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Claudia Crowley

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Todo lo publicado por Claudia Crowley

  1. Hola gente -w- por fin me decidí a hacer los tutoriales de la ED, la pereza y la ocupación (?) no me dejaban hacer algo digno para esto. Y sigue sin ser digno(?) Y sin más palabras y más acción, dejo el resultado de la tarea y más abajo los pasos que seguí: Original || Editada 1. Abrí la imagen re-obvio y le cambié el tamaño. 2. Nueva capa, relleno de color #192a55, modo Exclusión con 50% de opacidad. 3. Dos nuevas capas, cada una con un mapa de degradado distinto y fusiones que no recuerdo. (Primera capa #5f1168-#e8632e. 30% Op.) (Segunda capa #560b6e-#ffffff. 60% Op.) 4. Tres nuevas capas para el texto, la raya de abajo del texto y el marco feo (?) ... Y eso fue todo. PD: Creo que solo era necesario jugar con las capas y sus fusiones. Me excedí e-é XDDD (?)
  2. Luego de casi un año sin actualización, he decidido "sacarle" el polvo y todas las arañas a mi ficha. Espero no haya problemas con los datos o los códigos. Gracias de antemano al moderador que los haga. Puntos de poder en criaturas: 20 Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: -- • Perfil de Personaje • http://i.imgur.com/DWFs92B.png Raza: Vampiro Aspecto Físico: De mediana altura y 50 kilogramos, forman una figura curvilínea pero delgada. A pesar de lo anterior, no hay centímetro en el cuerpo de la joven que no posea la firmeza que denota en cada paso que da, esa que coexiste contradictoriamente con la delicadeza de sus detalles, la fineza de sus hombros, la redondez de las caderas y el colorido tenue de cada vena repasada por la piel pálida que le envuelve de pies a cabeza, de alborotados y largos cabellos negros. Estos se desplazan de lado a lado con cada movimiento que realiza, y en el liso sedoso le abrazan los hombros provocando ondas caprichosas. Sus orbes son de color cambiante, la mayor parte del tiempo de un negro azabache, a veces carmesí, otras más azules, otras casi de un rojo turbio, otras brillantes, la verdad es que aquellos ojos versátiles no tienen un pigmento determinado. Sentimentales, furiosos, felinos, seductores, muy claros, o muy oscuros, son ventanas al alma tormentosa de su portadora, aunque prevalece en ellos el aire melancólico de quien espera por alguien o algo. Más abajo, su nariz es mediana y fina, con los labios entreabiertos, gruesos y que nunca tienen nada agradable que decir. A la hora de la cacería sus caninos se alargan, mostrándose filosos y mortales. Sobre sus mejillas se esconde una constelación de pecas que hace que sus ojos resalten y que parezca una niña de cinco años a punto de hacer una picardía. En realidad tiene 517 años, aunque nadie los note. Casi nunca sonríe, pero cada tanto deja escapar una carcajada de dientes blanquísimos. Cualidades Psicológicas: Claudia es un poco insegura, cerrada al público en general. Le encanta la soledad, pero sabe que los amigos se cuentan con los dedos de las manos…mejor dicho los verdaderos amigos. Para ella los demás son amigos de juergas y listo, verdaderos solo tres o cuatro. Y estos saben, que a pesar de lo despegada que pueda llegar a parecer o lo despistada que es en ocasiones, estará ahí si la necesitan lo más rápido posible. Tiene un gran intelecto, pero es que literalmente le aburre estudiar; piensa que en la vida hay más cosas interesantes. No se puede esperar menos de un miembro de su familia. Astuta como es, sabe librarse de los deberes y de los problemas. Encantadora y un tanto odiosa, su rostro inexpresivo siempre logra tornarse amistoso ante los desconocidos, claro que aunque se comporte amena y hasta amable no quiere decir que le tenga confianza o le caiga bien. Facil de irritar, pero aun así tiene bastante paciencia antes de perder totalmente el control, en caso de que lo perdiese, su cerebro trabaja con velocidad tramando planes macabros. Le gusta el olor de la sangre, ver el miedo en los ojos de su enemigo y los gritos de dolor. Quizás esta loca, quizá no. Ama torturar a su presa, lo lleva en la sangre y sabe que es tarde para cambiar eso, le agrada sentirse dominante y tener el control sea como sea, le gusta sentir esa electricidad propia dentro de ella cada vez que saca fuera su lado sádico e incontrolable. Historia: Bosque de Iliria, Italia - Verano de 1498 Un rayo de sol, firme y contundente se colaba por entre las altas hojas de uno de los muchos Robles Húngaros que conformaban el bosque de Iliria. La marea de la costa oriental del Adriartico estaba bastante alta y el golpe de las olas contra las rocas se podía escuchar varios kilómetros bosque adentro. El sonido de las aves que aprovechaban el clima generoso del lugar, alegraba al oído. El aroma a tierra húmeda y la brisa que llegaba del mar era una mezcla inolvidable. —¿No pretenderás que atrape a ese ciervo mientras tú hablas verdad Orión?—se escuchó una voz entre los matorrales. La joven figura de una esbelta mujer, piel perlada y cabellos tan dorados como los rayos del sol. Sus labios eran de una color rosa como el más hermoso de los tulipanes, y lisos como la superficie de un lago congelado. Tenía un movimiento fluido, casi que flotaba por entre las raíces de los secoyas enormes que se proyectaban infinitos hacía la segadora luz proveniente del cielo. —Por supuesto que no Artemisa, pero si no te digo no lo vas a ver nunca.— respondió un moreno joven que respondía al nombre de Orión. El muchacho de tés bronceada y brazos fuertes, caminada juntos a la rubia despacio y sigiloso. Su sonrisa era blanca como la nieve y sus ojos eran de un color oscuro, un negro profundo que fácilmente podría compararse con la roca fundida. Sus pies descalzos no parecían flotar como los de Artemisa. Eran pasos firmes, dignos de una persona con carácter y decisión. —Cállate, allá está el ciervo. Los ojos del joven se postraron en el rostro de la mujer que miraba con atención un claro en el bosque por el cual se filtraba una línea blanca de luz solar. En aquel claro, una ciervo de no mucha edad, se había detenido y tenía la cabeza agachada, olfateando algo entre un matorral. Artemisa era la diosa de la caza, una deidad griega que salía de sus terrenos acompañada de Orión para divertirse más allá de donde debía. La mano de la mujer, se deslizó suavemente por el costado derecho de su cuerpo, pasando por sus hombros hasta la parte superior de su espalda. De una camuflada bolsa sacó un arco de roble negro y una flecha con punta plateada. La ágil mujer arqueó su arma apuntando la brillante punta hacía el ciervo. Haló de la parte trasera de la flecha, dispuesta a disparar, al tiempo que Orión golpeó su brazo para arriba. La flecha varió su trayectoria y se perdió en la inmensidad de las hojas. El ciervo, escuchó el golpe y corrió, perdiéndose de vista. —¿¡Que estás demente!?— gritó la mujer dejando ver la rabia en sus ojos. —Shhh escucha. Proveniente de un lugar cercano al ciervo, suave pero audible, un sollozo se lograba oír. Un llanto leve y entrecortado guió a los cazadores hasta el matorral que desordenado yacía junto al claro. —Eso es... —Oh sí, eso es sin duda. En el suelo, envuelta en una manta negra, una bebé hermosa de ojos negros como la manta, cabello oscuro y una piel cetrina se movía inquieta. Sus manitas pequeñas y suaves se movían a todos lados, buscando desesperadamente algo a lo cual aferrarse. Sus pies se movían velozmente de un lado a otro. Sus orbes giraban en muchas direcciones hasta detenerse en los cazadores. Artemisa se acercó y la tomó en brazos. —Es una hija del hombre. Déjala ahí. —¿Cómo crees que la voy a dejar acá?, ¡Morirá! —No es asunto nuestro. Apolo se enojará. —Mi hermano poco me importa no dejaré a esta pequeña a la deriva de la Madre naturaleza.—terminó Artemisa con la mano de la bebé rodeando su dedo índice.—Te llamaras Claudia. Ambos cazadores dieron la vuelta y caminaron en la nada desvaneciéndose. Grecia - 1517 A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes grises que se cernían bruscamente sobre ella y que amenazaban con dañar su tarde perfecta. Claudia jugaba con algunos animales cerca a su casa en Grecia, en los alrededores del templo de Artemisa. Tenía la facilidad innata de atraer a los animales hacia ella y que estos se sintieran cómodos acercándose a la niña. El cielo se tornó gris y los conejos con los que jugaba huyeron. Uno de ellos sin querer se llevó su pañoleta enredada en los pies al interior del no muy grande bosque contra el que quedaba la casa de los Natkios, su casa. Tenía una belleza sin igual. A pesar de contar con recién cumplidos 19 años, su cuerpo era de una femme fatale de 25 mientras su rostro conservaba la tierna edad de 15 años. Su cuerpo era una obra de arte de la madre naturaleza. Sus orbes eran negros como la noche y su cabello negro y lacio precioso. En sus venas corría la magia que su padre había inculcado. Poseía una varita de espino blanco como la piel de la dulce joven, ingresó en el bosque siguiendo la criatura de pelo blanco que corría como huyendo de algo, a pesar de las suplicas de la niña por que frenara. La niña, al mejor estilo de los cuentos muggles, siguió al conejo blanco por un buen trecho, avanzando en el oscuro bosque. En un momento ya no pudo seguir el blanco de su pelaje ni el negro de su pañoleta. Una pañoleta que había tenido por mucho tiempo y que tenía una C enorme grabada en hilo dorado. Cuando Claudia intentó volver sobre sus pasos, ya se había perdido. Su padre, Lathion Natkios, siempre le había dicho que si se llegaba a perder, buscara la luz del Cinturón de Orión en el cielo estrellado, y que siguiera el curso que colindaba con La Osa Mayor o "el sartén" como ella la llamaba. Levantó su vista al cielo y a pesar de que apenas comenzaba a anochecer y los puntos blancos comenzaban a ser visibles encontró su ruta rápidamente. Comenzó a avanzar girando su cabeza ocasionalmente hacia el cielo. Las hojas de los arboles momentáneamente se cruzaban para impedir que viera su guía. Siempre le había gustado mirar las estrellas de noche. Pensaba que los enamorados se dejaban mensajes uniendo los puntos brillantes. De repente su caminar se vio interrumpido. Sus pies deslizaron por el suelo y casi cae de espaldas al suelo. Se aferró con fuerza de un árbol. La creciente oscuridad que se apoderaba del pequeño bosque le impidió ver con claridad lo que la había hecho perder el equilibrio. Como un espejo, el suelo reflejaba la única luz, proveniente de la enorme luna que abarcaba todo el bosque. La niña, acercó su mano con cuidado al suelo para palpar la sustancia. Su mano tocó el suelo y la llevó a la altura de sus ojos. El reflejo de la luna le dejó ver el tono escarlata del fluido que se deslizaba por uno de sus dedos. Asustado su rostro se fue de para atrás hasta chocar con un árbol. El golpe le hizo comprender mejor lo que pasaba. A su alrededor, los ciervos, conejos, erizos y demás criaturas con los que hace algún tiempo había estado jugando, yacían inmóviles en el suelo junto a un respectivo charco de aquel fluido escarlata, viscoso y escandaloso. Un cuerpo por allí, otro por allá un ciervo casi seco un poco más allá. Los cuerpos se extendían por la zona alrededor de ella como parte de ajedrez mágico en torno al derrotado rey. Las patas del ciervo, pequeño aún se movían. —Jamás se igualará a la sangre humana.—dijo una voz en algún sitio. Claudia, con sus manos congeladas giró su cabeza a donde creía había salido la voz. No había nada. —Pareces asustada... Quién lo diría la hija de Macalister con miedo.—retumbó de nuevo la voz, haciendo que la niña girara su cabeza. —¡¿Quien anda ahí?!—indagó la niña con una voz entre cortada.—Mi papá no se llama Macalister! —Oh Claro que si se llama Macalister. No sabes quién eres ¿Verdad?—repitió la lúgubre voz. Sus palabras retumbaban cada vez más cerca. La niña se aferraba al árbol con fuerza. —Sal de ahí, quien quiera que seas. Como si las exigencias de la jovencita, hubieran sido ordenes, una oscura silueta salió de detrás de un árbol. Un hombre de imperiosa belleza salió de su escondite, con elegante andar, su ropa era fina y su aspecto no dejaba lugar a duda de su linaje y educación. Sus labios aun mostraban restos de la fresca sangre que acaba de succionar de aquellas inocentes criaturas del bosque. Esbozó una lasciva sonrisa fijando sus ojos de rubí en la consternada joven que comenzaba a sentir temor, ante lo que sus oscuros ojos le revelaban, el instinto de supervivencia le indicaba correr pero su curiosidad la mantenía con los pies clavados en aquel campo cubierto de sangre. —Finalmente veo que si tienes el valor de tu padre.—afirmó aquel ser oscuro que se recargo con aire casual en uno de los arboles cercanos. Del bolsillo de su pantalón saco un pañuelo negro el cual se llevó a los labios para limpiar de ellos cualquier resto de “alimento” que pudiese quedar. —¿Quién eres y que haces aquí?—pregunto Claudia levantando la cabeza con valentía, la adrenalina que corría por sus venas la inspiraba a ser sincera y externar sus inquietudes. —Veo que no tienes recuerdos de tu pasado, era de esperarse apenas eras una bebé cuando todo ocurrió.—el hombre se encogió de hombros y su piel de aspecto marmoleado lanzo un reflejo en medio de aquella oscuridad. —No sé de qué me estás hablando.—confirmó la joven bruja algo desesperada por el cinismo de aquel hombre que le hablaba con extrema confianza haciéndole dudad de que sus palabras fueran mentira.—Déjate de rodeos y dime lo que tengo que saber -exigió con voz severa. —Puedo ayudarte a recordar—murmuró con voz melodiosa mientras daba un paso firme hacia la joven mujer que permanecía inmóvil, esperando información. El vampiro sonrió triunfante y se acercó más hasta que su fría mano pudo rozar la mejilla de Claudia, que no parecía tener intención de escapar. —¿Que tengo que hacer?—preguntó de forma decidida ante el acoso del cual era víctima. —Bueno, solo conozco un método para que tu mente despierte y para tu fortuna es más sencillo de lo que puedes imaginar.—murmuró relamiéndose los labios libidinosamente mientras caminaba en torno a Claudia, admirando su belleza en todos los ángulos posibles.—Sera todo un placer ayudarte. Sin dar mayores explicaciones, aquel ser lóbrego se lanzó sobre el cuerpo de la frágil joven, haciéndola caer en aquel campo cubierto de hojas secas que crujió al sentir su peso. Sus ojos oscuros brillaban con intensidad sin apartarlos de los carmesí de su atacante. El peso del hombre le dificultaba la respiración, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Pero poco duro aquella opresión. Los afilados dientes del vampiro se clavaron en su cuello dejando que un fino hilo acuoso y escarlata se deslizara por su cuello. Un segundo de dolor, un ahogado gemido y el bosque se disolvió. Escenas indescriptibles comenzaron a aparecer en su mente, imágenes confusas, visiones borrosas. Gritos, movimiento, todo parecía inestable desde aquel ángulo, apenas comprendía lo que pasaba. Era como estar dentro de una escena dantesca. Sangre, aquel aroma desagradable, aquel ruido metálico. Entrecerró los ojos para poder comprender que era lo que sucedía, el dolor y desesperación eran palpables en aquella habitación, ya no estaba más en el bosque, el escenario había cambiado. Intento dar un paso y un cuerpo rodó a sus pies haciéndola retroceder. Se llevó las manos al pecho y ahogo un grito. El rostro de aquel inerte cuerpo denotaba dolor y sufrimiento, sus ojos oscuros le provocaron un escalofrió, se arrodillo a su lado para descubrir que en su cuello pendía un dije con una letra C adornada con pequeños brillantes. Los gritos volvieron a escucharse y Claudia se puso de pie. Las preguntas comenzaron a agolparse en su mente confundida ¿Dónde estaba? ¿Quiénes eran aquellas personas? ¿Porque todo le era tan familiar? Una mujer entró corriendo, miraba por encima de su hombro asustada, cerrando la puerta tras de sí. La mujer se arrodillo al lado del lánguido cuerpo sin vida y negó con la cabeza cerrando los ojos con visible consternación, sin perder tiempo se puso de pie y corrió hasta el extremo de la habitación donde una cuna de latón dorado formaba parte de la fina decoración. En una de las paredes un escudo de armas. Solo una palabra “Crowley” completaba dicha imagen. Su vista volvió a la mujer que tomaba en brazos a aquel pequeño ser que por su quietud parecía dormir pese al ruido que reinaba en torno a ellos. Sin más preámbulo salió por otra puerta que daba hacia el exterior dejándola abierta perdiéndose en la espesura de aquel oscuro bosque. Un par de segundos después una figura con túnica negra con la cabeza cubierta por la capucha entró vociferando, miro el cuerpo en la alfombra que yacía en un tibio charco de sangre que vertía desde donde una fina daga de plata cintilaba en el pecho de la dama. La extrajo de un fluido movimiento y se abalanzó sobre la cuna. —¡Maldita sea!—gritó al darse cuenta que estaba vacía. Las imágenes en su cabeza se convirtieron pronto en un torbellino de colores y formas grises imposibles de identificar. Todo se fue oscureciendo. Todo fue callando. Al fondo como un susurro lograba escuchar la lúgubre voz de aquel que se había aparecido en el bosque unos instantes atrás. —Busca tu origen.— y todo fue oscuridad. Un cuerpo femenino en medio del bosque se removió, un agudo dolor en el cuello la obligo a soltar un profundo lamento, de forma inmediata su pequeña mano fue al sitio, toco suavemente aquella herida y gimió nuevamente. La luz del sol mañanero se filtraba ya entre las copas de aquellos enormes árboles, sin que aquella joven tuviera ni idea de quién era y mucho menos en donde estaba. Sus ojos oscuros recorrieron el lugar conforme poco a poco se incorporaba hasta quedar sentada en medio de aquella masacre, rodeada de animales muertos. De un solo movimiento se puso de pie aterrada por lo que miraba a su alrededor, y peor aun cuando descubrió que su propia ropa estaba bañada en sangre. Cerró los ojos intentando serenarse y algunas imágenes no más alentadoras le llenaron el cerebro. Recuerdos borrosos. Dio un paso, dos y siguió andando hasta perderse dentro del espeso bosque sin tener idea de hacia dónde ir. Solo con un pañuelo negro y una varita en la mano. Londres - Junio de 2011 A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes que se cernían bruscamente sobre ella, de pie frente al Ministerio de Magia de Londres. Ya no era la misma mujer inocente que había caído en los colmillos de un desconocido. Era una Femme Fatale completa. Su cuerpo había sido moldeado a fuego y hierro por ella misma. Su temperamento era único. La vida le había jugado una mala pasada. Había recorrido el mundo buscando su origen. Su historia. La misma que la había traído a Londres a buscar su pasado. —Crowley—murmuró e ingresó en el edificio. • Pertenencias • Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos: Objeto 1: Varita mágica. • Madera de Espino. Blanca • 30 cm • Pluma de Fénix; bastante buena para Encantamientos Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Mascotas y Criaturas: Criatura: Gato (Angora blanco). Responde al nombre de Cerbero. Clasificación: X Puntos de poder: 10 Criatura: Boa (Constrictor). Responde al nombre de Medusa. Clasificación: X Puntos por unidad: 10 Criaturas en la Reserva: Criatura 1: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Elfos: Elfo 1: Hades. • Es un elfo libre, de pequeña estatura, grandes ojos amarillos y saltones que muestran a su ama un respeto y cariño indudable; de voz dulce y chillona que a veces resulta irritable. Solo responde a las órdenes de la pelinegra y solo algunas veces a las del Corvinus y Greyback; más que un elfo a su servicio Claudia lo ve como un gran amigo y confidente, el cual siempre esta vigilándola y dándole más de un regaño. • Licencias, Tasas, Registros • Licencia de Aparición: Aprobada Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: -- • Otros Datos • Otros datos: • Hábil con el Arco y la Lanza • Se alimenta de sangre animal. • Habla francés, español, italiano y latín. • Amante de la literatura, no hay un día en el cual no se le vea con cualquier libro en mano sin importar su antigüedad o autor. • Su patronus es un Cuervo. • Es su espalda lleva tatuado una Pluma. Cronología de cargos: • Cazadora de los Chudley Cannons ~ Octubre (2011) - Enero (2012) Premios y reconocimientos: • Premio del Público Concurso de Dibujos ~ Gala de Navidad 2011 • Premio del Jurado, Segundo lugar, Concurso de Dibujos ~ Gala de Navidad 2012 • Links de Interés Referentes al Personaje• Link al Perfil de Comprador MM: 121 Link a Bóveda Personal: Bóveda N° 9822 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda N° 96477 - Familia Crowley Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda N° 99150 - Familia Rambaldi
  3. Buenas... noches, días, madrugadas o lo que sea. Vengo a molestar con unos pequeños cambios okey no, es toda la ficha XD espero no den problemas (?) Gracias de antemano al Mode que los haga *Le dejo una botella de Tequila y Whiskey, y una caja de galletas* ºº Puntos de poder en criaturas: 20 Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: -- http://oi48.tinypic.com/67sjuw.jpg Raza: Vampiro Aspecto Físico: De mediana altura y 50 kilogramos, forman una figura curvilínea pero delgada. A pesar de lo anterior, no hay centímetro en el cuerpo de la joven que no posea la firmeza que denota en cada paso que da, esa que coexiste contradictoriamente con la delicadeza de sus detalles, la fineza de sus hombros, la redondez de las caderas y el colorido tenue de cada vena repasada por la piel pálida que le envuelve de pies a cabeza, de alborotados y largos cabellos castaños casi negros. Estos se desplazan de lado a lado con cada movimiento que realiza, y en el liso sedoso le abrazan los hombros provocando hondas caprichosas. Sus orbes son de color cambiante, la mayor parte del tiempo de un negro azabache, a veces carmesí, otras más azules, otras casi de un rojo turbio, otras brillantes, la verdad es que aquellos ojos versátiles no tienen un pigmento determinado. Sentimentales, furiosos, felinos, seductores, muy claros, o muy oscuros, son ventanas al alma tormentosa de su portadora, aunque prevalece en ellos el aire melancólico de quien espera por alguien o algo. Más abajo, su nariz es mediana y fina, con los labios entreabiertos, gruesos y que nunca tienen nada agradable que decir. Sus mejillas están repletas de pecas que solo se notan a la luz del sol. Cualidades Psicológicas: Claudia es una mujer sumamente compleja, ya que aparte de poseer un carácter fuerte, padece de una enfermedad psicológica llamada: "trastorno de personalidad disociativo", lo que quiere decir que tiene otra dentro de ella totalmente diferente a su verdadera forma, solamente si la conoces lo podrás notar sus múltiples personalidades aunque es algo difícil, ni siquiera las personas cercanas a ella saben exactamente cuando es otra de sus personalidades. En sí, Claudia es una chica dura y orgullosa, prepotente, hasta se puede a llegar a ser muy narcisista. Claro está que como todos, también tiene buenos sentimientos pero ella solo se muestra cariñosa con algunas personas. Es difícil de encontrar, pero buena cuando la encuentras, claro que aunque se comporte amena y hasta amable contigo no quiere decir que te estime o te tenga confianza. Prefiere pasar desapercibida ante todos, ya que ama la soledad. No toma enserio a cualquiera pero, cuando decide amar a alguien lo hace con entrega y sinceridad; solo que debes tener cuidado, ella no otorga demasiadas oportunidades, decepciónala y la abras perdido. No toma a todos como sus iguales, es muy elitista, por enseñanza de su tutor, aunque muchas veces deja eso de lado, lo que le importa es la esencia de las personas, cataloga las cosas con mucha facilidad. Es bastante controladora, por culpa de su trastorno en sí. La realidad es que carácter le viene en las venas, si es una gruñona pero más que nada las circunstancias la volvieron así. Inteligente, siempre que le entra la curiosidad no para hasta saber la respuesta. Es sumamente obstinada cuando tiene una idea nadie se la quita de la cabeza así que no trates de hacerla cambiar de opinión pues es una pérdida de tu tiempo. Tiene aquella facilidad para encerrarse en su imaginación, abstraerse de la realidad, simplemente quedándose con aquella mirada perdida, pensando quién-sabe-qué. Historia: Bosque de Iliria, Italia - Verano de 1498 Un rayo de sol, firme y contundente se colaba por entre las altas hojas de uno de los muchos Robles Húngaros que conformaban el bosque de Iliria. La marea de la costa oriental del Adriartico estaba bastante alta y el golpe de las olas contra las rocas se podía escuchar varios kilómetros bosque adentro. El sonido de las aves que aprovechaban el clima generoso del lugar, alegraba al oído. El aroma a tierra húmeda y la brisa que llegaba del mar era una mezcla inolvidable. -¿No pretenderás que atrape a ese ciervo mientras tú hablas verdad Orión? -se escuchó una voz entre los matorrales. La joven figura de una esbelta mujer, piel perlada y cabellos tan rubios como los labios del sol. Sus labios eran de una color rosa como el más hermoso de los tulipanes, y lisos como la superficie de un lago congelado. Tenía un movimiento fluido, casi que flotaba por entre las raíces de los secoyas enormes que se proyectaban infinitos hacía la segadora luz proveniente del cielo. -Por supuesto que no Artemisa, pero si no te digo no lo vas a ver nunca. -respondió un moreno joven que respondía al nombre de Orión. El muchacho de tés bronceada y brazos fuertes, caminada juntos a la rubia despacio y sigiloso. Su sonrisa era blanca como la nieve y sus ojos eran de un color oscuro, un negro profundo que fácilmente podría compararse con la roca fundida. Sus pies descalzos no parecían flotar como los de Artemisa. Eran pasos firmes, dignos de una persona con carácter y decisión. -Cállate, allá está el ciervo. Los ojos del joven se postraron en el rostro de la mujer que miraba con atención un claro en el bosque por el cual se filtraba una línea blanca de luz solar. En aquel claro, una ciervo de no mucha edad, se había detenido y tenía la cabeza agachada, olfateando algo entre un matorral. Artemisa era la diosa de la caza, una deidad griega que salía de sus terrenos acompañada de Orión para divertirse más allá de donde debía. La mano de la mujer, se deslizó suavemente por el costado derecho de su cuerpo, pasando por sus hombros hasta la parte superior de su espalda. De una camuflada bolsa sacó un arco de roble negro y una flecha con punta plateada. La ágil mujer arqueó su arma apuntando la brillante punta hacía el ciervo. Haló de la parte trasera de la flecha, dispuesta a disparar, al tiempo que Orión golpeó su brazo para arriba. La flecha varió su trayectoria y se perdió en la inmensidad de las hojas. El ciervo, escuchó el golpe y corrió, perdiéndose de vista. -¿¡Que estás demente!!? - gritó la mujer dejando ver la rabia en sus ojos. -Shhh escucha. Proveniente de un lugar cercano al ciervo, suave pero audible, un sollozo se lograba oír. Un llanto leve y entrecortado guió a los cazadores hasta el matorral que desordenado yacía junto al claro. -Eso es... -Oh sí, eso es sin duda. En el suelo, envuelta en una manta negra, una bebé hermosa de ojos negros como la manta, cabello oscuro y una piel cetrina se movía inquieta. Sus manita pequeñas y suaves se movían a todo lado, buscando desesperadamente algo a que aferrarse. Sus pies se movían velozmente de un lado a otro. Sus orbes giraban en muchas direcciones hasta detenerse en los cazadores. Artemisa se acercó y la tomó en brazos. -Es una hija del hombre. Déjala ahí. -¿Cómo crees que la voy a dejar acá?, ¡Morirá! -No es asunto nuestro. Apolo se enojará. -Mi hermano poco me importa no dejaré a esta pequeña a la deriva de la Madre naturaleza -terminó Artemisa con la mano de la bebé rodeando su dedo índice.-Te llamaras Claudia. Ambos cazadores dieron la vuelta y caminaron en la nada desvaneciéndose. Grecia - 1517 A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes grises que se cernían bruscamente sobre ella y que amenazaban con dañar su tarde perfecta. Claudia jugaba con algunos animales cerca a su casa en Grecia, en los alrededores del templo de Artemisa. Tenía la facilidad innata de atraer a los animales hacia ella y que estos se sintieran cómodos acercándose a la niña. El cielo se tornó gris y los conejos con los que jugaba huyeron. Uno de ellos sin querer se llevó su pañoleta enredada en los pies al interior del no muy grande bosque contra el que quedaba la casa de los Natkios, su casa. Tenía una belleza sin igual. A pesar de contar con recién cumplidos 19 años, su cuerpo era de una femme fatale de 25 mientras su rostro conservaba la tierna edad de 15 años. Su cuerpo era una obra de arte de la madre naturaleza. Sus orbes eran negros como la noche y su cabello negro y lacio precioso. En sus venas corría la magia que su padre había inculcado. Poseía una varita de espino blanco como la dulce joven, de piel blanca como la nieve, ingresó en el bosque siguiendo la criatura de pelo blanco que corría como huyendo de algo, a pesar de las suplicas de la niña por que frenara. La niña, al mejor estilo de los cuentos muggle, siguió el conejo blanco por un buen trecho, avanzando en el oscuro bosque. En un momento ya no pudo seguir el blanco de su pelaje ni el negro de su pañoleta. Una pañoleta que había tenido por mucho tiempo y que tenía una C enorme grabada en hilo dorado. Cuando Claudia intentó volver sobre sus pasos, ya se había perdido. Su padre, Lathion Matkios, siempre le había dicho que si se llegaba a perder, buscara la luz del Cinturón de Orión en el cielo estrellado, y que siguiera el curso que colindaba con La Osa Mayor o "el sartén" como ella la llamaba. Levantó su vista al cielo y a pesar de que apenas comenzaba a anochecer y los puntos blancos comenzaban a ser visibles encontró su ruta rápidamente. Comenzó a avanzar girando su cabeza ocasionalmente hacia el cielo. Las hojas de los arboles ocasionalmente se cruzaban para impedir que viera su guía. Siempre le había gustado mirar las estrellas de noche. Pensaba que los enamorados se dejaban mensajes uniendo los puntos brillantes. De repente su caminar se vio interrumpido. Sus pies deslizaron por el suelo y casi cae de espaldas al suelo. Se aferró con fuerza de un árbol. La creciente oscuridad que se apoderaba del pequeño bosque le impidió ver con claridad lo que la había hecho perder el equilibrio. Como un espejo, el suelo reflejaba la única luz, proveniente de la enorme luna que abarcaba todo el bosque. La niña, acercó su mano con cuidado al suelo para palpar la sustancia. Su mano tocó el suelo y la llevó a la altura de sus ojos. El reflejo de la luna le dejó ver el tono escarlata del fluido que se deslizaba por uno de sus dedos. Asustado su rostro se fue de para atrás hasta chocar con un árbol. El golpe le hizo comprender mejor lo que pasaba. A su alrededor, los ciervos, conejos, erizos y demás criaturas con los que hace algún tiempo había estado jugando, yacían inmóviles en el suelo junto a un respectivo charco de aquel fluido escarlata, viscoso y escandaloso. UN cuerpo por allí, otro por allá un ciervo casi seco un poco más allá. Los cuerpos se extendían por la zona alrededor de ella como parte de ajedrez mágico en torno al derrotado rey. Las patas del ciervo, pequeño aún se movían. -Jamás se igualará a la sangre humana. -dijo una voz en algún sitio. Claudia, con sus manos congeladas giró su cabeza a donde creía había salido la voz. No había nada. -Pareces asustada... Quien lo diría la hija de Macalister con miedo. -retumbó de nuevo la voz, haciendo que la niña girara su cabeza. -¡¿Quien anda ahí?! -indagó la niña con una voz entre cortada. -Mi papá no se llama Macalister! -Oh Claro que si se llama Macalister. No sabes quién eres ¿Verdad? -repitió la lúgubre voz. Sus palabras retumbaban cada vez más cerca. La niña se aferraba al árbol con fuerza. -Sal de ahí, quien quiera que seas. Como si las exigencias de la jovencita, hubieran sido ordenes, una oscura silueta salió de detrás de un árbol. Un hombre de imperiosa belleza salió de su escondite, con elegante andar, su ropa era fina y su aspecto no dejaba lugar a duda de su linaje y educación. Sus labios aun mostraban restos de la fresca sangre que acaba de succionar de aquellas inocentes criaturas del bosque. Esbozó una lasciva sonrisa fijando sus ojos de rubí en la consternada joven que comenzaba a sentir temor, ante lo que sus oscuros ojos le revelaban, el instinto de supervivencia le indicaba correr pero su curiosidad la mantenía con los pies clavados en aquel campo cubierto de sangre. -Finalmente veo que si tienes el valor de tu padre. -afirmó aquel ser oscuro que se recargo con aire casual en uno de los arboles cercanos. Del bolsillo de su pantalón saco un pañuelo negro el cual se llevo a los labios para limpiar de ellos cualquier resto de “alimento” que pudiese quedar. -¿Quién eres y que haces aquí? -pregunto Claudia levantando la cabeza con valentía, la adrenalina que corría por sus venas la inspiraba a ser sincera y externar sus inquietudes. -Veo que no tienes recuerdos de tu pasado, era de esperarse apenas eras una bebé cuando todo ocurrió -el hombre se encogió de hombros y su piel de aspecto marmoleado lanzo un reflejo en medio de aquella oscuridad. -No sé de qué me estás hablando. -confirmo la joven bruja algo desesperada por el cinismo de aquel hombre que le hablaba con extrema confianza haciéndole dudad de que sus palabras fueran mentira.- Déjate de rodeos y dime lo que tengo que saber -exigió con voz severa. -Puedo ayudarte a recordar -murmuró con voz melodiosa mientras daba un paso firme hacia la joven mujer que permanecía inmóvil, esperando información. El vampiro sonrió triunfante y se acercó más hasta que su fría mano pudo rozar la mejilla de Claudia, que no parecía tener intención de escapar. -¿Que tengo que hacer? -preguntó de forma decidida ante el acoso del cual era víctima. -Bueno, solo conozco un método para que tu mente despierte y para tu fortuna es más sencillo de lo que puedes imaginar -murmuró relamiéndose los labios libidinosamente mientras caminaba en torno a Claudia, admirando su belleza en todos los ángulos posibles.- Sera todo un placer ayudarte. Sin dar mayores explicaciones, aquel ser lóbrego se lanzó sobre el cuerpo la frágil mujer, haciéndola caer en aquel campo cubierto de hojas secas que crujió al sentir su peso. Sus ojos oscuros brillaban con intensidad sin apartarlos de los carmesí de su atacante. El peso del hombre le dificultaba la respiración, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Pero poco duro aquella opresión. Los afilados dientes del vampiro se clavaron en su cuello dejando que un fino hilo acuoso y escarlata se deslizara por su cuello. Un segundo de dolor, un ahogado gemido y el bosque se disolvió. Escenas indescriptibles comenzaron a aparecer en su mente, imágenes confusas, visiones borrosas. Gritos, movimiento, todo parecía inestable desde aquel ángulo, apenas comprendía lo que pasaba. Era como estar dentro de una escena dantesca. Sangre, aquel aroma desagradable, aquel ruido metálico. Entre cerró los ojos para poder comprender que era lo que sucedía, el dolor y desesperación eran palpables en aquella habitación, ya no estaba más en el bosque, el escenario había cambiado. Intento dar un paso y un cuerpo rodo a sus pies haciéndola retroceder. Se llevo las manos al pecho y ahogo un grito. El rostro de aquel inerte cuerpo detonaba dolor y sufrimiento, sus ojos oscuros le provocaron un escalofrió, se arrodillo a su lado para descubrir que en su cuello pendía un dije con una letra C adornada con pequeños brillantes. Los gritos volvieron a escucharse y Claudia se puso de pie. Las preguntas comenzaron a agolparse en su mente confundida ¿Donde estaba? ¿Quiénes eran aquellas personas? ¿Porque todo le era tan familiar? Una mujer entro corriendo, miraba por encima de su hombro asustada, cerrando la puerta tras de sí. La mujer se arrodillo al lado del lánguido cuerpo sin vida y negó con la cabeza cerrando los ojos con visible consternación, sin perder tiempo se puso de pie y corrió hasta el extremo de la habitación donde una cuna de latón dorado formaba parte de la fina decoración. En una de las paredes un escudo de armas. Solo una palabra “Crowley” completaba dicha imagen. Su vista volvió a la mujer que tomaba en brazos a aquel pequeño ser que por su quietud parecía dormir pese al ruido que reinaba en torno a ellos. Sin más preámbulo salió por otra puerta que daba hacia el exterior dejándola abierta perdiéndose en la espesura de aquel oscuro bosque. Un par de segundos después una figura con túnica negra con la cabeza cubierta por la capucha entró vociferando, miro el cuerpo en la alfombra que yacía en un tibio charco de sangre que vertía desde donde una fina daga de plata cintilaba en el pecho de la dama. La extrajo de un fluido movimiento y se abalanzó sobre la cuna. -¡Maldita sea! -gritó al darse cuenta que estaba vacía. Las imágenes en su cabeza se convirtieron pronto en un torbellino de colores y formas grises imposibles de identificar. Todo se fue oscureciendo. Todo fue callando. Al fondo como un susurro lograba escuchar la lúgubre voz de aquel que se había aparecido en el bosque unos instantes atrás. -Busca tu origen. -y todo fue oscuridad. Un cuerpo femenino en medio del bosque se removió un agudo dolor en el cuello la obligo a soltar un profundo lamento, de forma inmediata su pequeña mano fue al sitio, toco suavemente aquella herida y gimió nuevamente. La luz del sol mañanero se filtraba ya entre las copa de aquellos enormes arboles, sin que aquella joven tuviera ni idea de quién era y mucho menos en donde estaba. Sus ojos oscuros recorrieron el lugar conforme poco a poco se incorporaba hasta quedar sentada en medio de aquella masacre, rodeada de animales muertos. De un solo movimiento se puso de pie aterrada por lo que miraba a su alrededor, y peor aun cuando descubrió que su propia ropa estaba bañada en sangre. Cerró los ojos intentando serenarse y algunas imágenes no más alentadoras le llenaron el cerebro. Recuerdos borrosos. Dio un paso, dos y siguió andando hasta perderse dentro del espeso bosque sin tener idea de hacia dónde ir. Solo con un pañuelo negro y una varita en la mano. Londres - Junio de 2011 A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes que se cernían bruscamente sobre ella, de pie frente al Ministerio de Magia de Londres. Ya no era la misma mujer inocente que había caído en los colmillos de un desconocido. Era una Femme Fatale completa. Su cuerpo había sido moldeado a fuego t rabia por ella misma. Su temperamento era único y no había mujer con su tenacidad y agallas. La vida le había jugado una mala pasada. El mundo había recorrido buscando su origen. Su historia. La misma que la había traído a Londres a buscar su pasado. -Crowley -murmuró e ingresó en el edificio. http://oi50.tinypic.com/11gr703.jpg Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos: Objeto 1: Varita mágica. ❥ Madera de Espino. Blanca ❥ 30 cm ❥ Pluma de Fénix; bastante buena para Encantamientos Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Mascotas y Criaturas: Criatura: Gato (Angora blanco). Responde al nombre de Cerbero. Clasificación: X Puntos de poder: 10 Criatura: Boa (Constrictor). Responde al nombre de Medusa. Clasificación: X Puntos por unidad: 10 Criaturas en la Reserva: Criatura 1: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Elfos: Elfo 1: Hades. ❥ Pequeño, de grandes ojos amarillos y saltones que muestran a su ama un respeto y admiración indudables; de voz dulce y chillona que a veces resulta irritable. http://oi48.tinypic.com/4ind47.jpg Licencia de Aparición: Aprobada Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: -- http://oi45.tinypic.com/hx573p.jpg Otros datos: ❥ Hábil con el Arco y la Lanza. ❥ Se alimenta de sangre humana AB y animal. ❥ Habla Francés, Italiano y Latín. ❥ Le teme a la muerte, tal vez porque la desea más que nada. Cronología de cargos: ❥ Cazadora de los Chudley Cannons ~ Octubre (2011) - Enero (2012) Premios y reconocimientos: ❥ Premio del Público Concurso de Dibujos ~ Gala de Navidad 2011 http://oi45.tinypic.com/5dqgj8.jpg Link al Perfil de Comprador MM: 121 Link a Bóveda Personal: B. 92822 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda 96477 ~ Familia Crowley Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda 92259 ~ Familia Rambaldi
  4. Buenas, bueno ya que tengo un tiempo sin actualizar esto necesito unos cambios minimos (?), al que lo haga muchisimas gracias de antemano. PD: Los spoiler son los codigos.
  5. Buenas Necesito la actualización de un dato, pero no se si esta permitido ya que como dice dos post antes no puedo actualizar hasta dentro de un mes (-.-"). El caso es que entre dos personas más del foro hemos creado una familia, donde soy matriarca y como dice aquí, debo colocar ese dato en la ficha en menos de una semana. Espero se pueda agregar, gracias de antemano.
  6. Holi Bueno despues de un buen tiempo sin actualizar mi ficha, vengo ha hacerle una muy pequeña actualización (?) okey no. xDD. Os dejo al mode los cambios con codigo incluido para que sea más fácil (?) Besitos y mordiscos al que haga el trabajo. [center][size="4"][b]FICHA DE PERSONAJE[/b][/size][/center] [center][img=http://oi41.tinypic.com/2mrb2g5.jpg ][/center] [indent][color="#2E8B57"][b][u]Datos Personales:[/u][/b][/color][/indent] [color="#008000"][b]Nombre del Personaje:[/b][/color] Claudia Rambaldi Crowley [color="#008000"][b]Sexo:[/b][/color] Femenino [color="#008000"][b]Edad:[/b][/color] Adulta joven. Aparenta 19 años. [color="#008000"][b]Nacionalidad:[/b][/color] Italiana [color="#008000"][b]Familia(s):[/b][/color] * Familia 1: Familia Rambaldi [color="#008000"][b]Padre(s) Sanguíneo:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Padre(s) Adoptivos:[/b][/color] Galedra Anprina Ravenclaw Rambaldi [color="#008000"][b]Trabajo:[/b][/color] -- [indent][color="#2E8B57"][u][b]Poderes Mágicos:[/b][/u][/color][/indent] [color="#008000"][b]Rango Social:[/b][/color] Aprendiz [color="#008000"][b]Bando:[/b][/color] Neutral [color="#008000"][b]Rango dentro del Bando:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Nivel de Poder Mágico:[/b][/color] 1 [color="#008000"][b]Puntos de poder en objetos:[/b][/color] 20 [quote][color="#008000"][b]Hechizos adicionales:[/b][/color][/quote] [quote] [color="#008000"][b]Puntos de poder en criaturas:[/b][/color] [/quote] [quote] [color="#008000"][b]Criaturas controlables en asaltos y duelos:[/b][/color][/quote] [color="#008000"][b]Habilidades Mágicas:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Conocimientos Especiales:[/b][/color] -- [indent][color="#2E8B57"][u][b]Perfil del Personaje:[/b][/u][/color][/indent] [color="#008000"][b]Raza:[/b][/color] [color="#FFFFFF"]Vampiro[/color] [color="#008000"][b]Aspecto Físico:[/b][/color] No muy alta, pero lo suficiente para que su cuerpo luzca esbelto y bien torneado. De pómulos altos y frente despejada, de piel aterciopelada y algo pálida, la cual hace recordar a un ser carente de vida. De ojos negros y profundos, misteriosos en ciertas ocasiones, burlones la mayoría del tiempo. Con un extraño brillo rojizo que resaltaban enmarcados con una melena lacia y sedosa de color castaño oscuro casi negro. En un punto de éxtasis, cuando huele sangre, sus ojos cambian a un pecaminoso carmín. Su nariz es fina y repleta de pecas que se ven cuando el sol le broncea la piel. Labios carnosos y suaves. [color="#008000"][b]Cualidades Psicológicas:[/b][/color] -Perdona, ¿te conozco? –alzaría una ceja interrogante a su vez que te regalaría una mirada burlona. Claudia es una joven segura de sí misma pero cerrada al público en general. Debes captar su interés para que se fije en ti, y si lo logras se parara a conocerte. No suele hablar con cualquiera, y por ello desconfía usando un tono burlón que irrita en ocasiones al más educado. Que sea burlona no significa que sea mal educada-que oh sí, puede serlo y mucho-escucharle hablar es un placer para los oídos más finos. Un rostro inexpresivo que se torna amistoso regalándole una sonrisa encantadora. – ¡Cuánto tiempo!- le abraza con fuerza y ríe encantadora-Se te extrañaba De orgullo intocable. Es una chica impredecible pues nunca sabes que reacción puede dar, te puede sorprender de las mil maneras diferentes, si esta de buenas quizás tengas suerte. Y si la encuentras en su manera de “animal salvaje” será mejor que corras, porque podrías acabar fatal o que te suelte una bordería hasta dejarte en ridíc***. Para que mentir, a esta chica le encanta la soledad, pero sabe que los amigos se cuentan con los dedos de las manos…mejor dicho los verdaderos amigos. Para ella los demás son amigos de juergas y listo, verdaderos solo tres o cuatro. Y estos saben, que a pesar de lo despegada que pueda llegar a parecer, lo despistada que es en ocasiones, estará ahí si la necesitan lo más rápido posible. -Shhh no te preocupes, todo saldrá bien- sus brazos envuelven con cariño a sus amigos. Como llevar, se lleva genial con cada uno de sus hermanos. Jamás se olvida de su familia que es sagrada, y disfruta de la compañía de los suyos. -Los quiero- Entrecierra los ojos tras concentrarse, resopla y un mechón de su cabello se alza apartándose de su rostro. Tiene un gran intelecto, pero es que… ¡literalmente le aburre estudiar!, en la vida hay tantas cosas interesantes... Aun así se aplica como la que más, y sus notas son espléndidas. No se puede esperar menos de un miembro de su familia. Astuta como es, sabe librarse de los deberes y de los problemas. Encantadora y embaucadora. Su bello rostro se tensa, sus puños se cierran y se vuelven blancos por el esfuerzo. Mientras se clava las uñas en las palmas de las manos murmura con los dientes apretados -Piérdete. Es difícil irritarla, bueno no. Pero aun así tiene bastante paciencia antes de perder totalmente el control, en caso de que lo perdiese, su cerebro trabaja con velocidad tramando planes macabros. Le gusta el olor de la sangre, ver el miedo en los ojos de su enemigo y los gritos de dolor. ¿Quizás esta loca?, no, pero no le desquicies. Ama torturar, lo lleva en la sangre y sabe que es tarde para cambiar eso, lo lleva en sus venas, le agrada sentirse dominante y tener el control sea como sea, le gusta sentir esa electricidad propia dentro de ella cada vez que saca fuera su lado sádico e incontrolable. El rubor cubre sus mejillas pero eso no logra que deje de seducir inconscientemente -¿Deseas algo? Claudia y hombres, su experiencia es prácticamente nula. ¿El por qué?, le encanta coquetear, seducir o engatusar, pero no sabe llegar a más porque nunca lo ha logrado. Se comporta como toda una señorita a no ser que este acompañada de su mejor amigo… [color="#008000"][b]Historia:[/b][/color] [right]Bosque de Iliria, Italia - Verano de 1498[/right] Un rayo de sol, firme y contundente se colaba por entre las altas hojas de uno de los muchos Robles Húngaros que conformaban el bosque de Iliria. La marea de la costa oriental del Adriartico estaba bastante alta y el golpe de las olas contra las rocas se podía escuchar varios kilómetros bosque adentro. El sonido de las aves que aprovechaban el clima generoso del lugar, alegraba al oído. El aroma a tierra húmeda y la brisa que llegaba del mar era una mezcla inolvidable. [i]-¿No pretenderás que atrape a ese ciervo mientras tú hablas verdad Orión?[/i] -se escuchó una voz entre los matorrales. La joven figura de una esbelta mujer, piel perlada y cabellos tan rubios como los labios del sol. Sus labios eran de una color rosa como el más hermoso de los tulipanes, y lisos como la superficie de un lago congelado. Tenía un movimiento fluido, casi que flotaba por entre las raíces de los secoyas enormes que se proyectaban infinitos hacía la segadora luz proveniente del cielo. [i]-Por supuesto que no Artemisa, pero si no te digo no lo vas a ver nunca.[/i] -respondió un moreno joven que respondía al nombre de Orión. El muchacho de tés bronceada y brazos fuertes, caminada juntos a la rubia despacio y sigiloso. Su sonrisa era blanca como la nieve y sus ojos eran de un color oscuro, un negro profundo que fácilmente podría compararse con la roca fundida. Sus pies descalzos no parecían flotar como los de Artemisa. Eran pasos firmes, dignos de una persona con carácter y decisión. [i]-Cállate, allá está el ciervo.[/i] Los ojos del joven se postraron en el rostro de la mujer que miraba con atención un claro en el bosque por el cual se filtraba una línea blanca de luz solar. En aquel claro, una ciervo de no mucha edad, se había detenido y tenía la cabeza agachada, olfateando algo entre un matorral. Artemisa era la diosa de la caza, una deidad griega que salía de sus terrenos acompañada de Orión para divertirse más allá de donde debía. La mano de la mujer, se deslizó suavemente por el costado derecho de su cuerpo, pasando por sus hombros hasta la parte superior de su espalda. De una camuflada bolsa sacó un arco de roble negro y una flecha con punta plateada. La ágil mujer arqueó su arma apuntando la brillante punta hacía el ciervo. Haló de la parte trasera de la flecha, dispuesta a disparar, al tiempo que Orión golpeó su brazo para arriba. La flecha varió su trayectoria y se perdió en la inmensidad de las hojas. El ciervo, escuchó el golpe y corrió, perdiéndose de vista. [i]-¿¡Que estás demente!!? -[/i] gritó la mujer dejando ver la rabia en sus ojos. [i]-Shhh escucha.[/i] Proveniente de un lugar cercano al ciervo, suave pero audible, un sollozo se lograba oír. Un llanto leve y entrecortado guió a los cazadores hasta el matorral que desordenado yacía junto al claro. [i]-Eso es... -Oh sí, eso es sin duda.[/i] En el suelo, envuelta en una manta negra, una bebé hermosa de ojos negros como la manta, cabello oscuro y una piel cetrina se movía inquieta. Sus manita pequeñas y suaves se movían a todo lado, buscando desesperadamente algo a que aferrarse. Sus pies se movían velozmente de un lado a otro. Sus orbes giraban en muchas direcciones hasta detenerse en los cazadores. Artemisa se acercó y la tomó en brazos. [i]-Es una hija del hombre. Déjala ahí. -¿Cómo crees que la voy a dejar acá?, ¡Morirá! -No es asunto nuestro. Apolo se enojará. -Mi hermano poco me importa no dejaré a esta pequeña a la deriva de la Madre naturaleza [/i] -terminó Artemisa con la mano de la bebé rodeando su dedo índice.[i]-Te llamaras Claudia.[/i] Ambos cazadores dieron la vuelta y caminaron en la nada desvaneciéndose. [right]Grecia - 1517[/right] A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes grises que se cernían bruscamente sobre ella y que amenazaban con dañar su tarde perfecta. Claudia jugaba con algunos animales cerca a su casa en Grecia, en los alrededores del templo de Artemisa. Tenía la facilidad innata de atraer a los animales hacia ella y que estos se sintieran cómodos acercándose a la niña. El cielo se tornó gris y los conejos con los que jugaba huyeron. Uno de ellos sin querer se llevó su pañoleta enredada en los pies al interior del no muy grande bosque contra el que quedaba la casa de los Natkios, su casa. Tenía una belleza sin igual. A pesar de contar con recién cumplidos 19 años, su cuerpo era de una femme fatale de 25 mientras su rostro conservaba la tierna edad de 15 años. Su cuerpo era una obra de arte de la madre naturaleza. Sus orbes eran negros como la noche y su cabello negro y lacio precioso. En sus venas corría la magia que su padre había inculcado. Poseía una varita de espino blanco como la dulce joven, de piel blanca como la nieve, ingresó en el bosque siguiendo la criatura de pelo blanco que corría como huyendo de algo, a pesar de las suplicas de la niña por que frenara. La niña, al mejor estilo de los cuentos muggle, siguió el conejo blanco por un buen trecho, avanzando en el oscuro bosque. En un momento ya no pudo seguir el blanco de su pelaje ni el negro de su pañoleta. Una pañoleta que había tenido por mucho tiempo y que tenía una C enorme grabada en hilo dorado. Cuando Claudia intentó volver sobre sus pasos, ya se había perdido. Su padre, Lathion Matkios, siempre le había dicho que si se llegaba a perder, buscara la luz del Cinturón de Orión en el cielo estrellado, y que siguiera el curso que colindaba con La Osa Mayor o "el sartén" como ella la llamaba. Levantó su vista al cielo y a pesar de que apenas comenzaba a anochecer y los puntos blancos comenzaban a ser visibles encontró su ruta rápidamente. Comenzó a avanzar girando su cabeza ocasionalmente hacia el cielo. Las hojas de los arboles ocasionalmente se cruzaban para impedir que viera su guía. Siempre le había gustado mirar las estrellas de noche. Pensaba que los enamorados se dejaban mensajes uniendo los puntos brillantes. De repente su caminar se vio interrumpido. Sus pies deslizaron por el suelo y casi cae de espaldas al suelo. Se aferró con fuerza de un árbol. La creciente oscuridad que se apoderaba del pequeño bosque le impidió ver con claridad lo que la había hecho perder el equilibrio. Como un espejo, el suelo reflejaba la única luz, proveniente de la enorme luna que abarcaba todo el bosque. La niña, acercó su mano con cuidado al suelo para palpar la sustancia. Su mano tocó el suelo y la llevó a la altura de sus ojos. El reflejo de la luna le dejó ver el tono escarlata del fluido que se deslizaba por uno de sus dedos. Asustado su rostro se fue de para atrás hasta chocar con un árbol. El golpe le hizo comprender mejor lo que pasaba. A su alrededor, los ciervos, conejos, erizos y demás criaturas con los que hace algún tiempo había estado jugando, yacían inmóviles en el suelo junto a un respectivo charco de aquel fluido escarlata, viscoso y escandaloso. UN cuerpo por allí, otro por allá un ciervo casi seco un poco más allá. Los cuerpos se extendían por la zona alrededor de ella como parte de ajedrez mágico en torno al derrotado rey. Las patas del ciervo, pequeño aún se movían. [i]-Jamás se igualará a la sangre humana.[/i] -dijo una voz en algún sitio. Claudia, con sus manos congeladas giró su cabeza a donde creía había salido la voz. No había nada. [i]-Pareces asustada... Quien lo diría la hija de Macalister con miedo.[/i] -retumbó de nuevo la voz, haciendo que la niña girara su cabeza. [i]-¡¿Quien anda ahí?![/i] -indagó la niña con una voz entre cortada.[i] -Mi papá no se llama Macalister! -Oh Claro que si se llama Macalister. No sabes quién eres ¿Verdad? [/i] -repitió la lúgubre voz. Sus palabras retumbaban cada vez más cerca. La niña se aferraba al árbol con fuerza. [i]-Sal de ahí, quien quiera que seas.[/i] Como si las exigencias de la jovencita, hubieran sido ordenes, una oscura silueta salió de detrás de un árbol. Un hombre de imperiosa belleza salió de su escondite, con elegante andar, su ropa era fina y su aspecto no dejaba lugar a duda de su linaje y educación. Sus labios aun mostraban restos de la fresca sangre que acaba de succionar de aquellas inocentes criaturas del bosque. Esbozó una lasciva sonrisa fijando sus ojos de rubí en la consternada joven que comenzaba a sentir temor, ante lo que sus oscuros ojos le revelaban, el instinto de supervivencia le indicaba correr pero su curiosidad la mantenía con los pies clavados en aquel campo cubierto de sangre. [i]-Finalmente veo que si tienes el valor de tu padre.[/i] -afirmó aquel ser oscuro que se recargo con aire casual en uno de los arboles cercanos. Del bolsillo de su pantalón saco un pañuelo negro el cual se llevo a los labios para limpiar de ellos cualquier resto de “alimento” que pudiese quedar. [i]-¿Quién eres y que haces aquí? [/i] -pregunto Claudia levantando la cabeza con valentía, la adrenalina que corría por sus venas la inspiraba a ser sincera y externar sus inquietudes. [i]-Veo que no tienes recuerdos de tu pasado, era de esperarse apenas eras una bebé cuando todo ocurrió [/i] -el hombre se encogió de hombros y su piel de aspecto marmoleado lanzo un reflejo en medio de aquella oscuridad. [i]-No sé de qué me estás hablando. [/i] -confirmo la joven bruja algo desesperada por el cinismo de aquel hombre que le hablaba con extrema confianza haciéndole dudad de que sus palabras fueran mentira.- [i] Déjate de rodeos y dime lo que tengo que saber[/i] -exigió con voz severa. [i]-Puedo ayudarte a recordar [/i] -murmuró con voz melodiosa mientras daba un paso firme hacia la joven mujer que permanecía inmóvil, esperando información. El vampiro sonrió triunfante y se acercó más hasta que su fría mano pudo rozar la mejilla de Claudia, que no parecía tener intención de escapar. [i]-¿Que tengo que hacer?[/i] -preguntó de forma decidida ante el acoso del cual era víctima. [i]-Bueno, solo conozco un método para que tu mente despierte y para tu fortuna es más sencillo de lo que puedes imaginar [/i] -murmuró relamiéndose los labios libidinosamente mientras caminaba en torno a Claudia, admirando su belleza en todos los ángulos posibles.- [i] Sera todo un placer ayudarte.[/i] Sin dar mayores explicaciones, aquel ser lóbrego se lanzó sobre el cuerpo la frágil mujer, haciéndola caer en aquel campo cubierto de hojas secas que crujió al sentir su peso. Sus ojos oscuros brillaban con intensidad sin apartarlos de los carmesí de su atacante. El peso del hombre le dificultaba la respiración, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Pero poco duro aquella opresión. Los afilados dientes del vampiro se clavaron en su cuello dejando que un fino hilo acuoso y escarlata se deslizara por su cuello. Un segundo de dolor, un ahogado gemido y el bosque se disolvió. Escenas indescriptibles comenzaron a aparecer en su mente, imágenes confusas, visiones borrosas. Gritos, movimiento, todo parecía inestable desde aquel ángulo, apenas comprendía lo que pasaba. Era como estar dentro de una escena dantesca. Sangre, aquel aroma desagradable, aquel ruido metálico. Entre cerró los ojos para poder comprender que era lo que sucedía, el dolor y desesperación eran palpables en aquella habitación, ya no estaba más en el bosque, el escenario había cambiado. Intento dar un paso y un cuerpo rodo a sus pies haciéndola retroceder. Se llevo las manos al pecho y ahogo un grito. El rostro de aquel inerte cuerpo detonaba dolor y sufrimiento, sus ojos oscuros le provocaron un escalofrió, se arrodillo a su lado para descubrir que en su cuello pendía un dije con una letra C adornada con pequeños brillantes. Los gritos volvieron a escucharse y Claudia se puso de pie. Las preguntas comenzaron a agolparse en su mente confundida ¿Donde estaba? ¿Quiénes eran aquellas personas? ¿Porque todo le era tan familiar? Una mujer entro corriendo, miraba por encima de su hombro asustada, cerrando la puerta tras de sí. La mujer se arrodillo al lado del lánguido cuerpo sin vida y negó con la cabeza cerrando los ojos con visible consternación, sin perder tiempo se puso de pie y corrió hasta el extremo de la habitación donde una cuna de latón dorado formaba parte de la fina decoración. En una de las paredes un escudo de armas. Solo una palabra “Crowley” completaba dicha imagen. Su vista volvió a la mujer que tomaba en brazos a aquel pequeño ser que por su quietud parecía dormir pese al ruido que reinaba en torno a ellos. Sin más preámbulo salió por otra puerta que daba hacia el exterior dejándola abierta perdiéndose en la espesura de aquel oscuro bosque. Un par de segundos después una figura con túnica negra con la cabeza cubierta por la capucha entró vociferando, miro el cuerpo en la alfombra que yacía en un tibio charco de sangre que vertía desde donde una fina daga de plata cintilaba en el pecho de la dama. La extrajo de un fluido movimiento y se abalanzó sobre la cuna. [i]-¡Maldita sea![/i] -gritó al darse cuenta que estaba vacía. Las imágenes en su cabeza se convirtieron pronto en un torbellino de colores y formas grises imposibles de identificar. Todo se fue oscureciendo. Todo fue callando. Al fondo como un susurro lograba escuchar la lúgubre voz de aquel que se había aparecido en el bosque unos instantes atrás. [i]-Busca tu origen.[/i] -y todo fue oscuridad. Un cuerpo femenino en medio del bosque se removió un agudo dolor en el cuello la obligo a soltar un profundo lamento, de forma inmediata su pequeña mano fue al sitio, toco suavemente aquella herida y gimió nuevamente. La luz del sol mañanero se filtraba ya entre las copa de aquellos enormes arboles, sin que aquella joven tuviera ni idea de quién era y mucho menos en donde estaba. Sus ojos oscuros recorrieron el lugar conforme poco a poco se incorporaba hasta quedar sentada en medio de aquella masacre, rodeada de animales muertos. De un solo movimiento se puso de pie aterrada por lo que miraba a su alrededor, y peor aun cuando descubrió que su propia ropa estaba bañada en sangre. Cerró los ojos intentando serenarse y algunas imágenes no más alentadoras le llenaron el cerebro. Recuerdos borrosos. Dio un paso, dos y siguió andando hasta perderse dentro del espeso bosque sin tener idea de hacia dónde ir. Solo con un pañuelo negro y una varita en la mano. [right]Londres - Junio de 2011[/right] A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes que se cernían bruscamente sobre ella, de pie frente al Ministerio de Magia de Londres. Ya no era la misma mujer inocente que había caído en los colmillos de un desconocido. Era una Femme Fatale completa. Su cuerpo había sido moldeado a fuego t rabia por ella misma. Su temperamento era único y no había mujer con su tenacidad y agallas. La vida le había jugado una mala pasada. El mundo había recorrido buscando su origen. Su historia. La misma que la había traído a Londres a buscar su pasado. [i]-Crowley[/i] -murmuró e ingresó en el edificio. [indent][color="#2E8B57"][u][b]Pertenencias:[/b][/u][/color][/indent] [color="#008000"][b]Objeto Mágico Legendario:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Objetos Mágicos:[/b][/color] [b]Objeto 1:[/b] [color="#FFFFFF"]Varita mágica. Madera de espino, negra, 32 cm, pluma de Fénix, flexible. Especial para encantamientos.[/color] [b]Clasificación:[/b] [color="#FFFFFF"]AA[/color] [b]Puntos de poder:[/b] [color="#FFFFFF"]20[/color] [b]Objeto 2:[/b] -- [b]Clasificación:[/b] -- [b]Puntos de poder:[/b] -- [color="#008000"][b]Mascotas y Criaturas:[/b][/color] [b]Criatura 1:[/b] –- [b]Clasificación:[/b] -- [b]Puntos de poder:[/b] -- [color="#008000"][b]Criaturas en la Reserva:[/b][/color] [b]Criatura 1:[/b] -- [b]Clasificación:[/b] -- [b]Puntos de poder:[/b] -- [color="#008000"][b]Elfos:[/b][/color] Elfo 1: Hades. De estatura más pequeña a la de un elfo normal, de ojos amarillos y grandes que muestran fidelidad y un gran cariño hacia su ama. A diferencia de la mayor parte de elfos domésticos, Hades siempre lleva distintos ropajes regalos de la joven. [indent][color="#2E8B57"][b][u]Licencias, Tasas, Registros:[/u][/b][/color][/indent] [color="#008000"][b]Licencia de Aparición:[/b][/color] Aprobada [color="#008000"][b]Licencia de Vuelo de Escoba:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Registro de XXX:[/b][/color] -- [indent][color="#2E8B57"][u][b]Otros Datos:[/b][/u][/color][/indent] [color="#008000"][b]Otros datos:[/b][/color] -Tiene atracción hacia las Artes Oscuras. -Es hábil para la caza. Maneja a la perfección el arco y la lanza. -Habla cinco idiomas: Inglés, español, italiano y latín. -Una de sus pasiones es el Quidditch. [color="#008000"][b]Cronología de cargos:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Premios y reconocimientos:[/b][/color] -- [indent][color="#2E8B57"][b][u]Links de Interés Referentes al Personaje:[/u][/b][/color][/indent] [color="#008000"][b]Link a Bóveda Personal:[/b][/color] [color="#FFFFFF"][url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=92822"]Bóveda[/url][/color] [color="#008000"][b]Link a Bóveda Trastera:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Link a Bóveda de Negocio:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Link a Bóveda Familiar 1:[/b][/color] [color="#FFFFFF"][url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=92259"]Bóveda Familia Rambaldi[/url][/color] [b]Link a Bóveda Familiar 2:[/b][/color] –
  7. Luego de haber caminado distraída por un buen tiempo en el Callejón Diagon, la pelinegra decidió entrar al Magic Mall. Fue directamente a la trastienda del lugar, días antes había estado pensado en la adquisición de una mascota como compañía, aun no se decidía si seria alguna criatura muggle o mágica. Se detuvo frente a donde había gatos de todos los colores, la verdad es que eran bastante adorables y tiernos, se inclinó hacia uno de ellos para acariciarlo, el pequeño minino ronroneo dulcemente al contacto de la bruja. -Creo que vendrás conmigo- se levantó para dirigirse a pagar y salir de ahí. Su mirada se fijo en otro animal un tanto exótico - Quizás otra mascota no vendría mal. Tomó algunas planillas para llenarlas y poder hacer la compra. -Buenas, aquí están los formularios. Espero estén correctamente– sonrió cordialmente a la espera de una respuesta.
  8. Buenas! Yo vengo aqui por que una niña me obligo (?? okey no, vngo por mi propia voluntad! xDD, bueno Mei -Pau, Luna.. o mami del .com , vengo a hacer parte de tu familia, por obvias razones (? que tu conoces no puedo ser tu hijosa T_T, pero sere tu ahijada!:$
  9. Necesito actualizar mi ficha al nuevo modelo -igual que todos - Se los agradezco. Algún día Merlín (?) los recompensara. http://2.bp.blogspot.com/_ucIudYG-MaE/TE7a7kc_b9I/AAAAAAAAAOc/-j0wVaObnuA/s1600/megan_fox_vampira_07.jpg FICHA DE PERSONAJE Datos Personales: Nombre del Personaje: Claudhia Rambaldi Sexo: Femenino Edad: Adulta joven. 20 años Nacionalidad: Italiana Familia(s): * Familia 1: Familia Rambaldi * Familia 2: -- Padre(s) Sanguíneo: -- Padre(s) Adoptivos: Galedra Anprina Dumbledore Ravenclaw Trabajo: -- Poderes Mágicos: Rango Social: Aprendiz Bando: Neutral Rango dentro del Bando:[/color -- Nivel de Poder Mágico: Puntos de poder en objetos: 20 Puntos de poder en criaturas: Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: -- Perfil del Personaje: Raza: Vampiro Aspecto Físico: De cabello lacio y negro, largo; sus ojos suelen estar de varios colores, dependiendo de su humor en el día: negros (humor neutro), rojos (cuando tiene sed) y azul grisáceo (triste y/o furiosa); 1,75 mts; tez pálida (Como todo vampiro); de cuerpo esbelto y mirada arrogante. Su apariencia es la de una chica de 20 años. Cualidades Psicológicas: arrogante, egocéntrica, orgullosa, impulsiva, cabezota (si tiene una idea, nadie la convencerá de lo contrario), valiente, algo agresiva, soñadora. Historia: Cuando era una bebé fue abandonada en el bosque de Iliria (Italia). Diana (Artemisa), la diosa de la caza, envió una banda de cazadores que la encontró, desnuda, pateando y resbaladiza por el fango del bosque. Se la llevaron consigo, sabiendo que la diosa se sentiría totalmente agradecida hacia ellos. En cuanto pudo caminar, le enseñaron a sostener un arco y una lanza. El día de su primera caza (con tan solo 7 años), le contaron como aquella diosa adusta y bella le había salvado la vida, y le mostraron como hacerle ofrendas. Ofreció solemnemente, pues durante largo tiempo la había imaginado como su madre distante, si, pero fuerte y radiante como la luna. Sabía que su amor y magia estaban destinados a resplandecer sobre ella de nuevo, si se dispusiera a esperar… Y así lo hizo. Con el pasar de los años se desarrollaron en ella poderes sobrehumanos. Una tarde de mediados de Julio, cuando aun era una desgarbada joven de 17 años, apareció en su asentamiento un hombre que nunca había visto, tenía extrañas marcas en los brazos: cruces y serpientes oscuras. Se acerco a ella y sin ninguna presentación le conto sobre su pasado: quien era sus padres… y el porque la habían abandonado. Dentro de ella creció un odio y sed de venganza hacia ellos. Antes de marcharse aquel hombre le hizo algo que ella jamás olvidaría… la convirtió en un vampiro. Ante aquello se interno en el bosque, no quería atacar a los suyos. Alimentándose de animales; pasó noches y días pensado en que hacer de ahora en adelante. Por su mente pasaban escenas de un futuro, un futuro que no sabia si existiría. Decidió suicidarse, pero no lo logró… Así fueron pasando más de 1500 años… 1500 años difíciles, llenos de aventuras y conocimientos, en los que aprendió a controlar su sed por la sangre humana (salvo algunas excepciones), a utilizar aquellos extraños poderes a los que todos llamaban magia y a dominar sus habilidades como vampiresa. Se unió a una familia que tenía entre los suyos a “seres” iguales que ella: magos y vampiros. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos: Objeto 1: Varita mágica. Madera de espino, 32 cm, pluma de Fénix, flexible. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto 2: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Mascotas y Criaturas: Criatura 1: –- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Criaturas en la Reserva: Criatura 1: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Elfos: -- Licencias, Tasas, Registros: Licencia de Aparición: -- Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: -- Otros Datos: Otros datos: -Ama las Artes Oscuras. -Quiere ser mortifaga. -Es hábil para la caza. Maneja a la perfección el arco y la lanza. Cronología de cargos: -- Premios y reconocimientos: -- Links de Interés Referentes al Personaje: Link a Bóveda Personal: Bóveda Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda familia Rambaldi Link a Bóveda Familiar 2: --
  10. Yo me quiero afiliar, por que amo el té y me tendras aqui todo el tiempo (?) -además quiero los 100 G- asi qe dejo mis datos -creo qe esos son - Link a tu Nick de tu personaje con link a tu ficha: Ficha Nick Link a la ficha de tu familia: Familia Rambaldi
  11. Necesito un cambio en la historia de personaje, bueno quiero cambiarla por esta: Cuando era una bebé fue abandonada en el bosque de Iliria (Italia). Diana (Artemisa), la diosa de la caza, envió una banda de cazadores que la encontró, desnuda, pateando y resbaladiza por el fango del bosque. Se la llevaron consigo, sabiendo que la diosa se sentiría totalmente agradecida hacia ellos. En cuanto pudo caminar, le enseñaron a sostener un arco y una lanza. El día de su primera caza (con tan solo 7 años), le contaron como aquella diosa adusta y bella le había salvado la vida, y le mostraron como hacerle ofrendas. Ofreció solemnemente, pues durante largo tiempo la había imaginado como su madre distante, si, pero fuerte y radiante como la luna. Sabía que su amor y magia estaban destinados a resplandecer sobre ella de nuevo, si se dispusiera a esperar… Y así lo hizo. Con el pasar de los años se desarrollaron en ella poderes sobrehumanos. Una tarde de mediados de Julio, cuando aun era una desgarbada joven de 17 años, apareció en su asentamiento un hombre que nunca había visto, tenía extrañas marcas en los brazos: cruces y serpientes oscuras. Se acerco a ella y sin ninguna presentación le conto sobre su pasado: quien era sus padres… y el porque la habían abandonado. Dentro de ella creció un odio y sed de venganza hacia ellos. Antes de marcharse aquel hombre le hizo algo que ella jamás olvidaría… la convirtió en un vampiro. Ante aquello se interno en el bosque, no quería atacar a los suyos. Alimentándose de animales; pasó noches y días pensado en que hacer de ahora en adelante. Por su mente pasaban escenas de un futuro, un futuro que no sabia si existiría. Decidió suicidarse, pero no lo logró… Así fueron pasando más de 1500 años… 1500 años difíciles, llenos de aventuras y conocimientos, en los que aprendió a controlar su sed por la sangre humana (salvo algunas excepciones), a utilizar aquellos extraños poderes a los que todos llamaban magia y a dominar sus habilidades como vampiresa. Se unió a una familia que tenía entre los suyos a “seres” iguales que ella: magos y vampiros. Se los agradezco!
  12. Ian, Ginny y Devi!!! mis primosos (?) -Creo qe somos primos o algo asi - Solo pasaba por aquí a desearles mucha suerte en Generales 48! Ya que los cuatros nos toco estar juntos alli... *O* y pues que espero que logremos pasar a Rol y Duelo Básico y obviamente graduarnos... -y si eso sucede qe los patriarcas nos hagan una super fiesta! - PD: Sylar, una chica de hl.com, qe qizas tu no conozcas por que es poco popular (?) te envia abrazos, besos y saludos.... Quizas su nombre no se te haga conocido : Pitta (qien dijo qe no volveria a pisar más nunca en su vida el foro y qe tu casi le pegas para qe lo usara!) *Desaparezco en llamas fucsias*
  13. Necesito modificar algo, o más bien agregar algo si es posible. Se los agradeceria con todo el alma (?) Link a Bóveda Personal: Bóveda Y en Historia de Personaje borrar esta parte: "Al pasar los años conoció a una mujer llamada Galedra, una de las integrantes de la familia Rambaldi, que le ofreció unirse a su familia… y enseñarle más sobre la magia". Bueno, eso es todo... por ahora.
  14. Creo que si soy más insoportable que Sylar! ... la la la (8), bueno vengo a postear aca por algo que lei por alli (?) (Sylar le dice a Ginny que cambie su firma o algo asi -soy rechismosa (?) ) pues bien yo me tome el atrevimiento de emmm buscar una firma para ella, como regalo de bienvenida... espero le guste, y pues si no la Avadeo ... Eso es mentira!, no juego con esas cosas aqui le dejo el link a Ginny1203 : Firma *Desaparezco en llamas fucsias*
  15. *Aparezco de nuevo por aqui * Muahaha! Sylar dira que soy insoportable (pero el tambien lo es (?) ) mentira Sylar... Vale, ya acabo de editar de nuevo mi post y esta el link de mi Bóveda Personal! así qe... emmm ya tengo mis datos completos (Creo ) Esto era todo! y dejo de molestar por aqui... Chauu! *Desaparezco en llamas fucsias*
  16. Saludos a todos! ... *aparezco toda llena de barro (Como siempre )* Sr. Sylar ya mi ficha de personaje esta creada, el link esta a su disposición en el primer emmm no recuerdo como se llama eso (Creo que post)qe realize al pedir pertenecer a la familia, aun no tengo la Boveda pero apenas este "aprobada" vuelvo a editar ... Nos vemos! PD: Madre gracias por la Bienvenida! xD ya corregi en parte el "horror qe hice... Un abrazo *desaparezco en llamas fucsias*
  17. | Datos Personales | Nombre del Personaje: Claudia Alessandra Crowley Sexo: Femenino Edad: Adulto joven Nacionalidad: Rumana Familia(s): Crowley - Matriarca Padre(s) Sanguíneo: Decebal* y Alessandra* Crowley Padre(s) Adoptivos: — Trabajo: — | Poderes Mágicos | Rango Social: Unicornios de Plata Bando: Neutral Rango dentro del Bando: — http://i.imgur.com/HisXflv.png Puntos de poder en objetos: 200 Hechizos adicionales: — Puntos de poder en criaturas: 180 Criaturas controlables en asaltos y duelos: — Habilidades Mágicas: — Conocimientos Especiales: Leyes Mágicas Herbología Medallas: Gala de Navidad 2015 | Perfil del Personaje | Raza: Vampiro Aspecto Físico: De mediana altura y sesenta kilogramos, forman una figura curvilínea pero delgada. A pesar de lo anterior, no hay centímetro en el cuerpo de la joven que no posea la firmeza que denota en cada paso que da, esa que coexiste contradictoriamente con la delicadeza de sus detalles, la fineza de sus hombros, la redondez de las caderas y el colorido tenue de cada vena repasada por la piel pálida que le envuelve de pies a cabeza. De alborotados y largos cabellos negros, estos se desplazan de lado a lado con cada movimiento que realiza, y el liso sedoso le abraza los hombros provocando ondas caprichosas. Sus orbes son de color cambiante, la mayor parte del tiempo de un negro azabache, a veces carmesí, otras más azules y brillantes, la verdad es que aquellos ojos versátiles no tienen un pigmento determinado. Sentimentales, furiosos, felinos, seductores, muy claros o muy oscuros, son ventanas al alma tormentosa de su portadora, aunque prevalece en ellos el aire melancólico de quien espera por algo… o alguien. Más abajo, su nariz es mediana y fina, con los labios entreabiertos, gruesos y que poco tienen que decir. Casi nunca ríe, pero cada tanto deja escapar una carcajada de dientes blanquísimos. A la hora de la cacería sus caninos se alargan, mostrándose filosos y mortales. Sobre sus mejillas se evidencia una constelación de pecas que hace que sus ojos resalten y que parezca una niña de cinco años a punto de hacer una picardía. Cualidades Psicológicas: Claudia es una joven segura de sí misma, pero cerrada al público en general. Pocas personas y cosas se ganan su interés. No suele hablar con cualquiera y, por ello desconfía usando un tono que irrita en ocasiones al más educado. Con un rostro inexpresivo que en contadas ocasiones se torna amistoso regalando una sonrisa encantadora. De orgullo intocable. Es una mujer impredecible, pues nunca se sabe que reacción puede dar; puede sorprender de las mil maneras diferentes, si esta de buenas quizás se tenga suerte. Y si la encuentran en su manera de “animal salvaje” será mejor que corran, porque podrían acabar fatal o que suelte una bordería hasta dejar en ridículo. No le gusta la gente que dice las cosas sin tener algún conocimiento, primero se tiene que saber de lo que se habla o si no mejor quedarse callado. En algunos momentos dados, las acciones de Claudia salen de ella sin previo aviso y puede fallar, pero ella es así, hace las cosas sin pensar. Para que mentir, le encanta la soledad, pero sabe que los amigos se cuentan con los dedos de las manos, mejor dicho, los verdaderos amigos. Para ella los demás son conocidos, verdaderos solo tres o cuatro. Y estos saben, que a pesar de lo despegada que pueda llegar a parecer, lo despistada que es en ocasiones, estará ahí si la necesitan lo más rápido posible. Todo sentimiento negativo que se suelte en su interior ahí se queda. No suele sacar todo lo que tiene dentro, cualquier mal que le pase, en su memoria se quedará grabada para siempre. Es una gran actriz, ya que siempre que tiene un mal día lo suele tapar con una sonrisa. No confía plenamente en nadie, solamente en ella misma, en ese sentido es un poco egoísta. Analiza todo lo que ocurre a su alrededor al más mínimo detalle, gran observadora, tiende a tener grabada en la mente todo movimiento de la persona. Las personas creen que puede llegar a ser un poco tonta e ingenua, pero realmente no es así. No es tonta, al contrario, pero en algunas ocasiones puede tardar algunos minutos en captar lo que le dicen. Le encanta lo desconocido, siempre intenta saber cosas nuevas, visitar lugares nuevos y adentrarse en los libros. Es fácil irritarla, pero aun así tiene bastante paciencia antes de perder totalmente el control, en caso de que lo perdiese, su cerebro trabaja con velocidad tramando planes macabros. Le gusta el olor de la sangre, ver el miedo en los ojos de su enemigo y los gritos de dolor ¿Quizá esta loca? Ama torturar, lo lleva en la sangre y sabe que es tarde para cambiar eso, recorre sus venas cada día, le agrada sentirse dominante y tener el control sea como sea, adora sentir esa electricidad propia dentro de ella cada vez que saca fuera su lado sádico e incontrolable. Claudia y hombres, su experiencia es prácticamente nula. ¿El por qué?, le encanta coquetear, seducir o engatusar, pero no sabe llegar a más porque nunca lo ha logrado. Historia: Bosque de Iliria, Italia — Verano de 1498 Un rayo de sol, firme y contundente se colaba por entre las altas hojas de uno de los muchos Robles Húngaros que conformaban el bosque de Iliria. La marea de la costa oriental del Adriartico estaba bastante alta y el golpe de las olas contra las rocas se podía escuchar varios kilómetros bosque adentro. El sonido de las aves que aprovechaban el clima generoso del lugar, alegraba al oído. El aroma a tierra húmeda y la brisa que llegaba del mar era una mezcla inolvidable. —¿No pretenderás que atrape a ese ciervo mientras tú hablas verdad, Orión?—se escuchó una voz entre los matorrales. La joven figura de una esbelta mujer, piel perlada y cabellos tan dorados como los rayos del sol. Sus labios eran de una color rosa como el más hermoso de los tulipanes, y lisos como la superficie de un lago congelado. Tenía un movimiento fluido, casi que flotaba por entre las raíces de los secoyas enormes que se proyectaban infinitos hacía la segadora luz proveniente del cielo. —Por supuesto que no Artemis, pero si no te digo no lo vas a ver nunca— respondió un moreno joven que respondía al nombre de Orión. El muchacho de tez bronceada y brazos fuertes, caminada juntos a la rubia despacio y sigiloso. Su sonrisa era blanca como la nieve y sus ojos eran de un color oscuro, un negro profundo que fácilmente podría compararse con la roca fundida. Sus pies descalzos no parecían flotar como los de Artemis. Eran pasos firmes, dignos de una persona con carácter y decisión. —Cállate, allá está el ciervo. Los ojos del joven se postraron en el rostro de la mujer que miraba con atención un claro en el bosque por el cual se filtraba una línea blanca de luz solar. En aquel claro, una ciervo de no mucha edad, se había detenido y tenía la cabeza agachada, olfateando algo entre un matorral. Artemis era la diosa de la caza, una deidad que salía de sus terrenos acompañada de Orión para divertirse más allá de donde debía. La mano de la mujer se deslizó suavemente por el costado derecho de su cuerpo, pasando por sus hombros hasta la parte superior de su espalda. De una camuflada bolsa sacó un arco de roble negro y una flecha con punta plateada. La ágil mujer arqueó su arma apuntando la brillante punta hacía el ciervo. Haló de la parte trasera de la flecha, dispuesta a disparar, al tiempo que Orión golpeó su brazo hacia arriba. La flecha varió su trayectoria y se perdió en la inmensidad de las hojas. El ciervo escuchó el golpe y corrió, perdiéndose de vista. —¿Que estás demente?—gritó la mujer dejando ver la rabia en sus ojos. —Cállate y escucha. Proveniente de un lugar cercano al ciervo, suave pero audible, un sollozo se lograba oír. Un llanto leve y entrecortado guió a los cazadores hasta el matorral que, desordenado, yacía junto al claro. —Eso es... —Oh sí, eso es sin duda. En el suelo, envuelta en una manta negra, una bebé hermosa de ojos negros como la manta, cabello oscuro y una piel cetrina, se movía inquieta. Sus manitas pequeñas y suaves se movían a todos lados, buscando desesperadamente algo a lo cual aferrarse. Sus pies se movían velozmente de un lado a otro. Sus orbes giraban en muchas direcciones hasta detenerse en los cazadores. Artemis se acercó y la tomó en brazos. —Es una hija del hombre. Déjala ahí—Orión susurró entre dientes. —¿Cómo crees que la voy a dejar acá? ¡Morirá! —No es asunto nuestro. Apolo se enojará. —Mi hermano poco me importa no dejaré a esta pequeña a la deriva de la Madre Naturaleza—terminó Artemis con la mano de la bebé rodeando su dedo índice—.Te llamaras Claudia. Ambos cazadores dieron la vuelta y caminaron en la nada desvaneciéndose. Grecia — 1517 A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes grises que se cernían bruscamente sobre ella y que amenazaban con dañar su tarde perfecta. Claudia jugaba con algunos animales cerca a su casa en Grecia, en los alrededores del templo de Artemis. Tenía la facilidad innata de atraer a los animales hacia ella y que estos se sintieran cómodos acercándose a la niña. El cielo se tornó gris y los conejos con los que jugaba huyeron. Uno de ellos sin querer se llevó su pañoleta enredada en los pies al interior del no muy grande bosque contra el que quedaba la casa de los Natkios, su casa. Tenía una belleza sin igual. A pesar de contar con recién cumplidos dieciocho, su rostro conservaba la ternura de una pequeña. Su cuerpo era una obra de arte de la madre naturaleza. Sus orbes eran negros como la noche y su cabello negro y lacio precioso. En sus venas corría la magia que su padre había inculcado. Ingresó en el bosque siguiendo la criatura de pelo blanco que corría como huyendo de algo, a pesar de las suplicas de la niña por que frenara. La niña, al mejor estilo de los cuentos muggles, siguió al conejo blanco por un buen trecho, avanzando en el oscuro bosque. En un momento ya no pudo seguir el blanco de su pelaje ni el negro de su pañoleta. Una pañoleta que había tenido por mucho tiempo y que tenía una C enorme grabada en hilo dorado. Cuando Claudia intentó volver sobre sus pasos, ya se había perdido. Su padre, Lathion Natkios, siempre le había dicho que si se llegaba a perder, buscara la luz del Cinturón de Orión en el cielo estrellado, y que siguiera el curso que colindaba con La Osa Mayor o "el sartén", como ella la llamaba. Levantó su vista al cielo y a pesar de que apenas comenzaba a anochecer y los puntos blancos comenzaban a ser visibles encontró su ruta rápidamente. Comenzó a avanzar girando su cabeza ocasionalmente hacia el cielo. Las hojas de los arboles momentáneamente se cruzaban para impedir que viera su guía. Siempre le había gustado mirar las estrellas de noche. Pensaba que los enamorados se dejaban mensajes uniendo los puntos brillantes. De repente su caminar se vio interrumpido. Sus pies deslizaron por el suelo y casi cae de espaldas al suelo. Se aferró con fuerza de un árbol. La creciente oscuridad que se apoderaba del pequeño bosque le impidió ver con claridad lo que la había hecho perder el equilibrio. Como un espejo, el suelo reflejaba la única luz, proveniente de la enorme luna que abarcaba todo el bosque. La niña, acercó su mano con cuidado al suelo para palpar la sustancia. Su mano tocó el suelo y la llevó a la altura de sus ojos. El reflejo de la luna le dejó ver el tono escarlata del fluido que se deslizaba por uno de sus dedos. Asustado su rostro se fue de para atrás hasta chocar con un árbol. El golpe le hizo comprender mejor lo que pasaba. A su alrededor, los ciervos, conejos, erizos y demás criaturas con los que hace algún tiempo había estado jugando, yacían inmóviles en el suelo junto a un respectivo charco de aquel fluido escarlata, viscoso y escandaloso. Un cuerpo por allí, otro por allá un ciervo casi seco un poco más allá. Los cuerpos se extendían por la zona alrededor de ella como parte de ajedrez mágico en torno al derrotado rey. Las patas del ciervo, pequeño aún se movían. —Jamás se igualará a la sangre humana—dijo una voz en algún sitio. Claudia, con sus manos congeladas giró su cabeza a donde creía había salido la voz. No había nada. —Pareces asustada. Quién lo diría la hija de Decebal con miedo—retumbó de nuevo la voz, haciendo que la niña girara su cabeza. —¡¿Quien anda ahí?!—indagó con voz entre cortada—.Mi padre no se llama Decebal. —Oh, claro que si se llama Decebal. No sabes quién eres ¿Verdad?—repitió la lúgubre voz. Sus palabras retumbaban cada vez más cerca. La niña se aferraba al árbol con fuerza. —Sal de ahí, quien quiera que seas. Como si las exigencias de la joven hubieran sido ordenes, una oscura silueta salió de detrás de un árbol. Un hombre de imperiosa belleza salió de su escondite, con elegante andar, su ropa era fina y su aspecto no dejaba lugar a duda de su linaje y educación. Sus labios aun mostraban restos de la fresca sangre que acaba de succionar de aquellas inocentes criaturas del bosque. Esbozó una lasciva sonrisa fijando sus ojos de rubí en la consternada joven que comenzaba a sentir temor ante lo que sus oscuros ojos le revelaban, el instinto de supervivencia le indicaba correr pero su curiosidad la mantenía con los pies clavados en aquel campo cubierto de sangre. —Finalmente veo que si tienes el valor de tu padre—afirmó aquel ser oscuro que se recargo con aire casual en uno de los arboles cercanos. Del bolsillo de su pantalón saco un pañuelo negro el cual se llevó a los labios para limpiar de ellos cualquier resto de “alimento” que pudiese quedar. —¿Quién eres y que haces aquí?—pregunto Claudia levantando la cabeza con valentía, la adrenalina que corría por sus venas la inspiraba a ser sincera y externar sus inquietudes. —Veo que no tienes recuerdos de tu pasado, era de esperarse apenas eras una bebé cuando todo ocurrió—el hombre se encogió de hombros y su piel de aspecto marmoleado lanzo un reflejo en medio de aquella oscuridad. —No sé de qué me estás hablando—confirmó la joven bruja algo desesperada por el cinismo de aquel hombre que le hablaba con extrema confianza haciéndole dudad de que sus palabras fueran mentira—.Déjate de rodeos y dime lo que tengo que saber—exigió con voz severa. —Puedo ayudarte a recordar—murmuró con voz melodiosa mientras daba un paso firme hacia la joven mujer que permanecía inmóvil, esperando información. El vampiro sonrió triunfante y se acercó más hasta que su fría mano pudo rozar la mejilla de Claudia, que no parecía tener intención de escapar. —¿Que tengo que hacer?—preguntó de forma decidida ante el acoso del cual era víctima. —Bueno, solo conozco un método para que tu mente despierte y para tu fortuna es más sencillo de lo que puedes imaginar—murmuró relamiéndose los labios libidinosamente mientras caminaba en torno a Claudia, admirando su belleza en todos los ángulos posibles—.Sera todo un placer ayudarte. Sin dar mayores explicaciones, aquel ser lóbrego se lanzó sobre el cuerpo de la frágil joven, haciéndola caer en aquel campo cubierto de hojas secas que crujió al sentir su peso. Sus ojos oscuros brillaban con intensidad sin apartarlos de los carmesí de su atacante. El peso del hombre le dificultaba la respiración, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Pero poco duro aquella opresión. Los afilados dientes del vampiro se clavaron en su cuello dejando que un fino hilo acuoso y escarlata se deslizara por su cuello. Un segundo de dolor, un ahogado gemido y el bosque se disolvió. Escenas indescriptibles comenzaron a aparecer en su mente, imágenes confusas, visiones borrosas. Gritos, movimiento, todo parecía inestable desde aquel ángulo, apenas comprendía lo que pasaba. Era como estar dentro de una escena dantesca. Sangre, aquel aroma desagradable, aquel ruido metálico. Entrecerró los ojos para poder comprender que era lo que sucedía, el dolor y desesperación eran palpables en aquella habitación, ya no estaba más en el bosque, el escenario había cambiado. Intento dar un paso y un cuerpo rodó a sus pies haciéndola retroceder. Se llevó las manos al pecho y ahogo un grito. El rostro de aquel inerte cuerpo denotaba dolor y sufrimiento, sus ojos oscuros le provocaron un escalofrió, se arrodillo a su lado para descubrir que en su cuello pendía un dije con una letra C adornada con pequeños brillantes. Los gritos volvieron a escucharse y Claudia se puso de pie. Las preguntas comenzaron a agolparse en su mente confundida ¿Dónde estaba? ¿Quiénes eran aquellas personas? ¿Porque todo le era tan familiar? Una mujer entró corriendo, miraba por encima de su hombro asustada, cerrando la puerta tras de sí. La mujer se arrodillo al lado del lánguido cuerpo sin vida y negó con la cabeza cerrando los ojos con visible consternación, sin perder tiempo se puso de pie y corrió hasta el extremo de la habitación donde una cuna de latón dorado formaba parte de la fina decoración. En una de las paredes un escudo de armas. Solo una palabra, Crowley, completaba dicha imagen. Su vista volvió a la mujer que tomaba en brazos a aquel pequeño ser que por su quietud parecía dormir pese al ruido que reinaba en torno a ellos. Sin más preámbulo salió por otra puerta que daba hacia el exterior dejándola abierta perdiéndose en la espesura de aquel oscuro bosque. Un par de segundos después una figura con túnica negra con la cabeza cubierta por la capucha entró vociferando, miro el cuerpo en la alfombra que yacía en un tibio charco de sangre que vertía desde donde una fina daga de plata cintilaba en el pecho de la dama. La extrajo de un fluido movimiento y se abalanzó sobre la cuna. —¡Maldita sea!—gritó al darse cuenta que estaba vacía. Las imágenes en su cabeza se convirtieron pronto en un torbellino de colores y formas grises imposibles de identificar. Todo se fue oscureciendo. Todo fue callando. Al fondo como un susurro lograba escuchar la lúgubre voz de aquel que se había aparecido en el bosque unos instantes atrás. —Busca tu origen. Y todo fue oscuridad. Un cuerpo femenino en medio del bosque se removió, un agudo dolor en el cuello la obligo a soltar un profundo lamento, de forma inmediata su pequeña mano fue al sitio, toco suavemente aquella herida y gimió nuevamente. La luz del sol mañanero se filtraba ya entre las copas de aquellos enormes árboles, sin que aquella joven tuviera ni idea de quién era y mucho menos en donde estaba. Sus ojos oscuros recorrieron el lugar conforme poco a poco se incorporaba hasta quedar sentada en medio de aquella masacre, rodeada de animales muertos. De un solo movimiento se puso de pie aterrada por lo que miraba a su alrededor, y peor aun cuando descubrió que su propia ropa estaba bañada en sangre. Cerró los ojos intentando serenarse y algunas imágenes no más alentadoras le llenaron el cerebro. Recuerdos borrosos. Dio un paso, dos y siguió andando hasta perderse dentro del espeso bosque sin tener idea de hacia dónde ir. Solo con un pañuelo negro y una varita en la mano. Londres — Junio de 2011 A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes que se cernían bruscamente sobre ella, de pie frente al Ministerio de Magia de Londres. Ya no era la misma mujer inocente que había caído en los colmillos de un desconocido. Su cuerpo y mente habían sido moldeados a fuego y hierro. Había recorrido el mundo buscando su origen. Su historia. La misma que la había traído a Londres a buscar su pasado. —Crowley—murmuró e ingresó en el edificio. | Pertenencias | Objeto Mágico Legendario: — Objetos Mágicos: Objeto: Varita Mágica Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Vuela Pluma Clasificación: AA Puntos de poder: 10 Objeto: Armario Evanescente Clasificación: AAAAA Puntos de poder: 160 Objeto: Catalejo Clasificación: A Puntos de poder: 10 Pociones Mágicas: — Criaturas Mágicas: Criatura: Gato (Angora blanco) Responde al nombre de Cerbero. Clasificación: X Puntos de poder: 10 Criatura: Boa (Constrictor) Responde al nombre de Medusa. Clasificación: X Puntos por unidad: 10 Criaturas en la Reserva: Criatura: Ridgeback Noruego - Responde al nombre de Leviatán. Clasificación: XXXXX Puntos de poder: 160 P Libros de Hechizos: — Poderes de Criaturas: — Consumibles en Batallas: Consumibles Especiales: —Llave Slytherin Elfos: Hades: De pequeña estatura, grandes ojos amarillos y saltones que muestran a su ama lealtad y cariño indudables; su voz es dulce aunque en ocasiones resulta irritable. Solo responde a las órdenes de la matriarca Crowley y en contadas situaciones a las de León, teniendo como principial orden ignorar a todo aquel que no sea Crowley, exceptuando a Roxanne. Más que un elfo a su servicio Claudia lo ve como un amigo y confidente. | Licencias, Tasas y Registros | Licencia de Aparición: Aprobada Licencia de Vuelo de Escoba: — Registro de XXX: — Personajes Secundarios: Ileana Crowley, ahijada | Otros Datos | Hábil con el arco y la lanza Es políglota Estudió Medicina (Atención para Muggles) en la Universidad de Oxford, pero nunca la ejerció Su mejor amiga es Roxanne Rambaldi Estuvo casada por un breve lapso Su patronus es un cuervo Tiene un tatuaje, sello del cazador, en el lado izquierdo de su cuello originalmente utilizado para suprimir su lado vampiro, y utilizado más adelante para domarla. | Cronología de cargos | Aprendiz en la Academia de Magia y Hechicería. Junio (2011) — Abril (2013) Ingreso a la Mini-Marca Tenebrosa. Enero (2012) — Marzo (2012) Cazadora de los Chudley Cannons. Octubre (2011) — Enero (2012) Matriarca Crowley. Febrero (2012) — Actualidad Empleada en los Servicios Administrativos del Wizengamot. Agosto (2013) — Enero (2014) Re-Ingreso a la Mini-Marca Tenebrosa. Agosto (2013) — Enero (2014) Ingreso a la Marca Tenebrosa. Mortifago Base. Enero (2014) — Julio (2014) Jefa de la firmeria de bando "Espu.to de Llama". Abril (2014) — Moderadora Global. Junio (2014) — Septiembre (2015) Mortífago Tempestad. Julio (2014) — Octubre (2014) Mortífago Mago Oscuro. Octubre (2014) — Febrero (2016) Mortífago Tempestad (Descenso). Febrero (2016) — Marzo (2016) Mortífago Base (Re-Ingreso). Octubre (2016) — Diciembre (2016) Mortífago Tempestad. Diciembre (2016) — Diciembre (2017) Mortífago Base. Diciembre (2017) — Junio (2018) | Premios y reconocimientos | Premio del público. Concurso de Dibujos — Gala de Navidad 2011. Premio del jurado. Segundo lugar, Concurso de Dibujos — Gala de Navidad 2012. Premio del jurado. Primer lugar, Concurso de Wallpapers — Gala de San Valentin 2013. Premio del jurado. Primer lugar, Concurso de Poemas — Gala de San Valentin 2013. Premio del jurado. Segundo lugar, Concurso de Perfiles de Halloween — Gala de Halloween 2013. Premio del jurado. Primer lugar, Concurso de Firmas Tenebrosas — Gala de Halloween 2013. Premio del jurado. Segundo lugar, Concurso de Firmas Navideñas — Gala de Navidad 2013. Premio del jurado. Tercer lugar, Concurso de Dibujos Navideños — Gala de Navidad 2013. Premio del público. Concurso de Árboles de Navidad — Gala de Navidad 2013. Guerra de Rangos 2014. Rango campeón: Tempestad. Premio del jurado. Primer lugar, Postales Navideñas — Gala de Navidad 2015. Premio del jurado. Primer lugar, Concurso de Firmas Tenebrosas — Gala de Halloween 2017. Premio del jurado. Tercer lugar, Concurso de Firmas Tenebrosas — Gala de Halloween 2018. | Links de Interés Referentes al Personaje | Link al Perfil de Comprador MM: 121 Link a Bóveda Personal: Bóveda N° 9822 Link a Bóveda Trastero: — Link a Bóveda de Negocio: — Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda N° 96477 - Familia Crowley Link a Bóveda Familiar 2: —
  18. Lo siento madre ya corregi el horror qe hice en la mansion (?) xD me toco editarlo como 5 veces ... Grax por darme la bienvenida, y volvere locos a todos los de la familia (?) Besos madre!
  19. Hola! soy nueva (?) y quiero pertenecer a esta familia (ya alguien de nombre Galedra me dijo que me uniera )... aqui dejo mis datos: Nombre: Claudhia - Ficha de personaje:Ficha - Bóveda personal: Bóveda - ¿Qué parentesco quieres tener?: hija adoptiva de Galedra Anprina Dumbledore Ravenclaw - ¿Quieres que la Rambaldi sea tu familia sanguinea o adoptiva? adoptiva. - Email: mendozaclaudia12@hotmail.com - Cumpleaños: 13 de Abril - Mascotas: Ninguna (por ahora)

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