Libro de Merlín - Mayo 2022

[Runihura]

El inmenso desierto le daba la bienvenida a una leona  acompañada por una niña que aparentaba tener 13 años, su pelaje dorado destellaba al ser rozado por los rayos del astro rey que estaba en su punto más alto. El clima no le molestaba en lo más mínimo, pero no diría lo mismo de sus alumnos que pronto harían acto de presencia dentro de ese paraje tan alejado de la civilización. Ni una sola alma se atrevía a cruzar los limites impuestos por la guerrera Uzza, nadie pasaba por alto el temor que les infundía saber que era capaz de manejar con pericia el vinculo de la sangre y la mente, desatando en el vinculado un control que era imposible de romper. 

Ella misma siempre se vio como el reflejo de sus acciones, importándole poco el que dirían el resto de los Uzzas. Guardándose para ella aquel secreto que era como la leyenda del despertar, olvidar lo que le había sido contado y sepultarlo para siempre en sus recuerdos. Asenath pasaba de la calma relativa del susurro del viento a la tormenta más cruenta que hubiera azotado a la humanidad, comparándose su carácter con el rugido enardecido del regente de la selva. Teniendo en sus manos el conocimiento legado por Merlín a su pueblo Uzza, conjuros que daban el poder de mover los hilos de una marioneta si se afectaba de manera correcta la unión entre los implicados. 

Dos almas una misma conexión, además de tener el control de la vida de una persona en la palma de la mano. Impidiendo que la sangre escapará de su cuerpo de manera alarmante, si se lo proponía le daría fin al efecto lacerante del hechizo que causaba varios cortes profundos en sus oponentes. La balanza que se encargaba de sopesar las almas de los puros e impuros, apareció levitando en el firmamento. Ella se encargaría de comprobar, si el par de magos eran merecedores de los conocimientos que les brindaría, no de muy buena gana la Nesedy. 

Abriendo dos caminos diferentes que les llevarían hasta su ubicación, la leona se mantuvo cerca de Rinuhura. Elevando sus ojos hacia donde estaba el sol, sentía el amuleto que le colgaba del cuello al lado del Caudex, deseando hacer uso de ese mismo para sacarles de encima los dones que poseían sus aprendices. Una travesía sin más pistas que las que dejarán sus patitas al cruzar esos arenosos terrenos, quedando como testigo mudo el mapa que les señalará el camino que debían andar con sumo cuidado.

Las serpientes y otra clase de alimañas estaban al acecho, prestas para darles un susto que les sacará colores nada gratos de sus anatomías. 

@ Emily Karkarov  @ Goderic Slithering

Editado 3 de Mayo del 2022 por Valky

[Goderic Slithering]

Hace pocos días habían finalizado su reunión con Gahiji y había logrado vincularse con los poderes del libro de Hermes Trismegisto. En los días posteriores, Goderic se había dedicado a descansar, potenciar sus conocimientos y vínculo con el libro y, por supuesto, a los diversos deberes que tiene como padre y como presidente del mágicongreso de Estados Unidos. Era bastante agotador llevar una vida profesional y personal junto a un plan de crecimiento de sus conocimientos mágicos, sin embargo, era algo que él había decidido y estaba conforme con ello.

Por suerte, esta sería -si todo salía bien- la última vinculación con un libro de hechizos. Reconoce que gastar lo que sería cerca de 8 meses de sueldo promedio, era un absurdo pero no podía regatear a lo establecido por el Concilio de Mercaderes, así que con el dolor de su bolsillo tuvo que gastar aquella exageración de galeones. Todo sea por acabar pronto con aquella carrera de largo aliento de aprendizaje.

Su vestimenta era sencilla y con una tela bastante adecuada para la ubicación a la que se dirigía. Sabe que los guerreros suelen enseñar en ambientes muy similares a sus lugares de nacimiento o infancia y, por ende, eran de carácter desértico por lo que debía ir preparado para tan ambiente. En su monedero de piel de Moke, llevaba su kit de clases en donde incluía varios amuletos y anillos, pociones mágicas, entre otras cosas. Lleva su Amuleto Caudex en el bolsillo de su camiseta, aunque teme activarlo por accidente. Tenía bastantes dudas al respecto al funcionamiento del amuleto.

Al llegar al lugar estimado de reunión, nota un rastro de huellas en la arena, el cual sigue sin pensarlo demasiado. Luego de participar en la actividad del Maletín de Newt, preparada por el Concilio de Mercaderes, había agarrado un cierto disgusto hacia los “paisajes Africanos” y puede sentir el peligro escondiéndose entre la arena: seguramente podrían atacarlos escorpiones, arañas, serpientes y otros animales venenosos, aunque nada que un buen bezoar -como los que lleva en su monedero- no pueda combatir.

Al llegar, no se sorprende que Emily todavía no haya llegado aunque sí se sorprende al ver el guerrero Uzza: nuevamente sería Runihura. Era la ¿tercera? oportunidad en la que era tal guerrera la que guiaría su camino. ¿Explotación infantil? piensa en su mente, pero descarta la idea pues, para empezar, la bruja ni siquiera era una niña a pesar de las apariencias.

— Nos volvemos a ver, ¡buenos días!

Saluda, manteniendo una distancia prudente mientras espera a quien le acompañaría durante la clase.

[Emily Karkarov]

Finalmente se preparaba para la clase del libro de Merlín. Tenia una presión muy grande de realmente aprender sobre la magia que podría manejar si lograba vincularse con el libro. No porque alguien más le haya impuesto el aprenderlo -el simposio de ladrones hacia tiempo que no la "obligaba" a ello- sino por una cuestión de orgullo en su autopreparacion. Además que fallar era, literalmente, muy caro. Llevaba tiempo sin trabajar y viviendo de sus ahorros. Era suficiente para vivir cómodamente, pero no para derrochar en clases y libros.

Se pone unos jeans, unos botines, una camisa blanca que le cubre los brazos y una chaqueta que seguramente terminará guardando en el monedero de piel de moke, sospechando que estarán en algún lugar imposiblemente desértico, como usualmente se daba en las clases con los uzzas. Agarra los amuletos y los guarda en el monedero, aunque el del caudex lo deja a la mano, sabiendo que seguramente deberá utilizarlo durante el entrenamiento.

Al llegar al punto de partida, no se sorprende de sentir sus pies sobre la arena y el sol quemando su piel. Camina con cuidado siguiendo el rastro, evitando caer en alguna trampa. Aunque mantiene un paso relativamente rápido sabiendo que podría atacarla alguna criatura en cualquier momento, aun sabiendo que era muy pronto para empezar con las "pruebas" de los uzzas.

Cuando al fin divisa dos figuras, muy diferentes entre si, se acerca con rapidez, suplicando internamente que no hayan estado mucho tiempo esperando por su llegada. Se siente algo incómoda por llegar tarde, pero no puede hacer nada para remediarlo, a excepción de actuar con tranquilidad.

-Buenos días, guerrera.

Dice mirando a la pequeña figura de la guerrera, aun sorprendiéndose por su apariencia, a pesar se ser la terca vez que tendría una clase con ella. En cierta forma se siente preparada. Runihura tenía tendencia a hacer juegos -algo peligrosos- para probar si sus alumnos eran dignos o no, lo cual a Emily le suponía un reto y un gran entretenimiento en partes iguales.

Luego mira a su derecha y sonríe ampliamente, diciendo en voz más baja un "hola, Gode". Esperaba que pudiera ser una buena clase

[Runihura]

El par de jóvenes que estaban delante de ella coincidieron con la guerrera tres veces, solía decirse que la tercera era la vencida. Empero estaban delante de uno de los libros más complejo, si se hablaba directamente del amuleto que era capaz de despojar a un mago de los dones mágicos que le corrían por las venas. Un arma de doble filo que no dudaría en poner en las manos de sus dos alumnos, orillándolos a usarla en contra del otro. La felina que estaba a su lado olisqueaba el ambiente, detectando un atisbó ligero de miedo que brotaba de la anatomía de Emily

— Quizás sean buenos días, al menos de momento—su aspecto infantil era capaz de confundir a más de uno. Aunque aparentaba 13 años, desde hacia mucho tiempo dejo de tenerlos— No debe temer por su integridad, no hasta que comencemos formalmente con su aprendizaje—advenía cruzando sus dedos detrás de su espalda— Es mi imaginación o entre ustedes existe alguna clase de vinculo—jugueteaba con aquellas palabras intentando indagar un poco en la vida del par de magos.

— Justamente ese es el primer conjuro que les explicaré—adoptando una postura seria, no perdía sus rasgos adolescentes— Vinculo con este poder cualquier mago o bruja, puede vincularse a otro de su misma especie. De está forma cada uno de ellos, sentirá en su mente la presencia del otro—apuntaba a su sien— Percibiendo su estado de ánimo y ser consciente de sus emociones. La persona a la cual se están vinculando, no necesita poseer este poder, basta con que ustedes lo controlen para que se pueda dar el nexo entre ambos—extendía sus dedos haciendo la seña como se un lazo que se extiende—Emerge de su varita hacia las manos de quien vincula, a través de estás penetra desde la cabeza a todo el resto del cuerpo de quien es vinculado—les mostraba la forma correcta de hacerlo con su propia varita.

— El vinculado se sentirá más vivo que nunca, será capaz de ver y escuchar con una gran agudeza y adquirirá fuerza física, reflejos y una mejora en su capacidad mágica. Quien vincula se ganará un protector y buen amigo, solo se pueden mantener vinculadas a dos personas al mismo tiempo—miraba al par de hechiceros— La parte mala de este hechizo es que al morir el que ha creado el vinculo el mismo desaparece—torcía en sus labios un gesto de falso pesar. Apareciendo en su mano el amuleto Caudex, entusiasmaba porque las cosas se pondrían interesantes de aquí en adelante.

— ¿Dudas?—cuestionaba acariciando su amuleto Caudex— Lo explicaré dentro de unos minutos, no hay que precipitarse al plato fuerte—apareciendo detrás de los pies de Goderic y Emily un par de agujeros repletos de escorpiones. Si daban con la manera más creativa de deshacerse de ellas sin salir seriamente dañados, no les negaría el aprender el usar de manera correcta aquel amuleto tan peculiar y poderoso.

@ Goderic Slithering @ Emily Karkarov

[Emily Karkarov]

—Pues…. él es mi tío — La insinuación de Runihura la toma por sorpresa, pero se repone rápidamente, contestando en una pausa que hace la uzza, justo antes de empezar a explicarles sobre el vínculo.

Emily la escucha con atención, pensando que debía existir un alto nivel de confianza e intimidad entre quienes quisieran utilizar el vínculo del Libro de Merlín, simplemente porque se dejaba expuesta la mente y las emociones de una forma que ni la legilimancia lograba alcanzar. Así mismo, suponía que con el vínculo la oclumancia sería inútil para ocultar algún pensamiento y aquello le generaba algo de recelo. Emily no se creía capaz de acceder a vincularse con muchas personas, quizás la excepción siendo su compañero actual de clase, pero solo si no le quedaba otra opción… o si Runihura los obligaba.

—Yo quiero saber —comienza Emily, pensando en como formular su pregunta justo cuando la uzza les da un momento para expresar sus dudas—, entiendo que el vinculo termina quien ha creado el vínculo muere, pero ¿qué otras formas hay de terminarlo? ¿cuánto tiempo dura este vínculo?

Hubiera querido preguntar si era algo bidireccional, es decir, si ambos pudieran beneficiarse de la mejora de la fuerza física y de la capacidad mágica, pero prefiere dejar la duda para después de que Runihura contestara sus primeras interrogantes y, además, eso le daría tiempo suficiente a Goderic para que, de tener dudas, las pudiera decir. También se decide por no preguntar sobre el caudex aun, siendo evidente que la guerrera tenía planes para utilizar el amuleto más adelante en la clase.

Tampoco es que tuvieran mucho tiempo para platicar. De un momento a otro la tierra bajo sus pies empieza a moverse y de reojo puede ver varias criaturas moviéndose, dispuestas a atacarlos. Su primera reacción fue utilizar el fuego compacto, el rayo desintegrando algunos de los escorpiones que estaban más cerca de sus pies. Acto seguido invoca un obsistens, creando un cerco luminoso que le servía de escudo, algo arrepentida de no haber pensado en crear el escudo antes de exterminar a los primeros escorpiones.

[Goderic Slithering]

Debe reconocer que -aunque sanguíneamente- eran tío y sobrina, hace mucho tiempo perdió el rastro de su parentesco político. En el momento en que su familia natal, la Weasley, pasó a ser mortífaga había dejado todo vínculo con ella atrás incluyendo su permanencia en el árbol familiar y, con ello, se había aventurado a otros hogares que lo cobijaran. Probablemente, si volvieran a realizar un estudio sobre su parentesco según las familias en las que participaban actualmente, no le sorprendería que no hubiera relación alguna o, peor, que la jerarquía se hubiera vuelto un caos y ella fuera su abuela.

Escucha atentamente la información entregada por la Uzza y, por otro lado, las preguntas que realizaba Emily. Por su parte, él no tenía preguntas nuevas que agregar así que solo divaga mientras espera las respuestas de la guerrera. Divagaba respecto a con quién se vincularía y la respuesta natural eran sus hijos, aunque presiente que ellos se negarán por completo ¿qué hijo quisiera que su padre pudiera ver a través de todos sus sentimientos, pensamientos y emociones? Sí, afianzará la relación a un nuevo nivel pero ¿no era algo tenebroso ese nuevo nivel de intimidad? ¿y la privacidad que merece cada individuo?.

Goderic reconoce que el hechizo suena romántico y útil, pero era realmente peligroso. Probablemente, utilizado para tener un esclavo competente como mano derecha más que para aplicarlo en un ser querido. Un fiel aliado dispuesto a dar la vida por uno, que piense, sienta igual que el amo y, por ende, lo comprenda mejor que nadie. El hechizo solo creaba un guardaespaldas, un mano derecha, un lugarteniente... no era realmente una recompensa a una relación cercana o, al menos, eso sentía él, ya que solo era dar una relación de intimidad y lealtad, a cambio de mayor fuerza. Solo era darle mayor poder al sometido para que protegiera al dominante.

Sus pensamientos son interrumpidos cuando nota que unos escorpiones surgen de la arena con el obvio propósito de atacarlos. Utiliza dos hechizos al mismo tiempo para deshacerse de ellos: cyclone maximus y detritus. La capa gaseosa lo cubre a él y a su compañera, mientras su ciclón eleva a los escorpiones, alejándolos. Los escorpiones que fueron capturados por los fuertes vientos, seguramente morirían o terminarían lejos, pero los que alcanzaron a zafarse de su ataque, estaban lo suficientemente asustados como para esconderse en la arena en una mayor profundidad.

[Runihura]

— El vinculo es de por vida—respondía obsequiándoles un semblante parco—Es único y no puede ser destruido o afectado por ninguna clase de magia—agregaba aprobando la forma en que supieron sacarse de encima aquellos arácnidos— Exactamente como lo mencionó, solamente desaparece si el que ha creado el vinculo muere o el vinculado también perece—observaba a las serpientes que reptaron cerca del par de magos. Cada una de ellas era de diferente especie, letal en cierta medida y de cuidado si se pisaba por accidente su parte trasera.

— Muy astuta la forma en que han sabido sacarse, el primero de los problemas que puse delante de ustedes. Veamos si siguen siendo tan astutos y rápidos, porque no creo que les sea sencillo lidiar con el poder del Caudex—señalaba el que colgaba de su cuello— Este amuleto es capaz de convertir en un squib al mago más poderoso que conozcan, posee la capacidad de dejarle sin una chispa de magia en su cuerpo—meciéndolo en su mano no dejaba de explicar sus efectos— Durante un periodo de tiempo que dependerá del poder mágico que posee el sujeto afectado y puede ir desde un día entero en los iniciados dentro del mundo de la magia hasta una hora en los que ya son diestros en el manejo de la misma—les miraba divertida.

— Como pueden ver es un ópalo que irradia luminiscencia diferente en cada mago o bruja que lo lleva colgado del cuello. Esta elaborado con un poderoso material, dándole una apariencia versátil en cada persona, actúa como un imán y es capas de adherirse a cualquier superficie. Es posible llevarlo en el bolsillo de la túnica o como un prendedor en la capa de viaje o en la solapa de un traje—el ópalo resplandeció al ser rozado por los rayos del Sol.

— Para poder usarlo, deben pasarlo dos veces sobre el corazón del hechicero que desean dejar sin magia. El amuleto le causará una gran palidez en el rostro del afectado y una marca sutil de color blanco en la frente, que es un bloqueador de la magia e impide que el mago pueda hacer uso de su varita o realizar magia de cualquier tipo—dibujándose en sus labios una traviesa sonrisa, ideaba como causarles problemas y gastarles una nueva broma a sus alumnos. Acercándose con sigilo hasta donde estaba Emily, pasaba con rapidez el Caudex por el corazón de la bruja, dejándola sin el menor rastro de esencia mágica en ella.

Haría lo propio con Goderic, pero no si antes darle paso al siguiente conjuro— Expavescerent este efecto es capaz de anular el ataque que les hayan lanzado hace unos instantes, dejándolo anulado por el resto de la batalla. No podrá ser empleado por ninguna de las dos partes, solo puede ser empleado una vez dentro del un duelo o situación de batalla—encogiéndose de hombros por no haberle dado esa información con antelación a la Karkarov. De haberlo sabido antes, quizás el Caudex no la hubiera dejado sin magia sin esperárselo siquiera.

Aunque no descartaba el accionar de Goderic y ponerle un poco de sal y pimienta a la situación, invitándolo a pensarse dos veces el desperdiciar un hechizo tan valioso solo para no sufrir los embates que tenia preparados la Uzza para ambos.

@ Emily Karkarov @ Goderic Slithering

[Goderic Slithering]

Goderic se pregunta cuántas personas habrán sido víctimas de sus propias decisiones y se habrán arrepentido de realizar aquel vínculo que es por toda la vida. Además, deduce que ya que el receptor no necesita poseer el poder del vínculo, supone que tampoco es necesario que éste esté de acuerdo con recibir el vínculo y, de ser así, sentía un fuerte rechazo con el hechizo y contra su creador. Los vínculos debían nacer de forma natural y no crearse con magia.

Sus pensamientos se ven interrumpidos cuando se concentra en la explicación del amuleto de caudex. Este objeto era, en gran medida, una de las razones más ciertas por las que quiso continuar con su aprendizaje con los Uzza. Gracias a las investigaciones de la Inquisidora, se descubrió el gen mágico aunque la pregunta que quedaba era ¿qué ocasiona dicho gen en el cuerpo humano? ¿un órgano invisible que permitía detectar y usar la magia que existe de forma natural en el ambiente? De ser así ¿el caudex rompía dicha función del órgano? ¿o afectaba una sección del cerebro que era capaz de interpretar la magia? Goderic que era curioso por naturaleza, le encantaría iniciar un estudio e investigación al respecto y, por ende, necesita el amuleto en sus manos.

Aunque observa un par de serpientes subir por sus piernas y las de su compañera, no se preocupa pues aún seguían bajo la protección del detritus. Sin embargo, sabe que la capa gaseosa dejará de tener funcionamiento pronto además de ver como la juguetona Uzza convertía en una squib a Emily. Debido a la diferencia de estatura, de cerca de treinta centímetros, le causa cierta gracia el acercamiento de Runihura pero cuando ve el semblante blanquecino de su compañera así como la sutil marca en su frente, sabe que debe actuar rápidamente antes que las cosas se salgan de control.

Expavescerent murmura para anular el efecto del Caudex. Agradece que la guerrera haya explicado el hechizo en el momento oportuno. Su objetivo al utilizar el hechizo no era solo “curar” a su compañera, sino también evitar que la guerra pudiera utilizarlo en un futuro cercano contra él mismo. Sí, quería estudiar los efectos del Caudex pero no estaba dispuesto a ser un conejillo de indias en circunstancias tan apremiantes como en las que se encontraban. Ahora eran escorpiones y serpientes, pero ¿en el futuro? ¿cómo se defenderían sin magia?

Apunta a unas rocas de mediano volumen que se encontraban en el árido paisaje y utilizando repetidos morphos, crea un grupo no menor de aves secretarios (Sagittarius serpentarius), esta particular ave es en gran medida un animal terrestre, que caza sus presas a pie y dentro de su dieta se encuentran las serpientes sin importar si éstas son venenosas o no. Con el enemigo natural de las serpientes y con la ayuda de Emily que ya había recuperado su magia, las serpientes ya no eran una amenaza.

[Emily Karkarov]

El vínculo es hasta más serio que el matrimonio, el verdadero hasta que la muerte los separe. 

Emily no puede evitar decirlo entre dientes, todavía sorprendida por la seriedad que el vínculo supone. ¿Por qué alguien querría vincularse de esa forma? Conseguir mejores capacidades mágicas, y sentidos agudizados se podía conseguir por otros medios como pociones y hechizos. No cree que, de aprobar su vinculación con el libro, sea un poder que vaya a utilizar en el futuro próximo. Quizás algún día podría encontrarle utilidad, pero en ese momento Emily solo puede divagar sobre cuanta gente estará "felizmente" vinculada.

Sus divagaciones finalizan cuando Runihura empieza a explicarles el Caudex. Lo primero que piensa cuando ve el amuleto es que es bonito. Aunque el pensamiento es ciertamente simple e infantil no puede evitar observar la forma en que la luz se refleja en el ópalo, siguiendo su rastro. Pero el amuleto pierde el encanto para Emily cuando la uzza lo pasa sobre el pecho de la bruja. Siente como si algo le cortara la respiración por unos segundos, luego un cosquilleo que recorre todo su cuerpo, comenzando desde las puntas de sus dedos. 

No necesita la confirmación de Runihura sobre lo que ha pasado. No la necesita. Sabe que ha activado el Caudex y que la ha dejado sin magia. Posiblemente es el momento en que más perdida se ha sentido hasta la fecha. Le falta algo. La única sensación que puede compararse es la pérdida de un sentido. Recuerda las veces en que ha estado ciega -a causa de algún hechizo- pero en definitiva estar sin magia era peor. También recuerda el estar petrificada, siendo capaz de verlo y sentirlo todo, pero sin la habilidad de moverse, causándole pánico. La varita mágica en su mano se siente inútil. Si no fuera porque estaba en público en medio de una clase, quizás se hubiera puesto a llorar, no porque no pudiera recuperar su magia, sino porque con cada segundo que pasaba la sensación de vacío se incrementaba. Ahora sentía una renovada admiración hacia Valkyria Karkarov, que había quedado sin magia durante algún tiempo. 

La marca en la frente comienza a molestarle. Aunque un torbellino de pensamientos pasan por la mente de Emily, la bruja no ha sido capaz de articular palabra. Y a pesar de que fueron solo minutos,  ella ha sentido como que pasaron horas y horas hasta que Goderic utilizara el Expavescerent.

-Gracias 

Murmura. Agarra con firmeza su varita mágica, conjurando semillas de hielo para paralizar las serpientes que más cerca se encontraban a sus pies, agradecida por vivir nuevamente esa sensación -recién descubierta-  de la magia corriendo por su cuerpo.

[Runihura]

Dentro de los diversos planos que componían el universo, existían toda clase de vínculos. Los que se relacionaban directamente con la sangre o los sentimientos, aquellos que eran impuestos por la magia le sonaban más que nada a una cadena que jamás se rompería a menos que pereciera el que había creado dicho lazo. Sus ojos se fijaron primero en Goderic y después en Emily, curiosa era la forma en que ambos se echaban una mano cuando el otro de encontraba dentro de algún aprieto que pusiera en peligro el gen mágico que les circulaba por las venas. Admirable el vinculo que los ancestros dejaban a sus descendientes, lazos que ni la misma magia, podría poner en peligro de ninguna forma o quebrantarlos.
 
— Buena defensa, espero que hagan lo mismo dentro del duelo. Aunque debo adelantarles que algunas sorpresas los aguardan—jugueteaba con la mente del par de magos. Sujetando con firmeza su amuleto Caudex, permitía que el mismo descansará sobre su pecho y no darle nuevamente un uso de momento— Las heridas que suelen ser causadas por el Sectuempra, ponen el peligro al hechicero que las recibe. Es bien sabido que muchos han muerto, ya que no han sanado de la manera correcta dichos cortes—movía de manera traviesa su varita entre sus dedos—Vulnera Sanentum—ese efecto fue certero. Ninguno de sus alumnos estaba herido de gravedad de momento, cambiando un poco el peso de la balanza, no les dio tiempo para reaccionar.

—Sectusempra—el resplandor de un rayo carmesí brillo del mismo modo que lo hizo el amuleto Caudex. Golpeando de lleno en el abdomen de Goderic, abriendo la piel como si pequeñas cuchillas filosas cortaran la piel como si fuera mantequilla. El aroma de la sangre alertó a las alimañas que pululaban por el desierto, todas sedientas por un poco de liquido vital. Ocurrió lo propio con Emily, viéndose atacada por otro rayo de la misma tonalidad que el anterior, sintiendo el dolor que provocaba en ella los cortes que dejará el conjuro lanzado por la Uzza.

Mala idea subestimar a una pequeña que aparenta 13 años, descubriendo que detrás de esa tierna carita se esconde una mente capaz de causar un daño imborrable en sus alumnos. Todos y cada uno de ellos, aprendieron por la mala a tenerle respeto a Runihura, recordando que no todo lo que se vislumbra es oro y es mejor ser inteligente que negligente delante de una mujer tan poderosa.

@ Goderic Slithering @ Emily Karkarov