Aimé.

Era la tercera vez en el día que tenía que ir al ministerio cosa que comenzaba a fastidiarme. Caminaba con paso acelerado por los interminables pasillos de este lugar, teniendo cuidado de no chocar contra alguien, puesto que aun tenía más cosas que hacer.

No estaba segura de a donde era que quería llegar, solamente buscaba algún departamento que captara mi atención. Al fin encontré uno que me parecía interesante, que va que me parecía fascinante el "Departamento de Juegos y Deporte Mágicos".

Para alguien como yo que soñaba en un futuro ser una cazadora de quidditch este departamento era el indicado. Aquí se veían todo tipo de torneos desde las copa de quiddicth o en su defecto el torneo de los tres magos. Todos y cada uno de los deportes mágicos se veían en este departamento y era algo que para mí era más que estupendo.

Mi corazón se acelero en cuanto puse un pie dentro del departamento. No podía ocultar la emoción que sentía, seguramente aquí tenían toda la información de mi deporte favorito. Aquí organizaban los partidos, quienes y donde lucharían por el triunfo. Tal vez ya figuraba mi nombre en una de las listas de equipos de quidditch.

Vi a lo lejos a dos de mis compañeros de clase. Seguramente al igual que yo querían saber un poco más acerca de este departamento y que era exactamente lo que se realizaba allí. Me acerque lentamente a ellos para saludarlos.

-hola chicos ¿también buscando información?- pregunte al tiempo que inspeccionaba el departamento de principio a fin.

Caminaba con un ritmo lento. Repetía continuamente en mi mente las palabras “los nervios son para las personas normales Aime, y tu no eres normal”. Odiaba ir al ministerio pues siempre estaba atestado de gente, cosa que me frustraba mucho y comenzaba a impacientarme.

Del Departamento de Transportes Mágicos, en donde tardaron bastante en atenderme, pero al responder correctamente aquel formulario había sido enviada a este lugar.

 

Al fin llegue al lugar que me había indicado la empleada del anterior departamento. Un cartel con letras negras donde anunciaba que ese era el lugar de los exámenes de vuelo me lo indicaba, además que este se encontraba en la sexta planta, justo a lado del consejo regulador de escobas.

 

La puerta estaba abierta de par en par, esperando seguramente mi llegada. Atravesé la entrada con un paso grácil, y con bastante seguridad, más de lo que yo había previsto tener. Voltie mi mirada atrás, al ver que las puertas, antes abiertas, ahora estaban cerradas.

 

Fije mi vista en el inmenso jardín que se abría paso delante de mí. Era realmente precioso, un verde dominaba en aquel grandioso lugar, algún que otro árbol se veía por aquel prado, y a lo lejos pude vislumbrar algunos aros de quidditch.

 

Todo esto era realmente mágico, y al decirlo me refiero a la parte más literal de la palabra, pues era prácticamente imposible que un terreno así se encontrara en un sexto piso, además que por fuera la habitación se veía muy pequeña.

 

Junto a un árbol se encontraban algunas escobas con un cuidado excelente. Todas eran idénticas, sin embargo yo sabía que no eran las más veloces del mundo, pero servirían por el momento. Tomé una, la elección no fue complicada puesto que todas eran iguales.

 

Una bruja se acerco lentamente a mí. Me regalo una sonrisa y me indico que ella iba a ser mi examinadora. La vi tomar una libreta y recargarse justo a lado de donde estaban las escobas.

 

Me dirige al centro del campo, con mi escoba en la mano derecha bien sujeta. Después la deje en el suelo. Erguí mi postura y respire un par de veces.

 

-Arriba- Dije a la escoba la cual al instante se poso en mi mano, acaricie el mango de la escoba que se encontraba perfectamente bien encerado.

 

Comencé mi vuelo, al principio con algo de miedo. No era la primera vez que volaba pero el tener a alguien mirándome y tomando nota de cada uno de mis movimientos, no era tranquilizador precisamente. Decidí olvidar que la chica estaba observándome y pensar que solo estábamos yo y la escoba.

 

El aire despeinaba mis cabellos dorados. Este era mi lugar, volando me sentía más que libre y la escoba era una amiga bastante confiable. El olor a la hierba y a tierra húmeda era un aroma bastante exquisito que me maravillaba.

 

Me atreví a cerrar los ojos solo por un momento pues, eso podría llegar a ser muy peligroso. Estando a tanta altura, cosa que por lo general me daría miedo pero en este momento mis pensamientos estaban en una calma total.

 

De repente una ráfaga de viento gélido atravesó mis ropas congelando todos mis músculos y incapacitándome casi por completo de moverme. Esto se estaba tornando complicado y seguro era una de las pruebas que debía de pasar. Pense en que estaba en un lugar cálido y continúe mi recorrido, un poco mas lento pero segui, hasta que el frio se fue por completo.

 

Ya no estaba tan cómoda mas bien estaba atenta a cualquier cosa que se avecinara y amenazara con entorpecer mi examen de vuelo. Continúe de una manera mas precavida que antes.

 

Me acerque a los aros de quidditch esperando que alguna bludger me golpeara por detrás, pero jamás espere lo que venía. Una docena de pajarillos volaban junto a mi picoteándome mi cuerpo, no podía soltar la escoba, pero tampoco podía dejarlos que me atacara. Decidí volar en picado esperando que se fueran, y gracias a Merlín lo hicieron.

 

 

Ya tenía bastante tiempo volando y a mi parecer lo había hecho bien. Ahora volaba de vuelta al centro del campo para aterrizar y ver que tal me había ido. Gire la escoba un poco para llegar a aquel lugar.

 

Mi última prueba se presento. Una nube entorpeció mi vista y lo peor era la oscuridad que esta penetraba. Tomé mi varita y conjuré un Lumus, haciendo así mayor mi visibilidad.

 

Al fin había terminado mi examen, y sentía que las cosas habían estado perfectas. Ahora el turno de Nicole de decirme si realmente lo había pasado. Esperaba mis notas.

 

 

 

 

 

FICHA DE PERSONAJE

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Datos Personales:

Nombre del Personaje: Aimé Westrong
Sexo:Femenino
Edad: 27
Nacionalidad: Inglesa
Familia(s):
Padre(s) Sanguíneo: Alyka y Aureas Orfeo Rider
Padre(s) Adoptivos:] Ed Batería Evans y Evarela Black
Trabajo: --

 

Poderes Mágicos:

Rango Social: Unicornios de Oro
Bando: Orden del Fénix
Rango dentro del Bando: Sin rango por inactividad

Hechizos adicionales: --

Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

 

Habilidades Mágicas:
Conocimientos Especiales:
♦ Pociones
♦ Defensa Contra las Artes Oscuras
♦ Primeros auxilios

Medallas

• Compensación por habilidad Legilimancia retirada: 12000 puntos
• Encantamientos eliminado: 4000 puntos
  Estudios muggles eliminado: 4000 puntos
  Herbología eliminado: 4000 puntos
  Historia de la Magia eliminado: 4000 puntos

• Total puntos en Experiencia: 28000 puntos

Perfil del Personaje:

 

Raza: Humano


Aspecto Físico:
Pese a lo que muchos podrán imaginar, la apariencia de la bruja es, del punto desde donde se le mire, lo más alejado a la perfección posible.

Para comenzar, es importante destacar que su característica más predominante, ese cabello encendido por el cual es reconocida en cualquier sitio donde pise, no es más que un tinte que debe retocar cada tantas semanas. En algunas ocasiones, si se corre con suerte, se podrán notar las raíces color oro de su caballera. Optó por esta tonalidad de cabello, pues buscaba algo que reflejará su actitud aventurera y retadora.

Sus ojos son de un color azul intenso y profundo, que a ciertas personas resultan intimidantes. Los adornan unas pestañas abundantes y rizadas que tienden a darle ese toque de inocencia que tanto repudia, pero esto es fácilmente disimulado gracias a sus ojeras amoratadas. Por otra parte, sus labios carnosos, tienden a ser pálidos y apenas se distinguen de entre su piel. Los decora a su manera con un piercing en forma de aro que a la fecha le ha costado unas cuantas heridas.

Su tez es demasiado pálida, por lo que si intenta broncearse pronto obtiene esa tonalidad rosa que la hace parecer un camarón a medio coser. De igual, modo ese tono le garantiza nunca pasar desapercibida ante una situación bochornosa, puesto que sus mejillas toman un rojo vivo que la pone en evidencia.

El resto de su cuerpo es una biografía gráfica de su vida. En primer lugar Aimé no es delgada, es extremadamente delgada a causa de esa vida agitada y malpasada. Se le pueden ver las costillas y aunque varias veces ha intentado subir de peso, nunca logra ocultar su esqueleto de entre su piel. Pero ahí no acaba la cosa; todo su abdomen, sus muslos e incluso la espalda están adornados de un sinfín de cicatrices, producto de sus múltiples batallas contra los mortífagos. Nunca ha intentado ocultarlas por medio de magia, pues piensa que todo aquello solo le sirve para recordar su misión en la vida.

Tiene un par de tatuajes sin significado alguno pero que según su forma de pensar acompañan muy bien aquello que intenta reflejar. El primer está colocado en su hombro derecho, el segundo, pocos merecen saber su ubicación.

Su vestuario se adapta muy bien a diversas situaciones. Por lo general viste prendas oscuras y bastante ajustadas para que no le resten flexibilidad y velocidad y lo complementa con una túnica o capa de bruja. Las tiene de diversos colores, pero sus predilectas son aquellas que cuentan con colores fríos y diversos bolsillos, pues le resultan sumamente prácticas.

A pesar de estar completamente alejada a la perfección, todos esos detalles le dan ese toque de sensualidad con el que es altamente reconocida.

Cualidades Psicológicas:
Su comportamiento cambia según con las personas con quienes se encuentre, lo cual para ella cuestión de hipocresía, sino más bien de conocimiento de jerarquías. Así, cuando se encuentra ante personas superiores tiende a ser una mujer seria, pero siempre firme. En cuanto a sus amigos, conocen ese lado más íntimo, acompañado siempre de un toque de dinamismo y comedia. Tiende a una postura irreverente, agresiva y tosca con aquellos que le desagradan, independientemente de que se encuentren en su mismo círculo social.

La humildad no es sinónimo de Aimé, todo lo contrario. Es una persona altiva que tiende a sentirse superior a los demás, es soberbia y tiende al autoritarismo. No le gusta que la vean como indefensa, ni que traten de pasar por encima de ella, pero en su afán de lograrlo, tiende a dañar muchas veces a terceros, comportándose del modo que tanto critica.

Es una mujer impulsiva, tanto actos como en palabras, se podría decir que no tiene pelos en la lengua cuando debe comunicar algo que le incomoda, perdiendo con ello varias oportunidades y relaciones tanto laborales como de pareja y amistad.

Debido a los años dedicados a la batalla desarrolló ciertos problemas psicológicos y comportamentales que la asechan a diario. En primer lugar, una fuerte tendencia a seguir los vicios comunes, presentando adicción al cigarrillo, el alcohol y ludopatía. Rara vez se le encontrara ebria, pero necesita de ciertas dosis al día para poder mantenerse en pie. En segundo lugar, presenta un delirio de persecución constante, pero no hacia ella, sino a cualquier persona que le rodee, lo cual siempre la tiene en estado de alerta y le genera insomnio.

Considera la lealtad y sacrificio como un emblema personal (independientemente de su bando) por el cual rige cada una de sus acciones. Todos los miembros de la Orden del fénix son considerados para ella como familia, y cualquier ideal que persiga su bando, será también su meta principal. Considera que su misión en la vida es la de proteger el mundo mágico a cualquier costa y atraer al mayor número de personas hacia la luz.


Historia:
Los datos exactos de su nacimiento son un misterio. Según lo que le ha contado su madre, ella nació una tarde de primavera al igual que sus tres hermanas (Mary, Anna y Mafer), sin embargo al estar Khaterin agotada terminó dormida y en esos mismos instantes todas las niñas fueron arrebatadas de sus brazos. Esa es la única información que la joven tiene acerca de su nacimiento, pues el lugar y día donde ocurrió fueron borrados de la memoria de su progenitora. Por esa razón utiliza la fecha de cumpleaños que le dio su familia adoptiva, el 27 de noviembre.

El pasado que la joven recuerda transcurre únicamente en el castillo Batería Evans, aquel lugar al que aún considera su hogar. No se sabe exactamente como pero la niña llegó a los brazos de Ed Batería Evans y Evarela Black, a quienes creyó sus padres sanguíneos la mayor parte de su vida. Creció en aquel castillo sabiendo siempre que era una bruja, acompañada de sus padres y hermana Karla. Siempre sintió mucho afecto hacia su padre, el cual se lo devolvía con la misma intensidad, pero con Evarela la cosa era distinta, de niña no entendía porque le causaba tanto terror y tuvieron que pasar años antes de que lo descubriera.

Desde pequeña sintió una gran afición al mayor deporte mágico: el quidditch, sin embargo apenas y formaba parte de equipos y debía abandonarlos por falta de tiempo y dedicación. Aun así la mayor parte de sus familiares se dedicaban a este, incluyendo a su padre. Aprendió a volar la escoba teniendo unos cinco años de edad con la ayuda de un adulto pero a los seis ya la podía manejar por si misma. Su verdadera pasión se encontraba en la magia y a escondidas tomaba la varita de papá para intentar realizar algunos hechizos simples, que casi siempre terminaban mal.

En su adolescencia ingresó a la Academia de Magia y Hechicería, lugar que le ayudó a perfeccionar su magia y sus habilidades en duelos. En este lugar conoció muchas personas que en un futuro terminarían por cambiarle la vida, o darle u mayor sentido a esta. Puede asegurar que los momentos mas felices que han pasado en su existencia transcurrieron en la academia, dentro e la torre de los aethonans de Salem.

Curso generales 30, aquella clase estaba llena de alumnos, entre ellos Mary y Mafer con quien sintió un afecto y empatía bastante singular, algo que era inexplicable para personas que acababan de conocerse. Por primera vez se sentía realmente unida a alguien que no formara parte de los Batería Evans. Pero el gusto le iba a durar muy poco pues, fueron asignadas a casas distintas, por lo cual el contacto cesó mas rápido de lo que esta había iniciado.

La muchacha pensaba que las cosas irían mal ahora que había perdido a sus amigas sin embargo nada ocurrió según lo que ella pensaba, en la casa de los Aethonans le fue mejor de lo previsto. Conoció personas únicas, Little G y Hilary Gryffindor, tuvo su primer novio y como si las cosas no pudieran ir mejor, fue nombrada prefecta de casa. Vivió momentos increíbles en aquel lugar; la pijamada, donde fue nombrada prefecta y el campeonato de las casas, donde consiguieron el segundo puesto.

En ese mismo tiempo, al ir a felicitar a la jefa de la casa vencedora y darle un abrazo, sintió como una recarga pasaba por su cuerpo y vio como a aquella mujer se le iluminaron los ojos. Aquello podía haber sido una total casualidad, pero Aimé era la hija perdida de Katherin Weasley. Pero aún no era tiempo de que ella lo supiera.

Se graduó de la academia e ingresó a la Orden del Fénix con muchas dudas respecto a si aquel bando realmente era lo que buscaba. Sus amigas no estaban allí, y tenía casi total seguridad de que su novio, el joven Pik se había alistado a las filas de la marca. A pesar de que estar en la Orden era su sueño de infancia, había sido criada por Evarela Black, y su carácter se adaptaba poco o nada con lo visto dentro de ese bando.

En la Orden del Fénix estaba rodeada de personas conocidas, su hermana Karla, su Padre Ed, Katherin, entre muchas otras personas, y ese era el motivo por el cual seguía dentro de las filas del bando.

Ahí fue cuando conoció a Gitax, un chico muy apuesto, le gustaba y sentía mucho afecto hacia el pero las cosas no podían ser tan fáciles, aquel muchacho era el prometido de su hermana Karla, y padre de su primera sobrina. La joven apenas y podía superar eso, siendo solo una adolescente había estado a punto de traicionar a su hermana y por si fuera poco, Gitax insistía a diario con que ellos aún podían ser algo.

Si la situación no era lo suficientemente estresante, estaba a punto de tomar un giro inesperado. Katherin había perdido cuatro hijas, hacía ya varios años, nunca supo que había pasado con ellas, pero después del contacto con Aimé, supo que algo extraño había pasado, por lo que se sumergió en una investigación exhaustiva, hasta que descubrió que una de las hijas perdidas era la aquella chica de cabellos dorados.

El enterarse de que todo lo que conocía no era más que una mentira. Había perdido probablemente al amor de su vida, a su familia y amigos en cuestión de semanas y todos ellos tenían algo en común: La orden del Fénix. Era más de lo que podía soportar, el odio y resentimiento se apoderaron de ella y se acercó a las filas oscuras, pasando información del bando al que pertenecía, con la intención de pronto adentrarse al lado tenebroso.

Jamás llegó a pertenecer a la marca tenebrosa, pero si abandonó la Orden del Fénix, no quería nada que tuviera que ver con aquellos que la habían destrozado. Esta fue la primera vez que Aimé huyó de Ottery. Para su fortuna, esto solo le sirvió para crecimiento personal. Siendo tan solo una adolescente consiguió reencontrarse consigo misma, establecer metas e ideales, consiguió perdonar a sus padres por el abandonó, aceptar a Katherin como madre de sangre y establecer todo tipo de fortaleza para superar la oscuridad.

Para su sorpresa, Katherin había optado por crear un hogar, no solo para ellas, sino para el resto de las hermanas perdidas, estas eran curiosamente aquellas muchachas que había conocido tiempo atrás en la academia. Su madre se había dado a la tarea de encontrarlas a todas, reunirlas y empezar una familia. Aimé por fin sentía que pertenecía a algún sitio.

Regresó a la Orden del Fénix, ahora firme de cuál era su destino. Se tatuó en el alma su lema: Lealtad y sacrificio. Estaba dispuesta a dar la cara por su bando y a no decepcionar a quienes confiaron en ella una segunda vez y así fue que lo hizo.

Se inició en el campo de batalla, descubriéndose como una talentosa duelista y una enemiga letal, aquello le fue sumando experiencia, habilidad y por supuesto, ascensos continuos dentro de la Orden del Fénix, llegando a consolidarse como Demon Hunter antes de cumplir siquiera un año dentro de su bando.

Se le abrieron también las puertas de la Academia de Magia y Hechicería, iniciando como jefa de casa, siendo profesora y escalando hasta la dirección de aquel lugar. Al mismo tiempo se encargaba también de la sanación de aurores dentro de San Mungo. Había pasado de ser una initié solitaria a encontrarse abrumada ante tal cantidad de responsabilidades, pero se sentía incapaz de renunciar a cualquiera de ellas.

Pero a pesar de aquel crecimiento, había una cosa que no había enfrentado aún, y eso era su pasado en el amor. Gitax ya no estaba con Karla, pero a pesar de eso, ella jamás había logrado perdonarlo por aquellos meses de sufrimiento que vivió tras aquella desilusión. Ahora eran compañeros y debían trabajar de la mano, pero ella no podía mirarlo a los ojos sin sentir ese gran desprecio.

El Weasley se encargó de irse acercando nuevamente, lentamente y sin que ella lo notase, enamorándola poco a poco, derribando todas aquellas defensas que se había dedicado en construir con el paso de los años, hasta que una noche, lo inevitable ocurrió. Semanas después se enteró que aquel encuentro fugaz con el Weasley había traído una gran consecuencia; estaba embarazada.

Además, hay ciertas cosas imposibles de evitar cuando te sumerges en una vida como aquellas, enredada en la guerra, en la muerte, el dolor… Todo eso y las hormonas del embarazo la habían sumido en una terrible depresión y raras veces se le podía ver a la mujer que había dado la cara por la Orden del Fénix tantas veces. No sabía que hacer con su vida.

Dio a luz a un varón, el cual, lo del al cuidado de Kassandra, hija de Gitax y a la cual quería como si fuese su propia hija. Aimé pensaba que era la única manera de que el niño pudiese vivir a salvo, debido a que ella solo lo podría criar alrededor de un ambiente toxico. Así, sin esa responsabilidad, huyó de Ottery una vez mas, dispuesta a alejarse de la magia para siempre.

Pero hay ciertas cosas en la vida que son imposibles de dejar, no importa cuanto te alejes, te atraen cual imán. Así, luego de dos años decidió empezar desde cero, sin familia, sin amigos, pero con motivo: dar la cara por la Orden del Fénix.




 

 

Pertenencias:

 

Objeto Magico Legendario:

 

Elfos:
--

 

 

Licencias, Tasas, Registros:

Licencia de Aparición: Si

Licencia de Vuelo de Escoba:Si

Registro de XXX:


 

 

Otros Datos:

Otros datos:

• Varita mágica. Madera de picea, núcleo de dragón, 31 1/4 cm. De nombre mondchain, con las iniciales Aw talladas en el mango.

Cronología de cargos:


Premios y reconocimientos:

 

 

Links de Interés Referentes al Personaje:

 

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