<o> Castillo Rambaldi <o> (MM B: 101420)

[Kamra Ashryver D.]

Raissa, elfina de Kamra.

Nada de eso estaba bien, pensó la criatura de orejas puntiagudas y manos ahora inestables. Temblaba de los pies a la cabeza ante lo que sus ojos veían - ¡Señora Alessandra! - las palabras salieron agudas, el tono histérico de Raissa realzando aún más su voz chillona - ¡Tiene que bajar de allí, la ama Kamra se molestará!

El masivo e impotente dragón arruinaba a cada paso que daba la infraestructura de la torre y quizás era su miedo, pero podría haber jurado escuchar al viento traer hacia ella un gruñido iracundo desde lo alto.

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A lo lejos, Kamra observaba con horror cada pieza caida del tejado. Había murmurado una orden apresurada a Saori de llamar a sus elfos para cuidar a los quintillizos. Dudaba el hecho de que pudiera con ellos, considerando la cara de espanto que puso la asiática al cargar a su ahijada, pero a la peliblanca le urgía reparar el daño antes de fuese irremediable.

Allí estaba, sufriendo la picazón del sol en su piel al cerrar la distancia entre la ventana más cercana a la posición de Alessandra que pudo encontrar.

- Que fué lo que has hecho - las palabras salieron lentas mientras Kamra intentaba controlar el temperamento que tanto la caracterizaba, más sin embargo un gruñido escapó de su garganta, los dientes blancos de la Ashryver ahora a la vista en lo que no podía ser más que una expresión casi animal - Escúchame tu, bestia infernal - cada onza de autoridad fue puesta en esa frase - Bajarás de allí en este instante, o te enviaré volando de vuelta al criadero de dónde has salido - las palabras rodaron fuera antes de poder atajarlas. Kamra era muy consciente de que tal amenaza pondría a Alessandra como un torbellino imparable, pero habían gastado la fortuna de un rey en reparar cada lugar dañado por el fuego de sus enemigos.

- Alessandra - suspiró intentando conservar la calma - haz que tú dragón descienda hacia su lugar de descanso.

Las manos le temblaban cuando descendió por el lado izquierdo de las escaleras que unían la torre este con su torre hermana. El batir de alas era un sonido que eclipsaba cualquier otro en su cercanía, indicando sin dudas que Sócrates y su montura descendían de lo alto.

Kamra suspiró de forma audible al detenerse en la desembocadura de ambas escaleras, por poco perdiéndose un aroma extrañamente familiar. Decidida a ignorarlo dió media vuelta para regresar a los pasillos, antes de que unos pasos apresurados llegarán a ella.

- Mi señora - Hydrus, el elfo hermano de Raissa, atajaba sus costillas en busca de aire con sus ojos azules clavados en los de Kamra - Su hermana Hannah está en la biblioteca. Ha llegado allí con cautela.

Sintiendo sus extremidades cansadas y el comienzo de un intenso dolor en la zona frontal de la cabeza, Kamra murmuró órdenes claras de avisar a Hanny bajar junto a la familia en cuanto pudiera. Los pasos apresurados de Hydrus fueron el único indicativo de su orden siendo acatada.

¿Cuándo terminaría de dar órdenes? ¿Era ese su único rol en el Castillo Rambaldi? Kamra no pudo dejar de pensar que su familia la veía como una especie de tirana fascista ¿A poco no? En los últimos meses había estado encerrada dentro de la inmensa construcción, cumpliendo su deber como madre y de matriarca sin hacer demasiados berrinches, al mismo tiempo añorando el aire helado a pino y nieve de los bosques Rumanos...

Y fue así que perdió el conocimiento, con el aroma del único suelo al que podía llamar patria en la mente y el corazón.

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[Leslie Ashryver PB]

Y su esposa le dio miedo. Raissa en un principio le pedía que bajará, <<como sino quisiera bajar>> pensó con los ojos en blanco Alessandra, pero trato de responderle a la elfina que su varita se había caído pero no le llegaba su respuesta por los ruidos que hacía Socrates eso fue antes de que Kamra apareciera por una ventaba lo suficiente cerca para gritarle a ambos.

 

-Hola amor-saludo Alessandra para tratar de aminorar las cosas -pues quise venir volando para traer a Socrates a que viera a los niños- le explicó agarrándose como pudo de las escamas del dragón.

 

Pero Kamra no estaba enojada con ella sino con Socrates que andaba rompiendo el tejado con sus enormes garras y cuerpo al tratar de acomodarse para hecharse una siesta. Ante los gritos de la peliblanca Socrates gruño tambien en respuesta a las palabras de Kamra poniéndose de pie para cualquier cosa.

 

-Kam no le grites a Socrates- le pidió amablemente, temía que el dragón la viera como enemigo y decidiera quemarla -trataré de hacer lo que pueda- le aviso con un suspiro antes de qie bajará como un bólido por las escaleras.

 

-Venga Socrates baja porque estamos en grandes problemas- le pidió Alessandra con un nudo en su vientre por los nervios pero el dragón ni se movió -Por Merlin- gimió tirando para atrás su cabeza para pensar.

 

Los dragones comían animales quemados por lo que si le pedía a sus elfos que hicieran lo que les pedía podía funcionar. Los llamó con un grito esperando que Socrates no les hiciera nada y Mar no se enfadara por tener al dragón ahí y menos llamarla en la mitad de un tejado roto, después de pedirle para darle de comer al dragón desapareció para después aparecer varios animales no mágicos todos quemados y Socrates al olerlos comenzó a aletear para bajar a su cómida mientras Alessandra bajaba de su lomo en el momento en que su esposa caía desmayada.

 

-Kamra- chilló Alessandra corriendo para levantar a su esposa -Mar prepara nuestro cuarto, ahora- le ordenó a la elfina mientras ella cargaba a su esposa escaleras arriba inconciente.

 

 

 

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[Hannity Ollivander Evans]

Había tantos y tantos libros que no había visto, tanto mágicos, de medimagia, muggle, que no querría salir de ahí por lo menos hasta que terminara de leerlos todos, revisaba un estante en dónde había libros por demás interesantes, había escogido uno, para después dar paso a tomar otro, cuando a sus espaldas de escuchaba que una pequeña criatura se aclaraba la garganta, se volteó a mirarlo y clavó sus ojos esmeralda en los azules de un elfo que parecía nervioso, suspiró.

 

-Ya sé, ya sé, Kamra quiere que vaya a dónde están todos reunidos...- se inclinó hasta que sus ojos quedaron frente a los de la criatura -Pequeño elfo comunicativo, me viste entrar aquí y fuiste a decirlo...- sus ojos brillaron con malicia y sonrió -No te preocupes, vamos a ver a la familia.

 

Iba bajando cuando escuchó la orden de Alessa diciendo a una elfina que preparara su habitación, pero no quería interrumpirlas, así que bajó a dónde se encontraban su hermanita Saori con los quintillizos, se sentía muy bien estar en familia, le sonrió y acercó a abrazarla -Pero que agradable sorpresa verte aquí ¿Te quedarás, cierto?

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

Saori viendo con cansancio a su hermana le responde de una manera algo graciosa para la asiática con un poco de rudeza kamra le acerca uno de sus hijos respondiendo su pregunta, a lo cual saori respondió algo sorprendida pues eran siglos los que había pasado sin sostener a un niño en sus brazos ademas de su hija, pero después se despreocupo y miro fija mente a la pequeña (pequeño) sonrió levemente para calmarlo saco a su mascota Puff una criatura mágica demasiado tierna era como tener un perro muggle. La asiática le indica a puff jugar con los niños.- Mmm digamos que bien - responde a su hermana - Pero es bueno volver tuve muchos problemas y ahora quiero tener una vida tranquila y poder hablar con mi hija- continua mientras ve reír a los niños con su mascota- Ademas pase por... - fue interrumpida por unos ruidos que provenían del techo de hogar ademas de unos rugidos.

 

Saori volteo sus ojos y murmuro - Ahí esta mi increíble sobrina- dice mientras levita junto a su ahijada .- Ve kam yo me quedo con los niños- dice mientras los elfos entran -Ok. No quiero que los molesten tengo un fantástico plan - le dijo a los elfos.

 

Con su varita empezó a levitar a cada niño colocan dolo en el piso y con ayuda de su cuervo chester, empezó a cantar para que se calmaran en uno de sus viajes aprendió como calmar la mente de u humano para mantenerlos en control no funciono muy bien pero la presencia de su mascota mágica hizo algo de diferencia ya que los niños se pusieron a jugar, patear, molestar a puff y enseguida a chester lo cual el causo mucha gracias a saori no pudo evitar unir-seles.

 

Una voz familia y que no había escuchado y visto hace mucho tiempo se asoma de repente en la puerta de los niños, era u hermana hanna- Hola hermana querida que placer verte por aquí .- dice con una mirada intimidante .- Vienes a ver a la familia o la biblioteca.- ríe un poco .- Ya que estas aquí y kamra solucionando sus problemas ven y ayúdame con estas criaturas jaja- dice mientras trata de hacer algo positivo por su familia.- hace mucho que no cuido un bebe hermana así que tu eres la mas joven .- alza sus cejas de manera continua con una sonrisa perversa.

 

 

 

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[Mia Zoeh]

Había pasado ¿cuánto tiempo? Probablemente demasiado. Como siempre que algún evento sacudía mi vida en Ottery, había decidido marcharme a ver a mis padres adoptivos. Ellos estaban bien, aunque comenzaba a notar el paso del tiempo en sus rostros y su cabello. Mi padre, un hombre griego de rasgos marcados y cabello negro, de a poco peinaba cada vez más canas, y sus facciones se estaban arrugando visiblemente. Mi madre no perdía su belleza, pero podía notar que sin decirlo, todo parecía costarle un poco más. Incluso yo había cambiado; había intentado cambiar cómo me veía, darme una apariencia más de adulto, y dejar atrás lo que había sucedido. Sinceramente, en un principio no quería volver. La simple idea de cruzarlo en Londres, en el Ministerio, o incluso en Ottery no me hacía bien. Sin embargo, varios meses después, estaba lista para retomar mi vida.

 

Me miré una última vez en el espejo de bolsillo que siempre llevaba conmigo. Mi cabello rubio, el que siempre había llevado largo, se encontraba ahora por mis hombros, enmarcando mi rostro y modificándolo bastante a como estaba acostumbrada a verlo. Mi maquillaje era suave, ya que el viaje había sido largo (cuando iba a ver a mis padres prefería no usar la magia ni la Aparición). Me detuve frente al castillo y me tomé un minuto para contemplar la silueta recortada del mismo contra el cielo. Era tal cual lo recordaba; la pregunta era si él me recordaría a mí.

 

Atravesé la reja de entrada y cerré tras de mí, emprendiendo el camino hasta la puerta principal. Dejé mi equipaje en el piso a mi lado, y estiré la mano hasta la aldaba de hierro. Titubeé, pero finalmente la tomé con fuerza y golpeé. ¿Habría alguien en casa? No era un día particularmente frío, pero aún faltaba bastante para el verano inglés, que tampoco era extremadamente cálido.

[Kamra Ashryver D.]

Lo que pasaba a su alrededor le llegaba de forma amortiguada. Pasos apresurados y una voz dando órdenes hicieron que Kamra prestará más atención, intentando averiguar que sucedía. Sus ojos se abrieron apenas, al instante sintió un dolor agudo y pulsante acompañado de un quejido de dolor que no pudo atajar.

 

Unas manos suaves sostuvieron su rostro con delicadeza y un único nombre tomó forma en la mente de la peliblanca - Alessandra - su voz no fue más que un susurrante gemido - ¿Que ha pasado? - lo único que recordaba era hablar con su elfo Hydrus, antes de que todo se volviera negro - No hagas eso - tomó las manos de Alessandra en las suyas - no hace falta que me cargues, solo...ayúdame a estar en pie.

 

Las piernas le temblaban al momento en que se sostuvo sobre ellas, recargandose contra las barandas de la masiva escalera mientras que con un movimiento de la mano despidió a los elfos de su esposa, incluida Mar, que ahora miraba desde ella y de vuelta hacia la Delacour, indecisa de como proceder - La habitación no será necesaria, solo ha sido un pequeño accidente.

 

Kamra casi pudo sentir el gran discurso que Alessandra le brindaría en tan solo segundos. Notaba una gran pesadez en su cuerpo, lo suficiente como para estar segura de lo imposible que sería el volver a levantarse si lo hacía - Acompáñame afuera, Cara. Necesito un poco de aire fresco.

 

- ¿Debo suponer que ese dragón tuyo no me reducirá a cenizas ni bien ponga un pie en el exterior? - intentó brindarle una sonrisa, más esta no llegó a sus ojos. Desvió la mirada del rostro de Alessandra, concentrando su atención en caminar sin caer de bruces al suelo, cerrando la distancia entre ellas y la puerta de entrada.

 

Kamra extendió una mano para alcanzar la perilla y girarla, cuando tres golpes firmes resonaron del otro lado. Hizo que Alessandra retrocediera, colocándola detrás de su cuerpo antes de abrirla y encontrar...- Mia - su rostro reflejó genuina sorpresa - Que bueno es verte, pasa - frunció el seño un instante antes de añadir - Sabes que esta es tu casa, no necesitas anunciarte, solo debes entrar.

 

@@Mia Zoeh @

[Mia Zoeh]

No pasó nada de tiempo entre que la aldaba golpeó la puerta y que ésta se abrió. No pude reprimir la mirada de genuino asombro que se dibujó en mi rostro cuando vi la velocidad con la que se había respondido mi llamado. Del otro lado del umbral se encontraba alguien a quien esperaba ver: Kamra. Sin embargo, no se veía nada bien. No me enfoqué en mi equipaje ni en entrar, sino que di una zancada larga hasta colocarme a su lado. -Kam, ¿qué ha ocurrido? ¿Puedo ayudar en algo?- comencé a preguntar, asustada, intentando ser de ayuda. No recordaba haber visto a Kamra en ese estado previamente. Parecía herida.

 

A su lado, como no podía ser de otra manera se encontraba mi madre, Alessandra, a la que había extrañado un montón. Me coloqué más cerca de ella para poder saludarla, aunque suponía que estaba más preocupada por su esposa en este momento. Y lo entendía completamente. -Hola, mamá. Te he extrañado.- hice una pausa. -¿Cómo has estado?- añadí rápidamente.

 

Esperaba que nuestra relación pudiera recomponerse. Habíamos perdido tiempo, eso era real, pero en lo profundo de mi ser lo que más quería era recomponer las cosas con ella.

 

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[Leslie Ashryver PB]

Con pasos apresurados Alessandra cargó a Kamra hasta su cuarto pero su esposa comenzó a recuperar la conciencia para avisarle que no la cargará sino que la pusiera de pie.

 

-Estas loca!!- chilló alterada al ver como se paraba con sus piernas -eso no ha sido solamente un "pequeño accidente"- le recriminó molesta.

 

Mar las miraba con preocupación e indecisión pero estaba más aterrada por la expresión de locura de su ama.

 

-Por dios Kamra Ashryver Rambaldi puedes hacerme caso con esto?- le pidió a su esposa viendo como caminaba -te recuerdo que soy sanadora y puedo obligarte a estar en cama un mes- le amenazó.

 

 

-No trates de cambiar el tema con Socrates, sabes muy bien que él no le hará nada a nadie- le dijo cruzándose de brazos pero se vio obligada a seguirla para evitar que se lastime.

 

La puerta sonó en el momento que su esposa estaba por abrirla pero Alessandra estaba muy molesta con ella por ignorarla cuando solo quería ayudarla que se perdió el saludo a Mía, su hija, apareció frente a ambas charlando con Kamra.

 

Alessandra se quedo de piedra, ya que la rubia había desaparecido antes de poder hablar con ella sobre el tema de su tristeza y rápidamente se enojo el doble on ambas féminas que estaban frente suyo.

 

Pero tenia una gran debilidad por sus hijos que al verla le tiró de la mano para apretarla entre sus brazos -estoy bien salvo que tengo una persona que se niegan a hacer lo que le pido y la otra a hablar conmigo- le respondió a su hija mirando a ambas con los labios fruncidos.

 

-Tambien te he extrañado- susurró.

 

 

 

@ @@Mia Zoeh

[Hannity Ollivander Evans]

Hannah sonrió en cuanto escuchó a Saori, era verdad, había ido a visitar a su familia, pero no pudo evitar ir a la biblioteca, el muy era de ensueño con toda aquella clase de títulos que eran tan interesantes - Bueno Sao, es que no pude resistir la tentación de ir a ver la biblioteca, es mi lugar favorito del castillo - sonrió al recordar la cara del elfo que la había encontrado y escuchó las voces que provenían desde el otro lado del castillo, pero su atención estaba centrada en los cinco bebés que estaban con los elfos y sobretodo la pequeña que estaba levitando a tan solo unos centímetros de la asiática.

 

-¿Así que ésta pequeñita es nuestra pequeña ahijada?- si, le gustaba expresarse de aquella manera, aunque no fuera la correcta, tomó a la niña peliblanca entre sus brazos y la elevó posteriormente se acercó a los demás pequeños y apareció burbujas con su varita para que todos los niños las disfrutarán, los pequeños reían y su hermana le hacía otro comentario, a lo que ella respondió asombrada. -¿Qué...? ¿Qué tiene que ver qué yo sea la más joven? vió la mirada de su hermana, ¿Acaso pensaba dejarla sola con semejante responsabilidad? -Us...ustedes son las expertas con los niños ¿Piensas dejarme sola, con tantos?

 

Sabía que lo más probable era que así fuera, la asiática tenía planes, pero qué sería lo que haría ahora -Ni siquiera lo pienses Saori Rambaldi

 

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[Kamra Ashryver D.]

- Tranquila Mía, solo ha sido un pequeño accidente - su voz permanecía estable y tranquila, pero la mirada dorada de Kamra se detuvo en la de Alessandra, dejando que una sonrisa de las que ponía a su esposa lista para desatar un armagedón se reflejara en sus facciones - Solo necesito salir de este encierro. Cualquiera diría que con tanto espacio sería imposible sentirse claustrofobica. Pero aquí estoy, necesitando aire fresco tanto como necesito dejar molesta a Ale de vez en cuando.

 

Su cabeza aún dolía, pero Kamra lo apartó hacia un lugar en su mente donde quedara en segundo plano - ¿Cuánto tiempo seguirás reprochandonos en vez de disfrutar la presencia de tus chicas? - los ojos de la peliblanca se pusieron en blanco al escuchar las quejas de Alessandra, yendo tan lejos como para besarla en los labios para callarla. Fue breve considerando la presencia de Mía, pero le dió el pequeño impulso que necesitaba para aparentar tranquilidad.

 

- ¿Porqué no dejamos que mis elfos lleven tus cosas a la torre? - Kamra dijo a su hijastra - Podemos ir a tomar aire fresco, incluso hacer un picnic a la luz del atardecer. En familia.

 

Los lazos dentro de los miembros Rambaldi eran fuertes, sin embargo la familia estaba lo suficientemente dividida como para que plantease una preocupación para la matriarca. Kamra estaba lejos de ser la persona distinta que todos creían que se había convertido. Sus convicciones, aunque sin decirlas, seguían intactas tras años de interactuar con su esposa y familia.

 

Sus pensamientos se desviaron de la conversación que llevaban ambas rubias al caer en la cuenta de que aún necesitaba esa parte salvaje que con tanto esmero había intentado aplacar. Los tacones de Kamra resonaron sobre el piso de mármol al acercarse al lugar en donde se encontraban Saori y Hanna, aprovechando la distancia entre Mia y Alessandra para ocultar el cambio de oro a ónix en sus ojos.

 

- ¿Nos acompañan fuera? Haremos un picnic - la comisura de sus labios se elevó a penas mientras tomaba a Luve de los brazos de Hanny - Es una pequeña adorable, me alegra que la conocieran - hizo una pausa mientras tendía la bebé a su esposa - Hydrus - su voz sonó fuerte al llamar al elfo de ojos azules - prepara bocadillos y lleva la cuna de los quintillizos junto con sus jueguetes al jardín cerca de los cerezos.

 

Besó la nariz de Rowan al tomarlo en brazos, los rizos inusualmente largos del pequeño ojiambar le hicieron cosquillas y una suave risa ronroneante escapó de sus labios - Te amo por haberme dado esto - sostuvo contra su pecho al pequeño Ashryver mientras su mirada conectaba con Alessandra.

 

@ @ @@Mia Zoeh @