Tutoría con Destino

[Adrian Wild]

¡Bienvenido a Hogwarts, @ Destino !

Soy Adrián, (sí, no varié mucho al crear mi personaje, jajaja) y soy de España, encantado. Bienvenidísimo a tu tutoría personalizada. En esta podremos sumergirnos poco a poco en todo el movimiento del foro y sus espacios, y podrás plantearme todas las dudas que tengas respecto a estos y su funcionamiento. Pero sobre todo, comenzaremos a descubrir tu personaje, su historia, qué hace en en mundo mágico y cuales son sus perspectivas de futuro. Por ello, utilizaremos este topic como nuestra zona personal tanto en OFF ROL (como lo es esta parte que estas leyendo ahora mismo) como en ON ROL (lo que vendrá después, y lo jugoso de toda la zona del Juego de Rol).

Aunque quizá ya lo hayas visto o te lo hayamos indicado otras veces, te dejo de nuevo el link al subforo que contiene todo el Manual del Rol, así como al foro del Expreso de Hogwarts, donde siempre hay actualizaciones sobre el juego y noticias varias del equipo.

Manual del Rol: https://www.harrylatino.org/forums/forum/475-manual-del-rol/
Expreso de Hogwarts: https://www.harrylatino.org/forums/forum/178-expreso-de-hogwarts/

No te preocupes por no leerlo todo, sólo te lo dejo para que sepas siempre donde acudir en caso de dudas respecto a algo del funcionamiento del juego, pero siempre podrás contar con topics de dudas en los diferentes subforos y, en lo que dure nuestra tutoría, por supuesto tienes este espacio para ir preguntando todo lo que se te ocurra. En esta tutoría veremos todo lo básico para empezar a rolear y conocer todas las posibilidades del juego.

Para completar la tutoría, deberemos cumplir los requisitos/objetivos que pongo a continuación, los cuales iré tachando o validando según los vayamos cumpliendo.

 

OBJETIVOS

 

• Crear la ficha.
• Crear la bóveda.
• Conversar sobre el pasado del personaje.
• Crear objetivos que pueda tener a futuro, pensar su empleo ideal.
• Averiguar sobre familias existentes.
• Rolear en alguna familia acompañado de su tutor.
• Ayudar a resolver cuestiones que surja sobre la tutoría o poner en práctica roles que el aspirante esté interesado en realizar.
• Intercambio de hechizos on rol.

 

Como primera tarea y antes de pasar con el rol, puedes ir creando tu ficha de personaje y tu bóveda personal y traerme los links a las mismas para revisarlas. Si ya las has abierto, simplemente trae los links. Puedes crearlas en los siguientes subforos:

Ficha de Personaje: https://www.harrylatino.org/forums/forum/346-rpm-registro-público-mágico/
Bóveda Personal: Información - Foro de apertura

Por último, indicarte un par de normas o información útil para la tutoría:

 

NORMAS

— No hay límite de tiempo para acabar la tutoría, pero una inactividad prolongada podrá ser motivo para finalizarla y retomarla desde el punto que se considere inscribiéndote de nuevo.

— En este topic y como excepción al resto del foro, podremos postear una misma persona de seguido en caso de ser necesario (por ejemplo, poner un OFF por resolver una duda y que el siguiente post sea de la misma persona contestando al rol que tengamos en curso).

 

Ya está, son en realidad anotaciones. Y sin más dilación, dejo el OFF ROL y paso al ON ROL en el siguiente post, rol que puedes seguir al ritmo que quieras y como gustes. La premisa principal, sobre todo para tus primeros roles, es que vayas conociendo a tu personaje, que nos vayas mostrando poco a poco su historia, cómo piensa, se siente, se mueve, viste... Encuentra tu lugar dentro de él. Y sobre todo, ¡sin miedo! Ve probando estilos y longitudes, y así encontrarás tu o tus formas de rolear.

¡Estoy deseando leerte!

Editado 23 de Octubre del 2022 por Adrian Wild

[Adrian Wild]

El Expreso de Hogwarts chirrió, frenando violentamente sobre los raíles. La inercia me hizo caer sostenidamente hasta que apoyé las manos en el suelo del pasillo. Todo el tren se sacudió y terminó su maniobra con un golpe seco tras el que pude recobrar el equilibrio e incorporarme de nuevo hasta una posición vertical. Miré a través de la ventana de la puerta del compartimento que tenía a mi lado, donde cuatro asustados muchachos de segundo se habían echado sobre los asientos y miraban por el ventanal hacia el exterior, varitas en ristre. Como si pudieran hacer algo con ellas. Sonreí de lado, divertido por la actitud de los estudiantes, y seguí sus miradas hacia el exterior. Llovía a cántaros. No me extrañaría que el tren hubiera tenido que realizar alguna parada de emergencia por las condiciones de las vías o váyase a saber.

Las luces titilaron, y los cuatro valientes muchachos —dos de los cuales ya se habían puesto de pie dispuestos a defender sus vidas y al expreso entero si hacía falta— miraron hacia donde yo estaba y chillaron, como si estuvieran viendo un espectro. Los dos que estaban de pie, dos aguerridos Gryffindor, me apuntaron con las varitas a través del cristal de la ventanilla, mientras sus compañeros les alentaban con sus gritos de espanto.

— Tranquilos, tranquilos muchachos... Cuidado con esas varitas a ver si os vais a sacar un ojo. ¿No véis que la puerta está cerrada? Guardadlas de inmediato, ya sabéis que no podéis usarlas hasta llegar a los terrenos del colegio.

Parecieron quedarse conformes, dándose cuenta de que no era ninguna amenaza y de que no iban a poder hacer mucho más que sentarse a esperar respuestas de lo que sucedía.

Volví a echar una ojeada al exterior y me giré hacia las ventanas que había a mis espaldas, a lo largo del pasillo. Habíamos salido de Londres a las once en punto con el cielo completamente nublado, pero casi no me había percatado de a qué altura había comenzado a llover. Había asumido por completo que en algún momento iba a llover, y cuando empezó, en mi cabeza ya estaba lloviendo de antes. Por lo poco que pude divisar, habíamos parado un poco antes del viaducto de Gleinfinnan.

Caminé por el pasillo mientras indicaba a todos los curiosos y angustiados estudiantes que trataban de salir de sus compartimentos que se mantuvieran dentro de ellos y se quedaran quietos en sus asientos. No estaba muy lejos de la cabina de la locmotora, así que pronto me encontré con el maquinista. Lo que no vi fue a ninguno de mis otros compañeros, encargados de vigilar el trayecto del Expreso de Hogwarts y de organizar a los estudiantes en su llegada a Hogsmeade. Era el primer año que me tocaba aquella labor como parte del personal de Hogwarts, y la verdad era que no había podido ser en peor día.

— ¿Qué ha ocurrido? —inquirí al maquinista en cuanto hube llegado junto a él.

El pobre parecía haber hecho un gran esfuerzo para parar el tren de aquella manera tan abrupta, y todavía tenía chorretones de sudor bajándole la frente y una ligera falta de aliento, nada mal disimulada. Era un hombre robusto.

— Señor Wild. Vi luces a lo lejos, ¡en mitad de los raíles! Creo que algo se acerca por el viaducto. Por un momento creí que era otro tren, pero luego pensé que era imposible. Estas vías están completamente reservadas para el Expreso durante su trayecto. Y luego me di cuenta que llevaba una velocidad muy inferior a la de cualquier vehículo. Voy a salir a ver qué narices es.

— Le acompaño.

El hombre, de mediana edad y una altura que me superaba en más de una cabeza, me miró atónito. Seguramente dudaba de mis capacidades para poder resolver cualquiera que fuese el conflicto, pero no dijo nada. Posiblemente se tratase de un squib. Era frecuente encontrarte semejante desconfianza hacia la magia en ellos. Sin embargo, el hombre, que ya peinaba canas, asintió y abrió la compuerta que comunicaba la cabina de la locomotora directamente con el exterior. Con un movimiento rápido de varita, creé una esfera impermeabilizadora a nuestro alrededor. Al no sentir la lluvia sobre sí, el hombre miró alrededor desconcertado y luego me miró, algo ceñudo. Bufó y bajó las escaleras, conmigo pisándole los talones.

La parte delantera de la locomotora ya estaba sobre el viaducto y apenas había un espacio de metro y medio para poder caminar entre el borde del mismo y las ruedas del tren hasta llegar a su frente donde se ensanchaba permitiéndonos ver más claramente aquella luz que se acercaba lentamente. Muy lentamente.

— Eso... —murmuró el maquinista.

Eso no era una luz. Eran varias. Y entre ellas, había numerosos fogonazos de otras luces. ¿Qué demonios era aquello?

— No puede ser... —musité entonces yo—. Son flashes de cámaras.

Una gran turba de gente se acercaba por los raíles del camino del Expreso de Hogwarts haciéndole fotografías. Al expreso y, ahora, también a nosotros, allí parados bajo la lluvia que ni siquiera nos rozaba.

 

OFF Rol

Aquí te dejo el rolcito para que te incorpores como quieras. Total libertad, mientras aporte algo a lo planteado.

No sé desde dónde va a comenzar tu personaje, si va a tener la edad para atender a Hogwarts, o ya es mayor... Trata de involucrarle en la situación planteada desde el punto en el que esté. On Rol, Adrian Wild es un tutor que se le ha asignado para ayudarle en su ingreso al mundo mágico o a acoplarse si ha llegado hace poco a Ottery, pero, en general, decides tú qué parte de su historia ya está vivida y en qué punto comienzas a rolear con él.

Cualquier duda o cuestión que te surga me dices.

[Destino]

Era el último año en el que Ismaël vería aquellas cabinas de maderas tan finamente talladas, clásicas del Expreso de Hogwarts. Porque su hora de graduación se acercaba, y sería emancipado de las regulaciones del colegio (o eso creía).

Mientras el tren avanzaba con gran velocidad, las gotas de lluvia que caían como granadas sobre el vidrio, hacían extrañas figuras de raíces, ríos y senderos inexplorados. Absorto por estas figuras menguantes, Ismaël cae como en un trance y a lo lejos, en el fondo de sus recuerdos que ahora venían como olas traídas a la orilla, creyó escuchar un grito. El grito que siempre lo había acompañado. Creyó oír el grito de su madre. Y de pronto, el habitáculo pareció detenerse en el silencio, excepto, por ese grito que se hacía cada vez más presente, llenándolo todo.

-Despierta, santurrón de dos caras… No engañas a nadie con ese rostro de niño bueno, que ya sabemos lo siniestro que eres, tal como un lethifold o peor…-, dijo Alem, su mejor amigo y compañero de clases, mientras le lanzaba palomitas de maíz como si fuese un tiro al blanco.

-Soy el premio anual… Pues claro que debo tener cara de niño bueno, ¡inepto! Y ya deja de revelar mis intenciones, o te haré desaparecer la boca permanentemente-, dijo Ismaël mientras lentamente volvía, como quien se despierta luego de un sueño profundo.

-¡Jah! Como hiciste con…- vociferó Alem, entre risas sarcásticas y miradas acusadoras.

-Sabeis lo que te ocurrirá, si abres el hocico una vez más…- dijo Ismaël, con una vos grave y profunda como una caverna submarina. Y un destello de luz verde comenzó a crecer en la punta de su varita, mientras que al mismo tiempo de un salto, se acercó hacia Alem lo más que pudo, hasta que ya no hubo espacio entre ambos, casi enroscado como una serpiente en torno a una rama. Y le apuntó en plena cara, mientras sus ojos azules parecían centellear  y se abrían llenos de cólera, como si estuviese listo para disparar, raudo y mortífero como el ataque de una cobra.

Sacudió la varita una vez y tanto las ventanas externas al vagón como las que daban al pacillo quedaron negras, como si estuviesen hechas de fina turmalina. Y todo el habitáculo quedó casi en penumbras, como si una oscuridad muy espesa los hubiese envuelto de súbito. Ismaël lo sujetó por detrás con el brazo izquierdo, y le hundió la punta de la varita en la mejilla derecha, casi como si quisiese atravesarle la cara. Y la luz de la varita cambió a un rojo carmesí, humeante y de espantoso aspecto. La escena parecía sacada de la más oscuras de las pesadillas, y le susurró al oído:

-Hay cosas peores que la muerte… Y te recomiendo no querer conocerlas, mi bien amado…-

Alem dentro de sí pudo sentir un pavor descomunal, como quien se encuentra ante las puertas de un inconmensurable abismo lleno de horrores negros. Y era terrible mirarlo a la cara, que reflejaba la angustia y el terror que sentía. Todo su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, quedó en un absoluto sopor, petrificado del miedo. Trató de hablar, y con todas sus fuerzas intentó de mover los labios, pero ningún sonido salió de ellos. Solo brotaban lágrimas que rodaban de continuo por sus pálidas mejillas.

-Pero vos sois mi amigo, mi fiel camarada, mi bien amado… Porque sois más que un hermano… No vuelvas a poner ante mí la trágica encrucijada entre mi amor por vos y mis ambiciones… Porque perderéis, y mi corazón se irá para siempre contigo, mi bien amado…-, y mientras Ismaël le decía estas palabras, la voz se le tornó dulce y llena de ternura. Las sombras se disiparon lentamente y por completo, como cuando la luz del día le gana la batalla a unas oscuras nubes de tormenta.

-Y ya cambia esa cara espantosa… Que no te he condenado a ningún infierno, tontuelo glotón-, le dijo Ismaël mientras se hallaban cara a cara, a pocos centímetros el uno del otro. Y ocurrió que él, en una demostración de amor profundo, depositó un tierno y calmado beso sobre los temblorosos labios de Alem. Y éste último dejó de temblar, y lo tomó por la cintura suavemente, como si se le hubiese curado la locura que le produjo el extremo miedo.

De pronto, se escucha un chirrido metálico muy fuerte, y todo el vagón se estremece hacia adelante producto de la inercia por el frenado brusco. Ambos, caen hacia adelante abrazados quedando Ismaël tendido boca arriba y Alem de bruces sobre éste otro. Al cabo de pocos minutos, el tren queda completamente detenido.

Ismaël trata de incorporarse, pero es en vano. Tiene echado encima a un desorientado Alem.

-Quitaos del medio… ¡Que te quites, pringado!-, le grita Ismaël, al tiempo que lo empuja hacia un costado.

-Algo ha pasado, y no creo que sea bueno… El tren de Hogwarts nunca se detiene en vano. Debo ir a ver qué es lo que pasa-, dijo Ismaël al mismo tiempo que se sacudía la túnica negra y acomodaba su varita bajo ésta.

-Te acompañaré-, dijo Alem, incorporándose de un salto vigoroso.

-Pues claro que me acompañarás… ¿O pensabas quedarte aquí, comiendo esas palomitas de maíz regadas por todo el piso? Deja de decir tonterías y seguidme-

Ambos estudiantes se dirigen rápidamente hacia la parte frontal del tren, hacia la sala de máquinas, sin correr pero a un paso muy ligero. Al llegar, notan que está todo prendido pero está vacío. No hay maquinista, ni asistentes, ni nadie, solo la puerta abierta que da hacia el exterior, que era azotada levemente por los vientos de las lluvias.

Decidiendo bajar del tren, vieron que la locomotora estaba casi a mitad de meterse por el viaducto que debía atravesar, dejando un pequeño espacio para seguir avanzando hacia el interior del túnel. Y logrando con facilidad deslizarse por entre las paredes y la locomotora, vieron parados al conductor del tren y nada más ni nada menos que a Adrian Wild, ambos rodeados por un hechizo anti-fluvial, que no permitía que las gotas de lluvia los mojasen.

Además, una ráfaga de flashes comenzaron a ser disparadas, segando por momentos la visión. Eran muggles, y de a montones, con cámaras ávidas de retratar no tan solo el Expreso de Hogwarts, sino a los magos que tenían por delante.

-Malditas criaturas inferiores… Siempre metiendo las narices en donde no deben. Pero pagarán por su descaro-, murmuró Ismaël, al tiempo que metía la mano dentro de la capa negra, decidido a tomar acciones contra, lo que creía, era una transgresión provocada adrede, como si se tratase de una indudable declaración de guerra. Y en su corazón sintió la necesidad de comenzar con las hostilidades él primero.

-Quien ataca primero, ataca dos veces-, le dijo en un tono de voz firme a su compañero, que se encontraban ambos codo a codo, a unos cuantos pasos por detrás del conductor y Adrian Wild. Y desenfundando la varita, los pensamientos se le volvieron negros como la noche, y un pequeño fulgor verde comenzó a crecer poco a poco en la punta de su herramienta mágica.

Pero todo acto tiene su efecto, y ninguna acción, por tan mala o buena que sea, queda sin su merecida paga. Una vez más, el Destino se pronunciará, incierto pero tan claro como el agua que cae del cielo, en esa tarde lluviosa.


Off Rol

Tarde, pero seguro. Perdón por la tardanza. ¡Espero que sea de tu agrado y que lo disfrutes al leerlo! ¡Espero tu respuesta!

Editado 1 de Octubre del 2022 por Destino

[Adrian Wild]

Al creciente murmullo que se nos acercaba por el frente entre paraguas, linternas y flashes de cámaras, se le sumó un airado vociferío a nuestras espaldas. Por un instante pensé que era el viento que se levantaba y traía consigo voces del interior del tren, de cuyas ventanas habían comenzado a brotar curiosas cabezas que trataban dilucidar qué estaba ocurriendo y averiguarlo con sus propios ojos, pero pronto el maquinista a mi lado echó la vista atrás y sus palabras me alertaron:

— ¡Eh! ¡Eh, muchacho! Vuelve al tren, no puedes estar aquí fuera.

A la par que gritaba aquello, un joven nos rebasó decidido, varita en ristre, enfrentando a la muchedumbre de muggles. Estos, aun más fascinados por poder retratar aquel momento y capturarlo para siempre, se acercaron con más rapidez y le lanzaban imparable flashes al muchacho. Eché un rápido vistazo a nuestras espaldas. Otro alumno parecía haber acompañado al que nos había adelantado. La lluvia me impidió reconocerles con claridad, pero no dudé en gritar también:

— ¡Jovencito detenga sus pasos! ¿Dónde cree que va? —pude intuir en la semi-oscuridad que nos ofrecían aquellos nubarrones un destello verde en la punta de su varita—. ¡¡Ni se le ocurra hacer nada con esa varita!!

Encaminé mis pasos hacia él apresuradamente y esperando a que el maquinista me acompañara para permanecer dentro de la bóveda impermeable, no sin antes lanzarle una mirada reprobatoria a su compañero de fechorías.

— ¡¿Me estás escuchando?! Baja esa varita ahora mismo si no quieres enfrentarte a una vista disciplinaria.

Los muggles seguían avanzando con sus cámaras y su insatisfecha curiosidad. No tuve otro remedio: saqué a Dror del bolsillo lateral oculto de mi pantalón y corrí a ponerme frente al muchacho como sólo mi condición vampírica me permitía. Quizá debí haber evitado darles más contenido de fascinación a aquellos muggles, pero lo que tenía claro era que debía detener a aquel alumno antes de que cometiera cualquier locura.

Una vez frente a él le agarré del brazo, interponiéndome entre la turba y su varita. Al tenerle frente a mí pude reconocerle. Era un alumno de último curso. Un alumno para el que me habían solcitado tutorías. Qué oportuno. Parecía cegado por su determinación.

— Ismäel, baja eso, a la de ya. ¿Qué pretendes hacer, aparte de el tonto?

Pude oír el sonido de los obturadores de las cámaras. Estaban detrás de mí, pero parecían haberse detenido. Luego me encargaría de aquellos muggles. Primero debía controlar cualquiera que fuese el impulso que había sacado al muchacho del tren con tanto ímpetu y que parecía dominarle.

 

@ Destino

[Adrian Wild]

OFF ROL

Perdóname ahora la tardanza a mí, que he tenido un inicio de mes agitado y sin parar. Ahí seguimos con el rolito. ¡Qué lujazo ha sido leerte! Qué gusto ver roles tan cuidados y con tanto cariño. Preveo que vas a ser un gran jugador. Sobre la narración no tengo nada que decir, sólo tengo una duda:

Has situado a Ismäel en su último año de Hogwarts, pero he leído en tu ficha que el personaje ya tiene 38 años y bastante vivido. ¿Tomaremos esto como parte del pasado, verdad? No pasa nada, aunque hubiera preferido que acoplaras a tu personaje como lo pretendas manejar en la actualidad a la situación (no tenía por qué ser un alumno, aunque es cierto que el contexto que puse sin poder ver todavía tu ficha es algo limitante, mea culpa). Pero como he dicho, no pasa nada porque aunque el contexto en el que yo he planteado la situación es el actual de la historia del foro (el Estatuto del Secreto ha caído y los muggles y magos vuelven a estar juntos), podemos "hacer como" que nuestros personajes se conocieron en esta situación en Hogwarts y que luego, con sus 38 años, ya nos conozcamos.

Es verdad que intentamos mantener la coherencia rolística y, yo por lo menos, también cronológica, pero bueno, tampoco vamos a ponernos super estrictos si lo que te apetece es narrar cosas de esa etapa de tu personaje. Esto no deja de ser una clase para aprender.

Respecto a las tareas que nos atañen para superar la tutoría:

1. Tacho como completadas la apertura de ficha y bóveda, genial porque ya tenemos eso que es lo esencial.
2. Cuando puedas echale un vistazo a las familias para acoplarte a alguna. Te recomiendo que escojas alguna activa para que te adopten rápido, aquí tienes el link al subforo del registro de familias: https://www.harrylatino.org/forums/forum/59-oficina-de-registro-de-familias/. No tienes que tener las 2, según como quieras acoplarlas a tu historia, pero sí está bien que te incluyas en alguna para poder ir creando lazos con otros personajes de jugadores, aparte de los beneficios de donaciones que te dan las familias.
3. Por último, y aunque el rol nos de pie a irlo viendo, me gustaría que me dejaras en un Off Rol un poco hacia dónde te gustaría orientar a tu personaje, que te gustaría que fuera, a que se dedica, y algún por qué que venga de su pasado, solo para tener más clara su caracterización.

De momento eso, aunque si nos ponemos a tope, en nada has superado la tutoría, porque lo principal, que es saber continuar un rol y caracterizar tu personaje, lo tienes.

Nos leemos ❤️

[Destino]

La tarde pareció oscurecerse aún más, mientras Ismeël avanzaba hacia la muchedumbre. En ese momento, él mismo se vio atrapado en una corriente de un río invisible, dejándose llevar por sus pasos, que parecían guiados por algo más fuerte que su voluntad. Y al avanzar sobre sus pasos, una sombra se alzó detrás de él desparramándose por todo el túnel, tal como cuando se abre una represa que llena violentamente todo el caudal.

Ismaël solo podía ser espectador de esa escena que él mismo protagonizaba, sin ser del todo consciente de lo que estaba ocurriendo, obnubilado por un deseo que le ganaba la voluntad. Hasta que volvió en sí bruscamente, arrancado súbitamente del ensueño. Era Adrian Wild a quien de pronto vio de frente, quien le sujetaba el brazo con fuerza.

Veía mover los labios de Adrian, pero solo escuchaba ruidos inentendibles, como si escuchara su voz por medio de la acústica de una lata. Hasta que de pronto el sonido se vuelve enfocado lentamente.

― ¿Qué?... No… No te entiendo…― dijo Ismaël, mientras pareciese volver como de un ensueño, reconectando con lo que estaba pasando allí.

― Ismäel, baja eso, a la de ya. ¿Qué pretendes hacer, aparte de el tonto?

― No te preocupes, yo solo intentaré dispersar a la chusma. ― dijo, mientras podía verse en su cara tanto miedo como compostura.

―Además, estarás aquí mismo para reparar cualquier estupidez que cometa ― le dijo a Adrian, mientras le tiraba una tímida sonrisa burlona, temblorosa por el miedo. ―Solo dejadme intentarlo, ¿si? Solo… Observa…―

Se adelantó algunos pasos en dirección a la muchedumbre, y mientras caminaba hacia ellos con lentos pasos, pudo dominar sus temblores y torbellinos internos, consiguiendo serenidad. Y ocurrió que de su corazón le brotó una canción, una melodía que resonó suave y débil al principio en sus interiores, pero conforme avanzaba se iba haciendo cada vez más intensa, profunda y vigorosa como las olas rompientes, golpeando por salir desde dentro de su pecho.

Y con una voz penetrante y gruesa, como un viento huracanado de tormenta, entonó una canción:

                “Telín-daés
                del mar he venido,
                y al mar regresaré.
                Mian-dú ajjái… Ildanmanmé…
                E-etar
                Me oiréis ahora,
                y he de hablar…
                Telín-daés cuan-Nun-bar.
                Sois de mí,
                y mi voluntad…”

El sonido de su voz pareció ser acompañado por la lluvia, como si las gotas que caían cantasen e hicieran un coro incontable de instrumentos. Y la música resonó por toda la cueva, llenando y vibrando por todos los rincones del aire. Era un sonido espeso, que casi se podía tocar con las manos.

La gente quedó casi inmovilizada, como cautivada por un trance, con las miradas perdidas pero tiesas en su lugar; un tumulto de voces y flashes, que ahora yacían calmos como la superficie de un estanque detenido en el tiempo. Y a medida que Ismaël llenaba el silencio con palabras y explicaciones, volvían lentamente,  recobrando la autonomía pero sin perder la atención en la única voz que les hablaba:

―Querido público y gentes de pueblos aledaños, mi nombre es Dr. Ismaël Lewis del Hospital Santa Trinidad de Londres. Necesito que presten suma atención a mis palabras, ya que se trata de vida o muerte―

―¿Qué quiere decir con eso, doctor?― pronunció una señora regordeta, con gesto de preocupación en su rostro.

―Estamos en una misión sanitaria, debido al reciente brote de Yersinia Pestis en las periferias de Londres y restos de poblados. Aconsejamos, por favor, mantener la distancia y que dejéis pasar el tren sanitario. Hay pacientes que necesitan ser atendidos. Miles de ellos―

Dándose la vuelta clavó sus ojos en los de Alem, que miraba atónito la escena, a escasos metros de distancia. Le habló en la mente con palabras claras y precisas; “Necesito de tu ayuda. Sígueme la corriente”.

Y corriendo, ―Doctor,― dijo Alem,―los pacientes se encuentran estables, pero requerimos de un tratamiento urgente. Todos estamos infectados…―. Y corriéndose la manga izquierda de la túnica, hizo aparecer unas pústulas horrendas, negras como el carbón, que secretaban un líquido purulento de fuerte olor.

―¡Es la peste! ¡Es la peste!― se escuchó gritar entre la gente.

―¡Aléjense ahora mismo!― gritó Ismaël. Y al tiempo que gritó, secretamente movió su varita debajo de la túnica. Las primeras cinco personas que sobresalían del grupo, de apariencia periodistas con cámaras profesionales y credenciales, comenzaron a vomitar descontroladamente ante el primer movimiento de la varita. Cinco inmediatamente detrás de éstos, comenzaron a vomitar también de forma descontrolada con el segundo movimiento.

La escena rápidamente se tornó en un caos de vómitos espontáneos, gritos y gente huyendo a los tumbos, como escapando por su vida. Pronto, lo que comenzó siendo una muchedumbre de personas, se redujo drásticamente a unos cuantos desmayados y gente escapando por cuanto recoveco hubiese.

Y cuando la quietud volvió, solo quedó en pie una niña, vestida con lo que parecía un piloto negro, pálida como la nieve. Parecía estar en estado de shock, paralizada y con los ojos abiertos de par en par, inmóviles y algo vidriosos. Y en su cuello, una herida profunda que no paraba de sangrar. A simple vista, la herida asemejaba a una mordida.

[Destino]

Off Rol

¡Hola Adrian! Pido mil disculpas por la tardanza. Realmente he tenido muchísimo trabajo, pero ahora estoy en mis vacaciones. Voy a tener más tiempo para  rolear. Solo me falta rolear dentro de mi familia, la cual ya me inscribí (es en la familia Gryffindor).

Por otro lado, con respecto al personaje, no me dí cuenta de rolearlo en su actualidad con sus 38 años. Esto sería su pasado, así que ya nos deberíamos conocer, siguiendo la línea de rol actual.

Mi personaje, actualmente huye de su pasado, atormentado por secretos (que de apoco revelaré) y por la muerte de su novio. En el mundo muggle, es profesor de canto y varios instrumentos (piano, violín y guitarra). Me gustaría que en el mundo mágico, tenga una tienda de encantamientos embotellados, o algo relacionado a encantamientos, ya que su elemento es el canto y la voz de poder (debido a su descendencia veela).

Quedo atento a tus comentarios, ¡Adrian! ¡Gracias miles!

[Adrian Wild]

OFF ROL

Genial todo, mil perdones ahora por mi tardanza. En cuanto a la coherencia de tiempos no te preocupes que mencionándolo no quería crear lío, porque la tutoría en verdad es para ver nivel de rol y ayudaros a mejorar e integraros en el foro. Como ya te he dicho, tienes un rol exquisito, aunque sí te voy a recomendar un par de cosas (de rol y off rol):

• Cuidado con ciertos "poderes" que existen dentro del juego en un modo avanzado. Me explico: la comunicación telepática sería algo así como poseer poderes legilimánticos, y la Legeremancia es una Habilidad que puedes adquirir posteriormente en el desarrollo de tu personaje, a medida que aumentas niveles dentro del juego de rol. Entonces desde que instauraron este sistema, para que lo que estudiemos, adquiramos y avancemos tenga efectos de mejora, no podemos rolear poderes por encima de lo que nuestro "nivel" nos lo permite. En tu caso, creo que lo justificas por la relación que os une a ambos, y en esos casos yo no me pongo quisquilloso pero recuerda que no es una habilidad que puede tener tu personaje en general con todo el mundo.
• En cuanto a los poderes de tu personaje que se salen de lo que está "reglado" en el juego del foro, como el canto que realizas en tu rol, a mí personalmente me parece maravilloso y creo que no hay problema con ello, siempre que no dotes a tu personaje de poderes que no se puedan contrarrestar. Tampoco podemos crearnos todos personajes perfectos, de enormes poderes como si fueran dioses porque pues qué aburrido xD Sólo como indicación, no porque no lo puedas hacer.
• Por último, he visto que tu personaje se describe como "Semi-Veela". Sólo por que lo sepas, que puedes indicarlo en la Raza de tu ficha, es una de las razas a elegir. No puedes ser veela, pero sí semi-veela, entonces es conveniente que así lo ponga en ese apartado de tu ficha. Con postear en el topic de tu ficha pidiendo el cambio, te lo hacen.

Por otro lado, tacho los apartados de hablar sobre el pasado de tu personaje, que creo que lo tienes bastante claro y así lo roleas, y también el de qué objetivos a futuro tiene que ya hasta me has detallado a qué se dedicará. Por si no has investigado mucho esa zona, que sepas que tienes el subforo de Negocios Mágicos donde podrás abrir ese local si quieres tener un espacio para él. Tacho también los objetivos para con las familias.

Y por último en cuanto a lo que nos correponde en off: si tienes dudas sobre algún funcionamiento, trámite o apartado del foro házmelo saber. O si dudas si puedes o no hacer algo concreto, también (como lo de abrir el negocio, que imagino que ya le habrías echado el ojo, pero por si acaso). Del mismo modo, si te interesaría llevar a cabo algún rol específico aquí o en otro lugar del foro dime y te acompaño todo lo que pueda (estaría bien que fuera en una familia pero no es necesario).

Intento contestarte ahora al rol. Y en uno o dos roles más intento calzar el tema duelos para que veas cómo funciona el sistema.

Nos seguimos leyendo.

@ Destino

[Adrian Wild]

Ya me habían advertido sobre el temperamento del muchacho. No por nada me habían solicitado que estuviera pendiente de él durante su último curso en Hogwarts, y que evitara que lo hiciera estallar en pedazos; el castillo y su vida. «Es algo... Impulsivo a veces. Pero es un gran mago y no podemos permitir que un talento así se descarrie por tomar malas o, mejor dicho, nada reflexionadas decisiones», aquellas fueron las palabras que me predijeron lo que viví aquel día uno de septiembre sobre el viaducto.

Si alguien me pidiera explicaciones, sólo podría decir que no pude frenarle. Algo me paralizó. Su calma, o la autoimpuesta seguridad en su mirada. Quizá fue su voz, una voz que parecía inundarlo todo a pesar del aguacero que nos rodeaba. Me sobrepasó y no lo detuve. Tampoco encontré palabras con las que advertirle de las mil sanciones que podía imponerle, ni para repetirle que era un alumno, y que no podía hacer magia fuera de Hogwarts. Sólo pude escuchar el sonido de su voz, un oleaje que era capaz de infundir una inusitada tranquilidad y una confianza que en el fondo no podía rechazar.

Y entonces, cantó. Pocas veces había presenciado un canto como aquel. De entre sus labios se desprendían palabras que se entremezclaban con la lluvia y se amplificaban, rebotando por las piedras del viaducto que parecía estremecerse a nuestros pies. Su canto logró captar la atención de toda aquella turba deseosa y amansarla como si de pronto todas aquellas personas fueran un único ente que reaccionaba a la vez. Presté atención a sus palabras siguientes, todavía ensimismado, aunque el canto no parecía haber querido afectarme igual que a aquel grupo de muggles. No perdí el detalle de que, fuera lo que fuese lo que había hecho, no había usado la varita para ello.

Reparé en la presencia de otro alumno que se le sumó en su engaño y que parecía haberse zafado de las manos del maquinista que le habían retenido hasta ese momento. Ambos se coordinaron de maravilla, ofreciéndole a aquella gente una improvisada historia que, al parecer, tomaron como plausible; se habían olvidado el motivo real que les había impulsado a parar el tren y acercarse a nosotros. Fui a detener los vómitos que Ismäel había provocado para enriquecer el acto, pero toda aquella pantomima surtió efecto y la turba comenzó a volver por donde había venido.

Por fin, pude recuperar el aliento. Y el habla.

— Jamás —dije soltando todo el aire contenido hasta entonces y acercándome a los dos jóvenes—, jamás volváis a hacer una cosa así. Me da igual que os creáis que por estar en último curso sois capaces de enfrentaros a todo.

En realidad, estaba muy sorprendido. Gratamente sorprendido, quiero decir. Valoraba su coraje y su espíritu aventurero, y sobre todo la complicidad con la que habían resuelto la situación, pero no podía mostrar ninguna seña de ello a aquel par de muchachos inconscientes.

Me percaté entonces hacia dónde se dirigían sus miradas. No se había ido todo el mundo. Una niña se mantenía de pie frente a nosotros, y un reguero de sangre mezclada con el agua de la lluvia corría por todo su cuello hacia abajo.

— mier**.

Corté el hechizo que me mantenía bajo una bóveda impermeable, y corrí hacia ella, empapándome enseguida. Me agaché y tras observar la herida unos isntantes, la tomé en mis brazos. Estaba pálida y sus ojos se mantenían muy abiertos, en pleno estado de shock. Volví hacia el tren, gritando a Ismäel y su cómplice en el camino.

— ¡Todos al tren, de inmediato! ¡VAMOS! Tenemos que llegar a Hogwarts lo antes posible.

El maquinista no tardó tampoco en reaccionar y casi arrastrar a los dos muchachos, cerrando la comitiva, hasta que todos volvimos a estar dentro de la locomotora y volvió a su tarea, poniendo de nuevo en marcha el tren lo más rápido que pudo, mientras yo avancé por los pasillos con la niña en brazos hasta encontrar un compartimento vacío; seguramente fuera el de Ismäel y Alem, porque no había ni un sólo compartimento que se hubiera quedado libre al salir de King's Cross. Tumbé a la niña en los asientos acolchados y comprobé sus constantes vitales. Revisé de nuevo la herida del cuello y la taponé con una bufanda que sobresalía del maletero de arriba.

— ¿Qué ha ocurrido? ¿Cómo puede tener una herida así? —miré a Ismäel muy fijamente.

Le exigía una explicación que dudaba que pudiera darme. Hasta donde había podido ver, el muchacho no había realizado ningún otro hechizo que no fueran los que causaron los vómitos y aquella herida parecía una mordedura, algo que ningún hechizo que conociese podía hacer. Saqué de nuevo mi varita y realicé una meticulosa floritura para aplicarle un Episkey. Levanté la bufanda. La herida permanecía.

— No puede ser... —No era una herida normal—. Buscad a la señorita Halsbury, deprisa.

Era la única persona en el tren con suficientes conocimientos de Primeros Auxilios y sanatoría como para poder identificar aquella herida y ponerle un remedio temporal aunque fuera, hasta que llegásemos al castillo. Porque sí, aquella niña muggle iba a entrar en Hogwarts bajo mi protección, y que nadie se opusiese. Cómo sabía que tenía que haber venido personal sanitario con nosotros en aquel trayecto.

 

@ Destino