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Prueba del Libro de la Sangre - Octubre 2022 [Juliette Macnair]


Runihura
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— La sangre suele ser desperdiciada de maneras tan insolentes—sentenció con la mirada fija en el río carmesí que corría delante de ella— Que le enseñaré a que valore con creces la que le corre por las venas. Verá que no es tan fácil jugarle al vivo e irse de aquí sin pagar el alto precio que demanda vincularse con este libro—la voz de la joven Uzza era una amenaza latente. El desconcierto se vería dibujado en las facciones de la Macnair, otorgándole una lección que le quedaría tatuada en cada célula de su cuerpo. El viento agitaba las arenas del desierto, viéndose rodeada por la sombra que proyectaba su persona en el arenoso suelo.

— Espero que sea puntual, no hay tiempo que perder y el mismo apremia—abriendo varios surcos en la arena la sangre comenzó a correr por cada uno de ellos. Viéndose como las ramificaciones de las venas que se encuentran dentro del cuerpo humano, pequeños tubitos que mantenían la vida de una persona preservada dentro de ellos al más mínimo corte se esparciría por los aires como la explosión de una bomba que arrasaba con todo a su paso.

Le agradaba la ausencia de árboles o alguna clase de vegetación que pudiera ser usada como arma. Solamente contarían con la daga del sacrificio y el resto de los hechizos que ambas tenían a su disposición, colocar el dedo en la llaga no era mala idea. Aunque dejaría ese dardo envenenado para más adelante, centrando su atención en un pequeño huracán que comenzaba a formarse cerca de la ubicación, donde se suponía que debía aparecer su alumna. 

— ¡¡¡ Daga del Sacrificio !!!—invoco la misma exclamando con autoridad, viendo como la afilada arma se materializaba en su mano, produciéndose un corte cerca de su muñeca el mismo que le daba la potestad que infringir el mismo daño en Juliette al crear un vínculo que les ataría por el resto del duelo— Immolo opuggnare—añadió dejando en claro que se estaba sacrificando para agredir a su contendiente—Curación—pensó sanando el corte y deteniendo el sangrado que dejará una considerable cantidad sobre la arena.

— Cuide cada uno de los paso que da, porque lo que he visto hasta el momento—ladeando la cabeza continuo con su perorata— No me ha causado el menor temor o indicio de que tenga lo necesario para obtener los conocimientos que tanto anhela—sonriendo con serenidad aguardando el movimiento de su oponente en contra de ella.

 

C O N D I C I O N E S

@ Juliette Macnair

Editado por Goderic Slithering
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Apareció en medio de la tempestad, sus ojos verdosos quedaron suspendidos por breves segundos hasta que los mismos se tornaron ligeramente blanquecinos, y sólo cuando pudo sentir con firmeza la tierra maldita bajo sus pies, su consciencia volvió al planeta. Mantenía aferrada su varita a su mano derecha, mientras que con la otra mano, agarraba los pliegues de las telas de su traje de combate que holgadas quedaban en la zona de su cadera.

Si he de morir el día de hoy... muchos secretos serán enterrados conmigo, y no habré tenido tiempo alguno para disculparme con aquellos a los cuales jamás podré de abrir mi corazón.

Murmuró para sí misma, pero en realidad hablaba con aquella sombra que siempre le acompañaba cual nube gris sobre su cabeza. No sabía cómo saldría de las garras tan violentas de la guerrera uzza, y mucho menos, como debería de enfrentar a aquellos una vez saliese con un ojo colgando. En realidad, una parte de ella, por más que se negara fervientemente a ella, deseaba acabar con su vida ahí mismo de una vez por todas. Porqué huir siempre fue su lema de vida, y el cansancio ya comenzaba a brotar de sus poros.

Runihura... espero de corazón no volver a encontrarnos.

Una sonrisa fugaz atravesó sus facciones, y con suavidad la capa de viaje se desprendió de su cuerpo hasta hacerse cenizas a su alrededor. Agarro todo el aire que pudo, y con suavidad deslizó una de sus manos por sobre su rostro para hacer aparecer la mitad de su máscara mortífaga, como si aquel simple acto trajese contigo a su padre perdido, el único capaz de ayudarle en momentos de tantísima vulnerabilidad.

El corte en su muñeca trajo consigo memorias que le provocaron un cierto placer en lo más profundo de su interior, pero también el más grande dolor, y es que sin importar los años transcurridos desde ese hecho particular, la bruja siempre se ha preguntado qué hubiera pasado si su temple y espíritu hubiese sido más fuerte. Sería humana, y tendría una vida ordinaria.

Daga del sacrificio.... ⸻murmuró deslizando la lengua de manera temblorosa por el interior de sus labios, fijando la intensidad de su mirada verdosa en la femenina, al tiempo que sentía el exquisito y pesado material emerger desde las sombras hasta materializarse perfectamente en su mano izquierda.⸻ Immolo oppugnare...

Su aliento quedó fragmentado por un par de segundos mientras sentía cómo la fina hoja se deslizaba por su otra muñeca, ejerciendo presión en la misma sabiendo que estaba tocando la zona más delicada de su cuerpo, aquella que le robaría la vida si no era cuidadosa. Era un acto casi poético, la primera vez usando aquella habilidad tan gloriosa, la primera vez que derramaría su sangre de manera consciente para ejecutar un sacrificio que traería buenas consecuencias o al menos eso esperaba siempre que ponía en riesgo su vida. Dejó que las gotas de sangre se deslizaran por su piel hasta ir manchando de negro sus pies, y mientras mantenía la mirada fija en la guerrera, pensó en una curación para poder sanar sus heridas y volver al combate.

⸻  Seccionatus.

Arremetió sin inseguridad, blandiendo la varita en dirección a la mujer, una docena de medias lunas bien filosas y cortantes se desprendieron con violencia de la misma, de las cuales ocho terminarían impactando contra su perfecto cuerpo si ella no se defendía con la astucia que intuía poseía de sobra. Soltó un suspiro, y volvió a alzar el mentón, agitando ligeramente el mismo para que los mechones castaños de sus cabellos rebelde le despejaran la mirada. 

Sintió miedo.
Más no bajó la guardia.

 

@ Runihura

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— Es una lástima que no aproveche todo lo que se le presenta en el camino—le miraba con desdén la guerrera Uzza. Sus ojos estaban fijos en las heridas que tenía Juliette en la muñeca una por cada una y eso le daba un poco de ventaja a la más joven de los guerreros sobre su alumna. Dibujando mentalmente el panorama que le auguraban los dioses a la Macnair, nada dentro del mismo podía ser descrito como una buena estrella para ella.

— Parece astuta, pero solo lo parece—abría la boca una vez más solo para atizar el fuego que ardía dentro de ella. Detestaba tener que lidiar con las personas que no valoraban lo que el destino les ofrecía mal gastando el tiempo en banalidades. Elevando con autoridad su varita dando un certero latigazo pensaba con astucia—Salvaguarda Mágica—viendo como las medias lunas le atravesaban como lo hacen los fantasmas con una pared. Librándose de un ataque lo bastante básico como para causarle un daño considerable a la joven.

— Juramento de Sangre—sentenciaba tras observar el sitio donde el corte que le vinculaba con Juliette estaba hace unos instantes. Haciendo uso de ese poder, ahora le daría una lección que difícilmente olvidaría la mujer—Yo juro no atacar—al soltar esas palabras, le impedía atacarle nuevamente. Solo le quedaba la opción de defenderse de cada uno de los embates que fueran lanzados contra ella. Si la Macnair se atrevía atacar aunque fuera por error a Runihura, incumpliendo dicha promesa recibiría un corte como castigo, abriéndose una herida que debería curar.

Aunque con el daño que la causada por la usa género en ella, dejando un vació que fue aprovechado por la Guerrera del Libro de las Auras. Ahora la vida de su contrincante pendía de un hilo, al estar perdiendo más sangre de la esperaba y es le generaba cierta satisfacción a la Uzza— Nos encontraremos las veces que sea necesarias, suelo dar otros libros de hechizos y en la mayoría de ellos. He enviado con mucho placer a mis alumnos a San Mungo sin el menor remordimiento por ello—observando como poco a poco la estabilidad de la persona delante de ella se debatía entre la realidad y lo que podía ser solamente una ilusión óptica.

@ Juliette Macnair

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Había cierto placer cuando se caminaba temblorosa por el hilito que separaba el mundo de los muertos del mundo de los vivos, casi como si en cada gota de sangre pudiese, la mismísima bruja, apreciar todo el historial de buenos momentos que con un cántico particular le animaban a dejarse llevar para traspasar el velo y exhalar el último de los alientos existentes.

Sin embargo, no podía permitirse morir en ese preciso momento. No cuando aún tenía pendiente la conversación con su hijo, quien estaba segura le odiaría por osar a mantenerle durante tantos años envuelto en una mentira. De alguna manera, la afilada sentencia que la guerrera había propinado para ella, se sentía como parte de un pago que el karma ejercía burlonamente en ella.

No podía atacar.
Pero podía curarse.

Episkey.

Sus ojos cesaron inmediatamente ante el alivio de sentir cómo las heridas cercanas a las muñecas propinadas por la guerrera en el principio del duelo se cerraban lentamente hasta dejar su piel perfectamente lisa y sin rastro alguno del daño. La sangre rápidamente comenzaba a secarse en su piel, única prueba de que antes ahí, peligró su vida y su conciencia.

Tragó en seco en cuanto volvió a toparse con los ojos de la mujer, estos parecían serenos y crueles al mismo tiempo. La fragilidad que sentía cuando estaba frente a los Uzza era inexplicable, pero recordaba las enseñanzas de su familia, y aunque estuviese al borde de un barranco, jamás bajaría el mentón ni se doblegaría con tanta facilidad.

Volvió a hablar.

Estoy segura de que cada uno lo tenía bien merecido, ¿verdad? ⸻deslizó los dedos por las telas de su traje blanquecino.⸻ Procuraré enviarte una buena postal agradeciendo por el bien compartido, y nada más.

Bajó el mentón con suavidad mientras lentamente se iba agachando hasta poder deslizar su mano libre por la arena, sus ojos menguaron ante el cálido tacto, y sin esperar demasiado, pensó en el hechizo maldición, el cual inhabilitaría el siguiente hechizo que la guerrera Uzza ejerciera en contra suya, provocándole confusión en sus palabras hasta hacerle tambalear.

Soltó la arena,
y se volvió a levantar.

@ Runihura

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