Prueba de Legilimancia #6

[That is not my name]

Tomé el anillo de la habilidad para poder entrar al portal, sabía que a pesar de que Tau y yo estábamos listos, cada quien tendría su propio camino dentro de aquel sitio y que cada uno saldría a su tiempo, recorrería sus propias pruebas y no tendríamos ya que volver a encontrarnos juntos frente a la arcana. Con un simple movimiento de mi cabeza me despedí de ambas brujas y crucé el portal, mi tiempo había llegado.

 

De nueva cuenta estaba ahí.

 

De nuevo no sabría que era una prueba lo que vivía.

 

Y por el momento nada más importaba.

 

 

 

 

Rápidamente invoque las fuerzas del Señor del Caos, brindándome cierta fortuna con su aparición aunque el aura fantasmal desapareció en ese momento, como si me estuviera diciendo "claro, me presento en el campo de batalla pero sin alguna otra ayuda, ¿te parece?" ¡Pues no me parece, pero ya qué! Ahora tendré que verificar en cada movimiento si me dará la oportunidad de utilizar conjuros de un rango superior.

 

El grupo de aurores, por su parte, seguía escondido dentro de aquel granero, una tercia de ellos que había llegado hasta el sitio de la trampa impuesta por mi comandante presente quien estaba a mi derecha, siendo un total de una docena de mortífagos quienes lo acompañábamos. Mi máscara plateada se podría confundir con cualquier otra, aunque todos sabíamos que eran completamente diferentes, así como la manera en que cada uno vestía a pesar de que todos usábamos ropajes negros. Eramos una unidad, un equipo.

 

A pesar de llevar ventaja, los cobardes de nuestros rivales se habían encerrado en ese sitio para usarlo como protección, tomándonos al menos ya unos cuarenta y cinco minutos cazándolos y utilizando nuestros conjuros casi en vano, aunque era cierto que estaban con graves heridas, no podían escapar de todo.

 

Era momento de concentrarme en mis habilidades.

 

Rápidamente me coloqué detrás de tres de mis compañeros que seguían lanzando fuegos malditos para incendiar el sitio y concentrarme tranquilamente en la mente de las tres víctimas para animarlas a salir a su muerte, algo así como meterles la idea de que eran unos héroes si se enfrentaban de frente y morían defendiéndose, ese tipo de cosas que pensaban que valían más que la propia vida.

 

Inhalé, exhalé. Una, dos y tres veces, estaba cuidando entrar a una mente por vez para no marearme y resultar mi intento en vano, tal como debía de hacerlo en una situación de batalla.

 

<<No hay escapatoria>>, comencé a murmurarle a la bruja más joven de los aurores, <<lo más que puedo hacer es rendirme... tal vez si ven que solo me defendía... tal vez...>>

 

Y sus recuerdos comenzaron a sentirse flojos, permitiéndome penetrar cada vez más profundamente. Su infancia bastante normal, su adolescencia en Hogwarts con pocas cosas que resaltar y su poca juventud envuelta en persecuciones inútiles de mortífagos que siempre ganaban. siempre ganaban. Mejor debería de estar de su lado. <<No luches, es inútil, siempre es inútil>>

Editado 26 de Agosto del 2017 por Yekaterina Zamolódchikova

[Rosália Pereira]

 

- Arcana.

 

Rosália se dio vuelta. Seguía viendo a Niko a través de una fina capa de bruma, que proyectaba las acciones del director. Ahí estaba Tauro, satisfecha con todo su crecimiento. Dio un largo suspiro de alivio y le dedicó una sonrisa un poco cansada. Lo que los estudiantes a veces no sentía, por más legilimantes que fueran, es que el mismo Arcano sentía el peso al doble de lo que ellos pasaban. Que la líder mortífagaba haya terminado exitosa, significaba siempre buenas cosas.

 

Miró a su alumna y le dedicó una leve reverencia.

 

- Bienvenida devuelta, legilimante. Que el anillo te acompañe siempre. Úsalo para luchar por lo que te sea correcto. Por tu causa.

 

Le guiñó el ojo.

 

Ahora faltaban los hombres. Tauro había completado exitosamente su prueba.

 

Con un movimiento de su mano, cambió la escena que la bruma le mostraba. Ahora veía la prueba de Ishaya. Lo que él se estaba enfrentando era su propio cambio de perspectiva. Su giro copernicano. A veces, ésa era la clave para liberar la Legilimancia, porque la flexibilidad de miradas permitía una mejor permanencia en la psiquis del otro. Construir mejor los puentes.

 

Apretó los nudillos. Ella no podía hacer nada, más que esperar.

[That is not my name]

Abrí los ojos al mismo tiempo que se abría una puerta en frente de mi, ¿o era solo la sensación por sentir la luz llegar hasta mi cuerpo? Agité un poco mi cabeza alejando dicho pensamiento, simplemente me concentré para atravesar el portal que estaba frente a mi mientras acariciaba el anillo que portaba en mi mano. era el anillo de legilimancia, colocado en la misma mano con el resto de las habilidades que había aprendido anteriormente.

 

- ¿Señor Triviani?

 

Alcé mi mirada y pude encontrarme con la de Mia Black Lestrange, sonriendo ante la forma en que me llamaba porque, bueno, con la confianza que nos teníamos en ese punto simplemente nos decíamos el nombre de pila, el señor era para que reaccionara.

 

- Disculpa, estaba un poco perdido en mi propio pensamiento.

- Sí, me di cuenta. Hubiéramos traído algo de beber, este tipo de reuniones siempre se vuelven tediosas después de las primeras horas, pero no podemos hacer nada. ¿Has visto a Emmet? Se supone que íbamos a llegar los tres, ya sabes, por eso de representar a las instituciones mágicas de Inglaterra.

- Tranquila Mía, - dije sonriendo mientras caminábamos por el largo pasillo del Ministerio de Magia Chino, el lugar donde habíamos llegado del otro lado del portal - seguramente está preparando el terreno para lo que tenía planeado los Ivashkov. Sabes que me gusta el que podamos expander el poderío de la Marca, pero nosotros estamos solo como una simple máscara... por el momento.

- Lo sé, lo sé. Me avisas si escuchas algo.

 

Claro, se refería a mi habilidad como legeremante que, sin llegar a ser presuntuoso, era un poco más hábil que muchos de la tenían, la combinación de todas las superadas y el tiempo que llevaba con ellas me hacían la mejor carta de los mortífagos para adentrarme en la mente de algunos oclumantes en aquella reunión internacional de instituciones mágicas, un punto clave para avanzar como grupo de magos oscuros.

 

Debía de ser cauteloso mientras me inmiscuía en dichas mentes, muchos de ellos sabían que habría más de un torpe intentando descubrir los secretos que guardaban, por ello es que debía de combinar a la perfección la forma en que desenvolvía sus secretos y me adentraba en ellos. Sutil, suave, breve. todo debía de estar perfectamente coordinado.

 

Y ahí estaba nuestra primer víctima, el representante mundial de las finanzas mágicas, el finlandés Urho Ryti, quien estaba siempre rodeado de la seguridad internacional para protegerlo de cualquier tipo de altercado. Mía y yo nos miramos de reojo rápidamente y avanzamos sin problemas hasta su posición, obviamente, ella era la directora de Gringgots y yo el director de El Profeta, las instituciones más importantes de Inglaterra... Emmet tendría que encontrarnos dentro de poco.

 

Un intercambio rápido de saludos con el finlandés y su equipo de trabajo, reconociendo nuestro trabajo y demás plática sosa que intercambiábamos para que siguiera adentrándome en su mente. Lo suficiente para sacar información de relevancia para la Marca... para le golpe que estábamos a punto de dar de forma internacional. Al fin.