Jump to content

Prueba de Metamorfomagia #4


Amara Majlis
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Amara vio cruzar a una de sus alumnas con completa convicción, asintiendo le deseó lo mejor sin mediar palabra alguna pues no deseaba alertar a la mujer sobre lo que podría esperarla del otro lado de la puerta. La prueba final podría conducirla hacia un pasado doloroso como lo hubo hecho con muchos para que encarnasen a terceros o a ellos mismo años atrás en el tiempo logrando así que viesen detalles que quizás en ese entonces pasaron desapercibidos o mismo para abrir una herida que creían cicatrizada. Por otra parte podrían ser conducidos a un hipotético futuro, pues todo era incierto en el presente, donde debería debatirse nuevamente en la piel de alguien desconocido como debió hacerlo frente a la esfinge.

 

Por otro lado Agatha parecía aun debatirse si cruzar o no, como bien había dicho el preguntarles si estaban preparadas o no para continuar o si estaban decididas para afrontar la prueba final era una responsabilidad importante como Arcano debido a que adquirir y dominar una habilidad no era tarea sencilla ni pan de cada día, el compromiso por parte de las féminas tanto como de Majlis era un sello que perduraría eternamente en el dedo donde portaban la sortija simple de plata.

 

Una vez recibió la respuesta de la última de sus alumnas ingresó a la inmensa oscuridad de la pirámide, aun acariciaba algo nerviosa la gema que componía su propio "premio" de épocas antiguas tratando de ejercer conexión con Leah mientras ésta cambiaba rápidamente su apariencia para adoptar la de una andrajosa barrendera ¿pero para qué, qué utilidad podría tener aquel movimiento?. Sus ojos azules brillaron con fervor, más adelante un par de niñas pequeñas conversaban, hablaban de magia y de escapar, la inocencia y el compañerismo por parte de ambas, tanta pureza hacía contraste con la placa que rezaba la identidad del establecimiento, un decadente orfanato.

 

Siguió una explosión que llevó a la castaña a cerrar los ojos por inercia cuando ella no formaba parte de la escena y sobresaltarse un poco para más tarde sonreír de lado, aquella había sido la prueba más corta que hubiera presenciado pero por primera vez uno de sus alumnos captaba la verdadera esencia de sus palabras y las aplicaba un cien por ciento. Ivashkov no encarnó a su yo infante ni a su futura mejor amiga sino que complementó la escena y formó montañas de nieve para que al momento de ser volado el enrejado éstas retrasasen a las personas que posiblemente irían tras el par de niñas fugitivas y la muñeca. Dentro de su realidad alterna todo brilló, la nieve que llenaba cada rincón aumentó su intensidad, el blanco se apoderó de la visión de la bruja y sin más regresó.

 

—Leah— Murmuró y un suspiro escapó de sus labios —Decir que me siento orgullosa dista mucho de lo que realmente siento. He presenciado prueba tras prueba como las personas se inmiscuían creyendo que así dominarían la habilidad mostrándose fuertes, poderosos, capaces. Y aquí estás tú tan despreocupada y a su vez tan capaz, la metamorfomagia se trata de bondad y lo que tú hiciste allí vale para el par de niñas pequeñas que viste, quizás si alguien hubiese tenido la delicadeza de ayudarlas desde las sombras todo sería diferente ahora.

 

Amara hablaba sin saber pues ella no conocía a Juliene ni la relación que entablaba con su alumna, simplemente hacía alusión a lo que sus sabios ojos habían visto para más tarde señalar la mano en donde Leah había colocado el simple lazo de plata que las mantuvo conectadas todo el tiempo para que apreciase la forma que éste había tomado ahora que adquiría el don, la habilidad y la capacidad del cambio. —Espero obre con sapiencia, mis respetos señorita Ivashkov y que tenga un gran viaje de regreso.

ySe9y8A.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La oscuridad no le gustaba en absoluto, sobre todo si se trataba de un sitio desconocido. Siguió a ambas damas por el interior de la pirámide, comprendiendo que aún no había finalizado. Se dejó llevar tras los pasos de ellas y recibió atentamente las nuevas instrucciones, pero no las hubo. Solo la pregunta que se sostuvo un instante en el aire, como perpetuándose. ¿Estaban listas? Quiso gritar que sí, pues no renunciaría ya a aquella habilidad que la estaba ayudando a recuperarse, no obstante la voz potente de su compañera se adelantó, haciendo que se demore su propia respuesta.

 

Vio a Leah adelantarse y perderse dentro de algún portal invisible a sus ojos. Quedaron solo la Arcana y ella, frente al altar de piedra. Solo entonces miró a los ojos a su mentora y respondió con tal seguridad que dudó por un momento que las palabras saliesen de su propia boca.

 

-Nací lista para esto. –sonrió antes de alejarse, rumbo a aquel portal verde como sus ojos.

 

Todo cambió a su alrededor. Perdió por completo el control de su cuerpo, sumergido de repente en lo que parecían rabiosas olas. Solo podía distinguir el tono plomizo del cielo y gotas de lluvia que le impactaban el rostro cada vez que lograba mantenerlo fuera del agua. Sus fosas nasales estaban llenas de agua salada que poco a poco iba llegando a sus pulmones y causándole gran dolor. Pero nada dolía tanto como su corazón en ese momento. La vida no le importaba, él la había traicionado…

 

Supo enseguida de qué momento en su vida se trataba, la llegada de Agatha que había significado en ella un antes y un después. Era un símbolo de lo que tanto quería dejar atrás, y ahora se veía sumergida en recordarlo. Supo que no podía hacer más que revivirlo. Presintió la presencia de Agatha aún antes de su decisivo encuentro, y como su cuerpo mutó a merced de la demonio que tomó control total sobre él.

 

Ojos ambarinos, cabello rubio y largo, una silueta perfecta y exuberante... temió por un momento el haber vuelto a perder la batalla, que aquel recuerdo significase una verdadera “marcha atrás” en su camino. ¿Saldría de allí luciendo como Agatha?

 

Finalmente el mar la arrastró a la orilla, pero ya no era ella. Las miradas de sus conocidos la recibieron, con una mezcla de tristeza, desconcierto e ira que jamás podría olvidar. Ella estaba allí, dentro de todo ese ser que se apoderó de su vida... y le llevaría años el poder volver a tomar el control, pero lo haría. Así como ahora lograba regresar a su cuerpo…

 

Se aferró a esa idea, mientras el recuerdo se apagaba lentamente. Volvió a ver aquel portal verdoso y se acercó decidida. Sabía que al traspasarlo ya no sería la odiada rubia, sino la joven que tanto tiempo pasó atrapada. Y así fue, estaba fuera de tanto sufrido recuerdo, volviendo a ser ella nuevamente, lista para recobrar todo lo perdido.

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La soledad la acompañó en silencio, la mujer ya había hecho buenas migas con ella pues en determinado momento acababa por detenerse en un punto repetitivo, Leah marchaba con una sonrisa complaciente en el rostro luego de que la arcano la despidiera y Agatha la abandonaba con la frente en alto tratando de sobrevivir a lo que fuese que le deparase la última prueba de la habilidad. Repentinamente sintió frío pero no quiso moverse de donde sus pies se habían clavado en aquel suelo oscuro como la noche, tanto su piel como sus ojos azules y su cabello castaño claro resaltaban haciendo excesivamente notoria su presencia en la pirámide. —Veamos— susurró acariciando con la huella de su pulgar el anillo que portaba con orgullo en su mano contraria para entrar en contacto con su única alumna.

 

El aroma a salitre le llegó como tenía tiempo sin sentirlo salpicando su curtido rostro, parpadeó un par de veces aunque solo fuese un reflejo de su mente pues realmente no estaba parpadeando y notó que si la rubia no se movía pronto acabaría ahogándose, no sería la primera vez que una de las pruebas tratase de asesinar al joven mago o a la astuta bruja más la intriga le punzaba un costado tratando de ver más allá, ¿qué hacía la mujer en medio del agua y por qué era más la angustia lo que la asfixiaba que el mar que la rodeaba?.

 

Amara sabía bien que ya no podía interceder pero pronto hubo tenido otro panorama pues Agatha comenzó a moverse hasta que sus pies tocaron tierra firma y húmeda, sintió miradas clavadas como agujas en su propio cuerpo y el peso de una curiosa culpa sobre sus hombros. Cortó la conexión de forma abrupta, la cantidad de emociones que la prueba estaba despertando en el interior de aquella mujer eran abrumadoras, Majlis portaba conocimiento, sabiduría y momentos vividos pero ciertas emociones las había dejado atrás por paz, serenidad y poder y así prefería seguir por el resto de su vida.

 

La luz que se colaba debajo de la puerta titilaba en verde esmeralda pero para la arcano se mezclaba con el resto de las puertas que giraban a su alrededor, el cerrojo de ésta en particular seguía sellado pues Agatha no había demostrado ser capaz de controlar aun el don de la metamorfomagia completamente; el erradicar a un demonio de su interior no era tarea de Amara y quizás sorpresivamente tampoco lo fuese que la muchacha fuera capaz de mutar su apariencia para volver a ser quién alguna vez hubo sido sino, quizás y solo quizás en ese entonces su única misión fuese el completo dominio de la habilidad por parte de su regazada alumna.

ySe9y8A.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Supo que no había bastado lo que acababa de vivir, cuando al salir al encuentro de la Arcana notó el brillo de otra puerta. Esta vez la tonalidad era rojiza, como los colores de su familia. Suspiró. Aún tenía en la mente muy vívido el reciente recuerdo. Ya no lucía similar a aquella demonio que había poseído su cuerpo por años. Ella tan solo habitaba en algún rincón recóndito de su persona, esperando ser definitivamente expulsada de allí y sin posibilidades de retomar el control. Se tranquilizó, pensando en su prima Arabella, quien le aseguró que ya conocía la forma de eliminar a Agatha definitivamente.

Solo entonces pudo continuar, encaminándose hacia una nueva situación. Todo se alborotó a su alrededor tras atravesar el resplandor. Su vista tardó en acostumbrarse a la negra penumbra. Abrazó su cuerpo con los brazos, pues enseguida percibió la fría ventisca que recorría lo que, según parecía, eran las calles de Londres. Creyó estar completamente sola, muró alrededor intentando descubrir de qué iba todo aquello. No recordaba haber estado allí antes, sentía que estaba en un sitio equivocado tal vez.

Fue entonces cuando, a lo lejos, empezó a percibir voces. Gente que intentaba hablar muy a prisa, como si estuviesen haciendo algo que no debían. Poco a poco parecían alejarse, apagándose lentamente por la distancia. Y fue el instinto lo que la impulsó a moverse. No lograba verlos, pero sí notó sus sombras, y poco a poco logró distinguir sus figuras. Parecían ir completamente de negro.

Se mantuvo alejada para no ser vista, caminando con total cuidado para evitar hacer cualquier ruido. Se mordía el labio inferior para obligarse a respirar por la nariz, pues una respiración agitada la hubiera delatado. Pronto notó el eco que los pasos de sus perseguidos empezaban a hacer, el sonido acelerado le indicó que empezaban a correr, perdiéndose de su vista. Sintió su corazón acelerarse, casi al punto de intentar salir de su pecho.

Intentó acelerar el paso, pero pronto oyó un desgarrador grito que la detuvo en seco. ¿Acaso era su voz? Frunció el ceño preocupada, un nuevo grito confirmó su sospecha, no podía dudar que era ella o alguien de voz muy parecida. No podía encontrarse consigo misma sin generar un gran conflicto y confusión.

Cerró los ojos, como si de ello dependiese la transformación, y cambió su castaño cabello por un tono rojizo y entrecano, lacio pero descuidado. Su rostro se pobló de arrugas marcadas, pero enseguida quedó recubierto por una máscara plateada. Su figura se alegró llegando a una altura de cerca del metro ochenta. Toda su vestimenta cambió acorde a la de sus ex compañeros de bando, pasando a consistir de una negra túnica y una capa que cubría su cabeza y cuerpo hasta llegar al piso. Calzaba botas con tacón, aunque no demasiado alto debido a su altura. No tenía varita, sin embargo se encargaría de conseguir una.

Ahora sí, pudo correr hasta donde se encontraba el grupo, llegando justo al tiempo que desarmaban a su víctima, así que se precipitó y tomó aquella varita que, en sus ahora arrugadas manos, se sintió como propia. Tuvo entonces la confirmación de que era a ella a quien atacaban.

 

Pudo verse rodeada de negras figuras y quiso empezar a atacarlos, sin embargo una contra tantos no llevaría a resultado alguno. Fue caminando lentamente sin que sus "compañeros" notaran su desplazamiento. No escuchaba lo que decían, no importaba, sabía que sería el final de sus días si lo dejaba a su criterio. No la conocían, así que no podía intervenir en la confirmación. Solo intentaba moverse, acercarse hacia donde se encontraba su "yo del futuro".

Notó que varias varitas apuntaban a aquella mujer que, supuso que en aquel entonces tendría unos 35 años. Pero se notaba erguida y mirándolos de frente, sin temor a lo que pasase.

Cuando por fin estuvo lo suficientemente cerca, la tomó del brazo con gesto amenazante, forcejeó un poco pero su mente estaba centrada en transportar a ambas. La aparición fue exitosa, llegando ambas a los jardines de la mansión Gryffindor. Solo entonces miró a los ojos a la castaña y le devolvió su varita. Sin dar explicación alguna, le dio la espalda y emprendió el regreso, ignorando las preguntas y los intentos de saber de quién se trataba.

 

Al traspasar los portones, notó de nuevo el resplandor rojizo. Pronto volvió a estar frente a la Arcana. Aún lucía como la pelirroja mortífaga, así que hizo un gesto a Amara para que esperase un momento y volvió a mutar su apariencia. Regresó a su altura, su tez perfecta y pecosa, su cabello castaño y ojos verdes. Su ropa cambió para esta vez tratarse de un vestido color arena largo hasta las rodillas, y su calzado por unas zapatillas de puntera.

-Ahora sí, estoy de vuelta- afirmó.

Editado por Agatha Haughton Malfoy

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tanto los guerreros Uzza como los Arcanos eran seres completamente neutrales ante cuestiones de bando por lo que un escalofríos recorrió la espina dorsal de Amara con solo comprender quiénes eran las tenebrosas sombras a las que su alumna estaba siguiendo. Era la primera vez que una prueba ponía en semejante peligro a un mago puesto que todo lo que allí sucedía era real, si Agatha recibía una herida mortal debería encontrar la forma de salir y regresar hasta ella para que pudiera curarla, caso contrario moriría dentro de portal y acabaría siendo tan solo un recuerdo a medias en la mente de sus seres queridos. Pero había algo extraño en la muchacha tímida que cruzó el umbral de su oficina al comienzo del día, un brillo singular en su mirada y una decisión firme en su porte.

 

Majlis ejercía cierta presión nerviosa sobre su sortija de habilidad para no perder conexión alguna con la castaña, o mejor dicho la mujer de cabellos rojizos, hasta que ésta cambió por completo el escenario volviéndolo seguro y silencioso; había rescatado a una mujer que algún día tendría el orgullo de ser devolviéndola a su hogar, quizás no con la intención de que se confiara, como si tuviese un ángel guardián sino más bien para que continuase con su entrenamiento y no volviese a caer en un oscuro abismo del que la demonio podría aprovecharse.

 

Cuando la puerta volvió a abrirse una tercera vez rompió contacto con la mente de su alumna y desplegó ambos brazos cual alas imperiales y una sonrisa transparente recibió a la mujer amén de no ser su verdadera apariencia la que enseñaba. La arcano entrecerró un poco los ojos frunciendo el ceño pero no quitó la divertida sonrisa del rostro, era casi como un reproche por lo que se estaba haciendo desear aquella mujer y tras la transformación volvió a abrir los brazos que segundos atrás había colocado en jarra y erradicó la distancia para estrechar fuertemente a la castaña. Era la tercera vez que hacía aquello desde que los Directores de Hogwarts habían tomado poder de la Universidad pidiéndoles a los suyos que impartieran clases para el dominio de habilidades como la Metamorfomagia, pero tenía que admitir estaba orgullosa de ella.

 

Conservó el silencio que la hubo acompañado durante la travesía de las dos féminas en su prueba final y deslizando un brazo por los hombros de la joven Gryffindor la encaminó fuera de la pirámide donde la media tarde las recibió con una brisa cálida que acarició sus mejillas y despertó sus ondeadas melenas produciendo cosquillas detrás del cuello. Juntas cruzaron los senderos secos hasta llegar una vez más donde todo comenzó, su despacho e invitarla a pasar sin criada ni máscaras de por medio, totalmente ellas como habían llegado al mundo tiempo atrás. Al ingresar una mariposa con alas carmesí y franjas doradas revoloteó cerca de Agatha hasta posarse sobre un mechón de su cabello castaño con lo que Amara rápidamente llevó uno de sus dedos hasta ésta y con solo tocarla la transformó en un prendedor de oro y rubí.

 

—Dime tu nombre— Pidió con cortesía, cuando obtuvo respuesta sus ojos brillaron, —Felicidades Mica, lo haz logrado.

ySe9y8A.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.