Aimé.

La joven dió las gracias a Gomita, realmente odiaba estar hospitalizada. Como lo había hecho otras veces Aime se acercó a los vestuarios cogiendo una bata prestada de su sobrina para poder ir a donde le tocaba trabbajar, seguramente varios niños la esperaban alli para ser cuidado.

La Westrong abrazó a su sobrina y se marcho sin mas. Deseando que la proxima vez que acudiera a dicha planta fuese como sanadora y no como alguien a quien debían de sanar.

Sexta Planta con Gomita

El espiritu lo presenciaba todo, observando desde un punto distante. Gomita arribó en la sala llevando consigo a una enfermara, ambas llevaron a ambas chicas a la sala de resucitación. Aime quería revivir lo mas rapido posible pero sabía que no era una tarea fácil, primeramente Gomita preparo aquella posción que la devolvería a la vida.

La joven abrió los ojos sintiendo como el dolor atormentaba su cuerpo. Inmediatamente su sanadora aplicó en ella un par de episkey, lo suficientemente potentes como para restarle un poco de sangrado y dolor, para terminar de curar las heridas la Haughton aplicó escencia de dictamo en las mismas. Aime se sentía mejor.

Sexta planta

El cuerpo de la pelirroja apareció en una de las camillas dentro de la sexta planta en San Mungo, su espiritu la vigilaba para que nadie ajeno a su bando tocará un cabello de ella, lo principal era su seguridad. Anteriormente había estado visitando la prisión mortifaga y como ya parecía costumbre había muerto por allá, llegando de nuevo al hospital donde deseaba que su cuerpo recobrara la vitalidad.

Era triste verse así, en una camilla, mas pálida de lo que acostumbraba y llena de heridas y sucidad, los mortífagos ni siqueira se dignaban a curarla como era debido. El espiritu comenzó a recorrer toda la planta, en busca de algún sanador que pudiera ayudarla, quería salir de alli pronto.

Al parecer los mortífgos se habían ido de pinta, o quizás era hora del almuerzo, el hecho era que no había nadie vigilando el lugar. No sabía si aquello la ponía feliz o triste, era horrible tener que presenciarlos pero era mas terrible el hecho de encontrarse sola en una celda sin nadie a quien ofender. Aime suspiró resignada, aquel lugar aparte de ñañaras comenzaba a aburrirla a sobremanera.

Pero su tiempo allí acababa y era hora de decirle adios de nueva cuenta a la prisión mortifaga esperando no volver a caer en ella ninguna vez mas. Sus ojos se cerraron y sus puntos vitales se desvanecieron, la fenixiana había muerto. Su cuerpo se desapareció segundos después, ahora sería San Mungo el testigo de su vuelta a la vida.

La joven despertó con un dolor palpitante en su cabeza, el cual la obligaba a apoyar sus dedos en las sienes casi por instintó, sin embargo al intentarlo descubrió su incomoda poscición. Se encontraba encadenada de las manos, por lo cual se le imposibilitaba de muchas cosas, incluyendo el hecho de intentar aliviar su jaqueca. Una mueca de disgusto irrumpió en el rostro de la Westrong quien comenzaba a sentir mas dolor a consecuencia de sus multiples heridas.

-Genial, ahora me doy cuenta que me temen aun desarmada, necesita de encadernarme- blasfemó la muchacha al tiempo que soltaba una sonora carcajada. Podría estar presa pero esos mortifagos no obtendrían lo que querían, ella estaría fuerte hasta el ultimo minuto que le quedara de vida.

Ser un espíritu no era bello, ni siquiera divertido, era algo frustrante puesto que le impedía manifestar cualquier emoción o expresarse, solamente podía observar y regañarse a si misma por haber sido capturada. Observó su cuerpo demagrado, lleno de heridas por doquier las cuales no serían curadas pronto, tenía que salir cuanto antes pero mientras siguiese sin vida le sería imposible, si tan solo algún mortífago se dignara en sanarla, pero no sería tan sencillo.

La celda como siempre tenía un aspecto mugriento, los seguidores de la marca no les pasaba por la cabeza pasar un trapo por las paredes, mucho menos barrerlas por lo que las mismas estaban llenas de telarañas, sangre de ex prisioneros, basura etc... De solo verlas le daba un asco indescriptible, gracias a Merlín aún no podía olor la asquerosidad de las mismas, que sería la principal desventaja una vez le devolvieran la vida.

Yo vengo a aceptar a mi Soa querida. Hermosa que alegría verte por acá y que después de tanto tiempo los permisos ya te hallan sido dados, la espera valio la pena?.

Bueno, ya sabes que todo lo que necesites no dudes en preguntar y en pedirme ayuda que para eso estamos. Y felicidades nuevamente.

Besos

Bueno, yo no me había inscrito en el Beta pero ahora que tengo un poco mas de tiempo vengo a pasarme por acá, especialmente para las guardias de Abaddon que ando con la chispita de querer ser guardiana. Seré activa lo prometo y bueno eso es todo. Saludos chicos.

Tercera Planta

La pizarra estaba lista, ya no había mas información que anotar, pero la guardería estaba lejos de ser una realidad, aun ni siquiera tenía la aprobación de su jefa. Además, para entretener a los niños hace falta mas que personas y enfermeras si no un plan de trabajo, juguetes, un área donde tenerlos dado que no podían estar por la planta como si nada, una habitación únicamente para ellos.

Lo de los juguetes no era muy complicado, si bien a los magos les gustan los juguetes con magia estos se podían conseguir en una juguetería muggles y después podían ser encantados, era el método mas económico y sencillo que se le ocurría. Se necesitarían un par de cunas que estuviesen fuera del área de recién nacido, colchones para que los niños durmieran la siesta. La comida la podían pedir a la cafetería.

Para cuidarlos estaban las enfermeras y ellas mismas, si algún niño se ponía mal los padres no tenían por que preocuparse pues había tres sanadoras a su cuidado, ya lo unico que faltaba era presentar el proyecto y esperar a que fuese aceptado.

Tercera Planta

Alcanzó a divisar un poco lejos un pequeño pizarrón, aquello serviría, solo esperaba que Bodrik ni Luz no se molestaran con ella por tomar cosas sin permiso. En la pizarra lo primero que escribió fue la palabra GUARDERÍA, con un tamaño razonable para que destacara del resto. Sin embargo las ideas eran muchas y golpeaban su mente una tras otra sin dejarla elegir bien cual era el siguiente paso.

Caminó hasta unos archivadores que estaban al final de la oficina donde seguramente se llevaba el record de las pacientes, en momentos como aquellos era cuando deseaba tener aquellos métodos nuevos que los muggles habían diseñados para no tener que leer uno a uno esos folders. Pero aquello era así y el trabajo debía ser realizado por lo que con paciencia comenzó a leer. La información era muy variada, pero habían demasiados niños que seguro eran cuidados por elfos domésticos.

Anotó su nombre con calma en la pizarra, junto con la edad del infante y el trabajo de sus progenitores, alli había recolectado toda la información necesaria, si los padres aceptaban pronto habrían varios niños por allí,

Tercera Planta

Las cosas se habían salido de control, no sabía como reaccionar ante la supuesta acusación de asesinato hacia su sobrino. Puesto que, por una parte quería ser neutral ya que aun se encontraba trabajando y en el trabajo no existía familia, pero por el lado mas poderoso la sangre llamaba y su instinto protector le decía que no podía dejar solo a Mikael. Al debatirse mentalmente todo aquello la joven decidió que las cosas salieran como debían de salir y dejo que Mikael se marchara con aquella persona que lo iba a interrogar.

Aun un poco alterada Aime se dirigió hasta donde había un garrafón de agua, no se había dado cuenta que del nerviosismo su garganta había secado por completo, si necesitara hablar justo en ese momento le sería imposible. Por otro lado sentía muchisimo calor, también culpa de los nervios, no tenía idea de que iba a contestar a su familia si se llevaban a Mikael detenido.

Sin embargo la joven debía trabajar, después de varios minutos logró calmarse. Bodrik estaba atendiendo a otro paciente y de Luz no tenía idea de donde se encontraba. Aime acudió entonces a una pequeña oficina que había en el area mientras una idea cruzaba por su mente. Habían varios bebes ahora en Ottery y madres muy trabajadoras, quizas San Mungo podría ofrecer un servicio de guardería.

Bueno yo vengo aca por que Kris jo.de mucho y como soy buena comare vengo a hacerle caso. Espero que me traten bien chicos xDD

• Nick: Aime

• Ficha Personal: me da flojera buscar el link

• Bóveda Personal: --aca

• Parentesco: Hija de Elvis, hermana de Kris, Caro, Hilary, tía de marijo, pau y pariente de gomi

Bueno sin mas me voy de aca, espero que la ficha este bien. Besos

Los minutos pasaron y uno a uno fueron llegando de nuevo los chicos, ya listo para salir rumbo a la playa. Justo antes de partir llegó un nuevo chico al cual Aime reconoció como uno de los nuevos tritones, lo mas seguro era que necesitara ayuda para adapartarse pero Nicol, cumpliendo con su labor de prefecta fue la encargada de explicarle los hechos. Aime no podía estar mas satisfecha de la reacción de la chica y de su inesperado cambio de actitud, prefería verla sonriendo que deprimida.

-Bueno, si nadie mas falta es hora de irnos, así disfrutamos del atardecer.- Sin esperar mas Aime comenzó su andar fuera de la sala común, era un camino un poco largo debido que se encontraban en la parte mas baja de todo el castillo. Aime volteó un momento para mirar a los chicos, todos se veían ansiosos ante esa salida y no era para menos. Tenían una de las salas comunes mas bellas dentro de la academia pero había veces que se necesitaba un poco de aire fresco, del cual no podían disponer al estar justo a lado del lago.

Los pasos de la Westrong no tenían la mas mínima prisa, pero tampoco eran lo suficientemente lentos como para desesperar a los muchachos, al contrario, brindaban la oportunidad de que mantuvieran una charla amena en el trayecto sin llegar agitados a su destino. Los observaba de vez en cuando para ver si no faltaba alguno, al parecer ellos llegaban a sacar su instinto protector, algo raro en la joven.

Pronto el castillo desapareció ante sus ojos para que reluciera la hermosura del lago, que gracias al reflejo del sol se observaba de un tinte dorado. Habían pocos alumnos fuera, al parecer los únicos que tenían intenciones de nadar eran ellos, con ganas de demostrar por que eran de la casa del agua.

-Pues ya estamos aquí, ahora vamos a disfrutar del agua.- La pelirroja les guiño un ojo al tiempo que se despojaba de su vestido y lo dejaba junto a su toalla. Bajo el había un bikini de color negro que acentuaba su figura, La joven se sentó, no quería ser ella la primera en ir dentro.

Sexta planta

Al parecer Aime necesitaba descansar por que después de ser curada por Gomita termino quedándose de nuevo dormida. Por un momento deseo tener la misma capacidad que los vampiros en el momento de recuperarse, no que ella terminaba siendo una débil mortal no muy distinta al resto. Al despertarse se dio cuenta que Pandora ya había abandonado la habitación por lo que se sintió sola, Gomita seguro se había ocupado.

Tomó una nota que encontró por allí y con una caligrafía firme escribió un simple gracias. Observó la sala, odiaba encontrarse allí, lo mejor era irse pronto puesto que en unas pocas horas debía volver a trabajar, pero no en esas condiciones. Caminó despacio rumbo a la salida donde sin pensarselo dos veces desapareció sin dejar rastros.

La espera comenzaba a verse interminable, aquello no le gustaba a Aime puesto que como Jefa de casa tenía que estar atenta de sus alumnos graduados, ademas de su próxima prefecta. Aun disgustada la muchacha abandonó su asiento y se dispuso a ir a felicitar a sus allegados, ademas de entregarles aquel pequeño obsequio que había seleccionado tan cuidadosamente para ellos.

Su paso entra tranquilo y parsimonioso, sin mucha prisa para no verse apresurada y sin demasiada lentitud para no mostrar flojera, dejando que sus piernas la guiaran sin desespero hasta donde Lestanus se encontraba. Lo vio hablando animadamente con un hombre, el cual le parecía un tanto conocido sin embargo no podía descifrar con exactitud de donde y cuando, solo un vago presentimiento que decidió dejar de lado e ignorar completamente. Ella no estaba allí para socializar, solo para felicitar a aquel muchacho del cual estuvo pendiente en su estadía por la academia, del cual podía dar fe de su esfuerzo y ademas había cosechado un afecto bastante singular. La joven depositó su mano en el hombro del muchacho, para después posarse delante de el y regalarle un pequeño abrazo.

-Muchas felicidades Les, te mereces todo esto sin duda, espero seguir viéndonos y que no te desaparezcas ahora que eres un hombre graduado- Aime le guiño un ojo, ella sabía que lo seguiría viendo pero debía disimular las apariencias. Antes de irse la muchacha tomó la pequeña caja que se encontraba en bolso, aquella le pertenecía a Lestanus y en su interior se encontraba un dije de ave fénix como el que quizás varios le regalarían pero eso no importaba, era el detalle lo que lo hacía único y especial. Sin mas que decir la pelirroja se despidió del muchacho-Bueno lindo, te veo en un rato.

Aime vislumbró todo el salón pero el Crowley no se dignaba en aparecer, tendría que seguir con lu suyo sino la noche terminaría siendo aún mas larga. Aime caminó hasta donde Gomita y Mikael envolviéndolos en un efusivo abrazó el cual no era muy del gusto de Mikael, sin embargo a Aime poco le importaba. Aquellos muchachos no solo eran su familia sanguínea si no que en su estancia dentro de la academia habían apoyado a Aime al ingresó a su casa, Desdde el torneo hasta las enumerarles actividades que la Westrong proponía o teniendo ellos la iniciativa.Tenía que agradecerles demasiado y esa despedida no era precisamente sencilla.

-Hermosos, por fin lo lograron-comentaba la ojiazul al borde del llanto recobrando fuerzas desde donde le era imposible para no derramar lagrimas-Gracias por todo chicos, les tengo un obsequio-El mismo detalle que había tenido con Lestanus les fue entregado a los mellizos, dos dijes en forma de fenix, algo sencillo pero realmente significativo.- Nuevamente felicidades.

La joven de momento se quedo sin mucho que hacer, salvó observar la luna con total devoción. Pasados unos minutos sintió una voz en su oído la cual la hizo estremecerse, escucharla le sentaba realmente bien. La joven se giró de inmediato para ver al licantropo quedándose muda al instante, el joven era apuesto pero aquella noche se había lucido. Sintió su beso y cual niña pequeña se ruborizo, no entendía el por que de tal reacción pero el muchacho sacaba de ella aquello que los demás no podían.

-Andy- Fue todo lo que la Westrong pudo decir ante el obsequio, le parecía espectacular aquel anillo, era único sin duda alguna. Aime por su parte se lanzo a los brazos del joven sin importarle lo que los presentes pudiesen decir al respecto, y depositando tambien un beso en la mejilla. La joven se encontraba feliz.

Sexta plnta.

Gomita, Pandora y Aime

El espiritu de la chica no pudo mas que estar feliz al notar que Gomita haría la labor de su sanadora, no había ninguna otra en que confiara mas para que la devolviese a la vida, nadie era mejor que su sobrina.Al parecer Pandora y la pelirroja habían muerto casi al mismo tiempo pues Gomita se tuvo que encargar de ambos cuerpos, curando uno primero y después volviendo con Aime.

La Haughton dió a la ojiazul de beber una poción, casi al instante sintió como su espiritu se desvanecía y lentamente volvía a su cuerpo y con ello volvía el dolor excesivo. Una mueca se dibujo en el rostro de la muchacha, el dolor era tanto que no podía ni siquiera incorporarse en la cama por lo mismo agradeció a su amiga cuando esta untó el unguento en su blanquecina piel.

-Gracias mi Gomi, eres genial-dijo la muchacha con una sonrisa. Al probar la siguiente poción a la joven le dieron unas nauseas tremendas, aquello sabía a sangre, se sentía vampira momentánea-Esto no sabe bien linda.

Planta 6

El cuerpo de la pelirroja apreció en una camilla dentro de la planta de resurrección de aurores en San Mungo. Junto a ella su fantasma velaba con cuidado que nadie se acercará a ella, aunque no era como si pudiese hacer mucho en ese estado, al meno así se sentía mas segura, velando su cuerpo como si de el mas grande tesoro se tratará, esperando a que alguien de confianza se percatará de su aparición.

No entendía como ni por que, pero siempre que la muerte la visitaba lo hacían también los recuerdos, los cuales nunca eran muy amables con ella. Su mente no voló muy lejos si no un par de años atrás, cuando había decidido huir de todo, la primera vez que la muerte la visitó, al menos esa vez había sido mas agradable y rápida, no como la que sufría en este momento.

El sueño poco a poco la fue venciendo, la debilidad a la que se enfrentaba su cuerpo era demasiada, aún mas para ella. Cerró los ojos y olvidándose de cualquier prejuicio dejo que su cabeza tocará aquel mugriento suelo, sin importarle que los bichos que albergaba la celda caminar con descaró por su cabello. Poco a poco fue dejándose llevar por morfeo hasta que no pudo reaccionar.

Sin saber cuanto había pasado, ni como la joven murió. ¿Qué mas daba la muerte cuando ya se esperaba? mejor era morir dormida que sentir aquella tortura cociente. Su cuerpo fue desapareciendo de la celda gracias a aquel sortilegio, al menos no serían los mortifagos los encargados de su cuerpo inerte, si no que su destino se encontraba en el hospital de San Mungo.

La bóveda celeste resplandecía majestuosa por los cielos, junto con la luna iluminando todo cuanto les era posible. A su vez, los faroles de la ciudad terminaban de alumbrar con su luz amarillenta los rincones de las calles, las cuales ya se encontraban casi vacías, excepto por algunos transeúntes que apreciaban la noche con devoción y se dejaban atraer por los rayos de plata que la luna brindaba.

La joven entró a un local y tras saludar de una manera efusiva al dependiente se sentó a esperar. Sabía que en aquel lugar se debía tener paciencia sin embargo la joven aun no aprendía como lograrlo, pasados unos diez minutos el hombre volvió con un par de cajitas de obsequio doradas y una plateada, entregándoselas con gusto a la chica. Aime sin pensarlo dos veces colocó en su bolso los tres obsequios y salió del lugar. Ya nada la retenía a las calles de Londres, por lo que se acercó a un callejón vacío y al sentirse segura desapareció si dejar rastro.

Apareció en los pasillos de la academia, altiva y deslumbrante como solía actuar. LLevaba un vestido azul, pues desde que fue asignada a la casa de los tritones le gustaba representarlo hasta en su forma de vestir, el mismo dejaba al descubierto su pequeña cintura y a pesar de ser largo tenía una abertura en la parte inferior que le dejaba mostrar una de sus piernas. Los pies eran decorados con un par de tacones plateados que combinaban perfectamente con sus demás accesorios. El cabello lo había dejado en cayendo en cascada por su espalda.

Al parecer la noche apenas comenzaba puesto que la mayoría de los invitados aun no acudían a la ceremonia, por fin llegaba en una hora razonable a algún evento, siempre era la reina de la tardanza. Buscó con su mirada a su acompañante, también estaba ausente, debatió mentalmente el hecho de esperarlo en la entrada pero era su deber estar presente en la entrega de los reconocimientos. Muy a su pesar se adentró sola al salón tomando asiento en un área estratégica, no muy cerca ni lejos de la entrada, ese lugar sería perfecto.

Con mucha atención la Westrong presenciaba la ceremonia con suma atención. Cuando escuchó mencionar el nombre de Gomita se paro al instante y comenzó a aplaudir emocionada. Ella principalmente sabía lo que le había costado a Gomita el graduarse, no había sido nada sencillo ni para ella ni para Mikael, sin embargo después de tanto esfuerzo la lucha valía la pena y al ver la cara de alegría de Gomi supo que la joven estaba no solo feliz sino satisfecha por su empeño. Un nombre mas y otro graduado de importancia para la Westrong Lestad, una especie de Deja vu se manifestó en su persona al repetir la misma acción que había tomado con sus sobrinos, su ahijado merecía la misma atención.

Gracias a la llegada de May los ánimos fueron cambiando poco a poco y aquellos estudiantes se mostraron un pocos mas alegres ante la situación. Aime los seguía observando, ella no era exactamente una mujer de muchas palabras, prefería mirar desde el fondo cualquier reacción, por eso cuando el Greyback comenzó a colocar a cada uno de los presentes junto a la joven ella no pudo evitar que un deje de desconcierto recorriera su persona ¿había una razón en especial para hacerlo?.

Antes de tener tiempo de preguntar una de las sirenas hizo cierta proposición que no paso desapercibida para el resto, ni siquiera para su compañera. Pocos sabían que uno de los mas grandes placeres de la ojiazul consistía en disfrutar de la frescura del agua sobre su piel, amaba nadar, por lo general prefería hacerlo sola pero no podía negar que poco de compañía le caería bastante bien, mas aún si esa compañía tenía que ver con sus alumnos.

La pelirroja respondió afirmativamente hacia Gomita y Mikael, con ella ya podían asistir hacia el lago, solo que las vestiduras de la Westrong no eran exactamente las mejores. Disculpándose antes la joven salió de la sala solo para ir a buscar una ropa que se adecuara mas a la ocasión, suponiendo que cada uno de los muchachos harían lo mismo. No tardó mucho en volver a la sala vistiendo un vestido playero que llegaba justo a la mitad del muslo, bastante cómodo.

-Bueno chicos, cuando gusten nos vamos, el camino no es largo pero tampoco precisamente corto.-comentó la muchacha brindándoles una sincera sonrisa.

Al no escuchar mas respuestas por parte de sus compañeros la pelirroja dejo caer su cuerpo al suelo, mostrando en su rostro una mueca que encajaba perfecto con un quejido. Su cuerpo estaba herido pero al menos no muerto, ya después tendría tiempo de sanar todas aquellas heridas, además el dolor era soportable. Después de todo eso se le sumaba un dolor de cabeza que se presentaba por medio de punzadas en las sienes.

Aime observó a aquel mortífago que estaba frente a ella, tenía gana de decirle unas cuantas cosas sin embargo ninguno de ellos se merecía que las palabras de la Westrong, por lo que la joven volteo su mirada de inmediato para encontrarse con las paredes de la celda. Al ver aquellos bloques la Westrong recordó algo que se había mencionado con anterioridad con sus compañeros, sería genial poder hacerlo solo para ver rabiar a los mortífagos, lo único que le faltaba era una tiza para poder dejar en las paredes sus ideales.

Bueno, yo vengo a solicitar unos cambios en mis ficha. Son detalles minimos pero igual los quería editar. Gracias de antemano

Familia(s):

* Westrong (Matriarca-sanguinea)

*Batería Evans (Adoptiva)

Cualidades Psicológicas:

Su personalidad es bastante singular. Cuando no tiene la suficiente confianza con alguien se muestra seria y apática, al igual que cuando están presentes sus superiores. Es bastante antisocial y tiene mucha altivez. Sin embargo cuando esta con sus amigos y familiares su actitud cambia radicalmente, se muestra alegre, escandalosa y muy sociable.

 

Es muy difícil ganarse su confianza pues es muy desconfiada pero una vez que lo logras tendrás su lealtad de por vida. Daría todo por sus verdaderos amigos, aun mas por su familia y por sus compañeros de la orden del fénix, a quien les tiene demasiado respeto.

 

Uno de sus mayores defectos son los impulsos que a veces la dominan, los cuales le atraen bastantes problemas y los intenta controlar lo mas posible. De igual forma no teme decir lo que piensa, y odia que los demás pongan palabras en sus labios que ella misma no dijo. Puede resultar un poco grosera cuando se siente atacada y con aquellos que no son de su agrado, pocas veces se arrepiente de eso.

 

Aunque no es fanática de la naturaleza y ecología se siente bastante atraída por las montañas, le gusta pasar el tiempo en estas, mas aun si es en compañía de la luna llena, esta es una de sus pasiones, puede pasar horas contemplándola. No se lleva bien con nada relacionado con los muggles, excepto quizás la música.

 

Llega a ser algo presumida y autoritaria, la mayor parte del tiempo se siente mas que los demas y pocos logran bajarla de su nube. Odia a los muggles y trata un poco mal a los elfos, se lleva excelente con mestizos y sangre pura pero no tanto con los sangre sucia. Aunque los respeta de igual forma.

 

Cree en el amor pero no piensa que este sea para ella, realmente le tiene miedo, pues piensa que el día en que se enamore saldrá lastimada, por lo que con los que mas tiene muestras de afecto son con sus familiares. Aun con todo ese temor, mantiene una relación en donde se siente bastante contenta.

 

Es una mujer de gran carácter y corajuda, se llega a molestar con bastante facilidad. Odia admitir esto, pero aunque le gusta estar alegre se llega a molestar por la menor ridiculez. Le gusta relacionarse con aquellos de la alta sociedad pues siente que alli esta su lugar.

 

Las palabras que mejor la definen son: aventurera, impulsiva, decidida, terca, dramática.

Historia:

Los datos exactos de su nacimiento son un misterio. Según lo que le a contado su madre, ella nació una tarde de primavera al igual que sus tres hermanas, sin embargo al estar Khaterin agotada terminó dormida y en esos mismos instantes todas las niñas fueron arrebatadas de sus brazos. Esa es la única información que la joven tiene acerca de su nacimiento, pues el lugar y día donde ocurrió este fueron borrados de la memoria de su progenitora. Por esa razón utiliza la fecha de cumpleaños que le dio su familia adoptiva, el 11 de enero.

 

El pasado que la joven recuerda transcurre únicamente en el castillo Batería Evans, aquel lugar al que aun considera su hogar. No se sabe exactamente como pero la niña llegó a los brazos de Ed Batería Evans y Evarela Black, a quienes creyó sus padres sanguíneos la mayor parte de su vida. Creció en aquel castillo sabiendo siempre que era una bruja, acompañada de sus padres y hermana Karla, los mas cercanos para ella. Siempre sintió mucho afecto hacia su padre, el cual se lo devolvía con la misma intensidad.

 

Desde pequeña sintió una gran afición al mayor deporte mágico: el quidditch, sin embargo apenas y formaba parte de equipos y debía abandonarlos por falta de tiempo. Aun así la mayor parte de sus familiares se dedicaban a este, incluyendo a su padre. Aprendió a volar la escoba teniendo unos cinco años de edad con la ayuda de un adulto pero a los seis ya la podía manejar por si misma.

 

En su adolescencia ingresó a la Academia de Magia y Hechicería, lugar que le ayudo a perfeccionar su magia y sus habilidades en duelos, aunque nunca logro la perfección en estos. En este lugar conoció muchas personas que en un futuro terminarían por cambiarle la vida, o darle u mayor sentido a esta. Puede asegurar que los momentos mas felices que han pasado en su existencia transcurrieron en la academia.

 

Curso generales 30, aquella clase estaba llena de alumnos, entre ellos Mary y Mafer con quien sintió un afecto y empatía bastante singular, algo que era inexplicable para personas que acababan de conocerse. Por primera vez se sentía realmente unida a alguien que no formara parte de los Batería Evans. Pero el gusto le iba a durar muy poco pues, fueron asignadas a casas distintas y las otras chicas dejaron la academia. Aquello era algo que la muchacha no se podía permitir, debía terminar la Academia cuanto antes por que quería ser parte de la Orden del fénix.

 

La muchacha pensaba que las cosas irían mal ahora que había perdido a sus amigas sin embargo nada ocurrió según lo que ella pensaba, en la casa de los Aethonans le fue mejor de lo previsto. Conoció personas únicas, a las que considero sus trillizas, tuvo su primer novio y como si las cosas no pudieran ir mejor, fue nombrada prefecta. Vivió momentos increíbles en aquel lugar; la pijamada, donde fue nombrada prefecta y el campeonato de las casas, donde consiguieron el segundo puesto.

 

En ese mismo tiempo, al ir a felicitar a la jefa de la casa vencedora y darle un abrazo, sintió como una recarga pasaba por su cuerpo y vio como a la pelirroja se le iluminaban los ojos. Ambas se abrazaron con fuerza y tiempo después fue cuando supo la razón de aquella reacción, Aime era la hija perdida de Kathe. Las cosas no paraban allí si no que la chica tenía otras tres hermanas desaparecidas, fue entonces que la muchacha sugirió la idea de sus conocidas de la academia y otra amiga de la infancia con quienes se sentía cercana, todas aquellas suposiciones resultaron correctas.

 

En su adolescencia conoció a Gitax, un chico muy apuesto quien estuvo a punto de capturar su corazón, pero las cosas no podían ser tan fáciles, aquel muchacho era el prometido de su hermana Karla, y padre de su primera sobrina. La joven apenas y podía superar eso, aquel sentimiento que sentía al chico se habían esfumado y con todas sus fuerzas hizo lo que pudo para olvidarse de el. El tiempo paso pero el chico seguía insistiendo en algo que no podía ser, cosa que provocó que la bruja se sintiese asfixiada, sin embargo, conoció a la hija del moreno con la cual entabló una relación muy parecida a madre e hija, llegándola a adoptar después.

 

Encontró a su padre un par de años después, cuando una amiga le presentó a su pareja. Ellos se llevaron muy bien, convirtiéndose en grandes amigos, motivo por el cual la joven decidió presentarlo a su familia. Llegaron a la mansión Westrong una tarde, pero la chica jamás olvidaría la expresión de asombro de su madre, al darse cuenta que el padre de sus hijas estaba en ese lugar.

 

Cuando la ojiazul se graduó de la academia pasó a formar parte de las filas de la orden del fénix, en un primer momento no se sintió cómoda y abandonó dicho bando. Su deseo era ser neutral pero la tentación rondaba y poco a poco la fueron convenciendo de adentrarse a lo mas oscuro casi llegando a tatuarse la marca en su antebrazo pero recapacito y volvió a su neutralidad.

Aime junto con Alyka comenzaron a mantener la familia, sin embargo, para una joven de 19 años eso se convirtió en mucho peso y termino huyendo algunos años fuera de todo conocido, menos de Hilary y Little. La joven, después de mucho tiempo decidió volver al enterarse del embarazó de Jane, no pudiendo dejar a la bruja pasar sola su embarazo. Apenas hubo regresado y Little les notificó que también esperaba un bebe, producto de una noche de copas. Dándose cuenta de que no las podía abandonar decidió que su regreso sería definitivo.

 

En su regreso a Ottery decidió no volver a la propiedad Westrong, pues no podía mostrar su cara después de haber huido como una cobarde. Junto con su hija Kassandra se fue a vivir a un penhouse, dentro del edificio Currigton, propiedad de sus trillizas, que es donde reside actualmente.

 

Volvió a la orden del fénix muy cambiada de cómo era en un principio. Lo único que le importa ahora es su lema: Lealtad y sacrificio. Esta dispuesta a dar la cara por su bando y a no decepcionar a quienes confiaron en ella.

 

Al tiempo de regresar al bando se le ofreció un puesto en la academia de magia y hechicería como Jefa de casa de los tritones del río Wye, Aime no estaba segura de aceptarlo pues lo consideraba traición para con su antigua casa, sin embargo después de analizarlo decidió que debía darse una oportunidad con los chicos del mar, de lo cual no se arrepintió. Apenas hubo entrado el torneo de las casas llegó a ella, se sentía bastante ansiosa en un principió y eso incrementó al ver que sola tendría que dirigir a sus muchachos pero no le fue nada mal pues juntos obtuvieron el 2do puesto.

 

Su siguiente trabajó se encuentra en San Mungo donde radica como sanadora en la planta 3 que se encarga de maternidad y pediatría, decidiendo optar por ese puesto para ayudarle a sus amigas con el parto de sus bebes pero estando segura que ese no es exactamente su lugar.

Tercera Planta

Mikael, Luz, Addison y Bodrik

La pelirroja miraba a todos lados sin entender que era lo que sucedía, Sin lugar a dudas aquel día era muy diferente a lo que había previsto esa mañana. Un interrogatorio en la planta de maternidad y pediatría en vez de curar niños golpeados de la rodilla o chicas embarazadas lleno a su chequeo mensual, muy en cambio parecía que alguien había cometido un asesinato y no le gustaba en los mas mínimo.

Aime ni siquiera había observado bien al muchacho en cuestión pero al llevarlo se llevo una gran sorpresa, no era un desconocido en lo mas minimo, de hecho lo conocía demasiado bien. Mikael era su alumno en la casa de los tritones del río Wye, pero ademas de eso, al ser hermano de Gomita se convertía al instate en uno mas de sus sobrinos. La joven no pudo evitar que un deje de desconcierto se posara en sus ojos.

-Chicas...¿ que pasa?-dijo la joven mientras le temblaba la voz al no saber como reaccionar.- El es mi sobrino, ¿por que esta aqui exactamente?

Yo vengo a aceptar el duelo con franquito, vamos a patear traseros mortis. Bueno que ams tengo que decidir... quiero duelo+.+. Ammm 10 de cada 10 gatos dicen miau. Na ya en serio, actividad será media... por que ya tu sabes el colegio y esas cosas, pero prometo pasarme a contestar siempre que pueda.

Saludos

PD: Quiero agregar que Gitax es uno de los Knight más sexys

Al terminarla de hablar Aime se dirigió a la mesa y tomó una copa que contenía limonada, la llevó directo a sus labios y tomó un pequeño sorbo dejando que su boca se llenara del dulce sabor de esta bebida, sonrió satisfecha. Sin embargo el gusto le duró poco pues la sala común se había inundado pronto con un deje de nostalgia. Niqqui se había apartado apenas le entregaron su reconocimiento alejándose de todos y sentándose al pie de la escalera que la dirigía a las habitaciones de las chicas. Soa por su parte había optado por irse cerca de la ventana donde podía observar el interior del lago, Andy la había seguido, los únicos desconcertados al igual que la fenixiana eran Mikael y Gomita que miraban a todos sin darse explicación de lo ocurrido.

Aime estaba a punto de tomar la palabra de nuevo cuando otra presencia irrumpió en la habitación. Se trataba de una castaña a la que la Westrong reconoció como su nueva compañera: May Malfoy. Habían sido presentadas con anterioridad por los directores sin embargo había algo que no les permitía llevarse del todo bien, un presentimiento que la Westrong prefería olvidar por el momento, era mejor llevarse bien para que las cosas salieran de la mejor manera posible.

-Bueno May, llegaste un poco tarde.- dijo sonriendo la ojiazul. Pronto cada uno de los jóvenes se hubo acercado de nuevo al centro de la sala tomando la palabra para presentarse, esperaba que al menos con la presencia de su compañera los ánimos mejoraran un poco, no era tiempo de tristezas.