Aimé.

<<Pero que eficacia>> pensó la bruja al observar el esmero de aquellos pupilos. Apenas habían aparecido las plumas en sus manos habían comenzado a deslizarlas sobre el papel, explicando aquellos errores que los profesores cometieron con un propósito clave, el enseñarles. Posiblemente se saltaran algunos detalles - incluso ella solía confundirse en un par de ocasiones- pero sin lugar a dudas el esfuerzo seria recompensado. Sus gestos de concentración eran inconfundibles, aunque alguno soltaba al aire una que otra palabra, entre queja y desgana.

Al pasar los 15 minutos, Aime se dirigió al grupo para recoger los pergaminos que no habían sido entregados con anterioridad, ya que un buen numero había terminado incluso antes de que el plazo se venciera. Tuvo que negar la cabeza un par de veces pues le pedían unos minutos mas de tiempo, pero no podían darse el lujo de perder un minuto. Tenían que acabar la clase antes de la medianoche, por la propia seguridad del grupo y el descanso de la profesora que no soportaba estar tanto tiempo fuera de casa.

Dirigiéndose nuevamente al centro, se dio cuenta de que la luna comenzaba a aparecer entre los montes y pronto la luz seria apenas perceptible. Discutió mentalmente el hacer aparecer antorchas, pero aquello les daría una excusa para flojear. Tenían que pensar ellos mismos en posibles soluciones a sus problemas, que solo resultarían con el uso de su propia varita mágica, ademas, nunca se sabia cuando se podía ser atacado y encontrarse en oscuridad les daba una experiencia inigualable. Tenían que ser astutos y actuar rápido, haciendo uso del resto de sus sentidos.

-Bueno chicos, es hora de que vuelvan a entrar en batalla. Cuando se encuentren en un duelo, deben saber reaccionar a tiempo y de la mejor manera posible -menciono -. Les lanzare unos cuantos hechizos de ataque y ustedes deberán responder con hechizos de defensa. No es algo tan complicado - sin mas que decir, avanzo un par de pasos hasta quedar a siete metros del grupo de estudiantes.

-Expelliarmus - Aime lanzo el rayo para cada estudiante. Como era bien sabido, aquel hechizo se encargaba del desarme y lograría que la varita de cada uno de los presentes volara un mínimo de 4 metros, para que no pudiesen recogerla en caso de perderla. Si intentaban correr por ella, Aime se encargaría de que les fuese imposible.

-Incarcerus- conjuro la mujer para cada alumno. Segundos después, tres cuerdas viajaron directamente hacia cada estudiante. Una de las cuerdas se ataría en sus ojos, impidiéndoles ver. La segunda cuerda impactaría alrededor de su garganta, para que no pudiesen lanzar ningún hechizo de tipo verbal. Ya se encontrarían en aprietos, pero no seria lo único que haría. Para finiquitar, la ultima cuerda logro llegar hasta ambos tobillos de los muchachos, haciéndolos caer directamente al suelo.Aquellos que habían perdido la varita, no podrían ir por ella.

OFF:

Intercalaciones. Parte 1

Anna M. Johnsson

Millie M

Pajarraco

Chicos, el echo de que algunos no acertaran a muchos errores, no es motivo para desistir ni para desanimarse. Tanto Rada como yo estaremos gustosos de resolver todas sus dudas y que sigan aprendiendo. Los espero en la siguiente actividad.

http://i.imgur.com/OULGJsB.png

Nombre del Personaje: Ashindrel Keferstein

Sexo: Femenino

Edad: Mediana edad

Nacionalidad: Polaca

Varita: Madera de tejo, 29 3/4 cm y núcleo de fénix. Tiene sus iniciales talladas en la base.

Patronus: Un zorro rojo.

Colegio: Beauxbatons

Aspecto Físico:
Ashindrel es una mujer de apariencia albina, pero con espesas pestañas de color oscuro. Su cabello es blanco como la misma nieve, que llega hasta su cintura y es peinado usualmente con un poco de ondulación.

Es una mujer alta y de ojos grises. Lleva un par de kilos de mas que se pueden notar en sus caderas, aunque su cintura es pequeña y presenta un cuerpo curvilíneo.

Su piel extremadamente sensible, se irrita con facilidad y presenta enrojecimientos en varias zonas, estos no suelen ser graves y la mayor parte del tiempo son ignorados. No puede pasar muchas horas bajo el sol, pues este le produce quemaduras, de una manera mas rápida que a la persona promedio.

Tiene varios tatuajes, un par en su espalda (I`m a Dark Angel // regards et pistes), otro mas en el tobillo (una pluma) y uno en las costillas (pasja i krwi).

Su voz es imperiosa.

Cualidades Psicológicas:

Si existe una palabra que la defina, es, sin duda alguna: Egoísta.

Solo mira por ella, no existe familia ni amigos trazados en su historia, excepto la palabra traición. Aprendió a valerse por si sola, a confiar en nadie mas que en ella misma y a creer solamente en lo que su juicio dictara.

No es bueno confiar en ella pues no dudaría en traicionarte si ve un beneficio mayor, pero es una buena estratega y lucha por obtener lo que quiere, le cueste lo que le cueste.

Es experta en el arte del engaño y la seducción; conoce sus armas y las utiliza sin pena alguna.

Historia:
Hija de Yacovela y Borys Keferstein, una familia de ladrones de antigüedades. Fue criada en su natal Polonia hasta los 6 años, fecha en que su madre fue capturada, siendo abandonada por Borys en medio de un atraco. En medio de la huida, Borys recibió un balazo en el tobillo. El hombre huyo con la niña hasta llegar a Francia, un lugar donde no existía pasado ni mancha para la familia.

Cualquiera puede pensar que la llegada a Francia supondría un inicio nuevo, una vida llena de satisfacciones y un final feliz, al contrario de eso, Ashindrel fue criada para ser la mejor ladrona y estafadora. Su padre, incapaz de robar por la dolencia del tobillo y negado de trabajar de manera legal, comenzó a obligarla a robar el pan, haciendo uso de su inocencia infantil. Los pedidos fueron creciendo hasta que un poco de comida era el robo mas insulso. Era una ladrona sigilosa, pero en el fondo había algo oculto, que no se enteraría hasta cumplidos los 11 años.

Cuando la carta del colegio llego a sus manos, se encontró en un conflicto emocional. Pensó en contarle a su padre pero a sabiendas de su carácter poco común, decidió ocultarlo y poner en practica la mayor enseñanza que había recibido de su persona: el abandono. Así, sin penas ni temores, acepto la plaza que Beuxbatons le ofrecía engañando a los mismos directivos y fingiendo ser huérfana. Pero esto no duro mucho y se vio en la necesidad de entregar a su padre a las autoridades polacas, quienes aun le buscaban

Su llegada a ese lugar no supuso ningún cambio, ya estaba demasiado rota como para ser arreglada. Lucho contra sus instintos pero al final de cuentas estos siempre volvían, hasta que terminaron por aceptarlos y acentuarlos aun mas.

Al graduarse, se encontró sola. No se sentía capaz de trabajar para ninguna dependencia ni tolerar ningún mando. Pero aun quedaba su pasado, sus conocimientos y su habilidad, solamente que ahora no había nadie a quien deberle nada.

Pertenencias:

- Antigüedades robadas.

- Su varita mágica.

- Un dije de plata en forma de copo de nieve.

- Una daga con zafiros.

OFF:

Chicos, una disculpa a quienes les quedamos debiendo correcciones. Aquí mismo se las dejo:

Titanovic

Pajarraco

Chicos, hice off solo para dejar estas notas. Para el resto, no esta permitido simplemente postear un OFF si no se los indicamos.

Besos.

<<Demonios>> pensó la bruja mientras veía como Radamantys se libraba de su expelliarmus al agacharse. No sabia porque no había pensando en eso, ahora el se encontraba atacándola y dejándola muy mal parada frente a sus alumnos, sin embargo, aun le quedaban muchos trucos bajo la manga que pondría en practica esa misma tarde. Ademas, había enviado un sectusempra contra ella y ahorra podía ver como la sangre corría a lo largo de su túnica. A causa del frió resultaba el doble de molesto.

-Episkey.- dijo justo antes de que la silenciaran, pues si no lo hacia moriría en el intento al no poder pronunciar su hechizo. Apunto la varita directamente a su pecho, para que el rayo golpease con fuerza en el lugar indicado. Se trataba de un rayo de tonalidades doradas, indicadas para la función que cumplía en su cuerpo. Al instante, todas las heridas sangrantes pararon y se sentía como nueva, revitalizada, al punto que no le importo que Radamantys la hubiera silenciado.

Abrió su boca pero ningún sonido salia, tampoco perdería tiempo intentándolo pues el se podía aprovechar. Limpio la unica mancha de sangre que habia quedado en Mondchain, para que el siguiente efecto no se viese interrumpido. Las miradas de los alumnos estaban atentas, esperando que su actividad fuera requerida.

<<Morphos>> pensó la muchacha observando la capa negra que cubría el cuerpo del mortifago. Esta se transformo de inmediato en un león de montañ[/size]a mexicano, también conocido como puma. La criatura mostró sus dientes afilados y emitió un rugido, antes de morder la cintura del hombre que tenia delante. Por si fuera poco, al mismo tiempo encajo sus garras en los muslos. Radamantys tenia varias heridas encima y poco tiempo para actuar.

El aire comenzaba a ser mas denso, posiblemente resintiendo la tensión del ambiente. Aime aspiro hondo y le miro, ya había mucha sangre en el piso y la criatura aun se encontraba en espera de una siguiente orden. Sus ojos chocaron con los de la fiera, que ante su presencia se mostraba dócil, obedeciendo cualquier mandato de su creadora.

OFF:

Hola amores +.+.

Que lindo verlos tan entusiasmados con su clase, me emociona aunque lo duden.

Estuve leyéndolos y solo me queda dar una recomendación general antes de entregar notas individuales: Es importante que lean las listas de hechizos a detalle, tienen pocos huecos y dejan claro la función de cada hechizo y las especificaciones de estos. Si hay algo que no entienden, no tengan pena de mandarme un mp o en su defecto, hablarme al skype.

Ahora si:

Sira Granger

Mia Torres

Allen Abbadonia

Sexta planta

Alta de Catherine

<< Catherine>> pensó la Westrong. Luego de la muerte de Pandora, aquella mujer había llegado a sus vidas. Había escuchado de ella, aunque la mayoría de sus compañeros no le tuviesen mucho gusto y claro que les entendía. Perder a Pandora había resultado no solo triste, sino algo deprimente. La vampira había cumplido su ciclo y ahora permitía a alguien mas ocupar su puesto, aunque no estaba segura si Catherine lograría cumplir las expectativas que la otra mujer había dejado por los cielos. Pero por el momento, solo quedaba darle el beneficio de la duda.

- Curiosamente no es este lugar, mas bien la vida en si. No existe un libro ni religión que lo explique mejor que la experiencia. Puede que suene muy espiritual pero al morir, tu alma queda en un lapso de inestabilidad que puede durar de unos cuantos minutos a incluso semanas, depende de la situación y la persona. Si logramos actuar a tiempo entonces la vida regresa - ni siquiera estaba segura de sus palabras pues era su propia hipótesis la que exponía. Meses habían pasado antes de decidirse por aquella opción, pero resultaba lógica y creíble pues, de que otro modo se podría conseguir a un muerto volver a la vida?. Ni siquiera haciendo un pacto con demonios de cruce de caminos.

Explico a la nueva fenixiana lo que necesitaba hacer, así no se sorprendería al ver las manos de la Westrong sobre su cuerpo - el resto de los fenixianos ya estaban acostumbrados a las curaciones de rutina-. Mojando previamente un trapo, lo paso por las heridas eliminando al instante la mugre y la sangre seca. Era un tratamiento que variaba según la gravedad de la herida, siendo mas delicado entre mas piel estuviese muerta. Con un liquido rojo removió cualquier virus o bacteria que pudiese infiltrarse y después aplico los ya conocidos ungüentos que ayudarían a cicatrizar.

Salio unos segundos de la habitación y al volver tenia en su mano dos frascos distintos. Se los tendió a Catherine para que los bebiera antes de salir. Le ayudarían a renovar energías y reponer la sangre perdida en batalla. Era algo nuevo para ella pero debía acostumbrarse pronto o terminaría en un shock mental inevitable, les sucedía a todos, incluso a los que tenían tiempo para prepararse.

Tomando el pergamino que estaba tendido sobre la mesa, sumergió su pluma en tinta esmeralda y firmo con agilidad. Entrego aquel papel Catherine. Si deseaba irse, podía hacerlo.

Sexta planta

Días después del encuentro con Gitax

Dos días habían sido parte de su descanso. Con los meses de embarazo cada vez le parecía mas complicado el asistir al hospital a trabajar, pues no solo comenzaba a extrañar su cama, sino que había dado un valor muy importante al dormir. Por otro lado sus piernas lucían mas gordas de lo normal, en especial sus pies a causa de la , necesitaba usar sandalias pues sino, sentía como estos amenazaban con hacerle reventar la zapatilla.Su barriga incluso le impedía inclinarse, era realmente un estorbo. Si algo le gustaba era la excusa de poder comer lo que quisiera, cuando quisiera y echarle la culpa al bebe, pero solo eso.

Ensimismada en sus pensamientos no se percato de la alarma de llegada, que sonaba como un suave tintineo que iba y venia. No fue hasta que una de las enfermeras - una mujer regordeta y con el cabello rizado - le informo de la llegada de un muerto. No le gustaba pensar en la muerte como tal, pues sabia que no podía curar a una persona que ya había pasado el velo que separaba los vivos de los muertos, aquellos que llegaban al hospital aun tenían tiempo, no pasaban la linea divisoria.

No reconoció a la mujer, pero eso no le impidió atenderla, aunque si le fue reconcertante. Jamas se perdía una ceremonia de ascensos o bienvenidas dentro de su bando y jamas la había visto, ni siquiera a una distancia lejana pues sabia distinguir el contorno de los cuerpos. Pero pertenecía a la Orden del Fénix, aquello estaba mas que claro. La luz en su rostro y la accesibilidad a la sexta planta la delataban como miembro de su propio bando.

La poción con que la reviviría se encontraba al fondo del armario, fue necesario utilizar la punta de sus dedos para dar con ella. Era de un tono verdoso y brillante, que no se antojaba en lo mas mínimo. Para suerte de la mujer, apenas percibiría el rastro amargo al despertar, pues su cuerpo necesitaba toda la esencia para reponerse de aquel estado tan detestable. Colocando su palma bajo su garganta, obligo al cuerpo a tragar. En su mente pensó un par de veces en el hechizo, episkey, así evitaría dolencias futuras.

La espero, quizas unos segundos, quizas minutos. Al verla abrir los ojos, le sonrio.

-Bienvenida a la vida. Quien eres? - cuestiono la pelirroja. Aime era directa y sincera.

Sacando un listón en el bolsillo derecho de su túnica, se dispuso a recoger su cabello. Podía observar como intentaban defenderse de los osos y curiosamente era la primera vez que veía a un oso panda asesino. Poco a poco y con la muerte de aquellas criaturas, las piedras comenzaron a volver al escenario pero en posiciones distintas, algunas incluso se encontraban quebradas por los duros golpes propinados en la practica. Aquellos muchachos no estaban acostumbrados al duelo y posiblemente no entendían la necesidad de dañar o matar, otros habían atacado sin ni siquiera pensarlo dos veces.

Suspiro mientras esperaba que la practica culminara. Pudo distinguir algunos rostros conocidos, al igual que reconocer los nombres de muchos otros. Realmente era irrelevante que los conociera o no, seguían siendo un grupo de alumnos sin favoritismo alguno. Pero eso no le impidió sonreirles en sus presentaciones. Fuera de la clase podían acercarse nuevamente a ella y charlar animadamente.

Una vez que todos los osos habian desaparecido, fue al centro del circulo seguida de Radamantys, previamente indicando a los alumnos que se quedaran alrededor. La distancia que la separaba del otro profesor eran aproximadamente 7 metros, era una distancia clave, no cerca para ser muy peligroso pero tampoco tan lejos para que los hechizos no dieran con su objetivo como sucedía en algunos casos. Miro a Rada unos segundos, luego giro su rostro hasta quedar cara a cara con el grupo de estudiantes.

-Les daremos un ejemplo de lo que es un duelo entre dos personas. Presten mucha atención, no quiero que se les escape ningún detalle - La Westrong rió por lo bajo mientras les guiñaba un ojo y volvió a concentrarse en la batalla que llevaría a cabo en unos segundos. Seria una practica sencilla pero importante en el desarrollo de aquellos pupilos.

<<Expelliarmus>> pensó la mujer. La invocación salio de su varita y si el mortifago no lograba defenderse quedaría desarmado, dándole una ventaja evidente a la chica. Era hora de que Radamantys pusiera sus conocimientos en acción, lo estaba esperando.

Sexta Planta

<<Vamos, mi querida Demon Hunter, quiero que me muestres lo que tienes para mí... Quiero que me muestres lo que tienes para mi... Quiero que me muestres... Muestres...>> Aquellas palabras resonaron en su cabeza una y otra vez hasta que encontró su significado: la estaba retando. La razón era un misterio, pero Gitax buscaba algo de ella y claramente sabia como conseguirlo, la conocía tan bien como hacerla flaquear. Incluso cuando tenia que cambiar muchos aspectos de si misma para hacerlo debatir internamente, lo haría, con tal de darle la contraria. Tan perdida estaba en sus cavilaciones que casi no se dio cuenta de que el hombre trataba atacarla.

-Ardius incarcerus - conjuro antes de que el lograse enviar su hechizo. Ahora eran 6 cuerdas las que viajaban por los aires, aunque los objetivos eran distintos. La joven no tenia ninguna intención de herirlo, no ahora que había descubierto su juego. Necesitaba neutralizarlo y llevarlo fuera de esa sala, antes de que Athena se diera cuenta de lo que sucedía. La primera cuerda se había ido a insertar alrededor de su boca, puesto que solo de aquel modo podría evitar los hechizos verbales. Una mas había hecho que sus brazos se pegaran a los costados y aunque aun contaba con su varita, la puntería seria claramente neutralizada. Por ultimo, había atado ojos para que no viese el próximo movimiento.

Había caído al piso a causa de la cuerda que ataba sus tobillos, cosa que le había dolido mas a su bebe que a ella misma. Cuando se pasaba tanto tiempo en batalla, el individuo tendía a acostumbrarse al dolor hasta que este dejaba de ser un problema. Ella no era una experta en el manejo del dolor. Siempre que había sufrido heridas que le costaba meses sanar, terminaba refugiándose entre botellas de whisky y noches en el bosque, pero de algún modo sabia tolerar una caída.

<<Evanesco>> Pensó de inmediato. Sabia que al ser cuerdas gruesas podía desaparecer un par en un mismo hechizo. Incluso si parecía imposible, al inclinar su nuca hacia atrás logro que ambas cuerdas, las que impedían su vista y habla, lograsen entrar en contacto. Ambas cuerdas desaparecieron al instante.

Los momentos que paso cegada le sirvieron para pensar mas, necesitaba desarmarlo y llevarlo pronto a bajar esa borrachera.

-Kiorke - al invocar aquel látigo no pudo mas que sentirse como gatubela y aquello le revolvió el estomago, el minuto atrás la había llamado gatita. Para su suerte, el látigo obedecía según su mente lo dictara. La varita aun se encontraba en la mano de Gitax, por lo que hace mismo lugar se dirigió el látigo. Una vez que ato la muneca le hizo tirar con fuerza, tanta, que logro fracturar el radio, generando una fractura de colles. Siendo sanadora y habiendo recibido en el paso muchas fracturas de ese tipo, sabia que el dolor le impediría lograr una puntería certera e incluso podía perder la varita. Para su propia suerte, el no podía cambiarla de mano gracias a la cuerda que mantenía sus brazos a los costados.

-Se que duele amor, pero yo me encargare de hacerlo sanar- curiosamente no habia tono de ternura en sus palabras. Aime seguía molesta.

OFF: Edito para agregar la planta.

Apaaa, felicidades +.+

Y si Natan, se pasaron los roles por el or... solo para modificarlos a su antojo, pero de cualquier modo ya tenemos mas pruebas.

Aime la vio en la Peverell, luego de su fallido intento de cambiar su apariencia. Intento usar metamorfomagia para ocultar su identidad pero dado que el uso de habilidades en asaltos esta prohibido, esta se invalida. Hoy en la noche hago rol en The hunters para informarles.

http://i1344.photobucket.com/albums/p651/Aziid/Rol/DB54_zpsc2f73a01.png

Sus parpados se movieron lentamente, como si un imán les impidiese despegarse. Llevaba cerca de 10 horas en cama, como si de una bella durmiente se tratase y de no ser por aquel exquisito olor a panqueques, su sueño habría perdurado varias horas más. El aire se encontraba impregnado por un extraña combinación entre el azúcar y la canela, con una cucharadita de mantequilla y vainilla, incluso podía distinguir una ligera presencia de nuez.

Era poco mas de las cincos de la tarde y ella apenas iba a desayunar; eso pasaba cuando tu hora de dormir pasaba de las 7 am. Se levantó arrastrando los pies por todo el pasillo, haciendo mas ruido del que le gustaría admitir. Si algo no extrañaba de dar clases era eso, tener que cumplir con un horario tan estricto, que no cumplía ni siquiera en San Mungo. Debía de desayunar, darse una ducha rápida, ataviarse con su túnica mas cómoda y salir rumbo al sitio en cuestión.

Una hora mas tarde, ya se encontraba en caminó. En el aula de la academia había dejado una serie de trasladores que los transportarían a su destino final. No estaba segura de que el sitio resultase atractivo, pero lo cierto era que le importaba poco o quizás nada, cuando se le prestó la oportunidad de aceptar dicha oferta había aceptado sin dudarlo. No era para menos, aquel sitio había marcado la historia dentro de las comunidades mágicas y había recibido míticas batallas dualísticas, como la de Gridelwald con Dumbledore o los Potter con el que no debe ser nombrado. Por supuesto que su destino era el Valle Godric.

Las calles eran victimas de la muerte de la nieve que había azotado el pueblo una semana atrás. El camino era resbaladizo y tuvo cuidado de no caerse, agarrando todo cuanto encontrara a su paso: desde la pared hasta los postes. Como era de esperarse, debía acudir a las afueras de la ciudad, donde ningún muggle chismoso pudiese enterarse de la existencia de un mundo distinto, un mundo donde ellos cohabitaban con brujas y magos día con día.

Rodeado de pinos y helechos se escondía un claro, era el lugar perfecto para aprender una serie de hechizos que se tatuaría en su memoria. Ella se encargaría de darles las bases y resolver cualquier duda que estuviese en sus manos si con eso formaba a una generación de gente preparada, quizás los futuros aurores. Aime estaba segura de que lograría su misión, incluso en aquel estado de embarazo en el que se encontraba.

Al cabo de un rato notó la presencia de Radamantys, un hombre al que no conocía demasiado bien. Lo saludó con cortesía y le invitó a sentarse en el suelo en espera del resto de los alumnos. Cuando estos llegaron, la bruja se puso de pie y sonriendo les dio la bienvenida:

-- Hola chicos. Mi nombre es Aimé Westrong y el día de hoy les impartiré una de mis clases favoritas: Duelo -hizo una pausa y agrego- El profesor les explicara que hacer.

OFF:

Hola amores (extrañaba dar clases)

Mi nombre es Aymee, tengo 19 años. Vivo en México, en el estado de Sonora específicamente. Estudio Lic. en Psicología, estoy en mi 2do cuatrimestre, también tomo clases de ingles y francés, mi tiempo libre lo divido entre el foro y mi vida social xD.

Dentro del foro manejo a Aime. Es un AR dentro de la Orden del fénix, ademas de ser directora de la Academia.

Pueden encontrarme en skype: aime.perduts

Por mis horarios quizás no me encuentren siempre conectada, pero pueden mandarme un mensaje si tienen alguna duda, aquí en el foro.

Solo para aclarar: cualquier tipo de ayuda esta prohibida. Si no entienden, preguntenos a nosotros y resolveremos sus dudas. La idea de esto es que aprendan, no importa si los tengo mañana y noche prendidos en el skype, créame que no me molesta xD.

 

Alumnos:

Sira Granger
Anna M. Johnsson
Allen Abbadonia
pajarraco
Aura Westrom

Mía Torres

Titanovic
Gerard Weasley

Dark Ghost Gryffindor

Dylan Ramsay

Mary_malfoy95

angelcullen

Temario:

Amores, tienen hasta el día 13 para contestar. Nos vemos.

Desde el celular todos los mensajes parecían una biblia. Bueno, no todos, solo uno de Ed.

Cuenten conmigo, aunque estaré un poco perdida porque comienzo parciales (pero solo uno me preocupa, así que xD).

En el Dumbledores Night, Felicity aparece sin multijugos, para nuestra mala suerte ( si asi lo queremos llamar), aparece justo después de que Mey salga. Por ahora nos tenemos que conformar con esa conversación, que creo que es mas que suficiente.

Dentro de su tunica encontro una varita de repuesto. Era de nucleo de unicornio y madera de roble blanco. No le gustaba demasiado, pero seria util para que Arya pudiese salir de la prision.

-Liberacorpus- musito la joven de cabellos rojos haciendo que Arya cayese de inmediato al suelo. Fue una caida un tanto graciosa pero no tenia tiempos de festejar ni siquiera el mas gracioso de los chistes, era tiempo de actuar y conseguir que la bruja saliese de ese lugar que la mantenia presa. Ya estaba libre de esa atadura y no permitiria que ninguna otra la tocase.

-Aqueora.- conjuro, esta vez el hechizo que se convertia en una hermosa y grande esfera de agua cubrio el cuerpo de arya, no sin que antes Aime le entregase aquella varita que habia traido especialmente para ella. Necesitaban salir rapido y la Westrong lo sabia, contaba mentalmente los segundos que estaba tardando esa batalla. El aqueora le curo a Arya cualquier herida que tuviese

-Episkey.- penso la Westrong curandose del fuego maldito mortis que le enviaba Isaac. No podia morir aun, necesitaba permanecer a salvo para sacar a Arya de esa mugrosa prision y ese terrible desierto que la estaba haciendo sudar, aunque quizas eso se debia a la adrenalina.

- Ardius Corpus Patronus.- espeto la muchacha mientras se acercaba al lugar donde estaba prisionera Arya. No permitiría que le pasase nada, esa chica valia la pena y ya habia mostrado sus agallas con anterioridad. El fenix era una defensa importante, era alto, grande y con unas alas enormes, sin embargo aquela noche se dedicaria a atacar. Emprendio su vuelo y clavo sus garras fuertemente en el pecho de Hades, tiempo despues hizo lo mismo pero en el cuerpo de Juve.

-Aqueora.- conjuro para si misma. La esfera de agua la rodeo por completo impidiendo que cualquier rayo o invocacion lograse penetrar su defensa y salvandose a si misma de cualquier dano futuro. Aime era un bruja astuta y esa era una de sus maneras de demostrarlos. Sonrio a sus enemigos, era hora de seguir jugando y quizas durase mas tiempo. El sectusempra ni siquiera la toco

- Morphos.- musito transformando su propia zapatilla en un escopion. Era lo suficientemente pequeno para no ser visto, pero bastante venenoso para hacer dano a cualquiera de los presentes. Iba escondido hasta que pico el cuerpo de Patrick y tambien el de otro mortifago, Isaac.

Si había algo que no le gustaba era sin duda alguna los desiertos, aunque quizas la selva jugaba un papel muy importante en esa contienda ya que el clima húmedo le resultaba desagradable. Lo que ocurría con los desiertos era que eran pesados de llevar, resultaban molestos y aburridos, ademas, tenian dias muy calientes y noches muy frías. Sin duda prefería el clima londinense, en especial en épocas invernales pues podia refugiarse en su cama con una cobija y café caliente.

Aquella noche había ido a Nuevo México, a la cuenca de tularosa. Era la primera vez que visitaba ese lugar, donde ahora se escondía la prisión mortifaga, mejor conocida como Nurmengard. Llevaba la luz cubriendo su rostro por pura necesidad, aunque le aburría tener que colocársela. Sus cabellos recogidos en una coleta y la sonrisa al descubierto, como ya le era costumbre. Anteriormente había recibido un patronus de Adr. que le habia revelado la ubicacion.

Llevaba varita en mano y la capa cubriendola de aquel clima extremo. Era hora de luchar contra la marca tenebrosa y bajarle esos humos que estaban demasiado subidos. La Orden no estaba extinta ni lo estaria jamas. El fenix renacia de sus propias cenizas.

Bueno chicos, los Premios Fénix 2013 han llegado a su fin.

Esperemos que sean de su agrado y queda abierto el topic para felicitaciones y agradecimientos.

Agradecimientos especiales:

Adr.- Elaboración de blinkies.

Seba Granger Monpe- Conteo de votos

Madeleine Stark- Organización y diseño.

Felicity - Organización.

Hank- Organización.

​Aime Westrong - Organización y diseño

Felicitaciones a todos los ganadores.

Premios para Aspirantes:

El/la más aplicad@ de la Academia
Arya Lockhart

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El/la dueñ@ de "La Madriguera"
Millie M.
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El/la más cotizad@
Vrael Mirddyn
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El/la más suicida
Vrael Myrddin

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El/la más perver
Snatzi

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El/la Más despistad@
angelcullen

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El/la Más timid@
Rose V. Walker
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El más sexy
Aziid

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La más sexy
Arya Lockhart

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El/la Más travieso
Vladimir Alexae

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El/la Más entregado
Vrael Myrddin

http://i.imgur.com/NntZuQa.gif

Aspirante por Siempre
angelcullen

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Sexta Planta

<< Me estarás tomando el pelo>> pensó. ¿Como era posible que actura de aquella manera?. Primero la acusaba de serle infiel - aunque aquello no era posible porque no tenían relación alguna, excepto un hijo en común - le había dicho que era una cualquiera, la había herido de una manera que el no pudo imaginar. Pero ahora cambiaba la situación completamente, aparentando que todo era un juego, una broma aparente para ponerla a prueba. Ella sabia que eso no era cierto, lo conocía desde niños y podía averiguar cuando mentía , todo su cuerpo lo delataba.

Gitax no había mentido, realmente había dudado de su fidelidad. Era triste, pero no había mucho por hacer al respecto; si el hombre no confiaba en ella era hora de que se marchara. Se mantuvo rígida, aguantando las ganas de elevar su palma a los aires y estamparla con fuerza abrupta en la mejilla desnuda del muchacho, pero se contuvo. Era mejor volver a trabajar.

Su mente vago en los recuerdos, lo hacia muy a menudo. No podia odiarlo, no despues de lo mucho que habian vivido juntos, de su crecimiento personal a su lado. En su vientre se encontraba la prueba perfecta de que no vivian un juego, sino que todo lo que manifestaban era real, desde los celos hasta el amor. Pero ella no sabia si el la amaba, lo dudaba ahora y lo seguiria haciendo durante mucho tiempo. La desconfianza había resquebrajado su ceguera, la habia devuelto al mundo real.

Estaba a punto de dejarle solo cuando vio como este buscaba su varita. Gitax se habia ido muchos meses, habia olvidado que en el tiempo de su abandono ella perfecciono su dotes duelisticos, se convirtió en una verdadera guerrera. Si pensaba en retenerla por la fuerza era obvio que no lo lograría. Su varita se encontraba en el bolsillo derecho de la bata, sus manos tardaron en chocar con ella.

- Desmaius - espeto. Sabia que aquel rayo no le haría mucho dano, solo lo quería lejos de ella.

Te seré completamente sincera: no me gustan. Parecen firmas, la imágenes son raras, oscuras, el marco tampoco me agrada. Las de animales iban excelentes, no se porque las dejaste.

PD: Las DH deben ser chicas, que el unico chico es Gode xD

Sexta Planta

Aun sentía su calor, pero lejos de gustarle la tenia tensa. El no se había entregado al beso como ella, incluso le había costando incitarlo a hacerlo. Gitax no la tocaba, se limitaba a mirarla con desconcierto. Comenzaba a sentirse incomoda e insegura y aquello se incremento luego de mirarlo a sus ojos. No veía al chico dulce que la había acosado desde que tenia memoria, ni al amante pasional que había conocido meses atrás, solo veía furia, furia y dolor. Le escucho hablar y no pudo mas que abrirle la puerta a la perplejidad.

- ¿ De que demonios hablas? - espeto furiosa mientras se separa unos cuantos centímetros de el. Empuño sus manos pero no apartaba la mirada. La rabia comenzaba a sentirse en su interior, como fuego eterno que no desea ser detenido.- Mírame Gitax Weasley- le grito - Tengo una barriga enorme, ¿acaso piensas que alguien se fijaría en mi así?. Recapacita Gitax, recapacita (?. Si estuviera con otro no me dedicaría a ocultarlo, no lo hice jamas y no comenzaría ahora, te espere.

Suspiro. Estaba aguantando las ganas de llorar pero realmente le costaba. Nunca había tenido suerte en el amor, siempre fijándose en los chicos malos que terminaban destrozándola por dentro. Ni Pik, ni Andres habían sido los indicados y cuando por fin decidía abrirse una vez mas a aquel sentimiento tonto, la volvían a dañar. La gente despotricaba en su contra, haciéndola sentir miserable sin tener idea de la verdad. Y ahora esos rumores llegaban a Gitax, pero el la acusaba sin darle el beneficio de la duda.

-Eres un est****o. Con el único que me he revolcado en los últimos meses es contigo. Mientras estuviste en esa repugnante celda me encargue de dar caza a tu asesino y buscarte, incluso con mi estado.- Una lagrima resbalaba por sus mejillas y se dio cuenta de que hacia meses que no lloraba, mucho menos por un hombre- Te puedes ir al demonio, yo simplemente no te quiero ver mas. Me estas hiriendo. SAL DE MI OFICINA.- Le grito.

OK. Tenemos todos los topics abandonados, es hora de ponernos a trabajar. Athena, se que andas algo mucho ocupada, pero cuando puedas venir a darnos una mano, sera mas que recibida.

1- Trapos de Guerra. Quiero abrirlo pero necesito otro nombre, que este nada mas no.

2- Firmas tematicas:

Propuesta para mayo: Firmas mundialistas.

Propuesta para febrero: (?

- Demonios, maldita zapatilla.- exclamo mientras corría por la torre fenixiana. Rabia llegado tarde al llamado, ya casi se acaba todo el rescate pero no era precisamente su culpa. La lluvia torrencial que azotaba su mansión le había jugado un par de malas pasadas, entre ellas empapar su túnica y seguramente terminaría sufriendo por culpa del bendito resfrió. Al llegar a la torre, su tacón se había roto y ahora andaba descalza por todo el reciento pues resultaba sumamente incomodo andar cojeando sin fractura alguna.

Aime camino hasta encontrar a un enmascarado, un fiel seguidor de la marca tenebrosa desde que su memoria lo recordaba, se trataba de Hades Ragnarok. El no podía reconocerla pues la luz cubría sus ojos y parte de sus labios, dejando al descubierto lo suficiente para que una sonrisa se escapase. Desde su llegada a la torre gracias al patronus de Mei, habia esperado poder enfrentarse cara a cara con un mortifago. Necesitaba desoxidarse.

—¿Como es que se tu nombre? Soy una bruja, leo tu mente - Por supuesto que Aime bromeaba. Era una experta en legilimancia, lo había aprendido unos cuantos años atrás al aumentar sus dotes mágicos, pero jamas se atrevería a utilizarla con un alumno, mucho menos si este no daba su conocimiento - Miento - sonrió - Se el nombre de todos ustedes, aunque curiosamente no podría reconocer sus rostros. Sus profesores me han hablado de todos ustedes, es un gusto conocerlos. Soy directora de esta institución.

Ya Sira se había encargado de informar sobre su puesto, aunque no le gustaba que la tratasen como si fuera ajena a ellos. Desde su paso por la jefatura de las casas, hasta su tiempo de profesorado, se había encargado de que los alumnos pudieran ver en ella una persona de confianza y no solo una persona que se encontraba en un escalón por encima.

Una nueva chica se les unió, se le parecía bastante, incluso mas de lo que imaginaba. Tenia los cabellos rojos como el fuego y ojos azules con mucha profundidad. Su tez era blanca, incluso un poco pálida. Podría ser su hija, pero no lo era, quizás una pariente lejana. Le sonrió mientras le invitaba a sentarse. Observo el tomo que entregaba a Sira, un titulo que capto su atención de inmediato. La Historia de la Magia era uno de los temas donde se encontraba especializada.

-Si gustan, puedo recomendarles un par de libros. Tengo unos en la librería que me encantan- explico la joven. Volteo su rostro, chocando con los ojos de Mia que le observaban curiosa.- Aime Westrong. Un placer.

Vio a Mey de lejos, cuando esta salia de la torre se había distraído a varios metros de distancia, y aunque le intento gritar para que la viese, esta no escucho ninguna de sus palabras. Tenia cosas que hacer, como depositar a ese par de mortifagos en una celda dentro de la prisión y después patrullar la torre, aunque esperaba encontrarse con un buena compañia para pasar un rato ameno. Le gustaba poner en su punto a los mortifagos pero llegaba el momento que resultaba poco divertido y terminaban fastidiándola. Era una chica dificil.

Sus brazos ya dolían a causa del arrastre de ambos cuerpos, era mucho mas sencillo cuando tenia la fuerza necesaria para levantarlos, incluso con ese aspecto frágil que poseía. Extrañaba las horas de entrenamiento, la caza y sobretodo el descanso merecido dentro de la taberna con un buen caballito de tequila calentando su garganta. Por mas meses que llevase en ese estado, no lograría acostumbrarse y eso que solo era uno - o al menos eso pensaba- otras brujas, como Mei, habían tenido que pasar por embarazos de mellizos e incluso trillizos sin dejar de lado su labor con el bando.

Cuando llego a las celdas, no dudo en tirar con desgana el cuerpo de Isaac, haciendo que el mismo se golpease con la pared del cuarto. Mordio su labio nada mas hacerlo, pues a pesar de que un momento aquel acto fue deseado, la culpa tomo su lugar segundos después. Con el cuerpo de Kritzai tuvo mas cuidado, depositandolo cinco celdas mas lejos. No le gustaba que tuviesen la oportunidad de entablar una conversación, su paranoia la hacia creer que buscarían una manera de huir y que posiblemente la encontrarían, como las ratas encontraban escape cuando las acorralaban.

Ato un grillete en los pies izquierdos de ambos, del cual pendía una cadena de metal, era su propio sello. Las pociones de resurrección descansaban en su bolsillo, pero fue necesario extraerlas para poder revivirlos. Deposito el liquido en ambas bocas, obligandolos a tragar y finalmente cerro las rejas con magia, para que nadie pudiese sacarlos con facilidad.

Sexta Planta

Alta de Adr y Helen.

- No me preocupa el tiempo, mas bien es las marcas que te dejara. Dudo mucho que podamos hacer desaparecer todas las cicatrices, pero hare todo lo posible.- Extrajo un poco de ungüento del frasco y lo esparció por todo el pecho de Helen, con sumo cuidado para no causar mas dolor del necesario. Olía mal, eso era seguro, estaba lleno de hierbas e ingredientes de difícil acceso por lo que darles un olor agradable resultaba impensable, era mejor que curaran que lucieran bien.- Dejalo cecar y bebete esto.- murmuro sacando de su tunica un frasco de pocion revitalizante y uno mas de pocion restablecedora de sangre.

Entonces se acerco a Adry, quien aun no hablaba pero se podia adivinar en su rostro los estragos de la batalla. Estaba adolorida, posiblemente mareada y aguantando las ganas de gritar. Repitio el procedimiento y abarco todo su cuerpo con aquel unguento, incluso en las partes sanas, no pasaria nada, excepto que daria mas suavidad a su piel.

- Se que me oyes. Las dejare junto a ti, tómalas cuando estés lista.- y dejo ambos frascos en la mesilla que descansaba al lado de la camilla. Encendio un luz tenue y apago el resto, eso evitaría las migrañas.

Firmo dos altas, una a nombre de Helen y una mas a nombre de Adr. Sonrio a las chicas.Si gustaban quedarse hasta sentirse completamente aliviadas, eran libres de hacerlo.

Cuando Sira alargo su mano hasta tocar su vientre, entro en tensión. No estaba acostumbrada a las muestras de afecto, incluso dentro de su bando y familia se había encargado de mantenerlos lo mas alejados posibles, le gustaba ser una mujer solitaria. No iba a apartar a la muchacha, seria un acto descortés, ademas aunque lo negase, le gustaba que se le prestara un poco de atención a su pequeño, la atención que ella no podía darle.

- Aime Westrong, el placer es mio - Sonrió la directora mientras se aproximaba hacia el filete. Ya lo había cortado en varios trozos de un tamaño accesible para su correcta masticación y lo llevaba directo a su boca cuando Allen comenzó a desvariar. El muchacho llego a un punto de tensión que solo había visto dentro de situaciones delicadas, donde el dolor o la perdida eran participes y ninguna de las dos cosas sucedía en aquel momento. Lo primero y lo único que vino a su mente fue que tuviese trastornos de infancia que se mezclaran con las situaciones cotidianas, por ejemplo, el hambre. No seria el primer mago en sufrirlo, anteriormente otros magos abandonados en el mundo muggle habían sufrido todo tipo de carencias. Los mejores ejemplos eran Lord Voldemort y Harry Potter, quienes habían hecho historia.

Estuvo apunto de paralizarlo y llevarlo directamente a la enfermería cuando cayo desmayado. Observo a Sira unos instantes y le exhorto a que buscase dentro del bolso de la Westrong un par de pociones, que siempre llevaba consigo. Le miraba preocupada, temerosa de que su ayuda fuese insuficiente, probablemente lo tendría que llevar al hospital y que los encargados de psiquiatria se hicieran cargo. Cuando tuvo ambos frascos en sus manos, vertió el liquido en la boca del hombre y le obligo a tragar. No haria mas que un efecto tranquilizante. La siguiente poción se encargaría de renovar sus energias pero sin quitar el estado pasivo que había caído contra el.

-Ennervate- musito. Elevándose unos cuantos cm por el aire, Allen cayo con fuerza. Pronto recobraría el conocimiento.

Los ojos de Allen se abrieron y el mismo indico que pensaba haber sonado todo, pero no era así. Miro a la otra muchacha con expresión preocupada. Tendría que pensar acerca de lo conveniente para el muchacho, posiblemente ella se hiciera cargo.

-Come tu comida Allen. Quizás después podamos dar un paseo por los alrededores del Castillo.