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Cissy Macnair

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Todo lo publicado por Cissy Macnair

  1. Desde que me había marchado y dejado a Aaron presidiendo el Wizengamot, nunca me había imaginado que podían llegar a ocurrir tantas cosas. Elvis Gryffindor había muerto y yo sabía que Black había sido el responsable, lo que no sabía era cómo había logrado acabar con el mejor Auror de todos los tiempos, ex jefe mío, una de las personas que yo más admiraba a pesar de que no estábamos en el mismo bando. El viejo Elvis... Por ello, había algunas personas que querían disolver el Wizengamot, sospechando quizá de la participación de Aaron en la muerte de Gryffindor. Sea como fuere, quizá mi regreso en aquel momento era precisamente lo que se necesitaba; relevarlo en el cargo quizá daría seguridad a los que pensaban en disolver la corte suprema mágica. La marca ardió en mi antebrazo derecho y tomé la varita con fuerza, la cual había permanecido en el escritorio a mi lado desde que había comenzado a trabajar aquel día. Había llegado dos horas antes al ministerio con la clara intención de ponerme al día, puesto que Aaron no había hecho ningún papeleo en los últimos tres meses, así que me tocaba a mí la tarea de ver qué casos se habían estado tratando en el Alto Tribunal Mágico. Dejé los papeles a un lado al escuchar aquella voz de mujer y toqué la marca con la punta de mi varita, cuya magia puesta por el bando me transportaría justo donde se encontraban mis compañeros. Pero en vez de aparecer junto a Nemétona y Caelum, lo hice junto a Matt Blackner, del otro lado de la trifulca contra una mortífaga a la que reconocí por su máscara como Ix Chel. Yo no vestía máscara alguna, mi tatuaje tampoco era visible, así que quizá aquella sería mi oportunidad para recuperar credibilidad ante funcionarios ministeriales... si es que alguno además de Matt aparecía. Una masa negra, parecida a un nubarrón, entraba y salía de la estación con precisión quirúrgica, haciendo estallar cristales y tirando vagones como si se tratase de juguetes para niños. Del lado opuesto de la plataforma destruida, Caelum había invocado un Fuego Maldito que se había extendido por la calle, quemando autos, negocios y peatones por igual. Serpens, a su lado, hacía otra táctica terrorista similar y un tercer mortífago a quien no conocía, levitaba a dos muggles, mientras que otros dos yacían tirados en el suelo con claro signo de haber sido víctimas de un maleficio. Nemétona mantenía cierta compostura, como si manejar al Obscurial requiriera toda su concentración o como si esperara un momento propicio para promulgarse como atacante. Yo, por mi parte, actuaría otro papel. -¡Matt!- grité-. Vine en cuanto sonaron las alarmas en el Ministerio. ¿Dónde demonios está el Departamento de Seguridad Mágica? - ellos deberían ya haber acudido. Cuando se gestaba algún ataque en algún centro mágico importante (King's Cross, Hogwarts, Ministerio de Magia o similar), una serie de alarmas parecidas a las que sonaban durante la Segunda Guerra Mundial daban aviso a todas las autoridades ministeriales competentes, lo que ayudaba a la rápida acción ministerial. El único motivo de que nadie hubiera acudido era que no hubiera nadie para atender el llamado, lo que era absurdo. @ Matt Blackner @ Sagitas Potter Blue @ Aaron Black Yaxley @ Xell Vladimir Potter Black @ Mael Blackfyre @ Matthew B. Triviani
  2. Nick del usuario: Sybilla Macnair Id: 109211 Link a la bóveda del usuario: Bóveda Galeones a depositar: 49105
  3. Kamra parecía inclinada a sentirse preocupada, no sólo por lo que estaba pasando en Rumania, sino que según su propio relato eso también estaba aconteciendo en Escocia. Recordé, entonces, que Kamra era la soberana de aquel país, lo había mencionado Hades en alguna ocasión y yo como tonta no lo había recordado al momento de saludarla. Pero no tenía tiempo ahora para sentir lástima por mis pobres modales, sino que tenía que pensar en lo que diría Luca. Y cuando comenzó, no pude menos que estar de acuerdo con lo que decía. -Ser humana es un inconveniente pero no me quita mérito por haber creado la Hermandad... ni tampoco me quita años, me temo. Soy el humano más viejo que conozco que aún permanezca con vida y mis años luchando y adquiriendo conocimiento me hacen tan letal en esta forma como en la inmortalidad. Ya pensaré en algo- respondí con respecto a su primera duda-. Mi esposo es Hades Ragnarok, es un legendario guerrero que aprendió sus artes de su maestra japonesa. Es uno de los Mortífagos más poderosos que conozco, sacando a nuestro líder, claro- reflexioné-. Hades no sabe que estoy aquí, por eso no ha venido conmigo- fruncí ligeramente los labios en señal de molestia-. Él no cree que necesitemos ayuda, en realidad, pero me temo que debo diferir en ello... ¿No creen?- era una pregunta retórica que no esperaba que respondieran, así que proseguí-. En cuanto al mando de la Hermandad, pues siempre he abogado por lo mismo: libertad pero con reglas. Mi intención es seguir protegiendo a los vampiros, incluso de ellos mismos si es necesario. El Supremo anterior, Ambrose Velkan, fue la mejor elección que pudimos haber hecho cuando fundamos la Hermandad, pero me temo que la pérdida de su hijo lo hizo... volátil. Junté ambas manos sobre la mesa para evitar que estás siguieran moviéndose mientras hablaba, algo que a veces me desagradaba porque mostraba ansiedad o incomodidad, ninguna de las cosas que podía mostrar ahora siendo que estaba intentando ser la heredera que la Hermandad necesitaba. La ansiedad, de todos modos, nada tenía que ver con la reunión sino con temas más personales que no iban al caso en aquel momento, aunque seguramente en algún momento saldrían a la luz. -¿Con lo de "desinteresadamente" no te refieres a ustedes, verdad?- pregunté, entonces, a la intervención que había hecho Kamra-. Los intereses de la corona rumana y los míos son los mismos, no finjamos que esta alianza será por mera camaradería- fui dura pero precisa-. En cuanto a mi lealtad, soy una persona de palabra y no dudaré en acudir al llamado de mis aliados si me necesitasen, pero no soy un peón, Su Alteza- el tono había cambiado de amistoso a seco, aunque seguía teniéndole enorme estima, aquello era una discusión sobre política y guerra-. En la familia Macnair tenemos un lema y lo llevamos marcado a fuego: Familia, Deber y Honor. En ese orden es como actuamos. No interpondré el honor antes que a mi familia, ni tampoco antes que al deber. Pero tengan en cuenta que muchas veces las tres cosas van de la mano- sonreí, aunque la sonrisa nunca llegó a mis ojos. Me puse de pie, creyendo que quizá aquella conversación estaba por llegar a su fin habiendo dicho lo que tenía para decir, pero en realidad estaba en la duda de si realmente terminaría allí o tendría que quedarme a seguir con un cuestionario. -Esperaré la respuesta de Su Alteza Lisa. Iré preparando a mi esposo para darle la noticia de si habrá alianza o no... Y luego les informaré sobre... mi estado- hablaba, entonces, de si me iba a convertir en vampiro o no en los próximos días. Quizá una recién nacida sería conveniente, teniendo en cuenta que eran más sanguinarios y fuertes que los vampiros viejos.
  4. Era buena para descifrar expresiones y la de Kamra no se me pasó por alto al aceptar mi saludo, como si hubiera dicho algo que le molestaba. No quería sondear con legeremancia a ninguno de los dos, pensaba que era mejor mantener la confianza si quería formar una lazo fuerte con la corte rumana y su gobierno demócrata monárquico, así que averiguaría más tarde qué era lo que a ella le había molestado de mi actitud. ¿Mi presencia? Lo dudaba, ni siquiera sabía para qué estaba allí. Le di otro sorbo al chocolate caliente y asentí. -Kam está casada con mi ahijada- dije a modo de explicación de por qué la conocía y luego alcé una ceja, sorprendida, ante la presentación que Luca Van Halen le daba. Bien, Comandante de Hunyad, eso me servía más de lo que había esperado. Si podía convencer a Van Halen de que apostara por mi victoria sobre la Hermandad, entonces no tendría problema para movilizar a Kamra conmigo. Dejé la taza de chocolate a medio beber a un lado y seguí al hombre mientras me guiaba por aquel lugar. Jamás había pisado aquel consulado, si eso es lo que era -o lo que me parecía al menos- y me parecía tan hermoso como fascinante con toda su arquitectura. En Rumania sólo había frecuentado el castillo Valar de la Hermandad, nunca había pisado Hunyad, pero ciertamente reconocía la riqueza del arte arquitectónico que habían tomado de su tierra natal y plantado en medio del Callejón Diagon. Era diferente a todos los otros espacios típicos londinenses, claro. La sala de juntas a la que entré tenía un aire moderno pero no descuidaba los detalles. Tomé asiento donde Kamra me indicaba, dejando mi abrigo a un lado y coloqué las manos sobre la mesa, osbervando primero a Luca que me había invitado a hablar y luego a Kam, que se había sentado sobre la misma mesa, prestando atención a todos mis movimientos. -Me temo que la situación es delicada y lo sabe, Primer Ministro- comencé, sin darle vueltas al asunto-. Rumania se ha visto envuelta en revueltas y ataques que no parecen más que el accionar que algunos grupos subersivos, pero yo tengo otra teoría al respecto y ésta comienza con mi propia responsabilidad en el asunto- y admitirlo era la cosa que más me avergonzaba en el mundo-. La Hermandad de la Rosa Negra nunca ha interferido con la realeza rumana, sólo nos hemos mantenido protegiendo el secreto de los vampiros del resto de los mortales y tratando de no meterno en temas políticos. Pero me temo que la Hermandad misma es un tema político. Hice una pequeña pausa, para ver si me seguían, escrudiñando la mirada de ambos. -Hace casi siete años, el Lord Supremo que dirigía la Hermandad fue asesinado... por mí- hice una pequeña mueca que aparecío fugazmente en la comisura de mi labio, una señal de molestia-. Ya no podía seguir en el puesto, el poder se le había subido a la cabeza. Entonces, comenzó una suerte de regencia hasta que se eligiera al siguiente Supremo de entre los integrantes de la Cámara de los Lores- expliqué, aunque no sabía si era necesario ya que seguramente él estaría enterado de algunas cosas-. Bueno, los vampiros son volátiles, sobre todo los clanes, cuando se trata de un puesto importante. En resumidas cuentas, se han estado masacrando entre clanes desde entonces y la Hermandad ha quedado a la deriva. Soy... somos... mi esposo y yo, los últimos lores de la Cámara que quedamos con vida- y me dolía pensar que mi hija estaba en medio de todo eso-. ¿Entiende a dónde voy con todo esto?- pregunté, sondeando de nuevos a los dos. Quería recuperar el poder, el puesto que me correspondía por ser una fundadora y miembro de la Cámara y sabía que tendría que abrirme paso asesinando, como antaño, cuando aún éramos burdos animales intentando distinguirnos en una sociedad más o menos civilizada. Pero de ninguna forma podía ir sola con Hades y plantar cara ante los clanes, quienes no dudarían en despedazarme... sobre todo ahora que era humana, en un cuerpo nuevo hecho mediante magia. Pero si Van Halen me apoyaba, si la Reina Lisa me apoyaba, yo podría hacer la transición al vampirismo de nuevo y reclamar lo que me pertenecía, terminar con los disturbios e imponer una suerte de paz para su reinado y para la Hermandad. @@Kamra Ashryver D. @@Lisa Weasley Delacour
  5. Una muchacha joven se acercó hacia mí y me ofreció una bebida caliente que gustosa acepté; calentar los huesos era una de mis principales preocupaciones además del tema que tenía entre manos. Le di un sorbo al chocolate, como si alguien hubiera adivinado que esa era la bebida que esperaba, y luego una figura masculina se hizo presente. Por supuesto, ya le conocía por haberlo visto en la Fortaleza Oscura, pero hasta el momento no habíamos tenido trato alguno más que el de un Lugarteniente a un Mortifago raso. Aparté el chocolate caliente para extender mí mano en señal de cortesía. - Señor Van Halen- saludé, seria, pero manteniendo el porte que me caracterizaba tanto por ser un alto rango de la Marca Tenebrosa como por mi título de Jefa Suprema del Wizengamot. La postura era lo último que perdía... Lo primero solía ser la paciencia-. En efecto, está disculpado. Mi solicitud de reunión no es para socializar. ¿Podemos hablar en algún lugar más privado?- fui directamente, sin rodeos, tal como él. Aquel asunto era delicado para ambas partes y tenía la sensación de que Van Halen no iba a dejarme a la deriva ya que lo que iba a decirle nos afectaba de la misma forma. Buscaba su cooperación, la disposición de tropas para poder irrumpir en la Hermandad y hacerme con el poder, aplacando los clanes subversivos y así poder restaurar la paz que, sabía, su reina necesitaba tanto como yo. Una alianza sería lo más fructífero, si es que lograbamos un acuerdo que a ambos nos sirviera. Además, necesitaba información sobre los movimientos que se habían estado gestando los últimos años. Casi a la vez que solicitaba a Luca una conversación más privada, Kamra, para mi sorpresa, se hizo presente en la estancia. Vestía los colores del escudo de la familia real rumana y su porte indicaba claramente un cargo alto, quizá en la composición de las fuerzas de seguridad. Bueno, no la conocía bien, pero Hades sí y eso era un punto a favor para nosotros. -Kamra, qué agradable verte- saludé de inmediato, ahora extendiendo una mano hacia ella.
  6. Vengo con una dudilla que quizá suene un poco tonta, pero bueno (? mejor eso que meter la pata. En la mazmorra de La Torre del Dragón, al lanzar el último dado sólo sacando 3 o 4 dice que debo enfrentarme al dragón. Si saco 2 entonces sólo abro la puerta, veo que no hay nada más que el dragón y puedo huir como rata por tirante? XDDD
  7. Las calles del Callejón Diagon estaban pintadas de blanco por la copiosa nieve que aún caía sin parar. Era como si no hubiera bastado con que Diciembre fuera horrorosamente helado, sino que además ahora parecía que todo Enero estaría exactamente igual. Había tenido que escoger un abrigo largo que cubrí hasta mis rodillas para prevenir que el aire frío se colara entre mi ropa y era en aquellos momentos cuando sopesaba mejor la invitación de Hades de volverme vampira de nuevo, aunque me gustara mi condición de humana. -Sólo un poco más, quizá lo pueda manejar- susurré para mí misma pero en voz alta. Por suerte el rugido del viento que se arremolinaba en los edificios ocultó mi voz o sino hubiera quedado como una completa loca. Tenía que repasar las últimas noticias y lo que me había llevado a tomar aquella decisión antes de llegar al negocio indicado. Para empezar, me había tenido que ocultar dos meses del Inquisidor y El Santo, ahora que habían descubierto que la sangre de ciertos magos y brujas era no sólo inumne al suero de Genetics de volverte muggle, sino que además era la clave para hacer una vacuna. Durante esos dos largos meses, Hades había tenido que lidiar solo con la Hermandad, pero aún no había viajado a Rumania para establecer un control definitivo, más que nada porque no tenía apoyo alguno más que el mío y el de Aidan y... eso no era suficiente. La Hermandad era un hervidero de traiciones. Finalmente, al regresar de nuevo a Ottery con mi pequeña Kore, se había hecho más que evidente que no me respetarían siendo humana aunque les triplicara la edad a algunos vampiros y era más bien vulnerable a sus ataques, así que... pues allí estaba, acudiendo a ver si podía solicitar una reunión con la Reina vampira de Rumania y así conseguir algo de ayuda política y militar para retomar el control. Los disturbios también le afectaban a ella, más que a mí incluso, pero yo era la responsable de aquella decadente institución que quería volver a ver brillar por lo alto. Y, bueno, ella era la mandataria que podía darme una mano amiga para conseguirlo. Llegué al frente del negocio y observé cómo la fachada blanca se perdía en la nieve, casi de forma poética. Miré mis pasos mientras subía las escaleras de mármol, procurando no tropezar o resbalarme con la escarcha que se formaba, pero éstos parecían protegidos con magia meteorológica, así que sonreí con gusto y me aventuré, entrando al hall del edificio tan pronto como sus enormes y pintorescas puertas me dieron paso. ¿A dónde debía ir ahora? El lugar era enorme y hermoso... como un palacio en medio del callejón. ¿Quizá tocar alguna campanilla? ¿Anunciarme en algún lugar? Me acerqué al mostrador principal, en medio del bello hall y esperé, paciente, para dar mi nombre y el motivo de mi visita... Necesitaba hablar con Luca Van Halen. @@Lisa Weasley Delacour
  8. Estaba examinando el bungalow con extrema curiosidad, notando la forma en la que éste se mezclaba de forma casi natural con el entorno, desaparecieron entre la vegetación, cuando una voz siseante me hizo sobresaltar. No debería haberme sorprendido que una cobra y una taipán, totalmente enfocadas en mi, sacaran la lengua de una forma rítmica mientras una de ellas hablaba conmigo... pero no lo logré. Ocultar que había podido entenderlas sería tonto, puesto que estaba allí justamente para desarrollar aquella habilidad, pero quizá debía haber ocultado mi asombro. Mi rostro era casi tan traslúcido como el agua cuando a emociones se refería -emociones intentsas- y me incliné un poco para examinar a mis anfitrionas. -Quisiera aprender, desarrollar mi Pársel... es pobre, pero tengo la habilidad en mi sangre- dije entre siseos, de forma burda, como un inglés hablando un español que ha aprendido en la escuela de forma ineficiente-. Quizá su maestro pueda ver si soy digna de aprender o no... antes de botarme- continué. ¿Me morderían si creían que las estaba insultando? ¿Y qué pensaría el Arcano al respecto si ellas creían eso mismo? ¿Se negaría a enseñarme? Hasta ahora, todos los Arcanos ante los que me había presentado habían aceptado enseñarme, no tenía idea cómo era ser rechazada por uno de ellos y mucho menos cuál era el proceso para intentar caerles en gracia después a ver si consideraban su decisión. Por eso, esperaba que mi respuesta a las serpientes fuera suficiente para que Lawan considerara si era bueno enseñarme o, mejor dicho, mejorar mi Pársel y hacer que éste tuviera sus frutos. Quizá la sed de conocimiento era algo que el Arcano compartiría conmigo.
  9. ID: 109211 Nick (con link a la ficha) Sybilla Macnair Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) Link Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Link Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-01-17 Objeto: Cometa 280 Puntos: 10 Precio: 500 G Objeto: Bola de Cristal Puntos: 10 Precio: 500 G Total de puntos: 20 P Total de Galeones: 500 G
  10. Holu chicos, yo vengo con una dudilla y es que no me he leído lo que se requiere en todas las mazmorras... pero... ¿Los productos que salieron para el Evento Navideño, anunciados en el tópic del Concilio, se venden como "productos normales" con stock actual en el Magic Mall? De ser así, iré a comprar algunos de inmediato, porque están súper geniales o/ Gracias a quien responda.
  11. Captura Dado: 3 *** De nuevo, aquel piso era idéntico al anterior, sólo que el símbolo de la puerta era diferente y, aparentemente, el mecanismo que la mantenía cerrada también. Estaba agotada por la pelea con las doxys, pero más me dolía el cuerpo por las quemaduras -aunque ya sanas- que había obtenido del piso anterior y, por un momento, pensé en desistir e irme. ¿Pero qué podía ser peor que el fuego? Bueno, estaba por descubrirlo pronto. La cerradura, aunque en principio resultó compleja, finalmente cedió a mi capricho y pude mover la puerta. De nuevo, intenté no ingresar dando brincos para evitar que algo me asesinara a la primera, pero de todos modos no pude evitar lo que sucedió. Una de las piedras del suelo, tal como en una película muggle de Indiana Jones, cedió bajo mi peso y activó "algo" que comenzó a echar un gas noscivo en todo el ambiente. Intenté taparme la nariz y la boca con un trozo de mi propia blusa, pero fue inútil, el gas se metió dentro de mis vías y comencé a sentir que me ahogaba. -Anapneo- susurré, con la voz ronca, antes de quedarme muda e inconsciente por el tóxico aire. Aunque el hechizo funcionó, aspiré otra bocanada de veneno y sentí que el proceso comenzaba de nuevo, así que tenía que pensar en algo más... algo que me permitiera evitar hacerme un Anapneo cada dos pasos. Me retiré de la habitación, mientras pensaba qué hacer. -Casco burbuja- realicé una floritura alrededor de mi cabeza y el encantamiento surtió efecto inmediato, creando una especie de casco alrededor de mi cabeza que me permitió respirar aire limpio y, de ese modo, me introduje de nuevo en la habitación. No importaba qué parte del suelo tocara, todo cedía a mi peso y lanzaba más de ese gas tóxico. Si no hubiera sabido qué hechizo utilizar, seguramente me hubiera sido imposible adentrarme allí. Casi canté de felicidad cuando tomé la página que estaba en otra estantería y retrocedí hasta volver a salir de la habitación, concluyendo el hechizo y respirando bien por fin, de nuevo en la escalera de caracol. Con la tercera página ya en mi poder, era momento de continuar al último piso de la torre y enfrentarme al último desafío, si es que no moría antes a medida que subía por alguna trampa nueva a inesperada.
  12. Dado Captura: 2 *** El segundo piso no se distinguía de nada del primero y, por un momento, pensé que quizá me había metido en una especie de laberinto que subía y subía, aunque una parte de mí deseaba con todas sus fuerzas que sólo fuera una tonta corazonada y que, en realidad, cuando decidiera bajar para irme, todo estuviera en su lugar, incluída la puerta por la que había entrado. Habiendo pensado eso, la puerta de madera del segundo piso, también cerrada como la primera, no se distinguía en nada de la de abajo y, cuando pasé la varita por su superficie, me encontré con lo mismo de antes: un símbolo luminoso y alguna especie de cierre mágico especial que un Alohomora no podría abrir. Luego de varios intentos, también descubrí cómo entrar en aquel lugar, pero esta vez cuando la cerradura hizo su "click", no me introduje de sopetón, sino que primero analicé a mi alrededor. No se escuchaba nada dentro, por lo que podía ser que aquel piso no estuviera infestado de doxys o que las mismas no hubieran sido perturbadas aún. Tampoco estaba el sonido de ningún otro animal... quizá ese no fuera el peligro. O quizá no hubiera ningún peligro en absoluto, pero no iba a ser tan tonta de intentar traspasar como si nada. Empujé la puerta lentamente y comencé caminar lentamente hacia su interior. Tal como sucedía con el piso de abajo, aquella sala estaba repleta de estanterías que habían sido saqueadas con el paso de los años... aunque... algunas partes parecían haberse carbonizado. Aquello fue una alarma que se prendió dentro de mí, pero demasiado tarde. Tan pronto como vislumbré la página del cuaderno de Dumbledore sobre una estantería, un fuego intenso salido de la nada comenzó a quemar todo alrededor. -¡No!- grité, asustada-. Aquamenti... ¡Aquamenti!- pero los chorros de agua de mi varita parecían no surtir efecto en aquel fuego extraño, que se balanceaba y saboreaba todo a su alrededor. Parecía, más bien, una maldición fuera de control. -Car.ajo... no... la página- me quejé. Así que así sería... dejar que la página se quemara o quemarme yo para conseguirla. La decisión no era sencilla y la voz de Hades retumbó en mi cabeza, advirtiéndome que diera la vuelta y me fuera. Pero el deseo de obtenerla y estudiarla era más fuerte que yo, así que comencé a correr despavorida hacia la estantería donde la había visto, lenguas de fuego abrasándome los brazos y piernas, chamuscando mi piel y el cabello de mi cabeza, mordiéndome con más ferocidad de lo que lo hubiera hecho una doxy. Grité todo el camino de ida hasta arrancar la página de la carbonización segura, y grité todo el camino de vuelta, por las ampollas que habían comenzado a formarse en mi piel expuesta. Finalmente cerré la puerta a mis espaldas al salir al corredor y me dejé caer con dificultad en el suelo de piedra, llorando por lo bajo. Había estado cerca de morir... pero lo había conseguido. Guardé la página con dificultad en mi bolsito de moke y extraje con un accio el Remedio para Quemaduras, el cual destapé con mi boca y comencé a echarlo poco a poco en las ampollas que notaba. Ardía más que el propio fuego, pero al menos no iba a morir por una infección en los próximos treinta minutos... quizá muriera más tarde en mi propia casa cuando mi esposo se enterase de mi odisea. Me quedé allí, recostada, unos valiosos minutos mientras las heridas sanaban y luego emprendí el arduo camino hasta el tercer piso. Aquella torre era horrible.
  13. Dado Captura: 2 **** Cada vez que tocaba la puerta en determinada forma, el símbolo en ella brillaba, pero siempre con una tonalidad distinta. Pensé, entonces, por unos segundos, cuál sería la forma correcta de proceder para no hacer saltar ninguna "alarma" o posible trampa que pudiera tener; sería un horror quedar atrapada allí como en las bóvedas de Gringotts. Lo intenté una... dos... tres veces. ¡Hasta que descubrí un patrón! Sí, había un patrón lumníco alrededor del símbolo y cada vez que hacía determinados toques con la varita, éste se iluminaba en una secuencia. Era un juego de memoria más que de destreza, así que me alegré y comencé a probar hasta dar con el patrón lumínico. Y, entonces.. ¡click! La puerta se destrabó y se entornó apenas un poquito. -¡Eureka!- exclamé, sin darme cuenta de lo que estaba haciendo. Mi felicidad por haber descubierto el mecanismo hizo que tontamente olvidara que allí podía haber algún peligro... Hasta que una bandada de doxys con afilados colmillos voló hacia mí por haber acabado con su descanso. -¡ay!- mi gritó retumbó por toda la torre cuando le di un manotazo a la primera, que intentó colgarse de mi cuello y morderme. ¡Esas bestiecillas eran feroces! ¡Y no dejaban de aparecer! Ni siquiera pude mirar el entorno al que estaba entrando, porque me rodearon como una nube negra y comenzaron a intentar moderme y arañarme. Lancé hechizos a diestra y siniestra, pero apenas podía darle a una o dos, haciendo que el resto se pusieran furiosas. ¿Qué podía hacer en aquellas circunstancias? Como pude, tomé el bolso de moke que siempre llevaba colgado de mi pantalón y metí la varita dentro: -Accio Doxycida-. A pesar de saber de pociones, no tenía idea de cuánto tardaría aquello en hacer efecto, pero no tenía otra opción. Apenas tuve el frasco en mis manos, comencé a echarlo alrededor mío como pude, mientras aún me defendía del ataque furioso de las bestias aladas. ¿Hadas? No, eran seres horribles. Poco a poco, las porquerías voladoras comenzaron a caer a mi alrededor y, aunque aún algunas seguían luchando por no quedarse "dormidas", finalmente todas regaron el suelo a mi alrededor. Me sentía echa un desastre, con el cabello revuelto y el rostro arañado, así como las manos donde habían intentado agarrarse para morderme, pero por suerte eran todas heridas superficiales. Al menos no había salido ningún hacha de la pared para decapitarme. -Bien, veamos-. Alrededor mío estaba lleno de estanterías, la mayoría vacías pero en otras había algunos tomos sucios y viejos, pergaminos amarillentos y... cosas que mejor no quería tocar. Me acerqué despacio, por si había alguna doxy rebelde escondida e inspeccioné todo hasta... hasta que algo llamó mi atención. ¡Conocía esa letra! Había visto la escritura de Albus Dumbledore en muchas ocasiones... ¡Esa debía ser la página del libro! La tomé, llena de felicidad y la guardé dentro de mi bolso de moke, antes de volver al corredor, cerrar la puerta de madera y comenzar a subir la escalera hasta el siguiente piso, menos frustrada de lo que esperaba. Sí, no había esperado encontrar todo lo faltante a la primera... pero las doxys me habían tomado totalmente por sorpresa.
  14. Papúa Nueva Guinea. ¿Qué me había llevado hasta allí? Ciertamente haber nacido con la magia en la sangre debería haber sido suficiente explicación para mi necesidad de aventura, pero eso era mentira, porque no todos los magos y brujas que conocía se aventuraban en tierras tan extrañas en busca de páginas perdidas. Había vivido parte de mi existencia con Mackenzie, quien era una apasionada de la Arqueomagia y con ella había conocido el arte oculto en artefactos tan extraños e insólitos que habían despertado una parte oculta de mi ser. Antes de eso, incluso, saber que era una maga de sangre había abierto nuevos horizontes para mí que ahora exploraba en busca de una cura para el suero que quitaba la magia. ¿Acaso era eso lo que me había llevado a la famosa Torre del Dragón? ¿Buscaba algo que me ayudara a comprender mejor cómo mi propia sangre podía ser la clave para acabar con los planes de Genetics? ¿Cómo detener a El Santo... o al Inquisidor? Quizá sí. O quizá no. Quizá sólo se trataba de mi sentido de la aventura, de mis ansias por recorrer nuevos horizontes. Me habían explicado que el camino no era sencillo. Llegar era duro y adentrarse en la torre era aún peor. Pero yo era una bruja decidida y no iba a dejar que algunos comentarios me desalentaran, además Hades ya había hecho su intento y yo no podía quedarme atrás. Por ello, cuando dejé a Kore en sus manos y le dije a dónde me dirigía, él casi no cuestionó. Casi. Realmente siempre cuestionaba lo que yo hacía, sobre todo porque me había negado a que me convirtiera en vampiro y entonces temía que mi fragilidad humana y mi poca sensatez acabara matándome... Se preocupaba más por mí que yo misma. Sonreí a pesar del peligro inminente e ingresé en la Torre, con su rostro en mi mente. No sólo era mi esposo y el padre de mi hijo, también era mi amuleto. Asomé mi rostro a las escaleras casi interminables de aquel solitario lugar y tan sólo un paso hizo un eco estruendoso que rebotó por las paredes, las escaleras en espiral y acabó Merlín sabía dónde. Decidí que "quien no arriesga, no gana" y comencé a subir un peldaño a la vez, varita en mano, por si alguno de ellos era un botón que activaba alguna trampa pero, por suerte, llegué al primer piso sin que un hacha saliera de la pared e intentara rebanarme la cabeza. Di con una puerta de madera, sólida, que examiné con ojo curioso, manteniendo mis manos lejos por las dudas. Aquella torre, aunque parecía inofensiva, no lo era o eso pensaba yo y "mejor prevenir que curar" decía el dicho. Lentamente, pasé la varita tocando distintas partes de la superficie rugosa de madera y noté, mediante un sencillo hechizo, que allí había habido otras tantas varitas que habían hecho lo mismo que la mía. <<¡Ja!>> pensé. No era la única precavida entonces. -Veamos- susurré y de inmediato me arrepentí, porque incluso aquel pequeño susurro hizo eco hasta arriba y sentí los bellos de mi nunca estremecerse. Toqué de nuevo la madera de la puerta pero ahora recité otro conjuro... Definitivamente, había algo del otro lado que yo debía ver, si es que podía descifrar el mecanismo mágico que la cerraba. Entonces, la puerta se iluminó tenuemente y un símbolo apareció en ella. ¿Un código quizá? ¿Una marca alquímica? No lo supe en aquel momento, pero lo anoté en lo profundo de mi mente por si me era útil para más adelante. Ahora... ¿cómo iba a abrir la puerta?
  15. Era la primera vez que me acercaba a la vivienda del Arcano de Pársel. A pesar de que me había matriculado hacía tiempo para poder comprender mejor la lengua de las serpientes, no había contado con el tiempo y la valentía suficiente para sumergirme nuevamente en tan notables estudios, así que había pospuesto aquel momento durante largo tiempo. A pesar de encontrarse en una enorme piedra flotando entre las nubes, el ambiente tropical de la casa del Arcano era exquisito. Había enormes árboles, frondosos, rebosantes de pájaros e insectos, además de algunos habitantes típicos de Japón que habían encontrado en aquel espacio mágico su hogar. El bungalow de Lawan se encontraba oculto entre la vegetación o eso se había intentado, pero aún era distinguible incluso del otro lado del puente que cruzaba un río poco ruidoso pero muy hermoso, de cristalinas aguas, por el que flotaban diversas ramitas caídas y algunas serpientes acuáticas, las que me miraron por un momento, quizá comprendiendo por qué me había acercado allí. Conocía a casi todos los Arcanos. Había tenido contacto con ellos mientras estudiaba y luego de finalizados mis diversos estudios, pero jamás había visto a Lawan de cerca o conversado con él, así que todo sería una experiencia completamente nueva para mí. Me aterraba un poco, como siempre sucedía, no ser digna de aprender de él. El Pársel rara vez había estado presente entre los Macnair aunque tuviéramos una línea estrecha con los Gaunt. Quizá yo era la primera en haber desarrollado el oído y el habla de las serpientes, aunque no lo había puesto en práctica nunca y, a decir verdad, dudaba ahora mismo de que en verdad pudiera hacerlo. Pero debía intentarlo, porque más allá de mis propios temores, la sed de conocimiento me agobiaba.
  16. @ Espero no incurrir en spam al responderte. Sí la usamos, pero pues, que quiero tenerlo de esposo hace años XD Y quería saber nomás. Antes de la Riddle nos hicimos parte de la misma familia para donarnos (? XD No sé, me surgió la duda de si servía de algo tener el estado civil y si era viable...
  17. @ Justo pedí actualización pero sin dejar link... Jejeje. Esperaré al próximo mes o sino molesto algún mode coffcoffNatecoffcoff para que me agregue el link de Hadesuco. Gracias por la pronta respuesta y aclaración.
  18. Hola duendes, vengo a molestarlos con una duda sobre las donaciones. Tengo entendido que se puede donar a esposos/as y antes, con los Servicios del Wiz del MM eso se veía reflejado en ficha de pj cuando uno registraba que estaba casado con tal. Pero ahora eso no existe... ¿cómo puedo registrar a mi marido legalmente para hacerle una donación? XD Vamos, todos sabemos que Hades se casó conmigo por mi dinero u.ú
  19. Hola Modes. Tengo una inscripción a Pársel desde el año pasado pero nunca inicié. Dado que ahora cambiaron las condiciones de las habilidades, pero yo el descuento ya lo tengo hecho en mi bóveda, ¿debería volver a inscribirme y que me descuenten lo que me falta para llegar al monto impuesto actualmente o puedo empezar así sin más? Gracias o/
  20. Holu, vengo a pedir algunos cambios (chiquitos). En el apartado Trabajo me gustaría quitar lo de "Logia Eligentium" ya que no soy más logia y éste es un cargo off rol del foro, queda feito XD (ya pedí en el tópic del CMI que me lo quiten). Donde dice "Estado Civil" me gustaría cambiar el "Comprometida con Hades Ragnarok" por "Casada con Hades Ragnarok". Donde dice "Raza" cambiar "humana" por "Vampiro". (Y también cambiarlo en mi perfil, porfis, que dice licántropo XD) En "Cronología de Cargos" ---> Ministerio de Magia donde dice "Miembro de la Logia Eligentium, Concilio de Mercaderes (desde Marzo de 2019 - Actualidad)" cambiarlo a "Miembro de la Logia Eligentium, Concilio de Mercaderes (desde Marzo de 2019 a Diciembre 2020)". En "Premios y Reconocimientos" agregar al final: Segundo Lugar Concurso de Firmas Terroríficas Gala de Halloween 2020 Firma 1 Firma 2 Premios Mortífagos "Los Herederos de Salazar" 2020 Mortífago Casero Mortífago Solidario Nerd Oscuro Tutor del Mes Y eso sería todo.. Muchas gracias <3
  21. Holu, no sé si debo llenar la planilla completa de nuevo... en realidad sólo deseaba pedir que me quitaran el cargo de "Logia Eligentium del Concilio de Mercaderes" del perfil, ya que he renunciado al Concilio y pues, no es correcto que ostente el cargo, que encima es uno off XD por más que podamos explotar el on... Si he de rellenar la ficha de nuevo, me avisan que con gusto la dejo. Gracias o/

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