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Aziid Black T.

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Mensajes publicados por Aziid Black T.

  1. Alzó la mirada y se sorprendió al escuchar la familiar voz llegar a sus oídos. En su rostro apareció una tonta sonrisa que no pudo evitar esconder, que tal vez jamás podría ocultar. Su distracción no lo había dejado ver de quién se trataba, ¿qué hacía ahí? Él recordaba a la pelirroja en el hospital y le resultaba increíble pensar que podría tener un cambio tan drástico en cuanto a su vida laboral, pero bueno... La gente se cansa de lo mismo.

     

    Aziid rió ante el comentario de la Macnair. —Claro, al parecer...—negó con la cabeza mientras ella tomaba el pedazo de papel y la miró unos segundos sin decir nada. El verla así, de sorpresa, desató la ola de sentimientos que ahora golpeaba las paredes interiores de su ser con fuerza. Tomó la caja, agradeciendo a la mujer.

     

    —Gracias, señorita Macnair. Y ya lo sabe... Es imposible deshacerse de mi.

     

    Bromeó mientras caminaba para atrás sonriendo, le guiñó el ojo a Arya y se dio la media vuelta para salir del mall. Tal vez se pasaría al negocio después a descansar un rato y revisar que todo estuviera en orden.

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  2. Sólo faltaba un artículo para tener todo listo. Las fiestas sin duda le emocionaban y podía verse en su cara aunque intentara ocultarlo lo mejor que podía. Bajó a la primer planta del magic mall, había pasado un tiempo husmeando en las de arriba, pero desafortunadamente ese día no llevaba nada más en las manos.

     

    Se acercó al mostrador con un pedazo de papel en el que tenía anotado el artículo que quería. No tenía idea de cómo se vería, de qué manera funcionaría, ni nada, pero los rumores corrían rápidamente por las calles y se decía que era lo mejor para asustar a las personas que pasaran sin ser deseadas... O simplemente para divertirse un rato.

     

    - Sería todo... Gracias! Ah, y también una Gema de la Desaparición... Lo olvidé.

     

    ID: 116460
    Nick: Röv
    Nivel Mágico: V
    Link a la Bóveda Trastero: N°108896
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861
    Fecha: 2016-10-20


    Nombre del producto: Reproductor de Gritos Tenebrosos
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
    Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) AA
    Puntos por unidad: 20
    Precio: 1000 G

    Nombre del producto: Gema de la Desaparición
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
    Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) AAAA
    Puntos por unidad: 80
    Precio: 4000 G


    Precio total: 5000 G
    Total de Puntos: 100

  3. La llegada de nuevos artículos era lo que le tenía otra vez, aquél día, visitando la segunda planta del magic mall, como ya se le había hecho costumbre. Pero ésta vez era diferente. Sabía que eran artículos especiales por la época del año en la que se encontraban, su época favorita, la Gran Celebración para sus antepasados. Tal vez era la mejor y más representativa para él, por eso se le veía con una sonrisa de lado al cruzar las puertas del lugar.

     

    —Hola tres veces.

     

    Comentó al llegar por detrás de Arya, a quien reconoció de inmediato al pasar por la puerta. Sonrió, esperando no causar problema o incomodidad, cosa que antes jamás habría sucedido, pero todo cambiaba... Y sabía que sería mejor llevarlo bien. Desvió la mirada, pasándola por todo el lugar para al final llegar al mostrador, al parecer estaba ella ya esperando ser atendida.

     

    —¿Escalofriante y Cabeza de Calabaza? —preguntó con curiosidad, arqueando una ceja. Sabía que tal vez la mayoría del movimiento en el mall mágico de los días anteriores se habría debido a la llegada de dichas pociones— Yo igual...

     

    Se llevó ambas manos a los bolsillos traseros de los pantalones que vestía, estirando su espalda en lo que llegaba alguien a atenderlos para poder salir de ahí, su estómago lo estaba matando, una buena comida lo llamaba desde hacía rato, pero no podía esperar a adquirir los artículos que necesitaba para preparar su negocio.

     

    —¿No tienes hambre? Iré por Ámbar, tal vez podamos comer algo y, no sé... Hablar bien de una vez.

     

    --------------------

     

    ID: 116460
    Nick: Röv
    Nivel Mágico: V
    Link a la Bóveda Trastero: N°108896
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861
    Fecha: 2016-10-20
    Nombre del producto: Poción escalofriante
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción
    Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) PP
    Puntos por unidad: 20
    Precio: 1000 G
    Nombre del producto: Poción cara de calabaza
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción
    Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) PP
    Puntos por unidad: 20
    Precio: 1000 G
    Precio total: 2000 G
    Total de Puntos: 40
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  4. Aziid Black T.

     

    —¡Ésta es!

     

    La segunda estatua era exactamente como la había imaginado, quedaría perfecta en... En algún lugar que después podría pensar mejor, una vez comprada y con todo el peso del remordimiento en su cabeza, tendría que encontrarle algún lugar. Escuchó el precio y se preguntó si podría llegar a algún acuerdo con el hombre que lo atendía. Aziid asintió con la cabeza al escuchar la campanilla y el anuncio del Haughton. Se quedaría unos minutos más viendo algunos cuadros, quizás podría negociar la compra de más artículos a cambio de un mejor precio.

     

    Momentos después bajó a la planta baja, listo para hacer su oferta. De todos modos iba a comprar las pinturas, pero aprovechar la situación para intentar obtenerlas a un menor precio sería algo que no dejaría pasar, le vendría bien tanto a él como al dueño. Observó momentos la situación, intentando no interrumpir la charla que se llevaba a cabo entre los dos, pero aprovechó un momento oportuno (o tal vez no tanto) para dirigirse al dueño del local.

     

    —Vi unas pinturas que me gustaron. Si hay algún tipo de precio especial, me llevaré tres de ellas y la segunda estatua que me mostraste, ¿qué dices?

     

    Cruzó los brazos por la espalda, mirando fijamente al dueño, arqueando una ceja en espera de su respuesta. Mientras tanto, se preguntaba a qué otros lugares podría dirigirse, algún lugar tranquilo para relajarse lo más posible y pensar tranquilamente en dónde metería una estatua de más del doble de su tamaño.

     

    @@Emmet Haughton Gaunt

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  5. Aziid Black T.

     

    De pronto escuchó pisadas que se acercaban, alguien iba subiendo también a la planta alta del loca, seguramente algún trabajador a hacerle la molesta pregunta de siempre: "¿Todo bien? ¿Necesita ayuda?". Volteó hacia las escaleras, esperando ver la figura del trabajador de la tienda, estaba listo para abrir la boca, cuando vio la figura del hombre que sabía no era un simple trabajador.

     

    —No lo sé, tal vez puedas.

     

    Volvió a posar su mirada sobre los cuadros, cruzando los brazos por la espalda, dando unos cuantos pasos alejándose del encargado o dueño del local. Observaba con atención todo, pero lo que llamaba más su atención eran las estatuas, quién sabe si podrían tener lo que se le venía a la mente.

     

    —¿Sabes? Creo que sí puedes ayudarme... Siempre me gusta ir a lo grande, no quiero una de estas pequeñas estatuas —comentó de forma casi despectiva, rozando su dedo índice por la cabeza de una estatuilla de algún guerrero o Dios que desconocía; después alzó los brazos y los abrió, como si se imaginara la estatua flotando frente a él—. Quiero algo único... Apollo.

     

    Miró nuevamente al encargado, con una expresión ambiciosa, los lujos que se daba últimamente podrían llevarlo tal vez a la ruina, aunque con su nuevo negocio, el dinero de sus familias y lo que tenía aún guardado sabía que sobreviviría y no debía preocuparse.

     

    —¿Tienes algo así? Y, ¿cuánto me costaría?

  6. Aziid Black T.

     

    Se volvió a encontrar con aquel establecimiento que en una primera vez le había causado un sentimiento algo extraño, como de disgusto... Pero decidió darle una segunda oportunidad. Su figura cruzó la puerta del local, encontrándose nuevamente con todos los artículos que había visto la vez anterior, caminó por entre ellos lentamente, observándolos y pasando de vez en cuando su dedo por encima de ellos para sentir las diferentes texturas de los diversos materiales que se vendían en el lugar.

     

    Notó la presencia de dos figuras en el local, pero las ignoró en un principio, vagando por la primera planta antes de descubrir la existencia de un segundo piso, tal vez algo mejor estaría esperándole ahí. Pasó decidido, subió a la planta alta y echó un vistazo rápido a todo lo que había ahí.

     

    —Será bueno como decoración —se dijo a sí mismo, mirando la gran cantidad de cuadros exhibidos y estatuas. Quizás hasta podría hacerse de una pequeña colección, aunque no sabía en dónde podría meter todo eso, le gustaban las extravagancias y sin dudas no se conformaría con una figurilla, iba por las estatuas—.

     

    Se cruzó de brazos, caminando a pasos lentos pero decididos ahora por la segunda planta del local, intentando decidir qué era lo que se llevaría y en dónde lo pondría. El estilo no quedaría en su castillo, quizás encajaría mejor en el Black, ya que en su negocio tampoco correspondería del todo.

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  7. Aziid Black T.

     

    Sería apenas la segunda vez que visitaba esa parte del Magic Mall, había comenzado a desarrollar un extraño gusto por las pociones, no el cómo hacerlas y todo eso, esa parte le resultaba aún más que aburrida; sino el cómo usarlas, los efectos que tendrían sobre las personas o lo que se usara, la duración, lo que podría lograr hacer con ellas... Era un nuevo mundo en el que se había sumergido y sabía que era hora de llegar a un nivel más alto, de adquirir esas pociones raras que no todos tienen y que sin duda tienen efectos más interesantes.

     

    Subió a la segunda planta y se dirigió de inmediato a la sección de las pociones que buscaba, las de clasificación más alta, para ver cuáles quedaban en stock, y se sorprendió al ver que había una en especial que le interesaba y era el último ejemplar. No dudó ni un instante y llenó el formulario correspondiente, antes de volver a ver más de esos líquidos. Notó uno que le llamó la atención, más que nada su envase, así que también decidió comprarlo aunque no supiera bien su uso... Para eso tenía conocidos y tiempo de hacer investigación.

     

    Aziid fue directo al mostrados, extendiendo las dos fichas de compra, para que el encargado del lugar pudiera brindarle los artículos que deseaba. -Las quisiera llevar yo mismo, si no es mucha molestia -comentó antes de que el encargado pudiera tan si quiera procesar la orden, esperaba que todo saliera bien, estaba realmente emocionado, aunque sabía que sus impulsos le costarían una buena rebaja de galeones en su bóveda... Ese pensamiento y el remordimiento no llegaba aún a su mente.

     

     

     

    ID: 116460
    Nick: (con link a la ficha): Röv
    Nivel Mágico: IV
    Link a la Bóveda Trastero: N°108896
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861
    Fecha: 2016-10-04
    Nombre del producto: Veritaserum
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción
    Catalogación: AAAAA
    Puntos por unidad: 160 P
    Precio: 8000 G
    Nombre del producto: Zumo de Mandrágora
    Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción
    Catalogación: AAAAA
    Puntos por unidad: 160 P
    Precio: 8000 G
    Precio total: 16000 G
    Total de Puntos: 320 P
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  8. Aziid Black T.

     

    Una especie de oscura y densa nube surcó con rapidez los cielos del desierto más grande del mundo, interrumpiendo la tranquilidad del día, aterrorizando a los pequeños roedores y reptiles que buscarían refugio al ver la sombra pasar por encima de ellos. Llegaría hasta el lugar en donde se encontraba Galery y tocó el suelo justo a seis metros de la chica, la nube fue perdiendo su espesura cada vez más hasta dejar ver la figura del joven mago, con la mirada fija en la rubia que ya conocía con anterioridad.

     

    ─¿Otra vez tú? ─preguntó con sarcasmo, alzando los brazos, como quejándose de tener que estar ahí con ella una vez más, ¿a caso le estarían jugando una broma? ¿Sería un plan de parte de los organizadores del torneo en el que estaba participando?

     

    Los rayos del sol y el calor golpeaban con fuerza su piel, algo casi insoportable para él, sumando que debería luchar en esas condiciones, tal vez resultara algo un poco tedioso. Acomodó su camisa delgada y arremangó sus mangas con rapidez, esta vez el uso de sus jeans no le ayudaba en nada a mitigar la sensación de calor que lo perseguía, pero sus zapatos de tela eran de ayuda, ya que de no ser así las plantas de sus pies estarían en contacto directo con la ardiente arena y eso sí haría casi imposible su duelo.

     

    Sonrió y abrió la boca para hablar, pero entonces escuchó lo que su contrincante pronunciaba... Había hecho lo mismo que la vez anterior y Aziid comenzaba a preguntarse si tenía algo mejor que hacer, pero esta vez no sería tan fácil asustarlo, se encargaría de acabar todo rápidamente, antes de brindarle oportunidad a su contrincante de hacer algo... Recordó sus mejores tiempos, recordó un duelo en especial, en el que su contrincante al iniciar había decidido hacer algo parecido... No haberlo atacado sería su error más grande.

     

    ─Celerus Confundus

     

    Causaría daño directamente en la mente de Galery, desorientandola unos momentos, sin saber qué pasaba. «No me asusta, no me asusta, no me asusta...», repetía él en su mente, necesitaba estar concentrado para efectuar todo como quería que le resultara. Su hechizo había servido y no esperaría más para volver a aplicarle un Confundus a su contrincante mediante un simple movimiento de varita.

     

    A pesar del miedo irracional que sentía en esos momentos, se sentía excelente. Todo a su alrededor pasaba con lentitud, aunque era casi imposible darse cuenta, pues en un desierto no pasaba mucho y no había tanto que ver, pero lo sentía dentro de si mismo, podría decirse que amaba la sensación brindada por el hechizo que le confería más velocidad de la normal.

     

    ─Espero no sea de mi ─pudo contestar después de unos momentos. Miró a su oponente y le sonrió bromeando, ella tal vez ni si quiera podría saber de qué hablaba, por la confusión que había generado seguidamente─. Tal vez después de aquí me invites por algo.

     

    ─Sectusempra.

     

    De la punta de su varita salió el rayo plateado dirigido hacia el pecho de Galery. Habría preferido utilizar la maldición asesina por primera vez, era una completa tontería que no se le permitiera por otras cuestiones al iniciar los duelos... Tal vez por mera arrogancia de los mortífagos, como las bestias que juegan con su presa antes de quitarle la vida, simplemente para divertirse un poco antes de terminar con todo. En fin, el hombre debería esperar para poder "estrenarse" como todo buen mago tenebroso. La maldición que había lanzado hacia su oponente causaría graves heridas en toda el área de su pecho al impactar... Lo que, después de la confusión creada, terminaría con todo.

     

    No había espectáculo y aunque era la segunda vez que recurría a esa manera de finalizar un duelo apenas comenzado y no le gustaba del todo, sabía que debía hacerlo para acabar con su racha. Miró el cuerpo de la mujer con mera futilidad. Tal vez después de todo él sería quien debería llevarla a un lado al terminar... Un hospital, o algún lado en donde pudiera recuperarse. Su duelo había comenzado de la misma manera, pero el resultado era completamente diferente a lo que había ocurrido aquella noche en medio del mar.

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  9. Hola, vengo a pedir unos cambios ^^

     

     

    En Datos Personales:

    • Cambiar la familia Delacour por la Familia Black.
    • Cambiar en la parte de Padres adoptivos a Orión Black.

     

    En Perfil del Personaje:

    • Cambiar el Aspecto físico a:

    Pese al paso del tiempo, la figura de Aziid se ha mantenido como casi toda su existencia, con leves cambios dados los diferentes estilos de vida que ha llevado.

     

    Es un hombre alto, midiendo 1.85 metros. Su figura solía ser delgada, pero con el paso del tiempo se fue volviendo más fornido como resultado de su amor a la aventura y los viajes que ha realizado, más que nada, en los que debía sobrevivir a costa de todo y arreglárselas por sí mismo para poder volver sano y salvo. Debido a eso se le ve con una musculatura moderada, pero nada exagerado. Lleva también en su piel algunos tatuajes, todos con alguna explicación o historia que lo van formando, añadiendo conforme pase el tiempo más a su “colección”.

     

    Su tez es clara debido a su descendencia y su cabello realmente es castaño claro y quebrado, aunque dependiendo de la iluminación y la humedad del día puede verse de un tono más oscuro o más liso de lo normal. Suele dejar la parte trasera y los lados de su cabello cortos y solamente la parte de arriba más larga; a veces mucho, como para hacerse una pequeña coleta, aunque no siempre.

     

    Su mirada tiene aspecto calmado y los ojo de color miel rojiza, cuyo tono puede variar dependiendo de su posición con respecto a la luz, el entorno y la ropa que lleve puesta en el momento. En general, sus facciones son masculinas, sin llegar a lo tosco.

     

    • Cambiar las Cualidades Psicológicas a:

    El rechazo que sufrió desde temprana edad por las otras personas y diversas situaciones que tuvo que vivir fueron los factores que moldearon su carácter y lo llevaron a ser de la manera que es.

     

    La mayoría de las veces, suele ser bastante calmado y relajado ante cualquier situación –a veces demasiado–; egocéntrico, aunque después de su secuestro y los hechos sucedidos, su manera ególatra de ver a los demás y a sí mismo disminuyó considerablemente. Aunque, en general, no le agrada mucho la gente y es difícil hacer que tome confianza con alguien que recién conoce.

     

    No soporta estar encerrado, la libertad es uno de los valores que considera más importantes y siempre que pueda estará afuera. Su pensamiento es bastante liberal, cualquier persona es libre de hacer lo que le plazca y es por eso que odia los procesos, la burocracia y todo lo relacionado.

     

    Solía ser rebelde y desconsiderado, jamás pensaba las cosas más de una vez ni tomaba serio ningún asunto. No obstante, eso cambió un poco al regresar al mundo mágico, al darse cuenta de los cambios que había habido con la gente que le rodeaba. Ahora no es tan rebelde y temerario como lo había sido antes, aunque su manera de ver la vida cambió bastante. El bien, el mal, lo justo, injusto… Lo que se debe y no hacer. Cree que lo más importante verdaderamente es lo que se quiere hacer. Su sarcasmo sigue, al parecer jamás se irá, y su indiferencia hacia la vida también se fue al caer en cuenta de que su hija, Ámbar, estaba ahí.

     

    Motivación al bando tenebroso: El deseo y su motivación de pertenecer al grupo tenebroso de magos aparece después de que “regresó a la vida”, con el objetivo de dejar todo en claro y poder explayarse, de volver a ser quien realmente era y ser libre, así como de buscar la libertad para los demás de quienes pretenden ofuscarla con falsos ideales.

     

     

    Cambiar la Historia a:

    El drama y las tragedias persiguen a este mago desde sus inicios; su historia, elaborada a base de eventos desafortunados, tiene su primera desventura con su llegada al mundo… De sangre Black, separado de sus padres por azares del destino, los cuales se perdieron y de los cuales jamás se escuchó hablar nuevamente. Un mago con sangre completamente pura y de una familia con muchísimas riquezas y poder en el mundo mágico, estaba sólo y sería criado por squibbs…

     

    Creció como un muggle, adoptado por la familia irlandesa que había dado con él de alguna manera; ellos sabían la verdad de la historia, pero decidieron que sería mejor no contárselo, que descubriera todo por sí solo y crear una nube o cortina para esconder lo que algún día saldría a la luz de manera inevitable.

     

    Tuvo una vida normal… Normal para un muggle. Atendía a la escuela muggle, tomaba clases de muggles, salía a lugares de muggles, pero no tenía amigos muggles; siempre se le veía sólo, prefería estar así, y en la escuela sufría de todo tipo de maltrato de parte de los demás. Estos hechos fueron formando desde temprana edad su manera de ser y su carácter y forma de ver la vida, poco a poco, el odio se iba acumulando dentro de él hacia todas esas personas que lo menospreciaban y molestaban por el hecho de ser diferente.

     

    Pasó el tiempo y después de un par de accidentes y ver que la situación de Aziid no mejoraba, el par de squibbs decidió contarle parte de la verdad y mandarlo a estudiar a una escuela mágica, una digna de tener a un alumno como él, en donde no sería diferente a los demás y donde podría desarrollar sus habilidades a un nivel más alto del que podría imaginar cualquiera.

     

    Se apartó de las personas que lo habían adoptado, queriendo borrar cada recuerdo que tenía de ellos e intentando buscar la verdad de sí mismo. La rabia y el odio se fueron acumulando más y más con el tiempo, en Hogwarts se graduó con honores de la casa de las serpientes… Era su único deseo en ese entonces, sobresalir, ser mejor que todos los demás, que cuando lo vieran y mencionaran su nombre lo hicieran con respeto.

     

    Al salir de Hogwarts se aventuró en otra escuela mágica, una en donde encajaría aún más, donde los temas que le interesaban sí eran impartidos y no tenían est****as reglas por miedo a que se saliera algo de control. Durmstrang sería testigo del nacimiento del interés del mago por las Artes Oscuras y su cambio, o más bien, su revelación.

     

    Pasó el tiempo, las cosas no mejoraban… Creía que se sentiría mejor, que el odio sería cosa del pasado y podría superarlo, pero los fantasmas de su pasado lo seguían a donde quiera que fuese. Decidió aventurarse a viajar por el mundo, intentando encontrar una solución, pero jamás pudo, todo era en vano. Su viaje solamente resultó en una nueva tragedia para su vida, su casi-muerte causada por una manada de hombres lobo que al final lo dejaron vivo, tan sólo para que sufriera las consecuencias. Esa misma noche de luna llena se dio cuenta, el demonio que llevaba dentro desde ese momento tomó su vida y la regresó a su cuerpo, transformándose en una bestia que nadie podría controlar.

     

    Tan sólo en uno de sus viajes, llegando a un monasterio aprendería a controlar y estar en armonía con la bestia que llevaba dentro. Los monjes de ese lugar cambiaron su vida –o al menos eso creía–, escondieron su odio y le hicieron ver cosas nuevas que jamás había pensado, le enseñaron la vida desde otra perspectiva. Creyó encontrar la paz escondida entre nubes y montañas y se decidió a volver al mundo mágico.

     

    Al volver todo era diferente para él, quería tener un propósito de vida y por eso se unió a la causa de la Orden del Fénix, buscando el “bienestar” de todos, cazando mortífagos y a cualquiera que pudiera representar un supuesto peligro para la comunidad mágica. Llegó con la primer familia que lo recibió de brazos abiertos y se dio cuenta de la existencia de su primogénito, Vrael, quien después se convertiría también en su mejor amigo y el chico con el que haría historia en la Orden del Fénix, demostrando ambos de lo que estaban hechos a pesar de no tener tanto poder mágico o rangos altos, haciéndose cargo de divisiones y proyectos en conjunto dentro del bando.

     

    Conoció gente increíble, la más importante Arya Macnair, quien logró demoler esa gran fortaleza que lo protegía de cualquier persona; esa mujer fue la única capaz de ver más allá de su peculiar actitud rebelde y sarcástica y encontrarse con la persona quien realmente era… Parecía que todo iba bien en su vida.

     

    Tuvo un sueño junto con Vrael, en donde se dieron cuenta que les pertenecía una antigua propiedad inmensa, con grandes riquezas heredadas su nombre, con la condición de mantener esa familia y devolverle el prestigio que había tenido en épocas antiguas. Parecía que todo había cambiado por fin, hasta que la desaparición de su pareja le amargó un tanto más la existencia… Peor aún cuando se enteró, aunque no sabía verdaderamente, que la mujer cargaba en su vientre a una niña.

     

    La noticia solamente llegó a derrumbar todo lo que había construido durante todo ese tiempo, se preguntaba una y otra vez el por qué, si era alguna indirecta de parte de Arya hacia él, se preguntaba qué había hecho mal… Cansado del desorden y la adversidad, decidió marcharse y alejarse de todo un tiempo. Su viaje no duró mucho, pero bastó para equilibrar sus pensamientos y devolverle algunas cosas que había perdido con el paso del tiempo.

     

    Durante su viaje…

    Conoció a Rövyr Zekkar, el compañero de viaje que siempre había buscado. Con él no solamente compartió su viaje, sino muchas experiencias e historias, pero como todo lo bueno en su vida, no tardó en serle arrebatado en un abrir y cerrar de ojos. Algo de otro mundo que el mago aún no puede explicar los "atacó" y tomó su alma al instante, dejándole su cuerpo a Röv, quien huyó hacia Dragonstone para reencontrarse con la familia del desaparecido, quien ellos daban por muerto.

     

    Comprendió que había sido llevado por, viajó con el Dullahan, quien lo llevó ante Balor, el Dios celta demoniaco de la muerte, quien requería su ayuda. Fue prisionero bastante tiempo, obligado a pasear con Carman, la oscuridad, el mal, y la violencia. Tal vez era su carácter lo que lo hacía especial para aquéllos seres, pero su inteligencia podría sacarlo de aquélla extraña dimensión en la que se encontraba cautivo.

     

    Un día, o tal vez noche -ahí no existía la diferencia-, el hombre recibió una visión de un cuervo, y supo que era su momento de escapar. Logró burlar a Balor y luchando con su magia venció a Carman. Así logró abrir una brecha entre ese mundo y el que siempre había conocido.

    Al volver…

    Se dio cuenta de todas las cosas que había olvidado. Pudo ver por fin con claridad, después de estar tanto tiempo en las tinieblas. Su alma sufrió cambios, sabía que no era más un humano, pero en ese momento no tenía tiempo para pensar en esas cosas. Se encontraba débil y tendría que recuperar fuerzas un par de días antes de poder viajar.

     

    Ese tiempo le sirvió como reflexión, de todo: sus actos, sus ideales, su verdadera identidad, de las personas con las que había tratado. Dentro de sí, volvía a crecer la rabia, ésta vez más intensa que nunca, hacia todas las personas que no lo tomaron nunca en serio, las que nunca vieron lo que hizo ni lo apoyaron y sobre todo, a los que le habían dado la espalda.

     

    Decidió así, buscar un estilo de vida más libre, donde pudiera actuar sin presiones, se había dado cuenta de la mentira bajo la que había vivido tanto tiempo… Que los monjes que le enseñaron su propósito de vida, tan sólo habían escondido y reprimido todo lo que sentía en su interior y ahora quería dejar salir por completo. Además, al volver y darse cuenta de la situación en la que se encontraba su antigua pareja todo quedó hecho cenizas dentro de él.

     

    Toda esta confusión y oleada de sentimientos encontrados lo llevaron a actuar y tomar decisiones que jamás creyó que fuera a tomar, comenzando así su nueva historia como mago tenebroso.

     

    Aprendió a tomar las cosas con más calma, a reflexionar y a perseguir sus ideales a pesar de todo lo que le dijeran, buscando la libertad y el cambio sobre todo en cada lugar y cada persona que pudiera. Intentando ahora hacer un verdadero cambio en la sociedad, algo que librara a todos del inútil sistema y el régimen que dictaba lo correcto e incorrecto.

     

    Fue entonces que descubrió su verdadero pasado y su descendencia de una de las más prestigiosas familias mágicas: Los Black. Y a pesar de que no se sabía nada de sus padres desde años atrás, Orión Black sería el que lo apadrinaría y le mostraría la manera de por fin dejar ir todo, cortar sus problemas de raíz y poder volver a ser quien siempre fue desde pequeño. El mundo seguía igual, el que había cambiado era él mismo… Y lo mejor estaba aún por verse.

     

     

    En Otros Datos agregar:

    • Ya no puede conjurar patronus...
    • Lleva un tatuaje en su cuello que dice Ómra.
    • Su brazo izquierdo lo lleva tatuado por completo, dedicado a los hechos de su vida más que nada y a cada uno de los lugares que ha visitado en sus viajes.
    • En la espalda tiene el tatuaje de un dragón que lanza una llamarada.
    • En el cuello, en la parte frontal, lleva tatuadas un par de alas abiertas.
    • En el costillar derecho lleva unas garras de lobo tatuadas.
    • En el antebrazo derecho lleva un avión geométrico y un mapa con el mismo estilo.
    • Arriba del avión y el mundo, con el mismo estilo geométrico, lleva un mapa del sistema solar con puntos que forman constelaciones.

    Por último, en Links de Interés, agregar:

     

     

     

    Y eso sería todo, gracias al/la mode que haga la actualización ^^ Saludos!

  10. Ya vengo a molestar (? jajaja Tengo unas dudas en cuanto a mi duelo con Galery :3 Aquí les dejo el link. Aquí va... Pondré las cosas a como yo las veo, ya me dicen si estoy mal y todo eso.

     

    Bueeeeno... Primero, en el post #4 (Galery) entiendo la intercalación de su Celerus Nicromantia Lingua, pero después ya no veo (al menos yo no entiendo por lo descrito) que sus siguientes hechizos estén intercalados... Así que decidí, como mi personaje tiene encima el efecto de Kaidan, intercalar un Evanesco a su morphos (porque el Evanesco está dentro de los permitidos en la descripción del hechizo...) Pero Galery después rolea que no se puede u.ú

     

    Mi duda es si todo esto está bien a como yo lo veo? xD Y si si está mal que haya intercalado el Evanesco aunque en la descripción dice que:

    Durante este tiempo el hechizado no puede intercalar sus hechizos con los de su rival, excepto los defensivos "Protego", "Evanesco", "Avis" y "Floreus")

     

     

    Y sería todo, para poder continuar ^^ Gracias!

  11. Aziid Black T.

     

    La inteligencia de su rival no le sorprendía en lo absoluto, a pesar de haber formulado un buen plan, sabía que sería difícil que cualquiera cayera en él, pero no perdía nada con tentar a la suerte y aprovechar de vez en cuando las distracciones de sus rivales. Galery había podido adelantarse a su hechizo Morphos, negando la acción del primero que había lanzado, pero no pudo hacer nada para evitar quedar desnuda frente al mago, Aziid sonrió al ver las mejillas sonrojadas de la joven, por alguna razón le causaba gracia.

     

    Lamentablemente para la Malfoy, había dejado pasar un tiempo sin intercalar a las acciones de Aziid, primero apareció la avispa marina, inyectando su veneno, después el Strellatus dejó un poco ciega a la chica y sin posibilidades de ver claramente lo que sucedía, y fue hasta después de eso que decidió atacar nuevamente, invocando dos letales llamaradas malditas que representarían una verdadera amenaza para Aziid si se encontraran en otras circunstancias... Pero la visión de la chica se encontraba nublada a causa del hechizo cegador y no pudo notar el movimiento que había hecho el irlandés y ambas llamaradas pasaron a poca distancia de él, a su izquierda, pues se había movido hacia la derecha.

     

    Enseguida, notó cómo Galery tomaba un broche de su cabello, sabiendo perfectamente lo que la chica planeaba a causa del veneno que la avispa marina había inyectado en su organismo... Intentando pensar rápidamente, quiso hacer algo para evitarlo, silenciarla, tal vez... Pero no podría, sabía que el efecto de la maldición "Kaidán" aún lo tenía preso, pero logró recordar justo a tiempo que tenía unos cuantos hechizos que aún podía intercalar a su rival y sin dudar más agitó su varita, pensando en un Evanesco, justo en el momento en el que Galery había puesto el broche sobre su mano; en ese instante el broche desaparecería y la siguiente acción de la chica sería inútil, intentando aplicar un Morphos en donde ya no había nada.

     

    ─¿Y quieres que me quede yo sin camisa? ─preguntó bromeando, respondiendo a la cuestión de la chica.

     

    ─Limitate ─pronunció claramente. Su hechizo tendría un efecto instantáneo en la varita de Galery, la cual perdería parte de su poder mágico y le impediría hacer cualquier tipo de invocación o lanzar rayos por un buen rato, solamente lo necesario para que él pudiera acabar con el duelo de una buena vez.

     

    ─¡Corpus Patronus! ─exclamó enseguida, haciendo que de su varita salieran hilos plateados que formarían la imponente figura de un majestuoso hipogrifo. La bestia era simplemente magnífica, desplegó sus grandes alas hacia los lados y se paró sobre sus patas traseras, emitiendo un molesto ruido que anunciaba su llegada. Sus patas delanteras contaban con afiladas garras capaces de defenderse y de enterrarse en la piel, su pico y su mirada era lo que más causaba incomodidad para cualquiera que se encontrara enfrente... Sabía que podía morir en cualquier momento con una criatura como esas. El hipogrifo adulto plegó nuevamente sus largas alas, mirando a Galery de manera feroz, pero sin hacer nada de momento, simplemente se encargaría de proteger a su amo de cualquier cosa que pudiera dañarlo.

     

    @@Galery Grindelwald Malfoy

  12. Aziid T.

     

    –Claro –murmuró al escuchar las palabras que entonaba su compañero, bebió un sorbo más y siguió escuchándolo; había algo en él que le causaba cierto sentimiento de aprobación, tenía el presentimiento de que ambos veían las cosas de una manera parecida, tal vez eso habría sido lo que lo mantenía ahí en la mesa con el hombre que ni si quiera conocía, pero ya comenzaba a agradarle. Si tan sólo fuera tan fácil hacer lo que decía... No tener problemas y arrancar el problema de raíz. Tenía y estaba rodeado de problemas desde que su memoria le permitía recordar.

     

    Cerró su puño y golpeó con sus nudillos un par de veces la mesa, como si estuviera oprimiendo un botón inexistente, celebrando la respuesta aceptada de su interlocutor. Señaló a Orión, con una sonrisa en su rostro y alzó la mano, llamando al cantinero a que le llevara otra bebida al Black– !Eso! Exactamente, –la bebida llegó y el cantinero la puso frente a Orión, Aziid alzó su brazo nuevamente brindando, esperando que su compañero le siguiera el juego– "cambiar" es lo que busco.

     

    –La gente vive encadenada, presa de otras personas, presa de los ideales que los demás quieren imponer sobre la mente y el pensamiento de uno mismo... A veces ni siquiera nos damos cuenta, ¿entiendes? –no revelaría secretos de su pasado, no aún, sin antes saber exactamente de quién se trataba el hombre con el que mantenía la interesante conversación–. No puedo ser muy específico, pero viví engañado, con ideas en mi mente que tal vez ni si quiera eran mías. Atado a personas que se desataron hace mucho, y ahora es eso lo que me ahoga... Solamente quiero vivir así, libre. Zafarme de todo, arrancar los problemas de raíz, como tú dices.

     

    –Tu bebida no se acabará sola –comentó finalmente, alzando la mano para que el cantinero llevara una nueva ronda para ambos, pero el irlandés iría bebiéndola más despacio, quería asegurarse de que podía confiar en ese sujeto y a falta de una poción para que dijera toda la verdad, el alcohol sería el remplazo perfecto para ir sacando información poco a poco.

     

    @Orión Black

  13. Aziid Black T.

     

    Las cosas iban mucho mejor, su vida iba tomando un curso que realmente le agradaba y era motivo de sentirse bien. El Torneo de duelos... Marchaba un poco mejor de lo que esperaba; al principio pensó en el primer lugar casi de inmediato, pero después de unos enfrentamientos y caer en cuenta de cuán olvidado tenía todo eso, ahora comenzaba a retomarlo... Quedó de llegar al lugar acordado, por fin un escenario decente para un duelo, no como el que había tenido anteriormente...

     

    Apareció casi en medio de la nada, sintiendo la fina arena bajo sus pies descalzos, bajo la oscuridad de la noche y la vigila de la luna, en una especie de isla en algún lugar que desconocía... El escenario del duelo era interesante, no había absolutamente nada cerca de donde se encontraba la chica... "¿Otra vez tu?" pensó Aziid al darse cuenta de quién era su oponente. Miró a su alrededor por todos lados, pensando qué podría hacer, pero desafortunadamente no había ni si quiera pequeñas piedras, caracolas, o plantas en el lugar en el que se encontraban, sería un duelo mágico puro...

     

    Se posicionó a seis metros de Galery, dispuesto a saludarla, pero en eso vio un extraño resplandor en la mirada de la chica. Un escalofrío recorrió su cuerpo en menos de un segundo, erizando los vellos de sus brazos, dejándolo paralizado un instante. Sabía de lo que se trataba y aunque intentaba decirse a sí mismo que era sólo efecto de un conjuro, el miedo no lo dejaba en paz, no podía pensar completamente claro, pero sabía que debía hacer algo, no podía dejar, a pesar de eso, que el miedo lo dominara. Tomó su ligera camisa, estirándola un poco como simple reflejo de nerviosismo y se dispuso a tomar su varita del bolsillo de los pantalones de mezclilla que llevaba en la ocasión.

     

    Enseguida el mago juntó todo el poder que podría juntar, intentando dejar de lado el miedo que le proporcionaba el conjuro de su contrincante, la miró con tenacidad... Estaba listo. Pocas veces antes había tenido la oportunidad de usar aquél hechizo, era raro y bastante complicado, pero tenía la fuerza necesaria─¡Ardius... ─comenzó el mago y en ese instante empezó a sentir cada partícula de su cuerpo moverse con facilidad, con rapidez y más agilidad que de costumbre, desde su punto de vista, todo lo demás se hizo más lento─...Lusentium!finalizó con fuerza, no sin antes concentrarse bien en el sentido que quería que Galery perdiera: el del gusto. La onda mágica se propagó hacia adelante, donde apuntaba con su varita en dirección a Galery, avanzando ocho metros y afectando el sentido antes mencionado de la joven bruja. Lo que le quitaría la capacidad de distinguir sabores, pero más importante que eso, le proporcionaría problemas con el habla y le impediría pronunciar palabra alguna por un buen rato.

     

    Morphos ─Se decidió a continuar. En ese instante, Galery, quien portaba nada más y nada menos que una larga túnica se vio en una situación vergonzosa, el Black no estaba sorprendido en lo más mínimo. Su túnica y única prenda de ropa había sido transformada en una avispa marina, peligroso animal que quedó sobre la espalda de Galery, dejando a la chica desnuda en medio de la nada. Con sus decenas de pequeños tentáculos dispersos sobre la piel de la chica, la avispa marina inyectaría su veneno de inmediato ante la amenaza de encontrarse fuera de su hábitat...

     

    El enrojecimiento sería el primer síntoma, acompañado con fuerte ardor en toda la zona dorsal. Después, conforme el veneno fuera viajando por el cuerpo de la rubia, ésta sufriría de espasmos graves y fuertes dolores que finalizarían solamente a la hora de su muerte, en un fuerte pero inútil intento por parte de su organismo de librarse del veneno.

     

    ─¡Strellatus! bramó, haciendo que la visión de Galery se viera nublada completamente por un fuerte destello blanco, el intenso ardor que sentiría en sus ojos no la dejaría ver con claridad lo que sucedía y dónde estaba el mago posicionado. Aziid aprovechó para moverse unos pasos a la derecha, casi tocando el agua que el mar empujaba hacia la arena. En cuanto a Galery, debería curarse la extraña infección que le dejaría el hechizo cegador, eso si no quería terminar con la visión afectada por el resto del enfrentamiento.

  14. Aziid T.

     

    Notó algo diferente, algo en su varita que le daba el pase para poder invocar y lanzar hechizos nuevamente, aunque en su rostro podía verse su mezcla entre desesperación y aburrimiento que estaba sintiendo por el enfrentamiento. Con suerte, las cosas se pondrían mejor ahora. Aziid vio al Haughton deshacerse de la feroz hiena que había creado y después evitar el ataque de su perro, haciendo que las patas de éste fueran mágicamente atadas, causándole una pequeña caída de no mas de un metro, pues el objetivo era simplemente el torso de Dovakhin, lo que no representaría ningún problema o herida para el canino.

     

    —¡Anular Corpus Patronus! —exclamó, haciendo efecto sobre la varita de Dovakhin, arrebatándole la posibilidad de hacer la invocación de un patronus corporeo, lo que podría ayudarlo bastante más delante. En ese momento el pitbull que había estado esperando, se acercaría nuevamente a Dovakhin con la intención de morder su pierna derecha, enterrando sus colmillos y haciendo presión para no soltarse fácilmente; eso le causaría una pequeña herida y además le impediría moverse mientras el canino seguía aferrado a su pierna.

     

    —Fuego Maldito —murmuró de manera tranquila, alzando su varita con una simple floritura apuntando a Dovakhin, en ese momento saldría desde la punta de su instrumento mágico una gran llamarada con la forma de una enorme serpiente que surcaría los aires hasta llegar a impactar en el pecho del Haughton; al mismo tiempo de invocar el hechizo, las manos fantasmales dejarían libre al hombre para sumergirse en el suelo nuevamente y aparecer delante de Aziid, listas para protegerlo de lo que fuera. La maldición de fuego proporcionaría graves quemaduras en la piel de Dovakhin que debería sanar para poder continuar.

     

    Realmente no sabía bien lo que hacía, todos aquellos hechizos, a pesar de ser sumamente poderosos, jamás antes los había utilizado. Miró al rubio con una expresión tranquila, preguntándose qué haría ahora... Prestaba atención a lo que hacía, lo había estudiado y de algo le serviría ver cómo el mortífago reaccionaba y se defendía de cualquier ataque.

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  15. Aziid

     

    Tendió su mano por cortesía al hombre que se acababa de presentar, apretó su mano con firmeza, mirándolo a los ojos, intentando descifrar si se encontraba bajo los efectos del alcohol o si simplemente era su manera de ser. No acostumbraba acercarse así a los desconocidos, pero el hecho de que Mia también estuviera ahí le daba un poco de confianza en aquél sujeto. Estaba consciente del tipo de personas que frecuentaban el establecimiento, lo que le generaba un poco más de curiosidad por el hombre, aunque eran solamente sus suposiciones.

     

    —Aziid —se presentó de manera breve, en ese momento el mesero se acercó con nuevas bebidas a la mesa, ¿de qué se trataría? El irlandés comenzaba a pensar que todo era planeado, no una trampa, claro que no, pero algo le decía que sí debía estar ahí en ese momento. Alzó su tarro al centro de la mesa, esperando que ambas personas que lo acompañaban aquélla noche hicieran lo mismo—. A... A ustedes. Salud —y llevó el tarro a su boca, dando un gran sorbo de la especial cerveza que le habían servido.

     

    —¿Qué me trae por aquí? —se dijo a sí mismo, recordando la pregunta que le había hecho el Black—. Me traen recuerdos, el pasado, las ganas de cambiar... La incertidumbre —su semblante era serio como casi nunca, recordaba todo lo que había vivido en su pasado, recordaba cómo quería volver a sentirse; quería dejar atrás ese vacío, esa bola de sentimientos que solamente lo mantenían atado, quería de una vez por todas sentirse libre, cortarlos, ir corriendo y dejarse llevar, volar, aunque no fuera con ella ni con las personas que había conocido antes. Quería simplemente sentirse vivo de nuevo.

     

    —Muchas cosas... —finalizó, bebiendo nuevamente un sorbo de su bebida— ¿Y a ti? No pareces el tipo que viene a resolver sus problemas de esta manera.

     

    Se recargó en su asiento, dejando la cerveza sobre la mesa, con ambos brazos relajados y una mano sobre su regazo y la otra sobre la mesa.

  16. Aziid T.

     

    Astuto. Parecía que estaba frente a un adivino, su juego comenzaba a desesperarle, no hacer nada y simplemente esperar a la mejor de su suerte para evitar los ataques del irlandés. Aziid negó con la cabeza justo antes de caer al suelo a causa del hechizo que bien conocía, alcanzó a poner sus manos antes de que su cabeza fiera contra el piso, alzó la mirada con una sonrisa sarcástica en su rostro, observando detenidamente a Dovakhin por en medio del espacio que había entre las manos fantasmales que había invocado. Demasiado juego de un lado a otro, debía terminar con eso de una vez.

     

    —Casi me matas con esa, Haughton —comentó con un aire burlón, sabía que eso sería exactamente lo que le molestaría al demonio, podía entender su frustración, el encontrarse en constante amenaza, pensando en qué hacer, en qué adelantarse para salvar su vida... Debía ser agotador.

     

    —Morphos —comentó de manera tranquila, actuando sobre el stand de fotos que se encontraba detrás de Dovakhin, el que tenía el tamaño y peso suficiente para dar vida o forma a una hiena manchada adulta; todo fue casi de inmediato. Pequeña pero hábil y feroz cazadora, contaba con solamente un metro y medio entre su cabeza y cuerpo, con una cola pequeña de 30 centímetros. La bestia contaba con un peso de alrededor de setenta kilogramos, músculos fuertes que le permitían derrumbar hasta ñús, con afilados dientes y una mandíbula tan fuerte que lograría despedazar cualquier trozo de carne que tuviese enfrente.

     

    Al mismo tiempo que el stand de fotografía se transformó en la hiena, las oscuras manos que habían sido invocadas por Aziid se sumergieron en el suelo, para aparecer en un instante justo frente a Dovakhin, tomando cada mano un brazo del mago, impidiéndole su movimiento e inmovilizando completamente el brazo con el cual portaba su varita, quitandole así, además de la capacidad de moverse libremente, la de lanzar hechizos que requieran de algún tipo de puntería exacta. El fuerte agarre de las manos invocadas no dejaría en paz a Dovakhin, mientras que la hiena, momentos después de aparecer y al notar lo que sucedía, se dirigió hacia el Haughton la poca distancia que había entre ellos. El animal dio un salto, clavando sus colmillos y cerrando su mandíbula alrededor de un costado del cuello de Dovakhin, intentando desgarrar un pedazo de piel para poder comer, lo que le dejaría una buena herida.

     

    —Morphos —volvería a decir el mago, en ese instante el kiosko hecho a base de metales que exhibía golosinas se transformaría en un canino, para ser más específicos, en un pitbull de unos 35 kilogramos. El can luciría una figura con sus músculos marcados, su lengua salía de su fuerte mandíbula y a pesar de ser un perro agresivo, lucía bastante calmado... Hasta que comenzó a correr hacia Dovakhin.

     

    Mientras tanto, la hiena se encargaría de dejarle otra herida al Haughton, justo en la pierna derecha, en donde dejaría nuevamente la marca de su feroz mordida; las manos fantasmales serían las encargadas de sujetar al mago para que no pudiera actuar en ese instante. Después, al llegar el can, éste no dudaría en saltar, proporcionandole una nueva herida en el costado de su torso, casi por su espalda, la cual sería causada de igual manera por una mordida.

     

    El Targaryen tan sólo esperaba que pudiera terminar pronto con aquello... No eran sus mejores horas de la noche y podría disfrutar aún más un buen rato descansando que estando ahí llevando a cabo el duelo, si es que le podía llamar así.

  17. http://i.imgur.com/TgjjXNx.jpg

    Nombre: Rövyr Zekkar

    Edad: 29 años

     

    Nacionalidad o procedencia: Noruego

     

    Raza: Humano

     

    Personaje principal al que está asociado: Aziid

     

    Relación con el personaje principal: Amigo/Consejero

     

    Aspecto Físico:

    Dadas sus raíces escandinavas y la tradición cazadora de su familia, podría decirse que tiene la complexión corporal perfecta. Mide un metro con noventa centímetros y tiene un cuerpo trabajado, delgado y con poca grasa en el cuerpo y grandes músculos, producto de la actividad de caza que lleva a cabo desde muy corta edad.

     

    Su tez es blanca, típica de esa región del planeta, sin embargo su cabello es tan oscuro como la misma noche, grueso y ondulado, lo lleva largo, hasta los hombros, y a veces lo recoge en una pequeña cebolla. Su rostro lo cubre un rastro medio descuidado de barba, aunque a veces, cuando la pereza le gana, la deja crecer un poco más. Sus orbes claros reflejan su actitud calmada, pero su mirada atenta acecha y analiza todo, como buen cazador.

     

    Cualidades Psicológicas:

    Si se le pudiera describir con una sola palabra -que no fuera cazador-, sería: Consejero. La práctica de la caza ha forjado a lo largo de su vida un carácter fuerte, tranquilo y directo.

     

    Como todo buen trampero, necesita de una agilidad mental impresionante para saber que hacer en el momento indicado, llevar a cabo las cosas como se deben hacer y de la mejor manera posible. Antes de dejarse llevar siempre analiza la situación y una vez que la decisión es tomada, se abstiene a las consecuencias que ésta pudiera traerle, siempre manteniendo la calma.

     

    La convivencia que tuvo desde pequeño con su familia y el entorno salvaje, junto con la tradición de pasar conocimientos de boca en boca, generación tras generación, lo hicieron una persona astuta e intuitiva, un gran comunicador de ideas y consejero, siempre al tanto de las personas que le importan y dispuesto a brindar apoyo y consejo a quien más lo necesite.

     

    Historia:

    Nació en Noruega, parte de una familia con muchas facilidades económicas pero mucha tradición debido a sus antepasados. Por eso, teniendo la facilidad y la posibilidad para adquirir comida y bienes, preferían cazarlos por sí mismos y comprar sólo lo que en verdad hacía falta.

     

    Desde muy temprana edad y a diferencia de los demás niños del grupo con el que vivía, fue entrenado en diferentes disciplinas, dado que su padre era uno de los líderes de la comunidad. No solamente fue entrenado en el arte de la magia, sino en el de la supervivencia; aprendió a cazar con diferentes utensilios, primero cuchillos y dagas, para seguir con las armas que se arrojaban y al final el uso de arco y flecha y sus propias manos. Se formó también en la habilidad para construir trampas, mágicas o normales y la preparación de alimentos, pociones y demás para mantenerse vivo.

     

    Además de su entrenamiento físico, era imprescindible la cultura mental y el conocimiento que debía conocer, todos los secretos e historias que pasaban verbalmente generación tras generación. En fin, desde sus primeros años de vida estuvo rodeado de los mejores maestros y expertos en diferentes especialidades, viviendo en un ambiente algo severo, la presión siempre estuvo encima de él, todos esperaban grandes cosas y que fuera igual o mejor que su padre.

     

    A los once años hizo su prueba para "convertirse en hombre", pasó un mes durante el invierno fuera de la comunidad con tan sólo una daga, un arco y un puñado de flechas. Regresaría pasados treinta días sano y salvo, resistiendo la adversidad de la naturaleza y el mal clima, cumpliendo con las expectativas que todos tenían de él.

     

    Los siguientes años de su vida, su adolescencia, fue bastante parecida a su niñez, tan sólo recuerda pasar horas y horas encerrado estudiando con los sabios de la comunidad y el tiempo que restaba practicando y cumpliendo su entrenamiento físico, aunque a diferencia de la época anterior, para ese entonces también se le comenzó a instruir en el ámbito político y administrativo. Su ingenio destacaba a un lado hasta de los adultos que llevaban ya años de experiencia en dichas prácticas, si todo salía bien, se convertiría algún día en el líder de la congregación.

     

    A la edad de veinte años, durante una excursión de cacería, su padre sufrió una lesión que le impediría continuar ejerciendo su trabajo como miembro del consejo líder de la comunidad. Röv tomó el puesto que había sostenido su progenitor por tantos años, haciéndose al mismo tiempo cargo de su familia y del bienestar de todos los miembros del grupo.

     

    Al ser el más joven del consejo, Röv era el encargado de hacer los viajes y de llevar a cabo las cuestiones diplomáticas y todo lo que representara un mayor esfuerzo para los más grandes y ancianos. Fue en uno de esos viajes que se encontró con otro hombre, Aziid, con quien rápidamente formó una buena relación; ambos magos realizaron viajes juntos, hasta que un día una serie de eventos hicieron que todo cambiase.

     

    La supuesta muerte de Aziid y la promesa que Röv le hizo de proteger a su familia y su castillo hicieron que el noruego visitara Londres en su nombre, haciéndose cargo del legado de su compañero de viajes y amigo por un tiempo, aunque sus deberes como miembro del consejo de su comunidad y su familia también lo llamaban. Debió encontrar un balance y permanecer intermitente entre ambos lugares.

     

    Cuestiones personales lo alejaron del mundo mágico en el que vivió en ausencia de Aziid, su tierra y su gente lo necesitaba más que nunca al vivir una crisis, la cual tiempo después superarían. Fue entonces que escuchó rumores del retorno de un mago, de uno que se presumía había muerto... "Imposible", pensó el noruego. Esa sería la razón para volver y presenciar y asegurarse por sí mismo que era su amigo el que había vuelto.

     

    Así volvió a instalarse en el mundo mágico de Londres, aunque no lograba acoplarse bien a esa sociedad. Hoy en día reparte su tiempo entre Londres y Noruega, sirviendo de consejero en ambos lugares, pero más que nada, buscando esas conexiones que nunca logró tener a causa de su entrenamiento, intentando sacar provecho de cada oportunidad para disfrutar lo que la vida le pone.

     

    Otros datos:

    Admira y le tiene un gran respeto a los lobos, jamás los caza.

    Tiene dos lobos de caza que van con él casi a todas partes, Bård y Rolf

    Es un experto en las constelaciones y en guiarse por medio de éstas.

    No le gusta mucho usar la magia, intenta evitarla a menos de que sea completamente necesaria.

    Es sangre pura.

    Su arma favorita para cazar es el arco.

    Su comida no es buena, pero de hambre no se muere (?)

    No apoya a ningún bando ni se inclina por ellos.

    Nunca pudo conjurar un patronus...

    Condiciones de utilización: Sólo por el usuario.

     

  18. Después de andar platicando con Orion, decidí pasarme por acá, espero ser aceptado y que no me abandone (?) Dejo mi ficha jajaj

     

    *¿Por qué quieres ser un Black? ¿Por qué no querría serlo? (?) Jajaja, ya bien, la familia es cool B)
    *¿Por quién te gustaría ser adoptado? Orión Black
    *¿Te comprometes a respetar las pautas/reglas/condiciones que has leído en este tópico? Claro
    *¿A qué otra familia perteneces? Targaryen
    *¿Cuál es tu Nick en harrylatino.com? Mmmm... cómo?
    *Bóveda de Personaje: N°98861
    *¿Será tu familia sanguínea o adoptiva? Sanguínea

     

    Y es todo, si ocupan algo más me avisan /o/

     

    Saludos!

  19. Aziid T.

     

    Se le había adelantado, astuto movimiento, pero no sería el fin, aún tenía mucha oportunidad y opciones de crear algo para acabar con el Haughton. Sabía que volver a intentar envenenarlo no era una buena opción, pues observó con cuidado y notó el pequeño bezoar que su contrincante guardó; aunque mirando a su alrededor se percató de todo lo que tenía al alcance para hacer.

     

    Al momento de percatarse que Dovakhin decidió atacar, el mago no hizo más que alzar su mano izquierda, con un gran esfuerzo y algo de desgaste de energía logró invocar un par de Necrohands, manos oscuras y fantasmales que salieron del suelo, justo por delante de él. Ambas manos, casi de su tamaño y proporcionales a las dimensiones de unas manos comunes con esa altura, aparecieron justo a tiempo para bloquear el Fuego púrpura que iba en dirección al irlandés, éste impactó en una de la palmas de dicha invocación.

     

    —Sin rencores, ¿cierto? —preguntó Aziid sarcásticamente, sabiendo que el rubio no podría contestarle, hizo un leve movimiento con su mano libre de la varita y en ese momento las manos que invocó se separaron un poco, brindándole visibilidad pero listas para volver a proteger cualquier tipo de amenaza, estaban situadas justo a un metro delante de su invocador—- Lo tomaré como un sí.

     

    —Vitae —pronunció claramente enseguida sin mover la varita, en ese segundo la máquina que servía como guía para los muggles que visitaran el centro comercial se desprendió de su lugar. Estaba hecha de metal y medía exactamente un metro con setenta centímetros de alto, un metro de ancho y veinte centímetros de grosor; cada "cara" de la máquina tenía una vista de cristal que dejaba ver el mapa que tenía dentro, donde se especificaban las ubicaciones de todas las tiendas del inmenso mall. Éstas vistas de cristal se abrieron y se quebraron, formando lo que parecía ser un par de alas. Lo que antes era una máquina ahora levitaba sobre el aire, los cristales hacían un movimiento como si se trataran de alas; ahora lo que habría sido su ancho era su altura, el largo, su longitud, y su grosor ahora era su ancho. La mitad inferior de la máquina se desprendió un poco, desplazándose hacia adelante, formando una especie de pico, similar al de un pez espada, pero más filoso y hecho de metal.

     

    En sí, era una figura extraña, como una combinación entre un bicho volador y una lanza o un pez espada. La criatura, al momento de ser invocada se dirigió rápidamente, surcando a gran velocidad los pocos metros que la separaban de Dovakhin, ésta clavaría su filosa punta frontal en el pecho del Haughton, penetrando su piel, aunque no demasiado... Simplemente necesitaría de una curación, pero la criatura no se quedaría así simplemente. Después de ese ataque retrocedería un poco, para agarrar un par de metros de distancia y volver a arremeter contra Dovakhin, ésta vez encajando su aguja en el hombro derecho del mago.

     

    Las heridas podrían comenzar a juntarse más y más cada vez si el demonio no hacía algo, debería tener un plan... Seguramente lo tendría. Aziid miraría la escena serio, con una leve sonrisa apenas visible en su rostro, si quería seguir bien, su contrincante debería curar las heridas que su creación le hacía.

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  20. Aziid T.

     

    ¿A las tres de la mañana? ¿A quién se le había ocurrido tremenda locura de ir a un centro comercial a las tres de la mañana para llevar a cabo un duelo? El hombre había tenido que dormir durante la tarde para juntar energías, para no quedarse después dormido en la mitad de la acción, o simplemente para no estar tan distraído a la hora del duelo. En la madrugada se levantó, teniendo que alistarse, poniéndose unos jeans sucios que estaban a un lado de su cama y un par de tenis de tela, tomó un suéter delgado y se dirigió al baño para empapar su rostro con bastante agua fría.

     

    Llegó a las afueras del centro comercial, podía ver desde ahí el interior de éste, negó con la cabeza y se acercó a la puerta de cristal de la entrada, o al conjunto de puertas, más bien. Desde ese lugar pudo ver a su oponente, quien ya estaba ahí... Todo tomó sentido entonces, tan sólo a ese tipo se le pudo haber ocurrido el escenario a esa hora. Empujó una de las puertas con la mano, su figura dejó la oscuridad del exterior para iluminarse con la luz del centro comercial.

     

    —¿En serio? De entre todas las personas, ¿tú? —lo saludó desde la entrada, con una sonrisa en su rostro; después de todo, sería interesante un enfrentamiento entre ellos dos, había algo que le decía, que aunque lo repudiara, tenían más en común de lo que podía pensar. Observó su figura, que se encontraba a la izquierda, casi pegado a unos escalones. Aziid caminó en linea recta hacia él desde la entrada, posicionándose a cinco metros del Haughton, tendría un espacio libre entre ambos, no prestó mucha atención a sus alrededores, pasó sin notar que del lado contrario (el derecho) al que se encontraban otras cosas, puestos y espacio.

     

    —¿Entonces no saludas? —le cuestionó Targaryen al escuchar que su oponente había ido directo al grano, efectuando un Limitate que impactó en su varita. Sabía lo que seguía, ¿cuántas veces había usado ese hechizo? Ahora caía en cuenta de la libertad que aún tenían los magos tenebrosos con tal efecto.— Tal vez no quieras seguir hablando... ¡Séneca! —bramó, alzando su varita con la diestra. En ese momento la garganta de Dovakhin comenzaría a cerrarse, a causa de una fuerte deshidratación provocada casi instantáneamente por el hechizo. El hombre tendría poca oportunidad de articular unas cuantas palabras más, algún hechizo que quisiera, pero después de eso le sería imposible formular palabras, mucho menos oraciones, tan sólo por un tiempo.

     

    Enseguida el irlandés blandiría su varita nuevamente, diciendo: —Morphos —éste actuaría sobre la gruesa sudadera que llevaba el Haughton, convirtiéndola en ese instante en una avispa marina, sus numerosos, delgados y largos tentáculos se pegarían sobre la espalda de Dovakhin, haciendo efecto inmediato de su mecanismo de defensa, inyectando su veneno en el cuerpo del mago antes de morir al estar fuera de su hábitat. Aziid conocía bien el ardor y dolor que causaba el veneno de esos animales, sabía que era casi insoportable por unos momentos, hasta que comenzara a surtir efecto de manera casi instantánea, causando espasmos y convulsiones en el cuerpo, en un inútil intento de luchar contra las toxinas. Minutos después... Una muerte segura.

     

    Por supuesto que no lo dejaría morir, ¿qué pensarían los muggles al siguiente día? Un gran lío para el mundo mágico, sin duda. No es que le importara mucho si el Ministerio se metía en problemas, pero seguramente le llamarían para una serie de preguntas y trámites molestos que podía evitar sencillamente.

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  21. Aziid T.

     

    —Pobre tipo —se dijo a sí mismo al escuchar el comentario que llegó a sus oídos de parte de Orión, quien lo invitaba a su mesa a compartir unos tragos. "Viejo lobo..." ¿Se trataría de un lycan? Volvió la mirada hacia la esquina donde se encontraba el hombre, al menos no era el que había hecho el comentario al notar su llegada... No, no parecía un hombre lobo, pero eso no fue lo que le llamó la atención, sino la presencia de otra figura, una mujer, junto a él—.

     

    —¿De qué se trata todo esto? —se cuestionó entre dientes, levantándose de su mesa al darse cuenta que se trataba de Mia y que ella tamabién lo llamaba.

     

    Vació de un hilo el tarro que le habían mandado y lo dejó sobre la mesa con fuerza, llevándose el antebrazo derecho a la boca para limpiar los restos que pudo haber dejado y caminó hacia la esquina de la cantina, en donde el desconocido y la Black Lestrange lo esperaban. Sabía por donde iba el asunto, no se necesitaba ser demasiado inteligente para notar el tipo de personas que se juntaban en el establecimiento, con tan sólo entrar podía sentirse la oscura atmósfera que rodeaba a los magos y brujas y se apoderaba de cada rincón.

     

    Caminó hasta la mesa y tomó asiento sin preguntar, ya ambos lo habían invitado. Se encogió en sus hombros, alzando una mano un poco, con la palma extendida hacia arriba, como si esperara algo, aunque era solamente un gesto —. ¿Y bien? —alzó una ceja, su mirada cambiaba entre el mago y la bruja, mirando a cada uno por unos segundos y después al otro.

     

    Tenía un presentimiento, algo le decía, que esa noche podría dejar algo muy bueno... Que tal vez esas personas serían buenas conexiones, guías... Sonrió maliciosamente, esperando al cantinero y a sus acompañantes, al primero con una nueva bebida para su paladar y a los segundos con palabras para sus oídos.

  22. Aziid T.

     

    Cada paso que daba sabía que estaba destinado a regresar a otra época, o tal vez a traerla de vuelta. Lo que sabía era que definitivamente las cosas cambiarían, darían un enorme giro en su vida, de esos que el hombre ya estaba acostumbrado a presenciar. Caminaba por las calles, preguntándose qué parte de la ciudad era esa en la que se encontraba, jamás antes había estado ahí, pero no se sentía fuera de lugar, decidió encender un cigarrillo, cuando vio el letrero que anunciaba su llegada a la cantina en la que Mía lo había citado.

     

    Miró a sus alrededores, no era para nada uno de esos lugares elegantes y sofisticados en donde no podría entrar con su cigarrillo encendido. Empujó la entrada y echó un vistazo al interior, sucio, lúgubre y con una curiosa esencia, mezcla de alcohol, sudor y... Sí, tal vez vómito, sin mencionar los demás olores de dudosa procedencia que llegaban a su nariz.

     

    Avanzó lentamente, sintiendo las miradas de diversos magos y brujas de diferentes edades, lo miraban como un forastero, como un parásito que llegaba a entrometerse en su lugar; a pesar de que su vestimenta oscura combinaba con el ambiente, la gente podía notar que no era un visitante común. «¿Y ese i****** quién es?» alcanzó a escuchar a lo lejos, desde una de las esquinas de la cantina, de algún viejo que ya estaba ebrio cuando la noche apenas comenzaba. Llegó hasta una mesa con sillas normales, detestaba las mesas con periqueras... Al parecer su compañera aún no estaba presente, pero esperaba que no tardara demasiado, si no se iría.

     

    Llegó un viejo con un trago extraño, espumoso como la cerveza, pero espeso y con un olor muy distinto como a hierbas. Aziid lo miró y el viejo se dio la vuelta, regresando a las cosas que debía hacer.

     

    —¿Qué mas da? —se preguntó a sí mismo para tomar el tarro y beber de la bebida que le habían llevado sin ser ordenada, así comenzaría su noche... La noche que cambiaría todo nuevamente.

     

     

    @@Mia Black Lestrange

    @@Orion Black

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  23. Aziid T.

     

    Escuchó las palabras del encargado, al menos era empático, pues le había tocado vivir lo mismo que él estaba viviendo ahora. Sonrió al escuchar sobre el Quidditch, no era su deporte favorito y se preguntó cómo era posible que tal cosa retrasara todo lo demás.

     

    —Nah, como quiera... Aquí no es el único lugar así. No sé que sucede con el mundo —comentó justo antes de que el Macnair preguntara en dónde querría la entrega... No era nada peligroso, que pudiera explotarle en el camino o causar algún evento desafortunado, así que pensó que sería mejor tomarlos para no tener que esperar después—. Los llevaré de una vez, si es posible.

     

    Esperaría a que las pociones le fueran entregadas para tomarlas y examinarlas un poco antes de dirigirse a la salida del mall... ¿Cuál usaría primero? Tal vez la ocasión aún no se prestaba del todo para darle el mejor uso posible.

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