Reflexionaba en mi propio juego perdiendo la noción del tiempo sobre que esto era una prueba realmente, escuché la voz de la arcana tan clara en mi mente por el vínculo que nos unía mediante el anillo del aspirante que me había dado, mis pestañas revolotean un momento para entender eso del equilibrio entre quien soy y como me muestro...aquello era un gran debate, volviendo a mi normalidad me intenté poner de pie con intención de salir de una vez de arte lugar pero un extraño movimiento me hizo caer al agua.
El instinto de supervivencia me llevó a desesperar pero a no pensar con claridad, mis brazos se movían luchando por llevarme a la que superficie pero era inútil, mientras más me movía, más me hundía en el agua, parecía arena movediza pero en forma líquida, me tomó un segundo quedarme quieta así como suspendida, captar que realmente no me estaba ahogando fue difícil pues ese miedo está latente cuando se activa la alerta.
Deje que mi cuerpo esté a la deriva comprobando que si bajaba la intensidad podía respirar con calma sin tragar el agua, mi mente encendió nuevamente el motor y empezó a intentar buscar la manera de salir, este aguinaldo sin duda es sorprendente pero si hubiera sido gato sin duda habría perdido una vida, analizando el por qué estaba aquí era sabido que debería usar la metamorfomagia como herramienta si pretendía salvarme.
La pregunta de por qué ser metamorfomago estalló en mi psiquis...la respuesta era obvia aprender a manejar la habilidad de poder modificar el cuerpo a voluntad, podría servir para muchas cosas en si, por ejemplo como un arma ya que puedes hacerte pasar por otra persona y cometer distintos crímenes y no asumir culpa alguna, pero también de protección ya que también cambias tu fachada física y te puedes mimetizar con otros, finalmente te das cuenta que es complejo por qué a decir verdad de sencillo no tiene nada, hay dominar los sentimientos para que estos no te delaten, la práctica hace la perfección por qué si falla es desastroso.
La metamorfomagia da una máscara, pero si yo soy la máscara? La cara que ven todos cada día, sinceramente tenía una imagen de mi misma y no era esta tan "normal", visualice lo que quería o como yo me sentía que soy. Mis ojos perdieron su forma volviéndose totalmente negros al igual que pozos sin fondo, no había iris ni pupila simplemente agujeros infinitos, mis cabellos oscuros crecieron como finas lianas ondulantes, mi piel se volvió blanca casi como si estuviera muerta, lo gracioso es que si estaba muerta solo que mi alma vivía en un cuerpo que no era el mío pero que yo manejaba a mi antojo, mis huesos se estiraron y crujieron haciéndome ganar una altura de 1,90 cm, bastante más a diferencia de la de Lady, las uñas de mis manos surgieron en garras negras filosas, más colmillos en mis labios más aterradores que los de un simple vampiro, los músculos un poco más tonificados, no importaba un cuerpo femenino pero está bien formado y proporcionado, finalmente en la espalda unas alas de duras y fuertes plumas negras...era un Ángel lo que me hizo reír mucho, yo soy un demonio por elección de amor, está era mi verdadera cara.
Con un simple aleteo pude emerger de aquel río y poner mis pies sobre la tierra, al mirar mi reflejo me reconocí automáticamente, por qué eso soy en verdad y lo hacía perdido al volver a vivir, pero ahora con esta habilidad podía tenerlo temporalmente como Consuelo, este viaje hacia sido más interno pero reflejado en el exterior, no había ni cura ni remedio que devuelva el sacrificio pero no importaba, yo había perdido mi inocencia el día que el Ángel se hizo diablo... el camino era largo y la meta un premio deseado, caminé con calma hacia adelante.
La salida me esperaba y yo esperaba haber podido superar este escalón, la sensación era algo indescriptible mientras iba regresando a lo que era mi normalidad para todo esos que no deben ver la verdad de lo que todos ocultamos. La puerta se abrió y crucé por ella con el cambio latente en mi evolucionado interior.
-Aquí estoy...- Articule suave a la Arcana luego de tanto de no decir una sola palabra, aunque no hacía falta por qué las acciones por si sola hablan.
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