De Rol y otros varios, un poco de desahogo.
Debo reconocer algo desde un primer momento: soy quisquillosa. Quisquillosa, perfeccionista y quejica, llevada a mis ideas y porfiada como una mula, pero siempre me he considerado alguien justo a la hora de observar y criticar.
La gente siempre toma las críticas como algo malo; yo, puede ser por mi formación como artista en potencia, las veo como un medio para alcanzar una mayor maestría en lo que hago. Por eso, muchas veces me guardo lo que pienso para no tener que decirle a alguien que, directamente, está haciendo algo terrible.
Está bien, nadie nace sabiendo, pero miro y miro por aquí y ellá y me encuentro con tanta ensalada surtida de personajes e historias que a veces me mareo. Uno refina su técnica con el tiempo, pero a veces no cuesta nada hacerle caso a tu profesor o tutor en unos simples detalles para hacernos la vida menos compleja a todos los que queremos rolear sin tener que lidiar con superhéroes ni supervillanos.
¿Se han dado cuenta como abundan ciertos perfiles en los que caen los personajes? Y esto pasa en los libros, en las series, en las películas y en el rol, ya sea del estilo en que nos movemos aquí o el rol de verdad, o de mesa. Todos tendemos a inclinarnos un poco hacia algun estereotipo, unos más, otros menos.
Tenemos a la chica tierna, a la chica ruda pero tierna por dentro, a la femme fatale, al galán, al dandy, al misterioso... Y bien, un sinfín de personajes en los cuales nos basamos, pero hay algunos más peligrosos que otros a la hora de rolear. No se si alguien aquí ha jugado Vampiro, Mascarada o Edad Oscura, y si alguien sabe por qué es que los Malkavian son de los clanes más complejos de rolear. Por aquí doy media vuelta y me encuentro a un loco, levanto una piedra y me encuentro a un depresivo, doy vuelta a la ezquina y alguien tiene una doble personalidad. Hay algunos simpáticos, que no interfieren, pero otros que simplemente sacan de contexto a cualquiera, y por qué no, de quicio. Si su alter ego malvado deja que el resto siga su curso y no se convierte en el mismísimo Satanás todopoderoso, bien. Tenga presente que siempre pueden aparecer un par de sanadores bien equipados para internarlo en el ala de psiquiatría.
Aquí cuando jugamos somos varios, no, no varios, somos muchísimos. Ya es complicado seguir el curso de una historia, ya sea en el rol global como en roles pequeños (mis favoritos), pero por experiencia ya nada más comenzamos a rolear queremos ser invencibles. Si yo tengo una tiara del poder de los siete colores, Pepita, Juanita y Dorotea me la han quitado cada una a su vez usando sus poderosas artimañas, sin si quiera pararse a pensar en que yo podría responder, defenderme, o qué se yo. Y he ahí el problema, al rolear nadie se detiene a pensar en qué hará el otro. Se que es difícil cuando no nos conocemos, o hacerlo sin manejar al personaje del otro, pero creo que encontrar un término medio a la hora de interactuar en el rol es fundamental.
No desmerezco la inmensa labor de la Academia, algo que quiero dejar claro porque puede malinterpretarse con toda mi cháchara, pero si desmerezco la capacidad de retención de algunos. Creo que hay que ser un poco más exigente con uno mismo a la hora de crear un personaje, capaz de vivir de forma simple y compleja, lléndonos a los extremos cuando es necesario darle un poco de sabor a la sopa pero sin exagerar demasiado.
Chicos, un poquitín de esfuerzo no le hace mal a nadie. En vez de subir su contador, siéntense y piensen en lo que escribirán, piensen en lo que el otro escribiría, en si con sus acciones, pese a satisfacer sus ganas de divertirse y de ser el mejor de los mejores, el más malo de los malos o el beato más puro y casto, tal vez están importunando.
Con una primera entrada algo quejumbrosa se despide, con un beso bien sonoro,
Tanshies
11 Comentarios
Comentarios recomendados