Harry S. Diggory

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Allí estaba de nuevo, Abaddon era ya como mi segunda casa, en realidad se podría decir que pasaba allí más tiempo que en mi habitación del cuarte general o en la del castillo Dumbledore, pero que se le iba a hacer debía cumplir con mis obligaciones como guardián.

Nada más encaminarme a las escaleras me encontré con unos cuantos guardianes blancos que me notificaron la nuevos ocupantes de las celdas de Abaddon. - Que lastima que siempre me pierda lo bueno.. Pensé para mis adentros, había habido una redada y de nuevo por motivos familiares no había podido ir, si es que siempre me perdía lo bueno.

Acompañado por tres de los guardianes blancos llegué hasta una de las celdas ocupada por una mortífaga (Gyvraine), abrí la celda y ya esta revivida así que me ahorraría los hechizos para volverla a la vida, una cosa que no me agradaba demasiado hacer con aquellos magos tenebrosos.

-- Me parece que estabas pidiendo un interrogatorio ¿verdad? Concluí con una sonrisa burlona, que no pudo ver la mortífaga ya que la luz blanquecina ocultaba mi rostro completamente, y luego ordene a dos de los guardianes blancos que vigilaran a las otras dos mortífagas que estaban presas, y el otro guardián blanco se quedo frente a la celda absorbiendo cualquier rastro de magia negra presente en la celda.

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Caminaba siguiendo los pasos de mi patronus, no habían muchos prisioneros por el momento y lo que había estaban siendo ya interrogados por alguno de mis compañeros, sino los guardianes blancos me hubieran dado el aviso para que fuera a custodiarlos e interrogarlos hasta la fecha de su marcha.

El lince plateado había tomado el camino a la Sala Común, y realmente se lo agradecía estaba cansado por lo que no me haría ningún mal descansar un poco en los sillones mientras comía algo de lo que habrían puestos los elfos domésticos.

Para mi sorpresa cuando llegue a la Sala Común no era el único allí presente, mi prima Xell y Jessie o Estrella como era su nombre en clave dentro de la prisión se encontraban allí tomando tarta de cumpleaños, por lo que rápidamente me acerqué a ellas.

- Así que traéis tarta de cumpleaños y no avisáis de su existencia. Dije intentando parecer enfadado. - Hicisteis bien, pero para vuestra desgracia la he descubierto. Concluí bromeando, mientras cogía un trozo de la tarta con forma de mariquita, con aquella forma tan solo podía pertenecer a.. Mí prima se me había olvidado por completo felicitarla, había estado tan liado con las cosas de la Orden.. - Por cierto Xell, muchas felicidades. Dije mientras le daba un beso en cada mejilla.

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Comencé a andar era hora de volver a mis responsabilidades como guardián de Abaddon, aunque en aquel momento la prisión no estaba muy concurrida debía ir a vigilar la torre, además de estar alerta por si alguno de mis compañeros llegaba con alguna captura, y en ese momento comenzaría la verdadera misión de los guardianes intentar sacar un poco de información.

Pasé todas las defensas y cuando entré en la Torree, con un pequeño movimiento de muñeca hice aparecer en mi mano derecha mi varita mágica, y susurré Expecto Patronum, y un lince plateado surgió de mi varita y se posó a mi lado, me acompañaría en la vigilancia de la Torre y si notaba algo raro iría a llamar a mis compañeros, y también serviría para que alumbrara los oscuros pasillos de la prisión de la Orden del Fénix.

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La chica se equivocaba demasiado, tan solo había dicho eso porque, como se sentiría sabiendo que alguien de su familia estaba en el bando contrario y que podría luchar contra el en cualquier redada, podría hasta matarlo en una batalla ya que no lo reconocería. Yo claro que aceptaría las ideas de mis seres queridos, pero no se si podría cargar con la culpa de poder haber sido yo el que acabé con su vida en una batalla.

- Volveremos a vernos pronto.. Dije mientras la mortífaga desaparecía de su celda, sus cinco días en prisión ya se habían cumplido por lo que no podían retenerla más tiempo allí, aunque debía de aceptar que le hubiera gustado quedarse un rato más hablando con ella para intentar sacarle algo de información a la chica.

Salí de la celda, y me reuní con los dos guardianes blancos que se habían quedado custodiando a la mortífaga, y entonces bajamos las escaleras de la prisión hasta llegar a la planta baja donde nos reuniríamos con los demás guardianes de Abaddon a la espera de que volvieran a llenarse las celdas de la prisión.

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- Alguna vez fallaremos claro, pero estoy seguro que estoy en el mejor bando que puede haber. Le aclaré a la mortífaga, esperaba que algún día se diera cuenta de que ella estaba cometiendo una gran equivocación, no había mejor bando que La Orden del Fénix. - Estoy seguro de que si alguna vez acabo preso, si no logro salir por mis propios medios vendrán a rescatarme en cuanto puedan. Comenté rotundamente, nunca dejaríamos abandonado a un miembro de la Orden, además de compañeros eramos amigos, familiares y algunos aunque no lo fueran de sangre se podían catalogar como nuestros hermanos.

Después del largo viaje, había llegado con muchas ganas de trabajar duro y ayudar a crecer a la Orden, y algún día ser alguien importante del bando, y que tiempo adelante se me recordara por mi lealtad y sacrificio que era nuestro lema. La chica se levantó y se acercó a mi, quedándose a pocos centímetros de mi cosa que alerto a los guardianes blancos que rápidamente se acercaron a la celda, pero todo estaba controlado y no haría falta su interrupción.

- Te confundes, yo tan solo te comunico la realidad ya que al parecer en vuestro bando vivís en una realidad paralela e inexistente. Dije tras aclararme la voz, no estaba de más dejarle las cosas claras a la bruja y así tal vez conseguía entrar en razón aunque no lo esperaba. Al parecer no era el único, a ella yo también le resultaba familiar, por lo que confirmaba mis sospechas. - Tu también me resultas bastante familiar, pero realmente no quisiera saber quien eres tras esa máscara, por si realmente eres alguien a la que aprecio y no me gustaría que las cosas cambiaran. Sentencié mientras veía como uno de los guardianes blancos le dejaba la ración del día a la mortífaga.

- Sunar tengo una idea, creo que esto nos ayudara a encontrar a la ninfa. Le dije a mi compañera, ella abría la expedición en busca de la ninfa perdida, saqué mi varita mágica y apunté a una roca cercana y murmuré Morphos, y la roca se transformo en un lechuza blanca como la nieve, ella nos ayudaría a encontrar a la ninfa y seguramente la encontraría más rápido que nosotros, ya que era más ágil y rápida.

Observé atentamente como se marchaba la lechuza entre las copas de los árboles, además de el plateado oso polar de tres metros que Sunar había invocado para poder hablar con Lestat. Cuanto más se adentraban en el bosque, la oscuridad era mayor por lo que saqué mi varita y tras murmurar unas palabras mi varita se encendió iluminando el camino que estábamos siguiendo.

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Seguí observando a la mortífaga, su forma de expresarse y su habla me resultaba bastante familiar, aunque en realidad creía que era mejor no adivinar quien era aquella mujer que me resultaba tan familiar, ya que si lo descubría seguramente cambiaría su forma de ser respecto a ella así que no insistiría más en averiguar quien era.

- Pues parece que esta vez fueron tus compañeros son los que no llegan a tiempo, ¿no? Dije con bastante confianza, las cosas en Ottery estaban cambiando cada vez la Orden del Fénix crecía más y era más efectiva, y eso se podía notar en la alta ocupación de Abaddon. - Si realmente quieres que te socorran a tiempo, me parece que deberías cambiar de bando. Le sugerí a la mortífaga (Agatha).

Después de aquello me quite la capa dorada que cubría totalmente mi cuerpo, quedando al descubierto mi camisa blanca, la cual llevaba remangada hasta los codos, y unos jeans cortos junto a unas deportivas del mismo color de la camisa. Volví a tomar la palabra, y le dije - No tengo autoridad para eso, pero créeme que en algunos casos me encantaría tenerla.

Jace Percival Dumbledore

El largo sendero ascendía por la ladera de la montaña desembocando en una gran abertura dentro de la montaña, dicha abertura aparentaba ser la entrada a una profunda cueva y si no me equivocaba a la vez también sería bastante ancha, en definitiva parecía un buen lugar para esconderse.

Por lo que varita en mano comencé a subir por aquel sendero, el calor veraniego apremiaba y aunque caminaba a la sombra de los grandes árboles ,que constituían aquel bosque que rodeaba el sendero, no soportaba el apremiante calor por lo que decidí quitarme la camiseta blanca que llevaba, dejando mi torso al descubierto y así mi cicatriz, quedándome solamente con los jeans cortos que me acababan un poco por encima de mis rodillas y unas deportivas.

Tras unos cuantos minutos llegué a la boca de la cueva, la cual se extendía sometida en la más profunda oscuridad durante varios metros, Lumos susurré y la punta de mi varita se iluminó pudiendo ver así por donde caminaba en aquel momento, me encontraba descendiendo y al parecer no había huella de que allí hubiera estado algún mortífago.

Dejándome guiar por el origen de la pequeña brisa que me amenizaba el trayecto, llegué hasta lo que me parecía el corazón de la cueva, cuyo centro estaba iluminado por un pequeño hueco en el techo del lugar que dejaba pasar la luz solar.

Antes de bajar, me detuve un momento y le eché un vistazo al lugar. Mi sorpresa fue cuando allí a pocos metros de donde se reflejaba la luz solar, había otro mago, y lo reconocí se trataba de uno de mis compañeros de la Orden del Fénix. Utilizando mis habilidades como miembro de la Orden Oscura concentré una pequeña cantidad de la energía que había a mi alrededor para poder bajar aquella colina en milésimas de segundo, cosa que conseguí.

- La verdad es que sí, pero tampoco podemos esperar mucho de ellos tan solo hay que ver a quien guardan lealtad. - Dije mientras me acercaba a mi compañero, hasta a situarme a unos ocho metros de él, y entonces lo reconocí, era mi primo Elvis, llevaba mucho tiempo sin verle y que mejor manera de reencontrarme con él que practicando un poco nuestras habilidades, como en los viejos tiempos. - Claro que sí primo, hagamos como antes, quien pierda luego paga el whisky de fuego.

Tras esa pequeña charla ambos hicimos la reverencia de cortesía, y mi primo comenzaría con el primer ataque, es decir abriría el duelo como era costumbre para algo el disponía un mayor rango en la Orden del Fénix más que merecido. El rayo salió de la varita de mi contrincante, era mi turno, entonces moví bruscamente mi varita hacía la derecha.

- Protego. - Dije sin elevar el tono, y el rayo aturdidor de mi primo impactó contra el escudo protector que acababa de crear, desapareciendo ambos hechizos tras el impactó.

Volví a apuntar a mi primo y empecé a pensar mi jugada. Incárcerus, bramé y tres cuerdas fueron directamente hacía mi primo, en breves impactarían cada una de ellas en un sitio diferente, la primera impactaría en su cintura a la altura de sus muñecas, lo que haría que sus brazos se pegaran a su cuerpo impidiendo así que volviera a apuntar; la segunda iría directa a sus ojos, enrollándose alrededor de su cabeza impidiéndole la visión; y por último la última se enrollaría en sus talones, juntándose así sus piernas, impidiéndole que se moviera, a la vez que haría que perdiera el equilibrio al impactar con bastante fuerza la última cuerda.

Hola!

Me paso a facilitaros un poco el trabajo, Meri Granger y Evarela ya cumplieron sus cinco días en la prisión por lo que si no me equivoco ahora estarán en San Mungo. Y también para decir que tenemos tres nuevos prisioneros capturados en el ataque a "The Hunters", son Agatha M. Gryffindor, Radamantys y Aleera Lux Evanik Malfoy.

Hasta luego, si necesitan ayuda con algo avisenme ^^

Jace Percival Dumbledore

- Volveré a llegar tarde. - Dije mientras seguía vistiéndome, había llegado tarde de una vigilancia y no le había dado tiempo a llegar a tiempo para coger el traslador que sus compañeros habían puesto para ir hacía el Bosque Prohibido para la ceremonia de la Danza de Verano, y seguramente deberían estar ya apunto de empezar.

Con unos jeans cortos que me quedaban un poco por encima de las rodillas, y una camisa de manga larga roja remangada dejando ver mis antebrazos, cerré los ojos. Y "Clack", aparecí en un claro del Bosque Prohibido, y seguí el camino que mis compañeros habían dejado dirigiéndose hacía el nacimiento del río.

Tras unos minutos caminando, en los cuales me dí cuenta de que mi antebrazo y el codo del brazo derecho serían unos buenos sitios para hacerse un nuevo tatuaje, llegué al nacimiento del río, una pequeña laguna en el centro de la cual ardía una llamarada de fuego eterno. Como ya había imaginado, ya había llegado casi todo el mundo, y la ceremonia estaba comenzando.

Me coloqué tras Madeleine, que al parecer también acababa de llegar y se disculpaba por su tardanza. - Me alegra saber que no soy el único en llegar tarde, ¿qué tal todo Madeleine? - Le dije mientras echaba un vistazo por el lugar, pudo reconocer a su madre, a su padre adoptivo y a Ishaya entre otros.

Hola de nuevo, pues como es común vengo a entregar otro banner ^^ jajaja Al final mis banners tuvieron éxitos y me alegro de ello xD

Bueno Jank aquí te lo dejo, así que te espero por Abaddon. Por cierto propongo hacer algún tipo de rol entre todos los guardianes en la prisión, no se podríamos hacer sobre que alguna de las criaturas que comprenden las defensas se escapa o algo..

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Muchas gracias Ishaya ya lo entendí. Pues entonces si quieres por mi, mañana podriamos empezar con las investigaciones para poder sitiar alguna de las mansiones mortias, tan solo hablame por skype y comenzamos

Y sobre lo de las imagenes, si necesitas ayuda aunque no se mucho de photoshop pero se hacer algunas cosa, me lo dices.

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Nalla se había incorporado a aquel extraño interrogatorio que se sabía que no iba a dar frutos, ya que de manera pacífica no se solía conseguir nada, aquella era la triste realidad. Me había cansado de las sandeces que había empezado a soltar aquella mortífaga, era una pena que perteneciera a la Marca, no parecía ser mala persona tan solo estaba bastante equivocada con sus ideales, pero tarde o temprano se terminaría dando cuenta.

- Voy a ver a los nuevos prisioneros Nalla, te dejo al cuidado de esta. - Pronuncié, y salí de aquella pequeña habitación que servía de celda, y acompañado por uno de los guardianes blancos más distinguido comencé a subir pisos de la prisión hasta llegar por fin a la última planta, una de las más vigiladas ya que estaba destinada a los que identificabamos como altos rangos de la Marca Tenebrosa.

Entre en el largo pasillo, que estaba totalmente a oscuras y pocos metros de mi posición pude descubrir que en una de aquellas celdas se encontraba un prisionero, por lo que, con pequeño movimiento de varita hice que prendieran todas las antorchas que había colgadas por todo el largo pasillo.

- Espero que le gusté su nueva habitación. - Dije tras entrar en la celda de la mortífaga (Agatha Gryffindor), que al parecer acababa de volver en sí, recobrando poco a poco todos sus sentidos. - ¿Creías que no te apresaríamos cuando fuiste a atacar a mi compañero? ¿De verdad fuiste tan ingenua? - Le pregunté a la mortífaga, la cual me parecía realmente familiar, pero no lograba reconocerla por aquello de que llevaba una máscara en el rostro para que no pudieran identificarla.

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Bueno pues ya tienen ambos sus banners así que los espero por Abaddon ^^

Por otro lado yo ayer me pase por the Hunters después del intento de captura de Ishaya, actualicé las listas y estoy a la espera de que alguien se pase para poder seguir roleando, por cierto tengo una pregunta para Ishaya, vi que hablaste de las mansiones sitiadas, ¿cuales son? Es que no tengo ni idea de donde se miran, tan solo vi lo que era en el topic de cazadores de sombras.

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Escuché atentamente las palabras de la mortífaga, aunque defendía a capa y espada su inocencia, a caso creía que me iba a creer aquel cuento chino, era un buen chiste y de verdad, habían ido a secuestrarla, sin duda la mortífaga tenía un buen sentido del humor.

La chica no paraba de ir de un lado hacía otro, y se acercó a las rejas que la separaban de su libertad, mientras volvía a hablarme, ¿Pretendía provocarme con lo de pollito? No lo conseguiría era una tonta perdida de tiempo, pero si que iría a intentar de sonsacarle un poco de información util.

Por lo que ordene al guardian blanco que abriera la celda y entre, quedando a menos de un metro de ella y me apoye en una de las paredes de aquella pequeña habitación, y aclarándome un poco la voz le dije. - Me crees ingenuo ¿no?, de verdad quieres que me crea que vienen a secuestrarte, cuando sabes tan bien como yo que la mayoría de tus familiares militan en las filas mortifagas. - Hice una pequeña pausa y volví a tomar la palabra. - ¿Por qué no remedias tu error, y me dices donde se esconden tus líderes? Puede que hasta puedas tener un hueco en la Orden, nosotros sabemos premiar a los que nos ayudan, y más si la belleza los acompaña. - Concluí, realmente era una pena que una bruja tan bella perdiera el tiempo en el otro bando, su elección no había sido muy sabía pero la bruja aún estaba a tiempo de cambiar de opinión, y elegir bien.

Aquí estoy de nuevo, y vengo a cumplir tu deseo Sol, ya hice tu banner, así que ya puedes rolear ¬¬ jajaj Que me dejaste colgado el rol con Dylan u.u

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Bueno Lestat ya cumplí tu misión, ahora pasare por the hunters es que he estado un poco líado leyendo las nuevas reglas que impusieron mientras yo estuve desaparecido, pero ya me paso a rolear por allí.

Redadas

Link del comienzo de la redada (todas en las que participó):

Capturas

Link del comienzo de la captura (todas en las que participó): Captura de Meri Granger

Rescates

Link del comienzo del rescate (todos en los que participó):Rescate en Abaddon de Lisa y Meri

Total de Posteos: 4 (Hice otros tres pero no llegaron a las 5 lineas, yo no sabía esa nueva regla T.T)

Rescate en Abaddon

Total de Posteos: 4 post

Rescate en Abaddon

Total de Posteos: 6 post

Cateos

Link del comienzo del cateo (todos en los que participó):

Simulacros

Link del comienzo del simulacro (todos en los que participó):

Duelos

Sala de Duelos: Camino Blanco

Torre Este: Una cueva que explorar

Ejército del Fénix: -

Tutoría de Defensa

Link a la tutoría de la cual participa: -

¿Tiempo de duración del a misma? -

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Aún con la adrenalina en mi cuerpo, seguía sosteniendo la varita con la mano derecha, la batalla ya había acabado y los mortífagos se habían vuelto con las manos vacías, ninguno de los prisioneros ,que había en la prisión antes del intento de rescate fallido, habían logrado huir de la prisión por lo que tendría que llevarlos a sus celdas.

- Yo me encargo de ella. - Les dije a mis compañeros, y con un movimiento de varita, hice que el cuerpo sin vida de la chica se elevara a unos pocos centímetros del suelo para poder transportarlo hasta su celda.

Al llegar a la celda, deje el cuerpo de la mortífaga sobre el frío suelo, los guardianes blancos comenzaban a volver a su trabajo, uno de ellos se posó frente la celda para vigilar, y además para absorber toda la magia tenebrosa, impidiendo que una vez revivida pudiera hacer ningún tipo de hechizo sin varita.

"Crack" y con ese pequeño ruido la antorcha que había en una de las altas paredes de la celda, se prendió, iluminando así aquella habitación, y tras eso reconocí a dicha mortífaga, se trataba de una Haughton, y si no me equivocaba se llamaba Mary Anne Haughton, me había encontrado algunas veces con ella en el Callejón Diagón y en el Ministerio.

Era el momento de devolverla a la vida, y poder hablar con ella para poder sacar un poco más de información. - Episkey.- Susurré, y las heridas de la Haughton se fueron cerrando a gran velocidad, hasta quedar totalmente curada como sí no hubiera luchado en ninguna batalla, ya que solo quedaría rastro de esta en su recuerdo.

- Ennervate.- Pronuncié, y la joven volvió en sí, yo no pensaba como alguno de sus compañeros, sin duda estaba a favor de forzar un poco a los prisioneros para sacarles información, pero debía obedecer las ordenes de mis superiores por lo que haría caso omiso a mis preferencias.

- Tengo una pregunta para ti, ¿vas a seguir sin admitir que eres una mortífaga después de que hayan intentado rescatarte? Le pregunté, había sido algo directo pero de eso se trataba, no quería andarme con rodeos, quería ir directamente al grano y poder sacarle algo de información, cosa que estaría bastante difícil.

- Sectumsempra.- Pronuncié apuntando al mortífago recién llegado, (Patrick Colt), y un rayo de color púrpura salió disparado de mi varita, con dirección al torso de aquel mortífago, al cual si le llegaba el rayo que yo le había enviado moriría en cuestión de minutos desangrado por las graves y profundas heridas que se le crearían.

- Morphos.- Volví a pronunciar, y otra roca esta vez de mayor tamaño se convirtió en un feroz oso pardo que se unió al halcón que anteriormente había invocado, para defenderme de cualquier ataque por muy poderoso que fuera, aquella era su función y ambos animales morirían obedeciendola.

Los rayos y los hechizos se intercambiaban por todo el campo de batalla con una rapidez y facilidad impresionante, aunque cada vez quedaban menos participantes vivos o ilesos.

Mire a uno de mis compañeros, que se encontraba bastante herido, se trataba de Ishaya, lo apunté con mi varita y pensé - Episkey.- Y al instante sus heridas comenzaron a cerrarse aun ritmo impresionante, así que en cuestión de segundos estaría totalmente curado.

- Silencius.- Pronuncié, apuntando a la mortífaga que tenía a unos escasos metros a mi derecha (Anne K. Haughton), por lo qué, quedo totalmente silenciada, impidiendo así que pudiera pronunciar ningún hechizo en aquel momento.

Después de aquellos hechizos se quedo mirando como el halcón que había invocado anteriormente seguía volando dispuesto a protegerlo de cualquier ataque que aquellos mortífagos hicieran contra mí, pero aún así seguía con la varita en alto dispuesto a seguir con la batalla.

Mire a uno de mis compañeros, que se encontraba bastante herido, se trataba de Ishaya, lo apunté con mi varita y pensé - Episkey.- Y al instante sus heridas comenzaron a cerrarse aun ritmo impresionante, así que en cuestión de segundos estaría totalmente curado.

- Silencius.- Pronuncié, apuntando a la mortífaga que tenía a unos escasos metros a mi derecha ( Anna T. Ryddleturn), por lo qué, quedo totalmente silenciada, impidiendo así que pudiera pronunciar ningún hechizo en aquel momento.

- Morphos. - Pronuncié, y una roca cercana a mí se convirtió en un gran halcón que cumpliría al cien por cien su función, que era defenderme contra cualquier ataque que dirigieran hacía mi persona.

- Morphos. - Pronuncié nuevamente, y la prenda que cubría el torso de la mortífaga que tenía justo en frente (Leah Black), se convirtió en una pequeña pero venenosa avispa marina que se aferró al torso de la mortifaga envenenándola mortalmente.

Me quede contemplando el campo de batalla en el que se había convertido en cuestión de minutos la prisión de la Orden del Fénix, por ahora los magos tenebrosos no se encontraban en muy buenas condiciones ya que cada vez quedaban menos por lo que era una gran noticia para la Orden del Fénix.

Estaba tan tranquilo, la noche se presentaba apetecible, cuando aquel patronus con aspecto de cisne se posó ante mí. En ese momento lo entendí, estaban atacando Abaddon. En tan solo unos segundos se encontraba nuevamente en la prisión, subiendo las escaleras a toda prisa para llegar a tiempo y poder pelear junto a sus compañeros.

En cuanto llegué, me quité la capa dorada que me cubría quedando al descubierto mis jeans y mi camisa blanca con la que iba ataviado, y colocándome la luz blanca en el rostro, con un pequeño movimiento de muñeca hice aparecer mi varita en mi mano derecha, estaba dispuesto a matar a unos cuantos de aquellos mortífagos que se habían atrevido a entrar en la grandiosa prisión de la orden del fenix.

Entonces me quede mirando fijamente a los mortifagas que había justamente en frente mía, a unos escasos metros de mí, podía notar como la adrenalina comenzaba a recorrer mi cuerpo.

- Morphos. - Pronuncié, y una roca cercana a mí se convirtió en un gran halcón que cumpliría al cien por cien su función, que se podía resumir brevemente era defenderme contra cualquier ataque que dirigieran hacía mi persona.

- Morphos. - Pronuncié nuevamente, y la prenda que cubría el torso de la mortífaga que tenía justo en frente (Meri Granger), se convirtió en una pequeña pero venenosa avispa marina que se aferró al torso de la mortifaga envenenándola mortalmente.

Estaba tan tranquilo, la noche se presentaba apetecible, cuando aquel patronus con aspecto de cisne se posó ante mí. En ese momento lo entendí, estaban atacando Abaddon. En tan solo unos segundos se encontraba nuevamente en la prisión, subiendo las escaleras a toda prisa para llegar a tiempo y poder pelear junto a sus compañeros.

En cuanto llegué, me quité la capa dorada que me cubría quedando al descubierto mis jeans y mi camisa blanca con la que iba ataviado, y colocándome la luz blanca en el rostro, con un pequeño movimiento de muñeca hice aparecer mi varita en mi mano derecha.