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Aziid Black T.

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Mensajes publicados por Aziid Black T.

  1. Hola, quisiera hacer algunos cambios en mi ficha, muchas gracias al mode que los haga c:

    http://i1344.photobucket.com/albums/p651/Aziid/Ficha/1%20Ficha_zps1floih30.png

    ks4haSO.jpg

    http://i1344.photobucket.com/albums/p651/Aziid/Ficha/2%20Personales_zpsaidfuxkg.png

    Nombre del Personaje: Ambrose Yaxley Black
    Sexo: Masculino.

    Edad: 25 años.

    Nacionalidad: Inglés
    Familia(s):

    • Yaxley
    • Black

    Padre(s) Sanguíneo:

    • --

    Padre(s) Adoptivos:

    • Orion Black

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    http://i1344.photobucket.com/albums/p651/Aziid/Ficha/4%20Perfil_zpsunbsbirv.png

    Raza: Humano

     

    Aspecto Físico:

    Ambrose es un hombre alto y bastante delgado, prueba de que en ningún momento de su vida se interesó por el deporte o las actividades que requirieran mucho esfuerzo físico. Aunque su figura no es lo que más llama la atención, ya que desde pequeño ha tenido una condición en la piel, poliosis, que causa parches blancos de cabello en diferentes zonas de su rostro por ausencia de melanina; además, lleva su cuerpo casi cubierto por completo de diferentes tatuajes adquiridos a lo largo de su vida, desde las piernas hasta el cuello, incluso un par en la cara.

     

    Se le ve casi siempre con el cabello desordenado, aunque nunca lo lleva demasiado largo. A pesar de la condición que tiene en la piel, es algo que le agrada de su aspecto físico, por eso evita teñirse el cabello como muchas personas que sufren de lo mismo. Siempre lleva la barba alineada y tiene unos cuantos dientes de oro, señal remanente de la incontable serie de problemas en los que ha estado involucrado durante su vida. Sus ojos son color miel y su mirada lleva siempre algo de picarda en ella.

     

     

    Cualidades Psicológicas:

    Egocéntrico podría ser la palabra más indicada para describir de manera general la personalidad de Ambrose. Los problemas en su casa desde pequeño y el estilo de vida que vivió durante su adolescencia le enseñaron a valerse por sí mismo y no preocuparse por nadie más sobre su persona; a pesar de esto, se le facilita convivir y conocer a las personas, aunque a veces su irreverencia sobrepasa los límites que marca la sociedad y la falta de prudencia lo ha metido en más líos de los que le gustaría contar, los comentarios inoportunos son parte de su persona y es algo que nunca ha podido trabajar.

     

    Es bastante flojo y renuente ante lo que debe hacer, pero si se trata de su interés personal o algo que pudiese beneficiarle, hablamos de una persona completamente diferente y energética. Una de sus motivaciones más grandes es simplemente ir en contra del sistema, desafiando cualquier tipo de autoridad que se le imponga. A pesar de todo esto, cuando los demás entienden su manera de ser, logra convivir bastante bien con las personas y crear lazos con ellos.

     

    Historia:

    -En construcción-

     

     

     

     

     

     

    Aziid Black T. (Perdido)

     




    http://i.imgur.com/gmbu2F4.jpg


    Raza: Demonio

    Aspecto Físico:

    Pese al paso del tiempo, la figura de Aziid se ha mantenido como casi toda su existencia, con leves cambios dados los diferentes estilos de vida que ha llevado.

    Es un hombre alto, midiendo 1.85 metros. Su figura solía ser delgada, pero con el paso del tiempo se fue volviendo más fornido como resultado de su amor a la aventura y los viajes que ha realizado, más que nada, en los que debía sobrevivir a costa de todo y arreglárselas por sí mismo para poder volver sano y salvo. Debido a eso se le ve con una musculatura moderada, pero nada exagerado. Lleva también en su piel algunos tatuajes, todos con alguna explicación o historia que lo van formando, añadiendo conforme pase el tiempo más a su “colección”.

    Su tez es clara debido a su descendencia y su cabello realmente es castaño claro y quebrado, aunque dependiendo de la iluminación y la humedad del día puede verse de un tono más oscuro o más liso de lo normal. Suele dejar la parte trasera y los lados de su cabello cortos y solamente la parte de arriba más larga; a veces mucho, como para hacerse una pequeña coleta, aunque no siempre.

    Su mirada tiene aspecto calmado y los ojo de color miel rojiza, cuyo tono puede variar dependiendo de su posición con respecto a la luz, el entorno y la ropa que lleve puesta en el momento. En general, sus facciones son masculinas, sin llegar a lo tosco.

    Cualidades Psicológicas:
    El rechazo que sufrió desde temprana edad por las otras personas y diversas situaciones que tuvo que vivir fueron los factores que moldearon su carácter y lo llevaron a ser de la manera que es.

    La mayoría de las veces, suele ser bastante calmado y relajado ante cualquier situación –a veces demasiado–; egocéntrico, aunque después de su secuestro y los hechos sucedidos, su manera ególatra de ver a los demás y a sí mismo disminuyó considerablemente. Aunque, en general, no le agrada mucho la gente y es difícil hacer que tome confianza con alguien que recién conoce.

    No soporta estar encerrado, la libertad es uno de los valores que considera más importantes y siempre que pueda estará afuera. Su pensamiento es bastante liberal, cualquier persona es libre de hacer lo que le plazca y es por eso que odia los procesos, la burocracia y todo lo relacionado.

    Solía ser rebelde y desconsiderado, jamás pensaba las cosas más de una vez ni tomaba serio ningún asunto. No obstante, eso cambió un poco al regresar al mundo mágico, al darse cuenta de los cambios que había habido con la gente que le rodeaba. Ahora no es tan rebelde y temerario como lo había sido antes, aunque su manera de ver la vida cambió bastante. El bien, el mal, lo justo, injusto… Lo que se debe y no hacer. Cree que lo más importante verdaderamente es lo que se quiere hacer. Su sarcasmo sigue, al parecer jamás se irá, y su indiferencia hacia la vida también se fue al caer en cuenta de que su hija, Ámbar, estaba ahí.

    Motivación al bando tenebroso: El deseo y su motivación de pertenecer al grupo tenebroso de magos aparece después de que “regresó a la vida”, con el objetivo de dejar todo en claro y poder explayarse, de volver a ser quien realmente era y ser libre, así como de buscar la libertad para los demás de quienes pretenden ofuscarla con falsos ideales.

    http://i.imgur.com/SdDrjeE.jpg

    Historia:
    El drama y las tragedias persiguen a este mago desde sus inicios; su historia, elaborada a base de eventos desafortunados, tiene su primera desventura con su llegada al mundo… De sangre Black, separado de sus padres por azares del destino, los cuales se perdieron y de los cuales jamás se escuchó hablar nuevamente. Un mago con sangre completamente pura y de una familia con muchísimas riquezas y poder en el mundo mágico, estaba sólo y sería criado por squibbs…

    Creció como un muggle, adoptado por la familia irlandesa que había dado con él de alguna manera; ellos sabían la verdad de la historia, pero decidieron que sería mejor no contárselo, que descubriera todo por sí solo y crear una nube o cortina para esconder lo que algún día saldría a la luz de manera inevitable.

    Tuvo una vida normal… Normal para un muggle. Atendía a la escuela muggle, tomaba clases de muggles, salía a lugares de muggles, pero no tenía amigos muggles; siempre se le veía sólo, prefería estar así, y en la escuela sufría de todo tipo de maltrato de parte de los demás. Estos hechos fueron formando desde temprana edad su manera de ser y su carácter y forma de ver la vida, poco a poco, el odio se iba acumulando dentro de él hacia todas esas personas que lo menospreciaban y molestaban por el hecho de ser diferente.

    Pasó el tiempo y después de un par de accidentes y ver que la situación de Aziid no mejoraba, el par de squibbs decidió contarle parte de la verdad y mandarlo a estudiar a una escuela mágica, una digna de tener a un alumno como él, en donde no sería diferente a los demás y donde podría desarrollar sus habilidades a un nivel más alto del que podría imaginar cualquiera.

    Se apartó de las personas que lo habían adoptado, queriendo borrar cada recuerdo que tenía de ellos e intentando buscar la verdad de sí mismo. La rabia y el odio se fueron acumulando más y más con el tiempo, en Hogwarts se graduó con honores de la casa de las serpientes… Era su único deseo en ese entonces, sobresalir, ser mejor que todos los demás, que cuando lo vieran y mencionaran su nombre lo hicieran con respeto.

    Al salir de Hogwarts se aventuró en otra escuela mágica, una en donde encajaría aún más, donde los temas que le interesaban sí eran impartidos y no tenían est****as reglas por miedo a que se saliera algo de control. Durmstrang sería testigo del nacimiento del interés del mago por las Artes Oscuras y su cambio, o más bien, su revelación.

    Pasó el tiempo, las cosas no mejoraban… Creía que se sentiría mejor, que el odio sería cosa del pasado y podría superarlo, pero los fantasmas de su pasado lo seguían a donde quiera que fuese. Decidió aventurarse a viajar por el mundo, intentando encontrar una solución, pero jamás pudo, todo era en vano. Su viaje solamente resultó en una nueva tragedia para su vida, su casi-muerte causada por una manada de hombres lobo que al final lo dejaron vivo, tan sólo para que sufriera las consecuencias. Esa misma noche de luna llena se dio cuenta, el demonio que llevaba dentro desde ese momento tomó su vida y la regresó a su cuerpo, transformándose en una bestia que nadie podría controlar.

    Tan sólo en uno de sus viajes, llegando a un monasterio aprendería a controlar y estar en armonía con la bestia que llevaba dentro. Los monjes de ese lugar cambiaron su vida –o al menos eso creía–, escondieron su odio y le hicieron ver cosas nuevas que jamás había pensado, le enseñaron la vida desde otra perspectiva. Creyó encontrar la paz escondida entre nubes y montañas y se decidió a volver al mundo mágico.

    Al volver todo era diferente para él, quería tener un propósito de vida y por eso se unió a la causa de la Orden del Fénix, buscando el “bienestar” de todos, cazando mortífagos y a cualquiera que pudiera representar un supuesto peligro para la comunidad mágica. Llegó con la primer familia que lo recibió de brazos abiertos y se dio cuenta de la existencia de su primogénito, Vrael, quien después se convertiría también en su mejor amigo y el chico con el que haría historia en la Orden del Fénix, demostrando ambos de lo que estaban hechos a pesar de no tener tanto poder mágico o rangos altos, haciéndose cargo de divisiones y proyectos en conjunto dentro del bando.

    Conoció gente increíble, la más importante Arya Macnair, quien logró demoler esa gran fortaleza que lo protegía de cualquier persona; esa mujer fue la única capaz de ver más allá de su peculiar actitud rebelde y sarcástica y encontrarse con la persona quien realmente era… Parecía que todo iba bien en su vida.

    Tuvo un sueño junto con Vrael, en donde se dieron cuenta que les pertenecía una antigua propiedad inmensa, con grandes riquezas heredadas su nombre, con la condición de mantener esa familia y devolverle el prestigio que había tenido en épocas antiguas. Parecía que todo había cambiado por fin, hasta que la desaparición de su pareja le amargó un tanto más la existencia… Peor aún cuando se enteró, aunque no sabía verdaderamente, que la mujer cargaba en su vientre a una niña.

    La noticia solamente llegó a derrumbar todo lo que había construido durante todo ese tiempo, se preguntaba una y otra vez el por qué, si era alguna indirecta de parte de Arya hacia él, se preguntaba qué había hecho mal… Cansado del desorden y la adversidad, decidió marcharse y alejarse de todo un tiempo. Su viaje no duró mucho, pero bastó para equilibrar sus pensamientos y devolverle algunas cosas que había perdido con el paso del tiempo.









    Durante su viaje…

    Conoció a Rövyr Zekkar, el compañero de viaje que siempre había buscado. Con él no solamente compartió su viaje, sino muchas experiencias e historias, pero como todo lo bueno en su vida, no tardó en serle arrebatado en un abrir y cerrar de ojos. Algo de otro mundo que el mago aún no puede explicar los "atacó" y tomó su alma al instante, dejándole su cuerpo a Röv, quien huyó hacia Dragonstone para reencontrarse con la familia del desaparecido, quien ellos daban por muerto.

    Comprendió que había sido llevado por, viajó con el Dullahan, quien lo llevó ante Balor, el Dios celta demoniaco de la muerte, quien requería su ayuda. Fue prisionero bastante tiempo, obligado a pasear con Carman, la oscuridad, el mal, y la violencia. Tal vez era su carácter lo que lo hacía especial para aquéllos seres, pero su inteligencia podría sacarlo de aquélla extraña dimensión en la que se encontraba cautivo.

    Un día, o tal vez noche -ahí no existía la diferencia-, el hombre recibió una visión de un cuervo, y supo que era su momento de escapar. Logró burlar a Balor y luchando con su magia venció a Carman. Así logró abrir una brecha entre ese mundo y el que siempre había conocido.

    Al volver…

    Se dio cuenta de todas las cosas que había olvidado. Pudo ver por fin con claridad, después de estar tanto tiempo en las tinieblas. Su alma sufrió cambios, sabía que no era más un humano, pero en ese momento no tenía tiempo para pensar en esas cosas. Se encontraba débil y tendría que recuperar fuerzas un par de días antes de poder viajar.

    Ese tiempo le sirvió como reflexión, de todo: sus actos, sus ideales, su verdadera identidad, de las personas con las que había tratado. Dentro de sí, volvía a crecer la rabia, ésta vez más intensa que nunca, hacia todas las personas que no lo tomaron nunca en serio, las que nunca vieron lo que hizo ni lo apoyaron y sobre todo, a los que le habían dado la espalda.

    Decidió así, buscar un estilo de vida más libre, donde pudiera actuar sin presiones, se había dado cuenta de la mentira bajo la que había vivido tanto tiempo… Que los monjes que le enseñaron su propósito de vida, tan sólo habían escondido y reprimido todo lo que sentía en su interior y ahora quería dejar salir por completo. Además, al volver y darse cuenta de la situación en la que se encontraba su antigua pareja todo quedó hecho cenizas dentro de él.

    Toda esta confusión y oleada de sentimientos encontrados lo llevaron a actuar y tomar decisiones que jamás creyó que fuera a tomar, comenzando así su nueva historia como mago tenebroso.

    Aprendió a tomar las cosas con más calma, a reflexionar y a perseguir sus ideales a pesar de todo lo que le dijeran, buscando la libertad y el cambio sobre todo en cada lugar y cada persona que pudiera. Intentando ahora hacer un verdadero cambio en la sociedad, algo que librara a todos del inútil sistema y el régimen que dictaba lo correcto e incorrecto.

    Fue entonces que descubrió su verdadero pasado y su descendencia de una de las más prestigiosas familias mágicas: Los Black. Y a pesar de que no se sabía nada de sus padres desde años atrás, Orión Black sería el que lo apadrinaría y le mostraría la manera de por fin dejar ir todo, cortar sus problemas de raíz y poder volver a ser quien siempre fue desde pequeño. El mundo seguía igual, el que había cambiado era él mismo… Y lo mejor estaba aún por verse.



  2. No se si alguna vez vine a ser parte oficial de la familia (segun y no...), PERO AQUI ESTOY PARA RECLAMAR MI DERECHO SOBRE EL TRONO DE INCLATERRA

     

    ¿Qué es lo que más te gusta de tu personaje? (¡yeah!) No lo se, esta en construccion pero sera cool
    ¿Estás preparado para ser un Yaxley? (nadie lo está, realmente) No creo pero lo hare de todas formas
    ¿Estás teniendo un lindo día hoy? (¿Si? Genial! ¿No? Te lo mejoramos c:) Achi ech

     

    Gracias! Nos vemos por ahi

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  3. Paso... Paso... Paso... Salto. Paso, paso... Alto. Lentamente se movía por las calles y callejones la figura del misterioso mago que regresaba apenas al mundo que amaba y odiaba con tanta fuerza, aunque sin saber aún cuál de las dos más; su mirada alternaba entre el piso y las paredes del infame callejón mágico, observando en qué partes del camino faltaban baldosas para no pisarlas. ¿En qué pensaba? Era solamente su cabeza intentando distraerse, mientras que con una mano recorría las paredes del callejón y en la otra sostenía un cigarrillo del que ocasionalmente fumaba en su trayectoria sin final.

     

    Tras un tiempo llegó hasta el otro callejón en donde la mayoría de los negocios del mundo mágico se encontraban, no quería ser visto por nadie así que decidió entrar al primer local que viera en donde pudiera esconderse un buen rato y distraerse antes de pensar por qué demonios había regresado. Con el cabello cubriéndole gran parte del rostro decidió arrojar su cigarrillo a un par de pies de distancia antes de que su esbelta figura se perdiera detrás de la entrada de un local que se anunciaba con simple letrero "La Mazmorra", cruzando por el pasillo antes de llegar realmente al negocio.

     

    Alzó su mano rápidamente con la intención de abrir la puerta, pero casi se va de boca cuando ésta se abrió justamente antes de que él llegara. ―"Magia... Lo olvidé."― pensó y maldijo en su mente, desacelerando su paso por las escaleras hasta llegar tranquilamente a la parte del local que quería: el bar. Antes de avanzar miró todo rápidamente, asegurándose de que no hubiera ningún conocido. Una vez seguro, dio paso hacia la barra del establecimiento al mismo tiempo que acomodaba su cabello para retirarlo en su mayoría de su rostro.

     

    Quiero lo que sea... ― suspiró sin siquiera mirar detrás de la barra, sus ojos cerrados, cubiertos por sus manos en señal de desesperación― Que sea ginebra, mejor. Con agua tónica.

     

    Pasó su mano por su frente, destapando sus ojos que ahora miraban hacia abajo hasta que llegó a su cabello en donde la mantuvo unos segundos antes de desacomodar un poco su oscura melena. Después posó sus codos sobre la barra, con la mano en su barbilla mientras esperaba su bebida y que nadie le reconociera.

  4. Resultaba que sin empleo tenía mucho tiempo libre y en espera de respuesta para volver a entrar al Ministerio, le gustaba pasar rato por las calles de Diagón, aunque aquél día había decidido entrar al Magic Mall de nuevo. Iba tan sólo por curioso, había llegado un rumor de nuevos objetos disponibles y quería ir a echarles un vistazo.

     

    Llegó a la primera planta, echando un vistazo a lo que había, interesándose por uno de los objetos que ofrecían. De inmediato tomó un pergamino para llenarlo y llevarlo a la caja y su compra pudiera ser aceptada.

     

    Sabía perfectamente cómo terminaría el día... Con un montón de cosas que ni siquiera necesitaba regadas por su habitación y tal vez una que otra nueva criatura rondando por su castillo. Definitivamente debía encontrar algo nuevo que hacer.

     

     

    ID: 116460
    Nick: Aziid Black T.
    Link a la Bóveda Trastero: 108896
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 98861
    Nivel Mágico: 5
    Fecha: 2017-02-09

     

    Objeto: Baúl de siete cerrojos

    Puntos: 40

    Precio: 2000

     

    Objeto: Navaja Mágica Multiusos

    Puntos: 80

    Precio: 4000

     

    Total de puntos: 120

    Total de galeones: 6000

  5. Solamente una vez antes había llegado a pisar la tercera planta del Magic Mall y el volver ahí le resultaba inquietante. No estaba para nada familiarizado con todos los objetos ahí vendidos y le desagradaba en parte el aroma que reinaba el lugar. Aún así sabía que era tiempo de volver a aquél sitio en busca de nuevos retos, tal como su padre le había aconsejado.

     

    Pasó por la puerta del Mall Mágico y llegó hasta la tercer planta, observando todo como si fuera la primera vez. Era, de hecho, igual que la primera vez. No cambiaba el ambiente como en la trastienda, en donde cada visita se podían escuchar sonidos diferentes, a veces más calmados, a veces rugidos y estruendos capaces de asustar a cualquier mago o bruja que no estuviese preparado/a. Pero en los demás lugares no era tan drástico el cambio, tal vez uno que otro ruido o aroma emitido por las pociones que manejaban.

     

    El Black se dirigió de inmediato hacia la caja en donde podría ordenar lo que quería. Se había prometido a sí mismo hacer esa compra tantas veces... Las mismas que había encontrado alguna excusa para no llevarla a cabo.

     

    - Buen día... Quería un, eh... ¿Libro? De la fuerza, o algo así- comenzó algo confundido, no sabía exactamente cómo pedirlo y ni si quiera recordaba bien el nombre-. !Fortaleza!

     

     

    ID: 116460

    Nick: Aziid Black T.
    Link a la Bóveda Trastero: N°108896
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861

    Nivel Mágico: V
    Fecha: 2017-02-03

    Nombre del producto: Libro de la Fortaleza
    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo
    Nivel (del libro): V
    Precio: 5000 G

    Precio total: 5000 G

  6. El lado bueno de la situación en general era que el Black sabía que el hombre que en ese momento sería su figura paternal comprendería todo, sabía lo mucho en común que tenían y que, dada su actitud, sabría entender que a veces las cosas abruman y la única opción es alejarse un poco. Ambos bajaron y él se sorprendió al ver las acciones de Orión con la mujer que tenían ahora enfrente; sonrió, ya sabía por dónde iba dirigido el asunto.

     

    — Un gusto, Gatiux— rió y extendió su mano para tomar la de la mujer e inclinar un poco la cabeza. No solía tener ese comportamiento tan formal, pero era la primera impresión y seguramente algo importante para su padre—. Seguro lo dice por algo.

     

    Su mirada cambiaba entre Orión y la mujer de cabellos violetas; mientras uno hablaba maravillas, ella se negaba y al mago no le quedaba más que sonreír ante la escena que tenía enfrente, se alegraba por su padre y podía sentir algo bueno en eso. Extrañamente la mujer le daba cierto aire de confianza, tras las palabras de su padre y las que llegaron de parte de Gatiux para reforzarlo.

     

    — De hecho, sí.

     

    Se sorprendió ante la pregunta de la mujer y se intrigó por cómo iría el negocio o cuál sería la situación tras su ausencia; también en ese momento le volvieron las ganas de tomar de nuevo sus útiles para estampar tinta en la piel de las personas.

     

    — No es algo muy grande, pero es bueno... Un estudio de tatuajes. Cuando quieras algo ve y te aseguro que lo haremos, casi siempre esto...

     

    Entonces Orión llamó a alguien más y Aziid simplemente y como por reflejo lo siguió con la mirada algo desconcertada. No sabía exactamente que sucedía pero supuso que sería mejor volver a sus asuntos, cuando vio que Gatiux también se retiraba.

     

    — Bueno... espero verte pronto por el estudio.

     

    Alcanzó a decirle a la mujer, antes de pasar a retirarse. Tenía un negocio que atender y planes que hacer para abrir uno nuevo, ya que su trabajo en el Ministerio estaba probablemente más muerto que él.

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  7. Para su suerte, no tuvo que encontrarse con ninguna serie de preguntas acerca de su ausencia en el último par de meses después de haber vivido lo que pasó con una de las integrantes de la familia y el castillo en general, después de caer en cuenta de sus antepasados y su verdadero origen. Había salido en busca de respuestas, aunque aún no había encontrado ninguna y le hubiera sido imposible dar explicaciones.

     

    Era una de las cosas que le gustaban de esa familia en especial: todos parecían siempre tener algo que hacer. Todos tenían sus propios asuntos y su ritmo de vida, en donde un personaje como Atticus podía pasar por desapercibido en cualquier momento. Sin dramas, sin preguntas, y lo más importante, sin reclamos.

     

    Fue así que todos siguieron sus asuntos y el quedó sin mucho que hacer cuando todos habían desaparecido, decidió subir a su habitación con la taza de café que había robado, pisando con aire triunfante cada paso que recorría por los pasillos. Escuchaba las voces a lo lejos mientras observaba con atención los detalles que nunca había visto del castillo hasta llegar a la habitación en la que tan poco tiempo había estado. Entraría para terminar su taza de café, un cigarrillo o dos tal vez y dedicarse a no hacer nada el resto del día hasta que minutos después su cuerpo le pidiera otro café.

     

    — ¡Hey!—se sorprendió al encontrarse con la figura de Orión al salir de su habitación, tuvo que hacer una maniobra con la taza casi vacía para evitar derramar el poco líquido que quedaba sobre el hombre que lo había tomado como su propio hijo— ¿Venías a buscarme? Estaba a punto de bajar por más café.

     

    Le hizo una seña con la cabeza para que ambos fueran camino a la cocina, sabía que a pesar de evitar hasta cierto punto el hablar de lo sucedido tendría que tener una conversación con Orión. En ese momento intentaba sonar lo más tranquilo posible, sabía cómo era el hombre y que comprendería la situación sin tener que dar extensas explicaciones como a cualquier otra persona.

     

    — ¿Sabes? Tenía que hacerlo. Las cosas no estaban muy bien y no quiero decir que ahora lo estén sin haber hecho nada— rió, mientras ambos caminaban—, pero ahora sé afrontar lo que viene. Espero no haberme perdido de mucho por aquí...

  8. A veces pasa que la vida pesa. Pasa que el sueño se pierde en un laberinto noche tras noche mientras el cansancio persigue a la luz del sol... Y mientras tanto, la situación parece simplemente no ayudar. De vez en cuando uno se cansa de tantas emociones o de decepciones, y con tanto pasando en su vida, había decidido esconderse un tiempo, alejarse de todo y disfrutar su soledad aunque después pesara. A fin de cuentas no era la primera vez, estaba acostumbrado y los demás también.

     

    Pero se dice que uno, por más que intente lo contrario, siempre termina volviendo a su hogar, aunque éste no sea un lugar en específico, más bien un conjunto de dementes individuos que lograrían sacar de quicio a cualquier otra persona que se atreviera a acercarse.

     

    Y así iba él, con su mirada perdida y un largo camino por delante, acercándose lentamente hacia el lugar a donde pertenecía; con medio cigarrillo por terminar y probablemente uno más que encender. El mago iba analizando la situación dentro de su cabeza nuevamente, creando todos los posibles escenarios que se le pudieran ocurrir, siendo el que su llegada fuese desapercibida o ignorada el preferido. Odiaría tener que dar explicaciones o el simple hecho de tener las miradas sobre él ante su llegada.

     

    Cruzó por las calles de la Ciudad, que era la misma que en todos lados, observando todo como si fuera la primera vez que su presencia visitaba esos callejones hasta llegar al barrio que conocía por completo, adentrándose hasta lo más lejano, en donde se encontraba el Castillo Black sobre la colina.

     

    Respiró antes de cruzar por la puerta después de haber pasado por los jardines, esperando que no hubiera nadie del otro lado, aunque ya tenía su plan de escape por si las cosas no resultaban como quería. Una vez dentro se tomó un par de segundos para admirar y llenarse del aire tan característico del castillo, una leve sonrisa se apareció en su rostro mientras se dejaba la bufanda en uno de los sillones, el aroma de café recién hecho cambió completamente su manera de reaccionar, mandando a la basura todo lo que tenía planeado.

     

    Ni siquiera se había quitado el abrigo, mucho menos percatado de la presencia de todos los demás miembros de la familia ahí, frente a él. Tan sólo le importaba tomar una taza de ese obscuro líquido, ya después vería cómo se las arreglaba para explicar. Pasó a un lado de Orión, posando una mano sobre su hombro y alzando las cejas a manera de saludo.

     

    —Disculpen, pero voy a tomar algo de esto.

     

    Se acercó a la mesa para tomar una taza que parecía no tener dueño, y de no ser así, ya había pedido disculpas. Dio un sorbo con los ojos cerrados y sintió una extraña pero agradable sensación recorrer su cuerpo, sacudió los hombros y abrió los ojos. Dio unos cuantos pasos, alejándose de la mesa para recargarse en la pared más cercana. Entonces tuvo tiempo para pasar su mirada por todos los presentes.

     

    —Bonjour...

     

    Saludó a Gabrielle junto con un guiño y una arrogante sonrisa hacia todos los que no tenía el gusto de conocer. Llevó la mano izquierda a su nuca, acomodando un poco sus largos cabellos cuando al mismo tiempo se encogía de hombros sin saber qué más decir. Pasó nuevamente a mirar a Orión, desviendo después su mirada hacia el suelo al mismo tiempo que negaba con la cabeza con su típica sonrisa aún acompañándolo.

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  9. Hola! Solamente quería agregar unas imagenes a la ficha jjajaja son tres, todas centradas por favor :)

     

     

    Y eso es todo, así se desperdicia un mes de cambios (?) jajaja gracias al mode que lo haga ^^

     

    Saludos!

  10. Su inquietud se vio calmada con un simple comentario de la peliplata. Era extraño, pero la mujer le daba una sensación de alivio y seguridad en cuanto a todo lo que había vivido, sabía que ella tal vez podría ser de ayuda con ciertos aspectos de su vida que aún pensaba en cómo arreglar. Sonrió gratificante hacia Galery al escuchar que las cartas ahora le pertenecían, asintió con la cabeza en manera de agradecimiento y se quedó unos momentos pensando en las últimas palabras entonadas por su profesora y compañera.

     

    Y de pronto la tranquilidad en la que la habitación estaba sumida fue interrumpida por un evento que por un momento hizo que la energía del hombre con largos cabellos se desincronizara. Había desaparecido... Su compañera. Su líder. El primer impulso del hombre fue levantarse de su asiento, con su mirada en busca de la Grindelwald, pero fue inútil, la chica también desapareció, pero ella dejando al menos una pista de lo que se trataba. Todo había sido planeado por ella, pero aún había algo que no encajaba del todo. ¿"Encontrar lo que perdieron"?

     

    Los orbes color miel del Black se posaron sobre Leah después de ver que la urna donde había depositado su collar cayó al suelo y ya no había nada. ¿Cómo se suponía que con un mazo de cartas iba a dar con el paradero de su objeto preciado o de su compañera?

     

    ─A ver, ¿qué haremos? ─tomó asiento nuevamente, retomando la calma se concentró otra vez en sus cartas, las cuales comenzó a esparcir en una pequeña mesa que tenía frente a él─ Veré cómo funciona.

     

    Ya teniendo las veintidós cartas de los arcanos listas, comenzó por cerrar los ojos y pasar la palma de su mano por encima de cada una, hasta sentir algo que le atrajera a alguna de las cartas. Paró de pronto, sabiendo que debía levantar la carta que creía era la indicada, la tomó con cuidado para revelar la figura de un anciano con una túnica y barba larga, un bastón y una veladora. En la parte baja rezaba "L'Hermite", el Ermitaño. Una serie de pensamientos llegó a su mente, estaba confundido pero debía concentrarse y relajarse para poder interpretarlos de manera correcta.

     

    ─Eh... Un lugar sólo. Silencioso. En donde tal vez Tau suele pasar tiempo a solas, como algo retirado del mundo, tal vez con conexión a la naturaleza... ¿Te hace ruido?

     

    Esperaba que sí. Esperaba que la pista que había tenido fuera parte importante para Leah y para poder descubrir el paradero de la chica de los cabellos azules. También tenía la esperanza de que el dije que había dejado estuviera ahí con ella.

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  11. El hombre escuchó atento las indicaciones que la chica le brindaba. Tal vez era eso, sí, el nombre que estaba buscando... "Un canal abierto" tenía sentido; un lugar por donde la energía podía fluir tanto dentro como para fuera de él, aunque pensando bien las cosas también debía estar un poco preocupado, sabía que de no poder aprender a controlarlo el tener esa cualidad podría ser blanco para energías y cosas que no deseaba que llegaran a su vida. Aunque un extraño presentimiento le decía que todo estaría bien.

     

    ─Claro, suena fácil para ti.

     

    Bromeó al momento de tomar las cartas, como le había dicho Galery, su ahora profesora. ¿Cómo se suponía que iba a darle energía a las cartas? Unos momentos estuvo reflexionando, adoptó una postura más cómoda sobre el cojín, con las piernas cruzadas y la espalda erguida, sosteniendo las cartas entre sus manos posicionadas sobre sus muslos. Estaba tan concentrado en intentar pasar parte de su energía a las cartas que no sabía que lo que estaba logrando era lo contrario.

     

    Abrió los ojos después de un intento fallido, para verificar si había algo diferente en las cartas que le dijera que estaban listas, pero sólo se encontró con un ambiente mucho más calmado del que recordaba en la habitación. La respuesta llegó a su mente como por arte de magia, como un reflejo que ya tenía dentro de sí; sabía lo que debía hacer y que lo había estado haciendo al contrario.

     

    El Black cerró los ojos nuevamente y aspiró profundo, limpiando su interior con el incienso que purificaba el aire dentro de la habitación. Poco a poco su respiración se fue haciendo más lenta, pausada, con un ritmo especial que le permitiría entrar en un estado que le ayudaría a completar su tarea. Sus músculos comenzaron a relajarse, aunque su postura seguía erguida, poco a poco las palabras y el sonido fueron alejándose de sus oídos. Sumergido en su propio mundo, comenzó a visualizarse a sí mismo, pero era confuso, podía ver su energía, no su cuerpo... Y las cartas.

     

    El flujo de energía comenzó a moverse como un haz de luz de diferentes tonos que fue envolviendo en su visión al mazo de cartas que servirían como objeto para ayudarle, como si se estuviera creando un vínculo entre él y su objeto hasta que abrió los ojos repentinamente.

     

    Su mirada se volvió a posar sobre la peliplata en busca desesperada de alguna explicación de lo que acababa de suceder. Cierta parte de sí mismo sabía que estaba bien y que acababa de comenzar un camino que realmente era parte del suyo, pero el miedo a lo desconocido también reinaba parte de su ser, sabiendo los riesgos que podría correr y sabiendo que en ese estado de trance las personas se exponen a todo tipo de energías.

     

    ─¿Qué fue todo eso?

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  12. Hola a todos! Bueno, vengo a integrarme por fin a las tutorías, Pik, por favor no me odies ;o;

     

    Me presento: Soy Brandon, mexicano (del Norte AJÚAAAAAAA). Actualmente estudio una licenciatura en negocios y comercio internacional y también de repente en mi tiempo libre tomo fotos, en verdad amo la fotografía *-* Llevo ya un rato en el foro, antes era de los otros u.ú ya pasó, ya pasó... Y bueno, nunca tuve problemas con los duelos, entiendo las reglas de intercalación y todo eso, peeeeeeeeeeeeero... Jamás utilicé hechizos de mortífago así que no sé cómo usarlos xD Y cuando volví y vi todo eso de los libros de hechizos mi vida sólo se hizo un poco más complicada.

     

    Y bueno, ya que terminé de leer todos sus posteos... Me voy a adelantar a la segunda parte, porque realmente las pequeñas dudas que tenía acerca de las intercalaciones quedaron más que resueltas.

     

    Hechizos de la marca

     

    1. Cruciatus: Funciona así como un Rictusempra de dolor pero de sólo una acción?

     

    2. Imperius: Hasta qué punto o qué cosas podrías obligar a hacer a un oponente de menor rango con éste hechizo?

     

    3. Estos dos hechizos sí se utilizan habitualmente en duelos o es muy raro verlos?

     

    4. Vitae: No entiendo bien esa parte de "Dos rayos destructivos" para destruirlo... ¿Qué serían dos rayos destructivos? O por ejemplo, si el vitae es de plantas, se puede usar un hechizo de fuego? Siento que este hechizo cae demasiado en descripciones y rol y se puede aprovechar mucho de eso, ¿o no es así?

     

    Creo que por ahora son las únicas que se me ocurren. No puse nada de los hechizos de la orden del fenix porque pues, fui de ahi como dos años y ya me los sé xD

     

    Sería todo por ahora :3 Lo siento si mis preguntas son medio raras jajajaj pero volveré con más

  13. El hombre levantó su mirada al escuchar a más personas entrar al salón. Para su sorpresa, ambas mujeres eran conocidas y figuras importantes dentro del bando en el que acababa de iniciarse. Sería interesante compartir conocimientos y la clase con ambas chicas; sabía quienes eran, aunque no podía decir que las conocía. Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro al mismo tiempo que asentía con la cabeza a manera de saludo hacia ambas. Fue hasta que llegó a sus oídos la pregunta de Leah que el irlandés se levantó por completo, quedando sentado en su cojín.

     

    —Toda la noche estuvo despierta... —Comentó, sabiendo que Leah entendería perfectamente a lo que se refería—. Ya te imaginarás lo que se requiere para calmar a esa niña.

     

    Sonrió y su atención volvió hacia la rubia mientras se llevaba una mano hacia la cabeza y se escondía entre sus cabellos intentando escoger alguna duda de las tantas que tenía, la más importante, tal vez; aunque el esfuerzo por darles importancia más a unas que a otras fue inútil. Escuchó las palabras de la mujer de cabellos azules y de la Ivashkov con curiosidad, preguntándose qué era lo que había cambiado, o qué hechos habrían sucedido para cambiar su escepticismo por curiosidad.

     

    —Para mi las cosas son diferentes, —comenzó una vez terminaron sus compañeras— siempre he creído en cosas así. Siempre he sentido la energía de las personas y tenido ese presentimiento de que debe haber algo más para poder entender lo que nos sucede... No me quiero desviar mucho. Juro que no estoy loco.

     

    Sonrió y dejo salir una sutil risa, negando con la cabeza y esperando que no terminara confundiendo a los demás más de lo que él estaba. Quería respuestas, quería aprender a usar los dones que estaba seguro tenía guardados, aprender a manejar las cosas que le sucedían y a descifrar ese tipo de mensajes que llegaban a su mente de vez en cuando. Aunque sabía que tendría que prepararse más para eso y desarrollar otro tipo de habilidades, sabía que esa clase era un buen comienzo.

     

    Clavó nuevamente su mirada en los ojos de Galery, esperando ver su reacción o escuchar lo que tenía para decirles en seguida.

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  14. ¿Hacía cuánto tiempo que no visitaba algún plantel educativo? El hecho de volver a estudiar, a una universidad completamente diferente a la que él conocía y en la que había llegado a dar clases a los nuevos alumnos lo llenaba de un sentimiento de nostalgia, como casi todo últimamente. Algunas cosas habían cambiado... Todo, a decir verdad. Y no tenía ni idea de cuánto quisiera poder regresar al pasado, saber qué habría sucedido de haber hecho las cosas diferentes; tener al menos un par de respuestas claras. Por eso asistía a esa clase.

     

    Estaba algo desvelado, la noche anterior casi no pudo conciliar el sueño dado a que su hija había tenido problemas para dormir bien y él se aseguró de que la pequeña no tuviera tormento alguno en su descanso. Era pesado, pero era la única parte de su vida que no querría cambiar en absolutamente ningún aspecto, ella era todo para él y por lo que seguía adelante. Después de los golpes que la vida le brindó, había sido ella la llama que le dio una razón para levantarse y continuar.

     

    El irlandés llegó a los terrenos de la universidad para toparse con la enorme y magnífica obra que parecía había tomado cientos de años para poder completar. El humo de cigarrillo anunciaba su paso por los jardines del recinto a temprana hora de la mañana; no había tenido tiempo para arreglarse mucho, apenas cogió unas botas negras, un par de jeans y una camiseta negra de tela delgada con mangas largas que llevaba recogidas. Su cabello iba suelto y ya caía desde su cabeza hasta los hombros. En sus ojos podía verse un poco de su cansancio y tan sólo esperaba que eso no interifiese con el poder desarrollar sus habilidades en la clase.

     

    Acabó su cigarrillo justo antes de entrar a buscar el salón al cual los habían citado. No tardó en encontrarlo y empujó la puerta para adentrarse y ver de nuevo la figura de aquella chica que ya había encontrado antes de manera peculiar. Hizo un movimiento con su cuello hacia un lado y hacia atrás al mismo tiempo, mientras como que sonreía hacia un lado y arqueaba una ceja.

     

    ─Me estás siguiendo, ¿verdad? ─acusó a manera de broma a la rubia sentada en la ventana y pasó a acercarse al escritorio de la profesora, buscando en su bolsillo el objeto preciado que había pedido.

     

    Llevó sus manos hacia la parte trasera de su cuello para quitarse el collar que llevaba puesto; era un collar hecho de cuero con nudos corredizos para facilitar su uso y llevaba un dije de ámbar en forma de ala. Cualquiera que lo conociera adivinaría sin tener que haber tomado el curso por qué aquél objeto, era su significación... Ámbar, como su hija, y el ala del ruiseñor que ella y él bien conocían.

     

    ─Supongo que dejaré esto por aquí... Y tomaré unas de éstas.

     

    Desconfiado, le costó demasiado dejar el collar dentro de la urna, pero lo hizo y pasó a tomar un mazo de cartas que llevó al asiento que escogió justo en medio del salón. Dejó caer su cuerpo sobre el gran cojín de color índigo y posó las cartas sobre la mesa. Se recostó sobre el cojín y llevó ambos brazos hacia su nuca para cerrar los ojos uno minutos, tan sólo en lo que llegaban las demás personas a la clase.

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  15. Sonrió al escuchar las palabras del dueño. Sabía que encontraría lo que buscaba justo ahí y sintió una especie de extraño alivio, ya no tendría que meterse en más problemas para adquirir la pieza que quería. Siguió al Haughton justo hasta una de las esquinas, ¿ahí cuándo iba a verla por sí mismo? La belleza de la obra lo consumió por completo unos momentos. Pudo oír al hombre que lo acompañaba hablando, pero su atención estaba completamente en la gran figura que tenía de frente.

     

    —Me la llevo —contestó apresurado, o más bien emocionado, justo después de escuchar el precio, casi sin dejar terminar la frase al vendedor. Posó su mirada sobre Emmet, intentando no parecer demasiado ansioso por llevársela a casa—. Once mil galeones.

     

    Cruzó los brazos y se llevó la mano a la barbilla mirando a Emmet mientras pensaba bien lo que hacía, aunque a decir verdad, había pensado que tendría que pagar un precio más alto por la figura de Niké.

     

    —Y los ocho mil quinientos de la que ya habíamos dicho. Me las llevo.

     

    No estaba seguro si era una buena venta para un día común del hombre, y aunque el irlandés tenía el poder económico para darse esos lujos, impactaba de manera negativa en su bolsillo. Por el momento estaba desempleado y su negocio recién arrancaba, ¿por qué lo hacía? Tal vez como mera distracción de todo lo que pasaba en su vida; pero ese tipo de "distracciones" debía llegar a un fin.

     

    @@Emmet Haughton Gaunt

  16. El irlandés escuchó con atención las palabras del dueño. Debía admitirlo, no se dejó caer tan fácilmente, pero al menos había aceptado el poder llegar a algún acuerdo y ya con eso le había dado buena espina. Cruzó los brazos y se llevo la mano derecha a la barbilla, observando todo a su alrededor mientras pensaba qué querría llevarse además de la escultura que había pedido. Cuando algo más llegó a su mente.

     

    Había visto, años atrás, una escultura espléndida en el museo de Louvre, en París. Tenía miles de años, había sido esculpida mucho antes de la era cristiana de los muggles, pero descubierta apenas unos cuantos cientos de años atrás. Se preguntaba si tendría algo como eso, una réplica tan si quiera...

     

    —Sabes... Hace años vi una escultura que me fascinó. Si tienes algo así me lo llevaré al precio que me digas. La Victoria alada de Samotracia...

     

    Esperaba que el hombre tuviera algo bueno, por momentos no le importó nada más que el tener en su posesión esas dos estatuas aunque no supiera ni donde ponerlas, aunque sufriera una golpiza de parte de Arya al ver lo que había hecho con su dinero... Pero bueno, tendría buenas decoraciones para el castillo. Apostaba que nadie más tendría una Níke tes Samothrákes. Aunque si no se encontraba algo ahí en la tienda, ya estaba planeando hasta cómo ir a París, burlar el sistema de seguridad del museo más famoso y llevarse a casa su codiciada pieza.

     

    —No me vas a decepcionar, ¿cierto?

     

    @@Emmet Haughton Gaunt

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  17. Alzó la mirada y se sorprendió al escuchar la familiar voz llegar a sus oídos. En su rostro apareció una tonta sonrisa que no pudo evitar esconder, que tal vez jamás podría ocultar. Su distracción no lo había dejado ver de quién se trataba, ¿qué hacía ahí? Él recordaba a la pelirroja en el hospital y le resultaba increíble pensar que podría tener un cambio tan drástico en cuanto a su vida laboral, pero bueno... La gente se cansa de lo mismo.

     

    Aziid rió ante el comentario de la Macnair. —Claro, al parecer...—negó con la cabeza mientras ella tomaba el pedazo de papel y la miró unos segundos sin decir nada. El verla así, de sorpresa, desató la ola de sentimientos que ahora golpeaba las paredes interiores de su ser con fuerza. Tomó la caja, agradeciendo a la mujer.

     

    —Gracias, señorita Macnair. Y ya lo sabe... Es imposible deshacerse de mi.

     

    Bromeó mientras caminaba para atrás sonriendo, le guiñó el ojo a Arya y se dio la media vuelta para salir del mall. Tal vez se pasaría al negocio después a descansar un rato y revisar que todo estuviera en orden.

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  18. Sólo faltaba un artículo para tener todo listo. Las fiestas sin duda le emocionaban y podía verse en su cara aunque intentara ocultarlo lo mejor que podía. Bajó a la primer planta del magic mall, había pasado un tiempo husmeando en las de arriba, pero desafortunadamente ese día no llevaba nada más en las manos.

     

    Se acercó al mostrador con un pedazo de papel en el que tenía anotado el artículo que quería. No tenía idea de cómo se vería, de qué manera funcionaría, ni nada, pero los rumores corrían rápidamente por las calles y se decía que era lo mejor para asustar a las personas que pasaran sin ser deseadas... O simplemente para divertirse un rato.

     

    - Sería todo... Gracias! Ah, y también una Gema de la Desaparición... Lo olvidé.

     

    ID: 116460
    Nick: Röv
    Nivel Mágico: V
    Link a la Bóveda Trastero: N°108896
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861
    Fecha: 2016-10-20


    Nombre del producto: Reproductor de Gritos Tenebrosos
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
    Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) AA
    Puntos por unidad: 20
    Precio: 1000 G

    Nombre del producto: Gema de la Desaparición
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
    Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) AAAA
    Puntos por unidad: 80
    Precio: 4000 G


    Precio total: 5000 G
    Total de Puntos: 100

  19. La llegada de nuevos artículos era lo que le tenía otra vez, aquél día, visitando la segunda planta del magic mall, como ya se le había hecho costumbre. Pero ésta vez era diferente. Sabía que eran artículos especiales por la época del año en la que se encontraban, su época favorita, la Gran Celebración para sus antepasados. Tal vez era la mejor y más representativa para él, por eso se le veía con una sonrisa de lado al cruzar las puertas del lugar.

     

    —Hola tres veces.

     

    Comentó al llegar por detrás de Arya, a quien reconoció de inmediato al pasar por la puerta. Sonrió, esperando no causar problema o incomodidad, cosa que antes jamás habría sucedido, pero todo cambiaba... Y sabía que sería mejor llevarlo bien. Desvió la mirada, pasándola por todo el lugar para al final llegar al mostrador, al parecer estaba ella ya esperando ser atendida.

     

    —¿Escalofriante y Cabeza de Calabaza? —preguntó con curiosidad, arqueando una ceja. Sabía que tal vez la mayoría del movimiento en el mall mágico de los días anteriores se habría debido a la llegada de dichas pociones— Yo igual...

     

    Se llevó ambas manos a los bolsillos traseros de los pantalones que vestía, estirando su espalda en lo que llegaba alguien a atenderlos para poder salir de ahí, su estómago lo estaba matando, una buena comida lo llamaba desde hacía rato, pero no podía esperar a adquirir los artículos que necesitaba para preparar su negocio.

     

    —¿No tienes hambre? Iré por Ámbar, tal vez podamos comer algo y, no sé... Hablar bien de una vez.

     

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    ID: 116460
    Nick: Röv
    Nivel Mágico: V
    Link a la Bóveda Trastero: N°108896
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861
    Fecha: 2016-10-20
    Nombre del producto: Poción escalofriante
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción
    Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) PP
    Puntos por unidad: 20
    Precio: 1000 G
    Nombre del producto: Poción cara de calabaza
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción
    Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) PP
    Puntos por unidad: 20
    Precio: 1000 G
    Precio total: 2000 G
    Total de Puntos: 40
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  20. Aziid Black T.

     

    —¡Ésta es!

     

    La segunda estatua era exactamente como la había imaginado, quedaría perfecta en... En algún lugar que después podría pensar mejor, una vez comprada y con todo el peso del remordimiento en su cabeza, tendría que encontrarle algún lugar. Escuchó el precio y se preguntó si podría llegar a algún acuerdo con el hombre que lo atendía. Aziid asintió con la cabeza al escuchar la campanilla y el anuncio del Haughton. Se quedaría unos minutos más viendo algunos cuadros, quizás podría negociar la compra de más artículos a cambio de un mejor precio.

     

    Momentos después bajó a la planta baja, listo para hacer su oferta. De todos modos iba a comprar las pinturas, pero aprovechar la situación para intentar obtenerlas a un menor precio sería algo que no dejaría pasar, le vendría bien tanto a él como al dueño. Observó momentos la situación, intentando no interrumpir la charla que se llevaba a cabo entre los dos, pero aprovechó un momento oportuno (o tal vez no tanto) para dirigirse al dueño del local.

     

    —Vi unas pinturas que me gustaron. Si hay algún tipo de precio especial, me llevaré tres de ellas y la segunda estatua que me mostraste, ¿qué dices?

     

    Cruzó los brazos por la espalda, mirando fijamente al dueño, arqueando una ceja en espera de su respuesta. Mientras tanto, se preguntaba a qué otros lugares podría dirigirse, algún lugar tranquilo para relajarse lo más posible y pensar tranquilamente en dónde metería una estatua de más del doble de su tamaño.

     

    @@Emmet Haughton Gaunt

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  21. Aziid Black T.

     

    De pronto escuchó pisadas que se acercaban, alguien iba subiendo también a la planta alta del loca, seguramente algún trabajador a hacerle la molesta pregunta de siempre: "¿Todo bien? ¿Necesita ayuda?". Volteó hacia las escaleras, esperando ver la figura del trabajador de la tienda, estaba listo para abrir la boca, cuando vio la figura del hombre que sabía no era un simple trabajador.

     

    —No lo sé, tal vez puedas.

     

    Volvió a posar su mirada sobre los cuadros, cruzando los brazos por la espalda, dando unos cuantos pasos alejándose del encargado o dueño del local. Observaba con atención todo, pero lo que llamaba más su atención eran las estatuas, quién sabe si podrían tener lo que se le venía a la mente.

     

    —¿Sabes? Creo que sí puedes ayudarme... Siempre me gusta ir a lo grande, no quiero una de estas pequeñas estatuas —comentó de forma casi despectiva, rozando su dedo índice por la cabeza de una estatuilla de algún guerrero o Dios que desconocía; después alzó los brazos y los abrió, como si se imaginara la estatua flotando frente a él—. Quiero algo único... Apollo.

     

    Miró nuevamente al encargado, con una expresión ambiciosa, los lujos que se daba últimamente podrían llevarlo tal vez a la ruina, aunque con su nuevo negocio, el dinero de sus familias y lo que tenía aún guardado sabía que sobreviviría y no debía preocuparse.

     

    —¿Tienes algo así? Y, ¿cuánto me costaría?

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