Vladimir Karkarov

Estaba cerca de Numengard, ya que estaba preparado para el rescate que se llevaría a cabo. Comenzaba a impacientarme, no llegaba el maldito aviso para entrar, pero esperé paciente. Mientras tanto, me quité la capucha verde olivo que dejó revelada mis pantalones negros con la camisa negra también. Los zapatos estaban algo sucios, pero no tenía tiempo de limpiarlos.

Pasó media hora y al fin el patronus llegó, -en el bosque de Sherwood, cercano al pueblo de Edwinstowe, en Nottinghamshire, Inglaterra.- Instintivamente, me levanté y me subí en la moto, no estaba lejos, a menos de dos millas de distacia. Cuando hube recorrido el trecho, me bajé de la moto rápidamente y la dejé tirada en un caño.

Rapidamente me escondí en un pasto algo alto, y vi el avance de los demás, esperando mi turno para avanzar yo también. Crecía la ansiedad en mí corazón, ya no soportaba la funesta espera. Pero debía hacerlo hasta que estuviere preparado. Me arreglé mi cabello, por si moría, sería algo arreglado por lo menos, pero no tenia intención de morir. Obviamente.

Me han notificado por patronus la siguiente información:

-Se le solicita su ayuda en un rescate, en la prisión de Numengard bosque de Sherwood, cercano al pueblo de Edwinstowe, en Nottinghamshire, Inglaterra. En el lugar se le darán los detalles del informe –

Al final de la carta, la firma de La Orden, sin remitente al parecer iba a ser un rescate en masa. Me preparé para la encomienda, tomé mi gabardina negra de cuero, mis botas de suela plana y mis lentes para ver en la oscuridad, por supuesto que mi varita también.

Ajusté mi cabelló negro con una liga de goma, me fui al lugar indicado y me reuní con algunos magos más.

Por desgracia para mí el duelo continuaba, y lo peor de todo es que cada vez más se inclinaba del lado de mi padre. Sentí un vuelco en el corazón, sentí como si a un guerrero que lo único que sabe es luchar, funden su espada en caliente fuego, para privarlo de su gracia. Pero debía continuar, a no ser que quisiera quedar como un cobarde ante mi padre, cosa que nunca pasaría. Comprendí mis errores y debía anotarlos mentalmente para el futuro, por lo que rápidamente en el suelo reaccioné y molestado por las aves alcé mi varita y apuntándolas pensé ya que es un efecto.

-Oppugno- los doce gorriones estuvieron en un instante a mi disposición y alzando mi varita les indiqué. -Defensa ahora- lo cual me sirvió para que absorbieran el rayo lanzado por mi padre y dejarme libre del desmaius. Pronto noté como mi padre lanzó un nuevo rayo hacia mi, un Obliviate, por lo que alcé mi varita y dije.

-Protego- de inmediato la defensa surtió efecto y el rayo desmemorizante quedó en el olvido. Mientras tanto me terminé de incorporar y fijé mi vista con los ojos de mi padre y le pregunté jadeante.

-Con sinceridad, ¿Como lo hago? jajaja- observé a mi padre con reverencial respeto y le esbocé una risa.

Rápidamente tomé nota de las aclaraciones de Derek, después de que su pantera volviese a ser el montón de chatarra en la fría arena. En seguida los dos profesores se prepararon para hacer un demostración de duelo, para que todos aprendiésemos y mejor aún, notáramos sus errores para luego escribirlos y dárselos en un pergamino. Lo cual era ilógico por la lluvia, así que saqué el pergamino y con mi varita apunté -Impervius- rápidamente el pergamino se impermeabiliza y se puede escribir sin preocupaciones.

Una vez que el duelo hubo acabado, hice mis anotaciones rápidamente en el amarillento pergamino y lo entregué en las manos de Kris. Al instante lo saludé dandole un apretón de manos y le dije.

-Es un placer ser de nuevo su alumno, Kris, espero pasar la clase.-

Rápidamente noté como bloqueaba mi <Expelliarmus> con su <avis>, justo después de que se defendiera, alcé mi varita y rápidamente apunté a la suya, diciendo:

-¡Expelliarmus!- el rayo salió de mi varita y le dio de lleno a la varita de Ishaya, haciéndola volar a tres metros de él, pero antes, le había dado tiempo de invocar otro <avis>, por lo que doce gorriones venían en camino para atacarme.

-Morphos- dije apuntando a su zapato, o a su pantalón, las avechuchas que tenía en la cara no me dejaban ver con claridad, pero estoy seguro que el morphos le dio de lleno en una prenda de su cuerpo, provocando una parálisis completa y si no se curaba a tiempo estaría en grabes problemas.

Con su correcta intercalacion estabamos tablas de nuevo. Sería un ataque, defensa mas. Ya que no tenía posibilidades de intercalar su ultimo hechizo decidí comenzar mi movimiento.

-Expelliarmus.- dije alzando mi varita en direccion a mi padre, si le impactaba, su varita sería expulsada a cinco metros. De momento sabía que mi padre intercalaría uno de mis hechizos, posiblemente el primero, ahora debía aprender a jugar con eso.

-Langlock- el rayo salió de mi varita en direccion a la cara de mi padre, de impactarle su lengua se pegaría a su paladar impidiendole decir cualquier hechizo.

Esperaba sus sabías instrucciones de nuevo y si hacia algo mal que me lo dijiera. Sobre todo, aqui estoy para aprender. Estaba conciente que era un veterano, pero me pregunto ¿Que otras sorpresas me tendrá...?

Miré a mi padre ayudarme y sentir como comenzaba a apreciarlo como un heroe, poderoso y radiante. Si bien me había equivocado, pero debía hacer lo posible hasta que me quedara listo para trasladarme a San Mungo. ¿Un accio sin varita? en que demonios estoy pensando, pensé. La lección que me estaba dando mi padre no iba a caer en un saco roto y debía comenzar a aplicar mis conocimientos. En cuanto me dí cuenta, que tenía en mi mano la varita, un rayo salió de la varita de mi padre.

-¡Protego!- dije levantando mi varita y bloqueando el rayo que se aproximaba.

Me sentía como un completo tonto, pero eso debía cambiar.

-Gracias padre, eres muy conciente de mi situación.-

-¡Expelliarmus!- de inmediato un rayo color rojo salió de mi varita, si le impactaba su varita saldría disparada a 4 metros de mi padre.

-Gracias- le dije al bartender que me dió el trago, de inmediato le di tres galeones como propina.

-Pues estoy bien y vos sobri ?- le pregunté mientras sorbía un trago del vodka. -Mesero deje la botella por favor- le dije mientras volvía a llenar mi vaso.

Si bien sabía hoy era mi dia libre y podía hacer lo que quisiera, una de esas cosas era tomar hasta quedat borracho. Lueog llegar a mi casa, cosa que no sabría como hacer. Volví mi mirada a Memi y le pregunté. -¿Que hay de nuevo?- xD

De no ser que se trataba de mi padre estaría muerto. La jugada me salió alrevéz, ahora debía improvisar, cosa para lo que no era nada bueno, no era un simple juego de ajedrez en la torre a la mitad de la tarde. Al darme cuenta del intercambio de rayos y de los hechizos usados por mi padre, entendí que no iba a ser una victoria rapida y por consiguiente no habría mas daños fisicos de mi parte, de ahora en adelante sería mi prioridad desarmar a Ishaya.

-Accio varita.- dije levantando mi mano y mirando mi varita que llacía a tres metros de mi en el suelo. Ya con varita en mano estaba listo para continuar, pero un inprovisado silencius de mi padre me dejó sin movimientos.

El duelo no había hecho más que comenzar, ya sentía las canillas un poco temblorosas y las cienes en la cabeza palpitaban a todo galope. Era una magnifica forma de porse a orden del día con los duelos. Después de lanzar mi embrujo, mi padre se protegió con su <<Protego>>, cosa que tenía calculada, justo cuando se estaba defendiendo, lacé mi hechizo.

-Sectusempra- un rayo color rojo salió de mi varita en dirección a la mano derecha de Ishaya. Le impactó y por consiguiente recibió duras cortaduras que lo hicieron botar su varita, impidiendole lanzar su proximo hechizo <<Expelliarmus>>.

-¡Wingardium Leviosa!- dije apuntanto mi varita a la varita de Ishaya, el rayo verde de llegar a su varita, la haría levitar y traerla a mi mano.

No estaba seguro de que si mi tactica servíria del todo, pero estaba contento de poder aprender nuevas estrategias. Era una forma especial y hermosa de aprender y compartir con mi padre, al cual lo estimaba mucho.

Me encontraba en un lugar oscuro y pacifico, recorrido solamente por el recorrido del viento y uno que otro largo susurro en el inmenso espacio en el que me encontraba. Solamente encontraba unos pocos pinos, piedras, un charco de agua, pero no era del todo potable. A la dimensión sólo podía accederse por medio de un traslador que se había dejado en el castillo de los Lockhart, mi familia. Llevaba puesto un chaleco negro y una camisa verde lima, y unos pantalones negros.

Comencé a caminar un poco alrededor del lugar para inspeccionarlo y así saber mis ventajas, cosa que Ishaya tendría que hacer rápidamente antes de comenzar el duelo. Tras una media hora de esperar, finalmente apareció. Recorrí el poco espacio que nos separaba y le dí un apretón de manos.

-Es genial verte aquí, padre. Iniciemos.- dije mientras me alejaba de él a diez metros. Estaba tenso y ansioso, de un modo u otro quería demostrar mi capacidad y aunque perdiera, y que era lo mas posible, llevaría conmigo mucha experiencia. Saqué mi varita y apunté a Ishaya.

-Emburjo punzante.- pensé mientras apuntaba a la cara de Ishaya, de inmediato un rayo negro salió en dirección a su cara, de impactarle le provocaría ceguera debido a las deformidades provocadas por una alergia muy fuerte.

Claro que si me gustaría \*-*/

Bueno mañana lo abriré a primera hora, ya que estoy un poquito tarde y ya apague la pc T.T

Debo agradecer demasiado la oportunidad que das de abrir el rol, pero, me pone a pensar que en un duelo o redada en el que participe no siempre tendré la ventaja y eso es lo que quiero aprender, a defenderme nuevamente gracias por la amabilidad *-* y no se si ya abre terminado mis líneas

estoy desde el móvil O.o

Lo quiero pa \*-*/ saludos lml

hola a todos \*-*/

vengo a practicar un poco n.n

Nick: Vladimir Alexae

Padrino o miembro de la Orden con quien desean luchar: con quien sea

Disponibilidad de tiempo (diaria, día por medio, semanal): diaria y disponible para tener un rol fluido.

Bueno espero que todo este correcto n.n gracias y espero a mi tutor \*-*/

SAludos !

Vladimir Lockhart Myrddin

El joven demonio se encontraba ansioso de saber cuando comenzarían sus clases de duelo básico. Para matar el tiempo y tranquilizar sus ánimos, comenzó a jugar ajedrez con el elfo de la casa. Era increíble ver como el elfo le ganaba en ocho movimientos, Vladimir no era muy buen estratega. Después de tres horas y ciento cincuenta juegos, logró tener un empate con el astuto elfo, quien supo disimular su derrota con la entrega de una carta. Esta decía que las clases comenzarían de inmediato.

Comenzó a correr como era su costumbre, a conseguir todo lo necesario para la clase, así como su ropa y su varita. Llevaría su típica vestimenta formal o semi-formal como le gustaba, un sombrero de añadidura y una capa negra. Una vez listo, tomó el té con galletas de su madre Cye y se encaminó a la academia. Una vez ahí, se encaminó al traslador que el profesor había dejado previamente ahí para el transporte a la clase. Una vez tomado el transportador, llegó a una playa en donde estaba lloviendo. Al fondo de ésta, se encontraba una prisión abandonada. Ya tres personas se encontraban ahí, de seguro los dos profesores de cada bando y una alumna, a la cual Vladimir no conocía.

En cuanto los demás llegaron, los profesores intercambiaron unas palabras, seguido de eso, Derek, invocó unas bestias, panteras de las que todos debían defenderse. Acto seguido de eso, el profesor Kris nos protegió con un Aqueora. Seguía la defensa que Vladimir debía conseguir para abatir a la bestia, por lo que realizó un hechizo a un árbol próximo.

-Mobiliarbus- el rayo salió en dirección a un pesado árbol, el cual Vladimir dirigió sobre la pantera para que cayera sobre ella, dejandola fuera de combate. Comenzaba la acción, y el demonio estaba ansioso de comenzar el duelo de verdad.

Comenzaba a hacerse tarde, si no es que era tarde, para Vladimir. La invitación para las danzas de verano habían llegado a todos los lugares de la academia y de Ottery, para los participantes de la Orden, bando que Vladimir consideraba venerable y estaba gustoso que sus enemigos, los mortios, lo llamaran "pollo" y otros cuantos sobrenombres. Debía llevar ropa cómoda para caminar y una capa dorada. Pero un leve desliz de memoria del joven demonio, lo hizo llevarse una capa verde de terciopelo.

-Supongo que ésta bien , ¿verdad?- se preguntó a si mismo mientras tomaba la capa y la colocaba en una mochila, junto a una pequeña espada y una cantimplora para agua. En cuanto a su vestimenta, esta sería mas a lo siglo XXI, si bien Vladimir es recordado por vestir trajes de hace cuatro siglos, hoy haría la diferencia. Se colocó unas botas y unos jeans azules para atravesar bien el bosque prohibido y una camisa de algodón marron para no transpirar y hacer juego con la capa.

Cuando ya estuvo listo para partir, no olvidó colocarse su varita en la cintura, estaba seguro que en el bosque prohibido hay muchas criaturas maléficas. Comenzó a travesar el camino de la academia al bosque prohibido, hasta descender a un pequeño sendero al lado del río. El viaje, extrañamente se veía iluminado por luciérnagas y muchos insectos luminosos que él no conocía. Caminaba con cuidado para no pisar una mina (así les decía Vladimir a los excrementos) y entre arañazos de ramas, picaduras de mosquitos y toda una odisea de trayecto, logró llegar a un claro en el bosque, donde había un cañón o mejor dicho una pared de piedra agujereada a modo de entrada. Supo que era el momento de ponerse la capa, ya que escuchó cantos y voces de dentro la roca.

Una vez listo, se adentró en la roca, viendo como aparecía entre la gente que estaba al centro de una hermosa fuente o una llama inpagable, era muy raro para él, no sabía como explicar. En un momento supo la presencia de muchos de sus conocidos ahí reunidos. Pero la que más llamó su atención fue su sobrina Bodrik, sus padres (aunque adoptivos) Ishaya y Cye también estaban ahí, lo cual le alegraba enormemente.

Tímido como siempre, Vladimir se acercó a Bodrik y de un modo suave le tocó el hombro para saludarla.

-Hola Boo que dicha verte aquí, que está pasando ?, veo a todos un poco inquietos.- afirmó el joven, que veía a los lideres andando de aquí para allá llenando cantimploras con agua y hablando en secreto. Si bien estaba perdido el muchacho, sabía ser versátil y ser de gran ayuda para el bando.

Decidí conocer el nuevo local, Doyle's, y tomarme una copa con mi sobrina Ángel. Llevaba mi atuendo favorito. A la puerta del local ajusté mi camisa y decidí entrar. El local era bastante bonito, lujoso y un lugar apetecible para tomarse algo. La tapicería roja provocaba dolor de cabeza, pero no había de otra.

En una esquina de la barra se encontraba Ángel. Sin duda era mi sobrina. Me acerqué a ella y le dí un beso por su mejilla.

-Hola sobri, que tal vas?- le pregunté. Inmediatamente volví la vista al bartender. -Un vodka por favor.- le pedí.

Simplemente era la mejor noche que tenía desde hace mucho. La compañía de Mery era lo mejor que podía tener en ese momento, si ella se iba, mi vida volvía a la monotonía.

-Pues vamos al lago de Ottery, estaría genial a esta hora.- le dije conduciéndola por entre la nieve y llevándole de la mano. -Eres genial lo sabías? jaja- rápidamente, tomé un bola de nieve y se la arrojé por un hombro, no muy duro, pero lo suficiente para que comenzara una pequeña guerra.

-Hey no me atrapas jajaja- le dije en carcajadas y en sonrisas a la pelirroja y comencé a correr en dirección a Ottery.

No podía creer lo que estaba pasando, mi corazón iba a explotar de la emoción, de la felicidad. No es que nunca lo haya hecho, pero nunca lo hice de una forma tan hermosa y romántica. Mery se acercó a mi oído y me susurró, sentí como el viento me hablaba en una hermosa canción.

-Y yo...- me aclaré la garganta-A ti también, y mucho, créeme.- le dije apenado y regresando la vista al suelo. Espontáneamente ella me abrazó, decidí abrazarla cariñosa mente y colocar mi cabeza entre sus hermosos cabellos (*-*), dándole un beso en el cuello.

-Me gustas desde hace tanto! pero jamás creyó mi corazón de que pudiéramos estar unidos. Creí que nunca te fijarías en mí.- comenzaron las cosquillas de nuevo y rápidamente le dí otro beso, sentir sus suaves labios era como acariciar la piel de un dios. La abracé fuertemente y le dí un ultimo beso en su hermosa frente.

-Guapa, te gustaría ir a otro lugar? - le pregunté tomando sus manos con las mías. -La noche apenas empieza y me gustaría dar un paseo con vos.- terminé diciéndole a mi pelirroja acompañante.

OFF: *-* ♥

Comenzaba a soñar, a volar en las nubes, hacer viajes a la luna, de la mano de Mey y acompañado de su belleza que hacía competencia con la de los dioses. La quiero, la quiero tan profundamente que no hay forma de describir lo que siento, lo único que podía hacer era demostrárselo.

-No por supuesto que no pensé que me fueras a dejar plantado... Nunca lo has hecho, por lo que no tengo porque desconfiar.- le dije con una amable sonrisa, tratando que entendiera que mis esperanzas y estaban puestas en ella y que era la única en la que podía confiar en ese momento.

Su incierto (desde mi punto de vista) cumplido, provocó una sonrisa de oreja a oreja en mi rostro. No sabía que hacer, y menos que decir.

-Pues estoy bien, con fío, pero bien. Y tu bella señorita ?- le pregunté. Mis manos seguían con las de ella, su sonrisa no se borraba de su rostro, y la mía tampoco, perdí los estribos y mi sentido común desapreció; al instante, mis manos comenzaron a temblar y veía la chispa en sus ojos obligándome a hacer una locura. Ya no lo soporté, entre ansiedad, amor, atracción y demás, lentamente me conecté con su vista y me acerqué a su hermosa carita, le acaricié una vez mas su cabello y lentamente coloqué tan cerca mi boca que podíamos darnos un beso, pero no sería sólo yo el que lo diera.

Fue cuestión de segundo para darme cuenta de la presencia de Mery, estaba hermosa y radiante como siempre, su sola imagen proyectaba en mi tranquilidad y me hacía respirar en arcadas grandes y profundas. Con ella a mi lado no me sentía como el demonio que era, mas bien me sentía como un ángel. Comenzaba la noche y no podía desear otra cosa que estar con ella, ya que se había convertido hace días en mis únicos pensamiento y mi único motivo de vivir.

Me mostré un poco frío ante sus muestras de cariño, pero no estaba acostumbrado a tales cosas, pero el rubor en mis mejillas y mi sonrisa espero que hayan sido suficiente para demostrarle que apreciaba su compañía y sus afectos hacia mi. También un impulso sobre natural me hizo darle un abrazo como nunca lo he dado (sólo a mi madre) y frente a ella le contesté.

-Buenas tardes señorita, es un placer el que vinieras- le dije viéndole a los ojos, seguido de eso la solté y le acaricié el cabello.

-¿Qué tal estás?, te veo muy viva, la noche de hoy (algo completamente inverosímil para un vampiro, ya que están no-muerto)- le sujeté su mano izquierda con las mías y quedé estupefacta mente asombrado, de que cada vez que hablaba con ella, la veía o alguien pronunciaba su nombre, unas ancadas tocaban mi corazón.

Caminaba despacio en una fría noche de invierno, el campo estaba totalmente blanco, el frío aire cortaba si se estaba descubierto y los arboles sin hojas, desnudos bajo la luz de una hermosa luna llena. Encontré una banca especial bajo uno de los grandes abetos del jardín. A lo largo se veían las luces de la farolas, vacilantes e indiferentes al entorno que la rodeaban, proyectando su cálida luz a insectos nocturnos que tienen la sagacidad de salir en plena noche a menos dos grados. Llevaba puesta una gabardina negra, unasbotas de cuero para mantenerme caliente y una bufanda blanca del siglo antepasado, soy una persona que estima las cosas viejas.

De pronto vi una persona acercarse hacia mi, no alcanzaba a ver quien era ni como iba vestida, solamente parecía una mujer, pero en estos tiempos las mujeres pueden ser incluso más peligrosas que los hombres, por lo que puse mi mano encima de mi varita. Esperé sentado a que la figura se acercara lo suficiente para identificarla y estar mas tranquilo. Esperaba que esta noche fuera genial a la par de Mery o al menos un rato. Comenzaba a sentir los huesos crujir, por lo que saqué una pequeña cantimplora con vodka y rápidamente me tomé un trago que calentó mis entrañas.

Hola Helen R, tengo que placer de darte tu firma n.n

Espero que te guste y si tienes alguna petición o reclamo (?

Siente la libertad de decirmelo n.n

Emm aquii está:

Firma.

Avatar.

Saludos.

Mis sentidos no eran tan agudizados como los de la heroína Power Girl, la cual me acaba de salvar de unas espinas de Hiedra.

-Parece que si nos va a hacer falta más ayuda.-le dije a mi compañera.-Vamos por el chico bestia que vi hace un momento.

Una segunda ráfaga de cuchillas azotó a Power Girl y lanzó un quejido. Me aproximé a ella. -¿Estás bien?, ten cuidado podrían estar envenenadas.-

-Trabajar en equipo, destruir estas cuchillas e ir por nuestros compañeros, mientras mayor sea la alianza, mejor podremos trabajar ¿te parece?-esas fueron sus palabras, mientras a la vez esquivaba otra mortífera espina.

-¿Lo de las espinas?, ¡está hecho!- dije mientras agitaba mis manos en dirección a unas grandes rocas y las movia con mi mente, segundos después, estaban aplastando las plantas que nos arrojaban espinas, convirtiendolas en un potingue verde.

-Je... Eso la cabreará... ¡Vamos sigamos!-le dije a Power Girl.

Comencé a tener conciencia del peligro que corría justo en el momento en que dos látigos de selva se enrollaron en mis manos y mi cuello, imposibilitando realizar magia. Controlaba la telequinesis, pero eso era insuficiente para el centellar o millares de plantas que me rodeaban. Al parecer Hiedra venenosa había ganado. Pero siempre hay una oportunidad, por lo que a como pude zafé una mano e invoqué a varios totems de piedra para protegerme y liberarme, además de hacer varias copias mías para confundir al enemigo. Estaba agotando mis trucos que tenia para Hiedra Venenosa, por lo que una alianza con los demás era necesaria.

Con un salto, después de libre, levité y busqué al super héroe mas cercano, (Power Girl). Al acercarme supe de su enojo por lo que intuí que estábamos del mismo bando. Justo cuando me dirigía a ella una docena de langostas gigantes nos atacaron (aunque se comen la hierba, son alimento para las plantas carnívoras) e iban a conseguir derribar a Power Girl de no ser por mi intervención con fuego. Los bichos cayeron y estabamos relativamente a salvo.

-No suelo hacer alianzas... Dado el caso es necesario, soy Dr. Fate y, ¿Tu eres?- mascullé mirándola de reojo.

Dr. Fate

Llegué a la ciudad de la prueba en una nube de polvo mágica, llevaba puesto el casco y la medalla dorada que son la fuente de mis poderes. Sabía con seguridad que podría derrotar a mi enemiga Hiedra Venenosa y reclamar el premio. Levité un momento sobre un edificio para observar la ubicación de Hiedra, pero unas grandes cúpulas verdes impedían el paso y la visión. -Será más complicado de lo que pensé...- me dije a mi mismo.

En un instante mientras sobre volaba la ciudad, observé como una criatura avanzaba por entre las trampas cambiando de forma en diferentes animales, sin duda alguna se trataba de Chico Bestia. Lo seguí manteniendo la distancia para que no supiese de mi presencia. Pasados algunos bloques de calle, mientras lo seguía, unas plantas carnívoras gigantes me atacaron y me tendieron una emboscada, por lo que rápidamente por medio de la magia, alcé llamas y las quemé a todas. Lo suficiente para que el Chico Bestia me viera.

Off.

Holaaa Es un gusta poder unirme.

Saludos!