Aziid Black T.
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Aziid T.
Las palabras del mago se quedaron en su boca, pues desafortunadamente no pudieron ser emitidas correctamente a casua del silencius que lanzó su oponente. Aziid sonrió al estar en esa situación y escuchar las palabras de la bruja, era raro, pero en verdad le causó gracia, tal vez no las palabras, pero ella. No podía distraerse, pero justo entonces escuchó nuevamente a la chica y se dio cuenta que había recibido otro hechizo.Justo en ese momento el patronus que había invocado en forma de oso clavó sus afiladas garras sobre la criatura hecha de plantas creada por el vitae, desgarrando así una gran parte de ésta de nuevo; la extraña criatura enredadera estaba ya perdida, sus partes desgarradas por el oso perdían fuerza y se desconectaban de sí hasta que por fin toda cayó y no pudo moverse mas al haber recibido los ataques del mamífero.
—Corpus Patronus —invocó nuevamente el Targaryen, el mismo efecto salió de su varita, pero ésta vez creando la figura de un imponente tigre bengala en su máximo poder, en su edad perfecta para cazar, atacar y despedazar. Su cuerpo se extendía por casi tres metros de largo, sin contar la cola, y un metro de las patas a los hombros, la criatura pisaba el suelo con sus más de doscientos kilos de peso, marcando a cada paso que daba la figura de sus patas. Sus finas y afiladas garras estaban listas para atacar, su mirada fija en la bruja mientras caminaba hacia ella y la olfateaba como si fuera su presa, sacando la lengua de vez en cuando, anunciando que estaba listo para devorar; la bestia mostraba unos afilados y grandes colmillos al gruñir.
Los efectos del séneca comenzaron a notarse en el Targaryen, su garganta se secó y quedó imposibilitado de hablar, pues el sonido simplemente no saldría de su boca... Pero no necesitaba eso para controlar a ambas bestias. De inmediato cuando fue creado el tigre, se estaba acercando hacia Susan, Aziid esperaba que ella supiera que no era nada personal. El tigre, al estar a un metro de ella se lanzó saltando para clavar sus afilados colmillos en el costado de su cuello; al mismo tiempo el oso grizzly se acercó a la mujer y posándose sobre las patas traseras alzó una de las delanteras, dejándola caer sobre el otro costado del cuello de la mujer, causando una herida algo profunda con sus tajantes garras. Enseguida el tigre se alejaría, interponiéndose entre la bruja y su amo, justo a dos metros frente a Susan y tres de Aziid.
Sería entonces cuando Aziid alzaría su varita, haciendo una floritura para enseguida presenciar una extraña llamarada violeta salir de su varita rápidamente en dirección a Susan... Al impactar, aquél raro fuego con su distintivo color no causaría quemaduras ni nada por el estilo en la chica, pero la dejaría completamente inconsciente al tocarla y ésta quedaría así por unos momentos, suficientes para darle la oportunidad al mago de hacer algo más...
Por último, el oso grizzly que Aziid había invocado alzó nuevamente una de sus patas delanteras para clavarlas en la pierna izquierda de Susan, causándole una nueva herida a la chica... Si no se atendía todo podría temrinar ahí, la sangre comenzaría a bajar por su cuerpo y a manchar el piso, aquél mundo verde quedaría manchado por el líquido carmesí que brotaba desde los adentros de la bruja.
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Hola, buenas noches!
Vengo con una pequeña duda que quiero aclarar antes de continuar el duelo que estoy teniendo. Lo que pasa es que en el post de mi oponente hace una mala descripción del hechizo que utilizó, en este caso, séneca. Habla de la deshidratación y de que mi personaje cae al piso y debe curarse... Pero en ningún momento menciona algo del verdadero efecto del hechizo y que no pueda hablar en lo que sigue...
Mi pregunta es, con esta mala descripción... Puedo "omitir" o anular, por así decirlo, el hechizo?
Gracias a quien conteste. Saludos!
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Aziid T.
Estaría a punto de llegar tarde a su segundo duelo. Recordó el primero y se dijo a sí mismo que ya no había oportunidad para más errores, iba decidido a progresar, a seguir aprendiendo y ¿por qué no? Llegar hasta el final. Observó la inmensa figura del invernadero en donde se llevaría a cabo el duelo, había escogido la ropa perfecta para el caluroso y húmedo interior de la estructura de cristal: un par de bermudas con zapatillas de tela y una delgada camiseta sin mangas que dejaba ver los tatuajes que acababan de marcar su piel poco tiempo atrás.
Observó a su compañera y notó lo que había hecho justo al llegar. —¿No pudiste esperarme? —preguntó con sarcasmo al ver cómo se fusionaban las enredaderas para formar una extraña criatura que jamás habría podido describir con exactitud, era algo grande, de dos metros de altura y parecía tener prominentes colmillos saliendo de su mandíbula, una sola especie de mano con garras que tal vez la ayudarían a desplazarse, ya que no contaba con nada como pies o piernas, por el estilo... Un tipo de masa de plantas hecha bola, como si fuera una especia de reptil sin cuello y con una mano. (?
El irlandés alzó su varita, listo para comenzar con lo suyo. Asintió con la cabeza mirando a su oponente, le parecía algo extraño ver su cabello tan largo, pues no todas las mujeres acostumbraban dejarlo así.
—¡Corpus patronus! —exclamó con fuerza y entonces de su varita comenzaron a salir hilos plateados que en un segundo se transformarían en un feroz oso grizzly adulto, con un metro de altura y alrededor de dos y medio al posarse solamente sobre sus patas traseras, ya contaba con una fuerte mandíbula capaz de destrozar casi cualquier tejido o cosa que se pusiera frente a él y poderosas y afiladas garras con la habilidad para desgarrar y hacer un buen daño sobre casi cualquier superficie. La criatura pesaría unos seisientos kilogramos, un espécimen bastante grande y musculoso...
La criatura en ese instante se movería hacia un lado con cautela, para quedar viendo de lado a su dueño y a la chica con la que luchaba, quienes estaban de frente, a unos seis metros de distancia. El oso se fue del lado del que estaba la criatura de la chica y comenzó a correr hacia la invocación, embistiéndola por un costado, lo que le impediría reaccionar correctamente dada su naturaleza física. Tras el ataque, la criatura quedaría con algunas plantas que la conformaban hechas pedazos, dadas las mordidas con la poderosa mandíbula del gran oso; éste último, después de atacar retrocedería un par de pasos, quedándose a la defensiva, en espera de algún posible ataque que pudiera frenar.
—Floreus—murmuró enseguida el mago, haciendo efecto de inmediato sobre la varita de Susan, ésta perdería la capacidad de lanzar cualquier hechizo que pudiera ocurrírsele a la bruja; en cambio, de su artefacto mágico saldría un ramo de flores color amarillo.— Te traje algo... —diría Aziid con una sonrisa en su rostro, divertida, burlona y un tanto sarcástica, disfrutando del momento.
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Hola a todos, qué tal?
Vengo por aquí porque hace poco me di cuenta de algo, en mi perfil, mi rango social es de Aprendiz
Cuando creo que era Unicornio de Plata antes, o al menos eso dice en mi ficha... Alguien me dijo que viera con los directores de Hogwarts/Academia (?) para verificar si sí había terminado mis cursos pero... Claro que los terminé jajaja Así que me dijeron que es cosa de moderación. Una disculpa si este no es el tópic, la verdad no es algo que me urge, pero si quisiera que se arreglara porque de repente me causa problema ver que dice que soy aprendiz TT_TT Y bueno, eso es todo, espero me puedan ayudar!
Un saludo!
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Aziid T.
Su oponente había tardado unos momentos de más de lo que debería en reaccionar, pues fue mientras él se curaba que la chica intentó moverse. Pero para este entonces la criatura hecha con el contenedor y el vitae ya la había embestido, clavando los picos de metal en su torso, manchándose de color carmesí unas cuantas partes. Tras eso, surtió efecto el Morphos que Galery había hecho sobre el poste, la víbora abrazó el gran contenedor de metal, intentando... ¿Estrujarlo? Una acción sin sentido, pues el daño a la bruja estaba hecho.Fue en ese momento que Aziid alzó su varita nuevamente. –Silencius –exclamó con fuerza, la siguiente acción que Galery intentara entonar no saldría correctamente; la serpiente seguía abrazando al contenedor y la bruja con su herida, intentando tal vez articular nuevamente el mismo hechizo que había hecho, pues sólo había alcanzado a escuchar "Mor..." y se había quedado muda por el efecto del silencius.
–Oppugno –dijo enseguida el Targaryen; en ese momento tomaría control por un tiempo sobre la boa que su contrincante había creado, dicho animal en ese instante soltaría al contenedor con vida para dirigirse hacia Galery, quien estaba prácticamente enfrente, pues desde que había recibido el ataque del vitae, el contenedor no se había movido. La boa comenzó a enroscarse por sus tobillos, subiendo poco a poco hasta llegar a su cadera, dejando espacio para que el siguiente movimiento planeado por el mago resultara efectivo. El tener a la boa apretando sus piernas además de casuarle dolor, haría imposible que la bruja se moviera.
Una vez la boa estuviera aferrada y enroscada en ambas piernas de Galery, el contenedor, ahora libre, iría a embestir nuevamente en el mismo lugar, justo en el torso de Galery, causándo nuevas heridas que debería sanar. Las cosas empezaban a complicarse y las heridas a juntarse, cualquier movimiento tardío o mal planeado podría costar más que el duelo. Aunque no, claro que no dejaría que algo malo le sucediera a su contrincante, pero compañera de bando.
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Aziid T.
Pasaban los minutos, y al Targaryen le seguía pareciendo algo extraño el comportamiento de la chica. Observaba conatención cada movimiento que hacía, lucía como si todo lo que hacía y decía lo tuviera planeado previamente. Todo aquéllo le causaba algo de curiosidad, pero al fin de cuentas, estaba ahí por otras razones y la chica era simplemente una persona con quien podría hablar, además que no se sentiría tan mal siendo el único bebiendo.Una vez las bebidas llegaron a la mesa, el hombre tomó uno de los vasos, lo alzó un poco hacia la mujer mientras escuchaba lo que decía y dio un gran sorbo. Los colores dentro del cristal se mezclaban poco a poco a medida que iba bebiendo y el líquido iba tomándolo a él. Sonrió de manera burlona, ¿cuántas veces no había escuchado ya esas palabras? Negó con la cabeza, dejando la bebida en la mesa nuevamente y fijando sus orbes sobre los azules que le hacían compañía.
—Siempre cambian —comenzó, tomando nuevamente el vaso, bebiendo hasta la última gota que quedara de una sola vez—. Y creo que el que me persigue ahora es de los peores.
Tomó, sin dudarlo, el segundo vaso, sin importarle lo que llegara a pensar Alexis... Apenas lo conocía y por desgracia, o tal vez por suerte, le había tocado conocerlo justo en esos difíciles momentos de confusión. Bebió casi la mitad de ese vaso y volvió la mirada serena hacia la mujer. Suspiró.
—Lo que me mata es el silencio...
Sus palabras podrían parecer confusas para la mujer, y no la culpaba si comenzaba a molestarse o desesperarse. Soltó una pequeña y silenciosa risa, como para sí mismo. Bebió nuevamente del vaso y después lo dejó sobre la mesa. Dentro de sí mismo comenzaba a sentir aquéllo que no quería dejar salir, aquéllo que mejor tenía custodiado .—Ese silencio que debes guardar aunque no quieras, que por más que quieres gritar no puedes... ¿Entiendes?
Hizo una leve pausa para terminar la segunda bebida que lo esperaba sobre la mesa y justo después de esa el shot que había pedido aparte, agitó su cabeza y terminó de nuevo mirando a la chica. Se llevó la mano al bolsillo y tomó otro cigarrillo, lo llevó a sus labios e inhaló el humo, sintiendo cómo llenaba sus pulmones y lo adormecía un poco más, calmando un poco las ideas que daban vueltas en su cabeza.
—No han sido días fáciles... ¿Por qué quisiste venir?
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Aziid T.
Desafortunadamente, Aziid no había alcanzado a lanzar el hechizo que había querido y que hubiera representado un peligro para la bruja, quien había sido lo suficientemente rápida para reaccionar justo antes de que eso sucediera, dejándolo enmudecido unos momentos. El mago sonrió y apenas tomaría la palabra, cuando escuchó el hechizo de su contrincante y en un instante se vio cegado por una extraña luz blanca. ¿Así que eso se sentía? No era nada agradable, no podía ver nada con claridad y sus ojos ardían... Definitivamente un hechizo algo molesto.
Pero el mago no se detendría, era la oportunidad perfecta para hacer lo que había querido hacer con anterioridad, pero ésta vez le daría un giro más salvaje a las cosas. Alzó su varita de manera algo torpe, tal vez no podía ver, pero sabía perfectamente en dónde se encontraba el contenedor de basura que había sido su objetivo anteriormente. –¡Vitae! –repitió con voz clara. El mencionado contenedor de basura comenzó a temblar, sus tres metros de ancho servirían ahora como largo; de la parte baja del contenedor se desprenderían unos pedazos de metal que le ayudarían como piernas a los seres vivos y su ahora ancho de dos metros le brindaba más facilidad de movimiento por el muelle donde se encontraban. En ese instante también se desgarró la parte frontal del contenedor con vida, la parte que se encontraba frente a Galery, formando una serie de pequeños picos o trozos de metal afilados que se extendían alrededor de treinta centímetros hacia adelante.
En ese santiamén, la bizarra criatura corrió hacia Galery para embestirla, su gran y extraña figura sería capaz de asustar a cualquiera que se encontrara en su camino, clavaría los afilados pedazos de metal que tenía por el frente justo en el torso de la bruja, causándole una herida que podría complicarse de no ser tratada. La sangre comenzaría a brotar de inmediato y una vez acabado ese ataque, la criatura se quedaría posicionada frente a la bruja, esperando una nueva oportunidad para atacarla o simplemente para defender a su creador de algún hechizo que pudiera herirlo.
La visión, para ese entonces, ya había vuelto con claridad al Targaryen. Miraba con calma la escena, pensando tranquilamente lo que debería hacer. Pasó su varita por su abdomen, pensando en un episkey nuevamente, que se encargaría de cerrar y sanar por completo las heridas que llevaba por el sectusempra que había recibido.
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Aziid T.
Primer error. No había oportunidad para un segundo. El ceño fruncido en el rostro del irlandés denotaba su frustración al saber que no había aplicado de manera correcta el hechizo que deseaba, apenas iba familiarizándose con ese tipo de magia y tenía que admitirlo, lo tenía fuera de su zona de comfort. Fijó sus orbes en su contrincante, escuchando atentamente sus palabras. Sonrió nuevamente, aquéllos hechizos sí los conocía bien y sabía que no todo estaba perdido aún.De pronto su mirada se vio iluminada por el rayo causante de tantas muertes en el mundo mágico, intentó poner duro su pecho, pensando que el impacto dolería, aunque no fuera así. El dolor llegaría al instante siguiente, con las heridas que comenzaban a brotar en su pecho. Su camisa ya comenzó a impregnarse del espeso líquido carmesí, Aziid dirigió la mirada hacia su oponente, la sonrisa no se había borrado de su rostro, aún estaba ahí y un pequeño error podría retrasarlo, pero siempre habría manera de retomar el paso.
Pensó de inmediato en un Episkey que sanaría parte de las heridas, no por completo, pero al menos ya no perdería más sangre y podría seguir en el duelo, sabiendo que debería aplicar otro después; al mismo tiempo anularía el efecto del floreus que tenía su varita.
–¡Gracias! –exclamó sarcásticamente, tomó con su mano izquierda la camisa que llevaba, de la parte que había quedado ensangrentada– Acabas de arruinar una camisa nueva.
–Vitae –pronunciaría el Targaryen, haciendo un leve movimiento con su varita. El contenedor de basura cobraría vida en ese momento, comenzando a moverse, se desprenderían dos pedazos de la parte baja del contenedor, que servirían como piernas para facilitarle el movimiento, aquél objeto que ahora poseía vida abrió lo que habría sido la tapa y ahora funcionaba como boca, unos cuantos trozos de su cara delantera se desgarrarían hacia afuera, justo por el borde con el que se unía a la tapa, formando así una especie de colmillos de metal. La extraña criatura se posicionó justo enfrente de Aziid, con la instrucción temporal de protegerlo. El ancho de la "criatura" cubría el ancho del muelle en el que se encontraban.
Hasta el momento las cosas no iban saliendo tal y como las esperaba, pero era interesante ver todo eso, aprender y analizar los movimientos de su contrincante, estudiarlos y grabárlos para futuros enfrentamientos. Tenía un objetivo muy claro y no lo abandonaría.
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Hola familia Gaunt! Vengo por acá para
darles la buena nuevapedir que me adopten y poder ser parte de esta bonita y verde familia (?) Aquí les dejo mi ficha /o/- Nombre: Brandon/Aziid/Röv
- Ficha de personaje: Aziid T.
- Bóveda personal: N°98861
- ¿Qué parentesco quieres tener y con quién? (en caso de existir preferencias): Aún no sé que parentesco, con Anne *0* Ya estamos como primos ilegales en otra familia, pero no sé, igual y puede ser otra cosa
- ¿La Gaunt será tu familia sanguínea o adoptiva?: Adoptiva
- Bando de preferencia: MT
- Link a una imagen de tu habitación para el castillo: Aquí
- ¿Dónde estará tu habitación? (Hay siete plantas, sótano-subsuelo y tres torres: sur, oeste y este): En el séptimo piso, si se puede; si no en el sótano.
- Mascotas y/o elfos (si se tienen. Por favor, detallar para poder poner en lista):
Gask, elfo de Aziid.
Angus, gato bosque de Noruega.
Royce, perro bulldog inglés.
Dov, oso pardo.
Lala, koala.
Al, lobo ártico.
Brennus, cuervo.
- Cumpleaños: Abril 9.
- Contacto (skype, facebook, yahoo...)*: Skype: j.brandonzuniga
Saludos!
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Aziid T. (En lugar de Mia)
El anuncio era emocionante, un torneo de duelos era su oportunidad perfecta para volver a ser el mismo de aquéllos días. Aziid recordaba su pasado con un poco de amargura, la palabra "campeón" parecía muy lejana, pero estaba decidido a volver a tomar su título, tal vez no en ese entonces, pero en algún momento. En ese entonces el tomar la varita y comenzar a lanzar hechizos era sólo un juego, un juego en el que debería retomar su condición, era el escenario perfecto para probarse.
Apareció en el lugar acordado, un puesto se había abierto y el mago no dudó el tomarlo de inmediato. Su figura era lo único que perturbaba la extraña tranquilida en aquél puerto donde habían quedado. Un puerto bastante simple en una mañan brumosa, un corredor de madera se extendía en dirección al océano; contaba con alrededor de veinte metros de largo y tres de ancho, un medio estupendo para llevar a cabo un duelo limpio, o quizás no tanto... A lo largo del puerto no había más que un par de motos acuáticas y un pequeño velero que no podría zarpar ese día dadas las condiciones climatológicas.
Caminó lentamente hasta quedar del lado el puerto que daba hacia el mar, a cinco metros del final y se dio la media vuelta. La ligera camisa que llevaba puesta ondeaba con el viento que corría desde el mar en dirección a la ciudad, sus zapatillas de tela estaban un poco mojadas por el agua que llegaba a alcanzarlas, pero nada que le molestara.
–Esperaba con ansias tu llegada, –comentó al momento de la llegada de su compañera y oponente por esa ocasión– no quiero que nada de ésto parezca personal.
Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro, hizo una leve reverencia hacia su contrincante y llevó su mano derecha al bolsillo de los jeans que llevaba puestos. Tomó con elegancia su varita y haciendo una floritura, simplemente por estética, la alcó al momento de pronunciar: –¡Absorvere!
El hechizo causaría una violenta fractura en el hueso mandibular de Galery, que daría notificación de su efectividad con un pequeño "¡Crack!" en la zona. Aziid hizo una mueca, como si él mismo lo hubiese sentido. Aparte del agudo dolor que le causaría a la bruja y la pequeña malformación en su rostro, la fractura mandibular le provocaría problemas para articular dicho hueso, y por lo tanto, dificultad para hablar o pronunciar palabras.
Se sentía bien, después de tanto tiempo sin usar hechizos de ese tipo, comenzaba a pensar que tal vez, después de todo, no había perdido por completo el toque que tenía.
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Aziid T.
El mago apareció con su compañera en el callejón mágico más famoso, donde se encontraban todo tipo de negocios y donde podría hundirse completamente con unos cuantos tragos. Lo que había vivido desde su regreso lo tenía agobiado y tenía asuntos aún que debía atender, o ignorar y dejar que pasaran con el efecto del alcohol. Miró a su compañera y se percató de que la poción ya había dejado de surtir efecto. Fijó sus orbes en los suyos, mirando más alla del azúl que atraparía a cualquiera, seguramente estaba acostumbrada a tenerlo todo fácil, conocía a ese tipo.
— Por cierto, soy Aziid— comentó, quitándole la mirada de encima, buscando a su alrededor los indicios de algún establecimiento donde pudiera ordenar algunos tragos para los dos. Observó lo que parecía ser un simple portón y supo de inmediato que ese era el lugar que había escuchado—. Ven— se acercó al portón, posando sus manos sobre las iniciales del bar, como debía hacerlo para poder entrar.
Esperó a que la chica llegara y pasaría después de ella, tal vez por cortesía. La iluminación ténue del bar era perfecta, caminó lentamente hasta una de las mesas con sillas altas y tomó asiento. Una vez llegaron a atenderlos decidió tomar la palabra primero que la chica.
— Primero te pediré una perla negra...— ordenó, aún pensando un poco, llevándose la mano derecha al mentón— Que sean dos. Y, ¿qué será bueno? Un shot extra de Jagger— guiñó el ojo y asintió, dando a entender que su orden estaba completa, se dirigió a su compañera para preguntar qué querría ella. Se dibujó lentamente una sonrisa burlona en su rostro, disfrutaba la música de ese lugar, la iluminación y ya podía sentir la bebida que había ordenado entrar a su organismo, la cafeína combinada con el alcohol haciendo efecto en su cuerpo.
Cierta parte de él no podía dejar de pensar en la Macnair, ¿qué sería de ella en esos momentos? Había notado el estado en el que se encontraba al llegar al asalto fallido y... ¿Por qué pensaba en eso? Devolvió la atención hacia Alexis y sacó de su bolsillo su paquete de cigarrillos, tomó uno y se lo llevó a los labios para después ofrecerle uno a a la chica.
— ¿Y tú? Cuéntame cuál es tu monstruo.
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Aziid T.
Estaba casi seguro que nadie estaba en el castillo, pues su llamado no tuvo ninguna respuesta y no sentía presencia de más vida ahí. No tenía caso quedarse más tiempo, el mago tomó un cigarrillo y lo encendió tranquilamente mientras caminaba hacia el jardín.
– Emocionante– suspiró con sarcasmo al salir del castillo. Afuera las llamas consumían la mayor parte de la vida que había tenido antes el jardín, el verde se había acabado para darle luz al rojo de las llamas que bailaban por todo el lugar, sería algo complicado para cualquier persona atravesarlo, pero a él no le preocupaba.
Caminó hasta la salida lentamente, disfrutando su cigarrillo y admirando el fuego a su alrededor, por su mente se cruzaban mil pensamientos y no sabía cómo acomodarlos. Una vez fuera esperó unos momentos, sabía que algunos de sus compañeros no tenían aún su licencia, no pasó mucho cuando se encontró con una chica que no conocía, la miró y terminó su cigarrillo. Lo tiró al suelo y pasó su bota sobre él al acercarse a ella.
Sonrió al escuchar las palabras de la chica, la tomó del brazo y la miró con una sonrisa de lado– Tan lejos como quieras–y ambos se esfumaron de ese lugar, dejando un pequeño rastro humeante oscuro en donde se habían encontrado. En algunos momentos perdería el efecto de la poción, dejándola ver su realidad. Un buen bar sería su destino, necesitaba un par de copas para callar ciertas cosas dentro de él y sería bueno contar con compañía.
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Aziid T.
Notó la presencia de Arya también en aquel lugar, pero por ese momento había decidido ignorarla y centrarse en el objetivo que debía cumplir. ¿Qué sería bueno hacer en aquél lugar tan singular? Tenía vagos recuerdos de ese castillo, pero prefería bloquear esa parte de su memoria, esa que solo le traería confusión y dolor en momentos como en el que se encontraba.
Caminó derecho hacia el castillo, con su varita en mano apuntando hacia el suelo. Se detuvo y pensó unos momentos, la noche estaba despejada y tal vez le hacía falta un poco de iluminación a los jardines del gran castillo– Incendio–rió, y con su varita apuntando hacia el suelo, lanzó una pequeña llamarada hacia el césped, la cual sería suficiente para comenzar un pequeño incendio que iría propagándose por el jardín, acabando y convirtiendo en polvo todas las plantas decorativas que pudiera.
Caminó hacia la entrada del castillo sin preocupaciones mientras el fuego se esparcía detrás de su paso, una vez adentro miró hacia todos lados, pensando qué más podría hacer.
– Morphos– exclamó apuntando hacia una linda silla en el recibidor, en ese momento ésta se transformó en un pequeño escorpión color negro, con una aguja brillante. El pequeño animal sería capaz de inyectar una dósis mortal de veneno a cualquier persona. En ese momento se lanzó a correr, escondiéndose entre las sobras y los muebles del lugar.
– ¿Hay alguien aquí?– gritó hacia las escaleras.
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Aziid T.
– Odio tener que hacer esto...
Por poco escupía la poción multijugos que acababa de beber, la pasó con dificultad y se miró al espejo al momento que hacía un gesto desagradable por el líquido que tanto detestaba. En momentos el mago comenzó a sufrir el cambio en todo su cuerpo, unos cuantos centímetros más alto, con una espesa barba y un cuerpo fornido, como de esos hombres leñadores que todo el mundo se imagina, su cabello se tiñó de un color negro, un poco gris, pintado por unas cuantas canas.
– Ojalá nunca llegue a ser así de viejo– se dijo a si mismo y se echó un poco de agua en el rostro, aún le resultaba complicado procesar todo lo que había pasado y lo que estaba haciendo; se esfumó de la habitación en la que se encontraba y apareció a las afueras del Castillo Lockhart, como a unos cien metros de lo que parecía una verja de entrada al terreno.
Llevaba solamente una ligera sudadera negra con una capucha que cubría un poco su rostro y pantalones de mezclilla del mismo tono oscuro, con unas botas no muy largas y su varita en mano. Miró a los demás que estaban ya presentes y asintió con la cabeza, hacía tanto tiempo que no sentía tanta adrenalina correr de esa manera por su cuerpo, sin duda le gustaba la sensación y era bueno volver a eso.
Esperó a los otros, una vez que los más avanzados se adentraron en la propiedad él caminó también en silencio. Observó el gran jardín, se mantendría ahí junto a los demás hasta saber con que proceder. Estaba alerta de cualquier movimiento o sonido fuera de lo normal.
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Consumibles en Batallas
Nombre:
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Nota: No se permiten más de 5 consumibles en inventario.
Consumibles especiales:
Nombre:
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Poderes de Criaturas
Tipo de Poder:
Licencia de uso: -
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Criaturas Mágicas
Clasificación X:
Nombre producto: Gato
Puntos obtenidos: 10
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Nombre producto: Koala
Puntos obtenidos: 10
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Nombre producto: Perro
Puntos obtenidos: 10
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Nombre producto: Oso
Puntos obtenidos: 10
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Nombre producto: Lobo
Puntos obtenidos: 10
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Nombre producto: Cuervo
Puntos obtenidos: 10
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Clasificación XX:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
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Clasificación XXX:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
Link a la certificación: enlace
Clasificación XXXX:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
Link a la certificación: enlace
Clasificación XXXXX:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
Link a la certificación: enlace
Criaturas en la Reserva:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
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Total de puntos en criaturas: 60 -
Pociones Mágicas
Clasificación A:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
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Clasificación AA:
Nombre producto: Poción Escalofriante
Puntos obtenidos: 20
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Nombre producto: Poción Cara de Calabaza
Puntos obtenidos: 20
Link a la certificación: enlace
Clasificación AAA:
Nombre producto: Poción para olvidar
Puntos obtenidos: 40
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Nombre producto: Poción agudizadora de ingenio
Puntos obtenidos: 40
Link a la certificación: enlace
Clasificación AAAA:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
Link a la certificación: enlace
Clasificación AAAAA:
Nombre producto: Veritaserum
Puntos obtenidos: 160
Link a la certificación: enlace
Nombre producto: Zumo de Mandrágora
Puntos obtenidos: 160
Link a la certificación: enlace
Total de puntos en pociones: 440 -
Objetos Mágicos
Clasificación A:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
Link a la certificación: enlace
Clasificación AA:
Nombre producto: Varita Mágica
Puntos obtenidos: 20
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Nombre producto: Nimbus 3000
Puntos obtenidos: 20
Link a la certificación: enlaceNombre producto: Reproductor de Gritos Tenebrosos
Puntos obtenidos: 20
Link a la certificación: enlace
Clasificación AAA:
Nombre producto: Pensadero
Puntos obtenidos: 40
Link a la certificación: enlaceNombre producto: Baúl de siete cerrojos
Puntos obtenidos: 40
Link a la certificación: enlace
Clasificación AAAA:
Nombre producto: Gema de la Desaparición
Puntos obtenidos: 80
Link a la certificación: enlace
Clasificación AAAAA:
Nombre producto:
Puntos obtenidos:
Link a la certificación: enlace
Total de puntos en objetos: 220 -
Indice de Bienes
Objetos Mágicos:
Clasificación A:
Clasificación AA:Varita Mágica
Nimbus 3000
Reproductor de Gritos Tenebrosos
Clasificación AAA:Pensadero
Baúl de siete cerrojos
Clasificación AAAA:Gema de la Desaparición
Clasificación AAAAA:
Pociones Mágicas:
Clasificación A:
Clasificación AA:Poción Escalofriante
Poción Cara de Calabaza
Clasificación AAA:Poción para olvidar
Poción agudizadora de ingenio
Clasificación AAAA:
Clasificación AAAAA:
VeritaserumZumo de Mandrágora
Criaturas Mágicas:
Clasificación X:
Gato
Perro
Oso
Koala
Lobo
Cuervo
Clasificación XX:
Clasificación XXX:
Clasificación XXXX:
Clasificación XXXXX:
Criaturas en la Reserva:
Libros de Hechizos:
Libro del Aprendiz de Brujo
En situación transitoria y sin poder hacer uso del libro:
Libro de la Fortaleza
Poderes de Criaturas:
Tipo de Poder:
Consumibles en Batallas:
Nombre: -
¿Cuánto tiempo tendría Aziid de no visitar una tienda? Y que la primer tienda visitada después de todo eso fuera el Magic Mall la hacía una visita emocionante, nunca se sabía con qué podría encontrarse dentro de aquellas paredes. Aunque le resultaba algo tedioso el proceso para entrar al lugar, esta vez pareció no importarle tanto, miraba todo con asombro, como si fuera la primera vez que pisaba ese lugar.
Le habían comentado de la nueva planta que no conocía del Mall y después de haber hecho el interesante procedimiento, pasó el ascensor y se encontró con una sala completamente diferente a cualquier cosa que hubiera visto antes. Admiró la estructura de mármol de la sala y el mural por unos minutos hasta que se dio cuenta que había alguien detrás del mostrador.
— ¡Hey!— exclamó, acercándose y recargándose en el mostrador— Me comentaron de unos libros o algo así... Y me gustan los libros, más aún si me vana dar poder a algo, ¿les quedan algunos? Estoy seguro que podría con el mejor, pero vamos a llevarla tranquilo y sólo voy a llevar uno de muestra... Si me gusta vengo por mas, ¿va?
En eso y sin esperar respuesta de la encargada comenzó a llenar el formulario que se usaba en el mall para llevar a cabo la compra, al terminar de escribirlo lo deslizó al otro lado del mostrador y esperó con una sonrisa de lado y mirada tranquila, como si fuera algo completamente normal.
ID: 116460
Nick: Röv
Nivel Mágico: IV
Link a la Bóveda Trastero: --
Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861
Fecha: 2016-09-01
Nombre del producto: Libro del Aprendiz de Brujo
Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo
Nivel (Solo para los libros): I
Precio: 1000 G
Precio total: 1000 G
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El lugar más seguro del mundo mágico, quizás el lugar con más secretos, todos estos guardados bajo poderosos encantamientos, hehcizos inimaginables y majestuosas criaturas mágicas con un único objetivo en común, proteger y resguardar los objetos y pertenencias más valiosas de incontables magos y brujas. Cada camino era único y diferente, y el viaje no siempre era de lo más placentero.
El camino a la bóveda del Targaryen no era demasiado largo, pero contaba con una serie de trampas y secciones del camino que podrían darle un buen dolor de cabeza a cualquiera. Se podían escuchar los dragones que volaban por aquél lugar, custodiando y velando por la seguridad del patrimonio de cada uno; con atención y un poco de suerte, hasta podría verse la silueta de uno de ellos surcando el camino.
La fachada de la bóveda del Targaryen luciría bastante modesta, con poca iluminación para los ojos de cualquiera que pudiera llegar a aquél lugar después de las trampas puestas en el camino. Se podría observar una pared casi completamente negra compuesta de ladrillos y ninguna aparente entrada.
Pero al sentir la presencia de la sangre de dragón, la entrada de la cámara se iluminaría por intensas llamaradas que saldrían del suelo. El Targaryen debería posar entonces su mano en el centro de la pared, justo donde un par de ladrillos se encuentran más sumidos que el resto; en ese momento la pared comenzaría a moverse, como si tuviera vida propia, dejando ver un vacío en el interior, del que saldría el rostro de un imponente dragón a atacar a quien se atreviera a abrir la puerta, simplemente una ilusión para mantener lejos a los casi imposibles, pero probables intrusos.
Dentro de la bóveda podría sentirse, más no apreciarse un vasto espacio desierto, que se iluminaría solamente después de sentir la presencia de la sangre del dragón. Sería hasta entonces que del suelo emergería una especie de cáliz con una llama tan viva como el mismo fuego de los dragones que custodiaban el lugar, en la que el Targaryen debería posar su mano para iluminar toda la sala.
Entonces podría verse la separación en varias pequeñas salas dentro de la bóveda, cada una resguardando artículos parecidos, acomodados de manera estratégica, dejando lo más valioso hasta el final. Ahí dentro había estantes para guardar miles de libros, pociones, cuartos enteros para criaturas mágicas y objetos inmensos hasta lo más pequeño. Todo en un mismo lugar.
Al fondo de la recámara se encontraba una majestuosa estadua de un dragón, que al sentir la presencia de algún intruso lanzaría una llamarada que llegaría a todos los rincones de la bóveda, ¿y los artículos? Estarían protegidos por un encantamiento para evitar desgracias.
Perfil de Comprador del MM: 205
- Indice de Bienes
- Objetos Mágicos
- Pociones Mágicas
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- Libros de Hechizos
- Poderes de Criaturas
- Consumibles en Batalla
Fecha de Próxima Actualización:
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-Aziid Targaryen
La situación le resultaba bastante extraña a Targaryen, no comprendía bien de lo que hablaba aquélla chica y en su mirada se podía notar lo desconcertado que se encontraba. Nunca había sido conocido por tener una gran paciencia, ni en su anterior vida, y no creía que eso fuera a cambiar ahora. Miró detenidamente a la chica mientras hablaba y cada vez se preguntaba más qué le ocurría.— Mira, no...— intentó interrumpir, pero Maida seguía hablando. Se quedó con la mirada hacia abajo y suspiró, estaba a punto de darse por vencido— No sé de qué hablas, no quiero niñitas tontas bailandome al rededor y no creo que seas un espejo para decirme cómo soy— rió sarcásticamente, si tan solo la chica supiera por lo que había pasado, que en vez de esas niñitas tontas a su alrededor habían sido decenas, tal vez centenas de demonios que debía controlar siendo prisionero—. Pero me agradas...
Era demasiado para él, no estaría en aquélla tienda un minuto más, aparte de que al parecer no había ningún encargado. Miró hacia todos lados y una sonrisa de lado se dibujó en su rostro al imaginarse las posibilidades de lo que podría hacer en una tienda sin seguridad, negó con la cabeza levemente y se dio media vuelta, para dirigirse a la salida.
— Tal vez,— agregó, volteando solamente su torso y cabeza hacia Maida— no tengas que preocuparte por no estar acostumbrada a comprar— bromeó y miró nuevamente hacia los lados, indicándole a la chica que no había nadie, al parecer—. Por mi parte es todo, no estoy para fingir disfrutar este tipo de cosas— le guiñó el ojo y sacó de su bolsillo una especie de carta mágica en la que de pronto comenzaron a aparecer unas letras, la dirección de su castillo, para ser específicos—. Aunque podrías pasarte tal vez algún día a visitarme y hablar en un lugar... Mejor.
Lanzó la tarjeta velozmente, pero ésta iría disminuyendo su velocidad hasta quedar flotando frente a la chica. Se volvió hacia la puerta y se dirigió al exterior del local, sin siquiera tomarse la molestia de esperar respuesta de la joven.
— Por cierto, no tengo idea de qué "primo" hablas. Tal vez la broma fue para otra.
Sacó un nuevo cigarrillo y puso pie fuera de la tienda, miró hacia ambos lados y al instante siguiente se esfumó del lugar, dejando solamente una especie de ruptura entre las ondas de luz, como una especie de difuminación oscura que desaparecería en segundos. Le esperaban aún muchas más cosas que hacer y lugares por visitar aquél día.
Cuando creo que era Unicornio de Plata antes, o al menos eso dice en mi ficha... Alguien me dijo que viera con los directores de Hogwarts/Academia (?) para verificar si sí había terminado mis cursos pero... Claro que los terminé jajaja 
Segunda Planta: Pociones
en Concilio de Mercaderes
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Link a la Bóveda Trastero: N°108896