Libro del Caos - Agosto 2022

[Bakari]

A simple vista cualquiera que observara los jardines de aquella acrópolis diría que un mendigo de avanzada edad  había invadido el lugar. De cabellos grises y despeinados en la parte posterior de la cabeza, arrugas que le hacían parecer más anciano de lo que realmente era y cicatrices a medio ocultar bajo los desgastados protectores de sus pectorales. Pero cuando le veías más de cerca descubrías que había un cuerpo bien trabajado y aquel “anciano” no contaba más de sesenta largos años humanos.  Aunque el que se encontrara susurrando con una vara de cristal más grande que él de un color rojo brillante le hacía parecer un demente.

—Es hora, una vez más el caos debe darse a conocer —murmuró mientras observaba una antigua y derruida glorieta y los bancos de cementos que rodeaban el lugar.

Apunto con su vara de cristal hacia el ave tallada sobre  la mano de una estatua que representaba una figura femenina. El sol de la mañana brillo sobre el cuchillo de madera que lucía en el collar envuelto en su muñeca derecha. Y de sus labios salieron unas palabras ininteligibles que podrían ser un hechizo o una maldición, pero el ave tomó vida y salió volando en forma rauda hacia el lugar en que encontraría a su aprendiz.

El uzza se dirigió con calma hacia la estatua a la que dio una suave palmada antes de susurrar.

—Espero que disfrutes de esta clase mi querida Amonet, esperemos que nuestro nuevo aprendiz esté a la altura de la magia de este libro —pronunció para luego girarse y esperar, cruzado de brazos.

Si todo había salido como debía ser el ave llegaría hasta donde se encontraba el aprendiz del libro del caos y le anunciaría que debía tomarlo para que el ave, convertida en traslador, lo trajera a donde él esperaba para compartir los secretos de uno de los libros más inesperados y poco queridos por los amantes del orden: el libro del caos.

@ NoTazz

Editado 3 de Agosto del 2022 por Goderic Slithering

[toji]

Toji Fushiguro

El sol se colaba por las ramas de los arbole que rodeaban el jardín trasero de la mansión familiar. Toji se había despertado pronto por la mañana y había bajado a las cocinas a pedir que le llevaran el desayuno al jardín, le apetecía pasar un momento de tranquilidad mientras bebía té y nada más que eso, era lo que comúnmente desayunaba, no era de las personas más complicadas a la hora de ingerir comida. El elfo familiar le había traído junto al café el profeta de esa mañana. ¿Qué nuevas noticias acontecían en el mundo mágico? ¿Se sabe algo más acerca de la desaparición del primer ministro? ¿Por qué ha vuelto? —se veían en letras grandes y cambiantes aquellas preguntas en la portada del periódico mágico justo debajo de un retrato en movimiento del Rory Despard. —Chorradas…— masculló el nipón mientras ojeaba las leyendas. —Debería haber elecciones lo antes posible— finalizó para darle un sorbo más a su bebida. 

Toji escuchó el batir de unas alas que se acercaba a la mesa en la que estaba desayunando, giró la cabeza para buscar de donde provenía el batir de las alas y vislumbró a un ave que volaba en su dirección sin intención de parar. —¡Detente! — alzó la voz a la par que el ave se abalanzaba sobre él. El animal graznó un par de veces para indicarle que se trataba de una traslador y que se activaría al contacto. ¿Acaso alguien lo esperaba? Fushiguro se quedó pensativo y reflexionó sobre las citas que tenía pendiente, pero no daba con la que coincidía con la presencia de aquella criatura. Al acabo de un rato de pensar y pensar el ave volvió a graznar y esta vez el sonido era más reconocible, había dicho <<Uagadou>> y Toji sacó en cuenta que ya estaba a punto de empezar su aprendizaje del libro del Caos. ¿Cómo pudo haber olvidado la más importante de sus citas? El nipón bebió el ultimo sorbo de su infusión y se apresuró a tocar el ave, el mecanismo se activó de inmediato y ambos desaparecieron. 

Las ruinas en las que había sido citado no se sonaban para nada, pero seguro que era el indicado para poder hacerse con la magia del caos, una de su más importante aspiración hasta la fecha… formaba parte de todo el plan que había urdido y este siguiente paso lo acercaba un poco más a conseguir su cometido. Se acercó al que hombre que le esperaba para instruirlo, se le hacía conocido, pero no estaba seguro, quizás habían coincidido en alguna otra clase, pero Fushiguro no estaba del todo seguro así que solo se limitó a saludarlo y presentarse por si las moscas. —Buenas, mi nombre es Fushiguro Toji— 

@ Bakari

[Bakari]

—Vaya vaya, así que sí eres tú, una vez más has llegado a mí, esta vez sí en mis territorios,  donde podrás descubrir que en el caos reside el real equilibrio de la vida. Bienvenido a mi mundo joven Toji —dijo el viejo Uzza observando al nipón mientras extendía sus  brazos como para abarcar todo el lugar y enseñarle aquel anfiteatro en el que llevarían a cabo la clase de hoy. Bakari dio unos pasos mientras se acariciaba la barbilla.

—Veo que te lo tomas con más calma —una sonrisa entre maliciosa y divertida parecía querer surgir en su rostro —es gracioso ¿no crees? Al equilibrio debiste buscar en medio del caos de cómo llegar hasta tu cita y al caos llegas por medio de un llamado más directo ¿Esperabas ésto de este nuevo libro? —se giró observando la oscura mirada del joven mago con curiosidad, esperó pacientemente su respuesta antes de continuar.

—El caos, amigo mío, nivela a los hombres, les da los mismos derechos basados en su suerte mágica, no una suerte líquida como les gusta corromper a los europeos, sino la real suerte que la Diosa se digna a brindarte por lo que ve en ti —extendió la mano y sobre su palma aparecieron flotando los dados que completaban el juego del libro del caos —invocar las fuerzas del Caos es someterse al puro azar, tanto en un duelo, como en un asalto al enemigo o en tu vida mágica a diario, pero ten en cuenta que también cuenta tu nivel mágico para determinar cuántas veces podrás tentar a la suerte. Los de más nivel [N>30] podrán manejar dos veces ese azar en un día y los de un nivel inferior solo una vez —cerró su puño sobre los dados mientras observaba una vez más los ojos oscuros de Toji —algunos creen que el azar es algo con lo que no se pueda jugar sin consecuencias pero cuando logras manejarlo a tu favor, es lo más mágico que tendrás jamás—hizo una nueva y dramática pausa antes de continuar. 

—Dime joven Toji, ¿cuántos poderes has encontrado en el libro? ¿has notado algo que traen los demás que éste no? —extendió su mano libre mostrando los cinco dedos abiertos, con sus primeras palabras dobló el pulgar, para luego volverlo a extender e ir cerrando uno a uno los restantes dedos mientras enumeraba —cuatro ruedas que invocan las fuerzas del poder,  del tiempo, de la fortuna y del caos —y con el pulgar hacia arriba como si diera un like de esos que le agradan tanto a los muggles o a los césares romanos antes de perdonar la vida a alguno en su circo agregó —y el último y más tentador, ya no una rueda de fuerzas —en los oscuros ojos del Uzza brillaba la emoción, como si recordara glorias pasadas e invocaciones realizadas —el último mi querido niño es la invocación a los propios señores del caos

—Dime joven Toji ¿con cuál quieres empezar y por qué? –le había dado a conocer las cuatro ruedas para invocar las fuerzas del poder, el tiempo, la fortuna y el caos y la propia invocación a los Señores del Caos, esperaba que él hubiera dado una primera leída a su libro, cuyas letras habían ido apareciendo en los últimos días tras su inscripción, luego de eso, le enseñaría uno a uno los poderes a los que tendría acceso a partir de que demostrara que podía manejarlos.

@ Tazz Malfoy