Libro de la Sangre — Marzo 2022

[Khufu]

Habitualmente Khufu prefiere explanadas más amplias que le recuerden en ocasiones los campos de batalla donde libró cada guerra en compañía de sus muchos otros compañeros y hermanos, le gusta recordar como es que la tierra tiembla bajo sus pies ante el más potente y letal rayo y el sonido de los cielos rugiendo tras el choque de armaduras en combate. Era por eso mismo que durante su formación, según el poder que ellos estuvieran dispuestos a buscar, solía citar a los aprendices en sitios que supieran evocar y empujar en los magos y brujas esos mismos valores y sensaciones que al estar en una verdadera arena de combate, y de esa manera fortalecer sus vínculos con la magia guerrera.

No obstante, el viaje que está por realizar en esta ocasión, guiando a un nuevo aprendiz en la magia de la sangre, tiene características que Khufu considera mejor asentarlas a un lugar con mucha más serenidad que la que hay en un campo de batalla.

Esto no significa que esta magia fuera menos letal que las demás para la guerra, lo era, la magia de la sangre se encontraba entre una de las mas mortales, tanto para el oponente como el usuario que empleaba de estos poderes si no aprendía a usar con el cuidado que requería, y era por eso mismo que Khufu ha solicitado la presencia del aprendiz en turno en uno de los santuarios Uzza resguardado bajo las tierras más calmas del monte Horeb, pues aquel mago o bruja que quisiese intentar vincularse con esta magia de la sangre, tenía que venir más que preparado para lo que estaba apunto de experimentar con este nexo y para eso iba a necesitar fortalecer su cuerpo y mente.

—Llévale al punto más alto de la loma más grande de todo Sinaí-, indicó y el águila real, que sobrevoló a su alrededor antes de proferir un alarido, llevó entre sus garras el traslador que ayudaría al aprendiz a su encuentro. Mientras tanto, el guerrero se preparó para partir de las tierras del Uagadou. —Ahí le esperaré.

@ noe_snape

Editado 3 de Marzo del 2022 por Kaori Moody

[Noeline Malfoy McFarlan]

 

La sensación que provocaba viajar de esta manera no le agradaba en lo absoluto. ¿Sentirse arrastrada desde el vientre? era algo que a los magos no les había interesado corregir en tantos siglos de usarlo. Resultaba realmente práctico transportarse por ese medio pero aquello no compensaba la experiencia de hacerlo. Con el objeto aún entre las manos recorría con sus ojos azules el lugar elevado y desértico en el que se encontraba.

Días atrás había solicitado prepararse para manejar y comprender de mejor manera los conocimientos ligados al libro de la sangre, le interesaba de especial manera esta área de la magia, ya había tenido un primer acercamiento infructuoso con su contenido. Y esta misma mañana en la Mansión había aparecido un águila real con el comunicado final, llevando entre las garras el traslador que la llevaría a su destino.

Sin perder mucho tiempo, en el instante que el ave había aparecido en los terrenos, la Malfoy se había apresurado a prepararse para el encuentro con el guerrero Uzza. Toda la ropa que se procuró era cómoda y práctica ya tenía alguna idea de como funcionaban los instructores de Uagadou y sabía lo que podía esperar de ellos, que la llevaran a cualquier sitio, con cualquier situación climática posible. Un lugar que fuera además de exigente, perfecto para la batalla.

Y ahora se encontraba apartada del resto de la humanidad en lo alto de lo que parecían ser un conjunto de montañas, de algún tipo de roca con un clima árido. Al alcance de la vista no había nadie, esperaba que pronto apareciera el guerrero para iniciar con la práctica. Y también porque el intenso sol que se sostenía sobre su cabeza no era el más amigable de los acompañantes.

 

@ Khufu

[Khufu]

—Camina muchacha, este no es un buen lugar-, interrumpió los pensamientos de la bruja, palpando su hombro para invitarla a caminar a su lado mientras que a su vez dejaba dibujada con disimulo y discreción una marca de la sangre sobre ella. Silenciosamente Khufu había logrado  desplazarse a los alrededores de la bruja casi sin ser notado, podría haber sido su apariencia o que ella estuviera tan absorta en el paisaje, cierto que la aparición del longevo hombre tan repentina y cercana a ella también le había facilitado las cosas, pero ahí es donde él encuentra la gracia en ese hechizo que explicará más tarde.

El camino en compañía fue silencioso, Khufu no dijo ni una palabra más hasta que llegaron a una zona algo menos mortífera y peligrosa, un espacio cerca de una caída larga y complicada, pero con una planicie más llana que los dejaba despreocuparse solo un poco de los vientos de las alturas que constantemente amenazaban con tumbarlos. Una especie de oasis en el desierto, solo que a las alturas del monte Sinaí. Ahí, finalmente Khufu observó a la aprendiz con pálidos ojos. 

—La magia de la sangre es constantemente como intentar cruzar una montaña tan peligrosa como esta por primera vez-, comenzó, sentándose con apariencia agotada sobre una roca casi al nivel del suelo frente a la bruja, y esperó a que ella hiciera lo mismo. —Debes ser siempre consciente de que, como toda magia de la sangre, está es sumamente letal, y requiere de mucho esfuerzo y sacrificio de quien desee dominar estas habilidades-, explicó. —Se recomienda una mente estratega y serena para sobresalir victorioso de un enfrentamiento contra esta magia.

Era casi como una advertencia, el libro de la sangre para khufu era uno de los más importantes para iniciar dentro de la magia guerrera, pues representaba el sacrificio constante que un brujo guerrero tenía que hacer para enfrentar las adversidades. Y si los aprendices no eran capaces de entenderlo, no tenía caso continuar estos aprendizajes.

—Abre tu libro y escucha bien mis palabras, muchacha, porque debe quedar todo esto muy claro antes de que los daños que seas capaz de hacer con esta magia sean irremediables-, con tan solo pensarlo -daga de sacrificio- el arma se materializó en su mano. 

—La daga del sacrificio es un arma que se utiliza para el ritual de la sangre. Su objetivo es conectar dos almas para compartir dolor y sufrimiento. Los textos explican; Cada uno derramará exactamente la misma cantidad de gotas de sangre y sufrirá el mismo dolor-, citó. —Este sacrificio puede también ayudarte a proteger a alguien más, sufriendo en su lugar el daño que pueda recibir. No necesitas haber tocado con ella antes a tu oponente o a quien quieras proteger, ni es necesario que la invocación inicial sea verbal, sin embargo, lo que es muy importante y que no debes olvidar jamás, es que para hacer que el ritual funcione debes decir las palabras correctas antes de lastimar tu cuerpo. Por ejemplo…-, con otro gesto de sus manos apuró a la niña a invocar su arma mágica y poner a prueba sobre sí misma los efectos de la daga del sacrificio.

[Noeline Malfoy McFarlan]

 

Había observado con atención todo el lugar y no había encontrado rastro alguno del guerrero, pero de la nada sintió una mano que se apoyaba en su hombro y una voz que procedía del mismo lugar. El guerrero le invitaba a acompañarle sin darle tiempo a pensar siquiera la situación se dirigió en el mismo sentido que aquel lo hacía.

Avanzaron por una pendiente hasta llegar a una planicie donde el Uzza tomo asiento, entendió que se le permitía hacer lo mismo para poder escucharlo mejor. Atenta a sus palabras intentaba retener todos los detalles en su memoria. El tono de la voz dejaba en claro que este tipo de magia no era algo que se debía tomar a la ligera sino que mas bien requería ser usada cuidadosamente. Ya sabía que el uso de la sangre en la magia no era algo tan sencillo como podría parecer solo por tener esa opción tan a la mano.

Al pedido del mayor, sacó el libro que había adquirido y se dispuso a mirar sus páginas mientras le iba explicando lo poderes que este contenía. Ya había visto con anterioridad la convocación del arma que este libro permitía. Luego de las explicaciones, con un gesto entendió que tenía que hacer lo mismo que había realizado aquel mago ante sus ojos.

Visualizó en su mente la imagen de la misma daga, calculando también el peso que podía tener. De sus labios brotó el mismo hechizo –Daga del Sacrificio– Y el objeto lentamente fue tomando forma en sus manos, una replica idéntica a la del instructor sostenía entre sus dedos.

@ Khufu