Esmeralda Slytherin R.

Esmeralda Slytherin Marshbone /o/

Un día soleado era perfecto para que la castaña fuera a dar una vuelta a los lugares que mejor conocía, hacía tiempo que no había uno igual y decidida a pasar un momento entre la relajación y la expectación del panorama, optó por guiar sus pasos rumbo a la Academia de Magia, en aquel se encontraba la perfecta combinación para su capricho, los Jardines Sumaes. Mordió su labio un poco contrariada, había jurado no despegarse de su hija desde aquel evento, pero necesitaba un tiempo a solas.

Vistiendo un par de botas que aumentaban su estatura junto a unos jeans que resaltaban su perfecta figura y una blusa que cubría sus atributos decentemente. Maquilló un poco su rostro y pintó sus labios de carmesí, su color preferido de labial. Colocó encima de su vestimenta la túnica que más le gustaba, no solo por el color del mismo nombre que la mortífaga, sino por la peculiar forma de ondear cuando caminaba. La elegancia Slytherin Marshbone irradiaba en todos los poros de su ser.

Minutos después se apareció en la entrada dela Academia, conocía el camino por los pasillos de memoria, no por nada se había convertido en la perfecta prefecta de una de las casas. Sin dudar ni un momento de sus pasos, entró al recinto con entera satisfacción, la época otoñal le sentaba de maravilla. Observó el jardín con cautela, no sabía lo que podría estarle esperando, sus delirios de persecución habían crecido irremediablemente desde aquel día.

Sin haberlo planeado, la muchacha observó a cuatro figuras reunidas, una de ellas parecía muy familiar y se acercó con el sigilo de un felino para no alarmar a quién quiera que fuera. Sonrió complacida al recibir la grata sorpresa de encontrarse con alguien conocido, aunque no esperaba que el director de aplicación mágica también se hallara ahí, seguro que aún recordaba el pequeño percance que se había suscitado en el SAW.

Después de tan accidentado encuentro con la tía de su jefa, la castaña se levantó y sacudió su túnica con elegancia, no había ni una pizca de polvo en el suelo que la hiciera tener tal comportamiento, pero su orgullo de Slytherin no podía fallar en un momento tan bochornoso como aquél. Dando media vuelta, regresó a la comodidad de su oficina, tomó asiento detrás de su escritorio y aguardó por algunos minutos, antes de perderse en los recuerdos de las fotografías.

Sonrió con complacencia, no tardaría en volver con su hija de vuelta a la mansión Masrshbone. Mordió su labio por la paz que albergaba el SAW, no era común hallarlo tan vacío, seguro que había personas en busca de algún servicio. Negó con la cabeza ante el pensamiento, de ser así ya los tendría en la sala de espera, tamborileó unas cuantas veces sobre la fina madera de su escritorio, no le gustaba quedarse demasiado tiempo sin hacer nada. Decidió probar suerte. Asomó la cabeza en la puerta de la directora.

— Disculpa Reena, ¿necesitas que te ayude en algo? — notó que el hombre al que hace un rato había gritado seguía ahí, no se conmocionó ni un poco, decidida a mantenerse firme y fijó su vista en la directora del departamento esperando una respuesta.

La Slytherin se detuvo un par de minutos en buscar Kyttara, había un sinfín de gente que le impedía encontrarla con mayor facilidad, levantó una ceja con cierto fastidio al estar tan estática en un solo punto. Mordió su labio levemente y se mezcló entre las personas que pasaban a saludar a sus graduados, el recuerdo de su propia graduación se hallaba tan presente, como si estuviera a punto de recibir su diploma como Dragón Honorífico y tener que cederle su puesto de prefecta a otra estudiante.

A paso lento, pero elegante, la castaña se abrió camino entre la multitud y el ondeo de su vestido rojo había provocado que algunas miradas se posaran sobre ella. Sonrió satisfecha de sí misma, le agradaba llamar a atención y más aún en un evento como aquel, pero de quién deseaba la total atención, era de su mejor amiga, aún no aparecía frente a sus ojos o quizá la hubiera pasado por alto en algún momento; el presente aún residía en sus manos y confiaba en su buen juicio, así Kytta estaría encantada con ello.

Tras un par de minutos más, la halló envuelta entre abrazos y felicitaciones, bastante gente había ido a acompañarla, aquello le alegraba. Acortó la distancia lentamente y esperó el tiempo pertinente para llegar hasta ella y estrecharla entre sus brazos con fuerza, su último abrazo había sido hacía mucho tiempo atrás, lo suficiente como para olvidar cuan reconfortantes eran.

— Te eché mucho de menos Kytta — murmuró apenas audible, la castaña odiaba cuando el sentimentalismo amenazaba con apoderarse de su alma de hierro y le quebraba la voz en un hilillo — Muchas felicidades por graduarte, ya me estaba preguntando para cuando me darías la noticia — le entregó el pequeño obsequio que moría de ganas por darle y detuvo sus manos cuando la vio tratando de rasgar el envoltorio que lo mantenía a salvo de los ojos ajenos.

— Aún no, es exclusivamente para ti… quisiera que lo abrieras cuando estés en casa — miró con diversión el confundido rostro de su amiga y tan solo asintió como mayor explicación.

http://i.imgur.com/lMrAlIc.png

*desaparezco*

Admiró por un rato más que las fotografías se movían sin parar y se echó hacia atrás en su asiento, enlazando las manos sobre su vientre. Tenía claro que debía dirigirse con respeto a la gente que se presentaba en el SAW, y tendría que sentirse culpable por haberle hablado de aquella manera tan dura al Director, pero el orgullo de la Slytherin había podido traspasar cualquier barrera que la imponencia de un puesto le provocaba. Simplemente no podía aceptar ser la mensajera de la squib.

Sonrió de lado con cierta ironía, la relación con esa mujer no empezó bien y seguramente, no terminaría bien aunque cualquiera de las dos se propusiera lo contrario. La altanería de la chica era muy bien conocida por la recepcionista, por lo que le encantaba lucirse cuando se hallaba cerca. El descontento de Miss Higgins por su condición, aportaba a Esmeralda el placer de sentirse superior. Levantó el mentón con el ánimo renovado y olvidando momentáneamente al director, se encaminó a la puerta de su despacho.

Con la distracción de sus pensamientos, no fue consciente del momento en que Sagitas había salido huyendo de la oficina de la directora y en aquel instante, la colisión de las dos mujeres provocó que la jefa de la secretaría fuera a dar al suelo. Una leve exclamación de sorpresa, combinada con un diminuto quejido de dolor, fue lo único que pudo proferir la castaña, antes de mirar a la tía de la directora en sus mismas condiciones.

— ¿Tanta prisa tenía por irse? — comentó levantando una ceja y negando con cierta diversión plasmada en su rostro.

http://i.imgur.com/lMrAlIc.png

*desaparezco*

Roleando con Kytta *-* mi geme trollera!

La invitación yacía en sus manos como el más fino pétalo de las rosas que su hija le había regalado, sonrió encantada al leer la inscripción y sin dudarlo, accedió en asistir. Se trataba de su mejor amiga desde siempre y que mejor reencuentro que verla convertida en una magnífica bruja egresada de la academia. Aún recordaba cuando había sido la suya, sus padres le acompañaron toda la celebración y el castillo ardió en felicitaciones cuando el pergamino cambió al color de su bando. Se sentía plenamente orgullosa de ello.

Un vestido de lo más elegante le esperaba extendido en su cama, cortesía de su elfina quién siempre sabía que estilo prefería usar su ama y para cual ocasión. Envuelta entre finas telas rojas, que resaltaban su belleza natural, optó por un maquillaje discreto y decente, un par de joyas a juego y zapatos altos que harían brillar su más puro linaje Slytherin Marshbone.

Sin ningún contratiempo y con la invitación en mano, desapareció a las afueras del castillo para llegar a la entrada de la academia. Un sinfín de recuerdos le asaltaron al mirarla y con paso decidido, se encaminó a la sala en que se llevaría a cabo tal evento. Observó con pleno cuidado los pasillos, el mismo camino había recorrido ella y ahora lo hacía de nuevo, pero para recibir a su mejor amiga. Una vez dentro del salón, mostró su perfecta sonrisa pintada de carmín.

Ahora solo esperaba a Kyttara, debía darle su obsequio de graduación, además de secuestrarla por unos momentos para ponerse al corriente del tiempo en que no se habían visto.

La chica observó al hombre con cierta ironía, levantó una ceja con interés al darle esas clases de modales que para nada le hacían falta. Para alguien de la clase de la Slytherin, ser la lechuza de la squib era algo humillante y sumamente denigrante; la expresión de Esmeralda no cambió ni un céntimo y aún con el tono que el director usó en ella, no agravió ni un ápice su humor. Por lo que pedirle una disculpa no estaba ni cerca de salir de sus labios.

— Si bien la directora se encuentra ocupada, no me extrañaría que Miss Higgins llegara en cualquier momento con su respuesta… — se encogió de hombros sin prestar mayor atención a sus intenciones de hacerla sentir incomodada por su anterior actitud. Lo siguió con la mirada hasta la sala de espera y encaminó sus pasos al mismo sitio. Sus palabras no fueron terminadas de expresar, cuando la recepcionista había vuelto a la estancia con el consentimiento de Reena.

— Privilegio de los directores al ser recibidos de inmediato… — masculló mirándolo y rodó los ojos al encontrar la vanidad de su ser y el cargo que portaba en sus palabras — Un placer conocerlo Enrick, director del Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica — le devolvió la reverencia con desdén y unos pasos más atrás, reanudó su andar para dirigirse a su despacho, mordió su labio sin poder contener su curiosidad sobre aquel hombre.

Agudizó el oído, aunque sabía que no le serviría de mucho, puesto que ambas oficinas estaban diseñadas para guardar las palabras dentro de ellas, supo de inmediato que aquel asunto era demasiado privado. Negó tomando asiento detrás de su escritorio y miró las fotos de su hija en movimiento, la extrañaba demasiado y apenas la había dejado hace un par de horas en casa de su madre.

Escuchar la voz de la directora tan cerca, le hizo pegar a Esmeralda un diminuto sobresalto, mordió su labio negando con algo de diversión y antes de comenzar con su labor, cambió el destino de sus pasos de vuelta a la recepción. Se asomó en la puerta del despacho de Reena y solo atinó a hacer un gesto a modo de asentimiento para que pudiera verla, no deseaba interrumpir su visita y de inmediato emprendió el camino que bien podría seguir con los ojos cerrados.

Detuvo sus pasos al notar que Miss Higgins se hallaba gratamente en su respectivo lugar, solo le quedaba acercarse y anunciar que la directora deseaba verla. Levantó una ceja con incredulidad, estaba actuando como la lechuza de la squib, apretó las manos y su primer pensamiento hacia la mujer fue de un profundo desprecio que no había logrado disimular en el corto trayecto que las separaba. Su voz resonó en la estancia sin ser consciente del visitante que aguardaba al otro lado del escritorio de la recepcionista.

— ¡Higgins! — miró a la mujer con atención y se presentó frente a ella antes de que pudiera replicarle — ¡La directora pregunta por ti y te sugiero que te presentes con ella inmediatamente! — se cruzó de brazos a la espera de que la squib pudiera notar su enfado y optara por seguir las instrucciones que la jefa le daba. Tan pronto como la miró desaparecer en una de las esquinas, se volvió al hombre con una mirada entre curiosa y levemente altanera.

— ¿Y usted es? — preguntó sin delicadezas, aquel pasaje con la recepcionista había sacado su más puro estilo Slytherin y su aire de mando no se disipó en lo más mínimo. Utilizó breves segundos de su tiempo para observar al hombre, notando una interesante complexión y un par de ojos completamente dorados.

De vuelta al SAW /o/

Esmeralda se había decidido en dejar a Selena en casa de su madre y bajo el cuidado estricto de Dayi junto al elfo que la matriarca Marshbone había asignado para la misma tarea; sabía que no podía darse el lujo de dejarla sola bajo ninguna circunstancia, pero tampoco podía llevarla a su trabajo o se metería en serios problemas con la directora. Subió al ascensor lentamente y aguardó a que llegaran a la segunda planta, lugar de las oficinas de los Servicios Administrativos del Wizengamot.

A paso firme pero elegante, abandonó la caja de metal para dirigirse al interior del departamento, levantó una ceja con asombro al notar el espacio vacío de Miss Higgins y lleno de polvo; algo no propio en aquella mujer que parecía ser una especie maniaca del orden. Con un movimiento de varita limpio aquella mugre y sonrió con satisfacción, la recepcionista no podría haberlo hecho más rápido ni mejor.

Observó que la oficina se hallaba casi abandonada, con una mirada de sorpresa, notó que Reena se encontraba en su despacho, acompañada de su tía. Encaminó sus pasos a la puerta contigua, la que le correspondía a ella como Jefa de la Secretaría. Tan pronto como la directora terminara, pasaría a verla, seguramente tendrían mucho que decirse. Miró su oficina como su hubiera estado años sin habitarse y usando de nuevo la magia, se dispuso a acondicionarla para ella.

Bueno... después de tanto tiempo que ya pasó y con las ganas renovadas, aunque no garantizo que pueda ser una compulseadora (por la estresante y agobiante escuela ), he venido a pedir mi reingreso a la marca *-* extraño ser una mortia... espero que Tau y Beltis me acepten de nuevo por acá ya todo dependerá de ellas! Saludos! /o/

* Nick: Esme2016

* Nombre: Isamar

* Edad: Como no especifica (?) mi edad biológica es 21, parezco una adolescente de 15 -_- y mentalmente tengo 5 :B

* Fecha de Nacimiento: 8 de Abril de 1993 /o/

* País: México

* Skype: es medio raro mud_blood

*Aguardando que todo salga bien y nada malo pase*

La chica escuchó con atención las palabras de su madre con respecto a la pequeña Selena, era verdad que la Marshbone debía concentrarse en su trabajo y el tenerla con ella en la oficina representaba una situación no grata para la directora del SAW, quizá podría dejarla a cargo de Dayi y aquel elfo que la matriarca le ofrecía, después de lo sucedido hace más de un año, le costaba despegarse de su hija.

— Te tomaré la palabra mamá, Seli necesita algo más recreativo que una oficina llena de papeles y adornada con bellos recuerdos… — sonrió de lado al referirse a las fotografías, omitiendo la que se hallaba guardada bajo llave en uno de sus cajones — Deseo que un elfo se dedique al cuidado exclusivo de Selena, si es que no hay inconveniente — enlazó sus dedos a la altura del estómago y ladeó la cabeza con asombro, su madre jamás le comentó que tenía hermanos y menos que fueran portadores de un apellido distinto al suyo.

— Muero de ganas por conocer a mis hermanos — pronunció aquellas palabras con la emoción que no conocía, desde que tenía uso de razón, había sido criada como hija única y al momento de encontrar su lugar dentro del mundo mágico, no tuvo la dicha de convivir con alguien que se acercara a la categoría de hermano. Perdida en la idea de que su hija conociera a más integrantes de la familia, tuvo que sacudir un poco la cabeza para regresar a su realidad.

— El número de formularios, depende de la cantidad de servicios que deseas para tu boda, mamá… — observó con algo de diversión, sonrió al notar que ya tenía en mano pluma y tinta para rellenarlo lo antes posible — Primero veamos las opciones, el salón de eventos está libre para esos días… ¿quieres hacer uso de él o tienes pensado celebrarla en la mansión? — necesitaba todos los detalles de lo que deseaba y así podría agilizar todo el papeleo.

— En cuando salga del trabajo, los alcanzaré a la cena… — Selena reía de vez en vez, cuando las personas de cada fotografía vagaban de un marco a otro y usaba sus pequeños deditos para tratar de atraparlas, antes de que regresaran a su respectivo lugar.

La castaña río levemente ante las palabras de su madre, es verdad que solo se veían si había algo importante que tratar y hasta entonces no habían logrado mantener una plática fuera de situaciones que lo requirieran obligadamente. Aceptó con gusto el cariño que su madre le daba y devolvió ambos besos, levantó una ceja al escuchar sus palabras tan apresuradas y mordió su labio un poco contrariada.

— No sabía que las cosas con Adam fueran tan en serio, madre… — hizo un pequeño ademán para invitarla a pasar a su oficina y poder seguir hablando con tranquilidad, rió de buena gana al escuchar la idea de casarse en Las Vegas y una imagen loca se asentó en su mente de solo pensarlo — No hay problema mamá, aquí podremos hacer los trámites mucho mejor que en Las Vegas — se defendió con una sonrisa divertida en los labios.

Ambas mujeres se quedaron un rato mirando a Selena, las palabras de la abuela de la niña no pudieron estar más cargadas de ternura y asintió en total acuerdo — Heredó la belleza de la familia, mamá…— extendió su mano a Selena para que las tres generaciones pudieran entrar al despacho sin contratiempos. Dejó que la pequeña volviera a sentarse en su silla giratoria y con un leve movimiento de varita, acomodó las sillas del otro lado del escritorio para que su madre se sentara.

— Me parece que las fechas están libres mamá, podemos seguir con todo el papeleo necesario… — le sonrió mirándola, aunque su postura seguía un poco renuente al hecho de aceptar a ese hombre como esposo de su madre — ¿Cuándo conoceré a Adam? — preguntó esperando sonar de manera jovial, y miró de reojo a Seli que se hallaba mirando las fotografías de su escritorio.

Recibiendo a Sagitas y a mi madre /o/

Los pasos fuera de la oficina de la directora, alertaron a la castaña de la presencia de otra persona en camino a su encuentro, ladeó un poco la cabeza con latente curiosidad y la voz que precedió aquel andar, confirmó sus pensamientos. Mordió su labio pensando que encontraría a Selena a la puerta de su oficina o sentada en alguna de las sillas de espera, se giró completamente al momento en que se presentó en el despacho de la señorita Reena.

— No se preocupe señorita — sonrió divertida, dirigiéndose a Sagitas — la directora la estaba esperando, yo debo ir a atender otro asunto — se levantó de su asiento y fijó la mirada en su superior — Estaré afuera si hay algo que debamos hablar Reena, creo que alguien está esperando por nuestros servicios — asintió a modo de despedida y se excusó con la mujer que, según sabía, era familiar de la directora.

Salió de la oficina a buen paso y encontró a Selena sentada en uno de los taburetes que antes usaba como una simple empleada y no la jefa, una nueva voz proveniente de la recepción le sacó de su estupor y se apresuró a mirar de quién se trataba, abrió un poco la boca con sorpresa y alegría, su madre se encontraba ahí, taconeando como bien la conocía y a la espera de ser atendida.

— No sé si has venido a visitarme o a pedir alguno de nuestros servicios, madre… — se cruzó de brazos al otro lado del escritorio de Miss Higgins y sonrió negando con diversión, la chica esperaba que su hija no saliera en encuentro de su abuela en medio de una gran emoción, alertaría a Reena y estaba completamente segura, que no aceptaría a la pequeña jugando por el departamento.

Eligiendo destinos... /o/

Alguna vez había escuchado de la tía de su jefa, recordaba aquel día en que una criatura causó una “diminuta” fisura en el suelo del departamento y guiaba directamente al atrio del ministerio. Mordió por un momento su labio y asintió en acuerdo con la mujer, confiaba en que el trabajo de su tía sería espléndido y si todo salía bien, quizá le llamarían para redecorar cada época del año en el SAW.

— Me parece muy bien, así estaremos seguras de que no causaremos algún daño al departamento — le miro tomar un pedazo de pergamino y rellenarlo con letra pulcramente escrita, por un momento intentó mirar su contenido, pero no estaba segura de lo que vería en él. Desvió un poco su atención al ver el papel volar hacia la salida, aquello fascinaría a Selena. La voz de la directora le sacó de sus cavilaciones.

— Una pradera sería un lindo detalle, es un campo muy abierto — sonrió pensando en algún lugar en el que quisiera convertir su despacho, una idea cruzó su mente — Quizá elija un bosque, me encantan los árboles y estar rodeada de ellos sería un paisaje divino — comentó de manera alegre y se imaginó atendiendo a las personas en un paraíso como ese, sí, definitivamente el bosque era su mejor opción y más en un verano caluroso.

Arreglando asuntos.. /o/

Esmeralda miró a la directora con interés, acunando en su mente la idea de que ella, probablemente, no creería ni una pizca el problema de su familia, aunque esa era una de las razones por las cuales Selena ahora se hallaba en su oficina. La castaña se sentía radiante de felicidad, el hecho de volver a ver a su madre y poder entrar de nuevo al Castillo Slytherin, era el hecho que la mantenía de tan buen humor.

— ¡Por supuesto que planeo quedarme! — apresuró a responderle, lo que menos quería que pensara, es que había vuelto para renunciar — y espero poder recuperar el tiempo en que tuve que ausentarme — enlazó sus dedos grácilmente, después de todo, aún mantenía el puesto y haría los méritos necesarios para conservarlo. La pregunta tan despreocupada que llegó después de su contestación, le sacó una ligera sonrisa.

— Me parece una idea excelente, aunque habría que tener cuidado con los documentos, no vaya a ser que nos suceda una catástrofe — comentó con un poco de diversión, era más que obvio que la directora tomaría sus respectivas precauciones y consultaría a la persona correcta para ello — Entonces podríamos decir que el sol no solo se asomaría a la ventana, sino que sería la ventana.

Contando historias... /o/

Esmeralda mordió su labio al comprobar que su jefa no estaba molesta y eso le animó a soltar la lengua, después de todo no tenía nada que ocultarle y debía saber que se hallaba un poco apenada por haber faltado al trabajo en esas horas en que Renna había tenido que interceder por las dos. Esperando que Selena cumpliera con aquella orden para poder presentarla ante la directora, tomó aire para responder.

— Creo que yo he sido la culpable de esas horas interminables, aunque debo alegar que se complicaron algunas cosas con mi familia — se encogió de hombros y enlazó sus dedos — no era mi intención dejarte con todo el trabajo, pero ahora me tienes aquí, lista y dispuesta a cumplir con mis obligaciones.

Aquello último lo expresó con entusiasmo, al parecer la situación que la había mantenido alejada de su madre podría resolverse en poco tiempo y casi podía asegurar que su situación cambiaría a mejor. Aún tenía unos asuntos pendientes que resolver, pero todo llegaría a su debido tiempo.

A la espera.. /o/

La voz de la directora tras ella le hizo pegar un brinco de sorpresa, la chica que antes se hallaba con ella se había ido y ahora estaba encaminada hacia su despacho, cerró los ojos un momento y al abrirlos le pidió a Selena, mediante señas, que se mantuviera quieta y sin hacer demasiado ruido. Tomó aire girándose lentamente y con una sonrisa radiante, se dirigió a Reena, esperaba no recibir una reprimenda demasiado dura.

— ¡Por supuesto! — asintió mirándola — ¿En qué puedo ayudar? — se presentó cordialmente a donde ella se encontraba, no tenía conocimiento de los demás trámites que habían solicitado en aquel día, sería una buena manera de ponerse al corriente de las noticias en el SAW. Intentó ocultar su culpabilidad de haberse ausentado tanto tiempo del trabajo, ya tendría ocasión de enterar a su jefa de todo lo ocurrido en ese tiempo. Enlazó sus dedos esperando.

De vuelta al SAW /o/

Mucho tiempo había pasado desde la última vez que acudió a su trabajo en el SAW, era una suerte que aún lo conservara y se preguntaba si la directora estaría molesta con ella por haberla dejado con algunos trabajos colgados. Negó mordiendo su labio, cualquier cosa podría pasar después de bajar del elevador, el cual se movía mucho más rápido de lo que esperaba. En menos de lo que había pensado, la voz que anunciaba los pisos vociferaba en el que debía bajarse. Se ajustó la túnica acercándose a la recepción, donde se hallaba Miss Higgins.

— ¿Qué tal Higgins? — le saludó de manera cordial, y con un asentimiento de cabeza se dirigió de inmediato a su despacho, abrió la puerta de par en par mirando su refugio. Ladeó un poco el rostro para echar un vistazo dentro de la oficina de Renna y no se sorprendió al encontrarla ocupada, enlazó sus dedos adentrándose en las paredes de su propia oficina. Tan pronto la directora tuviera tiempo hablaría con ella. Soltó un sonoro suspiro que venía reprimiendo desde que entró al ministerio.

Una ligera risilla la sacó de su ensimismamiento y pegó un ligero salto al recordar que aquel día su hija la había acompañado al trabajo y se hallaba oculta entre la larga túnica que había elegido usar con ese motivo. La pequeña castaña salió de la capa de su madre para ir a jugar con la silla giratoria, sonrió divertida al verla tan entretenida con ello y abrió el cajón que siempre mantenía cerrado. Alguna buena razón había encontrado para dejarlo de aquella manera, aunque fuera por un solo día.

Rol de "soy la única que pone título a su rol" u.u (?)

La Slytherin apenas consiguió separar sus labios para responder a Anne, cuando otra comensal hizo acto de presencia en la estancia, se preguntó su Miss Higgins le concedió el paso sin replicar nada. Esmeralda levantó una ceja al notar que ambas mujeres se habían enfrascado en una amena charla, ladeó la cabeza al reconocer a una de ellas, pero prefirió apretar los labios y no comentar nada indebido. Enlazó sus dedos aguardando el momento en que podría intervenir nuevamente.

Giró un poco la cabeza para mirar a la directora del SAW, acababa de hacerse notar entre las palabras de las chicas y encontró interesante la proposición de hacer los trámites de manera conjunta, no le parecía mala idea, ya encontrarían el modo de que fuera como ellas lo desearan, supuso al momento que Reena la necesitaría para acabar con ambas mujeres pronto, aún debía ir al periódico.

— Por mi parte no tengo ningún inconveniente en que podamos realizar los trámites conjuntamente, la decisión es de ustedes y nosotras estamos para servirles — comentó de muy buena manera, aunque en su mente estuviera regresando la cinta para saber en qué momento había sido excluida de la conversación que ella misma interrumpió algunos minutos atrás.

Roleando entre Reena y Anne /o/

Tras el comentario de la castaña, la chica observó que la directora había preferido adelantarse, momentos en que Esmeralda tomó en consideración para darle un vistazo a los formularios, todo estaba en orden y podría unírsele en la excursión por el Ministerio. Asomó la cabeza de su despacho y se sorprendió al hallar a una mujer conversando con la señorita Rosier y se adelantó antes de que ella pudiera soltar una respuesta, le sonrió a la Gaunt y prosiguió.

— Disculpe, yo podría hacerme cargo de su trámite, la directora necesita entregar unos documentos y es probable que demore en regresar — excusó a Reena sin saber si aquello le haría gracia o no, después de todo, luego podría ir a incursionar por el Ministerio, aquellos eran los gajes del oficio y se alegraba de ser la jefa del departamento. Miró de reojo a la Vladimir y aguardó un momento a que la Gaunt le contestara.

Enlazó sus dedos con toda la paciencia de la que era capaz, era una suerte que aún pudiera controlar sus emociones y más cuando se encontraba molesta o enfadada. Sonrió para sus adentros recordando que no tenía motivo de molestia, sino uno de alegría, Selena la esperaba en casa y confiaba en que al siguiente día podría acompañarla. Observó a ambas mujeres una vez más.

Por fin una aventura por el ministerio y recibiendo los formularios de Sunar /o/

Esperó unos minutos por una respuesta que no se negó a llegar y se detuvo a pensar un poco más acerca de las fiestas sorpresa; miró que la directora comenzaba a rellenar otro formulario y alzó una ceja al comprobar que se trataba del de Criaturas Mágicas, intentó pensar en todas esas celebraciones que utilizaban a criaturas para hacer más vistosos sus eventos, no entendía para que podrían servirles, pero prefirió no preguntar nada sobre ese tema.

La voz de Reena la regresó al momento en que ambas estaban charlando cómodamente sobre el trabajo y sonrió asintiendo ante su petición — Por supuesto, la última vez que estuve ahí fue para anunciar una boda — se levantó lentamente para seguir su pasos, bien recordaba que debía haber llegado antes para el anuncio de la boda de su padre, odiaba admitir que se demoró con toda la intención de no llegar. Se acercó a la directora para indicarle que podían ir sin demoras, cuando un par de avioncitos entraron a toda velocidad en su despacho.

— Normalmente nunca recibo nada — Esmeralda levantó una ceja con curiosidad, tomó los avioncitos con cautela por su contenían algún hechizo adherido y se sonrió al comprobar que se trataban de los formularios de Sunar, casi había olvidado que debía recibirlos lo antes posible — Bueno, ya tenemos todos los trámites completos, podemos ir en paz — comentó de manera despreocupada y dejó los pergaminos en uno de sus cajones.

Evolet Blanes

Le coeur de guerrier

Beauxbatons

La llegada a Hogwarts en los carruajes le había sentado de maravilla a la castaña, observar las nubes pasar por la ventana consiguieron que el entusiasmo del torneo aumentara y al llegar a tierra, todo aquello se había vuelto sorprendente, encontrar a sus compañeras de academia solo acrecentaba el momento en que deseaba entrar ahí y mostrar de lo que era capaz y al observar a su equipo, no tuvo ninguna duda de ello.

El bullicio que se creaba al momento en que cada equipo entraba a la arena, llegaba a escucharse hasta el sitio donde se hallaban reunidos, se paseó varias veces de un lado a otro, segura de que ellos causarían un mayor revuelo con su aparición. Mordió su labio como gesto natural y se posicionó frente a la puerta que no tardaría en abrirse, miró a cada uno de los integrantes con una sonrisa.

— Geraldine, si este mismo entusiasmo es el que mostramos durante el torneo, lo tenemos ganado… — afirmó alegremente y sus nervios se habían convertido en fantasmas, confiaba plenamente en su equipo, que tipo de gobernante sería, si lo más básico no lograba hacerlo. Negó sacando cualquier otro pensamiento de su mente que no fuera el torneo y se posicionó en medio de sus compañeros para salir a vanagloriarse.

Escuchar el hermoso himno que los representaba, la animó como un vendaval en el océano y las mariposas casi habían logrado hacerlos volar una vez más, la fina capa de la escuela ondeaba sin cesar, dudaba que fuera a causa del aire y Evolet ensanchó su perfecta sonrisa, su cabello castaño competía contra la capa y de los dos no era fácil saber cuál se movía con más elegancia.

Le encantaba llamar la atención a su manera y parecía que daba resultados, levantó la vista cuando los fuegos artificiales habían dibujado en el cielo el nombre de su equipo, “Le coeur de guerrier” caminó con más fortaleza de tan solo leerlo. Una pequeña risa se apoderó de sus labios pensando que Hades no estaría muy satisfecho de aquel toque tan femenino que se apoderaba de aquella escena.

Miró a sus lados, Dominique lucía demasiado satisfecha de sí misma y se enorgulleció de ello, Roxanne se había desenvuelto perfectamente luego de la salida de las mariposas, Hades continuaba con su expresión de seriedad que ni el ruido de la pirotecnia había logrado turbarlo y Geraldine conservaba su entusiasmo como ninguno otro habría podido hacerlo.

Mi imaginación de agotó en el último título (?) /o/

Las palabras de explicación de Reena habían sido mucho más sencillas de entender que la expresión “Nada es secreto aquí” ahora entendía a lo que se refería el hecho de que todo mundo podría saber quién hacía evento y quién no, aquella era su duda en primera estancia, sonrió complacida y asintió a modo de afirmación; uno de sus más grandes problemas era que todo lo tomaba demasiado literal.

El ejemplo había terminado por completar la clara idea de lo que la directora le estaba explicando, eso de estropear fiestas sorpresa no era su fuerte, aunque podría empezar a practicarlo. Se imaginó por un momento envueltas en algún problema legal lleno de aurores que llegaban a interrogarlas, lo absurdo de la escena la regresó a su oficina en el departamento de los Servicios Administrativos del Wizengamot.

— Creo que eso era más sencillo de entender que toda la anterior explicación — sonrió de buena gana y engulló otro dulce enchilado, asimilarlo de aquella manera le había ahorrado cientos de preguntas más — Supongo que en nuestro caso no podrían ocultarnos una fiesta sorpresa, somos la directora y la jefa de éste lugar — trato de imaginar un panorama en el que estando al pendiente de todo lo que sucedía en el departamento, no notara que había un evento para celebrarla.

Rol roleado roleadamente (?) /o/

Por un momento le pareció notar que la directora le encontraba gracia a su mueca de sorpresa, sonrió de lado al imaginarse desde su perspectiva y prefirió seguir escuchando las explicaciones que le estaba dando; asintió al estar en total acuerdo con lo de los miembros de la familia, era desastroso no saber y más si su madre era la matriarca de una de ellas. Debía ponerse al corriente.

— Y aunque estemos cerca, a veces es difícil recordar… — se encogió de hombros al mirar aquel movimiento de varita que trajo consigo un pergamino más, esta vez se trataba del formulario para el Departamento de Transportes, engulló uno de sus dulces antes de responder con el mismo ánimo a su pregunta.

— Ya que estamos, como nada es secreto aquí… ¿todo el que quiera puede venir y preguntar acerca de cada uno de los eventos? — esa duda se había alojado en su interior tan pronto había escuchado la afirmación de que era de dominio público casi todo lo que se llevaba a cabo en los departamentos, se preguntó si podría sacar información así.

Evolet Blanes - 20 años

Paseo a caballo hasta Beauxbatons.

La noticia del Torneo había emocionado a Evolet al punto en que pidiera el emplazamiento de su coronación, los riesgos siempre eran muy bien recibidos por la joven y poder demostrar su capacidad era un hecho que no se negaría a mostrar. Tan pronto como había convencido a sus padres de asistir, se desapareció de Londres para llegar a su palacio en Francia, al día siguiente se vistió con un traje de jinete, compuesto por el pantalón blanco ajustado, botas para montar y blusa negras junto a un blazer de tono carmín.

Las puertas del palacio abiertas para que la princesa empezara su camino, lograron sacar una sonrisa en los finos labios de Evolet, despidió a sus guardias con un asentimiento de cabeza y montando a un corcel equipado con su silla, emprendió su viaje de vuelta al colegio del que había tenido el honor de salir graduada; conocía el sendero de memoria, tantos años estudiando ahí le habían dejado en la mente aquel dato. Tras un par de horas a galope, tiró de las riendas para detener poco a poco la velocidad en la que el caballo corría.

Caminando por algunos minutos más, sonrió más ampliamente al visualizar que la prominente escuela aparecía frente a ella; bajó del corcel tirando de la silla para guiarlo por las puertas, el patio le hallaba repleto de alumnos que iban y venían con algunas pertenecías en las manos y entraban a los grandes carruajes que les llevarían hasta Hogwarts. Luego de hablar con uno de sus antiguos profesores, pidió hablar con la directora, no sin antes mandar de vuelta al palacio al corcel y subió por las escaleras que le levarían hasta su paradero.

De camino a Hogwarts en los carruajes.

La charla con la directora se había extendió hasta el viaje en los carruajes a su nuevo destino. Cambiando sus ropas a las acordes con su antiguo uniforme escolar, la castaña no perdió detalle de todos los tips que le propinaba la mujer, sabía que debía tratarse de pruebas duras y ahora tenía muy bien entendido que necesitaba un equipo para participar. Se preguntó si encontraría a personas tan capaces como ella para formar parte del suyo y pelear hasta el final por la victoria.

A medio camino de Hogwarts, la señorita Blanes hurgó entre las pertenecías que sus padres le habían enviado, encontrando un libro que hablaba de toda la estirpe familiar de la corona Inglesa. La historia la conocía como a ninguna otra y releerla sólo le daba más ideas sobre lo que no debía hacer al momento de su coronación y lo primero era que no necesitaba estar casada para poder asumir el trono, aquello no le había llamado la atención hasta el momento.

Los gemidos de asombro provenientes de los otros carruajes, se habían vuelto lo suficientemente fuertes como para escucharlos aún en el aire e imitándolos, asomó su cabeza en la ventana, un gran castillo se erguía ante ellos y el lago que le rodeaba daba el toque mágico que todas las escuelas de hechicería mostraban a sus visitantes. Una gran sonrisa se dibujó en sus labios rojos y aguardó el momento en que debían bajar de los carruajes, sería el momento perfecto para buscar y armar un equipo decente de acuerdo a sus expectativas.

Roleando sin mayor imaginación para nombrar al rol (?) /o/

El asombro de ver a la directora del SAW envuelta entre risas, le había tomado completamente desprevenida, en el tiempo que llevaba trabajando no se imaginaba que podría suceder aquello y ahí estaba; formó con sus labios una perfecta O al escuchar las últimas palabras que claramente le indicaban que todo lo que sucedía dentro del departamento, era prácticamente de dominio público.

— Esa declaración no la esperaba — murmuró pensando que cualquiera podría preguntar sobre los eventos que estarían más próximos sin mayor explicación, se encogió de hombros y atendió escuchando el motivo de la celebración de Reena, celebrar cada cumpleaños en la familia podría ser desgastante a veces, pero entre la familia, las reuniones siempre eran un buen motivo para separarse de las labores y tomar unos días de relajación.

— Si me parece una muy buena idea y más al tratarse de su cumpleaños — sonrió con diversión — en mi familia no es muy común llevar éste tipo de eventos, con decir que ni siquiera conozco las fechas más importantes para todos los integrantes — se detuvo llevando la mente a las charlas con su madre, quizá se debiera que apenas se veían y las conversaciones eran demasiado escasas. Ya buscaría un tiempo en que pudieran sentarse a platicar.