Herbología VI

[Bodrik]

El camino era serpenteante y la pequeña pelinegra intentaba llegar lo antes posible hasta donde se hallaba su Amigo. Por fortuna el respondió rápidamente a su llamado y la pelinegra supo en cual dirección debía caminar para poder hallar a ambos. -No se desesperen llegare pronto a donde están- trató de gritarles aunque no sabía si ellos la podrían escuchar. Avanzó por el estrecho túnel, tratando de esquivar las gruesas raíces que se interponía en su camino. El hechizo lumos le permitía continuar, alumbrando los obstáculos.

 

De pronto algo llamo su atención. Se trataba de un Bowtruckle muy pequeño, de una altura de veinte centímetros, parecía hecho de corteza y ramas y con los ojos de color castaño. Lo que la joven bruja conocía de ellos era su carácter pacífico y reservado, pero si se sentía amenazado por alguna razón, entonces atacaría a la muchacha y la jovencita no estaba muy segura de que hechizo podría usar en caso de tener que defenderse de la criatura.

[Cissy Macnair]

-Todos somos novatos. Yo aún no me acostumbro a dar clases de Leyes como si fuera la mejor abogada del mundo... Y he cometido mis errores- y recordé cuando casi había logrado que una turba nos quemara a mí y a un grupo de chicas por brujas en Salem, por el 1700.

 

Observé a Nathan agacharse para ver los tentáculos espinosos de esa rara especie que estaba frente a nosotros y su grito no me dijo nada bueno. Retrocedí, intentando no pisarla por si la cosa se movía y escuché las palabras de mi profesor. Sabía... confiaba, en que él pudiera sacarnos de allí y resolver todo problema, además de que una vez que estuviésemos con Bodrik, todo estaría mejor.

 

-Que ironía que le digan Dedo cuando parecer varios brazos de calamar- comenté, sintiendo que me entraba el miedo por cada uno de mis poros.

 

No quería morir. Pero no sólo no quería morir, no quería hacerlo lenta y dolorosamente durante una clase de Nathan Weasley. ¿Cómo se sentiría él si una de sus alumnas moría por el veneno de una extraña planta Australiana que nadie sabía cómo había llegado hasta allí? Aunque bueno.. se me ocurría cómo podría haber llegado hasta allí.

 

-Entiendo... son seres vivos, como los animales- asentí, tomando con mayor firmeza mi varita. Me preguntaba si las espinas podían atravesar la piel de dragón super resistente de mis guantes. Lo más probable fuera que no, pero como era una especie de Lazo de Diablo, segura que esa cosa era constrictora, así que mis manos sería lo último dañado allí-. Vale... ¡Incendio!- exclamé, apuntando con la varita a la plantita del demonio.

 

Una llamarada salió de ella y comenzó a quemar la planta, que ante el inminente calor se replegó, metiéndose en la tierra, para dejarnos libre el paso.

 

-¿Crees que ahora podamos excavar para llegar hasta Bodrik? ¡Hey Bo, ¿sigues ahí?!

[Nate Weasley]

Agradeció internamente el comentario de Cissy, y de un segundo a otro notó cuanto extrañaba a su amiga y cuanto le echaba en falta pasar una tarde junto a ella, poniéndose al día y simplemente disfrutando de una conversación... le ofrecería juntarse en la próxima semana una vez que la clase hubiera finalizado. Por el momento, observó con detenimiento la determinación en el rostro de su alumna, y justo cuando la vio enarbolar su varita, el la imitó.

 

- Incendio - espetó al unísono con ella, y la fuerza de ambos hechizos ocasionó que las raíces desapareciesen debajo de la tierra, como si nunca hubiesen existido. - Creo que solo resta avanzar.

 

Caminaron lentamente hacia delante, Nathan dirigiendo su mirada hacia abajo con mayor frecuencia de lo que se consideraría normal, más no podía arriesgarse a que él o Cissy pisaran una de aquellas espinas... no había cura para el veneno que estas inyectaban, ni siquiera un bezoar. Finalmente, llegaron a lo que parecía ser el final del túnel, más sabía que lo único que los separaba de Bodrik era aquella muralla de tierra.

 

- ¡Defodio! - soltó, con su varita apuntada hacia el muro de tierra, y este inmediatamente se derrumbó con un par de escombros, liberando el camino en dirección a Bodrik, quien aguardaba al otro lado con su varita. - Qué bueno verte, Bodrik... salgamos de aquí por favor.

 

Y juntos salieron de aquel túnel, encaminados por Bodrik, quien hábilmente había encontrado la puerta trampa...

 

- Bueno chicas, -les dijo una vez fuera - Creo que por hoy será suficiente, podremos continuar la clase mañana... ¿qué les parece si tomamos un café en el gran salón?