Libro del Druida

[That is not my name]

No encontraba mejor manera de convivir con mi familia que con un duelo de magia, aunque no a todos les agradaba mucho la idea, pero era la forma en que podíamos entrenar nuestros conocimientos de magia por los peligros que nos rodeaban o simplemente como crecimiento personal, sería un error mantenerse estancado en la misma posición durante tanto tiempo.

 

En aquella ocasión nos encontrábamos en las afueras de Ottery St. Catchpole, en las praderas a las faldas de las montañas y cerca de donde se encontraba mi Haciendo aunque, bueno, para llegar a dicho sitio aún quedaban unos cientos de metros que recorrer. Estábamos a mitad de la tarde para no sufrir del frío de la noche ni el calor incómodo de mediodía, justamente por ello llevaba una túnica de cuerpo completo y mangas largas que me cubría a la perfección, con un cinturón oscuro que lo dividía ópticamente en dos piezas.

 

Escogí un sitio donde esperarla limpio de material más grande que una pelota de tenis, quería un enfrentamiento justo y directo, sin tantas cosas de por medio; además confiaba en las habilidades de mi contrincante, la bruja tenía conocimientos de los guerreros Uzza y eso haría más interesante nuestro encuentro.

 

- Cinaede... - Cuando la vi llegar al lugar, simplemente murmuré el siguiente conjuro para que un gas venenoso rodeara de inmediato a mi sobrina y penetrara en su piel para comenzar con su incapacidad en el enfrentamiento. ¿Acaso pensaba que sería fácil?

[Helike R V PB]

Después de terminar en el Dragón Verde, dejé a uno de mis elfos que hicieran el resto del trabajo ya que aún quedaban clientes (?) en el bar. A pesar de estar situado cerca de Ottery aún no era conocido por todo el mundo, esperaba que el boca a boca hiciera el resto del trabajo. Quizás necesitase hacer una publicación en el Profeta para que se hiciese más conocido, ya que no estaba en el callejón Diagón.

 

Mientras pensaba en todas éstas cosas no me había dado cuenta de que ya estaba en medio del campo. El día no estaba siendo muy apacible que digamos. La noche anterior había caído una nevada tremenda y todo el campo era de color blanco. No hacía el calor del verano y en parte lo agradecía. soportaba más el frío que el calor...

 

Cualquiera que me viese con las ropas que llevaba se echaría las manos a la cabeza. Llevaba las mismas ropas que usaba casi todo el tiempo que no estaba en el Ministerio de Magia; cazadora de cuero, camiseta, pantalones vaqueros y botas de piel de dragón. Llevaba mi monedero de piel de moke, colgado al cuello con un montón de pertenencias, además de los libros de hechizos y los objetos que éstos portaban.

 

Portaba en mi mano derecha mi varita de álamo. Me confería más seguridad a la hora de hacer duelos ya que era "más poderosa" que la que usaba en casa para cosas más cotidianas. Le tenía mucho cariño, en el pasado había pertenecido, por suerte a 'Las Lanzas de Plata' y eso me había dado muchos conocimientos sobre el tema (?).

 

Seguía caminando, aspirando todos los aromas del otoño a pesar de la nieve. Los pajarillos cantaban a pesar del frío. A lo lejos, pude distinguir a una persona conocida y no pude evitar mostrar una sonrisa maliciosa. Habíamos quedado en un duelo, así me lo había avisado por lechuza y era hora de encontrarnos. Aunque a muchos de nuestros familiares en común, no les hacía ninguna gracia.

 

El lugar escogido por mi tío Ishaya era bastante peculiar, apenas había nada. El bosque estaba a mi espalda a muchos metros de distancia, con lo cuál no podía tomar ningún animal para defensa o ataque. Ambos sabíamos que teníamos ciertos poderes que nos ayudarían a llevar a cabo el duelo y eso me había gustado. Arremangué las mangas de mi cazadora y en cuánto estuve a unos siete metros de distancia, pude notar cómo mi familiar ya empezaba el ataque...

 

- Obsistens - lo había pensado con rapidez. Gracias a ese conjuro había creado un cerco de materia luminosa que interceptó el ataque del hermano de Sagitas. Absorbió con rapidez el gas y eso me dejó con otra opción.

 

- ¡Menudo recibiento tío! - exclamé con una sonrisa- me esperaba algo más de ti, sinceramente - reía con ganas. Sería un duelo interesante.

 

- Flechas de Fuego - no era la primera vez que usaba este conjuro no verbal. Había tenido bastante práctica cuando lo había usado varias veces contra zahil mi compañera de estudios en el libro del Druida. De mi arma mágica salió una andanada de filamentos de fuego, unos detrás de otros, que si mi familiar no se espabilaba, podía arder la túnica con la que llevaba puesta.

 

En esos momentos, el cielo se cubrió completamente con nubes negras, no eran de tormenta eléctrica sino de nieve. Poco a poco los copos fueron cayendo con suavidad...

 

- Espero que ésto no inturvie nuestro duelo - dije en voz alta, esperando que así fuese, sino, tendríamos que ponernos a cubierto.

 

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Editado 23 de Noviembre del 2016 por Helike Rambaldi Vladimir

[That is not my name]

Vi como el cerco mágico se creaba alrededor de mi contrincante después de absorber el gas venenoso que le había lanzado, por lo que debía de moverme de manera rápida para obstruirle más su ataque en aquel momento y dejarla poco capacitada para dar una respuesta ofensiva. Pensé en un simple arena del hechicero y, al ser efecto, afectó de inmediato la vista de Heliké durante un tiempo considerable mientras que, por su parte, me lanzaba una invocación de fuego.

 

Un simple salvaguarda mágica hizo que mi cuerpo se volviera inmune a su conjuro a pesar de tener encima mi anterior conjuro, por lo que sus flechas me atravesaron sin producirme ningún daño. Sonreí, al parecer la bruja estaba un tanto confundida de cómo utilizar ciertos conjuros.

 

Al parecer no recordaba como funcionaba el cinaede y ahora caía envenenada en el suelo, solo quedaba acercarme hasta ella para utilizar mis conocimientos de primeros auxilios y salvar su vida ya que, de hecho, no era del tipo de personas que dejaba a alguien moribundo a su suerte, mucho menos si se trataba de un combate amistoso... aunque mis movimientos distaban de serlo, o al menos eso pudiera parecer.

[Helike R V PB]

No había calculado. De eso estaba segura. Había pensado que ese hechizo sí sería bastante útil. Era la primera vez que caía en un duelo con demasiada rapidez. No pude evitar el hacer el gesto del dedo de en medio, vale, era de mi familia, pero una cosa no quitaba la otra. Me costaba respirar, la potencia del conjuro, había hecho que cayese desplomada al suelo. Al menos el alma que poseía no iría a ningún sitio, estaba condenada por el simple hecho de ser vampira. No podía ir ni siquiera al limbo.

 

Mi espectro estaba al lado de mi cadáver aunque era cierto que rechinaba de la rabia que me había producido. ¿Cómo era posible que cometiese ese error? Podría decir simplemente, que por falta de práctica. Entre tanto trabajo, me era imposible hacer un duelo en condiciones...

 

Ahora esperaba que mi tío me reviviese de alguna forma o hiciese algún conjuro de los suyos, sólo que ésta vez, esperaba no meter tanto la pata y seguir "peleando".

[That is not my name]

Rápidamente me acerqué al cuerpo de mi sobrina que estaba sufriendo las consecuencias de mis movimientos, utilizando los conocimientos que tenía de pociones, herbología y primeros auxilios para poder curarla de inmediato mientras que, a su vez, le pedía todo lo necesario a Rubens (mi elfo de la Tonks) ya que no contaba con utilizar todos los elementos necesarios en aquel páramo cercano al pueblo mágico.

 

- Anda, despierta, - murmuraba mientras utilizaba mi varita con un par de hechizos - me matará mi mana si se entera de que me pasé contigo.

 

Afortunadamente tenía experiencia con los centros de salud de la Orden del Fénix durante años, así que las cosas no se complicarían, algo más que debía de sentirme orgulloso.

 

- Eso, muy bien, bienvenida.

 

Poco a poco mi sobrina recuperó el color en su piel y su respiración regresaba a la normalidad, todo para que se recuperara. Rápidamente le di un antídoto para venenos comunes, ayudándome con mi tarea, junto con una poción herbovitalizante y vigorizante, solo para confirmar la salud de la Vladimir.

 

- ¿Lista para la revancha? - Sonreí mientras nos levantábamos. - Ahora te permitiré comenzar a ti.

[Helike R V PB]

Sentía cómo poco a poco volvía a mí "estado natural". El espectro que era, fue al cuerpo cuando veía que Ishaya aplicaba los hechizos que requería para recuperarme. Pronto sentí cómo podía mover los brazos y las piernas, además de respirar, por decirlo de algún modo, otra vez.

 

Escuché la voz de mi tío que me llegaba claramente. Puse una mano para apoyarme mientras balanceaba la cabeza para sacarme el dolor que me producía siempre el hecho de volver a "la vida". Hacía tiempo que no me pasaba.

 

- Maldita seas, Ishaya... - le saqué las manos de encima - no vuelvas a tocarme con tus asquerosas manos de sangre sucia - le dije, refunfuñándole. Sí, estaba cabreada, muy cabreada. Sí, debía de estarle agradecida pero eso no iba conmigo. Lo miré con cara de asco e intenté apartarme un poco más.

 

- Si quieres que tenga consideración contigo, tendrás que demostrarme que no eres un vulgar mago de tres al cuarto, por mucho que me hayas matado con ese gas - me levanté como pude, tambaleándome. Moví la cabeza de nuevo y ya sentía que me encontraba algo mejor.

 

- Hay poderes más allá que simplemente agitar la varita y susurrar un hechizo. Lo sabes, ¿no? Espero que tengas lo que hay que tener, no hay bien o mal, sólo el tener el poder suficiente para manejarlo, algo de lo que algunos, carecen - y sin poder evitarlo, mostré una sonrisa siniestra...

 

- ¡morphos! - agité mi varita hacia sus ropajes, la túnica que llevaba ondeaba al viento y enseguida, gracias al efecto, del hechizo, se transformó en una avispa marina, que con sus tentáculos inyectó el veneno en el cuerpo del muggle.

 

- Espero que al menos antes de morir, tengas la decencia de taparte - y solté una gran carcajada.

[That is not my name]

Sonreí ante la reacción de mi sobrina y sus comentarios, en definitiva tenía ese gen tan peculiar de la familia con respecto a verse un tanto 'inferior' en situaciones peculiares, por lo que me alejé unos cuantos pasos para tener una distancia de unos cinco metros mínimo de separación y continuar con nuestro encuentro.

 

- Recuerda que somos pocos los que venimos de un linaje puro, querida Helike, - respondí de inmediato cuando me lanzó su conjuro, tirando la avispa al suelo y pisándola para que muriese - ¡morphos!

 

De inmediato transforme la misma túnica en un bezoar que me tragué para curarme del veneno, aprovechando el tiempo que tenía de defensa en ese momento y agradeciendo que mi querida sobrina quisiera una excelente revancha para animar un poco la situación al volver en sí.

 

En ese momento activaba mi salvaguarda mágica para defenderme de algún conjuro que me pudiera realizar mi contrincante al mismo tiempo que la daga del sacrificio aparecía en mi mano izquierda, la que estaba libre, lista para ser usada en los siguientes movimientos en su contra. Estábamos en una situación necesaria para utilizar todos nuestros trucos.

 

- Aprendamos de los mayores, - le comenté - aún te falta camino que recorrer si hablas de cierta magia... que no la haya querido utilizar antes no significa que no la conozca.

 

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[Helike R V PB]

Estaba en ese punto que me consumía de rabia. Quizás debía de tener más temple, pero no me daba la gana...

 

- No veo que en tu familia haya linaje puro, precisamente - dije, sin poder evitarlo, con desprecio - si fueses un mago de linaje puro de magia serías capaz de usar magia esa que dices que no usas, para poder proteger a tu familia de cualquier ataque.

 

Rechinaba mis dientes a causa de la ira que tenía en esos momentos. Vi que se alejaba de mí y yo hice lo mío propio. Me desplacé al menos, hasta ponerme a una distancia de unos siete metros. Unos dos más que había hecho él.

 

- ¿Aprender de los mayores? - solté una carcajada, tanto que hasta el animal que había hechizado, me miró cómo si estuviese loca (? xD) - no me hables de edades, que soy más vieja que tú, tío... Magia... la magia es poder - dije con otra sonrisa.

 

- Arena de hechicero - pensé yo en esos instantes. A pesar de estar intangible, sabía que el efecto le llevaría a que, no podría ver durante un tiempo, gracias a los huesos cristalizados de magos muertos. Un hechizo bastante útil.

 

Un águila pasaba por encima de nuestras cabezas y no lo pensé.

- ¡Oppugno! - el efecto fue instantáneo, el animal estuvo directamente a mis órdenes. Le ordené mentalmente que se pusiese a mi lado, mientras sonreía al ver los conjuros que hacía mi tío en esos momentos.

[That is not my name]

- Immolo oppugnare Helike Rambaldi Vladimir... - comencé con aquel conjuro mientras me provocaba un corte en mi muslo izquierdo para que mi contrincante tuviera la misma herida en su pierna y yo utilizaba una simple curación para cerrar la herida sin ningún tipo de problemas - necesitas un poco de clases de historia, los Dupont son de las familias mágicas más puras de toda Francia y, bueno, que tengamos una relación británica ha sido por una casualidad de lo más hermosa.

 

Mi modo de actuar, de responder ante las situaciones siempre había sido políticamente correcta e inclusive se veía como sarcástica e hipócrita por algunos, sin descartarles el crédito de sus acusaciones, pero era mejor comportarse como lo que era: un mago de alta sociedad. Siempre lo había sido. Siempre lo sería.

 

Un simple salvaguarda mágica que se activó nuevamente me ayudaría a limitarle nuevamente sus movimientos a mi querida contrincante, esperando ver su estrategia en esos momentos.

 

- No presiones, que nadie ha tenido buenos resultados...

[Helike R V PB]

- Por favor - dije con rabia. Al instante sentí una punzada en la parte trasera de mi muslo que hizo que me arrodillara. En mi cara en esos momentos se podía reflejar la ira que emanaba hacia mi tío. Sabía que era un duelo pactado pero el que actuase de esa manera.

 

- No necesito que el señor - enfaticé la última palabra - me dé clases de historia. Yo también procedo de una familia de magos de sangre pura... - bufé. Tenía que curarme sí o sí del corte que me había provocado mi querido tío.

 

- Hay que proteger el linaje de sangre pura, evitar que se derrame, ¿serás capaz de realizarlo? No creo, te veo un mago más bien mediocre - sonreí de forma burlona, y aún estando en la posición en la que estaba me sentía humillada - jamás me arrodillaré ante nadie por mucha herida que me hagas al respecto - pensé para mí en un hechizo que contenía los libros "curación" al instante, me curé de la herida producida en el muslo.

 

En ese instante pensé rápidamente e invoqué una daga del sacrificio que se apareció en mi mano izquierda. En mi mano derecha agarraba con fuerza la varita, tanto que los nudillos eran tan blancos como la nieve que teníamos alrededor.

 

- Veremos cuánta sangre sucia tienes entre tus venas...