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Sol Lestrange Black

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Mensajes publicados por Sol Lestrange Black

  1. Me estaba cansando un poco de estar ahí parados en medio del vestíbulo discutiendo cosas de familia. En cierta manera David tenía toda la razón al quejarse de nuestros modales. No es que me hiciera gracia su aparición, aunque a quien estaba tratando de engañar, aquel atractivo innato de un Lestrange podía sentirlo vibrar en el aire.

     Incluso si no hubiera llegado restaurando su apellido,.a estas alturas de la plática lo hubiera ya descubierto. Había ciertos atributos en un Lestrange que salían a la vista, y más aún pata para otro Lestrange.

    Escuché de nuevo como Sam discutía con David aquello empezaba  a provocarme algo de jaqueca.

    Mi hija pidió a Haydie te y galletas y sin más palabras se marchó, antes de que pudiera decirle algo más.

    Suspiré,  empezaba a darle la razón a David de nuestra falta de modales. 

    —Disculpa a mi hija, ella es algo "recelosa' con los extraños, y si he de ser sincera con todo el mundo....—admití con una sonrisa de disculpa— Te parece si vamos al salón, tomamos algo de té y galletas y más tarde podemos continuar con la investigación...—

    David me devolvió la sonrisa y fue casi como si el aire se esfumará dentro del castillo. Me regale mentalmente antes de hacer una estupidez, recordándome que era un desconocido y que era mi "hermano". Una molesta vocecita sonó en mi mente con un tono burlesco. "Cómo si eso te hubiera detenido alguna vez"

    Sacudí la cabeza y extendí la mano rumbo al salón, invitadole  a  seguir adelante. 

    Con perfectos modales me dio el paso, asentí con la cabeza y avance hacia dentro del castillo, olvidando completamente al fantasma que dejábamos en el vestíbulo. Que para nuestra buena fortuna parecía no seguirnos.

    —Terminando el té podríamos asignarte una habitación, y quizás mañana bajar a las mazmorras, ahí están las pertenencias de Alexander, quizás encontremos alguna pista. 

    David asintió y sonrió, definitivamente ese gesto empezaba a gustarme más de lo que debería. 

     

    Esperaba no estar cometiendo un error al aceptarlo en el castillo, no desconfiaba ya de su parentesco con los Lestrange, eso era más que obvio. Pero mi sexto sentido pese a la evidente distracción de su apariencia, seguía mandando señales de alerta. 

     

    Decidí que el tiempo sería el único que pudiera dar las respuestas a aquellas dudas. Por ahora era momento de demostrar hospitalidad a mi nuevo hermano...

     

     

  2. El beso fue mucho más intenso y significativo de lo que pretendí que sería, en primer instancia solo había sido con la intensión de quitarme la "tentación" Pero cuando probé sus labios mi cabeza se perdió completamente. 

     

    Hacía tanto  tiempo que no sentía aquella sensación de mariposas revoloteando en mi estómago, el cosquilleo debajo de mi piel. Era como volver a ese lugar seguro.

     

    Podría haberme quedado ahí por toda la eternidad,  sus manos rodeando mi cintura, sus labios en sincronía con los míos, la sensación era deliciosa y aterradora a la vez.

    La campanilla y el ruido de las puertas abriéndose me trajeron de vuelta al mundo y me sentí totalmente desorientada. ¿Qué había hecho? Aturdida me alejé un poco para encontrarme  con su sonrisa y esos ojos oscuros que me atraían como dos imanes.

    Escuché su voz  grabe y sentí que en cualquier momento volvería a saltarle encima. Respiré profundamente y le devolví la sonrisa mientras el deslizaba su mano en la mía. 

    Hizo un par de comentarios sobre la comida y su comparación con mis labios, aquello me hizo soltar una suave risa nerviosa y sentí arder mis mejillas.

    ¿Por qué  me estaba comportando como una ingenua colegiala?

    —Ven vamos a  aquella mesa...— respondí a su última pregunta. ¿Te gusta la vista? —

    Los jardines estaban encantados, para simular una primavera eterna que no existía naturalmente en Inglaterra. Hermosas fuentes, chetos llenos de color y una brisa cálida envolvían todo a su alrededor.

    —Me encargue de cada detalle del lugar...—admití — mientras caballerosamente apartaba la silla y me ayudaba a tomar asiento.— Me gustan tus modales — dije mientras le guiñaba un ojo con coquetería.

    —Madame Lestrange — la voz del encargado nos saco de aquel momento. Sonreí tomando aire y me mordí el labio nerviosamente antes de saludar.—Es un placer tenerla aqui—

    —Gracias Brement — dije dándole mi sonrisa del millón, poniendo nervioso al hombre. Sonreí ante su reacción, me gustaba ver lo que provocaba.

    David levanto la ceja y sonreí inocentemente revoloteando mis pestañas hacia él.

    El Capitan se encargo de nuestra atención mientras un suave silencio se apoderaba de nosotros. 

    Apenas el hombre se alejo volví a la plática, necesitaba conocer a ese hombre que me hacía perder la cordura.

    —Hablame de ti David...apenas se tu nombre y que eres mi medio hermano. — admití dando un sorbo a la copa de agua fresca que habían dejado frente a mi.—Yo he hablado mucho de mi, pero no sé nada de ti...

     

    Guarde silencio esperando conocer mas de aquel hombre de ojos oscuros que se había colado en mi vida y ahora parecía que no podía, ni quería que eso cambiará. 

     

     

     

  3. Negué suavemente ante la invitación de aquel abrazo, definitivamente la idea era bastante tentadora, —Lestrange llama a Lestrange— comenzó a murmurar una vocecita dentro dei cabeza. Pero aún así no pude dejar de sonreír a mi nuevo hermano. 

     

    El carraspeo de Sam me saco de mis cavilaciones, y volví a concentrarme en ella, eso era lo más seguro en esos momentos el par de Lestrange de sexo masculino en la habitación me estaban distrayendo, aunque definitivamente por causas muy diferentes.

     

    —Ese abrazo tendrás que ganarlo...— dejando abierta una posibilidad.

     

    La mencion de la puerta me recordó los gritos que habíamos escuchado y recordandome también que quien quiera que fuera y tuviera el valor para gritonear fuera de la puerta era alguien conocido.

     

    —Haydie...—llame a mi dulce elfina que con suave plop apareció a mi lado.

    —Madame...— murmuró haciendo su clásica reverencia exagerada, por más que le pidiera que dejara tanta formalidad conmigo parecía no poder olvidar sus viejos hábitos, y más aún cuando estaba Alexander cerca.

    —Cariño...—dije sonriendo. Su mirada paso de mi a mi padre con timidez, como si esperara que en cualquier momento el pudiera lastimarla.

    —Sol, esas confianzas con la servidumbre....— levante un dedo mandando callar a mi padre, ya no estaba ni en edad ni en condiciones de aceptar sus regaños.

    —Eres el menos indicado para darme clases de confianzas, cuando prácticamente dejaste a Haydie   mi crianza y gracias a ella no mori de soledad en esta casa...—objete— Te agradecería que guardarás tus comentarios que siempre tendrás las de perder. Especialmente si pones a prueba mis afectos hacia los presentes en este momento. Incluso creo que eligiría a mi nuevo hermano o aquel candelabro- señale al techo— antes que a ti.

    Mr encogí de hombros antes de continuar con mis indicaciones para Haydie.

    — Puedes abrir la puerta y hacer pasar a quien sea...bueno tú tienes claro quien es bien recibido en esta casa, confío en tu criterio.—

    Haydie asintió suavemente y corrió hacia la puerta. 

    Sam volvió a su discusión con David y yo me límite a escucharla, mi hija podía no ser un dechado de modales pero era directa y acertada.

    —David de verdad, ¿Después de esta charla sigues creyendo que alguna de nosotras se ensuciaría las manos con el caballero fantasmal? —rodé los ojos antes de responder a Sam— preferiría dejar aquí a Malink y así incomodar a  Alexander...¿no te gusta la idea? ¿Vamos a hacer ese viaje al pasado o no? 

     

     

     

     

  4. Estaba teniendo un momento increíblemente agradable, no podía recordar la última vez que eso había pasado, pero lo que mas me extrañaba era  con quién lo estaba teniendo, una parte de mi seguía en negación y con algunas reservas al respecto de sus intenciones. Pero mi parte soñadora seguía ganando y jalando hacia su lado. Finalmente ¿Qué podía ser más malo de lo que ya me había pasado? 

    —Definitivamente lo que ha salvado esa área del Castillo es que Sam también ama los libros. Así que no corren peligro alguno.—me encogí se hombros — Aunque con mi pequeña brujita no se sabe a ciencia cierta.—admití más divertida que asustada.

    Sonreí a su propuesta de agregar algunos libros a la biblioteca, jamás diría que no a ello. Los Lestrange teníamos la firme idea de que más siempre era mejor.

    —Jamás diría que no a un libro cariño...—le guiñe un ojo. La coquetería de ida y vuelta parecía haberse instalado entre nosotros. —En cuanto a lo de brillo, bueno supongo que lo sé  ser atraída por el brillo debe ser alguna consecuencia de mi propio nombre. —Senti arder mis mejillas ante.su cumplido, por lo general era inmune a los halagos y los tomaba, estaba acostumbrada a ellos y a llamar la atención donde quiera que iba. 

    Pero en el caso de David parecía que el placer no venía de los halagos si no de la persona que los daba. 

    Entramos en el ascensor y me perdí un poco en mis pensamientos,  cuando recobre la concentración escuche sus últimas preguntas.

    —¿Qué tipo de comida sirven en el restaurante? —cuestionó. —¿Tus labios están en el menú? —

    Por un segundo me quedé en blanco, pero el seguía teniendo la iniciativa, por lo general nunca había sido tímida y estaba acostumbrada a tomar lo que quería. Pero ahora me sentía como una quinceañera, su mirada bacilaba entre mis ojos y mis labios, yo no podía apartar la mirada de sus labios. 

    Me mordí el labio con nerviosismo, pero por un segundo recobre el valor, antes de asustarlo y sin decir ni guna palabra reclamé sus labios. 

    Su cálido aliento choco contra mis labios y una de mis manos acunó su mejilla. Sentía mi cuerpo tan ligero, que por un segundo pensé que flotaba. Pero nada importaba más que el hombre que me besaba.  

    No supe cuánto tiempo paso antes de que la campaña sonó anunciando nos el final de aquel breve viaje. Una suave risa escapó de mis labios mientras nos separabamos apenas para poder mirarnos. 

    —Creo que sí estaban incluidos— dije tras un sutil suspiro. 

     

     

     

     

    • Love 1
  5. Seguimos avanzando hasta la zona de piscinas techadas el lugar era muy lindo, especialmente las piscinas individuales, eran íntimas y el ambiente era bastante íntimo, el agua se mantenía siempre a la temperatura perfecta, y el vapor daba un aire fantasmal al lugar.

    Intente responder una de sus preguntas anteriores, con respecto a mis libros favoritos.

    —Cuando tenía como 10 años fui con papá al Londres muggle y pasamos por una librería, Alexander no quería entrar por obvias razones —rodé los ojos al recordar el desagrado que mi padre sentía por los muggles y muchas de sus costumbres — Pero en alguna época este par de ojos lindos —agité mis pestañas divertida— podían conseguir casi cualquier que me proponía así  entramos a la librería y entre los libros que elegí había uno de poesía...—suspiré recordando aquel ejemplar— recuerdo haberlo leído tantas veces que el libro apenas mantenía sus hojas sujetas.—sonreí con melancolía. —Incluso algunas veces cuando Alexander llegaba a casa de sus largos viajes le gustaba que leyera algunos poemas para el...creo que ese es uno de los pocos y selectos recuerdos agradables de Lord Lestrange. Aún conservo ese libro...

    Su mirada se cruzó con la mía y apretó mi mano solidariamente. Sonreí agradecida e I tente dejar el tema de lado para salir de esos pensamientos.

    — Ahora me gusta casi cualquier género, romance, aventura, incluso algo de misterio para mí está bien. Deberías visitar algún día la biblioteca del castillo es un tesoro lo que tenemos ahi.— admitir con emoción en mis palabras.— Por otro lado, si conocí Marruecos, es un lugar tan hermoso lleno de color y formas. Me encanta escaparme cuando puedo y pasear por sus calles, es como viajar al pasado a un cuento. — reí suavemente recordando mi última visita— Además sus telas son increíbles y ni que decir de su oro. Aunque en realidad prefiero la plata ¿sabes? Aunque.me gusta todo lo que brilla, especialmente los diamantes— me encogí de hombros— Malos hábitos que adquiere una mujer que jamás ha conocido la palabra "No" cuando desea algo.—

    Salimos nuevamente t dirigí nuestros pasos al area de elevadores para dirigirnos a uno de los restaurantes, casi era hora de almorzar y podíamos continuar nuestra charla con una buena comida y un delicioso vino.

    —¿Tienes hambre hermanito? —pregunté con tono divertido— Tenemos un restaurante en una de las terrazas con vista a los jardines que creo te puede gustar. — Oprimí el botón del ascensor y este se abrió inmediatamente y jale su mano. La puerta se cerró tras de nosotros. De pronto el espacio se sintió muy reducido, pero sin ser incómodo, su mano seguía en la mia y parecía que ninguno de nosotros tenía intención de perder ese cálido contacto. 

     

  6. Definitivamente David era mucho más de la primera impresión que había logrado de él en el Castillo. Debo admitir que tampoco es que yo hubiera sido una cordial anfitriona al enterarme de que éramos hermanos. 

    Teniendo en cuenta las mis anteriores experiencias al respecto tenía que admitir que habían superado mis expectativas. 

    La historia de Farkas había sido una de las mejores y peores  experiencias en mi vida, pero después de algún tiempo había preferido quedarme con las cosas buenas que me había dejado,.especialmente mis hijos.  Con Akiles apenas había tenido tiempo para conocerlo antes de bueno de que él muriera, pero los recuerdos de mis hermanos eran unas de las mejores cosas que mi padre había hecho por mi. 

    ¿Por qué el caso con David debía de ser diferente? En algún punto del corto camino que habíamos recorrido juntos había abierto mis expectativas y dejado que las cosas fluyeran por si solas sin expectativas o prejuicios. Tenía que darme la oportunidad de conocerlo mejor. 

    Y era un buen momento para admitir que lo que había visto me había gustado —Quizá demasiado— murmuró aquella vocecita interna que a veces odiaba. Pero en su defensa no estaba tan lejos de aceptar que tenía algo de razón. 

    Lo que veía me gustaba y después de tratarlo sin tanta hostilidad de ambas partes parecíamos encajar en muchos aspectos. Cosas que sin duda eran bastante características de un Lestrange. Ambos manejábamos bromas ácidas e incluso un nivel de sarcasmo que muy poca gente podía entender e incluso manejar.

    Sonreí cuando aceptó mi mano y una.suave risa escapó de mis labios al escucharlo hablar sobre la decoración y que se.quejaria si algo no le agradaba. Lo creía bastante capaz de hacerlo.

     

    — Tengo también una librería café, podríamos visitarla algún día— dije guiñandole un ojo con coquetería,.antes de volver al tema.—Admito que si, la decoración y el tema principal del concepto es totalmente mía, siempre me ha gustado el tema del medio oriente y te confesaré que tengo una pequeña obsesión Marroquí desde que hace tiempo— apreté su mano mientras comenzábamos el recorrido. 

    Decidí que lo mejor sería empezar por el exterior, los jardines y las piscinas al aire libre era una de mis partes favoritas.

    —Descubriras pronto que nos gusta cambiar  la decoración del castillo bastante a menudo— admitir mientras pasábamos a la orilla de la piscina. —Aunque en realidad eso es más por necesidad. — me encogí de hombros y hasta ese momento me percate que seguíamos tomados de la mano y en algún momento del camino nuestros dedos se habían entrelazado como si fuera cosa de todos los días. 

    El primer impulso fue apartar la mano, pero de inmediato esa sensación de contacto físico tan agradable apagó cualquier miedo o inquietud. Me gustó más de lo que me asusto. Por lo que disfrazando.un suave suspiro con un carraspeo continue la explicación.

    —No se si habrás notado que no hay cortinas en el castillo. —David asintió y me miró con curiosidad— Pues es por seguridad — dije con una suave risa— Sam tiene una especial fascinación por el fuego y en algún momento decidí que lo mejor era evitar las cosas inflamables.  Aunado a eso pasamos por un incendio que tuvo consecuencias fatales —se me estrujó el corazon con aquel recuerdo.— pero no hablaré de cosas tristes ahora. Mejor dime si estoy triunfando con la decoración, o es momento de dejar a Sam hacer su "magia" y empezar de cero....—

     

    Su sonrisa parecía decir que efectivamente.estaba disfrutando la vista tanto como yo, pero más que eso estaba disfrutando su compañía, pero lejos de volver a asustarme decidí que me daría el lujo y el placer de disfrutar de alguien especial y que mejor si ese alguien era un tipo alto, guapo y muy interesante con un toque misterioso que me atraía más de lo que hubiera podido imaginar.

     

    • Love 1
  7. No podía negar que era un hombre divertido, si algo hacia que un hombre llamará mi atención era justo su sarcasmo y sentido del humor. Pero no quería mostrar aún aquella debilidad, así que  respire profundamente apartando mi diversión para volver a mi porte arrogante. Levanté la ceja con una media sonrisa.

    —Digamos que si trabajo aquí, aunque sería más preciso decir que todo lo ves aquí es mío. —Le guiñe el ojo. — Parece que te atraen los lugares que me pertenecen. Primero el Castillo y ahora mi Hotel. 

    No pude contener una suave risa más tiempo. —Admitiré  que estoy de acuerdo el punto  de  "El cliente  siempre tiene la razón"  así que  vamos de nuevo— me mordí los labios y me sonreí dulcemente. — Bienvenido al Diagon Placer Señor Lestrange— hice una gracil reverencia — Va a tener privilegio que muy pocos tienen aquí,  ser ser atendido por Madame Lestrange en persona.—aletee mis pestañas haciéndolo reír. 

    Era extraño, cualquier persona "normal" quizás no se sentiría nada cómoda con un hombre que había aparecido de la nada diciendo que era su medio hermano, aunque claro en mi caso particular aquello por raro que pareciera ya era una experiencia cotidiana. Pero David eran algo extraño, una sensación que aún no podía identificar pero que no era desagradable. Quizás aquello debería de ser más preocupante.

    —¿En que podemos ayudarle? Le gustaría un recorrido por las instalaciones caballero?—

    Podía sentir las miradas de todos los presentes clavadas en nosotros llenas de curiosidad, especialmente después de que todos seguían nuestra conversación tras haber escuchado el apellido del hombre frente a mí. 

    Extendí mi mano hacia el con gracia, esperando que aceptará mi invitación.

    —¿Aceptas? ¿O el cliente tiene miedo?— dije con un toque divertido en la voz.

     

  8. Aquella discusión se estaba volviendo más extraña de lo que ya era entre el nuevo hermano, mi pequeña demonio refutando todo lo que David decía, los gritos fuera de la puerta y la inevitable intervención de Alexander al ser el el protagonista de nuestra discusión.

    Trate de ocultar una risa cantarina con una suave tos cuando Sam mando a mi padre a abrir la puerta como si de otro elfo se tratara y más con el comentario de algún otro hijo perdido. Que debo confesar que después de tres sorpresas una cuarta no me sería ya extraña. Y menos si esa sorpresa fuera así de alta como mi nuevo hermano y con esos bonitos ojos rasgados y oscuros. Algo tenía que reconocerle a mí en padre. Hacia hijos muy bien hechos. 

     

    Sacudí la cabeza intentando alejar aquel pensamiento de mi cabeza, para mí mala.fortuna parecía tener una debilidad por mi propia sangre y mi padre haciendo esos hijos tampoco me la ponía fácil.

     

    —Disculparas Alexander pero en MI casa no nos vas a venir a decir que hacer.—

    —No me hables así niña grosera—refuto de inmediato haciéndome reír de nuevo e intercambiar una mirada divertida con Sam que todo los ojos.

    —Te recuerdo que hace años que ni soy una niña ni tienes autoridad sobre mi. Que tuviste a bien morir y dejarme todo esto a mi,— moví mi mano el rededor de la habitación enfatizando el punto— que cabe acotar soy tu hija legitima y el que para mala suerte de esta pequeña y alguna vez compacta familia hayas decidido venir a importunar nos con tu fantasma y que aún no encontremos la manera de sacarte de aquí, no te da el mínimo derecho a opinar.

    Me encogí de hombros y respire profundamente. 

    —Quizás  antes cuando te adoraba y respetaba un NO de tu parte podía detenerme Alexander, pero dadas las circunstancias y nuestro tormentoso pasado créeme que ahora lo que hace es motivarme—admití guiñando un ojo— incluso al grado de que confío más en un extraño que en ti...Y si no quieres decirnos que fue lo que realmente pasó, que sabemos que no fue nada bueno, la verdad es que tu nuevo hijo a despertado mi curiosidad morbosa — giré para volver a prestarle atención a David.— Creo que estamos en el plan que pase lo que tenga que pasar.—aprete la mano de mi hija que sabía bien que también veía divertida aquella aventura.

     

    Sonreí a David para afirmar mi intención de seguirlo. La sonrisa que me devolvió hizo que mi corazón dirá un bote. Seguramente los meses alejada del sexo masculino empezaban a pasarme la factura, no podía ser otra cosa. 

    —No quiero volver a repetirte Sol que no vas a ir a ningun lado y menos con este caballero. 

     

    Alexander intento acercarse más pero como siempre sucedía Malik se colocó estratégicamente entre nosotros gruñendo.

     

    —No estés tentando a mí paciencia "Malik" —susurro Lord Lestrange apenas audible , el pelo del lomo del lobo se crispo.

     

    Acerqué mi mano para intentar calmarlo y mi solo toque pareció apaciguar un poco su molestia. No era extraño que Malik fuera siempre muy protector conmigo e incluso con Sam, pero cuando se trataba de Alexander parecía más que lo odiara tanto como nosotras. A pesar de que sabía que una creatura no podía tener esa clase de sentimientos tan humanos.

    —¿Podemos ya ignorar al fantasma y hacer lo que teníamos planeado?  A menos que David quiera ponerse al día con su papi y correr a sus fantasmales brazos por la emoción de al fin conocerlo.— Miré a ambos alternativamente esperando su reacción— Eso también podría ser muy divertido —

     

  9. Cuando quería escapar de los problemas de mi vida siempre escapaba hacia el hotel. El castillo se había vuelto un caos con la.llegada de mi nuevo "hermano" . Aquella palabra era definitivamente especial para mí. Encerraba demasiadas cosas. Que particularmente no necesitaba analizar en aquel momento.

    El hotel siempre era mi oasis de paz. Me sentía segura en el. Y era fácil sentirme en paz conmigo misma. 

    Había pasado la mañana junto a la alberca admirando el cielo azul y soleado. Por supuesto que ese delicioso clima no era  "Natural" en Londres la magia servía para aquellos detalles y aquel lugar era mucho más que mágico.

    Tenía muchas ganas de subir a mi habitación y tomar una siesta, pero también tenía responsabilidades y primero.debia pasar por algunas facturas a la recepción.

    Mis pasos resonaron en el piso brillante del vestíbulo mientras me acercaba al mostrador, mi largo y vaporoso vestido ondeaba dándome un aire angelical.

    Una figura familiar hizo que mi corazón dieta un vuelco y se saltará un latido. 

    ¿Que demonios estaba haciendo aquí?

    —¿Acaso me estas siguiendo?— pregunté recuperándome de la primera impresión—  

  10. Empezaba a gustarme aquel hombre, más allá de sus palabras, sus gestos y su sarcasmo lo hacian cada vez más atractivo. Quería seguir manteniendo mis dudas hacia él. Pero mientras más hablaba más Lestrange me parecía. 

    Mi corazón comenzó a acelerarse con aquella simple.idea, hasta ese momento el peso de sus palabras y la realidad de que verdaderamente pudiera ser familia cayó de golpe. 

    Tome aire después de escuchar sus palabras y las de Sam después de la loca propuesta de viajar al pasado y averiguar quién había matado a mi padre.

    Muchas preguntas comenzaron a pasar por mi mente. ¿De verdad tener esa información cambiaría mis sentimientos hacia él? ¿Me gustaría verlo morir? 

    Sam me miraba esperando mi reacción y podía sentir la mirada de David clavada en mi rostro esperando alguna reacción de mi parte.

     

    Me frote las manos y respiré profundamente, tenía que calmarme para tener la mente fría.

    —No se si eso sea una buena idea ...—respondí después de aquel eterno silencio que se había formado entre los tres.—Digo haya sido como haya sido ese hombre era mi padre y los primeros años de mi vida fue mi mundo entero.— mi pecho se apretó recordando aquellos días en que mi Padre se desvivía por llenar mis carencias con su amor.

    David levanto la ceja sin creer mucho en mis palabras después de que todo lo que había dicho de mi padre desde su llegada eran cosas negativas.

    Pero finalmente tenía la oportunidad de saber la verdad y quitarme esa espina del corazón. 

    Tome la mano de Sam para darme valor y finalmente después de un corto suspiro asentí con la cabeza.

    —Tomaré tu propuesta, tengo que confiar en ti, voy a confiar en que eres un Lestrange y que mejor que ver con nuestros propios ojos que pasó con nuestro querido Alexander.

    —¡NOOOO! — la voz de Alexander retumbó en las paredes de piedra del castillo e hizo vibrar los vidrios de los ventanales. 

    —Nadie pidió tu opinión...— dije recobrando la compostura. — y demuestra esos modales de los que tanto te enorgulleces y dale la bienvenida a tu nuevo hijo. David aquí está .Alexander Lestrange... Nuestro querido padre.

     

  11. Había pasado mucho tiempo, apenas podía recordar de.la existencia del café. 

    Mi vida siempre cambiaba, y siempre algo la alteraba haciéndome correr.  

    Estaba de nuevo aquí, en este lugar que había creado a mi gusto, aún teniendo a Jocker como socio, pero para ser sinceros como en cada una de las oportunidades el solamente era un cero a la izquierda.

    No me extraño saber que no había puesto un pie en el.lugar aún en mucho más tiempo que yo. 

    Agradecí a Merlín el haber dejado el negocio en manos expertas que se habían encargado de mantenerle vivo y dando rendimientos. 

    No es que me hiciera falta el dinero, aquel tema siempre había estado cubierto para darme la vida de reina que siempre había tenido.

    Mi herencia parecía interminable y mi fortuna personal crecía día a día pese a mis esfuerzos de querer acabarla. 

    Respiré profundamente cuando cruce la puerta es lugar estaba tan hermoso como lo recordaba, la planta baja repleta de libros y aquel aroma insuperable a papel y tinta. El color verde daba aquel contraste  natural que adoraba haber logrado.

    —Madame Lestrange— aquella voz me saco de mis pensamientos girando un poco para encontrarme con mi interlocutor con su marcado acento frances— Un placer tenerle de regreso—dijo el hombre de aspecto elegante mostrando sus finos modales. 

    —André que alegría verte y más aún ver qué todo está igual a como lo deje hace años. — Sonreí satisfecha por su esfuerzo y de verdad agradecida por cuidar de mi patrimonio personal.

  12. Los argumentos de mi nuevo "hermano" me parecían bastante cómicos. Empezando por su loca  teoría de que nosotras  habíamos acabado con la vida de Alexander. Y puede que no estuviera lejos de la realidad, pero para nuestra mala suerte y por muchas razones que tuvieramos, porque vaya que si alguien en el mundo hubiera tenido razones para matar a Lord Lestrange eramos justo nosotras dos. No habíamos tenido la "fortuna" de haber tenido semejante honor. Y al parecer nuestro invitado no tenía ni idea de algunas partes concretas de la vida de Lord Lestrange.

    Tuve que contener la risa ante ese pensamiento distrayendo me un poco de la plática a mi alrededor.

    Alcance a escuchar el final de los argumentos de Sam, formulando la pregunta ¿Por que aprecia ahora? Tantos años después de la muerte de Alexander.

    — Disculpen que intervenga y vaya que estoy muy interesada en la respuesta a la ultima pregunta de Sam...pero me siento en la necesidad de preguntarte algo primero.

    Me detuve unos segundos para formular la pregunta en mi cabeza de la manera más cortéz.

    — En cierto modo no te culpo de que nos " acuses" de la muerte de Alexander, porque créeme que en estos momentos enviado la suerte que tuviste de crecer lejos de él. —dije totalmente convencida— Porque de verdad créeme.que si alguien tenía motivos de sobra para desear su muerte esas seríamos nosotras...—me encogí de hombros antes de continuar, de reojo mire a Sam que volvía a tener aquel adorable brillo malévolo en sus ojos verdes.

    —Pero desgraciada o afortunadamente Alexander tenía muchos más enemigos y nosotras no estuvimos cerca cuando alguien tuvo a bien terminar con su vida, porque creme querido hermanito, que bien pudiera haberle echado una mano o mínimo agradecerle a su asesino los favores recibidos. 

    Sonreí abiertamente al.jombre que parecía mas confundido ante mis últimas declaraciones. 

    —Ahora bien si lo que quieres es tener la desgracia de conocer a nuestro "padre"  para nuestra mala suerte su fantasma ha andado muy participativo en el castillo. Y ahora mismo debe estar escuchando a hurtadillas como acostumbra.

    Tome aire  antes de invitarlo a manifestarse.

    —Alexander creo que es buen momento para que dejes de estar de chismoso y vengas a presentarnos formalmente a tu nueva sorpresita...

    Ahora nuestro nuevo integrante podría conocer a su padre y darse cuenta del privilegio que había tenido librandose de él.

  13. Estaba lista para responder al sutil ataque del hombre frente a nosotras, definitivamente no tenía idea de con quién estaba hablando. Era muy fácil pensar que un par de frágiles mujeres habitaban el castillo y sería sencillo amedrentarlos. Pero estaba muy lejos de ser verdad. Nuestro matriarcado había durado lo suficiente para enseñarnos a tener las uñas y lengua siempre bien afiladas.

    Cuando iba a responder Sam me ganó la palabra probablemente en esos momentos era lo mejor, ella era directa y cruda, lo cual.justo.enese momento nos venía como anillo al dedo. 

    Mientras escuchaba su peculiar manera de atacar al recien llegado, escuché un suave gruñido a mi lado.  Malik se mantenía tranquilo, pero espectante a mi lado. Ese gesto me tomo por sorpresa, ya que una de las cara características de mi mascota era ser bastante agresivo, principalmente con los extraños.

    Deslice mi mano para acariciar su cabeza, su altura era prácticamente unos pocos centímetros abajo que la mía.

    —Todo está bien precioso...—murmuré, quizás más para mí misma.

    Cuando Sam terminó su pequeño y bien fundamentado discurso, levanté la cabeza orgullosa. Adoraba a mi hija y nadie iba a venir a cuestionarnos nuestro parentesco.

    —Eh ¿David verdad? Bueno es igual. Creo que como dice Sam tú eres el que debería tener algún tipo de prueba de tu supuesta pertenencia a esta familia. —afirme mirándolo fijamente— Nosotras no tenemos porque comprobar nuestro legado, tomando en cuenta que el.que aparece de la nada, con...disculpa que te lo diga un discurso bastante poco creíble de "amor fraternal".

     

    Esboce una sonrisa alzando una ceja en señal de diversión. 

    —Me temo que necesitamos mucho más que tu palabra ... Disculpa si somos incredulas pero como ya lo dijo Sam, ya nos ha pasado antes. —Deberías traer algo más que un bonito discurso de añoranza y ganas de conocer a la familia. ¿No crees?

     

     

  14. Por unos instante el mundo pareció ir en cámara lenta, escuché las palabras del hombre frente a mi, y mientras nuestras miradas se cruzaban todo pareció girar un poco. 

    Respiré profundamente intentando recobrar la compostura y no mostrarme vulnerable. 

    Me tomo algo más de tiempo recuperarme,  pero logre salir de aquella oscura mirada. Y mas aún cuando Sam comenzó a quejarse muy a su estilo de la visita. Lo cual termino de traerme al aquí y ahora.

    —Disculpa que no tengamos un recibimiento apropiado, pero como podrás imaginar no teníamos idea de tu existencia. —me tomé unos segundos para evaluar al hombre, no podía negar que si bien no pude encontrar el gen Lestrange en su apariencia, definitivamente lo portaba en la actitud.

    Bajé la mirada cuando volví a encontrarme con sus ojos clavados en mi, para mí no era extraño tener siempre miradas sobre mi, pero en este caso sentí que mis mejillas se sonrojaban ante el insistente escrutinio.

    —Generalmente regañaría a mi hija por su falta de modales, pero en este así en particular deberé hacer la misma petición. —levanté la ceja en señal de incredulidad—¿ Que pruebas tienes para asegurar ser hijo de Alexander? Por cierto ¿Dónde están mis modales ahora? Soy Sol Lestrange hija LEGÍTIMA de Alexander...

     

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  15. Aparecí justo en mi habitación cargada de bolsas de mis últimas compras, empezaba a creer que era un poco adicta a la ropa. Pero para ser sincera no tenía nada mejor que hacer en los últimos días. 

    Había vuelto hace un par de días de mi último viaje, últimamente me gustaba más estar en casa que fuera. Pero igual estar entre aquellas paredes a veces me asfixiaba un poco.

    Dejé las bolsas y metí la mano en la más pequeña , saque aquella caja alargada, la abrí y el brillo en su interior me hizo sonreír.

    Un brazalete de oro blanco y diamantes con mi nombre gravado en el me hizo sonreír.

    Sol Lestrange

    Aquel nombre era mi orgullo y mi desgracia, amaba ser una Lestrange, pero en gran medida también había Sido una maldición. Sacudí la cabeza intentando no pensar en ello y me coloque mi auto regalo antes de pararme frente al espejo. Mi imagen me reflejo con una media sonrisa. 

    Una nueva imagen me hizo dar un bote, probablemente no me acostumbraría nunca a volver a verlo en sus esporádicas apariciones .

    — Maldita sea Alexander , vas a matarme uno de estos días .— admití llevándome las manos al pecho intentando que mi corazón recobrara su ritmo normal.

    — Soy tu padre deja de llamarme por mi nombre...—refunfuño el fantasma. Giré el cuerpo para enfrentarlo negando con la cabeza.

    —Y tu ten la decencia de irrumpir en mi habitación cada que se te da la gana.

    —Es mi castillo y puedo entrar en dónde quiera— discutió poniéndome cada vez más de mal humor.

    —Estas mal, está dejo de ser tu casa desde que estás muerto, nadie te quiere aquí, ve hacia la luz o hacia el fuego del infierno que es muy probable que sea donde te están buscando.

    —Yo solo quería avisarte que tengo una sorpresa para ti...no tienes que ponerte altanera y grosera.

    —Si tienes algo que decir hazlo de una buena vez y déjame en paz...—grite saliéndome de mis casillas.

    —Alguien espera por ti en la puerta cariño, será mejor que bajes...quizás te agrade lo que verás...— con un suave plop y una boluta de humo el fantasma de mi padre desapareció.

    Rodé los ojos odiaba sus sorpresa, conocía bien sus alcances y nunca había sido conocido por ser portador de buenas noticias.

    Sin pensarlo mucho me dirigí a la puerta, un tramo de escaleta y pude ver a Sam dirigirse la puerta junto con Malik. Esa imagen me hizo sonreír, ambos eran de las pocas cosas que podían cambiar mi mal humor en aquellos momentos.

    —¿A dónde vas con tanta prisa muñeca? —pregunte a Sam que sonrió mirando hacia donde estaba reconociendo mi voz. Malik movió su cola feliz de verme con aquellos ojos color lila que me daban paz.

    Llegué al final de la escalera justo al vestíbulo pisando los talones de Sam. Y frente a nosotras un hombre alto y de apariencia elegante estaba de espaldas a nosotras.

    —Buenas tardes...—dije mostrando mis modales esperando que el también los tuviera y se presentara diciéndonos que buscaba aquí.

     

  16. La llegada de mi princesa era algo que siempre me llenaba de alegría y me hacia sentir completa.Nunca habíamos sido muy apegadas las una a la otra, ambas eramos almas demasiado libres e independientes para ello, nos adorábamos sin duda alguna, y aun así podíamos pasar meses sin vernos o sin recibir una lechuza la una de la otra sabiendo que si no había noticias eran buenas noticias.

     

    Nuestra familia jamas había sido "normal" distábamos mucho de serlo, teníamos una historia muy peculiar que pocos o casi nadie conocía a fondo y los que la habían llegado a conocer no entendían demasiado del asunto. Aquel enorme y solitario castillo albergaba historia poco ortodoxas, y demasiados secretos que solo ella y yo conocíamos.

     

    - Deja ya de cuestionarme y ven a darme un abrazo pequeño demonio...- refunfuñe con poco éxito, en unos segundos el torbellino pelirrojo me había atrapado en un asfixiante abrazo que no pude mas que corresponder con la misma alegría.- Amor mio si conocieras las lechuzas y avisaras de tus visitas probablemente me encontrarías en casa para recibirte...- admití frunciendo el ceño - Aun que admito que adoro estas sorpresas...- respondiendo a su ultima pregunta tome una de las bolsas y la levante poniéndola frente a sus ojos verdes. -mamá siempre te trae algo de sus marotonicas compras...

     

    Sonreimos, mi niña quizás jamas sería la damita que hubiera deseado, pero si algo adoraba de ella era su autenticidad y su manera despreocupada de ver la vida.

     

    -Bienvenida a casa querida nieta...- un bufido poco cortes escapo de todos los presentes, incluyendo a Malik que por alguna extraña razón seguía odiando las apariciones poco oportunas del fantasma de la casa, que para mi mala suerte era mi padre.

     

    -Alexandre por qué no vuelves a tu circulo del infierno y nos dejas en paz...-exclamé mientras Malik gruñía y mi hija miraba a aquel fantasma de aspecto corpóreo que no parecía querer irse nunca mas.

  17. El regreso al castillo fue menos extraño de lo que había sido el día de compras en el Callejón Diagon, habitualmente no lograba deshacerme de la compañía de Haydie cuando salía de compras, pero ahora habíamos añadido una nueva presencia al paquete.

     

    Malik, trotaba a mi lado, últimamente me era prácticamente imposible apartarme de él, muy pocas veces me daba un respiro. No era tampoco que me molestara su compañía, por el contrario me sentía bastante cómoda en su presencia, e incluso Haydie que en un principio le temía ahora se había vuelto muy consentidora con el lobo, casi tanto como conmigo misma.

     

    Lo extraño del paseo había sido justamente la presencia de mi adorable mascota en las tiendas del callejón, su presencia llamaba infinitamente la atención, y me había costado bastantes miradas de desaprobación el haber andado aquella mañana en compañía de semejante e imponente animal. Si bien era inofensivo, la gente parecía tomarse con recelo el que un lobo huargo de casi metro y medio de altura caminara a mi lado como un manso cordero.

     

    En un principio aquello me había conflictuado, pero después de un rato, me pareció hasta divertido ver como las personas cambiaban de acera ante la presencia de mi adorable cachorro, el cual no permitía que nadie se acercara a mi mas de lo necesario y si alguien tenia la osadía de ignorar su gélida mirada un simple gruñido era suficiente para mantener al margen a cualquier atrevido.

     

    -Sabes que te adoro, pero la próxima vez debes quedarte en casa – Dije divertida palmeando su enorme cabeza, mientras de su pecho un suave gruñido de satisfacción escapaba. O comenzaba en realidad a volverme loca o empezaba a entender incluso los diferentes sonidos que mi lobo producía.

     

    -Akra…- llamo mi atención la elfina que nos acompañaba cargando algunas de las bolsas de compras. Gire la cabeza y descubrí que señalaba la puerta del castillo abierta de par en par.

     

    Malik fue el primero en apresurar el paso y entrar corriendo al castillo, era muy extraño que esa puerta estuviera abierta había solo un par de opciones del por que estaba así… una era muy buena y la otra muy mala. Corrí tras el lobo dejando las bolsas botadas por el jardín preocupada por lo que pudiéramos encontrar dentro.

     

    El silencio se rompió cuando escuche aquella angelical voz de mi hija en el piso superior, respire aliviada al igual que Malik que dejo de mostrar los dientes al reconocer también la voz de mi pequeña pirómana.

    -Es la niña Sam…-dijo Haydie, haciéndome reír, era adorable la manera en que siempre nos vería como si siguiéramos siendo sus niñas pequeñas.

     

    -¿Buscas a alguien corazón? -Casi grite al pi4e de la escalera haciéndome notar mientras a toda carrera mi hija bajaba las escaleras para tirarse en mis brazos. – Aquí estamos princesa… ¿A que debo esta maravillosa sorpresa?

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