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David Augustus Lestrange

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Mensajes publicados por David Augustus Lestrange

  1. El caballero francés recorría las calles de Londres con lentitud, pero elegancia. Maravillándose por los escaparates que había a su izquierda y derecha, caminaba en la búsqueda del negocio... ¿familiar? Desconocía cuál era el propietario, pero llevaba su apellido. Se resistía a las ganas de parar en alguna de esas tiendas que parecían pedir a gritos con sus productos que gastase sus galeones. Por fortuna, muchas se encontraban cerradas y la tentación era menor. La noche comenzaba a ganar protagonismo, la hora en la que los lugares más codiciados y visitados eran los bares, los restaurantes, los pubs...

    Un llamativo letrero le hizo levantar la mirada y darse cuenta de que había llegado. Con un vestuario sencillo que consistía en unos pantalones blancos, una camisa con botones del mismo color y unos zapatos marrones recorrió los metros que le separaban de la entrada. En su mente estaba la idea de tomarse una copa tranquilamente, mantener alguna conversación interesante y volver a casa para dormir plácidamente. Nada más que las puertas dobles se abrieron se dio cuenta de que eso iba a ser imposible. ¡Estaba a rebosar! ¿Por qué había tanta gente? Pensó que no debería ser complicado encontrar a alguien con quién charlar.

    ¿Qué fue lo primero que hizo al llegar? Preguntar a uno de los trabajadores si algún Dumbledore se encontraba por allí. Un leve movimiento de cabeza le indicó que sí. Un par de palabras le aclararon que se encontraba su hermana la que estaba en el lugar. Debido a eso su prioridad cambió. No tenía tanta prisa por pedir una copa, lo primero era saludar a la mujer. Estaba en un salón VIP y posiblemente el Templario interrumpiría alguna clase de reunión interesante, pero no podía estar en el mismo lugar que su Ministra sin siquiera dignarse a dedicarle una sonrisa. Ante todo estaba la educación y los buenos modales. Y... ¿por qué no decirlo? Le apetecía verla.

    Al entrar la vio acompañada de otra mujer a la que dedicó un educado gesto con la cabeza. Centró su mirada en Camille, en el lugar donde estaba sentada y tras hacer que la distancia entre ambos desapareciera, le dio un fuerte abrazo pasando sus brazos por detrás de la espalda de la mujer. El tiempo que duró el abrazo fue suficiente como para que pudiera inhalar el aroma de su perfume. Tras eso, se separó mirándola con una amplía sonrisa. Agradecía el silencio que había allí en comparación con la sala anterior. Se escuchaba una música, pero no tanto jaleo.

    No quiero molestar demasiado, sólo pasaba a saludar. —comentó a su hermana, mirando también a la acompañante a la que juraría haber visto con anterioridad en algún lado. —Vengo a tomar una copa, pero cuando escuchen gritos y magos gritando hechizos sin parar es que ya he bebido más de la cuenta. —bromeó. No era un hombre que se emborrachase así porque sí y menos en un lugar público.

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  2. ¿Por qué James Fleamont no acude de forma habitual a su casa? La respuesta es sencilla, cuando se acerca por la propiedad tratan de asesinarlo. Sí, su propia familia. Sí, su propia hermana. Su único delito, su pecado, es quererlos más que a su propia vida. Evidentemente, nadie que conozca bien al joven sabe que eso es verdad pero cuando lo dice en voz alta suele sonar muy convincente. Una de sus grandes habilidades es la manipulación, conseguir engatusar con sus palabras y con sus acciones y, por supuesto, es algo que suele usar a su favor. 

     

    ¡Merlín! Es como si el Expreso de Hogwarts, el Autobús Noctámbulo y una manada de centauros me hubiera pasado por encima... —se quejó después de caer de espaldas al suelo, siendo derribado por la señorita Camille. Exageraba, quería ser dramático. No había sido para tanto. El ataque lo había sorprendido y lo había derribado, se había caído de espaldas pero sin hacerse daño. La mujer se había caído encima de él, parecía que su estrategia de ataque no había sido muy bien pensada. Pero la verdadera pregunta era, ¿por qué lo había atacado?

     

    Podría haber sido una muestra demasiado afectiva de cariño, pero esa opción quedaba descartada cuando preguntó si era Fleamont. Desde el suelo miró directamente a sus ojos, observando al mismo tiempo que había levantado una de sus manos. Al caballero se le escapó una sonrisa, era demasiado risueño, se lo pasaba bien en casi cualquier situación e incluso aquello le estaba pareciendo más divertido de lo que admitiría. Cerró los ojos mientras recibía los besos de su hermana, como si eso fuese a servir para que la perdonara fácilmente.

     

    ¿Vas a darme un puñetazo? ¿No es suficiente lo que has hecho? —arqueó una ceja. Al menos la luz de la Luna y de las estrellas era suficiente como para distinguir algunas cosas como su identidad, de lo contrario sí que se hubiese asustado por el ataque. —Luego te preguntarás las razones por las que no vengo a verte, ¿eh Camille? —preguntó de forma retórica mientras apoyaba su cabeza sobre el suelo y se relajaba. El corazón le latía a mil por hora, uno no se espera esa clase de cosas por la noche cuando está caminando por los jardines de su hogar.

     

    Pensaba quedarse ahí tumbado mirando a las estrellas un rato. Ya se había manchado el traje que llevaba, ¿qué importaba un poco más o un poco menos? Además no podía levantarse, tenía a su hermana encima abrazada a él. Mientras esperaba que la francesa tomase la palabra pensó en lo curioso que le parecía todo lo que había sucedido desde su llegada. ¿Qué sentido tenía que la Ministra hubiese actuado de esa forma? ¿Acaso consideraba que había alguien peligroso en la zona? Y en caso de que sí... ¿por qué no había utilizado su varita? 

     

    Fue entonces cuando se dio cuenta. Empezó a reírse.

     

    ¿Te has lanzado como una muggle porque no tienes tu varita? —su carcajada fue en aumento. ¡Qué boba! Se vengaría de ella. Continuaba riéndose cuando algo en su cabello llamó la atención del muchacho... ¡Era la varita! Haciendo como que jugaba con el cabello de su hermana se la quitó disimuladamente esperando que no se diera cuenta. La abrazó fuerte contra sí mismo para distraerla en el tiempo que utilizaba para guardarla, también sigilosamente, en su bolsillo y al lado de su propia varita. Aquello iba a ser divertido. —¿Te ayudo a buscarla? —preguntó inocentemente con una sonrisita maliciosa.

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  3. El nombre de James Fleamont Dumbledore es desconocido y pasa desapercibido en la población mágica conocida como Ottery St. Catchpole. Cuando sus zapatos de elevado precio se posan sobre el suelo de aquel lugar, parece un hombre que está perdido y que no sabe a dónde debe dirigirse. Mira a la derecha, mira a la izquierda. Repite el movimiento de cabeza hasta en un par de ocasiones, pasa casi un minuto hasta que da la sensación de que por fin ha visto lo que quería y es entonces cuando comienza a caminar de manera firme. No está de casualidad, no está allí porque se haya extraviado. Sabe a donde se dirige, sabe lo que encontrará.

     

    Pueden contarse con los dedos de una mano las noches que ha pasado dentro del castillo al que se dirige. Se supone que su hogar esta allí, pero no se siente como en casa. ¿Podría esta vez cambiar eso? ¿Se quedaría por fin en aquel pueblo de forma continua o seguiría prefiriendo pasar sus noches lejos de allí? Transcurre varios minutos andando después de hacerse esas preguntas, puede visualizar con sus ojos azules el castillo a lo lejos pero no puede darse una respuesta concisa. Son cuestiones que no puede responderse, aún no tiene claro de si se dirige para tomar un café o para pasar una semana. Ni sabe cuándo lo decidirá.

     

    A lo largo de su vida ha demostrado ser un mago que no es fácil de atar, ni de contentar. Toma decisiones de manera impulsiva, vive su vida pensando en sus propios intereses alejándose de sus conocidos y familiares, toma más riesgos de los que sería recomendable y es extremadamente impredecible. Lo han intentado, pero nunca han conseguido que cambie para mejor. ¿Habrá alguien que pueda hacerlo? No era una tarea sencilla. Por fortuna, se encuentra lo suficientemente cerca del castillo como para decir que en menos de un minuto estará accediendo a los jardines. Y así fue, ya estaba dentro de las propiedades de los Dumbledore.

     

    Cualquier ser humano normal iría corriendo a ver a sus familiares después de tanto tiempo, pero el neutral decide que antes prefiere dar un simple paseo por las afueras del Castillo. Sabe que hay un montón de cosas interesantes que hacer por allí y le apetece ver qué puede realizar. ¿Simplemente pasear? ¿Tal vez darse un baño? ¿Volar en escoba? ¿Practicar hechizos? Había tantas posibilidades y el terreno era tan grande.... Como añadido positivo era que podría hacerlo en completa intimidad, fuese lo que fuese. El cielo estaba oscuro, era de noche, nadie lo vería a no ser que antes quisiese mostrarse. Sería sigiloso, silencioso como una sombra inexistente... 

     

     

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  4. ¡Hola de nuevo!

     

    Me gusta lo que tienen pensado de los equipos, los vestuarios y todas esas cosas. Se lee genial. Tengo ganas de que empiece, desconocía lo de los dados, ojalá lo puedan poner pronto. Cuantas más cosas vuelvo a leer, más ganas dan de jugar xD. 

     

    Desde mi punto de vista, todos los cambios han sido un completo acierto y está quedando una actividad muy genial. ¡Y en San Valentín ya fue súper divertido!

     

    Justo ahora le estaba echando un vistazo al vídeo, recién estoy de salida y no voy a poder ver los casi quince minutos ahora, pero he visto lo suficiente para darme cuenta de que será de gran ayuda. Ojalá todo el mundo lo vea, yo lo haré *-*

     

    PD: Gracias por ver con buenos ojos mi idea del saque inicial 😃

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  5. ¡Hola!

     

    Iba a ponerlo en el otro topic, pero se me olvidan las cosas. Enhorabuena a Martin y a Mica por todo el trabajo que están haciendo en relación al Quidditch. Y a otras personas que puedan estar implicadas.

     

    Nadie me ha preguntado xD, pero... yo votaría por dejar libertad a los equipos para que elijan sus escobas, eso lo hace más personalizable y más divertido desde mi punto de vista. Además, si se diese el caso -que no creo, pero puede ser- que siempre y que todos los equipos escogieran el mismo tipo de escoba pues... ¿las otras marcas tendrían que empezar a fabricar mejores escobas para ser competitivas, no? Eso le daría realismo, siempre en constante evolución (?). Hasta en roles pueden ser divertido esos asuntos.

     

    Y vengo con una pequeña sugerencia, no para ahora porque no quiero complicar las cosas, pero tal vez para el futuro. A lo mejor ya se ha mencionado en algún momento y hay alguna buena razón, pero... ¿Por qué en el primer turno todos los cazadores no usan el dado de agilidad? Lo admito, es un capricho personal pero es que a mí me gusta esa escena de la primera película donde hay el saque inicial y aquí el árbitro siempre se la pasa a los locales xDD.

     

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  6. ¡Hola!

     

    Entiendo que el Club es como un subforo donde estará todo lo relacionado con el Quidditch, ¿no? Pensé que sería más bien un Club como los antiguos de las Tres Escobas.

     

    El caso es que... me interesa jugar. He jugado, me he divertido y desde que acabó el primer partido supe que querría repetir. No estoy seguro de si habrá varios equipos o solo dos como en las gala, si habrá pronto un partido o no, pero cuando se pueda y haya un hueco... querré participar. No me importa esperar a mucho más adelante, he sido el último en llegar xD. Estuve echando un rápido vistazo y vi que, aunque hay cosas nuevas, lo más básico no ha cambiado mucho. Me pondré a mirarlo todo ahora.

     

    No todos pueden presumir de ser el cazador que más goles anotó en el primer partido #Humildad. 👻

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  7. ¡Hola! 

    Imagino que se puede pasar por aquí. Me gusta el nuevo foro, no entiendo la mitad de las cosas y aún no le he dedicado el tiempo suficiente para investigarlas, pero me gusta. Me apetecía que uno de mis primeros mensajes desde que todo volvió fuese por aquí, así que... ¡hola leones! Hay que quitarle un poco el óxido que tiene la sala común. Espero que todo aquel que me lea pase un buen día y esté pasando una buena semana, ya mañana es viernes *-*.

     

    Tampoco sé que más decir porque sólo venía a saludar, pero aprovecharé y dejaré algún emoji que los nuevos que pueden ponerse ahora y que son similares a los que pueden ponerse en otros lados me gustan mucho 👽

     

    Es la primera vez que me paso por aquí con mi nuevo nick, la primera vez que no tengo el 'David' desde que me registré hace casi once años. Posteo para recordar (?)

  8. Ha sido divertido, me lo he pasado muy bien y he aprendido bastantes cosas, pero creo que mi tiempo en la Marca Tenebrosa ha finalizado. Vengo a pedir la baja. 

     

    *Leo a Sagitas* Al club no llegué a anotarme, no sé si igualmente hay que avisar para los permisos del club porque no entiendo muy bien cómo funcionan, pero lo dejo como dato.

     

    Nos leemos 😊

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  9. ¡Hola! ¡Buenas tardes! ¿Qué tal están? Espero que todo aquel que me lea esté pasando un buen día, un buen lunes.

     

    Debo admitir que me ha pasado el tiempo rápido, sabía que el foro no estaba disponible así que simplemente me busqué otros entretenimientos que matasen aquellas horas muertas que aprovechaba para entrar al foro, así que vaya, no me aburrí pero me encanta ver que el foro está disponible de nuevo.

     

    Estuve bastante desconectado del mundo mágico, todo lo que pude y más así que no está mal regresar.

     

    De todas formas, aunque he dicho que me ha pasado rápido, me da la sensación de que han pasado mil años. Tengo una visión de mi forma de rolear, del foro y de mi personaje muy diferente a hace un mes. Casi ni recuerdo cómo se roleaba xD.

     

    Tengan buena semana ❤️

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  10. La forma de actuar de la Nigromante le sorprendió. No esperaba que cuando estaban a punto de acceder al edificio optase por hacer una muestra pública de amor. No podía ocultar que aquella sorpresa le había resultado agradable, como todas las que recibía por parte de la mujer. No estaba del todo seguro si se trataba de un arrebato de amor o una forma de que su coartada se mantuviese sin peligro de ser descubierta por ninguna de las personas que en esos momentos podían estar observándoles desde algún lugar. En todo caso, lo agradeció con una sonrisa mientras correspondía su gesto con un beso en sus labios.

     

    Suponía que una de las ventajas de hacer misiones con su pareja era esa, tener una forma rápida y eficaz de relajarse impidiendo que la tensión vaya en aumento. A pesar de todo, aquello no le había servido para que su cabeza se desconcentrara. Lo que había recibido le había servido como motivación para que su seguridad fuese en aumento. Sabía que nada podría salir mal y menos cuando ambos estaban juntos peleando por el mismo objetivo. Una sonrisa se le escapó ante las palabras de la mujer, no había duda alguna de que golpear al rostro del australiano tenía que ser casi considerado como un delito. Eso no podía pasar.

     

    Asintió ante las palabras de la Hasani sobre el lugar donde tenía que golpear al hombre. Tragó saliva, respiró profundamente y cuando la cuenta con sus dedos llegó al momento idóneo, comenzó a correr esperando que se abriese en el momento oportuno. Una vez que accedió por la puerta vio al hombre que se comenzaba a girar sorprendido por el hecho de que alguien inesperado hubiese abierto la puerta. El mago corrió directamente contra él y, aunque la idea de la Nigromante había sido perfecta, en el momento de la verdad lo que hizo fue un placaje como aquel que había visto caminando por Londres en uno de esos aparatos muggles.

     

    Los muggles seguían diferentes deportes, eso lo sabía. Uno de ellos era una especie de quidditch sin escobas donde los jugadores con un balón en las manos corrían de un lado a otro. Para quitarse el balón, se hacían fuertes placajes unos a otros y eso había servido como inspiración para el ataque realizado por el Mago Oscuro. El mago era un hombre alto y corpulento, bien entrenado físicamente. Eso significaba que el golpe que pudo dar fue muy potente, haciendo que el desconocido cayera el suelo. La buena -o mala suerte- habían hecho que en la caida el hombre se golpease duramente con la cabeza, quedando inconsciente.

     

    Como si hubiera recibido un Petrificus Totalus, así estaba. Posteriormente, asomó la cabeza por la puerta para avisar a la rubia y hacerle señas de que entrase, que todo estaba bajo control. Estaban dentro.

     

    ¿Sabes adónde tenemos que ir ahora? ¿En qué punto exacto se encuentran las personas que buscamos? —no recordaba si les habían dicho ese importante detalle. —¿Qué hacemos con él? —siguió preguntando mirando al hombre tendido en el suelo. Podría ser que no tardase demasiado en volver a la normalidad.

     

     

    @@Juv Macnair Hasani

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  11. ¡Hola leones y visitantes!

     

    Hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí, pero un león siempre vuelve a su hogar.

     

    ¿Hablan de amor? Es importante alguna de las cosas que dicen, pero creo que lo más importante del amor es quererse a uno mismo. En el momento en el que te quieres a ti mismo y estás cómodo con lo que eres y con lo que tienes, es más sencillo encontrar un buen amor. Claro que, tampoco hay que pasarse mucho, no vaya a ser que te acabes queriendo tanto a ti que al final no tengas hueco en tu corazón para otras personas xD.

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  12. Siempre quise ponerme un nick de la saga y aunque no está del todo claro cuál es su segundo nombre, va siendo hora de quitarse el 'David' al menos durante un tiempo para dejar hueco al de mi personaje favorito de la saga.

     

    ID de usuario: 111240
    Nick Actual: David James Dumbledore
    Nick Nuevo: James Fleamont Potter
    Premio obtenido: Premio al más capturador
    Subtitulo deseado: Gryffindor Pride
    Premio obtenido: Premio al más capturador

     

     

     

    PD: Se me olvidaba. Es una chorrada, pero... ¿para cambiar mi subnick tienen que entrar en mi perfil? En caso de que sí... ¿Pueden aprovechar y actualizar mi rango de criaturas? Actualmente tengo 1210 puntos de Criaturas, pero el rango sigue apareciendo de 210 a 1100. Compré criaturas sólo para que esa barrita roja se viera más llena xDDD. Gracias

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  13. Ya sabe, lo bueno se hace esperar. —comentó el australiano.

     

    Como siempre, estaba confiado en sus posibilidades para vincularse a un nuevo libro de hechizos que le hiciese progresar. Su ambición había crecido en los últimos tiempos de una manera imparable. Estaba preparado para enfrentarse a cualquier reto que se le pusiera por delante y no tenía ninguna intención de rendirse. Las últimas clases que había cursado resultaron ser más peligrosas de lo esperado, pero aquello era motivo de alegría. El riesgo siempre le había fascinado más de lo que debería.

     

    No podía negar que hasta ahora la suerte y el azar habían estado de su lado. No hacía mucho tiempo que había ganado el premio gordo de la Lotería Navideña, confiaba en que su suerte no se hubiese gastado. Desde hacía tiempo presumía de ser un hombre afortunado, aquella clase le serviría para demostrar si sus palabras eran ciertas o, si por el contrario, estaba más que equivocado. También le había ido muy bien en el Quidditch, aunque eso más que suerte se llamaba calidad.

     

    Aquel libro no tenía amuletos, ni nada parecido. Por un lado pensó que era mejor así, pero desde lo que le había pasado en su última experiencia, se pondría todos los amuletos que tenía cada vez que fuese a vincularse con un libro. Había cometido un grave error una vez, pero no pensaba hacerlo dos veces. En aquel volcán aprendió la lección y en la actualidad estaba demostrando que así era. Escuchaba con mucha atención al Guerrero Uzza porque todo lo que decía le parecía más que interesante.

     

    ¡Le tocaba elegir! Estaba dudando entre dos opciones, ambas demasiado obvias.

     

    Rueda del poder. —pronunció. Era el momento de que la esfera comenzarse a transformarse en aquello que le permitiría invocar la fuerza elegida. No se le olvidaba que también tenía que dar las razones por las que había hecho esa elección, así que no se demoró en decirlo. —Elijo la Rueda del Poder porque una de las principales razones por las que estoy aquí es esa, en busca de poder. Siempre que buscamos aprender un nuevo conocimiento, una nueva habilidad o incluso cuando compramos un objeto... lo que estamos buscando es poder. Puede ser que el poder lo signifique todo. —esa era su explicación.

     

    Ahora solamente faltaba que el Guerrero Uzza le explicase cuáles eran los pros y los contras de la decisión que había tomado, así como de la decisión que tomarían el resto de sus compañeros. Prestaría mucha atención a las palabras que tuviera que decirles porque, aunque en ese momento creía que la Rueda del Poder era la mejor opción, quizá cuando supiese más sobre todas cambiaría de idea. Estaba deseoso y puede que ansioso, así que esperaba que se diesen prisa en elegir.

  14. ¿Esto es todo? ¡Perfecto! —respondió a su elfo doméstico mientras cerraba el saco y se lo colgaba a la espalda. Gracias al pergamino-traslador que había recibido, llegar al lugar donde se llevaría a cabo la clase fue sencillo y rápido.

     

    Se había preparado perfectamente para la ocasión siguiendo las instrucciones de vestimenta que la profesora había indicado. Llevaba unas botas de agua, el resto del vestuario que llevaba era cómodo. Últimamente estaba optando por usar las ropas más cómodas que tenía para acudir a la clases. En cuanto al calzado, hubiese sido sencillo hacer alguna clase de hechizo que le ayudase a que el agua no le entrase los pies, pero si había que llevar botas de agua... las llevaba.

     

    Era demasiado curioso compartir profesora con las alumnas de Cuidado de Criaturas Mágicas. El mortífago estuvo a punto de anotarse a esa clase, pero por falta de tiempo decidió únicamente anotarse a una: Encantamientos. Sin embargo, era muy posible que una de las próximas clases a las que se anotase fuese CCM, por eso, no dejaría pasar la oportunidad de atender cuando la profesora les hablase de criaturas. Eso que podría tener aprendido para los próximos meses.

     

    Era el último en llegar, aquello era un déjà vú. ¿Cuántas eran las clases que había compartido con alguna de las dos mujeres? Posiblemente más de tres. Entre libros de hechizos y otros conocimientos, las había visto demasiado. Por fortuna, una de ellas era su pareja así que se alegraba siempre que la veía y la otra, bueno, no la conocía demasiado pero era una Gryffindor. Al mago siempre le había gustado todo lo relacionado con Gryffindor y Godric Gryffindor.

     

    Estaba preparado para aprender nuevas cosas sobre la magia. Aprender encantamientos sería positivo para seguir haciéndose cada vez más poderoso, más allá de que saber de encantamientos seguramente fuese muy útil para su día a día. Estaba con ganas de ver qué hechizos podría descubrir, aunque no podía negar que le había sorprendido tener que llevar algún objeto de cerámica. Cualquiera que lo viese a primera vista pensaría que lo hubiese olvidado, pero no...

     

    Llegó a la posición de las mujeres y las saludó con una breve sonrisa.

     

    ¡Ya estoy aquí! —exclamó sabiendo que era el último. Dejó en el suelo el saco que había llevado hasta ese momento colgado en su espalda, fue un alivio hacerlo porque la realidad era que pesaba bastante. El saco llevaba un montón de cerámica, toda la que su elfo doméstico había encontrado por el Casillo de su familia. Ninguna de todas esas piezas era suya así que le daría igual perderlo todo.

     

     

     

  15. Estaba mirando por la ventana de su habitación distraído con sus propias preocupaciones. En los últimos meses había logrado adquirir tres dragones, pero le apenaba tenerlos en la Reserva Mágica. Tenía ganas de poder llevarlos a cualquier lado, hacer grandes cosas con ellos. Tenía tres, cada uno más guapo y hermoso que el anterior. Distraído, tenía la mirada perdida hasta que un cuervo que se acercaba volando le llamó la atención. Lo miró sin perderle de vista.

     

    El cuervo se acercó lo suficiente como para comprobar que la ventana estaba abierta, pues el mago estaba allí cómodamente apoyado. En un movimiento inesperado, el cuervo se dio la vuelta y se marchó por donde había venido tan rápido como había aparecido. El joven arqueó una ceja sin entender muy bien qué clase de comportamiento era ese en un animal de esas características, pero no le dedicó mucho tiempo a pensarlo. Tenía asuntos más importantes de los que preocuparse.

     

    Nadie podía negar que se estaba esforzando por convertirse en un mago más poderoso de lo que jamás hubiese soñado. Últimamente no hacía otra cosa que aprender conocimientos y vincularse a libros de hechizos que cada vez resultaban más letales, pero también más caros. Su economía sufría cada vez que tenía que acudir a adquirir uno de ellos, pero merecía la pena. Sabía que pronto le avisarían, siempre lo llamaban en días similares.

     

    Al contrario de lo que ocurriría en las ocasiones anteriores, esta vez estaba completamente preparado. Llevaba consigo todos los anillos y todos los amuletos puestos, preparado para cualquier circunstancia que pudiera suceder durante su aprendizaje. Si su teoría se cumplía, ese mismo día debían de avisarle, así que estaba preparado con la intención de ser uno de los primeros en llegar. De nuevo, optaría por un vestuario completamente deportivo.

     

    Esperaba alguna carta o algún mensaje, pero lo que aparecía en su habitación fue una piedra. Extrañado se acercó para mirar de qué se trataba y comprobó que traía unas palabras escritas. ¿Qué era eso? ¿Tenía que ver con la clase del Libro del Caos que esperaba comenzara más pronto que tarde? Algo le hizo sospechar que sí. Asegurándose de que lo llevaba todo puesto, agarró su varita de la mesita para observar mejor aquello que había llegado.

     

    ¿Qué narices significa Apep? —preguntó en voz alta. No hubo respuesta, pero sí que hubo una reacción. La piedra se convirtió en un traslador. Era la hora. Lo agarró y unos segundos más tarde se encontraba en el lugar donde el Guerrero Uzza y sus compañeros en aquel aprendizaje esperaban. Sus intenciones de llegar el primero no sirvieron para nada, o mucho se equivocaba o era el último. Los viajes en traslador nunca eran agradables, pero pronto se encontró perfecto.

     

    Se acercó hasta ellos para saludar. Un rostro familiar, un rostro ya visto visto anteriormente y dos personas a las que veía por primera vez. Sería interesante.

     

    ¿Ya estamos todos? —preguntó colocándose cerca de la Hasani y dejándole un leve roce con la mano a modo de saludo. Volvían a encontrarse.

     

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  16. En muchos casos todo lo que se estaba aportando era esperanzador para que el Quidditch volviese. El deporte mágico era algo que todo el mundo necesitaba. Era una forma de entretenimiento, una manera de pasarlo bien y de olvidar cualquier clase de problema. ¿Quién pensaría en sus problemas personales si estaba disfrutando de un espectáculo digno de admirar? Todos tenían que poner de su parte para hacerlo realidad. El australiano permaneció en silencio durante un tiempo, deseando seguir escuchando.

     

    Le estaban provocando esperanzas, esperanzas de que todo volviese. Antes que jugador había sido un gran aficionado, así que seguramente animaría a cualquier participante. No podía negar que le tentaba la idea de volver a los terrenos de juego aunque fuese para un partido de exhibición, pero fue algo que solamente se imaginaba en su cabeza. Por tanto, le sorprendió cuando se lo ofrecieron. ¿Volver a jugar? Nada más que comprobó que esa posibilidad podía ser real emitió una amplia sonrisa.

     

    ¡Cuenta conmigo! —exclamó. Daba su palabra de que podían contar con su presencia dentro del campo y que haría todo lo posible para que los aficionados se divirtieran. Como jugadores, era su obligación hacer que todo el mundo se lo pasase como nunca antes. Sabía que si lograban hacer que a los aficionados lo pidiesen a gritos, nadie podría evitar que el deporte acabase volviendo para quedarse. No se entendía el mundo mágico sin aquella clase de eventos deportivos.

     

    Venga, no seas tan ambigua. Apúntate... —dijo mirando para la mujer (Mica). —Tú misma has sido la que propuso armar equipos para no tener que utilizar exclusivamente jugadores profesionales, no puedes echarte atrás. —la animó. No sabía cuáles eran sus motivos para dudar, pero la idea que ella misma había dado le había dado gustado y era positivo para todos que jugasen tanto jugadores profesionales como aficionados. No era un partido de competición, aunque seguramente todo el mundo quería ganar. Además, una jugadora más, era un paso más para que todo se hiciera realidad.

     

    Por si fuera poco, el lugar donde parecía que tenían más opciones de llevarlo a cabo le gustaba. Hacerlo en Roma sería especial, siempre había sido una ciudad que le había agradado y estaba convencido de que el lugar haría que todo resultase más mágico. Además, en un evento tan importante como la gala de San Valentín el número de magos y brujas que se encontrasen en aquella ciudad sería bastante amplío y estaba convencido de que todo tendría mucha repercusión.

     

    El Coliseo Romano sería genial, pero me preocupa que alguno de los participantes se tome muy en serio la historia del lugar y algunas de las blugders tenga más intenciones de matar que de arrebatar la quaffle al cazador. —comentó pensando en que él, salvo que no fuese posible, sería uno de los cazadores, de los encargados de marcar los goles. No tenía miedo, realmente esa posibilidad le parecía hasta divertida.

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  17. Ficha para indicar que se terminó la Mazmorra:


    Participantes:


    Nick 1: David James Dumbledore


    Nivel del Personaje: 25




    Mazmorra:


    Título de la Mazmorra: Torre del Dragón

    Link al Topic abierto para realizar la Mazmorra: http://www.harrylatino.org/topic/115095-la-torre-del-dragon/

  18. Resultado del dado: 5

    Captura: https://i.imgur.com/0vbdD34.png

     

    ~~~~~~~~

     

     

    El mago estaba repleto de confianza y seguridad. Había conseguido superar sin mayores problemas la mitad de la Torre del Dragón y se encontraba de nuevo ante una puerta, esta vez ante la puerta que daba acceso a la tercera planta. Sabía perfectamente lo que tenía que hacer para hacer que el mecanismo mágico le permitiera el paso o eso creía. Intentó lo mismo que había hecho en las dos veces anteriores, pero desde el primer momento se dio cuenta de que algo estaba pasando. El mecanismo no estaba reaccionado de la misma forma. Empezó a escuchar un ruido raro y de pronto...

     

    ¡PUM! El mecanismo explotó.

     

    La explosión del mismo le dio de lleno al mortífago que sintió que se había hecho daño. Las heridas no eran lo suficientemente graves como para acabar con su vida, pero si lo suficientemente fuertes como para que su aventura allí tuviese que darse por finaliza. Estaba malherido y tenía que acudir a algún hospital a recuperarse. Tal vez no tanto, tenía que salir de ahí y visualizar hasta qué punto estaba dañado, pero era posible que él mismo fuese capaz de curarse a sí mismo. Ya lo descubriría. Negó con la cabeza con el ceño fruncido. Se notaba que estaba enfadado consigo mismo.

     

    De algún modo, se echaba la culpa de lo que había sucedido. Se había dejado llevar por su confianza y no había estado lo suficientemente concentrado en un momento que era clave. Con gesto de derrota se fue de la Torre del Dragón. Volvería, lo prometía. Antes de que lo que imaginasen volverían a verlo por allí tratando de recuperar todas las hojas. Aquel día no había salido nada tan bien como hubiese deseado, pero tenía que entender que la suerte no podía estar siempre del lado de uno.

     

    Dentro de lo malo, había logrado obtener dos páginas y con ello conseguiría una recompensa de 1.000 galeones. Eso era mejor que nada.

  19. Resultado del dado: 1

    Captura: https://i.imgur.com/HghDCra.png

     

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    Una nueva puerta se encontraba ante sus ojos cuando regresó a la escalera de caracol para seguir ascendiendo por aquella torre. Era un dato que seguramente no le importaba a nadie, pero tenía que admitir que al mago le encantaba el nombre de la misma. Últimamente los dragones estaban teniendo importancia en su vida, en su día a día. No era motivo para quejarse, más bien para poder presumir de ellos. Por segunda vez, descubrir el mecanismo mágico que permitía que la puerta se abriese no le resultó nada complicado. No tuvo ningún problema para poder acceder al segundo piso.

     

    En su mano llevaba todavía la poción que había tenido que utilizar con anterioridad para liberarse de los doxys. No la había guardado porque temía tener que utilizarla en una nueva ocasión, pero por fortuna en el piso en el que se encontraba no parecía haber nada, ninguna clase de peligro o molestia a la vista. Sonrió, eso haría que todo fuese mucho más rápido. Guardó la poción de nuevo en el monedero pero se aseguró de que quedase arriba del todo para que en próximas posibles ocasiones no le costase mucho tiempo sacarla. Mientras lo hacía, centró sus ojos en la segunda página del libro.

     

    Por si acaso, echó un vistazo a la estancia, le sorprendía que fuese tan sencillo pero no había por ahí ninguna clase de trampa. Avanzó con paso firme y recuperó la página sin ningún tipo de problema, así de fácil. En apenas unos minutos había logrado superar la mitad de la torre, era consciente de que lo más difícil estaba por llegar pero confiaba en sus posibilidades y sabía que resultaría muy difícil que hubiese algo allí que lo detuviese. El Dumbledore era un hombre ambicioso y perseverante que no se daba por vencido y no dejaría que ningún reto le impidiese conseguir las buenas recompensas que daba el MACUSA por las páginas. Nadie se entrometería en su camino.

     

    Sin más, volvió a la escalera. Era momento de seguir subiendo.

  20. Resultado del dado: 2

    Captura: https://i.imgur.com/62zaUo6.png

     

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    Después de haber estado en el pequeño hall un tiempo que consideró suficiente, comenzó su ascensión. Pronto se dio cuenta de que para poder entrar en el primer piso tendría que superar una prueba mágica. Ante sus ojos se encontraba una puerta que le impedía el paso. Para poder seguir con su camino tenía que descubrir el funcionamiento mágico de aquello. Le dedicó un par de minutos, probando diferentes cosas que pudieran funcionar. Empezó por lo más difícil, pero se dio cuenta de que lo más fácil funcionaba. Sí, fue tan simple como hacer Alohomora.

     

    Contento por su primer éxito entró en el primer piso donde visualizó rápidamente la primera página del libro de Albus Dumbledore. Sonrió, pero pronto se dio cuenta de que allí no estaba completamente solo. La zona estaba llena de Doxys. Tuvo que actuar rápido. Del bolsillo de su túnica sacó un monedero mágico donde guardaba toda clase de artilugios. Entre esas cosas, se encontraba una poción conocida como Doxycida. Sin dudarlo dos veces, la utilizó. Tuvo que esperar hasta que los efectos diesen resultado. No quería entrar del todo hasta librarse de aquellas pequeñas criaturas molestas que habitaban en todo tipo de lugares. Sabía que era sencillo encontrarse con ellos en aquellas casas y mansiones que no estaban del todo bien cuidadas en cuanto a limpieza.

     

    Tras unos momentos de espera, el lugar quedó completamente libre y fue entonces cuando avanzó con calma para agarrar la primera página del libro. Era un pequeño éxito, pero por delante quedaban varios pisos. Su primera prueba no había resultado ser tan cómoda como confiaba, encontrarse con los doxys no había resultado agradable pero tampoco nada demasiado complicado o difícil de superar. Era el momento de seguir su camino, salió para dirigirse de nuevo a la escalera de caracol deseoso por descubrir qué sería lo siguiente que se encontraría.

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