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Hakoda Albus Gryffindor Dumbledore

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Mensajes publicados por Hakoda Albus Gryffindor Dumbledore

  1. Su jefe indicó la respuesta a su pregunta, que fue más que satisfactoria, principalmente porque Hakoda deseaba bastante conocer la reserva y cada una de sus dependencias. Sus conocimientos sobre cuidado de criaturas mágicas se habían visto bastante reducidos en el lapso en el que se había retirado del mundo, sin embargo, esperaba que su jefe le recordara todo lo que necesitaba saber para hacer bien su trabajo, o bien podría hacer una ardua investigación en la biblioteca del castillo de su familia. Indicó entonces León el primer destino como el área de la criaturas explosivas, por lo cual el joven Dumbledore dedujo que se trataba de los Erumpent.

     

    Rodeó con las piernas la escoba que tenía en la mano, dispuesto a comenzar el recorrido, cuando su jefe lanzó una nueva pregunto. Iba a responder cuando su compañero se le adelantó, aquel que parecía tan familiar con León y que sin embargo le agradaba su presencia. Buscó en su cabeza la respuesta a la pregunta formulada por su jefe, llegando casi tan rápido como León había pronunciado las palabras.

     

    - Bueno, las definiciones entre bestia y ser han variado durante siglos. El ministerio ha causado controversia con esas definiciones pero, según lo que tengo entendido, un ser es toda aquella criatura mágica que pueda entender y respetar las leyes mágicas. Por supuesto que hay algunos, como la gente del agua y los centauros que por deseo propio siguen llamandose bestias.

     

    Esperó mientras su jefe escuchaba su respuesta, impacientándose de la emoción de empezar con el recorrido, y por ende, su trabajo.

  2. La sensación de mareo propia de la aparición le eran ya completamente indiferentes, debido a que se había aparecido muchas veces antes y se había acostumbrado a ese medio de transporte. El lugar al que su jefe los había llevado era sin duda magnifico, a pesar de que, según se enteraría luego, solo se trataba de la antesala de lo que iba a ver después. Se hallaba en la reserva Newt Scamander, hogar de las criaturas que confiscaba el ministerio a los dueños que no tenían suficiente nivel para poseerlos. Escuchó atentamente las palabras de su jefe mientras, en el fondo de de su cabeza hacía memoria a varios años atrás, cuando revelaba su idea a la jefa del departamento en aquella epoca, Avril Malfoy justo antes de desaparecer completamente del mapa. Desconocía, ahora, si la reserva se había hecho con base a su primera idea o si habían borrado todo atisbo de su vida pasada de los registros ministeriales.

     

    Hubo algo entonces que lo distrajo de la miniconferencia que su jefe estaba ofreciendo para los nuevos trabajadores. La brisa que se podía escuchar a la perfección, parecía crear una canción que estaba siendo bailada por un dragón en la lejania, junto a su pareja buscando reproducirse. Ese simple hecho le recordó a su propio dragón, aquel que había dejado en libertad hace mucho y del cual no sabía su paradero. Todo su séquito de mascotas había desaparecido y solo le quedaban algunas pocas. Un gruñido de Hipogrifo lo sacó de su ensimismamiento y regresó de golpe a la realidad, para atender de nuevo a las palabras de León.

     

    Cierta emoción embargó al joven Dumbledore, debido a que le entusiasmaba de sobremanera trabajar en la reserva con las criaturas, puesto que esa area era sin duda su especialidad y prefería mil veces aquellas labores, por pesada que fueran, que los tediosos y aburridos registros en la oficina. Tomó una de las escobas del gabinete abierto por su jefe y le agradó el hecho de volver a volar en escoba, una actividad que también hacía bastante tiempo no realizaba. Tomó amablemente, además, una de las maletas que le ofrecía León y escuchaba con atención sus instrucciones.

     

    - Yo tengo una pregunta. ¿Que es con exactitud lo que haremos en este lugar? Tanto hoy como en el trabajo asignado. Lo has explicado, por supuesto, pero no de forma detallada y me gustaría tener algunos detalles de lo que haremos aquí los trabajadores de la división.

  3. Le era imposible de creer al joven Gryffindor el haber vuelto al ministerio de magia luego de tanto tiempo sin visitarlo, y ahora, regresaba justamente para recobrar su trabajo como empleado en el Departamento de Regulación y Control de las criaturas Mágicas, división de Bestias. Se habría bien ganado la jefatura de esa división de no ser porque lo habían llamado desde los cielos para una misión mucho más importante y ahora que iba a regresar a su vida terrenal necesitaba recuperar todo aquello que había perdido. Cuando la voz del ascensor, tan natural como siempre, indicó el departamento que a Hakoda le importaba, bajó de este y caminó entre el piso, recordando el montón de registros que en su tiempo había efectuado y profiriendo una risa burlona al comprobar que el departamento seguía tan lleno como lo recordaba.

     

    Sus pasos lo condujeron hasta la oficina del jefe de la división, aquel con el que debía presentarse y se sorprendió de sobremanera al no encontrar el nombre de Monica, más si el de otra persona completamente desconocida para él. Solo hasta ese momento no se había percatado de la cantidad de tiempo que había pasado desde su partida hasta el presente. Tocó tres veces a la puerta, como era su costumbre, mientras esperaba que el dueño de aquella oficina abriera y le atendiera para que pudiera recomenzar con sus labores.

  4. Hakoda no se dio cuenta en qué momento Ariane se había despedido de su ayudante y sus hermanos y estos la habían despachado, puesto que por unos instantes su cabeza se había enfocado y centrado en un par de personas que entraron a la tienda, sin ningún interes en comprar nada y observando disimuladamente los estantes y los pasillos que llevaban a las oficinas contiguas. Se habría dicho a si mismo que serían mortifagos y que probablemente querrían problemas, de no ser porque en una visión fugaz reconoció las facciones de su hermano Elvis. Dejó de preocuparse, pues los asuntos que incumbían a Elvis solo podían traer algo bueno y puso su concentración de nuevo en su esposa, muy a pesar de que deseara fervientemente preguntar a su hermano por su presencia, pero seguramente eran misiones en extremo secretas de la organización a la que alguna vez había pertenecido.

     

    - Bueno, ya que no me hiciste caso y te deshiciste de tu trabajo, al menos irás a descansar a casa antes de que ocurra lo que te tengo preparado. - Una clara sonrisa apareció en su rostro, en conjunto con un brillo de felicidad en sus ojos por regresar a la tierra, con las personas que tanto quería. Salió del establecimiento en conjunto con Ariane, para dirigirse rumbo a la mansión Dumbledore.

  5. Hakoda se detuvo de inmediato tan pronto como Ariane hizo mención de dejar su trabajo para llevarlo a casa. El hecho de que dejara su trabajo tan solo para acompañarlo no le hacía la más mínima gracia, muy a pesar de que conociera a sus hermanos no deseaba que hiciera a un lado sus labores solo para atenderlo. Luego se encargaría de que tuvieran un largo momento para los dos, como aquellos que tenían junto a hermosos paisajes, cenas que podían facilmente durar toda la noche y veladas maravillosas para compartir como esposos.

     

    - Creo...que sería mejor que te quedaras aquí y terminaras de trabajar. Me ganaría el fastidio de tus clientes y tu trabajador si te alejara del trabajo. - Tomó la mano derecha de Ariane y la besó galantemente - Luego yo mismo me encargaré de que tengamos un encuentro mucho más memorable. Por mucho que quisiera estar contigo todo el día, tengo otras personas que deben saber de mi presencia.

     

    Con sus manos aún entrelazadas, la llevó por los estrechos pasillos hasta donde se encontraba su clientela y el ayudante al que había dejado antes. Tan solo esperaba una respuesta de su esposa para decidir que hacer, si continuar en la tienda o simlemente marcharse.

  6. Hakoda escuchó anteta y silenciosamente las peripecias que le contaba su esposa. Era bueno saber que aún tenía la confianza suficiente con él para contarle algo que, a simple vista, se notaba que odiaba de sobremanera y por lo tanto le avergonzaba hablar de ello. Había concedido su inmortalidad y ahora, a pesar de poseer las habilidades de una vampiresa, no podía serlo plenamente.

     

    - En realidad tu reacción fue la más lógica posible, considerando que ahora eres una humana.

     

    Se levantó de su asiento y la ayudó a levantarse de la mesa. Aún no era prudente en lo absoluto tener muestra de afecto o cariño, por que no quería inducirla de nuevo a un shock mental. Pensó el la mansión Dumbledore cuando esta se mencionó y recordó a su madre Sally, y a los demás miembros de su familia. Seguro algunos estarían felices de verle...otros seguramente no tanto.

     

    - Me quedaré en el castillo por un buen tiempo. Estoy seguro de que mi habitación y mi despacho están en perfectas condiciones y realmente quiero volver a ver esas estancias, si siguen siendo tan agradables como las recuerdo.

  7. No pasó demasiado tiempo antes de que la joven Ariane despertase del letargo en el que había sido sumergida tras la impresión de volver a ver a su muerto esposo. Eso, ciertamente, causó curiosidad a Hakoda, puesto que siendo una vampiresa no podía perder la conciencia o por lo menos un sobresalto no le causaría mayor problema. Cruzado de brazos como estaba, con una expreción imperturbable en el rostro, sin rastros de hostilidad o felicidad, observa el despertar de su esposa. Finalmente, con un tono de voz bajo y medianamente serio, habló.

     

    - No me iban a dejar volver, es cierto. Ya tenían muchisimo trabajo en el cielo como para que se permitieran que me alejara del paraiso, sin embargo, aquí estoy. Creyeron bastante importante el protegerte, antes que cualquier otra cosa.

     

    Se levantó de su asiento para acercarse a su esposa, mientras no dejaba de observarla detenidamente. El momento para hablar había llegado, y el joven Hakoda había pronunciado las primeras palabras de lo que, suponía, sería una larga conversación.

  8. Lo último que el joven ángel se hubiera esperado de aquel encuentro era que Ariane cayera desmayada en el piso. Suspiró, no aliviado ni mucho menos ofendido, sino simplemente consternado, ya que hubiera imaginado un arrebato de furia por el tiempo en abandono, o un sencillo atisbo de cariño y felicidad por volverlo a ver, pero ahora que había perdido el conocimiento por su culpa, era otra cosa completamente diferente, principalmente porque los que se encontraban presentes en la tienda y que estaban siendo atendido por ella percibían cada segundo del suceso.

     

    Un empleado de la tienda, alguien a quien antes el joven Dumbledore no había visto nunca y dio socorro a Ariane, mientras le pregunta de la manera más desesperada posible por las razones por las cuales la joven se hallaba en el suelo. Hakoda permaneció en imperturbable silencio mientras entraba al mostrador y se inclinaba para observarla. No parecía tener nada grave, tan solo la sorpresa causada por ver a alguien que, se suponía, estaba muerto. Hubiera sido algo menos traumatico si no se tratara de su propio esposo.

     

    - Seguramente se exaltó demasiado por...ver algo, pero sería mejor que descansara un poco mientras tu, que seguramente eres trabajador de este local, te ocupas de los clientes. La llevaré al cuarto interior de la tienda. No te molestes, sé donde está.

     

    La tomó en brazos, igual que lo había hecho millones de veces antes y la condujo por entre los estrechos pasillos y estantes llenos de varitas hasta que encontró la habitación que buscaba. Era una suerte que recordara su ubicación tras tanto tiempo sin visitar el local. Un pestañeo sencillo bastó para que el escritorio se vaciara de todo lo que tenía encima y Albus pusiera a Ariane en la mesa como si se tratara de una confortable cama. Luego, se sentó en un lugar cercano, a esperar que recobrara la conciencia.

  9. Largo y extenuante tiempo había pasado desde que el Dumbledore había pisado las calles del callejón Diagon, y ahora que retornaba a su cuerpo humano, suponía que nadie lo recordaría cuando observaban y señalaban a aquel extraño ser de blancos cabellos y profundos ojos azules como el mar. Sacó su varita, su mas preciada posesión, y se dirigió a un establecimiento del callejón en el cual no pretendía comprar nada, pero si le era importante visitar a una persona a la que había dejado olvidada en la tierra, y sin importar si lo recibiera con cariño u hostilidad, el joven Hakoda tendría la decencia de presentarse en el lugar y hacerle saber que de nuevo estaba con vida.

     

    Abrió lentamente la puerta del establecimientos, produciendo dos sonidos al mismo tiempo. El primero, netamente insoportable era el chirrido de la antigua y tal vez oxidada puerta, mientras que el segundo correspondía a la campanilla que llamaba a los tenderos del lugar, más sin embargo la persona que se encontraba detrás del mostrador no requería que la llamaran, pues allí se encontraba tal y como la recordaba el Gryffindor, y una sensación de dicha y alegría lo invadió, reflejada en su rostro, al verla de nuevo, luego de tanto tiempo. Tal y como se había prometido ya antes, sin importar si lo acogiera con dicha o furia, él simplemente le dedicaría una sonrisa y le permitiría recobrar su vida en Ottery.

     

    Se acercó lentamente y pensó, por un delicado y fugaz momento, ofrecerle una rosa, o algo para demostrarle su perdón, pero su simple presencia allí sería la causante de un caudal de sentimientos encontrados y no quería, en lo más mínimo, un encuentro exuberante. Carraspeó un poco para hacerse notar, puesto que por lo que vio se encontraba con otro miembro de su familia que reconoció como Kris, y simplemente dejó escapar una palabra que parecía suspiro, pero que mantenía un tono de voz tan fuerte que podían escucharlo a la perfección.

     

    - Hola...

  10. Bueno, me alegra que abran un nuevo topic, considerando lo abandonado que estaba el anterior. Vengo a dejar la información.

     

    Patronus: Tigre blanco de ojos azules

    Siempre le ha fascinado esa criatura y tiene una tigreza blanca llamada Sasha, por lo que el patronus se asemeja a esta.

     

    Varita:

     

    - Madera de ebano africano, 29 centimetros y nervios de corazón de dragón: Tallada por su propio dueño, recoge una tonalidad verdosa. Según las investigaciones que se le han hecho a la varita, las fibras que tiene por nucleo fueron arrancadas violentamente del dragón y sin embargo este continua con vida. Se llama Aurora. No tiene ninguna particularidad el nombre, solo le ha gustado al dueño,

     

    - Madera de Roble, 32 centimetros y tres gotas de sangre de Basilisco. De nombre Nathair. Su significado es "Serpiente" en irlandes, como alusión a su curioso nucleo.

  11. Bien, se que he estado mas que perdido de la familia y etc, etc, etc, pero...O.O ¡¿Cuando se volvió patriarca mi hijo?! ah y tambien...¿Por qué no figura como mi hijo en el arbol? Acaso ya dejé de ser padre de Lucas, o escogió a otro padre mas activo hijo de Sally con el cual justificar el hecho de que sea su nieto <_< XD Nah, mentiras, pero en serio merezco una explicación!!! >:( :P

  12. Hola!!!!

     

    Bueno, me surgio una duda algo tonta, pero que igual quiero que me la aclaren para no quedarme con la misma duda en duelos posteriores. Es referente a las maldiciones imperdonables...hay un modo en que pueda evitarlas?? tal vez con un protego, un avis o un morphos?? es decir, las reglas que las afectan son iguales a las de los hechizos normales o que se debe hacer en caso de que se nos mande una??

  13. Estaba empezando a calmar a las criaturas que aparecian de un lado a otro, pero de repente sentí una figura a mis espaldas y me volvi bruscamente. Alli habia una mortifaga y me apuntaba con su varita. Me lanzó un raro conjuro que jamas habia visto o escuchado, pero no quize averiguar sus efectos, pues antes de que el hechizo me diera de lleno, hize una floritura y grité:

     

    -Protego!!!-toda la ira me invadia por completo y ya que la mortifaga se habia ofrecido, la descargaria contra ella.

     

    -Zancadilla-pense mientras la apuntaba y esta cayo de bruces contra el suelo, mientras yo me iba por otro lado, alejandome de quien me habia atacado y viendo en que mas podia ser util.

     

    Off:

     

    Schönheitt...tu rol no está tan mal, hasta me gustó, pero...no recuerdo que yo halla sido profesor...como le pude haber dado clase a tu hija??? o sera que lei mal?? XD

     

    Pd: olvidalo...creo que ya lo entendi, pero por si acaso...me lo aclaras?? creo que fue que yo lei mal XD estoy casi seguro XD.

  14. El panico, el terror y el descontrol eran los reyes del lugar. Todo el mundo corriendo espantado mientras los criminales que habian irrumpido en el estadio (no eran mortifagos por que no usaban las mascaras habituales, aunque posiblemente eran para despistar) lanzaban desconocidos hechizos a diestra y siniestra y las crituras magicas tambien causaban estragos. En medio del descontrol pude ver a unos pocos cuerpos tendidos en el suelo, muertos.

     

    Lagrimas de tristeza e ira corrieron por mis mejillas, odiando a los cobardes que habian hecho tal cosa y deseando que algun rayo de los que ellos enviaban, les impactaran y se los llevaran al infierno de donde provenian. Apreté mi varita y me dispuse a ayudar con el descontrol, topandome con un lethifold que estaba por alli y que de seguro estaba digiriendo a alguen por su grosor. Antes de que la criatura pudiera hacer nada, alzé mi varita y pensé.

     

    Pensé en Ariane, quien sabe donde estaria, y en todos momentos que habiamos compartido sin la interrupcion de nadie. En todos y cada uno de esos instantes, y el dulce de sus besos, junto con su extrema ternura. Un hilo plateado salió de mi varita, un hilo que se convertiria en un tigre y que me serviria de escudo contra esas criaturas.

     

  15. El partido dio inicio, pero no duró mucho tiempo, pues todo el ambiente se caldeo cuando los mortifagos empezaban a llegar. El terror se expandia por los corazones de todos los presentes, pero en el mio solo existia uno: Odio. La ira invadia mi cuerpo y me retorcia la cara con cada gesto de ira que albergaba mi rostro. meti mi mano en mi manga derecha y saqué mi varita, gritando fuertemente:

     

    -¡lo sabia! esto era muy extraño...-todos nos dispersamos, pues el palco donde nos encontrabamos se encontraba al lado de donde habia aparecido el primer mortifago. Hubiera hechizado a algunos, de no ser por que un monton de criaturas magicas habian aparecido a hacer escandalo en el estadio. Esa era mi area y alli serviria mas, controlando a las criaturas, que estaban invadidas tambien por el terror.

     

    Empezé por un hipogrifo cercano, lanzandole un hechizo de conjuntivitis que le quitara la vista y logrando que se calmara con otro de mis hechizos relajantes. Ya era el colmo de los mortifagos y no los soportaba para nada. El hipogrifo se calmó, y lo dejé cerca de mi para poder mantenerlo vigilado, mientras me encargaba de otras criaturas.

  16. Ariane nos recibio amablemente. Era esa ternura lo que me fascinaba de ella y deseaba poder pasarla bien en ese partido a su lado.

     

    -Tienes razon, es mejor sentarse. Es una lastima que solo el ministro pueda hablar. Me gustaria hacer un hechizo y calmar a toda la muchedumbre, ademas de empezar el partido de una buena vez.

     

    Me acomode en uno de los asientos libres, asi como lo hizo Sophie, mientras decia en voz alta:

     

    -En realidad yo apoyo a inglaterra, a pesar de que soy escoces.

     

    Observé como el estadio seguia vacio sin que los jugadores llegaran. Esto estaba empezando a aburrirme.

  17. - Muy bien, esperando que empiece en partido...que no se note por quien voy el dia de hoy

     

    me dijo mientras me mostraba un broche de inglaterra. Sonrei ante ese broche, pues tambien apoyaba al equipo de inglaterra, pero en realidad el bullicio de los espectadores opacaba mis pensamientos. le hable en un tono de voz fuerte en tono, esperando que pudiera escucharme.

     

    -Yo tambien estoy esperando que empiece el partido. Se esta demorando mucho. Tal vez el ministro pueda ya dar comienzi-subiendo el volumen en la ultima frase, esperando que el ministro o algunos de los del palco nos pudiera escuchar.

  18. Sophie aceptó que fueramos a sentarnos cerca del palco, y como nos desplazabamos entre la gente, algunos magos y brujas se molestaban. Por suerte Sophie usaba su actitud intimidatoria para que no nos dijeran nada, y a pesar de que yo podia hacer lo mismo, no me gustaba usar mi lado vampiro.

     

    Antes de llegar, me voltee hacia Sophie y le dije en voz baja:

     

    -No estaremos en el palco VIP. Estaremos al lado derecho, muy cerca pero no dentro de el. Acompañaremos a Ariane, seguro la conoces.

     

    Pronto llegamos a donde le indiqué a Sophie y alli me encontre con Ariane y Datura. Los saludé euforicamente.

     

    -Hola Datura!!! como estás??-mire a Ariane rapidamente y le di un beso en la mejilla como saludo-Hola Ari...como estás??

  19. - bueno primo espero que me invites a tu proximo juego, sera interesante verte jugar.

     

    Sonreí ante aquel comentario, mientras me terminaba mi cerveza de mantequilla. El publico estaba empezando a desesperarse y era normal, pues ya se habian tardado demasiado los equipos en aparecer. Yo estaba alejado de todo ese ruido, cerrando mis oidos ante todo el tumultuoso escandalo y me concentre en una presencia que acababa de sentir. Una de mis mas queridas primas estaba cerca de alli y deseaba ir a saludarla. Seguí mi instinto y la localiza al lado derecho del palco del ministro.

     

    -Perfecto...-dije en voz baja, tanto que Sophie no pude escucharme. Despues en un tono de voz normal, le dije-Sophie, podrias acompañarme a saludar a una prima que está cerca de aqui?? tiene un excelente lugar al lado derecho del palco VIP y alli podras vigilar mejor al ministro español. ¿Que te parece?

  20. Sophie parecia que se habia entusiasmado con los partidos de mi equipo y lanzé una leve sonrisa cuando me di cuenta de esto. La gente estaba empezando a cansarse de estar esperando a los jugadores y estos aun no aparecian. Tal vez si seria como en ese mundial de 1994, donde los mortifagos atacarian y causarian destrozos.

     

    Sophie no se metio en mucho problema, llamó a un hombre que vendia comida y bebida y pidio una cerveza de mantequilla. Yo pedi tambien una cerveza de mantequilla, pero antes de que ella le diera sus galeones al hombre, yo saque rapidamente mi dinero y pague por las dos cervezas.

     

    -Esta te la invito yo, prima-dije mientras le sonreia y lanzaba de nuevo esas miradas discretas al palco del ministro, esperando que hubiera algo de movimiento.

  21. Sophie me aseguró que estaria pendiente de la seguridad del ministro Español, por lo que no me preocupé por él. Sabia que las capacitadas manos de Sophie bastarian para hacer retroceder a cualquier mortifago al que se le acercara. De nuevo nos concentramos en el quidditch, esperando aun a los jugadores. Eso era muy inusual, los jugadores se tardaban mucho en llegar, o es que acaso era no mas una trampa para mantenernos en aquel lugar a gran cantidad de magos juntos, como en los mundiales de 1994?? Esperaba que no fuera asi.

     

    -Si, Sophie, Yo juego en uno de los equipos locales. Soy golpeador, y en efecto no te has perdido con las reglas del juego. No se si conozcas a mi equipo, se llama los Dumbledore´s machines.

  22. Escuché atentamente las palabras de mi prima, que muy ciertas eran, mientras miradas disimuladas se dirigian al palco del ministro.

     

    -Y dimelo a mi. Gracias a ciertas habilidades que tengo, puedo captar las auras oscuras y todas las que dijiste lo son. El unico que parece ser una buena persona es el ministro de magia español, desafortunadamente se encuentra rodeados de todos esos. Es una lastima.

     

    Sophie tambien dirigio su mirada al campo y esta vez, con tono normal, me insinuo que le indicara las reglas del quidditch mientras los jugadores aparecian. Lanzé una pequeña sonrisa y le dije, casi a gritos:

     

    -no solo se trata de coger a la mas pequeña. Tambien los golpeadores tienen que asegurarse de que las bludgers no lastimen a los otros jugadores y los cazadores se encargan de hacer goles para ganar puntos para su equipo.

  23. -todo esto es muy exagerado. Aunque normalmente no me encontraria aqui. No me gusta tanto ruido, pero si me gusta el quidditch-le comenté a Sophie con una sonrisa. Miraba de reojo a Crazy y al ministro español, junto con su grupito de guardianes. Algo no marchaba bien, pero de todas maneras, era mejor estar alerta. Acomode mi mano izquierda en mi mano derecha, con la excusa de tener frio, pero en realidad las acomodaba de tal manera para tener agarrada mi varita por si algo ocurria. Siempre guardaba mi varita en mi manga derecha.

     

    -No estas paranoica, Sophie. A mi tambien me parece algo extraño todo esto. Por que el partido está tardando tanto en empezar?? el ministro ya llegó, se supone que deberia dar inicio, y...-le dije al oido-si te soy franco, apoyo a los que dicen que es un mortifago. No es que confie mucho en el ministro.

     

    Mi mirada de nuevo se dirigio al campo, esperando ver a los jugadores montados en sus escobas.

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