Cissy Macnair

Sabía que había dado en el clavo con Dumbledore, porque la vi crisparse en su asiento y también cómo cambiaba su postura. A mi lado, Kamra parecía haber notado lo mismo aunque su mirada no estaba en la Ministra francesa, sino en mí, como si intentara averiguar mis intenciones... o descifrarme. Si ella hubiera poseído la habilidad de entrar en las mentes como yo la tenía, no habría podido entender el huracán de emociones y pensamientos que en aquel momento azotaban las paredes de mi cabeza, que con tanto esfuerzo mantenía aún dentro, porque una palabra mal dicha no sólo pondría en peligro a la Hermandad, sino a Escocia y Rumania también, a mis dos aliadas. ¿En qué momento había perdido el tacto de la negociación política y la había reemplazado aquella rugiente violencia? Seguro era por los primeros cambios del vampirismo... Realmente no podía recordar cómo había sido hacía más de dos mil años, en mi primera conversión. Chasquee la lengua cuando Ada mencionó que ella no respondía a Azrael como padre o cabeza de la Luxure, sino que él había reemplazado al difunto Demian Luxure. -Quizás no me corresponda a mí decirle lo que sé sobre Azrael Lycan y Demian Luxure, señorita Ministra... Pero la insto a investigar un poco más al respecto- mi sentencia fue casi un murmullo que pronto fue reemplazado por las palabras de Kamra y asentí a cada una de ellas, mientras mis manos se relajaban debajo de la mesa e intentaba nutrirme de una calma fría que pusiera mi mente en orden-. Sí, conozco los costos de una guerra. He vivido más de dos mil años, que no la engañe mi piel sin arrugas o mi aspecto de joven adulta. He visto reyes nacer y morir, naciones diezmadas por la codicia y el poder, familias rotas, asesinadas, niños huérfanos morir de hambre... o atravesados por lanzas y flechas. Conozco el costo de una guerra, no sólo el monetario, también el costo humano- no pude evitar clavarme las uñas en mis propios muslos para recordarme que no debía llorar. Había perdido a mi mejor amiga, a mi esposo y a mi hijo en la misma batalla, hacía ocho largos años. Quién mejor que yo para hablar de costos. Mis ojos esmeraldas fijos en Camille volvieron de la neblina del pasado y parpadee para aclararlos, porque sabía que estaba siendo demasiado ruda. Subí las manos y las apoyé sobre la bellísima madera de la mesa y me aclaré la garganta. -Como señora de la Hermandad, estoy dispuesta a realizar un acuerdo con Francia como interventora de esta disputa, pero yo sólo comando una fuerza independiente que existe dentro de un país con su propia Reina, así que no puedo hablar ni por su Alteza la Reina Lisa ni por su Alteza la Reina Kamra- asentí una vez en cada dirección-. La Hermandad siempre ha protegido a los vampiros de todas las naciones que deseen unirse a su causa, y como dije antes, tenemos acuerdos con algunos clanes de licántropos aquí en Rumania que aseguran la paz entre las especies. También tenemos un acuerdo con un clan de Italia, uno de Irlanda, dos de Inglaterra y uno de Francia. No creo que ninguno de sus líderes estén en desacuerdo conmigo cuando expreso que deseamos mantener esa paz y que no dudaremos en marchar a Egipto a destronar a este Archimago, para volver a dejarle el trono a la soberana legítima- porque algo me había mencionado Lisa al respecto unas horas antes. Dejé un espacio prudente para que la discusión continuara, esperando estar ahora amainando las aguas turbulentas de la discusión inicial. No quería que Albus creyera que ya odiaba a su novia sin conocerla.

ID: 109211 Nick (con link a la ficha) Rhiann Macnair R. Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2021-10-27 Objeto: Aletiómetro Puntos: 160 Precio: 8000 G Objeto: Tabullae Defixionum Puntos: 160 Precio: 8000 G Total de puntos: 320 P Total de Galeones: 16.000 G

Hice una mueca a Kamra por lo que afirmaba sobre el intruso que había asesinado. ¿Su sangre estaba corrupta? ¿Cuántos otros estarían en esas mismas condiciones? La Maestra Antari que había dentro de mí tiraba para conseguir más información sobre lo que Kam estaba diciendo, pero a su vez sabía que no debía desviar el asunto que teníamos que tratar, era más urgente que mis experimentos en licántropos corruptos. -Ya te dije, payaso o no, consiguió apoyo... aunque haya sido breve- apreté los labios luego de mi comentario, ya que parecía que los pensamientos de Kamra eran un bullicio que me costaría acallar durante la reunión-. No pienses... tan... alto- sugerí, con otra mueca-. La armadura está bien, niña tonta- la codee, hablando bajo, antes de irnos directo a encontrarnos con Lisa y Luca. ** Me encogí de hombros ante la pregunta de Kamra. -No decía dónde, sólo que sería "aquí", lo que me indica que aunque quiere permanecer neutral, no desea que las partes en conflicto pisen el Ministerio francés- de nuevo, fruncí los labios, pero esta vez por no poder dilucidar lo que Ada Dumbledore quería con nosotros. Reprimí una sonrisa cuando Luca le devolvió a Kamra unas palabras que me recordaron a mis propias peleas con mi hermano Marcus. Y luego, Kam le devolvió una oración muy graciosa para la cual tuve que taparme la boca y evitar una carcajada. El hecho de que dijera que Van Halen era "su cachorrito gruñón" casi me hizo desternillarme de risa, cuando la situación a la que nos enfrentábamos requería seriedad -y seguro que Lisa se iba a encargar de recordárnoslo en breve, de nuevo-. Seguí a la comitiva sin decir palabra. Conocía todos los edificios de Rumania, más por el placer de saber ubicarme y develar secretos que porque fuera una apasionada de la arquitectura; dos mil quinientos años podían cansar a cualquiera y convetir un simple paseo por una ciudad en una misión cartográfica. Sabía, sin embargo, que Lisa había reformado varios de esos palacios y asentamientos, quizás añadiendo salidas estratégicas y habitaciones secretas, y que mantenía en secreto los planos. No me sorprendía en lo más mínimo, aquellos eran sus dominios y yo no iba a entrometerme. Mi "reino" estaba bosque adentro, donde el castillo Valar se alzaba solitario pero fuertemente protegido. Y, entonces, mientras yo cabilaba, Ada Camille Dumbledore se hizo presente. Mis ojos se dirigieron a Albus, plantado al lado de la joven Ministra, observando a todos a su alrededor y, brevemente, a mí, como si temiera que fuera a echarle algún tipo de reprimenda. En aquel momento desee que él fuera legeremante para que pudiera saber lo que yo pensaba al respecto... Pero quizás sería mejor una conversación sincera madre-hijo. Guardé silencio y la compostura mientras Lisa hacía las presentaciones pertinentes e incliné la cabeza cuando me presentó, en señal de aceptar mi "título" provisorio, ya que aún no tenía muy en claro qué papel ocuparía dentro de la Hermandad... Ser "Lady" me parecía anticuado, aunque le siguiera la palabra "Suprema". Mi mirada fue hacia Kamra, entonces, quien había tomado la palabra después de Lisa, para plantearle a Ada si lo que ella necesitaba era protección, hacer un acuerdo... o cuál era su posición con respecto a Azrael Lycan. Enarqué una ceja. ¿Relacionada? ¿Qué tipo de relación poseía la Ministra francesa con ese tipo? Mis ojos se clavaron en Albus, tan protector junto a Ada y tuve que esperar a que Lisa terminara de hablar para no interrumpirla. -Los vampiros son libres, más se atienen a las leyes rumanas así como a las que firmaron con la Hermandad. Nosotros no hemos logrado una convivencia sana con los licántropos luego de doscientos años de guerra para que venga un impostor a querer socavarnos. Ni lo hará, me temo, sea por el medio político... o por otros- todavía no había podido controlar del todo la sed de sangre y mis colmillos brillaban fuera, como si estuviera por atacar. La realidad es que podía sentir el pulso de todos los seres no vampiros de la sala, oír sus pensamientos, casi era una tortura mantener todo eso a raya-. Planeo que nuestra paz sea duradera, y si para ello he de marchar a destruir su regencia, tengan por sentado que lo haré- sabía que estaba siendo demasido visceral, pero no me había gustado que Francia se presentara a querer hacer un tratado siendo que estaba directamente emparentada con quien había comenzado aquel absurdo intento de terminar con una raza entera. -Quizás suene un poco belicosa en este momento, pero apenas hemos podido amainar las aguas de un nuevo gobierno en la Hermandad, no necesitamos que un montón de licántropos novatos vengan a golpear nuestras puertas con las garras afuera. Ni tampoco que usted excuse a Azrael Lycan, señorita Dumbledore. Creo que él ya hablado por sí mismo con sus acciones cobardes. Entonces, ¿está usted con nosotros, con él, o permanecerá neutral?- solicité saber, apretando un puño por debajo de la mesa, donde había mantenido mis manos para evitar romper el hermoso mobiliario de la sala.

Bueno, hay que ir retomando la participación en los concursos para no perder la costumbre... Veo que este año vamos a ser varios participantes, así que estoy entusiasmada por ver los trabajos de todos. En fin, sólo venía a avisar que ya hice la entrega de las firmas o/

Holis... Estaba viendo las fichas de mis pjs y me he dado cuenta que están todas descompaginadas T-T vengo a pedir edición para acomodarlas porfis. Además quiero agregar un personaje más... Bueno, entonces dejo las ediciones correspondientes. PJ1: Nombre Aidan Theodore Howard (Velkan) Edad 874 años (Nació el 24 de Marzo de 1147) Nacionalidad o procedencia Inglesa-irlandesa Raza Vampiro Personaje principal al que está asociado Sybilla Macnair Relación con el personaje principal Sybilla Macnair lo convirtió en vampiro. Aspecto Físico Complexión atlética y musculosa, cabello castaño claro casi rubio, ojos verde-agua. Su rostro tiene forma puntiaguda, con un mentón fuerte y de forma cuadrada-triangular, pómulos pronunciados y cejas gruesas. Mide 1,80 mts. Cualidades Psicológicas Egocéntrico y manipulador, sentimental y con ciertas actitudes bipolares. Aidan es un vampiro muy difícil de manejar por su repentinos cambios de ánimos. Puede ser sádico y cruel con su peor enemigos y amable y amoroso con el amor de su vida. Historia Anne Catherine Howard era hija del Conde de York, George Theodore Howard, y su única heredera. Obligada a contraer matrimonio con otro noble de Inglaterra para sostener la fortuna y el título familiar, el destino de Anne parecía sellado. Pero a sus dieciséis años conoció a un joven Cruzado llamado Ambrose del que se enamoró perdidamente. Ambos se juraron amor eterno en una ceremonia secreta auspiciada por un cura en una capilla perdida, la noche anterior a que Ambrose tuviera que seguir camino hacia la guerra impulsada por el Papa Eugenio III. Aquella noche, Anne quedó embarazada sin saberlo, aunque seis meses más tarde cuando su barriga fuera demasiado notoria, ya no podría ocultar el hecho. Aidan nació el 24 de marzo de 1147, en medio de una terrible tormenta de nieve de finales de temporada. George había recluído a su hija en un convento por haber mancillado el apellido Howard. Desprovista de título, dinero o apoyo, Anne parió dificultosamente en medio de la madrugada asistida por las monjas, quienes nombraron al pequeño Aidan Theodore. Aidan no conoció a su madre ya que había perecido durante el parto, pero las monjas le dieron una carta que ésta le había escrito cuando fuese recluída en el convento, en la cual le contaba sobre Ambrose Velkan, su padre, su herencia Howard y cómo ella había amado a aquel cruzado más que a nada en su vida, exceptuándolo a él. A los diecisiete años, las monjas impulsaron al joven a buscar a sus abuelos, creyendo que luego de tantos años ellos quizás iban a querer conocer a su nieto. Anne había escrito cartas a su madre durante los meses en el Convento, pero nunca había recibido respuesta, por lo que Aidan emprendió el camino con pocas esperanzas de ser querido, pero con muchas ansias de, al menos, conocer un poco más sobre la hermosa mujer que le había dado la vida. Al llegar, por fin, al castillo de York, se chocó de frente con el repudio de su abuelo, un hombre entrado en años con algunas enfermedades en su haber, que parecía no tener ningún remordimiento por haber despreciado a su única hija. Pero su abuela era un asunto completamente distinto, ella jamás había podido leer las cartas de su amada hija y le rogó a Aidan que no se fuera. No se sabe cómo, pero unos cuatro años después de la aparición de Aidan, George Howard no sólo lo recibió en su familia, sino que lo nombró su heredero y, poco tiempo después, murió. Algunos allegados cuentan que George se encontraba un poco mal de la cabeza, que a veces olvidaba cosas y que, en su lecho de muerte, se arrepintió de haber dejado a su hija... Pero otros dicen que todo fue cosa de magia... Catherine Howard (Woodland de soltera), abuela de Aidan, vivió hasta verlo convertirse en un adulto que llevó la fortuna de la familia a multiplicarse. Luego de haber educado a su nieto, éste se había convertido en muy bueno en los negocios y estuvo más que orgullosa de él. Falleció cuando Aidan tenía 25 años. Desde que se quedó solo, el joven Howard se dedicó a buscar a su padre, pero los datos que tenía sobre él sólo estaban escritos de puño y letra de su madre, así que no obtuvo muchos resultados. En el año 1174, durante el cumpleaños número ocho de Henry Fitzroy -bastardo del Rey Enrique II de Inglaterra-, conoció a la Baronesa Mary de Kent, una bruja vampiro de la cual se enamoró de inmediato. Mary no era otro que un nombre falso adoptado por Sybilla, quien no sólo conquistó el corazón del Conde, sino que además lo convirtió en su primer chiquillo. Durante el cumpleaños número 32 de Aidan, en 1179, cuando aún era humano, tiene un accidente de caza que lo lleva al borde de la muerte. Enamorada de él, Sybilla decide darle una segunda vida como vampiro pero, poco después, lo abandona al no saber cómo hacerse cargo de su propia creación. Aidan tiene que afrontar los percances del vampirismo totalmente solo, aunque poco tiempo después conoce a Onud Silharshi, otro vampiro que hace de amigo y mentor. Nueve años antes, en 1170, cuando Enrique II acepta invadir Irlanda por pedido de Dermot McMurrough, su hija Aoife contrae matrimonio con Richard De Clare, líder de las fuerzas invasoras cambronormandas. El matrimonio selló una alianza para que De Clare brindara sus fuerzas militares a Dermot. Aidan era primo segundo de Aoife y acuerda con ella proteger a su descendencia a cualquier costo. Es por esto que, en 1185, tras la muerte de Gilbert De Clare y la asunción de Isabel De Clare como IV Condesa de Pembroke, ésta última junto a su hermana menor Joanna son encerradas en la Torre de Londres. Luego de cuatro años recluída, Isabel es dada en matrimonio a William Marshal, quien se convirtió posteriormente en Lord Mariscal. Pero la rebelde Joanna no podía quedarse con ellos, por lo que Aidan la recibe en su hogar, a pesar de que Enrique II y, posteriormente, Ricardo I consideraban que Joanna podía ser un peligro para las invasiones inglesas en Irlanda. El amor entre Aidan y Joanna creció rápidamente. Aidan estaba congelado en sus 32 años eternamente, mientras que Joanna día a día se convertía en una joven más hermosa. Finalmente, Ricardo I la promete a Godfrey De Gamage para mantenerla vigilada, quien le hace vivir las peores de las penurias. Joanna engendra un hijo con Godfrey, llamado Godfrey De Gamage II pero a quien ella se dirige como Connor por su ascendencia irlandesa. Godfrey padre intenta asesinar a Aidan al ver el amor que existía entre su esposa y el vampiro, pero fracasa, aunque de todos modos termina con la vida de Joanna. Connor es enviado a vivir con su tía Isabel luego del atentado contra Aidan, ya que se creyó que había perecido aquella noche a manos del vampiro. Aidan regresa a encontrarse con Sybilla en el año 2012, luego de que ésta fuera citada a la Hermandad de la Rosa Negra. Junto con su mejor amigo Henry Fitzroy, planean la caída de la Hermandad y el asesinato del viejo Ambrose, quien fuera el padre biológico de Aidan, luego de que éste se enterase que su padre, al momento de engendrarlo, ya poseía otra esposa e hijos y por eso no había vuelto jamás a buscar a su madre Anne. Los sucesos del año 2012 y 2013 llevan a Aidan a dar con Artemis Macnair Malfoy, descendiente de Joanna De Clare, pero ésta en principio no le corresponde su amor. Un año más tarde, en 2014, cuando Artemis y Aidan comienzan una relación, ésta es asesinada, al igual que Henry Fitzroy. Aidan cayó entonces en una profunda depresión de la que sólo Arya Macnair logró sacarlo. En el año 2020, Arya y Aidan se casan y tienen hijos gemelos. Aidan y Arya se mudan al castillo Stark, junto a Castalia, Sebástian, Taren, Elysia y Rohana, pero en 2021, con la partida de Aaron como líder de la Marca Tenebrosa, Arya se convierte en la sucesora del poder, y regresan a Ottery St. Catchpole. Otros datos: - Es mago, aunque no estudió en ninguna escuela conocida. Aprendió a manejar la magia de adulto, con ayuda de Joanna y Connor. - Aunque en principio creyeron que Godfrey II era hijo de Godfrey De Gamage, más tarde Aidan se enteraría que en realidad era suyo. - Se casó en el año 1176 con una joven llamada Alice, con quien tuvo a su primer hijo, Edward Howard. - Es muy unido a Sybilla. Condiciones de utilización: Sólo yo puedo utilizar este personaje. Pj2: Cambiar la imagen principal por la siguiente y colocarla centrada: Nuevo Personaje: Nombre Genevive Evalin Rosier Edad 19 años (nació el 7 de Julio de 2002) Nacionalidad o procedencia Francesa Raza Humana Personaje principal al que está asociado Sybilla Macnair Relación con el personaje principal Es la sobrina Aspecto Físico Genevive es bajita, alrededor del 1,60, y delgada. Tiene el cabello rubio ceniciento lacio y largo por debajo de los hombros. Sus ojos son un poco raros, ya que posee el centro de color pardo y luego se va poniendo verdoso y algo celeste, pero cuando el día está nublado, parecen totalmente grises. Tiene los labios marcados y sensuales, rosa pálido. Su piel es ligeramente sonrosada y pecosa, sobre todo en brazos y abdomen. Tiene una cicatriz en la nuca que no sabe cómo se la hizo. Cualidades Psicológicas Es una joven tímida y amable, sociable si logra integrarse, aunque su círculo de amistad es muy reducido. Gusta de sentarse a leer, tejer o hacer jardinería, artes que heredó de su madre. Es algo ansiosa cuando se trata de aprender cosas nuevas, muchas veces hasta sufriendo dolores estomacales o de cabeza por su ansiedad. Historia Genevive nació el 7 de julio de 2002 en el seno de la familia Rosier, en Francia. Hija de Killian Rosier y su esposa Whinnifred Rosier (Black de soltera), es la primogénita y única hija del matrimonio, por lo que gozó siempre de mucha atención y amor, ya que Whinny no pudo concebir más hijos. Su padre Killian murió cuando ella era pequeña, apenas cinco años, por lo que sufrió mucho su falta durante su adolescencia. Su madre colocó un retrato de su padre en la sala al que Gen normalmente hablaba en busca de consejo. Por otro lado, su abuelo Armand siempre veló por su bienestar y el de su madre, sobre todo luego de la muerte de su padre. Gen asistió a Beauxbatons y aunque no fue una estudiante sobresaliente, sus profesores la tenían en estima por sus aptitudes para sobrellevar incluso los más difíciles retos. Fue durante su estadía en la escuela de magia cuando conoció a Jean-Luc Dumont, uno de sus compañeros del que se enamoró y con el que se comprometió al terminar sus estudios. Actualmente Genevive se encuentra en Ottery St. Catchpole con la intención de contactar a su prima Juliette Macnair, ya que es la única que ella cree que conoce la maldición que azota a los Rosier, y de la cual Gen se quiere deshacer para poder tener una vida feliz junto a Jean. Otros datos: - Su varita mide 30 cm, está compuesta por madera de nogal, es rígida y posee núcleo de Demiguise, lo que hace que a veces la misma parezca transparente, sobre todo cuando Gen se encuentra cargada de emociones. - Su patronus tiene forma de mirlo. - Su color preferido es el violeta. - Es metamorfomaga y legeremante. Está estudiando para convertirse en una animaga certificada. - Le teme a la oscuridad. Condiciones de utilización: Sólo yo puedo utilizar este personaje.

Holu. Venía a pedir que quiten la familia Gaunt, tanto la bóveda como del apartado de Bóvedas de Familia. Me voy a mudar de apellido XD Dice: Familia(s): Macnair (matriarca - sanguínea) Gaunt (adoptiva) Debe decir: Familia(s): Macnair (matriarca - sanguínea) Rosier Dejo link a la bóveda de la familia Rosier -> Bóveda Familia Rosier Gracias o/

Ficha de registro. Nick: Rhiann Macnair R. Parentesco con algún miembro /amigo o familiar/: Voy a usar mi pj secundario (tengo que armarlo) de Genevive Rosier Características especiales (algo que debamos tomar en cuenta en el rol): Gen es hija de Killian Rosier Red social que compartir (why not?): Nu.. Ya me tenés XD Preguntas opcionales pero importantes. I. ¿Qué esperas de esta familia? Mucho rol o/ II. ¿Te gusta la música? ¿Tienes alguna que represente a tu personaje? Me gusta... Podríamos decir... Mmm... la música celta la representa.. III. ¿Por qué creaste a tu personaje? ¿En qué te inspiraste? Habíamos hablado de crear un pj para ayudarte a llevar la historia familiar y creo que Gen es ese personaje que podemos explorar juntas. IV. ¿Listo para subir a bordo? ¿No? ¡No te preocupes, tenemos miedo! XDDD estoy lista

Genevive Rosier La rubia se arrebujó en su capa color azul marino y miró la mansión que tenía frente a ella. Las rejas entreabiertas daban paso a un camino adoquinado, serpenteante, que concluía en una fuente y, detrás de ésta, la enorme casa donde habitaban, según le habían dicho, los Rosier de Ottery. Genevive era la única hija que había tenido Killian Rosier, hermano de Isobelle y, por lo tanto, era prima de la matriarca de aquella familia, según había logrado rastrear. Su partida repentinda de Francia se había debido, entre otras cosas, a la revelación sobre algunas cosas del pasado que la estaban atormentando poco a poco. Quería saber si Juliette Rosier podía ayudarla o si debía seguir buscando, quizás, en otro lugar. Con una mano temblorosa, empujó el portón enrejado que chirrió un poco al hacerse a un lado, y penetró en los terrenos de la mansión. El otoño había caído sobre Ottery St. Catchpole y el aire frío, en pequeñas ráfagas, levantaba las hojas secas y las enredaba en su cabello y en su ropa. Las botas de piel de dragón crujieron sobre los adoquines a medida que avanzaba, con el corazón en un puño y el estómago a la altura de su garganta. No había pensado aún qué era lo que iba a decirle, tampoco qué tenía para ofrecerla a cambio de la información que quería solicitar, lo único que Gen tenía en claro era que necesitaba una respuesta, la que fuera, aunque sólo le indicara por dónde seguir buscando. Como si aquello la llevase directo hacia Francia, miró el anillo de compromiso que brillaba en su dedo corazón de la mano derecha y se mordió el interio del labio. Jean estaba enamorado de ella, perdidamente, y ella de él, pero si lo que su padre le había dicho era cierto, entonces ella no podía concebir hijos con Jean y todo se iba a ir por la borda. Uno de los sueños del mago era formar una familia con ella, pero si no podía dársela, qué caso tenía que continuaran juntos. Ella no pretendía causarle dolor al amor de su vida y, si Juliette Macnair confirmaba lo que su padre le había dicho, entonces rompería su compromiso y se alejaría de él. Perdida en sus pensamientos, no se dio cuenta el momento en que sus pies la dejaron frente a la puerta de la mansión, y le llevó tres bocanadas grandes de aire tocar la aldaba para llamar. No sabía qué esperar de aquel encuentro. @ Juliette Macnair

Dejé que él tomara lugar a mi lado en la cama y miré las brasas de la chimenea, cuya tenue luz me permitía ver el contorno de la cuna donde Kore dormía. Me mordí el labio buscando las palabras para Hades y luego negué. -Kore no va a ir- dije, tajante-. Sé que dijimos que no podemos separarnos de ella, pero allá será una carnicería y no quiero que mi hija se encuentre en medio... No, la dejaremos con Castalia en Irlanda- y era mi palabra final, no iba a discutir eso bajo ningún punto de vista. Me levanté, cubriendo mi cuerpo con una bata peludita que había comprado en Diagon hacía, al menos, dos años, pero que nunca había usado hasta ese momento. Era ligera pero sumamente abrigada, lo que era un regalo ya que Hades era sumamente frío al ser un vampiro. Me abracé el cuerpo y luego me acuclillé frente a las brasas, colocando un nuevo tronco y atizándolo para que comenzara arder, seguí hablando, esta vez en un tono más quedo. -Siempre hago planes, eso no significa que vayan a funcionar como yo espero- cuando el fuego comenzó a arder e inundó la habitación, me volví hacia Hades-. Lisa Weasley Delacour, es la Reina de Rumania y la fui a ver hace una semanas para pedir su ayuda para retomar el control de la Hermandad. Accedió, a cambio de mi apoyo en asuntos políticos- Lisa sabía que yo vestía el morado del Wizengamot como su Jefa Suprema y ella quería usar eso a su favor. A su vez, sabía que si lográbamos nuclear las fuerzas vampíricas en la Hermandad, conseguiríamos el apoyo de los siete clanes de la Camarilla-. Nos prestará sus tropas para entrar en la Hermandad, someter a los rebeldes y reclamar nuestro lugar- me froté los brazos, aunque no tenía frío. Algo peor estaba calando dentro de mí, enfriándome. Sabía que el momento de ceder mi humanidad se acercaba y, una parte de mí, no quería renunciar a él. Aún no se lo había dicho a Arya y eso también me pesaba. -Debemos continuar con nuestros planes, amor. Debo convertirme y, de ese modo, podremos estar seguros de recuperar el conrol de la Hermandad- le dije con seguridad. @ Hades Ragnarok

-Me gusta estar viva... de nuevo... Así que quizás sea una conversación para cuando vuelva a ser inmortal- susurré a Crowley. El intercambio de miradas con Sagitas se había vuelto casi un juego en medio de aquella sala que, por un momento, había quedado sumida en el más profundo de los silencios, primero debido a que Arya los había obligado a todos a inclinarse y, luego, porque ella había comenzado a pronunciar su discurso. ¿Nadie había notado que yo no me retorcía de dolor ni me inclinaba? Sería un enorme misterio para los que sí me habían visto, pero yo poseía un secreto que otros darían la vida por obtener: Arya me debía; ella me había destruído y reconstruído y, al usar su propia sangre en el proceso, había sellado un lazo que, bajo ningún punto de vista, podía poner a una Maestra Antari por debajo de una Discípula. En ese sentido, Arya parecía no poder someterme... pero ella poseía otros métodos mejores, ambas lo sabíamos, algunos que incluso había utilizado alguna vez en su vida contra mí. Sentí el brazo de León firme tomando mi cintura y casi había olvidado que aún era humana, porque el pequeño tirón me desequilibró un poquito y mi cuerpo terminó pegándose al de él, sintiendo esa calidez que emanaba. Fruncí el ceño, un poco confundida por un instante, cuando mi habilidad de legeremante se activó por sí misma y sondeó a Crowley... Pero lo que había allí, en aquella cabeza, era confuso. Me costó mucho volver a la realidad del momento, salir de aquel laberíntico torbellino de pensamientos que bullían de forma desigual, apabullante, y centrarme en lo que estaba aconteciendo. Arya pronunciando sus palabras aún, Sagitas gruéndole a quien me pareció era Helike. -Semper Fidelis- pronuncié y me volví hacia León-. En efecto, es una Macnair- fruncí los labios. Había algo en la forma en la que lo había dicho que me supo a que me estaba poniendo a prueba. Y, ahí estaba, la pregunta que León había querido pronunciar con aquello de que Arya era una Macnair y las dudas sobre sus elecciones-. Creeme... no has visto nada aún- mi voz fue un susurro demasiado bajo y me incliné hacia atrás para poder ver a León a los ojos mientras hablaba-. Están pasando cosas que se nos escapan. Las lealtades ya no son lo que antes... las cosas cambian, mutan. Me temo, León, que tendrás que quedarte un poco más con nosotros para apreciar realmente lo que está sucediendo en este momento con la Marca Tenebrosa- rocé mis labios contra su barbilla y luego sonreí, viendo que Sagitas parecía haberse quedado totalmente absorta en mí y en Crowley-. No sé qué hace Potter Blue con nosotros, pero la conozco hace demasiados años como para creer que ella sea akguien a quien temer. Es poderosa, sí, pero tiene ciertos principios que no pondrá en peligro- sonreí a la pelivioleta de forma medida y luego volví mi cabeza hacia mi derecha, unos cuantos metros más allá, donde un mago se encontraba sentado en el suelo de la mazmorra. -Vaya... lo que nos ha traído la tormenta- murmuré, mirando al mago lleno de cicatrices. Lo había visto ocasionalmente en el Ministerio, más él y yo no habíamos cruzado palabra. Sí me era extraño verlo en aquella reunión. La marca había sido tatuada en él de forma muy reciente. -¿Cómo está Mía?- pregunté entonces a León, viendo que seguía con su mirada fija en mí. @ Ericen @ Hessenordwood Crouch @ León Crowley

Bajé la cabeza hacia Kamra en señal de saludo y respeto por lo que me decía y, acto seguido, sonreí mostrando los colmillos que habían asomado desde mi conversión y que no podía retraer -aún- debido a las ansias de sangre. -Lo único que extraño de ser humana es la normalidad de ir al baño, sinceramente- me reí por lo que estaba diciendo, pero tuve que ponerme seria ante la mirada de Lisa, que parecía que de un momento a otro se nos iba a lanzar a la garganta-. Ya sé, asunto serio. Las bromas para la cena- me pasé la lengua por los dientes y volví a esconderlos tras mis labios, no sin antes notar cómo me pinchaban la piel, que se rompía y sanaba a una rapidez alucinante. Chasquee la lengua. Había llegado tarde para el interrogatorio del sirviente de Azrael. -Me hubiera gustado saborearlo- susurré, pero no porque me quisiera alimentar, sino porque mi clan me permitía conocer datos importantes al beber sangre-. Bueno, es un payaso al que lo sigue una buena cantidad de borreguitos... Yo no diría que es tan payaso si ha logrado todo eso en poco tiempo- me crucé de brazos y sonreí en dirección a Kamra-. Dimitri y sus atributos secretos- bromeamos, pero, de nuevo, nos ganamos una mirada de reproche de Lisa, que opinaba para sus adentros que no nos estábamos tomando el asunto con tanta seriedad como debiéramos-. Gracias- agradecí cuando Lisa me tendió un intercomunicador mágico para que pudiera estar al tanto de los movimientos de algunas tropas. Luca también se encontraba con una legión, en Brasov aparentemente. Un momento más tarde, los látigos de sombras se agitaron en la frontera, donde los ejércitos de lycans rebeldes parecieron comenzar a replegarse y, un instante después, recibimos la confirmación de Dimitri del cese al fuego. No interrumpí la cadena de tentáculos que nos protegían, no iba a relajarme aún. De repente, una misiva llegó directo a mi bolsillo, asomando el papel por el borde del mismo, la tomé con mi zurda y la leí a toda prisa, frunciendo los labios. -Parece que Azrael Lycan ha pedido la intervención de Francia en el conflicto y Ada Camille Dumbledore pide mi presencia- suspiré, miré al cielo y luego volví la vista hacia Lisa y Kamra. Por la forma en la que la primera me miró mientras sostenía un papel idéntico al mío, supuse que Ada también le había escrito a ella con la misma intención de conciliar el asunto. Suspiré y, tocando el hombro de Kam para indicarle que seguiríamos a Lisa, di una media vuelta sobre mí misma y me desaparecí rumbo al ayuntamiento de la ciudadela. Lisa llegó primero y Luca ya estaba allí, inclinándose y besándole la mano a su prima. Mis ojos brillaron y me adelanté un poco, pero de ningún modo me coloqué delante de Lisa, para saludar al guerrero. -Van Halen, que agradable volver a encontrarte- incliné levemente la cabeza y luego volví de nuevo hacia Lisa y Kam-. Antes de asistir a la reunión con Ada, deben saber que ella es la pareja de mi hijo Albus. Apenas la estoy conociendo, pero en cierta forma digamos que confío en su buen criterio... Veremos qué sucede en esta reunión- apreté los labios y luego seguí a Lisa, Luca y Kamra. @ Lisa Weasley Delacour @ Kamra Ashryver D. @ Ada Camille Dumbledore @ Albus Renaldi Macnair

Aquello parecía haber sido una pérdida de tiempo, porque de un momento a otro, la marca se oscureció y el ardor cesó. Me quedé contemplando las luces de la mansión que aún seguían encendidas y aunque ahora sentía la silenciosa orden de marcharme, no quería dejar a Arya detrás. Me mordí el labio sangrante bajo la máscara y le pasé la lengua, sintiendo el espesor del líquido vital y también el ligero gusto metálico que tenía. -Parece que no ha salido como esperábamos, Heda... Será cuestión de regresar en otro momento, cuando nuestra líder nos diga- musité, mirando aún hacia el cielo y la marca que poco a poco se iba fundiendo con las nubes que ocultaban la luz de la luna. Algunos haces escapaban poco a poco, devolviéndole al lugar la apariencia afable que la serpiente y la calavera le habían quitado momentos antes. -Fulgura Nox- Shember se movió para conjurar el portal que nos sacará de allí y tomando de la mano a Heda ( @ Altaira Ashryver Delacour ) la introduje conmigo en las danzantes y aparentes aguas de la puerta mágica, con rumbo hacia la Fortaleza Oscura. El portal nos engulló de inmediato.

Sé que alguien me había sacado de la mansión Burke, pero no había sabido quién hasta que desperté en la Fortaleza Oscura rodeada de Discípulos de Nosferatu, todos ellos trabajando en mi cuerpo maltrecho. Me dolía cada parte de mi ser de una forma absurda y, por momentos, sentía que mi alma estaba fuera de mi cuerpo. Aún así, horas más tarde, mi Maestro me dijo que podía marcharme y, aún llena de vendas, abandoné la biblioteca rumbo al salón comedor de la Fortaleza. Mi mirada se cruzó con la de Mael, tan golpeado como yo pero también lleno de vendas y ungüentos. Bajé la cabeza en señal muda de respeto por su valiente actuar en el castillo Burke y seguí mi camino. Horas más tarde, Kamra me informó que había sido él quien, con sus últimas fuerzas, había retirado mi cuerpo de los jardines, sangrando. Pasé todo el día merodeando por la arena de combate. Aunque me decían que lo tomara con calma, sabía que había tenido varias fallas y quería mejorar. Por eso, cuando dos horas más tarde, apenas entrada la noche, sentí el ardor de nuevo en la Marca Tenebrosa, algo se encendió dentro de mi cuerpo que pegó un tirón. El día de ayer no había sabido quién me estaba llamando, nunca antes había hablado con Mael y por eso todo había sido raro. Pero ahora, la forma en que el calor de la marca picaba era indefectiblemente un llamado conocido y, podría decir, hasta esperado. Sabía que a otros de menor rango los pondría de rodillas antes de obligarlos a obedecer, pero a mí me llenaba de energía y, aunque mi cuerpo dolía, no podía ignorar su pedido. Aparecí afuera del Castillo Triviani. Era de noche y parecía que se estaba llevando a cabo alguna especie de reunión en el lugar, desconociendo por completo de qué se trataba, sólo que el bullicio parecía querer inundar los jardines donde me encontraba. La máscara plateada cubría mis facciones y dejaba a la vista mis ojos color verde esmeralda que brillaban con sed de retomar la fallida batalla del día anterior. A mi lado pude ver a @ Altaira Ashryver Delacour , Heda, con su característica máscara y sus ojos jóvenes, mirando alrededor. Era una joven que parecía ser muy obediente y leal, eso me gustaba, necesitábamos gente así. -Buenas noches- la saludé, mi voz distorsionada por la máscara. Shember en mi zurda parecía vibrar de emoción, quizás habiendo reconocido a quién íbamos a secundar en aquella ocasión. Acomodé mi traje negro de batalla, ceñido al cuerpo de tal forma que parecía que no tenía ropa interior (o quizás no la tenía, lo dejaría a la imaginación). Las botas negras con punta metálica cubrían mis pies de forma segura. Momentos antes, en la Fortaleza, había estado entrenando arduamente y no había querido cambiarme; si iba a llenarme de sangre que fuera con aquella vestimenta. Agité la cabeza y el cabello largo y lacio recogido en una cola alta se movió como cascada por mi espalda. Miré al cielo. La Marca Tenebrosa brillaba en tonos esmeraldas y nos iluminaba.

Todo seguía siendo un caos pero no podía dejar que eso me afectara. Mael, a mi lado y a pesar de todo, seguía atacando y defendiendo y una parte de mí se sintió feliz de saber que podía contar con él. Por eso, cuando Ellie Moody levantó la varita contra él, sentí el deber de defenderlo. -Anular Vara de Cristal- el hechizo impactó de inmediato en Ellie y su siguiente hechizo, que casi podía decir que mi poder de vidente me había dictado cuál iba a ser (vara de cristal sectusempra), no salió como ella esperaba-. Episkey- el hechizo fue directo hacia Mael para curarle sus más recientes heridas. Parecía que tener el cartel de LT pegado a la frente no le estaba siendo de ayuda al mago en aquellas circunstancias. Más magos continuaban llegando, todos del lado luminoso, porque parecía que no podían contra sólo seis mortífagos. Casi sentí pena por ellos. Éramos una fuerza imparable si nos lo proponíamos y eso se sentía con fuerza.

Las cosas estaban sucediendo demasiado rápido, pero yo tenía suerte y seguía intacta, al menos por el momento. Habían llegado dos refuerzos para la Orden del Fénix y estábamos perdiendo ventaja numérica, además de estratégica, porque ya no teníamos la suerte de contar con la sorpresa. En medio de la carnicería que se había armado, el brujo de rojo volvía a atacarme. -Incárcerus- las cuerdas salieron volando contra el Fénix del Corpus Patronus que Ludwig había invocado, atándolo en sus piernas y tirando de su cuello, de modo que a fuerza de magia tuvo que dejar de atacarla-. Cinaede- lancé la capa gaseosa hacia Ludwig, aunque estaba cegada con el Strellatus no necesitaba realmente apuntar para lanzárselo y que el veneno penetrara sus fosas nasales. Acto seguido pensé un Curación para sanar las heridas del Strellatus.

Parecía que la cosa se estaba poniendo un poco fea, sobre todo para Altaira, quién había aparecido encima del castillo y de inmediato había recibido una chorrada de hechizos. Me debatí entre curarla o seguir atacando, ya que Mica Gryffindor, habiendo salido detrás de Illidan y su pantera, se encontraban muy cerca de nuestras manos. Fue entonces cuando noté que mi hechizo lanzado al mago de rojo (Ludwig) no había impactado debido al Detritus que había colocado sobre él. Bufé y sonreí cuando el Floreus sí le impactó. Fue entonces cuando vi que Mael estaba en horribles condiciones. -Episkey- lancé hacia mi compañero, al que poco conocía pero no dejaba de ser mi Lugarteniente y luego me giré hacia quien le había atacado (Juliens) pero ya Hysy se estaba encargando de él. A pesar de que moví mi varita, mis labios no pronunciaron palabra alguna cuando lancé un Maldición hacia Ludwig, haciendo que su siguiente hechizo no fuera como él esperara y terminara en una versión algo absurda y graciosa.

Era refrescante volver a batirse en duelo, aunque se notaba que estaba oxidada por el tiempo que había pasado desde mi última batalla. Aún así, Shember firme en mi mano, sentí el cálido beso de la magia inundándome y dándome fuerzas para perseguir mis ideales. La puerta principal a mis espaldas estalló convirtiéndose en una pantera que atacó a Hysy, pero ésta, cubierta por mi Fortificum, no sufrí herida alguna. La pantera se estrelló contra mi muro transparente y su expresión fue muy graciosa. Luego, un Sectusempra voló hasta nosotras, de nuevo dirigido hacia Hysy, pero chocó contra la protección y desapareció. -Conjuntivitis- me giré de nuevo hacia el grupo de magos y brujas que se había formado en la entrada del portón a los jardines del castillo Burke (Juliens, Lud, Luna) y lancé el hechizo hacia el mago que tenía la camisa roja (Ludwig). Parecía que llevaba una diana en el pecho-. Floreus- pronuncié ahora. El efecto iba a hacer que de la varita del mago del camisa roja salieran flores en vez de su siguiente hechizo. Escuché los gritos de Goldor que había bajado del techo y estaba junto a Hysy. Ese chico tenía fuego en las entrañas.