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Prueba Libro del Equilibrio - Julio 2022 Ada Camille Dumbledore


Runihura
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Una balanza enorme apareció fuera del templo donde Ada debía aparecer, el mausoleo donde descansaban los Uzzas había quedado en el pasado. Volvía a sumirse en una tranquilidad que asustaría a cualquiera que no hubiera aprendido a lidiar de manera inteligente con el silencio y la paz interna. Ella era un reflejo de aquello tras vivir ese tropiezo con una de sus alumnas, recobró al instante la calma que solía acompañarle en cada una de sus clases. El viento soplaba con fuerza era un día despejado, no había una sola nube que empañará la belleza que otorgaba el cielo azul, postal que daba un toque equilibrado a todo el paisaje.

— Espero que este lista, porque está prueba no será nada sencilla—aseguraba clavando sus ojos en los de su contrincante. Era momento de demostrarle a la guerrera que entendió todo lo explicado dentro de la clase teórica dando paso al verdadero reto. Aferrando con firmeza su varita, no le tomo demasiado tiempo elegir el hechizo con el que daría inicio a ese duelo— Arena de Hechicero—pensó lanzando al aire los huesos cristalizados de un mago que murió a causa del fuego mágico. Aquel efecto fue inmediato, impidiéndole a su rival poder ver con claridad donde estaba ubicada Runihura.

Dejándola limitada a solo poder usar hechizos de tipo efecto o invocaciones, ganándose un poco de ventaja a su favor. La Uzza le haría sudar la gota gorda, sintiendo el abrazador sol quemar el terreno que pisaba pero eso no le incomodo en lo más mínimo, al estar acostumbrada a esa clase de climas. La balanza de inclinaría a favor de quien tuviera más habilidades para atacar y defenderse de lo que lanzará en contra su oponente— Recuerde lo aprendido en la clase, tómese un respiro y arme una estrategia que le sea útil—le aconsejaba dándole una mano amiga que esperaba supiera aprovechar.

C O N D I C I O N E S

@ Ada Camille Dumbledore

Editado por Runihura
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PP 8

PV 100

Era el día en el realizaría la prueba del libro del equilibrio, lo había pensado mucho y había leído a profundidad el libro, Pero aún así sabias que no era nada fácil enfrentarse a un Uzza Y más a una dama poderosa como era Runihura, debía cuidar cada movimiento porque estaba segura que su cometía algún error o le daba una ventana de duda me mataría sin pensarlo ni un instante. Llegué al lugar que se nos hacía citado, no podía negar que era perfecto al ver la gran balanza en el lugar, eso sí tenía un gran estilo. Ver la gran balanza me hizo pensar que así sería en el momento de mi muerte cuando estuviera frente a mi juicio y se pesará cada uno de mis actos. Así contaba la mitología egipcia al llegar al reino de los muertos como El gran dios Osiris pesaría mi moral y me daría el gran paso a la inmortalidad o destruiría mi esencia.

Camine hasta el lugar indicado, estábamos más o menos a nueve metros una de la otra, la salude con una venía en símbolo de respeto, pues era mi maestra y si venía aquí era a evaluar los conocimientos que nos había instruido antes, respire con calma, no tenía miedo pero si algo de ansiedad ante la situación. Sus palabras sólo me dieron la afirmación de lo que pensaba, ella iba a ser implacable conmigo, asentí con la cabeza y saque la varita de mi bolsillo afirmándola con la mano izquierda y estando en posición de ataque.

Inició atacando, sin pensarlo mucho, para defenderme de su ataque levante rápido la varita.

-¡Cinaede!

Grite sin pensarlo mucho y sabía que el gas rodearía a Runihura y la obligaría a sanarse de mi ataque, debía aprovechar ese momento, sin pensarlo mucho más debía haber equilibro entre nosotras pensé en la Arena de Hechicero, la cegaría tanto como a mi y estaríamos en igualdad de condiciones.

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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El apresurar las cosas no siempre era lo más sensato dentro de los duelos, no cuando se tenia delante a un rival como Runihura. Si era la más joven de los guerreros Uzza, aunque eso no demeritaba en lo más mínimo el potencial que poseía la joven a la hora de batirse a duelo. Cerrando los ojos lamentaba la falla que tuvo su alumna al lanzar aquel ataque, si le obligaba a curarse y ante todo darle un lapso de tiempo considerable para hacerlo sin problema alguno—Anapneo—pensó destapando sus vías respiratorias soltando una profunda bocanada de aire. 

Entrando por sus fosas nasales de nueva cuenta el oxigeno que le permitía mantenerse con vida dentro del duelo. Centrando sus ojos pensó otro conjuro con una calma que dejaría pasmado a cualquiera—Curación—sanando la herida que le causará ese gas sin consumir la acción que usaría a continuación. Retomando el control de sus acciones y su cuerpo, sintiendo como la arena afectaba sus ojos. No era nada comparado con el ver morir al mago a causa del fuego mágico, sino todo lo contrario el malestar era grande al tener esa especie de arena en sus ojos impidiéndole ver con claridad. 

Jugando del mismo modo que lo había hecho Ada, se limitó a pensar con malicia—Cinaede—el veneno gaseoso que fue extraído de los pétalos del pensamiento, rodeó a su contrincante. Colándose por sus fosas nasales hasta su sistema nervioso y circulatorio, cortando sus vías respiratorias impidiéndole respirar con facilidad, avanzando hacia su sangre. Además de ahogarla y arrastrarla a la muerte, le causaría una herida grave que debía sanar, sino deseaba irse a su hogar dentro de un ataúd.

@ Ada Camille Dumbledore

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PP 8 – 1(por uso de Cinaede)

PV 100

 

El duelo ya estaba en marcha y la verdad estaba algo preocupada, la severidad de mi contrincante me tenía algo prevenida a cualquiera de las acciones que pudiera tomar ante la respuesta a mi ataque. Era casi lógico pensar que trataría al máximo deshacerse de mi como si fuera un mosquito que está alrededor y me aplastaría entre sus manos. Estaba consiente de todo esto, pero no me desanimaba esto, al contrario me alentaba. Tenía la extraña facultad que entre algo se viera más difícil más me ilusionaba seguirlo hasta conseguirlo, muchos veían eso como un defecto yo lo veía como una cualidad que me alentaba a no permitirme renunciar. Mi bisabuela Ada había estado de acuerdo conmigo, ella misma era quien me había incitado a pensar que sí quería conseguir algo siempre debía intentarlo por todos los medios posibles, era una forma de tener constancia.

 

Había atacado a la Uzza y esperaba que mis ataques fueran certeros pues no tenía precisión a causa de la ceguera causada por la arena del hechicero. Ahora debía atacarla con todo para vencerla. Extrañamente esperaba su respuesta a mi ataque, pero no le escuché decir nada y estaba respirando después de recibir mi ataque con el Cinaede, por lo que asumí que se había curado con un anapneo y debía estar muy concentrada en eso, pues yo no recibía ningún tipo de ataque ni daño, de ninguna clase.

 

Debía aprovechar y esta ventana que ella me daba para atacarla así que me adelante y levanté mi varita hacia ella en una floritura.

- ¡Anular Cinaede!

Con este hechizo me aseguraba de que no pudiera atacarme con este hechizo y por supuesto no pudiese usarlo de nuevo, pero también me causaba el prejuicio de no volver a usarlo de nuevo.

Tras esto debía seguir con mi ataque y me concentraría en hacer que no pudiera hacer ningún hechizo de buena manera, así que pensé de manera focalizada en Maldición, este hechizo evitaría que me hiciera algún daño al no poder pronunciar ni pensar correctamente ningún hechizo.

 

@ Runihura

 

 

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Le resultaba irónica la forma en como se estaban desarrollando las cosas, al menos no quedaría en la Uzza los tropiezos que la mujer cometiera cuando se encontrará dentro de una situación de batalla. Si moría esperaba que existiera quien le ayudará a salir de ese pequeño dilema, porque lo aprendido dentro de las clases se iba con ellos y los errores también les acompañarían por el resto de sus vidas. Se limitaría a responder de manera astuta a los ataques que recibiera, no desperdiciaría más tiempo en situaciones que estaban fuera de sus manos

— Dudo que haya sido capaz de idear esa estrategia de defensa—sonrió al ver como su Cinaede quedaba anulado por el resto del duelo, gracias al efecto que lanzará su contrincante librándose de morir ahogada gracias al gas venenoso. La mujer creía que ahí se limitaba el poder que poseía Runihura, no estaba ni cerca de conocer de lo que era capaz la guerrera del libro de las Auras. La buena suerte, no tardaría en evaporarse como lo hace el agua al entrar en su punto de ebullición. Soltando una profunda bocanada de aire movía su cabeza de un lado a otro, reprobando sobremanera como se llenaban de obstáculos sus alumnos.

Sus ojos se centraron en la punta de su arma, el siguiente conjuro que paso por su mente fue un —Casco Burbuja—quedándose con una mirada absorta en lo que ocurrió después. En su cabeza no apareció un casco que le permitiría respirar bajo el agua, sino un globo desinflado que fue a parar al suelo, vaya forma de desperdiciar un hechizo que le pudo ser de utilidad. Burlándose de su percance, no le guardaba rencor a ese globito que ninguna culpa tenía de lo ocurrido.

— Flechas de Fuego—pensó con suma tranquilidad la guerrera, desprendiéndose de la punta de su varita una andanada de filamentos de fuego. Aquellos que de golpear a la mujer que estaba delante de ella, sufriría severas quemaduras además de heridas que debía sanar si deseaba continuar con vida dentro del duelo.

@ Ada Camille Dumbledore

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PP 7 - 1(por uso de flechas de fuego)

PV 100

 

La realidad era que no me sentía cómoda, la actuación de la Uzza me había sorprendido, yo simplemente estaba usando todo lo que conocía para evitar que me venciera, pero bueno estaba acostumbrada a que me subestimaran, finalmente para todos solamente era una chica que siempre tenía la cabeza en mil cosas. Lo que no sabían era que había estudiado mucho, nadie valoraba el esfuerzo ni la dedicación que se iba haciendo y la evolución del aprendizaje cuando has pasado ya por varios niveles que te obligan a ver los detalles más pequeños en una contienda. Pero era normal, yo no entraría en discusión, era inútil discutir en algo en lo que no entraríamos en una conclusión. Yo siempre esperaba lo mejor de las personas y sabía que ese era un error mío, solamente estaba aquí para aprender y en este momento para defenderme de los ataques, usando las nuevas habilidades que ella misma me había enseñado. Le daría respeto, porque era justo lo que se me enseñaron siempre. Al contrarios de entristecerme todo esto me alentaba más a seguir el duelo con más fuerza, al fin y al cabo estaba siendo evaluada por lo que había aprendido. Su ataque no debía demorar, vi como entonces un globo desinflado caía en el suelo y conocía que el efecto de mi hechizo había causado que el suyo no se diera de manera correcta.

 

Vi entonces los filamentos de fuego que se dirigían en mi contra, debía defenderme de ellos y de manera efectiva o perdería la vida. Pensé en Salvaguarda mágica y vi como los filamentos me atravesaban sin poder tocarme ni hacerme daño, pues me había hecho intangible y no habían impactado en mi cuerpo. Era momento que yo atacará a mi hábil maestra y ya que ella me había enseñado debía mostrarle justo lo que ella me había mostrado. Me concentre y pensé en Flechas de fuego, vi como los finos filamentos de fuego encendido iban cuales flechas salíendo de mi varita dirigidas directamente a impactar en el cuerpo de Runihura.

Hubiera querido usar también el hechizo de semillas de hielo, pero ninguna criatura se había presentado aún en el duelo y era inútil usarlo si no había como.

@ Runihura

 

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Las cosas se habían puesto tensas de un momento a otro, parecía que los tropiezos terminaban por forjar el carácter de las personas de una manera certera. Esbozando una media sonrisa en sus labios, le gustaba ver la garra que eran capaces de demostrar sus alumnos dentro del campo de batalla. Ahí estaba a pocos metros delante de ella, la joven que osaba retarle con cada una de sus acciones— Puede mejorar y lo sabe—se limitó a decir solo eso y continuar con el duelo. No deseaba perder el hilo de todo lo que estaba por acontecer—Obsistens—pensó viéndose rodeada por un cerco de materia luminosa que le protegió de los filamentos de fuego que venían contra ella. Intercalando con éxito su defensa justo antes de que las flechas pudieran causarle alguna clase de daño a la guerrera del libro de las Auras.

Ahora le tocaba a ella poner la balanza de su lado, jugando con las cartas que le brindará el destino en esos instantes—Arena de Hechicero—pensó lanzando al aire los huesos cristalizados de un mago que perdió la vida a causa de fuego mágico. Logrando que la vista de la Dumbledore se viera afectada una vez más, impidiéndole ver con claridad donde estaba ubicada la Uzza y atacarla con libertad. Era como el juego del gato y el ratón, sintiéndose un poco contrariada por no tener nada divertido con que sacarse un poco el tedio que comenzaba apoderarse de ella.

Quizás el poner un poco más de peso del otro lado de la balanza, causaría que un desastre natural se desatará desatando un poco de revuelo entre las dos duelistas.

@ Ada Camille Dumbledore

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PP 6

PV 100

 

El duelo seguía su curso y yo solo pensaba en la mejor estrategia para que logrará demostrarle a mi maestra que era los suficientemente capaz de hacer esto y que conocía a la perfección los hechizos y la función del libro del equilibrio. Era mi momento y no sabía a cierta que me impulsaba a seguir demostrándole a la Uzza la validez de mi conocimiento, aunque su actitud solo me demostrará que me quería muerta y muy lejos de Uagadou.

Suspiré tratando de focalizar mi mente en el duelo, en que hechizo era el mejor para atacarla ahora, debía hacerlo de la mejor manera, era una mujer hábil y mis ventanas de oportunidad no eran muchas la realidad.

Había atacado con las Flechas de fuego a la Uzza quien se defendió con una especie de barrera invisible que a los ojos no lograba percibir que era esa energía que había evitado que se estrellaran mis flechas de fuego seguro ella me atacaría y así que vi como invocando con su varita se levantaba de nuevo la arena del hechicero, estaría ciega por un nuevo momento y no debía esperar más que eso.

Invoque entonces la daga del sacrificio que apareció reluciente en mi mano sentí el frío del metal entre mis dedos y sonreí con malicia, no podía usar muchos hechizos pero en este no necesitaba puntería y le afectaría directamente a ella, quería que viera que no era una novata cualquiera, aprendía lento, pero lo que aprendía no lo olvidaba jamás.

-Immolo pugneare

Susurre casi siseante y sin esperar enterré la fría hija de la daga en mi abdomen haciéndola desaparecer dentro de mi, sabía que le afectaría directamente, me arquee levemente y entonces volví a sacarla, pensé en curación y luego sentí el alivio de la sanación de aquella profunda herida de mi abdomen y sentía alivio de aquel agudo dolor. Levante de nuevo la varita frente a mi y lance de nuevo otro hechizo.

-Fuego púrpura

Musite y sentí como el calor de la llama salía de mi varita, esas llamas no quemaban pero si quedaban inconscientes ante el toque de las llamas, ahora solo esperaba que pudiera lastimarla. 

 

 

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