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Athena Rouvas

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Todo lo publicado por Athena Rouvas

  1. —Seré algo así como la instructora, sí. —No estaba muy segura que ese fuera el término correcto para designar el tipo de ayuda que les daría, pero a falta de uno más acorde, era el único que se le ocurría. De todas maneras esperaba que se refirieran a ella solo por su nombre.— Ya que todos nos "conocemos" un poco procederé a explicarles un poquito qué es lo que sucederá aquí. La Isla era un lugar místico para dejar fluir la magia, aunque claro los lugareños y visitantes no eran más que muggles. Claro que los Rapanuis eran fieles creyentes del mana, así le llamaban allí. Era por eso que el lugar figuraba como uno más acorde para sentir como la fuerza afloraba, un sitio en el que podrían conectar mejor con el Libro, a su juicio, también al de los Guerreros Uzzas, que atentos seguirían la clase para juzgar quienes eran aptos de obtener sus secretos. —Pueden considerarlas pruebas, o una simple pequeña aventura, pero visitaremos algunos lugares en donde podrán hacer uso de los amuletos o los anillos que espero lleven colgados al cuello y puesto en los dedos y no de adorno en los bolsos o mochilas. Estoy segura que habrán intentado hacer uso de algunos hechizos antes de tomar la clase, y quizás alguno haya resultado más o menos decentemente. Eso era exactamente lo que había sucedido en su caso antes de cursar el Libro. Claro que no con buenos resultados, a todos les sucedía. —Lo primero será obtener un poco de ayuda, y nada mejor que una criatura para ello. Créanme que la necesitarán. —Se dirigió al borde del volcán para mirar hacia abajo.— Este es el Rano Raraku, un volcán apagado, así que no debemos preocuparnos por algún desastre natural. Allá abajo encontrarán un grupo de algunos seres mágicos. Deberán domarlos para que les ayuden en la siguiente parte. Ojo, porque pueden encontrar algunos obstác.ulos en el camino. Los hipogrifos estaban a sus anchas en el interior del cráter, así que con el hechizo Orbis Bestiarum podrían dominarlos, pero siempre requería un trabajo extra el conseguirlo. No era como hacerlo con animales comunes y corrientes. A su juicio quedaba cómo lo conseguirían. Aunque claro tampoco podía ser tan fácil pues el lugar contaba con algunas otras especie de plagas que podrían impedir el paso. Billywings, Doxys, Dugbog o Pogrebin. —Cuando estén listos los espero en el acantilado de allá, junto a su compañero.— Señaló el sitio unos 40 metros en dirección al mar. Ella ya contaba con su hipogrifo, pero por supuesto no lo enseñaba, pues era algo así como el elemento sorpresa. A estas alturas, ya todos sabían como actuar frente a uno si es que no lograban dominar el hechizo de primera cuenta. Siempre podían conseguirlo durante el resto del día. No esperaba que todo saliera a las mil maravillas con el grupo, pero si así era, mejor. Los observó marcharse por bastante tiempo. Desde aquel punto podía ver lo que hacían antes de dirigirse al sitio de encuentro pre-anunciado. Esperaba que abrieran el Libro en algún momento para también saber como repeler las plagas, si es que les salían al paso. Porque los anillos no estaban solo de adorno, o de regalo por la compra en el Magic Mall.
  2. ¡Holis! Como no sé si a todos les llegó la mención que hice dentro de la clase, paso a avisar que el Libro de la Fortaleza 6 está abierto para que comiencen a rolear. Link ---> http://www.harrylatino.org/topic/108666-libro-de-la-fortaleza-6/ @@Sherlyn Stark @ @ @Lestad Rambaldi @@Adrian Wild @ @@Binny Evans @. Además los insto a que utilicen este tópic para solventar dudas que puedan surgir, de la misma trama o de los hechizos. También se aceptan sugerencias y sobornos Y como último, de consejo. Recuerden que esto ya no es una clase de Hogwarts, así que no teman ir roleando cosas por entre que yo lo voy haciendo. Solo asegúrense de ir utilizando los amuletos conforme se los vaya mostrando. Lo digo para que no se nos haga monótono el rol Los leo!
  3. —Seguro que encontrará una forma en que todo quede bien, combinable y a tu gusto Bodrik. He visto un poco de su trabajo mientras estaba aquí y, al menos a mi me ha gustado bastante. También le confié mi escoba cuando llegué, aunque no sé por qué intento darle un vistazo más agradable si ni siquiera la sé volar. —Le confesó a Lockhart mientras veían a Thomas avanzar con inconvenientes hacia la secretaria. Era increíble que lograra estar centrado en la conversación con la cantidad de alcohol que aún tenía su sangre. Algo de resistencia debía tener. Miró a Bodrik como si nada luego de terminar de hablar con una sonrisa para intentar infundirle algo de ánimo, pues la veía un poco complicada en cuanto a decidirse qué hacerle finalmente a sus transportes. Lo bueno era que si se arrepentía siempre podía volver para cambiar un poco el pedido, estaba segura que en la Vulcanización no tendrían problemas con lidiar con esas cosas. La gente suele ser indecisa en algunas oportunidades. —A Ishaya hace poco le vi, estaba en el Templo del bosque. —Mencionó solo por conversar algo. —Han habido algunas nuevas incorporaciones. —Pero no dio nombres pues aquella información quedaba reservada a cuando estuvieran en sitios acordes a su condición de Paladines. También recordó que a Bodrik no le había visto en las recientes reuniones del Clan, aunque claro había sido algo como una iniciación masiva de nuevos en donde solo Ishaya y Annick, aparte del Comandante resaltaban como personajes de experiencia. Quizás algún día podrían reunirse todos a la vez y así compartir algo de tiempo y conocimiento. La energía aumentaba cuando todos estaban en sincronización, sin importar el lugar. Thomas volvió de la misma manera en que había ido a ver a Misty, y a Rouvás le causó un poco de gracia. Se apresuró a servirle de soporte para que no fuera a caer, de nuevo, dejando que se apoyara con un brazo sobre sus hombros. Por suerte ya no hacía peso. —Si supiera donde está tu hipogrifo podría llevarte, aunque si no te gusta ningún otro medio de viaje me apostaría mi sueldo del mes pasado a que está en la parte de atrás de la tienda ¿no?. Está bien, yo te llevo. —Aceptó sin evitar reír abiertamente por los tremendos ojos que abría. —Pero no pongas esa carita que terminaré apretándote las mejillas como si fueras un enano.
  4. — Será tu misión, ¿lo has comprendido? — Eso. . . eso creo. — Esperamos que comprendas la importancia de lo que tendrás entre manos. Las fallas no son admitidas, tampoco el desacato. Rouvás ya había escuchado esas palabras la primera vez de modo que el mensaje solo sirvió para rememorar lo que ya estaba aceptado. Inclinada sobre una de sus rodillas frente a los que auto-nombraban como Guerreros Uzzas, mismos que meses atrás habían aceptado compartir sus conocimientos sobre la magia con magos y brujas de distintas índoles. El trabajo se escuchaba liviano y accesible, sin embargo la muchacha sabía que iba mucho más allá, y que el inculcar esta sabiduría iba mucho más allá de ser una simple clase donde copiar de un pizarrón. Le indicaron levantarse y así lo hizo, con la férrea intención de marcharse del lugar para cumplir su cometido. —Una cosa más. —Athena se detuvo mirando hacia atrás sobre su propio hombro para escuchar que más tenían para decirle.— Hay una pequeña Isla donde la magia y lo mítico conviven de la mano. Ese es un buen lugar para comenzar. Allí a la magia le dicen mana. No necesitó más directrices, ya sabía dónde debía dirigirse. ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ "Este objeto te llevará a tu destino." El mensaje es totalmente escueto para cada uno de los destinatarios, y si no fuese porque en el reverso remitía que había sido enviado por la Universidad probablemente habría terminando siendo desestimado por la mayoría. Había obviado poner su firma al final del pergamino, no consideraba que pudiese ser algo necesario, y de todas maneras ya se conocerían cuando cada quien llegara. Athena se había adelantado pues necesitaba comprobar que el sitio que los Guerreros Uzza habían mencionado era tal cual estaba descrito, y también que fuera seguro. Libre de muggles curiosos, o de peligros mágicos que no pudieran contener en conjunto o con los poderes que aprenderían de los amuletos en la clase. ¿El lugar escogido? La cima del Rano Raraku, justo donde se lograba observar la cantera cubierta de Moais sin terminar de construir, sitio histórico y altamente concurrido que en esta ocasión contaba con todas las facultades para no ser enturbiado por ajenos. —El mana, fuerza espiritual que se atribuían los jefes de la Isla o personas importantes dentro de esta comunidad. . . —Repitió calcado a como los Guerreros Uzza le habían mencionado. Ahora también residía en ella la tarea de enseñar a otros, siempre bajo un estricto juramento, los poderes que aprendió a utilizar de los Libros, más concretamente el de la Fortaleza. Esperaba lograr esclarecer un poco para otros, tal como lo habían conseguido con ella. En si, no era para nada complicado, lo principal era establecer un vínculo, avocarse a estudiarlo y comprender sus significados. Y por supuesto usar aquellos poderes de buena manera, de buen recaudo. Solventar dudas si así fuera necesario. El verde del cesped, y el negro de la piedra de los Moais eran los predominantes, justo bajo un cielo despejado y azul. Ese sería el inicio, tendrían una pequeña travesía que recorrer, y quizás algunas pruebas que superar para corroborar que estaban en el mismo ritmo que el Libro. —Vamos a proteger mejor esto. —Mencionó al tiempo que hacía uso del Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos. Los vio llegar por medio del traslador que había enviado a cada quien con la esperanza de que trajesen consigo tanto el Libro como los respectivos amuletos con los cuales tendrían que crear unión para aprender a utilizarlos correctamente. —Bienvenidos. —Mencionó con tono claro. —Lo primero es lo primero. Athena Rouvás, me encargaré de ayudarles a comprender y a vincularse con el Libro que han adquirido. No será sencillo, pero tampoco algo terriblemente complicado como para que surjan nervios. —No era necesario presentarse más allá de lo estrictamente riguroso, pues carecía un poco de importancia para los fines.— Tal cual lo estoy haciendo, me gustaría que lleven encima los amuletos, y los anillos. Sí, se que son bastantes, pero les ayudará a comenzar a conectarse con ellos, a que formen parte de ustedes, después de todo tendrán que llevarlos encima cuando los necesiten. Pueden presentarse si lo desean, antes de comenzar, me gusta saber con quienes trato, al menos por nombres. ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ Alumnos: @@Adrian Wild @ @@Binny Evans @ @ @ @Lestad Rambaldi @@Sherlyn Stark
  5. ¡Hola! Chicas paso a resolver sus dudas, aprovechando también de informar a aquellos que se anotaron al Libro de la Fortaleza tanto en Junio como en Julio. Sucede que las clases de los libros abren todas entre los días 9 y 10 de cada mes, a diferencia de lo que son los Conocimientos o las clases de la Academia. Entiendo que fue un desfase que se provocó por el inicio de las primeras versiones y que luego se mantuvo, es por ello que aún no se ha abierto el rol, pero en sí estamos listos para iniciarla. Supongo que será el día de mañana en la noche por la fecha y porque deben cerrar las clases de Junio. Ahora, contestando a la inquietud de Bel, la clase tiene una duración aproximada de 3 semanas, 2 teóricas y una de la prueba. Puede ser que se alargue uno o dos días más pero no debería pasar de eso si todos respetan los plazos correspondientes. Apenas abra el tópic estaré dando aviso también por aquí y por supuesto etiquetándolos a todos. @ @ @@Binny Evans @ @Lestad Rambaldi @@Adrian Wild @@Sherlyn Stark @
  6. Sabía que aún había escuchado ese nombre el alguna otra parte, pero no estuvo segura hasta que mencionaron a los Paladines. Athena era un miembro reciente en aquella Orden, por ende le costaba aún un poco detectar las energías de los que fuesen sus compañeros. Suponía que con el tiempo esa habilidad se iría desarrollando mejor. Aún así pudo sentir minímamente de lo que ambos estaban comentando, solo que prefirió no hacer comentarios. Hasta donde le habían alcanzado a comentar, eran asuntos privados. —Tiene mucha razón Misty, en gustos no hay nada escrito y pueden parecer excéntricos o bizarros a ojos ajenos pero lo más adorable a los propios. —Bien que lo sabía ella al comenzar a conocer mejor a la población inglesa. —Vamos, puede ser una casualidad así como también algo que nos une, quien sabe. —Alzó los hombros restando un poco de importancia. Le causó gracia la mirada, casi asesina, que le dedicaron a la secretaria. No pudo evitar pensar en una relación como de perros y gatos pero que tenía sus treguas por el bien del negocio. No tenía nada de malo que la mujer diera su opinión, que de paso también ella consideraba un tanto asertiva. Si le preguntaban, ella solo sentía gusto por el color plateado en sí, pero no con otras combinaciones. Pero ni siquiera era su color favorito, o el que más usaba. Era solo cuestión de gustos. —Aunque eso no quiere decir que no compartamos cierta atracción por cosas similares, como lo es la naturaleza. —¿Quién en su sano juicio no tendría cierto apego en ello? Más que en los Paladines se acentuaba. Sería genial poder hablar más abiertamente del tema, pero ahora que debían ser un poco más cautelosos era mejor cambiar el rumbo de la conversación a lo que les allegaba que era el tema de los diseños para la moto. Esperaba la respuesta de Bodrik, si es que había resuelto por algo, cuando sintió que era sujetada firmemente y arrastrada un par de pasos hacia el costado. Era Thomas quien le tenía las manos encima, y vaya donde, por supuesto Rouvás estaba algo nerviosa y sonrosada. Le hizo apegarse a su lado y fue cuando percibió el olor a alcohol nuevamente, de seguro aún estaba bajo los efectos de este, si no no se hubiera atrevido. —Ejem. . . —Tosió suave, fingiendo comodidad pero en verdad iba moviendo lentamente las manos para conseguir alejar las ajenas. No quería hacerle sentir mal, pues no lo estaba rechazando solo no consideraba prudente aquella situación. Con algo de suerte no se daría cuenta.
  7. No le quedó más remedio que seguirlo hasta la parte delantera del negocio. Iba bastante entusiasmado y quién era ella para decirle que no fuera casi corriendo porque se podía caer o marear. Aunque después de devolver un poco de lo consumido parecía en condiciones mucho más favorables. Athena se limitó a caminar a un ritmo más lento hasta que lo alcanzó; y en efecto, había allí otra nueva clienta que reconoció como Bodrik Lockhart. —El gusto es mío Bodrik.— Tendió la mano en señal de cordialidad, estrechando la de la contraria. Le parecía demasiado formal la situación, pese a que apenas se conocían, eran también compañeros dentro de un mismo bando. Con la diferencia que Bodrik no se había expuesto en aquella "Revelación" ocurrida semanas atrás, quizás eso la llamaba a ser cauta en todos sus movimientos. Rouvás la recordaba bastante bien, no solo del Cuartel, también del Hospital Mágico de San Mungo. En los tiempos en que se desempeñó allí había llegado a ser hasta subdirectora, aunque luego tuvo que desestimar el cargo para tomar otras breves pero importantes responsabilidades. No había llegado a trabajar juntas —tampoco recordaba a que planta había pertenecido Lockhart—pero estaba segura de haberle visto deambulando por los pasillos del hospital con la bata que sindicaba a los Sanadores. Tampoco quiso hacer hincapié en aquel recuerdo. —Quizás podrían ponerse ambos en un tamaño más pequeño para no resaltar tanto. Aunque a veces menos es más. Pienso que de ambas maneras quedaría bastante bonito y original. —No era su intención inmiscuirse en la conversación, pero ya que estaban. . . —Vaya colores que vas a ponerle. —Iban a resaltar bastante bien con el contraste negro de la moto. Observó el modelo de la modo intentando imaginar lo que deseaba que le hiciesen. —Uhm. . . Quizás podrías ponerle tu nombre en algo muy pequeño por un costado, a menos que la violeta sea algo así como tu sello personal. —Como en su caso lo era la flor de jazmín en la escoba, y también en Niké, su varita.
  8. Una vez cruzada la puerta olvidó completamente su propósito y la compañía su padre ahora conejo, antes gato, y quien sabe cuantas criaturas más que Athena no había logrado captar durante el recorrido en el laberinto. Lo olvidó porque estaba sumamente concentrada en el nuevo escenario y porque ya no escuchaba su voz como una especie de Pepe Grillo guía. Aunque probablemente si surgía alguna duda el nombre acudiría a ella raudo. El lugar no tenía nada de especial a simple vista, era como haber despertado en otro punto del bosque porque horas atrás caminó sin ninguna preocupación. Se escuchaba agua corriendo el algún punto lejano, debía estar a muchos metros pues el silencio acentuaba los ruidos, y este era apenas un murmullo. Caminó un poco, solo árboles no podían darle el nombre de aquel lugar, ni tampoco calaban de alguna manera en sus recuerdos, simplemente era otro sitio de algún lugar del mundo, aunque no se podía negar su belleza. Caminó más, pero no había nada fuera de lo común. . . —Uhm. . . Nada.—Mencionó con cierto fastidio llevando ambas manos a la nuca. Y entonces lo vio, entre dos árboles que parecían álamos a simple vista. Un hipogrifo, un magnífico ejemplar de aquellas especie, que de paso parecía no reparar demasiado en su presencia. Quizás solo circulaba por ahí en busca de alimento o de otros de su especie. Lo siguió aunque aguardando las distancias. Eso era mejor que solo estar allí de pie por más tiempo, ya había contemplado suficiente a su alrededor. —¿Adónde vas pequeñín? Ni siquiera sé si tengo que seguirte. Llegó a un pseudo claro en donde distinguió una silueta más bien conocida. ¿Binny Evans? Recordaba haberla visto hace poco, por lo que fue un alivio encontrarla, pero el hipogrifo no pensaba de la misma manera. No entendió del todo que sucedió, no alcanzó a reaccionar solo lo vio profiriendo un corte al brazo de su amiga y entonces la escena se comenzó a alejar y de pronto ya no estaba más en el bosque, muchas imágenes pasaban a gran velocidad hasta quedar totalmente en negro. —¡Binny! —Tuvo la sensación de que lo gritó pero jamás llegó a escuchar su voz. Sus ojos se abrieron primero de golpe luego con pestañeos rápidos. Richard estaba allí y hablaba cosas que no lograba entender con claridad. Solo alcanzó a escuchar ". . .ya estás a salvo" ¿A salvo de qué? Ella no era la que estaba en dificultades en esos momentos. Era Evans, y seguramente Anne Gaunt también, así lo presentía. Cuando por fin pudo hablar se incorporó un poco en el lugar sin percatarse que su padre acariciaba sus cabellos, fue por eso que no fue esquiva con aquel gesto tan impropio de él. —Binny, Binny Evans va a ser herida por un hipogrifo, o ya lo fue, no lo sé. Pero estaban en el bosque, y su brazo sangraba profusamente, es una herida bastante profunda. ¿Cómo puedo saber si estará bien? Le miró preocupaba, asustada. A veces, no era tan bueno tener aquellas visiones y más cuando eran seres preciados los que estaban en apuros, además significaba que eso, se quisiera o no, sucedería de todas maneras. Era como saltarse páginas de un libro muy bien escrito para averiguar de antemano el final sin importar lo que sucediera en el medio. Suponía que lo siguiente sería comprobar si de verdad aquello de verdad sucedería o estaba sucediendo, aún no llegaba a estar segura.
  9. —¡Ayyyy! Te dije que no hicieras eso. Menudo susto . . . —Se llevó la mano al corazón mientras el ritmo cardíaco volvía a su normalidad. Aunque más que escucharlo el susto se debía a que Richard parecía un gato y para colmo estaba de cabeza, cómo rayos hacía para que no se le fuera la sangre a la cabeza en esa posición. Como nota mental se fijó el nunca fumar nada, ni siquiera cigarrillos, para no tener nuevamente esas visiones. Aunque en realidad no era susto o pavor lo que le generaban, era más bien lo bizarro que se veía. ¿No era eso de lo que trataba también las ramas de la Adivinación? ¿Aceptar las cosas por extrañas que se vean? Era una gran cuestión para meditar más a futuro. Todo se volvía demasiado sencillo desde que apareció nuevamente. No era justo, pero a veces Athena no era la que presentaba más paciencia, un rasgo que sin duda era Stark en todas sus letras. —Mirar hacia el futuro. . . No creo que en el futuro hayan tantos caminos. — Lo dijo con toda la seriedad del mundo. Según ella el futuro era solo uno solo que con muchas rutas para llegar a ese momento, a ese objetivo de la vida. Era solo una perspectiva, aunque abierta al cambio, tenía que ser así o de lo contrario el conocimiento carecía de real sentido. De cualquier manera siguió avanzando conforme los cipreses se habrían dejando cada vez más notorio el camino libre. La caja mencionada relucía en medio y como meta al final del camino, pero no parecía ser el objetivo. ¿El huevo estaba adentro? ¿Y a que se refería con ver lo que brillaba? Toda su atención se había centrado en el centro del laberinto, en la música que salía de quien sabe donde y en que ya no estaba tan oscuro, aunque aún no se veía de las pantorrillas hacia abajo. —Ya sé, ya sé, el dichoso huevo. Tomó un impulso y decidió correr hacia la caja. Y entonces lo vio, era un conejo ¡Su padre era un conejo! Se frenó en seco y se volvió a tallar los ojos para estar segura, pero ¿en qué momento se fumó algo tan fuerte? Tanto cambio solo conseguía que le doliera un poco la cabeza. Y para colmo no dejaba de repetir que se acababa el tiempo, como conejo podía ser bastante más fastidioso. — Ni siquiera voy a preguntar. . . —Retomó la marcha. Estaba tan cerca. La caja era enorme, pasaba de su altura por un par de centímetros, y ancha, bastante ancha. La tocó por un costado y luego dio unos golpecitos, se escuchaba vacía en su interior. —El huevo no está aquí, de seguro está en algunas de esas puertas. —No las contó pero eran siete tal cual siempre indica el número mágico. Se dirigió a la tercera, aunque tuvo que agacharse un poco por que la puerta era más bien pequeña. Giró el pomo y con cuidado se atrevió a traspasarla. A partir de ahí era azar si es que encontraba o no el huevo, pero al menos exploraría algo más aparte del laberinto. Se preguntó si era prudente mezclarse con otros mundos, porque eso era lo que esperaba encontrar. . . . . .Grande fue su sorpresa al observar Winterfall por el interior. Una réplica más perfecta no podía ser.
  10. —Justo ahora. . . Ahora si que su bolsillo lo iba a sentir, pero había esperado bastante tiempo por encontrar Veritaserum a la venta. Se podía decir que después de eso podía abtenerse de seguir gastando más dinero del estrictamente necesario. O con eso contaba, porque nunca se sabía con que iban a salir la gente del Concilio de Mercaderes. Como fuese, acudió al Magic Mall para efectuar su compra lo antes posible. Una vez allí se dirigió al segundo piso, y por supuesto de cabeza al estante donde había visto de antemano que la poción que deseaba debía estar. Vio otras más antes, por si escogía otra cosa que adquirir, pero nada más llamó tan poderosamente su atención. Solo sería lo que andaba buscando. Tomó un frasquito y lo llevó al mostrador, como ya se sabía el proceso de memoria, se dedicó a rellenar el formulario. D: 112434 Nick: (con link a la ficha): Athena Rouvás Nivel Mágico: X Link a la Bóveda Trastero: Bóveda 94273 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 108063 Fecha: 2016-06-24 Nombre del producto: Veritaserum Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: 160 P Precio: 8.000 G Precio total: 8.000 G Total de Puntos: 160 P — Hola, buen día. —Saludó a la encargada de turno. —Me gustaría llevar esta poción. Presentó el formulario para que fuera revisado, esperando no haber cometido errores involuntarios. Aunque según ella iba todo correcto. Quedó en espera de que la compra fuera aprobada, o en caso de que debiese corregir algo. —Oh, por cierto, puedo llevarla por mi misma ya que no es un paquete tan abultado.
  11. Talló sus ojos repetidas veces creyendo que estaba sufriendo una alucinación cuando vio el rostro de Richard más arriba, con sonrisa, sin sonrisa. . . ¿Era Stark? Tal vez se había golpeado la cabeza misteriosamente y ahora estaba en el mundo de los sueños, iba a quedarse horas ahí tirada e iba a reprobar la clase. Se llevó una mano a la boca con la intención de morder una uña producto de los nervios de solo pensarlo. Solo entonces se dio cuenta de que había humo, mucho humo alrededor. ¿Un incendio?, no, no tenía olor a quemado, ni tampoco se veían llamas. La voz de su padre la sacó de sus cavilaciones logrando fijar la vista hacia adelante, hacia el laberinto que lucía bastante vasto y hasta un poco lúgubre. De seguro no era tan terrible como parecía, de seguro todavía estaba soñando y nada más iba a tener que despertar. La cuestión era si hacer caso o no a esa boca en el aire. Pero entonces volvió a hablar y eso le dio una respuesta más certera de lo que estaba pasando. —¿Puedo usar varita si me. . .? Olvídalo, esto era sin varita. Ahm. . . No, creo que nada.— En realidad tenía como un millón de duda en la cabeza, pero de seguro no iban a darle la respuesta.— Creo que solo comenzaré a caminar, y espero que no flotes muy cerca de mi oído hablando cosas o terminaré creyendo que eres mi conciencia, papá. —Recalcó un poco la última palabra. Que ella recordara era la primera vez que le adjudicaba el título, tenía que ser el humo. Como no había nada más por hacer solo comenzó a caminar por el contorno hasta encontrar una entrada al laberinto, luego de eso se internó en medio de las plantas que conformaban las paredes. Eran altas, muy altas, pero también bien armadas, hasta parecía que las ramitas estaban recién podadas. Era también muy solitario, más que un tanto oscuro eso era lo que de verdad causaba desosiego. Alguien solo, sensato y sin un objetivo concreto habría dado la vuelta y desistido, pero ella no se podía permitir algo así. —¡No! Olvidé dejar algún rastro para no perderme. —Volteó hacia atrás e hizo una especie de puchero. Ya llevaba unos 20 minutos caminando. Ni aunque tuviera buena memoria iba a poder recordar cómo volver sobre sus pasos. —Richard. . . ¡Richard! —Comenzó a llamar.— Si me pierdo ¿qué tengo que hacer?— Mientras esperaba la respuesta siguió caminando para luego doblar a la derecha. Estaba muy tentada de sacar a Niké para al menos iluminar el terreno que pisaba. Hasta el momento no había tenido ninguna complicación en avanzar, salvo el creer escuchar ruidos en algún otro punto y voltear a mirar una que otra vez. Todavía no se daba cuenta que había humo, el mismo que del inicio, y que era por eso que no veía sus propias zapatillas.
  12. No pudo evitar una risita al voltear y ver que Thomas estaba caído en el suelo, para luego ir casi trepando por los muebles hasta lograr quedar más de pie. Se apresuró a soltar un pequeño lo siento, pero había sido bastante graciosa la escena. —Eso vamos a ir dejándolo para más adelante, pensaré en un buen lugar, o haré uso de mi ticket de premio cuando esté antojada. —Lo veía un poco más estable en el tambaleo, así que solo se quedó a su lado procurando ayudarle por si volvía a caer. Lo siguiente le hizo sonrojarse un poco cuando le miró tan inquisidoramente, pero le siguió la corriente pues sabía que eran partes de sus bromas.— ¿Y quieres a la enfermera con traje incluido o cómo? —Miró a sus padrinos y se largó a reír un poco más fuerte. Mientras Gryffindor contaba lo del dragón se fijó en que Misty atendía a una nueva cliente. Al parecer a la mujer no le molestaba quedarse a cargo del negocio, es más con energía iba explicando como era el asunto de dejar la escoba allí, misma vitalidad que había utilizado cuando le tocó explicarle a Rouvás. De seguro si la ponían a vender cosas en una tienda terminaba siendo la empleada del mes. Volvió a concentrarse en lo que su amigo decía, ¿qué era es nombre? La tentación de risa volvió a aflorar, no podía imaginar a un dragón llamado así, parecía más nombre de cachorro. Aunque, claro, era una buena estrategia para espantar a personas ajenas y de malas costumbres porque no se esperarían que saliese un dragón tirando llamas. Visto por ese lado era buena idea, solo que sonaba chistoso. Thomas debía conocer esas palabras desde otras naciones, o desde otro tiempo, vaya una saber. —Si es por la aparición sería mejor que te lleven mis padrinos porque tienen acceso directo a la Mansión, es es método más rápido a menos que estés conectado a red flú desde aquí. —Mencionó pensativa. —Porque caminando vamos a tardarnos una eternidad, a menos que quieras tomar un poco de aire, y si esperamos el autobús noctámbulo vas a terminar más mareado que nada. No tenían gran variedad de opciones en las que a Thomas no les causara más náuseas o vómitos, que era lo deseaban evitar a toda costa. —Tu dirás, supongo.— Se acercó para darle un abrazo de agradecimiento. —Muchas gracias por haberme invitado, la pasé muy bien y estaba todo muy rico.— Ya era cosa de que los presentes se pusieran de acuerdo para partir.
  13. —Adivinación del agua. . . Siempre había creído que Adivinación era solo sentarse frente a una bolita mientras en ellas pasaban las imágenes unas tras otras de cosas que aún no sucedían pero estaban condenadas a pasar, o simplemente tener sueños premonitorios. ¡Que lejos estaba de la realidad! Adivinación no era más que entrar en uno mismo a aprender a estar consciente de las cosas. Por supuesto no iba a aclarar esto en voz alta o Richard podría dar sendas intenciones de hablarle más. Observó atentamente el agua en una forma más expresiva a como siempre se lograba ver en un estanque, era llamativo imaginar como las escenas podían circular de la misma manera en su cabecita. Al momento en que deseó afirmar que había comprendido, no a cabalidad, pero si casi en toda su expresión lo explicado sintió un pequeño mareo que le hizo cerrar los ojos unos segundos antes de sentirse segura a mirar nuevamente. Cuando lo hizo encontró a su padre con una expresión que nunca le había visto. Lo más cercano era luego de cerrar algún contrato que le trajera beneficios. —Creo. . . creo que estoy lista para ambos. Mostrarme algo interesante reafirmará mi interés en lo que estoy aprendiendo, y practicarlo me hará superarme a mi misma y comprobar si tengo o no madera para esto. Tu lo dijiste podría estar en mi también el don, pero no lo sabré si no intento algo. Pasó por última vez la mano sobre el agua para observar las ondulaciones de diferentes tamaños que se formaban en la superficie. — Entonces, ¿cómo deberá ser cuando esas imágenes correspondan a otros que no son cercanos míos? ¿Y si son completos desconocidos? —Algo no le encajaba en esa parte de la explicación. Tal vez solo estaba siendo cerrada de mente. Pese a formular esta última pregunta se sentía preparada para realizar lo que fuera que le propusiera hacer. Mantuvo la distancia prestando atención a la vez a los débiles sonidos que llegaban de cualquier sitio. ¿Cómo estarían Binny y Anne? ¿Habrían llegado ya a la meta que tenían con su profesora? Quizás cuando terminara su tarea podría intentar "adivinar" dónde estaban, claro que de seguro a profesor no le haría ninguna gracia que ocupara sus habilidades para algo tan banal.
  14. Se levantó en todo su porte nuevamente mientras sobaba la espalda del mago como acto reflejo a verlo vomitar el alcohol y ahora el café. Sabía que eso no lo aliviaría, pero al menos sería una especie de apoyo. Logró escuchar lo que Misty hablaba con Annick, y estaba en completo acuerdo con ellas dos, ya era tiempo de que ellos regresaran a la Mansión Gryffindor y dieran por terminada la inauguración, pese a todo había sido una buena noche. —Oh, entonces puedo pedirte una cosa más ya que me haces caso solo por ser yo. No te preocupes que no es nada complicado, solo quiero que vayas a descansar un rato, lo necesitas. —Se inclinó un poco para hablar despacio. Ya sabía que aquellos con bebida en el cuerpo les molestaba el ruido muy fuerte. —Ya somos tres las que estamos abogando por eso, además Annick está bastante preocupada por ti como para seguir insistiendo. Estuvo tentada de preguntarle si era cierto lo que le había dicho instantes atrás, pero prefirió dejarlo. Ya ahondaría más en el tema en otra oportunidad en que él estuviese en sus cinco sentidos, aunque ahora parecía bastante seguro en todos sus dichos. También le preocupaba la forma en que expresó sus deseos de venganza, si es que eran ciertos, por un segundo logró no percibir a su amigo de siempre sino que a alguien más dispuesto a reclamar algo perdido. Tenía esperanzas de haberlo solo imaginado. —No tienes que disculparte, a cualquiera le puede pasar. —Intentó animarlo mientras le quitaba la taza de café de las manos. —Solo procura que a la próxima no se te suba tanto. Al menos ya había expulsado una buena parte del alcohol y estaba un poco más en sus cabales. —Si quieren puedo ayudarles a llevarlo. —Mencionó un poco más fuerte para que Annick también escuchara.— Se supone que luego debo regresar con los Starks, pero también podría irme con ustedes, no creo que mi pa. . . que sea Richard tenga problemas con ello. No estaba muy segura si eso era factible. Pese a que Elvis y Annick eran sus padrinos y los Gryffindor figuraban como su familia adoptiva, ella jamás había pasado ninguna noche en la Mansión, de echo hacía apenas un par de meses que recién había acudido a visitarlos de manera más formal. Por eso lo sugirió con cierta timidez, como esperando que sus palabras no fueran rechazadas.
  15. Y justo que se había prometido no hacer más uso de sus galeones por un determinado tiempo, cuando la noticia de la renovación del stock de algunos productos del Magic Mall se hacía popular como pan caliente. Suspiró pesadamente, de seguro dentro de un par de horas lo iba a lamentar pero ya estaba allí y nada se podía hacer. Buscó entre las cosas exhibidas alguna poción que fuese de su interés y no tardó en dar no solo con una, sino que con varias. No puedo ir de avarienta por la vida. . . pensó para si misma mientras se debatía mentalmente con cuál adquirir. Al final solo tomó una poción Multijugos que le pareció a todas luces la más útil en caso de ser requerida. Muchas veces había escuchado de su mal sabor, pero nada podía ser malo como lo que daban en el CCU o en el mismo San Mungo. Se dirigió al mostrador, dejando la poción allí. Conocía el proceso de memoria de modo que solo tuvo que pedir por un formulario que rellenar. ID: 112434 Nick: Athena Rouvás Nivel Mágico: X Link a la Bóveda Trastero: Bóveda n°108063 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda n°94273 Fecha: 2016-06-11 Nombre del producto: Poción Multijugos Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: 160 Precio: 8000 G Precio total: 8000 G Total de Puntos: 160 puntos. —Buenas tardes, aquí tiene. Solo llevo esta poción. — Mencionó mientras alcanzaba los papeles para su comprobación. Se quedó esperando por la respuesta. Esta vez prefería llevarse por si misma las cosas luego de lo ocurrido la única vez que solicitó un encargo a la tienda hacia el Castillo de los Starks. No quería volver a meter a su familia en problemas. Además, era algo de pequeño tamaño como para trasladar.
  16. —Me conformo con que no nos ataque ningún dragón —Susurró sonriendo en respuesta a Binny para luego prestar atención también. Desde que habían comenzado a reunirse pasando por las presentaciones en la cabeza de Athena no dejaba de surgir una única pregunta, ¿qué podía haber en común entre ambas asignaturas? Porque ella no veía una relación demasiado superficial, a menos que el trabajo fuera ir por el bosque las tres y con Adivinación fuesen intentando predecir dónde aparecería cada problemas. Hasta en su cabeza sonaba un poco ridícu.lo, y también poco ortodoxo para alguien como Richard. Dejó de preocuparse por ello para escuchar lo que Jessie tenía para explicar de lo que sucedería a continuación. Pero Rouvás notó que los kits de primeros auxilios eran solo dos. Lo más probable era que su profesor tuviese preparada otra cosa para su adquisición del conocimiento, pese a eso había dado un par de pasos en señal de entrar al bosque cuando notó el ademán de Stark. —Buena suerte.— Alcanzó a decir a sus compañeras antes de girar en dirección de Richard para seguirlo a través de los arboles más cercanos. Las lianas le recordaban a un sauce llorón, de echo era altamente probable que por allí hubiese uno si en el interior se mostraba la fuente con agua. Traspasó la barrera natural girando sobre sus propios talones a ritmo lento para admirar el claro en que ahora se encontraban. El silencio era más profuso respecto del viento, pero si algún pajarillo cantaba cerca de seguro sonaría con mucha más fuerza. No miraba donde iba pisando, solo giraba de la misma manera con la vista hacia al frente y hacia arriba. Eso al menos hasta que el agua le rodeo las zapatillas y sintió como helaba un poco la piel de los pies. Fue entonces que se fijó en la distancia con Richard y optó por pararse frente a él sin importar el terminar un poco más mojada. —El agua también es un espejo. —Observó su propio rostro reflejado en el agua justo antes de meter la punta de los dedos índice, corazón y anular en el agua. Quería sentir su textura en la yema, los movió delicadamente generando las mismas ondas un poco más marcadas luego retiró la mano. —¿En el sentido contrario? ¿Cómo puede ser recordar a la inversa? Creo que tendrás que partir desde abajo conmigo, no he reparado en esas confusiones, creo. . . —No sabía como explicarlo, ni sabía tampoco el si los sueños o las cosas que a veces llegaba a imaginar podían calificar como señales de una familia como un don.— pero puedo comprender esto. —Movió solo el dedo índice sobre el agua mientras observaba su propio movimiento.— Supongo que con el tiempo estas también pierden algo de claridad o fuerza, así como esta onda. Elevó la vista para observar a su interlocutor. No esperaba impresionarlo, ni quería hacerlo tampoco, pero al menos pondría de su parte como estudiante para hacer el rato ameno, y sobre todo para aprender todo lo posible. —No te preocupes por lo de la varita, solo me gusta mantenerla cerca. . . ahora más que nunca.
  17. Luego de dejar a Thomas sobre la silla le tomó unos segundos recuperarse. No era tanta la distancia que recorrió ayudándole al joven a caminar pero había sido suficiente como para perder un poco el aliento. Había echo demasiado peso muerto debido a su condición. Movió el hombro en forma de pequeños círculos hasta que lo sintió más aliviado. —A-Annick . . . —Se sorprendió de ver a su madrina a su lado, más que nada por la reciente información que había escuchado del propio Gryffindor, claro que aún tenía las dudas de qué tan ciertas eras. —No. . . no está para nada en condiciones, debería dormir un poco. Aunque la resaca mañana será grande de todas maneras. Intentó forzar una especie de sonrisa mientras recibía el café de manos de Misty y se lo acercaba al mago con la esperanza de que eso le bajara un poco las revoluciones, aparte de la lengua pues parecía que Annick no había logrado escuchar toda la confesión gestada minutos atrás, y ahora Athena no estaba muy segura si era prudente o no preguntar. Misty se alejó lo más pronto posible, quizás por temor a volver a ser blanco del desquite de su jefe. —No creo que sea buena idea dejarlo beber, mencionó muchas cosas, ehm. . . extrañas. Por suerte estamos nosotros aquí, pero si fuera con desconocidos estaría en problemas, quizás. Se hincó frente a Thomas insistiendo en que se bebiera el café, pero su mirada estaba fija en la pelirroja como para que le tomara un poco de peso a sus palabras. Ser cuidadoso podía ser el consejo de cualquier persona, pero Athena veía un poco complicado soltar la lengua con algunas cosas. Tal vez ella era demasiado protectora con lo que se debía compartir. @ @@Thomas E. Gryffindor.
  18. El bosque de Dean, ese era el lugar que la misiva de la Universidad sindicaba como la parte física donde se llevaría a cabo la clase en la cual había pedido un plaza: adivinación. También señalaba que su maestra en esta oportunidad seria Catherine Stark, al menos era un nombre familiar. ¿Cómo iba a llegar hasta allá? Ese era el pequeño problema. Contaba ahora con una moto para desplazarse, así como con una escoba, que por supuesto no pensaba utilizar. El único mecanismo decente que se le ocurría era utilizar la aparición, con algo de suerte acertaría a lugar más cercano. Una mochila para llevar algunas cosas le vendría bien. La carta no mencionaba que debiese adquirir algún producto en el Magic Mall, ni siquiera hacía alusión a ropas especiales, así que optó por llevar ropas cómodas y una chaqueta abrigadora dentro del bolso en la espalda en caso de que el frío se dejara caer. Una vez hubo reunido todo simplemente desapareció. Al abrir los ojos lo primero que tuvo a la vista fue la rivera del río Wye, así como el sonido del agua mezclado con el de aves. Supuso estar en el sitio correcto, giró la cabeza hacia los costados buscando algún indicio de presencia humana, pero nada. Así que emprendió la marcha por lo que creyó una especie de sendero con muchos cortes por todas partes. Al menos podría disfrutar unos minutos de la naturaleza. —Podrían haber sido más específicos. —Hizo una especie de mueca. Pasó mucho tiempo antes de que pudiese encontrar el claro en que estaban, al menos los profesores que eran siempre los primeros en llegar. ¿Esperen? ¿Profesores? No sabía que podían dictarse dos clases a la vez, eso era nuevo, aunque también podía ser instructivo. Pero por supuesto su atención no se centraba en la importancia de eso, sino más bien en quien también estaba presente; Richard Stark quien le daba la bienvenida con la mano un poco en alto. —Ay no. . . —No ocultó su contrariedad. ¿Iba a tener que soportarlo enseñándole adivinación? — ¿No que mi profesora sería Catherine? Siempre hacen eso. —Murmuró por lo bajo. Le miró un poco ceñuda, pero no le quedaba otra que aceptar aprender de él rezando porque el tiempo pasara lo más veloz posible. Primeros Auxilios era un conocimiento que ella poseía hacía bastante tiempo y que bien le había servido para desempeñarse como Sanadora en San Mungo, un repaso a eso no estaría mal. Obviamente no interferiría con quienes iban a ser sus compañeras de clase, aunque supuso que si las dejaban juntas era para alguna tarea en conjunto, aunque fuese al final. Quien sabe. —Athena Rouvás—Se presentó pese a que nadie indicó que lo hiciese.— Vine para aprender adivinación. Dejó caer la mochila al suelo, ya comenzaba a pesarle en el hombro derecho además de intuir que las pocas cosas que llevaba no iban a servirle de nada. Ni siquiera la varita que fue la única posesión que se dejó a mano, no para usarla en la clase, sino que por mera costumbre. De todas maneras no podía ayudarle en una rama de conocimiento tan imprecisa. Le devolvió a su padre una media sonrisa fingida, en contra de su voluntad iba a tener que prestarle más de la atención que por lo general le daba.
  19. Tomó el otro vaso con araucano pero solo se lo llevó a la boca sin beber nada del contenido, antes de que Thomas se terminara el suyo votó el trago por ahí y lo dejó vacío sobre la mesa. ¿Para qué hacía eso? Vayan los Dioses a saber, total su amigo ni cuenta se daría de que no bebió nada. Ya estaba hasta la chanclas (?). Por supuesto, eso lo envalentonó más y terminó soltando la lengua tal cual si se hubiese tomado un trago de Veritaserum. —¿Tus padres? Oye, ¿dónde están? Yo aún no los conozco. —Preguntó curiosa, para luego seguir con la vista hacia donde estaba señalando.— Ya bebiste demasiado, esos no son tus padres, son tu tíos, seguro los confundis. . . Pero se calló porque Thomas no dejaba de hablar más cosas que sonaban confusas y extrañas para ella. Decía que Elvis y Annick eran sus padres, pero no podía ser ¿por qué lo presentarían como un sobrino? Nada de lo que Gryffindor hablaba tenía sentido alguno. Cada nueva información sonaba peor que lo anterior. Lo más probable era que solo estaba hablando incoherencia producto del alcohol, eso tenía que ser. Lo sujetó con cuidado, apoyándose un poco sobre la mesa que estaba a su costado. Él era más alto, y ejercía más fuerza, y a Rouvás le costaba trabajo mantenerse en pie con el peso. Aún así intentó calmarlo pues parecía al borde de una especie de colapso. —Vamos Thomas, un café te hará excelente en estas. . . ehm, condiciones. Te quitará las ilusiones (?). —Le lanzó una mirada a Misty para que ésta le ayudara a llevarlo hasta una silla antes que terminara en calidad de bulto en el suelo.— No sé de quienes hablan, pero aquí no hay nadie muerto. Nadie va a morir tampoco, estamos a salvo. Como no comprendía del todo de qué hablaba no sabía como intentar apaciguar sus palabras. Hizo que Gryffindor le pasara un brazo por sobre el cuello para ayudarle a caminar. —Escucha, no sé mucho de tu pasado así como tu del mío, pero no te considero un cobarde. Te ves preocupados por los tuyos y así debe ser. —Le habló con seriedad a sabiendas de que cuando todo su estado pasara quizás no lo iba a recordar.— No dudo que lamentes la partida de tus padres, yo también lamento la de la mía, pero no puedes culparte por nada. Intentó hablar no tan alto por si Elvis y Annick aún no se daban cuenta de lo que pasaba. —Misty, tráele ese café, por favor. Sino te lo bebes, te arrojó agua fría.—Amenazó, antes de intentar dejarlo sentado decentemente sobre la silla, porque ya casi no le quedaban fuerzas para moverlo.— No hagas peso, vas igual que saco de papas. Nos vamos a caer. Al estar ella en sus cabales no se le iba a olvidar nada de lo que acababa de escuchar. Eran revelaciones demasiado importantes. Tampoco quería pecar de curiosa, pero quizás después le podría preguntar de que estaba yendo esa situación, por el momento era mejor que se tranquilizara.
  20. —Si, somos amigos. . . ¿Qué? De pronto Thomas estaba de un extraño buen humor que le hizo sentirse un poco cohibida. Quizás no debió tomarse el último amaretto de un solo trago. Rouvás no bebía otra cosa "fuerte" que no fuese cerveza de mantequilla pero sabía de sobra que algo "al seco" terminaba embriagando mucho más rápido. Lo había visto muchas veces. Le miró un poco ceñuda, pero sin nada de enfado cuando comenzó a hablar en Romané, ¿qué rayos era ese idioma? Parecía español mezclado con idiomas mágicos. Vaya una a saber que significan "Debla", "chara" y "pailazo". Si seguía así se lo tendrían que terminar llevando a la rastras de vuelta a la mansión Gryffindor. Claro, cuando todo terminara, o mejor dicho cuando se dejara porque le veía demasiado animado como dar por terminada la celebración. —¿Qué dijiste? No te entiendo ni jota, Thomas. Creo que esa cosa tiene alguna poción que hace que hables raro. . . —Intentó apaciguarlo un poco con la euforia. Misty trajo los nuevos vasos pedidos por su jefe, eran una bastante amplia variedad de cosas. Si que se habían abastecido bien para la inauguración. —Supongo que este es el araucano. —Dijo al agacharse un poco a la altura de la mesa, señalando el vaso.— Jamás había escuchado hablar de el, ¿es cómo mezcla de algo o es solo un licor más? Tomo uno de los vasos, pero con la seria intención de no beber nada, sabía que no lo iba a resistir y podía terminar peor que Gryffindor en solo cinco segundos. Simplemente debía fingir que bebía, aunque con ese plan se iba arriesgando a que Thomas solo consumiera más y más alcohol hasta que se le apagara la tele. Podría ser divertido. . . Solo esperaba que sus padrinos no se fueran a molestar. —Anda, ¡salud! Al seco, sino no vale.— Le dijo retadoramente (?)
  21. —Uhm. . . Digamos que me conformo con poder sostenerme en la escoba sin chocar con nadie. —Encogió un poco los hombros.— Créeme algunos han intentado enseñarme con pésimos resultados, y he logrado acabar con muchas paciencias. Cuando una no tiene habilidad para algo es mejor aceptarlo, porque si puede que las tenga para otras. Y más si esas habilidades le hacían mantener los dos pies bien puestos sobre la tierra. Nunca se había preguntado si tendría algún miedo a volar, porque a las alturas definitivamente no, tampoco recordaba episodios que le hubieran generado strees o algo así, ni sabía de familiares que pasaran por lo mismo. Era como un gran misterio al que le dedicó poco tiempo hasta que creyó que le podría servir en el trabajo. —En fin, si te quieres arriesgar a ayudarme pues bienvenido sea. Pese a todo tenía buena disposición para aprender, así como la tenía en la Universidad o en otros sitios de aprendizaje. Asintió, luego, cuando comenzó a hablar nuevamente del presupuesto. La escoba no tenía ningún uso previo, salvo el choque en el Campamento de Craigavon, y en el cual no hrabía resultado con ningún daño visible. Los únicos dañados habían sido los tres Starks por menudo choque, del cual ahora se reían al recordarlo —menos Richard, por supuesto—. No creía que el Magic Mall vendiera cosas de baja calidad, o con algún daño, así que solo sería lo que Thomas mencionaba. La mirada de Rouvás también se dirigía a los Patriarcas Gryffindor que se mantenían sumidos en sus asuntos, y luego en Misty que ahora actuaba un poco más cohibida contraria a como era cuando Athena recién se presentaba en la Vulcanización, ¿sería eso por todos los hechos recientes? Vaya una a saber. —Llevo relativamente poco aún, pero a estado bien hasta ahora. Claro que lo es, resulta grato trabajar con Ley, aunque al principio me resultaba extraño, en mis dos pasadas anteriores Elvis era el Director.— Rechazó el nuevo vaso que Misty le ofrecía, tuvo suficiente con la cerveza de mantequilla. Aún se sentía un poco inestable con la noticia de Enrick.— Lo único que me extraña es el poco nivel de denuncias que recibimos, casi todas los trabajos terminan siendo relacionados por accidentes en donde hay muggles involucrados.
  22. Sorpresa que soy nivel 10. Como ya puedo anotarme a otro, paso a inscribirme para el mes de Junio ^^ Nick: Athena Rouvás ID: 112434 Conocimiento: Adivinación. Nivel de Magia: X Link a la Bóveda: Bóveda 94273 Link a la Ficha: Athena Rouvás
  23. Comprarla o no comprarla, ese era el bendito dilema. Ni siquiera podía aún manejar bien la escoba y ya parecía querer arriesgarse a utilizar una moto, además no estaba segura si eso le iba bien, pero al menos desplazarse con los pies sobre la tierra parecía una mejor idea que hacerlo por aire. Pero bueno, ya estaba en el Magic Mall, y estaba frente al objeto, y sentía fascinación de solo contemplarla.¿Qué tan malo podía ser? Lo pensó solo un último minuto, pues de seguro vendrían más personas esperando comprar una. No era un producto muy frecuente en el catalogo de ventas, y de seguro no tardarían en llevarse las que estaban en exhibición. Por supuesto, no podía llevarla hasta la mesa del vendedor pero si podía con el Pensadero que también pensaba adquirir aquel día. Eso podría llevárselo sin problemas, la moto tendría que ser enviada, no quería arriesgarse a llegar caminando con ella a casa. Así podría practicar con más tranquilidad después. —Buenas tardes. —Saludó al dependiente. Luego se dispuso a llenar los formularios típicos del trámite. ID: 112434 Nick: Athena Rouvás Nivel Mágico: X Link a la Bóveda Trastero: Bóveda 108063 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 94273 Fecha: 2016-05-19 Nombre del producto: Moto Voladora Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: AAAA Puntos por unidad: 80P Precio: 4000G Nombre del producto: Pensadero Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40P Precio: 2000G Precio total: 6000G Total de Puntos: 120P —Creo que eso sería todo. Si está correcto, ¿sería posible que lo enviaran al Castillo Stark? Suelo llevarme siempre las cosas, pero estas son un poquito grandes. Mientras hablaba le alcanzaba los papeles al vendedor para que comprobara si estaban bien o no. Esperando también que lo último pudiese cumplirse, o ya tendría que ingeniárselas para llevarse los productos.
  24. Agradecía de sobremanera no tener de su bebida en la boca porque de seguro habría cometido un incómodo momento de pocos modales escupiendo. ¿Enrick había fallecido? De partida llevaba años que no escuchaba aquel nombre, pero recordaba haber trabajado con el Cuartel de Aurores. Siempre creyó que se había marchado lejos con esposa e hija, era demasiada la impresión al escuchar la noticia. Se quedó unos segundos callada y con el rostro un poco pálido, como intentando asimilar la información. Suerte era que Thomas ahora se dirigía a Elvis y Annick y no se daba cuenta de la confusión que iba invadiendo a Rouvás. Tuvo que sacudirse los pensamientos de la cabeza para mantenerse incólume en la conversación. Intentó por todos los medios prestar atención a la siguiente parte de la conversación, y sobretodo, responder algo coherente. Tenía que hacerlo. —No. . . —Sacudió un poco la cabeza alejando sus pensamientos.— No es que no me guste, es solo que no es mi fuerte. No sé si viste la carrera de escobas en el Campamento Familiar, pero choqué contra las gradas, y de paso contra mi padre y Rose. —No estaba segura si Thomas conocía a aquellas dos personas, pero los mencionó por los nombres igual. —Esperaba hacer la prueba en el Ministerio, pero creo que me dedicaré unos 10 años más a practicar antes. Intentó forjar una sonrisa. De pronto sentía como el estómago un poco revuelto, y nada tenía que ver con lo comido y bebido en la inauguración. — Sí, si, el Coffé Artist. Está dos cuadras más abajo. Aunque también me lo puedes enviar al Castillo Stark o cuando me veas en la Mansión Gryffindor. Son los lugares que más frecuento. —Confirmó, dado que esos eran los sitios en que más se movía para pernoctar. Sus padrinos se habrían enfrascado en su conversación nuevamente, pero al parecer permanecían atentos a lo que los jóvenes también conversaban. Eran difíciles de descifrar, al menos para ella.
  25. "Vamo a calmarno" Pensó para sus adentros Rouvás al ver como Thomas perdía un poco la compostura con lo que acababa de suceder. Era comprensible su evidente enfado, pero ya nada podían hacer, solo esperar que de allí no saliera información alguna mientras todos comenzaban a ser parte de una investigación del Ministerio. Claro eso era ya imaginación pura, porque evidentemente no sucedería. —Oh, vamos, no me trates de "Señorita Rouvás" somos amigos.— Sonaba muy extraño que le dijeran así. Dio un sorbo un poco más extendido a lo que le quedaba en el vaso. —Supongo que ahora nada más te queda hacerle más publicidad para que se haga su espacio en la comunidad mágica. —Alzó un poco los hombros. — Aunque bueno, por aquí no se les escapa nada, de seguro varios ya lo habrán visto, después de todo estás en medio del Callejón Diagon. Tal vez ese era un consejo que tendría que tomar ella misma. El negocio que dirigía tenía poco movimiento últimamente, y los otros dos dueños tenían peores cosas con las que lidiar en aquellos momentos. La comunicación entre los tres estaba un poco cortada en cuanto a negocios. Algo tendría que idear para mejorar la situación, pero se encargaría en los próximos días, por ahora estaba bien. Alcanzó uno de los canapé con pasta de pollo y lo comió en dos bocados, estaban sabrosos. Eso le ayudaría a pasar mejor el sabor de la bebida. —A todo esto, creo que Misty nunca me dijo cuando podría venir por mi Saeta. Al final quizás la conserve como un bonito adorno mágico, porque volar no es lo mío. —Sonrió enseñando los dientes unos segundos.

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