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Gomita Haughton Westrong

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Todo lo publicado por Gomita Haughton Westrong

  1. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG ― Yo ya sé tocar guitarra hermana. ― Pero te servirá para mejorar. ― No quiero. ― Entonces acompáñame nada más... Dos jóvenes iban caminando por la calle conversando entre ellos acerca de la decisión de inscribirse o no en la escuela. A pesar de que Gomita lo había hecho ya, el anterior problema con una chica que la había molestado no la dejó tener claro lo que sucedió con su inscripción. Realmente ella deseaba tomar esas clases, por lo que ahora convenciendo a su hermano, había decidido volver. ― Anda vamos... ― mencionó Gomita mientras abría la puerta. ― Sólo diez minutos ― la siguió el chico de piel bronceada. ― De acuerdo ― sonrió al entrar seguida de su hermano. La joven estaba deseosa de ver las instalaciones de la escuela, por lo que se acercó al recepcionista y mencionó que ella se había inscrito hacía algunos días, y quería conocer la escuela en donde tomaría sus clases próximamente. Éste había aceptado con la condición de que fuesen cuidadosos y ambos jóvenes lo prometieron, para después dirigirse a la segunda planta la cual, una vez ahí, dejó a Gomita con la boca abierta. ― ¡Cuánta puerta! ¿Y ahora por cuál vamos? La chica comenzó a abrir las puertas de una en una de acuerdo a la cercanía de éstas pero las cerró inmediatamente al notar que ninguna contenía algo interesante en su interior. Momentos después, se dirigió a la naranja y la abrió. Mikael la siguió riendo un poco ante aquella expresión de la chica y se acercaron a los instrumentos musicales. ― Mira Mikael, ¿No te gustaría ser una estrella de rock? ― No. ― Pero qué ánimos traes ¿Qué te pasa eh? ― No es nada perdóname, simplemente pensaba. La joven posteriormente se acercó rápidamente a donde se encontraban las guitarras clásicas y las contempló con gran admiración. Mikael por su parte, caminó hacia las eléctricas y tomó una con sumo cuidado. El joven, a pesar de su renuencia a aceptarlo, amaba ese tipo de instrumentos y tenía cierta habilidad para manejarlos, simplemente no había hecho ningún esfuerzo para perfeccionarla. ― ¿Si tocamos algo crees que nos escuchen? ― preguntó la joven de negros cabellos. ― No sólo eso, sino que nos sacarán tan rápidamente como entramos ― respondió Mikael con su débil sonrisa de siempre.
  2. Hola de nuevo +.+ Vuelvo para pedir otro cambio en donde se refiere a las familias y quedaría así: Familia(s): * Familia 1: Haughton. * Familia 2: Westrong (matriarca). Eso sería todo, y aunque los cambios son en un mes, quise venir a pedirlos de una vez porque después se me olvida y ya no lo hago... había otra cosa que quería cambiar pero ahorita no me acuerdo muy bien... cuando lo recuerde lo incluyo también +.+ Hasta luegooo :3
  3. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Esa chica continuaba diciéndome pequeña emplumada a lo que me parecía realmente bastante raro, sin embargo trataría de no dejarme intimidar por ella y por su actitud desafiante. Era muy extraño ver a alguien comportándose de esa forma cuando yo ni siquiera la conocía, sin embargo eso no me hacía menos vulnerable a sus ataques por lo que tenía que tener cuidado. Le quité mi varita. – Pues creo que sí te has lastimado – me interrumpí y luego me reí – de la cabeza y mucho... Luego me puse de pie, me sacudí y la miré. Ella no tardó en apuntarme con su varita y lanzó un desmaius hacia mí y al instante lo esquivé. Todo esto me parecía realmente raro en verdad y cualquiera que haya sido su intención no me quedaba muy clara a mí, con la excepción de que tenía interés en molestar claro está. Al instante de haberme alejado los suficientes metros de ella para que no me diera y llegué a recepción para dejar mi ficha totalmente llena. – Espero no tenerte de compañera aquí – le dije – sería una tortura rubia loca. Me acerqué a recepción mientras guardaba mi varita, entregué el papel y luego me salí corriendo. Cuando ya iba a media cuadra alejada de la escuela, pensé que pronto volvería a clases; y seguramente sería un día mucho más tranquilo que éste.
  4. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Realmente había algo realmente malo en esa chica ya que ella continuaba riendo y burlándose de mí. Yo me había arrojado sobre ella y ésta se había intentado hacer a un lado pero al final forcejeamos y ambas nos fuimos directo a una mesa que estaba tras de ella. – Yo no me he lastimado – tomé aire y me aparté – ¿Y tú? Luego me apuntó, sin embargo con semejante golpe sería muy poco probable que me diera, ya que al menos que tuviese una increíble resistencia (lo cual yo dudaba) seguramente estaba adolorida por la caída. – Y si te atreves a lastimarme... – mencioné echándome un mechón de cabello hacia atrás – no dudes que lo mismo te pasará a ti En ese momento me pregunté si se trataría de una paciente escapada de alguna clínica de salud mental y me preocupé en serio. En ese momento esperaba que no...
  5. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Me quedé totalmente paralizada cuando la chica que tenía enfrente me llamó pequeña niña. Definitivamente era la primera vez que me trataban así, aunque ahora que lo pensaba, era mejor saber que existía la gente que decía las cosas de frente y no a espaldas, como había sucedido cuando apenas me atreví a regresar a Ottery el año antepasado. Pronto mi sorpresa se intensificó al escuchar sus siguientes palabras. – ¿Pequeña con qué? – pregunté con asombro. Mi cabeza dio vueltas y vueltas a un sinnúmero de ideas hasta que comprendí la esencia de su comentario. Seguramente se refería a mi preferencia por un bando, sin embargo no sabía que esto fuera del conocimiento público así que, o era alguien del mismo bando ya sea neutral o aspirante tratando de jugarme una broma nada divertida, o efectivamente la profesión del espionaje no era una simple leyenda. – No sé de qué estás hablando... – en ese momento miré que traía mi varita – dame eso. Durante algunos segundos miré cómo jugueteaba con mi varita, lanzándola de un lado a otro. Mis nervios comenzaban a traicionarme y me comencé a enojar de verdad. Si esto se trataba de una broma no era para nada divertida, así que sin pensar en las consecuencias me lancé sobre ella y la empujé para quitarle lo que me pertenecía. Una de mis cualidades era que, a pesar de mi complexión, poseía una gran fuerza física y gracias a ella la había derribado. – ¡Dámela! – forcejeé.
  6. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Miré fijamente a la chica que tenía enfrente y me di cuenta de una cosa, aunque sus palabras decían querer ayudarme, era obvio que su actitud demostraba totalmente lo contrario. Sobretodo con ese aire de suficiencia demasiado notorio en ella. Ella había notado mi preocupación y le miré con extrañeza, tratando de recordar si se trataba de alguna persona a la que conocía. – No puedes ayudarme, pero gracias. Intenté responderle lo más tranquilamente posible pero no me salía, su expresión irónica me estaba incomodando mucho por lo que traté de tranquilizarme. Yo me encontraba nerviosa y odiaba que la gente se riera de mí ante este tipo de situaciones, si de verdad quería ayudarme podría hacerlo sin demostrar esa actitud que ahora presentaba. Al ver que ella me miraba, volví a voltear a mi alrededor y mi rostro se encendió al escucharla decir algo. – ¿Qué fue lo que me dijiste? – le pregunté entre sorprendida y molesta – a mí no me ha comido la lengua nadie, y si no vas a ayudarme entonces apártate – me paré erguida frente a ella en actitud desafiante. Era la primera vez que me hablaban así...
  7. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Todavía no tenía mucha idea de lo que iba a poner en ese papel, yo no era muy experta en dar discursos larguísimos acerca de un tema cualquiera y mucho menos si se trataba de mí, por lo que ahora tenía ese espacio totalmente en blanco. Posiblemente podría regresar otro día y rellenarlo después, claro que si el encargado de recepción me lo permitía. Sin embargo, antes de hacer cualquier cosa sentí que algo se movía en el cinturón de mi falda y llevé mi mano hacia ahí. – ¿Y mi varita? – busqué en el piso. No se encontraba en ningún lugar cercano a mis pies, me asomé bajo la mesa de recepción y tampoco estaba ahí, por lo que me toqué las bolsas de mi falda. Una ola de nerviosismo me invadió cuando me di cuenta que no la llevaba conmigo. Posteriormente sentí algo extraño y una voz que saludó me hizo sobresaltarme, luego me giré hacia donde provenía y retrocedí un paso al ver que se encontraba muy cerca. Se trataba de una chica. – Buenas tardes... – simplemente atiné a decir. Una vez estando frente a frente a la desconocida, miré a mi alrededor con la esperanza de ver mi varita, pero no obtuve ningún éxito. Momentos después guardé la ficha en la pequeña mochila que llevaba y volví a mirar a la chica rubia que permanecía de pie muy cerca de mí.
  8. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Hacía mucho tiempo que no me paseaba por las calles del pueblo, mucho menos por el callejón Diagon, donde por lo reglar mataba mis horas libres. Realmente había sido difícil para mí el tiempo que había pasado fuera, sin embargo aquí me encontraba de nuevo recorriendo local por local hasta que me topé con un letrero que me pareció interesante y, después de mirarlo bien me acerqué. – ¿Una escuela de arte? – me pregunté extrañada – Pensé que no había estas cosas aquí... Y me dirigí animada hacia la puerta. Siempre había deseado tomar clases de música y en especial el de guitarra, el tocar instrumentos había sido mi sueño desde hacía mucho tiempo y aunque antes ya había pasado por algunas clases, las había tenido que dejar por problemas personales. Hoy era el momento de reanudar aquello que tanto me gustaba, por lo que abrí la puerta y entré. – ¿Y si estudio arte dramático? – me pregunté – podría hacer competencia a algunos expertos por ahí – me reí bajito. Luego de unos minutos, me acerqué a recepción y allí me di cuenta que debía llenar una ficha para inscribirme, por lo que luego de unos segundos de pensarlo, tomé una de ellas y saqué mi pluma para comenzar. Tomé aire y comencé a llenar mi ficha tranquilamente con mi nombre, pero como siempre, la pregunta que se refería al motivo por el que quería estudiar aquí no supe cómo contestarla... – Tal vez... – sspiré – superación personal... no, no... mejor... Y me quedé distraída mirando un punto fijo, intentando que las ideas llegaran a mi mente.
  9. Hola a todos!! Vengo para pedir la modificación de mi ficha en lo que tiene que ver a la historia *O* quisiera que en ese apartado quedara así: Historia: De nacionalidad mexicana, crece en un pueblito muggle donde convivió con ellos desde pequeña, sin embargo siempre se sintió diferente al resto, lo cual le provocaba mucha confusión. De carácter bastante tímido, era molestada constantemente por sus compañeros en la escuela muggle, lo que provocó en la chica una actitud de sumisión y aislamiento. A la edad de 11 años, llega un personaje bastante singular a su casa, trayendo una lechuza en su hombro. Gomita simplemente se asombraba de la forma tan curiosa de vestir de aquél hombre, al contrario de los vecinos que lo vieron llegar, quienes comenzaron a reírse de él. Luego de un tiempo considerable de plática con sus padres mientras la niña se encontraba terminando su tarea muggle, fue llamada a la sala donde se encontraban los adultos, quienes luego de una larga explicación a la sorprendida Gomita, se decidió que acudiría a la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, ya que ella era una bruja. A partir de los 11 años hasta los 17, vivió en Hogwarts formando parte de la casa de Gryffindor, acudiendo a su casa sólo en las vacaciones de navidad y fin de curso, ya que el resto del año lo vivía en la escuela. Sin embargo, la creencia que Gomita tenía sobre ser por fin alguien normal entre los chicos de su clase no se vio realizada, ya que constantemente la molestaban por ser hija de muggles, llamándola "sangre sucia", lo cual en un inicio provocaba tristeza en la chica, más adelante, cuando comprendió a qué se debían las burlas, aprendió a no hacer caso de los comentarios ya que no tenía nada de malo ser hija de muggles; sino al contrario, Gomita se sentía muy orgullosa de sus padres. La chica se desempeñó con bastante facilidad en la mayoría de las clases, obteniendo muy buenas calificaciones y aportando puntos para su casa, lo cual la hizo sentir satisfecha. Al terminar sus estudios en Hogwarts, decide viajar a Ottery a continuar sus estudios en la Academia, ya que estaba consciente de que siempre había más por aprender. El mismo día de su graduación de Hogwarts, decide dialogarlo con sus padres, quienes aceptan con mucho gusto la decisión de su hija de continuar su preparación. Al poco tiempo de haber viajado a Ottery a continuar con sus estudios, un hecho traumatizante opaca la felicidad de la joven: sus padres mueren en un asalto a mano armada a un banco muggle. Desconsolada, Gomita se aleja del pequeño poblado sin ánimo alguno de continuar con su plan, dejando todo sin ninguna explicación. Sin embargo luego de transcurrido un año aproximadamente, la chica conoce a un muchacho estudiante de la Academia de Magia, e inspirada por él, es que regresaron los ánimos de volver a comenzar lo que había dejado postergado tiempo atrás. Es hija de Evarela Black por parte de la familia Haughton, y hermana de Evander Haughton M. Haugran en la misma familia. Posteriormente comenzó a formar parte en otra familia adoptiva que la aceptó poco tiempo después: la Westrong, luego de salir de los registros de otras familias anteriormente. Fue además novia de Jota Nessaj Haughton, con quien mantuvo una linda relación desde sus años en Hogwarts. Relación que se vio impedida tiempo después por parte del chico, quien necesitó alejarse del mundo mágico debido a diferentes problemas fuera de él. Pasados los meses, Gomita comenzó a participar en las actividades de la Orden del Fénix: defensa, redadas y demás, por lo que perdió la vida en varias ocasiones durantes esos ataques y, aún siendo aspirante a la orden, terminó presa dentro de Nurmengard, suceso que fue borrado de su memoria dentro del Hospital de San Mungo, lo cual le creó bastantes conflictos, uno de ellos fue una constante pesadilla al lado de un chico al cual curiosamente no conocía. Transcurrido el tiempo un extraño libro cayó en sus manos, éste consistía en un diario que la chica era capaz de leer y en el cual, extrañamente con frecuencia encontraba escritos fechados y firmados bajo el nombre de Mikael. Ante esto, la chica comenzó a escribir comunicándose con ese joven del cual solamente conocía su redacción y caligrafía hasta enterarse que éste también poseía un extraño cuaderno donde aparecían escritas las palabras que Gomita plasmaba en su propio libro. Una vez comprendiendo que se trataba de una curiosa forma de comunicarse como si se encontraran frente a frente, decidieron acordar una fecha para verse personalmente y fue así cuando, luego de una larga plática ambos se enteraron con bastante asombro que pertenecían a la misma familia. Posteriormente los dos se enteraron del fuerte parentesco gracias al lazo de sangre que los unía, ya que ambos son hermanos gemelos, los cuales fueron separados algunos años atrás y por extrañas circunstancias que ellos aún no comprenden, olvidaron aquél momento traumático que los hizo olvidarse uno del otro. Actualmente Mikael vive en Ottery intentando adaptarse a su nueva vida mágica, lo cual no es muy difícil ya que cuenta con ayuda de su gemela. Gomita por su parte le brinda el mayor apoyo posible con la esperanza de no perder a su hermano a quien encontrara recientemente, sin imaginar el oscuro pasado que esconde el muchacho. Un pasado que comienza a emerger al presente de nuevo, pero mantenido totalmente en secreto. Ambos jóvenes ingresaron a la academia esperando aprobar y continuar con su función dentro del mundo mágico. Muchas gracias por todo *O*
  10. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Acababa de salir de la librería y tenía ganas de caminar por los demás negocios del callejón ya que nunca me había dado el tiempo de recorrerlos. Sabía que estaban ahí, pero no los conocía y, aunque al ver el letrero del negocio que me parecía ddemasiado familiar, abrí la puerta y entré. - Canto al pie de tu ventana... - canté bajito. Luego me fijé a mi alrededor y me di cuenta que había algunas personas, pero al no reconcer a ninguna por el momento gracias al efecto de la luz de la calle, me acerqué a una mesa y me senté. Realmente no tenía idea de lo que estaba haciendo ahí pero necesitaba estar un rato a solas.
  11. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG Ambos chicos se encontraban en la mesa del negocio cuando de pronto un elfo apareció y les preguntó lo que querían de tomar. Mikael miró a su hermana y ésta sonriendo traviesa le dijo a la criatura que con una soda para empezar estarían bien, mientras miraba la expresión decepcionada de su hermano. La chica sabía perfectamente la curiosidad de éste para probar bebidas desconocidas simplemente porque gozaban de colores atrayentes, sin embargo Mikael estaba bajo la custodia de Gomita en ese sentido. - No me había fijado en eso - dijo la chica señalando el estuche que su hermano había dejado al lado de la silla donde estaba sentado. - Ya me di cuenta - el joven miró a su hermana - ya me extrañaba que no me hayas atropellado a preguntas. - ¿Qué es? - la chica se estiró un poco y tocó el estuche - ¿Tu nueva guitarra? ¿Ya la compraste? ¡Genial! - Sí claro - Mikael recibió las bebidas del elfo que ya regresaba y le dio un vaso a su hermana. La chica tomó su vaso de refresco y bebió un poco sin despegar la vista del estuche que tenía Mikael, hasta ese momento ella no había pensado que su hermano tomara clases de música ni tampoco lo había escuchado tocar en la casa. La única que hacía ese tipo de ruidos en la mansión era ella, por lo que se preguntó cuánto tiempo tenía Mikael con ese estuche en su poder. No era para menos la curiosidad de la chica y menos al ver la indiferencia con la que su hermano estaba tomando la situación. Él jamás cambiaría. - ¿Puedo verla? - preguntó la chica tomando el vaso de refresco. - No. - Anda... ¿Por qué no? - Porque no. El chico simplemente miró con seriedad a su hermana, quien parecía niña pequeña con una enorme curiosidad y posteriormente recorrió todo su alrededor con la mirada.
  12. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Hacía un minuto de haber llegado al hotel cuando me di cuenta que las chicas ya estaban ahí, jalé mi maleta con cuidado para no tropezar y entré atravesando hasta llegar a donde estaban ellas. Una vez cerca las saludé y sonreí. Me sentía de muy buen humor al saber que descansaría. - Hola Kass, hola Hil - sonreí - hola Little - mis hermanos están bien Hil, descansan por ahí... - la abracé y suspiré al recordar que de uno de ellos no tenía noticias desde hace mucho. Las tres chicas se encontraban listas para recibir sus habitaciones dentro del hotel así que yo no sería la excepción. De repente miré que un joven alto y moreno se acercaba para ayudarnos con ésto y al ver su rostro me pareció un poco familiar. - Por Merlín... - dije al escuchar a Little y ver cómo trataba al muchacho. La chica no estaba enterada de que ese hombre era ni más ni menos que uno de los demonios escoltas de Juve, así que al verlo palidecí un poco. No tenía idea de lo que podría pasar si el chico se llegara a enojar por algo que mis amigas se les ocurriera hacer. - Mucho gusto Stefan... - sólo lo había visto una vez y realmente no recordaba dónde. Mientras seguíamos al muchacho sentí un escalofrío recorriendo mi cuerpo, él realmente me daba un poquito de miedo... OFF: Jajajajaja Little yo nada más te veo o.O
  13. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG - Tienes que conocer este lugar. - Genial guía de turistas. La chica tenía la intención de mostrarle todo lo referente al mundo mágico que ella conocía y en el que Mikael debería adaptarse lo más rápidamente posible o estaría en serios problemas. Era obvio que una persona de su edad debería conocer mínimo el mundo no mágico pero él ni eso, ya que todavía guardaba los recuerdos que Gomita tenía ya que ambos habían sido uno mismo en el pasado. - Se ve interesante - el chico miró el área de las bebidas. - Este local es de Juve - Gomita siguió la mirada de Mikael - ni lo pienses. Era extraño cómo Mikael se sentía atraído por cada bebida o comida que tuviese un color fuera de lo común, todavía no entendía por qué esa conducta estaba tan escondida cuando todavía eran uno mismo. Gracias a Merlín la chica creía que jamás moriría envenenada por probar algo extraño pero de lindo color mientras que Mikael quería saber si esas cosas sabían tan ricas como se veían. - Todavía no puedo creer que tengamos algo en común tú y yo - dijo el chico. - Y yo menos - respondió Gomita. - Eres rara. - Tú más. Luego de un momento entraron y se sentaron a una mesita que estaba cerca de la barra y miraron toda la colección de bebidas y demás cosas que podrían pedir en el lugar. Mikael se quitó el abrigo que llevaba y lo colgó en el respaldo de la silla, suspiró y se peinó su cabello ondulado con los dedos de su mano izquierda. La chica lo miró y se rió bajito por la actitud de su ahora hermano. - ¿Qué? - Eres gracioso. - Pero así me quieres. - Eso sí - la chica tomó aire - Sola con mi soledad - comenzó a cantar bajito - sola sin tu compañía, sola por quererte tanto... La chica continuó cantando mientras sentía que jamás podría pensar ni afirmar lo contrario a lo que había asegurado Mikael. Él por su parte notó la nostalgia en la mirada de ella y le dedicó una débil sonrisa; de ser capaz de hacer algo para alegrar a su hermana, quien ocultaba aquél sentimiento para tener siempre una sonrisa para confortarlo a él, no dudaría en ponerse manos a la obra ni siquiera un segundo.
  14. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG Había tenido mucho tiempo de tensión y demasiado estrés durante los últimos meeses del año pasado gracias a la culminación de un proyecto muy importante, por lo que realmente necesitaba unas buenas vacaciones. Lamentablemente siempre me ponía obstáculos yo misma, ya que terminaba ocupando mi tiempo en otras labores que yo creía que eran mucho más importantes y dejaba el descanso para otro día. - Hoy sí me voy - dije en voz un poco alta cuando estaba en mi dormitorio. - ¿Otra vez hablando sola? - me dijo mi hermano Mikael. Lo miré haciéndome la molesta y luego sonreí. Él se encontraba dentro de mi habitación, sentado en el escritorio leyendo uno de los libros que tanto le gustaban e invadiendo mi habitación al igual que a veces yo lo hacía con la suya. Éramos tan parecidos y nos acoplábamos tan bien que nunca nos molestaban esos pequeños detalles, así que esta no fue la excepción y logré empacar sin problema al tenerlo presente. - Bueno te cuidas - lo miré darle una galleta a Edy - cuida a mi pequeño. - Descuida, soy bueno en esto - posó su mirada verde en mí - y tú por favor, por lo que más quieras no te pierdas - lo vi aguantarse la risa - no tengo tiempo de ir a buscarte - por cierto, hoy visitaré el bar de un amigo. - Si te atreves iré por ti a sacarte de las orejas. - En tus sueños- y siguió con su lectura. Esta vez le lancé un cojín y cerré la puerta rápidamente, bajé las escaleras casi corriendo llevando mi maleta con rueditas y después de atravesar toda la casa por fin salí a la calle en dirección al hotel donde me quedaría en compañía de algunas amigas. ~ * ~ GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG - Tendría que llorar por ti, y me río como un loooooco - canté - tendría que llorar por ti y no tengo ni una láaaagrimaa. En realidad iba muy contenta recorriendo las calles del pueblo, era la primera vez que tendría unas vacaciones y sentía que me las merecía con todo el sentido de la palabra. Además valdrían muchísimo la pena ya que podría ver de nuevo a algunas amigas a quienes había dejado de frecuentar gracias a ciertas dificultades que me habían impedido salir durante un tiempo. - ¿Hola? - entré al hotel - ¿Quién vive? http://i496.photobucket.com/albums/rr329/sergeek/Articulos/catherine5.jpg Me alisé mi falda amplia y larga, sacudí mi suéter que llevaba ese día y la que había llenado con restos de papas fritas. Mis zapatillas resonaron cuando atravesé el lobby del hotel y miré a mi alrededor con la boca abierta, jamás había visto un hotel como ese y me estaba sintiendo un poco intimidada. Luego de un rato de calmarme, entré arrastrando la maleta y miré a algunas chicas que habían llegado antes que yo. - Hola - saludé y sonreí.
  15. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG No había pasado mucho tiempo cuando reconocí a algunas de las personas que estaban ahí, las había encontrado al pasar por casualidad y me había sorprendido un poco. Una de las personas era Estefanime, quien se había acercado a mí cuando me vio y me dio un abrazo al que yo le correspondí. - Pues... a veces me desaparezco... - le sonreí - me pierdo a veces, pero estoy bien. Le había respondido a la chica, quien había acariciado a mi jarvey y éste lo había permitido. Ese animalito no se cansaría de recibir mimos de la gente. Todavía no estaba segura del motivo que me había traído aquí y me sentía un poco incómoda. Esperaba que pronto se me quitara esa sensación...
  16. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Me había ido caminando por la calle cuando logré escapar un poco de la rutina de mi trabajo y de repente había dado con este lugar. Miré bien la fachada y me había parecido muy familiar, pero si había estado aquí había sido bastante tiempo atrás, ya que no lo recordaba y yo no podía quejarme de tener fallos de memoria. No de un tiempo a la fecha por lo menos. No luego de dos largos años de pasar por una situación muy difícil... - Edyan... - le dije a mi jarvey - ¿Puedes traerme por favor un folleto o una tarjeta con los datos del lugar? Sonreí cuando mi animalito se paraba en sus patitas traseras y agitaba sus bigotes, actitud que yo reconocía claramente como señal de asentimiento. En ese momento mi pequeño jarvey blanco entró rápidamente al local y corrió hasta el mostrador del mismo para ponerse a buscar. Dentro había algunas personas que conocía pero el animalito no se quería entretener y de un salto llegó al mostrador y tomó lo que le pedí. - Gracias peque - le dije cuando mi animalito había regresado con un folleto en su hocico. Me reí un poco luego de que le quité el papel, ya que había notado que el pequeño traía un pedacito de algo que parecía pan, el cual había conseguido seguramente de alguna mesa en la que había sido abandonado. Algo muy característico de mi pequeño era que nunca había tenido la costumbre de robar ni la más pequeña e insignificante hogaza de pan. Sin embargo a pesar de esto, decidí asomarme al lugar y lo recorrí con la vista desde la puerta.
  17. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG Me había quedado mirando con atención a Aleera, que no había reparado en la mirada atenta que Milady mostraba a la actitud de ambos y no pude evitar sonreír. Juve nos miraba sin prestar mucha atención a nuestra actitud, al tiempo que Milady sugería que se le mostraran las habitaciones en las que se quedarían hospedadas. Pronto Aleera también reaccionó y escuché las palabras de Juve. - No te preocupes Aiiden - respondí a la chica rubia. Ahora se preguntaban el lugar en el que se habrían de quedar, lo cual me provocó un poco de turbación ya que realmente yo no estaba preparado para quedarme mucho tiempo. Mi curiosidad era la que me había llevado hasta aquél lugar y no llevaba otra cosa de equipaje más de lo que cargaba en una pequeña mochila y el atuendo que estaba vistiendo ese día. Sin embargo callé al escuchar a Juve de nuevo. - Es un placer haberte encontrado - la miré - sin proponerlo - susurré esperando que no me escuchara. En ese momento las chicas estaban dispuestas a seguirla por lo que yo me dispuse a hacer lo mismo en silencio. Ya arreglaría lo de mi equipaje y demás en otro momento. Seguía teniendo cierta curiosidad por esa chica que se mostrara fría conmigo y sabía que tal sensación no era nada más porque sí. De repente me vino una imagen que me hizo detenerme y cerrar los ojos durante algunos segundos. ~ * ~ Una habitación, cuatro paredes blancas, una cómoda cama de sábanas pálidas al igual que todo lo demás. Una voz tranquilizándome mientras me decía que todo estaba bien. Al abrir los ojos pude divisar el rostro de esa joven que me mantuviera bajo su cuidado y entrecerré los ojos. - Estás en el hospital - creí haberla escuchado mencionar, luego mencionó que necesitaba el nombre de algún familiar para llenar algunos documentos. En esa ocasión intenté levantarme sin éxito, me sentía tan débil que a pesar de que yo no acostumbraba ser muy obediente ante las situaciones que no comprendía, me quedé acostado en la cama. Todo me daba vueltas y de pronto la joven me había hecho beber algo extraño que no sabía nada bien. ~ * ~ Abrí los ojos y me los froté. Me encontraba ante Milady, Aleera y Juve dentro del lujoso hotel de nuevo, aquella visión me había hecho perder la noción del tiempo un poco pero pude tranqulizarme y miré a Aleera con más curiosidad todavía y sin más se me escaparon algunas palabras. - A ti te conozco. OFF: Está bueno el drama? ^^ Puedo seguir? jijiji
  18. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG Aleera se había presentado como la hija de Juve y esto me sorprendió un poco, era curioso cómo de repente comenzaban a salir familiares y realmente me alegraba interiormente por ello, aunque obviamente no lo demostrara, como acostumbraba a ser la mayor parte de las ocasiones. Mientras la escuchaba, la miraba tranquilamente tratando de no seguir invadiendo su tranquilidad, lo cual ere obvio que estaba sucediendo tomando en cuenta la actitud de la chica. Afortunadamente el saludo de Juve me hizo reaccionar y distraerme un poco de lo que estaba pasando. - No te preocupes, tu abrazo no me molestó – le dije mientras me quedaba pensando. Bonita estampa había dado comportándome de esa forma, ahora ella creería que me había desagradado cuando en realidad no era así. Realmente sucedía al contrario, ya que infinidad de ocasiones habría podido necesitar de cualquier tipo de afecto pero éste nunca llegaba, por lo que terminaba recibiendo llamadas de atención y regaños, lo cual eran un poco peor que pasar totalmente desapercibido. Todavía me sorprendía que en esta ocasión no hubiera sido así, si éstas acciones habían hecho cambiar un poco a mi hermano no me cabía la menor duda de lo afortunado que era. Cuando reaccioné nuevamente de mis pensamientos escuché a la chica rubia. - Bueno, me da gusto que te comiences a sentir mejor, igual en lo que pueda ayudarte puedes contar conmigo – continué. Mientras escuchaba que nos invitaba a pasar un tiempo de hospedaje con ella, sonreí para mis adentros mirando mi mochila, la cual se encontraba prácticamente vacía; no había planeado una estancia demasiado larga dentro del lugar, sino que había pasado por simple curiosidad al haber salido al callejón en busca de un empleo. Aún así, después de pensarlo un momento me decidí a responder. - Pasar un tiempo en este lugar me parece perfecto - mencioné. Me había quedado pensando en lo que Juve había mencionado, acerca de su necesidad de tiempo a solas y no se lo recriminaba sino al contrario, ya que en ocasiones se tiene el deseo de escapar de todo y de todos y, una vez que se organizan las ideas y los sentimientos, volver a salir para enfrentar al mundo junto con sus complicaciones. Fue en ese momento que escuché hablar a Aleera, quien había aceptado con mucho gusto la invitación y la miré. Algo había en ella que me provocaba cierta inquietud y al parecer la sensación era recíproca. El problema era saber el por qué. OFF: Hola a todos jiji, este rol es un poco extraño, nunca había platicado como chico con tantas personas pero es divertido jijiji, Aleera no te preocupes ^^ el drama también me parece muy divertido y me gusta cómo lo comenzaste XD así que te seguiré la corriente +.+
  19. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG Me había distraído un poco para observar tras el mostrador, con la intención de ver si encontraba algún elfo escondido por ahí, pero desafortunadamente no encontré uno solo. Todavía no me acababa de dar la vuelta cuando había sentido una presencia muy familiar acercarse, era una sensación muy extraña pero sabía que bastante conocida también, sonreí al aspirar el olor del perfume de la chica y me giré. - Buenas noches Aiiden - vi cómo se acercaba. Así que era verdad, ella era la dueña de este impresionante lugar al que por extrañas sensaciones había terminado por llegar. Realmente era muy extraña la forma en la cual cada eslabón de la cadena comenzaba a unirse teniendo mucho más sentido que antes, sin embargo todo esto incrementaba mis dudas a causa de la emoción de querer tener todos los cabos unidos de una vez por todas. - Gracias por la bienvenida - le dije y miré cómo se acercaba. Me abrazó y quedé helado. No podía reaccionar ante aquello. Esa sensación la había experimentado antes lo podía apostar, pero no podía saber de dónde, cuándo, de quién ni como. Así como Evander mi hermano quien no toleraba el acercamiento de nadie, yo tampoco era capaz de comprender las sensaciones tan extrañas que me invadían cuando recibía un abrazo. Fue entonces que recordé algo. -Alguna vez comprenderé por qué un abrazo me hiere más que una cuchillada - repetí la frase en voz baja, aquella que había leído de una escritora muggle, E. P. Melodia si no estaba equivocado. Una demostración de afecto, un abrazo era sencillamente eso... al igual que una palabra bonita, una palabra de aliento. Sin embargo no podía saber por qué me era tan difícil aceptarlos, no podía mantener la tranquilidad luego de esto. Me separé temblando, siendo la misma persona que era Gomita sentía lo mismo, recibir una demostración así precisamente cuando lo necesitaba provocó que aunque no lo demostrara me dieran ganas de llorar. OFF: T__T
  20. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG Me quedé mirando a Aleera un momento sin desviar la mirada una vez más, ella había notado mi forma de estudiarla y realmente comenzaba a parecerme más familiar todavía. El lugar y el motivo por el cual la recordaba no lo tenía claro todavía, pero tomando en cuenta que ahora estaba un poco más seguro de que llevaba una doble vida podría pensar que había sido mientras vivía bajo la influencia de la otra. Luego escuché a Milady y me reí bajito. - Perdón es cierto - las miré con aire divertido pero sereno - soy Mikael Haughton M. Westrong - mencioné a las chicas. Ahora esperaba solamente que la chica dueña del local apareciera, mientras observé a mi alrededor y luego volví a notar la mirada de Aleera. Algo en ese gesto que yo podría asegurar tenía cierto aire altanero, me hacía pensar que lo había conocido anteriormente, el problema era saber en quién. Realmente esta personalidad se encontraba con mayores dudas que respuestas. Mientras mis dudas que aumentaban cada vez más, Milady sugería algo. - No es mala idea - dije yo y me paré sobre las puntas de mis pies para mirar la parte baja tras el mostrador - no veo a nadie - me erguí de nuevo.
  21. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG - El gusto es mío - respondí a Milady cuando me saludó, y luego la escuché presentar a Aleera y también la saludé igual - es un placer - había dicho saludando de mano a las dos. Todo esto me parecía muy extraño pero igual tenía que mantenerme en calma. Al ver a Aleera hubo algo que me dijo que la había visto de algún otro lugar y me quedé mirándola fijamente durante algunos segundos, cosa que al darme cuenta, giré la mirada hacia otro lado de forma muy sutil. Esperaba que no se hubiera dado cuenta ya que la expresión de ella había sido un tanto extraña. Luego me acerqué a la recepción despacio y me asomé tras ésta para ver si podía encontrar a alguien, esperaba que pudiéramos encontrarla pronto, Milady había preguntado sobre la última vez que la habíamos visto pero yo realmente no tenía ni la más mínima idea. Tomé aire y metí las manos a las bolsas del abrigo que llevaba, luego saqué una de ellas sosteniendo aquello que había enocntrado dentro. - Espero que no tarde... - dije mientras sostenía una bolsita de papas de las que tanto me gustaban...
  22. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG No tenía ni la más mínima idea del momento en el cual aparecí en la habitación despertando en mi cama. La última vez me encontraba vagando por los pasillos para matar el aburrimiento y ahora despertaba entre las sábanas con la piyama puesta. Me senté sobre la cama y me miré las manos, tenía una extraña sensación que no sabía de dónde había salido, sin embargo me encontraba relativamente tranquilo. Me puse de pie y me fui frente al ropero. - Si sigo así pronto pareceré un vampiro - me dije mirándome en el espejo de la puerta de éste. Podía notar que desde hacía tiempo a la fecha, mi palidez comenzaba a agudizarse cada vez más, por lo que me comenzaba a sentir un poco inquieto. Sabía que en Ottery habitaban toda clase de seres además de los humanos magos, y tomando en cuenta mis recurrentes lagunas mentales, nada podría asegurarme que yo no formaba parte de ese clan tan selecto que son los vampiros. Miré mi cuello con atención y me reí divertido. - Mikael - terminarás enloquecido - dije para mí mientras comenzaba a cambiarme para salir de casa. ~ * ~ Caminé por el callejón sin rumbo fijo vistiendo ropas completamente negras tal como lo hiciera mi hermano, con la diferencia de que yo adoptaba un estilo un tanto gótico. Traía también una sencilla mochila negra al hombro con un par de libros y algunas otras cosas que creía que podrían serme de utilidad en mi corto y no planeado viaje. El no tener un destino en particular me hacía sentir totalmente libre. Continué mi camino mientras mi mente divagaba en un sinfín de pensamientos, uno de ellos era el hecho de que no podría pasarme mi existencia vagando y preguntándome el motivo por el cual me sentía tan poco centrado. Mientras pensaba que habría que hacer algo más con mi vida que pasarla filosofando acerca del ser y lo que es peor, de mi propio y confundido ser; miré un negocio varios metros adelante. Pronto estuve caminando hacia él, mi curiosidad siempre me llevaba bastante delantera. Abrí la puerta y entré, al hacerlo me quedé de una pieza. Jamás había visto un lugar como ese en Ottery, me recordaba a los lugares de gran renombre que existían en algunos lugares muggles pero aún así el impulso me ganó y comencé a recorrer todo el lugar. Algo habría que me parecería interesante, yo lo sabía. - Qué interesante - pensé cuando recorrí el primer piso del lugar y me disponía a buscar algunas escaleras para acceder al que seguía. En ese momento escuché que alguien llamaba, me di la vuelta y miré a la chica que acababa de llegar - ¿Juve? - me pregunté en voz baja - buenos días - saludé a Milady, no era mi intención meterme, pero me parecía sorprendente que hubiera mencionado a la chica que yo sentía conocer muy bien. OFF: ♫ Andábanos en el rancho cortando rábanos ♫
  23. Hola a todos!! No tenía idea de que me tuviera que inscribir a la madriguera y la vez pasada me la pasé roleando como loca en ella sin haberlo hecho qué pena v.v y nadie me dijo nada... jajaja creo que no se dieron cuenta, pero bue... acá mis datos: - ¿Eres miembro o aspirante? Si eres miembro, dinos el rango: Aspirante por siempre jajaja - Nick: Gomita Potter Black Haugran - Nombre Muggle: Alma - Edad: 30 años - País: México - Fecha de Cumpleaños: 26 de enero Aiosito *reparto papas fritas* +.+
  24. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG Me reí bajito al escuchar a Juve cuando decía que se había quedado sumida en sus pensamientos, recuerdos no muy lejanos de tiempos muy bellos que ella había vivido junto a mi hermano gemelo. Cosa que no le reprochaba ya que, al igual que ella yo misma me encontraba cavilando ideas y recuerdos de momentos pasados al lado del que había sido mi novio durante más de un año y medio. - No te preocupes cuña - le dije sin darme cuenta de cómo le acababa de decir - recordar es muy lindo la verdad... Me distraje una vez más mientras me quedaba mirando a Milady y a Juve, quienes pensaran en pedir la bebida que más les gustara. Como yo todavía no tenía ni la más mínima idea terminaría por ordenar un jugo de naranja, tal vez combinado con un poco de zanahoria o betabel, como lo bebía cuando vivía en mi pueblo muggle. Aunque pensándolo mejor estaba en el mundo mágico, era mejor acostumbrarme de una vez que había dejado de ser muggle hace mucho tiempo. - Con mucho gusto le diré a Evander - me reí bajito de nuevo - pero en cuanto a Mikael... creo que me será difícil invitarlo y tenerlo presente cuando esté yo - terminé diciendo. Obviamente comenzaba la aceptación de mi personalidad doble y aunque me pareciera bastante confuso; tenía que terminar adaptándome al hecho de que tendría una doble vida por vivir. Sobretodo por el hecho de que me era imposible recordar lo vivido en una de mis personalidades mientras me encontrara bajo la identidad de la otra. Pero gracias a ciertos planes que tenía, tampoco era un caso perdido...
  25. Estaba mirando alrededor del local de Juve mientras intentaba pensar en alguna bebida que tuviera buen sabor para mí, y que no contuviera alcohool. Como no conocía ninguna tendría que revisar la lista de las que tenía, y estuve a punto de preguntar cuando llegó Milady cuando se acercó. Yo la recordaba muy bien de cuando fui alguna vez a su restaurant, el cual servía comida mexicana muy rica por cierto. - Hola - dije emocionada y sonreí - claro que puedes quedarte y perdón, creo que yo fui la que interrumpió... Comencé a sentir un poco de pena por lo que pasó, por lo que hice mis manos hacia atrás y las entrelacé ahí mientras veía cómo mi jarvey recorría bajo las patas de las sillas siguiendo algo. Me incliné un poco y lo miré correr y, sin aguantarme las ganas, me disculpé de Juve y de Milady y corrí tras mi jarvey blanco, el cuál había llegado hasta la barra y temía que fuera a subirse a ésta a molestar. - ¡Ven acá! - le hablé en voz alta, la cual resonó en todo el local.

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