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Esmeralda Slytherin R.

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Mensajes publicados por Esmeralda Slytherin R.

  1. Los constantes susurros de aquella voz, le estaba provocando que se le erizara la piel, tan solo se encontraban ella, su prima y Aleisha, una pequeña desventaja frente al montón de acero que comenzaba a rodearlas. Miraba a su alrededor, ayudada de las manos que la sostenían y los personajes de las pinturas, comenzaban a causarle terror.

     

    Bueno Primita, es un buen momento para ser una Prefecta Perfecta — ningún sonido salía de su boca y al estar tan cerca de Izumy, podía apreciar con claridad los temblores de su cuerpo, si no se controlaba, haría que le pasara lo mismo a Esmeralda, aunque ese no era el preciso momento, para cometer alguna tontería.

     

    Algo mueve a las Armaduras... — las palabras resonaban en su oídos, tan fuerte como las campanadas del reloj, entre cada una, las armaduras se acercaban paso a paso, la castaña con su cabeza en las manos, apenas si lograba pensar en lo que podrían hacer — ¿Qué será? ¿Qué será? — lo mismo intentaba descifrar, tenía entendido que las pinturas eran la clave.

     

    La mujer del retrato, tendría que ser la principal llave para descubrir lo que les dirían los demás personajes de las pinturas, pero ¿Cómo saberlo? ¿La historia del Castillo tendría que ver? Algunas preguntas las descartó al momento y salió de su paranoia, tan pronto le oyó de nuevo.

     

    Al cabo de las Doce Campanadas... — esperaba terminar de escuchar lo que seguiría y frunció el ceño notablemente. Tal vez no solo eran las armaduras y las pinturas, alguien les observaba, vigilaba sus movimientos. Sea lo que fuese, su mente procesaba alguna manera de proteger a las dos chicas, que sabía, tenía bajo su responsabilidad.

  2. Una pequeña nota había ido a parar encima de sus cubiertos, la Slytherin se encontraba sirviéndose jugo en vaso y antes de tomar el asiento frente a su plato, miró el pedazo de pergamino. Desvió la vista a Dayi, su elfina, quién la miraba con sus enormes ojos y con la silla lista para ayudarla a sentarse.

     

    Llegó la nota para la ama Esmeralda — la castaña asintió y Dayi acomodó el asiento, bebiendo su jugo con suma calma, dio una rápida leída al contenido. Desde hace un par de semanas, se mantenía tranquila en el gran Castillo Slytherin y en su reciente entrada a la casa de los Dragones, se encontraba ocupada por largos ratos.

     

    Gracias Dayi — le agradeció con un leve movimiento de cabeza y la pequeña criatura fue a las cocinas para llevarle el desayuno — así que tengo clase de Duelo Básico... — ladeó un poco la cabeza —. Muy bien, ahora mismo iré.

     

    Terminó su desayuno sin ningún contratiempo y le regaló a Dayi una sonrisa sincera, por la buena atención que le ofrecía. Le dio un par de galeones para que fuera a conseguir todo lo que llegara a necesitar, tomo sus cosas de la mesa y se dispuso a salir del Castillo. Leyó la nota una vez más, para encontrar la ubicación del lugar donde tendría que ir y tras pedir unas indicaciones, se encaminó a su clase.

     

    Pantano Queerditch, le queda bien el nombre…— soltó un bufido, había llegado a un pantano y el suelo fangoso, se estaba adhiriendo a la suela de sus botas, no eran de lo más nuevas, pero si sus preferidas — y ahora… ¿Por donde? — miró a su alrededor y unas cuantas huellas en el sucio piso, le guiaron lo que restó del camino.

     

    Sentía que había caminado por varios kilómetros, la pesadez que sentía por andar entre el lodo del pantano, le provocaba que sus botas pesaran cada vez más a cada paso, fue ahí, cuando se imaginó descansando en su cama y con su libro favorito entre sus manos. Amaba la lectura y mucho más, poder hacerlo en lugares tranquilos, donde la suave brisa y el cantar de las aves, le ayudaban a concentrarse.

     

    Pero ahora, se encontraba a la mitad de la nada y buscando una clase que no estaba segura si era en aquel extraño lugar. Miró a lo lejos, una zona que parecía relativamente segura y supuso que ahí era a donde tenía que llegar, intentó apresurar el paso y se sostuvo de los grandes árboles para no resbalar. Un ruido extraño, por poco y desestabiliza su perfecto equilibrio y atinó a sacar la varita de un solo movimiento.

     

    Tragó saliva, una gran pantera se había aparecido frente a ella y seguro que era con el firme propósito de atacarla. Decidió no moverse con rapidez o el animal saltaría sobre ella sin consideración, ayudada con los troncos, dio un paso tras otro y miraba a la pantera para no perderla de vista. Pisar en una roca resbalosa, le hizo caer sobre el lodo, provocando que el felino fuera por ella a gran velocidad.

     

    Logró ponerse de pie y comenzó a correr en dirección a la zona segura que había visualizado momentos atrás, seguramente en ese lugar, podría enfrentarla con mayor comodidad y no se equivocaba. Dio un salto que le ayudaría a esquivar un zarpazo de la pantera y sostuvo su varita con firmeza, a lo que le llevo a pronunciar con claridad.

     

    Petrificus totalus

     

    Sin poder realizar algún otro ataque por parte del felino, la pantera quedó inmóvil a unos pasos de la castaña, suspiró de alivio y limpió el pedazo de madera con su túnica esmeralda, la guardó de nuevo en su bolsillo y miró que se encontraban personas en el mismo lugar. Dio una ligera sonrisa y sacudió un poco, la suciedad que se le había pegado con la resiente pelea, suspiró de alivio ¿que en cada clase algo la atacaría? se encogió de hombros y cruzó los brazos por encima de su pecho.

     

    OFF

     

    Hola!! Que tal… primero que nada, les presento a mi personaje, su nombre es Esmeralda y esta chica es mi gran creación, podría decirse que es una parte de mi, principalmente por sus actitudes y que tenemos la misma edad, 19 años. Es muy observadora y piensa en todo antes de cometer alguna tontería, eso es un gran punto a su favor, porque es difícil que la sorprendan. A ratos puede ser mala y probar un gran desastre a quién le hizo enojar, eso si que le ha causado problemas, puede que tenga una facha de caprichosa y arrogante, pero ella solo trata bien a quién le trata bien.

     

    En cuanto a mi, me llamo Isamar, Isa es más sencillo, de nacionalidad mexicana y estudiante de la Licenciatura en Administración. Ya casi salgo de vacaciones (Oh si!!!), me encanta leer y andar por el Foro, sé tocar el piano, considero que la escritura se me da bien y al igual que Tauro, estoy enamorada!! :love: del chico más maravilloso!.. mi lindo amor mío que es solo de mi ^_^ y no comparto con nadie, verdad mi Jank?? :love:

     

    Les dejó mi msn, no más no se enojen si está muy largo jajaja... que ni yo sé porque lo hice así: hedwin_bloodbending_isamar@hotmail.com

  3. La cabeza de la castaña, soltó un bufido de inconformidad, antes la efusividad de su prima, pero más que nada, porque le había costado horas hacer su peinado y ahora se encontraba desecho. Ya que lo recordaba, ni siquiera había tomado la molestia de hacerle algo a su cabello y este lucía como cada diario.

     

    Esme miraba su alrededor, sabía que algo podría pasar en cualquier momento y no se equivocaba, unos segundos después, algunas de las armaduras decidieron cambiar de posición. La castaña solo encontró dos justificaciones para aquella situación, una de ellas, se refería a que las armaduras se habían cansado estar de una manera y decidieron cambiar.

     

    La otra y posiblemente la más acertada, alguien estaba manipulando a los adornos que se encontraban en la Sala Común. Una nueva interrogante se formuló en su cabeza y el ver a su pequeña prima Izumy, un tanto nerviosa, le hizo reaccionar de manera inminente.

     

    ¿Conocen la historia de las Armaduras Andantes? — logró escuchar con cierta claridad, entonces ya no se encontraban tan solas como ella creía. Siguió pensando que la música de fondo, les creaba el lugar perfecto, para matar de susto a alguien, aunque sea solo por saltar y gritar.

     

    No solo lo creo...en verdad pasa — respondió ante su comentario. El cuerpo de la prima de Izumy, temblaba ligeramente y la ojiazul, temió caer al suelo y hacerse añicos, miró todo lo que podía observar y las armaduras, las estaban rodeando.

  4. La mano que cubría la boca de la cabeza de Esmeralda, no tenía intenciones de dejarle hablar, ni responder a la media macabra risa de su prima, se había quedado petrificada ante una armadura, que tenía desenvainada una espada. La ojiazul movió la nariz e incluso sus cejas, con tal de hacer reaccionar a su atolondrado cuerpo, pero se notaba, que con ningún susto, podrían moverle de ahí.

     

    Izumy seguía riendo como una desquiciada, a lo que su pobre prima, solo atinó a seguir contemplando el tablón de anuncios, que le daba a conocer su nuevo cargo. Unos golpes por parte de sus manos, la sacaron del letargo al que quería entrar y haciendo el esfuerzo por mover solo su cabeza, se dio cuenta que tamborileaba los dedos sobre ella.

     

    ¡Felicidades mi lagartija voladora! Damas, caballeros y seres paranormales, con ustedes la Señorita Prefecta de los Flying Lizards — el estruendoso grito que había producido Izumy, evitó que la castaña se revelara contra el cuerpo que la sostenía y la vio botarse de la risa. Realizó su tan característico gesto, de levantar una ceja, y rodo los ojos a modo de burla.

     

    Más bien…ahora parezco alcancía voladora — acompañó a su prima con las risas y de nuevo, el cuerpo la sostuvo con una sola mano para tomarse el estómago y reír a sus anchas. Escuchó el comentario de le había echo a Aleisha y se mordió los labios para no soltarse a reír otra vez ¿Quemarlas en una hoguera? No sonaba tan mal, pero recordando su condición de bruja, supuso que era casi imposible.

     

    Es una fiesta Izu — sonrió de buena gana recordando el porqué de su presencia en la Sala Común, disfrazadas de esa manera y con la música terrorífica resonando en todos los rincones del Castillo —. Yo creo que si hoy nos portamos mal, no pasará a mayores.. ¿o si?

  5. En el mismo momento en que Izumy tomó su cabeza sin premiso y se deslizó por el barandal, el cuerpo de la castaña fue en busca de su bola de cristal, faltó muy poco para que fuera cuesta abajo. El rostro de su prima la miraba con desaprobación, aunque a causa de la bajada, todo le daba vueltas y al tratar de enfocar un poco la vista, miró como es que su cuerpo seguía intentando alcanzar a su accesorio faltante, pero el enorme vestido se encontraba atorado en la baranda.

     

    Luego de continuar forcejeando con el vestido, éste al fin cedió antes los jalones que el cuerpo de la castaña daba, provocando que resbalara en uno de los peldaños y llegara hasta el suelo de la Sala Común en medio de un golpe. La cara tomó la expresión de pleno enfado y agradeció que su prima la devolviera sin antes pedírselo.

     

    Apenas recobró la estabilidad en sus manos, echó un vistazo a la nueva decoración que presentaba la Sala, imágenes quietas que no les regresaban el saludo, armaduras un tanto oxidadas y una iluminación en la que apenas si podría distinguir a su compañero de al lado. La música espectral, le daba aquel toque fantasmagórico que empezaba a presentarse y con solo ellas tres ahí, cualquier cosa podría pegarles un susto de muerte.

     

    …podríamos matar a alguien, así no tendríamos que buscar un alma en pena… ¡La crearíamos! — oyó decir a Izumy con una gran emoción en sus palabras ¿Matar a alguien? Creo que eso no estaba dentro de sus planes, a menos que fuera muy necesario. Sostuvo la cabeza de nuevo y miró con un deje de sorpresa, que su prima traía en las manos el arma de una de las armaduras.

     

    No toques nada Izumy…— concluyó la ojiazul un poco alarmada e hizo girar su cuerpo tan rápido como los ropajes se le permitieron, el ruido había sido escuchado por ella también y asintió al notar como es que regresaba el hacha a su armadura correspondiente. Debían guiarse por su sentido del oído o en dado caso, del olfato, lo que pudiera ocurrir en medio de aquella celebración, era un gran misterio y con suerte, tendrían una velada inolvidable.

     

    Sus ojos parecían estarle gastando un par de bromas, el ambiente húmedo y frío del lugar no ayuda en mucho, miró a su alrededor en busca de los demás integrantes de la casa de los Dragones y en medio del tablón de anuncios, pudo leer reinaba su nombre bajo un letrero.

     

    ¡Prefecta! — casi gritó por aquella noticia y el comentario de Izumy le hizo volver a la fiesta, Esme pensó que tal vez si esperaran un poco, se unirían más personas. Dejó de tomar en cuenta las acciones de Aleisha y su prima, para pensar en su nuevo puesto, pero sobre todo, en lo que tendría que hacer.

  6. Sostuvo con más fuerza su cabeza, aunque a decir verdad, estaba cansándose un poco de cargarla, era probable que le aplicara algún hechizo levitatorio para que la siguiera, pero lo descartó al momento y se dedicó a contemplar el enorme pasillo que les faltaba por recorrer, para llegar de nuevo a las escaleras.

     

    Fue en ese momento, cuando sintió el empujón de su prima Izumy y que la guiaba a las escaleras, soltó por un momento la bola de cristal con la forma de su cabeza, para poder sostenerse del barandal antes de caer. Regresó sus pasos antes de siquiera tocar el primer peldaño y se volvió a su pequeña prima con algo de reproche en los ojos de la cabeza que sostenía. Aunque siendo una simple cabeza, no tenía mucho a su favor, por no decir que nada.

     

    ¡Vamos! la fiesta espera, ¿quien sabe? tal vez con un poco de suerte veamos algún alma en pena que requiera nuestra ayuda, o un ser maligno que tenga que ser exorcizado — rió por aquel comentario sin animo alguno de reprimirlo, la mano que sostenía la bola, colocó la cabeza de Esme en las manos de Aleisha y así poder sostenerse el estómago ante la risa que le habían provocado.

     

    Veo que te has tomado muy en serio esto de la noche de Halloween primita — le mandó una gran sonrisa y el cuerpo de la castaña pidió que le regresaran su accesorio faltante.

     

    ¿Listas? — nos preguntó nuestra nueva amiga con su traje de gitana ya puesto, Izumy agitó sus alas, la ojiazul asintió, pero aún nos sabía si en verdad esas alas eran reales, así que con ambas chicas atrás de ella, comenzó su descenso por la escalera.

  7. Estando de nuevo en pie, la castaña se dispuso a tomar su “cabeza” del suelo, no era nada divertido pasar rodando por el piso sin rumbo fijo y con el peligro de ser aplastada. El cuerpo de Esme tomó la gran bola de cristal con la forma de su cara y la sostuvo con firmeza, sonrió ampliamente al ver las expresiones de las dos chicas.

     

    ¿Que les parece? — jugó un poco con la cabeza, pero con el cuidado de no tirarla al suelo o se quedaría decapitada. Giró un poco los ojos para poder mirarlas, no era sencillo ser solo una cabeza y tener que depender de las manos para poder mirar alrededor, solo esperaba que en la fiesta, su cuerpo no la dejara abandonada cerca del ponche.

     

    Recordó el porqué de su extraño disfraz al pensar en eso, escuchó de nuevo la música que provenía escaleras abajo y de nuevo fijó la vista en las otras Dragones.

     

    Aleisha ¿quieres acompañarnos a la fiesta? — preguntó a su nueva compañera — está a punto de empezar… — sonrió con alegría y echó un vistazo a su prima, notando que las alas que traía parecían muy reales, a menos que en verdad lo fueran.

  8. Con el paso cada vez más rápido o podría decirse que casi corriendo, fue pasando por los pasillos para regresar a la Sala Común y llegar a tiempo a la celebración de Halloween. Sostenía con firmeza la gran bola de cristal, esta tenía la forma de su rostro, sobre su cuello no se podía ver una cabeza, sino un cuello cortado y con la sangre botándole por todos lados.

     

    El salto de Izumy sobre ella, le hizo pegar un grito de sorpresa mezclado con susto, no se esperaba que su pequeña prima fuera a realizar tremenda broma. Dejó caer de sus manos la cabeza, que fortuna que la había protegido contra accidentes para que aquello no pudiera ocasionar que se rompiera. Su cuerpo fue a dar al suelo en un golpe sordo y escuchó como es que su risa era de satisfacción por haber conseguido su propósito.

     

    ¿Quieres matarme? — llevó una de sus manos cubiertas de sangre a su pecho y la bola de cristal, en forma de su cabeza, la miro con los ojos doblemente abiertos — Debí imaginar que serías tú.. — estiró la mano para que la ayudara a levantarse y acompañó su risa.

     

    Giró un poco la vista, al ver a uno de las demás integrantes de los Dragones de Lancashire, le sonrió luego de parar un poco su risa y le extendió su otra mano.

     

    Muchas gracias…— le contestó la bola de cristal — yo soy Esmeralda o Esme, que es más sencillo de aprender y de igual manera puedes contar con nosotras — era gracioso ver, como es que ambas chicas miraban el cuerpo sin cabeza y la gran bola les sonreía alegremente.

  9. Bienvenidas a los Dragones de Lancashire... — aquella frase la había acompañado en todo su trayecto a la habitación que le correspondía dentro del castillo. Lo que más llamaba su atención, era que ambas jefas, Galedra y Leah, formaban parte de la familia Ravenclaw, dibujo en sus labios una pequeña sonrisa y regreso su mente al disfraz que tenía que terminar.

     

    Veía por la ventana, como es que se empezaba a obscurecer el cielo, el tiempo pasaba con una velocidad asombrosa y ella aún tenía que llegar a la fiesta de Disfraces. Supuso que algunos de sus compañeros ya se encontrarían en la Sala Común, dando comienzo a la gran celebración. Tomó la bola de cristal de la ventana y ocupo el ya común, encantamiento desilusionador.

     

    Con todo preparado para causar algunos sustos, emprendió su camino de vuelta, esperaba que lo que había hecho en verdad le sirviera y jugó un poco con su “cabeza”. Miró de nuevo el pequeño Dragón de su muñeca y lo comparó con un cuadro que parecía tenía el mismo diseño, con la punta de los dedos, fui siguiendo las líneas y se detuvo en el marco. Revisó que nadie más anduviera por el pasillo y con su extraño disfraz, guió sus pasos por donde había llegado.

     

    Probablemente se encontraría con alguno de los otros Dragones y caminaba despacio con la esperanza de ver los disfraces de todos ellos, por simple inercia, guardó su varita dentro de una de las mangas del largo vestido que ella misma había confeccionado. Se cruzó de brazos, echó un nuevo vistazo a su cuerpo y sonrió satisfecha por haber conseguido que aquel ropaje, se ajustara como un guante a las medidas de su cuerpo.

     

    El sonido de la música, le hizo apresurar el paso, creyendo que la fiesta ya estaba más que animada y ella aún no llegaba, lo que no tenía contemplado, era que Izumy estuviera esperándola con el firme propósito de pegarle un buen susto.

  10. Asomó la cabeza por el Gran Salón, encontrándose con algunos dragones y chicos de las otras casas de la Academia, acomodó su túnica. Con pasos lentos y pausados, se abrió paso entre las personas que ahí se hallaban, miraba con algo de asombro la magnitud del gran lugar. Miró atentamente las cuatro mesas que abarcaban la mayor parte del espacio y se cruzo de brazos, esperando acertar en la que pertenecía a su casa.

     

    Caminó hasta llegar a su mesa y se sentó a la mitad de la misma, enlazando sus dedos sobre la tabla, esperando así, que alguien más llegara.

  11. Al caminar entre los pasillos, no dejaba de pensar el tema que representaría en su disfraz, debía ser algo original y practico de hacer en poco tiempo. No dejaba de dar vueltas por la gran casa de los Dragones, pasó enfrente de un mismo cuadro incontables veces y parecía como si quisiera abrirle un agujero en suelo del lugar.

     

    Miraba con insistencia al pequeño dragón dibujado en su muñeca, como esperando que la inspiración le llegara de un momento a otro, desvió la vista y le llego a la mente, una buena idea que podría realizar sin mucho esfuerzo. Corrió a su habitación perdiéndose en el camino y tras deambular por largos minutos sin rumbo, encontró todo debidamente ordenado.

     

    Rebuscó entre sus pertenencias todo lo necesario y sacó un libro de magia que le serviría para darle los toques espeluznantes a su disfraz, frotó un poco sus manos para darse calor. Analizó con cuidado si ocupar o no, algunas prendas que aún guardaba y ya estaban muy gastadas, tras pensarlo por un rato, rompió la tela de aquellas ropas y se dispuso a unirlas para crear la primera parte.

     

    Una vez arreglado y completamente listo, movió sus energías para diseñar la siguiente pieza, sería relativamente más sencilla, ocupó tela de otras prendas que no usaba y sin embargo ahí estaban. Probándose el conjunto completo, realizó los ajustes necesarios para que el disfraz fuera realmente divino. Sonrió para sus adentros y tomó el libro de magia para completar su atuendo.

     

    Realizó hechizos que lo harían verse demasiado real y la idea de asustar a alguien con su sola presencia, fue lo bastante tentadora como para esmerarse en los últimos detalles que le hacían falta. Se miró en el espejo, satisfecha por su obra maestra y ahora solo le faltaba la “cereza del pastel”, buscó en toda su habitación y en medio de la ventana, encontró una bola de cristal.

  12. Miraba con atención al pequeño dragón que las lágrimas de un Ridgeback noruego, habían dibujado en su muñeca, aún no creía que aquella casa la seleccionara y sonrió sin poder evitarlo, luego de cubrir con su manga, tan distintiva insignia de los Dragones de Lancashire. Un leve empujón de su pequeña amiga Izumy, logró sacarla de su parsimonia, ahora debían ir a la casa de los mismos.

     

    A paso decidido y lento, caminó hasta el patio principal de la Academía, donde reinaba la estatua de un majestuoso dragón, admiró por varios minutos el detalle con que estaba tallada y sin pensárselo dos veces, entro en las enormes fauces de dicha criatura. Apareció en las puertas de la casa y se quedó sorprendida por la magnitud del lugar, emprendió un nuevo rumbo a través de los Ironbellys Ucranianos.

     

    A cada paso que daba, se quedaba más maravillada, en la entrada, reinaba la Lista de Alumnos, enlazo sus manos leyendo todos los nombres, al seguir caminando por los pasillos, dio un rápido paseo por la Sala de Trofeos y leyó con atención cada uno de los triunfos de la casa. La sonrisa de su rostro, se ensanchaba con más ímpetu, las pinturas de las paredes le daban el toque óptimo y preciso para ser llamados Dragones.

     

    Luego de perder unos pocos minutos de su tiempo vagando por uno de los corredores, se encontró con que Leah bajaba la gran escalinata y a su paso, arreglaba lo que a Esmeralda le parecieron adornos, miró a su alrededor encontrando una decoración fascinante y entretenida.

     

    Vayan a prepararse. Tienen diez minutos y si cuento hasta tres y no se han ido, quizá lo reduzca a cinco — ladeo la cabeza, aún sin entender a lo que se refería, pero al notar como es que un gran anuncio se empezaba a formar de la varita de la bruja, leyó lo que este profesaba y formó una “O” con sus labios.

     

    Ahora tenía que apurarse y crear un disfraz para la fiesta que estaba por realizarse en la Sala Común, subió con rapidez la escalera dispuesta a correr por los pasillos en busca de alguien que pudiera ayudarle y escuchó como es que Leah terminaba de pronunciar unas cuantas palabras más.

     

    Por cierto, espero que les guste votar — se fue siguiendo a uno de los demás pertenecientes a la casa y pensando en eso último ¿Acababa de llegar y ya habría una fiesta? Pero sobre todo ¿Votar para que? Se encogió de hombros y siguió corriendo, ideando cual sería su disfraz.

  13. Lo puntiagudo de la espada, empezaba a perforar ligeramente la piel del cuello de la castaña, comenzó a mentalizarse el hecho de que moriría sin que nadie fuera por ella. Con los ojos aún abiertos, miró como es que Izumy se acercaba a donde se encontraba con Ellesméra, la chica ni se inmutó del espécimen extraño que pretendía cortarle la cabeza a Esmeralda.

     

    Ellesméra.... no vayas a morirte... esto aun no acaba…— la escuchó pronunciar muy cerca de su ubicación, lo mismo ya había hecho ella al ponerle el vendaje en su abdomen, con algo de dificultad, desvió la vista a donde Izumy llevaba a la pequeña elfina, suspiró con algo de alivio al saberlas en un lugar seguro.

     

    Aún con todo el escándalo provocado por el dragón derribado, el horrible monstruo no se movía ni un palmo, parecía que estuviera meditando o simplemente ideando la mejor forma de volarle la cabeza. Más criaturas se hacían presentes luego de la muerte del gran animal, Helena se encontraba muy cerca del enorme cadáver y la patada de otro de sus compañeros de clase, mandó por los aires a uno que se les acercaba a pasos agigantados.

     

    El cuerpo del espécimen que recibió tal golpe, logró desestabilizar a la bestia perpetrada que mantenía bajo su dominio a la ojiazul, esos gloriosos momentos fueron aprovechados para alejarse lo más rápido que podía. Recogió en su carrera, un par de cuchillos que se encontraban tirados, los tomó con fuerza y se detuvo de golpe, ahora podía regresar para enfrentar al señor Le Blanc de una buena vez.

     

    ¡Ethan! — llamó a su compañero, alzando la voz y mirando a su alrededor. Desde lo del dragón no lo había visto de nuevo y temió por que algo le hubiera pasado al momento del colapso — ¡Helena, agáchate! — vociferó corriendo en su dirección, una de las criaturas, totalmente enloquecida, estaba a punto de atacarla en su punto ciego.

     

    De un rápido movimiento, alcanzó a clavar en la cabeza de “eso” uno de los cuchillos, volvió a recuperarlo para herir a más de una de esas cosas. Apretó ambas armas y frunció el ceño quedando frente a frente con la bestia perpetrada que alguna vez fue su padre, él tenía la espada de Elles y ella jugaba con los cuchillos.

     

    Le Blanc fue el primero en atacar, pero por la rapidez de los pequeños aceros, había conseguido que soltara el arma y obtuviera un enorme rasguño en sus brazos. La castaña fue a dar al piso y desde el duro cemento del estadio, hizo girar el cuchillo para lanzarlo rumbo al pecho de la espeluznante criatura. En un gruñido de dolor por parte de él, fijó la vista en el perfecto blanco que el pequeño acero había creado, clavándose por completo en el corazón de su padre.

     

    OFF

     

    Habrán de disculpar que haya puesto los roles hasta ahora.. pero la escuela muggle me ha tenido bastante presionada... :wacko:

  14. La sonrisa que se había dibujado en su rostro, se desvaneció tan pronto como llegó, unas enormes cuerdas arrastraron su cuerpo de regreso a la puerta por la que había salido y en medio del golpe, perdió la conciencia por un par de minutos que pudieron ser eternos en esos momentos. El cemento sobre el que reposaba, le había causado otra ligera cortada en su cien y un hilo de sangre se abría paso entre las finas facciones de la chica.

     

    Movió los dedos muy lentamente y soltó un suspiro en señal de que aún podía respirar con normalidad, no quería que sus ojos vieran nuevamente lo que le esperaba, si regresó a la habitación en la que hace unos momentos se encontraba, seguro que nada bueno la esperaba de vuelta y menos luego de tremenda perorata que había tenido que pasar.

     

    Aún con el dolor latente sobre sus heridas, fue levantándose poco a poco, tal vez con el objetivo de recuperar algo de fuerza o porque en realidad no podría hacerlo más rápido. Pasó la mano mordida por sus ojos, debía recuperar la vista antes de que algo quisiera acercársele de improvisto, un ligero quejido salió de su boca y abrió los ojos, sorprendiéndose sin poder evitarlo, del lugar donde había caído.

     

    No de nuevo…— vociferó son alzar mucho la voz. Se suponía que ya todo estaba terminado, que la tarea de enfrentar lo que sus mentes había creado para ellos, quedaba encerrado en aquella habitación, misma que los profesores les obligaron a entrar y ahora los devolvían a su interior.

     

    Incorporándose en la base de cemento, logró visualizar a sus compañeros de clase, estaban en iguales o peores condiciones que ella, pero la cantidad de criaturas y miedos que se arremolinaron en lo más recóndito del estadio, la desestabilizaron a tal punto, de que, en una serie de minutos, habría regresado al duro suelo que le había lastimado un dedo.

     

    Un repulsivo caracol realizó su primer movimiento contra Ethan, supuso que era creación suya, por eso el ataque tan drástico que había ejecutado en su contra, Ellesméra fue lo suficientemente rápida como para esquivar a semejante animalejo.

     

    ¿Qué es eso? — miró como Elles corría hacía el enorme dragón con una espada en mano. ¿Acaso es a lo que ella se enfrentó? Pensaba al ver a cada una de los inventos de sus demás compañeros. Eso solo podía significar una cosa, lo que ella creyó haber matado dentro de la mansión Le Blanc, debía estar ahí acechándola desde algún punto.

     

    Dispuesta a usar su varita si es que aquello pasaba, metió la mano dentro de su, un poco desgarrada pero completa, túnica verde esmeralda y cual fue su sorpresa, al no encontrar en el bolsillo su preciada y única arma.

     

    Fueron capaces… — esta vez gritó lo que le habían hecho los profesores Marcus y Bridget, al llevarse el instrumento que podría salvarle la vida en ese coliseo —.Brillante.

     

    Miró con atención lo que se presentaba a su alrededor, el dragón parecía fuera de control y el mas fiero de todas las especies, buscaba entre sus compañeros, algo que le sirviera para defenderse y al dar un paso para girar su cuerpo, ahí lo encontró. El espectro en que se convirtió el ser que más había amado cuando era pequeña, ahora estaba a punto de asesinarla de un solo golpe.

     

    Con una rapidez asombrosa, esquivó el manotazo que estaba a punto de volarle la cabeza y corrió todo lo que sus piernas eran capaces de moverse en aquel momento, fijó el rumbo hacia el centro del lugar, donde sus compañeros huían del enorme dragón y ella saltaba sobre el caracol para evitar que la tocara.

     

    Una llamarada rozó su brazo ensangrentado y uno más largo con largas uñas en el final, tiró de ella antes de que el fuego pudiera alcanzarla. Creyó que era alguno de sus compañeros, pero los enormes ojos amarillos de la detestable criatura, lograron hacerla reaccionar antes de un nuevo ataque. Cerró los ojos por una fracción de segundo, al ver al tremendo caracol volar en varios pedazos y se dispuso a ayudar con la lucha que se disputaba con el dragón, pero emprendió carrera hasta Elles, que había caído al suelo en un golpe sordo y una gran mancha roja aparecía a su alrededor.

     

    ¡No es posible! — en medio del camino, la espada de la elfina hizo presencia al caer a unos cuantos metros y fue por el arma echando repetidas miradas hacia atrás. Una Helena mayor, se acercaba peligrosamente a Ellesméra y el monstruo en que se había convertido el señor Le Blanc, corría con sus cuatro patas hacia la espada —. Eso si que no.

     

    Impulsada por el echo de salvar a su compañera, obligó a sus piernas a correr mucho más de lo que podían ofrecer y el dolor que tenía por su antigua pelea le hacía apretar los puños, era una manera mitigarlo. Debía hacerlo rápido, la versión mayor de Helena, estaba por atacar a la pequeña elfina y la bestia perpetrada de largos brazos y dientes afilados, se encontraba cada vez más cerca de aquel acero.

     

    Atinó a dar un gran salto que le ayudaría a tomar la ventaja necesaria, tomó el mango de la espada dándose en el camino, unos cuantos raspones al caer de costado en lo duro del cemento. Haciendo caso omiso a sus nuevas heridas, se levantó al tiempo en que el espectro daba un nuevo ataque contra ella, Helena mayor ya estaba a unos pasos de Elles y ayudada con la espada, hizo un corte en la garganta de la versión más grande de Helena, solo vio como se desvanecía en el suelo.

     

    Vamos pequeña, esta no es tu ultima batalla… — colocó la espada de lado y trozó su blusa para hacer un vendaje que pudiera servir a la elfina — debemos encargarnos del dragón…— terminó de atar el pedazo de tela en su abdomen, deteniendo el flujo de sangre, pero lo puntiagudo del acerco cerca de su cuello, le recordó que había una criatura que la estaba siguiendo desde hace rato.

  15. Ya había terminado de tomar la nota de la pizarra, cuando notó que unos chicos ni su nombre mencionaron, giró la cabeza con suma delicadeza y guardando de nuevo su pergamino, los miró con atención. Enlazó sus manos frente a su rostro y levantó ligeramente una ceja, un carraspeo de atrás la había sacado de su ensimismamiento.

     

    Al menos me gustaría conocer sus nombres, jovencitos— escuchó al profesor Marcus, a modo de reprimenda para aquellos chicos. Volvió a tomar su lugar, mirando al frente del salón donde ambos profesores permanecían imperturbables—.Creo que va siendo hora de que comencemos, ¿verdad?

     

    Le dio la razón con un leve movimiento de cabeza y colocó sus manos enlazadas en su inseparable libro que descansaba sobre su pupitre. ¿No estudiaremos las típicas materias? Sonrió sin poder evitarlo, a eso se le llama buena enseñanza, verificó, bajo su túnica esmeralda, que estuviera su más fiel arma. Regresó la vista a un punto sobre el pizarrón, poniendo especial atención a la última explicación del profesor McGonagall.

     

    ¿Una puerta? — murmuró para si — ¿Qué habrá detrás de ella? — desvió su vista alrededor, encontrando las susodichas, en ambos lados de aquel salón, recargó su espalda sobre su silla y tamborileó un poco los dedos, en la pasta del libro.

     

    Señor Mcgonagall, ¿está usted seguro de que hay que pasar por esto? Piense que la sangre se quita muy mal de la ropa, y eso sin hablar de los gastos en carruajes fúnebres para todos…— rodó los ojos ante aquel comentario y buscó con la mirada al autor de semejante ocurrencia, Ethan intentaba quitar la tensión que se empezaba a crear.

     

    Detrás de cada puerta les espera un rival, un espectro, un animal, una criatura o su miedo más grande...— detuvo sus dedos al instante, la profesora Bridget continuaba con su explicación y la castaña solo analizaba sus palabras. ¿Sería posible que aquello que tanto temía, apareciera? ¿O que el mounstro más infernal la atacara? Varias preguntas se formularon en su mente, dejándola en una especie de letargo.

     

    Un piquete en su hombro la hizo reaccionar, movió un poco la cabeza para despertar completamente y dio una leve caricia a su libro antes de levantarse, para tomar el camino hacía alguna de las puertas. Miró a Izumy, notando cierto nerviosismo en ella, al pasar por su lado, palmeó ligeramente su hombro y la vio entrar a lo que fuera que se enfrentase.

     

    No podía negarlo, la ojiazul igual se sentía nerviosa, respiró profundo, comprobó una última vez que su varita, en verdad estuviera en su bolsillo. Tomó el picaporte y reuniendo el valor necesario para dar los siguientes pasos, entró por el obscuro hueco cerrando en cada pisada, las manos y los ojos. Ahí empezaba todo, agudizó el oído, continuó caminando a ciegas y relajó un poco sus tensos músculos.

     

    Con la respiración ya más pausada, alzó una mano para intentar guiarse entre la obscuridad que ella misma se había impuesto, la otra no dejaba de tentar, sobre su larga túnica, lo que le salvaría la vida cualquier caso. Una respiración sobre su nuca, la hizo detener sus pasos, abrir los ojos y girar tan rápido como su cuerpo se lo permitía. Desenfundó su varita en un rápido movimiento, apunto con firmeza y soltó un leve quejido.

     

    ¿Quién o que es? — preguntó en su mente, apretando con más fuerza y decisión aquel poderoso pedazo de madera. Fue ahí cuando cayó en cuenta del lugar en donde estaba, su antigua casa, la mansión Le Blanc, era precisamente donde ya no quería regresar, las mentiras de los que habían dicho sus padres taladraban sus oídos con espantosa vehemencia — ¿Qué hago aquí? — miró con cierta nostalgia, una foto que reinaba en la pared más grande de la mansión.

     

    Recorrió completamente el que había sido su hogar durante tantos años, pero las sombras que pasaban entre los corredores no le parecieron nada normales al ya acostumbrado ajetreo de aquella casona, que ahora se encontraba abandonada.

     

    No era necesario…— replicó en un suspiro volviendo sobre sus pasos, atravesando puertas y mirando por las ventanas — pudieron ser sinceros y contarme la verdad — entró a su recamara, miró los juguetes en la repisa y pasó una mano sobre su rostro, denotando cansancio.

     

    Esme…— escuchó el murmullo — Esme…— volvía a repetir, giró su cuerpo muy lentamente, sin soltar su varita y con una mano apretada en un puño — Aquí estoy…— la poca luz de la habitación, no le ayudaba mucho a ubicarse, sentía esa voz tan cerca y a la vez tan lejos, pero sobre todo, conocida.

     

    ¿Dónde? — preguntó sin esperarlo y cubrió su boca esperando no volver a hacer ruido. Tomó el rumbo que la llevaba a la salida de su recamara, al abrir la puerta cayó de espaldas por la sorpresa y ayudada con sus extremidades, se alejaba de ahí —. No es posible, tú… tú no deberías estar aquí.

     

    Una sonrisa cínica se dibujó en aquella criatura, su enorme cabeza había quebrado el marco de la puerta y las gigantes zancadas que daba, gracias a las sus grades patas, lograron que alcanzara a la castaña con un par de pasos. Baba salía de entre sus puntiagudos dientes, con sus cuatro brazos pudo sostener a la chica que luchaba por liberarse de su agarre. Las uñas de la criatura empezaban a clavarse en su piel y el dolor insoportable logró que soltara la varita.

     

    ¡Suéltame¡ — gritó lo más que pudo, pero las palabras no salían de su boca.

     

    Por tu culpa soy esto...— le espetó con rabia — de no ser por que todos se enteraron de lo que pasó y desapareciste... — alzó del piso a Esmeralda y la aventó en contra de una de las paredes —. De no ser por ti, tendría la fortuna que me llevó años construir.

     

    Levantándose con dificultad, apretó un poco los ojos, buscó a tientas su varita y le apuntó dispuesta a atacarlo.

     

    Yo no hice nada — caminó con cautela y atenta a cualquier movimiento que “eso” realizara — tu solo te acabaste — un hilo de sangre se asomaba por su sien y con agilidad, lanzó un hechizo que lo aturdió por unos momentos —. Expelliermus.

     

    Apresuradamente, salió corriendo de la habitación, golpeándose con algunos muebles que aún permanecían en la mansión, estuvo a punto de caer repetidas veces y un corte en su antebrazo no se hizo esperar.

     

    Aquí estás…— se cubrió con un pedazo de tela y alzó la vista esperando no verle frente a ella — así que quieres jugar — no se veía por ninguna parte, invocó un “Lumos” para alumbrar su camino y los enormes dientes hicieron una perforación en su mano derecha, logrando que volviera a soltar la varita.

     

    El único culpable, eres tu… — le gritó aguantando las lagrimas que luchaban por salir de sus ojos — yo no te pedí que me mintieras… — lo dicho por la muchacha, había logrado una extraña reacción en la criatura — la gente dejó de creerte luego de lo que pasó…— apretó a su pecho la mano ensangrentada — tu y mi madre ocultaron la verdad, esto es lo que se han ganado… — respiró profundamente, tomó de nuevo su varita y apuntó —. Lo siento….papá.

     

    Dejó escapar las salinas lágrimas, sostuvo con firmeza a la extensión de ella misma y pronunció aquel maleficio que acabaría con la vida del hombre que la cuidó por tanto tiempo, que veló su sueño durante noches enteras, que tuvo el terrible error de secuestrar a una pequeña y hacerla llamar, hija.

     

    Avada Kedabra — ahí había terminado todo, el despreció que le había tomado su padre la atacaba como mil espinas al corazón, ella sabía que la desgracia de la familia llegó luego de que escapara, porque se fueron destapando uno a uno, los crímenes hechos por su padre.

     

    Aún con la mente dentro de aquella mansión, no dejaba de preguntarse, por qué ese hombre había tomado aquel aspecto tan demoníaco, lo que recordaba de su “héroe” se encontraba en el portarretratos familiar, con los señores Le Blanc y su pequeña hija, sonriendo ante la cámara.

     

    Por la puerta principal de la Mansión, tomó su camino de regreso al Aula de Generales 78, con la mirada de color gris y su túnica favorita rasgada, cerró muy lentamente la puerta a su pasado, alzó la vista encontrándose con algunos de sus compañeros. Podía ver en sus rostros miedo, tristeza o desolación. La prueba impuesta por los Profesores Marcus y Bridget estaba completa, dibujó una ligera sonrisa en el rostro.

     

    OFF

     

    Tengo la ligera sospecha de que me emocioné con este rol, pero me inspiré al escribir... solo espero que esté tan perfecto como mi post anterior, me ha costado un poco de trabajo, tenía tantas ideas en la cabeza y uniendo todas, esto salió jeje...

     

    Sinceramente, no esperaba lograr un Extraordinario ha sido una grata sorpresa.. ^_^

     

    Habrán de disculparme por esta edición, pero tenía que poner un "enter" :D

  16. Llegó al Ministerio de Magia por la red flu y al salir de la chimenea, sacudió los restos de hollín de su larga túnica color esmeralda. Una vez que estuvo, más o menos presentable, se dedicó a contemplar por un rato, lo grande que era el lugar.

     

    Miró a los aviones de papel que volaron sobre su cabeza y los siguió con algo de curiosidad, estos entraron al espacioso elevador. Cuando estaba por cerrar sus puertas, la ojiazul echó a correr y entró dando un ligero salto, fue a dar contra uno de los ocupantes.

     

    Perdone usted…— la chica recuperó la compostura. Apretó su agarre en las rejas que cubrían la puerta e intentó no volver a caer. No sabía cuál sería su destino, así que continuó en el elevador y fue piso tras piso.

     

    Luego de dar un sin número de vueltas, decidió bajarse en el cuarto piso, del cual leyó el gran letrero que marcaba que era el “Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas”. Tenía poco tiempo de haber encontrado a su elfina, supuso que ahí podría realizar el trámite que tanto estaba buscando, así que se acercó a la recepcionista y antes de preguntar algo, miró todos y cada uno de los formularios, tomó el de los elfos para rellenarlo, junto con una pluma para escribir.

     

    Ficha para el Registro de elfos.

     

    • Nombre del elfo: Dayi (elfina)

    Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: bruja

     

    • En caso de servir a un mago/bruja

    Nombre del mago/bruja: Esmeralda Slyterin Ravenclaw

    Tiempo en el que lleva sirviendo al anterior: 3 meses

    Nombre de quien lo registra: Esmeralda

     

    • Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo: Ficha de Esmeralda

     

    Ya con el formulario con todos los datos, lo llevó donde Zamira, supuso que ella se lo recibiría.

     

    Disculpe, aquí tengo la ficha de mi elfina, espero los datos estén bien… — dejó en su escritorio la pluma junto con el papel —. Cualquier cosa, estaré por aquí.

  17. Hey hola!!!.. quisiera hacer un par de modificaciones en mi ficha, no sé si me puedan ayudar, son estas:

     

    1.- (Suele ser alegre, pero callada y algo introvertida pero conoce los medios para comunicarse con todo el mundo)

    Bien, en esta parte solo hay que quitarle una palabra, esque la estuve leyendo y no me convenció del todo..quedaría de esta manera:

    (Suele ser alegre, callada y algo introvertida pero conoce los medios para comunicarse con todo el mundo)

     

    2.- Bueno, también quisiera agregar algunos links, lo que son las bóvedas..

     

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Slyherin

    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Ravenclaw

     

    En cuanto autoricen mi Bóveda Personal, le vengo a dejar el link..

    Gracias..

     

    Saludos.

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  18. La noche anterior, mientras estaba leyendo sobre su cama, había recibido un mensaje indicándole que al día siguiente se iniciaban las clases en la Academia, repasó su contenido un par de veces y colocó la pequeña nota dentro del libro a modo de separador. Con cierta pereza, se levantó de la cama y empezó a buscar entre sus pertenencias algún pergamino vacio que le sirviera para anotar.

     

    Debe haber alguno por aquí — musitó abriendo un par de cajones. Revisó bajo el mueble situado a un lado de su cama y encontró un pedazo un poco roto, pero que le sería útil para el otro día. Lo guardo en el mismo libro que la nota y tras tener todo listo para su primer día de clases, se dispuso a tomar sus horas reglamentarias de sueño.

     

    *******

     

    La mañana siguiente, al despertar, echó un vistazo al reloj de pared y al notar que aún era temprano, decidió despegarse de la comodidad de su cama para ir a tomar una ducha. Al poco rato, ya se encontraba en el comedor tomando un merecido desayuno, una a una fueron llegando sus primas, miró de nuevo la hora, tomó su varita, el libro y se levantó de su asiento llevándose consigo el abrigo color esmeralda, su favorito.

     

    Esme, ¿ya te vas? — le preguntó Lili Luna mientras engullía un pan tostado con cajeta. La chica detuvo sus pasos, regresó la vista y sonrió de lado.

     

    Así es Lili, de lo contrario no llegaré a la hora — se despidió de su prima y le robó un pedazo de su pan. Escucho una serie de improperios en su contra y haciendo oídos sordos, continuo hacía su destino.

     

    Llegó hasta la Academia sin ningún contratiempo, fue de curiosa entre los salones hasta que se perdió y tuvo que preguntarle a un chico, de otra clase, por donde podría llegar a Generales 78. Luego de mirar el camino que había tomado ese sujeto, se encamino a su aula de clases, no tardó mucho en llegar y al ver la puerta abierta asomó la cabeza.

     

    A paso lento entró mirando a todos los presentes, fijo la vista en sus compañeros de clase y terminó en sus Profesores. Parecían intimidantes pero sabía que no podrían ser tan malos ¿o sí? Notó como la seguían con la mirada y con leves movimientos de cabeza fue respondiendo a sus interrogantes. Fue así como llegó a su asiento en la parte media del salón, un lugar perfecto para ella, ya que ahí se podía escuchar todo a la perfección. Puso atención a las presentaciones de sus cuatro compañeros, pero prestó más atención a la chica llamada Ellesméra y como no había otra persona más, supo que era su turno para hablar.

     

    Buenos días, mi nombre es Esmeralda…— puso el libro que traía en las manos sobre el pupitre y continuó.—pueden llamarme Esme, más corto y sencillo de aprender. Tengo 19 años y espero que en este primer curso, el grupo tan “numeroso” en el que estamos, no tenga las típicas dificultades para acoplarse... — miró con una media sonrisa a Ellesméra —. Por cierto Elles, mándale a tu padre adoptivo mis saludos y dile que no lo he dejado de querer.

     

    Tomó asiento y sacó de su libro el pedazo de pergamino para anotar lo escrito en el pizarrón.

     

     

    OFF

     

    Hola!!...mi nombre es Isamar, Isa es más sencillo ^_^ soy mexicana y tengo 19 años. Me gusta jugar al tenis, escribir, leer mucho, adoro tocar el piano y escuchar música clásica!

    Soy estudiante de la Licenciatura en Administración y estoy en el 3° semestre, aunque ya casi lo voy a terminar :lol:

    Para cualquier cosa que necesiten, aquí tienen a una amiga que todo lo sabe y lo que no lo inventa (? Jeje ok no.. pero si pueden contar conmigo en lo que sea..

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  19. Link al tópico de su ficha de personaje: Esmeralda Slytherin Ravenclaw

    Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje:--

    Link del tópico de registro de sus familias:
    Familia N° 1: Familia Slelwyn

    Familia N° 2: Familia Rosier

    Link a las bóvedas de sus familias:
    Bóveda Familia N° 1: Bóveda Familia Selwyn
    Bóveda Familia N° 2: Bóveda Familia Rosier

     

    Saldo en bóveda previo a la Migración 2021. 23460 G

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  20. http://img824.imageshack.us/img824/1598/esmesly.jpg

    http://i.imgur.com/wq6P3Xb.png


    Nombre del Personaje: Esmeralda Rosier Rambaldi

    Sexo: Femenino

    Edad: Joven.

    Nacionalidad: Británica

    Familia(s):

    Familia 1: Rosier
    Familia 2: Rambaldi

    Padre(s) Sanguíneos:

    Katherine Rosier

    Padre(s) Adoptivos:


    Trabajo: --

    Rango Social: Unicornios de Bronce

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando: --

    Puntos de poder en objetos: 20

    Puntos de poder en criaturas: --

    Habilidades Mágicas:--

    Conocimientos Especiales:


    -Artes Oscuras
    -Defensa Contra las Artes Oscuras

    -Leyes mágicas

    Medallas: --

    Total de puntos en Experiencia: --

    http://i.imgur.com/83iqjdt.png

    Raza: Humana

    Aspecto Físico:

    Mide 1.67, ella es delgada, de tez clara, casi morena, su piel es tersa y perfectamente lisa. El color de su cabello es castaño obscuro, pero toma un color rojo cuando se enfada, este tiene un largo de 20 cm por debajo de los hombros y es ligeramente ondulado. En muy raras ocasiones, se amarra el cabello en una coleta.

    En su brazo derecho tiene la marca de una casi mordida, por sus venas corre esencia de licantropía debido a eso. Ella acostumbra a vestir del color verde que lleva su nombre ya sea en blusa, suéter, chaleco o gabardina. De manera usual, utiliza botas y pantalón, más que nada por la comodidad para moverse con ello. Los vestidos y tacones no son de su predilección, pero si la ocasión lo amerita, sabrá portarlos con elegancia.

    Cualidades Psicológicas:

    Esmeralda es un tanto reservada con lo que hace o dice, siempre observa su entorno para saber cómo actuar. Suele ser alegre, callada y algo introvertida pero conoce los medios para comunicarse con todo el mundo. Tiene un carácter muy fuerte, se deja guiar por la impulsividad, aunque jamás se arrepiente de lo que ha llegado a hacer, por lo mismo, escucha más al corazón que a la razón y esto le ha acarreado un sinfín de problemas.

    Se muestra como una persona sumamente dócil y tranquila, puede portarse como la mejor de las amistades, si es que saben tratarla como tal, no es nada recomendable como enemiga, es mejor dejarla pasar y continuar el camino.

    Le han dicho que debería controlar los celos que, cuando menos los espera, aparecen. Su conducta en este tipo de situaciones es de indiferencia, aunque en su mente se dedique a idear la mejor manera de acabarla y con su penetrante mirada, cambiante a un color gris, las puede llegar a intimidar.

    Historia:

    El matrimonio Le Blanc, una adinerada familia francesa residente en Londres, Inglaterra, era conformada por los señores Ethan, Elena y por supuesto, su única hija llamada Esmeralda, siempre se habían mostrado como una familia unida y sin problema alguno, lo que muy pocos sabían, es que la pequeña no era su hija biológica . Durante mucho tiempo quisieron mantener ese secreto guardado, pero cuando la pequeña al fin mostró sus primeras dotes mágicas, temieron que alguien llegara a turbar aquella paz que tanto les había costado conseguir desde antes de salir de Francia.
    Tres años habían pasado y las discusiones sobre revelarle la verdad se hicieron más frecuentes y agresivas, el señor Le Blanc se negaba a querer hablar con ella y su esposa no dejaba de insistir. Un día, la pequeña niña regresaba del colegio con una pequeña rana en la mano, era temporada de lluvia y se había puesto a jugar con su nueva y única amiga, no esperaba que al llegar con sus padres, todo lo que ella conocía se le vendría abajo, puesto que aquella acostumbrada polémica no se hizo esperar.
    Escondida entre los muebles de su casa, solo podía escuchar los gritos provenientes de la cocina, asustada, solo atinó a abrasarse a la diminuta rana. Lo que nadie esperaba, es que las palabras que cada uno canturreaba, resonaran por toda la mansión. Parecía que las cosas se habían calmado, pero Esmeralda tan solo procesaba todo lo dicho por sus padres. Con el enojo y tristeza acumulados en su interior, tomó el valor suficiente para encararlos.
    Con apenas 11 años de edad, la ex-señorita Le Blanc salió corriendo de su casa al escuchar la absurda explicación que le habían dado, seguía sin poder creer que aquellas personas se le llevarán lejos de su verdadera familia. Era tanta su decepción que ni siquiera echó un vistazo a lo que ese sentimiento había provocado en las flores de los vecinos, una a una se fueron marchitando con cada paso que ella daba. Miles de preguntas se arremolinaron en su cabeza y con lo poco que se llevó al salir de su casa, se planteó un solo propósito, saber quién es.
    Ese mismo año le llegó la carta que la acreditaba como bruja, puesto que le daban un lugar en el Colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería. Durante los años siguientes, su vida cambió totalmente, descubrió por completo la magia que posee, una razón más para que la trataran diferente. Normalmente, esta se mostraba al momento de enojarse y aún sin creerlo había notado cambios en su cabello cuando aquellas situaciones se hacían presentes.
    La chica, una vez que concluyó con su estancia en aquella escuela, se propuso buscar a su verdadera familia, siendo acogida por la matriarca de la familia Marshbone, Litah Black Lestrange, Esmeralda encontró el apoyo que tanto anhelaba, en uno de sus tantos viajes se topó con la mujer más importante de su vida, Eliah Ryddleturn, su madre biológica que, al igual que la ella, la había estado buscando desde el día en que desapareció, teniendo apenas un año de nacida.
    Tras pasar el tiempo y afrontar el hecho de que su madre se encontraba desaparecida, Esmeralda se vio desorientada en cientos de cuestiones familiares. A partir de ese momento encaminó su senda hacia la Marca Tenebrosa, siendo aceptada después de algún tiempo de haber estado insistiendo. Apoyada por el bando mortífago, la chica comenzó su travesía hacia el reencuentro con Eliah. Conociendo en el transcurso a personas que marcarían de una manera significativa.
    Entre ellos se encontraba la familia Rosier, quien abrió sus puertas familiares a la chica, adoptándola como hija de Katherine Rosier. Algunos meses después y teniendo suerte en la búsqueda de su madre, la chica se reencontró con Eliah para ser acogida en la familia Selwyn, misma en la que su madre era miembro por línea de sangre. Sin habérselo propuesto y tras su desaparición, Esmeralda encontró a su “gemela” por elección en la familia Rambaldi, siendo ésta una de sus actuales familias

     






    http://i.imgur.com/NQExnYE.png


    Objeto Mágico Legendario: --

    Objetos Mágicos:

    Objeto: Varita
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --

    Elfos: Dayi

    http://i.imgur.com/ORQqOUg.png

    Licencia de Aparición: Obtenida

    Licencia de Vuelo de Escoba: Obtenida

    Registro de XXX: --



    Personajes secundarios:

    http://i.imgur.com/f4ljy43.png

    Otros datos:

    · Ingreso a la Marca Tenebrosa 7 de Agosto del 2014
    · Obtención del Rango de Base 7 de Agosto del 2014

    · Varita Mágica: Varita de madera de nogal negro, centro de fibra de Dragón, 28 cm de longitud. Inquebrantable flexibilidad.

    Cronología de cargos:

    · Diciembre 2012 a Marzo 2013 Aprendiz de los Servicios Administrativos del Wizengamot.
    · Julio 2013 al 7 de Noviembre Empleada de los Servicios Administrativos del Wizengamot.
    · Noviembre 2013 al 16 de Febrero Jefa de la Secretaría de los Servicios Administrativos del Wizengamot.
    · 1° de Marzo al 1° de Mayo 2015 – Jefa de Oficina. Oficina del Ministro y Servicios Administrativos del Wizengamot.

    Premios y reconocimientos:

    · Premio Dragón Encubierto: http://i.imgur.com/qGU2L.gif
    · Premio Miss Rudolph: http://i.imgur.com/edtHb.gif
    · Premio Dragón Honorífico: http://i.imgur.com/yE4Ymvp.gif
    · Rango Archidragón: http://oi46.tinypic.com/1z4dd6u.jpg
    · Premio a Dragón Rolero: http://i.imgur.com/i5mZN.gif
    · Rango de Prefecta: http://i46.tinypic.com/25k0iz9.gif
    · Ganadora del Premio del Público, Concurso de Relatos, Gala de San Valentín.






    http://i.imgur.com/YXayPVS.png

    Link al Perfil de Comprador MM: --
    Link a Bóveda Personal:
    Bóveda 99128
    Link a Bóveda Trastera: --
    Link a Bóveda de Negocio: --

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Rosier
    Link a Bóveda Familiar 2:

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