Libro de la Fortaleza~

[Thoth]

Opte por doblegar nuevamente la voluntad del animal, pero esta vez por un tiempo indefinido gracias al Anillo de amistad con las bestias. Al menos eso esperaba, aunque otro cuento fue montarme en el mismo, pero con esfuerzo logro. Allí montado a la inglesa comienzo a correr con el animal, dado que aún el mismo seguía siendo salvaje, y al poco tiempo emprende el vuelo. En verdad no esperaba que @@Ernest Macnair Wilfred pudiera cabalgar a la creatura, dado que me parecía muy refinado, por otro lado, @@Mr Zurin le sería como juego de niños.

 

Allí meditaba las palarbas de la profesora, sobre la referencia de un libro del Druida, por lo que me pregunte ¿Cuántos libros son? Dado que solo conocía el del aprendiz de brujo, este que estaba cursando y el rumor de uno relacionado con la Sangre, ya que el Concilio al menos con los extranjeros era muy selecto con la información que me daba. El conocimiento de la existencia del de sangre, fue gracia a mi prometido, ya que conto sobre el estudio que iba a realizar, pero no sabía si me estaba tomando el pelo con ello.

 

Fue por que le pregunte a la encargada de este estudio, estando relativamente cerca de ella. Y mirando el horizonte, como si esto no me preocupara, aunque en realidad me consumía saber su respuesta. Al menos así pudiera conocer más sobre esa civilización tan desconocida por mi pueblo.

 

-¿Acaba de mencionar el libro del Druida? Es que pensaba que solo existían dos nada más ¿Cuántos libros son en total? ¿Por qué esos guerreros tienen ese poder? ¿Por qué el Sr. Ministro no se ha pronunciado respecto a esos seres?

 

Le cuestione con mucha delicadeza, dado que exigía conocer más y más, cuestionándome los motivos del porque son tan secretos con relación a los demás ¿acaso se estaba preparando una guerra? En caso de ser así ¿Serían seres que pueden ayudar a los Mortífagos? ¿Cuál será el precio de su lealtad? ¿Pudieran ser enemigos? Era cosas que debería pronto solucionar, pero ya seguro mis compañeros de ideales ya pudieran saber un poco más que mi persona, pero nunca estaba de más, que yo realizara mi propia investigación.

[Mr Zurin]

A pesar de que la instructora no había respondido a todas sus dudas, decidió esperar un poco para ver si aquel silencio se debía a que algunos datos debían verse más adelante. A fin de cuentas, la clase no había hehco más que comenzar en aquel momento, y no tenía ni idea de cuánto sería la duración de aquel evento. Además, durante la caminata tendría oportunidad de seguir preguntando más dudas sobre este nuevo libro que estaba camino de dominar, por lo que procuraría pensar rápido para aclarar todas als dudas que pudieran surgirle más adelante, cuando estuviera usando el libro, estaba claro que era el mejor momento para hacerlo.

 

Si que habían quedado resueltas sus dudas sobre el detector de enemigos, y la conclusión a la que había llegado es que se trataba de un artilugio de poca utilidad. A pesar de que podía obtenerse información sobre ataques inminentes, solamente lograría saber el hecho de que el ataque puede llegar a producirse, no se llega a conocer nada sobre el autor del ataque, ni tampoco la forma en que ocurrirá o el momento exacto para prepararse. Aún quedaba una duda más, ¿cualquier tipo de ataque queda registrado por este objeto o debería tratarse de uno que atentase contra la seguridad de la persona que lo portase? Estaba claro que aún quedaba mucho por hablar con la instructura del Libro de la Fortaleza.

 

─ Entiendo que solamente obtienes información sobre el hecho de que existirá un ataque inminente pero...¿qué se considera ataque? Es decir, no es lo mismo que alguien pretenda gastarte una broma de mal gusto con resultados dañinos, a que una persona busque herirte o robarte ─ comentó mientras subía al lomo de su Aethonan, parecía que había logrado un mínimo vínculo necesario para poder montarlo, aunque la criatura emitió un rugido de queja cuando el warlock comenzó la maniobra de subida.

 

Había llegado el momento de pasear a lomos de un Aethonan, se trataba de una experiencia que no había vivido hasta el momento. Igualmente no debía dejarse llevar por las sensaciones del viaje, era necesario estar concentrado para poder sacar todo el juego posible de aquella instructora, también había decidido prestar atención a los comentarios sobre los Guerreros Uzzas y otros libros existentes entre la comunidad mágica, se trataba de información muy interesante si quería seguir mejorando sus habilidades en un futuro.

 

─ Me ha surgido también una duda con el anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos, entiendo que bloquea una zona para que nadie pueda escuchar lo que se hable en ella, pero creo que la redacción del libro es un poco confusa, o yo al menos así lo veo ─ comenzó mientras observaba el mismo objeto del que estaba hablando ─ por un lado se indica que se bloquea una zona de hasta 50 metros cuadrados, pero por otra que solamente las personas designadas por el portador del anillo podrán escuchar, ¿se cumplen ambas condiciones? ¿o se refiere a que dichas personas deben encontrarse dentro de la zona? ¿o sencillamente que cualquiera que este en la zona designada podrá escuchar? ─ terminó esperando que no hubiera sido demasiado confuso al expresar su duda sobre este anillo.

 

─ También se me ocurre otra cosa, aunque creo que yo mismo soy capaz de responderme, pero prefiero preguntar por si acaso ─ continuó el warlock, aunque no deseaba acaparar toda la atención de la instructora con sus dudas ─ según pone en el libro, la salvaguarda mágica no protege contra efectos, por lo que entiendo que una persona no puede protegerse de, por suponer un caso, un morphos contra una de sus prendas de ropa, ¿cierto? Aunque por otro lado, si se transformase dicha prenda en una criatura agresiva, ésta no podría atacar al mago protegido por la salvaguarda mágica, ¿es correcto? ─ concluyó confiando haberlo entendido todo bien y preparándose para partir en cuanto la instructora lo indicase.

[Athena Rouvas]

Sentir el viento azotando su rostro mientras planeaba sobre el Aethonan con algo de altura era una sensación de la que nunca iba a cansarse, incluso aunque estuviese en medio de una clase y debía prestar atención a lo que ocurría a su alrededor. Pese a eso se tomó uno segundos para no perder la oportunidad.

 

Luego de eso mantuvo un movimiento plano y cercano de Ernest, Darius y Zurin para poder escuchar bien lo que decían o preguntaban. El viento tenía ese defecto, cortaba un poco la comunicación, pero a la distancia que estaba de cada uno lograba distinguir bien cada palabra enunciada de modo que no tendrían problemas para continuar como lo venían haciendo como hasta hasta antes de elevarse.

 

―Es extraño que no conozcas la existencia de los demás libros, puedes ir en cualquier momento al Magic Mal y revisar los estantes de la tercera planta y los encontrarás. Claro que no podrás comprarlos, son rigurosos con las ventas. ―Ya le había mencionado a Darius, en dos oportunidades, que preguntas sobres los Uzzas era preferible hacerla directamente a ellos, quizás ya lo había olvidado, pero no insistió.

 

Se mantenían a varios metros por sobre las copas más altas de los árboles para así evitar accidentes. Por supuesto esto también aumentaba la sensación de frío.

 

―Puedes considerar como un ataque todo lo que te cause un daño físico, ya sea de broma o en serio. Si alguien va a poner el pie para que caigas, aunque sea de broma te hará daño y eso te lo avisará. ―Claro que es necesario llevar el encima o no tendrá valor alguno. ―Respecto del Anillo Salvaguarda contra oídos indiscretos, veamos. . . ―Sus preguntas eran medio confusas. ―Quien lo activa lo hace hasta un rango de 50 mt2, podrá designar la cantidad de personas que desee para que escuchen pero todas deben estar dentro de ese rango, quien estén más allá no serán capaces de escuchar.

 

Había un ruido un poco extraño que nada tenía que ver con el ambiente que habían escuchado hasta ahora. Rouvás aguzó un poco la vista pero no se veía nada extraño en el horizonte más que la caída del día.

 

―Es correcto. Pero también toma en cuenta que la Salvaguarda mágica no tiene una duración demasiado extensa, dura lo mismo que un rayo siendo lanzado, por eso sirve como una defensa pero luego vuelves a ser tangible. Para seguir defendiéndote de la criatura tendrías que utilizar más veces la Salvaguarda hasta que este se extinga ¿se entiende?

 

El ruido se hacía más audible. Era algo así como un enjambre de abejas o de moscas pululando en grandes cantidades. Miró hacia abajo por si era a raíz del suelo, pero tampoco nada. Sujetó con más energía el pelaje del Aethonan, pero sin llegar a causarle daño o molestias, o al menos lo intentó. Era probable que se encontraran con cosas que no habían en grandes cantidades en otras partes pues estaban en una zona alejada.

 

Lanzó una fugaz mirada a los alumnos por si ellos también habían logrado captar el bullicio.

 

―¿Lo escuchan? Creo que hay algo cerca. . . Intenten usar su Anillo de Plagas, podría haber algo cerca. La mejor utilización de este anillo es dentro de las casas, porque es donde generalmente viven pero se ha comprobado que también sirve para detectarlos en el aire libre siempre que estén cercanos. . .

 

Guardó silencio pues un grupo de Duendecillos de Cornualles venía desde abajo. No sabía si calificaban como plaga pero al menos habían servido para que los tres probaran un anillo más.

[Thoth]

Era una lástima la facilitadora se encontraba reacia a hablar más de los Guerreros Uzza, por lo que no tocaría el tema de forma directa, quizás si pudiera leer las mentes, eso me haría entrar en esas memoria, pero era demasiado débil, al menos por ahora, ya quizás con esos saberes de los Uzza, pudiera aspirar a más poder y poder llegar a ser un gran maestro en herbolaria y artes oscuras. Aunque, entre toda la habilidad la que más interesaba era la comunicación con las serpientes, pues me pudiera servir para espiar, entre otros usos que deseaba explorar.

 

Pero la mente de uno de mis compañeros seguía profundizando en temas algo interesante, pero no era mucho de mi agrado, por lo que cerré los parpados y me deje llevar por la creatura, ordenándole que volara bajo, dejándoles esa privacidad a ellos. Lastimosamente no poseía todo el poder de mi anillo, por lo que debería estudiar un poco más, quizás no pronto, pero si lo realizaría en el futuro. El sonido de cierta creatura me hace abrir los parpados.

 

-Una parvada de cuervos es seña de mal augurio, inclusive me parecer ver entre las nubes la figura de un lobo.- En verdad era mala en esa clase de magia representativa, por lo que algún día la estudiaría, al igual que las runas. –Aunque, no me acuerdo que era lo que significaba.

 

En eso note como el clima se comenzaba a poner algo frio ¿Qué pudiera significar ese presentimiento? ¿Era producto del anillo que me daba el libro de la fuerza? ¿Qué peligro se avecinaba? Fue como mi mente comenzó a divagar un poco, quizás debería retornar con el grupo y así me dispuse hacerlo. Al poco tiempo escucho el cantar de un Augurey, eso significaba tormenta.

 

-¿A dónde nos dirigimos con exactitud?- Indague –Quizás mi anillo está detectando algo, será eso posible que vamos a un lugar peligroso…- En ello el mismo comenzó arder en mi cuerpo, al menos eso me pareció, la sensación no me agrado. -¿Es común que sienta dolor ante el peligro?- Le pregunte. –Digo, por el uso de ese anillo de avisar peligro, no me recuerde bien su nombre, pero esa es la función o me equivoco.

[Ernest Dumbledore Prior]

El hechicero habia dejado de preguntar sobre los libros, estaba tan pasmado y fascinado con el Aethonan y su anillo de amistad de bestias que no habia tenido la intencion de escuchar lo que la profesora le habia dicho. Sabia que aun le faltaba un poco de conocimiento para estar mas vinculado con el Aethonan, sin embargo en ese momento le acariciaba la panza suavemente.

 

No se dio cuenta hasta unos minutos despues que los chicos y las profesoras se habian ido volando hacia quien sabe donde en sus Aethonans.

 

-Eso me pasa por quedarme tan fascinado con este animal- dijo sin fijarse en que su anillo ya no estaba vinculado al animal y salto a su lomo solo logrando que el caballo alado se asustara.

 

-No,no no- el caballo empezo a cabalgar asustado y a volar sin control alguno, debia de volver a retomar el control, para no chocar con algun compañero o con la misma profesora. Sin embargo la velocidad que tenia el Aethonan era increible.

 

En unos momentos habia rebasado a Zurin y a Darius y estaba a un lado de la joven maestra y solo podia oir un pequeño zumbido lejano, su anillo detector de plagas se empezo a iluminar mientras el caballo alado intentaba con todas sus fuerzas quitarlo de su lomo.

 

-Esto es malo, muy malo.- dijo despues de que el aethonan diese una vuelta brusca, rogaba a dios que a este luego no se le ocurriera dar una pirueta en el aire que gracias a que no estaba bien agarrado, la caida seria inminente y aunque el amuleto volador no se le habia olvidado no confiaba mucho en esto.

 

Afortunadamente no habia habido una pirueta y el chico miro que a unos metros de el llegaban unos duendecillos de cornualles, no podria deshacerse de las dos cosas y sabia que si se enfrentaba a los duendecillos saldria perdiendo.

 

Sin embargo el Gryffindor la penso mucho y mas temprano que tarde varios duendecillos empezaron a molestar al caballo haciendo que este diera un giro brusco hacia la derecha. y se fuera de reversa.

 

Podia ver a @ unos metros atras que si no se fijaba podria chocar con el caballo y el, haciendo una grave colision. El joven podia notar el peligro al ver su anillo brillando de forma incesante....

[Thoth]

“¿Qué es esta sensación?” Era lo que pasaba por mi mente y el anillo no dejo de alertarme de un peligro. Pero era posible que era el ambiente, por lo que simplemente cerré los parpados, para mi desgracia no era algo natural, sino la torpeza de un jinete, por lo que curiosamente colisiono contra @@Ernest Macnair Wilfred , provocando que mi cuerpo caiga al precipicio y mi caballo alado vaya de una forma frenética contra @@Athena Rouvás y @@Mr Zurin , sin contar que al mismo le perseguía algunos duendecillos.

 

De algo estaba seguro, que no era la única persona que se encontraba cayendo contra el suelo, pues Ernest también sufría los mismos efectos, o eso imaginaba, dado que había perdido la conciencia por unos segundos. Al medio recuperar la conciencia utilizo el collar y comienzo a planear un poco, llegando hasta el suelo.

 

-¿Dónde demonios estoy?

 

Por instinto uso mi marca tenebrosa, oculta baja un tatuaje, pues no deseaba ser descubierto fácilmente. Y me comunico con mi compañero de ideales.

 

-Creo que me he perdido. Espera creo que escucho algo.

 

Corte la comunicación y el anillo de peligro me pone en alerta, sin contar ese rugido que viene de mis espalda, no me dio chance de sacar mi varita cuando algo se me lanza encima, era un jaguar, allí usando el anillo de amistad de las bestias, le controlo, al menos ahora tenía una compañía y un protector, lastimosamente me encontraba desorientado y con el cuerpo algo herido, por lo que sacando mi varita me sano las heridas con un Episkey y decido caminar por el bosque.

 

­-Será mejor que salga de este lugar, antes que me aleje más de mis compañeros.

[Mr Zurin]

Los tres alumnos y la instructora habían alzado el vuelo montados sobre aquellas majestuosas criaturas. Podía sentir el viento en su rostro, algo que no ocurría desde hacía bastante tiempo, pues su último vuelo quedó anclado en el pasado. Aún así, siempre le había resultado una experiencia más que satisfactoria la posibilidad de elevarse por encima de la tierra, en este caso a lomos de un Aethonan, volando junto a sus compañeros de clase. El joven warlock aprovechó la oportunidad para, además de atender a las explicaciones de la instructora, observar el paisaje que tenían bajo sus pies.

 

Uno de los compañeros parecía muy interesado en otros libros de hechizos de un nivel algo superior al que allí estaban aprendiendo a dominar, concretamente había hablado de algunos que solamente los Uzzas eran capaces de enseñar a dominar, resultaba fascinante que todo aquel conocimiento fuese transmitido entre Guerreros Uzza y miembros de la comunidad mágica, se trataba de una transferencia de poder increíble para estos, quienes estaban más que agradecidos a los instructores de cada uno de los libros de hechizos superiores.

 

─ Creo que ya lo entiendo, me resulta demasiado alarmista entonces este anillo como para llevarlo siempre encima, aunque puede salvarte de algunas situaciones por tenerte alerta...uno acabaría por volverse loco de tanta tensión ─ murmuró el joven mientras guiaba a su Aethonan para que se mantuviese junto al grupo, permitiendo así que la comunicación fuese fluida y sin problema ─ por otro lado, la parte de oídos indiscretos si que me parece realmente útil, algo que puede venir bien en muchas situaciones, e incluso para situaciones mundanas como reuniones privadas ─ terminó Zurin para después escuchar la explicación sobre la Salvaguarda Mágica, a lo que asintió con la cabeza dando a entender que ya tenía claro el concepto. Aquellas lecciones estaban resultando de lo más interesantes para conocer todos los entresijos de aquel libro de hechizos y sus objetos.

 

Acto seguido escuchó como la instructora parecía advertirles de algo que se aproximaba, algún tipo de plaga que tendrían que detectar y vencer gracias a los poderes concedidos por los primeros libros de hechizos, el inicio de una ruta hacia la obtención de un gran poder. El joven warlock observó el anillo de detección de plagas, y aunque este servía para detectarlas en lugares más reducidos como una casa, parecía que también tenía utilidad en campo abierto, aunque probablemente estaría limitado a un área concreta, esperaba no tener que descubrirlo, pues eso indicaría que la plaga estaría oculta.

 

El anillo se ilumanaría más y más si el joven se acercaba al lugar donde la plaga se encontraba, en aquel momento emitía una leve luz que parecía no querer salir del anillo, probablemente no estaba demasiado lejos de la plaga pero...¿qué sería? Justo bajo sus pies se escuchaba un zumbido, justo en la dirección que la instructora les había señalado nada más acercarse a la zona. En ese mismo instante, uno de sus compañeros pasó de largo a toda velocidad, parecía que no era capaz de controlar al Aethonan que debía llevarle hasta el lugar donde continuaría la instrucción, esperaba que la instructora fuese capaz de resolver la situación, de lo contrario alguien podría salir herido.

 

Poco después de observar aquel adelantamiento,m parecía que el mismo compañero volvía hacia ellos, la criatura estaba fuera de control y probablemente terminaría por tirar al jinete de su lomo, pero antes de que eso pudiera llegar a ocurrir, los dos compañeros que participaban en la instrucción con él colisionaron, haciendo que uno de ellos cayese al suelo, ese que tantas preguntas hacía sobre otros libros de hechizos de los Uzzas, esperaba que se encontrase bien y pudieran continuar aquella clase sin más contratiempos.

 

¡Qué pronto había pensado eso! Con tanto revuelto había olvidado por completo la plaga de la que les había advertido la instructora, el anillo cada vez emitía más luz, por lo que aquello, fuese lo que fuese, se estaba acercando a ellos. No tardo mucho en poder ver que se trataba de Duendecillos de Cornualles, concretamente de un grupo de seis que se acercaba hacia ellos a toda velocidad, tocaba defenderse de plagas en el aire, una experiencia que hasta aquel momento no había probado. Varita en mano se decidió a enfrentarse a las criaturas que se aproximaban cada vez más, esperaba que alguien más le ayudase, aunque por otro lado sabía que era capaz de deshacerse de aquellos seres por sí mismo.

 

─ ¡Impedimenta! ─ gritó apuntando con la varita a los pequeños seres, dejándolos paralizados en el aire, dejando la oportunidad a uno de sus compañeros, e incluso a la instructora dada la situación, para que completase la tarea de parar aquella plaga ─ ¿Cómo estáis? ¿Habría que bajar a por él no? ─ comentó apuntando al compañero que había caído al suelo.

[Athena Rouvas]

―Ya lo creo. . . ―Tenía uno de los Duendecillo tirando de la manga de su ropa. Como pudo trajo la varita de donde la tenía guardada y le apuntó. ―¡Petrificus Totalus! ―El Duendecillo quedó inmóvil en el aire por un instante y luego comenzó a caer.

 

Tuvo que repetir el acto un par de veces para alejar a aquellos que molestaban al Aethonan que estaba montando. Era una verdadera hazaña no caer desde las alturas, así como que no hubiese perdido todavía el control sobre el animal; el anillo estaba cumpliendo un buen trabajo, aunque si tuvo que reforzar un par de veces su uso. Al menos estaban cerca de su destino, no tendrían que buscar un sitio nuevo o seguir volando desorientados. Ahora agradecía haberse aprendido en camino por una vez en su vida.

 

―Orbis Bestiarum. ―Mencionó en dirección del Aethonan de Darius, antes de que lograse escapar. ―Espero que ustedes dos no pierdan el control sobre los suyos, los necesitarán pronto. ―Aguzó la vista un instante. ―No era como planeaba llegar, pero creo que lo podremos usar. Vamos a ocupar el Amuleto Volador, solo deben tener confianza cuando vayan cayendo. Tengan en cuenta que esto no los hará volar, solo "planearán" un poco para evitar la caída rápida, pero no los hará suspenderse en el aire ni nada por el estilo.

 

No había muchas vueltas que darle a la explicación de ese amuleto. Su único trabajo era conseguir que la persona planeara para llegar sana y salva al suelo, aunque claro siempre podía caer de rodillas, o sentada, eso ya dependía de cómo fuesen manejando el propio cuerpo. Con el tiempo todo se puede mejorar.

 

Llamó la atención de ambos, tocó su Amuleto Volador y simplemente saltó al vacío con las brazos extendidos para sentir mejor el viento fuerte. La primera vez podía ser un poco complicada, siempre ve a quienes lo utilizan con pequeños ataques de pánico, y una vez que ya están en el aire con temor a estrecharse, bajar muy rápido, gritando, moviendo los brazos, con los ojos cerrados, intentando usar la varita. . . Por muchos consejos que ella les de, sabe que siempre pasará, pero que con la práctica cambiará esa perspectiva de terror al vacío.

 

No debiese costarles demasiado. Pese a que vuelan varios metros sobre las copas de los árboles no es una altura exorbitante.

 

Termina de planear la última parte antes de tocar el piso con una rodilla inclinada tal cual como si le estuviese rindiendo respeto al enorme alerce frente a ella, pero no, solo a llegado a una parte de terreno sin mucha vegetación. Allí se dispone a esperar a Zurin y Ernest para buscar luego a Darius, también pensando como hará que este último experimente esta parte que le falta. Ya están prontos a concluir la lección y solo queda la prueba para comprobar el nivel de vinculación con el dichoso Libro de la Fortaleza.

 

Los dos Aethonan que controlaba llegaron poco después a su lado, impulsados por los hechizos.

[Thoth]

-¿Dónde estaré?

 

Comente lentamente y ordene a la creatura que me acompañaba que trasteara un arrollo, pues tenía algo de sed, al poco tiempo la misma comenzó a correr y yo le intentaba seguir el paso, pues era algo difícil, al poco tiempo que notaba que se iba, le ordenaba que me esperara y así hasta llegar a una fuente fluvial, lo curioso, es que me comenzaba apoderar de más creaturas y todas de la misma especie. Al parecer el control de las bestias era más amplio de lo que pensaba, me preguntaba si el mismo era así con todos, o simplemente fue solo suerte

 

-Creo que será mejor comunicarme con él.

 

Usando mi marca tenebrosa me logre comunicar con @@Mr Zurin y le había dado la información que me conseguía cercano a un claro, que el sonido de las fieras salvaje le indicarían donde me encontraba, pues había tomado el control de la mismas y que ahora descansaba baja la sombra de un viejo árbol, comiendo frutos salvajes y sobre todo, que había una pequeña fuente de agua, por lo que se tomara su tiempo en buscarme, y si podía que buscara información sobre nuestros acompañantes, dado que sospechaba en ambos. Aunque, yo era algo alarmista y pensaba que todos eran enemigos, por lo que seguro Zurin no haría nada más que matarme por perderme en medio de la clase.

-Vaya, espero poder continuar la prueba o era la clase.

[Mr Zurin]

También la instructora de aquella clase parecía estar combatiendo contra la horda de duendecillos que habían llegado hasta su posición, concretamente algunos que se habían agarrado a la ropa de la chica. Los aethonans habían comenzado a ponerse nerviosos por la presencia de aquellos duendecillos, le estaba costando mucho mantener la conexión con su criatura, pero no parecía que fuese a tirarle ni nada por el estilo, simplemente se revolvía un poco en el aire, y peligraba la correcta posición del warlock sobre su lomo.

 

─ ¡¿Tenemos que saltar?! ─ exclamó el joven algo asustado, no terminaba de confiar en el Amuleto Volador que tenía entre sus manos, aunque tampoco tenía motivos para dudar de la palabra de aquella instructora ─ Espero que no tenga ninguna condición especial este amuleto, de lo contrario acabaré mal ─ murmuró antes de soltar el lomo de la criatura y lanzarse al vacío con el amuleto bien sujeto entre sus manos.

 

Aquello parecía peor de lo que había imaginado, estaba bajando a gran velocidad, como si aquel amuleto no estuviera realizando su función, el joven cerró los ojos con fuerza, como si aquello fueese a detener el brusco golpe que tendría de un momento a otro. En aquel instante, recordó las palabras de la profesora "solo deben tener confianza cuando vayan cayendo", por lo que intentó calmarse un poco, por difícil que fuera, y confiar en que aquel cacharro fuese a funcionar. En principio no parecía que nada hubiese cambiado, pero apenas un par de segundos después pudo comprobar como la velocidad de caída descendía, permitiéndole acomodar una postura correcta para su aterrizaje en tierra, se había salvado justo a tiempo, y había logrado caer sentado.

 

─ Por poco me la pego ─ comentó en voz baja el chico ─ creo que esta ha sido la peor experiencia que he tenido en mucho tiempo, y no creo que vuelva a repetir pronto ─ terminó mientras pensaba cómo había podido llegar a saltar de una criatura voladora así sin más, le parecía una locura.

 

Unos instantes después, el aethonan al que se había vinculado mediante el anillo adecuado aterrizó junto a él, de forma mucho más elegante, pues aquella criatura estaba acostumbrada a volar y bajar al suelo sin ningún problema. El joven se incorporó y acarició el lomo del aethonan para agradecerle la distancia que habían recorrido juntos, acto seguido, observó cómo estaba el resto de participantes de aquella clase.

 

─ ¿Qué toca ahora? ¿Buscar al que falta? ¿Qué vamos a hacer aquí? ─ preguntó el warlock mientras observaba el lugar en el que había aterrizado, no sabía que tenía aquello de especial para que la instructora lo hubiera escogido.