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La pradera


Sherlyn Stark
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Puntos de vida: 100
Puntos de poder: 6

Intentaba recordar cuáles eran los motivos que le habían impulsado a aceptar ese desafío y por más válidos que fueran, sentía que estaba fuera de lugar. Lo que parecía ilógico ya que estaba a punto de comenzar una actividad que le permitiría mejorar sus habilidades duelísticas y conocer un estilo de practica que podía ser completamente diferente al que acostumbraba o, al menos eso imaginaba, ya que las pocas veces que se había encontrado con Scarlet habían sido en circunstancias completamente diferentes por lo que desconocía esa faceta de ella.

Aún así, las razones para retirarse y posponer el enfrentamiento se basaban únicamente en el clima frío y seco al que se someterían. Se encontraba al norte de Irlanda. Lo único que podía apreciar desde la posición donde se encontraba eran extensos prados verdes con flores, árboles y arbustos de diferentes tamaños, también rocas y troncos secos recientemente cortados. A lo lejos se podían observar diferentes tipos de animales, como ciervos, zorros y conejos, sin embargo, eran tan rápidos y tímidos que necesitaba observar con precisión hacía una misma dirección para distinguir su figura a lo lejos.

— Buenos días—saludó cordialmente y esperó que su rival estuviera lista.

O al menos, lista en la mayor medida posible, ya que si se basaba en las experiencias que ella había tenido durante los enfrentamientos, una de las cosas que había aprendido era que jamás estaba completamente lista para comenzar. Tenía muchas inquietudes acerca de cómo debía comenzar el duelo y qué estrategias debía emplear, aún así confiaba que las ideas se irían fortaleciendo a lo largo del enfrentamiento.

Dejó de pensar en lo que estaba a su alrededor: la cantidad de plantas, el ruido de las olas del océano que se oían a pesar de estar a cincuenta metros de distancia, el viento que bajaba y subía su intensidad chocando con su túnica e impidiendo que cumpliera con su objetivo principal y, por último, el atardecer. Esto último era importante teniendo en cuenta que si el duelo duraba más de lo que esperaba, quedarían a oscuras.

Sin pensar más, dijo rápidamente con la voz fuerte y clara, apuntando su varita hacía su rival que estaba a siete metros de distancia:

Floreus.

El efecto provocaría que de la varita de su contrincante salieran flores en lugar del próximo hechizo. Miró con atención hacía ella viendo y pensando en lo que podía suceder a continuación. Mientras tanto se daba cuenta que la posición donde se encontraba no la favorecía en absoluto, las ráfagas de viento procedían de una dirección contraria lo que permitía que algunos mechones de pelo cubrieran su rostro y aunque no era una amenaza considerable, si era constante podía ser molesto.


* * *


Especificaciones: Hechizos hasta Legionario/Templario - Poderes hasta Libro de Sangre.

 

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Puntos de poder: 15

 

Cuando se apareció en el lugar elegido por su compañera para el duelo se alegró de haber elegido ponerse una túnica gris de mangas largas sobre los shorts y musculosa que llevaba cubriendo su conjunto interior deportivo. El viento que había allí arrremolinó sus rizos que inmediatamente encogió con metamorfomagia haciendo que los rulos apenas superasen las orejas, siendo más corto por delante y sin flequillo.

 

El aroma a sal marina se entremezcló con el de la madera de pino recién cortada, el fresno y el acebo. La pelirroja observó el semicírculo que conformaban a ambos lados de ellas, delimitando el claro en que estaban debía haber quince metros a cada lado hasta los primeros arbustos, a unos quince metros tras su compañera estaban apilados los troncos de pino. Las sombras se dibujaban en la distancia y pudo notar que un sendero se perdía más allá, seguramente desde donde podría haber llegado Sherlyn.

 

Buenas tardes respondió a la joven bruja con una inclinación de cabeza.

 

Aún se preguntaba por qué había querido tener un duelo, es verdad que habían transcurrido aproximadamente dos años desde la última vez que había tenido uno. Suspiró molesta consigo misma, consciente de por qué lo había hecho, pero su compañera no tenía la culpa de sus caprichos.

 

Sin embargo en ese momento la voz de la castaña sonó clara, haciéndola retroceder algunos pasos y quedar a siete metros y medio de distancia de ella luego que pronunció el floreus que la dejaría sin un hechizo efectivo en primer momento, excepto que hiciera algo sin varita. Aquello le pareció algo agresivo, pero si tenemos en cuenta que la vampiresa regresaba de la muerte y su alter ego había coqueteado con el lado oscuro demasiado tiempo no era anormal que en ese momento invocara la daga del sacrificio en su mano libre de la varita y realizara un brutal corte con ella en el mismo brazo con el cual sostenía su arma la castaña mientras con voz fría pronunciaba

 

Immolo oppugnare el corte se había producido en ambas brujas y la pelirroja pensó inmediatamente episkey para de esa manera sanar completamente la herida que se había provocado con la daga del sacrificio, y aprovechar que el uso de ese hechizo no se vería afectado por el floreus, el cual quedaría anulado.

 

Los ojos de la vampiresa destellaron en un tono esmeralda al sentir el aroma metálico de la sangre en el aire, por unos momentos había olvidado lo delicioso que podía sentirse, definitivamente debería salir de cacería pronto, pensó mientras retrocedía un par de pasos más ampliando a ocho metros la distancia entre ella y Sherlyn.

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Puntos de vida: 70

Puntos de poder: 6



Sostenía la varita con fuerza entre sus dedos y permanecía apuntando hacía Scarlet de manera incesante, quizás como un mecanismo de defensa ya que de esa manera sería capaz de adelantarse ante cualquier ataque, y cuando estaba pensando que no la bajaría ante ninguna circunstancia comenzó a sentir dolor en su brazo. Miró hacía ambos lados desconcertada porque no tenía idea de qué era lo que pudo haberla lastimado, luego miró hacía Scarlet y descubrió lo que estaba sucediendo. Podía ser un hechizo del libro.


— ¡Ay...!


La herida no era profunda, aún así el frío aumentaba su intensidad haciendo que sintiera más fuerte el dolor y a su vez le impedía pensar con claridad sus próximos movimientos. Bajó su brazo y se dijo a si misma que debía recuperarse. Así que tomando como referencia el listado de hechizos de los libros pensó:


« Curación»


El efecto tenía como objetivo principal sanar su brazo y así lo hizo, en pocos segundos la herida había desaparecido sin dejar rastro ni cicatrices como si nunca hubiera estado allí. Luego de comprobar que podía flexionarlo sin dificultad, lo enderezó hacía el frente y con precisión apuntó su varita hacía su compañera de la Orden del Fénix. Estaba a punto de invocar alguna maldición que causara un daño potencial, pero se contuvo. También, una de las cosas que había aprendido de los duelos era que le gustaba que comenzaran tranquilos.


Por otra parte, sabía que si su compañera había invocado la daga de sacrificio tendría mucha ventaja a lo largo del duelo y era una buena estrategia. También sabía que al utilizar el floreus el próximo hechizo que lanzara no saldría, en lugar de eso aparecerían flores. Antes de que pudiera darse cuenta de qué color serían las flores, Scarlet decidió no realizar ningún otro hechizo por lo que suponía que era su turno. A menos que, obviamente, se hubiera curado.


En ese momento estaba decidida a invocar la Daga del Sacrificio y así lo hizo. Una daga plateada apareció y la tomó con la mano con la que no sostenía su varita.


Immolo oppugnare.


Pronunció decidida y cortando el mismo brazo que su compañera había lastimado instantes atrás. Scarlet recibiría el mismo daño, en su brazo se produciría una herida grave y sería necesario que empleara algún hechizo para sanarlo correctamente.


Volvió a bajar su brazo, pensando si había sido una buena idea arriesgarse de esa manera ya que su brazo le dolía mucho y debía esperar hasta su próximo turno para curarse, pero estaba segura que sí, valía la pena. Mordió un extremo de su brazo para evitar otra exclamación que reflejara dolor.

 

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  • 2 semanas más tarde...

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Puntos de poder: 15

Se quedó algo sorprendida, pero si la joven había sanado su brazo antes de que ella misma se curase pues, debía suponer que había intercalado algún hechizo curativo no verbal como primera acción, así no gastara acción alguna en su actuar. Acababa de curarse y ahora nuevamente el dolor la sorprendió, movió la cabeza sorprendida pero al notar el destello de la daga en la mano de Sherlyn entendió todo. Curaciónpensó dando lugar a que la herida causada por su compañera de bando había realizado en su brazo fuera sanada por el efecto de inmediato sin consumir acción alguna, ella aún debería curarse también.

 

—Morphos —dijo en ese momento apuntando a la túnica de la Stark que se concentró en la zona libre de ropas de su cuerpo convertida en una avispa marina que tras envenenarla al contacto con su piel cayó muerta al suelo volviéndose túnica otra vez tras los instantes que le llevó perder la vida.

 

Disparo de flechas pensó tras pronunciar el morphos, la docena de flechas surgió desde su varita hacia el torso de su compañera, de impactarle, al menos tres o cuatro de ellas en su pecho y su brazo hábil se vería en problemas ya que las flechas producían un daño grave.

 

—Nada personal, pero es bueno entrenarse y practicar—pronunció a la vez que movía un poco su varita hacia la izquierda para luego volver a apuntar a Sherlyn, le había parecido ver una sombra entre los matorrales cercanos pero parecía tratarse de un zorro que se aventuraba a observarlas a una distancia equidistante de ambas pero oculto entre la maleza.

 

 

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  • 2 semanas más tarde...
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Puntos de poder: 6
Dejó de morderse al darse cuenta que de esa manera no disminuiría el dolor ni tampoco evitaría las leves exclamaciones que lejos de tranquilizarla, le irritaba aún más. Acababa de perder una oportunidad considerable, al no ver el turno que le ofrecía el poder de curación del libro de sangre, lo que comenzó a incomodarle ya que se encontraba en una clara desventaja frente a Scarlet. Sin embargo, sabía que aún estaba a tiempo de cambiar la situación.
Miró de reojo a Scarlet que además de sanarse correctamente había aprovechado la ocasión para transformar una avispa marina con su túnica la cual inyectó veneno a su pantorrilla izquierda. Frunció el ceño tras el ataque agresivo y imprevisto que había sufrido y luego apuntó su varita para lanzar un hechizo que le permitiera dañar a Scarlet gravemente. ¿Qué le pasaba a esa bruja?
— No puedo ser.
Estaba muy enojada con Scarlet por el daño que le estaba provocando y también con ella misma por equivocarse en el turno anterior. Y comenzaba a preguntarse cómo no lo había visto antes y por qué no había actuado en el momento preciso, ya que hacía segundos en su mente la situación estaba bien. Aplastó a la avispa marina que yacía muerta en el suelo e invocó el Juramento de Sangre.
— Yo juro... no atacar.
Pronunció, mantenía su varita apuntando hacía Scarlet y su atención completamente en ella, como consecuencia el hechizo provocaría que a Scarlet se le prohibiera realizar ataques ya que al intentarlo se le producirían heridas como las de una daga en cualquier parte de su cuerpo. Suponía que, al igual que ella, no le apetecía sentir dolor, por lo que lo evitaría.

Se sacó su zapato rápidamente y dijo:
Morphos.
Señalaba su zapato con la varita y rápidamente se transformó en un bezoar que sin pensarlo por segunda vez lo tomó del suelo para beberlo. De esa manera el veneno que corría en su sangre se desvanecería y evitaría que su vida corriera peligro. Genial. Ahora le faltaba su túnica y su zapato, pero sin contar la herida en el brazo no veía otra amenaza. Únicamente sentía mucho frío.
Se enderezó y miró con atención hacía Scarlet, intentando descifrar cuál sería su próximo movimiento. Una de las cosas que le gustaba de los enfrentamientos era que a medida que avanzaba conocía mejor la manera en la que su rival actuaba, lo que sería útil de alguna manera al enfrentarse con mortífagos.

 

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Puntos de vida: 70
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El problema en los duelos es que son imprevisibles. Sí, ella los sentía así, era capaz de intentar adelantarse a los movimientos de su rival ,pero siempre había tenido ese defecto desde que había dejado de ser alto rango de la Orden hacía casi milenios atrás. Algo en los hechizos había hecho que perdieran su magia para ella. Sonaba gracioso pero era así.

 

Con un cierto desconcierto, sin estar muy segura de que si la había intercalado o no, solo sabía que la invocación del juramento de sangre había sido luego de su morphos, escuchó el juramento tomado por Sherlyn. ¿El problema? Ella no había prestado atención a las palabras de la Stark, confiada en que intentaría curarse primero. Craso error. Para cuando reaccionó tras lanzar las flechas fue la herida recibida en su brazo, como si la daga la hubiera cortado, la que le hizo darse cuenta que lo que había pasado era que la bruja había utilizado un juramento de no atacar y al lanzar las flechas contra Sherly, lo había incumplido.

 

Pero ¿cómo? Pues la cosa era muy sencilla, Sherlyn había intercalado el juramento a su hechizo no verbal, las flechas, un ataque, habían sido invocadas tras la invocación del juramento. Casi podía oír la voz de sus profesores de duelo:

 

En caso de que el usuario B intercale su primer hechizo (invocación) al segundo hechizo (invocación) de su rival A entonces ambos hechizos darían en sus respectivos objetivos. Si el usuario B, decidiera usar un protego en lugar de aceptar el intercambio de daño, entonces ocuparía su segunda acción en atacar con la seguridad de que entre el protego y su ataque no recibirá el impacto de alguna invocacion del usuario A.

 

Suspiró, su compañera había elegido en vez de defenderse de las flechas “atacarla” y además, como segundo hechizo había utilizado el morphos para curar el veneno, genial. Ya estaba curada, pero tres de las flechas habían impactado, una en su torso, del lado derecho, lejos de cualquier daño vital y las otras dos en su hombro. Todas sus heridas se estaban desangrando. Y ahora que lo pensaba, ella también lo estaba haciendo. Episkey, pensó para curar la herida que le había provocado el incumplir con el juramento de sangre.

 

¿Lo bueno de una acción así? Aún estaba a tiempo de hacer algo más que loco. En ese momento recordó el ruido que había sentido antes y lo vió. Orbis Bestiarum, pensó, y el efecto sobre el zorro fue instantáneo cuando el anillo dorado rodeo al zorro. Era un ejemplar macho, de unos cincuenta centímetros de alto y unos noventa de largo sin contar su bella y plumosa cola. Quizás sus garras y dientes no fueran mortales, pero la orden de morder la pierna descalza de Sherlyn estaba dada ¿se consideraba eso atacar? No estaba segura por lo que se quedó pensando en ello mientras el zorro se acercaba a la bruja acechándola para clavar sus colmillos y garras en su pie descalzo. Pronto sabría, se encogió de hombros, con un gesto de disculpa. Su naturaleza agresiva y competitiva era difícil de olvidar.

 

Puntos de vida: 100 (?)

Puntos de poder: 15

 

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