en distintas sectas y grupos que lo recibieron con gusto. Lo que fue el inicio de su fracaso, fue pisar Londres.

Un grupo de vampiros lo habían convocado para una tarea peculiar. Al parecer un grupo de magos de extraña procedencia estaba contratando, bajo buena paga y la garantía de protección, a seres para distintas tareas clandestinas, que incluían el saqueo, la persecusión e incluso el asesinato de seres a los que ellos llamaban "traidores a la sangre". A Federico le llamó mucho la atención, no tenía nada que perder con enlistarse a un grupo que no haría más que hacer lo que él realizaba cada noche con el fin de satisfacer su apetito. Incluso estaba cansado de que matar fuera sólo para esa finalidad, deseaba tener algo más que le entusiasmara.

El problema fue no haber realizado su primer misión del todo bien. Goshi Black fue para él más que un objetivo más, una debilidad. Conocerla esos días fue algo extraño, que incluso disfrutaba. Las charlas de música eran interminables y sus ojos verdes le recordaban a los pequeños ojos de su hermana Carola. Mirarla a los ojos el día de la golpiza fue lo que le impidió matarla, compadeciéndose de ella y arrojándola a los jardines de su castillo para que se recuperara. Era extraño en él, a él, que no le importaba nada ni nadie ya a esa altura.

Volver a pisar el terreno de los Black fue un error. O quizás más bien lo que merecía por sus actos. Lo que le jugó en contra fue no haberla encontrado a Goshi, sino a su prima, Evarela, que bien conocía los relatos de la Black, reconociendo al victimario de inmediato, no sólo por el identikit, sino más bien porque el inútil fue en pos de pedir disculpas.

Las disculpas fueron en vano y la justicia por mano propia de Evarela Black convirtieron al joven Federico en un gato negro, cuyo castigo fue la convivencia con su víctima, observando día tras día el padecimiento de su condición de vampiro, por culpa de haberla llevado casi a la muerte.

"Dimitri me parece un buen nombre para un gato tan curioso como él, ¿no te parece prima? Sí, te pondré Dimitri, ¡y serás mi compañía por siempre bonito gatito!"

Objeto Magico Legendario:

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Objetos Magicos:

Objeto 1: Varita mágica

Clasificación: AA

Puntos de poder: 20

Mascotas y Criaturas:

Criatura 1: -

Clasificación: -

Puntos de poder: -

Criaturas en la Reserva:

Criatura 1: --

Clasificación: --

Puntos de poder: --

Elfos:

• Nombre del elfo: Warhol

Es tartamudo debido a que desde muy chiquito fue torturado por sus antiguos amos volviéndolo un ser temeroso que ante situaciones de estrés le cuesta hablar. Lleva un moño rojo en su cuello que le oculta una profunda cicatriz de la piel. Se somete a las voluntades de Dimitri al aparecer en la Black, luego de repetidas amenazas.

Otros datos:

Le encanta tomar vino, del bueno.

Es amante de la vida de alta clase, de la ropa de alta costura y siempre impecable. No repite muda de ropa dos días seguidos y no puede estar sin lustrarse los zapatos antes de salir.

Si se pone nervioso, cosa muy extraña, le titila la comisura derecha del labio, como los gatos.

Toca el piano, el violín y la mandolina.

Ha pasado por distintos estilos de música, aunque el rock es algo que lo cautivó desde los años 70.

Su color favorito es el rojo.

Licencia de Aparición: --

Licencia de Vuelo de Escoba: --

Registro de XXX: --

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Cronología de cargos:

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Premios y reconocimientos:

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Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 92152

Link a Bóveda Trastera: --

Link a Bóveda de Negocio: --

Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Black.

Link a Bóveda Familiar 2: --

OMG! Fernando aceptando hijos aún? xD es el apocalipsiiiiii' jajajaja bienvenido Joe n.n ahora supongo que Evarela pasará a aceptarte y demás :3

En realidad pasaba a avisar mi cambio de personaje, que aún no está hecha la ficha, pero buem, quiero agregar a Federico "Dimitri" Di Giorno como amigo cercano de la familia, luego veré por qué familia será adoptado, aún no lo pensé. Saluditos *o*

Simplemente paso a felicitar a todos los ascendidos primero que nada!! Matt!! *-* joer! te lo mereces ninio, desde hace rato. Me sorprendió lo de mi hermanito Zack! no puedo creerlo *-* que orgullo de Black! y a todos los ascendidos, de verdad, hay muchos que se lo tenían merecido de hace rato n.n

Por otro lado, he leído medio por encima, de chismosa ya xD porque bueno, sabrán que me encuentro en la lista de las bajas, y me parecen geniales los cambios. Espero que funcionen para mejor y lleven adelante la Marca con mayor entusiasmo de parte de todos.

Y por último, agradecerles a todos, no hice una despedida formal, ni pienso hacerla, no lo veo necesario. La Marca ha sido mucho en mi vida y les agradezco cada momento que pasé por acá n.n Los quiero un montonazo!

Semper fidelis...!