Cuidado de Criaturas Mágicas

[Eobard Thawne]

-Hubiese preferido un Imperius, pero ya que estamos...

Negó con la cabeza, dejando el parque atrás con una ligera sonrisa en el rostro. Por un momento, su lado "humano" había salido a relucir, hecho que su madre no había pasado por alto. Por otro lado, el método usado por la matriarca para controlar al thestral, había sido de lo más efectivo. Ya no sería más su problema, por así decirlo.

En cuanto llegaron al pequeño mercado urbano, supo que algo andaba mal. De primera instancia, pensó que se trataba de un ataque mortífago, pues sabía de antemano que en cierto evento de quidditch, habían hecho flotar a algunos muggles. Por no decir, que los cuerpos esparcidos por el suelo parecían sin vida.

-Oops, creo que llegamos tarde. -hizo una mueca, pensando que se trataban de cadáveres. Se encorvó para tomarle el pulso a una niña que yacía cerca de su posición. -Tienen pulso, qué afortunados. -dijo, con cierto tono de sarcasmo.

Se preguntaba qué criatura lo había ocasionado, hasta que recordó, gracias a la presencia de Mía en ese lugar. Bastó un ligero zumbido, para que su mente trajera de vuelta la clase de Magia Avanzada en la que se había enfrentado a éste. Un Billywig. En aquella ocasión, lo había hecho flotar hasta el techo, así que era su oportunidad de redimirse.

El sonido se escuchó con mayor claridad. Asintió con suavidad.

-Será un placer.

Apuntó con su varita a la diminuta criatura de media pulgada pulgada que, bien pudiendo confundirse con una mosca, volaba sobre sus cabezas. Pronunció un Incarcerus, ocasionando que tres cuerdas salieran de la punta de ésta, dirigidas al Billywig. Y las esquivó con relativa facilidad. Sabiendo que eso sólo la enfurecería, apeló al azar.

-¡Impedimenta! -sentenció, en el momento justo en el que la criatura se plantó frente a ellos. El hechizo, no hizo más que reducir la velocidad a la que se movía, como si estuviera en cámara lenta. -No sería mala idea enviarla al mismo lugar que el thestral, ahí estará mejor.

No estando en posesión del poder en cuestión, eso dejaba a su madre a hacer lo propio para sacar a la criatura de allí. Aún con el anillo de amistad activo, detectó que había atacado a los clientes a propósito, como si se lo hubiesen ordenado a manera de prueba. En cuanto a las personas flotando, el Black Lestrange se encargó de desmemorizarlos, prometiéndoles que los efectos menguarían en breve, y que todo se trataba de un sueño.

-Creo que es todo. Quizá deberíamos volver al monumento.

[Mia.]

— ¿Lo mandamos a descansar a su casa? —soltó en el momento en que volvía a encargarse de levantar su arma mágica— Que así sea. Fulgura Nox —completó con el hechizo.

 

De esa manera, consiguió que un bonito portal mágico se abriera delante de la criatura, la cual fue llevada a su interior por medio de la magia que su hijo había realizado segundos atrás. De esa manera, se habían encargado de las dos criaturas en cuestión de minutos. ¿Habían aprendido algo nuevo? A decir verdad, no pero poco importaba en ese momento porque al menos los muggles, no sufrirían consecuencias reales.

 

Mirando al Black Lestrange, meditó un segundo la respuesta que le daría y negó con lentitud. Estaban en un mercado, la asignación realizada por el Tonks había sido cumplida y continuaba con hambre, así que era momento de relajarse un momento. Así que, evitando las ganas que tenía de usar la metaformagia para transformar su apariencia en la de una pequeña chiquilla, que pusiera en aprietos a su hijo, soltó una risotada.

 

—Vamos, quiero comer algo. —comenzando a caminar y mirando el final de la calle— Pasamos por un té y volvemos al monumentos, ¿te parece?

 

Con la pregunta, continuó caminando con tranquilidad hasta que llego a la puerta de una cafetería. Una vez dentro, notó que no era totalmente muggle, porque existían cuadros con diversas criaturas mágicas, ¿fantasía? Podía decir que al menos los residentes de aquella localidad, pensarían que así era.

 

—Dos tés, y un par de galletas. —ordenó con tranquilidad, en cuanto los tuvo en sus manos usó su magia para evitar el pagar y le tendió uno al mago, para después salir de la cafetería.

 

Abriendo un rápido portal, a discreción de los ojos de los presentes, soltó un suspiro.

 

— ¿Vienes conmigo a la universidad? —preguntó retoricamente.

[Eobard Thawne]

Se sostuvo el estómago tras llegar al encuentro con su madre. Aún aquel mínimo esfuerzo de desmemorizar a los muggles, le había generado un poco de hambre. Y, como no estaba seguro de la hora a la que regresarían a la Mansión Black Lestrange, accedió a acompañar a Mía por un pequeño refrigerio.

-Me sorprende lo obvios que pueden ser los magos en medio de la comunidad muggle. -comentó el castaño, observando los recuadros de la cafetería en la que se habían detenido. Era descaradamente obvia en cuanto a la decoración, y más de uno podría jurar que las imágenes tenían movimiento. -Luego recuerdo que había un thestral en el parque, y se me pasa.

Aguardó en un extremo del local, a un costado de una ilustración de lo que parecía ser un mono blanquecino. En realidad, se trataba de un demiguise. Leyó la placa bajo el recuadro, la cual indicaba que el pelaje del mismo tenía la capacidad de camuflarlo con su entorno. Inmediatamente, lo relacionó con la elaboración de capas de invisibilidad.

Tomó el té en el envase desechable que le ofrecía su madre, agradeciéndole con la cabeza, y se dispuso a acompañarla de vuelta al campus. Admitía que los portales creados eran de bastante utilidad, por lo que esperaba aprender ese poder en un futuro cercano. De momento, concentró su mente en la experiencia vivida en clase.

Darla y Seba ya estaban ahí, al parecer, su aventura en la Isla de Drear, había sido más rápida de lo que esperaba. Supuso que tendrían que compartir su experiencia.

-Vaya, vaya. Quizá hemos estado en Londres muggle más tiempo del que creí.

Le dio un sorbo a su bebida, depositando el envase sobre uno de los pupitres para tener las manos libres. Repasó mentalmente lo visto a lo largo del día, y la verdad había sido, que se trató más de práctica que teoría, lo cual lo había dejado satisfecho.

-A ver...Tuvimos una pequeña situación con un thestral. El que una criatura se torne violenta no significa que sea así, puede que tenga hambre, por ejemplo. -usó los dedos, como enumerando las situaciones. -Igual, vimos un Billywig, que fácilmente pasaría por una mosca común. Ahí la importancia de saber distinguir entre una criatura mágica, y una que no lo es.

No obstante, recordó que inicialmente, habían querido aprender del ocultamiento de seres mágicos, cada quien, para sus propios fines.

-Una forma de ocultamiento, o por lo menos, para no levantar las sospechas, sería fijarse en la apariencia del ente, y ver qué puede surprimirse, como la cola bífida del crup. Otros ejemplos, según recuerdo, serían el demiguise, que usa un especie de camuflaje. O el kneazle, que se parece al gato común.