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Ethan R.

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Mensajes publicados por Ethan R.

  1. El Rambaldi empezó a leer el informe que Lisa le acababa de entregar mientras la morena le explicaba su experiencia en aquel departamento. Estaba claro que no podía ocultar su desconcierto ante aquella situación; el hecho de que uno de los departamentos de ese rango dentro de Ministerio estuviera vacío era un caso raro, algo había pasado y nadie había informado sobre aquella situación. Terminó de escuchar a su hermana y comenzó a tomar decisiones.

     

    -¿Quieres hacer un informe más completo o llevo este a Evarela?

     

    Viendo aquella situación lo más apropiado es ir a informar a la Directora de la oficina de lo que estaba ocurriendo en uno de los departamentos del Ministerio. Ethan se apoyó en el escritorio de Lisa pensando en alguna otra alternativa pero no quería pensar mucho más y además no estaría mal darse una vuelta para despejarse un rato.

     

    Se incorporó y echo una ojeada al gabinete en busca de su otro empleado activo, Spectum. Al parecer ya se había ido a realizar el trabajo que le había encomendado o eso quería creer.

     

    -¿Y bien? –volvió a preguntar el Rambaldi a su hermana.

  2. Pasadas unas horas desde que el jefe de seguridad mandase a Lisa y Spectum a sus respectivas tareas, este salió de su oficina para comprobar como iba el trabajo. No esperaba encontrarse con ningún empleado aún por lo que había planeado ir a los otros gabinetes.

     

    Al salir del despacho ya la vio sentada en su escritorio concentrada preparando lo que el Rambaldi supuso que seria el informe. Se mantuvo a cierta distancia observando como trabajaba su hermana hasta que le dio la impresión de que ya había terminado.

     

    Mientras se dirigía al escritorio de su hermana comprobó si Spectum estaba allí, pero ni rastro de aquel chico. Se paro enfrente de la morena con una sonrisa y miro el documento que esta tenia entre sus manos.

     

    - Ha sido rápida tu visita, pensé que tardarías más tiempo en recoger toda la información.

     

    Por la cara de Lisa parecía que no estaña de humor como para andarse con juegos así que el Rambaldi adoptó una posición más seria.

     

    - ¿Ha pasado algo que deba saber?

  3. Para el Rambaldi aquella tutoría estaba resultando bastante interesante. Traspasar la línea de tiempo siempre tenía sus riesgos pero también aportaba muchos datos cuando lo que se buscaban eran respuestas a determinadas preguntas.

     

    Sintió la mirada de uno de sus compañeros en varias ocasiones. Al principio no reconocía aquel chico de cabello rubio y por ello se quedó mirándolo por un tiempo hasta que empezó a encajar en su mente de donde le sonaba. Finalmente cayó en la cuenta que posiblemente fuera una empleado del gabinete; tendía que prestar más atención a la gente que trabajaba cerca de él.

     

    Apoyado en la pared y sin darle mayor importancia a las personas que le rodeaban, observó detenidamente a la mujer que les estaba guiando en aquella experiencia. Desde lejos desprendía cierto aire de soberbia, solo había que ver la forma de moverse y de dirigirse hacia sus alumnos. Sus palabras volvieron a llenar aquella estancia donde se encontraban, explicando que sería lo próximo.

     

    Hasta ese momento habían sido dos viajes a través de aquel reloj de arena y la siguiente actividad no iba a cambiar mucho. Otra vez tendrían que jugar con el tiempo, pero en esta ocasión seria una experiencia muy interesante. Volver a la batalla de Hogwarts, ¿cuántas veces le habría contado su abuelo aquella historio? El joven Rambaldi ya ni lo recordaba.

     

    Perdido en sus pensamientos casi ni se di cuenta que la primera en cruzar la línea seria la propia Afrodita. Sorprendido se quedó mirando a la rubia mientras se iba convirtiendo en arena hasta desaparecer por completo. Sin perder mucho tiempo, el joven de cabello rubio cogió la mano a la otra chica del grupo y se dispusieron a desaparecer, primero uno y después el otro.

     

    Ethan titubeó por unos segundos hasta que se dio cuenta de que era su momento. Se incorporó y caminó con paso decidido los pocos metros que le separaba del reloj. Ahora sabía cómo funcionaba y tuvo la sensación de vivir más la experiencia. No tardó en sentir de nuevo el contacto con el suelo.

     

    Abrió los ojos, tenía la costumbre de cerrarlos cada vez que desaparecía y comprobó el caos que reinaba en aquel lugar. Apenas le dio tiempo a reaccionar, agachando la cabeza cuando un hechizo perdido fue a dar donde él se encontraba. Afrodita había dicho que nada de lo que pasará tendría repercusión en el presente pero no tenía claro si podían salir heridos de allí y no tenía intención de comprobarlo.

     

    Comenzó a caminar con la varita en la mano buscando al resto de sus compañeros. Los hechizos se cruzaban de un lado a otro. El joven mago tuvo que hacer alguno de protección, no quería intervenir aún; buscaba a sus compañeros y no tardó en cruzarse con la rubia que parecía disfrutar de la batalla.

     

    -Cuando te refieras a que nada es lo que parece… ¿qué quieres decir? –dijo mientras se dirigía hacia ella.

     

    A su espalda escuchó un conjuro y los gritos de lo que parecía una niña. Se giró y comprobó que su compañera empezaba a disfrutar de la batalla. Sonrió de manera picara hacia su tutora y giró sobre sus talones hacía su compañera que salía corriendo de la mano del rubio.

     

    -Hora de jugar. –dijo en un susurro.

     

    Decidido pero sin prisa, se dirigió hacia donde iban sus compañeros; el Gran Comedor les esperaba. Si no recordaba mal, allí se libró la mayor parte de la batalla, no tardó en entrar en la estancia y comprobar con fascinación aquel ambiente de destrucción.

     

    -¡Protego! –gritó el Rambaldi al ver como un hechizo se dirigía hacía el procedente de un hombre alto y delgado de pelo canoso.

     

    La sonrisa de Ethan no podía ser más amplía en ese momento. Levantó la varita en dirección aquel hombre y sin dudar pronunció aquel hechizo.

     

    -¡Crucio!

     

    Sin esperar a ver el efecto que había tendido el hechizo se situó al lado de sus compañeros que se encontraban en el lado izquierdo del comedor.

     

    - Esto va a ser divertido -dijo, dirigiéndose a los dos chicos.

     

     

    Off

    Rol

     

    Edito porque los párrafos estaban muy separados por problemas con el word.

  4. Lisa no tardó en ponerse en marcha para cumplir con las tareas que le habían asignado. Spectum seguía parado enfrente del escritorio sin decir una sola palabra sobre si estaba de acuerdo o no con el trabajo pero al Rambaldi le daba igual, las órdenes había que cumplirlas sino todo tenía sus consecuencias.

     

    -Spectum, ya hemos terminado. Cuando quieras, puedes comenzar a trabajar.

     

    El Rambaldi no dijo nada más y salió de su despacho. Necesitaba algo de cafeína para seguir trabajando y quería aprovechar para ver si veía a su aprendiz Aaron para informarle de que tendría que trabajar con Lisa. Todavía estaba a tiempo de acompañar a la morena pero ni rastro del chico.

     

    Resignado Ethan tomó la taza de café manchada del café anterior y se sirvió uno nuevo. Tendría que lavarla después. Removió varias veces hasta que le dio un pequeño sorbo. El intenso sabor de aquel café colombiano le recordó la vez que lo probó por primera vez en el Juan Valdez, allí fue donde su relación de amistad con Grace tuvo su punto y final. Cerró los ojos y puso su mente en blanco, intentaba alejar cualquier pensamiento que pudiera distraerle de su trabajo.

  5. Después de que Ethan le encomendará a Spectum su nueva tarea, Lisa hizo su aparición en su despacho. El joven se quedó mirándola un rato intentando mantener la posé sería que traía desde hacía rato, pero la forma de presentarse de su hermana, seria, hacía perder al Rambaldi parte de su compostura.

     

    Se reclinó en la silla y comenzó a mover los papeles que había en su escritorio de un lado intentando encontrar donde había puesto el pergamino donde estaba la tarea de Lisa. Estaba claro que después de aquella pequeña reunión debía organizar aquel escritorio. Encontró lo que buscaba y se volvió a reclinar en la silla.

     

    -Podéis tomar asiento -dijo señalando las dos sillas que se disponían delante del escritorio –no os cobraré ningún galeón por hacerlo.

     

    Sin más, miró a su hermana y le sonrió intentando suavizar la pequeña tensión que se vivía en el despacho.

     

    -Bueno a Spec…tum ya le he dicho lo que tiene que hacer. En tú caso hermanita, junto con Aaron que no sé donde esta –dije con cierto aire de resignación –tenéis que ir al Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica para hacer un informe sobre lo que ha pasado últimamente por allí. Si no encuentras a Aaron ve tú sola, no estamos para perder el tiempo.

  6. El joven Rambaldi esperaba a que los dos miembros de su gabinete entraran en su despacho para terminar lo antes posible. Apenas si hizo caso a las palabras de Spectum sobre la pronunciación de su nombre, ni siquiera había comprobado su ficha, lo que conocía era por oídas.

    El Crouchs entró en el despacho con una sonrisa peculiar en su rostro. Ethan solo levantó levemente la mirada para asegurar su presencia y sonrió.

     

    -Incluso diciendo mal tu nombre vienes, eso está bien. Puedes tomar asiento si quieres aunque bueno, será algo rápido.

     

    Dudó por un momento, Lisa parecía estar entretenida pues aún no había hecho acto de presencia por su despacho. Dejó de lados los pergaminos que estaba revisando y clavo sus ojos en la figura que se encontraba enfrente de él.

     

    -Solo quería comentarte tus funciones a partir de ahora –hizo una pausa buscando las palabras para remarcar lo que quería que hiciera–tu primera misión es pasarte por la oficina de aurores y hacer un informe de lo que ha pasado allí últimamente.

  7. Ethan R.

     

    Caminaba por las calles de Oterry, tenía algunos pendientes que realizar y había aprovechado un rato libre de trabajo para realizarlos. No le dio tiempo entrar a la tienda de libros cuando un cuervo se posó en el poyete de la ventana; en un primer momento no hizo caso de la presencia del animal pero al echar un segundo vistazo vio que tenía una nota atada a la pata.

     

    Se acercó al ave sin duda alguna aquello era cosa de mortifagos y posiblemente era el avisó que llevaba varios días esperando. Desató la nota y dejó que el animal volará de nuevo; como en la ocasión anterior en aquel trozo de pergamino, que venía acompañado de un mapa, estaban las instrucciones para llegar al sitió concretado. El Rambaldi no pude evitar una sonrisa al comprobar quién sería su tutora en aquella ocasión.

     

    Sin perder tiempo cogió la nota y el mapa que le acompañaba y se lo guardó en el bolsillo interior de su chaqueta. Parecían que los planes habían cambiado así que buscando un lugar algo más resguardado de miradas indiscretas, se desapareció en dirección al Bosque Tenebroso.

     

    **

     

    Un aroma que no supo identificar le llevo a otro lugar, a otro tiempo. Estaba en un bosque parecido, junto a su amigo Russel. Su abuelo Noah estaba intentando coger algún tipo de planta especial para realizar pociones. Desde hacía un tiempo se había convertido en una pasión para él.

     

    Era un día raro o por lo menos Ethan se sentía así. Había veces que no soportaba a la gente que le rodeaba y aquel era uno de esos días. Caminaba deprisa cargando su escoba intentando no hacer mucho caso a las tonterías que Russel iba diciendo pero no podía, la rabia incontrolable se adueño de él.

     

    No era consciente de lo que había pasado; fue una décima de segundo; estaba encima de Russel estrangulándolo con ganas, sintiéndose liberado hasta que alguien lo agarró desde atrás y lo llevo lejos de allí. Su abuelo había intervenido a tiempo, pero el joven Rambaldi para nada se sentía culpable, más bien se sentía relajado, con ganas de más…

     

    **

     

    Volvió a retomar conciencia de donde estaba, intentaba olvidar aquel momento de su vida. No se sentía culpable pero tampoco le agradaba el hecho de que habría matado a su amigo si su abuelo no le hubiera parado a tiempo. Sin detenerse mucho más en sentimientos pasados, cogió el mapa que llevaba guardado en un bolsillo de su chaqueta y se encaminó al interior de aquel espeso bosque.

     

    Pronto divisó el edificio que estaba buscando, los antiguos calabozos de la marca, un sitio bastante siniestro y curiosamente para él, lleno de una relativa tranquilidad. Se acercó hasta la cerradura que estaba abierta y la traspasó. En el interior de aquel lugar se podían oír las voces de agonía de aquellas personas que se había quedado allí, olvidadas.

     

    -“Pobres almas ingenuas” –pensó el demonio.

     

    Tal vez, en un tiempo atrás algo dentro de él se hubiera removido escuchando aquellos lamentos, pero estaba claro que algo cambiaba dentro de él. Ya no sentía tanta lastima por aquellas personas, es más se podría decir que incluso le parecía graciosa la situación de que pidieran auxilió.

     

    Enseguida divisó a los que serian sus compañeros en aquella “aventura” y a la encargada de dirigirlos. La belleza de la joven no pasó inadvertida para el Rambaldi que en ese momento inspeccionaba quién se encontraba en la sala. Para su sorpresa entre ellos estaba su padre, Hugo al que apenas le dirigió un leve movimiento de cabeza.

     

    -Siento el retraso –dijo con una media sonrisa dibujada en su rostro.

     

     

    Preguntas.

     

    -¿Qué es un mortífago?

     

    Ser mortífago lo considero algo así como una ideología, una forma de actuar y comportarse de acuerdo a unos objetivos definidos. Tienen unas características y una forma de actuar concreta.

     

    -¿Por qué consideras que tú personaje no tiene buen perfil mortífago?

     

    Desde que describí a Ethan siempre lo hice desde una perspectiva fenixiana con algún que otro matiz “oscuro”. Por este motivo creo que me queda mucho camino para convertirlo en un mortífago definido aunque tengo claro que quiero que conserve ciertos aspectos de su “personalidad”.

     

    -¿Qué consideras para ti que sería un buen perfil para tú personaje?

     

    Determinación y fortaleza. No parecer un niño bueno, a veces tengo esa sensación. Necesita crear una base desde la que partir.

     

    -Di el nombre de un mortífago que consideres con un buen perfil. Describe las razones, cualidades o motivos por lo cual admiras.

     

    De los personajes con los que he tratado diría que Evarela Black. Su personaje es frio, no mezcla sentimientos y mantiene su forma de actuar. Es segura y tiene determinación.

     

    -Nombra y describe 3 cualidades de tu personaje que querrías cambiar respeto a su personalidad.

     

    1.Tengo la sensación de que tiene la apariencia de un niño bueno…

    2.Que sea más serio, con su punto simpático, pero serio.

    3.Que sea algo más cruel…no tener la impresión de que se va apiadar de cualquiera que necesite ayuda.

  8. Ethan R.

     

    Hacía ya bastante tiempo que Ethan no se pasaba por la Academia pero aquel era un momento especial; su hermana se graduaba y tenía claro que si no aparecía por allí a felicitarla, tendría serios problemas con ella cuando le pillase por la mansión.

     

    Los jardines seguían como los recordaba, el mortífago caminaba con paso decidido en dirección al Gran Salón donde tendría lugar la celebración. No le gustaba muchos aquellos eventos desde que el suyo fue un autentico fracaso pero no pudo evitar una sonrisa al recordar cómo le rompieron la nariz aquel día. A pesar de todo, tenía una parte cómica.

     

    La entrega de diplomas ya había comenzado y pudo ver como varios miembros de su familia recogían sus respectivos reconocimientos. No pudo evitar cierta sensación de orgullo al comprobar cómo entre todos aquellos alumnos felices se encontraba su hermana, radiante aquel día. Al terminar todo, fue a la primera que se acercó, estaba rodeada de varias compañeras más, a una de ellas la conocía de vista.

     

    -Hola chicas, ¡felicidades! –dijo con una sonrisa y enseguida se dirigió a su hermana a la cual estrecho entre sus brazos –Hermanita estoy orgulloso de ti, dentro de poco estarás dentro –pronunció en un susurro en el oído de la morena. Estaba seguro de que sabría a que se estaba refiriendo. – Te ves preciosa –añadió haciéndola dar una vuelta sobre sí misma.

  9. Ethan R.

     

     

    Ethan escuchó las últimas palabras de la Banshee y no pudo evitar una sonrisa en su cara. Estaba claro que no había mucha simpatía entre los dos y que ella no le aguantaba demasiado; pero estaba bien. Notaba los ojos esmeraldas de Eva clavados en él, sin apartarlo salvó en contadas ocasiones para vigilar a Alicia.

     

    Por su parte la reunión había terminado y tendía que volver a su puesto de trabajo. Giró sobre sus talones y se dirigió a la puerta del despacho no sin antes contestar a las últimas palabras de la directora sobre perderle de vista.

     

    -Los dos sabemos que en el fondo te encanta verme –dijo en un tono bajo de voz pero suficiente para que lo oyerá.

     

    El Rambaldi caminó por el pasillo directo al gabinete de seguridad. Tenía claro como organizar ahora el trabajo de los empleados después de la confusión que le produjo cierta información errónea.

     

    Entró en el gabinete a toda velocidad sin prestar demasiada atención a lo que pasaba por allí. De refilón vio a su hermana, Lisa. Estaba entretenida entre los papeles que ocupaban su escritorio. Ni siquiera la miró y con un tono más autoritario del que en verdad quería mostrar se dirigió a ella:

     

    - Lisa, a mi despacho

     

    Siguió con paso firme en dirección a su oficina hasta que la presencia de alguien llamó su atención. Se detuvo y para su sorpresa comprobó que Spectrum estaba ocupando su escritorio, llevaba días sin verle por la oficina y había aparecido en el momento idóneo.

     

    -Spectrum, a ti también te quiero ver en mi despacho.

    La puerta quedo abierta de par en par mientras el demonio tomó asiento detrás de su escritorio. Tomó un trozo de pergamino y una pluma y esperó a que los dos entrarán para poder explicarles sus nuevas tareas.

  10. Abrió los ojos bruscamente, inexpresivos, fijos en un punto del techo de la habitación. Ni siquiera había sido consciente del momento en el que el sueño se apoderó de él. Se había pasado el día entero leyendo los manuscritos y el cuaderno de su abuelo una y otra vez, intentando entender como había caído en la trampa de esa forma.

     

    La estancia estaba completamente en silencio, solo se hacía presenta el tic tac del reloj que colgaba en una de las paredes de la habitación y la respiración de él mismo. Giró la cabeza e intentó captar la hora que señalaba: las ocho en punto de la tarde.

     

    Se incorporó en la cama y suspiró, apartando todos los pergaminos que se extendían en la cama. Encontró la nota. Hacía solo unos días que la lechuza esperaba impaciente en el poyete de la ventana. Las palabras de aquella mujer no eran demasiado concisas, apenas si tenía claro que debía ir al bosque y buscar una fortaleza con la ayuda del mapa que venía junto a la nota.

     

    -Fabuloso –dijo levantándose de la cama y caminando unos pasos hasta alcanzar la ventana.

     

    La luna empezaba a hacerse presente en el cielo; estaba claro que esa noche estaría iluminada por el brillo de la misma. Los jardines que se extendían debajo de la ventana estaban solitarios algo estupendo para salir sin tener que dar demasiadas explicaciones.

     

    Después de un rato perdido en sus pensamientos se acercó al baño y se apoyó en el lavabo viendo su reflejo en el espejo que colgaba enfrente. Las ojeras cada día eran más visibles desluciendo sus ojos azules. Las escasas horas de sueño estaban haciendo mella en el moreno, demasiadas cosas que atender, demasiados cambios en tan poco tiempo.

     

    Se llevó las manos a la cabeza echando hacía atrás el pelo cada día algo más largo y alborotado. Todo estaba bastante descuidado en el Rambaldi últimamente. La barba de varios días era el detalle de lo desaliñado que iba, pero aún así, seguía manteniendo su atractivo.

     

    No tardó ni quince minutos en terminar de vestirse y salir por los pasillos de la mansión en el más completo silencio. Arrastraba la túnica negra que había elegido para la ocasión. Pocas veces vestía así, no era su estilo, pero para aquella ocasión considero que aquello era lo más apropiada. Antes de desaparecer, comprobó que llevaba consigo el mapa que le conduciría hasta el lugar señalado. Sonrió. Todo listo. Todo comenzaba.

     

     

    Sintió el contacto de sus pies con la tierra. Había dejado de dar vueltas sobre sí mismo y había aparecido justo en el punto en el que había pensado. Observó el entorno dando varios pasos alrededor. No conocía aquel lugar y la neblina que se extendía por el interior del bosque iba a dificultad localizar el punto exacto que se marcaba en el mapa.

     

    Sacó la varita del interior de la túnica y realizó un hechizo iluminador. Después, del bolsillo izquierdo cogió el mapa y lo abrió iluminándolo con la varita. Enseguida localizó el punto en el que se encontraba. Si no se equivocaba, solo tendría que avanzar de frente la mayor parte del tiempo para luego desviarse un poco…

     

    -Está bien. Pongámonos en marcha –dijo para sí mismo internándose en el bosque.

     

    Los sonidos que envolvían el bosque se entremezclaban unos con otros: el ulular de las lechuzas y búhos, el chasquido de las ramas al paso de algún otro animal terrestre, la ligera brisa moviendo las hojas de los árboles…Todo aquello proporcionaba una sensación misteriosa, de soledad.

    El tiempo que transcurrió desde que se interno en el bosque hasta ese momento no estaba claro. Pero llevaba ya varias horas andando sin parar y empezaba a creer que estaba dando vueltas en círculos.

     

    Cansado de buscar, tomar un descanso era una opción bastante llamativa. Al resguardo de un gran árbol, el Rambaldi se sentó, apoyando la cabeza contra el tronco e intentando divisar alguna estrella entre la neblina y las ramas que se extendían por encima de él. No habría forma de encontrar aquel sitio en la noche, incluso de día dudaba de que fuera fácil.

     

    Un pequeño chasquido a unos escasos dos metros de su posición fue lo que le hizo incorporarse y apuntar en la dirección del sonido. Un pequeño conejo saltaba alegremente por la oscuridad; fue sorprendido por la luz que desprendía la varita y salió corriendo de allí. Los impulsos irracionales son los que hacen reaccionar a las personas y tuvo que ser eso lo que hizo que el moreno saliera corriendo detrás de aquel animalito.

     

    El camino estaba llenó de pequeñas trampas que le impedían avanzar a mayor velocidad. El conejo no paraba, estaba envuelto en una carrera frenética por no ser cazado. Ethan lo seguía sin descanso apenas ya sin respiración hasta que de repente se hizo la oscuridad absoluta y un dolor intenso recorrió su pierda izquierda desde la punta de su dedo gordo hasta la ingle. Había caído en un agujero, una trampa. Demasiada fijación por el conejo que apenas había sido consciente de los peligros que podía encontrarse por allí.

     

    La “Torre Misteriosa” se alzaba delante de él. Estaba bañada por la neblina que recubría todo el bosque pero a la vez por la luz de la luna. Ni siquiera había sido consciente de haber llegado allí.

     

    -¿Y él conejo? –se preguntó mirando en todas las direcciones en busca del animalito.

     

    Cojeando y dolorido salió del agujero y caminó hacía la entrada de aquella torre Ahora entendía la advertencia de aquella mujer sobre los accidentes. Llamó varias veces a la puerta hasta que está se abrió sola haciendo bastante ruido en el proceso. Ethan entró con la varita en alto en posición de defensa; en esas circunstancias era bastante desconfiado y por supuesto era mucho mejor prevenir.

     

    El interior de la Torre estaba igual de abandona que el exterior de la misma. En la planta de abajo no había nadie pero de la superior se oían susurros de lo que el Rambaldi intuyó que eran voces humanas. Al pisar el primer escalón este hizo un ruido sordo; a cada pasó que daba los escalones crujían bajos sus pies hasta que alcanzó el final de las mismas.

     

    Una mujer hermosa de melena rubia estaba acompañada por otras tres personas más. Supuso que la rubia era Afrodita; pura intuición pero su porté daba a entender eso. Dio varios pasos, aún cojeando, hasta que llego a la altura de las personas congregadas. Las palabras de la mujer no se hicieron esperar. En verdad el moreno nunca había oído hablar de la Malfoy hasta el momento en que recibió la nota.

     

    Las palabras se fueron colando en la cabeza de Ethan. No tenía claro si estaba o no preparado para viajar en el tiempo pero sin lugar a dudas era una experiencia que quería volver a vivir. Ir aquel momento en el que todo cambió, revivirlo de algún modo y entender el porqué de las cosas. Tal vez el mirarlo con otros ojos…

     

    Los compañeros empezaron a situarse en la línea del tiempo, debajo del reloj de arena que presidía la habitación, que les llevaría hacía un punto de su pasado. Jugar con el tiempo…la última vez que lo hizo salió bastante abrumado por todo lo que vivió aunque era cierto que no viajó con un giratiempo y que no fue meramente un observador.

     

    Era su turno, ni siquiera miró a la rubia que se situaba a su izquierda pendiente de cada uno de los chicos. Se situó encima de la línea, cerró los ojos y se dejó llevar…

     

     

    Viaje

     

    Fueron unos gritos los que hicieron que abriera los ojos de golpe. Se echó a un lado al ver a su madre escondiendo a sus hijos menores en un pequeño refugio debajo de la alacena. Entre ellos estaba él, luchando por que le dejarán ir a pelear con su padre y hermanos. Todo ese día sucedió muy rápido, sobre todo lo que pasó en la cocina. Vio llegar a Tommy, él sería el encargado de vigilar aquel pequeño escondite; pero no duro mucho. Un hombre corpulento y de aspecto arrogante entró en la cocina. Tommy intentó defenderse pero nada pudo hacer. Cayó al suelo de espaldas con los ojos abiertos de par en par y desangrándose.

     

    Ethan sintió una punzada de dolor al recordar o tal vez vivir esa escena de nuevo. Tommy había sido su hermano, su compañero…su mejor amigo. Tardó varios minutos en volver a reaccionar no podía perder el tiempo, el pasado era pasado y por mucho que le doliese no podía hacer nada por cambiarlo, no debía.

     

    El pequeño Ethan salió de debajo de la alacena y se abalanzó sobre su hermano. Los atacantes se concentraban, en esos momentos, en el jardín donde se libraba la mayor parte de la “batalla”. Su abuelo fue el primero con el que se cruzó, los ojos verdes de este se posaron sobre el Rambaldi como si supiera que estaba allí, como si lo estuviera viendo. Un escalofrío recorrió al demonio. Se centró en lo que sucedía delante de sus ojos, toda su familia defendiendo el hogar.

     

    Fue en ese instante, esa conversación la que le hizo girar sobre sí mismo y ver a Noah hablando con alguien. Se dirigió hacia su abuelo pero no llego a ver con quién hablaba la persona desapareció, pero las palabras le quedaron bien grabadas.

    “No entiendo porque los aurores os están atacando, que yo sepa no han descubierto nada aún”.

    ¿Aurores? Desconcertado vio como Noah volvía con la varita en alto a la batalla… y fue en ese momento cuando el pequeño Ethan salió, fue en ese instante cuando aquel rayo verde impacto contra su padre y cuando los ojos de su abuelo se clavaron en él. Todo comenzó a desdibujarse, era hora de regresar…

     

    Fin

     

     

     

    Cuando apareció de nuevo en la habitación de arena, el demonio estaba ciertamente desconcertado con todo lo vivido. Las palabras de aquel hombre al que no consiguió ver la cara, retumbaban en su cabeza. Ahora todo era bastante incierto aunque algunas piezas empezaban a encajar…

     

    No tuvo mucho tiempo de seguir pensando; Afrodita volvió a tomar la palabra para explicarles cuál sería la próxima actividad: regresar de nuevo al pasado. No fue conscientede en qué momento se volvió a situar de nuevo en la línea que le llevaría a un punto de su pasado. Estaba bastante ido como para pensar de manera coherente y fría. En décimas de segundo todo se volvió de nuevo borroso; el escenario cambió.

     

     

     

    Cuatro meses atrás

     

    -Buenos días señorito Ethan

     

    La aguda voz del pequeño Elfo fue lo primero que escuchó el Rambaldi aquella mañana. Dorian había formado parte de la familia desde hacía bastantes años atrás. Se había quedado con Ethan tras la muerta de abuelo, Noah y ahora era lo que le quedaba de aquella familia.

     

    El elfo de ojos saltones y alegres, iba vestidos con un delantal de flores y estaba limpiando la parte superior del armario de la habitación del demonio. Había sacado todo el contenido y depositado en el suelo. Entre todo aquel montón de cosas sin utilidad, al joven le llamó la

    atención un pequeño baúl que nunca había visto.

     

    -Dorian, ¿habías visto antes este baúl?

     

    El elfo no contestó simplemente se quedó mirando lo que Ethan llevaba en sus manos, expectante por ver cuál era su contenido. El demonio se sentó a los pies de la cama y comenzó abrir el baúl poco a poco como con miedo, intuyendo que ahí había algo importante. Y no sé equivocaba en el interior se hallaba unos manuscritos y un pequeño cuaderno. Al mirar los manuscritos, inmediatamente se dio cuenta de que se trataba de la letra de su abuelo. Los soltó y agarró el cuaderno abriéndolo por la primera página. Con una letra fina y delicada se podía leer: “Lo bueno no es tan bueno, ni lo malo tan malo”. Una sonrisa se dibujo en los labios del joven, esas eran las típicas palabras de su abuelo pero en ese caso tenían un significado diferente.

     

    -Es el diario del señor Noah…

     

    Las palabras del elfo parecieron resonar en la distancia, la escena comenzó a cambiar de nuevo mientras el Ethan del recuerdo comenzó a desaparecer.

     

    Fin del viaje

     

     

    De repente volvía a estar en la sala junto al reloj de arena. Levanté la vista para cruzar la mirada con la banshee. Respiró profundo y esperó con impaciencia el siguiente ejercicio que pondría, estaba empezando a descubrir cosas interesantes…

  11. Ethan Rambaldi

     

    Al entrar en el despacho de la jefa de la oficina no me di cuenta de la presencia de Alicia en la estancia. El poco trató que tuve con ella cuando fui empleado en seguridad, me pareció una chica bastante peculiar. Me centré tanto en ella que apenas escuché las palabras de la Black y me costó coger el ritmo de lo que me estaba preguntando.

     

    -Pues la verdad –dije, cruzando mis brazos –que pasar no ha pasado nada nuevo. Seguimos trabajando en los dos temas que tenemos pendientes y de los que tienes toda la información. Respecto a lo de recorrer los departamentos correspondientes del Ministerio pues quejas muchas, dudas ninguna. -dije con cierta diversión en mis palabras -Mandaré a los empleados que tengo e iré yo mismo a alguno de los tres. ¿Quieres que me pase personalmente por alguno en especial?

    Los departamentos que eligiera serían seleccionados al dedo. Reprimí una sonrisa, claramente sabía cuáles serían los que visitaría personalmente. Tal vez sin quererlo, mentalmente ya empecé con la organización que pondría en marcha en cuanto saliera de aquel despacho.

     

    -¿Algo más que quieras añadir?

  12. Ethan Rambaldi

     

    No pude reprimir la risa ante la respuesta de mi hermana a Evarela pero intenté disimular con los documentos que estaba revisando. Lisa no había tenido nunca pelos en la lengua y estaba claro que no se achantaba ante nadie, algo que me encantaba y divertía sin lugar a dudas. Lo que pensaba lo decía, sin más.

     

    Levanté la mirada antes las palabras de la jefa sobre ir a su despacho. A veces más que asustar, que en el fondo es lo que intentaba, parecía algo histérica. Algo que resultaba realmente gracioso. Su mirada se perdió viendo pasar a Alicia; hacía bastante que no la veía y por la última información que me habían pasado, había cambiado de puesto de trabajo. Demasiado distraída como para saludar incluso ante el gritó que le lanzó la jefa.

     

    -Me parece bien, Lisa. Luego nos vemos por el gabinete y hablamos.

     

    A mi hermana le faltó hacer una reverencia a “madame Black” cuando se despidió. La escena resultaba realmente cómica. Y esta vez si que tuve que hacer grandes esfuerzos por no reírme delante de la banshee. Para distraerme miré a Hugo que observaba la escena sin decir absolutamente nada.

     

    Miré al cielo cuando Evarela nos mandó a Hugo y a mí a su oficina, venía el calvario. Suspiré y caminé hacía la estancia observando cada movimiento de la Black. Venía el calvario. Entré en su despacho.

     

    -Tú dirás –dije mientras me apoyaba en una de las sillas que había enfrente de su escritorio.

  13. Sala de Reuniones

     

    Ethan Rambaldi, Evarela Black y Ethiane

     

    (Flash)

     

    Siempre me había parecido curioso el carácter encantador de la jefa de la oficina. Aunque me mantenía serio por dentro algo me incitaba a picarla y sacar más su lado “dulzón”; pero aquel no era el momento, estábamos allí por motivos de trabajo y quería terminar con aquello lo más rápido posible. Este tema y el del asesinato de Gringotts se estaban alargando demasiado.

     

    Escuché las palabras de Ethiane explicándonos más concretamente que era lo que necesitaba de nuestra oficina. Ahora parecía más claro, confirmar si la información que habían obtenido los muggles y que podía tener consecuencias graves, había sido transmitida por magos o por alguna vida extraterrestre y alertar a la comunidad mágica.

     

    Me quedé pensativo durante más tiempo del necesario. No tenía muy claro cuál sería la estrategia a seguir en estos casos y si Evarela tendía el poder de decidir si se actuaba o no. Ethiane nos dio un tiempo y se retiró dejándonos en la sala de reuniones. Respiré profundo y me apoyé en la mesa.

     

    -Bueno jefa, ¿qué opinas sobre el tema? ¿vamos a apoyarlos?

     

    Empecé a pasar de nuevo una hoja tras otra de los pergaminos que había en la mesa con toda la información recogida hasta ese momento. Estrellas, alineaciones, catástrofes… y un sinfín de cosas que no podíamos controlar ni siquiera con magia. Estaba por encima de nuestros poderes y, en caso de que algo ocurriese, solo podríamos avisar.

     

    -En mi opinión, creo que no nos costará nada avisar a la comunidad simplemente para que estén alerta. Pero tú tienes la última palabra.

  14. Ethan Rambaldi

    Escuché las palabras de Evarela era bastante habitual el tono de superioridad que empleaba la directora para dirigirse a sus empleados. Tal vez cumplía su papel o tal vez solo era así...en cualquier caso no compartía sus métodos o por lo menos no del todo.

     

     

    Terminaba de firmar unos papeles que me habían quedado pendientes antes de dárselos a la recepcionista para que los enviara. Esos pequeños trámites siempre se me pasaban por alto de manera constante. Mientras Evarela terminaba de "saludar" a Lisa.

     

     

    - Cuando quieras te pasas por mi despacho y te pongo al día de lo que ha acontecido desde la última vez...-me quede parado pensando cuando había sido la última vez que había tenido una reunión con Evarela -bueno, en verdad nunca ha habido ultima vez...así que estaré preparado para la primera reunión entre tú y yo... -dejé caer las últimas palabras con algo de picaresca en el tono. - Incluso podemos ir ahora mismo si así quieres.

     

    La recepcionista me paso en ese momento un sobre. Lo abrí y leí rápidamente, las cosas habían cambiado en el gabinete. Miré resignado a Susana, si me hubiera pasado la información antes no habría estado perdiendo el tiempo toda la mañana.

     

     

    - Bueno Lisa, creo que no vamos a necesitar de momento que repartas lo que te iba a dar… al parecer se han producido cambios así que tendré que arreglarlos.

     

     

    de ese pequeño inciso me volví a dirigir hacía la directora.

     

     

    -Evarela, tú dirás; tal vez nos podemos reunir Hugo, tú y yo –dije mirando a mi padre que hasta ese momento se había mantenido callado.

     

     

    Todavía recordaba el lio que me hizo hacía unos meses atrás con Grace…fue un simple flash pero recordar a la castaña me hizo sentir algo extraño dentro de mí.

  15. Ethan Rambaldi

     

    Terminé de rellenar los pergaminos donde explicaba a cada miembro del gabinete de seguridad sus funciones a partir de ese momento. Dejé la pluma junto a las otras correctamente alineadas y me incliné en la silla releyendo las líneas que había escrito. Tomé la taza de café que unos minutos antes había preparado y le di un sorbo.

     

    No tenía muy claro cuál era mi estado de humor en ese momento pero lo que estaba claro es que estar encerrado en aquel despacho no me ayudaba. Doblé cuidadosamente los pergaminos y los metí en un sobre. Tenía pensado dárselos a Lisa y que ella los repartiese a cada uno de los miembros, a fin de cuentas, era la única presente en aquel momento por la oficina.

     

    Cuando salía del despacho me pareció escuchar la voz de Evarela llamando a los jefes de cada departamento. Resignado mire la puerta del gabinete que se encontraba medio abierta y me dirigí hacía allí. La directora estaba en la recepción, no tenía muy claro cuál era su estado de humor…dudaba de que fuera bueno. Hugo estaba también allí, con él debía mantener una larga conversación sobre asuntos familiares, pero aquel no sería el momento.

     

    -Creo haber escuchado mi nombre –dije cuando me acerqué a ella con una sonrisa picarona y apoyándome en el mostrador de la recepción -¿en qué puedo ayudarte?hola Hugo, ¿cómo estás? -añadí tendiendo la mano a mi padre.

  16. Departamento de Seguridad

     

    Volví a mirar el reloj ya había sido suficiente. Empecé a recoger de la mesa los papeles que había extendido sobre ella. No tenía caso seguir perdiendo el tiempo allí, había demasiadas cosas pendientes que requerían nuestra atención, además aunque solía ser paciente, últimamente carecía de esa virtud y con la espera salía mi peor lado.

     

    -Creo que voy a optar por mandar comunicados de las tareas que tienen que realizar cada uno. No quiero seguir viendo pasar las agujas del reloj sin hacer nada. Si quieres que hablemos, podemos ir algún sitio del Callejón. Seguro es más cómodo y relajado que contarnos nuestra vida en la oficina. –intenté suavizar mi mal genio y no parecer brusco en mis palabras.

    Me levanté y comencé a caminar en dirección a la puerta. Quería meterme en la oficina y realizar los comunicados para tenerlos cuanto antes y quitarme eso de encima. Tenía que seguir con los trabajos ya aceptados, realizar el informe correspondiente al departamento de Misterios y seguir con la investigación de Gringotts.

     

    -En cuanto tenga todo organizado, salgo y te digo lo que tienes que hacer. Mientras puedes cogerte un descanso y conocer otras oficinas si te parece –añadí mirando a Lisa que se había quedado parada delante de la puerta de mi oficina.

     

    Sin más cerré la puerta y me puse a trabajar.

  17. Bienvenidos a la familia, Andromeda y Emilio. :P

     

    Emilio en cuanto tengas la bóveda y la ficha la traes para poder ponerlas en el árbol familia xDDD. Espero que pase tú hermana a aceptarte.

     

    Andromeda, solo falta que actualices tú bóveda y ficha con los datos de la familia y listo. Como ya Niqquita te adopto, ya te pondrá Deiwan en el árbol.

     

    Copio a Deiwan así queda mejor ;)

     

    Pueden pasarse a rolear por la mansión cuando gusten, y por el Semper Rambaldi, que es el topic off rol en LAS TRES ESCOBAS para socializar y charlar.

     

    Les recuerdo que tenemos grupo en Facebook, FAMILIA RAMBALDI, por lo que ÚNANSE para conocernos tambien, planear roles y demás.

     

    Y lo dicho, Bienvenidos!!! ^_^

  18. Departamento de Seguridad

     

    Ethan Rambaldi

     

    Mientras Lisa hablaba sobre que había sido de su vida en estos meses me empecé a impacientar por el retraso del resto de miembros del gabinete. Por la mañana les había enviado un mensaje avisándoles del lugar y la hora en el que tendría lugar la reunión y ninguno había contestado de manera negativa. El único Spectrum que llegaría más tarde.

     

    Mi rostro empezó a mutar. Un semblante serio apareció en mi cara mientras mi hermana seguía contándome. Solía ser bastante tranquilo excepto cuando algo me disgustaba; en esas ocasiones solía aparecer mi parte más oscura, el demonio que llevaba dentro.

     

    -No me gusta que me hagan esperar…. –dije en un susurro sin contestar a nada de lo que me había dicho la morena

     

    En ese momento recordé mi paso por la departamento de Misterios y todo lo que le hice esperar a Ethiane. Mi semblante se relajó un poco y volvió a tomar un tono menos duro que el de hacía varios minutos.

     

    -Aunque bueno, a veces yo me hago de rogar demasiado… así que estuviste en el ataqué de un vampiro… -recordé a Violette y cierta nostalgia se apoderó de mí -vaya… y de un hombre lobo, veo que no has parado hermanita.

     

    Eché un vistazo al reloj de la pared y elevé un ceja mientras meditaba sobre que hacer.

     

    -Esperaremos un poco más y si no aparece nadie, te diré cuales serán tus funciones a partir de ahora y a ellos… ya veremos…

  19. Hola Nats! Bienvenida a la familia Rambaldi!!! Bueno ya veo que tienes tanto la bóveda como la ficha de personaje listas, así que lo único que puedo decirte es que te pases por la Mansión y por el club que tenemos en las Tres Escobas y que disfrutes. Ahora mismo en la Mansión está teniendo lugar una cena familiar, será una ocasión estupenda para que conozcas a muchos de los miembros. Te dejo los links y solo queda que Fokker pase para aceptarte ;).

     

    Mansión

    Semper

  20. Departamento de Seguridad

     

    Ethan Rambaldi

     

    -Dejar la mente en blanco durante unos minutos es una buena forma de despejarte de todo el estrés que conlleva esta vida, querida hermanita.

     

    En medio de mi meditación o más bien mi adormilamiento, Lisa hizo acto de presencia en la sala de reuniones. Había sentido su aroma desde el mismo instante que cruzó la puerta pero había mantenido mi postura sin mover un solo musculo.

     

    -Parece que tus compañeros se retrasan.

     

    Abrí los ojos y miré a la morena que había tomado asiento a mi lado. Se había tomado al pie de la letra eso de ser mi sombra y estaba seguro de que no sentaría mal tener una persona cerca de mí ayudándome en determinadas cuestiones.

     

    Me acomodé de nuevo en el asiento y comencé a sacar los papeles donde estaban las tareas que encomendaría a cada uno de los miembros del gabinete.

     

    -Todavía no tengo claro que tarea mandarte a ti… será sorpresa de última hora. Bueno, ahora que tenemos un rato cuéntame ¿qué has hecho todo este tiempo desaparecida?

  21. Hacía ya tiempo que no me pasaba por aquí... Bienvenidos a los nuevos miembros de la familia, es genial ver nuevas caras...

     

    Caroline, por supuesto que te adoptamos...supongo que Dei no tendrá problema en que seas su prima pero como se tiene que pasar él a ponerte en el árbol :P pues ya confirma.

     

    Yo solo puedo darte la Bienvenida e invitarte a que te pases por la Mansión (por donde yo tengo que pasarme más a menudo xD).

     

    Un saludo gentecilla.

  22. Departamento de Seguridad

     

    Ethan Rambaldi

     

    Me retire a mi despacho dejando a los dos aprendices conociéndose. Tenia varios asuntos que organizar, entre ellos el que corría más prisa era la reunión que debía mantener con los miembros del departamento.

     

    Hacia escasos días que me habían nombrado jefe de seguridad y aun no había tenido tiempo de conocer y tratar a algunos de los miembros. Además debía de poner en marcha al equipo encomendando tareas necesarias para el buen funcionamiento del departamento.

    Tome asiento en el escritorio, cogí varias pergaminos y me puse a escribir varias notas para cada miembro. Había decidido que la reunión seria esa misma tarde en la sala de reuniones del departamento. Firmé y puse el sello correspondiente para posteriormente ser enviadas.

     

     

    Pase el resto de la tarde encerrado en el despacho disfrutando de diversas tazas de café que más tarde cambiaría por tés muy al estilo de la abuela. Tuve que coger la lista de empleados, no muy extensa, y decidir que trabajos mandaría a cada uno de ellos. Después decidí trabajar sobre algunos de los casos pendientes.

     

    Media hora antes de la hora señalada, me encamine hacia la sala de reuniones. Camine hasta el fondo de la mesa y tome asiento. Esparcí por encima de la mesa todas las carpetas que llevaba encima y me acomode a esperar sumiéndole en un ligero sueño. Las escasas horas de sueño empezaban a hacerse visibles a pesar de la cafeína que llevaba en el cuerpo.

  23. Departamento de Seguridad

     

    Ethan Rambaldi

     

    Me dediqué la mayor parte de la mañana a recoger todos los papeles, carpetas, cuadernos, libros y demás cosas que alborotaban la que hasta ahora había sido mi antigua mesa. Todo estaba esparcido y tuve que ir revisando y organizando, poner un poco de orden. Cuando todo estaba perfectamente organizado saqué mi varita y con un ligero movimiento de muñeca hice que todo flotase en el aire y se desplazase hacía mi nuevo despacho.

     

    Apenas reparé en la presencia de mi nueva aprendiz. Lisa había estado bastante tiempo desaparecida de mi vida, éramos muy niños la última vez que la vi. Al entrar en mi nuevo despacho, la encontré allí. Pude ver el perfecto orden que reinaba en aquella sala y no pude más que sonreír; sonrisa que aumento cuando vi el café esperándome encima de mi escritorio.

     

    -Un buen trabajo, hemanita, sobre todo el café –dije mientras cogía la taza y le daba un pequeño sorbo.

     

    Por unos segundos me quedé mirando a mi hermana hasta que caí en la cuenta que tal vez sería una buena idea ponerla al tanto de los cosas más importantes del momento. Me senté encima de la mesa y comencé a buscar con una mano algún documento que hablará de los casos.

     

    -Te pondré un poco al día de las cosas que estamos trabajando en estos momentos, en particular de dos casos. A partir de ahora y en mis siguientes salidas y reuniones tú me acompañaras –miré de refilón a mi hermana y sonreí de manera picará –digamos que serás como mi secretaria personal. El primer caso, se trata de un asesinato que se produjo en Gringotts. Estamos investigando de quién se trata y sobre todo de quién lo hizo.

     

    Le pasé la carpeta para que más adelante pudiera revisar la información que contenía.

     

    -Quiero que leas la información y estés al tanto de todo los detalles. Por otro lado, tenemos un caso compartido con el Departamento de Misterios. Algo relacionado los mayas, las estrellas y demás… Tú trabajo será leer la documentación y ponerte al día…

     

    Esperé la reacción de mi hermana mientras seguía tomando, con gusto, la taza de café. El descanso no duro mucho ya que Susana hizo acto de aparición.

     

    - Señorito Rambaldi, hay un jovén esperandole.

     

    En aquel momento fui consciente de mi despiste; junto con Lisa, había otro aprendiz y me había olvidado por completo de él. Me llevé la mano derecha a la frente y dejé la taza de café en el escritorio.

     

    - Que despiste, enseguida salgo. Gracias Susana.

     

    La mujer se despidió y se encamino a la salida para volver a tomar posición en su puesto de trabajo. La seguí a pocos pasos. En la recepción vi al joven esperando a ser atendido. Me acerqué a él y le extendí la mano.

     

    - Siento mucho el retraso en atenderte. Soy Ethan Rambaldi, jefe del Departamento de Seguridad. Es un placer tenerte con nosotros, Aaron. Por favor, sigueme y te muestro tu nuevo puesto de trabajo.

     

    Dejé que pasará primero por la puerta que conducía al departamento y me dirigí hacia uno de los escritorios vacios.

     

    - Este será tú escritorio. Estarás al lado de tu compañera, Lisa. -la chica había salido de mi oficina y se dirigía hacia nosotros -aprovecho para deciros a los dos que en unos horas convocare una reunión con todos los miembros del departamento.

     

     

     

     

    Off.

    Aaron, siento mucho no haberte recibido antes, no me di cuenta. Lee los documentos que dejé a Lisa abajo, así sabes un poco los casos que estamos tratando en el departamento.

     

    Lisa, aquí te dejo los links a la documentación de los casos. Cualquier duda me dices :P

    Mayas

     

    Gringotts

     

    Buenas tardes, me dirijo a usted para informarle de los progresos que tuvimos en el estudio de las pruebas sobre el fallecido que se encontró en el Banco de Gringotts.

     

    Las empleadas de San Mungo encontramos al fallecido sentado en una de las esquinas del lugar, tenía marcas de haber forcejeado con alguien y también encontramos muestras de sangre de alguien distinto al fallecido, aunque no hemos podido identificar a ninguno de los dos.

     

    El cadaver había sido envenenado, su muerte tuvo que ser dolorosa, puesto que el veneno había sido mal realizado, al adjuntar un sedante a este, probablemente porque el asesino tuviera cierto aprecio al fallecido, lo unico que logró es que la muerte fuera más lenta. La otra muestra de sangre que encontramos en la bóveda tenía muestras del veneno, aunque no sufriría sus efectos.

     

    Con todos los datos es probable que el crimen fuera pasional, pero sin más datos nosotras nos abstenemos de tomar un resultado final y solo expondremos las pruebas.

     

    Un saludo cordial...

     

    FDO: Anna T. Ryddleturn

    Jefa de Virus Mágicos y enfermedades mágicas en general. Envenenamientos por pociones y plantas

     

     

     

    Rol en el Dept. de Misterios

    Link 2

  24. Oficina Coordinadora de Investigaciones Alternas

     

    Ethan Rambaldi

     

    Después de los oportunos saludos, Ethiane no tardó en tomar la palabra en torno al tema que nos había llevado hasta allí. Aún estábamos algo confuso con la información recibida y con nuestro papel en todo aquel asunto; así que tenía puestas mis expectativas en resolver esas dudas en aquella reunión.

     

    La chica dio una serie de explicaciones señalando varias carpetas que había sobre la mesa con información sobre el caso, después cedió la palabra a su compañero al cual pareció pillar desprevenido pues tardó en reaccionar. Fue Ethiane la que volvió a tomar la palabra ante el silencio de su compañero.

     

    Con un movimiento de varia la… hizo aparecer varios pergaminos que nos entrego. Comencé a leer el primero que hablaba sobre los mayas. Me resultaba un tema realmente muggle, en los últimos tiempos no paraban de hablar sobre el fin del mundo y el calendario maya. Respiré profundamente y miré a Evarela intentando captar algún gesto que me indicará que opinaba respecto al tema.

    Carraspeé, intentando llamar la atención de los presentes. Siempre me había fascinado el mundo maya, pero seguía sin tener la más mínima idea de cuál sería nuestra función en todo ese asunto.

     

    -Bueno, es un informé bastante interesante pero sigo sin entender cuál sería nuestro papel en todo este asunto –dije intentando no parecer brusco pues para nada era mi intención –¿qué es lo que tenemos que hacer?

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