Con motivo de halloween habíamos decidido ir de viaje, mi esposo tuvo la maravillosa idea de tomarnos una semana de descanso, muchas veces estábamos tan atareados que no nos veíamos por horas, eso hacía que lo extrañará horrores pero ciertamente entendíamos que era por las responsabilidades del trabajo de ambos, lo bueno de ser magos es que estamos a un traslador de los brazos del otro.
Él sabía que amaba viajar y más en su compañía, descubrir lugares que no conozco de su mano es mucho más divertido, aunque no era la primera vez que íbamos a Estados Unidos si lo era entrar al MACUSA, la fiesta era una buena oportunidad para investigar a estos posibles enemigos, no confiaba en ellos no solo por pertenecer a la marca si no por no saber casi nada de sus políticas.
La fiesta principal era de disfraces y sería en el Hall principal de la sede, nosotros por supuesto íbamos a hacer los más originales pues teníamos una ideas de traje en conjunto muy divertida, quien nos viera o se ríe o nos saluda con espanto.
Salimos de cajita una vez que mi amado se probó su traje y yo el mío...nuestro Disfraz, no pude evitar reír ya que era una obra de arte hecha enteramente por mi, adoraba que él estuviera tan dispuesto a cumplir mi capricho, su energía era tan cautivadora que se contagiaba con solo mirarlo, preparamos todo e iniciamos el viaje primero al aeropuerto y luego subimos al avión, un viaje de algunas horas para llegar a otro aeropuerto y de ahí a un hotel.
Llegamos a la fiesta luego de dejar el lugar predispuesto para nosotros , el viaje directo al lugar donde el MACUSA había organizado todo, por supuesto ya veníamos todo armado. Con sólo entrar ya nos pusimos a bailar, no podía parar de reír, mi amado Eterno me hacía muy feliz y no querría estar en ningún momento o lugar que no fuera este.
Cuando algo llamó nuestra atención, no pude evitar ir detrás de él, por no importara donde fuera siempre seríamos un equipo, en las buenas, en las malas y sobretodo en las más extrañas.