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Esmeralda Slytherin R.

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Mensajes publicados por Esmeralda Slytherin R.

  1. Rol con AngelCullen

     

    La muchacha guardó la compostura después de respirar profundo, buscó entre los archiveros algún formulario y de inmediato se halló preguntándose si Angel desearía una reservación especial o sería diferente. Con esa idea en la cabeza logró engañar por un momento a sus recuerdos y se encaminó de vuelta al escritorio donde la estaba esperando, se aclaró un poco la garganta, necesitaba recuperar el habla. Tomó asiento frente a la mujer y procedió a explicarle como podrían manejar su evento.

     

    Bien, antes que nada debo saber en dónde desea que se realice la boda… — la ojiazul le sonrió amablemente, aún con los formularios en sus manos — esto es para saber que hoja debe llenar y a partir de ahí, llevar cada uno de los datos con la mayor precisión… — esperaba haberse dado a entender, aunque de ser lo contrario, sería su turno de explicar con lujo de detalle el cómo planear la boda de la chica. Después de todo, había tenido algo de experiencia hace algún tiempo con la suya propia, soltó un suspiro.

     

    Me refiero a si desea contratar el salón especial para eventos o si prefiere hacerlo en algún lugar de Ottery o el Callejón Diagon… — finalizó luego de pensar en sus palabras, solo eso era lo único que le había faltado por decir. Ocultó bajo los papeles el reluciente anillo dorado que adornaba su dedo anular y esperó a que Angel le respondiera.

  2. Había pasado una larga jornada en los Servicios Administrativos del Wizengamot, e tomó un respiro al subir a la Sexta Planta del Ministerio, justamente para dar el seguimiento necesario a su examen de aparición. Iba tarareando una canción muggle de lo más antigua, mientras el elevador la dejaba en la planta correspondiente, la chica llevaba las manos dentro de sus bolsillos y caminó lentamente.

     

    Se acercó a la recepcionista como las veces anteriores y le sonrió de manera amable, esperaba que no fuera como Miss Higgins o ya la estaría corriendo con solo verla llegar. Humedeció sus labios, respiró profundo y se presentó ante la mujer de la manera más apropiada posible, tendría que guardar la calma en todo momento.

     

    ¿Qué tal? Vengo a ver lo de mi examen de aparición… ya he dejado mis formularios, solo quiero saber cuándo puedo realizarlo… — finalizó con la mirada fija en ella, con suerte y no tendría que rellenar las hojas de nueva cuenta y podría irse de inmediato. Necesitaba esa licencia para poder librarse de ciertas personas que no la dejaban ni a sol ni a sombra.

  3. Mazmorras. Recogiendo mi Alta con Paprika \o/

     

    Algo de decepción se podía leer en la expresión de la sanadora, la chica prefirió no preguntar nada más, el dolor seguía latente y perturbante, pero la sonrisa de Paprika logró tranquilizarla sin preámbulos. Habría intentado cubrir la desnudez de su cuerpo, de no ser que se hallaba lo bastante débil como para dar clases de pudor en un hospital.

     

    Creo que ya no tengo que soportar las cadenas — sonrió de lado luego de la pregunta y asintió con resignación al ver de nuevo las pociones, odiaba su asqueroso sabor, pero eran capaces de devolverla a la normalidad en poco tiempo —. A veces quisiera no salir, solo que hay asuntos pendientes que resolver.

     

    Comentó encogiéndose de hombros, tomó la primera poción, tragándola sin respirar para mitigar la intensidad de su sabor, apretó un poco los ojos y realizó lo mismo con la poción sobrante. En cuestión de segundos recuperó el color de su piel y la fuerza necesaria para levantarse.

     

    Rió leventemente por el comentario del aguarrás — Ojalá Morgana la escuche y esos seres no me lleven de nuevo — se vistió sin prisas, prenda por prenda hasta quedar cubierta por la elegante túnica que llevaba el día en que la aprisionaron. Colocó de nuevo su anillo en el dedo anular y fue por la copia de su alta.

     

    Hasta pronto y no le garantizo una estancia segura lejos de aquí — le sonrió alegremente, después de todo, su visita al hospital no había sido tan desquiciante como las veces anteriores.

  4. Rol con AngelCullen

     

    La castaña le sonrió pacientemente, era la primera vez que atendería a una persona que llegaba al SAW, en su tiempo de aprendiz se había ido de excursión a los otros Departamentos, ahora deseaba volver a aquello, le era más entretenido y sobre todo, se relacionaba con más gente que le fuera de utilidad. Tomó aire para reponerse y la condujo a una de las mesas que se hallaban en la estancia del lugar.

     

    Así que desea casarse… ¿puedo saber quién es el afortunado? — preguntó con total normalidad, la chica era curiosa por naturaleza, pero lo hacía para llevar una amena plática que no la llegara a aburrir. Visualizó a más personas y volvió la vista a su acompañante, la invitó a sentarse y realizó lo propio frente a ella —. En un momento le entregaré el formulario para el evento.

     

    Se dirigió al lugar donde podría rebuscar entre todos los papeles, fue ahí donde escuchó claramente el nombre de una persona que volvía su mente una total revolución, cerró un momento los ojos tratando de tranquilizar su sistema, mientras seguía revisando hoja por hoja, sería preferible pedirlo o Esmeralda terminaría arrugando todos los formularios.

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  5. Mazmorras con Paprika

     

    Su alma se fijó en que una sanadora entraba con paso cansino en su encuentro, la miro con curiosidad y siguió sus pasos con detenimiento, cuando una enfermera apareció justo después, ladeó la cabeza con algo de interés escuchando cada palabra. Al parecer todo iba de lo mejor, hasta que habían llegado a la parte de desnudarla y mirar las lesiones que resaltaban de su cuerpo. Aquello no era para nada normal, tomando en cuenta que no era la primera vez que visitaba el Hospital.

     

    Observó unos momentos más como es que las magulladuras cerraban, aunque todavía podían notarse ciertos restos de aquella intromisión de las cadenas. Decidió no tomar demasiada importancia a algunos detalles, después de todo, no recordaría nada de su pequeño viaje al más allá. Cerró los ojos y tras escuchar el hechizo que la regresaría a la vida, soltó un suspiro que intentaba llenar sus pulmones de oxígeno.

     

    No puedo creer que haya pasado de nuevo… — murmuró apenas audible y parpadeó un par de veces antes de lograr enfocar algo, lo primero fue ver a la sanadora al lado de su camilla con los brazos estirados. Levantó una ceja sin haberse sorprendido e intentó incorporarse un poco, aunque el dolor de su cuerpo estaba presente en cada partícula del mismo —. ¿Qué tal?

  6. Rol con Angelcullen

     

    Hola, tú debes ser Esmeralda, bienvenida a los Servicios Administrativos del Wizengamot — la voz de un chico la sacó de la parsimonia de esperar la respuesta de Miss Higgins, movió un poco la cabeza y asintió estrechando su mano amablemente. Por el entusiasmo del joven, la muchacha se percató que su estancia como empleada sería menos aburrida que la vez anterior, aunque deseaba poder ir de un lado a otro cumpliendo encargos del Departamento.

     

    Así es, veo que te han informado de mi llegada, un placer… — no había terminado de articular palabra, cuando una fuerte explosión se escuchó en el despacho de Reena y ambos chicos fueron corriendo a revisar lo que había sucedido, un enorme boquete se hallaba en el suelo y Esmeralda realizó en su bello rostro, una mueca que marcaba incredulidad ante la situación. Todo parecía bajo control y fue en ese momento que una mujer se acercaba donde la Señora Higgins.

     

    La castaña la siguió, alcanzando a oír lo que solicitaba, se acercó con una sonrisa que marcaba comprensión y se ofreció a ayudarla.

     

    He escuchado que solicita los requisitos para una boda, pase por aquí y le daré los informes correspondientes.

  7. Mazmorras Mortífagas

     

    Una vez más aparecía en las instalaciones del Hospital de San Mungo, más específicamente, en las mazmorras del mismo, lugar donde los mortífagos eran atendidos por los sanadores de igual bando. Yacía en alguna de las camillas, esperando a ser regresada a la vida, mientras tanto, su alma caminaba lentamente alrededor de su cuerpo y miraba las magulladuras de sus extremidades. Frunció el ceño. Los fenixianos le habían dejado en condiciones deplorables y lo tendrían que pagar.

     

    Observó con interés la marca de su cuello, era la que más le dolía en vida y ahora solo podía apreciar la herida con lujo de detalle. Las cadenas lograron hacer mella en su perfecta piel, esperaba que con un par de pociones y unos cuantos hechizos, la dejaran totalmente nueva. Desvió los ojos a sus manos, donde encontró el reluciente anillo, sonrió de lado, el perderlo solo podría significar empeñar su vida entera en volverlo a recuperar. Soltó un suspiro y se posicionó junto a la puerta.

  8. Agudizó el oído al escuchar que unos pasos se acercaban a su celda, mas no abrió los ojos como lo habría hecho en una mejor situación, después de todo, agradecía que fueran personas diferentes las que la atendieran. No reaccionaría de esa manera si uno de los fenixianos en especial, hubiera sido quién le llevara los alimentos que tanto solicitaba. Aunque con saciar su sed, le sería suficiente para aguantar el encierro tan injusto en el que la chica se encontraba.

     

    Omitió su primer pregunta al notar el vaso lleno de la vida, dificultosamente logró tomarlo y beber su contenido, como el mayor de los placeres. Sus labios volvieron a tomar el característico color carmesí y la piel de la Slytherin recuperó el color que estaba perdiendo debido a la falta de atención. Soltó un suspiro que marcaba su regreso entre el tiempo y el espacio. Ignoró por completo la sustancia viscosa que seguramente se movería en cualquier momento (?) y parpadeó un par de veces para mejorar su visión.

     

    También quisiera saber porque estoy aquí... — comentó al fijar sus ojos en un punto detrás del chico que había ido en su ayuda, por lo que no estaba dispuesta a dejarse enredar con simples suposiciones del bando contrario. A ojos de todos ella no tenía ninguna culpa — ¿Acaso debería sentir algo por esos seres? — cuestionó sin preámbulos, de todas las veces que había estado en Abaddon, esta era la más coherente de ellas.

     

    ¿Cree que si fueran mis compañeros, me habrían dejado? — lanzó de nueva cuenta contra el recién llegado al lugar, su risa le había causado una gran curiosidad, aunque prefirió no preguntar nada que le hiciera volver más cargado en el siguiente interrogatorio — Ya que lo menciona, ¿podría quitarme esto? — puntualizó en clara referencia a las cadenas, justo antes de que desapareciera —. Creame que no es nada cómodo y menos para dormir.

     

    En otro tiempo, tal vez la castaña habría ordenado su liberación inmediata, aunque la prepotencia era uno de los sentimientos que todos los mortífagos manejaban en su mayoría, la serenidad de la chica podría tomarse como arma de doble filo. Una sola persona sabía que era causada por la situación que la había llevado a ese punto y desde entonces, le había dejado de importar el creerse superior a los miembros de la Orden del Fénix.

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  9. Tenía los ojos cerrados después de haber sido abandonada por su custodio, escuchó a lo lejos como es que mortífagos habían asaltado la prisión sin llevársela a ella, sonrió satisfactoriamente aún con las manos, piernas y cuello encadenados. Aquel hecho podría ser un punto a su favor para que los fenixianos dejaran de molestarla, llevaban tres veces seguidas y aún seguían especulando sobre su elección de bando. Los dejaría con la duda todo el tiempo del mundo.

     

    Suspiró imperceptiblemente, desde hace un par de días que nadie había ido a visitarla y menos a llevarle un poco de comida para llevarse a la boca, probablemente quisieran matarla de hambre. Sintió como es que las cadenas comenzaban a dejar marcas en su morena piel y negó con la cabeza, no sería fácil de quitar. Tragó saliva con cierta dificultad, dispuesta a llamar por alguien que le ayudara.

     

    Y-ya que me tienen cautiva… al menos m-merezco un poco de a-atención… — su murmullo era muy débil, prefirió no agotar sus fuerzas y esperar a que alguien pasara por su celda. Estando encadenada no tenía movilidad alguna, sus rodillas daban contra el suelo y la respiración de la castaña era más pausada. Pensó en Selena, su pequeña hija que seguramente la estaría esperando en el castillo, sonrió un poco al saber que no pasaría mucho tiempo antes de verla otra vez.

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  10. Había llegado inconsciente a la Torre de Abaddon, no supo en que momento fue hechizada luego de su captura, pero afortunadamente, esta vez agradeció que no hubieran atentado contra su vida una vez más, las veces anteriores no recordaba nada de la batalla y ahora al menos sabía en qué momento llegó a aquel lugar. Un nuevo hechizo le hizo reaccionar y abrió los ojos lentamente, esa celda era muy diferente a las que había visitado anteriormente.

     

    Miró el sitio con cierta cautela y al tratar de mover sus extremidades, una larga cadena la sujetaba al muro junto con su cuello, frunció el ceño al sentirse como un animal encadenado y eso no podía quedarse así. Respiró profundo cuando la voz de un hombre llegó a sus oídos, esperaba no encontrarse con el indeseable No. 1 en su corazón. Sonrió de lado al ver la luz cubriendo su rostro.

     

    Sería interesante ser mortífaga… aunque dudo que me acepten — comenzó la castaña con voz tenue y con los ojos fijos a la nada, parpadeó un par de veces y continuó igual de lento — no soy de ese tipo señor, esto ha sido una gran injusticia, espero que sepan lo que hacen — su voz sonaba a la de una niña pequeña que es atrapada en su travesura y del mismo modo queriendo salir del aprieto sin el mayor de los problemas.

  11. << — Anda, hazlo ya...se que puedes — la fina voz de su esposo atrapó los sentidos de la muchacha, había perdido la noción entre lo verdadero y el recuerdo, ahora se encontraba sumida en uno que les salvó la vida a los dos, hace tiempo ya. La Slytherin sostenía la varita fuertemente, apuntando en dirección al pecho del joven, sabía que debía apresurarse o sería demasiado tarde para devolverlo a su condición de hombre, miró sus ojos una vez más, pudiendo encontrar la ternura de su expresión, era el momento adecuado.

     

    Soltó el hechizo sin contratiempos, a pesar de que era realmente complicado, había logrado su cometido luego de un ardua labor, pero no se había ido limpia, un colmillo del chico a la hora de la prematura trasformación, se hallaba clavado en su antebrazo izquierdo y nadie lo había notado, hasta que la Ravenclaw se desmayó en medio de la Sala Común, con una herida infectada de licantropía.>> Abrió los ojos de golpe, aún conservaba esa cicatriz, su secreto mejor guardado hasta el día en que le rebelaron la existencia de Selena.

     

    << — Ven, necesito decirte algo...— su mente volvió a divagar como si de un pensadero se tratase y la ojiazul era la espectadora de sus propios pensamientos. Tomó la mano del Ravenclaw y lo siguió hasta una sala apartada del bullicio de la gente, supuso que era algo de lo más importante, ya que él no acostumbraba a sacarla de la Sala Común sin una razón que lo ameritara y realmente no se equivocó. Frente a ella, arrodillado y con una sortija entre los dedos, el Clearwater le había pedido unir sus vidas en un vínculo tan fuerte como lo es el matrimonio.>>

     

    Agitó la cabeza un poco para estabilizarse, respiró profundo y de inmediato sostuvo ambos anillos en su palma. Miró la noche con cautela, aunque dudaba que alguien lograra hallarla ante la espesura de la misma y por esa razón, no sabrían que se encontraba ahí a menos que su mente le jugara una mala pasada. No lograría controlarse de soltar un grito lastimero si es que le mostraban un buen motivo para ello, aquel era el lugar donde podría hacerlo sin que nadie de su familia actuara en su rescate, el consuelo no le serviría en una situación tan vulnerable.

     

    << Algunos días antes de su boda, Esmeralda se encontraba frente a un escritorio a muy altas horas de la noche, leyendo un libro conocido por la comunidad no mágica y magica, Drácula. Se encontraba en uno de los últimos capítulos y habría terminado ese mismo día, de no ser por la interrupción de una chica que no solo no era de su casa, sino que también tenía una expresión sombría en el rostro — Está muerto — soltó al verla, la respiración se le fue cortando y busco sus ojos para encontrar la mentira, ella tan solo asintió y no dijo nada más.>>

     

    Esta vez se negó a la tranquilidad, ese recuerdo había sido el más lastimero desde que conoció al muchacho e inhaló todo el aire que sus pulmones le permitieron. No iba a soltar sus emociones, aunque los ojos le imploraban por aquello. Acomodó un poco el vestido y tomó la conocida posición de loto, estaba segura que su corazón andaba desbocado, por lo que se negaba a cerrar los ojos una vez más, una último pasaje como aquel, la dejaría totalmente expuesta a todo.

  12. Justo antes de llegar donde su madre, Alia la sorprendió con un abrazo que no esperaba recibir de nadie presente. Se desestabilizó un poco al tener que sostener el peso de la Marshbone y encima hacerlo con un par de tacones que no estaba acostumbrada a usar. Escuchó con atención las palabras de la pequeña y la miró de reojo sonriendo de lado.

     

    Sabes que si picola, no me habría perdido tu graduación por nada…<<ni por nadie>> pensó por una fracción de segundo y la invitó a unirse a la reunión familiar en la que ni la Slytherin estaba segura de ir. Decidida y con su hermana de resguardo, tomó un lugar en aquel circulo, su madre tomó la palabra casi de inmediato.

     

    Verás, es la graduación de tu hermana mayor Pink, Pink, esta es Esmeralda tu hermana pequeña por parte de la Slytherin — el rostro de la chica era toda una proeza, más secretos rebelados, pero esta vez no logró reprimir su sentimiento de alegría, siempre había querido una hermana y ahora que la tenía enfrente, no sabía ni como dirigirse a ella.

     

    Un placer Pink, no sabía que tenía a una hermana, pero espero que entre las dos surga una buena amistad… — extendió su mano para que la Ryddleturn la estrechara y al instante, fijó la vista en Alia —. Ella es mi hermana adoptiva por parte de la Marshbone y también es su graduación.

  13. Necesitaba algo de aire fresco luego de salir del ajetreo de la graduación de su hermana adoptiva, se encontraba rodeada de un alto número de personas y a pesar de saber convivir entre ellas, no podía evitar sentirse acorralada y prisionera. Respiró profundo al llegar a los jardines, notando que el sol se había ocultado mientras había estado dentro, descalzó sus pies de los tacones que usaba y un suspiro de alivio se hizo notar al tocar lo suave el pasto. Sin duda, era la primera vez que se relajaba con algo tan insignificante.

     

    Emprendió su camino con gran lentitud, en su mente se reproducían cientos de recuerdos y al cerrar sus ojos, dejó que los pasos la guiaran por el lugar, la castaña no tenía un sitio fijo a donde ir. Cada episodio de su vida era transmitido con lujo de detalle, aunque cada uno no duraba más de dos minutos, parecía que su mente la obligaba a poner un orden en todo lo que le estaba sucediendo, sobre todo por su muy reciente visita a Abaddon.

     

    A lo lejos logró escuchar el agua de un río, sonrió como reflejo y algo nuevo se retuvo entre sus pensamientos con ese ligero, pero abundante sonido. Dirigió su rostro al cielo, esperando que le contestara con algunas gotas de lluvia, soltó sus tacones con un movimiento suave y decidió sentarse a la orilla del camino, enlazó sus manos a la altura del vientre. Impulsó al aire a limpiar sus pulmones. La Slytherin esperaba que nadie de su familia llegara a importunarla, necesitaba de ese tiempo a solas.

  14. Algunos días habían pasado desde que había ido a pedir su examen de aparición y justo ahora se paraba de nuevo por el Departamento de Transportes Mágicos para llevar el formulario que le hacía falta. Después de eso podría ser llevada a la Sala Cambiante, lugar donde realizaría su mejor esfuerzo para conseguirlo a la primera, no deseaba volver a aquel lugar solo por haber tenido un momento de ineptitud total.

     

    Buscó con la mirada a la recepcionista luego de haber abandonado el ascensor y se encaminó hasta ella para preguntar por alguna de las jefas, tampoco las esperaría hasta que se dignara en aparecer alguna de ellas. Revisó una vez más que estuviera correctamente rellenado y tras su última leída, lo acercó a la mujer que parecía ensimismada con algo en su escritorio.

     

    Disculpe, he venido a traer este formulario que me faltaba, ¿podría decirme donde lo tengo que entregar? — se dirigió de la manera más elegante y formal que su fastidio le era capaz de otorgar. Mostró el pergamino con los datos correspondientes y espero a que esta le contestara.

     

    Formulario para el Examen de Aparición

     

     

    Consentimiento Informado:

     

    La aparición/desaparición es un conjuro avanzado que permite al que lo dice desaparecer de un sitio y reaparecer en otro instantáneamente. Para lograrlo se debe pasar por un entrenamiento exhaustivo y poseer un gran dominio de las 3 D's: Destino, Determinación y Deliberación.

     

    Como todo hechizo realizado por un mago novato tiene su riesgo, puesto que si el mago no se concentra bien en las 3 D’s podrían ocurrirle terribles consecuencias que lo mandaría directo a San Mungo. Por este motivo el Departamento de Transportes Mágicos no se responsabiliza por las posibles lesiones con las que pueda quedar su hija, ya que sólo depende de los examinados el dominio y la correcta realización del conjuro.

     

    Cabe destacar que el aprobar el examen de aparición es vital dentro de la vida de todo mago, es por este motivo que es tan importante que los alumnos se preparen bien para que rindan un buen examen.

     

    Yo, Eliah Ryddleturn, madre de Esmeralda Slytherin, he leído y comprendido el presente informativo, asumo los riesgos que mi parentesco con el examinado corre al realizar el examen de aparición y libro de toda responsabilidad al Departamento de Transportes Mágicos.

     

    Firma del responsable

    Eliah Ryddleturn

  15. Mazmorras con Gatiux - Alta

     

    Un par de parpadeos más y su vista se aclaró por completo, aún seguía procesando el hecho de haber ido a parar a San Mungo, pero la respuesta de la sanadora, acompañó su sonrisa con un buen trato en las mazmorras. En definitiva tendría que ir a desquitarse con uno de esos seres que cubrían su rostro con una lucecita, aunque con o sin ella, la chica podría reconocer a su objetivo sin ningún problema.

     

    Será lo primero que haga al terminar de recuperarme — comentó de manera despreocupada y gracias a la ayuda de Gatiux, había podido mantenerse sentada en la camilla, solo que en esos momentos deseaba estar en la tranquilidad de su alcoba, esperaba que al menos ese lugar si estuviera protegido. Miró las pociones sin siquiera preguntar, asintió ante la amenaza de la sanadora y bebió el contenido de ambas sin chistar.

     

    Seguramente su mente se hallaba repleta de tantos pensamientos que ni el sabor había tomado a los brebajes, de muy buena fuente sabía que no eran aclamados por la exquisitez de los mismos. Hace poco más de un mes había tenido la desgracia de ir a parar ahí, Abaddon no había tenido piedad de ella ni sus custodios. Soltó un suspiro y tomó la alta.

     

    No hay problema, por ahora debo recuperar fuerzas, solo espero no tener que volver a este lugar… — respiró profundo y bajó de la camilla. Verificó que en sus manos siguieran ambos objetos dorados y se encaminó a la salida a paso lento —. Hasta luego.

  16. En su época de estudiante jamás había asistido a una fiesta del bando al que ahora orgullosamente pertenecía, no por falta de interés, sino porque a la chica no le llamaba la atención tanto como en esos momentos. Probablemente se encontraría a conocidos estudiantes, graduados y algunos con mayores rangos, por lo que no podía lucir como si fuera una simple chica que va a una fiesta. Sonrió de más y mandó llamar a su elfina, ordenando que le buscara el mejor atuendo que pudiera usar en un evento como aquel.

     

    Durante el rato de estar esperando, arregló sus uñas de un ligero color plata, la manicura de hace un par de días atrás seguía intacta y nada le hacía resaltar más sus manos que los colores elegantes. Pensó en llevar su argolla de matrimonio, pero al ver la gemela perteneciente al chico que seguía siendo su esposo, decidió dejarlas en un mismo lugar, a final de cuentas, no la necesitaría para pasar una buen rato de tranquilidad.

     

    Tras dejar en la cama de la Slytherin un traje de baño con un interesante top negro y el bikini que resaltaba si figura a la perfección, la chica lo aprobó con un leve asentimiento, además de contar con un pequeño vestido que la cubriría durante la velada, deslizó la bata que cubría la desnudez de su cuerpo y prosiguió a colocarse las diminutas prendas que usaría para asisitir a la fiesta que su bando.

     

    De noche en la playa, disfrutando y sin ninguna otra obligación, era lo que Esmeralda estaba esperando. Un par de horas después, tomó el traslador correspondiente, la pereza de tomar su escoba y llegar volando era demasiado grande y unos segundos más tarde, se encontraba en el lugar acordado, no era nada comparado a la asquerosa caverna que habían escogido en un principio, puesto que ahora contaba con varias mesas finamente adornadas, además de contar con algunas barras para adquirir bebida si así se apetecía.

     

    Siguió observando la cueva con gran interés y asombro, el don de la magia, era sin duda la herramienta más efectiva a la hora de la verdad. A su paso, la inglesa fue visualizando a algunas personas que quizá conocía, otras que había visto y más que no sabía de su existencia. Continuó con su andar sin haber sufrido ningún percance en el trayecto y fue gratificante hallar a su madre en la misma fiesta. Esta vez, algo de sinceridad se mostró en los ojos de la Marshbone y se planteó acercarse.

     

    El agua mojando sus pies a cada paso que daba, se convirtió en una sensación de lo más relajante y fue así, que perdió un poco el hilo de sus pensamientos y prefirió tomar un tranquilizante paseo por la orilla de la playa. A lo lejos visualizó una de las mesas de madera que contenía las bebidas y siguió su andar de la manera más lenta posible, un buen vaso de whisky lograría llenar por completo su satisfacción. <<Nada más haría perfecta esta noche>>

  17. Una sonrisa tranquila y sincera se podía leer en las finas facciones de su rostro, por lo que al ver que su querida hermana adoptiva se había marchado a seguir recibiendo felicitaciones, la mirada de su madre, Eliah, le indicaba que podía acercarse en cualquier momento. Al principio dudó un poco, mucha gente la rodeaba y no deseaba importunar, pero al recordar que era un lugar bastante lleno de personas, nadie notaría que se había colado sin preguntar.

     

    Emprendió su camino hasta la matriarca Slytherin, su largo vestido le daba ese toque tan elegante que le caracterizaba y el anillo en su mano izquierda terminaba de completar el atuendo. Sus pasos no resonaron en toda la estancia tal como esperaba, pero sin dudarlo ni un poco y obteniendo su mejor amague, entro al círculo en donde su madre la estaba esperando.

     

    Hola madre, que gusto verte por acá... ¿alguna situación especial? — esperaba haber dado con la pregunta correcta, aunque dudaba mucho que fuera a regañarle por algo. Miró con interés a los comensales que también se dirigían a ella y ladeo la cabeza al notar la familiaridad con que se dirigían unos a los otros. No esperaba sentirse tan fuera de lugar, ¿Madre?¿Tío?¿Sobrina?

     

    Respiró profundo para evitar que se notara su nerviosismo, la castaña también había dado con ese evento al recibir la cordial invitación de su hermana adoptiva, tenía mucha gente que conocer y por partida doble.

  18. Mazmorras con Gatiux (perdón la tardanza :ninja:)

     

    Abrió sus ojos con cansancio, no había logrado enfocar bien y de la misma manera, aún no caía en cuenta de en qué lugar estaba. En su mente tan solo se formaban los pasajes de su estadía en Abaddon y apretó las manos para comprobar que conservaba los objetos que había adquirido en aquel lugar. Soltó un suspiro que reflejaba su cansancio y no hizo por querer incorporarse.

     

    Escuchar la voz de una sanadora, la regresó de golpe al hospital San Mungo, las preguntas no dejaron de crearse en su mente y perdió la noción del tiempo. ¿Había muerto al salir de prisión o se encontraba inconsciente desde hace días? Prefirió no alterar su mente con todo aquello y se limitó a dar las señales de vida que, seguramente, estaban esperando de ella.

     

    ¿Podría darme las placas del tráiler que me atropelló? — bromeó un poco a pesar de su estado, un ligera sonrisa se dibujó en sus labios y espero respuesta de quién se encontraba a cargo de su atención. En la cama de al lado, logró visualizar a una chica que ya se encontraba recuperada.

  19. Esperó muy poco tiempo para ser atendida por alguien de la planta, la recepcionista pareció buscar algo entre sus documentos y la castaña ladeo la cabeza en razón de una pregunta, ignoraba por completo lo que acababa de encontrar, la miro tranquilamente al verla perfilada para hablarle. Tras haber escuchado la primera explicación, intentó recordar si en su bóveda se hallaba tal cantidad, tenía rato de no ir a Gringotts.

     

    ¿Así que ahora cuesta presentar un examen? — comentó de manera irónica y tomó el pedazo de pergamino que contenía la aprobación de sacar el dinero de su cuenta, sin prestar atención a lo demás, se hizo de una pluma que reposaba sobre el escritorio de aquella mujer.

     

    Por medio de la presente, yo, Esme2016, autorizo al Centro Examinador de Aparición tramite el descuento de 100 Galeones de mi bóveda 99128 personal por concepto del examen de aparición. Estoy consciente que el descuento de los Galeones no significa la aprobación de dicho examen

     

    Entregó el formulario con los datos correspondientes y después se le presentó uno nuevo, debía ser firmado por un familiar, de inmediato pensó en su madre, no tendría más remedio que ir a pedirle que le autorizara realizar su examen de aparición y pedirle que se hiciera responsable de lo que pueda suceder en la sala cambiante.

     

    No se preocupe, volveré en cuanto lo tenga… — guardó dicho papel en sus bolsillos y tomó el ascensor que la llevaría de vuelta a el primer piso, ahora debía localizar a su madre, el problema recaía en que no sabía por dónde ir a buscarla.

  20. Era muy de mañana y la Slytherin se encontraba vistiendo su cuerpo desnudo con la fina tela de un vestido tan verde como su nombre, aquel día se presentaría a la ceremonia de graduación de su hermana adoptiva: Alia, perteneciente a la familia Marshbone. Su leal elfina llegó, como de costumbre, con una bandeja de plata y su desayuno sobre la misma, la castaña engulló un pan tostado para saciar su apetito y se miró en el espejo de la habitación.

     

    Pintó los labios de un llamativo color rojo, resaltando la perfecta forma que estos tenían y que eran notorios a la vista aún sin el brillo. Acomodó su cabello en una alta coleta de lo más elegante, chasqueó los dedos una sola vez y Dayi, colocó el jugo de naranja en las manos de su ama, mientras la ojiazul continuaba con la vanidad frente al objeto que la reflejaba. Asintió satisfecha por el resultado obtenido y una sonrisa adornó su rostro. Un anillo se encontraba sobre el escritorio, el cual no dudo en tomar antes de salir por la puerta de la habitación.

     

    La elfina salió a paso presuroso tras de ella, Esmeralda sujetó, con una de sus manos, los tacones que usaría para la ceremonia, no deseaba usarlos hasta haber llegado a la Academia y estar frente a las puertas del salón dónde se llevaría a cabo el magno evento. Pasado el tiempo suficiente en que tardaría llegar a la celebración, la chica se vio en las instalaciones de su mejor época de estudiante, la Academia de Magia, esperaba encontrar a alguien conocido, aunque no estaba segura de quién podría ser y menos lo que podría causarle.

     

    Los grandes portones del Gran Salón se abrieron ante ella y miró la decoración del mismo, demasiado azul para su gusto, pero le recordaba la plenitud en el pasado de su vida y la alianza en su dedo le marcaba esa situación. Sur orbes azules buscaron a Alia en todo el salón, hallandola en alguna de las mesas más cercanas a la principal, donde recibiría los honores y su distinguido pergamino que acreditaba la graduación de la Marshbone. Tomo asiento en las del final y escuchó el discurso correspondiente, nombrando como primer graduada a quién había ido a buscar.

     

    Una sonrisa sincera se apareció en sus facciones y esta se ensanchó al encontrar a su madre, Eliah, en el mismo lugar. Seguramente iría por alguno de los ex-estudiantes, pero ya tendría tiempo de averiguar de quién podría tratarse y si es que le conocía. Se acercó a paso lento a su hermana adoptiva y sin la intención de reprimir su impulso, la abrazó con algo de fuerza. Era su primer momento juntas, pero esperaba que no fuera el último, después de todo, la pequeña la acompañaría en sus misiones de bando.

     

    Felicidades hermana, este apenas es el comienzo y verás lo mucho que nos vamos a divertir — sentenció en clara referencia a la Marca Tenebrosa y sonrió con amabilidad, esperando a la respuesta que Alia le daría.

  21. Regresó al Ministerio de Magia tras haber sido, injustamente, privada de su libertad, simples especulaciones no eran suficiente prueba para detenerla y menos con una desventaja tan significativa como la que había tenido. Se paseó con toda la confianza del mundo en las calles que rodeaban el lugar y finalmente se decidió a entrar, esta vez tendría que completar un requisito para estar completa de pruebas a realizar. Tan solo faltaba una que podría salvarle la vida si así lo requería la situación.

     

    Tomó el primer ascensor que vio, mismo que se fue llenando al cruzar por las demás plantas hasta mandarla a su destino en la sexta planta, miró con diversión el lugar donde anteriormente, había ido a pedir su licencia de vuelo y ahora regresaba a pedir la licencia de aparición. Esperaba que la misma persona le atendiera, así no tendría que batallar demasiado con el llenado de formularios y le sería más fácil cumplir con los requisitos requeridos para llevarlo a cabo.

     

    Camino hasta la recepción, tenía entendido que ambas disciplinas eran evaluadas en distintos sitios, por lo que se dispuso a ir preguntar dónde seguramente, no le negarían ni una solo duda. Miró a la persona encargada de dicho lugar y respiró profundo antes de comenzar a hablar.

     

    Hola, ¿Qué tal? Disculpe… ¿dónde puedo solicitar mi licencia de aparición? — permaneció unos minutos expectante, aguardando la respuesta que recibiría en cualquier momento.

  22. Mazmorras mortífagas

     

    Apareció en una de las camillas del Hospital en total inconciencia, el desgaste obtenido en su estadía a la torre de Abaddon había acabado con ella, no solo físicamente, sino también de la manera emocional, un fenixiano se había encargado de hacerle pasar por muy malos ratos y la castaña dudaba fervientemente que fuera el último. Singulares pasajes de aquella visita obligada custodiaban su mente, su estado de letargo había sido provocado y al salir de ahí, no consiguió durar demasiado en plena facultad.

     

    Entre sus manos sostenía los objetos que había reunido en prisión y pensaba devolverlos al salir del Hospital San Mungo. Las manos de la chica se encontraban petrificadas por la fuerza ejercida en mantener a salvo lo que se empeñaba en cuidar y con la respiración más baja de lo normal, su cuerpo quedó a la espera de ser atendido. Los sentidos se bloquearon por completo y una sola imagen surcó cada momento retenido antes de volver a normalidad de su vida.

  23. Haber salido de la prisión fenixiana le había sentado de lo mejor, sus especulaciones sobre sus relaciones con los bandos la estaban llevando a un completo enfado, puesto que no tenían prueba alguna sobre aquellas circunstancias y una vez dentro, uno de ellos le había hecho pasar un muy mal rato. Con sus manos dentro de los bolsillos de su túnica, tomó camino a su actual trabajo dentro del ministerio, recordaba el camino perfectamente bien y esperaba que su jefa la recordara como buena aprendiz.

     

    Encontró la entrada por el conocido teléfono descompuesto en una de las calles y marcó la numeración necesaria luego de haber dejado dinero muggle, habría sido más sencillo tomar la red flu, pero se sentía un poco mareada de ocupar un trasporte como aquel. Se detuvo unos momentos a observar todo el bullicio del lugar y se recordó que pronto tendría que pasar a la Dirección de Transportes Mágicos para pedir su examen de aparición. En su nueva condición le sería más que útil.

     

    Tomó el ascensor que la llevaría a su destino y espero unos minutos antes de bajar, el letrero de los Servicios Administrativos del Wizengamot se hizo presente frente a ella y una pequeña risa salió de la perfecta forma de sus labios. La Señora Higgins seguía en su acostumbrado puesto de recepcionista, esta vez no cometería el diminuto error quele había costado un regaño de su parte en sus meses de aprendiz. A paso ligero y con una canción en su mente, se acercó hasta el escritorio de la mujer.

     

    ¿Qué tal?¿Me recuerda? — el azul de sus ojos se hizo notar con singular alegría y esperó a que la squib le respondiera. Seguramente lo haría con su acostumbrado tono de fastidio que ocupaba con todos los magos que se cruzaban en su camino.

  24. Hola!! Me vengo a inscribir a este curso de rol, siento que algo me falta para crear una muy buena nareativa y sobre todo, tener a quién me lee con el alma en un hilo (?) jaja ok, tanto así no, pero si quiero mejorar la calidad de mis roles, sobre todo porque luego los hago como caigan .___.

     

    Nick: Esme2016

    Forma en la que desea participar: Roles independientes

    Rol más reciente realizado: Último post

     

    Weno, debo reconocer que este post fue de lo más dramático, sobre todo porque el posho ese no se pudo aguantar de decir algunas cosas, si ese no es suficiente...simplemente avisenme y busco uno de más atrás o roleo de nuevo :3

  25. Apretó contra su pecho el dolor del momento y levantó la vista a sus ojos, un vuelco en el estómago se formó junto con una punzada en el corazón. Claramente no sabía todo lo que ella había pasado cuando decidió irse, cuando el mundo que habían creado juntos se desmoronaba ante la castaña, jamás supo lo que le ocurrió aquellos días, nunca se enteró de que estuvo a punto de morir, esperar por él fue lo único que la había llevado a seguir adelante.

     

    No estés tan seguro de eso Jank, por ti sabes que fui capaz de un sinfín de cosas que no quisiste valorar… — la mirada de reproche e ironía que el chico le mandaba, logró el cometido de ablandar la dureza con que pretendía contestar. Una mirada que nunca había aplicado en él, a pesar de haberle fallado una vez —. Un perdón no borra lo ocasionado, pero las acciones si dijeron más de lo que no entendiste… nada te costaba escuchar, sin embargo… preferiste irte por el camino fácil.

     

    La garganta se le tornó seca y una mirada de súplica, como jamás pensó encontrarse frente al hombre que le entregó todo lo que era, negó con la cabeza al tener en su mente las palabras que salieron de los labios que tantas veces había probado.

     

    No tienes por qué tener certeza de lo que ha sido, ¿acaso crees que yo no sufrí? Lo que has visto fue una ilusión… algo que no deseaste que explicara, para mí lo único importante siempre has sido tu… a pesar de todo… — le regresó el anillo en sus manos y continuó con la fuerza que aún le quedaba — tampoco tienes la certeza de lo que soy, te he seguido hasta aquí con un propósito… y tu deber es responder.

     

    ¿Te das cuenta que mi mundo se vino contigo? Tu hija... porque lo es y no puedes negarlo, te necesita… — estiró el brazo para alcanzarlo, una vez más se alejaba de ella, aunque no estaba dispuesta a dejarlo, no luego de aquello —. Me parece que para ti fue más importante irte, que ver a tu esposa e hija… porque lo sigo siendo Jank.

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