Arabella Gryffindor

Asentí al escuchar lo que Sophie decía sobre la persona que suplantaría a Annick, sabía que tenía una gran poder, aunque lo ocultaba, era un alto cargo dentro del ministerio y por sobre todas las cosas sabía que amaba profundamente a las niñas. Suspire, esperando que el viniera, hacía meses que no nos veíamos, y por alguna razón había dejado la mansión Gryffindor abruptamente.

- Cumple con todos los requisitos, prima- dije acercándome a ella y apoyando mi mano en su hombro- y adora a las niñas- vi que mi prima se apoyaba en el marco de la ventana, me aleje un poco, podía sentir que algo en ella no andaba bien.

Me volví a mi primo, quien me miraba fijamente, supuse que el ya sabría quién era la persona que llamaría, por alguna razón, él siempre sabia las cosas, de más jóvenes solíamos bromear con que estábamos conectados telepáticamente. No espere aprobación de Elvis, aunque esperaba que estuviera de acuerdo. Tome la varita de mi bolso y Salí a el pasillo. Con una floritura de mi varita conjure mi patronus.

- Por favor Seba, te necesito, las niñas te necesitan, están en peligro, estoy en la mansión Granger, ven lo más rápido que puedas- dicho esto apunte con mi varita hacia la ventana, una vez el patronus se fue volví a la biblioteca- no tendría que tardar mucho en venir- dije volviendo a sentarme, esperando que Seba apareciera.

Los minutos transcurrían lentos, mientras Elvis y Sophie intercambiaban palabras que yo apenas escuchaba. La reticencia de Sophie a practicar aquella magia tan antigua, hacia que me preguntara si estaba haciendo lo correcto. Sacudí la cabeza, confiaba en Mith y sabía que se había arriesgado mucho invadiendo mis sueños para alertarme.

- Sophie, te recuerdo que el el padre de mis hijas de quien estás hablando y te pido que lo respetes por eso- dije fríamente al escuchar la forma en que hablaba- no sé qué paso con Julián, pero Mith nunca me mentiría, ni trataría de sacar provecho, corrió mucho riesgo, al venir y no él no está escondido tratando de salvar su trasero, está metido en medio de la revuelta tratando de frenar las cosas. Él no quiere a Zeus más que el resto, es más lo odia, por haberle quitado la posibilidad de sentir cualquier tipo de emoción, pero sabe que su destitución, como supremos gobernante del Olimpo traería catástrofes que hasta los muggles se darían cuenta, las fuerzas del cosmos quedarían desequilibradas y el Olimpo se sumergiría en la anarquía, y quienes serían los primeros en sufrir las consecuencias, nosotros y los pobres muggles que nunca entienden nada.

Me levante de donde me encontraba sentada y camine hacia la ventana, abajo los cuatro niños jugaban ajenos a lo que pasaba. Sabía que quitarle la posibilidad de soñar era algo terrible, pero no hallaba nada más que pudiera hacer. Amine hacia donde Sophie se encontraba con el libro abierto. Mire la escritura, mi francés era bueno, pero aquello estaba en francés antiguo, por lo que me resultaba difícil comprender algunas cosas.

- Annick debe estar indispuesta, por eso no ha llegado todavía- dije preocupada- podríamos llamar a alguien más, alguien que quiera a las niñas y esté dispuesto a hacer lo que se requiere- dije esperando ver que me contestaban mis prim

El ascensor del ministerio parecía que conspiraba contra mí, el repiqueteo de mis tacones se hacía escuchar, los dos magos que se encontraban junto a mí me miraron con el ceño fruncido. Me apoye en la pared el aparato y cruce los brazos, unos segundos después volví a cambiar de posición. Por fin la voz indico que nos encontrábamos en el piso del departamento de Aurors. Salí disparada, y entre a la recepción, salude a la mujer de cabello violeta que allí se encontraba y camine a paso ligero hasta mi escritorio.

Deje mi bolso y la carpeta que llevaba sobre el escritorio y mire mi bandeja de recado, esperando encontrar algo de la Srt Darla, tendría que haber llegado hacia horas para encontrarme con ella, pero una de las niñas había estado con fiebre muy alta durante toda la noche y parte de la mañana, por lo que había tenido que quedarme en casa, hasta saber que la fiebre había bajado.

Maldije por haber faltado a la cita, que tan amablemente me había dado la mujer a cargo de la oficina de cateos. Tome pluma y pergamino y me encamine hasta donde se encontraba su oficina. Esperaba que se encontrara allí y que pudiera atenerme.

- Srt Darla- llame al verla abrir la puerta de su despacho- Le pido mil disculpas por mi demora- dije saludándola con una inclinación de cabeza- Una de mis hijas, estuvo con fiebre durante la noche y parte de la mañana, no pude dejar la mansión hasta no saber que se encontraba mejor. Le pido me disculpe, si está ocupada, puedo volver en otro momento- agregue, esperando que la mujer no estuviera muy ocupada.

Off: Perdón! La vida muggle y sobre todos las practicas de mi carrera se me atravesaron pero ya estoy de vuelta

Me encontraba preparando un bosquejo del informe que le presentaría a Fengari. Trataba de expresarme por escribo, de manera correcta, técnica y eficaz. Volví a hacer un bollo el pergamino y comenzar nuevamente. Tenía que quedar bien, y hasta que no estuviera satisfecha no dejaría de intentarlo.

- Merlín, porque me hiciste tan perfeccionista- susurre cuando botaba por cuarta vez un pergamino.

Luego de redactar el informe 6 veces quede conforme con el contenido. Lo leí varias veces y observe especulativamente. Conforme al fin, sonreí mientras enrollaba el papel y lo guardaba en mi escritorio. Podía ver que el departamento, se encontraba lleno de gente y que todos estaban ocupados. Suspire, eso significaba que ni Seba ni Darla me podría atender.

Seba sabía que mandaría lo necesario una vez que se desocupara, si es que había leído la nota que había dejado en su oficina. En cuanto a Darla, no la conocía casi, apenas si nos habíamos cruzado alguna vez. En ese momento me asalto una idea, le mandaría un recado, así en el momento que tuviera libre, podría llamarme para terminar con el informe.

Tome pergamino, pluma y tinta y comencé a escribir:

“Srta. Darla:

Mi nombre es Arabella Gryffindor, y soy la nueva empleada, de la oficina para las relaciones ministeriales. Fengari, jeda de esta oficina me ha pedido que recurra a su oficina, para poder pedirle si es tan amable me pueda comunicar el estado de las denuncias que toma su oficina. Por favor, en cuanto pueda atenderme, hágamelo saber. Saluda Atte. Arabella Gryffindor”

Tome el pergamino y con un golpe de mi varita el grueso papel se dobló hasta tomar la forma de un gato, salto de mi escritorio al suelo y se perdió entre las personas, sabía que encontraría a su destinataria.

Off: @@Darla Potter Black, cuando puedas y tengas un minutos atendeme

Demasiadas emociones pasaban por mi cabeza y mi cuerpo, todavía podía sentir los temblores de la angustia y el llanto que me habían invadido, hacia unos minutos. Sophie estaba ofuscada y a pesar de que estaba en control, podía percibir el enojo que emanaba de su cuerpo. Esperaba que no me juzgara severamente por lo que iba a hacer, su opinión era muy importante para mi, por eso detestaba tener que disentir.

En ese momento se abrió la puerta de la biblioteca y apareció en el umbral Elvis, suspire aliviada mientras trataba de quitar de mi rostro el rastro de las lágrimas, aunque si tener éxito. Se acercó a donde nos encontrábamos. Sophie fue la primera en saludarlo, yo apenas si podía hablar, y no quería hacerlo por miedo a que el llanto me ganara otra vez. Espere hasta estar segura de que mi voz no fallara.

- Primo, necesitamos de tus dotes mágicas al igual que las de Annick- dije tomando su mano y apretándosela, cuando se sentó a mi lado- Es una historia muy larga, pero te diré que el Padre de mis hijas, se puso en contacto conmigo anoche y me dijo que algo se está gestando en el Olimpo, donde el reside y que las niñas están en peligro.

“Nadie allí sabe de ellas y de enterarse podrían querer usarlas para forzar a Mith a alzarse en contra de los suyos. Él quiere que le pongamos un cepo a ambas, así no pueden soñar, de esta manera nadie podrá infiltrarse en sus sueños y hacerles daño a raptarlas” deje de hablar para tomar aire “Pero necesitamos tres magos poderosos, para llevar a cabo el encantamiento. Sophie a pesar de que está en desacuerdo, lo hará, por eso los he llamado a ti y a Annick, no puedo confiar en nadie más” suspire angustiada “¿Lo harás?” le pregunté.

Off: @Desireé Granger Malfoy y @

Me encontraba dando vueltas junto a la ventana, ansiosa, esperando que me llegaran noticias de parte de mi primo. Antes de salir, le había pedido que me mantuviera a tanto. No había podido acompañarlos ni a él ni a Annick porque mis hijas habían tenido una rabieta y necesitaba calmarlas, antes de poder salir. Ahora se encontraban durmiendo la siesta tranquilamente.

Una luz entre azul y plata traspaso el vidrio de la ventana y floto frente a mí unos segundos antes de transformarse en una mujer con un embarazo pronunciado. La voz de Elvis salió de aquella figura, urgiéndome a ir a donde él se encontraba.

Tome la capa negra que se encontraba sobe una silla y acomode mi varita en el amplio bolsillo de mi túnica color violeta. Camine hasta la puerta que comunicaba mi habitación con la de mis hijas. Ambas se encontraban profundamente dormidas. Tethys se encontraba sentada en un banquito entre ambas camas, alzo la vista al escucharme.

- Vela, sus sueños Tethys- le pedí- si algo llega a pasar sabes cómo encontrarme- agregué, mientras la elfina asentía enérgicamente.

Al ser matriarca no necesitaba salir de la mansión para desaparecer, por lo que viví a mi habitación y un segundo más tarde había desaparecido girando sobre mi misma dejando detrás una voluta de humo violáceo, la horrible sensación de ser comprimida de todos lados hasta casi pensar que mi cuerpo iba a explotar, nunca había terminado de gustarme, siempre que podía prefería, caminar o usar automóviles muggles, pero aquello requería inmediatez.

Mis pies tocaron suelo firme, poco después, abrí los ojos y frente a mi encontré la antigua fortaleza de piedra maciza y pesada puerta de madera, tachonada con remaches lustrosos. Camine hasta la entrada y traspase la puerta, apenas si mire las paredes llenas de retratos y cuadros. Necesitaba llegar hasta donde se encontraban Annick y Elvis.

Al abrir una de las puertas encontré no solo al Elvis, sino a varios de mis compañeros, avance dentro de la habitación y me acerque a Mi prima política a quien abrace y bese en ambas mejillas, salude a Helen de la misma forma y por ultimo me acerqué a Elvis.

- Primo- bese sus mejillas- ya estoy aquí ¿Qué novedades hay?

- Busca tranquilo- le dije a Seba mientras me acomodaba en la silla sabiendo que tendría que esperar un ratito- La burocracia llegas hasta el mundo mágico- comenté.

Pensando que seguramente en los puestos más altos del ministerio, habría adoradores del señor oscuro, dispuestos a frenar cualquier, tipo de avance que este departamento pudiera hacer. El Granger me ofreció té, el cual decline con una negativa de mi cabeza.

De repente sentí que algo oprimía mi corazón, la vista se me nublo y por m cabeza comenzaron a pasar imágenes, confusas. Hombres de largo cabello negro encadenados, sus cuerpos semi desnudos, cubiertos de heridas que supuraban. Mith se encontraba entre ellos, era uno de los más lastimados.

Estaba teniendo una conexión con el dream-hunter, no sabía si era voluntaria, pero aquello era peligroso, trate de cerrarme pero ver a Mith en ese estado me había dejado perpleja, aquel hombre tan valiente y orgulloso humillado de esa forma, no supe si había sido yo o algo más, pero la conexión se cerró, me desplome en la silla con los ojos cerrados.

Me incorpore a los pocos segundos, abriendo los ojos y tratando de enfocar la mirada, cuando lo logre me encontraba sola. Mire a ambos lados, al parecer Seba había salido, me pregunte cuanto tiempo había estado en ese especie de trance, esperaba que no mucho. Tome un trozo de pergamino y escribí una nota que dejaría sobre el escritorio del hombre.

“Perdona lo ocurrido, luego te explico que paso. Busca tranquilo las cosas, cuando las tengas mándame llamar y vendré. Ara”

Salí de la oficina y me dirigí a mi escritorio, necesitaba reponerme, las piernas y manos me temblaban y seguramente estaba lívida. Cuando me recompusiera trataría de hablar con Sophie.

Off: Perdón en retraso Seba. sabes que me gusta el drama así que lo puse en práctica XD

- Créeme que lo sé, Sophie, se de los riesgos y se de las consecuencias- suspire abatida- pero es lo único que puedo hacer- agregue volviendo a sentarme- se a quiénes podemos traer, son poderosos y aman a las niñas como si fueran suyas- agregue pensando en Elvis y Annick

Tome el colgante que había pertenecido a mi madre, y lo sujete con fuerza junto a mi corazón, cerré los ojos y me concentre en mi primo y su esposa, los llamé con mi mente, inmediatamente el medallón con un ancestral símbolo celta comenzó a generar calor. Esperaba que ambos se dieran cuenta y que estuvieran juntos. Cuando el calor resulto insoportable, solté el medallón, el cual poco a poco retomo su temperatura normal. Mire a Sophie, ambas a la expectativa de si llegaban Elvis y Annick.

- No creo que vuelva a ver a Mith en un tiempo, sabes que yo no puedo comunicarme con él y por lo que me dijo no volvería buscarme por miedo a despertar sospechas- dije suavemente.

La amenaza subyacente, me dejo en un principio estupefacta ¿Seria capas de entregarlo? Sacudí la cabeza negándome a creerlo, aunque sabía que yo por mis hijas haría lo que fuera, aunque nunca me había plateado el traicionar al hombre que me había regalado la posibilidad de ser madre. Había querido mucho a Mith y lo seguía queriendo, pero mi alma gemela siempre sería Richard, y él lo había sabido. Pero no podía culparla, Sophie eran tan madre como yo y cada una protegía a sus polluelos, como creía mejor.

Sonreí ante sus palabras, Seba era como parte de la familia, y siempre haba estado cerca cuando lo necesitábamos, tenía una relación muy afectuosa con mis hijas, quienes lo adoraban, casi tanto como a Elvis, pero hacia unos cuantos meses que no lo veía por la mansión. Entre en la oficina y me acerque al escritorio.

- Gracias por la bienvenida, Seba- dije mientras rodeaba el escritorio y lo saludaba con un beso en la mejilla.- pues…- dije mientras tomaba asiento- Fengari quiere saber es estado de los cateos, cuantos se han hecho, cuantos están archivados, cuantos pendientes, si se ha encontrado algo- agregué.

Esperaba que Seba pudiera darme una detallada información, de lo que le pedía, para poder realizar un informe consistente. Si bien en Hogwarts había pertenecido a la honorable casa de Gryffindor, varias veces amigos, y sobre todo Richard, me había dicho que tendría que estar en Ravenclaw, por mi maniaticidad, ante el orden y la perfección.

- Si pudieras darme la info, te lo agradecería- comenté desenrollando el pergamino y colocando la pluma en perfecto equilibrio, esperando que el comenzara a hablar.

- Pues la verdad es que, tuve que dejar por mis niñas- baje la cabeza.

Eso era una parte de la verdad, pero no toda la verdad, había huido de esta ciudad, y sus recuerdos, recuerdos de un “hombre” al que había querido, pero con el que nunca podría estar con él, Mith no pertenecía a este mundo, por lo cual no podíamos estar juntos. Sacudí suavemente la cabeza tratando de seguirle el hilo a lo que Fengari me decía. Asentía para hacerle saber que entendía lo que ella me decía.

- Bien, ya mismo me pondré con eso- dije levantándome de la silla estirando la mano y sonriéndole a mi jefa- tratare de no tardarme mucho y cuando tenga todo, armare un informe el cual te traeré para que puedas revisarlo a fin de poder hacer las correcciones que creas necesarias.

Sin esperar su respuesta, me encamine hasta la puerta, la traspase y salí a donde se encontraban el resto de los empleados, me acerque a mi escritorio y tome pluma y pergamino, no necesitaba tinta, ya que la pluma era de las recargables. Con los elementos bajo el brazo me encamine hasta el sector donde se encontraba la Oficina de Cateos.

- Deben estar todos haciendo su trabajo fuera del departamento- dije en voz suave.

Camine hasta la puerta donde Seba tenía su oficina y golpee, esperando que me permitieran entrar, luego de lo cual abrí la puerta y asome la cabeza, Seba se

encontraba sentado detrás de su escritorio leyendo pergaminos.

- Disculpa Seba- dije entrando- No sé si sabrás que estoy de empleada aquí en la oficina para Relaciones Ministeriales y Fengari me ha mandado- dije esperando junto a la puerta que el hombre me permitiera entrar.

Escuche atentamente, lo que mi jefa me comentaba, asentía cada tanto, para dar a entender lo que entendía. Me acomode en la silla y acomode mi cabello detrás del hombro, aquel movimiento era un tic, cuando me ponía nerviosa. Si bien ya había trabajado en el Ministerio, el departamento de transportes, era completamente diferente.

- Bien, o sea que nos encargamos del trabajo “sucio”- dije refiriéndome a que era todo trabajo de oficina.

Estaba dispuesta a ayudar, en las otras oficinas, aunque no me hacía gracia tener que salir a hacer cateos, aunque supuse que ahora que mi Primo y Annick estaban de empleados allí, no necesitarían más gente. Ambos era excelentes aurors, por lo cual, esa oficina estaba que cubierta.

Pensé en mis niñas, como les gustaría saber que estaba trabajando en este departamento, ambas decían que cuando fueran grandes serian Aurors, como sus tíos. Seba también lo era, aunque hacía rato que no pasaba por la mansión, a visitarnos y ver a las niñas, quienes lo extrañaban, más tarde, pasaría y le diría. Salí de mis pensamientos al escuchar que Fengari me preguntaba algo.

- Respecto al trabajo, ninguna, has sido más que buena, explicándomelo todo- dije sonriendo- Si trabaje, anteriormente en el departamento de transportes mágicos, llegue a ser directora allí. Pero debo decir que son departamentos, bastantes diferentes, pero estoy emocionada por comenzar a trabajar- finalicé.

Mire preocupada a mi prima ante la forma abrupta e tempestuosa, en la que reacciono, al escuchar lo que Mith había ordenado, trate de sonreír aunque por u momento temí que su ira desbordara y no lograra saber quién era yo, acerque la mano a la cartera donde sobresalía mi varita. La mesita donde se encontraba el servicio de té salió volando y se estrelló en la pared, salte de mi asiento, ante aquella reacción, mi mano derecha se cerró sobre la varita, a la expectativa de lo que Sophie hiciera a continuación.

- Prima- la llame suevamente, pero ella no me escuchaba continuaba hablando, maldiciendo a todo el panteón griego en general y a los Skrotos en particular.

Luego de unos segundos mi rubia prima parecía haber retomado algo de control sobre su persona, luego de tomarse un frasquito, de lo que supuse seria alguien tranquilizador, súper potente, ya que las pociones comunes no surtían efecto en ella-

- Sophie- dije con dolor y pena reflejados en mi voz- no lo sabía, siempre pensé que al tener tu sangre ese comportamiento tan frio se debía a eso o al hecho de que su padre apenas si podía sentir algo, nunca imagine… no sé qué decir- mi voz se fue apagando, no sabía que decir.

Volví a ponerme de pie, mientras mi prima seguía hablando, sacudí la cabeza, no quería sacarles los sueños a las niñas, pero sabía que era lo único que podríamos hacer para protegerlas. Aunque entendía el por qué Sophie se negaba, le quitaría a su hijo la única forma que tenia de poder sentir. Me encontraba dividida entre lo que sabía que tenía que hacer y lo que mi corazón me dictaba.

- Sophie, no puedo siquiera sentir o imaginar lo que debes estar pasando- me acerqué y apoye mi mano sobre su brazo- sinceramente no sé cómo reaccionaría si estuviera en tu lugar, pero tienes que pensar si los Oneroi comenzaron a sentir, puede ser que Oscurus logre lo mismo en alguien momento.

- Lo único que se es que no quiero que ningún panteón ponga sus manos en mis niñas, no podría soportar que me las arrebataran- las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas- ellas son un regalo, el mejor regalo que alguien me dio en esta vida, no puedo perderlas, no lo voy a permitir- dije alzando la voz para luego agregar en un susurro- no volveré a estar sola…..- Me limpie las lagrimas con el dorso de la mano- entiendo que no quieras hacerlo con los chicos, pero entiende que es necesaria que yo lo haga con mis hijas. Por favor, prima ayúdame a hacerlo, sola no lo lograré, no tengo suficiente poder, te necesito- dije bajando la cabeza.

Bueno, y acá estoy! Aceptando el reto, que me puso mi hermanito bonito, mosho, lindo, precioso de Marce! Maca no creo haver superado tu gritito pero le pegué en el palo! Mis nominados son (Me siento una participante de Gran Hermano XD) @, @@Elodia Riddle y @@Zarco Bulche Haigh, espero se copen y lo hagan Ah y a @@Elizabeth Tons pero creo ya la habían nominado! Se sale de foco seguido, perdón, no se por que, mi celu no me quiere mucho u.u

Bueno sin mas preámbulo aquí mi derrape y perdida de la poca dignidad que me queda

https://www.youtube.com/watch?v=3ob_8iJc7UA&list=UUHyrP06rY6v42LjQ7yJ8JqA

- Sophie – dije tristemente- si Julián no se puso en contacto, seguramente es porque cree que de esa manera los pondrá en peligro- dije acercándome a ella y apoyando mi mano sobre las suyas.

No sé por qué siempre había tenido la sensación de que Julián era el más expresivo de los dos hermanos. Siempre con una sonrisa presta a encantar a cualquiera que lo viera, amable y de labia encantadora. Nada que ver con el callado y algo brusco Mith, aunque aquello era solo con quienes apenas conocía, una vez lograbas sortear aquello Mith podría llegar a ser tan encantador como Julián, aunque un poco más sínico y acido. Suspire al pensar en ellos tan diferentes pero tan idénticos.

- La maldición de Zeus que pesa sobre todos los Oneroi está resquebrajándose, ellos están recuperando sus sentimientos, y eso implica que están comenzando a sentir ira, hacia aquel que le quito todo. Mith está seguro, que habrá un levantamiento, que trataran de derrocar al padre de los dioses.- mire a Sophie, quien cayó en cuenta de lo que aquello podía significar.

- Si prima, si eso pasa el equilibrio se perdería, el Olimpo entraría en la anarquía, y Apolo u otro dios podría tomar parte para poder llegar al trono- me levante y comencé a caminar por la habitación- Mith me dijo que sería muy peligroso que alguien de allá se enterara que él y Julián tuvieron hijos, en su escapada al mundo de los humanos, estos niños son semidioses y alguien podría querer usarlos.

Mire a Sophie, mis niñas eran mitad humanas y mitad semidiosas, pero sus hijos, tienen una mezcla de sangres que nadie sabía que podría llegar a ser de ellos. Sabía que ese era una preocupación que Sophie llevaba enterrada en su corazón desde el mismo día que los chicos nacieron.

- Sabes que la forma en que tanto mis hijas como tus hijos fueron concebidos, es más parecida a lo que los Erotikos Skotos Íncubos hacen que a lo que los Day Dreamers, pero tanto Mith como Julián son importantes dentro de los suyos, y si alguien se llega a enterar de los niños, podrían quererlos, para llegar hasta ellos- mi voz se quebró, cerré los ojos y respire profundamente tratando de calmarme.

- Mith me pidió, más bien ordeno- agregué con una mueca- que le pongamos un cepo a los cuatro, para que no puedan soñar y por ende nadie puede acercarse a ellos de esa manera.- termine, volviendo a sentarme junto a Sophie y tomado la taza de té que ella volvía a ofrecerme.

Me encontraba terminando de acomodar mi escritorio cuando una mujer se acercó hasta donde estaba, se notaba que conocía el departamento, por la soltura con la que se manejaba dentro del mismo, supuse que sería o mi jefa u otra empelada. Una vez junto a mi escritorio me llamo por mi nombre, aunque con cierta duda, sonreí y me levante extendiendo mi mano.

- La misma que viste y calza- dije estrechando su mano de manera formal.

Al mismo tiempo que me presentaba ella tomo asiento y se quedó mirándome, algo en actitud me dijo que no me estaba escuchando del todo, por lo que deje de hablar. Ella se levantó de la silla y me pidió que la acompañaba a su oficina, asentí sin mediar palabra, espera a que ella comenzara a caminar para seguirla. Al entrar a su oficina, pude ver que estaba a medio remodelar o a medio desempacar, no pude decidir cuál de las dos era lo opción correcta, pero eso nos pasaba a todos. Pasó por detrás del escritorio y se sentó, invitándome a hacer lo mismo a lo cual asentí y le di las gracias.

- Si Sophie es mi prima- dije respondiendo a su pregunta- así que cuando se enteró que era empelada en su departamento me invito a su oficia- agregué mientras alisaba mi túnica- me explico muy por arriba sobre que trabajo desempeña esta oficina, así que si usted podría ser más explícita se lo agradecería- termine diciendo, esperando que mi jefa me dijera exactamente cual sería mi trabajo a desempeñar.

Off: Holis! Ahora perdóname tu a mi el retraso!

Sonreí ante la bienvenida de mi rubia amiga y prima, elogiando a mis hijas, cosa que como toda madre me enorgullecía. Elogie lo grande y caballerosos que estaban los chicos, antes de que ella me invitara a pasar a la biblioteca, suspire aliviada, era el lugar ideal para la charla que íbamos a tener.

- Me has leído la Mente Sophie- dije mientras salíamos de la sala- Por favor, lleva un cuenco profundo de metal, junto con la merienda- le dije al elfo.

Si mi prima se extrañó ante mi pedido, no me di cuenta, aparte de contarle ella tenía que ver el sueño, para que pudiera hacerse una idea del peligro en el que nuestros hijos estaban. Recorrimos los tramos de escalones en silencio, cada una perdida en sus pensamientos. Todavía no podía sacarme del cuerpo el frio contacto del cuerpo de Mith, su respiración sobre mi mejilla, cerré los ojos tratando de reprimir todas esas emociones, que él lograba despertar en mí.

Llegamos a la biblioteca, sin que ninguna mediara palabra, entramos y sin perder tiempo me acerque hasta la ventada desde donde veía como mis hijas y sus primos fugaban en el patio, cuidados por nuestras elfinas, sonreí al verlos tan inocentes, haría cualquier cosa por ponerlos a salvo.

- Sophie- dije dándome vuelta y mirándola fijamente- Mith apareció en mis sueños anoche- camine hasta uno de los cómodos sillones y tome asiento.- algo está pasando en el Olímpo, y el piensa que nuestros hijos pueden llegar a estar en peligro.

La puerta se abrió para dejar pasar al elfo trayendo un hermoso juego de té y una delicada fuente de plata. Se acercó hasta la mesa junto a la que me encontraba y dejo la fuente el carrito con el servicio de té lo dejo junto a mi prima. Realizo una reverencia y salió rápidamente, espere a que mi prima dijera algo.

Sophie, se dedicó a explicarme cual sería mi tarea como empleada del departamento, sonreí, tendría que estar en contacto con mucha gente, y eso era algo que me gustaba, el poder relacionarme con gente conocida y desconocida, se me daba muy bien. Asentí a cada cosa que mi prime me comentaba, sabía que este trabajo era el indicado para mí, en ese momento un avión de papel entro en la oficina y fue había las manos de la rubia.

- Gracias Prima- dije recibiendo la planilla que me daba- ve tranquila, después seguimos conversando.

Sophie salió presurosa de la oficina dejándome sola, lance una última mirada a la oficina antes de salir y dirigirme a la zona donde se encontraban los escritorios. Sonreí al ver a mi primo y su esposa un par de metros, mas allá de donde se encontraba mi escritorio, estaba hablando con Seba y otros empleados. No quise interrumpir, ya iría cuando estuvieran solos.

- Hora de ponerse a trabaja- me dije mientras sacaba de mi pequeña cartera porta-retratos y demás cosas que necesitaría .

Reí al escuchar como Sophie reconocía que mi presencia en el cuartel la había tomado por sorpresa. Tome la taza que me ofrecía agradecida, siempre era bueno tomar una deliciosa taza de té. Sorbi el oscuro brebaje y deje la taza sobre el escritorio, me percate que que habia algunos papees desparramados por el suelo, y me pregute que habría pasado, pero no era el momento ni el lugar para preguntar. Me aclare la garganta-

- El Clan Gry-Gra – dije acortando nuestros apellidos- podríamos llamarnos así- sonreí- Me alegre muchísimo al saber que tanto Elvis como Annick volverían a la actividad ministerial.

Al hablar de sus hijos una sombre de preocupación cruzo su rostro, sabia al tener la mezcla de sangres que sus hijos tenían, siempre sería una preocupación, las distinta habilidades y poderes que sus pequeños cuerpos pudieran contener, y no supieran controlar. Por suerte yo era una simple humana y mis niñas solo eran semidiosas.

- Bien. ¿Tenemos que esperar a mi Jefa o me puedes ir adelantando en qué consistirá mi trabajo aquí?- Pregunté ansiosa.

El elfo había desaparecido hacia unos minutos, las niñas estaban impacientes esperando que los muchachos llegaran y yo deseosa que Sophie apareciera. Pocos instantes después Mith y Oscurus hicieron su aparición acompañados de la elfina personal de Sophie, Arianna, quien nos saludó con una reverencia. Mis sobrinos se abalanzaron sobre y me llenaron de besos y abrazos, a los que correspondí.

- Que grandes y hermosos que están, niños- les dije acariciando la mejilla lozana de Mith y revolviendo la sedosa cabellera de Oscurus- Ya son todos unos hombrecitos- agregué sonriéndoles.

Los niños tomaron a mis hijos y las cargaron sobre sus hombros como si no pesaran más que plumas. Al parecer sus poderes habían estado desarrollándose mucho más que los de mis hijas, pero eso seguro devenía de que su madre no era una simple humana. Mientras veía a mis niñas reír encantadas llame a Tethys, quien apareció al instante.

- Nana, por favor ve con Arianna y cuida a esos cuatro por favor- le pedí a Tethys, quien asintió con una reverencia.

Decidí pasar a la sala, a esperar a mi prima cómodamente sentada en uno de los sillones, aunque nuestra conversación, no podría ser allí, la biblioteca sería un mejor lugar, esperaba no la estuvieran usando en esos momentos. Cuando antes Sophie supiera lo que estaba pasando antes podríamos comenzar a elegir los hechizos que usaríamos para poner el cepo a nuestros hijos.

La voz de Sophie me llego desde la derecha, al alzar la vista encontré a mi prima que se acercaba para abrazarme efusivamente. No pude evitar sonreír ante aquella muestra de cariño, correspondí a abrazo con otro y bese su mejilla algo fría, pero eso ya no me molestaba, hacía tiempo que me había acostumbrado. Espere mientras le deba órdenes a la recepcionista, quien al parecer no estaba muy contenta de que la directora le hablara, su cara daba cuenta de ello, luego de lo cual me deje guiar por mi prima hasta su oficina, para poder charlar tranquilas.

- Gracias por el recibimiento Sophie, recién estoy entrando en servicio- dije tomando asiento- No me parecía correcto entrar como si nada, por eso esperaba que mi jefa se encontrara así me presentaba y ella me daba las indicaciones pertinentes a mis tareas a desempeñar dentro del departamento- agregué- pero basta de formalidades- le sonreí- seguro que nunca pensaste que me ibas a tener de empleada- dije mirándola con una sonrisa pícara.

Siendo sincera, yo misma nunca pensé que podría llegar a trabajar en aquel departamento, pero las vueltas de la vida son tantas que uno nunca sabe que le espera detrás de una curva. Y a mi me había deparado esto, y me sentía contenta de tener gente amiga, para que me ayudara a adaptarme. Me acomode en la silla y cruce las piernas al tiempo que apoyaba las manos en el regazo.

- Y bien primita, ¿no me vas a invitar con un té mientras esperamos a mi jefa?- le pregunte- por cierto como se encuentran Mith y Oscurus- agregué pensando en mis sobrino.

El sueño de aquella mañana me había dejado intranquila, por lo que decidí acercarme hasta la mansión Granger para poder Hablar m rubia amiga a fin de alertarla y que me ayudara a poner el cepo a los sueños de los niños como me había pedido Mith. Las niñas iban unos pasos por delante de mí hablando entre ellas sin saber que corrían peligro. Esperaba que se encontraran en casa, teníamos que poner el cepo antes de que cayera la noche.

- Niñas ya estamos llegando doblen a la derecha y vayan por el camino de grava- les dije señalando- vamos a visitar a los primos y a la tía Sophie.

- Qué bueno Mamam! Hace tiempo que no vemos a los chicos- dijo Zahil arreglándose el vestido de manera coqueta.

- Genial –dijo Aranel- la última vez no me dejaban jugar con ellos me decían que era muy pequeña.

- A pesar que tienen la misma edad, los chicos crecen un poco más de prisa que ustedes, por eso son más grandes y tienen más fuerza- le explique.

Subimos los peldaños que nos separaban de la puerta principal y toqué la aldaba de la puerta, unos segundos después un elfo domestico nos abrió y con una reverencia nos invitó a pasar, sabia quienes éramos. Pregunte por Sophie y me informo que tanto ella como la señorita Valeskya. Sonreí encantada que saber que iba a poder pasar un rato con ambas.

- Por favor anúncianos- le pedí al elfo que desapareció corriendo para avisar a sus amas de nuestra presencia.

El ministerio estaba hecho un caos, al parecer algo había pasado en el atrio y como siempre yo ni enterada. Acomode mi cartera sobre el hombro y seguí caminando hasta mi nuevo trabajo, estaba nerviosa, nunca pensé que terminaría en este departamento, pero el destino me había llevado allí. Llegue a la entrada, suspire para tratar de sacarme los nervios y acomode mi cabello detrás del hombro.

- Espero este mi jefa- y para mis adentros pensé en Sophie, ojalá estuviera ella también.

Cruce el dintel de la puerta y entre en el Departamento de Aurors, al parecer la actividad allí era más que suficiente para tener a todos haciendo algo, sonreí contenta, eso era justo lo que estaba buscando, un lugar en el cual poder desempeñarme de manera activa. Camine hasta lo que parecía la recepción donde encontré a una joven con grandes ojos azules.

- Buenos días- salude sonriendo- soy una nueva empleada en la Oficina para las Relaciones Ministeriales ¿Se encontraría la jefa de la oficina?- le pregunté.

Esperaba, que me atendieran pronto, así podía comenzar a trabajar de inmediato. Tanto tiempo de estar inactiva se habían llevado mi capacidad trabajar de forma compulsiva, ero sabía que era algo que recuperaría.

Off: Hola! Ya llegue, perdón por el retraso

Pues vamos a ver si con esto logro volver de forma contundente...

Nick: Arabella Gryffindor
Tutoría: Rol y Perfil
Nivel que posee: Básico (ultra básico diría yo)

Si solicita un tutor en específico: Rol: Elodius *.*

Perfil: Elviscocho

Suspire aliviada al escuchar a la profesora decir que había contestado bien, a pesar de mi titubeo. Athena siguió complementando mi respuesta mientras yo tomaba nota. Luego de hacerme saber que podía interrumpirla en cualquier momento para preguntar, con una floritura de su varita el pizarrón se borró y apareció otro título. “Criaturas Tenebrosas” arrugue mi frente, al ver que en la pizarra aparecía una acromántula, si bien no les tenia fobia, no me agradaban.

Athena, comenzó la lección sobre criaturas tenebrosas, mientras mi mano escribía lo más rápido que podía, la mayoría utilizaban las vuelapluma, pero a mí me gustaba tomar nota personalmente, me ayudaba a fijar los contenidos. En s relato nombro diferentes criaturas, por suerte las conocía a todas, cuando llego a los dementores, mi cuerpo tembló visiblemente por el escalofrío que recorrió mi espalda aquellas criaturas me parecían completamente desagradables.

- Profesora - la interrumpí- el tamaño el patronus no tiene nada que ver a la fuerza, que el mismo tenga para repeler dementores? Quiero decir que un patronus pequeño como un gatito puede ser lo suficientemente fuerte como para repeler, muchos dementores?

Luego de responder mi pregunta, me tocó el turno de responder, volví a fruncir el ceño, tratando de recopilar todo lo que había leído sobre los hombres lobos, que si íbamos al caso era poco, tendría que haber escuchado a Elvis más seguido cuando se ponía a hablar de estas cosas….

- Tienen los sentidos mucha más desarrollados que nosotros, sobre todo el oído y el olfato por lo que cualquier rudo fuerte o agudo, les molestara más de lo debido, lo mismo pasara con los olores. A nivel físico, suelen se un tanto más velludos que el común de los humanos, reservados – dije comentándole todo lo que me venía a la cabeza, esperando que estuviera bien.

Caminaba por los pasillos de la academia a paso ligero, dejando detrás el sonido de mis tacones negros, quería llegar puntual, en mi primer día. Sonreí al pensar en mi vuelta a la academia como alumna. Años habían pasado desde ese momento, aunque había vuelto si como profesora por un tiempo.

Ese día me había levantado temprano y luego de desayunar con mis niñas había pasado más de una hora encerrada en el vestidor, nueva adquisición ahora que las niñas tenían su propia habitación, tratando de decidir que vestiría. Tethys mi elfina, paciente como solo ella podía serlo me ayudaba e iba ordenando a medida que yo desechaba túnicas. Me decidí por una túnica verde esmeralda, con los puños, el escote y el ruedo bordado con hilo de oro. Amaba ese color, sobre todo cuando mi cabello era del color del fuego y mis ojos del mismo color de la túnica.

Llegue a la puerta del aula donde se impartiría la materia, mire mi reloj y faltaba un minuto, acomode mi cartera sobre el hombro, me alisé la túnica y coloque mi cabello sobre mi hombro. Di tres golpecitos rápidos a la puerta, la profesora me indico que pasara, cosa que hice de inmediato.

Athena, ese era el nombre de la profesora, me dio la bienvenida y me indico que tomara asiento. Me decidi por un pupitre en la primera fila justo en el medio del aula, saque una libreta, tinta y una hermosa pluma de pavo real que me había regalado mi primo la última navidad. La profesora se presentó, indicando donde se desempeñaba laboralmente y a que familias pertenecía, ambas de renombre en el mundo mágico.

En la pizarra detrás de ella aparecieron preguntas, que supuse tendría que responder, algo dentro de mi estómago se agito, esperaba hacerlo bien. Elvis me había ayudado a ponerme en tema, ya que él era excelente en DCOA.

- Mi nombre es Arabella Gryffindor, trabaje en el departamento de Transportes, por varios años, llegue a ser directora allí, luego tuve que salir de Inglaterra y vivi en Francia, hace 6 meses volví. Mi Primo, Elvis Gryffindor, me ha animado a tomar esta clase, y creo que laboralmente me abriría un abanica de posibilidades más grande del que ya poseo.- dije sonriendo.

Athena continuo con la clase, explicando que eran las artes oscuras y que era una defensa, tome nota, con rapidez tratando de no perderme nada de lo que ella decía. Luego de lo cual me realizó una pregunta, fruncí el ceño tratando de buscar en mi cabeza la respuesta correcta. Mi primo Me había hecho preguntas parecidas…

- Po-podría usar un Protego o levitar algo he interponerlo entre el hechizo y mi persona- dije nerviosa- y para defenderme del Expelliarmus- volví a pensar- otro Protego- finalicé.