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Meissa de Orión

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Mensajes publicados por Meissa de Orión

  1. Meissa suspiró levemente mientras se dirigía a su nueva “casa”. Era de noche y la suave brisa la acompañaba desde hacía rato.

     

    Estaba orgullosa, lo reconocía, era la única “centaura” de sus generales, y aunque se sentía algo triste por no estar con sus compañeros, estaba contenta por estar en una casa con tal increíble historial… además de que le habían dicho que estaría en constante contacto con su “elemento”, con la naturaleza, y eso sumaba puntos. Para que negarlo.

     

    Miró a su alrededor y pudo ver unas imponentes estatuas que parecía que contaban cada una su propia historia, y no pudo evitar sonreír mientras se prometía a si misma que en un futuro no muy lejano iría a verlas, a estudiarlas.

     

    Llegó al fin a la imponente cúpula que guardaba la estatua de la criatura a la que la casa debía su nombre y le dijo la contraseña.

     

    Minutos después se encontraba bajando una escalinata de piedra, negra y mohosa, pero aun así hermosa, y no pudo evitar sonreír al ver tanto árbol junto.

     

    Adoraba los árboles.

     

    Le daban unas ganas enormes de subir a las copas a ver el paisaje que se mostraba enfrente de ella y si no hubiera sido por la maleta que cargaba, seguramente lo habría hecho. Entonces se maldijo a si misma por no haber hechizado el baúl.

     

    Al acercarse, pero, se encontró con una increíble cantidad de gente vestida de pirata, no sabía por qué, pero le apeteció de repente participar en aquella fiesta. Cogió un sombrero de pirata del suelo y conjuró un disfraz.

     

    Le apetecía divertirse.

  2. Después de soltar esas palabras sobre Demona, Meissa recuperó la compostura. Miró al seto que se encontraba delante suyo, y tras escuchar las palabras de uno de sus compañeros, suspiró indignada. ¿Es que acaso no veían que aquella especie de muro de plantas les consumiría parte de su energía?

     

    Respiró entonces suavemente, tranquilizándose, y mientras sus compañeros iban atacando el seto, ella se puso a recolectar unas plantas que sin duda le servirían en un futuro no muy lejano.

     

    Cuando ya hubo acabado se dio cuenta de que sus compañeros no estaban, tan solo la pierna de uno de ellos era visible desde su posición, por lo que miró exasperada aquella extremidad… ¿Acaso ese era el tal Lud? No lo sabía, realmente no le importaba, si había llegado allí él solo, él solo debía de salir. Esperó un rato a que se quitara de allí en medio, al parecer sus compañeros le estaban ayudando por la otra parte del muro, cosa que le pareció fatal, ¿no entendían acaso que si le ayudaban no aprendería?

     

    En cuanto el ruido del otro lado cesó, Meissa se puso a estudiar el muro de plantas. Conocía demasiado bien aquellas espinas, sabía que eran venenosas, pero sus compañeros no podían ayudarla en esos momentos, y ella tampoco no necesitaba su ayuda, o al menos eso pensaba.

     

    Sabía que tenía que hacer, cual era su única opción, así que cogió toda la carrerilla que pudo y, con todo el orgullo y valor que su pueblo representaba, se lanzó a lo kamikaze hacía las espinas venenosas, dando el salto en el último momento.

     

    Se lanzó hacia delante con brazos extendidos. En medio del salto dio una vuelta de campana apoyando sus fuertes manos en el muro, clavándose todas y cada una de las pues que tenía enfrente, intentando inútilmente no gemir de dolor.

     

    Tan solo llegar al otro lado de la valla abrió su bolsita de hiervas deprisa y corriendo, tomando una de ellas de aspecto anaranjado. Suspiró entonces aliviada y se dispuso a volver con sus compañeros. Mientras pasaba las puertas del casillo le pareció oír unas voces a la lejanía, pero no lo tomó en cuenta, después de todo ese castillo hacía que sus sentidos élficos se dispararan, algunas veces demasiado fuertes, otras inutilizables totalmente.

     

    -Compañeros míos que me dejáis abandonada, allá voy – dijo al aire divertida, levantando el puño imitando a muchos héroes de telenovela.

     

    Llegó al lugar donde estaban sus compañeros unos minutos (y varios choques contra el suelo) después, justo a tiempo para oír como el tal Lud vanagloriaba su idea, ella en cambio se puso delante de él y lo abofeteó fuertemente.

     

    -No me ha parecido ni mucho menos buena idea – le gritó furiosa – Hemos tenido suerte de que la planta no haya contrahechizado los incendios, así que la próxima vez que vayas ha hacer algo, infórmate antes de ponernos a todos en peligro. – tras esa perorata a grito limpio, murmuró con desprecio – idi*** – y después se giró hacia Demona con una sonrisa que parecía orgullosa – Gran salto – sonrió inclinándose levemente como muestra de respeto.

     

    Se puso entonces al lado de Ania, aquella chica le daba seguridad, por lo que no iba a desaprovecharlo. Miró a su alrededor con curiosidad, el castillo era muy bello, tanto que no parecía haber sido hecho por humanos, pero no dijo nada de ello en voz alta, había demasiadas personas de esa raza y no quería enfadarse con ninguna.

     

    Escuchó como la gente decía algo sobre el camino que debían de seguir, pero ella no escuchaba. Los muros de aquella fortificación tenían algo extraño, algo que le ponía los pelos de punta, algo que hacía que su herencia élfica se desequilibrara, algo que no pertenecía a aquel mundo, así que al escuchar a Demona hablar sobre bajar las escaleras, no pudo hacer otra cosa que sonreír aliviada al saber que no se quedarían quietos.

     

    -Allá vamos – suspiró encaminada a bajar las escaleras de piedra que tenía enfrente, pero un salto de su compañera hizo que parase en seco. Se puso a mirar con disimulo más allá y vio unas serpientes. Eran de colores muy vivos, demasiado vivos, casi rozando el fosforito, y eso le puso nerviosa, pues sabía las normas de la naturaleza: a más visión del animal, más mortífero es.

     

    Escuchó como Ania decía algo sobre hacer que esos… bichos resbalasen y, como no, Lud hizo el hechizo.

     

    -¿Acaso ese chico es la reencarnación de un héroe? – susurró sin importarle que alguien le escuchara – Al menos tiene su complejo.

     

    Pasaron por en medio de la habitación sin problemas, no había rastro de las serpientes, pero tampoco sabía que había pasado con ellas, realmente no estaba prestando atención a su entorno y eso le preocupaba. Escuchó entonces un pequeño silbido detrás suyo, una de las serpientes estaba allí, dispuesta a atacar, y por un momento el pánico abordo su cuerpo. Un segundo después su cuerpo se encogió él solo en posición de ataque, enseñando sus largos colmillos y con los músculos en tensión, su mano se apoyó en una de las espadas que colgaban de su espalda y que tenían un encantamiento desilusorio para que nadie las pudiese ver.

     

    Al parecer el animalejo se lo pensó dos veces y se marchó de allí vigilando a Meissa, a la depredadora. Ella suspiró repetidas veces, intentando controlar un posible ataque de ansiedad, que mezclado con la histeria que tenía en aquel momento hubiera sido desastroso.

     

    Había tenido suerte.

     

    Demasiada suerte, si aquel animal se hubiera lanzado en contra de ella no hubiera conseguido pararlo a tiempo, de eso estaba segura. Lagrimas salieron de sus ojos, no sabría decir si de alivio, de tensión o de que eran, pero se las quitó de un movimiento brusco con el brazo y se marchó con sus compañeros antes de que la serpiente volviera con más de las suyas.

     

    Entró en la habitación justo cuando una gran y majestuosa esfinge dio un golpe con sus garras a Ania y ella se lanzó corriendo a ver como estaba. Le dio una de sus hiervas medicinales para que no se le infectase la herida y cargó a su desmayada compañera sobre su espalda en el momento en el que Demona decía la respuesta correcta.

     

    Caminó con su compañera en la espalda detrás de sus otros camaradas, Ania pesaba un poco, pero no lo suficiente para ralentizarla. Dos pasos después, vi una puerta… con una quimera delante.

     

    De pronto, un frío horrible, parecido al de los dementores surcó la habitación, y en cuanto nos giramos a ver a la quimera, esta ya no estaba. En su lugar un fantasma bastante… cutre, por así decirlo les cortaba el paso. Meissa iba a pasar a través de él cuando una de sus compañeras, Liz, se atravesó entre ella y el fantasma. Iba a gritarle que se apartara, que no necesitaba ayuda, pero ella simplemente les hizo un encantamiento desilusionador que los tapó a todos.

     

    Pasaron por delante del espectro sin ser vistos y entraron en una habitación donde… ¡estaban sus profesoras! Desmayadas…

     

    -mi**** – maldijo - yo ya no puedo cargar a más – dijo divertida antes de que una de sus compañeras intentase enervarlas… no sirvió de nada, y decidieron levitarlas.

     

    Después, no recuerda como, el agua del lago la bañó y desperezó totalmente.

     

    OFF:

    Siento no haber posteado el principio antes, tengo un problema de horarios con mis otros compis por lo que no había leído eso antes de postear mi antiguo rol…

     

    Meissa

     

    PD: a Lud, que sepas que no tengo nada en contra de ti, lo que pasa es que Meissa, el personaje, es de una tribu de guerreros y demasiado bestia en algunos aspectos.

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  3. Cogió el trozo de chocolate que le dio la Evanik y cortó un trozo para su compañera. Saboreó entonces aquel bendito manjar que sin poder evitarlo, era su alimento preferido. En ese preciso momento se acordó de la chica que había huido despavorida hacia unos minutos y decidió ir a buscarla por donde creía que podía estar. Callejeó un rato hasta encontrarla sentada en el suelo, no muy lejos de donde se encontraba cuando el dementor atacó.

     

    Sonrió divertida al darse cuenta de que Demona no la había visto, no se lo tomó mal, comprendía que estando de los nervios nadie toma en cuenta a las sombras. Volvió entonces con la Evanik, que, al parecer, no se había dado cuenta de su ausencia, por lo que suspiró aliviada, no se había dado cuenta de que había desobedecido su orden.

     

    Al poco tiempo se encontraron con el otro grupo, la profesora Kasssandra se encontraba con sus alumnos, pero se fijó especialmente en una chica que, si mal no recordaba, se llamaba Ania. Inclinó su cabeza en un pequeño gesto de saludo que la otra repitió con una cara que claramente demostraba que no sabía a que venía aquello, pero era demasiado educada como para pegarle un corte a Meissa.

     

    Después de un rato mirando una especia de maceta, la elfa oyó como su profesora decía que tenían que atravesar otro portal, y ella no entendía el por qué. Quería quedarse a descubrir lo que había pasado con los dementores o, aún mejor, quería descubrir de donde habían salido. Aun así, hizo caso a sus profesoras y cruzó aquel paso entre las épocas.

     

    Al llegar al otro lado, un cielo azul y un aire demasiado familiar entraron por sus sentidos. Miró a ambos lados y reconoció perfectamente ese estilo como español, no sabría decir de que año, pero algo en el ambiente le decía que estaba en su tierra.

     

    Escuchó entonces la voz de una de sus profesoras, decía algo sobre el siglo 17, pero no sabía a que venía aquello, posiblemente hablaba sobre el siglo en el que se encontraban, o a lo mejor no. Nunca se le habían dado bien las fechas.

     

    Estiró los brazos en forma de cruz y tiró atrás su cuello, con ese movimiento tan suyo, inspirando todo lo que podía de aquel aire ten particular de su tierra.

     

    -Te quiero – le dijo al cielo, haciendo que varios compañeros suyos se quedaran mirándola – ¿Que pasa? – preguntó indignada, pero con una sonrisa divertida – hay gente que ama a sus perros, yo amo a mi cielo – aclaró riéndose y caminando hacia delante.

     

    Entonces lo vio.

     

    Era un castillo impresionante, grande, bonito, precioso… como todo en su tierra, por supuesto. Se dirigieron hacia él, algunos con una parsimonia que amargaba a los caracoles, otros con una rapidez extrema.

     

    Y por último estaban la gente normal que caminaba tranquilamente, sin temor de criar raíces ni a dislocarse un tobillo. Gente muy diferente a ella, que de tanto correr ya casi había llegado a la fortaleza.

     

    Para su mala suerte, a los pocos metros de llegar se chocó contra la única piedra que había en todo el camino y cayó al suelo estrepitosamente. Se levantó extrañada de que sus sentidos elficos no le hubiesen avisado de aquel peligro, y lo achacó todo a el cambio de época, más tarde le preguntaría a sus profesoras si esos cambios afectaban al cuerpo.

     

    Escuchó de repente como Demona gritaba algo sobre la seguridad del castillo, y como si el mundo le hiciese caso, el suelo comenzó a temblar.

     

    -Gafe – masculló medio en broma – Esta niña es gafe.

     

    Cuando todo se calmó, un gran… matorral les separaba de sus profesoras.

     

    -¡Oh! – medio gritó – My Godness!

     

    OFF:

     

    Creo que es esto lo que debía de postear... no más, ¿no?

  4. Hola, venía a editar unas cosas de mi ficha... bueno, más que editar a añadir:

     

    -Link de la bóveda: Bóveda aun no autoriazada

    -Link de mi ficha: Meissa

     

    Espero que me agreguéis a el árbol ahora, realmente me hace mucha ilusión ver que soy otra Haughton. En fin, creo que este comentario me ha salido un poco spamoso, por eso... no se que deciros, si no he de decir nada...

  5. Meissa se avergonzó considerablemente al escuchar el regaño de su profesora, pero no pudo evitarlo, aquello era demasiado cruel para su gusto.

    Entonces la Evanik les hizo acercarse a la horripilante hoguera donde la bruja estaba atada.

     

    Por unas milésimas de segundo, sintió pánico por aquella semejante suya, pero durante esos instantes le pareció advertir una sonrisa de superioridad que luchaba por asomarse entre sus agrietados labios.

     

    Entonces entendió y giró su cabeza rápidamente hacia su profesora, que con una sonrisa que decía claramente: Sé algo que vosotros no, miraba la escena que en aquellos momentos no le pareció tan espantosa.

     

    Suspiró por enésima vez en lo que llevaba de día quitando de sus pensamientos la imagen macabra de la chica bruja ardiendo, e intento mirar la imagen con otro matiz, con otros ojos, aunque no sabía precisamente con cuales tenía que hacerlo.

     

    La multitud gritaba enardecida, repitiendo constantemente la frase: Muerte a la bruja, o algo parecido, realmente aquel ruido le molestaba extremadamente, por lo que intentaba obviarlo lo máximo posible. Justo en aquel momento le traspasó por las fosas nasales un horrible tufo que se clavó en su cerebro de forma más que dolorosa.

     

    En los períodos de angustia que había pasado antes sus sentidos se habían centrado completamente en la multitud que la rodeaba, pero ahora que estaba más tranquila éstos le jugaban una mala pasada. Jamás había olido algo tan asqueroso y se alegraba profundamente de vivir en una época donde la higiene personal era tan importante.

     

    -Malditos sentidos elfos – masculló en voz baja mientras oía como la profesora Evanik les explicaba la verdad tras esa escena, una verdad que ya había supuesto.

     

    Caminaron entonces por una callejuela, no sabría decir de donde había salido, estaba demasiado concentrada en no desmayarse, pero aun así, le encontró un algo atractivo… y muy retorcido.

     

    No se enteró que algo malo pasaba hasta que advirtió la mano de la Evanik crispada encima de lo que suponía que era su varita. Miró entonces a ambos lados, buscando cualquier cosa que hubiese podido poner de los nervios a su valiente profesora, encontrándose de lleno con los ojos impasibles de un hombre que, si su memoria no le fallaba, ya había visto antes. Posiblemente tendría que ir al médico.

     

    Siguieron caminando por aquella calle, hasta que llegaron a otra hoguera. En esta situación todo era distinto. El hombre que estaba atado no paraba de reírse de los muggles y Meissa lo miró aburrida, ese no sería un buen actor en su vida.

     

    Después todo fue diferente.

     

    La profesora Evanik iba a hablar justo cuando una sombra apareció por detrás de aquel hombre, trayéndose con ella una horrible niebla. Meissa la miró impasible, ya había luchado antes contra aquellas criaturas, por lo que sabía que perdiendo los nervios no conseguías nada, o al menos eso le habían enseñado en su tribu: tranquila las cosas se consiguen antes.

     

    Apuntó con su varita al horrible dementor, aunque no tuvo que gritar el hechizo pues fue su profesora la que hizo que de su varita apareciese una… ¿quimera? Eso parecía al menos, y ella no iba a negar que tenía su encanto.

     

    Entonces, cuando la niebla se disipó y el dementor se fue, miró a su alrededor y vio que algunos de sus compañeros se habían ido. ¿Dónde? No lo sabía, pero oyó como la profesora Evanik les decía que los buscaran, y así lo hizo… o al menos lo intentó.

     

    Fue detras de una chica que había visto antes, Demona, o algo así se llamaba, lo único que recordaba de ella era el rostro de terror que tenía minutos atrás, cuando se habían chocado.

     

    OFF:

     

    Bueno, espero que este me haya quedado mejor que el anterior… soy nueva en esto, así que espero no hacerlo muy mal…

  6. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Meissa de Orión

     

    2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: --

     

    3.- Link del tópico de registro de sus familias:

     

    Familia N° 1: Familia Haughton

    Familia N° 2: Familia Ryddleturn

     

    4.- Link a las bóvedas de sus familias:

     

    Bóveda Familia N° 1: Bóveda familia Haughton

    Bóveda Familia N° 2: Bóveda familia Ryddleturn

     

     

    Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 2596 G

  7. FICHA DE PERSONAJE


    Datos Personales:


    Nombre del Personaje: Meissa de Orión Haughton Ryddleturn

    Sexo: Femenino

    Edad: Joven, 15 años

    Nacionalidad: española, con pasaporte indefinido

    Familia(s):
    * Familia 1: Haughton
    * Familia 2: --

    Padre(s) Sanguíneo:
    Darwind (padre)

    Padre(s) Adoptivos:
    Eliah Ryddleturn (madre)

    Trabajo: --



    Poderes Mágicos:


    Rango Social: Aprendiz

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando: --

    Nivel de Poder Mágico: --

    Puntos de poder en objetos:20

     

    Hechizos adicionales: --


    Puntos de poder en criaturas: --

     

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --


    Habilidades Mágicas:
    * Habilidad 1 --
    * Habilidad 2 --
    * Habilidad 3 --


    Conocimientos Especiales:
    * Conocimiento 1 --
    * Conocimiento 2 --
    * Conocimiento 3 --


    Perfil del Personaje:


    Raza: Demonio.

    Aspecto Físico:
    Aunque Meissa tiene 15 años, en su raza, se crece antes tanto física como mentalmente, por lo que parece una chica de 19 humana.
    Su cabello es castaño, alborotado y le cae por la espalda de forma desordenada, sus ojos castaño oscuro, nariz pequeña, labios grandes y pintados de un tono ocre suave, y bajo el inferior se podía ver un piercing redondo. Es alta y delgada.
    Rostro marcado por un tatuaje marrón suave, que le tapaba toda la mitad superior de la cara, desde la línea del pelo hasta poco más de sus ojos, donde este acababa con dos líneas que daban a entender que la tinta había sido corrida.
    Aparte de ese tatuaje, tiene un dragón en el muslo izquierdo, un tribal en el vientre, otro el brazo izquierdo y el último tribal en forma de espinas en el muslo derecho.
    Viste un traje de cuero marrón de dos piezas, la primera (la superior), consta de una especie de chaqueta de manga corta que llega hasta debajo de sus pechos la cual se abrocha con un único botón y con un escote en forma de V. La parte inferior, es un short muy corto y por encima de este, hay una falda rota que solo cubre una pierna.Un mitón del mismo material que el traje cubre desde la muñeca hasta el codo del brazo derecho. Dos pulseras de plata se enrollan en ambas muñecas.
    Unas botas marrones protegen sus pies, una diadema de piedras de luna adorna su frente, y collar de cuero con piedras encastadas y un colgante de la estrella de cinco puntas cubre su cuello.
    Por último, tres espadas colgaban de su espalda.


    Cualidades Psicológicas:
    Meissa es una chica fuerte, criada desde su infancia para que no sienta miedo y no deje entrever sus emociones. Aun así, es muy curiosa, nada tímida y algo agresiva. Es también muy impaciente y confía demasiado en los demás, aun así no se deja ver a no ser que confíe mucho en la otra persona.
    También puede llegar a ser rencorosa, fría con las personas que no son de su agrado o hacen cosas est****as. No es falsa y si algo no le gusta te lo dice a la cara.


    Historia:
    Meissa nació en una tribu élfica barbara que residía en España, allí se crió en una sociedad donde los triunfos eran premiados con tatuajes y saber, y los cobardes morían por traidores. A los trece años su madre, líder elfa, quiso que ella matara a su mejor amigo*, que a su vez, no se había atrevido a asesinar a un "traidor". No lo hizo, lo dejó escaparse, pero a partir de ese día decidió que Ailana*, su madre, ya no tenía poder sobre ella. Poco después descubrió unas cartas que su padre, un mago ingles que nunca supo de su existencia, le envió a su madre poco antes de que ella naciera, y así Meissa decidió contactar con él. Cuando cumplió los catorce años consiguió encontrarle gracias a una bruja llamada Evarela Black, que la adoptó durante un tiempo bajo el titulo de ahijada.

    A los quince le dio el adiós definitivo a su madre y se mudó al castillo Haughton, donde, por fin, conoció a su padre, Cornelius Wind Haughton, y aunque en un principio tuvieron unos cuantos problemas a causa de que él sentía remordimientos y no se sentía buen padre, se hicieron buenos amigos.

    En el Castillo Haughton fue donde conoció al fin a su familia y descubrió que tenía cuatro hermanos: Red, Maika, otra a la que aun no conocía, y Logan.

    Logan se convirtió en poco tiempo y sin quererlo en su hermano favorito, con quien hacía gamberradas y se divertía por todo y por nada. Hicieron frente común incluso cuando los dos no estaban en buenos términos con Red.

    Por otro lado comenzó a trabajar en el Callejón Diagón, en cuatro negocios a cual más diferente. Por un lado su primer trabajo fue en el Battrek Fly, dónde sus jefas Madeleine y Paú se convirtieron en sus primeras superiores.
    Al poco descubrió el Buffette Vladimir dónde conoció a la que le ayudaría a legalizar su situación en Gran Bretaña, Sagitas Potter Blue, con la que trabajó como secretaria y, después, como equilibrista en El Circ dels Joglars.
    Su primera afiliación fue en el Passio Arcanum, un local de estilo español regentado por Mónica y Alexander, y a ésta se sumó su afiliación en el Carrito del Sabor, de la propiedad de Cye.

    Entró en la Academia de Magia y Hechicería al mismo tiempo, sacándose con buena nota sus Generales y entrando en la Casa de Los Centauros, donde esta muy orgullosa de pertenecer. Allí, en generales, conoció a la que se convirtió en una muy buena amiga, Demona y también a Ania, Sol… que fueron muy buenas compañeras.

    Fue por aquel entonces cuando decidió entrar en la Marca y conoció a la que iba a ser una de sus mejores amigas y, poco después, su madre: Eliah Riddleturn.


    *Personaje inventado



    Pertenencias:


    Objeto Mágico Legendario:
    --

    Objetos Mágicos:

    Objeto 1: Varita
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20 puntos

    Objeto 2: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --


    Mascotas y Criaturas:
    Criatura 1: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --

    Criaturas en la Reserva:
    Criatura 1: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --



    Elfos:
    * Elfo 1: --
    * Elfo 2: --





    Licencias, Tasas, Registros:


    Licencia de Aparición:--

    Licencia de Vuelo de Escoba: obtenida.

    Registro de Inmigración: Si.

    Registro de demonio: Registrada

    Registro de Pasaporte: Si




    Otros Datos:


    Otros datos:
    --

    Cronología de cargos:
    --

    Premios y reconocimientos:
    --.



    Links de Interés Referentes al Personaje:


    Link al Perfil de Comprador MM: --
    Link a Bóveda Personal: Bóveda no. 97818
    Link a Bóveda Trastera:--
    Link a Bóveda de Negocio: --
    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia 84511.
    Link a Bóveda Familiar 2: --

  8. Meissa se levantó aquella mañana temprano, bastante antes de que el sol comenzase a salir. Sus castaños cabellos estaban alborotados, como era normal en ella, y le caían por la espalda de forma desordenada, o, como algunos le habían dicho alguna vez, desgreñada.

    Se puso entonces delante del espejo, estudiándose con cuidado, como hacía cada mañana, admirando cada uno de los tatuajes que tenía, todos ellos una distinción que su tribu no hacía a todos.

    Estudió entonces su rostro, marcado por un tatuaje marrón suave, que le tapaba toda la mitad superior de la cara, desde la linea del pelo hasta poco más de sus ojos, donde este acababa con dos lineas que daban a entender que la tinta había sido corrida.

    Sus ojos eran castaños, sus labios grandes y pintados de un tono ocre suave, y bajo el inferior se podía ver un piercig redondo.

    Paso entonces la mirada por su cuerpo, volviendo a admirar sus tatuajes, un dragón en el muslo izquierdo, un tribal en el vientre, otro el el brazo izquierdo y el ultimo tribal en forma de espinas en el muslo derecho.

    Sonrió entonces divertida, pensar que su apariencia sorprendería a sus nuevos compañeros de la Academia, que seguramente esperarían a una niña humana de 15 años, y se encontrarían con ella, que tenía el físico de una joven de unos 19 años.

     

    Se separó entonces del espejo y cruzo su habitación hasta llegar al armario, se preguntó entonces si podía llevar su ropa normal o tendría que llevar uniforme, pero entonces le vino una idea a la mente que no podía desaprovechar.

     

    Unos minutos después bajo las escaleras de la torre este de la mansión Haughton, le dio un beso en la mejilla a su padre que la miró extrañado al ver que llevaba el traje de cuero marrón de su tribu y después salió de la mansión.

     

    Llegó a la Academia media hora después, durante todo el camino estuvo cavilando sobre lo que le pasaría en su clase. Sabía que una de las profesoras era una Haughton, o al menos eso había oído en la mansión, pero al haber llegado la noche anterior a las únicas personas que conocía eran su padre y su madrina.

     

    Bastante tiempo después llegó al fin a su aula, había tenido problemas en localizarla hasta que había visto en uno de los pasillos a una chica que iba repitiendo las palabras "Aula 70" todo el tiempo y decidió seguirla.

     

    En cuanto cruzó el umbral de aquella aula, supo que le encantaría esa clase. No sabía porqué, pero esa era su intuición, y desde pequeña le habían enseñado a seguirlas.

     

    Llegó justo a tiempo para oír a la profesora Weasley decir su discurso, pero sin duda, el que más le marcó fue el de la profesora Evanik. Eso tampoco tenía un porqué y le gustaba que no lo tuviera.

     

    Oyó el discurso de bienvenida sin inmutarse ni sentir nervios, eso de tener nervios no estaba en su crianza, y tras escuchar las presentaciones de unos cuantos alumnos, la última de una tal Liz que le cayó particularmente bien, decidió que ya era hora de salir de las sombras.

     

    -Mi nombre es Meissa, y soy de la tribu Élfica de Orión - tras ver el rostro de interés de sus compañeros prosiguió con un tono desinteresado - Mi madre era una elfa de orión, mi padre es un miembro de la familia Haughton al igual que mi madrina, así que decidí seguir sus pasos e inscribirme en esta Academia. Más cosas de interés que os pueda decir... - dijo entonces cambiando su timbre de voz por otro más alegre - nací hace casi quince años, pero en mi raza el crecimiento es diferente al de los humanos, por eso parezco mayor y... - se lo pensó un poco pero decidió acabar ya su discurso - Estoy encantada y orgullosa de estar aquí.

     

    Tras decir eso volvió a sentarse, pero esta vez al lado de la chica de pelo castaño llamada Liz, a la que sonrió con simpatía. Unas cuantas presentaciones después, la profesora Evanik se acercó a una pared con un portal que Meissa no había visto antes y les explicó lo que debían hacer. Meissa sonrió a la nada antes de pasar el portal, la sensación era extraña, pero aun así conocida, por lo que no le dio mucha importancia.

     

    La calle a su alrededor estaba casi desierta, aunque con su oído particularmente sensible pudo oír los gritos de gente en la distancia. No le gustaba. Nada.

    Le daba la sensación de que en cualquier momento alguien se le lanzaría encima al ver sus picudas orejas y la denunciaría a la Inquisición. Aun así, confiaba en sus profesoras y sabía que nada malo le pasaría.

     

    Caminó con el grupo de Lady Evanik (como su mente llamaba a la profesora) por una calle enfilada, casi desértica y a cada paso que daba, los gritos se escuchaban más y más fuertes. Instantes después llegaron a una plaza donde la muchedumbre rodeaba lo que parecía una hoguera y se acercó como pudo, a codazos incluso, pero al llegar al principio de todo aquello se arrepintió haberlo hecho.

     

    Un sofocado grito de horror salió de sus labios al comprobar que aquello era la ejecución de una bruja.

     

     

     

    Off:

     

    Bueno, espero no haberme enrollado exageradamente con el rol ^_^ Y tengo una duda... ¿ también tenemos que hablar un poco del viaje o solo hasta que pasamos por el portal? Si es lo segundo, me lo decís y borro lo otro :rolleyes:

     

    En cuanto a mi, me llamo Cristina, pero prefiero Krhis o Meissa, soy española y tengo casi 15 años (solamente me falta un mes).

     

    Me encanta la musica heavy y la punk con todos sus subgéneros, aunque tambien me encanta el Arrebato, Melendi... Y sobretodo, My Chemical Romance.

    Mi actor favorito es Johnny Depp y... ¡no se que más decir!

     

    Bueno, me despido.

    Kisses:

    Meissa

  9. Bueno, pues me encantaría que Darwind me adoptada :rolleyes: y en cuanto a Evarela Black... ¿sería mucho pedir poder ser tu ahijada, o eso es demasiado lío? Bueno, si se puede bien, y si no, no vamos ha hacer un drama de ello, ¿no? xd

     

    Volviendo a Darwind... repito que me encantaría ser tu primera "hija" ^_^ bien, dicho esto me despido.

     

    Kisses:

    Meissa

  10. Entro en la posada con firmeza, dando a entender de que a pesar de su corta edad (hacia catorce años a punto de quince que había llegado a ese mundo ), no era la típica doncella en apuros. Se dirigió con el paso grácil que la caracterizaba hacia la barra del bar y allí pidió una cerveza.

     

    El posadero se la dio sin problemas, cosa que no era de extrañar ya que aunque hacía quince años que había nacido, su apariencia y inteligencia era mayor de la de los mortales de su edad. Cosas de la raza pensó con una sonrisa pícara antes de ver a un chico a su lado de la barra. Le pareció gracioso que pidiese lo mismo que la chica que tenía al lado, con tantas cosas para elegir, pero no se metió en esos temas, acababa de firmar la entrada a la Academia de Magia y Hechicería y prefería no meterse en problemas.

     

    Aun así intentó llamar la atención del chico con un suave - Me llamo Meissa de Orión, ¿tu? - y tras decir eso un silencio se formo a su alrededor, o eso le pareció a ella, pues su nerviosismo era tanto, que hasta un troll le hubiera parecido silencioso

  11. • Nick: Meissa de Orión

    • Fecha de Nacimiento: 23 de julio de 1997

    • Bando de preferencia: de momento neutral, pero en un futuro mortifaga... siempre y cuando pueda escuchar música muggle

    • Lugar en la familia: me da igual, pero descendiente de algún Black, si puede ser

    • Mascotas y/o elfos: no, de momento

     

    • ¿Esta será tu familia sanguinea o adoptiva? Sanguínea

    • Link a la ficha de personaje (Si se tiene): no, de momento, si me la hago, puedo cambiarlo aquí, ¿verdad?

    • Link a la bóveda personal (si se tiene): ---

     

    • Link a una imagen que te represente (Solo si se tiene): ---

    • Link a la imagen de tu habitación o en su defento, descripción del dicha estancia: Nada más entrar en su habitación, una suave alfombra gris perla adorna gran parte del suelo, contrastando del todo con las sabanas negras de su gigantesca cama. Enfrente de ésta hay un escritorio de ébano, con una cómoda silla del mismo material. A su lado hay un sofá negro y una gran librería. El resto de la habitación cambia según el día y animo de la dueña, siendo normalmente muy colorida. También tiene muchos pósters de grupos muggles heavys y de las Arpías, su equipo favorito.

    • Piso/lugar en el que se quiere la habitación: en la torre este, o sino puede ser, en cualquier sitio alto

     

     

    Bueno, pues espero que me aceptéis :)

     

    Kisses:

    Meissa

Sobre nosotros:

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