Vladimir Karkarov

Era sencillo notar la facilidad que tenía la joven con el uso de su varita, en cuestión de segundo desapareció las cuerdas, por lo quedaba libre de ellas. Es de suponerse que llevara un poco de ventaja, como siempre mi expresión monótona se hizo presente, aunque sintiera algo de cólera, no lo reflejaría en mi cara y menos en mi tono de voz. Escuché su doble ataque verbal, por un lado me llamó "débil" y por otro sus labios frívolos enviaron un poderoso sectusempra, del cual no dudé en defenderme.

 

-Protego-murmuré entre dientes para que un instantáneo escudo semi transparente absorbiera el rayo de la joven que tenía como intención abrir mi torso de nuevo, al sentir un poco la sangre enfriarse en mi pecho, no dudé en volver a apuntar mi varita a mi pecho, pensé:<<Episkey>> en mili segundos el refrescante efecto hizo a mi piel sentirse suave y saludable como al inicio del duelo, pero las horribles manchas de sangre seguían presentes, recordándome la lección que debía aprender.

 

Fruncí el ceño levemente ante la airada reprensión que me daba la joven, no entendía del todo porqué se comportaba así, sin embargo ignoré el medio y agarré el mensaje. Una brisa de aire frío recorrió mi cuerpo, moviendo mi túnica y enfriandome, sentí de repente ganas de orinar, pero no era momento justo para quererlo, por lo que en ordenes y suplicas a mi cuerpo le pedía que no continuara con esos deseos.

Algo había pasado, la sala ahora era una horrible y abandonada casa. No habían muchos inmuebles en donde estábamos, apenas un armario pequeño y unas sillas en la posición de mi amiga, cuando Rose comenzaba a entrar para posicionarse en mi contra, traspasó una cortina de telarañas.-Ya algo cambió. La viuda negra que acaba de picarte en tu cuello es un comienzo.-le dije tranquilo, al notar que la telaraña contenía esa viuda negra y que instintivamente al Rose destruir su casa, la picó en su cuello.<<Cuestión de suerte.>>pensé, a mi amiga le quedaban pocos minutos de vida debido al veneno.

 

-Silencius-murmuré para que la capacidad de habla de Rose quedara en cero, por lo que apenas se llegó a escuchar un leve "sect...."había sido silenciada e intercalada correctamente. Al instante noté que comenzaban los efectos del veneno sobre mi amiga.

 

<<Embrujo punzante>>pensé apuntando a la cara de la mujer, de impactarle haría que su cara se deformara a causa de una horrible alergia, impidiéndole apuntar con facilidad. Al instante me tomé la molestia de notar mi espacio, estaba libre de telarañas, los maderos del suelo estaban seguro, al igual que lo del techo, atrás mio solamente había una blanca pared sin ningún objeto y a mis lados habían dos pilares de madera, a unos tres metros de cada lado. Dejando a Rose cerca de la entrada por donde la picó la araña y donde estaban la mayoría de ellas.

Observé el sol colarse en la tarde, me llenaba de nostalgia saber que otro día se iba, un día más de vejez pensaba yo. Tomé un suspiro y cerré levemente los ojos sobre el balcón en el que me encontraba, debía acudir a la practica de una poderosa bruja y ya faltaban apenas cinco minutos para las cuatro de la tarde, hora a la que daría comienzo el duelo. Esa tarde me sentía particularmente callado, estaba pensativo en varias cosas. Me aproximé a mi closet y saqué una túnica color esmeralda clara, la cual era anti fuego y anti agua que tapaban a mi cuerpo en totalidad, me coloqué unas botas de fuerte cuero que llegaban hasta las rodillas y por ultimo enganché a mi cintura una espada de plata pequeña, que apenas se notaba en el grueso de mi túnica.

 

Conforme con mi vestimenta de siempre,toqué el traslador que anteriormente me habían dado, al instante tras fuertes giros arribé a la calle donde se llevaría a cabo el duelo. Saqué mi reloj de bolsillo al escuchar las palabras de la bruja.<¿Tendré, o, tendrá mal el reloj?> me pregunté sin darle mucha importancia. No hablé mucho con ella, ni si quiera me preocupé por responder, pero el siguiente comentario me dejó fuera de base. <Debe estar peor que una chota...>pensé algo molesto por la reprimenda que me daba. Noté como se bajaba de la replica de edificio, de tres metros de alto y uno de ancho, luego caminó a otra posición para quedar enfrentados a una distancia de ocho metros. El lugar en el que me quedé no tenía nada mas que la pared de un edificio detrás mio, y a los lados la calle.

 

Escuché su "preparado" cuando se estableció a la par de un farol a tan solo treinta centímetros de distancia, el farol tenia dos metros de alto, con una farola de medio metro de largo y unos cuarenta de ancho, de hierro fundido, en donde cabían al menos tres luces. Estimaba que el peso de esa farola de hierro andaba por los cincuenta kilos a la cual la manilla que sujetaba ésta al poste estaba oxidada, un leve golpe y caería. <<Estos muggles y sus inventos.>>pensé mientras le hacía una reverencia en señal de que estaba listo para el duelo. De su varita salió una luz, la cual no dudé en colocarme en acción.

 

-Incarcerus-dije colocando mi pecho duro esperando el rayo que me impactara, sabía que me iba a doler bastante, pero estaría conforme con lo que acababa de hacer. Justo cuando su rayo salió, de mi varita salieron despedidas tres cuerdas de cinco pulgadas de grosor, un metro de largo y de un material muy resistente. La primera ató la boca de la chica, quedando la cuerda debajo de sus labios y haciéndola quedar muda sin poder hacer el mas mínimo quejido, la segunda cuerda ató sus dos muñecas separadas entre si a cada lado de su cadera, por la fuerza con la que ató las muñecas, los tendones encargados de realizar movimientos quedaron oprimidos, por lo que la movilidad en sus dos muñecas quedó nula y su varita apuntando al suelo. Por ultimo la cuerda restando ató desde sus tobillos hasta la rodilla de la joven, la velocidad con la que impactó la cuerda la hizo perder el equilibrio y caer de bruces hacia su lado derecho donde se estrelló contra la farola, la cual sin más remedio cayó sobre la cabeza de ella, no quise ver el reguero de sesos en el pavimento y desvié la mirada sintiendo el ardor en mi pecho.

 

-Episkey-pensé apuntando mi varita a mi pecho para sanar las heridas del sectusempra de la joven, las heridas se cerraron, pero sería necesario otra curación para terminar sus efectos por completo, seguía sintiendo un picor en mi pecho pero a la vez un alivio que me abrazaba haciéndome sentir mejor.

Entré a la espaciosa sala de menesteres donde se hacían la mayoría de duelos o cosas por el estilo. La carente cantidad de objetos en la sala se hacia especial para probar las habilidades en el uso de los hechizos y las intercalaciones. Tras acordar el lugar, me encaminé deprisa a tomar mi túnica, unos zapatos sencillos y un pantalón de cuero negro. De inmediato llegué al lugar ondeando mi túnica de color verde oscuro. Al llegar saludé a Rose.

 

-Es un placer, amiga mía. Esta vez no será como la ultima, eso te lo aseguro.-le dije haciéndole una reverencia una mirada junto con una sonrisa leve, alcé mi varita en su contra y dije claramente:

 

-Sectusempra-de inmediato mi rayo salió en dirección al cuello de mi amiga, de impactarle le provocaría serias cortaduras sangrantes de alto nivel en su yugular. De no atenderse rápido, caería muerta desangrada. El hermoso piso de jade hizo reflejar el rayo, las paredes de hermosa madera hicieron acustica y la distancia que recorrería el rayo para llegar a Rose serían apenas siete metros.

Al terminar sus sueños, el joven Vladimir comenzó el proceso de regresar a la conciencia, tardaría horas en hacerlo, seguramente hasta pasadas las ocho de la mañana que era la hora perfecta para él despertar, prefería ésta hora ya que le daba tiempo de organizar todo lo del día, correr un poco, leer y tomar el desayuno era lo principal que hacía, excepto los días que iba al Ministerio de Magia como aprendiz del Gabinete de Defensa, en la Oficina del Ministro de Magia, consideraba que estar en ese puesto tan importante le aportaría información del bando mortifago. Un leve cosquilleo lo hizo despertar antes de hora, o mejor dicho a la hora correcta, ya que no podía quedarse en las ruinas.

 

Me atrevería a pensar que su profesor Elvis sentía un aprecio por él, aunque sea pequeño, aunque sea por estar en la clase, de igual manera, el joven Vladimir lo invitaría a tomar algo algún día, para escuchar sus historias y ganar la amistad del legilimantico catedrático. Escuchó la fuerte voz de su profesor, que lo hizo terminar de despertarse, recordando al pájaro kukú que lo hacía despertarse en las mañanas. Se aferró fuertemente con su mano izquierda a la mano tendida por el profesor y se ayudó a incorporarse, se sacudió y aclarando su garganta le contestó: -Emm... Sí, estoy bien... No hace falta nada de mi cuerpo,¿verdad?-le dijo con la vista algo desorientado, parecido al efecto de la embriagadez.

 

De inmediato aceptó el chocolate que le tendía su profesor, estaba delicioso, lleno de textura y sabor tan dulce que parecía amargo, de seguro holandés. Ambos se dirigieron a la piedra con forma de pilar, encaminados con la luz de sus varitas y se sentaron a terminar la clase. Vladimir formuló una pregunta en su cabeza que de inmediato le dijo a su profesor.

 

-Elvis, ya sabes sobre nosotros. ¿Puedes contarme algo sobre ti?-le dijo posando su morada vista en los ojos del profesor, el joven Vladimir sabía distinguir muy bien los gestos de las personas, cuando mentían, cuando no, cuando estaban realmente felices, cuando estaban ansiosos, entre otras cualidades que se podían notar en la cara de una persona. La clase que recorria el joven en ese momentos sería la ultima, por lo que trataría de disfrutarla al máximo.

 

Off:

 

 

OFF.- Ahora me encantó, Vladimir. Tenés más que una estrellita dorada por haber contestado la última tarea y el extra. Aunque lamento que tenés que esperar un poco a que algunos de tus compañeros contesten. Tomalo como unos poquitos días libres de éste clase

 

 

Jaja. Gracias por la estrellita y la verdad sin la excelente explicación no creo que haya entendido xD ahora podemos deviar la mirada a otro tema. *suspiro* cuando termina la clase ?

Usando el ultimo turno que le quedaba de vida a mi atheonan le indique que volara y que atacara a mi padre por su espalda sin que el se diera cuenta, golpeándolo fuertemente con sus cascos de las patas traseras, fuertes y grandes, que lo dejarían con un par de huesos rotos en el diafragma, impidiéndole respirar, y por consiguiente morir en el suelo. Al enviar a mi aethonan la masa de agua que envolvía a mi padre desapareció, con eso su protección. Rápidamente al ver a mi padre intercalar mi episkey, alcé mi varita y dije:

 

-Aqueora-una hermosa masa de agua salió de mi varita para envolverme en la totalidad y a Kirara, dejando a las llamas de mi padre en el olvido, con éste efecto también terminaron de sanar las heridas en mi cuerpo que había provocado el lobo, principalmente en la zona de mi brazo izquierdo que es donde mantenía mi varita conmigo. Un fuerte dolor en mi muñeca derecha me hizo sacar un par de lagrimas y colocarme sobre mi pie derecho.

 

-Espiskey-pensé señalando con mi mano izquierda a la muñeca de la derecha, los pequeños huesos que estaban quebrados sanaron en su inmediatez, era toda una suerte que me encontrara portando mi varita con la izquierda, pero en cualquier caso, también lo podía hacer con la derecha, haciéndome un maestro con la varita en ambas manos. Noté que una ráfaga de medias lunas impactaban en la masa de agua, fue el seccionatus que había mandado Fengari contra Kirara. Ya estaba sanado en mi totalidad, para seguir dándole sorpresas a mi padre.

Lamentablemente el ataque de un lobo me había interrumpido mi movimiento de fuego maldito, el cual no se realizó por el canino que me atacaba. Rápidamente al darme cuenta que mi patronus estaba libre ya que el león estaba hecho piedra de nuevo le indiqué que me quitara al lobo de encima, golpeándolo con sus tacos traseros y quebrando su columna vertebral, por lo que el lobo quedó en el suelo invalido hasta que volviera a ser piedra. En ningún momento voté mi varita. Pero al parecer no me estaban dejando ni respirar, de inmediato mi bota izquierda se transformó en una serpiente a la cual le aplasté su pequeña cabeza con mi bota derecha. Estaba en apuros, pero nada de lo que preocuparme. La herida de mi hombro era leve, ya que el lobo solamente hizo un mordisco y quedó prensando a mi cuerpo, por lo que las heridas eran equiparables a un seccionatus.

 

-Morphos-dije en dirección a mi bota para que ésta se convirtiera en un bezoar, que ingerí rápidamente para contra restar los efectos del veneno de la serpiente de mi padre. Debía concentrarme ahora en él, el cual estaba rodeado en una masa de agua.

 

-Episkey-pensé apuntando mi varita a mi hombro el cual estaba afectado, de inmediato las heridas sangrantes del lobo sanaron, dejándome libre de la muerte, afortunadamente el lobo tenía un hocico pequeño con apenas dos incisivos en su mandíbula de abajo.

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Me materialicé tranquilo sobre el portaaviones que había sido abandonado gracias a una extraña plaga. Los muggles que lo tenían no volverían a él, así que tendríamos el lugar solo para nosotros dos. Al llegar, sentí la brisa del mar, golpeaba suave, el dia estaba hermoso lleno de sol. Me encontraba hacia la parte atrás del portaaviones, por lo que mi compañera de duelo Jessie iría a la par de los aviones. Palpé mi túnica verde para sacar mi varita de cerezo para comenzar el duelo, entonces apareció.-Buenos días amor, es un placer que estés conmigo. Demos comienzo.-le dije intercambiando una reverencia.

 

Di dos pasos arrastrando mis botas de cuero y apunté con mi varita a mi amor que se encontraba a siete metros delante de mi.

-Corpus patronus-de inmediato una águila de un metro de largo salió de mi varita, se hizo corpórea y se posó sobre mi hombro izquierdo, expectante a los ataque que pudiera hacer Jessie.

Noté rápidamente como mi amiga se defendía, debíamos tener mejores defensas. Ya los morphos que habíamos invocado todos volvieron a ser piedras. Por lo que quedaban en el olvido. Rápidamente alcé mi varita y con una leve floritura dije:

 

-Corpus patronus-de inmediato de mi varita salió una luz y ésta se trasformó en un oso gris adulto con mucha experiencia, de tres metros de altura y docientos kilos, con fuertes garras afiladas y enormes colmillos para desgarrar la carne. Le di la orden de quedarse a mi lado, a un metro de distancia, para resguardarme de toda cosa, como si no fuera poco, alcé la varita al cielo y dije:

 

-Corpus patronus-salió el patronus de un anguila, que de inmediato, al igual que el anterior se hizo corpóreo, entonces la aguila real de un metro de envergadura se alzó sobre sus alas, mostrando su enorme pico y sus largas uñas que harían mucho daño. Se posicionó en mi hombro, en caso de que la ocupara de emergencia.

Buenas.

 

Bueno yo vengo a dejar constancia (aunque no me lo preguntaron xD) de porqué hice tal cosa en el duelo. xD

 

emm bueno.

 

-Fortificum (Invocacion): Surge rápidamente una muralla de cualquier forma y material en cualquier parte del campo. Sus dimensiones no podrán exceder de cuatro metros de alto por diez de largo. Puede ser ondulada, pero no un círculo totalmente cerrado. No refleja hechizos. Las murallas de piel de dragón quedan reservadas a los Ángeles Caídos. Desaparece al tercer turno y solo resiste un máximo de 3 hechizos (4 si esta hecha de piel de dragón). No puede usarse la muralla para cortar a ningún ser vivo (personas o animales). No posee ventanas, es totalmente sólida.

 

Duración: tres turnos.

Como dice la descripción, la muralla reciste tres hechizos, el fuego maldito sería el primero. Es por eso que yo dijo que la muralla no caía y bueno aproveché eeso para decir que los hechizos de Fengari impactan en el muro.

 

Ahora tengo otra duda, es sobre la validez del hechizo de Kritzai.

 

- Confringo (rayo): Tiene por efecto una explosión. La explosión abarca un máximo de dos metros cuadrados y explota objetos de cualquier material de masa no superior a dos metros cúbicos (que sería aproximadamente el volumen de un sidecar). No tiene efecto alguno sobre los seres vivos.

Según el rol de Kritzai él lo envía contra los arboles, pero según sé, los arboles son seres vivos, por lo que el confringo no tendría efecto sobre ellos. Y creo que eso sería todo por ahora me a gustado ésta clase, me ha enseñado tanto xD

 

Saludus a todos !

Bueno yo vengo a aceptar la propuesta de Mey según tengo entendido eres demasiado buena, y lejos de querer una victoria (imposible xD) quiero aprender bastante de ti. Así que, espero que tengas piedad xD jajaja nono, a lo que me refiero es que no me mates tan rápido, lo que quiero es aprender. y bueno sin mas... creo que eso es todo... ah no, por ultimo, digo que soy muy activo en los duelos, así que de mi parte no te aburrirás esperando una respuesta.

Saludos ! *le dejo chocolates y fresas*

Noté rápidamente como mi fuego maldito impactaba en la pared construida de Fengari, el muro siguió estando ahí, ya que el muro podía resistir dos hechizos mas. Pero algo pasó, los hechizos que Fengari que enviaba a Kirara impactaron en el muro y lo hicieron desaparecer, por lo que Kirara estaba a salvo del sectusempra y del crece uñas de Fengari impactados en el muro que ella misma creó. Con el reflejo de la esfera que estaba sobre nuestras cabezas, noté con el rabillo del ojo, como un león enorme se aproximaba para entrar al bosque, éste león salía de la pared construida por Nats.

 

-Corpus patronus-dije para que de mi varita saliera un aethonan de dos metros de alto y cien kilos de peso, que se volvió corpóreo en mi defensa, atacaría y embestiría al león cuando se acercara. Noté como mi padre Perseus trataba de apuntar a una piedra y al instante dijo morphos, pero si mal no recuerdo, tenía encima un embrujo punzante, por lo que, su puntería fallaba, tanto que no realizó el morphos, para el cual ocupaba puntería.

 

-Fuego maldito-de mi varita salió una llama con forma de una águila, o eso parecía, iría al cielo, a cinco metros de altura y caería sobre la cabeza de Irina, ignorando el muro que la protegía, calcinando hasta el mas pequeño de los tuétanos de su cráneo. Entonces escuché una fuerte explosión muy detrás de nosotros, por donde empezaba el bosque, no nos afectaría en nada, ya que estábamos en mitad del campo o del claro, combatiendo los dos equipos, la razon de ésto es porque Kritzai había recuperado su fuerza con la ayuda del episkey de mi padre, pero eso no sería suficiente para sanar el ataque de mi tigre de bengala, el cual estaba hecho piedra de nuevo.

Parecía que el duelo comenzaba con el pie correcto, noté como mi amiga se defendía del rayo, no sabía cuan oxidada estaba. Según lo que ella me contó tenía mucho tiempo de no hacer un duelo, por lo que no debía aprovecharme de esto y llevaría las cosas con calma, a menos, que ella decidiera acelerar el paso en caso de que su memoria refrescara.

 

-Silencius-dije de inmediato para intercalar éste efecto al rayo de mi amiga, por lo que la realización de éste no se podría efectuar.

 

Los efectos del silencius son sencillos, se trata de quitar la posibilidad de habla a un contrincante, dura una acción, y en mi caso yo diré que se trató de una efecto que actuó en contra de tus cuerdas vocales.

 

-Incarcerus-dije para que la invocación de tres cuerdas de cinco pulgadas salieran de mi varita. La intención de mis cuerdas era sencilla: La primera ataría su boca, por dentro de sus labios, lo cual no la dejaría decir la mas minima palabra, la segunda cuerda ataría sus manos separadas entre si, atadas una a cada lado de la cadera, con la muñeca apuntando hacia abajo, por lo que su varita también estaría apuntando hacia abajo y por ultimo, la cuerda restante ataría sus tobillos, que le harían perder el equilibrio y por consiguiente caer de bruces.

Suspiré, sentí el viento y aclaré mi mente. Estaba precipitado, así las cosas no funcionan. Me tomé un segundo sentir un dolor en mi garganta que sabía muy bien que significaba. Me habían silenciado el floreus. Posicioné mis pies fuertemente en la tierra, fruncí el ceño y repasé cada aspecto de lo que había hecho. <<Gallinas>>pensé al ver el muro que rodeaba a la salvada Irina y Nats.

Después del efecto usado por Fengari para silenciarme, me adelanté a su segundo movimiento.

-Fuego maldito-dije para que una llamarada de fuego maldito, enorme con forma de rayo se dirigiera al cuerpo de Fengari, al instante un muro salió de la nada, por lo que pensé:-Invocación, contra invocación. Resultado: ambos impactan.- por lo que en ese momento Fengari debía atender las quemaduras de mi fuego maldito.

Entonces con el rabillo del ojo noté que Irina salía de su muralla y lanzaba un hechizo, doce medias lunas se dirigieron hacia mí, pero mis pájaros se interpusieron en ellas, desapareciendo y salvándome, de ellas. El ultimo uso que les daría a mis pájaros, ya que en este momento mis invocaciones volvían a ser lo que eran. Por lo que mi tigre de bengala volvía a ser la pesada piedra de una tonelada y media de la que lo había convertido, recordé:-El tigre estaba sobre la cabeza de Kritzai, provocándose heridas de gravedad con sus dientes y garras.Entonces cuando el morphos se acabe, la pesada piedra caerá sobre él, dejándolo sin vida.-

 

Me volví al cuerpo agonizante de Kutsy y pensé y dirección a ella:<<Episkey>> de inmediato las heridas provocadas por el sectusempra de Irina sanaron, tendría más tiempo de sanar las demás heridas por ahora.

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Caminé tranquilo por el espacioso salón vacío. Hice ondear mi túnica marrón con el paso apresurado que llevaba. No quería llegar tarde a la cita de duelo que tenía con una muy reciente amiga de la orden, a quien hace poco había conocido. La sala dentro del templo era espaciosa, parecida, tallada en su totalidad en madera. Los seis pilares que sostenían el techo tenían hermosas figuras talladas en ellas.

 

-Ariane, amiga mia. Es un placer que ya estés aquí. No perdamos el tiempo, demos comienzo.- dije mientras sacaba mi varita de mi túnica y le hacía una reverencia para dar comienzo al duelo. Me posicioné a diez metros de ella y alcé la varita es su contra.

 

-Sectusempra- dije y de inmediato un rayo salió en dirección a ella. De impactarle le provocaría graves heridas sangrantes en todo su pecho, llegando a su yugular, por lo que si no se curaba rápidamente, moriría desangrada.

Zack:

 

Gracias por tu paciencia. Ahora entiendo mejor. No diré nada mas acerca del tema del post, simplemente espero no haber interferido con la clase como me hiciste saber. Bueno, ya sabiendo eso, quiero preguntar acerca de la validez de mi rol a la hora de contradecir el rol de Nats. Abajo te muestro.

 

 

Nats:

¡Fortificum! - Esta vez frente a la pelo castaño sí apareció un pared de 10 metros de largo y 3 de alto que la protegía a ella y a su compañera.

 

Yo:

Un forticum, pero pensé que sería un fuerte pared de piedra, pero no, del suelo salió una tela de diez metros de largo por tres de alto que salió volando por el viento (importancia de no dejar huecos de rol.).

Quiero saber si el hueco de rol al que me refiero es valido, osea el material. O si éste hechizo ya tiene un standart y que siempre va a ser de piedra o cuando un líder quiere hacerlo de piel de dragón.

 

Nuevamente gracias.

Zack:

Primeramente mis disculpas por lo referido a lo de mi posteo tratando de ayudar a mi compañera. En ningún momento estoy pasando sobre su autoridad o la de Héctor. Supongo que el este tópic está para exponer los puntos de vista de quién quiera. Sí no es así, vuelvo a pedir disculpas.

 

Segundo: en ningún lugar de las reglas de la simulación leí el que no se puedan usar las maldiciónes. Lo que sí leí es que nos dan permiso para utilizar hechizos de graduado. Por consiguiente, un base mortifago tiene la autoridad para utilizar dichos hechizos.

 

Espero que haya quedado claro mi punto de vista. Porque necesito saber si el avada que le hice a Irina está válido o no.

 

Saludos.

Nats xDD

Ese suele ser mi error xD

Umm bueno para que entiendas lo que hice fue lo siguiente:

 

1= Maté a Irina intercalando mi avada a su sectusempra.
2= Dije que a Kutsy le impactó el ultimo rayo de Irina (sectusempra.)

3= Aclaré que tú silenciaste el sectusempra de Kutsy (por lógica sería su ultimo rayo.)

4= Rolee el hueco de rol que dejaste con tu muralla.

5=Recordé que tienes la pantera de Helen, amarrada en el suelo.
6=Realicé un hechizo contra Fengari.

Y bien xD esa es mi cronología en mi rol (lo mas resaltalte pero hay mas). xD
Espero que me entiendas jeje. Cualquier duda skype: mija.cortes

 

Saludos a todos

Al enviar mis ataques, me di cuenta que mis compañeros no perdían el tiempo, como todavía no esperaba respuesta de mis rivales objetivos (Perseus, Kritzai) decidí ayudar un poco a mis compañeras, sentí una vibración de mi varita del poder creciente, ya podía usar los hechizos de bonus. Por lo que anticipando a lo movimientos de Irina dije:

-Avada Kedavra-mi rayo hizo un intercambio de daños con el que sería su ultimo hechizo (sectusempra), por lo que a Kutsy le impactó de lleno el sectusempra de Irina en su pie. Pero noté algo raro, Kutsy no se defendió, en su lugar, utilizó un incarcerus contra su leopardo, el cual todavía controlaba ya que el oppugno de Irina sobre este no se realizó al estar silenciada; y aun mas raro, envió un rayo (sectusempra) contra Irina (el cual Nats silenció), en lugar de curarse. Por lo que Kutsy cayó en el suelo, desangrándose, pero su compañera se encargaría de su sanación. Nuevamente Nata aprovechó la ocacion para hacer otro hechizo. Un forticum, pero pensé que sería un fuerte pared de piedra, pero no, del suelo salió una tela de diez metros de largo por tres de alto que salió volando por el viento (importancia de no dejar huecos de rol.).

Entonces al tener eso claro, con Irina muerta y Nats, controlando la pantera de Helen. Hice mi siguiente ataque.

-Floreus-pensé en dirección de Fengari, que haría que de su varita saliese un ramo de flores en su siguiente acción. Agité levemente la cabeza y me quedé observando todo el campo de batalla.

Di dos pasos antes de notar con el otro grupo aparecía. –Al fin, pensé que no vendrían.-dije entre dientes disgustado tras la espera que tuve para que comenzara la acción de verdad. Entonces divisé a mi objetivo. Sería mi padre adoptivo, me debía un duelo, y ésta era la ocasión ideal para tenerlo. Me encontraba a seis metros de él. Por lo que alcé mi varita y clavé mi mirada en él.

 

Pero en un rápido movimiento ordené a mi tigre que atacara a Kritzai, ésta se fue camuflada por la noche, entre el pasto alto del claro, rodeando a Kritzai, para atacarle por detrás. Mi criatura era inteligente, no dejó que nadie la viera. Entonces, al llegar a la posición de Kritzai, le atacó por la espalda, mordiendo su cabeza y principalmente su cuello, como hacía con las gacelas o una presa cualquiera.

 

De inmediato noté como el chico caía al suelo bajo el peso de mi criatura, desangrando además. Entonces alzando mi varita contra él dije: -Silencius- mi efecto afectaría es próximo hechizo de Kritzai, no podía realizar hechizos verbales gracias al atrofio provocado en las cuerdas vocales del chico. Entonces giré mi vista a mi objetivo.

 

-Embrujo punzante-pensé en dirección a la cara de Perseus, de impactarle haría que sus ojos se lloran de una fuerte alergia que provocaría mala visión del escenario, perdería la orientación visual hasta que el efecto se acabara, además de su puntería. Entonces tras eso, troné levemente mi cuello. La acción empezó.

Al caminar hasta el centro del claro donde se llevaría a cabo la batalla, encontré cinco enormes piedras con las cuales podíamos jugar, además de piedras del tamaño de un perro grande, así que las posibilidades eran cuantiosas. Una vez que tuve mi objetivo claro, apunté a una de las cinco enormes piedras y dije.

 

-Morphos-de inmediato la enorme pierda se convirtió en un tigre bengala adulto, de un metro de alto y dos metros de largo, que de inmediato, se colocó a mi lado como defensa o ataque cuando yo se lo ordenara, así que tuve esto, alzando de nuevo mi varita dije:

 

-Avis- de inmediato doce palomas grandes salieron de mi varita, con la orden de revolotear a mí alrededor para protegerme de cualquier cosa, seis palomas giraban hacia mi derecha a medio metro de mí y las otras seis giraban a mi izquierda, igualmente a medio metro de mí. Una vez que tenía esto listo, me preparé y divisé a mi objetivo y me separé de el a diez metros.

 

Alcé mi mirada y noté a Helen a mi derecha, a tres metros de mi, a Kirara a mi izquierda, a cuatro metros y ya con esto estábamos organizados para continuar, por lo que los tres en esta posición esperamos a que los chicos del otro equipo se presentaran para realizar nuestros ataques. -Mostremos quien manda.- dije en susurros esperando a que aparecieran las manchas de mis compañeros.

Por alguna razón los ultimo días me estaba volviendo algo loco. La toma de decisiones ilógicas e irracionales hacían que sintiera ésto. La nueva idea que pasaba por mi mente me dejó consternado, no estaba seguro de estar en lo correcto al pensar la decisión que había tomado. Al final de cuentas, el duelo ya estaba asegurado, sólo era necesario establecer la ubicación. Y aquí es donde me encuentro ilógico. Caminé seguro a tomar mi varita y transportarme al lugar del duelo.

 

 

Un pantano, lleno de bichos, criaturas malditas, animales peligrosos, serpientes venenosas, serpientes del tamaño de un bus, de todo podía encontrarse dentro del contexto del pantano. Caminé entre el barro espeso, ensuciando mis botas altas de resistente cuero, que podían detener la picadura de una serpiente, al igual que mis pulseras que cubrían mis dos ante brazos. Agité levemente mi capa negra que cubría mi cabeza, rostro, espalda y pecho, además de que llevaba bajo ésta una espada que era muy liviana y resistente.

 

Al llegar al lugar del duelo, me posicioné en un puente colgadizo, estaba en muy buen estado, recientemente hecho. Por lo que en si, él no presentaba problemas, pero bajo éste, se encontraban cinco cocodrilos esperando al que cayera. Entonces fue cuando apareció el Clearwater, que anteriormente le había dejado el traslador al lugar del duelo.

 

-Es un placer, Vrael. Comencemos.-le dije al mismo momento que le daba una reverencia, y alzaba mi varita en dirección a mi rival que estaba a siete metros de mi, justo debajo de un gran árbol.

 

-Sectusempra-dije con voz ronca para que un rayo saliera de mi varita, con la intención de que impactara en el cuello del joven, de impactarle, le provocaría serias heridas sangrantes que necesitarían atención rápidamente.

Me levanté de sopetón al ver la carta que estaba sobre mi escritorio. Al parecer, la nueva etapa de duelo avanzado comenzaría dentro de poco, por lo que el tiempo era imprescindible. Caminé dando fuertes pasos en el suelo de madera de caoba de mi pequeña choza de alquimia, tomé un suéter tipo cuello de tortuga color negro y unos pantalones de cuero negro con unas botas altas del mismo material. Entonces tomé mi varita de cerezo y me aproximé a la puerta de la choza, apagando las candelas en el proceso. Luego de eso, desaparecí en un torbellino, producto de un transportador.

 

Llegué en medio de un claro, en un hermoso bosque. Así que los profesores nos distribuyeron en los equipos correspondientes, una vez hecho esto, todos lo conformados por mi grupo (Helen, Kirara, Kutsy y Leha) nos alejamos a uno de los extremos del bosque, ocultándonos para hacer nuestra táctica. Al instante, notamos como el otro grupo se separaba de nosotros, así que estábamos a más de quince metros. -¿Estamos listos?-pregunté y al estar todos juntos y nos encaminamos para hacer la siguiente jugada.

Tirado en el suelo y un poco agitado, Vladimir agitaba sus ojos en señal de que soñaba, estaba quieto llenando su abrigo con ceniza de blanca con tonos grises, sin que nadie le viera. Al parecer la última experiencia que acababa de tener y la forma tan extraña de terminar, le hicieron perder la cabeza levemente. Pero regresando a los recuerdos del joven, esto fue lo que soñó.

 

Despertó. Los rayos dorados del alba golpearon suavemente su cara, pasando a través de una fina capa de polvo que rodeaba el ambiente en donde se encontraba. Observó, desde el suelo que sobre él se encontraba una trampilla vieja de madera, con las bisagras corroídas, eso era lo que el fino rayo de sol que pasaban a través de la trampilla lo dejó ver. El traslado lo dejó donde esperaba el mago, en el castillo Myrddin. Pero al viajar en el tiempo, en donde antes era una sala muy transitada, ahora es una oscurecida sala, vieja y oculta, donde las cosas no se habían movido durante mucho tiempo.

Movió levemente los dedos, el golpe de la caía lo había dejado paralizado unos minutos, suspiró para darse aún más cuenta de que estaba vivo, pero el lugar no lo sabía exactamente. Luego de eso se incorporó son una de sus manos y se dio cuenta de que tenía buena movilidad en todo su cuerpo, al instante se levantó desorientado y al hacerlo, un libro viejo cayó al suelo, era el diario de su creador. Sin embargo, Vladimir había perdido conciencia de éste hecho. Y simplemente llevó consigo el viejo diario sin saber bien su significado. –Lumus—dijo el joven que llevaba la varita de su creador, que de inmediato le dejó ver la vacía sala.

No encontró más que armaduras viejas, espadas, lanzas y cosas medievales, a su parecer se encontraba en un museo o en una mansión antiquísima. Sin prestarle más atención a esto, subió por las escaleras que daban a la trampilla, llevaba su varita en mano y abrió la trampilla algo asustado, no sabía dónde se encontraba. Por suerte para él, un joven se dio cuenta de la presencia de Vladimir, y se dirigió a él. – Disculpe, ¿Está perdido?, ¿Qué necesita?—le cuestionó el joven Myrddin cuyo nombre es Pherseus. Vladimir estaba desorientado y su inglés era aceptable. Por lo que se dirigió a él. – Perdido yo no saber, necesitar casa—le contestó con su acento ruso, y a lo que se refería era a la mazmorra donde había sido creado.

El joven demonio, Pherseus esbozó una risa al escuchar el modo de hablar de Vladimir, era lo más gracioso del joven soviético, pero para su suerte, no pasaría mucho tiempo antes de que el joven que lo encontró y su pareja Ethiane, lo aceptaran como parte de su familia, encontrándose como un miembro adoptado, a los cuales respetaría sin importar sus inclinaciones. Entonces desde ése momento y gracias a la voluntad de ambos, se declaró su hijo, aceptándolo ellos, por lo que pasaría a ser su primer criado y seguidor.

Al darse cuenta de su paradero, tomó confianza a la magia, se aferró a la varita que su creador le había propiciado en el momento de su partida, creó un muro ante las malas influencias y esperó a que esto le hiciera más fuerte ante el peligro de la magia negra, la cual había matado a su creador, utilizada por supuestos magos de sangre pura, que mataban a diestra y siniestra sin importar a quien fuera. Entonces fue cuando una pareja de magos seguidores de la magia blanca lo encontraron, sus nombres eran Cye e Ishaya Lockhart, lo adoptaron y lo metieron de lleno en la orden del Fénix, también dándose cuenta de que Vladimir compartían la misma línea de sangre que los magos, pero de otro tiempo, ya que la creación de Vladimir se dio entra los siglos de XVIII y el XIX, así que no tenía muchos recuerdos de ésas épocas, por lo que decidió transformarse en el hijo legítimo de la pareja. Al instante comenzó su transformación en lo que es hoy en día.

 

El joven quedó con su mente en blanco, sin pensamientos o sueños, la clase continuaba su curso, todos pasaban a la piedra sin notar la ausencia de Vladimir que se encontraba en el suelo. Tenía tiempo de no soñar de ésa manera, las cosas que había pasado se volvían cada vez más claras.

 

 

Sintió la nieve rozar su mano. Estaba helada. El día apenas se asomaba entre los densos pinos que conformaban el bosque en el que se encontraba, las aves apenas cantaban, era invierno y la mayoría de fauna estaba invernando. La figura descuidada de un joven salió de unos árboles, era Vladimir, tras su retirada de la vida social. Cargaba un arco y varias flechas para la caza, que le apasionaba y además de eso, le alimentaba en su ya sexto mes de desaparecido del mundo civilizado.

Había cumplido apenas los dos años con sus padres adoptivos, había desarrollado su lengua, su magia y sus aptitudes en combate contra la magia. Pero algo que ata a todo ser, lo atacó, y no supo defenderse de eso.

Tras comenzar por primera vez el curso por la academia de magia y hechicería, en su primera clase, quedó enamorado de una persona, su nombre es Ania. Al instante el joven no supo controlar sus emociones y tras unos meses se formó la pareja, que por desgracias de la vida terminó su relación, y ahora Vladimir con su corazón desecho estaba aislado, tratando de recobrar sus ánimos y su amor. Pasó un año en el bosque de Rusia, olvidando el temor, el dolor, la angustia y la necesidad de afecto, entre botellas de vodka.

Tras completado su ciclo de sanación, el joven debía asistir a la boda oficial de sus padres adoptivos, no sabía si regresar, todavía no se sentía listo para afrontar la cara de su ex novia, pero por sus cuidadores haría lo necesario para complacerlos. Así que tras su ultimo dia en el bosque, vistió una túnica marrón, algo gastada y vieja, su barba llegaba a su pecho y su pelo a la cintura.

Aun así, se presentó en la boda, tratando de mantener la compostura y felicitar a los enamorados.

 

En definición, Vladimir recordaba muy bien estos dos momentos en su vida, ya que ellos le enseñaron muchas cosas, le forjaron su carácter y por consiguiente su forma de vivir actual, sin embargo, el joven Vladimir tenía la mente de un adolescente, seguía aprendiendo cada día más, por lo que decidió abrirse ante las personas, no sin antes tenerles la suficiente confianza.

 

 

Trataría de ser más estable emocionalmente, aunque sus esfuerzos no hacían mucho contra eso.

Ganó el vicio de la bebida de vodka y la fiesta, adquirió aún más su gusto por la época renacentista y la medieval, haciendo de esto un ejemplo para él, sabiendo que lo magos medievales siempre tendrían un mago renacentista a su lado, por lo que a Vladirmir, lo llenaba de confianza para emprender su meta, para ayudar a los más necesitados y para disfrutar la vida en general, acompañado de sus seres queridos.

Caminé tranquilo sintiendo la arena bajo mis pies. Era la segunda vez en el mes que iba a la playa, y para mi gusto, no me agrada el calor de éstas. El escenario era perfecto para un duelo, asi que mi amiga Helen habia escogido bien el lugar, un punto para ella. Así que hube llegado, le saludé.

 

-Buenos días a ti también Helen, la verdad no es tan difícil, por dicha.- le dije mientras le hacia una reverencia propicia para comenzar el duelo como se debía.-Empecemos.- dije con una sonrisa clavada en la pelinegra, entonces un grupo de cuerdas viajó a mi.

 

-Evanesco- dije tranquilo para que las tres cuerdas que viajan en grupo desaparecieran en su plenitud, dejándome libre de ellas. Entonces decidí no realizar mi siguiente acción, por lo que le daba la oportunidad de hacer doble ataque a mi amiga.