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Afrodita.

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Mensajes publicados por Afrodita.

  1. Criaturas Mágicas

    Clasificación X:

    Nombre producto: Lechuza
    Puntos obtenidos: 10
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    Nombre producto: Gato
    Puntos obtenidos: 10
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    Nombre producto: Osito Mediador
    Puntos obtenidos: 10
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    Clasificación XX:

    Nombre producto: Aethonan
    Puntos obtenidos: 20
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    Clasificación XXX:

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    Clasificación XXXX:

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    Clasificación XXXXX:

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    Criaturas en la Reserva:

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    Total de puntos en criaturas: 50

  2. Pociones Mágicas


    Clasificación A:

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    Clasificación AA:

    Nombre producto: Pócima para dormir
    Puntos obtenidos: 20
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    Clasificación AAA:

    Nombre producto: Poción para olvidar
    Puntos obtenidos: 40
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    Nombre producto: Filtro de los Muertos
    Puntos obtenidos: 40
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    Nombre producto: Poción Olvidamores
    Puntos obtenidos: 40
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    Nombre producto: Poción de la Seducción
    Puntos obtenidos: 40
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    Clasificación AAAA:

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    Clasificación AAAAA:

    Nombre producto: Amortentia
    Puntos obtenidos: 160
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    Total de puntos en pociones: 340

  3. Objetos Mágicos


    Clasificación A:

    Nombre producto: Vuelapluma
    Puntos obtenidos: 10
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    Nombre producto: Guantes de piel de dragón
    Puntos obtenidos: 10
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    Nombre producto: Ajedrez Mágico
    Puntos obtenidos: 10
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    Nombre producto: Flechas de Cupido
    Puntos obtenidos: 10
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    Clasificación AA:

    Nombre producto: Varita Mágica
    Puntos obtenidos: 20
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    Nombre producto: Pensadero
    Puntos obtenidos: 20
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    Nombre producto: Saeta de Fuego
    Puntos obtenidos: 20
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    Nombre producto: Cámara de Fotos Mágica
    Puntos obtenidos: 20
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    Nombre producto: Espejo Narciso
    Puntos obtenidos: 20
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    Clasificación AAA:

    Nombre producto:
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    Clasificación AAAA:

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    Puntos obtenidos:
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    Clasificación AAAAA:

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    Total de puntos en objetos: 140

  4. Indice de Bienes

    Objetos Mágicos:

    Clasificación A:

     

    Vuelapluma

    Guantes de piel de dragón

    Ajedrez Mágico

    Flechas de Cupido

    Clasificación AA:

     

    Varita mágica

    Pensadero

    Saeta de Fuego

    Cámara de Fotos Mágica

    Espejo Narciso

    Clasificación AAA:

    Clasificación AAAA:

    Clasificación AAAAA:


    Pociones Mágicas:

    Clasificación A:

    Clasificación AA:

     

    Pócima para dormir

    Clasificación AAA:

    Poción para olvidar

    Filtro de los muertos

    Poción de la Seducción

    Poción Olvidamores

     

    Clasificación AAAA:

    Clasificación AAAAA:

     

    Amortentia


    Criaturas Mágicas:

    Clasificación X:

     

    Lechuza
    Gato

    Osito Mediador

    Clasificación XX:

     

    Aethonan

    Clasificación XXX:

    Clasificación XXXX:

    Clasificación XXXXX:

     

    Criaturas en la Reserva:

     

    Libros de Hechizos:

    Libro del Aprendiz de Brujo
    Libro de la Fortaleza

    En situación transitoria y sin poder hacer uso del libro:
    Libro de la Sangre

    Poderes de Criaturas:

    Consumibles en Batallas:

  5. Su pequeña habitación de tesoros donde nadie podía acceder, se encontraba en el nivel más profundo del Banco Mágico Gringotts. Nadie podía negar que tenía una fortuna de objetos raros y peligrosos, así siempre había sido ella buscando las cosas más peculiares para coleccionar, por eso había decidido guardarlos todos en un lugar seguro donde nadie pudiera tocar su colección.

    La entrada para la bóveda de Afrodita Malfoy no era tan fácil, primero se encontraba en el nivel de alta seguridad, segundo ella había hecho una petición especial a los duendes, la puerta de máxima seguridad no se podía abrir solo por un duende como correspondía normalmente; ella tenía que estar presente y al mismo tiempo junto al ser mágico usar un hechizo conjunto más una llave para abrir la puerta.

    Sí, ella definitivamente era más complicada de lo normal, pero era algo justamente necesario, porque inmediatamente que se abría la puerta se veía un sin fin de pertenencias muggles y mágicas invaluables. Las paredes de la habitación y de las subhabitaciones que acompañaban a la principal estaban bañadas en oro y plata con piedras preciosas incrustadas, en cada esquina había una estatua que representaba el arte griego con diferentes dioses, desde la diosa Afrodita hasta la representación gráfica de cronos comiéndose sus hijos junto a cuadros representativos.

    En el caso de las subhabitaciones, todas estaban divididas por objetos de todo tipo clasificados. Afrodita tenía una habitación para pociones, otras para objetos muggles, y una habitación por nivel de objeto mágico; la bóveda era bastante compleja incluso, aunque todo se veía a simple vista, a su manera era un laberinto con arcos amplios, techos abovedados y candelabros antiguos donde cualquiera se podía perder con solo tocar un objeto y que se desatara la maldición personalidad de la bóveda.

    Sí, Afrodita sabía como hacer que las cosas se volvieran más complicadas y divertirse con ello. La ventaja es que los duendes no parecían desilusionados por el número de maldiciones y hechizos que pidió, pobre alma que intentará entrar a su espacio privado.

    Perfil de Comprador del MM: 103

    Fecha de Próxima Actualización: --

  6. Los delirios iban y venían, su mente se encontraba entre la realidad y un pasado que ni ella misma recordaba de todo, veía diferentes formas o recordaba; ya realmente no se encontraba segura del todo que era lo que pasaba en su cabeza, pero lo cierto es que nada estaba bien. Sentía movimientos, pero no sabía quienes eran, ¿La habían movido? tampoco estaba de todo completamente segura, pero la verdad y la única verdad que su estado era deplorable y no mejoraba con el paso de los segundos que se sentía cada vez más débil.

     

    -¿Alyssa?- Preguntó en voz baja, forzado sus cuerdas vocales para que funcionaran - Creo que estoy muriendo realmente- Dijo a la nada riendo en voz baja, intentado realmente percibir las esencias que se encontraban a su alrededor, eran conocidas, lo sabía... ¿Pero quienes? No quería abrir los ojos, siempre terminaba viendo sombras y prefería evitar eso.

     

    -¿Estoy muriendo realmente?-Balbuceó, preguntándole a la gente que podría estar a su lado - No quiero, no quiero -Comenzó a levantar la voz hasta que se escucharon gritos de la boca de la banshee que podrían matar a cualquier mortal.

     

    Ahí fue que Afrodita realmente abrió los ojos, aquellos ojos zafiro que podían ser un arma de doble filo y miro a las dos personas que tenía alrededor.

     

    -¿Cande?¿Aly? -Preguntó, bajando la voz y intentado mantener el ritmo cardíaco.

     

    -¿Voy a morir? -Volvió a abrir la boca, escuchándose un susurró tan suave que podría no haber sido escuchado.

     

  7. Afrodita se contuvo, solo escuchó y escuchó el blablabla de la Black, intentó no enojarse porque la forzará a agarrar su mano, se esforzó mucho para no hablar y lo logró, simplemente la oyó hablar una y otra vez mientras su ceja se iba levantando y miraba a Gabrielle, era una situación demasiado incomoda para su gusto.

     

    -Fuimos amigas - Dijo la Malfoy con tranquilidad, con una suavidad que daba incluso miedo - Hasta que te fuiste dejando un camino de sangre -Un brillo peligroso se formó en su rostro. Dudaba mucho que la hubiera escuchado y realmente no le importaba, a la final dirigió su mirada a su amiga, casi hermana.

     

    -¿Me costaba mucho? Quiero que entiendas algo Gabrielle - Dijo en su siseó venenoso - No tengo sentimientos, me los robaron, me maldijeron, solo siento algo ligero por las personas que he sentido algún tipo de afecto y tú eres una de las pocas, ¿Y te enojas por mi preocupación? ¿Qué quieres de mí? ¡No lo voy a apoyar! Es demasiado y hasta tú lo debes reconocer - Agregó.

     

    Respiró profundo, cerró los ojos para luego abrirlos mostrado una mirada más cálida, un poco más humana.

     

    -Me hubiera gustado que nunca regresaras a este mundo de perdición, estoy segura que se repetirá todo, siempre este lugar causa ese efecto -

     

    La banshee se levantó del sillón donde estaba y sencillamente le hizo una reverencia.

     

    -Que tengas una hermosa vida, supongo que ya no estoy invitada a la misma .-

     

    Así fue como después la ojiazul se volteó caminando hacía la salida, no quedaba más nada que decir y definitivamente ya estaba aburrida de pelear una y otra vez con la arpía para que entrara razón, esperaba que por lo menos consiguiera la felicidad, ya que sabía que ella no estaba dentro de su circulo.

  8. -Amar es sufrir, sufrir es amar - Susurró Afrodita perdida en sus sentimientos, muchos sentimientos de los cuales apago hace tanto tiempo, sabía que Gabrielle estaba en contra de todo lo de los niños, ella tenía una espíritu materna, creía realmente en su inocencia, creía que debían no ser tocados.

     

    -Los niños crean lazos Gabrielle, eso lo sabes tú, eso lo sé yo, es el amor más puro que existe también, una madre con sus hijos daría todo por ellos - Un suspiro salió de sus labios mientras una rosa mágica se formaba en su mano izquierda, de tono azulado con plateado, hermosa y con cierto parecido a su mirada.

     

    -Pero a veces no vale la pena tener algo tan puro cuando una alma esta tan corrompida - Al mismo tiempo que dijo esas palabras la flor se volvió negra, marchitándose poco a poco hasta que explotó.

     

    -No creo que sea lo correcto una relación para tí -La observó de arriba a abajo -La magia, ese sentimiento lo manejó tan bien que puedo decirte con determinación que terminara mal, pero sé que no te importa, que no cambiaras de opinión -

     

    La mirada de la banshee se volvió triste, podía mirar más allá de la verdad, la misma realidad, por algo era una mujer con tantos años encima en un cuerpo joven y humano. Iba a abrir la boca para decir algo más, pero alguién las interrumpió y el enojo de Afrodita regreso.

     

    -Llegas en un momento donde no eres requerida -Respondió con veneno Afrodita - ¿Nadie te enseñó un poco de educación? ¿Modales? - Se mordió el labio inferior para evitar decir algo de lo que estaba segura que traería más problemas, así que dirigió su mirada a su amiga, ignorado la mano.

     

    -Tú novia no me recuerda, raro ¿no?-

  9. Cada palabra que escuchaba causaba que la ceja de Afrodita se elevara, intentó respirar profundo para no gritarle nada que se iba a arrepentí. La banshee tenía una simple política que si algo te generaba algún tipo de sentimiento significaba que había algo más, siempre existía algo más y no reconocerlo le enojada, la enfurecía de una manera que normalmente ni ella misma entendía, ahí frente a ella estaba su amiga que definitivamente que no entraba en razón, no quería ver más allá de la realidad.

     

    -Los niños también pueden morir - Un brillo peligroso se formó en la miraba de la rubia, sabía que Gabrielle no dejaría ver a su hija por la simple razón de la reacción que podría tener, inesperada.... Cada vez ella misma perdía la humanidad y no creía en la sangre ni en los lazos después de tantas experiencias, ahora que la Black sacaba el tema... ¿Por qué no terminaba con sus hijos?

     

    -Me das idea que mi mente no debería pensar, porque simplemente las ejecutaría sin compasión alguna - Siseó la ojiazul.

     

    -¿Mahia? ¿La ex...? -Intentó decir ángel caído, pero recordó que las paredes tenían oídos. Respiró profundo para no decir algo que a Gabrielle no le gustaría pero de igual forma seguía pensado que la arpía ya había vuelto a las suyas con sus desastres, solo que cambio de objetivo.

     

    -¿Quieres sinceridad o que te mienta?- Le preguntó - Y por favor, no me digas algo cursi como que estas enamorada, con amor no se logra más que destruir ciudades y más...- Agregó.

  10. Escuchar las palabras de Gabrielle la hubieran tranquilizado un poco en otro momento, esa etapa de superación y dejar todo atrás para comenzar una nueva vida, pero.... realmente no quería escuchar eso, porque si Alicia buscaba otro conejo, en este caso coneja, significaba que estaría en lo mismo y eso no era para nada bueno, ni un poco bueno.

     

    -A veces me preguntó donde tienes tú cabeza Gabrielle - Comenzó a gritar Afrodita roja del enojo -¿Por qué te involucras sentimentalmente con alguien? ¡Los sentimientos no sirven para nada! Creí que habías aprendido la lección con el paso de los años, ¡Frenger fue el conejito que querías cazar! ¿Ahora a quién cazaras? ¿Qué solución ves de esto si aún tienes un anillo e hijos con ese? -Respiro profundo agarrado aire, hubo un momento que comenzó a insultar en varios idiomas distintos, unos conocidos y otros no tanto.

     

    -Ese es el problema, ¿Te dio por muerta? ¡Ese ser sabía que estabas viva! Solo quería buscar a saber que falda o pantalón con libertad - En ese punto la Malfoy no sabía que creer del esposo o ex esposo de su amiga, y aún con toda la pelea y el cuento de la novia, sabía que lo amaba, lo sentía, aún en su forma mortal sabía ese tipo de cosas.

     

    -Esto está mal Gabrielle - Dijo la banshee, intentó relajarse pero definitivamente estaba preocupada, muy preocupada - Espero que sepas lo que haces, ¿Quién es?- Preguntó en un siseo que podría confundirse con una serpiente.

     

    La observó silenciosamente, esperaba una respuesta mejor que todas las que tuvo anteriormente, pero sabía que seria peor, porque algo que sabía de Gabrielle, es que si no lo había dicho al principio era porque conocía a la persona y segundo era el hecho de que ella no le gustaría ningún nombre que mencionara.

  11. Una sonrisita no pudo evitar formarse en su rostro viendo la preocupación de Gabrielle, ella tenía un instinto maternal grande, incluso a sus amistades más cercanas, pero sabía que ella pensaría que todo se refería a la marca, para ella la marca estaba muerta a su manera y eran palabras que no quería salir de sus labios.

     

    -Me invocaron como diosa, no como humana y querían mi esencia, llevo demasiado tiempo que no conservaba una forma humana como ahora -

     

    Un sentimiento de nostalgia sintió internamente Afrodita, odiaba volver al mismo castigo y además había venido a Inglaterra por ayuda, no quería ni decirle a Gabrielle a donde llegó a curarse, sabía de antemano que se volvería loca, primero por no buscarla, segundo por confiar en alguien ante que ella; así que prefirió tener la boca cerrada.

     

    -No deberías mirar el pasado tanto, es dulce y amargo a la vez - Le dio una sonrisa tranquilizadora mientras recibía el vaso de whisky del elfo, tenía el pequeño presentimiento que Gabrielle en cualquier momento le saldría una sorpresa, ¿Sería que Frenger había hecho de las suyas de nuevo? Suspiro y se mordió el labio, recordaba la época que ese chico se la pasaba en la cueva solo por buscar aventuras, aún estado casado.

     

    No tuvo que esperar mucho tiempo, la Black comenzó a hablar y por cada palabra que decía, la ceja de la banshee se levantaba poco a poco hasta que se dio cuenta que no le iba a gustar ni un poco el final. Cuando escuchó las palabras finales de Gabrielle, simplemente escupió todo el trago de whisky que acababa de probar.

     

    -¿Que acabas de decir Gabrielle Delacour?- El rostro de la rubia se transformó completamente a uno enojado- ¿Es que tú no aprendes? ¿y una chica? ¿En donde tienes la cabeza? - Intentó tranquilizarse un poco, pero cada palabra que pronunciaba sonaba más alta. Los ojos habían cambiado de un azul claro a un azul oscuro, casi negro, Gabrielle Delacour definitivamente la iba a escuchar.

  12. -Sigues igual de dulce como siempre y yo amargada -

     

    Sonrió de lado mientras recibía en abrazo con placer, le agradaba la presencia de la arpía, era como un alivio en su alma corrompida con los años, porque si era bien que ambas poseían oscuridad, el cariño de años de amistad no las amargabas para nada, aunque sabía que Gabrielle estaba nerviosa y se preguntaba el porque.. ¿Qué era exactamente lo que le había dicho la ves pasada? No recordaba y sentía que la debía regañar por algo, pero el abrazo la hizo olvidar lo que pasaba por su mente, así que la siguió, ambas se sentaron en uno de los tantos muebles de la sala Black.

     

    -Pues nada fuera de lo común, diría que estoy de visitas, pero realmente no estoy en un estado muy sano que se diga - Abrió la túnica y mostró la herida negra que atravesaba su cuello, pecho y parte de su brazo izquierdo. Una sonrisita de fastidio se formó en su rostro esperado la reacción de Gabrielle.

     

    -El licor sería genial, haría que el ambiente mejorara bastante a pensar de todo - Miro al elfo con fastidio -¿Es un poco lento, no?-

     

    Se cerró la túnica, no quería que más nadie viera la herida que se curaba lentamente, necesitaba definitivamente despejar la mente del desastre.

     

    -Me invocaron y me encerraron en un cuerpo humano, así que ando un poco incomoda, por lo menos puede mantener mi forma - Se encogió con indiferencia -Pero todos lo que intentaron hacerme daño... Estan muertos - Un brillo lleno de malicia trasmitió.

     

    -¿Qué cuentas tú? -Le preguntó

     

     

  13. Un movimiento suave, una sonrisita traviesa, una mirada atrevida, eso era lo que caracterizaba a la Malfoy, pero en ese momento no iba con ese lado juguetón al Castillo Black. Su rostro estaba serio,sin expresión alguna y caminaba con seguridad, demasiada para no ser miembro de aquella familia ancestral. Respiro, miro a atrás y luego volvió a voltear el rostro para dar los últimos pasos y tocar el timbre.

     

    -Malfoy -Dijo el Elfo que la miro de manera calculadora, con depresión total por ver una mujer tan rubia y esbelta en el castillo Black, característica completamente contraria a ellos, además de que Afrodita definitivamente no era mujer que frecuentaba esos rumbos, ni por error, pero tenía un compromiso con alguien ahí o mejor dicho, con dos personas.

     

    Intentó controlar su mal humor mientras miraba al cretino del elfo que pronunció su apellido, levantó la ceja y cruzó los brazos.

     

    -Dile a Gabrielle Delacour que estoy aquí - Siseó mirándolo con depresión -Y dile que si corre, que ella sabe que yo soy más rápida que ella - Agregó mientras abría la puerta de golpe y se dirigía a la sala, no espero ni siquiera a que la dejaran pasar.

     

    Miro los alrededores, aunque simplemente por aburrimiento, la noble familia Black no era su entorno, aunque tuviera tantos conocidos siendo miembros, a la final ella era una alma libre sin atadura que no le gustaba los lazos, pero aquí estaba uno de los pocos reales que le quedaba.

     

    -Solo a mi no se me ocurre abortar - Bufó enojada. -Humanidad es la peor característica que uno puede tener - Pensó

  14. -Puedes morir si pruebas esa sangre -Dijo El Elfo - Puede que incluso si alguien se da cuenta que probaste su sangre tendrás grandes problemas - Agregó, viendo el rostro de la joven con determinación - Es la ama Afrodita -.

     

    El elfo sin decir más nada desapareció a cumplir con la orden que se le había dado. Afrodita en cambio abría y cerraba los ojos y balbuceaba palabras sin sentido alguno, Se sentía tan débil, perdida en sus delirios, tuvo la sensación que le quitaban algo, algo importante y ni siquiera podía creer que las cosas estuvieran tan grave, la persona que la agarró, estaba segura que no lo conocía, pero... Se preguntaba si la terminaría de matar, sería irónico morir en la mansión Triviani por un miembro de la misma, no sabía incluso si había sido buena idea aparecer ahí.

     

    -Aly... Lud... May... Cub -Pronunciaba constantemente por sus labios - A.. yud.. a... -Intentó decir, la respiración se estaba volviendo cada vez más pausada.

     

    En ese momento en elfo llegó con los instrumentos que había pedido el vampiro. Se quedó mirándola, preguntándose como había terminado así una mujer tan peligrosa como la banshee que estaba frente a él y luego miro al vampiro.

     

    -Amo, ¿Quiere un consejo? - Hizo una reverencia antes de continuar y lo observó de una manera seria que era sorprendente para la criatura -No la pruebes, porque si ella llega a despertar, salir de ese olor a muerte, te matará sin dudarlo, además su sangre es tóxica -Señaló el brazo izquierdo - Veneno de erumpent, cuando es mortal su cuerpo puede ser una maldición o una bendición para alguno -

     

    El elfo después de eso simplemente se dispuso a limpiar las heridas mientras la banshee seguía en su estado de delirios total. Afrodita Malfoy una de las mujeres más llamativas se encontraba al borde de la muerte y no había nadie, nadie que conociera realmente a su lado, un final triste.

     

     

  15. Demasiado tiempo, demasiadas cosas en la cabeza, demasiado dolores, eso era lo que tenía Afrodita en ese momento en la cabeza mientras gotas de sangre salía de su piel nacarada, una herida, eso era lo que tenía, extremadamente profunda y que hacía ver su piel extremadamente pálida, como si la muerte cobrara una vida pronto, su vida. El tiempo era preciso, ella lo sabía, especialmente cuando decidió trasladarse hacía el castillo Trivianni, el sigilo y la discreción de los italianos era lo que más le gustaba, ellos podrían esconderla y intentar curar la herida que cruzaba todo su brazo izquierdo y parte de su pecho.

    Era de noche, sin estrellas y carencia de luz de luna; silenciosa. Fue bastante precisa en aparecer en una zona segura donde no tuviera que caer en las trampas típicas que creaban los Triviani, aunque la realidad es que ella pertenencia a esta familia que renegó por tanto tiempo, solo que no lo aceptaba... porque eso era admitir que tenía algo en Londres, lazos familiares.

    Camino con cuidado, intentado que su debilidad no la dominara, pero el camino de sangre que dejaba era bastante llamativo, muerte olía y era ella. Así que lo más rápido que pudo llegó hacía la puerta principal y tocó, una y otra vez, algunas veces más rápido y otras veces más lento. Su ritmo cardíaco bajaba lentamente y la respiración se aceleraba con cualquier esfuerzo que hacía.

    Las manecillas de reloj sonaban en su mente "tic tac, tic tac" mientras esperaba. Aún no podía creer lo que vivió, su adorada inmortalidad había sido arrancada, años castigada por Zeus y luego pudo volver al mundo Olímpico, pero los humanos, los humanos podían conseguir muchas cosas interesante, la magia era imprecisa y la trampa había sido perfecta, invocar a una diosa y matarla para adquirir sus poderes; ella los masacro a todos pero a su manera, pero de igual forma perdió mucho más de lo que pensó.

    La puerta se abre, despertándola de sus delirios, un elfo bastante mayor la mira con los ojos abierto, sabía quien era, su expresión lo delataba completamente, pero se encontraba completamente en shock, seguro jamás se imagino verla ahí después de tantos meses o años, el tiempo para ella era distinto que para él.

    -Ama... -Le entendió, pero sus sentidos estaban casi apagados.

    -A..lys..sa, lla...ma a Aly s.. -Balbuceó - Di.. Dil... Dile que Afro...di ta esta a cá y....- Pero no pudo terminar la oración porque se desplomó en el suelo y el charco de sangre se andaba formado cada vez más rápido, intentó mantener los ojos abiertos lo mayor posible, solo pudo sentir que que alguien la agarraba, pero su vista estaba ya vidriosa.
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  16. Y desde cuando eres Lord? xDDD Eso sonó muy muy muy a otro Lord que conocemos ambos que tiene un ego muy alto, como que te copio un poco alguna costumbre.

     

    *Tocada con la varita de poder* >_> :rolleyes:

     

    ehhh si, acepto ser prima de Alyssa que es algo así como primera generación y así me deja hacer incestoso sin que se vea tan horrible...

     

    *Secuestro a Dany*

     

    Vamos a oficializar la unión (?)

     

    :perv:

  17. Una carcajada salió de los labios de Afrodita viendo la interacción de Liliana y Ludwig, en estos momentos en cuando se preguntaba quien estaba mas desiquilibrado y una parte de ella sabia que era difícil saber quien sería el ganador. Hacia tanto que no sentía un ambiente tan agradable que se permitió relajarse, así que fue y se sentó en una mesa de caoba, sin importar que se ensuciara su túnica cara purpura.

     

    -¿Tú tipo de sangre favorita o cualquier cosa quieres Liliana? preguntó antes de voltear el rostro y mirar hacia Kiaramelo -¿Crees que falta alguien?- Agregó, llena de curiosidad.

     

    La Malfoy no pudo evitar luego quedarse mirando un largo rato a Ludwig, una gran nostalgia atravesó su corazón de piedra, recordardo a la trifuerza ¿Donde se encontraba Cub o su ex amante? Había tanta gente que había perdido.

     

    -¿Donde estabas Lud?-Le preguntó, cruzándose de brazos.- No puedo creer que solo pienses en matar, creí que te gustaba las violaciones... -Lo ultimo lo dijo con una sonrisa cargada de picardía.

     

    -Hermoso reencuentro, pero aquí falta licor -Comentó.

  18. Afrodita dentro de aquellas cuatro paredes donde sabia que nadie las molestaría, sucio el local pero suficiente abandonando para que nadie mirara adentro. Sintiéndose más cómoda, bajo la capucha que ocultaba su rostro y la cabellera rubia que caia en cascada por su espalda.

     

    -Me gustaría alimentarme - Miro al chico atado y no podía evitar sonreír con cariño. - Pero dudo que consiga algo lo suficiente atractivo para mi, aquí en Londres hay mucha materia prima que canduco... -

     

    Una nueva sonrisa se formo en su rostro, hace mucho tiempo que no se sentía tan relajada en el entorno que se encontraba, ni siquiera el lugar asqueroso la hizo sentir incómoda.

     

    -¿Lo van a violar o simplemente van a esperar ver quién es? ¿O las dos? - Un tono travieso salio de sus labios, realmente se andaba divertiendo esa noche.

  19. -Se me había olvidado el estado mental de las arpías - Comentó Afrodita, aunque no pudo evitar reírse, especialmente por la posición del brujo que se hallaba amordazado por Liliana después de la amenaza.

     

    Afrodita se mordió el labio intentado no carcajearse a ver al chico, creía que las chicas iban a entender cuando dijo peluche, ella lo reconoció, no solo por el hecho de su estado altamente desquiciado, si no por el hecho que solo conocía a una persona en el mundo que sería capaz de usar la poción multijugo y ser tan evidente para utilizar de disfraz un traje de sanador.

     

    -En la familia ya hay demasiada gente desquiciada-Dijo la banshee -Pero creo que el doctorcito es solo por ustedes, tengo ciertas normas con el incesto -Sonrió.

     

    Aprovechó y miro hacía los alrededor, se había dado cuenta que la chica que amenazo ya se había ido, pero estaba casi segura que si seguían así montarían un escándalo llamativo y ella estaba segura que no quería hacer alboroto, además que su compañía era llamativa.

     

    -Es un placer verte Kiaramelo, igual que a Liliana, pero... ¿No creen que necesitamos un lugar más privado? - Agregó, sabía que pronto su hermanito comenzaría a hacer un berrinche grande y de verdad que ya sabia que pronto más hechizos saldrían de las varitas.

     

    -¿Por qué no entramos a ese local sucio y mugriento -Señaló. -Ahí podrían comer con gusto - Un brillo divertido transmitió su mirada azulada.

  20. -Muchos pegarían un grito si supieran que la marca aún hace efecto -Dijo en un susurró tan bajo que supo que solo Liliana podría escucharla, aunque a veces la misma Afrodita tenía un gran presentimiento de que las paredes tenía oído.

     

    Un suspiro salió de sus labios, varias palabras quisieron salir de su boca, pero la cerró en el momento justo. Sabía que no existían las casualidades con la mujer que se encontraba frente a ella, además de que se sentía olfateada, no le agradaba la idea, tenía esa est****a sensación de que era un plato de comida cuando sucedían cosas así.

     

    -Hay muchos rumores en Londres -Comentó la Banshee -¿Es una casualidad que por eso recibo una carta de tí? -Preguntó por simple curiosidad.

     

    No le dio tiempo de soltar otra pregunta cuando sintió dos nuevas presencias, un joven que quería atacar a Liliana y una chica que se encontraba a la distancia. Ese chico con esa actitud le parecía extremadamente conocido, en cambio la chica que se hallaba a una distancia mirándola, reconoció el miedo en la mirada de la pelirroja.

     

    -Yo me encargó, tú calma al peluche -Sonrió, dándole un guiñó al chico.

     

    Afrodita desapareció de repente para luego aparecer a pocos metros detrás de la pelirroja que andaba husmeado al alrededor del grupo.

     

    -¡Buuuuu!- Susurró en el oído de la chica, antes de colocar su varita en su cuello - Creo que estas en el lugar y el momento equivocado, te recomiendo correr si no deseas un destino peor que la muerte - Una sonrisa macabra se formó en los labios de Afrodita -Esto es una advertencia - Fue lo último que le dijo para luego desaparecer y volver aparecer donde se encontraba el grupo.

     

    -¡Karamelo! -Exclamó sorprendida - Tanto tiempo y sigues igual, ¿Esto es una reunión de viejos compañeros de escuela? Necesitamos más privacidad y asegurarnos que Liliana no terminé sin algún miembro de su cuerpo -Anexó.

     

  21. La oscuridad rodeada a la mujer que caminaba por el callejón Knockturn, solo se escuchaba el susurro de voces que se amortiguaba por el sonido de la brisa, no veía a nadie pero sabía que había gente alrededor de ella. Tenía un mal presentimiento desde el momento que decidió volver a Londres, solo por instinto mantenía su rostro oculta bajo una capucha negra, no quería que nadie la identificara, no quería que nadie supiera ni siquiera que seguía viva.

    -Solo tú haces caso a una nota, solo tú - Pensó, sintiendo el peso de un pedazo de pergamino en su túnica con una dirección.

    "Tengo algo que quieres"

    Esas simples cuatro palabras levantaron su curiosidad, tanto que le provoco hacer algo distinto, pero no se sentía realmente cómoda, la tentación de la magia oscura brotaba en su ser, además que sentía hambre y no de cualquier tipo, el Callejón Knockturn era el peor sitio para estar. Se preguntó quién logró conocer su ubicación actual, se preguntó también porque esa persona había dicho tantas cosas que un grupo selecto conocía de ella.

    -Esto debe ser una broma de Ludwig o Cubías- Chasqueó la lengua enojada, esos dos hermanos suyos debían estar detrás de esto o tal vez...

    Cerró los ojos por unos segundos hasta que se dio cuenta que alguien se acercaba.

    -Tú... -Dijo Afrodita levantando la ceja - Creí que habías muerto.- Agregó, una sonrisa divertida se formó en los labios de la banshee.
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  22. Para Afrodita, no había nada más divertido que la conversación que tenía con Leah, sus palabras le divertían bastante, la entendía pero no le daría el placer que ella quería de ella. Su boca se abrió para decir algo pero la cerro cuando sintió una nueva presencia que entraba justo en ese momento a la sala principal, conocía muy bien la esencia de la persona, pero no se movió ni dijo nada hacia todas las acusaciones que le había hecho, era como pérdida de tiempo intentar defenderse cuando alguien la veía culpable.

     

    Se volvió a sentar en el piano y volvió a tocar, la melodía era suave y relajante, brindaba un poco de paz en la intranquila. En la sala, solo se escuchaban las exclamaciones y acusaciones de ambas primas, se limitó a ignorar, solo escuchar sin mirar a ninguna, ya aquel juego le andaba aburriendo lo suficiente a la diosa, no quería ni debía intervenir en ese tipo de riñas infantiles.

     

    -Leah, querida hija… ¿Podría hacer un favor y guardar esa varita? –Dijo Afrodita llena de calma –De verdad esta alfombra es hermosa, ¿Alguna de ustedes sabe lo difícil que es sacar manchas de sangre?- Preguntó, dejando la interrogante.

     

    Las emociones que observó Leah habían desaparecido, es como si ambas brujas se hubieran topado con iceberg, nada expresaba Afrodita, es como si la juguetona diosa hubiera apagado todo. De repente, un relámpago resonó en el Castillo, peor que todos los anteriores, una advertencia de Zeus acababa de llegar en ese preciso instante y no dudaba que él quisiera carbonizar todo el castillo por toda la arrogancia de aquellas jóvenes impulsivas que solo hablaban por hablar, así que en ese momento decidió hablar, intervenir antes que pasará algo más grave.

     

    -¿A ti también te gustaría un biberón Leah? ¿Les busco ambas biberón y les canto canciones de cuna? Creí que ambas estaban grandecitas para esto – Habló la rubia que se levantaba de nuevo del piano de cola, causado que cesara el sonido de la música y todo el ambiente se sintiera pesado.

     

    -Primero Elaena, para revolcarme con Leah no lo hubiera hecho en el mismo lugar donde estuve con tu padre y como tienes la virtud de sacar conclusiones apresuradas por lo que se ve, te darás cuenta que ambas tenemos ropa, así que mide tus palabras-

     

    -Segundo, ya que André es un adorable santo venerado por la siguiente rama de la familia ¿Qué puedo decir yo para veas o vean la realidad? –Miro a ambas jóvenes, la sonrisa que adornaba en su rostro ya no existía y era posible que no volviera a aparecer en ese rostro.

     

    -Estoy harta, ojala todo fuera un juego, pero lamentablemente no lo es, tocar la realidad no le haría daño a nadie en este momento, por mucho amor que sienta por ti Eleana y sentiré siempre, no pienso tolerar esta grosería y menos la de Leah, ustedes pierden más que yo, así que simplemente tienes tres opciones –El basculo de poder de Afrodita se materializó frente a los ojos de las mortales, era dorado y tenía un resplandor intenso, en la punta se veía el símbolo de la diosa y causaba un calor abrasador.

     

    -Primera opción, se calman –Comentó con una calma abrumadora –Segunda opción, se calman – Las palabras de Afrodita tenían un tono de advertencia, no era necesario decir cual era la tercera opción, ambas ya lo debían suponer.

     

    -Las siguientes palabras que vayan a decir les aconsejo que las seleccionen bien y no quiero replicas – Agregó.

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  23. Una carcajada resonó desde la garganta de Afrodita, el sonido se amplio llenando toda la habitación sobre los relámpago que sonaban afuera, era tan espeluznante como hermoso, también generaba desconcierto a cualquier persona que hubiera visto las acciones que había realizado la persona que estaba frente a ella. Duro varios segundos o minutos en ese estado la diosa, cada vez que intentaba calmarse de nuevo desde lo más fondo de su ser volvía a reírse, un cantó que podría significa muchas cosas, buenas o malas.

     

    -¿Quién te dijo que mi poder es blanco y puro? -Le preguntó, sus ojos se volvieron peligrosamente oscuros - ¿Quién te dijo que un dios dependía de un 'bien mayor'?-Le lanzó otra pregunta en una tono de voz zigzagueante mientras terminaba acercando más de lo que ambas ya estaban.

     

    -Soy lujuria pequeña, soy el pecado en persona de los deseos más carnales de este mundo, soy la razón por la cual tú te puedes acostar con miles de mujeres y hombres, sintiendo satisfacción; puedo influir en el destino de cada mortal, porque cada uno para mi es mi novela favorito donde puedo intervenir, manipular y jugar con ellos de tantas maneras....-

     

    -André era como tú, deseoso de probar, tocar y sentir los niveles más altos de placer, ¿Que podrías darme tú que haga competencia con todos los amantes que he tenido en mi vida? Te podría matar, te podría maldecir, te podría hacer muchas cosas princesa, pero no creo que te guste nada de lo que pasa muy mente, no todos terminan bien... -

     

    Todas las palabras de Afrodita salieron como un susurro, las preguntas como las oraciones, se encontraba su boca muy cerca de la oreja de Leah, hablándole y expresándole todo lo que pensaba, había tanta sinceridad en todo lo que decía, eso era lo que causaba que cualquier persona retrocediera cuando la tenía de frente por la energía que irradiaba.

     

    -Podrías ser mi juguete, podría jugar contigo hasta que me aburra y te cambie por algo más bonito y nuevo, ¿Donde entra tú mamá en esto? ¿Qué quieres de mi demonio? Habla.. - Afrodita le levantó la barbilla para que la mirara directamente a los ojos, sujetándola con fuerza para que no se atreviera a mover la cara hacía los lados, pero de igual manera sin presionar lo suficiente para lastimarla.

  24. Una mirada compasiva se asomó por el rostro pálido de Afrodita, ver a esa chica anhelado a su madre, siento un dolor agudo en su pecho recordado que ella le causó el mismo sentimiento a su pequeña a la hora de desaparecer de su vida y ya actualmente sabía que era demasiado tarde. Una parte de ella la quiso ayudar, reunirse con su madre, pero desecho la idea inmediatamente, hizo lo que pudo con esa generación joven y aunque sabía que la iban a odiar, no podría cambiar el destino.

     

    Las siguientes palabras que salieron de Leah fue como un recuerdo de la realidad, alejado la expresión que poseía y volviéndose en unos segundos en una mujer inexpresiva. La miro, la detalló, sus ojos fríos como el hielo se mantuvieron fijos en ella mientras pensaba de muchas maneras como dar esa respuesta.

     

    -Tú ya sabes la respuesta Leah, eres una chica inteligente, estoy segura y afirmó que en este momento ya debes saber que sucedió, solo tienes que abrir la mente y tendrás la respuesta que desea - La voz de Afrodita sonó como un susurro distante pero claro.

     

    Las palabras que salieron de la boca de la joven la sorprendieron, aunque mantenía más la calma que hace unos minutos atrás, se notaba que quería una acción de parte de la diosa, una que la favoreciera de manera positiva y que trajera una luz en su vida, porque por mucha oscuridad que almacenara en su corazón, ella era una persona que poseía un poco de humanidad, poca pero lo que la podría mantener cuerda, aunque ni ella misma supiera.

     

    -¿Estas segura que puedes pagar un precio tan elevado? -Preguntó con curiosidad pero manteniendo matiz sereno -El precio es demasiado alto y sinceramente no quiero que lo pagues, no me gustaría que perdieras... -

     

    Las palabras de Afrodita se detuvieron de repente sin terminar de completar la oración, decidida a callar, prefirió acercarse y agarrar la mano de Leah, un brillo salio de la palma de su mano y se proyecto la energía a la mortífaga que estaba frente a ella.

     

    -No te haré daño-Fue lo que dijo la rubia en ese momento mientras le trasmitía un poco de amor que sentía hacía su hija -¿Este calor es lo que quieres?- Le preguntó.

     

     

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