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Mery Gaunt Karkarov

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Mensajes publicados por Mery Gaunt Karkarov

  1. Observar como Ishaya hacía apuntes en un papelito hacía que la pelirrosa quisiera saltar sobre el y observar cada letra y número que ponía, cada suma y cada resta, si es que hacía algo de eso, claro. A su vez, en su mente, comenzó a hacer el cálculo que le había mandado a Ishaya, apoyándose en sus dedos.

     

    Cuando el resultado que Ishaya le había dado no era el mismo que el de Mery, ella abrió sus ojos y, haciendo aparecer un papel y una pluma, comenzó a hacer las cuentas a la vez que escuchaba lo que su alumno decía sobre el número 2, lo cual estaba todo bien excepto por el hecho de que no era el número que representaba a Mery, al menos no en el número de carácter.

     

    - Estupendo Ishaya, una definición perfecta del número dos -dijo sonriendo y terminando de anotar unas cuentas en el papel-. Pero... mira bien -extendió el pequeño pergamino.

     

     

     

     

    1-a, j, s

    2-b, k, t

    3-c, l, u

    4-d, m, v

    5-e, n, w

    6-f, o, x

    7-g, p, y

    8-h, q, z

    9-i, r

     

    Mery Gaunt

    4597 71352

     

    4+5+9+7+7+1+3+5+2=43

     

    4+3=7

     

     

    - ¿Ves? -dijo con una leve sonrisa-. Aquí encontramos la tabla de la que te comenté anteriormente, los nueve números principales se asignan al abecedario, en orden alfabético -dijo mientras señalaba la primera parte del papel-. A continuación está mi nombre con las asignaciones numéricas -señaló esa parte-. sumamos todo debido a que el número del carácter es así, sumando todos los números, tanto asignaciones de vocales como de consonantes, y llegamos a un número simple -señaló el final-. ¿lo entiendes ahora? -le sonrió y miró con cariño-. Venga, dime cual es el significado del número 7, y vuelve a intentar sacar, con mi nombre, el número del corazón, sumando solamente los números de asignaciones a vocales -le hizo una señal con la mano para que siguiera con la tarea.

     

    @ Zamolódchikova

  2. -Miércoles, ya he perdido a Edward de nuevo -gruñó Mery mientras daba zancadas en mitad del Callejón Diagón, observando cada callejuela por si veía a un pequeño niño correteando o gateando cuesta abajo, incluso podría ir rodando, que como hubiera salido a su madre seguro que es última opción era la correcta.

     

    Pasó por delante de un local que parecía una cochera sin puertas. ¿Qué clase de sitio era ese? Menuda gente más rara la que llegara a... Dio unos pasos atrás y observó fijamente el nombre del local. "Elviris Pub" Golpeó su frente con una de sus manos y suspiró, cuanto menos debería de reconocer uno de sus negocios, pero llevaba tanto tiempo sin ir...

     

    Colocó su mano en la E y en la P, las iniciales de cada palabra, y la puerta apareció. Sonrió de lado, aquello que había pasado, justo lo de olvidar su local, nadie debía de saberlo.

     

    - Zeeetaaaa -gritó justo cuando entró en el local y lo vio tras la barra-. ¿Cómo estás guapetón? -se sentó de un salto en el taburete y le sonrió-. ¿A que me pones una cerveza bien fresquita? -carraspeó un poco y crujió su espalda-. Por cierto, ¿donde está la mujer que me dio la vida? -comentó. Llevaba mucho tiempo sin ver a Anne, y mira que vivían en el mismo castillo. Aunque, claro, llevaba sin pisar el castillo Gaunt una buena temporada.

     

    Y entre unas cosas y otras, olvidó que su hijo había desaparecido en medio Callejón Diagón.

     

    @

  3. Observó a Ishaya hablar sobre algunas cosas, pero en su cabeza solamente resonaba la primera frase, y era un Muy bien que hacía sentir más tranquila y relajada, ni que decir de la felicidad y emoción que corría por todo su cuerpo, tanto que, sin quererlo, gritó en medio de la conferencia, tan chillido que sintió como sus mejillas se enrojecían, y eso que la sangre no es que fuera algo que recorriera su cuerpo demasiado.

     

    - ¡TOMA YA! -fue lo que se escuchó por toda la conferencia, acompañado de un salto de la silla donde estaba sentada. Al instante, sus manos taparon su boca, asustada y avergonzada. Seguro que su profesor le regañaría y quizás le suspendiera el conocimiento. Aunque habiendo leído las manos bien, no debería ser ético suspenderla.

     

    Se volvió a sentar, agachando su cabeza y haciendo que sus cabellos rosas taparan su cara lanzó un largo suspiro lo más silencioso posible y hasta que la voz del conferenciante no volvió a sonar, no alzó su mirada.

     

    - Lo siento... -susurró en dirección a su compañero de bando-. Es que la emoción pudo conmigo -se encogió de hombros y puso cara de niña buena-. No había llegado a pensar que podría acertar a la primera una lectura de manos, aunque seguro que no ha sido muy específica -enseñó levemente los dientes en una sonrisa.

     

    Volvió a mirar hacia la conferencia, donde algunas personas seguían mirando de vez en cuando en su dirección. Tragó un nudo y prestó atención a las palabras que salían por la boca de un señor, bastante sabio le pareció a Mery.

     

    - Así que una vez descubra mi ojo interior, puedo entrenarlo y ejercitarlo hasta tal punto que pueda manejar el tema de la adivinación lo mejor posible... -dijo casi para si misma mientras agarraba las cartas que le había dado.

     

    ¿Qué quería ahora, echar un tute?, ¿quizás una brisca? Frunció el entrecejo mientras las miraba y observaba que no eran unas cartas de poker ni españolas. Suspiró casi aliviada, era muy mala en esos juegos.

     

    - Pues, una lectura del tarot... Empezará con tener unas cartas originales -dijo alzando su baraja y sonriendo-. Y supongo, y esto te prometo que te lo voy a decir sin leer ni saber nada del tema, que tendremos que barajarlas, colocarlas sobre la mesa en alguna posición que desconozco, preguntar, porque claro el tarot sirve para responder preguntas y eso, ¿no? -soltó una pequeña risita y continuó-. y luego, pues supongo que elegir una carta, darle la vuelta, y como quien eche las cartas debe de saber su significado, pues lee -sintió que todo lo que dijo era una gran tontería, ero, ¿qué más daba? Lo importante era aprender.

     

    @ Zamolódchikova

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  4. http://i.imgur.com/z1byE.png

    Confederación Internacional de Magos, Sede Británica

    Registro de Inmigrantes

    El Departamento de Cooperación Mágica Internacional certifica que Eobard Thawne ha realizado su registro de inmigración y ha sido aceptado, manteniendo constancia de que el susodicho/a es de nacionalidad Estadounidense y reside actualmente en Inglaterra.



    http://i.imgur.com/05vIo.png

     

    Atte.
    Mery Gaunt
    Departamento de Cooperación Mágica Internacional

  5. Planilla de Compra​s Normales para Personajes:

    ID: 114956
    Nick Mery Gaunt Karkarov
    Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=108518
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=98807
    Fecha: 2017-07-05

    Objeto: Set de Quidditch
    Puntos: 80p
    Precio: 4000G

    Objeto: Águila de la Sabiduría
    Puntos: 80p
    Precio: 4000G

    Total de puntos: 160p
    Total de Galeones: 8000G

  6. Planilla de compra:

    ID: 114956
    Nick: Mery Gaunt Karkarov
    Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=108518
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=98807

    Nivel Mágico: VII
    Fecha: 2017-07-05

    Nombre del producto: Libro de la Sangre
    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo
    Nivel (del libro): 7
    Precio: 7.000 G


    Precio total: 7.000 G

  7. Escuchó con curiosidad sus palabras, la pelirrosa sentía que algo bueno tenía Ishaya para aquel conocimiento, para aquella rama de la adivinación y probabilidad. Aquello era impresionante, adoraba verlo interesado en la materia pero a la vez en su pequeño mundo.

     

    Miró de reojo a Sagitas hablar tranquilamente con Cissy. ¿Qué tendría de especial la clase de Estudios Muggles? Siempre había gente cursando ese conocimiento, y tampoco es que estudiar a esos seres tan sumamente inútiles fuera algo demasiado interesante. Se mordió el labio inferior y suspiró levemente, tendría que plantearse con alguien ir a aquella clase, así podría pasar tiempo con Sagitas, y también se quitaba de en medio ese conocimiento.

     

    - Bien, veo que te interesa el conocimiento por algo más que por quitarlo de en medio -soltó una pequeña carcajada y negó con la cabeza-. Bueno, hagamos una cosa... Como has leído, supongo que no te tengo que explicar mucha cosa... La Aritmancia se basa, en las personas, en ver su número del corazón, social y del carácter... Para la Aritmancia se usan los nueve números simples y únicos, el 0 no cuenta -mordió su labio, debía de haber traido los apuntes que tenía del conocimientos para que ahora no fuera dando saltos en la breve explicación-. Bueno, que eso, la Aritmancia se basa, levemente, en conocer más a una persona y ver las probabilidades de futuro -sonrió enseñando los dientes.

     

    Sacó su varita para, después,hacer aparecer un pequeño libro, tamaño cuartilla y fnito, con la tabla de equivalencias de números y letras y los significados de los números.

     

    - Con el conocimiento básico que tienes y lo que el libro te aporta, quiero que con mi nombre completo, Mery Gaunt, saques mi número del carácter -cruzó sus piernas como si fuera un indio y observó al mortífago-. Venga venga, que solo tienes que sumar numeritos hasta llegar a uno simple -dio unas palmaditas tanto de emoción como para que espabilara y alzó su vista a las estrellas.

     

    @ Zamolódchikova

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  8. Asintió mientras observaba como la pequeña conferencia comenzaba. Algunas miradas se clavaban en Ishaya y Mery, quizás porque hablaban más fuerte de la cuenta o simplemente por ser personas cotillas. Negó con una pequeña sonrisa en el rostro mientras volvía a mirar a su profesor de Adivinación.

     

    - Todavía no tengo muy claro como es eso de controlar lo del ojo interno, pero vaya, que supongo que todo será cuestión de práctica -susurró mientas se encogía de hombros y suspiraba con fuerza, sientiendose demasiado resignada e inútil para sacar ese conocimiento.

     

    Sonrió de oreja a oreja cuando un libro, no demasiado grande, le fue entregado a la pelirrosa. No sabía si se lo estaba prestando o regalando, pero le importaba poco, quizás más adelante podría ir a una librería para comprar uno parecido. Abrió el libro por la primera página y arrugó la frente, ¿desde cuando las manos tenían tantas arrugas que significaban una cosa u otra?

     

    Estiró su mano y la observó, notandola casi totalmente libre de arrugas. Gruñó y volvió su vista al libro. Cuatro lineas principales, mano derecha u izquierda...

     

    - Jo.der, pues si que tiene cosas una mano... -refunfuñó mientras acababa escogiendo la mano derecha ya que en el hombre esa mano, la dominante, es el cúmulo de cosas que le han pasado en la vida y que muestran un futuro.

     

    Agarró con decisión la mano de Ishaya y comenzó a observarla, empezando a notar como algunas lineas aparecían. Miró el libro y encontró que había cuatro arrugas importantes: La del corazón, la de la fortuna, la de la cabeza y la de la vida. Volvió a mirar en la mano, encontrando las tres horizontales y otra vertical.

     

    - Bien, empezaremos por la linea del corazón... -dijo casi para si misma mientras la trazaba en la mano del profesor lentamente y leía el libro-. Larga y curva, desde el dedo índice hasta el final, lo que significa que expresas tus sentimientos con facilidad -dijo aquellas palabras mirando fijamente a los ojos de Ishaya-. Si seguimos por la línea de la cabeza... -volvió a mirar el libro para ver que era la linea central y horizontal, giró su mirada a la mano, la trazó con el dedo, volvió al libro-. Profunda y alargada, conectada a la línea de la vida... Tienes las ideas claras, eres decidido... -se rascó la frente y volvió a mirar el libro, ahora tocaba la línea de la vida-. Aquí, en la de la vida, tienes muchas líneas -abrió sus ojos, cansada-. eso significa que tienes mucha vitalidad, como si fueras un gato y tuvieras muchas vidas... -sonrió y soltó una pequeña carcajada-. Y por último tenemos la línea de la fortuna, la cual tienes cambios de dirección e interrupciones, así que tendrás muchos cambios de vida debido a agentes externos -cerró el libro de golpe y observó al mortífago, esperando a que le dijera que se lo había inventado todo.

     

    @ Zamolódchikova

  9. Juro que pensaba que yo ya había posteado aquí, lo prometo u.u Y yo nunca miento, bueno, casi nunca (???

     

    Bueno, en verdad pasi rápido para que ni Napo ni Yuli me llamen la atención ni me regañen ni nada, que no me gusta verlas enfadadas, se ponen verdes y todo (???

     

    Bueno, pues prometo que lo he leido todo y que, cuando pueda volver a ser activa pues no tendrán que llamarme la atención ni nada, pero bueno, no puedo ser todo lo activa que quiero por algunas cuestiones íntimas que solo ellas saben.

     

    Enhorabuena a todos los ascendidos, sobre todo a mi hermosa Nym, que ya era hora de tenerte con nosotros, los nigrolocos (? Seguro que haces un maravilloso trabajo. Te lo tienes merecido.

     

    A los que han bajado... Pues chicos, ustedes pueden subir de nuevo y llegar a ser grandes mortios, así que no se desanimen, vereis que no es nada malo bajas :3

     

    Y nada, dejo mi huella, todo me parece bien y bueno, si tengo que puntualizar algo, lo haré en privado cin las liderosas hermosas :3

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  10. Mira que ella no era una persona de viajar demasiado por temas de estudios, al contrario, prefería viajar para olvidarse de los problemas y para relajarse más de lo relajada que estaba ya, últimamente no hacía lo más mínimo ni en el ministerio ni en ningún lado, debía de ser sincera y admitir que no movía un dedo ni para rascarse la mejilla.

     

    Seguía a su profesor, Ishaya, por todos los lados en los que se metía. Atravesaba las puertas que el atravesaba, asentía si el afirmaba algo o negaba si éste también lo hacía, podría decirse que era un completa sombra de el chico, el cual también era un compañero de bando, u muy buen compañero, para ser concretos.

     

    - ¿Ojo interno?, ¿qué? -susurró Mery mientras arrugaba la frente y refunfuñaba por no enterarse de nada.

     

    Miró al palco donde acababan de llegar y de colocar su trasero encima de una silla, bastante cómoda. Giró su cara hacía Ishaya y se le quedó observando mientras el hablaba con emoción y le hacia una serie de preguntas que, por una parte le parecían aburridas pero, que por otra, le encontraba todo el sentido del mundo, ella misma lo hacía en sus clases de Aritmancia.

     

    - Pues, ya me conoces, aunque sea poco, así que... He escogido éste conocimiento porque creo que será un paso más para completar mi habilidad adivinatoria, que creo que servirá para complementar curiosidad e interés por saber que tal me irá la vida -se encogió de hombros-. Solo creo que puedo llegar a ser buena en éste ámbito de la magia,¿no crees? -sonrió enseñando los dientes.

     

    @ Zamolódchikova

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  11. Mery amaba ver la cara de sorpresa y descomposición de sus alumnos cuando tocaban la piedrecita traslador, sentía como si tal cual aparecieran era la manera exacta de su forma de ser y, una vez los iba conociendo se afirmaba. Algunos aparecían en pijama, otros sin ninguna ropa, y, los demás solían aparecer casi preparados para la clase. Ésos últimos solían ser o los más interesantes o los que vivían aburridos metidos en su trabajo y su casa, sin aventuras y sin nada apasionante que descubrir por la Aritmancia ni por nada del estilo.

     

    - Y eso que solo has visto el principio… -sonrió la pelirrosa y se levantó de un salto, limpiando su trasero de la tierra y de las hojas que se le habían pegado.

     

    Un grito proveniente de la lejanía hizo que la chica abriera sus ojos y mirara directamente hacia allí donde una mata de pelo violeta corría colina abajo detrás de algo que seguramente había lanzado. Refunfuñó y rodó sus ojos sabiendo que aquella persona era Sagitas. ¿Por qué? Primero de todo es que solo conocía a una persona con aquel color de cabello. De segundo es que pocas personas había tan torpes como para lanzar un cacharro colina abajo. Y por último, simple intuición, quizás eran las estrellas, quizás simplemente el grito, pero no podía ser otra persona.

     

    Aguantó una pequeña risa al ver como la jadeante Sagitas ya saludaba a Ishaya, que, sin duda alguna, estaba tan entretenido por ver así a la pelivioleta. Negó con una pequeña sonrisa mientras la veía explicar que por culpa de unos muggles no podía usar la magia. ¿Qué problema había con que vieran un catalejo desaparecer de aquel sitio?

     

    - Sagitas, no es por cotillear ni nada… -dijo Mery saliendo de sus pensamientos y su mundo paralelo-. ¿Qué haces aquí? –dio un paso adelante y sonrió de lado-. No es que no me agrade verte, sino que… No veo yo que seas una persona muy apta para dar paseos por las colinas sin caerte tu o tirar las cosas –torció una pequeña sonrisa y alzó la mano en forma de despedida-. Espero que nos veamos más a menudo –y rezó por que no fastidiara demasiado su clase.

     

    Caminó un poco más lejos, hacia un terreno rodeado de árboles donde si por casualidad los muggles que había a lo lejos llegaban, no los vieran con facilidad, aunque volvía a parecerle una tontería debido a que simplemente se les podía borrar la memoria, torturarlos hasta dejarlos trastornados o incluso matarlos.

     

    Sonrió de lado y miró a Ishaya.

     

    - Bien, primero de todo… Bienvenido a la clase de Aritmancia –sonrió y volvió a sentarse en el suelo-. Ante todo, quiero decirte que es la primera vez que impartiré clase de ésta manera, pero creo que te gustará más que el anterior método –apoyó su cuerpo en sus brazos, los cuales se colocaban estirados tras sí espalda-. Y, antes de comenzar con lo interesante… Cuéntame, ¿por qué escogiste este conocimiento? –y se quedó en completo silencio, esperando que no dijera que era por comenzar a terminar los conocimientos que le faltaban y menos interesaban.

     

    @ Zamolódchikova

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  12. Y sabiendo de sobra que debía de dar clase en el mes de Junio, Mery decidió hacer un cambio completo en su manera de dar la clase de Aritmancia, no más nombres y predicciones personales, demasiados meses haciendo lo mismo. Sonrió mientras se ataba los cordones de la deportiva que le faltaba.

     

    Había mirado quien iba a ser su alumno, lo cual no era habitual en ella ya que le gustaba la incertidumbre de quien aparecería. Pero no, para aquella clase todo iba a ser distinto tanto para ella como para su alumno, @ Zamolódchikova.

     

    Justo al atardecer la pelirrosa tomó una pequeña piedra de color verde oscuro y la guardó en el bolsillo del pantalón antes de colocarse una chaqueta negra y desaparecer de la habitación del castillo Gaunt.

     

    El aire golpeó a la Nigromante, descolocando su cabello y haciendo que sonriera de oreja a oreja. Se encontraba en la cima de la colina Primrose Hill para así poder hablar sobre los números y la relación que tienen con las estrellas, planetas y toda la naturaleza. Se sentó en el suelo cruzando sus piernas como los indios y sacó la piedrecita que anteriormente había guardado en su bolsillo.

     

    Ésta actuaría como traslador para Yekaterina, no quería mandare un sobre y que tuviera que andar hasta allí, la verdad es que parecía ser bastante agotador tanto camino. Cerró su mano en un puño con la piedra dentro y ésta al instante desapareció.

     

    Ahora solo le quedaba esperar a que su alumno apareciera y comenzaran a observar las estrellas o, a las malas, dormirse al aire libre, lo cual no era una mala opción.

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  13. La decisión con que Leah avanzó a la pizarra fue totalmente admirable de ver, por primera vez en mucho tiempo había una persona cursando Aritmancia que si que quería hacerlo por gusto y no por poder. Sonrió de lado y maldijo en su interior no poder ser legilimante y saber que pensaba su compañera de bando, seguramente sería interesante.

     

    - Veamos... -dijo mientras escuchaba las palabras de Leah y observaba la tabla.

     

    Ésta estaba perfectamente organizada y hecha, cosa que sumaría bastante puntuación en la nota final y, además de eso, la pregunta que recién acababa de hacer Leah sorprendió a la pelirrosa. Aquello iba a ser otro maravilloso punto para la nota final.

     

    - Primero de todo debo darte la enhorabuena por la tabla, muy bien hecha -golpeó su espalda con suavidad y la miró fijamente-. Para buscar la precisión en cuanto a una probabilidad debemos usar ésta tabla, y no porque acabe en par, al contrario, el número 8 no es uno de los números que tenemos, sino porque hay letras como por ejemplo la Ñ, la SH, la LL o más combinaciones de las cuales siempre se toma la primera, en el caso de la Ñ contaríamos como si fuera una simple N -comentó tranquilamente-. Así que justo tenemos que usar éste alfabeto para la mayor probabilidad -sonrió y observó de fondo a Nathaniel.

     

    Sus ojos se entornaron, arrugó los labios y suspiró resignada, la Marca estaba predestinada a tener toda clase de personas útiles o inútiles.

     

    - Venga Leah, saca el número de Nathaniel y veamos que podemos decir de el y de sus probabilidades de aprobar Encantamientos -soltó una pequeña carcajada al vez la piña y se concentró de nuevo en Leah.

     

    @

  14. "Ojo interior..." Si algo había entendido de todo lo que su profesora Leah había dicho era eso, algo que se supone que ella tenía pero que no sabía de su existencia y que debía de encontrarlo.

     

    ¿Qué leches hablaba Leah?

     

    Suspiró, frunció el ceño y solamente miró como una pequeña nube se movía en el interior de la bola de cristal y, aunque el péndulo le parecía un objeto maravilloso y digno de descubrir, parecía ser que aquella bola era lo que más se iba a ceñir a ella y, por cada milésima de segundo que pasaba, parecía que la llamaba a algo.

     

    - ¿Quiero ver algo? -susurró la Nigromante. Podría decirse que aquella pregunta estaba dirigida a si misma en vez de a su profesora, quizás era así-. Está bien... -susurró relamiendo sus labios y respirando profundamente.

     

    Sus manos se estiraron levemente y justo cuando rozaron sus yemas de los dedos en la bola cerró los ojos. Fue apoyando lentamente las manos hasta que sintió que debía de abrir los ojos, lo cual fue más tiempo de lo que ella había creído. Sus pupilas se clavaron en el centro de la bola, entre sus manos.

     

    Mery mentiría si dijera que no había visto nada, también lo haría si dijera que lo había visto todo. Solamente dijo un brinco sobre si misma, un pequeño chillido y apartó las manos rápidamente. ¿Asustada? No, más bien sorprendida, entristecida quizás.

     

    - ¿Qué demonios acabo de ver, Leah? -dijo empujando la bola hacía la profesora y mirándola-. Dime, por favor, que las probabilidades de que la primera cosa que vemos aquí es falsa -suplicó.

     

    La imagen volvió a aparecer en su mente y, aunque no lo creía posible, su pequeño hijo Edward iba con la gente equivocada, rodeado de... Traidores.

     

    Un escalofrío recorrió su espalda y respiró aceleradamente, esperando alguna aportación de Leah, que la tranquilizara al menos.

     

    @

  15. La llegada de la Ivashkov fue rápida, sabía de sobra que podía confiar en su presencia para aquella clase, y también tenía claro que sería bastante divertido verla intentar predecir a base de sumas y restas que sucederá en cada estación del circuito, claro estaba que sería así ni se dignaban a empezar a hacerlos los de encantamientos.

     

    - Pues será compartida siempre y cuando Nathaniel y Aries lleven la clase bien -comentó Mery mientras hacía un giro de muñeca con la que mantenía la varita y un pizarrón de tamaño medio aparecía-. A unas malas, siempre podremos ver nuestros secretos más oscuros -le guiñó el ojo a Leah y se volvió hacia la pizarra.

     

    Llevaba dando Aritmancia ya cerca de medio año y, aun habiendo meses en los que había tenido complicaciones con los alumnos o incluso personales, no dejaría aquel conocimiento en manos de cualquier persona, y de todos los que habían pasado por delante suya como pupilos, nadie se podía considerar digno de tal puesto.

     

    Quizás ahora Leah diera la talla y la Nigromante quedaría tranquila si tuviera que desaparecer y dejar su clase a manos de otra persona.

     

    Hizo aparecer un pizarrón donde los números del uno al nueve aparecieron al instante. Aquella clase tendría bastante poca teoría, la centraría principalmente en una adivinación Aritmántica de como llevaría la clase el señor Malfoy, ya presente.

     

    - Bien, Leah… Como ya sabes, la Aritmancia es una manera de predecir el futuro y las probabilidades a raíz de los números –hablaba sin mirar a su alumna más sabía que estaba prestando atención-. Cada letra del abecedario tiene un número simple asignado, con lo cual habrá que repetir valores para algunas letras –ahora si giró su cabeza para hacer una pequeña indicación a la Ivashkov de que avanzada hacia la pizarra-. Para sacar la tabla solo necesitarás saber que deberás asignar una letra a cada número de manera alfabética y que, cuando llegues al nueve, vuelves al uno –se encogió de hombros y le dejó total libertad a su pupila.

  16. Tras recibir aquella lechuza, Mery releyó cientos de veces las palabras que había escritas en ese pedazo de pergamino. Miró hacia el techo de su habitación mientras recapacitaba de lo que iba a hacer, ¿de verdad estaba dispuesta a aprender adivinación? Su corazón se aceleraba cada vez que lo imaginaba pero, sin embargo, los números le indicaban que iría a aquella clase y lo sacaría, ¿por qué sino iba a inscribirse ella en un conocimiento así?

     

    Saltó de la cama una vez decidió que debía de hacer caso a las predicciones aritmánticas, sabía de sobra que aquello fallaba poco, tanto que faltar a esa clase supondría un cambio en el futuro tan horrendo que ni quería imaginarlo ni intentar calcularlo.

     

    Su túnica negra, su varita y unos cuantos libros sobre adivinación y la unión con la Aritmancia, no necesitaba absolutamente nada más, sabía que era capaz de sacar aquel conocimiento, e incluso sabía que podía ser bastante buena en el ámbito. Desapareció del castillo Gaunt con aquel pellizco característico de la aparición, cosa que jamás podría superar.

     

    Observó las escaleras de caracol y suspiró indignada, el día que controlara donde aparecer exactamente sería el día en que todo el mundo mágico de Londres debía de temerle. Comenzó a subir despacio, recordando cada uno de los significados que había leído, pero algo le decía que aquello no sería de demasiada ayuda.

     

    Frunció el ceño cuando vio a Leah sentada y presentándose como su profesora, ¿ella no daba Maldiciones? Se encogió levemente de hombros y se acercó hasta el frente de ella, ignorando completamente la bola de cristal, las cartas y el péndulo.

     

    - Que gusto poder conocer a la señora Ivashkov, ojalá sea tan buena profesora como compañera -comentó despreocupadamente. Después su mirada viajó a las tres cosas que tenía enfrente. ¿Por qué solamente una debía de ser la que más deseaba tocar? Todas parecían ser un maravilloso mundo, todas tenían una esencia que llamaban la atención de la pelirrosa, y no se iba a ir de aquel lugar sin descubrir cada una de ellas-. ¿Y por qué solo una? -preguntó y, ésta vez, sus ojos se quedaron en la bola de cristal-. No deseo tocar solamente una de ellas, las deseo todas -y tras aquello, alzó la mirada para observar a su profesora.

     

    @

  17. - Jo....der... -susurró la Gaunt justo cuando vio la nota del Ateneo sobre que aquel mes también impartiría clase de Aritmancia. Refunfuñó, pataleó y lloriqueó cual cría pequeña a la que le habían quitado su piruleta. ¿Por qué? Justo acababa de llegar al castillo de sus vacaciones, y no, no había pedido permiso a nadie para desaparecer.

     

    Rodó los ojos y abrió el sobro donde los nombres de sus alumnos aparecerían. "Leah Ivashkov" Alzó una ceja después de releer ese nombre y apellido y sonrió de lado, y es que, a pesar de ser solamente una alumna, sería bastante entretenido poder trabajar con ella.

     

    Caminó tranquilamente escaleras arriba hacia su cuarto de baño privado ya que llevaba barro hasta las orejas y no era plan de aparecer a impartir clases de aquella manera. Lavó su larga melena rosa y limpió su cuerpo hasta quedar completamente impoluta.

     

    Enrollada en una toalla y mirando que ponerse su elfina apareció justamente para hacerle entrega de una carta más. Arrugo las cejas, rodó los ojos y abrió ésta para leerla.

     

    - ¿Pero que le pasa a la gente? -gruñó mientras se colocaba su túnica negra y cogía su varita, ya no era hora de ponerse modelitos.

     

    Aparecer y desaparecer no era una de las cosas que Mery más le gustara, al contrario, esa sensación de que su estómago se encogiera hacía que su cabeza diera varias vueltas hasta volver a sentirse normal. Comenzó a caminar hasta situarse enfrente de Aries.

     

    - Si, estoy perdiendo mucho tiempo de calidad -achinó los ojos mirándolo fijamente y le agarró la mano con firmeza, tampoco era necesario ser descortés-. Y si, claro que doy clase éste mes -rodó los ojos de manera obvia, aburrida y cansada, ¿para ésto quería que viniera?

     

    Miró hacia el fondo de donde estaban y observó un circuito un tanto extraño. Intentó analizarlo mientras escuchaba a su compañero de bando hablar pero algo en aquel sitio le llamó la atención, le dio buenas ideas y quizás no había sido tan mala idea ir hasta allí .

     

    - Tranquilo -ésta vez la voz de la Nigromante sonó más clamada, incluso esperanzada-. quizás pueda dar mi clase de Aritmancia aquí, solamente tengo una alumna y no la he avisado -se encogió de hombros he hizo aparecer un pequeño papel en el cual escribió la localización exacta de donde se encontraba para mandársela a Leah-. Y espero por el bien de mi alumna que llegue pronto -sentenció justo a la vez que mandaba la nota a su destinataria.

  18. Los contratiempos siempre sucedían, la clase no había avanzado lo más mínimo y una nota había aparecido justo en las narices de la pelirrosa.

     

    No tuve que leer mucho, por no decir nada, ya que el sello del ministerio era algo más que llamativo justo debajo de las letras que le indicaban que fuera directamente a su despacho para arreglar algo de unos suelos atrasados. ¿Qué no se habían dado cuenta que ella llevaba en el cargo de directora escasos días?

     

    Suspiró con frustación y en un chasquido desapareció del aula de Aritmancia como si en ningún momento hubiera estado dando clases, como si no hubiera dejado a tres alumnos completamente solos allí con cientos de dudas y sin ninguna cosa que hacer.

     

    El Ministerio le dio la bienvenida a la Nigromante en un hermoso jaleo y varias montañas de papeles que seguramente la antigua directora de su Departamento había estado amontonando y, una vez había renunciado a su puerto, había dejado todo ése trabajo para la Gaunt.

     

    - Jo...der -gruñó mientras recordaba ahora que antes de aparecer ahí se encontraba con los alumnos de Aritmancia.

     

    Tomó un papel arrugado y algo manchado por lo que parecía tinta. Garabateó unas cuantas letras con una caligrafía un tanto desagradable y desordenada.

     

     


    Queridos alumnos:

     

    Por favor salgan de manera ordenada de la clase y dejen todo como estaba. Siento mi marcha tan repentina.

     

    En los próximos días me pondré en contacto con ustedes.

     

    Un saludo

    Mery Gaunt

     

    Lo miró, lo leyó varias veces y con un chasquido lo hizo desaparecer de sus manos y escritorio, haciéndolo llegar a su aula.

  19. Miró a su alrededor.

     

    Si, había que admitir que ganar la prueba del mejor cuartel era algo normal, lógico y razonable. Si tanto cuadro y cartel bien elaborado debía de ser recompensado así.

     

    Sonrió.

     

    No, no quería seguir con la máscara de plata puesta, vaya, ni que sus compañeros no conocieran su cara ya. Así que, con una sonrisa, la hizo desaparecer, sin más.

     

    Su pálida piel saludó a sus compañeros, los cuales estaban bien silenciosos. Frunció el ceño e hizo aparecer una copa de Vodka doble justo delante suya.

     

    - Chicos... -dijo mientras daba un trago a la copa-. Más les vale andarse con cuidado ahora -comentó-. No pienso ir a rescatarlos como venga un Base loco a por ustedes -les sacó la lengua y siguió bebiendo como si nada pasara.

     

    *desaparezco*

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  20. ¡¡DUDAAA!!

     

    ¿Las clases de conocimientos cuentan? Es decir, yo tengo X conocimientos, puedo ir de oyente a una clase... ¿Puedo capturar, si tengo compañeros de bando en esa clase, si no ponen *desaparezco*?

     

    ¡¡OTRA DUDA!!

     

    ¿El tag cuenta?, si es así... ¿Habría que hacer captura para demostrar que no puso *desaparezco*?

     

    ¡¡ULTIMA DUDA!!

     

    Los topics como inscripciones a conocimientos, oficinas del ministerio, la Ventanilla... Todo eso cuenta, ¿verdah? +3+

     

     

    @@Beltis @ Las amo :love:

     

     

    Y voy a ir acostumbrandome ya, que si no se me olvida luego xDDDDDDD *desaparezco*

  21. Cómo últimamente solía pasar, Mery se había quedado mirado al infinito, sin participar en presentaciones. Su menté comenzó a viajar al pasado, cuando era pequeña. Luego volvió al presente, pero se fue ha su pequeño hijo, el cual llevaba sin ver bastante tiempo, quizás un par de semanas.

     

    Suspiró con pesadez y cerró los ojos cuando se dio cuenta que tres de cuatro alumnos ya estaban allí. Si, había visto la llegada de cada uno de ellos, no estaba tan empanada como para perderse el cuerpo desnudo de Felias, la seriedad del chico de cabello blanco o a Candela y su pasividad al llegar.

     

    - Esto... -la voz de la pelirrosa sonó como si de una alumna recién llegada y muy perdida se tratase-. Ya que estamos todos... -su voz rozaba lo rasposo-. Es momento de empezar por lo más básico y sencillo -susurró casi para si misma.

     

    Se giró hacia la pizarra y con suaves movimientos de muñeca junto con su varita, aparecieron los números del 1 al 9 en columna. Aquella siempre solía ser el primer paso que Mery solía tener en sus clases, claro, eran los números básicos que formaban la Aritmancia.

     

    - Lo primero de todo es decir que NO necesitaremos libros -comentó mientras volvía a sentarse en el escritorio-. lo veo una perdida de galeones cuando tienen pluma y papel para tomar lo necesario -se encogió de hombros y miró el taco de libros que el Snape había llevado-. Pero nunca vienen mal unos libros e información de más -sonrió de lado-. Lo principal es saber que es la Aritmancia... ¿Alguien que me diga en que se basa y que estudia? -dejó la pregunta en el aire.

     

    Aquello era bastante fácil, era una pregunta sencilla, además, seguro que habían leido algo sobre la Aritmancia para estar en aquella clase. ¿Qué ser se inscribiría en un conocimiento y no miraba lo más mínimo sobre éste mismo? Suspiró.

     

    - Por cierto, señor Snape... Podría haberse quedado como llegó a la clase, tenía una muy buenas vistas -le guió el ojo y soltó una pequeña carcajada-. A lo que iba... ¿Quién me responde a la pregunta y se atreve a salir a armar una tabla de valores entre número-letra? -comentó cruzandose de brazos-. Ah, bueno, para armar esa tabla solo deben de saber que los números básicos son números simples de una sola cifra, es decir, los números del uno al nueve. Y para sacar la tabla solamente deben de tener e una columna los números del uno al nueve y repartir de manera alfabética las letras a los números -arrugó la nariz-. ¿quién será el valiente que tendrá un punto más en la calificación final?

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  22. - Santa madre de dios -gruñó Mery mientras entraba dando zapatazos a su aula. ¿Por qué hacía tanto calor últimamente? Se suponía que debía de hacer un tiempo fresco, lo suficiente como para llevar una chaqueta encima. Pero no, el sol había salido con fuerza y toda poca ropa era demasiada.

     

    Un mes más había comenzado, uno más donde la pelirrosa debía de impartir clases de Aritmancia. Mucha gente se preguntaba si ese conocimiento serviría de algo, incluso había gente que lo evitaba hasta el final por el simple hecho de tener un nombre raro o tratar sobre números.

     

    Desde el primer día que Mery había leído que la Aritmancia podía decir algo sobre una persona supo que sería su conocimiento. Además, estaba demasiado infravalorado y sabía de sobra que la competencia para llegar a impartir ese conocimiento sería casi nulo.

     

    No sabía quienes serían sus alumnos, tampoco le importaba, solo sabía que eran... 1/03/2017... 1+3+2+1+7... 5... 5-1... 4.

     

    Sonrió de lado, un total de cuatro alumnos, porque claro, debía de restarse a si misma de la cuenta.

     

    - Pues vamos a ponernos en marcha -susurró con una leve sonrisa mientras expandía sobre su escritorio las piedras verdes brillantes. Sus pequeños trasladores diseñados para ir directamente a los cursantes de Aritmancia.

     

    Colocó cuatro piedras en las palma de su mano y, al cerrarla, ésta desaparecieron de ahí.

     

    La mortífaga debía de admitir que aquello de no saber quienes eran sus alumnos y las piedras transladoras era algo que hacía más entretenía la clase. Algunos alumnos habían aparecido de manera bastante decente, otros, como ella en su día,habían aparecido de manera bastante... inapropiada, en batas, toallas de ducha o a medio vestir. Era bastante divertido. Y ni que decir de las caídas y desequilibrios.

     

    Se sentó sobre la mesa, alisando el vestido negro de tirantes que llevaba y con una sonrisa y una mirada clavada hacía el frente, justo donde los silloncitos en forma de números se encontraban, esperó la llegada de los alumnos, deseando con todas sus fuerzas que no tardaran demasiado. Tenía una pequeña aventura en mente.

     

     

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  23. http://i.imgur.com/AptHnO3.png

    Una nueva guerra de rangos había comenzado y, una vez más los preparativos traían a todos los mortífagos locos armando cuarteles, varitas, aprendiendo los hechizos de memoria y sus efectos, entrenando y comentando estrategias para conseguir ganar.

     

    Como todo en la vida, hay varias etapas que superar y momentos de esplendor para cada persona y rango. Y había llegado el momento de los Nigromantes, era la etapa de salir de las sombras y demostrar que estaban allí por una razón. Ganar.

     

    Y ahora todos os preguntaréis… ¿El cuartel de esos pobres mortífagos?, ¿de esos cinco que se creen que van a ganar?, ¿de esos que no aparecen casi nunca?

     

    Aunque no lo parezca, la nigrosecta es un hermoso lugar, quizás algo descuidado desde la última vez que alguien había estado allí pero seguro que con un poco de magia deslumbraría a cualquiera que intentara entrar sin gafas de sol, como si una estrella estuviera allí.

     

    La bienvenida a aquel lugar no era nada más ni nada menos que una puerta de madera vieja y desgastada, agujereada y que chirriaba al abrirse. Puede que de primeras la imagen que nos llega a la mente sea de un lugar horrible, lleno de polvo, suciedad, ratas y mil bichos más.

     

    Pero claro, la imaginación nos puede jugar una mala pasada.

     

    En el interior, tras pasar por la puerta chirriosa y un pequeño pasillo de piedra gris alumbrado por antorchas, encontramos una estancia lo suficiente grande como para que 72 personas estuvieran cómodamente allí.

     

    Un club, un gran club era el cuartel de los Nigromantes. Largos sofás, botellas de alcohol, mesas de cristal, una larga barra con copas, barrotes de baile en una pista y sillones. Todo esto era lo que ocupaba de manera bien calculada cada rincón y centímetro del cuartel.

     

    http://i.imgur.com/1gYe3bT.gif

     

    Revisados los planos y apuntes que había ido recogiendo de varias personas, Mery se había hecho una imagen de qué se iba a encontrar cuando cruzara la puerta que, debía admitir, estaba mejor de lo que había imaginado tras los comentarios.

     

    La empujó con un poco de asco, limpiando sus dedos justo cuando el sonido desagradable de la puerta dejó de sonar. Sacó su varita para que las antorchas iluminaran el camino hasta el interior, el supuesto bar o algo por el estilo.

     

    Caminó por el corto pasillo y, tras otra puerta, ya normal, encontró algo que no era muy digno de ver.

     

    ¡Y menos mal que Darla había entrado delante suya!

     

    Las telarañas y el polvo comenzaron a desaparecer con el movimiento de varitas de los cinco magos que habían ingresado, consiguiendo que el lugar se ventilara al abrirse las ventanas y que todo se volviera impecable, digno de ver.

     

    Las paredes comenzaron a cubrirse de cuadros totalmente maravillosos que hicieron que Mery no pudiera sentarse en ningún sofá ni acercarse a la barra a por una copa de vodka, cosa que llevaba pensando desde que había puesto un pie en el lugar.

     

    El primer cuadro que observó la dejó totalmente alucinada. El símbolo que identificaba a los cinco nigromantes en la guerra de rango había sido relleno por una imagen de cada uno de los mortífagos.

     

    http://i.imgur.com/1MLBFAI.png

     

    La segunda imagen contenía cada uno de los hechizos que los Nigromantes tenían permitidos usar. Maravillosos hechizos que habían conseguido hacer que la pelirrosa dejara de odiar los duelos y asaltos y ahora tuviera algo de gracia.

     

    http://i.imgur.com/HDsLsIy.png

     

    Y, por último, el cuadro más grande, justo enfrente de la puerta de entrada. El nombre de cada uno de los integrantes del rango debajo de una imagen mayor. Sonrió de lado, orgullosa de su rango, orgullosa de sus compañeros.

     

    http://i.imgur.com/rzMMS53.png

     

    - Chicos –dijo en voz alta, por debajo de su máscara-. Perder, ganar, empatar… Todo da igual –las palabras salían solas, llenas de confianza-. Vamos a demostrar que los Nigromantes somos los mejores, vamos a trabajar hombro con hombro y vamos a callar muchas bocas –se sentó en un taburete, justo enfrente de la barra-. No luchemos por una victoria, así seguro que no ganamos –y con eso, se cruzó de brazos y admiró el lugar.

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  24. http://i.imgur.com/z1byE.png

    Confederación Internacional de Magos, Sede Británica

    Registro de Inmigrantes

    El Departamento de Cooperación Mágica Internacional certifica que Ariam Ashar ha realizado su registro de inmigración y ha sido aceptado, manteniendo constancia de que el susodicho/a es de nacionalidad argentina y reside actualmente en Inglaterra.



    http://i.imgur.com/05vIo.png

    Atte.
    Mery Gaunt, Jefa de Oficina
    Departamento de Cooperación Mágica Internacional

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